Los inicios del vigente orden de dictadura política
La revolución liberal española
1812-1874 Lectura de este artículo de Felix Rodrigo Mora publicado en su libro 6 estudios de editorial Brullot Duración aproximada 1 hora y 50 minutos Este audio está realizado con tecnología y métodos domésticos con lo cual solicitamos comprensión y estamos agradecidos de su escucha que esperamos que disfruten La web de Felix Rodrigo Mora con muchos más artículos, audios y vídeos es www.felixrodrigomora.net Los inicios del vigente orden de dictadura política La revolución liberal española 1812-1874 Un príncipe se ve obligado para conservar el estado a obrar contra la fe, contra la caridad, contra la humanidad, contra la religión. Maquiavelo Para la buena comprensión de la mutación liberal y constitucional realizada sobre todo en el siglo XIX es conveniente observarla desde sus orígenes en el siglo XVIII y desde sus resultados en el siglo XXI Al mismo tiempo considerando lo que se propuso realizar y lo que realmente ya ha logrado, que es muchísimo Pues la gran operación de a. Recrecimiento en cantidad y calidad del estado y b. Aerrojamiento, degradación integral del pueblo y de cada uno de sus integrantes que fue perjeñada sobre todo por la ilustración y los filósofos franceses en el siglo de las luces ha culminado hoy en una victoria aplastante del artefacto estatal y del sistema empresarial sobre la gente común a escala planetaria De ello ha devenido el sistema de dictadura política más potente y efectivo de la historia conocida de manera que la cuestión de la libertad de conciencia política y civil es en el presente el problema número uno junto con el de la deshumanización inducida desde arriba del cuerpo social todo y de los individuos Es pertinente que el lector o lectora sepa que las conclusiones que siguen no resultan de ningún sistema teórico o doctrinal tomado a priori ni de la consideración de tales o cuales intereses de grupo o facción sino sólo del análisis factual de los acontecimientos epistemología a la que es apropiado denominar a teórica Se han dejado pues a un lado las muchas interpretaciones en curso sobre la revolución liberal que a fin de cuentas se reducen a una sola ya hace mucho expuesta desde la estatulatría más sobreexcitada por Hegel a saber el majestuoso progreso forzoso y necesario desde el reino de la necesidad y de la opresión al de la libertad y la plenitud para buscar la verdad en los hechos más allá de la cacofonía de la propaganda y las teoréticas En consecuencia también ha quedado excluida la denominada teoría crítica no siendo el afán de denuncia y bituperación de lo existente el elemento motor del presente texto sino más cautelosamente el anhelo de comprender los acontecimientos como realmente fueron en su esencia en la medida en que ello es posible para la finita y falible mente humana Una primera certidumbre que adelanto es que las concepciones oficiales en curso sobre la revolución liberal comenzando por las que hacen que la revolución francesa fue un gran acto emancipador Son parciales, manipuladoras y en definitiva falsas pues se reducen a la imprescindible para el odierno régimen de dictadura elaboración de su mito fundacional Aquelas no exponen la verdad sino que meramente otorgan una legitimidad de origen al orden político vigente Un procedimiento para lograr la afección acrítica hacia la constitución en vigor de 1978 es presentar a su antecesora primera la de 1812 como un compendio de perfecciones en desenvolvimiento hasta alcanzar la apoteosis en la actual ley de leyes Sin duda la corriente historiográfica que con mayor falta de respeto por la verdad ha manipulado y manipula la historia según los intereses cardinales del odierno sistema de dictadura estatal y empresarial es la progresista vinculada a la izquierda institucional, PSOE e izquierda unida De ella proceden las interpretaciones más infundamentadas y reaccionarias pues discípula de maquiavelo en todo es maestra en el arte de la mentira En esto no hay novedad dado que el discurso preliminar a la constitución de 1812 leído en las cortes gaditanas por el progresista Agustín de Argüelles es ejemplo de retorcimiento de los hechos y falta de escrúpulos intelectuales y morales Otra puntualización es que se han tomado como límite temporal las fechas de 1812 y 1874 de una manera algo arbitraria, sólo por seguir la costumbre historiográfica dado que, por un lado, las cortes de Cádiz comienzan a asesionar en 1810 y que, por otro, la fase primera de la revolución liberal española termina propiamente no con el derrogamiento de la primera república sino con dos acontecimientos políticos más significativos aún la concesión definitiva del sufragio universal masculino en 1890 y la derrota colonial de 1898 Esta última descubre el fracaso parcial de dicha etapa y siente las bases que llevarán a la guerra civil y al franquismo Este, como forma española de fascismo, va a remover obstáculos y a resolver dificultades de primera importancia ante las que el liberalismo estricto se mostró parcialmente impotente muy a su pesar, de manera que el franquismo es parte decisiva de la revolución liberal El empleo de la voz dictadura, para nombrar el actual orden político no pretende dramatizar ni cargar las tintas en la denuncia sino sólo describir la realidad contemporánea de la manera más precisa posible siguiendo las meditaciones de Tácito sobre el orden tiránico Al mismo tiempo viene a negar que aquel sea una democracia formal, burguesa o imperfecta Que las luchas populares por demandas parciales y cotidianas puedan ir, paso a paso, haciendo real y perfeccionando Lo que tenemos ante sí es una dictadura que se mejora y robustece día a día a sí misma y toda ilusión al respecto de un cambio fácil, indoloro y paso a paso a la libertad es sin fundamento El régimen parlamentario y de partidos, llamado por sus beneficiarios, democracia representativa sólo con fines propagandísticos y adoctrinadores es cualitativamente diferente de un sistema democrático sin adjetivos que se ha de fundamentar para el gobierno político de la sociedad en una red de asambleas omnisoberanas lo que exige la extinción previa de todos los otros centros de poder, el ente estatal y el aparato empresarial ello exige realizar una revolución fundante de una sociedad libre Fijar esta como meta estratégica lleva a afirmar la centralidad y autonomía de la política como saber, arte y práctica que ha de permitir resolver el problema cardinal de la hora presente la falta de libertad, de conciencia, política y civil, de donde resultan el resto de males y nocividades Tal centralidad de la política en la más digna acepción del vocablo equivale a poner como blanco principal al Estado Alcanzar una posición justa sobre la revolución liberal, española y mundial desmontando en lo fenoménico, lo argumental y lo estratégico el enfoque oficial y obligatorio en vigor urdido desde la dogmática del progresismo por los profesores funcionarios es una precondición necesaria para que, en el presente, los colectivos e individuos de pensamiento radical dejen de ser masa de maniobra política, propagandística y electoral de la izquierda gubernamental que desde 1978, año de imposición de la vigente Constitución Española a través de un referéndum no libre, ha mostrado en los hechos ser quien mejor defiende por delante de la derecha y no digamos de la extrema derecha obsoleta y marginal los intereses más fundamentales de la actual España neoimperial y militarista así como de la empresa multinacional española, de tantrapaz ejecutoria en Latinoamérica y otras partes del tercer mundo donde continúa la tarea emprendida por los conquistadores españoles, Hernán Cortés, Francisco Pizarro y otros Una reseña aquí sería Esto es reconocido por la izquierda que incluso se jacta de ello calificándose a sí misma de la fuerza política que más y mejor defiende el actual régimen de dictadura y por tanto el capitalismo en la derecha contra el estado de J.A. González Casanova ello significa que tal izquierda, cuyo centro es el PSOE resulta ser continuadora y heredera en todo lo importante del franquismo así como de la España imperial de los reyes católicos Carlos V y Felipe II ella ha de ser el blanco principal en el terreno de la política de la lucha revolucionaria en los tiempos que corren El texto adoptará la forma de 26 tesis o proposiciones complejas Los estados, en tanto que muy peculiares agrupaciones de individuos destinadas a maximizar su propia capacidad de mandar y sojuzgar existen en constante conflicto entre ellos Así sucedió en el siglo XVIII cuando Inglaterra, España y Francia elevaron a un nivel superior su ya secular contienda por la dominación mundial realizada en 1688 la revolución gloriosa en Inglaterra triunfante con no demasiadas dificultades por la grave falta de libertad para el pueblo antes existente, así como por la baja calidad de éste como tal y en sus individualidades establece la dictadura del parlamento con subordinación a él de la corona lo que estatúe un sistema liberal de tipo embrionario Con ello adquiere ventajas políticas, militares y económicas notables sobre sus directos rivales, España y Francia en la lucha por el dominio de los mares y la hegemonía planetaria Tal se pondrá en evidencia en la centuria siguiente cuando quede vencedora en la guerra de los 7 años 1756 al 63 la primera contienda a escala planetaria en la historia de la que sus rivales, España y sobre todo Francia, salieron derrotadas Dicho acontecimiento desencadenó el inicio de la fase preparatoria de la revolución liberal en una y otra Esta alteración drástica en Francia adoptó la forma de la revolución francesa magna representación teatral para embaucar a la plebe y colosal carnicería que en la Vendée alcanza el nivel de exterminio en masa, de genocidio Sin otra finalidad que realizar las transformaciones políticas, jurídicas, económicas, axiológicas y sociales necesarias para elevar al país al rango de gran potencia reforzando hasta el paroxismo el aparato militar y estatal en general lo que culminó bajo el emperador Napoleón I, el Hitler del siglo XIX Un dato expone bien la significación última de aquella Mientras la Francia absolutista y feudal nunca había logrado sobrepasar los 225 mil soldados la resultante de la revolución alcanzó en los años 1812 a 1814 los 2 millones de soldados Finalizamos con una reseña aquí Es urgente desenmascarar la gran farsa de la revolución francesa en su totalidad para que no vuelva a ser tomada como ejemplo o modelo de las revoluciones liberatorias del futuro dado que en su esencia misma es la peor forma de contrarrevolución conocida para ello podemos valernos de los estudios y reflexiones aún considerando sus limitaciones que realizan Kropotkin, Tocqueville y B. de Hauvenel especialmente lo que este último desarrolla en un libro de sugerente título para el asunto tratado El poder, historia natural de su crecimiento tal revolución creó una nueva y mucho más potente dictadura política de proyección planetaria justamente la que hoy existe España en la guerra de los 7 años fue derrotada y perdió la Habana y Manila tomadas por los ingleses en 1762 Aunque fueron después de vueltas a cambio de sustanciosas concesiones dicho descalabro destapó las incapacidades fundamentales del sistema de dominación imperial de la corona de Castilla y otorgó credibilidad a quienes llevaban ya tiempo preconizando transformaciones fundamentales en la estructura del estado en las relaciones de producción y en el orden político jurídico social de los valores y los modos de existencia Se trataba de pasar del imperio de la corona incapaz de resistir los embates de las potencias rivales al imperio de la nación mucho más robusto y eficaz lo que explica que el capítulo primero del título primero de la constitución de Cádiz o constitución política de la monarquía española lleve por encabezamiento de la nación española La institución de la corona equivalía a un poder estatal relativamente débil por causa de la escasez de recursos humanos materiales y técnicos por disperso todavía bastante descentralizado dependiente aún del municipio semi soberano con abundancia de relaciones sociales comunitarias y colectivistas con las gentes aferradas a lo local comarcal escasamente aptas para la acción militar ofensiva en el exterior con una economía poco monetizada y mercantilizada apenas industrializada y tecnificada la institucionalización de la nueva categoría política guía la nación debería remediar y superar tales debilidades lo que era imprescindible para mantener una flota y un ejército de tierra lo suficientemente poderosos Tesis 3 En el interior, la situación del estado absolutista español una forma de dictadura política bastante agresiva si bien tachonada de enormes carencias e insuficiencias era inestable y difícil en el siglo XVIII una expresión de ello fue la ola de motines y alzamientos populares de la primavera de 1766 En Madrid, como severa réplica a la pretensión del ministro Esquilache de dirigir la vida privada de las gentes negando su libertad civil según las normas racionales de la ilustración se alzó el vecindario que durante varios días combatió con brioso heroísmo a las tropas de la corona tarea en la que destacaron las mujeres para lo cual se armó asaltando los cuarteles y haciéndose con unos 4000 fusiles llegó a penetrar en el Palacio Real hasta alcanzar los aposentos de Carlos III quien tendría ataques de pavor al recordar tales hechos hasta el final de sus días Asimismo, los insurrectos redactaron unas ordenanzas para la defensa de Madrid contra los ejércitos que se dirigían hacia la villa aunque, por ausencia de una perspectiva política y estratégica suficientemente desarrollada el levantamiento finalmente no prosperó A pesar de que la corte llegó a preparar su huida de Madrid también hubo alzamientos populares o intentos en Barcelona, Zaragoza, Oviedo, Bilbao, Vitoria, Valladolid, Guadalajara, Cuenca, Salamanca, Granada y docenas de localidades más todos reprimidos con mucha dureza Estos hechos expresan, por un lado, el general rechazo popular al dictatorial régimen absolutista y, por otro, sus enormes debilidades y carencias En efecto, manifestó poseer una policía de investigación y de coerción escasa e ineficiente así como un aparato para el aleccionamiento y el control de las conciencias de muy poca entidad pues se reducía al episódico obrar del clero, que fracasó en los momentos críticos dado que los alzados desoyeron las muchas llamadas al orden que ese realizó Sin prensa manipuladora, sin sistema educativo de grado elemental propio Sin partidos políticos y sindicatos aptos para encauzar, el sentir y obrar popular Sin una intelectualidad laica abregada en el adoctrinamiento diario de la multitud Sin unos mecanismos de amaestramiento cotidiano de las gentes lo suficientemente efectivos Sin el uso universal del dinero y sin la primacia de la ideología del interés particular el estado preliberal manifestó ser bastante vulnerable Por ello, cuando el pueblo se alzó en 1766, aquel no tenía casi más recurso que el ejército con todos los inconvenientes que ello llevaba aparejado La ilustración por medio de su estatismo obsesivo, aunque bastante comprensible a la luz de los hechos analizados se propondrá superar el carácter rudimentario entonces del artefacto estatal lo que llevará a efecto su continuador del régimen liberal De ello se derivará la sobredominación múltiple e integral de las clases trabajadoras y populares propia de la modernidad Los territorios peninsulares e insulares sometidos a la corona de Castilla en el siglo XVIII necesitaban de una revolución, en efecto pero ésta hubiera debido ser de naturaleza popular, recolectivizadora, neo-concejil y anti-estatal que demoliese el poder del rey, de los prelados y los señores no como la diseñada por los ilustrados, liberal, estatal y capitalista, que fue la que tuvo lugar El sistema de dictadura entonces existente era, en esencia, aunque perfeccionado por el paso de los siglos el establecido en el siglo XIV, con el derrocamiento aún parcial del orden concejil y foral de carácter popular Los acontecimientos bélicos ultramarinos de la segunda mitad del siglo XVIII habían probado que ese tipo de organización del poder ya no podía ser mantenido si se deseaba preservar el imperio Asimismo pronto quedó claro para una buena parte de las élites gubernativas, funcionariales, eclesiásticas y militares que también en el interior el nuevo orden constitucional y parlamentario garantizaría un nivel incomparablemente superior de dominación sobre las clases populares así como un mayor grado de desvalimiento, embrutecimiento y vilificación de estas La confluencia de tales apreciaciones estratégicas explica la gran abundancia de autores y textos reformadores que conoce el siglo XVIII, en especial su último tercio, formando el movimiento de la ilustración corriente alentada por los sectores mejor informados y más clarividentes del aparato estatal Entre los ilustrados con mayor enjundia intelectual cabe citar a Jerónimo de Uztariz, ministro de Felipe V, autor de Teórica y práctica de comercio de Marina, 1724 Muy leído, que vincula el poder colonialista, militar en definitiva, al desarrollo de la industria y el comercio Por tanto, con las transformaciones sociales que ello debía llevar aparejado Otro ilustrado confesadamente imperialista y militarista es León de Arroyal, funcionario estatal muy crítico con el sistema viejo de gobierno y estado, cuya obra escrita puede ser considerada como eslabón entre ilustración y liberalismo En lo agrario, cuestión de primera magnitud en ese tiempo, la figura descollante es Jovellanos, ministro de Carlos IV con su archifamoso informe de ley agraria de 1795, Biblia del progresismo En él dominan dos categorías coincidentes y complementarias, el interés particular y el bien del estado Junto a Jovellanos se sitúa Pablo de Olavide, digno de ser recordado por la desmesura de sus proposiciones teoréticas y la particular brutalidad de sus actuaciones prácticas Como creador del nuevo sistema de ideas imprescindibles a los poderavientes en las tormentosas condiciones del siglo XVIII está Martín Sarmiento, asimismo pedagogo, lo que hace de él un autor doblemente liberticida Una reseña aquí sobre León de Arroyal sería Este es autor también del difundido pamfleto Pan y toros, oración apologética en defensa del estado floreciente de España de 1793, en el que la ilustración se despoja de la máscara humanitaria pacifista y bondadosa que habitualmente usa para mostrar su verdadero rostro felicista y agresivo, autoritario y furiosamente estatista Tesis V El carácter, sobre todo militarista y cesarista del vasto proyecto reformador ilustrado así como del de su continuador a un nivel incomparablemente superior, el liberal se pone de manifiesto en un dato que se hurta a la opinión pública que el primer proyecto de Constitución en España es obra de un oficial del ejército, Manuel de Aguirre quien en 1786 redactó un borrador de documento político jurídico titulado Leyes Constitucionales, cuya observancia es una obligación inviolable para todos los individuos de la sociedad cuya influencia se hace notar en la Carta Constitucional de 1812 Un apunte sobre este texto En Proyectos Constitucionales en España, 1786-1824, Ignacio Fernández Sarasola esta obra recopila asimismo la propuesta elaborada en 1795 de texto constitucional escrito por León de Arroyal, ya citado, funcionario del fisco y de varios autores más, casi todos integrantes del ente estatal, militares, altos funcionarios, abogados, religiosos y similares ello indica que era el Estado, mucho más que la burguesía, en ese periodo una clase aún bastante débil y sin conciencia de sí quien deseaba una mutación liberal lo más radical posible un estudio empírico esclarecedor que otorga a los integrantes del ente estatal, en vez de a la burguesía la función dirigente en el proceso es, los notables de Madrid, las bases sociales de la revolución liberal española de Jesús Cruz por tanto la liberal es una transformación estatal, mucho más que burguesa de manera que no es correcta la fórmula revolución burguesa la burguesía es sobre todo consecuencia, mucho más que causa de aquella fin de reseña esto conecta con un hecho bien conocido, que el elemento agente principal en el desenvolvimiento de la revolución liberal en España durante el siglo XIX es el ejército siendo generales y altos oficiales de las fuerzas armadas, los cristemente famosos espadones quienes impulsan a punta de bayoneta las transformaciones entre estos descuellan Riego, espartero, el patibulario general del pueblo y Prim, máxima personificación del matonismo liberal y progresista que va a llenar de sangre y horror nuestro siglo XIX de quienes, una centuria después, Franco será mera continuidad en condiciones algo diferentes ellos invocan la libertad, para llevar a efecto sus desmanes pero lo que en verdad les interesa es el imperio colonial en el exterior y el dominio sobre la masa popular en el interior de manera que el factor causal último de la revolución liberal, lejos de ser el amor a la libertad es la voluntad de poder, el impulso y el dominio y la razón de estado el politólogo Otto Ginze, en Historia de las formas políticas y en otros textos expone que la esencia última del estado es de naturaleza militar cuestión indudable al ser aplicada al estado liberal español todo el hechura del ejército, lo que explica el tufo cuartelero que expide nuestro progresismo hasta el día de hoy por más que utilice la demagogia para velar sus orígenes ahora bien, en todos los países del estado tiene una genealogía militar y, en todos ellos, la revolución liberal ha sido obra del aparato estatal con el ejército desempeñando la función determinante Tesis 6 Al servicio de la mutación liberal se desenvuelve la revolución industrial destinada a proporcionar al nuevo estado que aspira a ser omni-poderoso lo que D.R. G. Adlick llama los instrumentos del imperio los medios de combate y equipo militar, los elementos técnicos así como los recursos económicos y financieros imprescindibles para realizarse como tal gracias a su temprana revolución industrial, Inglaterra logró hacerse con la marina de guerra más fuerte del mundo formada por unos 600 navíos con 32.000 cañones y 300.000 hombres a finales del siglo XVIII creó un sistema bancario apto también y, quizás sobre todo, para financiar el aparato estatal particularmente en los períodos bélicos mantuvo un superávit permanente de la balanza comercial y de las cuentas del estado con el que sufragar aliados y mantener desahogadamente enfrentamientos bélicos de larga duración pero, ante todo, la revolución industrial con el sistema de fábrica y el uso a gran escala de tecnología proporcionó de manera masiva el tipo de individuo dócil, egocentrado, amoral y degradado apropiado para adaptarse a la disciplina ciega tanto como a la brutal y crepulosa naturaleza de los ejércitos regulares con ello, Gran Bretaña resultó vencedora absoluta en las guerras napoleónicas 1793 a 1815 quedando como potencia hegemónica en el plano mundial dichos acontecimientos refutan el enfoque economicista de la revolución industrial así como del ascenso de la burguesía afirmando la primordial significación política de una y otro pues es el estado el principal beneficiario y también el principal impulsor y causante de ambos La aplastante derrota naval de España y Francia, en Trafalgar, en 1805 que venía precedida de otros hechos de armas asimismo desfavorables como la batalla del Cabo de San Vicente en 1797 el combate de Algeciras en 1801 o el encuentro de Finisterre en julio de 1805 es la advertencia de que el reino necesita una transformación a fondo sólo esta puede proporcionar el material humano mandos oficiales, soldados y marineros que las fuerzas armadas necesitan el aparato administrativo civil, el renovado marco jurídico las nuevas relaciones de propiedad, el moderno sistema de creencias y mitos oficiales así como los medios materiales, financieros y técnicos imprescindibles la entrada al poco de las tropas de Napoleón I en la península ibérica es la ocasión de que se valen las élites para, invocando el recuerdo de las antiguas cortes de Castilla convocar una reunión de estas en Cádiz con un propósito constituyente ahora bien, el soporte último de tal asamblea legislativa es el nuevo ejército mucho más poderoso que el antiguo que se estaba formando en la lucha contra los invasores él será el instrumento para revolucionarizar en el sentido más pernicioso del vocablo la sociedad sin contar con su voluntad proceso histórico forzado y violento que es tildado de liberador y democratizador por la pedantocracia universitaria es a destacar que en las cortes de Cádiz la gran mayoría de los diputados azarosamente designados por sufragio restringido indirecto son militares, eclesiásticos, abogados o funcionarios esto es, una representación conspicua de las élites mandantes del momento organizadas como estado dos reseñas aquí en este punto serían sobre la batalla de Tlafalgar en este gran choque naval la flota combinada hispano-gala disponía de 2.994 cañones mientras que la inglesa montaba solamente 2.530 compárese con el dato de que en la batalla de Austerlitz el número total de piezas de artillería usadas por ambos bandos fue de 426 mientras que solo el Víctore, buque insignia de Nelson en Tlafalgar contaba con 104 bocas de fuego aunque el navío español Santísima Trinidad tenía 144 siendo el más artillado del mundo ello da una idea de los gastos colosales que exigía el equipar y mantener una flota de guerra y en consecuencia las transformaciones sociales, políticas, jurídicas y económicas tan radicales que aquella demandaba a los imperios marítimos de la época perdida la batalla no solo estaba perdido el imperio como sucedió al poco sino que los territorios peninsulares quedaban abiertos al contrabando inglés con gran daño para el fisco y la industria peninsular ello fue una de las causas del atraso económico español hasta que se remedió por el franquismo otra reseña aquí sería sobre los eclesiásticos de las Cortes de Cádiz Francisco Martínez Marina, tenido como ideólogo principal del liberalismo español en particular por su monumental Teoría de las Cortes de 1813 ahora bien aquel es bastante más que un defensor del parlamentarismo pues lo amplio de sus saberes históricos, lo complejo y contradictorio de su toma de posición política y lo acendrado de su adhesión a la noción de bien moral le hacen equiparable a Jefferson y quizá también a Rousseau que Martínez Marina fuera miembro del clero supone una prueba más de lo inexacto que es atribuir a la mayoría del estamento eclesiástico una militancia a favor del antiguo régimen sin ir más lejos una parte significativa de quienes en Cádiz elaboraron la Constitución del año 12 eran clérigos el artículo 366 de aquella ordena que los catecismos incluyan una breve explicación de las obligaciones constitucionales lo que es expresión del cesaropapismo liberal tesis 8 lo peculiar en relación con el resto de Europa de la situación en los territorios subordinados a la corona de Castilla en ese tiempo era la fuerza singular que poseía el elemento popular en especial su forma mayoritaria entonces las masas rurales de manera que el par pueblo-estado preliberal no está tan desequilibrado a favor de su segundo componente como en otros lugares ello dio origen durante los años 1809 al 14 en la mitad norte del país sobre todo a una potente guerrilla e insurrección popular que en mucho contribuyó a la bancarrota final del tirano galo esa sólida presencia de lo popular se hacía visible en a. pervivencia del consejo abierto como procedimiento de autogobierno parcial en aldeas y pequeñas poblaciones mayor extensión y significación de los patrimonios comunales de los pueblos e importancia aún de la soberanía del municipio y de las entidades de autogobierno de naturaleza supralocal o comarcal como las comunidades de Villa y Tierra en Castilla de donde resultaba un menor poder efectivo de nobles, alto clero y señores así como de la corona b. escaso uso de numerario en las transacciones comerciales que solían ser en la mayoría de los casos un intercambio de productos sin utilización del dinero supervivencia de numerosas formas de ayuda mutua y trabajo comunal de donde se desprende una especial dificultad para el desarrollo de la burguesía la generalización del trabajo asalariado la eficaz percepción de tributos el auge del comercio y la industria y como consecuencia de todo ello para la acumulación de capital c. persistencia de la cultura popular de tradición oral con una escasa significación del adoctrinamiento de las masas desde las instituciones lo que permitió que las clases subalternas conservasen todavía porciones significativas de su propia escala de valores, ética, criterios estéticos e idea global de la vida lo que creó dificultades excepcionales a la expansión de la cosmovisión culta o erudita hasta el punto de que ésta, en bastantes ocasiones, se inspiraba en la cultura popular dada la exuberancia y potencia de lo creado por el pueblo en dicho ámbito todo ello, ni que decir tiene, establecía la peor situación posible para el desarrollo del proyecto liberal capitalista y constitucional, cuya precondición era que el pueblo estuviera ya reducido en tanto que comunidad consciente a su mínima y más penosa expresión bajo el antiguo régimen Tesis 9 Lo expuesto en el punto anterior explica una buena parte de los avatares que padece la Constitución de 1812 Terminada la guerra en 1814, las élites, en un alarde de prudencia, suspenden temporalmente su aplicación hasta el desarme de las clases populares, temerosas de que de ellos surgiera un conflicto civil de imprevisibles consecuencias, dado su carácter tiránico y antipopular Finalmente expuesta en vigor en 1820 por la intervención del aristocrático caudillo Rafael del Riego con los resultados previsibles. Tras unos meses de tensa observación de las medidas adoptadas por los gobiernos del trienio constitucional 1820-23, las gentes, sobre todo en los ámbitos subrurales inician la resistencia política y a menudo armada a la nueva forma de régimen despótico lo que lleva a una verdadera guerra justa y popular contra el orden constitucional Se crea de esa manera una situación de enconada contienda civil, reconocida de mala gana y a medias por la historiografía progresista dado que evidencia el abismo entre el pueblo y el liberalismo constitucional la cual conoce episodios de muy graves atrocidades y encarnizamiento a cargo de los gubernamentales comparables a los realizados por las tropas franquistas en 1936-39 Suspendida de nuevo en 1823 por causa de los avatares de la situación internacional y sobre todo por la formidable resistencia popular encontrada es restablecida por breve tiempo durante la primera guerra carlista en 1836 para ser sustituida por la Constitución de 1837 similar en todo a la anterior, si bien más desvergonzada en la impúdica locuacidad garantista Esta haya menos rechazo explícito debido a que se impone cuando están siendo barridos a sangre y fuego con el pretexto de combatir el carlismo, los territorios que más se oponen al reduplicado despotismo y centralismo liberal encastillado en Madrid. Los crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad cometidos por el liberalismo y el progresismo en aquella conflagración así como en las que la siguieron en Euskalería, Cataluña, La Mancha y en otros lugares permiten calificar a la revolución liberal española de gran holocausto Tal vez alguien, persuadido de que el trienio es la materialización en la forma de gobierno de la libertad por primera vez en la historia de nuestro país, tenga lo bastante hasta ahora dicho por excesivo no hay tal pues si los gobiernos del trienio constitucional han de ser comparados con algún sistema político es con el fascismo de Francisco Franco. Veámoslo, el decreto sobre prohibición de asociaciones de octubre de 1820 que coincide con lo estatuido por el artículo 317 del Código Penal de 1822 otra de las realizaciones liberticidas del trienio, así lo prueban como vituperación de los atentados a la libertad de asociación y expresión ejecutados por los gobiernos del 1820 al 23 F.Fernán Martínez Marina redacta el folleto Discurso sobre Sociedades Patrióticas, Madrid 1820 que el rencor gubernamental le vea leer en las Cortes en él realiza la denuncia de aquel sistema de dictadura la libertad de pensar y el uso expedito de las facultades intelectuales y del prodigioso artificio del lenguaje Es un derecho de la naturaleza independiente de toda convención y toda autoridad de manera que, sin él, los seres humanos quedan reducidos a la condición de bestias mudas situación en que el Estado constitucional y parlamentario desea que esté el pueblo a perpetuidad por lo demás, hasta la ley de asociaciones de 1887 el liberalismo triunfante no se aviene a admitir aunque bajo la vigilancia de los gobernadores civiles que el pueblo trascienda a la vida individual y se asocie si bien el objetivo real de esa norma legal es, como dice un autor crear las condiciones para la incorporación del movimiento obrero en el sistema político por tanto, hasta 1887, al menos, el régimen liberal en esto, como en tantos asuntos determinantes, coincide con el franquismo en realidad, hasta 1890, cuando se otorga el derecho de voto a los varones el régimen liberal es, en lo jurídico formal, indistinguible del vencedor en 1939 al ser la mutación liberal, la española y todas ellas aunque cada cual de forma peculiar, un suceso histórico mano-military la función de los aparatos represivos es crucial así lo denuncia Larra con la ironía que le caracteriza en su opúsculo la policía de 1835 expone que la España de la época se había dividido en dos clases gentes que prenden y gentes que son prendidas lo que refleja mejor que muchas tablas estadísticas la descomunal envergadura del estado policial montado por el liberalismo entusiasta de la libertad pero, ¿se atreverán alguna vez los historiadores de oficio a dejar de lado las salmodias laudatorias para investigar los horrores del estado policial liberal de Cimonónico poniendo al descubierto sus prácticas carcelarias y concentraciones a gran escala sus atropellos, torturas, crímenes y actos de genocidio? ¿se atreverán a hacerlo incluso poniendo en peligro sus sacrosantas carreras profesionales? sobre todo, los historiadores progresistas y de izquierda que tanto se ocupan en denunciar los crímenes del franquismo tan horrendos deberían mostrar su bonomía y amor por la verdad obrando similarmente con los perpetrados por el liberalismo revolucionario tal vez no menos numerosos y con seguridad no menos espeluznantes pero, que nadie se llame a engaños sobre cómo son las cosas en nuestro tiempo quien diga una verdad desagradable para el estado será castigado la Constitución de 1812, como cualquier otra es una compilación de normas escritas que ordenan la vida del estado y subordinan a él a la sociedad toda su centro es la categoría política de Nación Española comunidad humana no libre, desigual en lo lingüístico y cultural es una política jerarquizada, sometida a una élite gobernante que se organiza y unifica en la forma de estado, sobre todo en Madrid y que tiene el castellano como lengua oficial dicha élite establece desde el parlamento, según su interés y capricho la legislación uniformizante a que todos han de someterse se vale de un potente aparato militar, policial sobre todo, la milicia nacional, estatuida para la represión, la tortura y el crimen y judicial, así como de otro de carácter administrativo regulando a los secretarios de estado y del despacho o titulares en ese tiempo de los ministerios e instituye un sistema estatal de propaganda y aleccionamiento de masas que impone la verdad conveniente al gobierno y niega al pueblo la libertad más fundamental, la de conciencia a lo que destina el título IX, cuyo encabezamiento es la destrucción pública aquel texto garantiza asimismo la propiedad artículo 4, obliga al amor a la patria fuerza a obedecer las leyes y respetar a las autoridades ilegítimas, a pagar los muy crecidos tributos, bastante más onerosos que los del antiguo regimen de donde devino un grave empobrecimiento de amplios sectores que exige coercitivamente el nuevo estado liberal y a integrarse en el ejército cuando se sea llamado a ello las colonias americanas, africanas y asiáticas continúan con tal estatuto como establece el título II y los territorios forales y antiguos reinos diferenciados del castellano son subsumidos, sin contar con su opinión libremente expresada en la categoría de las España dentro proscrita su específica legislación, historia y diosincrasia cultura e idioma, además Madrid es hecha la metrópoli privilegiada y excepcional, a la que todas las demás poblaciones han de servir, reverenciar y financiar la Constitución gaditana niega personalidad jurídica al concejo abierto, lo que es una vía indirecta hacia su liquidación, dado que por el particular arraigo de esta milenaria institución no se atreve a prohibirla, anula lo que aún permanece de la soberanía del municipio, haciendo de este un engranaje más del aparato estatal, sienta igualmente las bases para convertir los todavía inmensos patrimonios comunales, rústicos y urbanos de los pueblos en bienes nacionales, según el capricho del parlamento, artículo 131,18 lo que es un latrocinio a gran escala perpetrado por el ente estatal que se materializará en una norma que desarrolla lo allí estatuido, el derecho, el decreto sobre desamortización civil de 1813, regula la administración de justicia sin aportar nada de positivo en relación con la normativa preliberal compilada en la novísima recopilación de 1805, añadiendo en el artículo 308 que tan raquíticas garantías legales pueden quedar en suspenso si así lo demanda la seguridad del Estado, formulación que expresa cuál es la categoría política suprema, con olvido de la seguridad del pueblo. Para terminar con esta descripción escéptico-crítica, la Constitución gaditana concede la libertad política de la imprenta, más extensamente expuesta en el artículo 371, si bien bajo las restricciones y responsabilidades que establezcan las leyes, fórmula hábil para el adoctrinamiento múltiple y plural de la masa popular en condiciones de inexistencia de libertad de conciencia. Se asevera que el liberalismo establece el Estado de derecho que garantiza el imperio de la ley y la seguridad jurídica frente a la arbitrariedad de los señores feudales. En nuestro caso tal acerto apologético de la actual Estatucuo no puede mantenerse, pues en el absolutismo monárquico existió siempre una legalidad indudable. En 1805 se agrupan las normas jurídicas en la nobísima recopilación que remoza la nueva recopilación de 1567. Esta a su vez actualiza las leyes de Toro de 1505, las ordenanzas reales de Castilla de 1484 e incluso el ordenamiento de leyes de Alcalá de Henares de 1348 que rebaja el derecho foral municipal al rango de supletorio como vía hacia su extinción. El régimen monárquico preliberal es tan gobierno por la ley como el liberal, de donde resulta que en uno y en otro los poderosos se sitúan por encima de la legalidad que es una mera coacción formalizada contra el pueblo. Por lo demás el Estado de derecho, pomposa y redundante expresión, es derecho de Estado no del pueblo, elaborado por y para el ente estatal. Ilegítimo pues, por lo que no ha de ser obedecido en conciencia es asimismo expresión del legicentrismo propio de la modernidad que crees resolverlo todo promulgando leyes, esto es normas coercitivas que demandan un desarrollo constante de los cuerpos represivos del aparato judicial y del sistema carcelario certificando la gran verdad que expresa el apotecma de tácito cuanto más corrupta es una sociedad, más leyes promulga. Como consecuencia, la costumbre, la moralidad y los acuerdos entre las partes van perdiendo significación en beneficio de la ley estatal, pero una sociedad bien constituida ha de valerse de un derecho mínimo, de elaboración popular directa y de una moralidad máxima. La ilegitimidad de toda la legislación liberal decimonónica puede incluso argumentarse desde la ideología actual del parlamentarismo pues hasta 1890 dejando a un lado los años del sexenio 1868 al 74 el sufragio fue restringido como se ha expuesto siendo el parlamento designado por solo del 2 al 5% de los varones adultos, todo ello equivale a decir que el régimen liberal fue una dictadura explícita e indudable durante más de un siglo sin que el sufragio universal anulase luego tal caracterización pues solo hace de ella una dictadura implícita y menos evidente pero no menos real. Tesis 11. Los apolojetas del orden político actual justifican la revolución liberal con el argumento de que puso fin al bituperado régimen señorial para algunos feudal de donde resultó un progreso de la libertad pero los señoríos, feudos para los que desconocen las particularidades de nuestra historia, eran poco más que un sistema de descentralización judicial y administrativa con los señores sometidos en lo importante a la legislación emanada de la corona poseyendo atribuciones limitadas, el famoso mero y mixto imperio mientras la alta justicia era siempre potestad de la corona percibiendo tributos de escasa significación y teniendo que convivir a menudo en precarias condiciones con el orden concejil de autogobierno popular en las vidas pequeñas, lugares y aldeas. El mito de los horrores del sistema señorial del que magnánicamente nos emancipa y salva la revolución liberal es manipulación política justificativa que se desmorona en cuanto se emprenden estudios serios. En realidad la revolución liberal lo que hace es sustituir a los medianos despotas del régimen precedente por los grandísimos tiranos del orden constitucional y parlamentario con los que los ciudadanos actuales al poseer aparatos e instrumentos para el ejercicio del poder que sus predecesores no podían ni soñar estaban en condiciones de forzar, intimidar y reprimer de desposeer y expoliar, de engañar, aleccionar y rebajar a la masa popular como esta no lo había sido nunca antes. Con la combinación de propiedad privada absoluta y concentrada burguesa y de pequeña propiedad procedente de las desamortizaciones la revolución liberal impone el egoísmo del propietario destruyendo el espíritu de convivencialidad necesario para realizar uno de los mayores logros de la existencia humana, la fusión interpersonal imposible con la dramática pérdida del sentido de lo comunitario y colectivo que ocasiona el liberalismo. Es a enfatizar que éste expande sin límites un organismo colectivo determinado el Estado, mientras atomiza y divide al pueblo para los poderabientes estatuye el colectivismo estatista y para la masa popular el individualismo. Una reseña aquí referente a las aldeas sería en contra del enfoque teatral y declamatorio con que por lo general es tratado el asunto Salvador Demoxo en la disolución del régimen señorial en España pone las cosas en su sitio con moderación y rigor. Examina la significación del decreto de 1811 de abolición de los señoríos apuntando que ya en el siglo XVIII había ido cobrando impulso la tarea incorporaciónista de aquellos a la corona. El estudio imparcial de la sociedad anterior a 1812 muestra que el enemigo primero del pueblo era la corona, es decir, el cuerpo principal y central del Estado quedando los señoríos nobiliarios y adecuados quedando los señoríos nobiliarios y eclesiásticos en un lugar secundario el vuelco liberal, por tanto, robusteció la forma fundamental de poder tiránico. Ya en Instituciones de Derecho Civil de Castilla 1771 de I.J. de Aso I.M. Manuel se lee que la distinción entre libres y esclavos se haya desconocida en el día en los territorios peninsulares de la corona castellana lo que refuta a los partidarios de considerar medular el par feudalismo y servidumbre, supuestamente abolidos por la fabulosa revolución liberal. El estudio comparado del régimen preliberal y del liberal muestra que el segundo, lejos de ser la negación superadora del primero es su continuación en las nuevas condiciones, aunque habiendo elevado su capacidad de intervención, encuadramiento, coerción, agresión expolio y manipulación a un nivel muy superior en cualidad y cantidad por tanto, no hay rupturas sino rampante continuidad entre uno y otro, de manera que se puede sostener que el liberalismo es la expresión superior del absolutismo y que esta es la forma inicial del liberalismo. La ilustración hace de fase de transición y nexo de unión, veámoslo en algunos casos. La inquina hacia los comunales es la misma en el antiguo régimen y en el orden liberal, pues si bajo el primero se realizó la venta de baldíos tierras que eran aprovechadas de balde por los vecinos comunales, ordenada por Felipe II y luego el latrocinio que impone la real provisión de Carlos III de 1770 el liberalismo efectúe eso mismo con el decreto de 1800 y ha citado, y sobre todo con la funesta ley de desamortización civil de 1855. Simplemente esta fue más devastadora porque el Estado se había dotado ya de mucho más potente aparato legislativo, administrativo, el infausto cuerpo de ingenieros de Montes es creado en 1853, policial, la Guardia Civil se funda en 1844, judicial, eleccionador y fiscal. Si el régimen monárquico absoluto aniquila a comienzos del siglo XVIII la legislación y organismos políticos propios de los países catalanes el liberalismo lo hace con Vascongadas y Navarra un siglo después habiendo en una y otra intervención un mismo propósito, extinguir las señas de identidad y las formas concretas de existencia de los pueblos diferentes del castellano para lograr un Estado más eficiente. Si la monarquía absoluta atenta tanto cuanto permiten sus fuerzas en cada coyuntura contra las leyes laborales municipales ya desde los siglos XIII y XIV la Constitución gaditana suprime de un plumazo la autonomía del municipio. Si bajo el orden preliberal la legislación emanada de la corona impregnada de romanismo va relegando a la mujer en la medida que logra ir desplazando la normativa con su etudinaria popular y foral, el derecho liberal la declara menor de edad perpetua, forzando jurídicamente al varón a dominarla por un lado y por otro apartando a las féminas de la vida política y social. Una reseña aquí sería es útil para este asunto el estudio preliminar de la edición bilingüe del Código Civil francés de 1804 realizada en 2005 traducción de A. Núñez donde queda argumentado que es el Estado liberal progresista y moderno surgido de la revolución francesa quien a través entre otros de ese fundamental documento jurídico servilmente imitado e incluso copiado en numerosos países como es el caso de España establece la marginación de la mujer para conocer en su conjunto la hostilidad hacia las féminas de la revolución francesa especialmente de su ala protofascista el jacobinismo un libro útil es las mujeres y la revolución francesa de Linda Kelly. Finalmente si el ejército regular es constituido a comienzos del siglo 18 alcanza su plenitud con el liberalismo que en su esencia última es un orden militarizado será el liberalismo quien se dote de un cuerpo militar policial tan singular y tan potente como la Guardia Civil creado en 1844 a cuyo lado el santo oficio resulta un aparato coercitivo de muy inferior significación y prestaciones. Anécdota sabrosa e instructiva es la que narra que los liberales exaltados de la primera hora se manifestaban con el lema abajo el santo oficio abajo la inquisición viva la policía formulación en que está compendiada la cosmovisión liberal que se reduce a la sustitución de los viejos y menos eficientes aparatos de perquisición control y represión por otros nuevos y más eficaces por ello más temibles Tesis trece lo ya desarrollado manifiesta que el paso del antiguo régimen al liberalismo lejos de ser un proceso emancipador o un proceso en relación con lo precedente es una perceptible disminución y un intenso declinar de la libertad general y de las libertades concretas ello es imposible de admitir para muchos precisamente por la peculiar naturaleza del quehacer liberticida de progresismo que al perfeccionar los procedimientos para la sujeción mental del sujeto hace de este un no libre incapaz de reconocer el estado de sometimiento que padece en la fase preliberal lo sustancial de la dominación era la amenaza de coerción y la constricción física exterior teniendo un significado menor la manipulación de las mentes y el amaestramiento de los sujetos de manera que la persona vivía su falta de libertad concreta cuando ésta se daba se daba de manera consciente con el nuevo orden todo cambia el sujeto no sólo es reprimido con mayor dureza de hecho cuando llega el caso sino que además queda sometido a un cada vez más completo y complejo régimen de aleccionamiento permanente de la cuna a la tumba cuyos rudimentos perjeña la constitución de 1812 que anula su libertad de conciencia y tiende a eliminar su capacidad de discernir y juzgar impidiendo que tenga una vida espiritual autónoma y por tanto auténtica a ello se unen las numerosas formas de amaestramiento de masas que son puestas en marcha con el avance del vuelco liberal cuyo propósito es crear determinados hábitos y automatismos en el individuo obediencia y reflexión egocentrismo insociabilidad placerismo etcétera que molden su personalidad durante toda la vida sin su intervención consciente quizá el principal procedimiento amaestrador sea el trabajo asalariado en el sistema de fábrica oficina con uso a gran escala de tecnología el enfoque institucional es que el trabajo asalariado es libre resulta el sujeto porque se asienta en la institución jurídica del contrato de trabajo como pacto o acuerdo voluntario entre empleador y empleado pero un acuerdo sólo puede ser considerado libre si el poder real y efectivo de las partes contratantes es aproximadamente el mismo lo que no sucede bajo el capitalismo de manera que a el trabajo asalariado es una relación social no libre para el empleado b a medida que se expande la gran empresa en especial cuando esta se hace multinacional aquel es desigual y forzado de manera más intensa c por tanto la relación salarial sólo en la forma se diferencia de las expresiones de trabajo forzado como la esclavitud también denominada servidumbre de toda esa implacable combinación de adoctrinamiento y amaestramiento resulta el sujeto medio del mundo contemporáneo un no libre que se tiene por el individuo más emancipado de la historia un neosiervo que ama con pasión sus cadenas un ser que al haber sido despojado de manera programada y al haberse dejado despojar de las facultades cavilativas volitivas convivenciales y de la sensibilidad ya no es ni siquiera plenamente humano tal estado de cosas eso sí es perfecto para el estado y el capital y su construcción ha sido la obra maestra del orden ilustrado progresista y liberal desde el siglo 18 hasta el presente en consecuencia la demanda de libertad de conciencia suficiente y la liquidación de las formas en vigor de amaestramiento de masas haciendo que todas las actividades se basen en los principios de voluntariedad responsabilidad afecto desinterés eticidad servicio y asamblea es cuestión de primera importancia en la lucha contra el totalitarismo constitucional y parlamentario el peor de todos los conocidos en tal marco hay que hacer observar ver bigracia que el salariado es de manera absoluta incompatible con la libertad civil asumiendo todo lo que ello lleva aparejado en los tiempos que corren la libertad de conciencia política y civil es el problema número uno en las sociedades de la modernidad madura su resolución solo puede realizarse a través de una revolución tesis 14 a fin de cuentas dominar es destruir solo la desintegración del dominado en tanto que ser humano social e individual permite al dominador adquirir un poder total sobre él por ello cuando el par ilustración liberalismo se fijó como meta estratégica e histórica la erección de un poder total sobre el pueblo y sobre cada uno de sus integrantes estaba formulando al mismo tiempo un propósito la degradación total del oprimido imprescindible para que la fabricación planeada del homo docilis sea exitosa ello es realizado de la forma que se expone en filósofos e ilustrados la noción cardinal es la de primacia del interés particular y personal que solo cede ante el interés del estado al que sirve siempre en ello jovelanos es paradigmático de ahí proviene un egotismo que arruina las capacidades convivenciales y relacionales del sujeto degradado a solitario ente incapaz de afectos e impotente ante el poder si se interioriza dicha noción ocasiona una ególata aprendiz de tirano que no respeta al otro y que solo sirve para adquirir el mayor poder sobre él de donde resulta la guerra de todos contra todos y la sociedad asentada en el odio que joves tiene como precondición de un artefacto estatal fuerte la noción de felicidad recogida como mandato político jurídico en el artículo trece de la constitución de mil ochocientos doce junto con su equivalente la de bienestar se concreta en la acumulación de bienes expoliando a otros en el logro de dominio político y en el ansia de placeres sensoriales hoy a través del consumo como consecuencia tiene lugar la desespiritualización buscada del sujeto medio al que se dota de un alma porcina y se hace mera corporeidad con desvalorización de las funciones y capacidades superiores específicamente humanas del entendimiento la voluntad la sensibilidad la magnanimidad la sociabilidad y el anhelo de bien. Ello queda reforzado por la naturaleza misma del trabajo productivo asalariado que al ocupar todo el tiempo útil ocasiona un pertinente embotamiento de la mente que propende a crear subhumanos la división del trabajo tan loada por la economía política de los siglos dieciocho y diecinueve es dudoso que en general eleve la productividad pero es seguro que rebaja al trabajador a trozo y fragmento de sí mismo el régimen representativo de gobierno cuya esencia es la delegación y dejación de las obligaciones políticas en manos de una casta de políticos profesionales y las funciones reflexivas en otra casta de académicos y de despotas mediáticos despoja al sujeto de las disposiciones intelectivas innatas que se atrofian por falta de uso así como de las que suelen ir unidas a ellas las volitivas de donde se deriva un colapso del libre albedrío como fundamental atributo humano la retórica sobre los derechos que satura las grandilocuentes declaraciones de derechos de las revoluciones liberales redondea el proceso degradatorio pues aquellos se reciben como dádiva y son garantizados desde arriba lo que origina en el individuo una pasividad y desestructuración personal aún mayores mientras que los deberes significan compromiso, movilización y acción por tanto mejora de la persona a través de la práctica y el esfuerzo igualmente la parte corporal del ser humano es víctima del giro ilustrado liberal por el trabajo productivo constante que impone la revolución industrial la existencia apiñada en las áreas fabriles y en las ciudades la mala alimentación, la contaminación del aire y el desarrollo de los vicios compensatorios alcohol, tabaco, juego, prostitución, diversiones monetizadas de todo ello resulta la negación rigurosa del ideario de Juvenal en la forma de una mente enferma en un cuerpo enfermo hay una nota aclaratoria aquí con respecto al yoísmo el yoísmo hecho obligatorio y popularizado por ilustrados y liberales luego convertido en fundamento de una sospechosa radicalidad por Stimer y Nietzsche un refutado del genial modo que sigue en principios de filosofía del futuro por L. Feuerbach la soledad es finitud y limitación, la comunidad es libertad e infinitud que delinea la positividad radical del colectivismo frente a la propiedad privada de la generosidad frente al egotismo y de la vida hermanada frente a la existencia solitaria tesis 15 la mutación constitucional y parlamentarista se reclama en primer lugar de la libertad su gran tópico pero esta ha de entenderse como libertad para el estado y sus criaturas, el capital no para el pueblo y como libertad negativa y aflictiva para sobredominar y explotar, devastar la naturaleza, imponer el mal moral hacer del sujeto un neosiervo para aniquilar la esencia concreta humana y atentar contra los fundamentos mismos de la civilización respecto a las libertades formales concedidas, la de imprenta, de expresión sometida a la vigilancia del gobierno, no tiene otro propósito que maximizar la eficacia del adoctrinamiento de las masas a través del fomento de la pluralidad y la competencia entre los focos de emisión y los autores la libertad de asociación es negada al pueblo por muchos años tal enormidad es incluso justificada teóricamente por la revolución francesa siempre tan desvergonzada como sanguinaria luego tolerada y finalmente transformada, salvo muy escasas excepciones en el derecho a constituir organizaciones colaboracionistas con el statu quo la de participación política, incluso de una manera ficticia y formal es anulada para la masa popular por el constitucionalismo al hacer a legal el consejo abierto y al negar hasta 1890 a los varones y 1931 a las feminas el derecho de sufragio activo y pasivo este, una vez concedido, adopta la forma de emisión no libre del voto al resultar de una situación general de adoctrinamiento y al ser una imposición pues en vez de estatuir un régimen democrático con todas y todos los adultos organizados en una gran red de asambleas soberanas fuerza la elección de unos pretendidos representantes sin haber permitido al pueblo escoger previamente de manera libre e informada entre el sistema representativo y el asambleario existen además libertades que ni siquiera se conceden como meras formalidades tal es el caso de la deliberación, sustancial en cualquier orden político libre pues satisface la necesidad de los individuos de formar su voluntad política por medio del debate libre y ordenado con sus iguales en asamblea lo mismo puede decirse de la crucial libertad de conciencia reducida a la libertad religiosa en el mejor de los casos y negada con rigurosidad por el liberalismo que es el reino del adoctrinamiento a gran escala con arrasamiento que desea ser total de la vida espiritual autocentrada la libertad política íntima del sujeto y desde luego la libertad política fundamental la de autogobierno pleno por medio de juntas populares soberanas constituyendo el único sistema político que puede ser calificado de democrático y libre no es concedida al pueblo por el régimen liberal los turiferrarios del orden actual presentan la concesión del derecho de sufragio a los varones en 1890 como un gran logro pero en realidad es una añagaza política para esa fecha, por un lado, se había abierto un profundo foso entre el estado y los hombres lo que perjudicaba la estabilidad política hacía tensa, cara y difícil la recaudación de tributos reducía la efectividad de aquellos en tanto que soldados y frenaba el desarrollo del sistema partitocrático por otro lado, para 1890 ya había un maduro negocio editorial en ámbitos urbanos, capaces de influir en mentes y conductas de los lectores varones por lo general, los partidos políticos como instituciones para la propaganda, el encuadramiento y el juego político estabilizador eran asimismos resolutivos ya para esa fecha de manera que el otorgamiento del sufragio universal masculino lejos de ser una libertad conquistada se manifiesta como un procedimiento más para robustecer el sistema general de dictadura liberal Tesis 16 La situación de aparcamiento de todo que hacer político legal incluso del más formal y vacuo en que es tenido el pueblo por el liberalismo triunfante desde 1812 hasta 1890 y 1931, prueba que este establece una dictadura política que lo es incluso utilizando las categorías intelectuales hoy oficiales al nuevo estado, al nuevo estado y oficiales, al no haber sufragio universal ello, en primer lugar, desmonta la fábula de que era la libertad para el pueblo, la meta de aquel sistema que, en lo fundamental es el actual. En segundo lugar, establece la ilegitimidad de las leyes entonces aprobadas de los códigos promulgados, de las actuaciones provenientes de ellos y de las transformaciones efectuadas Por ejemplo, dado que la accross ley de desamortización civil de 1855 resultó de un parlamento con sufragio restringido que solo representaba a menos del 5% de la población los inmensos bienes inmuebles, no solo tierras expoliados a los pueblos con su aplicación han de volver a estos con los réditos desde entonces por ellos producidos similarmente, los códigos legales que están hoy en vigor con mas o menos añadidos y actualizaciones deben ser declarados nulos y sin valor. Es el caso del código penal de la codificación del derecho procesal, del código de derecho mercantil, del código civil, de la codificación del derecho administrativo y otros, todo ello realizado antes de 1890 En suma, el abigarrado y temible edificio levantado por el estado liberal es ilegitimo, irrepudiable incluso según sus propios términos y normas actuales Además, dicho régimen hasta 1890 en muy poco se diferencia del mantenido por el franquismo en 1939 al 1976 Tesis 17. Lo peculiar del orden liberal constitucional y parlamentario es que no solo niega y anula la libertad del pueblo, sino que fabrica un tipo de ser humano que es inhábil de manera constitutiva y múltiple para la libertad y que incluso la teme y la odia, de manera que su existencia preferida es en tanto que sometido, dirigido, eleccionado y gobernado al parecer porque ello le libera de la ardua tarea de pensar, sentir escoger y obrar como persona. Tan aterradora situación ya fue pensada y bolida por los filósofos franceses dieciochescos, que observaron la capacidad casi ilimitada que el ser humano posee para ser moldeado desde fuera y establecieron las líneas maestras para que el Estado la utilizara en su propio beneficio todo lo cual fue importado por nuestros ilustrados y liberales Bervigracia por Quintana. Ello aparece en los textos constitucionales de la primera hora adoptando diversas maneras y va a llevar al Estado a complementar sus anteriores funciones de elaboración del derecho, recaudación de tributos, recluta de soldados y coerción de los rebeldes con la nueva educación utilitaria del pueblo como luego se examinará. Con todo, no es hasta la segunda mitad del siglo XX cuando se constituye en su plenitud el Estado hiperadocrinador hoy en vigor el más deletereo posible para la libertad y la condición humana misma. La respuesta a todo ello es negar al Estado la legitimidad de forjar a los seres humanos conforme a sus intereses no es posible que se autoconstruyan. Eso demanda una gran revolución política que ponga fin a la existencia misma del ente estatal. Se ha tratado ya sobre la parte militar y policial del orden liberal. Ahora se apuntarán algunas pinceladas sobre la administración civil. Desde los años finales del absolutismo prospera el cultivo y aplicación de la llamada ciencia de la administración, dirigida a crear un aparato funcionarial lo más desarrollado posible, adecuado no solo para que el poder ejecutivo domine sin limitaciones al cuerpo social, sino también para contribuir a proporcionar las orientaciones estratégicas y las metas fundamentales al conjunto de las élites mandantes. Con tal propósito, en 1839 es publicado el libro colección de proyectos, dictámenes y leyes orgánicas o estudios prácticos de administración de Francisco Agustín Silvela que sienta las bases de tal disciplina cultivada también en ese tiempo por Alejandro Olívan y que en la introducción del autor tiene esta reveladora frase Gobernar en su más lata expresión es dirigir a los hombres, dictarles reglas de conducta y conseguir que las observen, es hacer y ejecutar la ley. Chulesca expresión de la concepción tiránica que el liberalismo naciente tiene de su misión, la idea directriz de la obra es la necesidad de una reforma administrativa que, alcanzando a todos los niveles del aparato estatal haga a este más competente en la tarea de dirigir a los hombres, ello demanda el crecimiento constante de los medios y recursos e induce a un crecimiento continuo de los tributos pagados casi exclusivamente por las masas rurales y los trabajadores urbanos. Tesis 19 La creación de la Guardia Civil en 1844 por el gobierno de Narváez, otro de los pretorianos devotos de la libertad, proporcionó al estado liberal un poder ejecutivo descomunal, nunca poseído por el relativamente endeble estatal preliberal. Formada por soldados profesionales en funciones de policía y dependiente del ministerio del ejército a la vez que de gobernación, equivale a la militarización perpetua del orden público e impone la permanencia del estado de excepción pasmosa situación que se mantiene hasta el presente. Pero sería un error concebir a la Guardia Civil como cuerpo simplemente represivo, pues sus funciones son mucho más amplias. Con su naturaleza de institución basada en el uso de la fuerza contra el pueblo a su nivel máximo expresa la despiadada condición del ente estatal liberal y es una advertencia a todos de lo que les espera si osan rebelarse. Asimismo protege la propiedad, permite el cobro de los tributos, hace posible la recluta de quintos para el ejército, realiza la aplicación de las intolerables leyes de desamortización civil, finaliza la aniquilación de la autonomía del municipio, se ocupa de que las normas legales elaboradas en Madrid sean respetadas hasta en la última aldea, introduce el idioma castellano con su sola presencia allí donde antes nunca había sido utilizada, informa regularmente al gobierno de la situación en cada rincón del país y acumula datos sobre descontentos y subversivos. Es, en resumidas cuentas, un paso de gigante hacia la constitución del estado policial ya en los primeros decenios del giro liberal. El desviadado obrar de la Guardia Civil es favorecido por dos inventos técnicos, el telégrafo y, sobre todo, el ferrocarril. Tales asuntos evidencian, de nuevo, la esencial identidad entre absolutismo y liberalismo. Una reflexión final es que ninguna sociedad con policía profesional puede ser tenida por democrática, por libre, pues en este sistema el mantenimiento de la paz pública estaría del propio pueblo en armas. Tesis veinte La constitución de 1869, resultante de la gloriosa, la cuartelada encabezada por otro lansquenete progresista, el general Primm, en septiembre de 1868, ha sido exaltada más allá de toda prudencia por la historiografía oficial que tilda de sexenio democrático los años 1868 al 74, porque aquella admite, artículo 16, el sufragio universal masculino. Pero la democracia no es tanto un asunto de sufragio como de organización de todo el pueblo en una red de asambleas soberanas, lo que significa que no pueden existir otros centros de decisión políticos, económicos, mediáticos o aleccionadores. Los panegiristas del orden vigente olvidan que aquella niega el derecho de voto a las mujeres. Hay toda una literatura académica destinada a loar tal carta constitucional, así como las circunstancias históricas que la hicieron posible. El motivo es comprensible. Las anteriores, al legislar el sufragio restringido, muestran a las claras su carácter despótico y hacen tambalear el aparato apologético con tanto esfuerzo levantado en torno a la revolución liberal. Por tanto, dado que la Constitución de 1869 es democrática, se celebra la feliz culminación en ella de la construcción de una sociedad libre. La exclusión de las mujeres afea la operación, pero se confía en que la misoginia haga poco visible tal cuestión. Su primer articulado, del 2 al 28, es un torneo de palabrería sobre derechos, garantías y libertades, pero la trampa, incluso en sus propios términos, está clara, pues si el artículo 17 proclama las libertades de expresión, reunión y asociación, las dos siguientes someten a éstas al arbitrio de la policía, la autoridad gubernativa y el aparato judicial, que pondrán por encima de tanta pomposidad liberatoria la seguridad del Estado. Su carácter democrático se aviene mal con la naturaleza oligárquica del Senado, artículo 62 al 63, que ha de estar formado por los mayores prebostes del organismo estatal, los más riesgos pertenientes y los más opulentos burgueses de la industria y el comercio. El título 10 de las provincias de Ultramar, evidencia la naturaleza colonialista de dicho documento político-jurídico, creado en buena medida como maquiavélica maniobra para alcanzar una mejor posición política en la lucha contra la insurgencia cubana. En todo lo demás es una copia de la de 1812. Para aquilatar el abismo existente entre la verbosidad constitucional tan alabada por la izquierda, la intelectualidad y el progresismo y la dura realidad, nada mejor que hacer notar que con esta constitución garantista, hasta el hartazgo, se llevó a cabo la muy severa represión del movimiento popular en el verano de 1873 y en los meses posteriores. Se trituró el cantonalismo, por ejemplo, bombardeando Cartagena sin consideración hacia la población civil, hasta destruir la ciudad casi del todo. Peor aún es la ejecutoria de los gobiernos de sexenio democrático en Cuba, donde obraron como agresores, verdugos y exterminadores frenéticos. ¿Qué se puede decir hoy del progresista Prim, jefe del movimiento popular que estatuye la Constitución Democrática de 1869, feliz culminación aunque finalmente malograda de nuestro liberalismo más emancipador? Si tomamos cualquiera de las varias biografías editadas sobre él, por ejemplo, Prim, de Rafael Oliver, nos enteramos de ciertos asuntillos menos brillantes. Siendo gobernador de Puerto Rico, realiza ejecuciones extrajudiciales cuando le viene en gana, y en 1848 promulga él Código Negro, que pena con enorme dureza a los negros, libres y esclavos, autorizando a los propietarios de esclavos a castigarlos físicamente e incluso a matarlos. Cuando aquel mismo año hay un conato de levantamiento de esclavos, exterminó a sus promotores, en frase de Oliver. Dicho en plata, Prim es un racista y un esclavista, además de un despota sanguinario, hasta el punto que el aparato judicial de la colonia se vea obligado a oponerse, finalmente a sus demasías. Amante de la vida lujosa y del dinero, íntimo de los banqueros y habitual jugador en bolsa, en 1857 compró 13.000 hectares de tierras provenientes de la desamortización civil en los montes de Toledo, para dedicarlas a los placeres de la caza y el ocio campestre. En 1859-60 dirigió la guerra de agresión contra los pueblos de Marruecos, para él simples hordas salvajes, a meter en cintura a cañonazos. Asimismo animó la agresión neocolonialista a México de 1861-62. Campeón, según se nos dice, del espíritu democrático y popular, fue ávido de títulos nobiliarios, haciéndose conceder los de Conde de Reus, Visconde del Bruc, Marqués de los Castillejos y Grande de España de primera clase. Tesis XXI Devaluada al poco esa gran operación política destinada a lograr un plus de credibilidad en el interior y el exterior, que forman la cuartelada de 1868, la expulsión de Isabel II, la Carta Constitucional del año siguiente y la designación de Amadeo de Saboya como nuevo rey de España. Las élites mandantes se deciden a dar un paso más por la senda de la demagogia y el populismo e instauran la primera república en febrero de 1873, que incluye la elaboración de un proyecto de Constitución Federal de la República Española, continuista con la Constitución Marrue, la de 1812, pero que no culmina por el poco glorioso final que conoce el experimento republicano meses después. Lo peculiar de la primera república como parte conspicua de la revolución liberal es la fusión de berborrea radicalizada y sanguinaria represión policial y militar de que se vale para desarticular el movimiento popular insurgente, tan vigoroso que en el verano de 1873 apunta al derrocamiento del aparato estatal, pues incluso el ejército conoce síntomas de desintegración y una ejecución de oficiales y mandos por los soldados. El principal actor político es el Partido Republicano Federal y su jefe, Francisco P. Margal, amigo de Proudhon y Anarquizante, uno de los primeros ideólogos del movimiento obrero y campeón en ese tiempo del radicalismo palabrero para consumo de quienes desean ser engañados. Una vez en el gobierno republicano, P. hace lo contrario, personalmente o a través de sus subordinados en dicho partido, de lo que siempre había preconizado, refuerza de manera excepcional la Guardia Civil, organiza columnas policiales y militares para reprimir sin contemplaciones los focos insurgentes y se olvida de las garantías judiciales y procesales mínimas, otorgando carta blanca a torturadores y ejecutores, al mismo tiempo que verbosea, ofrece y promete sin medida. De ese modo el republicanismo federal consiguió que en el otoño de dicho año el movimiento insurgente estuviese en reflujo, salvando con ello la continuidad del Estado español. La ejecutoria de P. no tiene nada de extraordinario, pues es la propia de la izquierda en todas las épocas, cuya función real se resume así. 1. Ser mecanismo de transmisión de la cosmovisión e ideas de las minorías gobernantes al pueblo, adobando de manera conveniente aquella y estas. 2. Acumular rédito político en las épocas relativamente pacíficas a fin de valerse de él en los tiempos agitados para salvar el orden establecido. 3. Crear la ilusión de que la meta más deseable es un capitalismo tan desarrollado que, por eso mismo, llegue a ser perfecto y un Estado tan protector y redentor que realice la dicha y el bienestar más completos de todos. 4. Colaborar con las instituciones en las coyunturas históricas en que aquellas necesiten superar determinados obstáculos, haciendo que su poder dé un nuevo salto adelante. 5. Repudiar el capitalismo como es hoy solo para contribuir a recrearlo como ha de ser mañana. Esto es, más perfeccionado y poderoso de dónde resulta su revolucionarización periódica. El primer tema aquí sobre el proyecto de Constitución Federal de la República Española sería, en su título I de la Nación Española, establece que forman parte de ella Cuba, las Islas Filipinas, de Fernando Poo, Anobón, Corisco y los Establecimientos de África, para lo que se vale de la artimaña de calificarles política y jurídicamente de Estados. Se mueve a nuestros republicanos, idéntico al de los monárquicos. A Navarra, regiones bascongadas, Baleares, Cataluña, Valencia, Galicia y Canarias lo sitúa también como estados integrados en la Nación Española, sin que medie ninguna consulta a sus pueblos sobre su identidad, organización política, lengua y formas de relación con España. Enfoque que mide el grado de españolismo de aquel texto. Otra nota aquí sobre la Guardia Civil sería, en la Guardia Civil Española, José Sanz Muñoz, Historia Oficial del Instituto Armado, editada por la Dirección General de la Guardia Civil en 1994, se expone que el sexenio realizó la consolidación del Cuerpo Militar Policial y la Primera República lo potenció, pues proyectó incrementar la plantilla desde los 12.000 a los 30.000 hombres, por el Decreto Republicano de 2-8-1873. Ello es otra prueba más de que la izquierda en el Gobierno se suele manifestar siempre muy favorable al Estado Policial, dado su legicentrismo y estatofilia. Gracias al obrar de los muchos Pi y Margal de los últimos 150 años el orden estatal capitalista, soy más poderoso y en apariencia imbatible que nunca. Tesis 22 Otro rasgo de la revolución liberal española es la aniquilación de la conciencia moral, con el propósito de crear una sociedad exclusivamente regida por la ley jurídica, por el Estado, en suma, por el interés personal como piedra angular del capitalismo, por la sed de riquezas, por la competitividad, esto es, por el odio, y por el mercado. Esta atrocidad ha sido presentada como un gran logro y un enorme avance por el radicalismo odierno, el mismo hundido en una inmoralidad autodestructiva. Tales convicciones son de larga data, porque como expone con perspicacia Hannah Arendt, en el es el mismo Machiavelli, campeón de la razón de Estado, el que nos exhorta a no ser buenos, pues el anhelo de bien y virtud en las personas y en las sociedades dificulta que el artefacto estatal prospere. La revolución liberal española, desde sus orígenes, siguiendo a filósofos e ilustrados, entroniza el utilitarismo y el relativismo, haciendo de Beth Ham su autor preferido, a pesar de las bien argumentadas críticas que le dirige Martínez Marina. La cosa llega tan lejos que viajeros y estudiosos de nuestro siglo XIX se escandalizan del grado que alcanzó en la España liberal, constitucional y burguesa, la corrupción, la venalidad, el egotismo, la veneración por el dinero y los apetitos inferiores, la general falta de ideales trascendentes, sentido ético, altura de miras e integridad personal. El anticlericalismo español, esa apuesta por el embrutecimiento de la moral, al presentar torticeramente la moral como un asunto vinculado a la religión y tan despreciable como ésta, logró éxitos aún mayores en la promoción de la maldad. Pero si Maquiavelo, el gran estatófilo, llama a practicar la perfidia moral, quienes deseen una sociedad liberada de la tutela y camisa de fuerza del artefacto estatal, así como de sus criaturas, han de ir, lógicamente, en la dirección contraria. Y sobre Martínez Marina dice, lo hace en su libro Principios naturales de la moral, de la política y de la legislación, terminado en 1824 pero no publicado hasta 1933, por la presión de los reaccionarios de una y otra condición. Su lectura, aunque difícil, es de interés en el presente. La principal aportación de la obra es que la política y la legislación han de fusionarse con la moral, para formar un todo civilizador. Así es, pues la experiencia muestra que la política cinética termina en la barbarie y en las peores expresiones de tiranía. Tesis 23. Según se expuso, el Título IX de la Constitución de 1812, de la Inscripción Pública, establece un hito en el perfeccionamiento de los procedimientos de dominación, pues convierte el Estado en conculcador cotidiano de la libertad de conciencia, función que aquel irá desarrollando más y más hasta llegar a nuestros días, cuando el adoctrinamiento perpetuo de las masas, a cargo del artefacto estatal y de las instituciones privadas que obran en cooperación con él, ha llegado a ser uno de los principales rasgos de la actual formación social no libre. Tal título establece la educación primaria obligatoria, la expansión de la universidad, la uniformización de los contenidos, la creación de un organismo estatal rector de todo el sistema educacional llamado Dirección General de Estudios, subordinado a las Cortes y al Gobierno, y la concesión de la libertad de expresión en el sentido ya expuesto. La cuestión de la educación preocupa mucho a los ilustrados, y sobre ella escriben Feijó, el conde de Cabarrús y, sobre todo, jovellanos, pues esperan que el ente estatal, al hacerse con el control de las mentes, alcance un grado óptimo de poder. En ello, nuestros ilustrados y liberales, tandados a la copia servil de lo foráneo, imitan a los filósofos, franceses, en particular a El Vecio, que en varias de sus obras, del Espíritu 1758 y del Hombre 1773, declara al ser humano criatura instruible, es decir, moldeable y modificable como los intereses estratégicos del educador. Aquellos, plumíferos de un poder estatal que aspira a reduplicarse, no logran concebir al ser humano como autorrealizable, por tanto, autoeducable, en condiciones de libertad razonable, y nada quieren oír de la libertad de conciencia, salvo si va dirigida contra la Iglesia, útil chivo expiratorio. En lo que no escatiman es en las visiones y profecías redentoristas, pues advierten que de la aplicación de sus doctrinas resultará la felicidad general, lo que es una notable exageración, dado que lo único que de ello puede derivarse es la felicidad de las élites organizadas como Estado. Es patético, dicho sea como reflexión añadida, que para comprender nuestro tiempo tengamos casi siempre que remontarnos a pensadores de hace siglos, como los filósofos e ilustrados, prueba que desde entonces nada innovador en esencia se ha producido. Para cumplir la función primordial del espíritu libre, la creación de lo nuevo al pensar y realizar el futuro, es necesario derribar el culto por tan rancias autoridades, cuyos envenenados productos nos paralizan y confunden, nos pervierten y pierden. Los contenidos del texto constitucional en esta materia son desarrollados en 1813 por el poeta y político Manuel José Quintana, en su conocido discurso ante las Cortes gaditanas, informe de la Junta creada por la Regencia para proponer los medios de proceder al arreglo de los diversos ramos de la instrucción pública, que formula las líneas maestras de la intervención estatal en materia educativa. Su plasmación legal se efectúa en el Parlamento de Instrucción Pública de 1821, el Plan de Universidades de 1824, la Ley de Instrucción Pública de 1857, el Decreto de Segunda Enseñanza de 1868 y otros textos normativos más que otorgan al Estado un nivel creciente de dominio en este ámbito. Los procedimientos para el arrasamiento de la libertad interior del sujeto que pone en marcha el vuelco liberal no se reducen al sistema educativo. La prensa, que ya había alcanzado un cierto desarrollo en el siglo XVIII, progresa vertiginosamente en el XIX y en 1835 sale el primer diario de estilo moderno de masas, El Español. Asimismo es publicada una avalancha de panfletos, cartillas patrióticas, folletines y otras obras escritas de estilo popular, todas con una trayectoria de arriba abajo, pues son producidas en las alturas y leídas en las bases de la pirámide social. Como se dijo, desde mediados de siglo el ferrocarril contribuye poderosamente a difundir la prensa por todo el país, convirtiendo Madrid en el gran centro de elaboración de la cultura propaganda y la sapiencia adoctrinamiento. El perfeccionamiento de la tecnología de la impresión que hace del libro un objeto del consumo popular ya en la segunda mitad del XIX en los medios urbanos, favorece la creación de una casta de escritores profesionales que logran difundir la cosmovisión deseada por las élites entre las clases subalternas. La universidad, una institución muy minoritaria en la sociedad absolutista, conoce una rápida expansión, haciéndose el centro de elaboración de las líneas maestras del que hacer aleccionador. Finalmente no puede desdeñarse la función propagandística desempeñada por el parlamento y los partidos políticos, de importancia a partir de mediados del siglo. Si a finales del XVIII el tiempo medio de adoctrinamiento diario del sujeto común, casi todo él, a cargo del clero, podía ser de media hora, en las postrimerías de la siguiente centuria había alcanzado ya las dos horas, si bien será el advenimiento de los nuevos sistemas inculcadores, el cinematógrafo, la radiofusión y ya casi en nuestros días la televisión, lo que llevará a su cénit a la sociedad del adoctrinamiento, la actual. En esta la vida autónoma del espíritu se extingue, la verdad es despreciada y todo se convierte en propaganda institucional. En consecuencia la lucha por la libertad de conciencia, por una sociedad en la que la libertad de conciencia sea una realidad estructural, es uno de los puntos cardinales del programa de la revolución democratizadora por hacer. Tesis 24 La experiencia de los últimos 250 años que incluyen la fase ilustrada del antiguo régimen y la sociedad hiperestatal del liberalismo, muestra que al mantenimiento del régimen político de dictadura en curso ha contribuido tanto el aparato adoctrinador como el militar y policial, ello equivale a decir que el aleccionamiento ha sido tan determinante como la represión, situación que incluso se ha desequilibrado más a favor del primero desde la segunda mitad del siglo XX, con la constitución de la fatídica sociedad de la información y el conocimiento. Esta desde luego contribuye hoy más a la docilidad, deshumanización y vilificación de las masas que el consumo y bastante más que la represión directa. El intelectual y el profesor son, junto con el militar, el policía, el funcionario, el ingeniero y el burgués, uno de los tipos humanos decisivos del liberalismo. Es así ya desde los orígenes del actual orden. Pensemos en Quintana, varias veces citado, cuya existencia como intelectual tiene muchas más sombras que luces. Entre estas últimas está su Vidas de españoles célebres de 1807, que al inspirarse en Plutarco actualiza elementos de lo mejor de la cultura occidental, actualmente en fase de liquidación inducida desde el poder, y él, semanario patriótico, clave en el mantenimiento de la justa resistencia a Napoleón I, poseído de un aliento épico digno de imitación. Pero él es quien, como se ha expuesto, diseña el plan estatal para el orden educativo liberal que llevará al colapso en desarrollo de lo reflexivo, cultural, creativo y civilizacional que ahora padecemos. Además, termina sus días como bateoficial del nuevo régimen al ser proclamado en 1855, atiborrado de condecoraciones, lucrativos cargos y jugosos premios en metálico, negando con ello los hermosos ideales morales que había defendido en su juventud. En su composición poética, a Juan de Padilla, de 1797, fijó lo medular de su ideario personal en el lema Virtut, Patria, Valor, elogiable en su parte inicial y final. Andando los años, Quintana convirtió de hecho la virtud en medro, la patria en negocio y el valor en un vegetar blando, hedonista y apacible a la sombra del Estado, entregando a lo que ad tovar denomina la covar de búsqueda de una felicidad miserable. Más funestro aún quizá como eleccionador oficial es Modesto la Fuente con su Historia de España en 30 volúmenes, 1850 al 66, que establece lo que el Estado desea que el pueblo crea sobre nuestro pasado, obra cuyas líneas maestras se mantienen en la historiografía ortodoxa de hoy y se mantendrán hasta que el orden dictatorial, liberal y constitucional sea derrocado, revolución que ha de tener como meta la adquisición de libertad para pensar, debatir, exponer y vivir la verdad. Pero acaso el ideólogo por excelencia del despotismo constitucional triunfante sea Galdós con sus Episodios Nacionales, 1873-1912, suma de novelas populistas, si no populacheras, y teatro anticlerical, con sus coqueteos con el Movimiento Obrero y su Acta de Diputado por el Partido Liberal Dinástico. Con él emerge el intelectual comprometido que va a imponer a millones de seres humanos su propia cosmovisión y escala de valores que son, no casualmente, las que interesan al poder. La Generación del 98 eleva ese estado de cosas a un nivel de perfección mostrando ya al intelectual adoctrinador el gran tirano propio de la modernidad, amoral, logrero, sin escrúpulos ni respeto por la verdad, dispuesto a todo con tal de mejorar su carrero profesional y hacer dinero, lo que lleva a sus miembros más destacados a terminar en brazos del franquismo. Para concluir este punto, veamos cómo es estructurado el aparato adoctrinador por el liberalismo, destinado a extinguir ese primer valor y bien supremo que es la libertad de conciencia, o autonomía del espíritu. Se compone de seis partes. El sistema educativo en sus diversos niveles. El aparato mediático. Los partidos y el parlamento. La actividad estética y artística. La publicidad comercial. El universo del espectáculo, el ocio y la diversión monetizadas. Todo ello constituye el enemigo principal inmediato de una revolución democrática que se proponga realizar la libertad equitativa para todos y hacer posible la libertad de conciencia. Una nota aclaratoria sobre los partidos políticos sería el primer partido de masas y no meramente denotables de nuestra historia acaso sea el partido demócrata español, fundado en 1849. Con él se inaugura la época en que los partidos políticos se hacen cargo de la tarea de corromper la conciencia popular por el aleccionamiento, la promoción de artificiales banderías, creadoras de enfrentamientos en el seno del pueblo y las corruptelas, haciendo imposible el autogobierno por medio de asambleas soberanas. Otra nota aclaratoria sobre la libertad de conciencia sería cuando el filósofo J.A. Condorcet terminó en 1794 su libro Bosquejo de un cuadro histórico de los progresos del espíritu humano, dedicado a exponer la teoría del progreso en su formulación y amadura, no podía imaginar que sus lucubraciones apologéticas iban a quedar confirmadas, aunque de otra manera, por el avance constante que desde esa fecha han conocido, y más aún conocen, los medios para dominar las conciencias y las conductas, ahogar la actividad libre del espíritu humano e impedir toda aproximación a cualquier forma de verdad que resulte incómoda para el ente estatal. Por desgracia, es la dictadura, la opresión, la dominación. Ese es el sino terrible de nuestra época, el triunfo abrumador del mal. Tesis 25. La actuación del pueblo a lo largo de la revolución liberal ha de ser considerada con objetividad, señalando sus aciertos y desaciertos. Entre los primeros está, como principal, el rechazo activo del régimen constitucional y parlamentario, así como del capitalismo por la gran mayoría, de manera que el liberalismo fue siempre el credo de las minorías mandantes y pudientes, de nobles, clérigos, militares, literatos, comerciantes y advenedizos demagogos, según la exacta formulación de L. X. del Corral para el primer tercio del siglo XIX. Pero aquel rechazo no es de naturaleza superadora, no mira hacia el futuro, no pretende vencer, es meramente defensivo y no se propone crear una sociedad nueva. Se contenta con frenar o ralentizar el desarrollo del liberalismo y de su retoño, el capitalismo. Desea recuperar las tenidas por mejores condiciones de existencia y relaciones sociales del pasado y confía en llegar a un acuerdo razonable con el Estado, ya liberal, lo que era imposible. Provisto de tal programa, implícito en el lograr de la masa popular, en ese tiempo rural al 80%, no se puede alcanzar la victoria en primer lugar porque esta no se desea, ni siquiera se piensa. Tal estado de ánimo es aprovechado con habilidad por la facción carlista, en sí misma de minúscula significación, para atraer a una parte de la masa popular a sus filas. El carlismo es, en definitiva, otra vía hacia el desarrollo del Estado y del capitalismo, quizá menos irracional, fanática y sanguinaria que la seguida por las élites marlileñas, ciegas de dogmatismo, cerrazón y odio hacia la gente común, pero no, por eso, menos antipopular. En resumidas cuentas, el pueblo no está, ni de lejos, a la altura de las circunstancias históricas. Fallan en él los elementos de la conciencia, análisis del momento histórico, fijación de metas y fines, reflexión estratégica, cálculo táctico, puesta del pasado al servicio del futuro, en fin, todo lo que se necesita para atreverse a luchar, a desear la victoria y, tal vez, a lograrla efectivamente. Uno de los argumentos racionales esgrimidos a favor del liberalismo es que este, conforme a su esencia, tiene que desarrollar las fuerzas productivas y técnicas, que son la base de una futura sociedad sin clases, por lo que, aunque por sí mismo es negativo, debe ser apoyado debido a que transporta, sin desearlo, a la humanidad a un futuro radiante, edénico. Aquí encontramos el narcotizante enfoque teleológico y determinista, tomado de las religiones, que bendice el mal presente con la promesa de un bien futuro, usado para embaucar a las gentes durante milenios. La economía y la técnica no son fundamento de nada más que un poder muy adcrecentado de las minorías mandantes. No ha sido demostrado que la historia esté destinada a un final venturoso en una sociedad sin clases, ni estado, ni propiedad privada, y la situación actual apunta a todo lo contrario. Con tal pirotecnia verbal se vela la realidad. Han pasado ya dos siglos desde el giro liberal y lejos de manifestarse aquella taumatúrgica conversión del mal en bien. Lo que se observa es un robustecimiento constante de lo negativo, con un ente estatal hipertrofiado y una gran empresa multinacional más y más liberticida conforme incrementa su tamaño y extensión. Tesis 26 y última. La derrota colonial de 1898 excremeció a un país empobrecido y diezmado, embrutecido y desestructurado por el liberalismo constitucionalista, pero aún no del todo dominado por él. Aquella bufa manifestación de incompetencia, corrupción, pereza, zafiedad y cobardía mostró que el constitucionalismo había fracasado a medias, pues su gran designio, cuando estaba en la fase juvenil, la ilustración, era crear un poder militar, político, ideológico, técnico y económico irresistible, por tanto adecuado para conservar e incluso acrecentar el imperio. De tal fiasco resultó el descrédito de una buena parte de sus formulaciones, lo que promovió en las élites una reflexión de larga duración que originará el programa del franquismo primero y el franquismo como realidad política después. Este realizó hasta el fin el ideario básico del liberalismo, lo que convirtió a Franco en el último de los espadones y, una vez materializado aquel, el régimen vencedor en la guerra civil se autoextinguió de manera consciente y deseada para dejar paso al sistema parlamentario y constitucional en 1974-78, por ser la forma más efectiva en general de la dictadura de los poderavientes. Por tanto, la actual sociedad es hija del liberalismo y el fascismo al mismo tiempo. Para finalizar, podemos enfrascarnos en la tal vez imposible intelección racional de una frase, mitad cabalística, mitad esperpéntica, urdida por el politólogo institucional G. Sartori, de las democracias liberales se puede decir que son sociedades libres en un estado libre. Claro que si se trata de averiguar la verdad sobre la revolución liberal, la formulación que más se le acomoda es la elaborado por otro estatal italiano bastante más famoso, Benito Mussolini, que dice, todo en el estado, nada fuera del estado, nada contra el estado, lo que no significa que fascismo y parlamentarismo sean idénticos, sino que ambos son sistemas que se proponen maximizar la fuerza del ente estatal. Fin del audioartículo. Gracias por la escucha. Narración, Pere Ardebol, del equipo Mizar de videos. Web de Félix Rodrigo Mora www.FélixRodrigoMora.net Artículo leído del libro Seis Estudios de Editorial Brulot Subtítulos por la comunidad de Amara.org Subtítulos por la comunidad de Amara.org Subtítulos por la comunidad de Amara.org Subtítulos por la comunidad de Amara.org Subtítulos por la comunidad de Amara.org Subtítulos por la comunidad de Amara.org Subtítulos por la comunidad de Amara.org Subtítulos por la comunidad de Amara.org Subtítulos por la comunidad de Amara.org Subtítulos por la comunidad de Amara.org Subtítulos por la comunidad de Amara.org Subtítulos por la comunidad de Amara.org Subtítulos por la comunidad de Amara.org Subtítulos por la comunidad de Amara.org Subtítulos por la comunidad de Amara.org Subtítulos por la comunidad de Amara.org Subtítulos por la comunidad de Amara.org Subtítulos por la comunidad de Amara.org Subtítulos por la comunidad de Amara.org Subtítulos por la comunidad de Amara.org