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Introducción:
Cuando hablamos de la pandemia y de las muertes ocurridas durante este periodo
de tiempo solemos pensar en las producidas por el patógeno SARS-COV2 en
cosas como fallas respiratorias, personas entubadas, alta fiebre y complicaciones
cardiacas, sin embargo a la sombra de este fenómeno global crecia otra epidemia,
que lenta y silecionsamente cobraba vidas en todo el mundo, la del suicidio.
Un problema que desde hace más de 20 años ha ido en aumento, y que, desde
luego, la pandemia llegó a acentuar, (especialmente entre niñas, niños y
adolescentes); sin embargo, me parece que el problema en realidad no es que la
gente decida terminar con su vida o no, sino que como sociedad no sabemos ni
entendemos como tratar los temas de salud mental.
Desde luego eso es desde la parte personal;, sin embargo, los esfuerzos más
grandes deberían de darse por parte de los organismos oficiales de gobiernos
pues el suicidio es un problema de salud pública y que, según información de la
OPS, “es a menudo descuidado, rodeado de estigmas, mitos y tabúes.”, sin
embargo hay acciones directas que los países pueden tomar que se alejan de una
estrategia de salud pública como refiere Sergio Pérez algunas de estas acciones
son “control de posesión de armas de fuego, tratamiento de enfermedades
mentales, destoxificación del gas domesticodoméstico.”
Conclusión:
La prevención es crucial, la pandemia llegó a recordarnos la importancia del
cuidado personal y de la higiene mental, el confinamiento nos hizo revaluar por
completo nuestro estilo de vida, nuestras relaciones, y nuestra resiliencia. Nos
enfrentó con situaciones inimaginables y fracturo el tejido social de forma
profunda, marcando a más de una generación de personas que por siempre vivían
con la cicatriz de la pandemia, como señalé en mi escrito para muchos esto
significo al empeoramiento de su situación.
A pesar que la psicología como disciplina científica lleva ya más de cien años de
existencia los prejuicios sobre aquellos que deciden recibir atención psicológica
siguen siendo aún muy grandes, y estructuras como el machismo han ayudado a
propiciar la creencia que las personas duras y frías que además no suelen
compartir sus sentimientos son roles a los que deberíamos aspirar. Pues
constantemente vemos en medios como, como el cine, reproducciones del
arquetipo clásico de héroe un hombre de pocas palabras y que suele haber vivido
experiencias traumáticas de las cuáles nunca habla. Este tipo de representaciones
mediáticas, aunado a la poca educación sobre salud mental queé hay en la
población ha causado que millones de personas que viven con algún trastorno
mental sean completamente ignorantes de su condición.
Por lo que concluyó diciendo, hay que hablar de suicidio, hay que entender el
suicidio, y solo así podamos nosotros inclusive salvar un vida.
Bibliografía:
PÉREZ BARRERO, SERGIO A. RECOMENDACIONES PARA UNA
ESTRATEGIA DE PREVENCIÓN DEL SUICIDIO Revista de Neuro-Psiquiatría,
vol. 68, núm. 3-4, 2005, pp. 222-227 Universidad Peruana Cayetano Heredia Lima,
Perú
https://www.paho.org/en/enlace/burden-mental-disorders
https://www.gaceta.unam.mx/aumentan-suicidios-en-ninez-y-adolescencia-
durante-la-pandemia/
https://www.infobae.com/america/mexico/2021/03/25/crisis-economica-en-mexico-
el-2020-no-comenzo-mejor/
Comentarios:
-La redacción es buena, aunque hay que poner atención en la ortografía.
-Cumple con la estructura que se solicitó: introducción, desarrollo y conclusión.
-Aunque hay elementos que nos llevan a pensar en que hay un argumento, éste no se presentó de
forma clara y concreta.
-Falta que escriban las fuentes de las citas que señalas, recuerda que las puedes escribir en
formato APA o como nota al pie de página.
Calificación: 8