Está en la página 1de 29

Los inicios del vigente orden de dictadura política

La revolución liberal española


1812-1874
Lectura de este artículo de Felix Rodrigo Mora publicado en su libro 6 estudios de
editorial Brullot
Duración aproximada 1 hora y 50 minutos
Este audio está realizado con tecnología y métodos domésticos
con lo cual solicitamos comprensión y estamos agradecidos de su escucha que
esperamos que disfruten
La web de Felix Rodrigo Mora con muchos más artículos, audios y vídeos es
www.felixrodrigomora.net
Los inicios del vigente orden de dictadura política
La revolución liberal española 1812-1874
Un príncipe se ve obligado para conservar el estado a obrar contra la fe, contra la
caridad,
contra la humanidad, contra la religión.
Maquiavelo
Para la buena comprensión de la mutación liberal y constitucional realizada sobre
todo en el siglo XIX
es conveniente observarla desde sus orígenes en el siglo XVIII y desde sus
resultados en el siglo XXI
Al mismo tiempo considerando lo que se propuso realizar y lo que realmente ya ha
logrado, que es muchísimo
Pues la gran operación de a. Recrecimiento en cantidad y calidad del estado
y b. Aerrojamiento, degradación integral del pueblo y de cada uno de sus
integrantes
que fue perjeñada sobre todo por la ilustración y los filósofos franceses en el
siglo de las luces
ha culminado hoy en una victoria aplastante del artefacto estatal y del sistema
empresarial sobre la gente común a escala planetaria
De ello ha devenido el sistema de dictadura política más potente y efectivo de la
historia conocida
de manera que la cuestión de la libertad de conciencia política y civil es en el
presente el problema número uno
junto con el de la deshumanización inducida desde arriba del cuerpo social todo y
de los individuos
Es pertinente que el lector o lectora sepa que las conclusiones que siguen no
resultan de ningún sistema teórico o doctrinal tomado a priori
ni de la consideración de tales o cuales intereses de grupo o facción
sino sólo del análisis factual de los acontecimientos epistemología a la que es
apropiado denominar a teórica
Se han dejado pues a un lado las muchas interpretaciones en curso sobre la
revolución liberal que a fin de cuentas se reducen a una sola
ya hace mucho expuesta desde la estatulatría más sobreexcitada por Hegel a saber el
majestuoso progreso forzoso y necesario
desde el reino de la necesidad y de la opresión al de la libertad y la plenitud
para buscar la verdad en los hechos
más allá de la cacofonía de la propaganda y las teoréticas
En consecuencia también ha quedado excluida la denominada teoría crítica
no siendo el afán de denuncia y bituperación de lo existente el elemento motor del
presente texto
sino más cautelosamente el anhelo de comprender los acontecimientos como realmente
fueron en su esencia
en la medida en que ello es posible para la finita y falible mente humana
Una primera certidumbre que adelanto es que las concepciones oficiales en curso
sobre la revolución liberal
comenzando por las que hacen que la revolución francesa fue un gran acto
emancipador
Son parciales, manipuladoras y en definitiva falsas
pues se reducen a la imprescindible para el odierno régimen de dictadura
elaboración de su mito fundacional
Aquelas no exponen la verdad sino que meramente otorgan una legitimidad de origen
al orden político vigente
Un procedimiento para lograr la afección acrítica hacia la constitución en vigor de
1978
es presentar a su antecesora primera la de 1812 como un compendio de perfecciones
en desenvolvimiento
hasta alcanzar la apoteosis en la actual ley de leyes
Sin duda la corriente historiográfica que con mayor falta de respeto por la verdad
ha manipulado y manipula la historia
según los intereses cardinales del odierno sistema de dictadura estatal y
empresarial
es la progresista vinculada a la izquierda institucional, PSOE e izquierda unida
De ella proceden las interpretaciones más infundamentadas y reaccionarias
pues discípula de maquiavelo en todo es maestra en el arte de la mentira
En esto no hay novedad dado que el discurso preliminar a la constitución de 1812
leído en las cortes gaditanas por el progresista Agustín de Argüelles
es ejemplo de retorcimiento de los hechos y falta de escrúpulos intelectuales y
morales
Otra puntualización es que se han tomado como límite temporal las fechas de 1812 y
1874
de una manera algo arbitraria, sólo por seguir la costumbre historiográfica
dado que, por un lado, las cortes de Cádiz comienzan a asesionar en 1810
y que, por otro, la fase primera de la revolución liberal española
termina propiamente no con el derrogamiento de la primera república
sino con dos acontecimientos políticos más significativos aún
la concesión definitiva del sufragio universal masculino en 1890
y la derrota colonial de 1898
Esta última descubre el fracaso parcial de dicha etapa
y siente las bases que llevarán a la guerra civil y al franquismo
Este, como forma española de fascismo, va a remover obstáculos
y a resolver dificultades de primera importancia
ante las que el liberalismo estricto se mostró parcialmente impotente
muy a su pesar, de manera que el franquismo es parte decisiva de la revolución
liberal
El empleo de la voz dictadura, para nombrar el actual orden político
no pretende dramatizar ni cargar las tintas en la denuncia
sino sólo describir la realidad contemporánea de la manera más precisa posible
siguiendo las meditaciones de Tácito sobre el orden tiránico
Al mismo tiempo viene a negar que aquel sea una democracia formal, burguesa o
imperfecta
Que las luchas populares por demandas parciales y cotidianas puedan ir, paso a
paso, haciendo real y perfeccionando
Lo que tenemos ante sí es una dictadura que se mejora y robustece día a día a sí
misma
y toda ilusión al respecto de un cambio fácil, indoloro y paso a paso a la libertad
es sin fundamento
El régimen parlamentario y de partidos, llamado por sus beneficiarios, democracia
representativa
sólo con fines propagandísticos y adoctrinadores
es cualitativamente diferente de un sistema democrático sin adjetivos
que se ha de fundamentar para el gobierno político de la sociedad en una red de
asambleas omnisoberanas
lo que exige la extinción previa de todos los otros centros de poder, el ente
estatal y el aparato empresarial
ello exige realizar una revolución fundante de una sociedad libre
Fijar esta como meta estratégica lleva a afirmar la centralidad y autonomía de la
política
como saber, arte y práctica que ha de permitir resolver el problema cardinal de la
hora presente
la falta de libertad, de conciencia, política y civil, de donde resultan el resto
de males y nocividades
Tal centralidad de la política en la más digna acepción del vocablo equivale a
poner como blanco principal al Estado
Alcanzar una posición justa sobre la revolución liberal, española y mundial
desmontando en lo fenoménico, lo argumental y lo estratégico el enfoque oficial y
obligatorio en vigor
urdido desde la dogmática del progresismo por los profesores funcionarios
es una precondición necesaria para que, en el presente, los colectivos e individuos
de pensamiento radical
dejen de ser masa de maniobra política, propagandística y electoral de la izquierda
gubernamental
que desde 1978, año de imposición de la vigente Constitución Española
a través de un referéndum no libre, ha mostrado en los hechos ser quien mejor
defiende
por delante de la derecha y no digamos de la extrema derecha obsoleta y marginal
los intereses más fundamentales de la actual España neoimperial y militarista
así como de la empresa multinacional española, de tantrapaz ejecutoria en
Latinoamérica y otras partes del tercer mundo
donde continúa la tarea emprendida por los conquistadores españoles, Hernán Cortés,
Francisco Pizarro y otros
Una reseña aquí sería
Esto es reconocido por la izquierda que incluso se jacta de ello
calificándose a sí misma de la fuerza política que más y mejor defiende el actual
régimen de dictadura
y por tanto el capitalismo en
la derecha contra el estado
de J.A. González Casanova
ello significa que tal izquierda, cuyo centro es el PSOE
resulta ser continuadora y heredera en todo lo importante del franquismo
así como de la España imperial de los reyes católicos Carlos V y Felipe II
ella ha de ser el blanco principal en el terreno de la política
de la lucha revolucionaria en los tiempos que corren
El texto adoptará la forma de 26 tesis o proposiciones complejas
Los estados, en tanto que muy peculiares agrupaciones de individuos
destinadas a maximizar su propia capacidad de mandar y sojuzgar
existen en constante conflicto entre ellos
Así sucedió en el siglo XVIII
cuando Inglaterra, España y Francia elevaron a un nivel superior
su ya secular contienda por la dominación mundial
realizada en 1688 la revolución gloriosa en Inglaterra
triunfante con no demasiadas dificultades por la grave falta de libertad
para el pueblo antes existente, así como por la baja calidad de éste
como tal y en sus individualidades
establece la dictadura del parlamento con subordinación a él de la corona
lo que estatúe un sistema liberal de tipo embrionario
Con ello adquiere ventajas políticas, militares y económicas notables
sobre sus directos rivales, España y Francia
en la lucha por el dominio de los mares y la hegemonía planetaria
Tal se pondrá en evidencia en la centuria siguiente
cuando quede vencedora en la guerra de los 7 años
1756 al 63
la primera contienda a escala planetaria en la historia
de la que sus rivales, España y sobre todo Francia, salieron derrotadas
Dicho acontecimiento desencadenó el inicio de la fase preparatoria
de la revolución liberal en una y otra
Esta alteración drástica en Francia
adoptó la forma de la revolución francesa
magna representación teatral para embaucar a la plebe y colosal carnicería
que en la Vendée alcanza el nivel de exterminio en masa, de genocidio
Sin otra finalidad que realizar las transformaciones políticas, jurídicas,
económicas, axiológicas y sociales
necesarias para elevar al país al rango de gran potencia
reforzando hasta el paroxismo el aparato militar y estatal en general
lo que culminó bajo el emperador Napoleón I, el Hitler del siglo XIX
Un dato expone bien la significación última de aquella
Mientras la Francia absolutista y feudal
nunca había logrado sobrepasar los 225 mil soldados
la resultante de la revolución alcanzó
en los años 1812 a 1814
los 2 millones de soldados
Finalizamos con una reseña aquí
Es urgente desenmascarar la gran farsa de la revolución francesa en su totalidad
para que no vuelva a ser tomada como ejemplo o modelo de las revoluciones
liberatorias del futuro
dado que en su esencia misma es la peor forma de contrarrevolución conocida
para ello podemos valernos de los estudios y reflexiones
aún considerando sus limitaciones que realizan Kropotkin, Tocqueville y B. de
Hauvenel
especialmente lo que este último desarrolla en un libro de sugerente título
para el asunto tratado
El poder, historia natural de su crecimiento
tal revolución creó una nueva y mucho más potente dictadura política de proyección
planetaria
justamente la que hoy existe
España en la guerra de los 7 años fue derrotada y perdió la Habana y Manila
tomadas por los ingleses en 1762
Aunque fueron después de vueltas a cambio de sustanciosas concesiones
dicho descalabro destapó las incapacidades fundamentales del sistema de dominación
imperial de la corona de Castilla
y otorgó credibilidad a quienes llevaban ya tiempo
preconizando transformaciones fundamentales en la estructura del estado
en las relaciones de producción y en el orden político jurídico social de los
valores y los modos de existencia
Se trataba de pasar del imperio de la corona
incapaz de resistir los embates de las potencias rivales al imperio de la nación
mucho más robusto y eficaz
lo que explica que el capítulo primero del título primero de la constitución de
Cádiz
o constitución política de la monarquía española
lleve por encabezamiento de la nación española
La institución de la corona equivalía a un poder estatal relativamente débil
por causa de la escasez de recursos humanos materiales y técnicos
por disperso todavía bastante descentralizado dependiente aún del municipio semi
soberano
con abundancia de relaciones sociales comunitarias y colectivistas
con las gentes aferradas a lo local comarcal
escasamente aptas para la acción militar ofensiva en el exterior
con una economía poco monetizada y mercantilizada
apenas industrializada y tecnificada
la institucionalización de la nueva categoría política guía
la nación debería remediar y superar tales debilidades
lo que era imprescindible para mantener una flota y un ejército de tierra lo
suficientemente poderosos
Tesis 3
En el interior, la situación del estado absolutista español
una forma de dictadura política bastante agresiva
si bien tachonada de enormes carencias e insuficiencias
era inestable y difícil en el siglo XVIII
una expresión de ello fue la ola de motines y alzamientos populares de la primavera
de 1766
En Madrid, como severa réplica a la pretensión del ministro Esquilache
de dirigir la vida privada de las gentes negando su libertad civil
según las normas racionales de la ilustración
se alzó el vecindario que durante varios días
combatió con brioso heroísmo a las tropas de la corona
tarea en la que destacaron las mujeres
para lo cual se armó asaltando los cuarteles
y haciéndose con unos 4000 fusiles
llegó a penetrar en el Palacio Real
hasta alcanzar los aposentos de Carlos III
quien tendría ataques de pavor al recordar tales hechos
hasta el final de sus días
Asimismo, los insurrectos redactaron unas ordenanzas
para la defensa de Madrid contra los ejércitos que se dirigían hacia la villa
aunque, por ausencia de una perspectiva política y estratégica suficientemente
desarrollada
el levantamiento finalmente no prosperó
A pesar de que la corte llegó a preparar su huida de Madrid
también hubo alzamientos populares o intentos en Barcelona, Zaragoza, Oviedo,
Bilbao, Vitoria, Valladolid, Guadalajara, Cuenca, Salamanca, Granada
y docenas de localidades más
todos reprimidos con mucha dureza
Estos hechos expresan, por un lado, el general rechazo popular al dictatorial
régimen absolutista
y, por otro, sus enormes debilidades y carencias
En efecto, manifestó poseer una policía de investigación y de coerción escasa e
ineficiente
así como un aparato para el aleccionamiento y el control de las conciencias de muy
poca entidad
pues se reducía al episódico obrar del clero, que fracasó en los momentos críticos
dado que los alzados desoyeron las muchas llamadas al orden que ese realizó
Sin prensa manipuladora, sin sistema educativo de grado elemental propio
Sin partidos políticos y sindicatos aptos para encauzar, el sentir y obrar popular
Sin una intelectualidad laica abregada en el adoctrinamiento diario de la multitud
Sin unos mecanismos de amaestramiento cotidiano de las gentes lo suficientemente
efectivos
Sin el uso universal del dinero y sin la primacia de la ideología del interés
particular
el estado preliberal manifestó ser bastante vulnerable
Por ello, cuando el pueblo se alzó en 1766, aquel no tenía casi más recurso que el
ejército
con todos los inconvenientes que ello llevaba aparejado
La ilustración por medio de su estatismo obsesivo, aunque bastante comprensible a
la luz de los hechos analizados
se propondrá superar el carácter rudimentario entonces del artefacto estatal
lo que llevará a efecto su continuador del régimen liberal
De ello se derivará la sobredominación múltiple e integral de las clases
trabajadoras y populares
propia de la modernidad
Los territorios peninsulares e insulares sometidos a la corona de Castilla en el
siglo XVIII
necesitaban de una revolución, en efecto
pero ésta hubiera debido ser de naturaleza popular, recolectivizadora, neo-concejil
y anti-estatal
que demoliese el poder del rey, de los prelados y los señores
no como la diseñada por los ilustrados, liberal, estatal y capitalista, que fue la
que tuvo lugar
El sistema de dictadura entonces existente era, en esencia, aunque perfeccionado
por el paso de los siglos
el establecido en el siglo XIV, con el derrocamiento aún parcial del orden concejil
y foral de carácter popular
Los acontecimientos bélicos ultramarinos de la segunda mitad del siglo XVIII
habían probado que ese tipo de organización del poder ya no podía ser mantenido
si se deseaba preservar el imperio
Asimismo pronto quedó claro para una buena parte de las élites gubernativas,
funcionariales, eclesiásticas y militares
que también en el interior el nuevo orden constitucional y parlamentario
garantizaría un nivel incomparablemente superior de dominación sobre las clases
populares
así como un mayor grado de desvalimiento, embrutecimiento y vilificación de estas
La confluencia de tales apreciaciones estratégicas explica la gran abundancia de
autores y textos reformadores
que conoce el siglo XVIII, en especial su último tercio, formando el movimiento de
la ilustración
corriente alentada por los sectores mejor informados y más clarividentes del
aparato estatal
Entre los ilustrados con mayor enjundia intelectual cabe citar a Jerónimo de
Uztariz, ministro de Felipe V, autor de
Teórica y práctica de comercio de Marina, 1724
Muy leído, que vincula el poder colonialista, militar en definitiva, al desarrollo
de la industria y el comercio
Por tanto, con las transformaciones sociales que ello debía llevar aparejado
Otro ilustrado confesadamente imperialista y militarista es León de Arroyal,
funcionario estatal
muy crítico con el sistema viejo de gobierno y estado, cuya obra escrita puede ser
considerada como eslabón entre ilustración y liberalismo
En lo agrario, cuestión de primera magnitud en ese tiempo, la figura descollante es
Jovellanos, ministro de Carlos IV
con su archifamoso informe de ley agraria de 1795, Biblia del progresismo
En él dominan dos categorías coincidentes y complementarias, el interés particular
y el bien del estado
Junto a Jovellanos se sitúa Pablo de Olavide, digno de ser recordado por la
desmesura de sus proposiciones teoréticas
y la particular brutalidad de sus actuaciones prácticas
Como creador del nuevo sistema de ideas imprescindibles a los poderavientes en las
tormentosas condiciones del siglo XVIII
está Martín Sarmiento, asimismo pedagogo, lo que hace de él un autor doblemente
liberticida
Una reseña aquí sobre León de Arroyal sería
Este es autor también del difundido pamfleto Pan y toros, oración apologética en
defensa del estado floreciente de España
de 1793, en el que la ilustración se despoja de la máscara humanitaria pacifista y
bondadosa
que habitualmente usa para mostrar su verdadero rostro felicista y agresivo,
autoritario y furiosamente estatista
Tesis V
El carácter, sobre todo militarista y cesarista del vasto proyecto reformador
ilustrado
así como del de su continuador a un nivel incomparablemente superior, el liberal
se pone de manifiesto en un dato que se hurta a la opinión pública
que el primer proyecto de Constitución en España es obra de un oficial del
ejército, Manuel de Aguirre
quien en 1786 redactó un borrador de documento político jurídico titulado
Leyes Constitucionales, cuya observancia es una obligación inviolable para todos
los individuos de la sociedad
cuya influencia se hace notar en la Carta Constitucional de 1812
Un apunte sobre este texto
En Proyectos Constitucionales en España, 1786-1824, Ignacio Fernández Sarasola
esta obra recopila asimismo la propuesta elaborada en 1795
de texto constitucional escrito por León de Arroyal, ya citado, funcionario del
fisco
y de varios autores más, casi todos integrantes del ente estatal, militares, altos
funcionarios, abogados, religiosos y similares
ello indica que era el Estado, mucho más que la burguesía, en ese periodo una clase
aún bastante débil y sin conciencia de sí
quien deseaba una mutación liberal lo más radical posible
un estudio empírico esclarecedor que otorga a los integrantes del ente estatal, en
vez de a la burguesía
la función dirigente en el proceso es, los notables de Madrid, las bases sociales
de la revolución liberal española
de Jesús Cruz
por tanto la liberal es una transformación estatal, mucho más que burguesa
de manera que no es correcta la fórmula revolución burguesa
la burguesía es sobre todo consecuencia, mucho más que causa de aquella
fin de reseña
esto conecta con un hecho bien conocido, que el elemento agente principal en el
desenvolvimiento de la revolución liberal en España
durante el siglo XIX es el ejército
siendo generales y altos oficiales de las fuerzas armadas, los cristemente famosos
espadones
quienes impulsan a punta de bayoneta las transformaciones
entre estos descuellan Riego, espartero, el patibulario general del pueblo
y Prim, máxima personificación del matonismo liberal y progresista
que va a llenar de sangre y horror nuestro siglo XIX
de quienes, una centuria después, Franco será mera continuidad en condiciones algo
diferentes
ellos invocan la libertad, para llevar a efecto sus desmanes
pero lo que en verdad les interesa es el imperio colonial en el exterior
y el dominio sobre la masa popular en el interior
de manera que el factor causal último de la revolución liberal, lejos de ser el
amor a la libertad
es la voluntad de poder, el impulso y el dominio y la razón de estado
el politólogo Otto Ginze, en Historia de las formas políticas y en otros textos
expone que la esencia última del estado es de naturaleza militar
cuestión indudable al ser aplicada al estado liberal español
todo el hechura del ejército, lo que explica el tufo cuartelero que expide nuestro
progresismo hasta el día de hoy
por más que utilice la demagogia para velar sus orígenes
ahora bien, en todos los países del estado tiene una genealogía militar
y, en todos ellos, la revolución liberal ha sido obra del aparato estatal
con el ejército desempeñando la función determinante
Tesis 6
Al servicio de la mutación liberal se desenvuelve la revolución industrial
destinada a proporcionar al nuevo estado que aspira a ser omni-poderoso
lo que D.R. G. Adlick llama los instrumentos del imperio
los medios de combate y equipo militar, los elementos técnicos
así como los recursos económicos y financieros imprescindibles para realizarse como
tal
gracias a su temprana revolución industrial, Inglaterra logró hacerse con la marina
de guerra más fuerte del mundo
formada por unos 600 navíos con 32.000 cañones y 300.000 hombres a finales del
siglo XVIII
creó un sistema bancario apto también y, quizás sobre todo, para financiar el
aparato estatal
particularmente en los períodos bélicos
mantuvo un superávit permanente de la balanza comercial y de las cuentas del estado
con el que sufragar aliados y mantener desahogadamente enfrentamientos bélicos de
larga duración
pero, ante todo, la revolución industrial con el sistema de fábrica y el uso a gran
escala de tecnología
proporcionó de manera masiva el tipo de individuo dócil, egocentrado, amoral y
degradado
apropiado para adaptarse a la disciplina ciega tanto como a la brutal y crepulosa
naturaleza de los ejércitos regulares
con ello, Gran Bretaña resultó vencedora absoluta en las guerras napoleónicas 1793
a 1815
quedando como potencia hegemónica en el plano mundial
dichos acontecimientos refutan el enfoque economicista de la revolución industrial
así como del ascenso de la burguesía
afirmando la primordial significación política de una y otro
pues es el estado el principal beneficiario y también el principal impulsor y
causante de ambos
La aplastante derrota naval de España y Francia, en Trafalgar, en 1805
que venía precedida de otros hechos de armas asimismo desfavorables
como la batalla del Cabo de San Vicente en 1797
el combate de Algeciras en 1801
o el encuentro de Finisterre en julio de 1805
es la advertencia de que el reino necesita una transformación a fondo
sólo esta puede proporcionar el material humano
mandos oficiales, soldados y marineros que las fuerzas armadas necesitan
el aparato administrativo civil, el renovado marco jurídico
las nuevas relaciones de propiedad, el moderno sistema de creencias y mitos
oficiales
así como los medios materiales, financieros y técnicos imprescindibles
la entrada al poco de las tropas de Napoleón I en la península ibérica
es la ocasión de que se valen las élites para, invocando el recuerdo de las
antiguas cortes de Castilla
convocar una reunión de estas en Cádiz con un propósito constituyente
ahora bien, el soporte último de tal asamblea legislativa es el nuevo ejército
mucho más poderoso que el antiguo que se estaba formando en la lucha contra los
invasores
él será el instrumento para revolucionarizar en el sentido más pernicioso del
vocablo
la sociedad sin contar con su voluntad
proceso histórico forzado y violento que es tildado de liberador y democratizador
por la pedantocracia universitaria
es a destacar que en las cortes de Cádiz la gran mayoría de los diputados
azarosamente designados por sufragio restringido indirecto
son militares, eclesiásticos, abogados o funcionarios
esto es, una representación conspicua de las élites mandantes del momento
organizadas como estado
dos reseñas aquí en este punto serían sobre la batalla de Tlafalgar
en este gran choque naval la flota combinada hispano-gala disponía de 2.994 cañones
mientras que la inglesa montaba solamente 2.530
compárese con el dato de que en la batalla de Austerlitz
el número total de piezas de artillería usadas por ambos bandos fue de 426
mientras que solo el Víctore, buque insignia de Nelson en Tlafalgar
contaba con 104 bocas de fuego
aunque el navío español Santísima Trinidad tenía 144
siendo el más artillado del mundo
ello da una idea de los gastos colosales que exigía el equipar y mantener una flota
de guerra
y en consecuencia las transformaciones sociales, políticas, jurídicas y económicas
tan radicales
que aquella demandaba a los imperios marítimos de la época
perdida la batalla no solo estaba perdido el imperio como sucedió al poco
sino que los territorios peninsulares quedaban abiertos al contrabando inglés
con gran daño para el fisco y la industria peninsular
ello fue una de las causas del atraso económico español hasta que se remedió por el
franquismo
otra reseña aquí sería sobre los eclesiásticos de las Cortes de Cádiz
Francisco Martínez Marina, tenido como ideólogo principal del liberalismo español
en particular por su monumental Teoría de las Cortes de 1813
ahora bien aquel es bastante más que un defensor del parlamentarismo
pues lo amplio de sus saberes históricos, lo complejo y contradictorio de su toma
de posición política
y lo acendrado de su adhesión a la noción de bien moral
le hacen equiparable a Jefferson y quizá también a Rousseau
que Martínez Marina fuera miembro del clero supone una prueba más de lo inexacto
que es atribuir
a la mayoría del estamento eclesiástico una militancia a favor del antiguo régimen
sin ir más lejos una parte significativa de quienes en Cádiz elaboraron la
Constitución del año 12 eran clérigos
el artículo 366 de aquella ordena que los catecismos incluyan una breve explicación
de las obligaciones constitucionales
lo que es expresión del cesaropapismo liberal
tesis 8
lo peculiar en relación con el resto de Europa de la situación en los territorios
subordinados a la corona de Castilla
en ese tiempo era la fuerza singular que poseía el elemento popular
en especial su forma mayoritaria entonces las masas rurales
de manera que el par pueblo-estado preliberal no está tan desequilibrado
a favor de su segundo componente como en otros lugares
ello dio origen durante los años 1809 al 14 en la mitad norte del país
sobre todo a una potente guerrilla e insurrección popular
que en mucho contribuyó a la bancarrota final del tirano galo
esa sólida presencia de lo popular se hacía visible en
a. pervivencia del consejo abierto como procedimiento de autogobierno parcial
en aldeas y pequeñas poblaciones
mayor extensión y significación de los patrimonios comunales de los pueblos
e importancia aún de la soberanía del municipio
y de las entidades de autogobierno de naturaleza supralocal o comarcal
como las comunidades de Villa y Tierra en Castilla
de donde resultaba un menor poder efectivo de nobles, alto clero y señores
así como de la corona
b. escaso uso de numerario en las transacciones comerciales que solían ser
en la mayoría de los casos un intercambio de productos sin utilización del dinero
supervivencia de numerosas formas de ayuda mutua y trabajo comunal
de donde se desprende una especial dificultad para el desarrollo de la burguesía
la generalización del trabajo asalariado
la eficaz percepción de tributos
el auge del comercio y la industria
y como consecuencia de todo ello para la acumulación de capital
c. persistencia de la cultura popular de tradición oral
con una escasa significación del adoctrinamiento de las masas desde las
instituciones
lo que permitió que las clases subalternas conservasen todavía porciones
significativas
de su propia escala de valores, ética, criterios estéticos e idea global de la vida
lo que creó dificultades excepcionales a la expansión de la cosmovisión culta o
erudita
hasta el punto de que ésta, en bastantes ocasiones, se inspiraba en la cultura
popular
dada la exuberancia y potencia de lo creado por el pueblo en dicho ámbito
todo ello, ni que decir tiene, establecía la peor situación posible para el
desarrollo del proyecto liberal
capitalista y constitucional, cuya precondición era que el pueblo estuviera ya
reducido
en tanto que comunidad consciente a su mínima y más penosa expresión bajo el
antiguo régimen
Tesis 9
Lo expuesto en el punto anterior explica una buena parte de los avatares que padece
la Constitución de 1812
Terminada la guerra en 1814, las élites, en un alarde de prudencia, suspenden
temporalmente su aplicación
hasta el desarme de las clases populares, temerosas de que de ellos surgiera un
conflicto civil
de imprevisibles consecuencias, dado su carácter tiránico y antipopular
Finalmente expuesta en vigor en 1820 por la intervención del aristocrático caudillo
Rafael del Riego
con los resultados previsibles. Tras unos meses de tensa observación de las medidas
adoptadas
por los gobiernos del trienio constitucional 1820-23, las gentes, sobre todo en los
ámbitos subrurales
inician la resistencia política y a menudo armada a la nueva forma de régimen
despótico
lo que lleva a una verdadera guerra justa y popular contra el orden constitucional
Se crea de esa manera una situación de enconada contienda civil, reconocida de mala
gana y a medias
por la historiografía progresista dado que evidencia el abismo entre el pueblo y el
liberalismo constitucional
la cual conoce episodios de muy graves atrocidades y encarnizamiento a cargo de los
gubernamentales
comparables a los realizados por las tropas franquistas en 1936-39
Suspendida de nuevo en 1823 por causa de los avatares de la situación internacional
y sobre todo por la formidable resistencia popular encontrada
es restablecida por breve tiempo durante la primera guerra carlista en 1836
para ser sustituida por la Constitución de 1837
similar en todo a la anterior, si bien más desvergonzada en la impúdica locuacidad
garantista
Esta haya menos rechazo explícito debido a que se impone cuando están siendo
barridos a sangre y fuego
con el pretexto de combatir el carlismo, los territorios que más se oponen al
reduplicado despotismo y centralismo liberal
encastillado en Madrid. Los crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad
cometidos por el liberalismo y el progresismo en aquella conflagración
así como en las que la siguieron en Euskalería, Cataluña, La Mancha y en otros
lugares
permiten calificar a la revolución liberal española de gran holocausto
Tal vez alguien, persuadido de que el trienio es la materialización en la forma de
gobierno de la libertad
por primera vez en la historia de nuestro país, tenga lo bastante hasta ahora dicho
por excesivo
no hay tal pues si los gobiernos del trienio constitucional han de ser comparados
con algún sistema político
es con el fascismo de Francisco Franco. Veámoslo, el decreto sobre prohibición de
asociaciones de octubre de 1820
que coincide con lo estatuido por el artículo 317 del Código Penal de 1822
otra de las realizaciones liberticidas del trienio, así lo prueban
como vituperación de los atentados a la libertad de asociación y expresión
ejecutados por los gobiernos del 1820 al 23
F.Fernán Martínez Marina redacta el folleto
Discurso sobre Sociedades Patrióticas, Madrid 1820
que el rencor gubernamental le vea leer en las Cortes
en él realiza la denuncia de aquel sistema de dictadura
la libertad de pensar y el uso expedito de las facultades intelectuales y del
prodigioso artificio del lenguaje
Es un derecho de la naturaleza independiente de toda convención y toda autoridad
de manera que, sin él, los seres humanos quedan reducidos a la condición de bestias
mudas
situación en que el Estado constitucional y parlamentario desea que esté el pueblo
a perpetuidad
por lo demás, hasta la ley de asociaciones de 1887
el liberalismo triunfante no se aviene a admitir
aunque bajo la vigilancia de los gobernadores civiles
que el pueblo trascienda a la vida individual y se asocie
si bien el objetivo real de esa norma legal es, como dice un autor
crear las condiciones para la incorporación del movimiento obrero en el sistema
político
por tanto, hasta 1887, al menos, el régimen liberal
en esto, como en tantos asuntos determinantes, coincide con el franquismo
en realidad, hasta 1890, cuando se otorga el derecho de voto a los varones
el régimen liberal es, en lo jurídico formal, indistinguible del vencedor en 1939
al ser la mutación liberal, la española y todas ellas
aunque cada cual de forma peculiar, un suceso histórico mano-military
la función de los aparatos represivos es crucial
así lo denuncia Larra con la ironía que le caracteriza en su opúsculo
la policía de 1835
expone que la España de la época se había dividido en dos clases
gentes que prenden y gentes que son prendidas
lo que refleja mejor que muchas tablas estadísticas la descomunal envergadura
del estado policial montado por el liberalismo entusiasta de la libertad
pero, ¿se atreverán alguna vez los historiadores de oficio
a dejar de lado las salmodias laudatorias
para investigar los horrores del estado policial liberal de Cimonónico
poniendo al descubierto sus prácticas carcelarias y concentraciones a gran escala
sus atropellos, torturas, crímenes y actos de genocidio?
¿se atreverán a hacerlo incluso poniendo en peligro sus sacrosantas carreras
profesionales?
sobre todo, los historiadores progresistas y de izquierda
que tanto se ocupan en denunciar los crímenes del franquismo tan horrendos
deberían mostrar su bonomía y amor por la verdad
obrando similarmente con los perpetrados por el liberalismo revolucionario
tal vez no menos numerosos y con seguridad no menos espeluznantes
pero, que nadie se llame a engaños sobre cómo son las cosas en nuestro tiempo
quien diga una verdad desagradable para el estado será castigado
la Constitución de 1812, como cualquier otra
es una compilación de normas escritas que ordenan la vida del estado
y subordinan a él a la sociedad toda
su centro es la categoría política de Nación Española
comunidad humana no libre, desigual en lo lingüístico y cultural
es una política jerarquizada, sometida a una élite gobernante
que se organiza y unifica en la forma de estado, sobre todo en Madrid
y que tiene el castellano como lengua oficial
dicha élite establece desde el parlamento, según su interés y capricho
la legislación uniformizante a que todos han de someterse
se vale de un potente aparato militar, policial
sobre todo, la milicia nacional, estatuida para la represión, la tortura y el
crimen
y judicial, así como de otro de carácter administrativo
regulando a los secretarios de estado y del despacho
o titulares en ese tiempo de los ministerios
e instituye un sistema estatal de propaganda y aleccionamiento de masas
que impone la verdad conveniente al gobierno
y niega al pueblo la libertad más fundamental, la de conciencia
a lo que destina el título IX, cuyo encabezamiento es
la destrucción pública
aquel texto garantiza asimismo la propiedad
artículo 4, obliga al amor a la patria
fuerza a obedecer las leyes y respetar a las autoridades
ilegítimas, a pagar los muy
crecidos tributos, bastante más onerosos que los del antiguo regimen
de donde devino un grave empobrecimiento de amplios sectores
que exige coercitivamente el nuevo estado liberal
y a integrarse en el ejército cuando se sea llamado a ello
las colonias americanas, africanas y asiáticas
continúan con tal estatuto como establece el título II
y los territorios forales y antiguos reinos diferenciados del castellano
son subsumidos, sin contar con su opinión libremente
expresada en la categoría de las España
dentro proscrita su específica legislación, historia y diosincrasia
cultura e idioma, además Madrid es hecha
la metrópoli privilegiada y excepcional, a la que todas las demás
poblaciones han de servir, reverenciar y financiar
la Constitución gaditana niega personalidad jurídica
al concejo abierto, lo que es una vía indirecta hacia su
liquidación, dado que por el particular arraigo de esta milenaria
institución no se atreve a prohibirla, anula lo que aún
permanece de la soberanía del municipio, haciendo de este un engranaje
más del aparato estatal, sienta igualmente las bases
para convertir los todavía inmensos patrimonios comunales, rústicos y urbanos
de los pueblos en bienes nacionales, según el capricho
del parlamento, artículo 131,18
lo que es un latrocinio a gran escala perpetrado por el ente
estatal que se materializará en una norma que desarrolla lo allí
estatuido, el derecho, el decreto sobre desamortización
civil de 1813,
regula la administración de justicia sin aportar nada de positivo en relación
con la normativa preliberal compilada en la novísima recopilación
de 1805, añadiendo en el artículo
308 que tan raquíticas garantías legales pueden quedar en suspenso
si así lo demanda la seguridad del Estado,
formulación que expresa cuál es la categoría política suprema, con olvido
de la seguridad del pueblo. Para terminar con esta descripción
escéptico-crítica, la Constitución gaditana concede
la libertad política de la imprenta, más extensamente
expuesta en el artículo 371, si bien bajo las
restricciones y responsabilidades que establezcan las leyes,
fórmula hábil para el adoctrinamiento múltiple y plural de la masa popular
en condiciones de inexistencia de libertad de conciencia.
Se asevera que el liberalismo establece el Estado de derecho
que garantiza el imperio de la ley y la seguridad jurídica frente
a la arbitrariedad de los señores feudales.
En nuestro caso tal acerto apologético de la actual Estatucuo
no puede mantenerse, pues en el absolutismo monárquico
existió siempre una legalidad indudable. En 1805
se agrupan las normas jurídicas en la nobísima recopilación
que remoza la nueva recopilación de 1567.
Esta a su vez actualiza las leyes de Toro de 1505,
las ordenanzas reales de Castilla de 1484
e incluso el ordenamiento de leyes de Alcalá de Henares de 1348
que rebaja el derecho foral municipal al rango de supletorio
como vía hacia su extinción. El régimen monárquico
preliberal es tan gobierno por la ley como el liberal, de donde resulta
que en uno y en otro los poderosos se sitúan por encima de la legalidad
que es una mera coacción formalizada contra el pueblo. Por lo demás
el Estado de derecho, pomposa y redundante expresión, es derecho de Estado
no del pueblo, elaborado por y para el ente estatal.
Ilegítimo pues, por lo que no ha de ser obedecido en conciencia
es asimismo expresión del legicentrismo propio de la modernidad
que crees resolverlo todo promulgando leyes, esto es
normas coercitivas que demandan un desarrollo constante de los cuerpos
represivos del aparato judicial y del sistema carcelario
certificando la gran verdad que expresa el apotecma de tácito
cuanto más corrupta es una sociedad, más leyes promulga.
Como consecuencia, la costumbre, la moralidad
y los acuerdos entre las partes van perdiendo significación en beneficio
de la ley estatal, pero una sociedad bien constituida ha de valerse
de un derecho mínimo, de elaboración popular directa
y de una moralidad máxima. La ilegitimidad de toda la
legislación liberal decimonónica puede incluso argumentarse desde la
ideología actual del parlamentarismo pues hasta 1890
dejando a un lado los años del sexenio
1868 al 74
el sufragio fue restringido como se ha expuesto
siendo el parlamento designado por solo del 2 al 5% de los
varones adultos, todo ello equivale a decir que el
régimen liberal fue una dictadura explícita e indudable durante más de un
siglo sin que el sufragio universal anulase luego tal caracterización
pues solo hace de ella una dictadura implícita y menos evidente
pero no menos real.
Tesis 11. Los apolojetas
del orden político actual justifican la revolución liberal con el argumento
de que puso fin al bituperado régimen señorial para algunos
feudal de donde resultó un progreso de la libertad
pero los señoríos, feudos para los que desconocen
las particularidades de nuestra historia, eran poco más que un
sistema de descentralización judicial y administrativa
con los señores sometidos en lo importante a la legislación emanada de la corona
poseyendo atribuciones limitadas, el famoso mero y mixto imperio
mientras la alta justicia era siempre potestad de la corona
percibiendo tributos de escasa significación y teniendo que convivir
a menudo en precarias condiciones con el orden concejil de autogobierno
popular en las vidas pequeñas, lugares y aldeas.
El mito de los horrores del sistema señorial del que magnánicamente
nos emancipa y salva la revolución liberal es manipulación
política justificativa que se desmorona en cuanto se emprenden
estudios serios. En realidad la revolución liberal
lo que hace es sustituir a los medianos despotas del régimen precedente
por los grandísimos tiranos del orden constitucional y parlamentario
con los que los ciudadanos actuales al poseer aparatos e instrumentos
para el ejercicio del poder que sus predecesores no podían ni soñar
estaban en condiciones de forzar, intimidar y reprimer
de desposeer y expoliar, de engañar, aleccionar y rebajar a la masa popular
como esta no lo había sido nunca antes.
Con la combinación de propiedad privada absoluta y concentrada
burguesa y de pequeña propiedad procedente de las desamortizaciones
la revolución liberal impone el egoísmo del propietario
destruyendo el espíritu de convivencialidad necesario para realizar
uno de los mayores logros de la existencia humana, la fusión interpersonal
imposible con la dramática pérdida del sentido de lo comunitario
y colectivo que ocasiona el liberalismo. Es a enfatizar
que éste expande sin límites un organismo colectivo determinado
el Estado, mientras atomiza y divide al pueblo
para los poderabientes estatuye el colectivismo estatista
y para la masa popular el individualismo.
Una reseña aquí referente a las aldeas sería
en contra del enfoque teatral y declamatorio
con que por lo general es tratado el asunto
Salvador Demoxo en la disolución del régimen señorial en España
pone las cosas en su sitio con moderación
y rigor. Examina la significación del decreto de 1811
de abolición de los señoríos apuntando que ya en el siglo XVIII
había ido cobrando impulso la tarea incorporaciónista
de aquellos a la corona. El estudio imparcial de la sociedad anterior
a 1812 muestra que el enemigo primero del pueblo
era la corona, es decir, el cuerpo principal y central del Estado
quedando los señoríos nobiliarios y adecuados
quedando los señoríos nobiliarios y eclesiásticos en un lugar secundario
el vuelco liberal, por tanto, robusteció la forma fundamental
de poder tiránico. Ya en Instituciones de Derecho Civil
de Castilla 1771 de I.J. de Aso
I.M. Manuel se lee que
la distinción entre libres y esclavos se haya desconocida en el día
en los territorios peninsulares de la corona castellana
lo que refuta a los partidarios de considerar medular el par
feudalismo y servidumbre, supuestamente abolidos por la
fabulosa revolución liberal.
El estudio comparado del régimen preliberal y del liberal
muestra que el segundo, lejos de ser la negación superadora del primero
es su continuación en las nuevas condiciones, aunque habiendo elevado
su capacidad de intervención, encuadramiento, coerción, agresión
expolio y manipulación a un nivel muy superior en cualidad y cantidad
por tanto, no hay rupturas sino rampante continuidad
entre uno y otro, de manera que se puede sostener que el liberalismo
es la expresión superior del absolutismo y que esta es la forma
inicial del liberalismo. La ilustración hace de fase de transición
y nexo de unión, veámoslo en algunos casos.
La inquina hacia los comunales es la misma en el antiguo régimen y en el orden
liberal, pues si bajo el primero se realizó la venta de baldíos
tierras que eran aprovechadas de balde por los vecinos
comunales, ordenada por Felipe II y luego el latrocinio
que impone la real provisión de Carlos III de 1770
el liberalismo efectúe eso mismo con el decreto de 1800
y ha citado, y sobre todo con la funesta ley de desamortización
civil de 1855. Simplemente esta fue más
devastadora porque el Estado se había dotado ya de mucho más potente
aparato legislativo, administrativo, el infausto
cuerpo de ingenieros de Montes es creado en 1853,
policial, la Guardia Civil se funda en 1844,
judicial, eleccionador y fiscal. Si el régimen monárquico
absoluto aniquila a comienzos del siglo XVIII
la legislación y organismos políticos propios de los países catalanes
el liberalismo lo hace con Vascongadas y Navarra un siglo después
habiendo en una y otra intervención un mismo propósito, extinguir
las señas de identidad y las formas concretas de existencia
de los pueblos diferentes del castellano para lograr un Estado más eficiente.
Si la monarquía absoluta atenta tanto
cuanto permiten sus fuerzas en cada coyuntura contra las leyes
laborales municipales ya desde los siglos XIII y XIV
la Constitución gaditana suprime de un plumazo la autonomía del municipio.
Si bajo el orden preliberal la legislación
emanada de la corona impregnada de romanismo va relegando
a la mujer en la medida que logra ir desplazando la normativa con su
etudinaria popular y foral, el derecho liberal la declara
menor de edad perpetua, forzando jurídicamente al varón a
dominarla por un lado y por otro apartando a las féminas de la vida política
y social. Una reseña aquí sería
es útil para este asunto el estudio preliminar de la edición
bilingüe del Código Civil francés de 1804
realizada en 2005 traducción de A. Núñez
donde queda argumentado que es el Estado liberal progresista y moderno
surgido de la revolución francesa quien a través entre otros de
ese fundamental documento jurídico servilmente imitado e incluso
copiado en numerosos países como es el caso de España establece
la marginación de la mujer para conocer en su conjunto la hostilidad
hacia las féminas de la revolución francesa especialmente de su
ala protofascista el jacobinismo un libro
útil es las mujeres y la revolución francesa de
Linda Kelly. Finalmente
si el ejército regular es constituido a comienzos del siglo 18
alcanza su plenitud con el liberalismo que en su esencia
última es un orden militarizado será el liberalismo quien
se dote de un cuerpo militar policial tan singular y tan potente como la
Guardia Civil creado en 1844 a
cuyo lado el santo oficio resulta un aparato coercitivo de muy inferior
significación
y prestaciones. Anécdota sabrosa
e instructiva es la que narra que los liberales exaltados de la primera hora
se manifestaban con el lema abajo el santo oficio
abajo la inquisición viva la policía
formulación en que está compendiada la cosmovisión
liberal que se reduce a la sustitución de los viejos y
menos eficientes aparatos de perquisición control y represión por
otros nuevos y más eficaces por ello más temibles
Tesis trece
lo ya desarrollado manifiesta que el paso del antiguo
régimen al liberalismo lejos de ser un proceso emancipador
o un proceso en relación con lo precedente es una perceptible disminución
y un intenso declinar de la libertad general y de las libertades concretas
ello es imposible de admitir para muchos
precisamente por la peculiar naturaleza del quehacer liberticida
de progresismo que al perfeccionar los procedimientos para la
sujeción mental del sujeto hace de este un no libre incapaz de
reconocer el estado de sometimiento que padece
en la fase preliberal lo sustancial de la dominación era la amenaza
de coerción y la constricción física exterior teniendo un significado
menor la manipulación de las mentes y el amaestramiento de los
sujetos de manera que la persona vivía su falta de libertad concreta
cuando ésta se daba se daba de manera consciente con el nuevo
orden todo cambia el sujeto no sólo es reprimido con mayor dureza
de hecho cuando llega el caso sino que además queda sometido
a un cada vez más completo y complejo régimen de aleccionamiento
permanente de la cuna a la tumba cuyos rudimentos perjeña
la constitución de 1812 que anula su libertad de conciencia
y tiende a eliminar su capacidad de discernir y juzgar impidiendo
que tenga una vida espiritual autónoma y por tanto auténtica
a ello se unen las numerosas formas de amaestramiento de masas
que son puestas en marcha con el avance del vuelco liberal cuyo propósito
es crear determinados hábitos y automatismos en el individuo
obediencia y reflexión egocentrismo insociabilidad
placerismo etcétera que molden su personalidad durante
toda la vida sin su intervención consciente quizá el principal
procedimiento amaestrador sea el trabajo asalariado en el sistema de fábrica
oficina con uso a gran escala de tecnología
el enfoque institucional es que el trabajo asalariado es libre
resulta el sujeto porque se asienta en la institución jurídica
del contrato de trabajo como pacto o acuerdo voluntario entre
empleador y empleado pero un acuerdo sólo puede ser considerado
libre si el poder real y efectivo de las partes contratantes
es aproximadamente el mismo lo que no sucede bajo el capitalismo
de manera que a el trabajo asalariado es una
relación social no libre para el empleado b a medida que
se expande la gran empresa en especial cuando esta se hace multinacional
aquel es desigual y forzado de manera más intensa
c por tanto la relación salarial sólo en la forma se diferencia
de las expresiones de trabajo forzado como la esclavitud
también denominada servidumbre de toda
esa implacable combinación de adoctrinamiento y amaestramiento resulta el
sujeto medio del mundo contemporáneo un no libre que se tiene
por el individuo más emancipado de la historia un neosiervo que
ama con pasión sus cadenas un ser que al haber sido despojado de
manera programada y al haberse dejado despojar de las facultades
cavilativas volitivas convivenciales y de la sensibilidad
ya no es ni siquiera plenamente humano tal estado de cosas
eso sí es perfecto para el estado y el capital y su
construcción ha sido la obra maestra del orden ilustrado progresista
y liberal desde el siglo 18 hasta el presente
en consecuencia la demanda de libertad de conciencia suficiente y la liquidación
de las formas en vigor de amaestramiento de masas haciendo que todas las
actividades se basen en los principios de voluntariedad responsabilidad
afecto desinterés eticidad servicio y asamblea es cuestión
de primera importancia en la lucha contra el totalitarismo constitucional y
parlamentario el peor de todos los conocidos en tal
marco hay que hacer observar ver bigracia que el salariado es de manera
absoluta incompatible con la libertad civil asumiendo
todo lo que ello lleva aparejado en los tiempos que corren la libertad
de conciencia política y civil es el problema número uno en las
sociedades de la modernidad madura su resolución solo puede
realizarse a través de una revolución
tesis 14
a fin de cuentas dominar es destruir solo
la desintegración del dominado en tanto que ser humano social e individual
permite al dominador adquirir un poder total sobre él
por ello cuando el par ilustración liberalismo se fijó como meta
estratégica e histórica la erección de un poder total sobre el pueblo
y sobre cada uno de sus integrantes estaba formulando al mismo tiempo un
propósito la degradación total del oprimido
imprescindible para que la fabricación planeada del homo docilis sea
exitosa ello es realizado de la forma que se expone
en filósofos e ilustrados la noción cardinal es la de
primacia del interés particular y personal que solo cede
ante el interés del estado al que sirve siempre
en ello jovelanos es paradigmático de ahí
proviene un egotismo que arruina las capacidades convivenciales
y relacionales del sujeto degradado a solitario ente
incapaz de afectos e impotente ante el poder si se
interioriza dicha noción ocasiona una ególata aprendiz de tirano
que no respeta al otro y que solo sirve para adquirir el mayor
poder sobre él de donde resulta la guerra de todos contra
todos y la sociedad asentada en el odio que joves tiene
como precondición de un artefacto estatal fuerte
la noción de felicidad recogida como mandato político
jurídico en el artículo trece de la constitución de mil ochocientos doce
junto con su equivalente la de bienestar se concreta en la
acumulación de bienes expoliando a otros en el logro de
dominio político y en el ansia de placeres sensoriales hoy a través
del consumo como consecuencia tiene lugar la desespiritualización
buscada del sujeto medio al que se dota de un alma porcina
y se hace mera corporeidad con desvalorización de las funciones
y capacidades superiores específicamente humanas del
entendimiento la voluntad la sensibilidad la magnanimidad la sociabilidad
y el anhelo de bien.
Ello queda reforzado por la naturaleza misma del trabajo
productivo asalariado que al ocupar todo el tiempo útil
ocasiona un pertinente embotamiento de la mente que propende a crear subhumanos
la división del trabajo tan loada por la economía política
de los siglos dieciocho y diecinueve es dudoso que en general
eleve la productividad pero es seguro que rebaja al trabajador
a trozo y fragmento de sí mismo el régimen representativo
de gobierno cuya esencia es la delegación y dejación
de las obligaciones políticas en manos de una casta de políticos profesionales
y las funciones reflexivas en otra casta de académicos
y de despotas mediáticos despoja al sujeto de las disposiciones
intelectivas innatas que se atrofian por falta de uso
así como de las que suelen ir unidas a ellas las volitivas
de donde se deriva un colapso del libre albedrío como fundamental atributo humano
la retórica sobre los derechos que satura las grandilocuentes declaraciones de
derechos
de las revoluciones liberales redondea el proceso degradatorio
pues aquellos se reciben como dádiva y son garantizados desde arriba
lo que origina en el individuo una pasividad y desestructuración personal aún
mayores
mientras que los deberes significan compromiso, movilización y acción
por tanto mejora de la persona a través de la práctica y el esfuerzo
igualmente la parte corporal del ser humano es víctima del giro ilustrado liberal
por el trabajo productivo constante que impone la revolución industrial
la existencia apiñada en las áreas fabriles y en las ciudades
la mala alimentación, la contaminación del aire y el desarrollo de los vicios
compensatorios
alcohol, tabaco, juego, prostitución, diversiones monetizadas
de todo ello resulta la negación rigurosa del ideario de Juvenal
en la forma de una mente enferma en un cuerpo enfermo
hay una nota aclaratoria aquí con respecto al yoísmo
el yoísmo hecho obligatorio y popularizado por ilustrados y liberales
luego convertido en fundamento de una sospechosa radicalidad por Stimer y Nietzsche
un refutado del genial modo que sigue en principios de filosofía del futuro
por L. Feuerbach
la soledad es finitud y limitación, la comunidad es libertad e infinitud
que delinea la positividad radical del colectivismo frente a la propiedad privada
de la generosidad frente al egotismo y de la vida hermanada frente a la existencia
solitaria
tesis 15
la mutación constitucional y parlamentarista se reclama en primer lugar de la
libertad
su gran tópico
pero esta ha de entenderse como libertad para el estado y sus criaturas, el capital
no para el pueblo y como libertad negativa y aflictiva
para sobredominar y explotar, devastar la naturaleza, imponer el mal moral
hacer del sujeto un neosiervo
para aniquilar la esencia concreta humana y atentar contra los fundamentos mismos
de la civilización
respecto a las libertades formales concedidas, la de imprenta, de expresión
sometida a la vigilancia del gobierno, no tiene otro propósito que maximizar la
eficacia del adoctrinamiento de las masas
a través del fomento de la pluralidad y la competencia entre los focos de emisión y
los autores
la libertad de asociación es negada al pueblo por muchos años
tal enormidad es incluso justificada teóricamente por la revolución francesa
siempre tan desvergonzada como sanguinaria
luego tolerada y finalmente transformada, salvo muy escasas excepciones
en el derecho a constituir organizaciones colaboracionistas con el statu quo
la de participación política, incluso de una manera ficticia y formal
es anulada para la masa popular por el constitucionalismo
al hacer a legal el consejo abierto y al negar hasta 1890 a los varones
y 1931 a las feminas el derecho de sufragio activo y pasivo
este, una vez concedido, adopta la forma de emisión no libre del voto
al resultar de una situación general de adoctrinamiento y al ser una imposición
pues en vez de estatuir un régimen democrático
con todas y todos los adultos organizados en una gran red de asambleas soberanas
fuerza la elección de unos pretendidos representantes
sin haber permitido al pueblo escoger previamente de manera libre e informada
entre el sistema representativo y el asambleario
existen además libertades que ni siquiera se conceden como meras formalidades
tal es el caso de la deliberación, sustancial en cualquier orden político libre
pues satisface la necesidad de los individuos de formar su voluntad política
por medio del debate libre y ordenado con sus iguales en asamblea
lo mismo puede decirse de la crucial libertad de conciencia
reducida a la libertad religiosa en el mejor de los casos
y negada con rigurosidad por el liberalismo
que es el reino del adoctrinamiento a gran escala
con arrasamiento que desea ser total de la vida espiritual autocentrada
la libertad política íntima del sujeto
y desde luego la libertad política fundamental
la de autogobierno pleno por medio de juntas populares soberanas
constituyendo el único sistema político que puede ser calificado de democrático y
libre
no es concedida al pueblo por el régimen liberal
los turiferrarios del orden actual presentan la concesión del derecho de sufragio
a los varones en 1890 como un gran logro
pero en realidad es una añagaza política
para esa fecha, por un lado, se había abierto un profundo foso entre el estado y
los hombres
lo que perjudicaba la estabilidad política
hacía tensa, cara y difícil la recaudación de tributos
reducía la efectividad de aquellos en tanto que soldados
y frenaba el desarrollo del sistema partitocrático
por otro lado, para 1890 ya había un maduro negocio editorial
en ámbitos urbanos, capaces de influir en mentes y conductas de los lectores
varones por lo general, los partidos políticos
como instituciones para la propaganda, el encuadramiento y el juego político
estabilizador
eran asimismos resolutivos ya para esa fecha
de manera que el otorgamiento del sufragio universal masculino
lejos de ser una libertad conquistada
se manifiesta como un procedimiento más para robustecer el sistema general de
dictadura liberal
Tesis 16
La situación de aparcamiento de todo que hacer político legal
incluso del más formal y vacuo en que es tenido el pueblo
por el liberalismo triunfante desde 1812 hasta 1890
y 1931, prueba que este establece una dictadura política
que lo es incluso utilizando las categorías intelectuales hoy oficiales
al nuevo estado, al nuevo estado
y oficiales, al no haber sufragio universal
ello, en primer lugar, desmonta la fábula de que era la libertad
para el pueblo, la meta de aquel sistema que, en lo fundamental
es el actual. En segundo lugar, establece la
ilegitimidad de las leyes entonces aprobadas
de los códigos promulgados, de las actuaciones provenientes de ellos
y de las transformaciones efectuadas
Por ejemplo, dado que la accross ley de desamortización civil
de 1855 resultó de un parlamento con sufragio restringido
que solo representaba a menos del 5% de la población
los inmensos bienes inmuebles, no solo tierras
expoliados a los pueblos con su aplicación han de volver a estos
con los réditos desde entonces por ellos producidos
similarmente, los códigos legales
que están hoy en vigor con mas o menos añadidos y actualizaciones
deben ser declarados nulos y sin valor. Es el caso del código penal
de la codificación del derecho procesal, del código de derecho
mercantil, del código civil, de la codificación del derecho administrativo
y otros, todo ello realizado antes de 1890
En suma, el abigarrado y temible edificio levantado
por el estado liberal es ilegitimo, irrepudiable
incluso según sus propios términos y normas actuales
Además, dicho régimen hasta 1890 en muy poco
se diferencia del mantenido por el franquismo en 1939
al 1976
Tesis 17. Lo peculiar del orden liberal
constitucional y parlamentario es que no solo niega y anula la libertad
del pueblo, sino que fabrica un tipo de ser humano
que es inhábil de manera constitutiva y múltiple para la libertad
y que incluso la teme y la odia, de manera que su existencia
preferida es en tanto que sometido, dirigido, eleccionado y gobernado
al parecer porque ello le libera de la ardua tarea de pensar, sentir
escoger y obrar como persona. Tan aterradora
situación ya fue pensada y bolida por los filósofos franceses
dieciochescos, que observaron la capacidad casi ilimitada
que el ser humano posee para ser moldeado desde fuera
y establecieron las líneas maestras para que el Estado la utilizara en su propio
beneficio
todo lo cual fue importado por nuestros ilustrados y liberales
Bervigracia por Quintana.
Ello aparece en los textos constitucionales de la primera hora adoptando diversas
maneras
y va a llevar al Estado a complementar sus anteriores funciones de elaboración
del derecho, recaudación de tributos, recluta de soldados
y coerción de los rebeldes con la nueva educación utilitaria del pueblo
como luego se examinará.
Con todo, no es hasta la segunda mitad del siglo XX cuando se constituye
en su plenitud el Estado hiperadocrinador hoy en vigor
el más deletereo posible para la libertad y la condición humana misma.
La respuesta a todo ello es negar al Estado la legitimidad
de forjar a los seres humanos conforme a sus intereses
no es posible que se autoconstruyan. Eso demanda una gran
revolución política que ponga fin a la existencia misma del ente estatal.
Se ha tratado ya sobre la parte militar y policial
del orden liberal. Ahora se apuntarán algunas pinceladas
sobre la administración civil. Desde los años finales
del absolutismo prospera el cultivo y aplicación de la llamada
ciencia de la administración, dirigida a crear un aparato funcionarial
lo más desarrollado posible, adecuado no solo para que el poder
ejecutivo domine sin limitaciones al cuerpo social, sino también
para contribuir a proporcionar las orientaciones estratégicas y las metas
fundamentales al conjunto de las élites mandantes.
Con tal propósito, en 1839 es publicado el libro
colección de proyectos, dictámenes y leyes orgánicas
o estudios prácticos de administración de Francisco Agustín Silvela
que sienta las bases de tal disciplina
cultivada también en ese tiempo por Alejandro Olívan
y que en la introducción del autor tiene esta reveladora frase
Gobernar en su más lata expresión
es dirigir a los hombres, dictarles reglas de conducta y conseguir
que las observen, es hacer y ejecutar la ley.
Chulesca expresión de la concepción tiránica que
el liberalismo naciente tiene de su misión, la idea
directriz de la obra es la necesidad de una reforma administrativa
que, alcanzando a todos los niveles del aparato estatal
haga a este más competente en la tarea de dirigir a los
hombres, ello demanda el crecimiento constante de los medios
y recursos e induce a un crecimiento continuo de los tributos
pagados casi exclusivamente por las masas rurales
y los trabajadores urbanos.
Tesis 19
La creación de la Guardia Civil en 1844 por el gobierno
de Narváez, otro de los pretorianos devotos de
la libertad, proporcionó al estado liberal un poder ejecutivo
descomunal, nunca poseído por el relativamente endeble
estatal preliberal. Formada por soldados profesionales en funciones
de policía y dependiente del ministerio del ejército a la vez que
de gobernación, equivale a la militarización perpetua
del orden público e impone la permanencia del estado de excepción
pasmosa situación que se mantiene hasta el presente.
Pero sería un error concebir a la Guardia Civil como cuerpo simplemente
represivo, pues sus funciones son mucho más amplias.
Con su naturaleza de institución basada en el uso de la fuerza
contra el pueblo a su nivel máximo expresa la despiadada condición
del ente estatal liberal y es una advertencia a todos de lo que les espera
si osan rebelarse. Asimismo protege la propiedad,
permite el cobro de los tributos, hace posible la recluta de quintos para el
ejército, realiza la aplicación de las intolerables leyes
de desamortización civil, finaliza la aniquilación de la autonomía
del municipio, se ocupa de que las normas legales elaboradas
en Madrid sean respetadas hasta en la última aldea,
introduce el idioma castellano con su sola presencia allí donde
antes nunca había sido utilizada, informa regularmente al gobierno
de la situación en cada rincón del país y acumula datos sobre
descontentos y subversivos. Es, en resumidas cuentas,
un paso de gigante hacia la constitución del estado policial
ya en los primeros decenios del giro liberal.
El desviadado obrar de la Guardia Civil es favorecido por dos inventos técnicos,
el telégrafo y, sobre todo, el ferrocarril.
Tales asuntos evidencian, de nuevo, la esencial identidad entre
absolutismo y liberalismo. Una reflexión final
es que ninguna sociedad con policía profesional puede ser tenida
por democrática, por libre, pues en este sistema el mantenimiento
de la paz pública estaría del propio pueblo en armas.
Tesis veinte
La constitución de 1869,
resultante de la gloriosa, la cuartelada
encabezada por otro lansquenete progresista, el general Primm,
en septiembre de 1868, ha sido exaltada
más allá de toda prudencia por la historiografía oficial
que tilda de sexenio democrático los años
1868 al 74, porque aquella admite,
artículo 16, el sufragio universal masculino.
Pero la democracia no es tanto un asunto de sufragio como
de organización de todo el pueblo en una red de asambleas soberanas,
lo que significa que no pueden existir otros centros de decisión
políticos, económicos, mediáticos o aleccionadores.
Los panegiristas del orden vigente olvidan que aquella niega el derecho de voto
a las mujeres. Hay toda una literatura académica
destinada a loar tal carta constitucional,
así como las circunstancias históricas que la hicieron posible.
El motivo es comprensible. Las anteriores, al legislar el sufragio
restringido, muestran a las claras su carácter despótico
y hacen tambalear el aparato apologético con tanto esfuerzo levantado
en torno a la revolución liberal. Por tanto, dado que la Constitución
de 1869 es democrática,
se celebra la feliz culminación en ella de la construcción de una sociedad
libre. La exclusión de las mujeres afea la operación,
pero se confía en que la misoginia haga poco visible tal cuestión.
Su primer articulado, del 2 al 28,
es un torneo de palabrería sobre derechos, garantías y
libertades, pero la trampa, incluso en sus propios términos,
está clara, pues si el artículo 17 proclama las
libertades de expresión, reunión y asociación, las dos siguientes
someten a éstas al arbitrio de la policía, la autoridad gubernativa
y el aparato judicial, que pondrán por encima de tanta pomposidad
liberatoria la seguridad del Estado. Su carácter
democrático se aviene mal con la naturaleza
oligárquica del Senado, artículo 62 al 63,
que ha de estar formado por los mayores prebostes del organismo
estatal, los más riesgos pertenientes y los más opulentos burgueses
de la industria y el comercio. El título 10
de las provincias de Ultramar, evidencia
la naturaleza colonialista de dicho documento político-jurídico,
creado en buena medida como maquiavélica maniobra para alcanzar
una mejor posición política en la lucha contra la insurgencia cubana.
En todo lo demás es una copia de la de 1812.
Para aquilatar el abismo existente entre la verbosidad constitucional
tan alabada por la izquierda, la intelectualidad y el progresismo
y la dura realidad, nada mejor que hacer notar que con esta
constitución garantista, hasta el hartazgo,
se llevó a cabo la muy severa represión del movimiento popular
en el verano de 1873 y en los meses posteriores.
Se trituró el cantonalismo, por ejemplo,
bombardeando Cartagena sin consideración hacia la población civil,
hasta destruir la ciudad casi del todo. Peor aún es la
ejecutoria de los gobiernos de sexenio democrático en Cuba,
donde obraron como agresores, verdugos y exterminadores frenéticos.
¿Qué se puede decir hoy del progresista Prim,
jefe del movimiento popular que estatuye la
Constitución Democrática de 1869, feliz culminación
aunque finalmente malograda de nuestro liberalismo más emancipador?
Si tomamos cualquiera de las varias biografías editadas
sobre él, por ejemplo, Prim, de Rafael
Oliver, nos enteramos de ciertos asuntillos menos brillantes.
Siendo gobernador de Puerto Rico, realiza ejecuciones extrajudiciales
cuando le viene en gana, y en 1848 promulga él
Código Negro, que pena con enorme dureza a los negros,
libres y esclavos, autorizando a los propietarios de esclavos
a castigarlos físicamente e incluso a matarlos.
Cuando aquel mismo año hay un conato de levantamiento de esclavos,
exterminó a sus promotores, en frase de Oliver.
Dicho en plata, Prim es un racista y un esclavista, además de un
despota sanguinario, hasta el punto que el aparato judicial de la colonia
se vea obligado a oponerse, finalmente a sus demasías.
Amante de la vida lujosa y del dinero,
íntimo de los banqueros y habitual jugador en bolsa,
en 1857 compró 13.000 hectares de tierras provenientes
de la desamortización civil en los montes de Toledo,
para dedicarlas a los placeres de la caza y el ocio campestre.
En 1859-60 dirigió la guerra de agresión
contra los pueblos de Marruecos, para él simples
hordas salvajes, a meter en cintura a cañonazos.
Asimismo animó la agresión neocolonialista a México
de 1861-62. Campeón, según se nos dice,
del espíritu democrático y popular, fue ávido de títulos nobiliarios,
haciéndose conceder los de Conde de Reus, Visconde del Bruc,
Marqués de los Castillejos y Grande de España de primera clase.
Tesis XXI
Devaluada al poco esa gran operación política
destinada a lograr un plus de credibilidad en el interior
y el exterior, que forman la cuartelada de 1868,
la expulsión de Isabel II, la Carta Constitucional
del año siguiente y la designación de Amadeo de Saboya
como nuevo rey de España. Las élites mandantes
se deciden a dar un paso más por la senda de la demagogia y el populismo
e instauran la primera república en febrero de 1873,
que incluye la elaboración de un proyecto
de Constitución Federal de la República Española, continuista
con la Constitución Marrue, la de 1812, pero que no
culmina por el poco glorioso final que conoce el experimento republicano
meses después. Lo peculiar de la primera república
como parte conspicua de la revolución liberal
es la fusión de berborrea radicalizada y sanguinaria
represión policial y militar de que se vale para desarticular
el movimiento popular insurgente, tan vigoroso que en el verano de 1873
apunta al derrocamiento del aparato estatal,
pues incluso el ejército conoce síntomas de desintegración
y una ejecución de oficiales y mandos por los soldados.
El principal actor político es el Partido Republicano Federal y su jefe,
Francisco P. Margal, amigo de Proudhon y
Anarquizante, uno de los primeros ideólogos del movimiento
obrero y campeón en ese tiempo del radicalismo palabrero
para consumo de quienes desean ser engañados. Una vez en el gobierno
republicano, P. hace lo contrario, personalmente
o a través de sus subordinados en dicho partido, de lo que siempre
había preconizado, refuerza de manera excepcional
la Guardia Civil, organiza columnas policiales y militares
para reprimir sin contemplaciones los focos insurgentes y se olvida
de las garantías judiciales y procesales mínimas, otorgando
carta blanca a torturadores y ejecutores, al mismo tiempo
que verbosea, ofrece y promete sin medida. De ese modo
el republicanismo federal consiguió que en el otoño de dicho año
el movimiento insurgente estuviese en reflujo, salvando con ello
la continuidad del Estado español. La ejecutoria de P. no tiene nada
de extraordinario, pues es la propia de la izquierda
en todas las épocas, cuya función real se resume así.
1. Ser mecanismo de transmisión de la cosmovisión
e ideas de las minorías gobernantes al pueblo, adobando de manera
conveniente aquella y estas. 2. Acumular rédito
político en las épocas relativamente pacíficas a fin de valerse
de él en los tiempos agitados para salvar el orden establecido.
3. Crear la ilusión de que la meta más deseable
es un capitalismo tan desarrollado que, por eso mismo,
llegue a ser perfecto y un Estado tan protector y redentor
que realice la dicha y el bienestar más completos de todos.
4. Colaborar con las instituciones en las coyunturas históricas
en que aquellas necesiten superar determinados obstáculos,
haciendo que su poder dé un nuevo salto adelante.
5. Repudiar el capitalismo como es hoy solo para contribuir
a recrearlo como ha de ser mañana. Esto es, más
perfeccionado y poderoso de dónde resulta su revolucionarización
periódica.
El primer tema aquí sobre el proyecto de Constitución Federal
de la República Española sería, en su título I
de la Nación Española, establece que forman parte de ella
Cuba, las Islas Filipinas, de Fernando Poo,
Anobón, Corisco y los Establecimientos de África,
para lo que se vale de la artimaña de calificarles política
y jurídicamente de Estados.
Se mueve a nuestros republicanos, idéntico al de los monárquicos.
A Navarra, regiones bascongadas, Baleares,
Cataluña, Valencia, Galicia y Canarias lo sitúa también como
estados integrados en la Nación Española, sin que medie ninguna
consulta a sus pueblos sobre su identidad, organización política,
lengua y formas de relación con España. Enfoque que mide el grado
de españolismo de aquel texto.
Otra nota aquí sobre la Guardia Civil sería,
en la Guardia Civil Española, José Sanz Muñoz,
Historia Oficial del Instituto Armado, editada por la Dirección General
de la Guardia Civil en 1994, se expone que el sexenio
realizó la consolidación del Cuerpo Militar Policial
y la Primera República lo potenció, pues proyectó incrementar
la plantilla desde los 12.000 a los 30.000 hombres, por el Decreto
Republicano de 2-8-1873.
Ello es otra prueba más de que la izquierda en el Gobierno
se suele manifestar siempre muy favorable al Estado Policial,
dado su legicentrismo y estatofilia.
Gracias al obrar de los muchos Pi y Margal de los últimos
150 años el orden estatal capitalista, soy más poderoso
y en apariencia imbatible que nunca.
Tesis 22
Otro rasgo de la revolución liberal española es la aniquilación
de la conciencia moral, con el propósito de crear una sociedad
exclusivamente regida por la ley jurídica, por el Estado,
en suma, por el interés personal como piedra angular
del capitalismo, por la sed de riquezas, por la competitividad,
esto es, por el odio, y por el mercado.
Esta atrocidad ha sido presentada como un gran logro
y un enorme avance por el radicalismo odierno,
el mismo hundido en una inmoralidad autodestructiva.
Tales convicciones son de larga data, porque como expone
con perspicacia Hannah Arendt, en el es el mismo Machiavelli,
campeón de la razón de Estado, el que nos exhorta a no ser buenos,
pues el anhelo de bien y virtud en las personas y en las sociedades
dificulta que el artefacto estatal prospere.
La revolución liberal española, desde sus orígenes,
siguiendo a filósofos e ilustrados, entroniza el utilitarismo
y el relativismo, haciendo de Beth Ham
su autor preferido, a pesar de las bien argumentadas críticas
que le dirige Martínez Marina.
La cosa llega tan lejos que viajeros y estudiosos de nuestro siglo XIX
se escandalizan del grado que alcanzó en la España liberal,
constitucional y burguesa, la corrupción, la venalidad,
el egotismo, la veneración por el dinero y los apetitos inferiores,
la general falta de ideales trascendentes, sentido ético,
altura de miras e integridad personal.
El anticlericalismo español, esa apuesta por el embrutecimiento
de la moral, al presentar torticeramente la moral como un asunto
vinculado a la religión y tan despreciable como ésta,
logró éxitos aún mayores en la promoción de la maldad.
Pero si Maquiavelo, el gran estatófilo, llama a practicar la perfidia moral,
quienes deseen una sociedad liberada de la tutela y camisa de fuerza
del artefacto estatal, así como de sus criaturas,
han de ir, lógicamente, en la dirección contraria.
Y sobre Martínez Marina dice,
lo hace en su libro Principios naturales de la moral, de la política y de la
legislación,
terminado en 1824 pero no publicado hasta 1933,
por la presión de los reaccionarios de una y otra condición.
Su lectura, aunque difícil, es de interés en el presente.
La principal aportación de la obra es que la política y la legislación
han de fusionarse con la moral, para formar un todo civilizador.
Así es, pues la experiencia muestra que la política cinética
termina en la barbarie y en las peores expresiones de tiranía.
Tesis 23. Según se expuso,
el Título IX de la Constitución de 1812,
de la Inscripción Pública, establece un hito
en el perfeccionamiento de los procedimientos de dominación,
pues convierte el Estado en conculcador cotidiano de la libertad de conciencia,
función que aquel irá desarrollando más y más hasta llegar a nuestros días,
cuando el adoctrinamiento perpetuo de las masas,
a cargo del artefacto estatal y de las instituciones privadas
que obran en cooperación con él, ha llegado a ser uno de los principales rasgos
de la actual formación social no libre.
Tal título establece la educación primaria obligatoria,
la expansión de la universidad, la uniformización de los contenidos,
la creación de un organismo estatal rector de todo el sistema educacional
llamado Dirección General de Estudios, subordinado a las Cortes
y al Gobierno, y la concesión de la libertad de expresión
en el sentido ya expuesto.
La cuestión de la educación preocupa mucho a los ilustrados, y sobre ella
escriben Feijó, el conde de Cabarrús y, sobre todo, jovellanos,
pues esperan que el ente estatal, al hacerse con el control de las mentes,
alcance un grado óptimo de poder.
En ello, nuestros ilustrados y liberales, tandados a la copia servil
de lo foráneo, imitan a los filósofos, franceses,
en particular a El Vecio, que en varias de sus obras,
del Espíritu 1758 y del Hombre 1773,
declara al ser humano
criatura instruible, es decir, moldeable y modificable
como los intereses estratégicos del educador.
Aquellos, plumíferos de un poder estatal que aspira a reduplicarse,
no logran concebir al ser humano como autorrealizable,
por tanto, autoeducable, en condiciones de libertad razonable,
y nada quieren oír de la libertad de conciencia, salvo si va dirigida
contra la Iglesia, útil chivo expiratorio.
En lo que no escatiman es en las visiones y profecías
redentoristas, pues advierten que de la aplicación de sus doctrinas
resultará la felicidad general,
lo que es una notable exageración, dado que lo único que de ello puede derivarse
es la felicidad de las élites organizadas como Estado.
Es patético, dicho sea como reflexión añadida, que para comprender nuestro tiempo
tengamos casi siempre que remontarnos a pensadores de hace siglos,
como los filósofos e ilustrados, prueba que desde entonces
nada innovador en esencia se ha producido.
Para cumplir la función primordial del espíritu libre, la creación de lo nuevo
al pensar y realizar el futuro, es necesario derribar
el culto por tan rancias autoridades, cuyos envenenados productos
nos paralizan y confunden, nos pervierten y pierden.
Los contenidos del texto constitucional en esta materia
son desarrollados en 1813 por el poeta y político
Manuel José Quintana, en su conocido discurso ante las Cortes gaditanas,
informe de la Junta creada por la Regencia
para proponer los medios de proceder al arreglo de los diversos ramos
de la instrucción pública, que formula las líneas maestras
de la intervención estatal en materia educativa.
Su plasmación legal se efectúa en el Parlamento de Instrucción Pública de 1821,
el Plan de Universidades de 1824,
la Ley de Instrucción Pública de 1857,
el Decreto de Segunda Enseñanza de 1868
y otros textos normativos más que otorgan al Estado un nivel creciente
de dominio en este ámbito.
Los procedimientos para el arrasamiento de la libertad interior del sujeto
que pone en marcha el vuelco liberal no se reducen al sistema educativo.
La prensa, que ya había alcanzado un cierto desarrollo en el siglo XVIII,
progresa vertiginosamente en el XIX
y en 1835 sale el primer diario de estilo moderno
de masas, El Español. Asimismo es publicada
una avalancha de panfletos, cartillas patrióticas,
folletines y otras obras escritas de estilo popular, todas con una trayectoria
de arriba abajo, pues son producidas en las alturas y leídas
en las bases de la pirámide social.
Como se dijo, desde mediados de siglo el ferrocarril contribuye poderosamente
a difundir la prensa por todo el país, convirtiendo Madrid en el gran centro
de elaboración de la cultura propaganda y la sapiencia adoctrinamiento.
El perfeccionamiento de la tecnología de la impresión
que hace del libro un objeto del consumo popular ya en la segunda mitad
del XIX en los medios urbanos, favorece la creación de una
casta de escritores profesionales que logran difundir la cosmovisión
deseada por las élites entre las clases subalternas.
La universidad, una institución muy minoritaria
en la sociedad absolutista, conoce una rápida
expansión, haciéndose el centro de elaboración de las líneas maestras
del que hacer aleccionador. Finalmente no puede desdeñarse
la función propagandística desempeñada por el parlamento y los partidos
políticos, de importancia a partir de mediados del siglo.
Si a finales del XVIII el tiempo medio de adoctrinamiento diario del sujeto
común, casi todo él, a cargo del clero,
podía ser de media hora, en las postrimerías de la siguiente
centuria había alcanzado ya las dos horas, si bien será
el advenimiento de los nuevos sistemas inculcadores, el cinematógrafo,
la radiofusión y ya casi en nuestros días la televisión,
lo que llevará a su cénit a la sociedad del adoctrinamiento,
la actual. En esta la vida autónoma del espíritu
se extingue, la verdad es despreciada y todo se
convierte en propaganda institucional. En consecuencia
la lucha por la libertad de conciencia, por una sociedad en la que la libertad
de conciencia sea una realidad estructural, es uno de los puntos cardinales
del programa de la revolución democratizadora por hacer.
Tesis 24
La experiencia de los últimos 250 años
que incluyen la fase ilustrada del antiguo régimen
y la sociedad hiperestatal del liberalismo, muestra que
al mantenimiento del régimen político de dictadura en curso ha contribuido tanto
el aparato adoctrinador como el militar y policial,
ello equivale a decir que el aleccionamiento ha sido tan determinante
como la represión, situación que incluso se ha desequilibrado más a favor
del primero desde la segunda mitad del siglo XX, con la
constitución de la fatídica sociedad de la información y el conocimiento.
Esta desde luego contribuye hoy
más a la docilidad, deshumanización y vilificación de las masas
que el consumo y bastante más que la represión directa.
El intelectual y el profesor son,
junto con el militar, el policía, el funcionario, el ingeniero
y el burgués, uno de los tipos humanos decisivos del liberalismo.
Es así ya desde los orígenes del actual orden.
Pensemos en Quintana, varias veces citado, cuya existencia
como intelectual tiene muchas más sombras que luces.
Entre estas últimas está su Vidas de españoles célebres
de 1807, que al inspirarse en Plutarco
actualiza elementos de lo mejor de la cultura occidental,
actualmente en fase de liquidación inducida desde el poder,
y él, semanario patriótico, clave en el mantenimiento
de la justa resistencia a Napoleón I,
poseído de un aliento épico digno de imitación.
Pero él es quien, como se ha expuesto, diseña el plan estatal
para el orden educativo liberal que llevará al colapso en desarrollo
de lo reflexivo, cultural, creativo y civilizacional que ahora padecemos.
Además, termina sus días como bateoficial
del nuevo régimen al ser proclamado
en 1855, atiborrado de condecoraciones,
lucrativos cargos y jugosos premios en metálico,
negando con ello los hermosos ideales morales que había defendido en su juventud.
En su composición poética,
a Juan de Padilla, de 1797,
fijó lo medular de su ideario personal en el lema
Virtut, Patria, Valor, elogiable en su parte inicial y final.
Andando los años, Quintana convirtió de hecho la virtud
en medro, la patria en negocio y el valor en un vegetar
blando, hedonista y apacible a la sombra del Estado,
entregando a lo que ad tovar denomina la covar de búsqueda de una felicidad
miserable.
Más funestro aún quizá como eleccionador oficial
es Modesto la Fuente con su Historia de España
en 30 volúmenes, 1850 al 66,
que establece lo que el Estado desea que el pueblo crea sobre nuestro pasado,
obra cuyas líneas maestras se mantienen en la historiografía ortodoxa
de hoy y se mantendrán hasta que el orden dictatorial, liberal y
constitucional sea derrocado, revolución que ha de tener como meta
la adquisición de libertad para pensar, debatir, exponer
y vivir la verdad. Pero acaso el ideólogo por excelencia del despotismo
constitucional triunfante sea Galdós con sus
Episodios Nacionales, 1873-1912,
suma de novelas populistas, si no populacheras, y teatro
anticlerical, con sus coqueteos con el Movimiento Obrero y su Acta
de Diputado por el Partido Liberal Dinástico. Con él emerge el
intelectual comprometido que va a imponer a millones de seres humanos
su propia cosmovisión y escala de valores que son, no casualmente,
las que interesan al poder. La Generación del
98 eleva ese estado de cosas a un nivel de perfección
mostrando ya al intelectual adoctrinador el gran tirano propio
de la modernidad, amoral, logrero, sin escrúpulos ni respeto
por la verdad, dispuesto a todo con tal de mejorar su carrero profesional
y hacer dinero, lo que lleva a sus miembros más destacados
a terminar en brazos del franquismo.
Para concluir este punto, veamos cómo es estructurado el aparato
adoctrinador por el liberalismo, destinado a extinguir ese primer
valor y bien supremo que es la libertad de conciencia, o autonomía del
espíritu. Se compone de seis partes.
El sistema educativo en sus diversos niveles. El aparato mediático.
Los partidos y el parlamento. La actividad estética
y artística. La publicidad comercial.
El universo del espectáculo, el ocio y la diversión monetizadas.
Todo ello constituye el enemigo principal inmediato de una
revolución democrática que se proponga realizar la libertad equitativa
para todos y hacer posible la libertad de conciencia.
Una nota
aclaratoria sobre los partidos políticos sería
el primer partido de masas y no meramente denotables de nuestra historia
acaso sea el partido demócrata español, fundado en 1849.
Con él se inaugura la época en que los partidos políticos se hacen cargo
de la tarea de corromper la conciencia popular por el aleccionamiento,
la promoción de artificiales banderías, creadoras de enfrentamientos
en el seno del pueblo y las corruptelas, haciendo imposible
el autogobierno por medio de asambleas soberanas.
Otra nota aclaratoria sobre la libertad de conciencia sería
cuando el filósofo J.A. Condorcet
terminó en 1794 su libro Bosquejo de un cuadro
histórico de los progresos del espíritu humano, dedicado a exponer
la teoría del progreso en su formulación y amadura,
no podía imaginar que sus lucubraciones apologéticas iban a quedar confirmadas,
aunque de otra manera, por el avance constante que desde esa fecha
han conocido, y más aún conocen, los medios para dominar
las conciencias y las conductas, ahogar la actividad libre del espíritu humano
e impedir toda aproximación a cualquier forma de verdad
que resulte incómoda para el ente estatal.
Por desgracia, es la dictadura, la opresión, la dominación.
Ese es el sino terrible de nuestra época, el triunfo abrumador
del mal.
Tesis 25.
La actuación del pueblo a lo largo de la revolución liberal ha de ser considerada
con objetividad,
señalando sus aciertos y desaciertos.
Entre los primeros está, como principal, el rechazo activo
del régimen constitucional y parlamentario, así como del capitalismo
por la gran mayoría, de manera que el liberalismo fue siempre el credo
de las minorías mandantes y pudientes, de nobles, clérigos, militares, literatos,
comerciantes y advenedizos demagogos, según la exacta
formulación de L. X. del Corral para el primer tercio del siglo XIX.
Pero aquel rechazo no es de naturaleza superadora,
no mira hacia el futuro, no pretende vencer, es meramente
defensivo y no se propone crear una sociedad nueva.
Se contenta con frenar o ralentizar el desarrollo del liberalismo y de su retoño,
el capitalismo. Desea recuperar las tenidas por mejores condiciones
de existencia y relaciones sociales del pasado y confía
en llegar a un acuerdo razonable con el Estado, ya liberal,
lo que era imposible. Provisto de tal programa, implícito
en el lograr de la masa popular, en ese tiempo rural al 80%,
no se puede alcanzar la victoria en primer lugar porque esta no se desea,
ni siquiera se piensa. Tal estado de ánimo es aprovechado con habilidad
por la facción carlista, en sí misma de minúscula significación,
para atraer a una parte de la masa popular a sus filas.
El carlismo es, en definitiva, otra vía hacia el desarrollo del Estado y del
capitalismo,
quizá menos irracional, fanática y sanguinaria que la seguida por las élites
marlileñas, ciegas de dogmatismo, cerrazón y odio
hacia la gente común, pero no, por eso, menos antipopular.
En resumidas cuentas, el pueblo no está, ni de lejos,
a la altura de las circunstancias históricas. Fallan en él
los elementos de la conciencia, análisis del momento histórico, fijación
de metas y fines, reflexión estratégica, cálculo táctico,
puesta del pasado al servicio del futuro, en fin, todo lo que
se necesita para atreverse a luchar, a desear la victoria y, tal vez,
a lograrla efectivamente. Uno de los argumentos
racionales esgrimidos a favor del liberalismo es que este,
conforme a su esencia, tiene que desarrollar las fuerzas productivas y técnicas,
que son la base de una futura sociedad sin clases, por lo que,
aunque por sí mismo es negativo, debe ser apoyado debido a que
transporta, sin desearlo, a la humanidad a un futuro radiante, edénico.
Aquí encontramos el narcotizante enfoque teleológico
y determinista, tomado de las religiones, que bendice
el mal presente con la promesa de un bien futuro, usado para embaucar
a las gentes durante milenios. La economía y la técnica no son fundamento
de nada más que un poder muy adcrecentado de las minorías mandantes.
No ha sido demostrado que la historia esté destinada a un final
venturoso en una sociedad sin clases, ni estado, ni propiedad privada,
y la situación actual apunta a todo lo contrario.
Con tal pirotecnia verbal se vela la realidad. Han pasado ya dos siglos
desde el giro liberal y lejos de manifestarse aquella taumatúrgica conversión
del mal en bien. Lo que se observa es un robustecimiento constante de lo negativo,
con un ente estatal hipertrofiado y una gran empresa
multinacional más y más liberticida conforme incrementa su tamaño
y extensión.
Tesis 26 y última. La derrota colonial de
1898 excremeció a un país empobrecido y diezmado,
embrutecido y desestructurado por el liberalismo
constitucionalista, pero aún no del todo dominado por él.
Aquella bufa manifestación de incompetencia, corrupción,
pereza, zafiedad y cobardía mostró que el constitucionalismo
había fracasado a medias, pues su gran designio, cuando estaba en la fase
juvenil, la ilustración, era crear un poder militar,
político, ideológico, técnico y económico irresistible,
por tanto adecuado para conservar e incluso acrecentar el imperio.
De tal fiasco resultó el descrédito de una buena parte de sus
formulaciones, lo que promovió en las élites una reflexión de larga duración
que originará el programa del franquismo primero y el franquismo
como realidad política después.
Este realizó hasta el fin el ideario básico del liberalismo, lo que convirtió a
Franco
en el último de los espadones y, una vez materializado
aquel, el régimen vencedor en la guerra civil se autoextinguió
de manera consciente y deseada para dejar paso al sistema parlamentario
y constitucional en 1974-78,
por ser la forma más efectiva en general de la dictadura de los
poderavientes. Por tanto, la actual sociedad es hija del
liberalismo y el fascismo al mismo tiempo. Para finalizar,
podemos enfrascarnos en la tal vez imposible intelección racional
de una frase, mitad cabalística, mitad esperpéntica,
urdida por el politólogo institucional G. Sartori,
de las democracias liberales se puede decir que son sociedades libres en un estado
libre.
Claro que si se trata de averiguar la verdad sobre la revolución liberal,
la formulación que más se le acomoda es la elaborado por otro
estatal italiano bastante más famoso, Benito Mussolini,
que dice, todo en el estado, nada fuera del estado,
nada contra el estado, lo que no significa
que fascismo y parlamentarismo sean idénticos, sino que ambos
son sistemas que se proponen maximizar la fuerza del ente estatal.
Fin del audioartículo. Gracias por la escucha.
Narración, Pere Ardebol, del equipo Mizar de videos.
Web de Félix Rodrigo Mora
www.FélixRodrigoMora.net
Artículo leído del libro Seis Estudios
de Editorial Brulot
Subtítulos por la comunidad de Amara.org
Subtítulos por la comunidad de Amara.org
Subtítulos por la comunidad de Amara.org
Subtítulos por la comunidad de Amara.org
Subtítulos por la comunidad de Amara.org
Subtítulos por la comunidad de Amara.org
Subtítulos por la comunidad de Amara.org
Subtítulos por la comunidad de Amara.org
Subtítulos por la comunidad de Amara.org
Subtítulos por la comunidad de Amara.org
Subtítulos por la comunidad de Amara.org
Subtítulos por la comunidad de Amara.org
Subtítulos por la comunidad de Amara.org
Subtítulos por la comunidad de Amara.org
Subtítulos por la comunidad de Amara.org
Subtítulos por la comunidad de Amara.org
Subtítulos por la comunidad de Amara.org
Subtítulos por la comunidad de Amara.org
Subtítulos por la comunidad de Amara.org
Subtítulos por la comunidad de Amara.org

También podría gustarte