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Los capilares sanguíneos1 son los vasos sanguíneos de menor diámetro en los animales. Poseen una
pared formada por una capa única de células endoteliales, lo que permite el intercambio de sustancias
entre la sangre y los tejidos aledaños, fenómeno que se denomina intercambio capilar, gracias al cual el
O2 y los nutrientes penetran en las células y el CO2 y las sustancias de desecho pasan a la sangre para su
eliminación.
El diámetro de los capilares oscila entre 5 y 10 micras (μm) y su longitud promedio puede llegar a
1 milímetro (mm).
Características
El calibre de los capilares oscila entre 5-10 micrómetros (μm), como los glóbulos rojos miden 8 μm de
diámetro deben deformarse para poder atravesarlos.
Un capilar puede tener en promedio una longitud de aproximadamente 1 milímetro (mm).
El área de superficie de los capilares, representa más del 95% de la superficie de todo el sistema
circulatorio.
En los órganos que se encuentran en un estado de actividad funcional mínima, muchos capilares están
estrechados de tal modo que apenas circula sangre por ellos. Habitualmente solo el 25 % del lecho capilar
total del cuerpo está abierto, pero cuando aumenta la actividad, los capilares se abren y se restaura el flujo
para atender a las necesidades locales de oxígeno y nutrientes.
El 7-8 % del volumen de sangre está dentro de los capilares y las arteriolas sistémicos.
El desarrollo de un capilar es un proceso muy regulado, que involucra proliferación, migración celular y
remodelación de células endoteliales de vasos preexistentes (angiogénesis), o producto de la
diferenciación de las células progenitoras endoteliales (CPE) o angioblastos procedentes de precursores
mesodérmicos (vasculogénesis).
Circulació n capilar
De las arterias parten arteriolas, las cuales originan metarteriolas más estrechas de las que parten los
capilares.
Existen esfínteres precapilares que regulan la cantidad de sangre que penetra en el lecho capilar. Cuando
el esfínter precapilar se relaja la sangre entra con facilidad en el lecho capilar, en cambio cuando el
esfínter precapilar se contrae el flujo sanguíneo capilar disminuye o cesa por completo.
Tipos de capilares
La pared de los capilares está formada por una capa única de células rodeada por una membrana basal,
estas células endoteliales están separadas por pequeños espacios intercelulares que forman canales entre
una célula y la contigua, permitiendo el paso de diferentes sustancias. Dependiendo de la forma y cantidad
de estos poros, los capilares se clasifican en tres tipos: capilares continuos que son los más abundantes,
capilares fenestrados que permiten el intercambio de moléculas de mayor tamaño y capilares discontinuos
o sinusoides en los que existen grandes espacios entre las células endoteliales.
Capilar continuo o de tipo muscular
Se encuentran principalmente en el músculo, el tejido nervioso y el tejido conjuntivo. El endotelio forma
una capa delgada ininterrumpida alrededor de toda la circunferencia del capilar.
Funció n
La función principal de los capilares es el intercambio de sustancias entre el contenido de la luz del
capilar y el líquido intersticial de los tejidos.
Solo el 5 % de la sangre se encuentra en la circulación capilar y con ese volumen tan pequeño de sangre
se asegura la función de intercambio de sustancias. Estas sustancias son nutrientes, gases y productos
finales del metabolismo celular. La función de intercambio varía según la estructura del endotelio,
dependiendo de si es continuo o fenestrado.
La velocidad a la que circula la sangre a través de los capilares es muy baja, aproximadamente 0,1 mm/s.
La baja velocidad de circulación y la delgadez de la pared de estos vasos facilitan el intercambio de
sustancias.
En los capilares situados en los alveolos pulmonares es donde se produce la entrada de oxígeno en la
sangre y la salida de dióxido de carbono para ser expulsado al exterior a través de los movimientos
respiratorios. Esta función de los capilares es imprescindible para mantener al organismo con vida.
Filtración y reabsorción. La presión hidrostática empuja el líquido fuera de los capilares, sin embargo
la presión osmótica impulsa los fluidos en sentido contrario, desde el espacio interstical hacia el interior
del capilar. Si el líquido sale del capilar se produce filtración, en cambio cuando el movimiento de
fluidos es contrario, se produce la reabsorción. En condiciones normales ambos movimientos se
equilibran, el 85% del líquido filtrado fuera de los capilares es reabsorbido, el 15% restante junto a las
escasas proteínas que escapan del plasma vuelven al torrente sanguíneo a través de la linfa y
los vasos linfáticos.
Génesis de capilares
La generación de capilares (angiogénesis), es el proceso de formación de vasos nuevos, a partir de los
vasos preexistentes formados en el embrión. La angiogénesis es un proceso posterior al nacimiento (pos-
natal), que continúa el crecimiento de la vasculatura por procesos de brote y germinación. La formación de
capilares necesita una coordinación de procesos moleculares y procesos celulares, para asegurar que se
generen nuevas células endoteliales (EC) tanto en el momento, como en el ritmo y el lugar adecuado.
La angiogénesis es el resultado de un equilibrio entre factores pro-angiogénicos y anti-angiogénicos. Estas
señales pueden desequilibrarse, lo que causa un crecimiento mayor de capilares, que puede resultar en
estados anormales.
Los factores de crecimiento angiogénicos que han sido más estudiados, son el factor de crecimiento del
endotelio vascular (VEGF) y el factor de crecimiento de fibroblastos (FGF).
Angiogénesis fisiológica
Esta neovascularización fisiológica es crucial para el desarrollo del embrión, el crecimiento en los niños, la
reparación de heridas, y las funciones de reproducción (ya que el crecimiento de los folículos ováricos y el
desarrollo del cuerpo lúteo dependen directamente de la proliferación de nuevos vasos capilares).
Angiogénesis patológica
Esta neovascularización patológica es la proliferación de vasos sanguíneos en tejidos anormales o en
localizaciones anormales.
La angiogénesis anormal está involucrada en la artritis reumatoide y otros trastornos inflamatorios, la
carcinogénesis, la psoriasis y los trastornos degenerativos oculares, incluidos los observados en la
diabetes mellitus.
Las células neoplásicas, las células inmunes infiltrantes y las células de los tejidos sanos son capaces de
secretar sustancias con actividad angiogénica. Cuando estos factores de crecimiento se unen a sus
receptores en las células endoteliales, se favorece la proliferación, la migración y la invasión de las células
endoteliales, con la consiguiente formación de los capilares sanguíneos.