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Medicina e Pessoa Humana

MEDICINA Y PERSONA HUMANA tos se suceen en un ritmo donde los días se


mide forma insufiente, diendoe para regis-
trar los avances de la técnica. El aumento del
Dr. Pablo González Blaseo volumen del concimiento requerido, para su
Profesor de Medicina Psicosomática. Director de /0 correcta administración, la necesaria división
Sociedade Brasileira de Medicina de Familia técnica. Surgen las especialidades, un intento
de almacenar el progreso, dxecatalogar los
Una medicina técnica, institucional y recursos para, estudiados con profundidad,
despersonalizada poder después prestar un servicio altamente
En nuestro tiempo, presidido por una espcializado y eficaz. Nunca ha sido más evi-
medicina altamente técnica, la prestación de dente que los sueños de "enciclopedismo", e
servicos corresponde, en general, a las insti- intento frustrado de reunir el conocimiento
tuciones sean públicas o privadas- y, en con- vigente de la época presente, son hoy postu-
secuencia, a las instituciones de perfil cada ra anacrónica cuando no ingénua. El progre-
vez más impersonal. La relación médico- so es una realidad y contestable. Los especia-
paciente, esencia de la práctica médica, difi- listas y superespecialistas son el fruto natural
cilmente encuentra espacio en este universo. de ese contexto.
se camina, fatalmente, hacia una despersoali- La asistencia médica se debe dividir por
zación de la medicina. Aquí, esta, en pocas sectores en especialidades para poder así lle-
palabras, el quid? del asunto que surge con var hasta el paciente los avances de la tecni-
evidencia cuando contemplamos el panora- ca, convenientemente asimilados. La eficacia
ma que la asistencia médica nos ofrece en terapéutica aumenta .. , por imposición de la
este final de siglo. propia dinámica del sector, se paga un alto
Ese es el tema y el problema, si es que de impuesto que va endetrimento de la unidad
un problema se trata. Nuestra tarea no consis- del paciente. Se acaba tratado de una parte
te tanto en encontrar a los culpables -que, con del paciente, y no de él como un todo; algo
rigor, no existen como conciencia culpable que surge más como necesidad que como
como en encontrar soluciones para recuperar falta del espcialista, a quien, aparentemente,
la base del arte médico. Cabe, entretanto, un podrían comprometer la profundidad de su
análisis breve de las razones que habían con- conocimiento particular. Se abre así una bre-
ducido a la medicina -e con ella a los médicos- cha para la despersonalización de la atención
a esta condición que, curiosamente, parece no médico. Si no corresponde al especialista
satisfacer las necesidades básicas del paciente. subsanar esta deficiencia, ciertamente a
Al final, es con él con el que está la palabra y alguien deberá incumbir hacerlo, pues el
el jucio de valor: si la práctica médica no satis- pacientes es -lo queramos o no- una unidad
face al individuo enfermeo puede ser útli para real: un alguien que está enfermo o que se
muchas cosas más, hablando con propiedad, siente, en su totalidad y no sólo una parte,
aquello no será medicina. enfermo.
Vivimos tiempos de progreso tecnológico Saber que alguien cuida de él, es factor
vertiginosos; las novedades y descubrimien- fundamental en la lucha den paciente contra

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la enfermedad. En él, en el médico, deposita veces deformado, que se hace de la Medicina


la confianza y, guiado por sus consejos, se como profesión.
enfrenta a la nueva situación que la vida le El paciente no se encuentra propiamente
depara: estar enfermo. No se siente una pato- bajo la responsabilidad de un médico, sino
logía encarnada en un individuo, en un caso de un equipo, generalmente vinculado a una
de estudio, ni siquiera un diagnóstico, por- institución. Por otro lado, el paciente va
que no es solamente eso. La enfermedad le directamente al especialista, para los asuntos
ocurre siempre a alguien, a un individuo ordinarios de salud, pues de ese modo que se
concreto, y por eso se reviste de inididuali- le ofrece la opción de asistencia en el servicio
dad, de las peculiaridades de ese ser huma- público o privado. En este contexto, como un
no, con sus características propias de perso- derecho que el paciente reclama -con senti-
nalidad, de familia, sociales. La enfermedad mientos tal vez más que con conocimiento de
es realmente personal e intranferible, como el causa de sus necesidades- surge lo que nos
propio sujeto, com el alma, como el ser. gusta llamar "Medicina de Familia". Es como
El perfil institucional de la asistencia un deseo de recuperar al médico como ele-
médica es, junto con las especializaciones mento que oriente, integre y guíe en ese labe-
crecientes, la segunda brecha para la desper- rinto que es la enfermedad. Un médico que
sonalización. Analizar a fondo este sistema "sepa traducir" en lenguaje común toda la
nos llevaría muy lejos. En pocas palabras se avalancha técnica a la que el paciente será
puede decir que el sistema público -de por sí sometido, cuando sea necesario. Un médico
congestionado- y las diversas instituciones qu es técnico y, al mismo tiempo humano.
que prestan servicios necesitan centralizar la Ese es, en nuestra opinión, el objetivo de la
asistencia médica para poder suplir la bús- práctica de la Medicina de Familia, en res-
queda siempre creciente. Paralelamente, los puesta a las ansias de los pacientes que, no
sistemas vigentes de salud -seguros de enfer- pocas veces, se ecuentran perdido en el
medad, empresas de medicina de grupo, medio de las instituciones, equipo, grupos e
convenios de carácter general- presentan a innumerables especialistas sin tener un
sus afiliados los servicios médicos fragmen- médico rápido a quien recurrir.
tados en especialidades, procurando de esa La práctica de la Medicina de Familia
forma cubrir las necesidades variadas del asume una forma de redescubrimiento, de
público. No es nuestro objetivo -carecemos vuelta las nociones médicas de siempre, inse-
de competencia y de experiencia para tanto- parables de la figura del médico -sea quien
analizar los meamdros de este sistema actual sea por su área concreta de actuación-o Algo
de atención médica, instalado en la loable que, en la intimidad, todo pacientes espera
tentativa de racionalizar la prestación de ser- encontrar en nosotros, los médicos. En la
vicios, de mejorar los recursos. Pero también perspectiva anteriormente descrita de aten-
es una realidad innegable la insatisfacción ción a la salud, tiene el médico de familia
frecuente del paciente. Y sin patentes y tristes algo de explorador que penetrando en las
las consecuencias que se reflejen en las críti- selvas variadísimos de las especialidades
cas sobre el médico y en el juicio, muchas médicas y de las patologías relacionadas, se

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esfuerza para que "los árboles no le impidan que se comporta en todos los temas que igno-
ver el bosque". Un médico en búsqueda de ra, no como ignorante, sino con toda la petu-
algo tan simple y complejo como es el hom- lancia de quien en su ámbito especial es
bre, y en el caso, el hombre que está enfermo. sabio"(l).
Hacer como que las enfermedades, en su
dimensión científica -diagnóstico, tratamien- El paciente despersonalizado
to y pronóstico- no hagan olvidar al enfermo, La enfermedad es fruto de varios factores
y es la meta anhelada en esta búsqueda de un sino como causa directa, sí, ciertamente, como
"verdadero huevo de Colón". modificadores de ésta. Así la personalidad del
Saber dosificar la especialización, sin paciente, el ámbito familiar, la cultura, el
embobarse en ella, conservando la visión de entorno social llevan a que la misma entidad
conjunto. Es una ciencia siempre imprescin- enferma se exprese de modo diferente en cada
dible para tender un puente sobre la necesa- paciente. No existen enfermedades, existen
ria brecha abierta por la especialización, por enfermos. Insistamos: la enfermedad se encar-
donde se evapora el trato personal con el na en cada paciente de modo particular.
médico. Nada contra el especialista, que Analizemos cuál es la reacción del
cumple su función tantas veces imprescindi- paciente cuando se da cuenta de que está
ble. Advertencia, sí, contra una mentalidad enfermeo. Se pueden seguir, básicamente,
especializada, de perspectiva estrecha, que dos caminos al abordar este hecho. Por un
excluye a la persona del paciente de la propia lado, un abordaje prudente, es decir, llamar
patología que se pretende tratar. Es más un la médico. Si el paciente se encuentra enfer-
tema de límites y de manera de entender la mo llama a un profesional para que cuide de
realidad de que ser especialista o no. Quien él. No se preocupa del tipo de enfermedad,
carece de esa visión amplia hace una caricua- con el sistema o aparato cuya fisiología está
tura de la propia personalidad y se encaja alterada. Algo simple que acostumbra a fun-
bien en la figura que con ironía comenta cionar bien: como cuando el coche se avería,
Ortega y Gasset: "El especialista 'sabe' muy lo normal es llevarlo al mecánico de confian-
bien su mínimo rincón del universo; pero za, aquél que resuelve cualquier problema. Si
ignora radicalmente todo lo restante". Y pre- el fallo está en el motor, o en el sistema eléc-
cisando más: "Antiguamente se podían divi- trico, o en cualquier otro dispositivo compe-
dir los hombres en sabios o ignorantes (... ) te al mecánico resolverlo entonces llama al
Pero el especialista no puede ser incluido en especialista, aconseja a alguién, también de
ninguna de esas dos categorías. No es un confianza. No es tarea del usuario hacer los
sabio, pues ignora formalmente lo que no diagnósticos -ni siempre hacerlos- para ir
forma parte de su especialidad; pero también reuniendo a diversos especialistas en los
no es ignorante, ya que es 'hombre de cien- diferentes mecanismos. Buscar al médico o
cia' e conoce muy bien su pequeña porción llamar a éste cuando hay dolor, es pues el
del universo. Tendríamos que bautizarlo camino que parece más sensato.
como 'sabio-ignorante', cosa extremadamen- Pero existe otra razón que se va impo-
te peligrosa, pues significa que es un sujeto niendo hoy, por las razones anteriormente

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analizadas. El paciente, o enfermo, realiza nada de esos asuntos, y convocar a albañiles,


primero un análisis de sí mismo -una tentati- electricistas, ... -todos muy competentes- y,
va de autodiagnóstico- para de ese modo "guiado por el buen sentido y ojo clínico" ir
buscar un médico adecuado. Naturalmente, dando las instrucciones pertinentes.
la propia cultura médica divulgada facilita No basta la buena voluntad, ni la dedica-
esto, sobre todo, porque los sistemas de sani- ción: es preciso competencia. Ante la enfer-
dad se ofrecen a los usuarios divididos en medad el único profesional es el médico; el
especialidades. Para "facilitar" el encontrar paciente es siempre un lego en la materia. No
al médico correcto, se acostumbra a incluir hay enfermos profesionales. La fragmenta-
en el manual del propietario un breve resu- ción del paciente supone, para el propio
men de síntomas según las especialidades. enfermo, un curioso cambio de mentalidad.
Será el paciente quien deberá encontrar al Dado que deberá consultar a tal especialista
especialista conveniente para su problema para tal síntoma, el paciente oculta informa-
guiado por las" orientaciones del manual del ciones "del resto del cuerpo", pues al final,
convenio" y por los conocimientos generales no son síntomas de esa especialidad. "¿Qué
de medicina, enriquecidos por los medios de más siente el señor?" preguntamos en cierta
comunicación, siempre sensancionalistas. ocasión. La respuesta fue contundente: "Doc-
Los resultados de esta gestión propia no tor, de su parte es sólo eso".Y por aumentar
son esperanzadores. El paciente, que no tiene otro ejemplo, citaremos el del paciente que
obligación ninguna de saber medicina, aca- acudió al especialista en gastroenterología
bará buscando un especialista para cada sín- por sentir náuseas y cierta incomodidad epi-
toma que padece. Quiere decir, que se volve- gástrica. Felizmente, el colega "fue alguien
rá, en la práctica un sujeto dividido por una de su especialidad" y acabó diagnostican-
larga listas de síntomas y especialistas, en la do ... un embarazo.
tentativa de resolver su problema. Con asus- Son algunos ejemplos reales, extraídos de
tante frecuencia esta peregrinación de un una lista infinita, fruto de la experiencia clí-
especialista a otro, donde cada uno va "arre- nica de los últimos años.
glando su parte", se parece más a una verda- El paciente fragmentado -en la mente y el
dera "vía sacra", donde al final al paciente ni cuerpo- busca al médico como un técnico,
siempre se le ayuda convenientemente y, como alguien que resolverá un tema particu-
muchas veces, persisten en sus quejas. Eso, lar, y no como un profesional a quien confiar
cuando la propia gestión y las consultas múl- el cuidado de la salud. Más o menos, como
tiples no acaban "descubriendo" otros pro- buscar un servicio en las páginas amarillas
blemas de salud, o también los provocados de la guía telefónica. En este contexto, no se
por las medicinas que todos los facultativos puede pedir que el paciente conserve el sen-
se sienten en la obligación de recetar. El tido profesional del médico. Es una persona
resultado además de precario, carece de pos- que presta servicio, alguien al que se le requi-
tura científica: no se puede dejar en la mano rió por un aspecto peculiar de la salud global
de un ignorante la gestión de la propia salud. que, eso sí, parece que la administra el pro-
Es como querer construir una casa, sin saber pio paciente.

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Medicil1a e Pessoa Humal1a

Como es lógico, ni siempre el paciente es do acuerdo". Terreno difícil para que pueda
capaz de "administrar" todo eso y, cuando crecer en él un verdadero sentido profesional
entiende que se le escapa de las manos, que del médico, y una relación eficaz médico-
está enfermo, perdido en la enfermedad, y a paciente. Y en el medio de ese universo de
pesar de consultar a los médicos especialistas enfermos imaginarios se diluyen aquellos
no se llega a una conclusión, lo normal es lla- que necesitan ayuda médica o no aciertan
mar a alguien que ponga orden. Esa llamada con el médico que asumirá sus sufrimientos.
"integradora" debería dirigirse "a su médi- Un curioso panorama, nacido de una tentati-
co", al profesional de referencia que él, des- va de llevar hasta los pacientes los avances
graciadamente, no tiene ... Cuando se agrava técnicos de la medicina, y que deja a los pro-
la situación es frecuente correr al 'Servicio de pios pacientes huérfanos de un médico que
Urgencias' que, obviamente, no existe para cuide de ellos.
esa función. El Servicio de Urgencias es sinó- Son esos los verdaderos dividendos de la
nimo de urgencia médica, idealizado para autogestión ignorante: un conjunto de espe-
atender emergencias y no para ordenar his- cialistas -uno para cada síntoma-, acumula-
toriales clínicos mal redactados. Juntar los ción de medicamentos, gastos innecesarios
fragmentos del resumen que el enfermo pre- con exámenes complementarios, búsqueda
senta fruto de su autosugestión no es el ser- indiscriminada del Servicio de Urgencias y,
vicio que debe realizar el médico en el Servi- muchas veces, la propia persistencia del pro-
cio de Urgencias. Entre otras cosas porque blema de base, que no se trato de forma apro-
carece de tiempo para esto. Los bomberos piada. Parace, pues, razonable una vuelta al
están destinados a apagar incendios; corres- primer camino propuesto: llamar al médico,
ponde al arquitecto construir una casa, pre- consultarle cuando se está enfermo. Los
veer los sistemas de seguridad. Una casa que temas posteriores son asunto de su compe-
carece de esos recursos y pide los servicios de tencia, no del paciente.
los bomberos habitualmente debe prohibirse,
quizá ser demolida, y construida de nuevo El médico despersonalizado
con profesionalidad. Una analogía jocosa, También el médico sufre las consecuen-
exagerada también, pero que sirve para acla- cias de esta despersonalización. La más
rar el dilema. importante de todas es, quizá, la fatal de
La autogestión ignorante del paciente motivación. Dado que se le busca como un
hace que haya también una verdadera "infla- médico, como un consultor de un problema
ción de enfermos". La facilidad al consultar a sectorial, se limita a dar su opinión en ese
un especialista es la tentación cómoda para tema, dejando el resto por cuenta del pacien-
intentar eliminar el primer síntoma que apa- te.
rece. De hecho, cuando falta orden y sistema Pero el médico no es insensible a este
abunda el "enfermo imaginario": el recurso modo deforme de ejercer la medicina. Algo
al médico no se ve como una necesidad sino en su interior le dice que es necesario asumir
como un lujo fácil, cuando no como un dere- la responsabilidad del paciente, que no
cho adquirido dado que "se paga determina- puede desentenderse de ella, y que esa res-

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ponsabilidad no corresponde a instituciones, vida profesional y, naturalmente, perjudican-


sistemas de sanidad, convenios médicos y, do al paciente que siempre lleva la peor
mucho menos, al propio paciente. parte.
Se sigue, entonces, la revuelta de un ideal
que se posee y que, diariamente, se enfrenta La figura del médico de familia
con una condiciones indignas en la práctica Cuando se contempla una situación
del ejercicio profesional. La remuneración dewde el punto de vista del paciente, que es
desproporcionada -grande en los procedi- al que pretendemos servir con nuestra cien-
mientos técnicos, ridícula en la actuación clí- cia médica, salta a la vista la necesidad de ese
nica- es causa no despreciable de la falta de elemento integrador, que orden el desorden
motivación. Porque al final, es en la actua- provocado por la enfermedad. Una referen-
ción clínica, en el raciocinio y en las decisio- cia de confianza que es el punto de apoyo
nes donde se encuentra la representación para guiar al paciente, con sentido profesio-
práctica de la responsabilidad del médico nal, en su condición de enfermo. Existe una
cuando asume un caso: y erso que él empeña, distancia desde el paciente -atacado por una
ya que a ninguno se le ocurre despejar la res- molestia- hasta el especialista -en caso de que
ponsabilidad por un paciente en un aparato sea necesario- que no puede ser recorrida en
sofisticado o en un examen de laboratorio. Es solitario. Una verdadera integración y ges-
el médioco, que tiene nombre y apellido, el tión del caso clínico, una responsabilidad
responsable de aquel paciente. Los exámenes plena por el paciente que necesita ayuda.
complementarios son la ayuda de una deci- Se impone la necesidad de que el médico
sión personal. La desproporción patente en consulte y estudie al paciente como un todo,
los honorarios profesionales es más un ejem- en conjunto, en un abordaje general y com-
plo de que la sociedad premia la técnica pleto. Actúa de esta forma el médico como
sobre la persona, y solamente es ella -la per- elemento unificador en la desorientación que
sona del médico-la que es capaz de asumir la los variados síntomas producen al paciente.
responsabilidad por un paciente. Establece las hipótesis principales de diag-
Esa revuelta se no se resuelve, desembo- nóstico, programa los exámenes complemen-
ca en conformismo, comodidad. Delante del tarios y receta, seguidamente, la terapia ade-
panorama descrito siempre existe el peligro cuada en cada caso. Finalmente sitúa
de atenerse única y exclusivamente a lo jerárquicamente los diferentes problemas
estrictamente necesario. Y como lo necesario médicos que atacan al paciente, establecien-
es apenas la consulta técnica, del especialista, do la secuencia debida para que los trata-
limitarse a cubrir el expediente. Se pierde el mientos obdezcan a las prioridades correctas
entusiasmo profesional, se deslumbra al y a las peculiaridades del paciente. Cuando
paciente como un caso -ya que él mismo sea necesario, solicita la ayuda del especialis-
fragmentado, parece estar de acuerdo en no ta para un aspecto determinado. Esta es la
ser otra cosa -y el médico se limita a "cum- figura del médico de familia que, cada vez
plir". Es un triste panorama del arte médico más,se va volviendo necesaria y cuya reha-
agonizando, vaciando el sentido de la propia bilitación proponemos.

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Medicina e Pcssoa Humana

El paciente debe ser examinado y tratado a) Debe el médico buscar conocer de


hasta llegar, cuando sea necesario, al especia- forma amplia y profunda la medicina interna
lista, a quien deben llegar solamente los -de la clínica médica, si preferimos el térmi-
recursos necesarios. Esto es la administración no- y por encima las principales patologías,
racional de los recursos,aprovechar el tiempo de aquellas que prevalecen más. El médico
del especialista, para lo que es de su estricta de familia no es aquel que sabe un poco de
comptencia. Los temas ordinarios -o extraor- algunas cosas, sino que es necesario saber
dinarios- de salud deben consultarse al bastante de todo; de los contrario da como
médico de referencia. Y es él quien debe asu- resultado la incompetencia para la función
mir la responsabilidad por el paciente. Es el deseada. No es alguien que se limita a recetar
médico del paciente, aquel que 'ordena el según los síntomas, ni un paliativo para una
caso', diseña los programas a seguir, reúne a situación que demanda la competencia cien-
los especialistas cuando son necesarios. y, tífica.
sobre todo, explica y traduce en lenguaje b) Debe también buscar una permanente
comprensible para el paciente, lo que está actualización en los modernos métodos de
pasando con él y las perspectivas de diag- diagnóstico y en los avances terapéuticos
nóstico y de curación. El paciente sabe para atender los casos correctamente ofre-
entonces que alguien cuida de él, que es res- ciendo al paciente lo mejor posible. No ser
ponsable por su estado y que buscará los especialista no significa desconocer los pro-
mejores recursos para atenderlo. gresos de la técnica, vivir ajeno a ellos, y tra-
El médico de familia también se denomi- tar a los pacientes con terapias superadas o
naba, en el pasado, médico de cabecera. Un desfasadas. El perfil moderno -fruto de esa
modo inteligente para designar una función constante actualización y estudio- significa
cuyo alcance tal vez no se conseguía preveer. tratar al paciente con los mejores recursos
La desaparición de este profesional puso en técnicos del momento.
evidencia su verdadera importancia. El c) El esfuerzo por adquirir una sólida for-
médico de cabecera: aquel al que se consulta mación humanística y cultural que permite
para todo y cualquier problema, un 'vade- conservar la visión del hombre en su conjun-
mecum' que se adapta perfectamente a nues- to, integrado en el medio social y familiar es
tras necesidades. el elemento imprescindible. Es preciso tener
en cuenta las peculiaridades del paciente,
Características del médico de familia edad, cultura, dependencia. Y, siempre, una
Una función necesaria, de origen antiguo, perspectiva realista de la situación: hacer lo
con perfiles modernos. Un papel que requie- que es posible de hecho, sin perderse en sue-
re características peculiares, para desempe- ños de posbilidades que están fuera del
ñarlo satisfactoriamente. Se trata de reunir la alcance del momento. Una relación médico-
ciencia como el arte médico, ofrecer al paciente provechosa depende en gran parte
paciente la mayor comodidad técnica y de esta preparación del médico que debe ser,
humana posible. Un resumen de esas carac- más allá de científica, un académico, un uni-
terísticas: versitario: un hombre de visión ámplia.

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d) Interesarse y adquirir experiencia en la bien filosófica y para las cuales están mal
evaluación y tratamiento de pacientes en el preparados. (... ) Es posible ser médico sin
medio familiar. La visita médica a domicilio ocuparse de estos temas; pero entonces suce-
es práctica inseparable del médico de familia. dería lo que P. Dubois afirmaba en relación
El acompañamiento de enfermos crónicos en con este caso: que el médico se distingue del
su domicilio, proporcionado una orientación veterniario apenas en una cosa: en
completa -nutritiva, de comportamiento y de la clientela"(2).
medicamentos- es una fuente contínua de La figura del médico de familia trae bene-
peticiones en medicina de familia. ficios sustaciosos para
e) Una postura profesional abierta e inte- el paciente. El primero y más importante, es
gradora, que le permita atender el caso del tener un profesional como médico de refe-
paciente a su cuidado, acudiendo cuando sea rencia para los problemas diarios de la salud,
necesario a los especialistas, solicitando los patologías crónicas y agudas, del paciente o
auxilios específicos. Por eso debe saber dialo- de los familiares. Y, como él, el paciente tiene
gar, pedir consejo, facilitar el colega del tra- el camino segruo para recuperar la confianza
bajo especialista, en actitud sinérgica que en la medicina, elementos imprescindible
procura siempre, el beneficio mayor del en la relación médico-paciente y en el caso
paciente. terapéutico.
Finalmente, cabe una breve aclaración No es de despreciar también -todo debe
sobre el modelo humanista que proponemos decirse- el beneficio de disminuir los costes,
para el médico de familia. Humanismo no es ya que usando al médico de familia como
dar soluciones filosóficas a las enfermedades, referencia se agilizan los exámenes comple-
desentenderse del progreso técnico. Y no mentarios, haciendo solamente los necesa-
perder de vista y nunca olvidar que el objeto rios; se inicia el tratamiento sin tardanza y,
de su trabajo es un hombre enfermo como un más importante, se evitan las consultas inne-
todo. Tomar en consideración la condición cesarias a innumerables especialistas, que
humana y orientar, con base en ella, toda la serán consultados cuando sea realmente
conducta. necesario.
Profundizaremos en este tema en el capí-
tulo dedicado a la formación del médico de Conclusión: medicina de familia, un nuevo
familia. Pero no parece supérfluo adelantar estilo
una consideración de un conocido siquiatra No se restringen estas consideraciones a
que resume mucho este nuevo desafío para la clínica, sino a todos los médicos, sobre
el cual el médico debe estar preparado. "La todo, a los que se encuentran en período aca-
medicina se enfrenta hoy con la tarea de démico de formación. La medicina de familia
ampliar su función. En un período de crisis, es, a nuestro entender, un estilo de practicar
como el que experimentamos hoy en día, los la medicina, el estilo de siempre, aquel que
médicos deben cultivar la filosofía (... ). Los nunca deberíamos haber perdido y que no
médicos se encuentran hoy con temas que no disrige y orienta para, en el medio del pro-
son de índole médica solamente, sino más greso, no perder el objetivo y razón de nues-

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tra profesión: el cuidado del paciente. Quien medicina y que soy pesimista sobre su pre-
no dé importancia a esto, difícilmente sabrá sente y su futuro. Yo respeto la medicina,
explicar las cosas al paciente, pondrá barre- porque la amo; y el amor es la fuente supre-
ras e incomunicaciones, aumentando así la ma del culto, en el ser humano y en el ser
angustia natural de la molestia que padece. divino. Pero el amor es también, y debe ser,
De ahí el fracaso de profesionales que son, crítico. Solamente cuando desmenuzamos el
por otro lado, brillantes desde el punto de objeto amado, retirando lo que tiene de dele-
vista técnico. No saben desarollar una rela- téreo, acertamos al encontrar, en el fondo, lo
ción sustancial médico-paciente; es una pres- que tiene de imperecedero. Aquel que habla
tación limitada de servicios, técnica e insufi- valientemente de los defectos de su patria es
ciente. el mejor patriota, el que va puliendo con crí-
Terminando este estudio, parece obliga- ticas justas su profesión, ese es quien la sirve
torio decir que en momento alguno nos con toda la plenitud"(3).
animó lo que equivocadamente podría inter-
pretarse como una crítica al progreso a la (Texto para debate en el seminario de Filoso-
especialización médica. El deseo y la urgen- fía dentro del programa de Master en Perio-
cia que sentimos en la recuperación de esos aismo para Editores, de la Faculdade de
elementos que constituyen un perfil del ver- Ciencias da Informa<;ao da Universidade de
dadero médico, y que están cada vez más Navarra (España), realizado en Sao Paulo,
agosto 1997)
ausentes, explica el tono de estos comenta-
(Traducción del original en portugués: David
rios. Un matiz que podría pensarse crítico
Diéguez)
pero que, en el fondo, pretende ser construc-
tivo, y abrir camino para una esperanza de
Notas bibliográficas:
superación, personal y del arte médico como
un todo. 1. Ortega y Gasset: "A rebeliao das masas". Revista
La palabras de Gregorio Marañón -extra- de Occidente, Madrid, 1930, p. 130.

ordinario médico y pensador- parecen las 2. V. Frankl: "Psicoterapia ao alcance de todos"


más adecuadas para poner el punto final. Herder, Barcelona, 1986, p. 24.
"Sentiría mucho que alguien concluyera
3. G. Marañón: "La Medicina y nuestro tiempo",
pensando que no soy respetuoso para con la Espasa Calpe, Madrid, 1957, p. 52.

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