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Introducción
Pues, ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado para justicia.
Esto es bueno y aceptable delante de Dios nuestro Salvador, el cual desea que todos los hombres sean
salvos y lleguen al pleno conocimiento de la verdad, pues hay un solo Dios y un solo mediador entre
Dios y los hombres: Jesús el hombre, el Mesías, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, cuyo
testimonio fue dado en sus propios tiempos; (1Timoteo 2:3-6).
pero vemos a Aquél que fue hecho un poco menor que los ángeles: a Jesús, coronado de gloria y de
honra a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustara la muerte por
todos. (Hebreos 2:9).
“el cual es también la propiciación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por
los de todo el mundo.” (1 Juan 2:2).
Las Escrituras enseñan que el sacrificio del Cordero de Dios incluyó el pecado del mundo (Juan 1:29) y
que la obra de redención (1 Timoteo 2:6; 2 Pedro 2:1), reconciliación (2 Corintios 5:19), y propiciación (1
Juan 2:2) del Salvador fue efectuada a favor de toda la humanidad (1 Timoteo 4:10). Sin embargo, la obra
de Cristo en la cruz es eficaz, válida y beneficiosa solamente para los que creen (1 Timoteo 4:10; Juan
3:16). Para decirlo de otro modo, Cristo murió una muerte sustitutiva e hizo un pago por los pecados que
fue SUFICIENTE para todos los hombres, pero que es EFICIENTE solo para los escogidos.
Definición de Términos
Para comenzar, puede ser de ayuda definir algunos de los términos que serán usados en este estudio:
La expiación: Para nuestros propósitos aquí, estaremos usando este término para referirnos a la
obra de Cristo en la cruz en general, con un énfasis especial en la muerte sustitutiva de Cristo por
nuestros pecados.
Expiación ilimitada (expiación general, expiación universal): Esta es la doctrina que dice que
Cristo murió por los pecados de todos los hombres, por toda la humanidad, por cada persona, por
todo el mundo. Sin embargo, los individuos no se benefician de la muerte de Cristo para ser
salvos hasta que vienen a Cristo y creen en Él. El don de Dios ha sido comprado, ofrecido y
presentado a todos (1 Juan 5:11), pero tiene que ser recibido personalmente por fe (1 Juan 5:12;
Juan 1:12).
Los Elegidos: Usamos este término para referirnos a los salvos de todos los tiempos. El término
incluye a cada uno o a todos aquellos que estarán finalmente en el cielo y que serán contados
entre los redimidos (comparar Colosenses 3:12).
Los No-elegidos: Usamos este término para referirnos a los que finalmente perecerán en el
infierno. Se refiere a los que persisten en su incredulidad y que rechazan a Cristo hasta el día de
su muerte. Están en el infierno, no porque Dios los escogiera para condenación, sino porque
“ellos no recibieron el amor de la verdad para ser salvos” (2 Tesalonicenses 2:10-13). Los que van
al cielo, solo lo harán gracias a Dios; los que van al infierno solo podrán culparse a sí mismos por
ello.
Nota: reconocemos que a nadie le agrada referirse a sí mismo como “hiper” o “extremo”. La
mayoría se considera muy equilibrada. Cuando un calvinista de cinco puntos usa el término
“hipercalvinista”, se está refiriendo a un grupo de calvinistas aún más extremo que, por ejemplo,
puede creer que no es necesario predicar el evangelio a los pecadores. Ellos razonan que los que
Dios ha escogido, llegarán a la fe en Cristo, se predique o no el evangelio. William Carey se
encontró con un extremista así cuando propuso su obra misionera. Su nombre era Sr. Ryland Sr.,
y él reprendió a Carey con estas palabras: “Joven, tome asiento. Usted es un entusiasta. Cuando le
plazca a Dios convertir a los paganos, ÉL lo hará sin consultar con usted o conmigo.” Por otra
parte hay calvinistas decididos como James Morrison o Richard Baxter, pero como ellos abogan
por una expiación ilimitada y por una redención universal, son considerados calvinistas
moderados.