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Romano, Fabián. “La humanización del ejercicio de la vocación médica : un desafío fáctico” [en línea]. Vida y Ética,
año 14, nº2 (2013). Disponible en:
http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/revistas/humanizacion-ejercicio-vocacion-medica.pdf [Fecha de
consulta:..........]
ARTÍCULOS
LA
HUMANIZACIÓN Dr. Fabián Romano
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VIDA Y ÉTICA
RESUMEN ABSTRACT
RESUMEN ABSTRACT
Aquellos que observan más allá de patients and can modify any kind
los hechos manifiestos, perciben of result in the therapeutics
los gestos de humanidad del enfer- applied.
mo, arribando al diagnóstico de la Precisely, professions are built
patología con visión holística de la based on people and with people.
persona. Esta actitud genera en los
pacientes seguridad y confianza, la
cual puede teñir el resultado de
cualquier tipo de terapéutica apli-
cada.
Es precisamente en y con las perso-
nas, desde donde se construyen las
profesiones.
ideologías que, por su propia esencia no social y ecológica, será difícil que frente
sostienen fundamentos, llevan a que a los pacientes que se presenten en bús-
cualquier vínculo entre los individuos se queda de su práctica y su ciencia, estos
sienta afectado y hasta desnaturalizado. profesionales lleguen a reconocerlos de
La medicina justamente constituye una modo integrado y como una unidad. Este
relación entre personas. concepto de considerar a la persona, más
allá de parecernos elemental, es el que
debe sostener el ejercicio de la práctica y
3. EL ACTO MÉDICO el intento de humanizar cualquier víncu-
lo o vocación. Si no bastaría que revisá-
La medicina presupone una relación ramos ejemplos de ello en la historia de
entre personas. En todo acto médico esta la humanidad.
relación se ordena particularmente entre
el Paciente, sus familiares y el Médico la Por otro lado, la experiencia nos habla
cual reviste, por su naturaleza, ciertas de que en cada acto médico y frente al
particularidades que deben ser conside- enfermo, realizar un diagnóstico y con-
radas de manera específica. Por lo tanto, secuentemente implementar un trata-
en ese encuentro interpersonal no debie- miento hace que el paciente comience a
ran quedar fuera el análisis profundo y la experimentar cierto grado de alivio. Esta
reflexión acerca de las actitudes que allí situación le ofrece al paciente una espe-
se ponen de manifiesto. El vínculo cono- ranza y un camino que lo encausaría a
cido como “relación médico-paciente” recobrar la salud perdida. Pero bien sabe-
queda establecido de una manera asimé- mos que este acto puramente técnico
trica cuando se lo concibe desde la ofrecido por el médico y el sistema de
acción: una de ellas en situación de bús- salud no es suficiente para establecer un
queda y la otra en actitud de ofrecimien- vínculo entre personas, si entendemos
to; pero fundamentalmente se sostiene que una de ellas se encuentra en estado
de un modo simétrico, ya que este se de debilidad frente a la otra, debilidad
constituye entre dos personas de una que no procede solamente desde una
misma naturaleza. esfera del plano físico.
todos los aspectos constitutivos de la La ética del cuidado forma parte cons-
persona humana. La presencia sólida y titutiva del acto médico, y toma un lugar
contenedora en la figura del médico, la preponderante especialmente cuando
palabra de aliento y las acciones tera- trata de brindarle al paciente una aten-
péuticas acompañadas de la escucha ción personalizada, a fin de que el enfer-
permanente también son parte del acto mo mantenga la paz, sienta la compañía y
médico. El profesional no puede estar la asistencia, recuperando algunas capaci-
desatento a la vivencia del paciente. Para dades perdidas, para que de algún modo
ello hay que ser suspicaz, observador y lo reconcilien, lo tranquilicen y le brinden
compasivos al punto de no perder objeti- armonía para él y su entorno.
vidad, recordando además que la insensi-
bilidad no es parte vinculante de la for- Y aun en situaciones en donde ya no
mación profesional. es posible recuperar la salud frente a
pacientes que se encuentran experimen-
El paciente, por su condición, se en - tando la etapa final de la vida, el médico
cuentra en situación de espera. Siempre tendrá mucho todavía por realizar en su
está en actitud de espera: espera a los afán del cuidado de la persona.
médicos, a los enfermeros y a los técnicos; Afirmamos en este punto que el acto
espera un diagnóstico y un tratamiento; médico no se agota cuando la ciencia no
espera a sus familiares y a sus amigos; espe- tenga nada más para ofrecer. El médico,
ra el alta sanatorial, y muchas veces espera en un diálogo sincero con su paciente,
el final. Esa actitud de espera lo condiciona dentro del marco del respeto por la liber-
y a su vez lo hace más vulnerable. tad y la verdad, y no pudiéndole ya otor-
gar la recuperación de la salud perdida,
Es así como surge una dimensión más podría considerar prudente y atinado
en la práctica médica, la cual nace de la devolverle al menos un espacio que lo
atención que el médico dirige hacia su reconcilie con su historia personal, la que
paciente y se ocupa del cuidado, lo que seguramente pudo haberse relegado por
podríamos llamar una ética del cuidado ocuparse tanto de las expectativas del
de la persona enferma que espera y mañana. En aquellas enfermedades que
demanda. En este marco la respuesta una vez instaladas acompañan al pacien-
siempre debe ser otorgada por el profe- te hasta el final de su vida, el futuro
sional, el cual también es otra persona, queda inexorablemente desvanecido.
pero como ya lo hemos citado más arri-
ba, en actitud asimétrica respecto del Así pues, aun en las puertas de la
acto que ejerce. muerte y junto a un paciente sin pronós-
tico de vida, el acto médico sigue marcan- van creando de alguna manera un factor
do y teniendo un sentido profundo. Su común en toda persona que se enferma.
objetivo ya no será brindar salud erradi-
cando la enfermedad, sino que pasará a Durante el transcurso de una enfer-
cobrar otra dimensión. Cuando se acaban medad la persona va experimentando
las respuestas relacionadas con la medici- cambios que de ningún modo pueden ser
na y la terapéutica, suele aparecer la nece- evitados y que afectan además de su
sidad de las preguntas existenciales. esfera psicológica, su integridad física y
Aquellas que se orientan hacia una vida por consiguiente su desarrollo en el
interior, al sentido de lo trascendente. El ámbito social, laboral y familiar, entre
médico podrá participar de ese vínculo otros. En una palabra, todo su ser y su
solo si en su concepción de la práctica está vida de relación se verán afectados. La
formulado el concepto de humanidad. vivencia de enfermar es una experiencia
única, irrepetible y privativa de cada per-
4. VIVENCIA Y EXPERIENCIA DE sona. Al tiempo en que la enfermedad
ENFERMAR irrumpe, los sentimientos interpelan de
diversos modos al propio paciente.
El ejercicio de la medicina no se con-
cibe de manera integral si algunos con- Cuando la enfermedad se presenta de
ceptos básicos quedan obnubilados o una manera intempestiva y se instala en
poco claros. La Salud y la Enfermedad, el la persona, la manifestación de los senti-
Dolor y el Sufrimiento constituyen una mientos distingue diversas etapas, ya
constante en la práctica de la profesión, estudiadas por muchos. El modo de
y son justamente estos conceptos los que expresarlos es consecuente con cada una
pueden orientar mejor el modo de ope- de esas instancias y que en general guar-
rar. Pero además de estos aspectos, quizá dan relación con una evolución que tien-
son aún más profundas la vivencia y la de a la aceptación de la enfermedad.
experiencia que surgen en cada persona
a partir del padecimiento de una enfer-
Pero estas vivencias y expresiones no
medad, del dolor o del sufrimiento.
siempre ocurren de manera sistematiza-
da u ordenada, ya que cada persona
La vivencia de enfermar es siempre constituye un universo particular. Y por
inherente al ser humano y por ello posee supuesto las variables son tantas como
características que le son propias. Y como tantas son las características que consti-
bien sabemos, trascienden a las culturas y tuyen a las enfermedades.
situaciones en las que su rol sea el de paciente el lugar que nunca dejo de
paciente, y desde allí puedan sentirse tener, pero que muchas veces dejó de
invitados a repensar el proceso de huma- sentir: el ser persona, cuidada y respetada
nización de su profesión, debiendo ser como tal.
dóciles y dejándose llevar por las indica-
ciones de otros colegas. Para que luego Una relación sana y humanizada acer-
de esta experiencia conduzcan con sol- cará al paciente a la figura del médico, el
vencia y justicia a aquellos que se cual deberá tener la capacidad de devol-
encuentren a su cargo. verle la confianza para aquellos que la
hayan perdido, tendiendo de este modo
Sería oportuno que en el vínculo esta- lazos entre la ciencia y la conciencia.
blecido en la relación terapéutica, los
médicos buscaran la posibilidad de Toda propuesta terapéutica debería
encontrarse con el “otro” que siempre alinearse y ser consecuente con su fin
estará esperando de “nosotros”. Es último, en donde la defensa de la vida
momento en que dejemos un poco de encuentre implícito el desarrollo integral
lado la “tecnificación” de la práctica pro- de la persona humana que constituye el
fesional para transformarla en la “perso- sujeto del actuar profesional.
nalización” del que sufre y espera.
Sabemos que muchas veces el sistema Redescubrir la vocación y humanizar
burocratizado coloca al individuo en una cada gesto y acción del ejercicio de la
situación especial, “cosificándolo” con un profesión le devolverá a la persona el sen-
número de cama, habitación o Historia tido genuino de su ser, siendo consecuen-
Clínica. Es tiempo de devolverle al tes con la meta de las ciencias médicas.