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En Clases No - JamWalker
En Clases No - JamWalker
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BOOKTRAILER - NUEVA VERSIÓN
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Los quiere,
Jam Walker.
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1. Su rostro
Rachel Lombardo:
En su tono de voz noto que está tan molesto como excitado, lo veo
reacomodarse en su asiento, llevarse las manos al cabello y halar
de este, respira un par de veces antes de fijar su mirada llena de
frustración en mí.
—Se trata de eso, ¿no? —con un tono más severo que el anterior,
expresa su enojo—, tu venganza porque me fui un día —hace
énfasis en las dos últimas palabras—, fuera de la ciudad, porque
necesitaba estar solo, descansar de las jodidas exigencias de mi
padre y la estúpida universidad.
—Al sexto piso, a la clase del Señor —hago una breve pausa
buscando en mi móvil el nombre del profesor—, Harvet.
—¿Qué sucede?
—¿No..?
—Tu puedes, Rachel —me animo, arrastrando los pies, escalón por
escalón. En el leve descanso que tomo aprovecho para ver de
nuevo la hora. Siete y ocho de la mañana—, puedo lograrlo, puedo
hacerlo.
—Lo es —dice.
—¿Qué?
—Sí.
—¿Perdone?
—Eh. Le decía que no hay excusa para llegar tarde, sin embargo...
—¿Puedo pasar?
—Puede, pero que sea la primera y última vez que llega tarde a mí
clase.
No.
—Está bien.
¿A qué se refiere?
Mejor Amiga:
*¿Qué más desea entregar, señorita Lombardo?
Dime que le respondiste; ¡Todo lo que usted quiera, Mr. Harvet! *
—Es Amy, es evidente que será por alguna payasada que llama, ya
sabes, es Amy —repite, recalcando sobre el humor constante de mi
mejor amiga—. Hablas con ella luego, ¿nos vamos ya?
Jackson.
—Hey, señor Harvet, soy Jackson Kozlov. ¿Puedo hablar con usted?
Con arrogancia, mi novio se dirige al profesor, está seguro que le
darán el cupo, aunque a mí me parece lo contrario, al verlo
detenerse frente a nosotros... Hay algo en su mirada adusta e
intensa. ¿Posibilidades de qué lo acepte en su clase? ¡Ninguna!
—Y yo a ti, Jack.
— Por supuesto.
De pronto, su reclamo me lleva a pensar que el comentario del
profesor no solo llegó a oídos de mi mejor amiga, también a él. Y su
tan desmerecedora confianza me ofende.
Amor:
"No puedo seguir así, quiero tiempo para saber lo que quiero,
perdón"
No lo entiendo.
¡¡Imbécil!! Falso.
— ¿Mark?
—Am, ¿es que no lo ves? El señor Harvet ni siquiera tiene nada que
ver aquí. Ese idiota solo lo utilizó como excusa para terminarme.
— Mark Harvet.
______________________________________________________
____
«Papucho Harvet»
Leo la identificación con la que ha colocado al profesor de cálculo.
Sonrío negando nuevamente con la cabeza. Es Amy, no puedo
esperar menos de ella.
—¿Me agradeces por darte el número del ardiente Mark? —El tono
coqueto e insinuante en el que pregunta me hace entornar los ojos
— Vamos, tienes que aceptar que está como quiere. Incluso mejor
que Jackson.
—Señorita Lombardo...
¡A la mierda!
Escuchar la voz grave y profunda del señor Harvet del otro lado de
la línea, disparan mis nervios y hace que Amy se aleje, llevándose
las manos a la boca, callando su impresión.
—Eh, yo. Señor —¡Mierda, Rachel! ¡Articula una jodida frase bien!
Me riñe la voz de mi cabeza—. Tengo que colgar.
Amy hace gestos con sus manos, hablándome, pero lo único que
escucho es la presión de mi corazón, acelerando cada sentido de mi
cuerpo.
—Lo ha escuchado, ¿verdad? —finalmente logro entender lo que
dice. Asiento sin poder creerlo—. Mierda. Rach, lo siento, de verdad,
yo no...
—Por supuesto que te llevaría, ¿Dime como Joey puede vivir sin su
Chandler? —digo abrazándola, siento en su gesto aun el lamento
por la llamada—, tranquila. Olvidemos esto, seguro mañana el señor
Harvet ni lo recordará.
Mark Harvet:
¿Steven aquí?
Mierda. De pronto lo entiendo. Ildet me ha citado aquí por la
renovación del contrato de las subvenciones generosas que, como
cada semestre, mi familia le hace a su universidad. Los nervios que
me han acompañado durante toda la mañana desaparecen. Me
alegra que la señorita Lombardo no esté involucrada en la reunión
con el director. No deseo problemas.
—Gracias —digo siguiendo el camino hacia el despacho donde
inmediatamente soy recibido.
Sí. Me gusta.
Profesor Caleb:
«Harvet. Se me acaba de presentar un asunto familiar. Estoy
tomando una prueba de conocimiento en mi clase. No puedo dejar a
los expertos en copia solos. Se que odias las clases vespertinas,
pero necesito que me cubras»
Rachel Lombardo:
¡Esto es un asco!
Mejor Amiga.
"Chama, ¡Hazlo ya!"
Sr. Harvet:
Sr. Harvet:
"Así es, señorita Lombardo. Solo me aseguraba que fuese usted.
¿La puedo ayudar en algo?"
Sr. Harvet:
"No es necesario. El que debería pedir disculpas es su novio, y a
usted"
Sr. Harvet:
"No me pida disculpa, lamento haber causado problemas con mi
comentario"
—Veía una película —la miro pausando el vídeo—. ¿Otra vez turno
por la noche? Creo que tu jefa está abusando de los turnos, mamá.
Y antes de que la defiendas. Lo sé. Entiendo que debes regirte a
sus órdenes. Pero puedes adelantar tus vacaciones. Seguro yo
encontraré un trabajo que se ajuste a mi horario de clas...
Con el argumento que siempre usa cuando hablamos del tema, ella
me interrumpe. Niego con la cabeza, consciente de que no cambiará
de opinión.
***
—Por favor Señor Harvet, una prueba no, el reemplazo que dejó ni
siquiera nos ha enseñado nada —sus ojos se han puesto rojos, es
una muy buena actriz o realmente llorará.
—Lamento eso...
—Debo irme.
—El rumor real debería ser que —su expresión divertida cambia por
una postura seria—, usted me gusta, señorita Lombardo.
Oh, Dios...
____________________________
💞💞
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6. ¿En clases no?
Con una energía palpable, Amy detiene el coche, al escuchar el
inicio de mi relato sobre el día de ayer con el profesor Harvet. Aún
no puedo creer que ella ha sido capaz de madrugar y venir a
buscarme tan temprano para saber todos los detalles, antes de que
me vaya a clases.
—No pica, amiga. Quiero decir que un desastre con ése bombón no
es tan desastroso.
—¡Amy!
—La verdad es que sí, pero aquí la que va a disfrutar más eres TÚ.
Entre risas, niego con la cabeza y antes de que salga con alguna
otra ocurrencia, me despido de ella. Avanzo a la facultad,
decidiendo tomar las escaleras, aún tengo suficiente tiempo para
llegar.
—Señorita Lombardo —con voz profunda y asombrada el profesor
me recibe al entrar al aula.
—Lo que dije aquella vez es cierto —hace una pausa poniéndome
aún más nerviosa—, pero lamento haberla hecho sentir incomoda,
es por ello que me disculpo.
Joder.
Su confianza me intimida, aunque no puedo negar que la manera
segura con la que habla resulta fascinante.
Sr. Harvet.
"Ha sido mi hermano, lamento que viera eso"
Sr. Harvet.
Entiendo. ¿Cómo está, Rachel? Yo estoy almorzando con mi
hermano.
Sr. Harvet.
Puedo hacer ambas cosas, señorita Lombardo, o en todo caso, ya
me contará mi hermano qué tal le fue con el almuerzo.
Sr. Harvet.
"Sé que no lo he vuelto a mencionar pero ¿Sería igual de incorrecto
decir por mensaje lo mucho que me gusta?"
Sr. Harvet.
"No... Dos más tres, serían cinco hámsteres, señorita Lombardo"
Sr. Harvet.
"Señorita Lombardo, ¿debo acostumbrarme a sus comentarios
elocuentes o usted a mis confesiones?"
Podríaculpar a mis complicadas materias por el cansancio que llevo
estas semanas, pero no sería del todo justo. Mis conversaciones
hasta tarde con el señor Harvet son la razón principal por la que,
como los días anteriores, me encuentro soñolienta, dirigiéndome a
mi salón de clases.
Es tan extraño pasar horas escribiéndonos por mensajes y
encontrarnos aquí, fingiendo no conocernos.
—¿Sí?
—Lo siento.
Tiene razón.
—Te propongo algo —no sé qué cara he puesto pero Mark se echa
a reír—, Rachel, déjame terminar. Propongo que olvides que soy un
profesor, tú profesor, al menos fuera de clases.
Digo con diversión al escucharlo, él lo hace ver tan fácil. Pero olvidar
que es mi profesor no es tan simple.
______________________________________________________
GLOSARIO:
"Sarna con gusto no pica"
«Gracias» Le digo.
—De nada, Karla y tú, pueden contar conmigo para lo que necesiten
—sus palabras agregan más tensión al ambiente—. Ella habla tanto
de ti aquí, que es un placer por fin conocerte
— No.
¿Este hombre es real? Me pregunto sin poder creer como hace que
en cada palabra, gesto o caricia de su parte por muy pequeña que
sea, me haga sentir especial.
Llevando mi mano a su mejilla, lo estudio, buscando la respuesta a
mi pregunta. Es real. Se siente real.
—Baja del puto coche, Rachel —la voz que enseguida reconozco,
me ordena.
Jackson.
—¿Qué trato?
—No estoy enojada contigo Mark, pero el trato de Ildet parece más
un ofrecimiento —eso es lo que me molesta.
—Lamento que te sientas de esta manera, Rachel. Yo acepté el
trato, esperando que los rumores no nos ocasionarían problemas a
ninguno de los dos. Nunca esperé salir contigo y mucho menos me
importa la aprobación de Ildet. Evidentemente él solo intentaba
convencerme de que me quedara.
—Es reciente. Ahora debo irme a clases —y antes de que haga más
preguntas decido despedirme con un abrazo—. Te amo.
—Por supuesto que sí. Hoy será una clase muy interesante y
después aún más —insinúa.
— Pero Mr. Harvet, aún no creo poder hacerlo sola... —Dice ella
acercándose más a él y colocando a gran vista su escote dejando
ver sus pechos, pero ¿Qué cojones?
Mierda.
Mi sorpresa por la acción de Monique se extingue y es sustituida por
horror. Y es el mismo horror que veo en los ojos de Mark cuando la
aleja incrédulo de él.
—No seas mal pensada, venga. Tengo algo para ti, y no podría traer
aquí ello.
—Buenos días, señor Harvet —entra una señora algo mayor, ¿Hace
cuánto ha estado aquí? ¿Nos habrá visto?—. Señorita...
Chillo horrorizada.
—Como tú y tu época Dory —él junta las cejas al mismo tiempo que
intenta ocultar una sonrisa—. ¿Es usted alumna de mi clase? Su
rostro me suena.
El suave tacto de sus nudillos sobre mis mejillas, se mezclan con las
palabras dulces que pronuncia. «¿Besarte?» Añade, mientras
inclina levemente su cabeza y me besa. Un beso lento y dedicado,
como si deseara que lo grabara a fuego en mi memoria.
—Debo ir a clases, llegaré tarde —hablo tan bajo que casi parece
un susurro, estoy rogando porque él sea más razonable que yo, y
termine con la dulce tortura en la que nuestros cuerpos se
encuentran.
Mierda.
—Soy el malo.
—¿No lo sabías?
—No. Pero Rach, tienes que decidir algo importante —susurra seria
e intrigada le escucho.
—¿Sobre qué?
Tener que ver ciertas clases con él, es molesto. Y no puedo dejar de
pensar en cómo a medida que el tiempo pasa me siento más
incómoda con Jackson cerca y menos incómoda con Mark. No es
justo ni adecuado comparar, pero la manera en la que él me hace
sentir, es completamente diferente y me gusta.
—Qué maravilla ver que el puñal que clavaste a Rach, solo era una
flecha de cupido para ella y para Mark —Grita Amy deteniendo su
paso, enfrentándose a mi ex—. Bien hecho Jacksi. Ya te dimos tus
reconocimientos de cupido. Ahora déjanos en paz.
—No...
—Quiero saber dos cosas, Rachel. Primero, ¿Qué edad tiene Mark?
—Veintiséis años.
Mejor amiga
"Rach... Debes ver esto"
—Ese imbécil —hablo entre dientes. Estoy segura que fue él. Con lo
bien que se le da el cotilleo no lo dudo—. Gracias extraña, iré a ver
qué quiere.
—No puedo aceptar que ahora estés con él —su tono dulce y
arrepentido se torna frío—, no lo aceptaré.
Número desconocido:
"Ese imbécil té dejará muy pronto y aquí estaré yo, mi amor.
Esperando.
Para: ❤🐹
"Hey... Hola"
Ordenar nuestro paso por la cocina, me toma más tiempo del que
usualmente lo hace, de vez en cuando observo mi móvil, pero el
estado del mensaje a Mark continúa siendo el mismo: Enviado - No
recibido.
—¿Y si le pasó algo? —medito en voz alta— No, no. Seguro debe
estar ocupado.
Demonios.
Tales ideas me crean más dudas. Y para cuando decido que lo
mejor es regresar a casa, el taxi que tomé se estaciona frente al
edificio de Mark, donde el portero alegremente me abre la puerta del
coche e invita a ingresar al lugar.
¿No debería exigirme una identificación o algo parecido?
Confundida y siendo un manojo de nervios me dirijo al ascensor que
me llevaría al departamento de Mark.
Cuando toco el timbre y la puerta se abre, mi respiración se detiene
por un segundo.
— Steven...
—¡Me encanta esta chica! Dame esos cinco —alza su mano frente a
mí, aun apenada por el enérgico comentario que hace, accedo a
chocar su palma contra la mía, no puedo dejar de sonreír ante la
versión relajada y extrovertida de Mark. Me agrada—. Llegas en un
buen momento, cuñada.
—Yo, creo que mejor me voy —informo sin saber que más hacer.
Steven inmediatamente niega con la cabeza.
Niego incómoda, ¿cómo les explico que no estoy aquí porque Mark
me invitó? Joder. ¿Es que puede haber algo peor que esto?
«La novia de Mark» Mierda. No... ¡La he jodido al venir aquí así!
—Lo mejor que hiciste fue venir —agradezco el tono amable con el
que habla en su intento de animarme—. Sin duda, eres la única
persona que podría quitar el mal humor que lleva. Ve. Habla con él
sobre esos mal intencionados rumores.
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11. ilegal
—Él tiene razón. He sido egoísta contigo, Rachel. Permití rumores
sobre ti, esperando que puedas afrontarlos, así sin más. No hice
nada —Mark está frustrado y el sentimiento de melancolía se instala
en mí.
—Me gusta que estés aquí —con suave gracia y agilidad, desliza su
cálida mano a mi cintura, rodeándome con su brazo.
—Tu familia está afuera —en un susurro muy bajo le recuerdo. Mark
asiente, sin dejar de besarme. La mano que antes estaba en mi
mejilla, va hasta mi mandíbula profundizando nuestro beso, mientras
que la otra se dirige a mi trasero, acercándonos tanto que puedo
sentir su erección frotarse en la parte baja de mi estómago.
—¿Qué?
—Lo siento...
—Créeme que yo más, cariño —musita una sonrisa—. Voy por una
ducha e iremos con mi familia.
—Tú familia nos está esperando —más que para él, me lo recuerdo
a mí. Joder, el tono de mi voz me delata. ¿Cómo un pequeño
acercamiento entre los dos puede estremecerme con tanta
intensidad?
—Ya iba a irme —dice un señor levantándose del sofá, estoy segura
que es el padre de Mark, el parecido es evidente.
—¿Disculpe?
— ¿Sí?
¡Por piedad! ¿Es que acaso este señor seguirá? ¿Y si pregunta algo
de lo que ya no pueda tener escapatoria? No, no puedo dejar que
siga su interrogatorio.
—No quiero que se haga tarde para su clase —dando por terminada
la conversación se pone de pie, haciendo señas para que me
marche—. Y que esto quede entre nosotros, alumna Lombardo.
Mientras subo las escaleras del edificio donde tengo clases, leo el
mensaje que Mark envió y a causa de mi fabulosa reunión con el
señor Ildet no me había percatado.
Para:❤🐹. 7:19.
"Lo siento. Estaba hablando con el director. Ya estoy de camino al
curso"
—Quizás por eso Ildet fue tan estresante hoy —reflexiono con
diversión, haciéndole un resumen a Mark sobre mi extraña charla
con él.
—Me enojó más el hecho de que ella sea tu amiga. Una muy
descarada —digo—, no había necesidad que te tocara de esa
manera.
— ¿Estás segura?
Pregunta casi suplicando por una respuesta positiva, presiono mi
boca contra sus labios, la manera en la que me devuelve el gesto
parece más una caricia que un beso, quita mis vaqueros y bragas
intermediando constantemente su mano entre las prendas y mi
cuerpo, no hay manera de encontrar la fuerza para alejarnos.
—No.
Lo era.
— Es mi culpa.
— No, no, debí haber preguntado, solo que pensé que... —Suspira
sin ganas de mencionar el nombre de mi ex, lo cual agradezco—
¿Aún duele?
—A ti.
Esta vez sin detenerse entra y sale en mí, su boca ahoga mis
gemidos mientras habla, alternando lo mucho que le gusto y
diversos adjetivos sobre lo hermosa y tierna que soy.
Mejor amiga:
"Rach. ¡Urgente! LLÁMAME"
—Am... Cuéntamelo.
#1.
Tenemos grupo en facebook "Lectores de Jam Walker💕🐹 "
Además, les dejare mis redes sociales por si aún no nos seguimos.
(Pd: Aquí me falta TikTok @JamWalkerxoxo - que sé qué hay varias
que llegaron por dicha app).
#2:
Deseaba compartir con ustedes esta hermosa ilustración que
AnothxrDrxamxr hizo para mi, la amo demasiado 😍 . Siempre
agradecida con tu talento.
Además de comprartir meme de la historia. Aporte de
@CindyDosPL 😍😄. Muchas gracias, me encantan.
Y decir que estoy totalmente agradecida con el apoyo que le han
dado a mi historia, amo y aprecio cada uno de sus comentarios y
mensajes ❤
Jam Walker,
Xoxo.
13. Encuentros 🔞
— Amy, dilo —suplico.
Con una mirada sombría, reviso las fotos que recibí junto a sus
mensajes, al verlas, noto los latidos de mi corazón en los oídos, más
allá de los rasgos comunes de las mujeres de las fotos, las seis son
muy similares y pensar en Mark de una manera tan enferma, me
hiere. Comparándolo con el hombre tan dulce y preocupado de
antes, me niego a aceptarlo.
— Te llamo luego.
Pasan varios minutos y sigo sin saber qué hacer o creer. Mientras
más pienso, menos claridad de mis ideas tengo. Decidiendo que lo
mejor es estar sola y pensar, me levanto de la cama, haciendo un
pequeño gesto de dolor al ponerme de pie, recojo mi ropa del suelo
y empiezo a vestirme. El crujido de la puerta al abrirse me
sobresalta. Mark entra a la habitación haciendo que casi caiga sobre
mis pies por el susto.
Mierda...
La idea me asquea.
—Estoy bien aquí —lejos donde puedo pensar con más claridad.
—Te escucho.
— No, no la tiene.
—Rachel, podrías tener el jodido cabello rosa con verde y aun así
me hubieses encantado —habla con solemnidad, mientras se pone
de pie acercándose e instintivamente retrocedo—. Odio que te
alejes de mí.
—Hazlo, Rachel. Por nosotros, por lo que hemos vivido hasta ahora
—en tono desconcertado menciona. Guardo silencio, deseando que
los demonios que en la oscuridad siguen recordándome la traición
de Jackson, desaparezcan. «Mark no es Jackson» Me repito y mis
pensamientos son alejados apenas veo a Mark caminar por la
habitación en busca de su móvil y acercarse nuevamente —. Mishell
dijo que lo haría.
Ofrece su móvil asegurándose de que lo observe, con recelo miro
la pantalla. Una conversación de un número no agendado en sus
contactos.
Un poco más torpe que antes, meto una mano por debajo de su
bóxer y utilizo la otra para bajárselo. Ver la longitud de su miembro
liberarse, me deja en blanco. Ni siquiera había meditado del todo en
las generosas proporciones de su cuerpo, hasta ver cómo mi mano
no es capaz de rodearlo, no por completo. Sacándome de mi
ensoñación, Mark vuelve a tomar mi boca, al mismo tiempo que
siento su propia mano sobre la mía, me guía, con movimientos hacia
atrás y adelante, haciendo que su dureza se deslice entre mis
dedos. Después de unos segundos, Mark aleja su mano, yo sigo
con los movimientos, un poco más firmes y rápidos que antes.
Mejor amiga:
A bordo👊"
Leyendo varias veces sus mensajes y la hora en los que los envío.
Frunzo el ceño. ¿De qué habla? Pero si Mark ha estado todo este
tiempo conmi...
¡Ay Dios!
¡Steven!
¿Steven?
Mark no se expresaría así... ¿Sigue la guerra? Camino hasta el
salón y mis ojos se abren por la sorpresa al ver a Amy sonriente y a
Steven cabreado, sobre todo magullado.
— Pasó ésa loca —Amy va a golpear a Steven pero corro hacia ella,
deteniéndola a tiempo.
Amy niega.
—Si Jackson supiera que lo que no hizo en seis años, Mark lo hice
en unos meses, y no solo hablo del sexo, Rach. Mírate, la confianza
que tienes en él —Amy acierta en su comentario, tontamente sonrío
—. ¿Y qué tal?
MarkHarvet:
—Creí que los hombres como tú, preferían a las mujeres como yo,
Mark —sin vacilar, Danna comenta y no me extraña. Desde que la vi
entrar al ascensor supe que en cualquier oportunidad ella
mencionaría algo sobre Rachel—... Maduras. De tu edad.
Concluye su glosa.
Ella suelta una pequeña risita que, sin dudarlo, mi mente no tarda en
recrearla, reconociendo cada facción de su rostro.
— ¿Celosa?
Cuestiono, conociendo la respuesta. Si ella decidiera reunirse con
su ex novio, me causaría un poco de malestar también y agradecía
su madurez al acceder que me viera con Mishell. Quiero pensar que
aún existe en mi ex aquella persona racional, dispuesta a tener una
conversación civilizada y finalmente pueda dejar su afán por
intervenir en mi nueva relación.
¿Gracias?
Niego con mi cabeza. ¿Por qué ella me agradece por algo que
evidentemente es importante entre nosotros? Esto, los inventos y
planes de Mishell no solo se tratan de mí, también de nuestra
relación y su opinión es necesaria.
Jackson Kozlov...
Aunque al principio me sorprendió la abstinencia de Rachel en su
antigua relación, cada vez puedo comprenderlo mejor.
Steven lleva dos días sin dar señales de vida. Lo cual también es
extraño. ¿Había posibilidad de que estuviesen juntos? No, no. Claro
que no. Después de su conflictivo encuentro eso sería imposible.
Maldita sea.
—Sí, es solo que he tenido mucho trabajo, ya sabes. ¿Tú qué tal?
—No. Pero lleva días triste porque no ha podido hablar con alguien
cercano a ella.
—Lo deduje. Y bueno ¿de quién se trata? —Habla tan rápido que
puedo reconocer sus nervios al mentir.
—No estoy con la delincuen... Con Amy, pero puedo asegurarte que
está bien —su pausada y meditada respuesta me causa intriga—.
Infórmaselo a Rach, para que no se preocupe.
—Creo que este día merece una foto de recuerdo —un hombre que
reconozco menciona, llamando la atención de todos—. ¿Dónde está
Karla?
«Celos»
Mientras ella susurra el tiempo de fotos termina, todos piden ver las
fotografías, Rachel y yo nos quedamos en el mismo lugar.
Rachel Lombardo:
"No creo que pueda soportar otro día sin ti, Rachel"
"Estaré esperando.
Pd: TE QUIERO"
—Se responsable, cielo —el tono serio con el que habla me altera.
***
— Gracias, amor.
Manifiesta risueño y en un tono tan hogareño que hace que los
colores suban a mis mejillas.
—¿Estás bien?
—¿Sí? —Rio.
Mis labios reciben los suyos mientras nos tumbamos sobre la cama,
él dedica cada segundo en recorrer mi cuerpo, nada me ha
preparado para el despliegue de deseo y pasión en el que me
sumerge. En medio de nuestro beso, llevo las manos hasta el botón
de su camisa pero Mark me detiene, tomándome de las muñecas y
dejándolas por encima de mi cabeza.
«Y tenemos aporte» Añado y son las palabras clave para que Mark
despierte.
—No me toques.
— Es bueno saber que ese culo tan bueno que tienes ha servido
para que el señor Harvet llegara tarde y así hemos podido copiar los
ejercicios —su agarre se hace más impetuoso.
—No merece la pena —le recuerdo al ver que lucha con sus
oscuras emociones.
— No puedo creerlo.
—¿Qué sucede?
La respiración se me detiene.
—Profesor Harvet —susurro. Logrando interrumpir su segura
confesión.
Sentencia malhumorado.
—No hará falta eso, Mark —lo interrumpe—. José será expulsado —
el director me mira molesto y ni siquiera se esfuerza en disimular su
enojo hacia mí—. No busque más problemas, alumna Lombardo.
Su acusación me ofende.
—Jackson... —Susurro.
— Podría soportar que salieras con él pero saber que has sido suya,
que le has entregado tu corazón, me mata —escucho golpes detrás
del móvil— Soy un idiota.
— Adiós, Jackson.
— Sigo amándote.
Cuelgo.
Callo.
— Jackson estaba...
— Es lo que es.
— Necesitaba de mi ayuda.
— Y yo de tu respuesta.
— Sí.
— ¿Quieres contarme? —Asiento y ella toma con una mano las
bolsas y con la otra me hala hacia el sofá—. Cuéntame cielo.
— Lo sé amor, pero ahora estoy aquí para ti. ¿Qué te tiene así?
Las cejas espesas que le caen sobre los ojos reflejan su aspecto
iracundo.
— La obra que hace con las manos la pisotea con los pies —ella da
rienda suelta a su enojo con sus palabras— ¿Te hizo daño? ¿Mark
se ha molestado por eso? Pero no es tu culpa que Jackson haya
querido besarte.
—No, claro que no iría, solo que Ana me llamó porque Jackson
estaba borracho encerrado en su habitación. Se lo dije para que él
se calmara y abriera la puerta a su madre.
Numero desconocido.
MARK HARVET:
— Necesitaba de mi ayuda.
Negando con mi cabeza, disfrazo la decepción que siento, porque ni
siquiera es enojo. No dejo de maldecir el poder que evidentemente
aún tiene Jackson sobre Rachel.
— Y yo de tu respuesta.
Joder.
Me coloca dos vasos más los cuales bebo como si fueran agua, no
estoy acostumbrado a ingerir alcohol, pero hoy realmente mi cuerpo
parece necesitarlo y agradecerlo.
Niego. Solo ha sido uno, dos vasos ¿O tres? Empiezo a contar con
mis dedos.
—Como usted diga, señor —le doy la botella y sirve otra copa—
¿Por qué no va a buscarla y le da una serenata?
Aconseja.
¿Compa...? ¿Qué?
Rio al escuchar a Nemo, ¿Tiene razón, no me voy a dar por
vencido? Rachel es una mujer por la que vale la pena luchar.
— Señor...
—Sus llaves, señor —el empleado del valet parking se dirige a mí,
entregándome las llaves—. Si desea le podemos llamar un taxi.
RL.🐹
"¿Te encuentras bien? No llegaste a clases... Necesito verte"
«Maldita sea, Mark. ¿Qué has hecho? Esa mujer te ha elegido a ti.
Se ha entregado en cuerpo y alma, lo has sentido, te lo ha
demostrado» Me reprendo una y otra vez.
—Te amo, Mark Harvet, nunca dudes de eso —añade con tal fervor
que sus palabras parecen enviar cargas eléctricas a mi estómago.
🌸🌸🌸🌸🌸🌸
Hola chicas, espero disfruten de los caps, 💞 💜 siempre
agradecida con su apoyo en la novela.
RACHEL LOMBARDO:
«Rach, el gemelo idiota, chulo y coleccionista de bragas de los
Harvet, es Steven, no Mark. De eso estamos seguras. Mishell solo
ha querido fastidiarte»
¡Por el altísimo!
— Espera, ¿Qué?
—Has dicho nuestra cama —señalo con una sonrisilla en los labios.
— Nuestra, cariño.
—La razón que sea está bien —mi novio refunfuña cada vez más
molesto.
—Llegué a pensar que por primera vez todo estaba a nuestro favor
—suspiro nostálgica.
¡Eso es!
En una sonrisa cómplice, apruebo su comentario. Él niega,
claramente arrepentido de la idea que ha proporcionado.
—¡Ahora mismo debes estar pensando que soy una niña mimada!
—Exclamo histérica al darme cuenta que sentimientos de nostalgia
pesan sobre mi alma.
Mierda.
Los coches que se atreven a rebasarnos emiten palabras que
afortunadamente no logramos escuchar y ambos reímos.
—Y otro abrigo de repuesto, nunca se sabe qué tan útil puede ser —
dice, agregando un cuarto abrigo a mi maleta. Me rio.
—Lo sé, extraña... Estarás bien —me abraza con fuerza. Ella es mi
hogar, mi lugar feliz y la idea de separarme de su lado aunque sea
unos días me pone nostálgica—, venga, a dormir Rach.
MH.🐹💜
"También estamos listos, cariño"
"La locura es la ilusión elevada a la segunda potencia (Henri-
Frédéric Amiel).
Todo esto es una locura, pero debo confesar algo, señorita
Lombardo. Me he vuelto adicto a la felicidad que me brinda la
locura"
Para: MH.🐹💜
"Y no hay mejor palabra para describirnos que la locura. Y para ser
sincera también me he vuelto adicta a la felicidad que esta nos
brinda. Adicta a ti"
MH.🐹💜
" Me dejas sin aliento, Rachel. Me encantas.
PD: Descansa o mañana no querrás levantarte, y créeme que sin ti
no estoy dispuesto a irme... Nunca. A ningún lado. Te quiero"
—De nada, Rach, sabes que te adoro y haría lo que sea por verlos
felices —Steven lleva su palma a mi cabello, revolviéndolo un poco.
—El día que faltaste. Tocó el tema con el curso y... Parecía furioso.
Creo que le gustas —su deducción me altera—. Es decir, ¿a quién
no Rach?
MH.🐹💜
"Cariño, mi habitación está frente a la tuya. 280.
Pd: Estoy ansioso por nuestra cita de esta noche. Apenas termine la
actividad Steven vendrá a reemplazarme en la junta de profesores y
podremos irnos"
¿Disculpa?
—¡Jodida cínica! Haz estado todo el entrenamiento provocándome.
¿Es lo que querías? ¿Quedar como la víctima? Pues te haré el favor
—frustrada dejo que mi enojo se consuma y se disperse como las
llamas del infierno.
—¡Por supuesto que sí! —La esposa del director se adelanta a decir
y su esposo apoya la idea.
Su voz apacible me hace girar para ver sus preciosos ojos y su boca
brindándome una sonrisa acogedora, ansiosa por los tiernos besos
del hombre a mi lado, me aferro a él. Al unirse nuestros labios todos
los inherentes anhelos se apoderan de nuestra voluntad.
—Yo más, nena, siempre más —su voz vibrante y sus labios
ardientes me invitan a olvidarme del jodido mundo.
Un mundo que afuera nos reclama, sin dejar de insistir en robarnos
la tranquilidad. Y todo parece una simple metáfora hasta que
sentimos la puerta de la habitación abrirse de golpe.
«No te contaré esto porque piense que deba dar alguna explicación
sobre mi relación, pero te considero un amigo, es decir no somos
muy cercanos, sin embargo, has sido el único que no me ha juzgado
pese a los miles de rumores que han existido y lo agradezco. Quiero
contarte la verdad... Sí, el profesor Harvet y yo tenemos una
relación. Al que viste ahora es su hermano gemelo, él intentaba
ayudarnos a escapar de la situación, pero la realidad es esta»
Mientras Theo se concentra en su llamada, en mi mente recreo las
palabras que diré.
«Lo siento Rach, debo irme» Menciona Theo apenas las puertas del
ascensor se abren.
Niego.
—Bien, mejor.
—¿No le dará pena tener una hija como tú? Rach, tú mami te
mandó a estudiar no ha follarte al profesor —se hecha a reír.
—No hace falta tenerlo todo para ser feliz, solo lo necesario,
Monique —ella suelta carcajadas frías y calculadas. Entonces
entiendo que no importa lo que diga, la mujer frente a mí no se
rendirá. Continuará con una lucha que ya ni siquiera entiendo si se
debe a Mark, a mí, o a ella misma—. No seguiré con esto. Adiós.
Mark.
—Pero miren a quién tenemos aquí —perdiendo el control, Monique
se acerca dirigiéndose a él, quien sale del elevador, colocándose de
lado, frente a mí, puedo observar su perfil y ceño fruncirse—.
¿Ahora si te sientes lo suficientemente valiente, Rach?
¡Carajo!
—Vaya que sí lo sé, por cierto, gracias por dejar con traumas a mi
novio—bromeo haciendo que ella vuelva a su humor divertido.
—Por favor, nana. Dime qué todo está bien —sollozo, dejando fluir
el mar de lágrimas que inundan mis ojos—. Ponme al móvil con
mamá, te lo ruego. ¡Pásame con ella!
Me asfixia.
Inhalo y exhalo, quitando las lágrimas que ruedan por mis mejillas,
al hacerlo puedo tener una visión menos borrosa del lugar en el que
me encuentro. La carretera está lo suficientemente alejada de la
ciudad, ya no hay tanto ruido de coches, las zonas verdes alrededor
de la carretera están acompañadas de sonidos de animales. De
pronto, el picoteo de una paloma, situada en el parabrisas del coche
termina por ganarse mi atención y una última lágrima cae por mi
rostro apenas esta se marcha.
Analepsis
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Se que algunas me querrán matar, pero... Sólo puedo decir que este
capitulo ha sido MUY difícil para mí escribirlo...
Diciembre 07
Niego con la cabeza, sin poder creer lo que dice. ¿Mi madre estaba
realizando un tratamiento? ¿Por qué no me lo contó? ¿Cómo
maldita sea no pude notarlo?
Debí saberlo, con el primer infarto que sufrió, debí deducir que ella
estaba mal, que las razones que dio ante ese hecho no eran ciertas.
Me mintió y yo confiaba ciegamente en sus palabras.
Mi madre.
Mi extraña.
—Ánimos muchacha, todo estará bien —por milésima vez recibo las
palabras de desconocidos que poco a poco empiezan a abandonar
el cementerio.
Aquí vamos...
—Mira mi pequeña...
—Ellos son tontos, no entienden que hay personas que solo tienen
una mamá o un papá —interrumpió la niña—. Yo no quiero tener
uno, yo te tengo a ti —dijo orgullosa la pequeña—, no quiero más.
Enero 07
Los días no son buenos, las noches parecen infinitas, los minutos se
transforman en horas y sigo esperando que aquellos sueños donde
ella aparece, no terminen convirtiéndose en una nueva pesadilla, de
la que siempre pido a gritos despertar.
Febrero 07
"Otro día se ha ido
Aún estoy solo
¿Cómo pudo pasar esto?
Tú no estás aquí conmigo.
Nunca dijiste adiós
Que alguien me diga por qué te tuviste que ir
Y dejar mi mundo tan frío"
—Pero...
O falsa aceptación
Marzo 07
—Lo estaré.
Buscando entre los cajones, enciendo el móvil desde que llegué del
entierro de mi madre ha estado apagado, tengo cientos de mensajes
de Mark, Amy, Steven e incluso de Jackson. Sin embargo, los
mensajes insistentes de Mark son los únicos que se mantuvieron
hasta el mes pasado. Lastimándome, leo... Los Diez primeros son
preguntas sobre si estoy bien o qué ha pasado. Los siguientes
culpas:
Abril 07
Cuatro meses atrás tocaba el cielo junto a los que amo y hoy me
encuentro sola, tocando fondo.
Intentar dejar las pastillas para el insomnio, solo han significado una
cosa: Despertar y estarlo siempre. Una semana difícil, durmiendo
una hora o a veces media hora por día. Pero debo hacerlo. Los
ahorros que quedaron con la venta del coche se acabaron y el
trabajo que he conseguido, necesito mantenerlo.
Cómo ha pasado las últimas tres semanas, tomó el móvil entre mis
manos, observando su número que ahora lo sé de memoria. He
deseado llamarlo, cada día con más necesidad, pero ¿qué se
supone que le diré? "Hola, hoy desperté aceptando que he sido
estúpida, me dejé cegar por el dolor de la muerte inesperada de mi
madre. Resulta que también he aceptado que necesito volver a tu
vida" Que egoísta de mi parte. La vida no se detuvo conmigo, han
pasado cuatro meses y continúo preguntándome ¿Aún encajaré en
sus vidas? Probablemente no. El miedo nuevamente me gana por lo
que regreso el móvil al inicio de la pantalla.
Entorno los ojos, mi jefe suele ser un idiota, aunque hay días en los
que su mal humor es aún peor y por lo visto, hoy es de esos días en
lo que ni siquiera soportaría que un empleado lo mire a la cara.
—¿Cómo es que...?
Hoy no quiero hacerme la fuerte, hoy quiero llorar hasta sentir que
no me quedan lágrimas, disfrutar de esta cita pesimista conmigo,
con la mujer que apenas reconozco e intentado evitar pastillas tras
pastillas.
Como cada día, temo enfrentarme a esta nueva vida, una en la que
ya no está mi madre y tampoco Mark o Amy... He intentado retrasar
mi regreso, pero el momento ha llegado.
—Mi niña... Tienes a Mark, a Amy, a mí, incluso al gemelo del que
estas semanas me has estado hablando —ella musita una risa,
esforzándose por recordar su nombre—. Steven... Si tuviese unos
cuántos años menos, se lo quitaría a Amy.
— Rachel, cielo.
—¿Puedo pasar?
Rio.
MH. 🐹💜.
Tuyo siempre,
Mark Harvet"
¿Samantha?
Los celos y el dolor me atenazan. Por supuesto, la ex, miro herida a
Mark quien no quita su mirada de asco sobre mí.
— Espero por ti, cariño —le dice con voz dulce y profunda, cierro
mis ojos al oír las palabras dolorosamente familiar.
— ¿Te crees tan importante para mí? Tal vez antes lo eras, pero
ahora —vuelve a reír de la misma manera—. Ya no existes.
Mark Harvet:
—Me conoces, sabes que haría lo que sea por alguien de mi familia
y sí, eso la incluye a ella —aclaré—. Sin embargo, este no es el
caso, Wens. No estoy renunciando a todo y mucho menos por
Rachel.
Enero 07
—Cállate Steven, ella tiene que tener una explicación —musitó Amy
y yo apoyaba su comentario... Algo debió haber pasado.
Negué con la cabeza sintiendo como mis ojos poco a poco iban
llenándose de lágrimas. Decidí regresar a la habitación, el lugar
donde su recuerdo se profundizaba, haciéndome sentir herido y feliz
a la vez. Resultaba una locura, pero así era, aquellos sentimientos
se habían sincronizado perfectamente. Tomando mi móvil busque su
contacto para enviar el mensaje del día.
Para: Amor🐹💜
"Ahora mismo podría decirte/preguntarte tantas cosas, pero sólo me
basta con recordarte que te amo"
Wens Ildet.
"Imposible Mark. La alumna Lombardo no ha rendido sus exámenes
y presentado los proyectos finales en ninguna materia, no será
posible acreditarle el semestre. Anularé sus calificaciones"
Amor 🐹💜.
"Me dejaste Rachel, no hay una llamada, mensaje o explicación de
tu parte y no sé qué pensar. Cariño, ¿dejaste de quererme? Aunque
me dolería aceptaría eso, pero ¿por qué esta tortura? No saber si
estás bien me mata"
Amor 🐹💜.
"Te amo tanto, no podrías imaginar cuánto. Te esperaré y esperaría
cada segundo de mi vida.
Tuyo siempre,
Mark"
Asentí, fue una decisión difícil, pero debía hacerlo. Dory necesitaba
de cuidados y yo apenas podía conmigo. Mis sobrinos la amaban, al
menos eso me tranquilizaba. Era lo mejor, además... Recordar a
Rachel empezaba a doler cada vez más.
Tercer mes: Amar duele
Pero, ¿por qué? ¿cómo pudo irse sin dar razones? ¿No podría
siquiera pensar en lo mal que lo pasaríamos? Distrayéndome de mis
pensamientos mi móvil sonó, aproveché el semáforo en rojo para
revisar la notificación. Era Amy regañándome porque ella y Steven
llevaban diez minutos esperando en la cafetería que me citaron,
escribí un mensaje informándole que en un minuto llegaría.
No era del todo fácil, por eso me sorprendía cada vez que Rachel
nos identificaba. Amaba la manera en la que ella notaba las
pequeñas diferencias en nosotros. Suspiré intentando alejarme de
mis pensamientos.
— ¿Mark? ¿Steven?
—Claro.
10 de abril
Número desconocido:
"Te lo dije, ella regresaría a mí.
Foto Loop 📸
Seis años jamás competirán con meses. No lo olvides, estimado e
ingenuo profesor"
Abril veintiséis
—En media hora tengo reunión con un cliente y... —intenta explicar
pero algo lo hace cambiar de opinión—. Está bien, te
acompañamos, le pediré a Pratt que me remplace.
— No, espera, por favor —Escucho decir desde atrás. Puedo sentir
su corazón palpitar en mi espalda— Yo te...
— ¿Te crees tan importante para mí? Tal vez antes lo eras, pero
ahora —finjo reír—. Ya no existes.
No podría...
24. Te quiero a ti, idiota.
Rachel Lombardo:
—Gracias.
Respondo antes de abandonar la oficina, el recuerdo de mi
encuentro con Mark vuelve apenas cruzo los pasillos del edificio
buscando la salida. Duele pensar que lo nuestro ha terminado.
—Mi dulce Rach —su voz es triste, sollozo y lo abrazo con más
fuerza—, he intentado hacerme el fuerte por ellos, pero... Tuve tanto
miedo de no volver a verte.
—Creo que será mejor irme —comento un poco más calmada que
antes. Sin embargo, no puedo hablar ahora. Sigo siendo una
cobarde.
— Soy Mark, cariño —bromea entre risas, he pasado meses sin ver
a Mark, pero recuerdo todos y cada uno de sus gestos;
perfectamente... Sigue sin engañarme— ¿Sigues teniendo el mismo
número, verdad?
Cuñado❤SuperMan.
"Cariño, te envío el nuevo número de mi hermano. Lo necesitarás.
👤Papucho Harvet
Confío en ti, Superwoman"
Papucho Harvet...
Para: Cuñado❤SuperMan.
"No tengo como agradecerte por tanto,❤"
Para: Amor🐹💜.
"Hola, yo espero que estés odiándome un poco menos ahora.
Iré a tu departamento a las 11:00. Si hay alguna parte de ti que crea
que merezca la pena escucharme, por favor deja que te vea ahí"
Mierda. Mierda.
—Insistir —digo.
— Sí.
— Eso no te incumbe.
— Vete —insiste.
— No me iré.
— No me obligues.
— Te am...
— Cállate, no lo digas.
— Mark, aquí están los papeles de... —Samantha entra sin ser
invitada. Se queda observándome por unos segundos,
evidentemente sorprendida.
¿Por qué entra así? Vale, también he entrado sin invitación pero él
es MÍ hombre.
¿Qué ya me iba? Pues sí. Tomo mi cartera del suelo que sin darme
cuenta solté.
— Eso no significa nada —gruñe—, solo sería sexo —lo miro dolida,
¿Es eso lo que significaría ahora para él?— ¿Qué esperabas al
venir a mi departamento? ¿Qué querías?
—Me voy caminando, gracias. Por cierto, Mark está molesto porque
me ha dejado entrar, lamento haberle causado problemas, Julián.
Amor💜🐹.
"A fingir que no te amo"
Oh, Mark...
Nota:
Hola chicos, espero disfruten de este capítulo, quiero agradecer por
su apoyo, comentarios, votos y mensajes. Me hace feliz de que
están disfrutando de la historia.
Pd: Dejaré mi Instagram y TikTok: @Jamwalkerxoxo donde
constantemente estoy informando sobre las actualizaciones,
también imágenes, fotos, videos sobre el libro, y mucho más.
Pd2: ¡Feliz año 2021!💕
25. Roma no se construyó en un día
Rachel Lombardo:
— Pero amor, ¿Por qué no le cuentas todo? Por lo que veo aún te
ama.
—Lo sé, nana —le doy la razón—. Pero, me sentí herida, enojada,
confundida... ¡Débil!, era como si cada palabra que salía de su boca
me aconsejara a no contarle sobre mi madre. No por ahora.
—Ojalá, nana —me dirijo al extremo del sofá para estar cerca a mi
abuela y abrazarla—. Así sea...
Oh mi... ¡Amy!
—Mi extraña —el pecho me duele, es tan duro decirlo en voz alta
que me quiebro, mi amiga me mira alarmada—. Murió.
—Gracias Am, yo solo espero poderlo hablar con él, sin gritos,
reproches. Lo extraño tanto...
—Me alegra tanto que estén juntos —confieso con sinceridad, Amy
sonríe.
— ¿De qué me hablas, Jackson que tiene que ver en todo esto? —
la interrumpí, confundida por sus palabras.
Aunque ahora mismo me sienta molesta con él. No puedo creer que
esté odiándome porque piense que regresé con Jackson. ¡Estúpido
Harvet!
«Y estúpida tú» La vocecita en mi cabeza, después de tanto se
digna a comentar.
Y tiene razón.
—¿Tú abuela? —Pregunto al recordar las razones por las que Theo
me había comentado sobre sus inasistencias a clases—. ¿Cómo
sigue?
—Qué dulce eres, Rach —él comenta y siento mis mejillas arder—.
Me alegra haberte encontrado aquí.
Es él.
—Lo siento —me mira incómodo—, eh, yo... Me iré —se acerca a mi
dándome un abrazo—. Lamento si estoy causándote algún
problema con tu cuñado.
Samantha...
No puedo evitar sonreír. Por supuesto, debí imaginar que Amy algo
tramaría. La repentina entrevista de trabajo en el centro comercial
no era el estilo de Steven.
— Sí, por supuesto que no crees lo que digo, ¿Te llamo a Jackson?
Por lo visto sí que confías en sus palabras.
Las caricias distantes que me da las siento tan mías que el contacto
de sus manos en mi espalda y cabello me hacen imaginar que nada
ha cambiado, que cuando nuestros cuerpos se alejen de este
abrazo, no sea el momento de decir adiós.
—Solo dime que aún queda algo, aunque sea mínimo —le pido,
acercándome nuevamente a él.
Inclino levemente mi cabeza hacia atrás para tener una mejor visión
de su rostro, observo directamente sus ojos y él parece incapaz de
sostenerme la mirada, mis nervios se disparan cuando lo veo bajar
su cabeza, y posa su mano sobre mi mejilla, la respiración se me
detiene.
Mierda.
Termino de cagarla.
Mierda.
No...
Detente, Rachel.
Quédate conmigo...
Si tan solo él hubiese dicho una de esas palabras, ahora todo sería
diferente.
Apenas han pasado tres días desde que nuestra ruptura se hizo
oficial, pero parece una eternidad.
— Rachel.
—Rachel —el señor Müller aparece por los pasillos, giro hacía él y
me sonríe, su felicidad se borra al ver sobre mis hombros—. Harvet.
Miro al socio del bufete y por un momento pienso que hablará frente
a Mark sobre mi madre, su testamento o las pertenencias que aún
no me he atrevido a recoger.
—No me iré Mark. A ningún lado. Entiéndelo de una vez por favor.
La foto que Jakcson te mostró es real, pero el contenido no, el me
besó a la fuerza y esa fue la única vez que lo vi —nuestras miradas
siguen conectadas a través del espejo—. Jamás huí con él, créeme.
— Odio pensar que otro te ha tocado, odio que toquen lo que es mío
y tú lo eres, Rachel. He sido el primer hombre que te ha hecho
gozar del sexo, disfrutarlo e imaginarte en brazos de otro me mata.
— Tú, Mark eres el primero y con el único que deseo estar toda mi
vida.
— Cállate —ordena.
— Cállame.
— Maldita seas, ¿Por qué, por qué haces que caiga de nuevo ante
ti?
—Dime que deseas esto tanto como yo —pide en casi una súplica.
Oh, mierda.
— Sí, tuya...
—Mark...
Mark Harvet.
"El hámster estará en mi departamento,
estaré fuera unos minutos, avísame cuando estés en mi casa"
Media hora más tarde el taxi llega y me tardo unos diez minutos más
en llegar al departamento de Mark. Tal como él lo indica decido
escribirle para informándole de mi llegada.
— Voy al...
Mark Harvet.
"Estoy cerca, puedes esperarme o decirle a Julian que te de mis
llaves. Como desees"
Chasqueo mis dientes furiosa, tal vez no ha sido con mala intención
su mensaje pero eso no hace que deje de molestarme, con un
espérame hubiese sido suficiente.
Mark Harvet.
*Rachel, estoy en el estacionamiento*
¿De qué va? ¿Por qué no nos vemos en su casa como el mismo
sugirió? Dory está en el departamento, no tiene sentido. Miles de
cosas pasan por mi mente y ninguna buena.
Y aquí estoy derretida ante él, su boca devora la mía con pasión a
un nivel máximo, aunque él siempre pone pasión en lo que hace,
ahora es distinto... Toma mi cabello entre sus dedos haciendo más
intenso el beso, está excitado, está cabreado...
— Vale.
Alza sus manos dejándolas en el aire, rindiéndose. A regañadientes
vuelvo al asiento, mi cuerpo y corazón no obedecen a mi cerebro.
Miro a Mark quien tiene la mirada al frente.
— Tampoco lo hago.
Su respuesta me decepciona.
— ¿No puedes hablar conmigo? Es eso. ¿Solo significo para ti, una
tía a la que te follaras cuando quieras? Estas muy equivocado,
Harvet. Muy equivocado. He sido una idiota.
Sus ojos se vuelven oscuros, está más que enojado. Sale del carro
dirigiéndose a mi asiento, abre la puerta y salgo igual de furiosa que
él. ¿Me está echando de su coche, en serio?
— Mira, Mark no era necesario que...
— No me importa.
—Entonces empieza a rogar que nadie nos vea, encanto —su última
palabra la dice con ironía. Imitando el tono exageradamente coqueto
de Müller.
Ay no...
— Bájame.
— Tregua, tregua.
— No.
— ¿Por qué?
Lo amo.
— Mark...
— Yo...
— Lo sé, y hablaremos.
«Tefollaré»
—Por favor —gimo mientras empuño mis manos entre las sábanas.
Se hunde en mí, una y otra vez. Mi piel arde, lloriqueo ante cada
una de sus embestidas.
«Hablaremos»
—Lo siento, siento haberte dejado así. Fui egoísta con los que
quiero, otra vez —él acaricia mi cabello, mis sollozos se profundizan
mientras le explico la manera en la que Jackson apareció en mi
trabajo para obtener la foto que le mostró. Mi corazón se encoge al
ver que aún cuando no he mencionado la muerte de mi madre, él
parece creer en mis palabras o al menos lo intenta—. Sé que
pasaron cinco meses, pero para mí el tiempo se detuvo ese día que
desaparecí. Estaba sola Mark, sin ti, Amy, Steven, sin ella...
Quiero ser fuerte, pero sentirme sostenida por primera vez desde
que este infierno empezó, se siente tan bien. Me libera.
— Me lo ha dado Steven.
— Mark —lo regaño al ver su sonrisa, mis mejillas arden por el calor
que ha provocado su confesión
Y pudo curar las heridas que, con tus mentiras, dejaste en mi ser
Perdón pero aquí, tú ya no tienes nada que hacer.
— ¡No me jodas!
Grito echándome a reír, a pesar de que estoy quemándome por
dentro. ¿SU NUEVO AMOR?
— Rachel, déjalo.
Su tono dulce hace que me relaje, pero duele. Duele pensar que
pude perderlo y que nadie más que yo sería la culpable.
—No hay nadie que ocupe el inmenso lugar que tienes en mi vida,
Rachel Lombardo Evans.
— No.
¡No es divertido!
M i e r d a. ¿Qué pretendía?
Ninguna emite un comentario, nos observamos sin tener menor idea
de que decir o hacer.
Ellos habla cada vez más bajo; me alivia. No quiero ser parte de una
conversación que solo es de dos. Confío en Mark y después de
todo, aunque mis celos intentaron hacerme creer lo contrario, sé que
Samantha es una buena persona.
Sin más, decido centrar mi atención en Dory.
«Te amo más, siempre más» Vuelvo a recordar lo que él solía decir
y me llena de nostalgia ver al hombre que, sin miedos expresaba
sus sentimientos, hoy temer hacerlo.
Cierro los ojos, disfrutando el tono suave de su voz, las caricias que
empieza a brindarle a mi cabello se vuelven más precisas. Y por
primera vez después de mucho tiempo siento mi cuerpo relajarse
profundamente. Pese a que por un momento dudé en llamar a mi
abuela para informarle que me quedaría durmiendo con Mark, ahora
lo agradezco.
Tenerlo cerca se siente tan bien, aunque no deja de aterrarme esa
necesidad por él, tan adictiva como apabullante.
Suspiro dejándome llevar por el cansancio que he acumulado
durante meses.
Deja un beso en mis labios. Huele y luce tan bien que no dejo de
reprender mi aspecto seguramente desaliñado. Pero no hay tiempo
para penas cuando sus palabras toman sentido para mí.
Pregunto curiosa.
—Me pasaba igual, hasta ayer —dice inclinándose hacia mí. Sus
ojos verdes se encuentran con mi mirada, y hay un destellos en
ellos que me gustan—. Supongo que los estudios sobre el insomnio
son acertados. El ejercicio físico mejora la calidad del sueño.
—El buen cardio, eh. Creo que necesitaré otra dosis —entrando en
su juego le digo. Mark vuelve a sonreír de esa manera tan
provocativa, una ola de calor sube hasta mis mejillas y termina por
estallar cuando él posa su mano en mi mandíbula.
—No hay muchas canciones guardadas, pero las que están son
preciosas.
Mark niega.
—La jodida vida me enseñó lo cruel que puede ser. Me mostró una
persona cobarde y egoísta que odie por meses —comento sin
guardar el dolor que me causa revivir todo de nuevo
—Mi madre siempre decía que la lluvia nos obliga a ver qué hay
algo más allá del sol —le comento en tono alto y él sonríe asintiendo
—. Y quiero pensar que hablaba de una eternidad, donde nos
encontraremos en algún momento.
Mark niega.
Mejor amiga👭💜.
"¿Sabes que te amo, no? Eres mi hermana y tu dolor es el mío,
estamos para ti y juntos vamos a ser fuertes y apoyarnos.
Te quiere,
Amy, Marica... Por supuesto que Amy"
Deseo ver sus ojos mientras habla, por lo que giro mi cuerpo, él
toma mis piernas, acomodándome a horcajadas sobre y frente a él,
una rodilla a cada lado de su cintura. Baja su mano a lo largo de mi
parte frontal, explorando la V entre mis piernas, disfruto de su tacto,
me contorneo al sentirlo endurecerse debajo de mí.
—Eso es, disfruta tenerme dentro de ti, nena —pide acelerando sus
embestidas.
Los rayos refulgentes del sol logran filtrarse por las persianas de la
pequeña ventana, obligándome a despertar. La lluvia incesante de
hace unas horas finalmente se ha evaporado. No hago más que
disfrutar del silencio que reina en el dormitorio ahora un poco más
iluminado, de la calma que me brinda el lugar y de la mujer a mi
lado... Mi mujer, de quien soy un fiel adicto.
Dejo aquella nota, encima del cajón, deseando estar de vuelta antes
de que ella despierte.
Reprimo con todas mis fuerzas la sonrisa nerviosa que pugna por
asomarse a mis labios.
—Qué bonito hombre, mira hijo —me llama la señora con la mano
para que me acerque a ella, lo hago—. El cascarrabias que ves ahí,
odia las plantas, flores, rosas, pero cada día desde que nos
casamos me ha traído peonias, tantas que no caben en casa y
debemos venderlas.
— ¿Y ya tienen hijos?
—Yo a ti, Mark... Por favor, ¿Puedes traer unas galletas saladas con
manjar?
—Aquí está —la señora aparece con los dos ramos de peonias—.
Me ha dicho mi esposo que no tienen hijos así que con esto, vaya
preparándose para tenerlos.
—Aún no sabemos ni siquiera que lo esté. Así qué, solo hay que
esperar —se calla, la noto nerviosa.
Rachel Lombardo:
PRUEBA
HCG SUB-BETA EN SANGRE
RESULTADO
NEGATIVO
—Tu abuela puede quedarse con nosotros —con sus ojos fijos en
los míos comenta y sus palabras me enternecen.
Amy entorna los ojos, que Steven no esté junto a ella es extraño y
su actitud al escuchar el nombre de mi cuñado confirma que las
cosas no están del todo bien.
Todos reímos, incluido Steven que suelta una risa nasal mientras
niega con la cabeza. Es Amy, no podremos esperar menos de ella.
Desconocido:
"¿Puedo hablar contigo? Rachel, es importante.
¡Y no te atrevas a ignorarme! No olvides que cada vez que respires,
te estaré observando.
Te ama, Jackson"
¿Qué demonios?
Enojo, desconcierto e indignación es lo que siento al leer el
mensaje, Mark cuestiona la situación y no dudo en comentárselo.
—Es para ti, extraño —lloro rozando mi muñeca a mis ojos repetidas
veces.
Desconocido:
"Te di una oportunidad para que seas feliz, pero ya veo que decides
elegir una vida jodidamente desgraciada, y me aseguraré de ello, te
amo Rachel pero prefiero destruirte a que seas feliz con alguien que
no soy yo"
Amy Martins:
"Hakuna matata, una forma de ser, hakuna matata, nada que temer
—Amy, tengo que irme. Me alegró verte —Dylan se pone de pie con
intenciones de alejarse, el silencio detrás del móvil, me informa que
Steven lo ha escuchado.
—Solo decía, Amy —él eleva las manos a la altura de sus hombros,
en señal de calma—. Que estés bien.
Inmediatamente niego.
— Hola, Steven.
Niego la cabeza.
—Si, un hijo de puta descarado —mi amiga habla con la rabia que la
consume, pero de pronto hace un mohín—. Ay no, pobre Ana, yo la
quería.
Me echo a reír por sus ocurrencias y la forma tan liberal con la que
habla, muy poco común en ella.
¿Qué?
— Nath.
— Vamos, Rach.
Tambaleando me levanto y ayudo a mi amiga, Nath nos entrega la
cuenta, apenas le pago Rach se despide de él con la mano.
— No se preocu...
Mierda.
Gracias por la traducción Rach, pienso al ver por el espejo el rostro
rojo y rabioso de mi suegro.
— ¡Vamos, despierten!
Niego con la cabeza. Esta mujer querrá morir mañana mismo. Tomo
una bocanada de aire al salir del ascensor y entrar al departamento
donde los gemelos efectivamente están esperándonos.
Rachel Lombardo:
«¿Por qué tiene que ser tan grosero? Igual nos casaremos con
ellos»
Acerca sus labios a los míos, tan dedicado como siempre, me besa
y me desarma, pero no solo es por su contacto físico, son sus
gestos, sus palabras, es todo él.
No hacen faltan las palabras para expresar lo que quiero, basta con
nuestro abrazo, hay gratitud en el, unión y un millón de recuerdos,
recuerdos de la mujer que extrañamos.
Mi abuela niega.
—¿Dejarte? ¿Para qué? —grita—. ¿Para que seas feliz con ese
cabrón de Harvet? ¿Cómo te explico que eso no pasará, nena?
"—Pero si prefieres podemos ver otra película —le dije al ver su mal
humor apenas el video se reproduce.
—Lo siento, está bien Rachel, esperaré hasta que estés lista —
suspiró—. Vamos a ver la película y te llevo a tu casa. ¿De
acuerdo?"
Le pido. Me mira con intensidad, en sus ojos verdes aún brilla la ira
y una sed de venganza que no es propia de su persona.
—Lo único bueno que ahora hay en mi corazón, eres tú, Rachel —
impulsado por la situación se atreve a confesar. Niego con la
cabeza, abrazándolo, sé que es el enojo que habla por él. Jackson
no podría afectarnos hasta ese punto—. Todo estará bien. ¿De
acuerdo?
—Wow, pero mírala, Rach —susurra Steven al ver que Amy, saltea
unas cebollas en el sartén, el orgullo en su voz me arrebata
pequeñas sonrisas—. Pero es que hasta cocinando unas simples
verduras se ve tan jodidamente sexy.
—¡Ay no! —Me quejo entre risas, Mark lo mira, negando con la
cabeza. Lo que hace que todos riamos aún más.
—Amor, ¿hace cuanto estás aquí? —Le pregunto a Mark que está
sentado en la cama.
—Jovencita...
— Claramente no pensaron.
—El amor que mis hijos les tienen es... Tan grande, incluido Steven,
quien nunca ha tomado nada en serio y hoy parece tener todo claro,
al igual que Mark —sus palabras me emocionan—. No las odio,
quiero que sepan que yo no podría odiar la felicidad de mis hijos.
Mierda.
Mark Harvet:
«Mark, entre los dos el más sensato eres tú, por eso decidí contarte
que Jackson estaba en casa de su amigo. Recuerda, solo iremos
por él, hablaremos de la orden de alejamiento y denuncia,
llamaremos a la policía para que ellos se encarguen y nosotros
regresaremos a casa con nuestras chicas que deben estar
histéricas» Dijo Steven, enfatizando cada palabra antes de
indicarme la última calle que nos acercaría a Kozlov.
***
—Me las van a pagar... Tú, tu copia barata —Jackson gruñe entre
dientes, costándole mencionar cada palabra—. Rache...
—¿Tú qué haces aquí? —Le pregunto a la mujer que con el rostro
pálido me mira.
—No —confieso.
—Intento ser una mejor persona para ella —asienta repetidas veces
con la cabeza, como si intentara convencerse de ello—. Amo tanto a
Amy, ¿sabes? Y te debo una disculpa por las veces que me burlé de
ti, de tu creencia en el amor, irónicamente ahora no solo creo,
también tengo mi propia religión, Amy Martins.
Amor❤🐹
"Mark, por favor. No vale la pena"
"Regresas aquí. ¡Responde!"
—Señora Grace, por favor... —le digo— Por estos días acepte
quedarse en mi departamento. Al menos mientras nos aseguramos
que Jackson no volverá a acercarse a ustedes.
—Espera aquí —pide—. Iré por algo para curarte las heridas.
—No hay mejor medicina que tus labios, tu piel... Tú—le digo. Ella
niega alejándose un poco e inmediatamente me quejo, suelta una
pequeña risita atrapando mi mano diestra.
—Entonces toma todo lo que quieras, mi amor. Soy todo tuyo —le
recuerdo, volviendo a poseer su boca—. Nadie te escucha, solo
estamos tú y yo. Déjate llevar, complace tus deseos, nena, sirviendo
a los míos. Te necesito de la misma manera que tú a mí.
—Te amo más, cariño, mucho más —le digo, apoyando la espalda
por completo en el sofá, sus pechos rozan los míos—. Y no importa
cuantos intenten quitarnos la tranquilidad, hay algo que jamás
podrán tocar: Esto que solo tú y yo entendemos y tenemos el
control. Nuestro amor, que es para siempre.
22 de julio,
cumpleaños de los gemelos Harvet o el día del dilema de Steven
¿Quién era el mayor?
Rachel Lombardo:
«Hoy 22 de julio, como todos los días, doy gracias por tu vida Mark.
Hay tanto que admirar, agradecer y amar en ti. Encontrarte mientras
no buscaba nada, me hace sentir tan afortunada... Ha sido
maravilloso coincidir en esta vida contigo. Gracias, gracias por
enseñarme a amarme y amar.
Eres mi amigo, mi novio, mi realidad y ficción,
Mi refugio y paz, eres ese cuento de hadas que me contaban de
pequeña y del que ahora me siento la protagonista.
Mi caballero de ojos verdes y corazón noble, te amo, feliz
cumpleaños.
Pd: ¿Ha tenido un hámster, profesor Harvet?
Siempre tuya, Rachel Lombardo»
Antes de cerrar la caja, ato con una fina cuerda de algodón las
tarjetas que escribí representadas como vales por cobrar. De las
cuales Mark podía hacer uso en el momento que quisiera. Con una
sonrisa en el rostro repaso la lista en mi mente de exactamente las
veinte tarjetas.
—Es una referencia del libro; Lo que siento por ti, unos labios
humanos no pueden expresarlo —menciona, terminando nuestro
beso para poder mirarme. Ahueca mi rostro entre sus palmas—. Es
que te juro que estoy jodido contigo, en el buen sentido del amor...
Te veo, leo y suspiro en todo momento de mi vida; Incluso en cada
buen verso de mi libro favorito.
—Mark, que bonito lo que dices —me derrito ante sus palabras—, y
creo que estoy enamorada de ese idioma.
—Aún mi francés no es muy bueno, pero sin duda hay una frase de
este libro que aprenderé para ti. ¿Sabes? Cuando regresaste la
pensé. Porque de la misma manera que Marius sintió haber
recobrado el alma cuando volvió a ver a su «Ursule» después de
buscarla tanto. Yo también me sentí igual cuando te vi en el bufete
de Steven —mi corazón se estremece, late desenfrenado—. Era
Ella. Cualquiera que haya estado enamorado captará todos los
significados radiantes que caben en las cuatro letras de esa palabra:
Ella. Eras tú, Rachel Lombardo, el amor regresando a mi vida.
—Creo que el aire del coche no está funcionando muy bien porque
hace un poquito de calor por aquí, ¿no? —comento divertida y
agitada, intentando alejar cualquier pensamiento férvido e irracional
exigido por mi cuerpo, Mark sonríe, tiene el rostro rojo, lo veo
acomodarse en su asiento, mientras vuelve a centrar su atención en
la caja, regresando todo a su lugar antes de cerrarla.
Le doy un beso en los labios antes de salir del ascensor, al ver que
las puertas están apunto de cerrarse, le lanzo un beso. Su sonrisa
genuina me estremece. Amo tanto a este hombre que veo la vida en
su mirada.
—Por favor...
Mis ultimas palabras las grito con ira, frustrada, llena de rabia. «Ya
es tarde» Asegura él y mis latidos se detienen por sus palabras.
— Lo va a pagar.
—Él no tiene nada que pagar, ¿no lo entiendes? —me mira furioso,
sosteniendo el arma con más fuerza—. Si hay culpables aquí,
somos los dos. No Mark.
—Lo sé, maldita sea —habla entre dientes, dando pequeños pero
intensos golpes a mi frente con el arma—. Sé que yo soy el culpable
de todo. Pero no puedo dejar de odiarlo por tenerte.
—Cumpliré con mi palabra, me alejaré —aseguro—, pero termina
con esto, váyanse de aquí.
Esto no es real,
este no sería nuestro final.
—Jackson, termina con ellos y deja de ser tan ridiculo —es lo último
que escucho, antes de que golpes en la puerta me devuelvan la
esperanza—, tu tienes la culpa. Nos van a atrapar. ¡Maldita sea!
—¡No! No acepto tus te amo de esta manera, ¿lo entiendes? ¡No los
acepto! —grita y siento como mi cuerpo se desvanece poco a poco
entre sus brazos.
***
—Rach, te lo dije cielo, si quieres puedo manejar yo —la voz de mi
madre me obliga a abrir los ojos nuevamente, no tener noción del
tiempo o espacio me aturulla, encontrarme conduciendo en la
carretera totalmente desorientada, sin recordar el rumbo exacto deja
de importar apenas mamá vuelve a hablar—. Quedan algunas horas
para llegar a casa de tu abuela.
***
Cláxones a la distancia, el sonido de un disparo, ecos abigarrados y
quejumbrosos de ambulancias e intensos chillidos del monitor de
signos vitales se instalan en mi cabeza. Al abrir los ojos esta vez no
hay más allá que una oscuridad absoluta.
—¿Mamá?
—Nunca has estado sola, hija, estoy aquí —doy media vuelta y
finalmente la veo. Me acerco a ella, reclamando aquel necesitado
abrazo—. Mi pequeña... ¿Por qué estás haciéndote esto?
***
—Aún no puedo creer que ese hijo de puta ha sido capaz de esto —
el comentario enfurecido de Amy me aleja del estado somnoliento
en el que me encuentro—. La cárcel es poco para lo que merece.
—Lo siento, pero empiezo a desesperarme, dijo hace tres días que
todo había salido bien en la extracción de la bala, sin embargo, ella
no despierta —la escucho chistar.
—Estoy bien —logro decir, mi voz sale ronca y débil. No ver a Mark
por ningún lado me intriga—, ¿dónde está Mark?
—En ese caso, qué bueno que no le temes —al llegar al coche se
para frente a mí—, porque yo puedo aplicarla.
—¿De verdad?
—Lamento decirte que son cinco mililitros que se deben aplicar —mi
boca se abre y él ríe, disfrutando de la situación—-. Tú eliges mi
amor, glúteo mayor, muslo lateral externo, o área ventroglútea.
—¿Eso fue todo? —Pregunto relajada al ver que no era tan malo
como imaginaba. Él retira la aguja y finalmente mi ataque de risa
desaparece, Mark me ayuda a retomar mi posición en la cama, me
siento y sonrío al ver el brillo en su frente. Hasta ha sudado el pobre.
—Eso fue todo, creo que yo sufrí más aplicándola —sonríe negando
con la cabeza. No tarda en sentarse a mi lado y tomarme de las
manos, permanecimos callados por unos segundos y creo que por
primera vez después de todo este tiempo, en la intimidad de nuestra
habitación, nos detenemos a pensar en lo sucedido—, estas aquí.
—Eso, diviértete —digo entre risas—, como soy yo la que tiene que
soportarlo en la clase.
—Está bien. Ten un buen día —digo. Una de sus manos van hacia
mi cabeza y la sostiene mientras me da un corto beso—, te amo.
* Que me presente.
* Señorita Lombardo a la pizarra.
* Lea.
* ¿Cuál es el resultado del ejercicio?
* Escriba el deber en la pizarra.
* Resuelva el ejercicio.
—¿Por un nombre?
—No —admito.
—Que bien se veía mi reflejo en esos ojos tan azules como el cielo.
Se me olvidó hasta mi nombre —me susurra Kate y rio—. ¿Crees
que la señora Betther me quiera como nuera?
—¿Será un nuevo profesor? Está tan guapo —al pasar por un grupo
de mujeres las escucho susurrar, ellas observan a mi dirección y
una vuelve a comentar—, Aunque se nota que es un ogro.
—¿Van Golden? —Termina por mí, entre risas asiento. Mark posa
su mano en mi mejilla y me da un beso que sucumben entre el
averno y el deseo—, y tú eres perfecta para mí, Rachel Lombardo.
—Así es, cariño —lo miro y Mark fija sus ojos en mi, puedo ver la
adoración en ellos, desbordando el amor tan grande que nos une—.
El amor y el destino conducen en la misma dirección, cómo tú y yo,
cómo todos los que estamos enamorados...
—Todo está bien amor —hace una breve pausa, como si le costara
hablar, lo que termina de confirmar que no está siendo sincero.
—¿Seguro?
***
«Muchas cosas que contar» No son aquellas cuatro palabras las
que me roban el aliento, es la actitud nerviosa de Mark, la palidez y
tensión en su rostro, son los diferentes escenarios que se me pasan
por la cabeza; En los que muchos de ellos están involucrados
Mishell y Jackson. ¿Pero era posible? ¿Aún estando en la cárcel?
Confiaba en Steven y en lo bien que estaba llevando el proceso
penal, pero tales pensamientos no dejan de atemorizarme.
Silencio.
Un silencio incómodo es la descripción perfecta del camino que nos
dirige hacia el departamento, tras media hora después mi estado de
ánimo confuso y sentimental termina de elevarse cuando Mark posa
su mano encima de la mía, que está apoyada en mi muslo.
«Todo está bien» Asegura, aún con la mirada hacia al frente.
Mark sale del coche, rodeándolo hasta llegar a la puerta del copiloto,
abriéndola para mí. Lo veo desde arriba, ofreciéndome su mano,
aunque por la forma en la que me mira, diría que es su corazón y
vida la que me entrega en esta unión. Acepto su gesto, saliendo del
coche. Vuelvo a estudiar cada detalle exterior de la casa y el
espacio que la rodea. Mientras avanzamos a la puerta mis ojos se
llenan de lagrimas al ver las letras grandes qué hay escritas en ella.
«HL»
—Quiero que cada noche de mi vida sea tu rostro lo último que vean
mis ojos, o tus susurros soñolientos lo último que escuche. Quiero
despertarme abrazado a ti. Cuidarte, hacer el amor contigo por el
resto de mis días —susurra lo último y río entre sollozos—, quiero
ser el hombre que luche por tu felicidad, porque al final del día es la
mía. Rachel Lombardo Evans, ¿Aceptas compartir tu vida junto a
mí?
— Tú eres perfecta y por cierto —se inclina para poder ver mi rostro
—, bienvenida a casa, futura esposa.
— ¡¡FELICIDADES!!
—¿Por qué?
—Señor Harvet, el rumor real debía ser que usted es perfecto —lo
beso, sonríe sobre mis labios.
FIN.
Mark Harvet:
Sonrío al recordar cómo las dos personitas que crecen dentro del
vientre de mi mujer desde hace tres meses, son los invitados más
inesperados y especiales de nuestra boda. Soy feliz memorando el
día en el que nos enteramos del embarazo de Rachel o cómo ella lo
describía «el día en el que se descubrió a la peor persona para dar
noticias y sorpresas»
ANALEPSIS
Ladeé la cabeza, si, era probable que los seis tacos que había
ingerido la noche anterior fueran la causa de su malestar
estomacal, aunque tampoco justificaban el cansancio que
llevaba encima.
—No hay nada que necesite más ahora que una segunda ducha
y contigo —imaginar cada jodida manera en la que
aprovecharía el tiempo, haciéndole el amor, duele. Estoy tan
excitado que la presión en mi pantalón se vuelve más intensa y
no da señal alguna de querer desaparecer pronto—. Pero no
quiero que llegues tarde. Será mejor que espere abajo.
FIN DE ANALEPSIS
ANALEPSIS
—Es normal que el latido del corazón fetal sea rápido —explicó la
doctora.
—Lo haremos bien. Todo irá bien, mi amor —le aseguro, ella asiente
abrazándome con más fuerza—. Dios... Es que te amo, joder. Siento
que el corazón me va a estallar de tanto amor.
—Pero no tan temprano para saber que son gemelos —dije sin
poder contener la emoción en mi voz.
FIN DE ANALEPSIS.
Extra I
Mark Harvet:
Uno.
Dos.
Tres.
Me suelta, llevando las manos hacia el cuero del sofá donde está
sentada, se le escapa un nuevo chillido, continúo en cuclillas frente
a ella, sin tener menor idea de que hacer. Mi único pensamiento es
que soy yo quien debe disculparse. ¡Está sufriendo y ni siquiera sé
cómo minorar su dolor!
Pide. Me parece una locura dejarla sola ahí, pero vuelve a insistir.
«No tardo» Indico subiendo a toda prisa las escaleras en busca de
la maleta que afortunadamente Rachel junto a su abuela y mi
hermana, organizaron desde hace unos días.
—¿Hay algo más que debamos lle...? ¡Joder! —al regresar a la sala
siento que el alma abandona mi cuerpo. Ella está de pie, con las
manos en el vientre, mientras en el suelo la rodea un pequeño
espacio de líquido acuoso.
Admiro la valentía que tiene, aún en medio del dolor camina sin
ningún problema hasta la cochera. En un intento de ayudarla a
entrar al coche, sostengo su vientre de la misma manera en la que
ella lo hace. Y ahí están. Mis hijos haciéndose presentes.
Rachel Lombardo:
Por debajo del camisón que llevo puesto, Mark dirige una de sus
manos a mi pecho, los delinea con su pulgar, la manera atenta y
dedicada que me acaricia... Enciende todos mis sentidos. Continúa
besándome el cuello y moviendo las caderas.
—Mami, papi —con su tierna voz nos saluda Karla, nuestra pequeña
hija, quien a pasos cortos es la última en llegar hasta nosotros.
—Es verdad, Alana no nos cae bien, aunque es muy guapa —aclara
Matthew—, pero nadie más hermosa que mamá.
Aun con nuestra hija en los brazos Mark sé acerca para darme un
corto beso, indicándome que ordenará la mesa.
— Los niños son muy tiernos, ¿no? —Musita una voz que no
reconozco, miro a mi lado, hay un chico junto a nosotras, con un
niño en sus brazos.
—Nana dice que son una mezcla de los ojos de papá y mamá.
¿Quieres ver a mi papi? Es muy guapo —dice mi hija, buscando
sobre mis hombros—. Ahí está.
Asegura, volteo hacia donde Karla señala y sí, ahí están nuestros
Harvet. Los tres mirando fija e intensamente hacia nosotras, con los
brazos cruzados. Sonrío al ver la expresión ceñuda en sus rostros.
—Eh... Yo, creo que mejor me voy —dice Alex nervioso, no lo culpo.
Hasta yo estoy nerviosa y ni siquiera hay una razón—. Fue un
placer, Rach...
"Querido Santa,
Mamá y papá escribían mis cartas y las de mis hermanos para ti.
Espirituales:
Materiales:
- Otro favor, no olvides leer las cartas de mis hermanos, ellos han
sido buenos, y si yo no merezco regalo por pegarle a Ryan por
querer ser novio de Karla, lo acepto. Pero al menos ¿podemos
negociar el conocer a Emma?
Gracias, TQM"
Pd: Habrá una nueva historia que publicaré, apenas esté terminada
💙 les dejo mi Instagram, twitter y TikTok donde estaría
anunciando cuando esté lista: @jamwalkerxoxo
Jam Walker.
Extra: Inicio | MH
MARKHARVET
—Hola, papá.
¡Bingo! Me lo imaginaba.
—Señor Harvet —la voz casquivana de una de las mujeres que sin
descaro me sonreía, habla a mis espaldas. No me volteo, pero si
detengo mi caminar. Un segundo después ella aparece frente a mí,
acompañada de otra joven—. Soy Monique Anderson, estoy inscrita
en su clase.
Explica.
Observo la hora en mi reloj y al ver que están diez minutos antes,
les digo: —La puntualidad es algo que valoro en mi clase.
Ambas mujeres, sonríen orgullosas, pero es la señorita Anderson
que sin pestañear me empieza a hablar de lo emocionada que se
encuentra de haber obtenido un cupo en mi curso y de como sus
padres son los patrocinadores de varias áreas de la universidad. Me
agobia escucharla pronunciar tantos halagos vanidosos a su familia.
A la siete menos tres, doy por finalizados, los susurros, las charlas
inoportunas del salón, y al ver que veintinueve de treinta estudiantes
han llegado, doy por iniciada la clase.
—¿Perdone?
—Puede, pero que sea la primera y última vez que llega tarde a mi
clase —informo, ella asiente entrando con rapidez al aula.
La sigo.
Tres pasos de ella, es un paso mío, por lo que me pilla por sorpresa
cuando de pronto detiene su caminar, a casi chocarme.
Hostia. Es un poco torpe.
Comento.
Por alguna razón Anderson y compañía celebran mi respuesta,
como todo lo que digo. Y yo me sorprendo a mí mismo centrando
toda la atención en la alumna Lombardo, quien con su ceño fruncido
me mira.
***
Esa misma tarde, llegué a mi departamento.
Desde casi media hora estoy tumbado en el sofá de mi casa, a la
espera de Steven, con quien quedé ver los juegos de nuestros
equipos favoritos de baloncesto.
Mientras espero, me encuentro meditando sobre mi día tan
inesperado, cuando mi móvil suena. Es una llamada entrante de un
numero desconocido. Enseguida respondo:
—Señorita Lombardo...
—Eh, yo. Señor... Tengo que colgar —titubea, habla tan rápido que
me hace caer en la cuenta de que ambos estamos nerviosos. Sonrío
ampliamente.
No hay respuesta,
lo que me confirma que ha colgado la llamada. Con una sonrisa
incrustada en el rostro, vuelvo a recordar sus palabras. ¿Así que le
parezco follable?
Río con más ganas. Por Dios..., ¿pero de dónde salió esta mujer?,
De pronto, vuelvo al móvil y decido guardar su contacto como: RL.
Sigue.
—No, no es Rebecca...
No, no...
***********************************************
Hola, queridos extraños💙🐹
Después de un tiempo he vuelto con un pequeño extra, conociendo
la perspectiva de Mark.
Espero lo disfruten.