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20 La simbología es la ciencia o rama del conocimiento que estudia a los símbolos, aunque también
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niño debe aprender sin que exista una lógica clara, lo que refleja la enorme
complejidad que representa para los infantes adentrarse a la cultura escrita.
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Imagen 25. Competencias para la vida
Competencias para
Competencias para
el aprendizaje
la vida en sociedad
permanente
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“La competencia comunicativa es un conjunto de conocimientos (socio)
lingüísticos y de habilidades textuales y comunicativas que se van
adquiriendo a lo largo del proceso de socialización de las personas (dentro
y fuera de la escuela). A medida que nos vamos relacionando con otras
personas, en contextos diversos, vamos adquiriendo y dominando los
conocimientos lingüísticos y textuales, las destrezas comunicativas y las
normas socioculturales que caracterizan los intercambios comunicativos
en las diferentes situaciones de comunicación de la vida cotidiana”
(Lomas, 2010, pág. 33).
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Imagen 26. Competencias comunicativas
Competencia
•Conocimientos y habilidades que se precisan para comprender
discursiva o y producir diversos tipos de texto con cohesión y coherencia
textual
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textos traerá al logro del perfil de egresos de educación básica. Las competencias
comunicativas propuestas por el programa son:
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asignatura-grado-bloque, y en educación preescolar por campo formativo-
aspecto” (SEP, 2011, pág. 33).
21 Los cuatro periodos en los que se organiza la educación básica son: primer periodo se refiere a la
educación preescolar, segundo abarca de primero a tercer grado de educación primaria, tercero
comprende de cuarto a sexto grado de educación primaria y cuarto periodo se alcanza durante la
educación secundaria.
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afirma que el aprendizaje del lenguaje se consigue a partir de las vivencias que se
obtienen en contextos reales de comunicación.
Al revisar los usos sociales del lenguaje, entendí que la función esencial de
la escritura era la comunicación con destinatarios reales, pues anteriormente creía
que su utilidad se reducía a llevar al papel las ideas sin saber con exactitud a quien
se dirigían, al modificar mi concepción entendí que la escritura propicia un
intercambio ideológico y social con los demás, por lo que la relevancia de la lengua
escrita es la comunicación, la construcción de una realidad social y la oportunidad
que brinda de afianzar la identidad del sujeto al grupo que pertenece.
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esta razón la escritura en el aula debe favorecer la comunicación y el intercambio
con los demás, para que el alumno le atribuya verdadero sentido y relevancia.
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específico, en el que observa que sus escritos tienen un impacto positivo o negativo
en los demás.
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utilidad y estructura de la lengua escrita, para emplearla como una herramienta de
comunicación social; este proceso es complejo, pues implica que el alumno ponga
en práctica un conjunto de operaciones mentales a partir de la interacción real con
el lenguaje, para descubrir su significado y estructura. A fin de entender mejor este
proceso amplio la teoría del aprendizaje significativo propuesta por Ausubel (UPN,
1985) y revisada de forma general en el apartado anterior.
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ausencia garantiza desconocimiento” (1999, pág. 11), es decir el tipo de relación
que propicie entre el alumno y la lengua escrita definirá la calidad de sus
aprendizajes, por lo que no cualquier interacción asegurará la construcción de
aprendizajes significativos.
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que definen el uso de la “b” o “v” (nuevo saber), las investigan, leen, modifican y las
incorporan a sus esquemas de pensamiento para aprender que la palabra “ven” se
escribe con “v”, lo cual tendrá mayor sentido, que pedir a los niños que memoricen
las reglas ortográficas.
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La etapa de desarrollo en la que se encuentran mis alumnos reafirma la
importancia de la interacción con las prácticas sociales del lenguaje, a fin de
aprender a escribir significativamente; pues de acuerdo a Piaget, mis estudiantes
ahora de tercer grado de primaria se ubican en la etapa de operaciones concretas
con respecto al desarrollo de la inteligencia, que consiste en que los niños pueden
operar en pensamiento, es decir remplazar las acciones reales por acciones
virtuales, pero aún necesitan la presencia del objeto (UPN, 1985, pág. 31), en este
caso de la lengua escrita; por lo que, al desarrollar procesos de escritura es
necesario que los estudiantes interactúen con diversos tipos de textos, observen su
utilidad y analicen vivencialmente sus características, para que las incorporen a sus
esquemas de pensamiento y produzcan textos de la misma naturaleza.
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Hasta aquí he hablado de la construcción del aprendizaje significativo, el
vínculo que se establece entre el nuevo saber y los esquemas de pensamiento, la
importancia de la interacción entre el sujeto y el objeto, la etapa de desarrollo de la
inteligencia en la que se encuentran mis alumnos y de las condiciones necesarias
para asegurar este tipo de aprendizaje. Esto muestra que el aprendizaje
significativo de la lengua escrita se logrará con la participación de los alumnos en
auténticos actos de lectura y escritura (Palacios, Muñoz, & Lerner, 2000), en los que
se retomen las prácticas sociales del lenguaje desde su contexto comunicativo real,
para que la escuela recupere el uso social de la escritura, asigne al alumno papel
protagónico en la construcción de conocimientos y convierta al docente en animador
de situaciones de aprendizaje que partan de la realidad en la que vive el sujeto.
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Aprender y enseñar a escribir requiere que tanto el estudiante como el
docente interpreten y comprendan la lengua escrita como un objeto social de
comunicación (Ferreiro, 1999), es decir para lograr la construcción de aprendizajes
significativos es necesario que en el aula el lenguaje se trabaje como una
herramienta que permite la interacción con los demás, la comunicación de ideas a
los otros y que cumple diversas funciones sociales, como la información,
entretenimiento, persuasión, entre muchas otras.
Contextos de escritura
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programa de Español en las llamadas prácticas sociales del lenguaje, vistas en el
apartado anterior.
Cada una de las cuatro características de las prácticas sociales del lenguaje
permite a los alumnos interactuar con la lengua escrita; en la primera de ellas, el
niño será consciente de la intención que tiene al comunicarse con alguien más y de
los sentimientos, pensamiento o emociones que producirá en el receptor; la
segunda demanda del conocimiento del contexto y circunstancias en las que
escribe, tanto de su situación, como la del receptor; la tercera se refiere a la
necesidad de considerar al destinatario al que se escribe, es decir, conocer la
persona a la que se dirige, pues no será lo mismo redactar un escrito para un
periodista que, para el vecino que apenas sabe leer y escribir y la cuarta
característica consiste en que los estudiantes sepan los rasgos que estructuran el
tipo de texto que compondrán, ya que no es lo mismo escribir un recado, que un
informe sobre algún proceso o evento.
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sistema de escritura, indagará sobre las convencionalidades que lo rigen y atribuirá
mayor sentido a su aprendizaje, facilitando la comunicación con los demás.
El papel del maestro que considero propicio para lograr que los estudiantes
se formen como usuarios eficientes de la lengua escrita, es el de promotor de
aprendizajes, facilitador y guía en el desarrollo cognitivo del alumno y en el proceso
de escritura y, asistente y asesor en la redacción de diversos escritos; es decir, la
función docente cobra sentido a partir de las necesidades de aprendizaje que los
estudiantes presentan y de las exigencias que las prácticas sociales del lenguaje
demandan.
Cumplir con la función docente señalada no es tarea sencilla, para ser un facilitador
y un guía en la construcción de aprendizajes, es necesario tomar en cuenta diversos
factores que inciden en el proceso educativo, entre ellos los contenidos de
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enseñanza; de antemano sabemos, que dichos saberes parten de las prácticas
sociales del lenguaje ubicadas en un contexto comunicativo real, sin embargo, la
pregunta es: ¿Cómo organizar los contenidos para asegurar aprendizajes
significativos?, una respuesta interesante y relacionada con el currículum la otorga
Carlos Lomas (2010) al clasificar los contenidos en: conceptuales, procedimentales
y actitudinales, la cual promueve el desarrollo de competencias.
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ser, aprender a aprender y aprender a hacer (UPN, 1985), considerados por
Ausubel como ejemplos concretos del aprendizaje significativo; los contenidos
conceptuales permiten al estudiante ser consciente de las normas que rigen el
sistema de escritura y favorecen el aprender a aprender al concebir a la escritura
como un instrumento para reflexionar; los contenidos procedimentales permiten el
desarrollo de habilidades que contribuyen al aprender a hacer, como el saber
escribir o hablar; las actitudes abonan al aprender a ser, ya que a partir de los
valores y la aplicación de las normas el alumno se convierte en usuario eficiente de
la lengua escrita.
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para mejorar la producción de textos, asegurar la reflexión de los niños sobre la
lengua, mejorar su actitud hacia esta actividad y propiciar que la escritura sea
concebida como un proceso largo e interesante:
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Las operaciones que el estudiante realiza al escribir se estructuran bajo
cierto orden y favorecen distintos procesos cognitivos, según María Teresa Serafini
citada por Lomas (2010) se agrupan en cinco fases:
a) Predesarrollo.
b) Desarrollo verdadero
c) Reacciones y comentarios sobre el desarrollo
d) Revisión
e) Redacción (Lomas, 2010, pág. 368)
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La enseñanza de la escritura es un proceso largo y complejo, en el que el
docente articula su acción y la de los alumnos a partir de contextos comunicativos
reales, que se concretan en las prácticas sociales del lenguaje, por lo que el papel
del docente se centra en asegurar la construcción de aprendizajes significativos, ser
un diseñador y guía del proceso de aprendizaje que funja como asistente y asesor
de los alumnos al escribir un texto.
Necesidades comunicativas
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de expresar su pensamiento e ideas, es el que recuperan las necesidades
comunicativas que los estudiantes muestran al componer un texto, lo que implica
dar sentido y utilidad a la escritura.
La utilidad de los textos que los alumnos producen motiva sus necesidades
comunicativas, pues es un factor que incita a la escritura, es decir, los niños
componen textos con la intención de que cumplan alguna función en la sociedad,
ya sea la de expresarse, informar, persuadir, argumentar, etc., por lo que le
atribuyen sentido a la actividad cognitiva de escribir y comprenden que su objetivo
central es la comunicación.
Las respuestas que los destinatarios expresan ante los textos de los
alumnos favorecen su inclusión a la cultura escrita, pues cuando los niños son
partícipes de la utilidad, importancia y efecto que sus escritos tienen ante los demás,
se interesan por componer, revisar lo que producen, mejorar sus errores y hacer
más coherente su pensamiento al plasmarlo por escrito; por el contrario si su escrito
no se dirige a un destinatario específico, los alumnos escriben sin ningún fin y se
interesan muy poco en la producción textual.
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