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ARTE Y PATRIMONIO

REGIÓN

El concepto de región (del latín regĭo) hace referencia a una porción de

territorio determinada por ciertas características comunes o circunstancias

especiales, como puede ser el clima, la topografía o la forma de gobierno.

TEMPLO
Un templo (del latín templum) es una estructura generalmente construida con el
propósito de, y siempre dedicada a, actividades religiosas o espirituales que
incluyen oración, meditación, sacrificio y adoración.

CULTURAS
La cultura es un sistema complejo de conocimientos y de costumbres que
caracteriza a una población determinada y que es transmitido a las
generaciones siguientes. El lenguaje, los hábitos y los valores son algunos de
los aspectos que forman parte de la cultura.

La palabra cultura proviene del latín que significa “cultivar”, “labrar” o “cuidar” y
hace referencia a cultivar el conocimiento y la educación, en el sentido de la
capacidad intelectual que adquiere un pueblo o civilización.

EL PATRIMONIO CULTURAL
El patrimonio cultural es el conjunto de bienes materiales e inmateriales que se
hallan fuertemente vinculados con la identidad social y cultural de
una comunidad, recibidos de las generaciones pasadas.

Comprende desde lugares, monumentos y obras artísticas hasta bailes, cantos


y vestimentas. Además de su valor intrínseco, el patrimonio cultural se ha
convertido en un atractivo turístico y, en este sentido, constituye una fuente de
recursos económicos para muchas comunidades.
LOS PUEBLOS ORIGINARIOS DE AMÉRICA

El comportamiento de las diversas culturas que se desarrollaban en la América


precolombina -su surgimiento, evolución y caída- muestra que la naturaleza
humana, independiente del lugar o el momento donde se desenvuelva, es
inalterable.

Se esforzaban cuando el medio o el régimen lo imponía. En zonas donde


obtener los recursos era sencillo -grandes llanuras del norte y del sur- no hay
vestigios de avances tecnológicos, mientras que zonas difíciles encontramos
trabajos monumentales. En todas las sociedades nativas encontramos hábitos
consuetudinarios: fumar, beber alcohol, música, cantos, bailes, juegos y
práctica de deportes.

Las naciones eran impulsadas por los motores tradicionales: poder, riqueza,
prestigio, amor y miedo. Las que alcanzaron mayor desarrollo, lo hicieron bajo
fírmenes regímenes militares o religiosos con los que controlaban a sus
miembros. Las Altas Culturas eran tan expansionistas que si las circunstancias
hubieran sido inversas América habría conquistado Europa.

Los primeros americanos llegaron desde Asia, en pequeños grupos que


buscaban ampliar sus cotos de caza aprovechando los puentes terrestres que
afloraban en Beringia durante las glaciaciones ocurridas hace entre 40 y 10 mil
años atrás uniendo Siberia con el noroeste de Alaska.

Se expandieron por el inmenso territorio formando grupos diferenciados en


función de su adaptación a los climas y geografías que encontraban,
tempranos contactos transoceánicos completaron el mapa de las culturas
originarias de América.

Poco se parecían las sociedades nativas dispersas en el continente, se


calcularon hasta 123 familias lingüísticas. La América indígena estaba más
fragmentada que en cualquier otra parte del mundo, aunque todas -en esencia-
eran lo que fuimos desde nuestra aparición: una especie formada
principalmente por cazadores, recolectores y productores de alimentos; con
disputas internas de poder y ambiciones de expansión y dominio de territorios y
recursos, la guerra era una tarea prácticamente cotidiana: luchaban o
desaparecían.

Había alianzas y rivalidades, algunas etnias sobresalieron por su beligerancia:


Los Inuit barrieron de las costas del Ártico las culturas existentes. Los Kikapúes
desde los bosques canadienses se desplazaron hacia el norte de México
dejando amargos recuerdos en los anales de las tribus que encontraban en su
paso. Procedentes de Sudamérica, grupos Caribe desalojaron las poblaciones
de las Antillas. Los Incas desde el Cuzco se expandieron por toda la región
andina. Los Mapuches absorbieron a los Tehuelches en la Patagonia. Los
aztecas tenían sus "Guerras Floridas", donde no terminaban de sojuzgar a
algunos pueblos para tener a mano futuros prisioneros a ser sacrificados.

En este contexto grandes artistas, arquitectos, ingenieros, médicos,


matemáticos, astrónomos, sacerdotes y educadores alcanzaron logros
sorprendentes utilizando ingeniosas tecnologías para aprovechar todos los
recursos disponibles.

7.000 años antes de Cristo domesticaron el maíz, cultivo que se expandió con
variaciones por todo el continente. Mesoamérica cuna de las ciencias
amerindias, contaba con un sistema de escritura altamente desarrollado, fue
allí donde surgió el concepto del número cero tal y como lo conocemos hoy,
además trazaron admirablemente el curso de los astros, previendo fielmente
los eclipses solares y lunares y confeccionando precisos calendarios.

En los Andes la industria náutica era formidable, con juncos de totora o madera
balsa y velas tejidas de algodón construían grandes embarcaciones que
guiándose por el movimiento de los astros y el conocimiento de de las
corrientes marinas desarrollaban largas travesías; se cree que para la época en
que Colón llegaba a América, Tupac Inca Yupanqui lo hacía a la Polinesia.

Los Incas hicieron caminos que integraban todo el Imperio a lo largo y a lo


ancho. Atravesaban montañas con alturas mayores a los 5.000 metros, que
salvaban con puentes colgantes fabricados con fibras vegetales, tres o cuatro
sogas gruesas unidas y cubiertas con esteras y barro formaban una plataforma
sobre la cual se podía caminar perfectamente. El "Camino Real", el más
importante cubría una longitud de 5.200 km. uniendo Ecuador con Argentina
pasando por Cuzco.

Los conocimientos hidráulicos les permitieron la irrigación y el cultivo con


construcciones monumentales. Desarrollaron una manera de registrar
cantidades mediante un sistema de numeración decimal posicional: un conjunto
de cuerdas con nudos que denominaban "quipus". Poseían instrumentos para
pesas y medidas.

Si bien muchas culturas tenían una arquitectura basada en el uso de materiales


perecederos, hubo otras como los Indios Pueblo del desierto norteamericano
que tenían poblados con casas sólidas y compactas de varias habitaciones
hechas de piedra y adobe. Construcciones como Machu Pichu y Chichén Itzá
(hoy declaradas "Nuevas Maravillas del Mundo") son testimonio del desarrollo
alcanzado.

La Confederación Iroquesa en la región de los Grandes Lagos, constituyeron la


más antigua democracia participativa de América. Benjamín Franklin quien tuvo
trato directo con ellos en 1753, destacó el grado de autonomía individual y la
igualdad entre hombres y mujeres que gozaban sus integrantes y que era
desconocida en Europa. Los jefes iroqueses dentro de la sala del Congreso en
vísperas de la Independencia Americana muestran el impacto de sus ideas en
los congresales.

Entre sus culturas hubo canibalismo, grupos de reducidores de cabezas y


sacrificios humanos. La antropofagia fue la gran excusa que encontraron los
españoles para arrasar los territorios, por esas prácticas Isabel la Católica
autorizó en 1503 su persecución. En realidad era ritual en la mayoría de las
etnias.

Por todo el continente quedaron vestigios de la elaborada artesanía, funeraria y


orfebrería, que desarrollaron los nativos; la última les jugó en contra, el
conocimiento por parte de los europeos abrió su codicia. Otros dos elementos
culturales les serían negativos en su contacto con los nuevos extraños
hombres: la rueda y la metalurgia. La primera de múltiples usos esenciales en
el desarrollo del progreso humano, la utilizaban solamente para juguetes; los
metales no los empleaban como materiales para los elementos de combate
significando una desventaja ante los recién llegados con siglos de experiencia
en su uso.

La Historia de la Humanidad discurre entre guerras y calamidades humanas,


el "Encuentro de dos culturas" entre el Viejo y el Nuevo Mundo se desarrolló
dentro de esos parámetros. Para los europeos que se sentían el centro del
universo, las cosas comenzaban a existir cuando ellos las conocían, para los
amerindios sería el trágico descubrimiento de que se terminaban los tiempos
en que podían decidir por su cuenta su vida, su forma de pensar, de producir, y
su religión.

América para esos momentos tenía una población mayor a la europea,


Tenochtitlán era la ciudad más poblada del mundo, y tal vez la más bella y
organizada. Ya para el año 1.000 Cahokia en los valles del Mississippi con
20.000 habitantes competía con las ciudades europeas más importantes.

La superioridad armamentista no explica como unos cientos de europeos


pudieron en corto tiempo aniquilar a millares de indígenas, tampoco las
profecías mitológicas acerca de la futura llegada de dioses blancos, o el
estupor y horror que le producían los caballos a los que nunca habían visto.
Hubo otras causas: la falta de unidad nativa y fundamentalmente las
epidemias.

Élites oriundas inmersas en disputas de poder creyeron encontrar aliados en


los recién llegados para resolverlas a su favor. Así pasó con Cortés y los
Aztecas, Pizarro y los Incas, o Valdivia y los Mapuches. El cacique taino
Guancanagarí se había mostrado complaciente y generoso con Colón,
colaborando en la construcción con los restos de la nave Santa María de
el "Fuerte de la Navidad" en sus territorios, pensando en la utilidad que le daría
en las peleas que tenía con otros jefes cercanos. Los colonos ingleses,
franceses y holandeses en Norteamérica, pertrechaban alternativamente tribus
para que los protegieran de otras.
Fueron los "aliados biológicos", los socios vitales para la conquista de América.
Los europeos llevaron la viruela, el sarampión, la malaria, el tifus y la varicela,
enfermedades ausentes hasta entonces y para las que no tenían defensas.
Miles de indígenas fueron muriendo conforme se abrían paso por el territorio;
las cifras manejadas indican que hasta el 90% de las muertes fue por esa
causa. En esas condiciones la posibilidad de que se mantuvieran en pie las
culturas desarrollados autónomamente por milenios, era ilógica. Cuando Cortés
preparaba su ataque a Tenochtitlán, la ciudad perdía el 30% de sus habitantes
en una epidemia de viruela, la que también devastaría el Imperio Inca dos años
antes que llegara Pizarro.

Estos hechos no exoneran de responsabilidad a los invasores, por el contrario


la potencian con el cruel tratamiento a la masa de la población nativa
(explotación, hambrunas, migración forzada con separación de familias y la
devastación ecológica.

Sobran ejemplos sobre las actitudes hipócritas de los europeos, uno


emblemático incluso por como ha pasado a la historia es el de los colonos que
en el año 1620 llegaron a las costas de Massachussetts con el propósito de
establecer la Colonia de Plymouth. El riguroso invierno los tomó por sorpresa,
los indios Wampanoag les proveyeron ayuda y alimentos, les enseñaron a
cultivar y sobrevivir en el duro territorio. En otoño de 1621 con la primera
cosecha recolectada, compartieron sus frutos con los nativos. El gobernador
proclamó "un día de dar gracias al Señor para que podamos de una manera
más especial regocijarnos después de haber recogido el fruto de nuestro
trabajo". Desde ese momento, la comunidad estadounidense festeja el cuarto
día jueves del mes de Noviembre como el día de "Acción de Gracias". El tema
es que apenas se sintieron fuertes salieron a expulsar y exterminar a los
nativos; la sustitución del uso indígena extensivo del territorio por las formas
europeas de economía intensiva implicaba deshacerse de ellos, aun dejando
de lado la convicción de los colonos de que Dios les había concedido el país
exclusivamente a ellos.

Hecho pie en América, la ocupación se difundió por todo el continente. Su


motor era la fortuna fácil, innumerables expediciones se iniciaron para ir en
descubrimiento míticos lugares con riquezas fabulosas, querían encontrar El
Dorado, La ciudad de los Césares, La fuente de la juventud, o Las siete
ciudades de Cíbola. No hallaban indicios de lo que buscaban con tanto
entusiasmo y afán, pero se iban asentando en las más diversas comarcas.

La Iglesia tardó 45 años en reconocer a los nativos americanos como seres


racionales, inicialmente los consideró "aparentemente humanos" mientras
adaptaba sus manuales doctrinarios. Esa raza, distinta, que se les presentaba
por primera vez, habitando una extensa parte del mundo, rodeada de animales
y vegetales, en muchos casos diferentes a los que ellos conocían, hablaba
lenguas extrañas, con costumbres y ritos desconocidos, eran los antípodas, los
hombres de los que había hablado San Agustín, que según él, no podían
existir, porque provendrían de otra creación que la de Adán.

El papa Alejandro VI aprobó sin reservas la intención de los reyes de España


de someter a los indígenas para convertirlos más fácilmente a la religión
cristiana, como un acto de "piedad religiosa".

Aunque los imperios se construyen a menudo con la ayuda de las armas, ellas
no bastan para mantenerlos, como recuerda un dicho de tiempos
napoleónicos: "Puedes hacer cualquier cosa con una bayoneta, salvo sentarte
en ella", entonces aparecieron las reflexiones filosóficas que justificaban la
invasión.

A mediados del siglo XVIII surgió la teoría de la debilidad americana de la


mano del naturalista francés Georges Louis Leclerc, conde de Buffon, decía
que continente nuevo significaba inmaduro, que el hombre no había tomado
posesión de él y acaso lo haga el futuro "Dentro de algunos siglos, cuando se
hayan roturado las tierras, talado los bosques, encauzado los ríos y controlado
las aguas, esta misma tierra ha de devenir la más fecunda, la más sana y la
más rica de todas ...", mientras tanto solo existiría inmadurez, incapacidad para
el progreso, para alcanzar un alto grado de civilización; por lo tanto sus
hombres "son física y espiritualmente disminuidos".
El erudito holandés Cornelius de Pauw continúa la idea, y en una confusa
mezcla de detalles absurdos y lascivos, describía a los nativos americanos
como salvajes degenerados, bestias que odian las leyes de la sociedad y los
frenos de la educación.

La teoría sería revitalizada por el filósofo alemán Friedrich Hegel quien sostenía
que las etnias de México y Perú eran "culturas naturales que tuvieron que
fenecer al contacto con el espíritu europeo". Y entre otros disparates: "América
se ha mostrado y aún hoy se muestra física y espiritualmente impotente". "Sus
leones, tigres y cocodrilos si bien se parecen a los homónimos del Viejo Mundo
son en todo respecto más pequeños, más débiles y menos poderosos". "Los
indios carecen no sólo de espíritu sino también de energía instintiva hasta el
punto que como recuerdo haber leído, un sacerdote tenía que recordarles con
un campanazo el cumplimiento de sus deberes maritales, cosa que a ellos por
sí solos no se les ocurriría". "Su inferioridad en todo sentido, incluyendo el de la
estatura, es tan grande que hizo necesaria la traída de negros africanos mucho
más receptivos a la cultura europea que los indios”. “Así las cosas pasará
mucho tiempo antes de que los europeos logren infundirles un poco de
sentimiento de dignidad personal".

Pero pronto una nueva corriente intelectual de pensamiento dominaría


Europa: La Ilustración o Siglo de las luces, impulsada por un grupo de filósofos
franceses entre los que se destacaban Diderot, Voltaire, Montesquieu y
Rousseau, que coincidían en la valoración de la inteligencia humana, de la
razón, como instrumento que puede desvelar los secretos de la naturaleza y
proporcionar técnicas que enriquezcan las condiciones materiales de la
humanidad y mejoren éticamente a los humanos. A través de la educación
puede conseguirse el progreso global de la humanidad. Frente al cristianismo
que considera el paso por el mundo como una estancia temporal en un "valle
de lágrimas", La Ilustración es una ideología optimista que pretende que los
seres humanos se liberen de todos aquellos obstáculos que impiden el
bienestar y la felicidad en la tierra, más que un conjunto de ideas fijas implicaba
una actitud, un nuevo método de pensamiento.
Entre el taino Hatuey quemado en la hoguera en 1512 y el inca Tupac Amaru II
intentado descuartizar y finalmente decapitado y despedazado en 1781,
muchos hombres oriundos de América lucharon y dieron su vida por mantener
la identidad de sus culturas ante la dominación europea. Sin embargo fueron
otros los que se llevaron el "bronce" en la independencia de las Américas: los
descendientes de europeos, que amparados en las nuevas ideas encienden el
proyecto de liberación y formación de nuevas nacionalidades. Ellos eran los
que leían las nuevas ideas, pero la mayoría tenían motivos más pragmáticos
que intelectuales para oponerse al régimen europeo.

Había -como en casi todas las guerras- causas económicas, no querían seguir
tributando a las respectivas coronas y buscaban comerciar libremente con otras
potencias que los animaban, así entendemos que la independencia
norteamericana fue estimulada por España contra su enemigo secular:
Inglaterra, estos a su vez apoyaron las revoluciones hispanoamericanas y
brasileras contra España y Portugal respectivamente.

Nativos oprimidos engrosaron la fiesta de sangre y heroísmo por la


emancipación, pero nada cambió en cuanto al sometimiento y exclusión
indígena, se los siguió combatiendo, y en el mejor de los casos se los apartó de
los procesos de conformaciones nacionales.

Hoy, los descendientes originarios, tratan de mantener sus tradiciones, en un


contexto de interacción totalmente distorsionado, en inferioridad, con un marco
de marginalidad y muchas veces desprecio; su desarrollo no puede ser
sustentable, siendo progresivamente absorbidas por las culturas foráneas. Son
extraños en su patria

Arquitectura y Escultura en Mesoamérica

Arquitectura

Con el desarrollo de las primeras ciudades-estado en la época preclásica la


arquitectura en el México prehispánico tuvo un auge importante. Cada sociedad
mesoamericana desarrolló aspectos particulares acorde con su contexto social
y geográfico en el que se desenvolvieron. Los elementos arquitectónicos en
Mesoamérica fueron los mismos pero las técnicas, el diseño y la
conceptualización cada pueblo asentaba su impronta ideológica.

Los olmecas construyeron la primera pirámide, templos y espacios públicos


dedicados a los rituales y el culto religioso. En el clásico surgieron nuevos tipos
de palacios, observatorios astronómicos y grandes obras hidráulicas en el área
de Oaxaca (Monte Albán) y el área Maya (Palenque), generando sistemas de
irrigación para los campos agrícolas, desviaciones de ríos y generando
sistemas de drenaje, inclusive subterráneos.

Los materiales utilizados para la construcción variaron a lo largo del tiempo y el


espacio. Para la construcción de los primeros edificios se utilizaban piedras
(principalmente volcánicas y sedentarias), cemento (mortero), cal (de piedra
caliza o canchas), madera, y tierra en forma de adobe, tierra apisonada, entre
otros.

La construcción más suntuosa de la ciudad mesoamericana era la pirámide. La


mayoría de las pirámides en Mesoamérica tuvieron un significado simbólico y
función distinta de las egipcias; generalmente no fueron tumbas (salvo algunas
excepciones como las de Palenque donde se enterró el linaje de Pakal). Los
estudios sugieren que la arquitectura en Mesoamérica respondía a ideas
mítico-religiosas.

El caso de la “Pirámide del Sol” en Teotihuacán es ejemplar: es una estructura


geométrica que se construyó sobre una cueva que representa el acceso al
inframundo y el lugar de origen del agua, la misma estructura representa las
montañas circundantes y el centro del mundo de donde brote el Árbol del
Mundo, además el edificio se encontraba alineado con el movimiento de los
cuerpos celestes y se ubica en un lugar que tiene un efecto de iluminación
durante los equinoccios (se observa especialmente en los templos dedicados a
la serpiente emplumada en Chichén Itzá y Xochicalco). En la cúspide de la
pirámide se encontraba templos donde se veneraban los dioses y los cuerpos
celestes.

Salvo en Teotihuacán, la mayoría de los centros ceremoniales, contaba con


uno o más canchas para los juegos de la pelota, que representaba el
movimiento de los cuerpos celestes y el intercambio de los muertos del
inframundo con el mundo de los vivos.

Las élites gobernantes y los sacerdotes contaban con importantes zonas


residenciales o palacios cerca de las estructuras más importantes, mientras
que la población común y corriente vivía en la periferia de las ciudades. En
algunas sociedades los mercaderes vivían conjuntamente con las élites (por
ejemplo en Teotihuacán).

Observa los principales componentes de una estructura prehispánica

Escultura
Hay dos métodos básicos de producir escultura: el tallado y el modelado. El
tallado se realiza en piedra, jade, obsidiana, madera, hueso, concha y se
obtiene quitando partes del material, a diferencia del modelado es mucho más
laborioso y existen pocas posibilidades de realizar correcciones. El modelado
más sencillo creando formas con o sin herramientas en barro, estuco o cera;
otra opción es realizando un vaciado en yeso, de cemento o de cal.

El “coyote de Tequixquiac”. Tallado en hueso de camélido.


Datado en torno de 10.000 a.C. se considera como la obra de arte más antigua
de la época prehispánica

Figurilla de Nopiloa, Veracruz. Museo de Antropología de Xalapa, Veracruz.

Las más antiguas esculturas que se han encontrado del México prehispánico
son talladas en hueso. La pieza más antigua es de una cabeza de un camélido
(un antepasado de las llamas y las alpacas), fue encontrado en Tequixquiac, al
norte del Valle de México y se data alrededor de 10.000 a.C.

De este tipo existen más ejemplos pero la escultura mesoamericana empezó a


florecerse durante el Preclásico cuando proliferó la creación artística con barro.
Los objetos eran principalmente representaciones de mujeres adornadas con
collares, pulseras, orejeras, tocados o peinados, en ocasiones usan sandalias.

La vista de las figuras es generalmente frontal, el modelado es simétrico, el


cuerpo es aplanado y la parte trasera, así como las manos y pies apenas se
desarrollan. Con el crecimiento de los grandes ciudades-estado a finales del
preclásico surgen los monolitos escultóricos en piedra como las cabezas
olmecas, la Chalchiuhtlicue en Teotihuacán y la Coatlicue en Tenochtitlán, los
atlantes y Chac Mool toltecas, las estelas zapotecos de Monte Albán y mayas
de lugares como Tikal, Palenque o Copán y la estatuas olmecas, huastecos o
veracruzanos de la Mixtequilla.

También destacan figurillas de barro realizadas con suma elegancia como las
urnas y braseros teotihuacanos y zapotecos, el Escriba de Cuilapan de la
cultura zapoteca, y el Mictelantecuhli o el guerrero-jaguar mexica. Excepcional
es el modelado en barro de las culturas de Occidente (Colima y Nayarit).

Arquitectura andina
La arquitectura andina es el estilo distintivo de los países que forman parte de
la cordillera andina, desarrollada por las diversas culturas prehispánicas a lo
largo de Venezuela, Chile, Ecuador, Perú, Bolivia, Colombia y el
noroeste Argentino durante los siglos XIV y XV, aunando elementos
iconográficos emblemáticos.
En la arquitectura andina es importante tomar en cuenta la nacionalización de
la Cosmovisión, la misma que determina los espacios en función del paso del
sol, dando de esta manera el sentido de espacialidad, tomando como
referencia al ÑAUPA PACHA (norte del mundo andino; este del mundo
occidental.- Lozano, Alfredo.- Cusco Cosqo, Modelo Simbólico de la
Cosmología Andina 1990.
El extenso uso del adobe y madera en las áreas costeras, así como el uso de
piedras labradas y adosadas en las áreas de cordillera y el manejo de los
niveles y la andenería como parte de la contextualización orgánica de la obra
con el entorno, han sido marcas indiscutibles de la arquitectura andina.
El más famoso ejemplo de esta arquitectura es Machu Picchu, la "ciudad
perdida", de la cultura inca y redescubierto por el arqueólogo Hiram
Bingham en 1911.

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