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Lección 11
Toma de Decisiones
ASIGNATURA
Habilidades Directivas
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LECCIÓN 11
TOMA DE DECISIONES
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Hay que realizar algo para solucionar el problema; existen varias
alternativas y necesitamos seleccionar la mejor.
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nuestra cotización a la Seguridad Social, una reunión a la que tenemos que ir
imperativamente y que ha sido convocada en el último momento, una
solicitud oficial que hay que presentar necesariamente antes de las 13:00
horas de mañana, y de la que nos acabamos de enterar ahora mismo.
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3. EL PROCESO DE LA TOMA DE DECISIÓN
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4. ¿CUÁNDO HAY QUE TOMAR UNA DECISIÓN?
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Estos síntomas suelen ser bastante comunes a todos los tipos de problemas.
Los principales suelen ser los siguientes:
Producción descendente.
Calidad del producto o /servicio, menguante.
Desperdicios o material inutilizado en aumento.
Tiempo excesivo en la realización de las tareas.
Accidentabilidad elevada/creciendo.
Rotación externa del personal excesiva.
Absentismo/retrasos/abandonos del puesto de trabajo en aumento.
Dificultad para atraer buenos empleados.
Aumento de la conflictividad individual y colectiva.
Participación descendente en el mercado.
Quejas de los clientes/usuarios.
Tardanza excesiva en realizar el trabajo/prestar el servicio.
Cuota de crecimiento estancada.
Beneficios bajos o disminuyendo.
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Se hace necesario disponer de toda la información disponible para poner
remedio a esta situación. La persona o equipo de personas que se enfrenten
a este problema deben ante todo recoger todos los hechos:
Preguntando a las personas relacionadas directamente con el
problema (director de Producción, jefe del taller en cuestión, maestros
industriales, Control de Calidad, Departamento Comercial…).
Yendo al taller en cuestión y viendo con los propios ojos lo que allí
sucede.
Preguntando a personas con experiencia en el área.
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Es conveniente recoger la información en unos formularios ad hoc, de los
cuales se muestra un modelo en la página 220. En el momento de analizar el
problema es conveniente tener en cuenta estas recomendaciones:
Tratar la información completa.
Evitar caer en la tentación de simplificar y creer que el problema es el
único existente. Normalmente estará relacionado con otros de los que
será causa y/o efecto.
Realizar el trabajo de análisis en equipo con otras personas de la
empresa. Siempre la percepción global de los problemas se enriquece
con el trabajo en equipo.
Prescindir de buscar un chivo expiatorio al que hacer responsable,
pensando que despidiendo o amonestando a esta persona el
problema se resolverá solo.
Tratar de no confundir los síntomas con el verdadero problema. En
esta fase suele ser útil el intentar trazar un mapa mental del problema
en cuestión, como el que, a modo de ejemplo, se muestra en la página
siguiente.
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EJEMPLO DE MAPA MENTAL
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Paso 2. Seleccionar datos importantes
Entre la información que recojamos existirán datos ciertos y comprobables, y
otros que quizás sean igualmente ciertos, pero de difícil comprobación.
Respecto de estos últimos, cabe decir que muchas veces se aceptarán o no
según de quién procedan. Si quien los facilita es persona experimentada,
honesta y de buen criterio, lo normal será aceptarlos, pero si proceden de
alguna persona que no cumple estos requisitos, quizás lo más sensato sea
ponerlos dentro de un gran interrogante. Otros datos serán opiniones o
intuiciones de las personas que han facilitado la información, que podrán o
no coincidir con la realidad, pero que en ocasiones tendremos que aceptar,
siquiera sea provisionalmente, a falta de evidencias más exactas.
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Suficiencia. ¿Tengo toda la información necesaria?
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Concretos, es decir, referidos a situaciones concretas, no a
abstracciones.
Concisos, o lo que es lo mismo, expresados en pocas palabras.
Consistentes con el resto de objetivos y de políticas de la
organización.
Fechados, es decir, expresando una fecha tope en la que deben ser
alcanzados.
Cifrados, es decir, que contengan una cifra un número. Si no
contienen una cifra, no podrán ser medidos.
Medibles, por medios directos (en kilos, unidades, metros, euros…), o
estimables por medios que objetiven lo que no es fácil de medir.
Alcanzables, es decir, que se puedan conseguir.
Desafiantes. Si no suponen un reto, su consecución no es
estimulante.
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Paso 5. Enunciar soluciones alternativas
Se dice que hay dos tipos de ejecutivos a la hora de enunciar soluciones: los
ejecutivos cañón y los ejecutivos misil. Una reflexión artillera nos explicará la
razón de estos apelativos. Un cañón, después de que el artillero lo ha
disparado y una vez el proyectil haya abandonado la boca de fuego,
recorrerá una trayectoria parabólica en la dirección en que se haya apuntado
y caerá a mayor o menor distancia de la pieza artillera, en función del ángulo
de la misma, del peso y de la calidad de su carga propulsora, del peso del
propio proyectil, de la fuerza de la gravedad y de la dirección del viento. El
artillero, una vez disparado el cañón, si acaso se arrepintiera de haberlo
hecho, ya no puede hacer nada para evitar que lo anteriormente descrito
suceda.
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el artillero se arrepiente, puede darle la orden de autodestruirse antes de
hacer impacto en el objetivo.
Los ejecutivos cañón aplican una y otra vez el mismo tipo de soluciones al
mismo tipo de problemas, mientras que los ejecutivos misil saben que cada
caso es diferente de otro caso similar, porque intervienen unas variables
específicas que requieren soluciones igualmente específicas. A veces se
dice que es mejor que los problemas los resuelva un inexperto que una
persona cargada de experiencia, porque el segundo tenderá a aplicar
soluciones-tipo que le han funcionado en el pasado, pero que quizás por eso
mismo no van a funcionar en el futuro, mientras que el inexperto considera el
problema con ojos limpios, no viciados y es capaz de encontrar soluciones
más creativas.
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Grado de subordinación de la medida. Por ejemplo, adquirir una marca
determinada de hardware, ¿me obliga a seguir comprando un software
y unos consumibles de la misma empresa?, ¿y tengo que suscribir un
contrato de servicio técnico?
Cada solución debe ser considerada a la luz de estos criterios, lo que tendrá
como consecuencia que se nos caigan las soluciones demasiado caras, o
que tardarían demasiado en implementarse, o que sencillamente son
ilegales. Se puede establecer una distinción entre criterios obligatorios,
valorables y deseables.
Un criterio obligatorio es aquel al que no podemos sustraernos en
modo alguno; por ejemplo, nos vemos obligados a descartar cualquier
solución que suponga un incremento de costes. En ese caso el no
incremento de costes es un criterio obligatorio.
Criterio valorable. Supongamos que tratamos de valorar distintas
ofertas de tres contratistas para realizar una instalación informática en
nuestra empresa. Nos interesa que el plazo en que se lleve a cabo
dicha instalación sea lo más breve posible. En ese caso valoraremos
ese criterio y preferiremos la oferta que nos garantice que terminan la
obra en menos tiempo, pero si resulta que esta es la más cara, o no
confiamos demasiado en la calidad del trabajo, puede ser que
acabemos por aceptar una oferta que demore un poco más el tiempo
de entrega, pero en la cual el resto de las condiciones en su conjunto
sea más aceptable. A esto los anglosajones lo llaman elegir the best
second solution.
Por último, un criterio deseable es aquel que no es esencial, pero que
nos agradaría mucho alcanzarlo; por ejemplo, conseguir una garantía
de servicio técnico gratuito durante los seis primeros meses a partir
del momento de entregado el proyecto.
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Una vez descartadas las soluciones claramente rechazables, es probable
que nos quedemos con una docena de alternativas difíciles de priorizar,
especialmente si son excluyentes y no complementarias.
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Previsión de las resistencias esperables y elaboración del
argumentario.
Formación e información previa que deben recibir tanto los sujetos
agentes como los pacientes.
Previsión de acciones de refuerzo, por si fueran necesarias.
Previsión de acciones que se pondrán en marcha en el supuesto de
que…
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memorándums, flashes informativos, revista de empresa, e-mail; como
orales: discurso del gerente, reuniones con diversos grupos de
personas, etc. Igualmente, se pueden utilizar tanto los canales
formales, como lo son la mayoría de los citados, como los informales:
mensajes de boca a oreja, comentarios de los decisores con otras
personas en la cafetería, en el curso de una comida, etc.
Formando a todos los agentes del cambio.
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de un calidómetro que nos mida la calidad, o un satisfactómetro que nos
mida la satisfacción. En este caso tenemos que recurrir a la elaboración de
ratios.
Sin embargo, esto no suele ser así, ya que la mayoría de las desviaciones no
suelen ser previsibles. En este caso se requiere arbitrar sobre la marcha
soluciones para corregir la desviación producida. Esta solución debe ser
rápida, eficaz (debe alcanzar los objetivos propuestos), operativa y debe ser
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fácil de controlar, para comprobar precisamente si surte o no los efectos
pretendidos.
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Los participantes establecen por separado su propia jerarquización de las
alternativas, dándole un 1 a la mejor, y el número más alto a la peor. Se
suman los puntos dados por cada participante. La alternativa que haya
alcanzado la suma más baja se le da el número uno en el ranking
consolidado. Del mismo modo, se procede con todas las demás.
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Se incluyen dos veces las alternativas, una en la línea vertical y otra en la
horizontal. Se compara cada alternativa de la línea horizontal con todas las
de la línea vertical. Si la de la línea horizontal es preferible a la de la línea
vertical, ponga «SÍ»; en el caso de que la horizontal sea preferible a la de la
vertical, ponga «NO». Después, compare cada una de las alternativas de la
línea horizontal con cada una de la línea vertical.
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2. Como no todos los criterios tienen la misma importancia, hay que darles
una ponderación, por ejemplo, de 1 a 5, siendo 1 una importancia baja y 5
una alta importancia. Otro modo de valoración de criterios es asignarle a
cada uno un valor porcentual, de modo que la suma de los valores
acordados sea igual a 100.
3. Seguidamente se valoran las soluciones de 1 a 10 respecto de cada
criterio.
4. A continuación se multiplica la valoración de cada solución por la
ponderación del criterio, y finalmente se suman los productos obtenidos.
Así la alternativa mejor tendrá un número más alto que las restantes.
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