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RESUMEN DE
El fin de la innovación
La era del innovador
Jose Almansa
Gestión 2000, 2021 más...
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50
Clasificación editorial
10
Cualidades
Audaz
Visionario
Inspirador
Reseña
Toda innovación depende de un innovador. Sin estos seres innovadores, la
innovación simplemente no existe. En el mundo empresarial, como en el plano del
desarrollo humano, y en lo productivo, cuidar el espíritu innovador de cada persona
es muy importante. Las nuevas sociedades deben cambiar sus paradigmas de
sistemas jerárquicos y modelos económicos competitivos por nuevos caminos que
contemplen y le den un valor real a todas las acciones que la humanidad puede
crear para alcanzar el bien común, la sostenibilidad del planeta y el respeto por la
vida humana, mucho más allá de un valor monetario o laboral. En este libro, uno de
los pioneros del coworking en España, Jose Almansa, desafía algunas reglas y se
atreve a ofrecer un libro distinto, narrado desde su lado más humano, para contar
todo aquello que lo ha hecho conectar con su “yo innovador”, justamente para
inspirar a otros a encontrarlo.
Ideas fundamentales
El impulso de innovar para el bien común lo traerán las nuevas generaciones que
puedan confiar en sí mismas y atreverse a ser diferentes.
Para poder levantar el vuelo, hay que reconectar con el espíritu innovador que cada
persona posee.
Las nuevas sociedades deben comprometerse con el cuidado del espíritu innovador y
con la sostenibilidad de la una humanidad más consciente de su colectividad.
Distinguir al emprendedor del innovador es indispensable para generar ecosistemas
que potencien la naturaleza del proceso creativo y no la entorpezcan.
El impacto social de lo que hace cada persona es el motor del cambio para un mejor
mundo. El “Currículum Social” es una herramienta para lograrlo.
Las metodologías Grasshopper son las primeras herramientas que todo innovador
debe conocer.
Full Challeging Jump es el modelo de innovación para concretar proyectos
innovadores en cuatro pasos.
Resumen
El impulso de innovar para el bien común lo traerán las
nuevas generaciones que puedan confiar en sí mismas y
atreverse a ser diferentes.
El mundo necesita desarrollar nuevas generaciones que puedan sortear esos
obstáculos impuestos que homogeneizan y dictan la normalidad y el deber ser para
todas las personas por igual. Una generación que no le tema a la diferencia y que al
mismo tiempo tenga confianza en sí misma. Una generación que busque aportar
valor a partir de diferenciarse y sobresalir del resto. La empatía es un nuevo valor
necesario.
Hay tres saltos que la humanidad necesita atreverse a dar para comenzar a cambiar
sus paradigmas:
“Salto 1: El ADN innovador” – Luego de una época de paz que vino después de la
Segunda Guerra Mundial, el mundo actual se enfrenta a un sin fin de problemas,
comenzando por la sustentabilidad del planeta. Las nuevas generaciones deben
cambiar su ADN. Existe un ADN individual y un ADN social y es preciso cambiar
ambos; para ello, hay que dejar atrás la inercia de seguir a la manada. Las nuevas
generaciones deben ponderar valores y capacidades humanas sobre las capacidades
financieras o comerciales. Es fundamental que cada individuo conozca sus fortalezas y
aprenda de sus debilidades y sea capaz de trabajar en equipo. El mundo del futuro
debe ser más colaborativo que competitivo. El espíritu de la innovación se despierta a
través de la observación y no solo del hacer por hacer.
“Salto 2: Necesidad no resulta en innovadores” – Hay que partir de la premisa
de que todos llevan dentro a un innovador y los innovadores están en la búsqueda de
resolver necesidades. La evolución de los antecesores de los humanos tiene mucho
que enseñar respecto a innovar. Las necesidades de sobrevivencia de la especie
trajeron consigo una serie de acontecimientos que hoy pueden calificarse como las
innovaciones más avanzadas de la historia, gracias a las cuales, los humanos
sobreviven: la agricultura, el fuego, la rueda, el ferrocarril. En pleno siglo XXI casi
todas las necesidades humanas están satisfechas, y aunque es cómodo, también es
cierto que los humanos viven en automático, sumergidos de la casa al trabajo y del
trabajo a la casa. Ante ello, es indispensable recuperar el sentido de la innovación y el
espíritu de los innovadores para hacer de este mundo un lugar mejor.
“Salto 3: El mundo colaborativo” – Ninguno de los avances que se lograron en
siglos pasados pudieron hacerse solo con trabajo individual. El ser humano ha
trabajado en colectivo desde el principio de los tiempos. Sin la colaboración no hay
innovación. Las estructuras altamente jerárquicas, producto de la competencia en el
mercado han traído más daño que beneficio; aunque se pensaba que la jerarquía y la
competencia eran la base de la productividad y las ganancias, se ha demostrado que
quienes colaboran ganan más y mejor que quienes compiten. Valores como la empatía
y la confianza son pilares para la colaboración, así como los grupos heterogéneos en
donde cada persona hace aportes valiosos según sus conocimientos y experiencias.
Existen tres saltos más a considerar para continuar con el viaje hacia un mundo
innovador. Todas las sociedades deberían considerar dar los siguientes brincos
hacia la innovación:
1. Los emprendedores parten de modelos ya creados que resultaron rentables para otras
personas. Los innovadores, en cambio, no copian sino que generan nuevas respuestas
sin usar referencias de otros.
2. Los inversionistas suelen preferir los proyectos de un emprendedor antes que los de
un innovador puesto que prefieren no asumir riesgos. Los emprendedores ofrecen
modelos más seguros y probados.
3. Los innovadores traen mejoras que impactan positivamente la vida de las personas o
la sostenibilidad del planeta. Ningún proceso de innovación debe conservar vicios
ni problemas sociales, medioambientales o de cualquier otra índole.
4. El emprendedor se basa en ideas, el innovador se basa en necesidades no resueltas. El
emprendedor solo pisa el terreno conocido y el mundo de las ideas mientras que el
innovador ha superado a la mente para darle paso a su espíritu.
5. Los emprendedores tienen un ecosistema de apoyo que los protege y apoya mientras
que los innovadores son atacados por su propio ecosistema al innovar.
“Quien no cuestiona y coteja las ideas de afuera con las propias no puede
ejercer sus deberes y derechos de ciudadano porque simplemente no
tiene herramientas necesarias para hacer frente al sistema”.
El impacto social de lo que hace cada persona es el motor del
cambio para un mejor mundo. El “Currículum Social” es una
herramienta para lograrlo.
Las personas pueden ser el agente de cambio. ¿Cómo pueden sentirse todos
motivados para actuar? ¿Cómo pueden sentirse todos recompensados más allá de lo
que les trae beneficios personales? La creación del Currículum Social es una
respuesta para que cada individuo tome conciencia de cuál es el aporte que hace al
bien común.
De esta manera, también comienza a cambiarse la cultura vertical por una cultura
colaborativa. En lugar de que los directivos les pidan acciones sociales que se
conviertan en indicadores medibles, los empleados toman la iniciativa pues saben
que son valorados, que se confía en su criterio, y logran resultados con un impacto
mayor y verdadero.
1. Por qué (The Challenger) – Lo primero que hay que tener claro es por qué es
necesario innovar. ¿Cuál es esa necesidad no resuelta?
2. Los retos (The Challenge) – Ahora la necesidad no resuelta se transforma en uno
o más retos.
3. Tener un plan (The Challenging) – Hay que pensar en posibles soluciones y
detallar cuáles serán las acciones concretas para resolver la necesidad.
4. Saltar (The innovation Jump) – Llegar a una opción viable y verdaderamente
innovadora.
Cada uno de los cuatro pasos puede llevarse a cabo en asuntos personales,
empresariales o para ciudades.
Sobre el autor
Antes de creer que el mundo era competitivo, Jose Almansa creía que el mundo
era colaborativo; por esa razón fundó Impact HUB. Su experiencia en
innovación ha incluido la creación de apps y software, así como nuevos espacios
para el coworking.