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Ocio, Política y Educación.

Reflexiones y retos
veinticinco siglos después de Aristóteles
por Carmen PALMERO CÁMARA
Jesús JIMÉNEZ MARTÍN
y Alfredo JIMÉNEZ EGUIZÁBAL
Universidad de Burgos

1. Planteamiento plagado de ambición, que reviste una es-


La reflexión sobre las relaciones entre pecialísima urgencia por cuanto las so-
el ocio, la política y la educación exhibe ciedades democráticas necesitan, tal vez
una dilatada historia que nos ha legado más que en ninguna otra época anterior,
un inmenso repertorio de discursos teó- educar a sus miembros como ciudadanos

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ricos y normativos, especie de registro libres, capaces de participar en las delibe-
objetivo del estado de las discusiones a lo raciones y decisiones políticas [1].
largo de la historia sobre esta interacción,
con repercusiones en la cambiante estruc- Nuestra tesis central cobra sentido en

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tura y organización del sistema educati- el momento en que, a nuestro entender,
vo. Problema de relación de cuya solución se produce la primera gran síntesis entre
dependerá, en parte, la eficacia de las ac- ocio, política y educación en la filosofía
tuales reformas sociales y educativas. El clásica y en especial en la obra de Aristó-
presente trabajo aspira a centrar la aten- teles. Con arreglo a esta lógica, compren-
ción en el reencuentro y la rehabilitación deremos en el ámbito del pensamiento
del ocio como uno de los ejes fundamen- clásico la concepción de la política como
tales en el diseño de la política educativa una ciencia práctica de carácter proyec-
de la sociedad actual. Mediante el análisis tivo, que con ayuda de recursos como la
epistémico y longitudinal de la reflexión legislación y la educación busca conseguir
sobre el ocio intentaremos mostrar cómo el bien común, mediante el cuidado del in-
emergen criterios y pautas de acción para dividuo [2].
afrontar los retos que plantean las cues-
tiones más disputadas de la educación en El círculo filosófico de Platón tenía cla-
la actual sociedad cosmopolita. Objetivo ro que la superación de la crisis ateniense
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de finales del siglo V sólo se podía lograr var el conocimiento, en ejercitar la acti-
mediante la adopción de normas inmuta- vidad intelectual; en segundo lugar, vivir
bles y paradigmáticas de la polis, que hi- racionalmente consistirá en acomodar los
cieran posible una ciudadanía justa y feliz deseos y las pasiones a los dictados de la
y que esas normas han de ser enseñadas. razón. A la primera de estas dos dimen-
Su discípulo Aristóteles, además de reco- siones corresponde la educación intelec-
nocer la importancia de la educación, se tual que se lleva a cabo mediante la ense-
plantea explícitamente la necesidad de ñanza y el razonamiento; a la segunda de
diseñar una política educativa en la que estas dimensiones corresponde la educa-
se responda a las preguntas ¿Para qué, ción moral que se lleva a cabo mediante la
por qué y cómo se ha de educar a los futu- formación del carácter» (Calvo, 2003, 12)
ros ciudadanos, hombres libres, para que
puedan alcanzar una vida plena? [3]. Es tarea de la polis esta educación,
para lo que necesita condiciones mate-
Entre las señales, cargadas de semán- riales que permitan el uso de ese tiempo
tica, que emite la reflexión procedente libre de actividad práctica y que haya ad-
del estricto ámbito filosófico, se considera quirido los valores, normas y costumbres
que el diálogo con Aristóteles continúa te- que luego pueda transmitir, según los
niendo vigencia y notable actualidad, pre- principios siguientes:
guntándonos en torno a las repercusiones
de identificar educación con la formación —  Educación pública y común a to-
integral del ser humano desde que nace dos los ciudadanos.
hasta que se incorpora a la vida activa de
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la polis con el objetivo de que consiga la —  La educación ha de acomodarse


dignidad de un ser humano. a los principios constitucionales.

En qué consiste y cómo se consigue —  La educación ha de orientarse


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esta vida plena es problema que ha de re- hacia la paz y el ocio [6].
solver la Política, ciencia práctica que se
ocupa de la actividad moral de los hom- Solo desde la comprensión del sentido
bres, ya sea en el ámbito individual (ética) original de la reflexión sobre el ocio, de sus
o social (economía, política). Como la feli- inflexiones y giros experimentados a lo lar-
cidad es «la actividad del alma conforme o go de la historia, estaremos en condiciones
dirigida por la virtud» [4], su realización de pilotar, frente a las amenazas del caos,
depende de la adquisición de las virtudes la deliberación racional y la poiesis que
propias de la naturaleza humana [5]. exige la dinámica de la política orientada
al bien común, especialmente sensible a la
La virtud precisa una naturaleza acción intencional educativa, que afectará
moralmente sana, un recto aprendizaje a todo el común de la colectividad.
mediante la educación y un ejercicio que
lleve a adquirir el hábito de obrar bien: La apropiación cabal y refinada de las
«vivir racionalmente consistirá en culti- contribuciones de la reflexión sobre el ocio
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y sus interacciones con la política y la edu- celencia de la vida plena, frente a un tipo de
cación nos ayudará, veinticinco siglos des- vida, dedicada a la actividad artesanal que,
pués de su origen, a reconocer el nivel de como advierte Sócrates, por sí misma, «no
reflexividad epistemológica y potencial in- merece ser vivida» y a la educación como
novador del ocio cuando se toma en su in- condición imprescindible para lograrla.
tegridad y al margen de la discusión con-
vencional y nos proporcionará, además, Consecuentemente, resulta oportu-
predicamento y criterios para el diseño de no delimitar el concepto de ocio, skholé
una política educativa, razonablemente (σχολή), como tiempo para la reflexión y
creativa, en un mundo estructurado por la investigación, partiendo de la relación
la complejidad y la incertidumbre. que en el círculo platónico establecieron
entre ocio, filosofía y teoría [9]. Adopta-
mos como referencia inicial la leyenda re-
2.  El ocio (σχολή): «principio de to- cogida por Cicerón [10], según la cual Pi-
das las cosas» tágoras comparó la vida humana con unos
Frente a la desviación epistemológi- juegos o un festival gimnástico, cuyos par-
ca tendente a comprender el ocio como ticipantes representaban los tres géneros
«tiempo libre» entre dos trabajos, en la de vida y conocimiento que todos los grie-
Grecia clásica el trabajo adquiere su sen- gos posteriores aceptaron: los que viven
tido en relación al ocio: «la vida se divi- para el negocio, los que buscan la fama y
de en trabajo (άσχολία) y ocio (σχολή), en la victoria y los mejores, los que sólo aspi-
guerra y paz, [...] la guerra existe en vista ran a contemplar el modo más armonioso
de la paz, el trabajo en vista del ocio, y las de compartir la existencia, buscando el

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acciones necesarias y útiles en vista de las arte, la sabiduría de la que el hombre, el
honrosas» [7]. verdadero filósofo, es sólo amante.

En griego σχολή (skholé) significa García Castillo (2006, 9) sitúa la filoso-

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«ocio», pero también «paz», «estudio», o fía platónica dentro de la tradición pitagó-
«escuela», el resto de las actividades, es- rica que prioriza el ocio o la libertad respec-
pecialmente las productivas, son άσχολία, to al negocio o necesidad: «al pronunciar,
el no-ocio o como dirán en el mundo la- por primera vez en la historia, la palabra
tino «negocio», aunque también significa “filosofía”, Pitágoras nos muestra que la
«ocupación» y «trabajo». Esta palabra, forma más excelente de vida humana no es
ά-σχολία, con alfa privativa nos muestra la de quien vive para el negocio, como los
que los griegos no tenían una palabra es- mercaderes, ni siquiera la de los atletas y
pecífica para trabajo [8]. hombres prácticos, que persiguen la victo-
ria, el éxito y la fama, sino la del hombre
En el círculo platónico-aristotélico, la que contempla (teórico) y ama la armonía y
cuestión del ocio está asociada a la discu- el equilibrio de los vaivenes del vivir».
sión por la mejor forma de vida, a la «theo-
rein» investigación teórica, contemplación y Platón consideraba que la conjunción
a la relación entre ambas en busca de la ex- de algunas formas de organización políti-
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ca como la democracia, la oligarquía o la la condición de la forma de vida excelen-


tiranía con una desmedida búsqueda de la te, comprometida con el futuro solidario y
riqueza impedía a los atenienses disponer en libertad de los seres humanos. Ignacio
del tiempo libre, del ocio necesario para García (2010) pone en relación este texto
el desarrollo de la vida en la polis. La so- con la postura de Sócrates en la Apología
lución se encuentra en la configuración cuando afirma que si le dejasen en liber-
de una polis en la que se tenga suficiente tad con la condición de no filosofar más se
tiempo libre, skholé, y en la que las leyes negaría puesto que la vida que merece vi-
no fomenten la búsqueda de las riquezas. virse es una vida de examen continuo de
uno mismo y de los demás, porque es la
En el Teeteto, Platón muestra el anta- actividad filosófica, el conocimiento cada
gonismo entre la formación filosófica basa- vez más profundo de uno mismo, lo que
da en el tiempo libre, ocio, skholé (σχολή), hace al hombre libre.
y el adiestramiento profesional para el
trabajo productivo y el negocio, askholía El ocio o skholé (σχολή), es identificado
(άσχολία) de los sofistas, sometido a la ur- en el círculo platónico con el tiempo libre de
gencia del tiempo y a la necesidad [11]. hombres libres que tiene en la filosofía la
verdadera escuela de libertad de la huma-
En el Fedro, Platón vuelve a subrayar nidad (Goucha, 2007). En el mundo griego
la importancia del ocio entendido como se contraponen la vulgaridad del trabajo y
tiempo libre dedicado al diálogo y la acti- cualquier actividad manual, a la dignidad
vidad filosófica, frente a la pereza y la con- de la actividad teórica propia del ocio.
ducta servil del hombre común, mediante
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el mito de las cigarras [12], que no son Con Aristóteles culmina la valoración
otra cosa que hombres que olvidaron su platónica del ocio como principio rector de
propio cuerpo: «sin acordarse de comer y la vida en libertad. Sólo viviendo en la po-
beber», por la ilusión del conocimiento, in- lis el hombre libre puede alcanzar una vida
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citándonos con su canto a la investigación. plena mediante la educación, que debe ser
regulada por la legislación, descubriendo
El hombre común, frente al filósofo, con cierta prognosis la necesidad de esta-
tiende a dormir, a pasarlo bien, a satisfa- blecer una política educativa que consiga
cer las necesidades materiales derivadas el pleno desarrollo del hombre libre. Ahora
del cuerpo. Para dedicarse a conversar, bien, la política es una ciencia problemáti-
a la búsqueda de la verdad, se necesita ca y más en lo referente a cómo debe ser
una polis en la que estén satisfechas las la educación. En esta tesitura, Aristóteles
necesidades cotidianas de la vida y quede necesita una razón desde la que poder de-
tiempo libre para el cuidado o cultivo de cidir la educación del ciudadano, que en-
la humanidad. cuentra en «hacer buen uso del ocio que es
el principio de todas las cosas» [13].
El ocio se convierte, así, en el valor
fundamental de la vida humana en la po- Queda entonces determinar la natura-
lis, en el fin último de la filosofía, pues es leza del ocio o skholé, fundamento de la
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vida del hombre libre que se desarrolla en ble que sea conforme a la virtud más exce-
plenitud en la polis. El ocio para Aristóte- lente, y ésta será la virtud de lo mejor que
les es la actividad excelente respecto a la hay en el hombre.
cual se define el trabajo «toda la vida se
divide en trabajo (άσχολία) y ocio (σχολή), Una vez establecido el ocio, skholé,
en guerra y paz», precisamente el traba- como eje y valor vertebrador de la vida
jo, άσχολία es lo que no es ocio, σχολή. El de la polis, la legislación deberá tener
ocio no consiste en no hacer nada, en dejar en cuenta las cosas mejores y los fines, y
pasar el tiempo, sino tiempo para las ac- entre estos, los principales son «vivir en
ciones propiamente humanas, que tienen paz» y tener ocio: «tales son los objetivos
que ver en su conjunto con lo que nosotros que deben perseguirse al educar a los ni-
llamamos actividades culturales, activi- ños y a las demás edades que necesitan
dades que Aristóteles vincula con el ejer- educación. Pero las ciudades griegas que
cicio de la actividad racional que constitu- hoy día tienen reputación de gobernar-
ye el fin último de la naturaleza humana. se mejor y los legisladores que fundaron
Ocio es la actividad filosófica en tanto que esos regímenes no los organizaron evi-
búsqueda y contemplación de la verdad, dentemente con vistas al mejor fin, ni
del conocimiento. ordenaron las leyes y la educación a to-
das las virtudes, sino que groseramente
Este tipo de ocio caracterizado «autoté- se inclinaron a las que parecían útiles
lico» (Cuenca, 2006, 14) puesto que se rea- y más lucrativas» [15]. A esta demanda
liza mediante experiencias satisfactorias responde una educación humanística en
y libres, sin una finalidad utilitaria, es «el sentido amplio, y de ahí que ésta sea la

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que nos proporciona la autorrealización y orientación fundamental de la propuesta
calidad de vida». Ahora bien, aunque no educativa de Aristóteles.
tenga una finalidad utilitaria, el ocio tam-
poco puede ser confundido con el juego, Se puede objetar que Aristóteles res-

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tringía este tipo de educación «escolar»
«porque si no el juego sería el fin de para una élite, los ciudadanos libres, ex-
nuestra vida [...] los juegos deben em- cluyendo de ella a los esclavos. Sin embar-
plearse más bien en medio de los tra- go, salvando esta dificultad inaceptable
bajos, porque el trabajo duro requiere en una sociedad democrática, la propues-
descanso y los juegos son para descan- ta aristotélica resulta en la actualidad de
sar [...] Pero el ocio parece encerrar gran interés, puesto que según los análi-
en sí mismo el placer, la felicidad y la sis de sociólogos y filósofos, nos acercamos
vida bienaventurada» [14]. a una denominada «civilización del ocio»,
en la cual el tiempo libre de los trabajado-
Vemos, entonces, por qué en el círculo res y la esperanza de vida de los que ya no
platónico-aristotélico se identifica el ocio trabajan tienden a ampliarse. También
con la filosofía, con la actividad contem- desde esta perspectiva Aristóteles supo
plativa, puesto que si la felicidad es una anticipar las implicaciones de una educa-
actividad conforme a la virtud, es razona- ción a lo largo de la vida.
9
Carmen PALMERO CÁMARA, Jesús JIMÉNEZ MARTÍN y Alfredo JIMÉNEZ EGUIZÁBAL

Merece la pena reflexionar si partiendo A Cicerón le debemos la expresión


de los planteamientos aristotélicos, aun- otium cum dignitate o cum dignitate otium
que salvando el valor universal de la igual- usada para exponer los valores que deben
dad democrática, es posible una política tener los buenos gobernantes y que remi-
educativa racional promotora de un pro- te a la necesidad de armonizar el interés
yecto de ciudadanía acorde con los princi- particular y el bien común, sin excluir ni
pios humanísticos y las necesidades de la el ocio (skholé) entendido como actividad
comunidad para tener una vida plena. contemplativa o el ocio (otium) como recu-
peración de fuerzas morales con las que
buscar el bien común.
3.  El giro copernicano: de skholé a
otium. Del ocio al negocio Tanto Gaspar Rul-land (1997) como
Desde Aristóteles a nuestros días el Santiago Segura y Manuel Cuenca (2008)
ocio experimenta, junto a una importante apuntan a Séneca como primer paso hacia
transformación semántica, un giro episté- un contenido más práctico del ocio, inicián-
mico en el que la prioridad se fija en el dose así el paso del ocio al negocio. En el
trabajo [16]. diálogo Sobre el ocio [18], Séneca pretende
explicar a Anneo Sereno que el otium no
El ocio romano, el otium, experimenta es incompatible con la doctrina estoica del
una variación semántica respecto a skho- hombre que se implica en la actividad pú-
lé, que viene a reflejar el cambio de men- blica, frente a la actitud epicúrea del «vive
talidad entre el mundo griego y el roma- apartado» (lathe biosas / Λάθε βιώσας),
no. Al principio, la política apenas influía mostrando la necesidad del ocio para la
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sobre la rusticitas [17], pero, con la con- formación de las personas.


quista de Italia y de los países ribereños
del Mediterráneo, la política se convierte Para un estoico como Séneca la máxi-
en el deber primordial del ciudadano y la ma de vida es vivir de acuerdo a la natu-
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voz otium está relacionada con la idea del raleza y ésta nos engendró tanto para la
orden y paz social, el otium es la negación acción como para la contemplación. Ahora
y, a la vez, la recompensa del negotium. bien, Séneca matiza la importancia del
ocio como contemplación pues ha de com-
Generalizando, el otium se refiere a la plementarse con el negocio puesto que «la
situación en que un ciudadano se encuen- naturaleza ha querido que yo haga las dos
tra privado de funciones públicas o pri- cosas: actuar y entregarme a la contem-
vadas y puede dedicarse a lo que quiera. plación. Hago las dos cosas, puesto que
Ocio se va a concebir como el tiempo dedi- tampoco la contemplación existe sin la
cado al descanso y al placer, ya fuera por acción» [19].
iniciativa personal o pública del Estado.
A la par que los romanos disfrutaron de ¿Cuándo se produce el cambio revolu-
un ocio privado, el Estado utilizó un ocio cionario en el que el trabajo se transforma
público programado con arreglo a intere- en el valor desde el cual se determina el
ses políticos. tiempo libre, el ocio?
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Es en la modernidad, con el adveni- un hecho incontrovertible. Resulta para-


miento de la sociedad capitalista, y los dójico puesto que, etimológicamente, el
consiguientes cambios no sólo sociales y trabajo es una tortura (tripalium) [22]. En
políticos sino también epistemológicos, este contexto, parece que la única forma
cuando frente al mundo antiguo, el tra- de abordar el ocio de una forma positiva,
bajo, el negocio, se convierte en el valor sería convertirlo en objeto de negocio, de
esencial, exclusivamente considerado des- ahí que, sin tener en cuenta la contradic-
de el que se interpreta y valora la vida, en ción en los términos, abunden las escuelas
los últimos siglos. de negocio o el negocio del ocio (Álvarez y
Fernández-Villarán, 2012).
Existen diferentes candidatos a figu-
rar como protagonistas en el discurso le- En la modernidad se culminó el giro.
gitimador de la tiranía del trabajo sobre El ocio, (σχολή), que no es la negación del
la vida de los ciudadanos. Lo más común hacer, sino ocuparse en ser lo humano
es situar este cambio de rumbo en el pro- del hombre, lo hacía posible el nec-otium,
testantismo [20], aunque también hay el esfuerzo para satisfacer las necesida-
autores que ven su origen en la filosofía des elementales, señalando muy bien el
política de Maquiavelo [21]. carácter negativo que tiene para el hom-
bre el trabajo; en la sociedad industrial,
En cualquier caso, durante el siglo es el negocio el que hace posible el ocio.
XVI, con el incipiente surgimiento de la Se puede sintetizar el núcleo de la inno-
economía de mercado comienzan a ges- vación de la modernidad en palabras de
tarse los conceptos de ociosidad y tiempo Victoria Camps

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libre, derivados de ocio. El trabajo pasa a
ser el elemento que dignifica al hombre y «como una inversión entre la con-
la ociosidad, sinónimo de vagancia y pere- templación y la acción: aquella no guía
za, su condena. a esta última, sino al revés. El garante

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del conocimiento es el experimento lo
Con la revolución industrial y su afán que el hombre ha hecho. Y el criterio
por la racionalidad y eficiencia produc- valorativo es la eficacia, la utilidad.
tiva, el ocio se convierte en tiempo libre, La razón se convierte en razón instru-
entendido como el tiempo disponible en- mental» (Camps, 1990, 109).
tre un periodo de trabajo y otro. El tiempo
libre responde a la necesidad del sistema
productivo de descansar para seguir pro- 4. La recuperación de skholé: el
duciendo y disponer de tiempo para el cultivo de la humanidad
consumo de los bienes producidos. A la configuración de la cultura del
trabajo le ha acompañado, de forma pa-
Lo curioso es que, con el paso del tiem- ralela, la búsqueda de una civilización
po, el valor del trabajo y el menosprecio del ocio en la que el hombre se podría
del valor del ocio (σχολή), ha llegado a ser liberar de las necesidades cotidianas de
una creencia asumida socialmente como supervivencia para dedicarse a su pleno
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desarrollo. En el trasfondo, laten las pro- prender los resultados de algunas inves-
puestas de los utópicos del ocio [23], como tigaciones sociológicas como la realizada
denomina Gaspar Rul-land (1997, 184) a por Iratxe Aristegui y María Silvestre
un grupo de pensadores encabezados por (2012, 283-291) evidenciando que, según
Tomás Moro (1987) que defienden que si los resultados obtenidos en la Encuesta
todo el mundo trabajase, se necesitarían Europea de Valores, el ocio representa un
muy pocas horas de trabajo para satisfa- valor indiscutible en la sociedad actual.
cer las necesidades materiales de la vida, Pero también muestran que al referirse a
dejando tiempo para el ocio. tiempo de ocio, los encuestados lo identi-
fican como tiempo libre con que les gusta-
Los procesos experimentados a lo lar- ría contar fuera del trabajo más que con
go de la última centuria parecen avalar la el ocio en el sentido griego del término.
tesis de que estamos en la civilización del Los que menos lo demandan son los que
ocio [24], con un notable incremento del más tiempo libre parecen tener (jubilados,
tiempo libre (Alonso, 1996). Sin embargo, desempleados) y que seguimos pensando
no existe acuerdo respecto a si estamos en nuestra vida en función del eje trabajo/
la civilización del ocio o del trabajo [25]. tiempo libre, más que ocio estrictamente
En primer lugar porque no se puede co- considerado.
nocer qué porcentaje del tiempo es ocio
forzado y qué porcentaje es ocio queri- La civilización del ocio, necesita recu-
do. Desde la perspectiva griega del ocio perar el sentido griego del término (skho-
(σχολή), Octavi Fullat (1984, 17) muestra lé), que no es deudor del trabajo sino que
que, en contra de los optimistas que veían éste es su condición: trabajamos para
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en la falta de trabajo una ocasión para el tener ocio, sin el cual el ser humano no
ocio, el paro no conduce al ocio: puede realizar todo el potencial de que es
capaz una vez que se separó del determi-
«cuando la ciudad deja a alguien nismo de la naturaleza. Este ocio, impres-
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en el paro y en la inacción obligada, cindible para alcanzar una vida humana,


no hace otra cosa que echarlo extra que entronca con la tradición aristotéli-
muros, forzándole al exilio cívico. El ca, es el que Manuel Cuenca define como
parado ya no es miembro de la polis; experiencia integral de la persona y un
se le condena a deshumanizarse», y el derecho humano básico: una experiencia
verdadero ocio es el que nos conduce a humana compleja (direccional y multidi-
la humanización. mensional), centrada en actuaciones que-
ridas (no causales, libres y satisfactorias),
Por tanto, respecto al ocio nos encon- autotélicas (fin en sí mismas) y personales
tramos hoy con una postura ambivalente, (individual y social) y un derecho humano
por una parte, ocio y ocioso se usa para básico que favorece el desarrollo personal
señalar algo negativo, y por otra, la alta y social (Cuenca, 1999).
valoración del ocio, nos sugiere que, en
efecto, vivimos en la civilización del ocio. Así, creemos que la necesidad que tie-
En este último sentido, podemos com- ne todo ser humano de realizar experien-
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cias de ocio está reconocida en la sociedad mantener viva a la democracia. Si esta


actual, al hacer del ocio un derecho fun- tendencia se prolonga, las naciones de
damental de toda la humanidad: «Toda todo el mundo en breve producirán ge-
persona tiene derecho al descanso, al dis- neraciones enteras de máquinas utili-
frute del tiempo libre, a una limitación ra- tarias, en lugar de ciudadanos cabales
zonable de la duración del trabajo y a va- con la capacidad de pensar por sí mis-
caciones periódicas pagadas» [26] que de mos, poseer una mirada crítica sobre
forma objetiva se tiene que dar mediante las tradiciones y comprender la impor-
«una actividad o conjunto de actividades, tancia de los logros y los sufrimientos
que tiene lugar en un tiempo determinado ajenos» (Nussbaum 2010, 20).
y que se produce en un lugar, situación o
contexto específico» (Cruz 2006, 64). ¿A qué tipo de educación se refiere
Marta Nussbaum?, aquella que tiene en el
Son muchos los pensadores [27] que en sistema productivo, el nec-otium, el eje de
los últimos años vuelven la mirada a Aris- interpretación de la vida humana, y que
tóteles y el mundo clásico, para superar tiene como fin último el crecimiento eco-
las paradojas a las que nos había abocado nómico. Sin que importe la distribución de
la modernidad, defendiendo el prestigio la riqueza ni la igualdad social, o aquella
de la cultura del ocio como actividad en educación que se centra en el cultivo de la
la que el individuo, cuidando de sí mismo, humanidad, la que en términos aristoté-
se desarrolla plenamente en relación con licos, permite el desarrollo integral de la
los demás. Y es, justamente, en la escuela persona, tal y como establecen las leyes y
y en el sistema educativo en su conjunto declaraciones de derechos. En estos mo-

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donde está la clave para recuperar una mentos de crisis en los que parafrasean-
vida plena, recuperando el concepto de do a Ortega diríamos que lo que nos pasa
ocio como skholé. es que no sabemos lo que nos pasa, es de
máxima urgencia, resolver mediante la

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Se trata, asumiéndolo como objetivo el razón práctica, la cuestión de los fines
presente artículo, de establecer una polí- pues «dado que todas las naciones buscan
tica educativa, con las garantías de racio- con tanto afán el crecimiento económico,
nalidad práctica, en la que se organice el principalmente en este momento de cri-
tiempo de ocio, recobrando su fin original, sis, estamos haciendo muy pocas pregun-
el cultivo de la humanidad en una escuela tas sobre el rumbo de la educación y, por
de libertad. Sin educación en la escuela, la ende, el de las sociedades democráticas»
democracia corre un serio peligro, afirma (Nussbaum 2010, 25).
Nussbaum, y sin democracia cualquier in-
tento de desarrollo humano será vano: La profesora Nussbaum defiende un
modelo de educación que volviendo al
«sedientos de dinero, los estados ejemplo de la escuela griega, busca la edu-
nacionales y sus sistemas de educación cación para una ciudadanía más integra-
están descartando sin advertirlo cier- dora y cuya práctica idónea para el tiempo
tas aptitudes que son necesarias para de skholé «se encuentra impregnada por
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aquello que podríamos llamar el “espíri- sido transmitida por la tradición o perte-
tu de las humanidades”, que aparece con nezca a las costumbres de una comuni-
la búsqueda del pensamiento crítico y los dad, sino en la que sólo se consideran ade-
desafíos a la imaginación, así como con la cuadas aquellas creencias que superan el
comprensión empática de una variedad de examen crítico de la razón. Esta condición
experiencias humanas y de la complejidad sólo se alcanza aprendiendo a pensar lógi-
que caracteriza a nuestro mundo» (Nuss- camente, es decir, poniendo a prueba los
baum 2010, 26). razonamientos en que se basa cualquier
proposición. Y esto exige aprender a pen-
Cultivar la humanidad es seguir el sar por sí mismo y en unión con los demás
modelo socrático que convierte al ser hu- ciudadanos para construir las bases de
mano en un argumentador, que consigue una sociedad democrática.
establecer algunas verdades aceptadas
por los demás mediante el uso de palabras La segunda habilidad que exige el cul-
persuasivas, abandonado la costumbre tivo socrático de la humanidad es la ca-
tradicional de aprender mediante la ins- pacidad de los ciudadanos de verse a sí
trucción y haciendo de la obediencia reve- mismos no sólo como miembros de la pó-
rente a lo transmitido un valor para toda lis, sino como seres humanos vinculados
la vida. El modelo socrático es no sólo el a los demás por lazos de reconocimiento
camino de la filosofía sino el de las cien- y mutua preocupación. Es una visión cos-
cias que cultivan la humanidad. Porque el mopolita, una mirada a las necesidades
fin de estos saberes es formar ciudadanos y posibilidades de todos los hombres con
que lleven una vida inteligente en una so- independencia de su origen y su lugar en
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ciedad democrática. el mundo. Esto requiere un conocimiento


que rebase los límites de las fronteras geo-
Según Nussbaum (2005, 28-34), el gráficas de un país e incluso que se extien-
cultivo de la humanidad requiere tres da más allá de una cultura o civilización
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habilidades fundamentales, que sólo la fi- determinada. Es preciso que el estudio,


losofía, entendida a la manera socrática, la escuela, nos haga conocer otros hom-
como saber de las cosas humanas, puede bres, otras latitudes, otras necesidades
proporcionar. La primera habilidad es la que hemos de compartir para comprender
capacidad del ciudadano para examinarse nuestra propia condición humana. Es una
críticamente a sí mismo, según la conoci- mirada comprensiva del ser humano más
da expresión de Sócrates, en la Apología, allá de los límites de nuestro mundo occi-
cuando afirma ante los jueces que «una dental. Esto ha de incluir inevitablemente
vida sin investigación no es digna de ser el conocimiento de las minorías, de las di-
vivida por un hombre». Según este mo- ferencia de género, de la forma de vida de
delo de indagación socrática del examen otras culturas étnicas.
de uno mismo, el cultivo de la humanidad
consistiría en la búsqueda en lograr una La tercera destreza que ha de poseer
vida que no acepta la autoridad de ningu- el ciudadano que cultiva su humanidad
na creencia por el solo hecho de que haya en el seno de la escuela es lo que Nuss-
14
Ocio, Política y Educación. Reflexiones y retos veinticinco siglos después de Aristóteles

baum llama «imaginación narrativa». Es lencia humana y las competencias propias


la capacidad de pensar cómo sería estar de su racionalidad y sociabilidad, necesita
en lugar de otra persona, es comprender el sentido moral y la justicia, es decir, la
desde dentro al ser humano, es la capaci- formación en valores de la filosofía, para
dad hermenéutica de acercarse a los sen- ser un ciudadano que cultive en la ciudad
timientos, las emociones y los deseos y an- «vínculos acordes de amistad» con los de-
helos de otros seres humanos. Es entender más ciudadanos. Se abren así nuevas po-
el mundo desde el punto de vista del otro sibilidades para el cultivo de la humani-
para alcanzar a emitir un juicio responsa- dad, que reclama armonizar la formación
ble a la luz de nuestras propias metas y humana general con la preparación espe-
aspiraciones. cífica para el ejercicio de una profesión.

La reflexión sobre el ocio, desde el mito


5.  Consideraciones finales de la cigarra de Sócrates hasta el cultivo
A través del análisis de diferentes de la humanidad de Martha Nussbaum,
discursos hemos ido verificando el papel nos ofrece los fundamentos filosóficos de
decisivo de las interacciones entre ocio, la política educativa orientada a formar a
política y educación, que al tiempo que los ciudadanos para convivir y participar
revitalizan la filosofía de la educación, ex- de forma crítica y responsable en una so-
hiben importantes implicaciones sociales ciedad democrática. Teniendo en cuenta
y pedagógicas. que esta formación requiere no solo jue-
go, sino esfuerzo serio. Y en esta tesitura,
Nussbaum, como si de Aristóteles se cobran de nuevo especial relevancia las

año LXXIII, nº 260, enero-abril 2015, 5-21


tratara al configurar su proyecto educati- leyes que como voluntad general reservan
vo, se pregunta —conociendo muy bien el una parte del tiempo para el cultivo de no-
famoso mito de Prometeo, que Platón dejó sotros mismos:
como texto abierto en su Protágoras [28]—

revista española de pedagogía


si ¿nuestras instituciones educativas de- Planteamientos que nos remiten, jus-
ben formar buenos profesionales o buenos tamente ahora que la sociedad tiene abier-
ciudadanos? o ¿la educación ha de tener tos diferentes flancos críticos que guardan
como meta una formación general para la relación con la reforma educativa y con
convivencia en la comunidad o una forma- las recientes transformaciones sociales
ción específica para ejercer una determi- inducidas por la actual crisis financiera y
nada profesión, dejando de lado los demás —digámoslo en seguida— también social
conocimientos? y de valores, a optar decididamente por el
ocio o escuela a lo largo de toda la vida.
El hombre no sólo necesita la tecnolo-
gía que le proporcionó el fuego robado por En una sociedad sujeta a las incertidum-
Prometeo a los dioses, mediante el cual bres de la complejidad y a los retos de un
adquiere la posibilidad de transformar la mundo globalizado, resulta relevante cons-
naturaleza con la habilidad de sus manos, tatar que en los procesos de toma de deci-
sino que el hombre, para alcanzar su exce- siones en torno a las cuestiones más dispu-
15
Carmen PALMERO CÁMARA, Jesús JIMÉNEZ MARTÍN y Alfredo JIMÉNEZ EGUIZÁBAL

tadas sobre política educativa, además de decir, tiempo para la reflexión y la investigación,
la efectividad, sigue importando el cultivo es un elemento fundamental de la política: «Es
de la humanidad, los valores y el sentido cierto, pues, que la educación debe ser regulada
normativo-crítico que aporta el proceso in- por la legislación y que concierne a la ciudad».
tencional y perfectivo de la educación. ARISTÓTELES, Política, 1337a.

La consecuencia más directa para los [3] Cfr. ESCUDERO, J. M. (Coord.) (1997) Diseño y de-
círculos pedagógicos es la necesidad de sarrollo del curriculum en la educación secundaria
reconsiderar una pedagogía política, cu- (Barcelona, Horsori-ICE Universidad de Barcelo-
rricular y social muy atenta a favorecer el na). En opinión de Escudero, en Política, 1337a
ocio como skolé (σχολή), promotor infati- -1337b, Aristóteles ya presenta las cuestiones
gable del comportamiento ético de la nue- fundamentales de lo que a partir de los años
va ciudadanía, recuperando y poniendo a ochenta del siglo pasado, hemos empezado a de-
salvo de imposturas el valor de la dimen- nominar en España diseño curricular: el carácter
sión moral de la educación [29]. político y problemático de todo sistema educati-
vo, el carácter público de la educación, la doble
Dirección para la correspondencia: función reproductora y renovadora de la escuela.
Alfredo Jiménez Eguizábal. Universidad
de Burgos. Departamento de Ciencias [4] ARISTÓTELES, Ética a Nicómaco, 1102a.
de la Educación. C/Villadiego, s/n. 09001
Burgos. Email: ajea@ubu.es. [5] «Convengamos, pues, que cada uno participa de
la felicidad en la misma medida que de la virtud
Fecha de recepción de la versión definiti- y de la prudencia, y actúa de acuerdo con ellas».
año LXXIII, nº 260, enero-abril 2015, 5-21

va de este artículo: 10. VI. 2014. ARISTÓTELES, Política, 1323b.

[6] ARISTÓTELES, Política, 1333a.


Notas
revista española de pedagogía

[1] Cfr. SANTOS REGO, M. A. (2013) Cosmopolitismo [7] Ibidem, 1333a.


y educación. Aprender y trabajar en un mundo sin
fronteras (Valencia, Brief). [8] David Hernández concreta este hecho: «Se habla-
ba de prágmata (asuntos) para referirse al trabajo
[2] Cfr. JIMÉNEZ, A., JIMÉNEZ, J. y PALMERO, M. de los hombres libres y de douleia para señalar el
C. (2006) La política educativa y la naturale- de los esclavos. Así, el hombre libre que se dedi-
za compleja de la educación. Nuevos enfoques ca a trabajar para instruirse da a la apragmosyne.
epistemológicos, revista española de pedagogía, El trabajo, no-ocio, askholía, implicaba un cierto
64:234, pp. 249-272. En este artículo ya propo- estado de servidumbre respecto de lo físico, una
níamos una justificación de la Política de la Edu- dependencia de lo corporal, del alimento y del
cación como disciplina científica que pretende vestido. Otra cosa era la skholé, que se relaciona-
estructurar la educación teniendo en cuenta los ba por excelencia con lo espiritual y cultural, un
valores de una sociedad plural, teniendo como re- ámbito propio de los dioses en el mito y de las
ferente fundamental el planteamiento aristotélico clases privilegiadas en la sociedad griega». HER-
en el que la educación, el ocio, skholé (σχολή), es NÁNDEZ, D. (2012) La escuela del ocio: tiempo

16
Ocio, Política y Educación. Reflexiones y retos veinticinco siglos después de Aristóteles

libre y filosofía antigua, Cuadernos hispanoameri- [17] SANTIAGO SEGURA y MANUEL CUENCA (2008,
canos, 747, pp. 77-100. 27) señalan que los viejos romanos llamaban
«otium Graecum» al ocio que permite la cultura
[9] En GARCÍA, I. (2010) El jardín del alma: mito, por la cultura, el comercio desinteresado de los
eros y escritura en el Fedro de Platón, (Salamanca. libros y de las ideas, la curiosidad generalizada, el
Universidad de Salamanca), se muestra cómo la manejo de las ideas generales. La rusticitas roma-
filosofía, a diferencia del mito, es una actividad na, en cambio, practica la oposición a la vida inte-
propia de aquellos que tienen tiempo de ocio y, lectual y a la especulación; rinde culto a la moral
por lo tanto, de una condición económica des- utilitaria y le basta con regirse por los praecepta y
ahogada, para aquellos que ya han cubierto sus los exempla. Un ejemplo de esta postura fue Ca-
necesidades y, podría decirse, no tienen nada tón para quien la vida contemplativa, la propia de
mejor que hacer. Esto era posible por las con- la skholé no figura ya entre las formas de ocio.
diciones materiales de vida de algunas polis: «el
comercio marítimo facilitó una vertiginosa mejo- [18] SÉNECA, L. A. (1986) Sobre el ocio, en Diálogos,
ra en el nivel de vida de ciertas colonias, con lo pp. 265-272 (Madrid, Tecnos).
cual una buena parte de la población disponía de
un nivel adquisitivo tan elevado como para cubrir [19] Ibidem, p. 269
sin problema alguno sus necesidades, así como
para disponer de mucho tiempo de ocio», p. 33. [20] Cfr. WEBER, M. (19888) La ética protestante y el
espíritu del capitalismo (Barcelona, Península).
[10] En Tusculanas V 3, 8-10, Cicerón recoge la leyen-
da que transmite Heráclides Póntico (fr. 88 W). [21] ROYO, S. (2002) La sociedad capitalista como ne-
gación del ocio: historia de una paradoja actual,

año LXXIII, nº 260, enero-abril 2015, 5-21


[11] PLATÓN, Teeteto, 173a-174c . en Logos. Anales del Seminario de Metafísica, 35,
pp. 193-222. Con Maquiavelo se abre el mundo
[12] PLATÓN, Fedro, 258e-259a . moderno (aunque condene lo moderno en contra-
posición a lo antiguo o clásico) y su consideración

revista española de pedagogía


[13] ARISTÓTELES, Política, 1337a-1337b. del ocio (ozio) como sinónimo de pereza.

[14] ARISTÓTELES, Política, 1338a-1338b. [22] Parece que existía un castigo romano que se rea-
lizaba en un trípode, es decir, en una estructura
[15] Ibidem, 1333a-1333b. compuesta por tres palos, en el que se colgaba
a personas para torturarlas golpeándolas cuan-
[16] Tanto en RULLÁN, G. (1997) Del ocio al neg- do estaban cabeza abajo. Esta penalización en
ocio... y otra vez al ocio, Papers 53, pp. 171-193, esos «tres palos», o tripalium, era, precisamente
como en HERNÁNDEZ, D. (2012) La escuela del llamada tripaliare, de donde proceden, trabajar y
ocio: tiempo libre y filosofía antigua, Cuadernos trabajo.
hispanoamericanos, 747, pp. 77-100; encontra-
mos una buena síntesis de los momentos fun- [23] La cittá felice de PARRIZI (1553), Christianopolis
damentales del proceso en el que pasamos del de J.V. ANDRAE (1619), Nueva Atlántida de F. BA-
ocio como eje vertebrador de la vida excelente al CON (1626), La ciudad del sol de Tomasso Cam-
trabajo, al neg-ocio. panella (1623); News from Nowhere de W. Morris

17
Carmen PALMERO CÁMARA, Jesús JIMÉNEZ MARTÍN y Alfredo JIMÉNEZ EGUIZÁBAL

(1890), Viaje por Icaria de Etienne CABET (1840), [28] PLATÓN, Protágoras 320c - 322d. Sobre la ver-
El derecho a la pereza de Paul LAFARGUE (1883). sión educativa de este mito, puede verse el co-
mentario de Martha C. Nussbaum al Prótagoras
[24] ¿Vivimos en una «civilización del ocio» como afir- de Platón con el título de El Protágoras: una cien-
ma Joffre Dumazedier o, más bien, vivimos en la cia del razonamiento práctico. Cfr. NUSSBAUM, M.
religión del trabajo?, que, como señala Pedro LAÍN C. (1995) La fragilidad del bien. Fortuna y ética en
(1960), nos ha llevado a sustituir el ocio clásico la tragedia y la filosofía griega, trad. A. Ballesteros,
por la simple diversión. LAÍN, P. (1960) Ocio y pp. 135-176 (Madrid, Visor).
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DIER, J. (1968) Hacia una civilización del ocio (Bar- [29] Artículo realizado en el marco del Proyecto coor-
celona, Estela). Cfr. RIFKIN, J. (1996) El fin del tra- dinado: ‘De los tiempos educativos a los tiempos
bajo. Nuevas tecnologías contra puestos de trabajo. sociales: la construcción cotidiana de la condi-
El nacimiento de una nueva era (Barcelona, Paidós). ción juvenil en una sociedad de redes. Problemá-
ticas específicas y alternativas pedagógico-socia-
[25] «Circula de boca en boca una afirmación que en- les’, financiado por el Plan Nacional de I+D+i ,
orgullece al hombre actual: abandonamos la era con la aportación de los Fondos Europeos FEDER
del trabajo y nos acercamos a la civilización del (EDU 2012-39080-C07-00 a 07). Subproyecto:
ocio. Y pareciera que fuera cierto, al menos si ‘De los tiempos educativos a los tiempos socia-
atendemos a la cantidad de parques temáticos y les: Impacto de la educación en la red de empren-
de atracción que se están instalando en España. dimiento en los jóvenes. Competencias e innova-
Pero nada más lejos de la realidad: nunca en la ciones curriculares’ (EDU 2012-39080-C07-06).
historia de la humanidad se ha trabajado tanto
como ahora, ni nunca como hoy se ha invertido
año LXXIII, nº 260, enero-abril 2015, 5-21

tanto esfuerzo para procurarnos la vida. Es más, Bibliografía


no puede ser de otra manera, pues tenemos con- ÁLVAREZ, M. y FERNÁNDEZ-VILLARÁN, A.
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año LXXIII, nº 260, enero-abril 2015, 5-21

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PLATÓN (1986) Fedro (Madrid, Gredos). Resumen:


Ocio, Política y Educación. Reflexio-
revista española de pedagogía

PLATÓN (1986) Protágoras (Madrid, Gredos).


nes y retos veinticinco siglos des-
PLATÓN (1986) Teeteto (Madrid, Gredos).
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gación del ocio: historia de una paradoja ac- por cuanto las sociedades democráticas ne-
tual, Logos. Anales del Seminario de Metafísi- cesitan, tal vez más que en ninguna otra
ca, 35, pp. 193-222. época anterior, educar a sus miembros
20
Ocio, Política y Educación. Reflexiones y retos veinticinco siglos después de Aristóteles

como ciudadanos libres, capaces de partici- of educational policy planning. Drawing


par en las deliberaciones y decisiones polí- on an epistemological and longitudinal
ticas. La tesis central cobra sentido cuando analysis on leisure, we show how criteria
se produce la primera gran síntesis entre and actions may be used to face educa-
política, educación y ocio en la filosofía clá- tional challenges. This is precisely a very
sica y en especial en la obra de Aristóteles, relevant topic nowadays, as democratic
experimentando distintos giros epistémi- societies need, perhaps more than ever,
cos y semánticos, hasta los planteamientos to educate their members are free citi-
actuales de Russell y Nussbaum que apun- zens, able to participate in the decision
tan a la dimensión del ocio como garantía planning and taking processes. Our main
de la racionalidad práctica de la política argument is embedded in the first great
educativa. Los resultados revalorizan el synthesis of policy, education and classic
ocio como skholé y muestran su potencial philosophy, mainly in Aristotle´s works,
innovador en el cultivo de la humanidad y various epistemological and semantic fac-
en el diseño de una política educativa razo- tors and the recent approaches of Russell
nablemente creativa. and Nussbaum who understand leisure
as the guarantee of practical rationality of
Descriptores: Epistemología, ética, filoso- educational policy. Our results emphasize
fía de la educación, ocio, política educativa. leisure as skholé and show its potential
innovative value for humankind in a crea-
tive educational policy design.
Summary:
Leisure, Policy and Education. In- Key Words: Epistemology, ethics, philo-

año LXXIII, nº 260, enero-abril 2015, 5-21


sights and challenges twenty five sophy of education, leisure, educational
policy.
centuries after Aristotle

revista española de pedagogía


This paper aims to rehabilitate leisu-
re as one of the fundamental components

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