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Especialidad hematología
Sinónimos
LLC
Leucemia linfoide crónica
Leucemia linfocítica crónica
Diagnóstico[editar]
Directrices de referencia para el diagnóstico y el tratamiento de la LLC pueden
encontrarse en el artículo de Michael Hallek de 2008 Guidelines for the diagnosis
and treatment of cll y en la revisión de 2010 de Foon y Hallek Changing paradigms
in the treatment of chronic lymphocytic leukemia.
Habitualmente la LLC se presenta en pacientes de edad avanzada. Un porcentaje
alto de pacientes no presentan síntomas. La sospecha de LLC surge ante la
aparición de leucocitosis (número elevado de linfocitos —más de 5000 por mm³—
en un análisis de sangre rutinario).
Puede padecer anemia y anemia hemolítica, más
raramente trombopenia (plaquetas bajas). El ácido úrico y la LDH suelen estar
elevados. Se suele acompañar de hipogammaglobulinemia (concentración baja
de inmunoglobina —anticuerpos— en sangre con alto riesgo de infección),
especialmente de IgM. También se encuentran alteraciones de la inmunidad
celular debido a la secreción de factores inhibidores por los linfocitos neoplásicos.
Además pueden presentarse adenopatías (inflamación de ganglios
linfáticos, bazo e hígado —hepatoesplectomegalia—). Una alimentación con
deficiencia de hierro y ácido fólico favorece la aparición indicadores relacionados
con una baja hemoglobina (p.e. anemia).
Indicadores y pruebas diagnósticas[editar]
• Hemograma: El recuento de linfocitos es superior a cinco mil por milímetro
cúbico (5000/mm³),14 pudiendo alcanzarse cifras muy superiores en el
transcurso de la enfermedad. Hay que observar la relación entre el volumen
linfocitos bajo (VCM) y conductividad alta (VCS).
• Microscopio: La observación microscópica de la sangre periférica permite
comprobar la morfología de las células y confirmar la presencia de la
enfermedad.
• Mielograma: El mielograma de médula ósea confirma la infiltración en los
ganglios linfáticos de linfocitos pequeños de aspecto maduro al lado de los
cuales pueden observarse otros de aspecto atípico que suelen formar
seudofolículos. Esta prueba está en desuso ante la implantación de la biopsia
de médula ósea.
• La biopsia de médula ósea permite conocer las variaciones citogenéticas y el
inmunofenotipo.
• Citometría de flujo: Permite el diagnóstico diferencial con otras leucemia de
tipo B y T. Es un estudio con marcadores de superficie.
En la LLC hay una proliferación de linfocitos B. En ausencia de enfermedad hay un
80 % de linfocitos T y un 20 % de linfocitos B, en la LLC esta relación se invierte
(del 80 al 95 % linfocitos B y del 5 al 20 % de linfocitos T), esta inversión es muy
utilizada para el diagnóstico.
El fenotipo típico de la LLC es CD19, CD5, CD23 positivo. El CD79b, el FMC-7 y
las IgS son positivos débiles o negativos, y el CD22 es positivo débil.15 Para otros
autores la LLC más común presenta una proliferación de linfocitos B con expresión
de CD19+, CD20+, CD22+ y CD23+. En todo caso los antígenos CD son claves
para el diagnóstico de esta enfermedad.16
Síntomas[editar]
Fase asintomática[editar]
El comienzo de la enfermedad suele ser asintomático (el paciente no se
siente mal, nada le indica que esté enfermo). El hemograma muestra
proliferación de linfocitos fuera de los rangos habituales.
El hematólogo hace un seguimiento periódico del estado general del
enfermo mediante la comunicación con éste, la exploración física y la
realización de pruebas necesarias, básicamente el hemograma (análisis de
sangre).
La progresión de la enfermedad puede estabilizarse durante un tiempo o
evolucionar apareciendo en los análisis de sangre de control aumento
de linfocitos y leucocitos y nuevos indicadores (lactato
deshidrogenasa, beta 2 microglobulina, plaquetas, hemoglobina, gamma
globulina...) que superan o disminuyen el número o la proporción
considerada normal pudiendo dar paso a la fase sintomática. Se incorporan
nuevas pruebas como la ecografía, la tomografía Axial Computarizada,
TAC o escáner y citometría para precisar la fase de la enfermedad y la
situación concreta en el paciente.
Fase sintomática[editar]
La progresión inexorable de la LLC conlleva la aparición de los
siguientes síntomas:25
Clasificación Binet[editar]
Tratamiento[editar]
El tratamiento de la LLC consiste básicamente en el control de la
enfermedad y sus síntomas mediante las terapias más idóneas para cada
paciente. No puede hablarse de cura, excepto en los resultados favorables
de trasplante de médula ósea. Puede consultarse el informe de posición de
la SEHH de 2021 sobre acalabrutinib para conocer las distintas terapias
para la LLC.28 También, más antiguas, las directrices para el tratamiento
pueden encontrarse en varios artículos (2008-2010).293031 Puede
consultarse el artículo de 2015 de Morabito et al Promising therapies for the
treatment of chronic lymphocytic leukemia12 así como el resumen de
la American Cancer Society sobre el tratamiento típico de la LLC. Puede
consultarse revisión de tratamientos de 2018 en Nature Reviews Clinical
Oncology.32
En los años 1940 la LLC se trataba con glucocorticoides, después con
antineoplásicos alquilantes y desde la primera década del siglo XXI se han
incorporado los anticuerpos monoclonales (Rituximab, obinutuzumab). En
la segunda década del siglo XXI se incorporan los inhibidores de tirosina
kinasa (ibrutinib, acalabrutinib, zanubrutinib, tirabrutinib, vecabrutinib) e
inhibidores Bcl-2 (venetoclax) e inhibidores selectivo de la Fosfoinositol 3-
quinasa PI3K ((Idelalisib, duvelisib o umbralisib).2833
La LLC se trata con terapia dirigida de inhibidores de tirosina
kinasa, terapia biológica (anticuerpos
monoclonales), quimioterapia (citostáticos) y trasplante de médula ósea.
Una técnica aplicable en algunos casos y ya en desuso es
la esplenectomía (extirpación del bazo)34 que se realiza cuando
la esplenomegalia (bazo agrandado) contribuye a la trombocitopenia y a
la anemia y siempre que hayan fracasado la radioterapia y quimioterapia.35
Terapias dirigidas e inmunoterapia[editar]
La aparición de medicamentos inhibidores de la tirosina
quinasa específicios para la LLC como ibrutinib y acalabrutinib, entre otros,
ha supuestos un cambio radical en las terapias para el control de la LLC.
No obstante se siguen utilizando, por su eficacia, aplicación temporal y no
permanente, en determinados pacientes, tratamientos tradicionales con
quimioterapia. La inmunoterapia con anticuerpos
monoclonales (rituximab, ofatumumab) se han unido a la terapia de la
enfermedad en monoterapia o combinados con inhibidores.28
Terapias dirigidas con inhibidores de la tirosina quinasa, Bcl-2 y PI3K[editar]
En 2021 los medicamentos utilizados para las terapias dirigidas para la
LLC son:36
Estudios preclínicos[editar]
En 2012, estudios preclínicos farmacológicos, confirmarían posibles
efectos antitumorales —especialmente en leucemias—,
del diterpeno hispanolona, una molécula que se encuentra en
la Galeopsis angustifolia y en la Ballota hispanica o manrubio rojo.818283
Causas - Etiología[editar]
Aunque se desconocen las causas específicas (etiología) que provocan
la LLC todos los pacientes presentan modificaciones anormales en
los cromosomas de las células. El protooncogen Bcl-2 (B-cell lymphoma
2) aparece sobreexpresado. En la mayoría de los casos aparecen
alteraciones secundarias en la expresión de los Micro ARN (miRNA en
inglés) MIRN15a y MIRN16-1.84 Dependiendo de la naturaleza de
dichas alteraciones se han establecido pronósticos distintos en relación
con la evolución y gravedad de la enfermedad.
No se considera una enfermedad hereditaria aun cuando existen
antecedentes familiares en algunos casos. No hay una causalidad
comprobada con la historia clínica del paciente (otras enfermedades o
circunstancias del enfermo) y no está establecida relación directa
con radiaciones, tóxicos u otras sustancias externas. [cita requerida]
Son posibles causantes de la enfermedad aquellas factores externos o
internos que producen las alteraciones celulares descritas en la LLC.
Origen en un citomegalovirus de la familia de los
herpes[editar]
Un estudio de 2012 publicado en la revista Blood estableció que
un antígeno que se une a los receptores celulares de leucemia es la
proteína pUL32 de un citomegalovirus humano de la familia de
los herpes. Si el citomegalovirus fuera el origen de la leucemia podría
estudiarse el tratamiento de antivirales para frenar el avance de la
enfermedad.8586
Tóxicos cancerígenos y hemotóxicos[editar]
Distintos componentes químicos orgánicos e inorgánicos han sido
catalogados como cancerígenos y específicamente hemotóxicos, entre
ellos están los compuestos organofosforados,87 organoclorados,
utilizados como pesticidas, plaguicidas e insecticidas; el acetato de
vinilo,88 y también el benceno,89 El benceno es un compuesto químico
muy utilizado en la industria y presente la gasolina, en pinturas, y en
el tóner de fotocopiadoras e impresoras. El benceno también está
presente en el humo del tabaco. La exposición prolongada a niveles
altos de benceno en el aire puede producir leucemia,
especialmente leucemia mieloide aguda90 En 2014 la compañía
Samsung reconoció el vínculo entre las condiciones de trabajo de sus
fábricas —de semiconductores— y la aparición de leucemia. otros
cánceres de sangre y otras enfermedades.91
Radiación ionizante - radiactividad[editar]
Véanse también: Radiación ionizante y Radiactividad.