Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La pregunta es la siguiente: ¿Murió Cristo por todos en el mundo o murió sólo por los
elegidos? Estas dos opiniones se conocen teológicamente como expiación ilimitada y
expiación limitada.
La expiación limitada
El término expiación limitada significa que Cristo murió en la cruz sólo por aquellos que
habían sido elegidos. Este punto de vista está asociado con el calvinismo, aunque conocido
como calvinismo extremo por aquellos que se autodenominan calvinistas moderados.
La expiación limitada es la L en las siglas TULIP (acróstico en inglés de los cinco puntos del
calvinismo) que fue formulada en el Consejo de Dort en 1619 por la Iglesia Reformada.
T significa "la depravación total”
U significa "la elección incondicional"
L significa "la expiación limitada"
I significa "la gracia irresistible"
P significa "la perseverancia de los santos."
La expiación ilimitada
Aquellos que creen que Cristo murió por todo el mundo (por cada ser humano) se aferran
al punto de vista de la expiación ilimitada. Esta es la opinión que tiene el autor.
Uno puede sostener cualquiera de los dos puntos de vista y ser un evangélico fiel que cree
en la autoridad de la Biblia. Debemos estar seguros de que las diferencias que tenemos en
tales posiciones no se convierten en una barrera para el compañerismo con nuestros
hermanos en Cristo.
A continuación, se exponen los temas y las Escrituras que sostienen la opinión de que la
posición ilimitada de expiación es la correcta. Norman Geisler hace la siguiente declaración al
respecto cuando dice: "No es solamente que no hay versículos que, debidamente entendidos,
apoyen la expiación limitada, sino que también hay numerosos versículos que enseñan
expiación ilimitada, es decir, que Cristo murió por los pecados de toda la humanidad" (Geisler,
Chosen But Free [Escogidos pero libres], Minneapolis, MN; Bethany House Publishers, 1991,
2001; página 200).
También eligió a la nación de Israel de todas las naciones del mundo. Esto se indica
claramente en Deuteronomio 7:6-8:
“Porque para el SEÑOR tu Dios tú eres un pueblo santo; él te eligió para que fueras su
posesión exclusiva entre todos los pueblos de la tierra. El SEÑOR se encariñó contigo y te
eligió, aunque no eras el pueblo más numeroso sino el más insignificante de todos. Lo hizo
porque te ama y quería cumplir su juramento a tus antepasados; por eso te rescató del
poder del faraón, el rey de Egipto, y te sacó de la esclavitud con gran despliegue de fuerza.”
(NVI)
Los arminianos modernos (wesleyanos) también sostienen que el hecho que Dios “antes
conoció” significa que Dios escogió o eligió a las personas que Él ya sabía que serían salvas
para ser salvas. En otras palabras, Dios eligió a aquellos a quienes Él conoció antes que
aceptarían a Cristo como Salvador. Pero como Baker comenta, “decir que Dios escoge para la
salvación a los que Él sabe que serán salvos es decir algo superfluo … Es verdad que el hombre
tiene que hacer una decisión para ser salvo, pero también es evidente, según la Biblia, que la
elección es algo que Dios hace completamente aparte del hombre, algo que Dios hizo antes
de la creación del universo” (página 403).
Norman Geisler habla de tres puntos de vista sobre la soberanía y la responsabilidad. Estos
son: (1) calvinistas extremos, (2) calvinistas moderados, y (3) arminianos modernos
(wesleyanos). Luego da las siguientes definiciones.
La Responsabilidad Humana
Por responsabilidad humana queremos decir que Dios responsabiliza a toda persona humana
de las decisiones que toman y de las acciones que persiguen.
Alabado sea Dios por la gran salvación que ha preparado para todo el mundo y que se da
libremente a cada persona que cree en el Señor Jesucristo (Hechos 16:31). Podemos tener la
vida eterna porque Jesús dio Su vida en rescate por todos (1 Timoteo 2:6). Juan Wesley dio
este consejo que debería ayudarnos en la forma en que vemos a nuestros hermanos
creyentes con otra perspectiva en ciertas áreas de la teología. En su sermón "Un Espíritu
Católico" dijo: "Si tu corazón es como mi corazón, si amas a Dios y a toda la humanidad, no te
pido más: dame tu mano". [Citado por Michael Bird, Teología Evangélica, página 529].