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Modelo de intervención en Matemáticas

Muchas de las actividades que tienen lugar en el desarrollo del aprendizaje matemático demandan
habilidades para procesar y almacenar información de forma simultánea, recursos de atención y
capacidades de memoria de trabajo.

La memoria de trabajo – especialmente el llamado ejecutivo central – juega un papel crucial tanto para
el cálculo mental simple (Ashcaft, 1995; Kaufmann, 2002; Lemaire, Hervé y Fayol, 1996) como en el
cálculo complejo (Fuerst y Hitch, 2000; Passolunghi y Siegel, 2001).

Esto conlleva que el aprendizaje y aplicación de conceptos matemáticos se relacionan con distintos tipos
de procesos, unidos a las funciones ejecutivas del alumno, el grado de comprensión y el uso de los
conceptos y estrategias adquiridos en clase de forma adecuada.

Las dificultades más comunes


Algunas de las dificultades más habituales en el área matemática son:

 Dificultades en la lectura, escritura y repetición de números así como en la transcodificación entre


código alfabético (ej. «ocho») y arábigo (ej. «8»).
 Dificultades en la representación y recuperación de hechos numéricos relacionados con la memoria
semántica (adiciones simples, tablas de multiplicar, resta y división). Por ejemplo para calcular
“13×8” se suele ejecutar la multiplicación representándola mentalmente. En cambio en operaciones
más simples como “2+4” o “5×6” el resultado se puede recuperar directamente de la memoria
semántica (como si fuera un significado global), sin necesidad de ejecutar mentalmente la operación.
 Uso de procedimientos aritméticos inmaduros y muy concretos (por ejemplo contar con los dedos).
 Alta frecuencia de errores en las operaciones (por ejemplo se olvida llevar números en las restas o se
cuenta mal en los cálculos).
 Dificultades de comprensión de los conceptos aritméticos y símbolos numéricos (por ejemplo
números positivos y negativos, fracciones, etc.).
 Dificultades en la resolución de problemas: en la identificación de la información relevante y de las
incógnitas, planificación y uso de las estrategias aprendidas en clase, errores en el cálculo, etc.

Áreas de intervención específicas


Nuestro modelo de intervención en matemáticas toma en consideración tres áreas principales de
intervención, que se trabajan de forma combinada o individualmente en función de las necesidades del
alumno: habilidades prematemáticas, transcodificación numérica, cálculo y resolución de problemas.
Habilidades prematemáticas
Una adecuada adquisición del concepto de número y cantidad, así como nociones básicas de conteo
resultan de gran ayuda en la adquisición de los primeros conocimientos formales relacionados con el área
de las matemáticas. El aprendizaje de dichos conceptos y habilidades se realiza a través de la
experimentación y el juego.

Transcodificación numérica
Adquisición de habilidades de representación de conceptos cuantitativos tanto a través del lenguaje oral
como gráficamente (código alfabético y arábigo). Aprender a leer y representar los números
gráficamente, aplicando el principio de orden o posición (unidades-decenas-centenas).

Cálculo y resolución de problemas

Problemas verbales: Identificar la información y datos relevantes para la resolución de problemas,


elección de estrategias y planificación del procedimiento a seguir para hallar la solución.

Resolución de algoritmos: Resolución de operaciones matemáticas sin el apoyo de la información verbal


aportada en los problemas verbales para la representación de las cantidades (3 vs. * * *)

Cálculo mental: Desarrollo de estrategias de razonamiento y representación abstracta de cantidades,


aplicando algoritmos sin necesidad de apoyarse en una representación gráfica de los datos.

Objetivo de nuestra intervención en matemáticas


El objetivo de nuestro modelo de intervención es la adquisición y mejora de las capacidades del alumno
en las distintas áreas relacionadas con las habilidades y el razonamiento matemático, con el fin de
alcanzar un nivel óptimo de desarrollo en sus capacidades y un aprovechamiento académico adecuado.

Como base de la intervención se considera que hay que ir a buscar al alumno en el punto en el que se
encuentra, y proporcionarle las herramientas necesarias para alcanzar el nivel de desarrollo óptimo para
su edad y capacidades.
Metodología de intervención
1. Evaluación psicopedagógica breve. Screening de las distintas áreas relacionadas con el aprendizaje
que resultan relevantes en la identificación de áreas de dificultad en las que se intervendrá.

2. Elaboración de un plan educativo individualizado (PEI). Planificación de las áreas y metodología de


intervención (formato, plazos, objetivos) para el caso concreto del alumno.

3. Programa de intervención. Como punto de partida se utilizan ejercicios adaptados a la edad y nivel del
alumno, interviniendo en cada una de las áreas en que aparecen dificultades o donde hay posibilidad de
mejora del rendimiento. El entrenamiento en cada una de las áreas es adaptable a las necesidades de cada
alumno, alternando actividades y juegos relacionados con las áreas de intervención. En cuanto a la forma
de intervención, se divide en sesiones presenciales y a distancia según las necesidades del alumno:

 Sesiones de apoyo presencial.

El alumno
trabaja de forma individual con un tutor experto en la sede de Psise. Las sesiones son de una hora de
duración y se trabajan los distintos aspectos relacionados con las áreas de mejora del alumno de forma
personalizada.

Como material de trabajo, la contamos con ejercicios y actividades de elaboración propia adaptadas al
currículo escolar por áreas de intervención. Además, según el caso, se utilizarán los deberes escolares
del alumno como punto de partida, realizando simultáneamente funciones de profesor de apoyo y experto
en intervención en aprendizaje.
 La plataforma online.
El alumno tiene a su disposición una herramienta de ampliación y fuente de recursos para el trabajo en
casa. En ella puede encontrar:

1. Ejercicios y actividades recomendadas en cada una de las áreas de intervención en matemáticas,


distribuidas en distintos niveles según el curso escolar.
2. Tests y pruebas de nivel.
3. Enlaces externos a otras webs con ejercicios y actividades que puedan resultar de interés para el
alumno.
4. Foro de comunicación con su tutor experto para el envío de ejercicios y resolución de dudas.
4. Evaluación de resultados y seguimiento. Se realiza un encuentro de verificación periódico en el que el
tutor personalizado valora, conjuntamente con el alumno y sus progenitores la necesidad de proseguir la
intervención, modificar el enfoque o dar por terminada la misma al haberse alcanzado los objetivos de
desarrollo propuestos.

Una vez finalizada la intervención la Sección de Procesos de Aprendizaje de Psise pone a disposición un
servicio de seguimiento periódico (“follow-up”) a distancia de seis, doce, dieciocho y cuarenta y ocho
meses. Durante estos encuentros de seguimiento se analizará el desarrollo de competencias o estrategias
que habían sido objetivo de las intervenciones precedentes.

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