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L E U C E M I A
Mieloide C R Ó N I C A
S U B M Ó D U L O
L E U C E M I A
C R Ó N I C A
Índice
D E F I N I C I Ó N - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 3
E T I O P A T O G E N Í A - - - - - - - - - - - - - - - - - - 5
F A C T O R E S D E R I E S G O - - - - - - - - - - - - 9
M A N I F E S T A C I O N E S C L Í N I C A S - - - - 1 1
D I A G N Ó S T I C O - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 1 3
T R A T A M I E N T O - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 2 4
P R O F I L A X I S - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 3 5
C O N C L U S I Ó N - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 3 6
B I B L I O G R A F Í A - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 3 7
I N V E S T I G A C I Ó N
Definición
L M C
La leucemia mieloide crónica (LMC) es un tipo de cáncer o síndrome
mieloproliferativo crónico caracterizado por un aumento de leucocitos y el
tamaño del bazo.
Esta Leucemia tiene su origen en la célula madre pluripotencial y la causa suele
ser un reordenamiento o translocación de dos cromosomas (9 y 22) conocida
también como cromosoma Filadelfia, misma que da lugar a la formación del gen
híbrido BCR/ABL1, la cual produce una enzima anormal que se denomina tirosina
cinasa que es la responsable de la producción aumentada de leucocitos y que
condiciona una intensa proliferación granulocítica.
En los años ‘60 y ‘70, la leucemia tenía un pronóstico funesto ya que el 90% de los
pacientes necesitaba un trasplante de médula ósea alogénico (de donante) para
recuperarse y solo 1 paciente de cada 4 sobrevivía.
Actualmente la mayoría de pacientes con este tipo de leucemia no requieren de
un trasplante de médula ósea para su curación. Este se reserva para casos muy
excepcionales, por lo que la mayoría disponen de los inhibidores de la tirosina
quinasa como tratamiento de primera línea.
Constituye el 15% del total de las leucemias, con una incidencia de
aproximadamente 1 caso nuevo por 100000 habitantes y en casi la mitad de los
pacientes el diagnóstico se establece en forma casual, y el 90-95% de los
pacientes se encontrarán en fase crónica.
I N V E S T I G A C I Ó N
Definición
L M C
Cuando aparecen síntomas, lo más frecuente es que estos estén relacionados
con la anemia y esplenomegalia que es común a casi todos los pacientes.
La alteración más frecuente al hemograma y que debe determinar el diagnóstico
de sospecha es la hiperleucocitosis con desviación izquierda sin exceso de
blastos junto con anemia moderada, trombocitosis leve y basofilia
Esta leucemia puede afectar a personas de cualquier edad y sexo, aunque es
poco frecuente antes de los 10 años de edad. La enfermedad aparece con mayor
frecuencia en adultos de 40 a 60 años de edad, con una ligera predilección por el
sexo masculino.
I N V E S T I G A C I Ó N
Etiopatogenía
L M C
Patogénesis
La LMC se produce como consecuencia de una alteración genética adquirida que
afecta al stem cell, la translocación recíproca entre los brazos largos de los
cromosomas 9 y 22 que se conoce como cromosoma Philadelphia (Phi+). Esta
anomalía citogenética (t(9;22)(q34;q11)) implica la translocación de la región ABL del
cromosoma 9 que se fusiona con la región BCR del cromosoma 22. El punto de
rotura de ABL es constante, pero el de BCR varía, dando lugar a los diferentes
transcritos. Dependiendo del punto de quiebre, la proteína de fusión será de mayor
o menor tamaño. La más frecuente es la p210, seguida de la p190 y p230. La
proteína codificada es una proteína oncogénica con actividad tirosina kinasa
aumentada que altera las vías de proliferación y supervivencia celular. En más del
95% de los pacientes con LMC se puede demostrar la fusión del gen BCR-ABL.
La proteína p210 es una proteína cinasa con un tamaño de 210 kD que está activada
en forma constitutiva y que actúa fosforilando varios sustratos, entre los que se
incluyen distintos factores de regulación del ciclo celular, favoreciendo la
proliferación celular, inhibiendo el proceso de apoptosis, y por tanto, aumentando la
supervivencia celular
Por lo general, las células humanas tienen 23 pares de cromosomas. En ellos, está el
ADN que contiene las instrucciones que informan a las células lo que deben hacer.
En las personas con leucemia mielógena crónica, los cromosomas de las células
sanguíneas intercambian secciones entre sí. Una sección del cromosoma 9 cambia
de lugar con una sección del cromosoma 22. Esto crea un cromosoma 22 más corto
y un cromosoma 9 más largo de lo normal.El cromosoma 22 corto se llama
cromosoma Filadelfia. Recibe su nombre de la ciudad donde se descubrió. El
cromosoma Filadelfia está presente en las células sanguíneas del 90 % de las
personas con leucemia mielógena crónica
I N V E S T I G A C I Ó N
Etiopatogenía
L M C
Los genes del cromosoma 9 se combinan con los del cromosoma 22 para crear un
nuevo gen llamado BCR-ABL. El gen BCR-ABL les dice a las células sanguíneas que
produzcan una cantidad excesiva de una proteína llamada tirosina cinasa. La tirosina
cinasa promueve el cáncer al permitir que ciertas células sanguíneas crezcan fuera
de control.Las células sanguíneas comienzan a crecer en la médula ósea. Cuando la
médula ósea funciona con normalidad, produce células inmaduras, denominadas
células madre sanguíneas, de manera controlada. Estas células maduran y se
convierten en glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas que circulan en el cuerpo.
Este proceso no funciona correctamente en las personas que padecen leucemia
mielógena crónica. La tirosina cinasa permite que se produzcan demasiados
glóbulos blancos. La mayoría o la totalidad de estas células contienen el cromosoma
Filadelfia. Los glóbulos blancos afectados por la enfermedad no crecen ni mueren
como deberían. Estos se acumulan en grandes cantidades, desplazan las células
sanguíneas sanas y dañan la médula ósea.
Etiopatogenia
Etiopatogenía
L M C
La HPN, como indica su nombre, tiene carácter paroxístico y nocturno, es decir, se
manifiesta en forma de crisis, generalmente durante la noche. Se caracteriza por la
presencia de hemoglobina en la sangre debida a la lisis de los glóbulos rojos.Las
crisis de HPN agravan el cuadro clínico y pueden ser desencadenadas por diferentes
factores: esfuerzo físico, medicamentos, infecciones, estrés, vacunaciones, ingesta de
ácido acetilsalicílico, etc.Tras una crisis puede aparecer: ictericia, leucopenia,
esplenomegalia, hemosiderinuria y leucopenia. También suele aparecer dolor
abdominal, dolor de espalda y cefalea. Los niveles de neutrófilos son anormalmente
bajos (neutropenia) y, por defectos de la función de los granulocitos, disminuyen las
defensas lo que favorece la aparición de infecciones y trombocitopenia. Todos los
pacientes que presentan esta enfermedad deben recibir vacunas preventivas contra
ciertos tipos de bacterias para prevenir infecciones.
Etiopatogenía
L M C
El color oscuro de la orina es signo de la descomposición de los glóbulos rojos, que
liberan hemoglobina en el torrente sanguíneo y finalmente en la orina
Síntomas de la HPN:
Dolor abdominal.
Dolor de espalda.
Dolor de cabeza.
Orina de color oscuro.
Dificultades respiratorias.
Tendencia a sangrado y formación de hematomas.
Formación de coágulos en la sangre.
Factores
D E R I E S G O
Un factor de riesgo es todo aquello que aumenta las probabilidades que tiene
una persona de padecer una enfermedad como el cáncer. Por ejemplo, la
exposición de la piel a la luz solar intensa es un factor de riesgo para el cáncer de
piel. Asimismo, fumar es un factor de riesgo para un número de cánceres. No
obstante, el tener un factor de riesgo, o incluso muchos factores, no significa que
una persona padecerá la enfermedad. Además, muchas personas que adquieren
la enfermedad pueden no tener factores de riesgo conocidos.
Los siguientes factores podrían aumentar el riesgo de una persona de desarrollar
CML:
Factores
D E R I E S G O
Exposición a la radiación. A muchas personas que fueron sobrevivientes de los
bombardeos atómicos de 1945 en Japón por largo tiempo, se les diagnosticó CML.
Además, la radioterapia para una afección denominada espondilitis anquilosante se
ha vinculado con la CML. Sin embargo, no existe un vínculo comprobado entre la
CML y la radioterapia o la quimioterapia administradas para otros tipos de cáncer u
otras enfermedades.
Sexo. Los hombres son más propensos a desarrollar CML que las mujeres.
Manifestaciones
C L Í N I C A S
Los signos y síntomas de presentación en CML dependen de la
disponibilidad y del acceso a procedimientos de atención a la
salud, lo que incluye exámenes físicos y pruebas de detección. En
regiones geográficas donde existe un acceso más limitado a los
servicios de salud, los pacientes a menudo acuden con una carga
muy elevada de CML lo que incluye esplenomegalia, anemia y
síntomas relacionados (dolor abdominal, pérdida de peso, fatiga)
así como alta frecuencia de CML de alto riesgo.
Manifestaciones
C L Í N I C A S
Exploración física. La esplenomegalia es el dato
más común en la exploración física, ocurre en 20
a 70% de los pacientes dependiendo de la
frecuencia de las afecciones de salud. Otras
manifestaciones menos comunes incluyen
hepatomegalia (10 a 20%), linfadenopatía (5 a
10%) y enfermedad extramedular (lesiones
cutáneas o subcutáneas). Esto último indica
transformación de CML si una biopsia confi rma
la presencia de hojas de blastos.
Otros datos en la exploración física son manifestaciones de complicaciones de la
elevada carga tumoral, antes descrita (p. ej., hemorragia, trastornos cardiovasculares o
cerebrovasculares). Los recuentos muy elevados de basófilos pueden relacionarse con
producción excesiva de histamina que ocasiona prurito, diarrea, rubor cutáneo o
incluso úlceras gastrointestinales
Diagnóstico
L M C
El diagnóstico se basa principalmente en los hallazgos del hemograma. Cuando la
leucocitosis tiene causa no explicada, la proliferación de formas jóvenes de la serie
mieloide, la trombocitosis, etc. se asocian con esplenomegalia, las posibilidades
diagnósticas diferenciales son escasas. En ocasiones, las infecciones crónicas como la
tuberculosis (en especial en ancianos), los tumores que invaden médula ósea o
infecciones agudas pueden simular la enfermedad.
La vigilancia adecuada y el estudio integral del individuo suelen ser suficientes para
aclarar el diagnóstico. En casos de duda se puede recurrir a la determinación del Ph1,
o bien de los niveles de fosfatasa alcalina leucocitaria y de vitamina B12 sérica.
FASES
Fase crónica (FC): aquellos pacientes que no cumplen criterios de diagnóstico para
las otras fases. Como decíamos antes, es la forma en la que se presentan
aproximadamente el 95% de los pacientes, los cuales en general alcanzan buenas
tasas de respuesta con ITK con supervivencia global a 5 años superior al 90% y con
indicación de terapias intensivas como el Alotransplante de precursores
hematopoyéticos solo en casos muy seleccionados
Diagnóstico
L M C
Fase acelerada (FA): definida por la presencia de uno o más de los siguientes
criterios: 10-19% de blastos en sangre periférica o médula ósea; ≥20% de
basófilos en sangre periférica; recuento plaquetario <100.000/μL sin relación con
tratamiento; recuento plaquetario >1.000.000/μL que no responde al
tratamiento; aparición de alteraciones citogenéticas adicionales durante el
tratamiento; y/o, aumento del recuento de leucocitos o del tamaño del bazo
durante el tratamiento.
Crisis blástica (CB): definida por al menos uno de los siguientes: ≥20% de
blastos en sangre periférica o en médula ósea; presencia de clusters de blastos
en médula ósea; y/o, presencia de infiltrado extramedular de blastos (sarcoma
mieloide).
HEMOGRAMA
MIELOGRAMA
El mielograma corresponde a un estudio citológico cuantitativo y cualitativo de la
médula ósea, la que es obtenida por aspiración. El mielograma debe ser precedido
por el informe de uno o más hemograma(s) que justifiquen su realización.
l mielograma destaca aumento de la celularidad a expensas de una panmielosis, con
predominio de la hiperplasia de la serie granulocítica. Su realización es fundamental
para el conteo de blastos, lo que permitirá definir la fase en la que se encuentra la
enfermedad.
El análisis por citometría de flujo se reserva para los casos con sospecha de FA o CB,
para una mejor caracterización de las células inmaduras, lo cual es fundamental para
el seguimiento y evaluación de respuesta al tratamiento.
Debe practicarse examen de médula ósea para evaluar el cariotipo, así como la
celularidad y el grado de mielofibrosis.
Diagnóstico
L M C
BIOPSIA DE MÉDULA ÓSEA
ANÁLISIS CITOGENÉTICO
Fotografía y cariotipo
En los últimos años se ha desarrollado más aún, comenzando una nueva era para la
citogenética molecular, con el FISH Múltiple, cariotipo multicolor o “Spectral
karyotyping (SKY)”, hibridación del genoma comparativo (CGH) y técnicas de
“microarrays”, que permiten identificar alteraciones no detectables por la
citogenética convencional.
El método más sensible es el RT-PCR pero detecta mRNA (lo que se está
expresando), en cambio FISH se refiere a porcentaje de células. FISH ofrece la
posibilidad de analizar muestras de médula ósea o sangre periférica de los
pacientes para una cuantificación rápida de células Ph positivas. En cada laboratorio
debe establecerse el límite máximo de células positivas con fusión aparente en
muestras normales, lo que se denomina “cut-off level” o valor de corte.
Diagnóstico
L M C
PCR
La PCR es una técnica in vitro, inventada por Kary Mullis en 1985, que produce
múltiples copias de una secuencia de DNA seleccionada, si está presente en la
muestra a estudiar. Su sensibilidad se debe a la posibilidad de amplificar millones de
veces esa secuencia seleccionada (templado). Una propiedad importante de esta
técnica desde el punto de vista diagnóstico es la habilidad de amplificar fragmentos
de DNA de tejido fresco o congelado, pero también DNA degradado como el que se
encuentra en las muestras embebidas en parafina.
RT-PCR
Q-PCR
Tratamiento
L M C
Antecedentes del tratamiento
El tratamiento de la LMC ha evolucionado de manera impresionante. Se inició en el
siglo XIX con el uso de compuestos de arsénico. A principios del siglo XX se usó la
irradiación esplénica para reducir el tamaño del bazo, pero no fue hasta 1960 cuando
se comenzó a utilizar el busulfán tras demostrar su superioridad en el primer ensayo
clínico realizado en la historia de la enfermedad. Con el descubrimiento del posible
potencial mutagénico de esta droga, se sustituyó su uso por la hidroxicarbamida.
Ambos fármacos mejoraron las cifras hematimétricas y producían un alivio
sintomático, pero no disminuían el porcentaje de metafases con la translocación ni
retrasaban la progresión de la enfermedad. En la década de 1970 se demostró que el
interferón-α producía reducción del clon Ph+ en un porcentaje importante de
pacientes, llegó incluso a conseguir respuestas citogenéticas completas en 20-25 % de
los pacientes. La adición de arabinósido de citosina subcutánea al tratamiento con
interferón-α aumentó la proporción de pacientes que alcanzaban desaparición del clon
Ph+ y se demostró que conseguía también un aumento de la supervivencia. En la
década de los setenta se realizaron los primeros trasplantes alogénicos de médula
ósea para el tratamiento de la LMC. Con esta modalidad terapéutica se lograba la
desaparición del clon Ph+ con mantenimiento duradero de la respuesta en la mayoría
de los pacientes. Sin embargo, es un tratamiento agresivo con un índice de mortalidad
significativo por el tratamiento mieloablativo y por las complicaciones derivadas de la
enfermedad de injerto contra huésped. Modificaciones en la técnica del trasplante
alogénico, como el inóculo deplecionado en linfocitos T, provocaron que en los años
noventa fuera la primera opción terapéutica para aquellos pacientes en los que la
edad y comorbilidades los hacían aptos para este procedimiento.
Los plazos en los que se deben alcanzar los distintos grados de respuesta son:
Respuesta hematológica completa:
óptimo: al mes
fallo: si no se produce a los 3 meses
Respuesta citogenética completa:
óptimo: a los 6 meses
fallo: si no se alcanza a los 12 meses
Respuesta molecular mayor:
óptimo: a los 12 meses
falla: ratio>1% a los 18 meses
los pacientes que alcanzan respuesta molecular profunda mantenida por al menos 2
años y suspenden terapia, mantienen dicha respuesta. Por otro lado, la inmensa
mayoría de los pacientes que experimentaron una pérdida de respuesta la
recuperaron tras reintroducir el tratamiento. En este sentido, han sido varios los
grupos que han publicado recomendaciones para la discontinuación de terapia en la
práctica clínica habitual, aunque aún no existe consenso al respecto, ni tampoco
recomendaciones locales. La mayoría de expertos recomiendan que para considerar
suspensión de terapia el paciente debe haber estado siempre en fase crónica, en
tratamiento con ITK por al menos 3 años y con respuesta molecular profunda durante
al menos un año. Una vez suspendido el ITK, debe hacerse una monitorización
frecuente de la respuesta molecular mediante RT-PCR cuantitativa, ojalá mensual
durante el primer año.
El tratamiento de elección de los pacientes con LMC en fase crónica son los ITK, a
excepción de las mujeres embarazadas, que deberán tratarse con interferón. Los ITK
bloquean la activación de BCR-ABL de forma que inducen la apoptosis de las células
que expresan la mutación. El primer ITK que fue aprobado para el tratamiento de la
LMC fue Imatinib. Posteriormente aparecieron nilotinib y dasatinib, ITK de segunda
generación que demostraron ser más potentes que Imatinib, consiguiendo respuestas
moleculares más profundas en forma más rápida, sin embargo, esto no se
correlaciona con un impacto favorable ni en la supervivencia global ni en la
supervivencia libre de progresión, por lo que a pesar de estar aprobados en primera
línea, su indicación quedaba limitada a pacientes de alto riesgo. Con la incorporación
como objetivo de tratamiento de la remisión libre de terapia, el impacto de conseguir
una respuesta molecular profunda lo antes posible es mucho mayor, lo que ha
condicionado un cambio en el tratamiento en primera línea. El otro ITK Leucemia
mieloide crónica María José García R. 630 de segunda generación también aprobado
en primera línea es bosutinib. Ponatinib, ITK de tercera generación, solo está aprobado
en segunda línea.
Imatinib
Es el primer inhibidor sintético múltiple de tirosin-kinasa (ABL, BCR-ABL, receptor del
factor de crecimiento derivado de las plaquetas y c-kit) diseñado para inhibir la
proteína de sustrato del BCR-ABL, que ha demostrado eficacia en pacientes con LMC
(autorizado por la FDA en mayo del 2001) o tumores gastrointestinales (autorizado por
la FDA desde febrero de 2002). La unión de este fármaco se logra en los sitios de unión
de ATP, de la conformación BCR-ABL kinasa inactivos, logrando una inhibición del
crecimiento e induciendo apoptosis de las células que expresan esta conformación. El
imatinib, desde el 2001, ha tomado fuerza para el tratamiento de los pacientes con
Tratamiento
L M C
LMC en fase crónica a una dosis de 400 mg día, y en fase acelerada y fase blástica tipo
mieloide, a una dosis de 600 mg día cuando ha fallado en estos pacientes el uso del
interferón-alfa. Este medicamento tiene una rápida absorción, logra unas altas
concentraciones luego de dos horas de su administración por vía oral y tiene un
metabolismo hepático, a través de citocromo P450 e isoforma CYP 3A4, y en menor
medida por otras isoformas. El objetivo en el tratamiento con imatinib será encontrar
una respuesta hematológica completa (normalización completa del hemograma con
reducción en el recuento de leucocitos menor a 10x109 , recuento de plaquetas menor
a 450x109 , ausencia de células inmaduras como mielocitos, promielocitos, o blastos
en sangre periférica, y no evidencia de signos o síntomas de enfermedad, con
desaparición de esplenomegalia) a los tres meses de seguimiento.
El estudio IRIS, que es un estudio abierto, aleatorizado, multicéntrico, y cruzado cuyos
objetivos fueron: comparar el tiempo hasta el fallo en el tratamiento, así como la
supervivencia global en pacientes con leucemia mieloide crónica Filadelfia positiva,
fase crónica sin tratamiento previo con imatinib, comparado con interferón alfa
combinado con citarabina; comparar calidad de vida y enfermedad y las toxicidades
relacionadas en los pacientes tratados con estos dos regímenes; comparar la tasa y la
duración de la respuesta hematológica, y la respuesta citogenética mayor en estos dos
grupos de pacientes; comparar la tasa y la duración de la respuesta citogenética
mayor, y respuesta hematológica completa en los pacientes cuyo entrecruzamiento los
lleva a recibir imatinib o interferon alfa combinado con citarabina; y comparar la
tolerabilidad y la seguridad de estos dos regímenes así como la farmacocinética de
imatinib en este grupo de pacientes.
Aproximadamente de un 20 a un 30% de los pacientes a los que se les administra
imatinib harán resistencia, que puede ser explicada por varios mecanismos, los cuales
a su vez se pueden diferenciar como los mecanismos dependientes del receptor BCR-
ABL y los mecanismos independientes del receptor.
Se considera una falla en la respuesta si a los tres meses no hay respuesta
hematológica completa o si a los seis meses el paciente no ha alcanzado una
respuesta citogenética completa. O a los 12 meses que no haya alcanzado una
respuesta citogenética parcial, o que a los 18 meses no haya alcanzado una respuesta
citogenética completa, o que en cualquier momento el paciente luego de haber
obtenido una respuesta hematológica y/o citogenética completa haya disminuido su
respuesta. También se considera pérdida de la respuesta en cualquier momento la
aparición de mutaciones con baja sensibilidad a Imatinib.
Tendrán respuesta suboptima los pacientes que no hayan alcanzado a los tres meses
una respuesta hematológica completa, o que a los seis meses no hayan alcanzado una
respuesta citogenética parcial o que a los 12 meses no hayan alcanzado una respuesta
citogenética completa, o que a los 12 meses no hayan alcanzado una respuesta
molecular mayor, o que en cualquier momentos se encuentren anormalidades
clonales en células Cromosoma Filadelfia positivo.
Tratamiento
L M C
Los mecanismos de resistencia independientes del receptor BCR-ABL pueden ser:
• Efectos fármaco-cinéticos, donde juegue un papel su mecanismo de absorción, vías
de metabolización e interacción con otras drogas y concentraciones plasmáticas.
• La unión a proteínas plasmáticas como alfa1- acido glicoporteina 1 (AGB1) que
disminuiría su biodisponibilidad.
• La absorción intracelular de imatinib, dependerá de la concentración de la proteína
transportadora unida a adenosín trifosfato, que es una proteína transmembrana que
regula el tránsito de sustancias fuera de la célula, se ha visto implicada en la expulsión
de varias drogas antineoplásicas, disminuyendo de esta forma la concentración de la
droga a nivel intracelular.
•Inhibición de los canales de absorción del imatinib a nivel intracelular, el
transportador de cationes orgánicos humanos puede alterar la absorción del imatinib
a nivel intracelular.
•Y otros como la evolución clonal, activación de vías independientes del receptor BCR-
ABL (sobreexpresión de receptores SRC) y quiescencia de las células madres. Y los
mecanismos de resistencias relacionados con el receptor BCR-ABL: sobreexpresión del
receptor BCR-ABL 1, mutaciones puntuales del dominio kinasa del receptor BCR-ABL 1.
Eliminación
En base a la recuperación de los compuestos después de una dosis oral de imatinib,
aproximadamente el 81% de la dosis se recuperó en 7 días en heces (68% de la dosis) y
orina (13% de la dosis). Imatinib inalterado alcanza el 25% de la dosis (5% orina, 20%
heces), siendo el resto metabolitos.
Dasatinib
El dasatinib (BMS-354825) es la primera terapia autorizada por la FDA como
tratamiento de la LMC resistente o intolerante a imatinib. Es un inhibidor oral del
receptor de tirosin kinasa de segunda generación, no relacionado estructuralmente
con el imatinib y 325 veces más potente que éste. La inhibición que realiza el dasatinib
es sobre las kinasas BCR-ABL, la familia de SRC (SRC, LCK, YES, FYN), c – KIT, las kinasas
del receptor A de efrina y del receptor para el factor de crecimiento beta derivado de
las plaquetas. Es metabolizado a nivel hepático por el citocromo P450 y la isoenzima
CYP3A4 en metabolitos activos e inactivos, por lo que es importante tener en cuenta
los fármacos que podrían alterar su eficacia o aumentar la toxicidad del medicamento.
El dasatinib se une al sitio de unión del ATP, haciéndolo tancto en las conformaciones
activas e inactivas del dominio kinasa del ABL, además presenta una gran afinidad con
unos menores sitios de contacto al ABL comparado con el imatinib.
La administración es oral, con un pico de 0,5 hasta 6 horas y una vida media de 3 a 5
horas. Presenta una rápida absorción que no es modificada por la ingesta de
alimentos y su vía de eliminación, tanto del dasatinib como de sus metabolitos, es por
vía fecal. Se debe de tener cuidado cuando se usan concomitantemente drogas que
interactúen sobre el citocromo P450, CYP3A4 como el alfentanilo, astemizole,
cisapride, ciclosporina, ergotamina (derivados del ergot), fentanyl pimozide,
quinidina, tacrolimus debido a que pueden ser modificadas sus concentraciones
plasmáticas por el uso de dastinib. Mientras que las siguientes drogas disminuyen las
concentraciones plasmáticas del dasatinib: claritromicina, eritromicina indinavir,
atazanavir, itraconazol, y ketoconazol, antiácidos, carbamazepina, dexametasona,
antihistamínicos H2, fenobarbital, fenitoína, inhibidores de la bomba de protones. El
dasatinib está indicado como tratamiento para pacientes con LMC en cualquiera de
sus fases o en LLA Cromosoma Filadelfia positivo, que sean resistentes o intolerantes a
tratamiento de primera línea.
Tratamiento
L M C
Con éste se puede llegar a obtener una respuesta hematológica completa en la fase
crónica del 90%, en fase acelerada puede llegar al 33% y la respuesta citogenética
completa al 32%. En la fase blástica mieloide la respuesta hematológica completa
puede ser del 24% y la respuesta citogenética completa del 27%. En la fase blástica
linfoide la respuesta hematológica completa alcanza el 26% y una respuesta
citogenética completa el 50%.
Eliminación
La semivida terminal media de dasatinib es de 3 horas a 5 horas. El aclaramiento oral
aparente medio es 363,8 l/hr (CV% 81,3%). La eliminación se produce
predominantemente por las heces, principalmente como metabolitos. Después de una
dosis oral única de dasatinib marcado con [14C], aproximadamente el 89% de la dosis
se eliminó en 10 días recuperándose un 4% y 85% de la radioactividad en orina y
heces, respectivamente. La fracción inalterada de dasatinib representó el 0,1% y el
19% de la dosis en orina y heces, respectivamente, mientras que el resto de la dosis se
eliminó como metabolitos.
Nilotinib
El nilotinib es un inhibidor oral de BCR-ABL que ha dado buenos resultados en los
pacientes con leucemia mieloide crónica resistentes a imatinib. Es un inhibidor
competitivo por el sitio de unión al ATP similar al imatinib, aunque 60 veces mas
potente que éste. Está indicado para pacientes en fase crónica o acelerada resistentes
al imatinib, con una dosis recomendada de 400mg.
Tratamiento
L M C
dos veces al día, por vía oral. Es inactivo contra la mutación T315I, y su metabolismo es
vía citocromo P450. Con un aumento de la exposición al ser utilizado con ketoconazol
y aumenta las concentraciones del midazolam; además se debe tener cuidado al
utilizar con otras drogas como: antimicóticos tipo azoles, claritromicina,
dexametasona, fenitoína y carbamazepina, porque modifica su biodisponibilidad,
tanto de las drogas como del nilotinib.
Eliminación
Tras una dosis única de nilotinib marcado radiactivamente en voluntarios sanos, más
del 90 % de la dosis se eliminó dentro de los siguientes 7 días, principalmente por las
heces (94 % de la dosis). Nilotinib inalterado supuso el 69 % de la dosis.
La semivida de eliminación aparente estimada a partir de la farmacocinética a dosis
múltiples con dosis diarias fue de aproximadamente 17 horas. La variabilidad
interpaciente en la farmacocinética de nilotinib fue de moderada a alta.
Bosutinib
El bosutinib (SKI 606) es un inhibidor dual del Src y ABL kinasa, 200 veces más potente
que el imatinib y aunque actúa en múltiples mutaciones no actúa sobre la T315I.
Reduce la actividad del endotelio vascular mediado por factores de crecimiento,
modificando la permeabilidad y extravasación de células tumorales y limita la
interacción entre células tumorales.
Eliminación
En sujetos sanos a los que se les administró una dosis única intravenosa de 120 mg de
bosutinib, la semivida de eliminación media (% CV) fue de 35,5 (24) horas, y el
aclaramiento medio (%CV) fue de 61,9 (26) l/h. En un estudio de balance de masas con
bosutinib oral, en nueve días se recuperó una media del 94,6% de la dosis total; la vía
de excreción principal fueron las heces (91,3%), y en la orina se recuperó un 3,29% de
la dosis. Un setenta y cinco por ciento de la dosis fue recuperado en un plazo de 96
horas. La excreción en la orina de bosutinib inalterado fue baja con aproximadamente
Tratamiento
L M C
un 1% de la dosis tanto en los sujetos sanos como en quienes tenían tumores sólidos
malignos avanzados.
Dosis recomendada
LMC Ph+ en FC recién diagnosticada
La dosis recomendada es de 400 mg de bosutinib una vez al día.
LMC Ph+ en FC, FA o FB con resistencia o intolerancia al tratamiento previo
La dosis recomendada es de 500 mg de bosutinib una vez al día.
Ponatinib
Está indicado en pacientes adultos con:
leucemia mieloide crónica (LMC) en fase crónica, fase acelerada o fase blástica que
sean resistentes a dasatinib o nilotinib; que sean intolerantes a dasatinib o nilotinib
y en los que no esté clínicamente indicado el tratamiento subsiguiente con
imatinib; o que presenten la mutación T3l5I
leucemia linfoblástica aguda cromosoma Filadelfia positivo (LLA Ph+) que sean
resistentes a dasatinib; que sean intolerantes a dasatinib y en los que no esté
clínicamente indicado el tratamiento subsiguiente con imatinib; o que presenten la
mutación T3l5I.
La dosis recomendada es 45mg/d. Es el único ITK efi caz para la mutación T315I. La
principal limitación en su uso son las complicaciones cardiovasculares.
Eliminación
Tras dosis únicas y múltiples de 45 mg de Iclusig, la semivida de eliminación terminal
de ponatinib fue de 22 horas, y se suelen alcanzar condiciones en estado estacionario
en el plazo de una semana con la administración continua. Con la administración una
vez al día, las exposiciones plasmáticas de ponatinib aumentan 1,5 veces
aproximadamente entre la primera dosis y las condiciones en estado estacionario.
Aunque las exposiciones plasmáticas de ponatinib alcanzaron niveles de estado
estacionario con la administración continua, un análisis farmacocinético de la
población predice un aumento limitado en el aclaramiento oral aparente durante las
dos primeras semanas de administración continua, lo que no se considera
clínicamente relevante. Ponatinib se elimina principalmente a través de las heces. Tras
una sola dosis oral de ponatinib marcado con [14C], alrededor del 87% de la dosis
radiactiva se recupera en las heces y alrededor del 5% en la orina. Ponatinib sin
modificar representó el 24% y < 1% de la dosis administrada en las heces y la orina,
respectivamente; el resto de la dosis correspondió a los metabolitos.
Tratamiento
L M C
Dosis recomendada
La dosis inicial recomendada es de 45 mg de ponatinib una vez al día. Para la
administración habitual de 45 mg una vez al día, se dispone de un comprimido
recubierto con película de 45 mg. El tratamiento debe mantenerse mientras el
paciente no muestre signos de progresión de la enfermedad o toxicidad inaceptable.
La respuesta de los pacientes se debe vigilar de acuerdo a las guías clínicas habituales.
Se debe considerar la retirada de ponatinib si no se ha obtenido una respuesta
hematológica completa en un plazo de tres meses (90 días).
Es probable que el riesgo de acontecimientos oclusivos arteriales esté relacionado con
la dosis. Se debe considerar reducir la dosis de Iclusig a 15 mg en pacientes con LMC -
FC que han logrado una respuesta citogenética mayor, teniendo en cuenta los
siguientes factores en la evaluación individual del paciente: riesgo cardiovascular,
efectos secundarios del tratamiento con ponatinib, tiempo hasta la respuesta y niveles
de transcriptos de BCR-ABL (ver secciones 4.4 y 5.1). Si se decide reducir la dosis, se
recomienda una estrecha monitorización de la respuesta. En pacientes en los que haya
desaparecido la respuesta, es posible volver a aumentar la dosis de Iclusig a una pauta
tolerada de 30 o 45 mg, administrada una vez al día y por vía oral.
La terapia para la LMC está cambiando rápidamente. La experiencia del médico y las
preferencias del paciente deben ser tomadas en cuenta en el proceso de selección. La
decisión final del tratamiento se debería enfocar en los resultados, los riesgos, y la
toxicidad de los diferentes tratamientos. Hoy en día, la meta de la terapia de la LMC es
alcanzar una hematopoyesis monoclonal, no neoplásica, prolongada y durable, lo cual
implica la erradicación de cualquier célula residual que contenga el transcripto
BCR/ABL. La meta es una remisión molecular completa y la curación. Los resultados
con los fármacos han llevado a los médicos a ofrecerlo como terapia de primera línea
para los pacientes con LMC de diagnóstico reciente. Sin embargo, algunos pacientes
desarrollan resistencia y en esos casos se deben ofrecer otros tratamientos. El
dasatinib está aprobado por la FDA para el tratamiento de todas las etapas de la LMC
resistente o intolerante a la terapia anterior, incluyendo el imatinib. Este agente ha
cambiado el algoritmo de tratamiento de la LMC ofreciendo una nueva oportunidad a
aquellos pacientes cuyo tratamiento estaba restringido por la resistencia al imatinib y
la falla de otras opciones terapéuticas.
I N V E S T I G A C I Ó N
Profilaxis
L M C
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