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4. Microcirculación e intercambio capilar

Advertencias: Este capítulo está basado en una traducción primaria, realizada por estudiantes, del
de E.M. Renking y C. Crone en: Comprehensive Human Physiology de R. Greger y U. Windhorst,
1996, Springer. Esta revisión, tanto de la traducción primaria como del texto original, es el
resultado de la cooperación de varios docentes de las Cátedras de Bioquímica y Biofísica, y de
Histología General y Bucodental de la Facultad de Odontología de la UDELAR. Si bien tratamos
de ser fieles al texto original, en forma y contenido, por distintas razones nos hemos apartado del
mismo siempre que creímos tener fundamento para hacerlo.
Es para ser usado exclusivamente en el Curso de Morfofunción de nuestra facultad.

1 Introducción
El intercambio de materia entre la sangre circulante y los órganos y tejidos del cuerpo
tiene lugar en los capilares y las vénulas postcapilares. En estos vasos, que se denominan
comúnmente vasos de intercambio:

 el área de superficie por unidad de masa de tejido es grande (>50 cm2 /g)
 la distancia a las células generalmente es muy pequeña (<50 m)
 la velocidad de la sangre es la menor del sistema circulatorio (< 1 mm/s)

Las dos primeras características favorecen el intercambio rápido. La tercera permite el


buen rendimiento del flujo sanguíneo y de su capacidad de transporte. La figura 1 es un
diagrama esquemático del entramado microvascular típico, incluido el microlinfático.
La configuración del entramado microvascular varía en relación a la estructura del
órgano o tejido específico. En el músculo esquelético los vasos de intercambio tienden a
disponerse paralelos a las fibras musculares en los intersticios entre ellas. En los órganos
glandulares, los acinos y los túbulos están rodeados por una red semejante a un cesto. En
los pulmones, los capilares están en la paredes interalveolares. Los vasos de intercambio
están distribuidos más densamente en órganos y tejidos con metabolismo intenso, como el
corazón, el cerebro, y el tejido adiposo; o especializados en funciones de transporte, como
el pulmón y el riñón.

Control del suministro sanguíneo a los capilares. El suministro sanguíneo a los


capilares en la mayoría de los órganos (ej., el músculo esquelético) es controlado por las
arteriolas terminales. En algunos órganos (ej., la piel) el suministro de sangre es controlado
por esfínteres precapilares. El esfínter precapilar está ubicado en el extremo arterial del
capilar y tiene en su pared una única célula muscular lisa que circunvala el endotelio.
Cuando el metabolismo tisular es poco intenso ("estado basal") las células musculares lisas
de las arteriolas terminales y de los esfínteres precapilares tienden a estar contraídas, y el
suministro sanguíneo en los vasos de intercambio es lento y desigualmente distribuido.
Una pequeña fracción de los vasos de intercambio recibe la mayor parte del flujo
sanguíneo, en el resto el flujo es mínimo o nulo. En varias de las redes microvasculares el
flujo es oscilatorio o intermitente; vasos pobremente perfundidos en un período pueden
estar bien perfundidos en otro. En otras redes, el patrón de flujo basal es "constante" y
estas vías bien perfundidas son conocidas anatómicamente y fisiológicamente como
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“conductos preferenciales”. Estos comienzan como arteriolas terminales, en las cuales la


capa de músculo liso se vuelve primero incompleta, luego más y más esparcida hasta,
finalmente, desaparecer por completo y el vaso adquiere la morfología típica de un vaso de
intercambio, pero de mayor luz. Los capilares verdaderos se ramifican a partir del
conducto preferencial y forman un reticulado anastomosado que lo rodea.

Fig 1. Una red microvascular generalizada: ta, arteria terminal; c, capilares; l, conductos linfáticos;
tb, bulbo linfático terminal. Las flechas muestran la dirección del flujo sanguíneo y linfático

Un conducto preferencial constituye una vía directa desde una arteriola a una vénula
poscapilar, y por tal motivo se han considerado frecuentemente una forma de anastomosis
arterio-venosa, un cortocircuito que elude los "capilares verdaderos" que se mantienen en
reserva. Sin embargo, es más probable que los conductos preferenciales funcionen como
vasos de intercambio y sean el soporte principal del metabolismo "basal". Cuando el
metabolismo aumenta, la relajación de las metarteriolas (arteriolas precapilares, o esfínteres
precapilares) aumenta el número de vasos de intercambio bien perfundidos, por el
"reclutamiento" de los vasos pobremente perfundidos o no perfundidos, aumentando el área
de la superficie de intercambio efectiva y reduciendo las distancias de difusión entre los
vasos y las células. Al mismo tiempo, la dilatación de las arteriolas preterminales más
grandes aumenta el suministro sanguíneo total.
El flujo total en los vasos de intercambio depende principalmente de la resistencia
arteriolar porque los capilares y vénulas contribuyen sólo con una pequeña fracción al total
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de la resistencia vascular. La presión sanguínea en los capilares sistémicos es normalmente


de 15 a 30 mm Hg, y en las vénulas no musculares poscapilares (pericíticas) de 10 a 15 mm
Hg. Por lo tanto, la presión promedio en los vasos de intercambio sistémicos es cercana a
15 mm Hg. La presión promedio en los capilares pulmonares, considerablemente menor, es
5 a 6 mm Hg. La presión en los vasos de intercambio está determinada por la relación entre
la resistencia corriente arriba (en las arteriolas) y la resistencia corriente abajo (en las
vénulas musculares). La vasodilatación arteriolar tiende a incrementar la presión capilar, la
constricción arteriolar la disminuye. La dilatación y constricción de las vénulas tienen,
respectivamente, los efectos opuestos (ver sec. 3.2, Ec. 7).
Anastomosis arterio-venosas. En la mayoría de órganos y tejidos, toda la sangre
pasa a través de vasos de intercambio. Las anastomosis arterio-venosas son vasos
especializados de pared muscular gruesa, que conectan arteriolas directamente con vénulas
musculares, sin interposición de vasos de intercambio, constituyendo una derivación del
flujo sanguíneo local; se encuentran principalmente en la piel, particularmente en las
regiones lampiñas y expuestas (dedos de las manos y de los pies, cara, pabellón auricular y
nariz). Su función está asociada al control de la temperatura de la piel y la pérdida de calor.
El calor fluye más rápidamente desde los grandes vasos musculares que desde los vasos de
intercambio.

2 Estructura y permeabilidad de los vasos de intercambio.


Las paredes de los capilares y vénulas poscapilares consisten en un único estrato de
finas células endoteliales que descansan sobre una lámina basal. El pasaje de agua y
solutos puede tener lugar a través de las células, por las membranas plasmáticas, o por el
espacio intercelular.
 El agua y las sustancias lipofílicas pequeñas (O2, N2, CO2) atraviesan las células
(membranas lipídicas y citoplasma acuoso).
 Se piensa que los solutos lipofílicos grandes (ácidos grasos no esterificados, vitaminas
liposolubles) se solubilizan en la fase lipídica de la membrana celular y en ésta difunden
rodeando las células, a ambos lados del espacio intercelular.
 Los cationes (Na+ y K+), aniones (Cl-, HCO3 -), y pequeños solutos hidrofílicos (glucosa,
aminoácidos), que no atraviesan la membrana celular en ausencia de transportadores
específicos, pasan a través de los espacios que dejan las uniones intercelulares. La
ultrafiltración de fluidos consistente en agua y en pequeños iones y solutos también
tiene lugar a través de los espacios intercelulares. Estas aberturas se denominan
frecuentemente "poros" endoteliales o "hendiduras" intercelulares endoteliales.
 La mayoría de las uniones entre células endoteliales son muy estrechas (8 a 10 nm) y
las proteínas plasmáticas no pueden atravesarlas. La casi impermeabilidad a estas
moléculas es un factor importante en el control del intercambio transcapilar de fluido
(ver sec. 3.2). La pequeña cantidad de proteínas plasmáticas que fluyen hacia el líquido
intersticial lo hace por uniones intercelulares con aberturas mayores (40 a 60 nm) que se
encuentran en muy escasa proporción.
 Las proteínas plasmáticas pueden también ser transportadas desde el plasma al fluido
intersticial mediante vesículas de las células endoteliales, que se desplazan
alternativamente hacia las superficies luminal y basal de la célula (transcitocis).
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 La lámina basal ofrece poca resistencia al flujo de agua y pequeños solutos, y


constituye una obstrucción menor al flujo de proteínas plasmáticas que las uniones
estrechas. Sólo parece ofrecer cierto obstáculo adicional a las moléculas proteicas que
escapan a través de las hendiduras amplias o mediante las vesículas.

2.1 Variedades de endotelio.


Los rasgos estructurales del endotelio y su permeabilidad pueden diferir en distintos
órganos y en diferentes sitios de un mismo órgano.
Hay cuatro tipos principales de endotelio:
 el endotelio continuo es el más abundante y ampliamente extendido, reviste
internamente las cavidades del corazón, la pared de todas las arterias y venas, arteriolas
y vénulas musculares, y se encuentra también en los capilares y vénulas poscapilares
(no musculares) del músculo esquelético, cardíaco y liso, piel, pulmón y tejidos
conjuntivos. Las células tienen menos de 0,2 m de espesor, excepto en la región del
núcleo, que sobresale en la luz del vaso. Las células comprenden más del 99,98% del
área de superficie endotelial; la interfase de unión menos del 0,02%. Las cavéolas
luminales (apicales) y abluminales (baso laterales) son abundantes, aumentan la
superficie celular en ambos lados y son el origen de las vesículas citoplasmáticas de 60
a 70 nm de diámetro, las cuales se cree que tienen la función de transporte de grandes
moléculas. Las uniones intercelulares, aunque se clasifican histológicamente como
"estrechas" (ocluyentes), están selladas por bandas interrumpidas, entre las cuales
ocurre el tránsito intercelular de agua y pequeños solutos. La superficie luminal de las
células está recubierta por una capa superficial o "glicocáliz" de 0,1 a 0,5 m de
espesor, formada por la interacción de las proteínas plasmáticas con las cadenas de
carbohidratos de las glicoproteínas de la membrana. El glicocáliz se extiende dentro de
los espacios de unión (espacio intercelular a nivel de las uniones estrechas)
restringiendo el pasaje de grandes moléculas. La apariencia del endotelio continuo en
los diversos sitios es similar, sin embargo, su permeabilidad difiere cuantitativamente
en un amplio rango. La diferencia se atribuye a las variaciones de la fracción del área
intercelular correspondiente a las uniones estrechas. El mantenimiento de la
permeabilidad normal del endotelio continuo requiere de las proteínas plasmáticas,
principalmente la albúmina y la globulina-1 (una glucoproteína "ácida"). Se cree que
estas sustancias interactúan con el glicocáliz y contribuyen a hacerlo más compacto.
 el endotelio fenestrado se encuentra en los vasos de intercambio de los órganos
excretorios y secretorios: glándulas exócrinas y endócrinas, mucosa gastrointestinal,
riñón (capilares glomerulares y peritubulares) y plexo coroideo del cerebro. Se
encuentra también en pequeñas regiones especializadas del cerebro en las cuales no
existe la barrera hemato-encefálica (ej. área postrema). La mayoría de la superficie
celular (50 a 95%) es parecida a la del endotelio continuo, pero la restante tiene un
espesor menor que 0,05 m, y posee numerosas fenestras. Estas son estructuras
circulares de 50 a 60 nm de diámetro que pueden observarse en las micrografías
electrónicas como perforaciones, abiertas (ej. capilares del glomérulo renal), o cerradas
por finos diafragmas membranosos (mucosa intestinal y capilares peritubulares renales).
En todos los casos la lámina basal es completa. El significado funcional de las
fenestraciones es problemático: ambas, parecen suministrar una vía para atravesar la
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célula eludiendo el citoplasma; las abiertas, permiten el acceso directo del plasma a la
lámina basal. Los capilares fenestrados generalmente no tienen una mayor
permeabilidad a las proteínas plasmáticas que los capilares continuos, pero sí,
considerablemente mayor permeabilidad al agua, iones y pequeñas moléculas solubles.
 el endotelio discontinuo se encuentra en los capilares sinusoides hepáticos, esplénicos y
de la médula ósea. Tanto las uniones intercelulares como la lámina basal son
incompletas. Los espacios intercelulares son suficientemente grandes para permitir el
pasaje de proteínas plasmáticas, pero no tanto como para que escapen las células
sanguíneas.
 el endotelio con alta densidad de uniones estrechas (o simplemente, endotelio con
uniones estrechas) se encuentra sólo en los microvasos (arteriolas, capilares y vénulas)
del sistema nervioso central y retina. Las uniones intercelulares estrechas restringen
mucho el pasaje de iones, solutos pequeños sin carga y proteínas. Las células son
permeables a solutos liposolubles, como en los otros tipos de endotelio, pero al no
existir la vía intercelular predomina la de la membrana celular. La resistencia eléctrica
es alta y la conductividad hidráulica es baja. El transporte de solutos hidrosolubles
depende de la presencia de transportadores específicos en la membrana. La
permeabilidad a las proteínas plasmáticas es insignificante. El endotelio con alta
densidad de uniones estrechas y la ausencia de transporte vesicular son los factores
fundamentales en el establecimiento de la "barrera hemato-encefálica".

2.2 Respuesta microvascular tisular a la injuria: inflamación


Por la acción de mediadores químicos liberados desde las células injuriadas la
permeabilidad de los capilares o de las vénulas aumenta significativamente. Ciertas células
endoteliales son activadas mediante proteínas receptoras superficiales específicas. Éstas
actúan por medio de mensajeros internos aún no identificados aumentando la concentración
de Ca++ intracelular, en parte, por la liberación de reservas internas, y en parte, por el
ingreso de Ca++ extracelular. Este aumento en la concentración de Ca++ celular dispara el
reordenamiento de los elementos del citoesqueleto que controlan la forma celular y la
adherencia de las uniones intercelulares. Una fase temprana de la respuesta es la retracción
de algunas células endoteliales de las vénulas, abriendo brechas del orden del m, parecidas
a las del endotelio discontinuo. Sin embargo, la lámina basal no presenta solución de
continuidad. Los leucocitos se adhieren a las paredes de las vénulas y se mueven a través
del endotelio y la lámina basal, aún donde no se han abierto brechas en las uniones
intercelulares. Luego, las arteriolas terminales se dilatan, produciéndose un aumento del
flujo sanguíneo y consecuentemente un incremento de la presión microvascular. Se cree
que están involucrados varios agentes químicos: histamina, serotonina, bradiquinina, así
también como el complemento activado y complejos antígeno-anticuerpo. La respuesta
inflamatoria completa incluye:
 la vasodilatación arteriolar, que produce el rubor y calor local característicos de la
inflamación.
 el escape de plasma (incluidas las proteínas) hacia los tejidos, que produce el tumor o
edema y consecuentemente incrementa el flujo linfático.
 la activación de fibras nerviosas aferentes tipo C que produce dolor y también propaga
la respuesta microvascular por el llamado reflejo axónico. Esta conducción retrógrada
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de potenciales de acción hacia las “ramificaciones”, extiende la excitación a las


terminaciones nerviosas no estimuladas, las cuales liberan mediadores inflamatorios
adicionales.
La respuesta inflamatoria es autolimitada y protectora: el suministro de anticuerpos
sintetizados previamente (inmunoglobulinas del plasma) a los tejidos está aumentado, y los
antígenos originados en el tejido injuriado son transportados por los vasos linfáticos a los
nódulos linfáticos, donde activan linfocitos para producir nuevos anticuerpos. Sin
embargo, si la región injuriada es grande, la pérdida de gran parte del volumen plasmático
puede llevar a la insuficiencia circulatoria y al shock.

3 Mecanismos de intercambio microvascular.


El intercambio de fluido y solutos a través del endotelio de los vasos de intercambio
puede ocurrir por difusión, ultrafiltración, e intercambio vesicular. La importancia relativa
de estos procesos difiere para las distintas sustancias.

3.1 Difusión.
La difusión es el mecanismo principal para el intercambio de oxígeno, nutrientes, y
desechos metabólicos (pequeños solutos en general). En solución, el movimiento térmico
de iones y moléculas resulta en la transferencia neta desde donde están más concentrados
hacia donde lo están menos. En el endotelio de los vasos de intercambio, con la posible
excepción de los capilares con uniones estrechas, el gradiente de potencial eléctrico es
pequeño y tiene escasa o nula influencia sobre el transporte de solutos. Debido a la
actividad metabólica, los gradientes de concentración de "sustratos" y "productos", entre los
vasos de intercambio y las células, son elevados. En soluciones diluidas, dos (o más)
sustancias pueden moverse en direcciones opuestas simultáneamente sin interferencia (ej.
CO2 y O2). La velocidad de difusión de los solutos específicos depende de los respectivos
“coeficientes de difusión” (D, cm2/s). Éstos aumentan con la temperatura y son
inversamente proporcionales a la viscosidad del solvente. Los dados aquí, cuando no se
especifican otras condiciones son en agua y a 37 ºC.
La difusión puede ser libre o restringida, dependiendo del medio en que ocurre. En
el caso de la difusión libre, el movimiento de las partículas difusibles está limitado por las
interacciones friccionales con las moléculas del solvente. La fricción aumenta con el
tamaño de la partícula y los coeficientes de difusión libre disminuyen al aumentar el
tamaño molecular. La difusión restringida implica la existencia de otros obstáculos a la
difusión. La importancia de los obstáculos adicionales depende de las características de
éstos, de la de los solutos que difunden, y de las interacciones entre unos y otros. En los
espacios intercelulares entre los puntos o zonas ocluyentes de las uniones estrechas, en los
espacios ocupados por el glicocáliz, la difusión se enlentece; hay interacciones friccionales
adicionales, y el tamaño de las partículas que pueden difundir es limitado por el de las
aberturas. Los coeficientes de difusión restringida, disminuyen más abruptamente que los
coeficientes de difusión libre al aumentar el tamaño molecular del soluto, y gradualmente
se aproximan a cero al acercarse el tamaño de las moléculas al de las aberturas. Las
estructuras que limitan el flujo (los "poros" de las uniones intercelulares y el glicocáliz)
tienen en su superficie una débil carga negativa que reduce aún más, la permeabilidad a las
macromoléculas con carga negativa, pero no a los pequeños aniones.
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Ley de Fick. La (primera) ley de difusión de Fick establece que la densidad de flujo (jS,
masa/tiempo·área), la cantidad de una sustancia transportada por unidad de área (de la
superficie perpendicular a la dirección de flujo) y por unidad de tiempo, es proporcional al
gradiente negativo de concentración de dicha sustancia:

dC
jS  D , (1)
dx

que es válida cuando no existe campo eléctrico o el soluto no posee carga y si el sistema es
estacionario, es decir cuando el gradiente de concentración es constante en función del
tiempo. dC/dx, es el gradiente de concentración; dC, es la diferencia de concentración, de
una misma especie química, entre dos posiciones de la trayectoria de difusión y dx la
distancia entre las mismas posiciones; y dC/dx es el gradiente negativo de concentración1
que tiene sentido opuesto a dC/dx pero el mismo sentido que el flujo, jS. El coeficiente de
difusión, D, es la constante de proporcionalidad. Si la difusión ocurre a través de una
membrana delgada, y ésta constituye el paso cinéticamente limitante del proceso de
difusión, la ley de Fick se puede expresar de la siguiente forma:

J S  PA (C p  C i ) (2)

que especifica que la masa del soluto transportada por unidad de tiempo (velocidad de
difusión) (JS, masa/tiempo) a través de la membrana es proporcional a la permeabilidad (P,
cm/s) de la membrana para el soluto, al área de su superficie (A, cm2), y a la diferencia
entre las concentraciones de ese soluto a ambos lados de la membrana (Cp-Ci). Los
subíndices “p” e “i” indican que las concentraciones son las del “plasma” y del “fluido
intersticial” respectivamente. P es D/x, donde D es el coeficiente de difusión del soluto en
la membrana y x es el espesor de la misma o la longitud del camino de difusión (cm). PA
es el producto del "coeficiente de permeabilidad por el área de la superficie de intercambio”
y tiene las dimensiones de volumen/tiempo. En la tabla 1 se encuentran valores del
producto PA determinados experimentalmente.
Esta forma de la ley de Fick2 también es válida sólo para condiciones estacionarias,
es decir, cuando la concentración plasmática y la intersticial (C p y Ci) o, en general, la
diferencia entre ambas, permanecen constantes. Se puede aplicar, por lo tanto, sólo a los
vasos de intercambio bien perfundidos. En todo caso, el flujo de un soluto (JS) no puede
exceder la cantidad del mismo suministrada por el torrente sanguíneo. Cuando el riego
sanguíneo a los vasos de intercambio es escaso, la difusión puede estar limitada por el flujo
sanguíneo porque al avanzar la sangre en los vasos la concentración plasmática (Cp) se
aproxima a la concentración intersticial (Ci). Al aumentar progresivamente el flujo
sanguíneo, la disminución de la concentración plasmática (Cp), al avanzar la sangre en los
vasos, se reduce concomitantemente, y el flujo del soluto (JS) se aproxima al valor previsto

1
Los flujos y los gradientes son magnitudes vectoriales; tienen módulo, dirección, y sentido.
2
Aunque la ley de Fick aplicada de esta forma es "exacta" se debe aclarar que pasa por alto la estructura de la
"membrana endotelial", esto es: supone, i) que para cada soluto todo el endotelio es igualmente permeable, y
ii) que el espesor endotelial es uniforme.
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por la (primera) ley de Fick (Ec. 2). La siguiente es una relación general, aplicable
cualquiera sea el flujo sanguíneo:

J S  Q(C pa  C i )(1  e  PA / Q ) , (3)

donde Q es el flujo de plasma y Cpa es la concentración de soluto en el plasma arterial.

Tabla 1: Productos permeabilidad · área de superficie (PA, mL/min ·100 g)

Soluto Masa molecular PA, mL/min ·100 g de tejido


(Dalton) Endotelio
Con uniones estrechas continuo fenestrado
cerebro músculo esquelético corazón intestino
Na+Cl- c
58.5 0.6 15 >120 >300
Urea 60 0.7 12 90
Glucosaa 180 0.2 5.5 31
Sacarosab 342 0.1 3.5 24 160
Inulina 5500 < 0.01 0.4 8 24
Albúmina 69000 < 0.001 0.02 0.1 0.02
Área sup.
240 70 560 125
(cm2/g)
a
Fructosa en el cerebro. b EDTA (etilen-diamino tetraacetato) en el intestino; MM: 357 D. c Masa fórmula.

La figura 2 es una gráfica de las permeabilidades endoteliales en función del tamaño


molecular (radio efectivo de difusión) en varios órganos. Los valores de P para moléculas
más pequeñas que la albúmina se calcularon a partir de los datos de la tabla 1 dividiendo
PA por el área estimada de la superficie capilar (A). Los valores para las proteínas
plasmáticas se obtuvieron a partir de mediciones del flujo y composición de la linfa (ver
sección 4). Las permeabilidades del endotelio continuo del músculo esquelético y del
corazón son casi idénticas, y están representadas por una curva única en la figura.
Las diferencias de los productos de PA en la tabla 1 son debidas a que el número de
capilares por gramo en el músculo cardíaco es ocho veces mayor. En el endotelio continuo,
la permeabilidad de solutos hidrofílicos disminuye con el aumento del tamaño. La
disminución es proporcionalmente mayor que la disminución de sus coeficientes de
difusión libre (representados por la línea discontinua señalada con D), por lo tanto, la
difusión es restringida. Por otra parte, no hay pruebas de especificidad química.
El descenso abrupto de la permeabilidad parece corresponder a radios moleculares
de alrededor de 4.0 nm, y se atribuye a un sistema de pequeñas hendiduras. Para las
moléculas de radio mayor a 4 nm, el descenso es menos abrupto; se cree que estas
sustancias son transportadas a través de una pequeña cantidad de uniones con hendiduras
más amplias (de 20 a 30 nm de ancho), o intercambiadas mediante vesículas
citoplasmáticas (30 a 50 nm de radio). Aunque limitados, los datos disponibles para el
endotelio fenestrado permiten concluir que su permeabilidad para moléculas pequeñas es
considerablemente mayor que la del endotelio continuo, que la difusión disminuye
42

progresivamente con el aumento del tamaño molecular, y que la permeabilidad a las


proteínas plasmáticas no es mayor que en los capilares continuos.

Fig. 2. Permeabilidad de los vasos de intercambio a los solutos hidrofílicos en función del tamaño
molecular (radio de Einstein-Stokes). La escala de las ordenadas es logarítmica para cubrir varios
órdenes de magnitud. Endotelio continuo: músculo esquelético y cardíaco (la misma curva).
Endotelio fenestrado: intestino delgado. Endotelio con uniones estrechas: cerebro de mamífero. La
línea punteada en la parte alta de la gráfica muestra la disminución relativa de la difusión libre con
el aumento del tamaño molecular. Especies químicas usadas, de izquierda a derecha: en el músculo
esquelético y cardíaco: Na+Cl- (0,2 nm), urea (0,3 nm), glucosa (0,4 nm), sucrosa (0,5 nm), inulina
(1,5 nm), albúmina (3,6 nm), IgG (inmunoglobulina G 5,6 nm), IgM (9,1 nm); en el intestino:
Na+Cl-, EDTA (0,5 nm), inulina, albúmina, IgM; en el cerebro las mismas que en el músculo,
excepto fructosa (0,4 nm, cuya transferencia no es mediada por transportadores) en lugar de
glucosa.

En los capilares con alta densidad de uniones estrechas del sistema nervioso central,
la permeabilidad a los solutos hidrofílicos pequeños es dos órdenes de magnitud menor que
en los capilares continuos; la disminución con el aumento de tamaño es más abrupta y
ocurre en un rango de menores tamaños moleculares. Además, las permeabilidades a las
hexosas y aminoácidos (no ilustradas) se corresponden con las características de
especificidad química y estérica de los transportadores de membrana. En todos los tipos de
endotelio, la permeabilidad a los solutos lipofílicos es mayor que a los hidrofílicos, porque
el área de superficie celular es mucho mayor que la intercelular.

Difusión en los tejidos. El transporte de solutos a través del fluido intersticial desde la
superficie capilar hacia las células de los tejidos también ocurre por difusión. Los
gradientes negativos persistentes de concentración de solutos, establecidos como
consecuencia del metabolismo celular, constituyen la "fuerza" impulsora del transporte. La
forma de la ley de Fick aplicable en este caso es:
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dC
J S   DA , (4)
dx

donde D es el coeficiente de difusión del soluto, dC/dx es el gradiente negativo de


concentración y A es el área de la superficie perpendicular a la dirección del flujo y a través
de la cual éste tiene lugar. La cantidad de soluto suministrado, o removido, en cualquier
lugar del tejido es inversamente proporcional al cuadrado de la distancia al vaso de
intercambio más cercano. Por ejemplo, si dos superficies de igual área distan de un vaso de
intercambio 10 y 100 m respectivamente, el flujo de una sustancia a través de la primera
es cien veces mayor que a través de la segunda. Esta relación muestra la importancia de la
cercanía entre células y vasos de intercambio, especialmente en órganos con metabolismo
intenso.
Un ejemplo: el transporte de oxígeno desde la sangre a los tejidos. En las regiones
tisulares que rodean los vasos de intercambio, los gradientes de concentración de los
solutos, están en estado estacionario por el balance local del transporte (suministro y
remoción) con el metabolismo (utilización y producción). Se cree que la concentración de
oxígeno inmediatamente por fuera de los capilares es cercana a la interior porque el
endotelio tiene una permeabilidad muy elevada para el oxígeno. La [O2] disminuye al
aumentar la distancia desde un vaso hasta un mínimo ubicado a mitad de camino del capilar
más cercano. La forma en que disminuye la [O2] con la distancia está directamente
relacionada con el consumo local de oxígeno (VO2) e inversamente relacionada con el
coeficiente de difusión ("difusibilidad") del O2 en el tejido (DO2). La O2] expresada
como pO2, la diferencia entre la "pO2" a cualquier distancia radial (R) del capilar y la pO2
a nivel de la pared del vaso de intercambio más cercano, se puede estimar con la ecuación
de Krogh-Erlang:
2
VO 2  2  R  
pO2   2
 R ln    R  r 
4D 
2
 (5)
r 

donde  representa la solubilidad del O2 en el tejido y r el radio del capilar de intercambio.


La pO2 en cualquier sitio determina su disponibilidad para la células del lugar; si la pO2 cae
a cero, o más precisamente, por debajo del nivel que requiere el citocromo C mitocondrial
(0.5 a 1 mm de Hg) el metabolismo oxidativo cesa. La distancia a la cual esto ocurre es
menor cerca del extremo venoso de los vasos de intercambio, porque la pO2 dentro de estos
vasos es la menor del sistema circulatorio. Esta "distancia crítica de suministro" se puede
calcular para valores dados de VO2, , D y r haciendo la pO2 en la ecuación 5 igual a la
pO2 venosa y resolviéndola con respecto a R. El reclutamiento (aumento de la perfusión)
de los vasos de intercambio no perfundidos o poco perfundidos es parte del proceso de
vasodilatación metabólica que mantiene la distancia de difusión por debajo del valor
crítico.

3.2 Ultrafiltración
La ultrafiltración (también llamada filtración u ósmosis) es responsable del transporte "en
masa" (con cambio de volumen) de fluidos y de los solutos que pueden atravesar las
44

barreras opuestas al transporte. Es consecuencia del desbalance entre el gradiente de


presión osmótica y el gradiente de presión hidrostática, entre el interior y exterior de los
capilares. La presión hidrostática intracapilar (Pc) actúa forzando al plasma a salir de los
vasos de intercambio; por otra parte la presión osmótica debida a las proteínas plasmáticas
(c) actúa, en sentido contrario, reteniendo el fluido intravascular. El gradiente de presión
osmótica es generado por la relativa impermeabilidad del endotelio de intercambio a las
proteínas plasmáticas. Las sustancias difusibles no generan gradientes de presión osmótica
perdurables y por lo tanto no se tienen en cuenta. Este conjunto de aseveraciones
constituye la llamada hipótesis de Starling, el primer fisiólogo que la enunció claramente.

Hipótesis de Starling
 Cuando los gradientes de presión hidrostática y coloidosmótica a través del endotelio de
intercambio son iguales3, no hay transporte neto de fluido.
 Cuando el gradiente hidrostático transendotelial es mayor que el osmótico, hay flujo
desde el capilar hacia el espacio intersticial (ultrafiltración o simplemente "filtración").
El fluido transferido es prácticamente un ultrafiltrado perfecto de plasma: contiene
agua, iones, y moléculas de bajo peso molecular que se encuentran en equilibrio con el
plasma, pero prácticamente no tiene proteínas plasmáticas.
 A la inversa, cuando el gradiente osmótico excede al hidrostático, el líquido intersticial
fluye hacia los capilares y se agrega al plasma sanguíneo ("absorción"). Su
composición es semejante al ultrafiltrado de los capilares.

Velocidad del transporte de fluido. La velocidad a la cual se transporta el fluido, JV


(volumen/tiempo), está dada por la siguiente ecuación:

J V  L p APc  Pi     c   i  (6)

Si JV es positivo se transporta fluido hacia el exterior de los capilares, cuando es negativo la


transferencia es hacia el interior. Lp (la conductividad hidráulica) representa la
permeabilidad del endotelio al ultrafiltrado, A es el área superficial del capilar, Pc y Pi son
las presiones hidrostáticas intracapilar e intersticial respectivamente, y c y i son las
correspondientes presiones coloidosmóticas. El producto LpA se denomina "coeficiente de
filtración capilar", se representa frecuentemente como Kf o CFC; el empleo de “LpA” tiene
la finalidad de recordar sus dos componentes.

Presión osmótica. Hay una serie de propiedades de las soluciones que tienen un origen
común en la disminución del potencial químico del solvente en solución, en relación a su
potencial químico en estado puro. Estas propiedades son: 1) disminución de la presión de
vapor, 2) disminución de la temperatura de congelación, 3) aumento de la temperatura de
ebullición, y 4) la presión osmótica. Como están relacionadas por su origen común se
denominan propiedades coligativas. Todas tiene una característica en común, no dependen

3
Son iguales en módulo y sentido. Puede parecer extraño que dos gradientes iguales en módulo y sentido
produzcan un estado de equilibrio o estacionario. Para explicar esta aparente contradicción, se debe recordar
que todo gradiente de presión osmótica implica la existencia de un gradiente de concentración de agua (en
general, solvente) de sentido contrario, que en este caso es el que se opone al gradiente hidrostático .
45

de la naturaleza del soluto presente, sino sólo del número de partículas (moléculas, iones)
de soluto en relación con el número total de partículas (moléculas, iones) presentes.
Para que un disolvente en una solución se encuentre en equilibrio con el disolvente
líquido puro, es necesario aumentar la presión sobre la solución lo suficiente para que el
potencial químico del disolvente en la solución iguale al del disolvente líquido puro. Esta
presión adicional que iguala ambos potenciales químicos se conoce como presión osmótica
de la solución.
La relación entre la presión osmótica y la concentración, en soluciones ideales o
reales diluidas, está dada por la ecuación de van't Hoff:

  cRT ,

donde c, es la concentración de "partículas" disueltas; R, la constante de los gases; y T, la


temperatura absoluta.
A pesar de la analogía formal entre la ecuación de van't Hoff y la ley del gas ideal,
es ilusorio considerar la presión osmótica como un tipo de presión ejercida de algún modo
por el soluto. La ósmosis, el paso de disolvente a través de una membrana, se debe a la
diferencia de potencial químico (al que comúnmente nos aproximamos mediante la
concentración o con la actividad) a ambos lados de la membrana. La clase de membrana no
interesa, la única condición es que sea permeable al disolvente. Tampoco importa la
naturaleza del soluto, sólo es necesario que el disolvente contenga alguna sustancia disuelta
que no pase por la membrana.

Presión coloidosmótica. En los sistemas en estudio, la presión coloidosmótica () es


función de la concentración proteica. Frecuentemente, se la denomina presión oncótica
para distinguirla de la presión osmótica total de la solución. Como el endotelio
microvascular no es totalmente impermeable a las proteínas plasmáticas, la concentración
de las proteínas plasmáticas del fluido intersticial no es nula, y los valores de i
generalmente están entre 0,2 p y 0,6 p. Del mismo modo que los solutos que difunden
fácilmente a través del endotelio no se tienen en cuenta en la valoración de la presión
osmótica, porque influyen de la misma forma en ambos líquidos transendoteliales, las
moléculas proteicas que fluyen más fácilmente tampoco influyen sobre la presión
coloidosmótica diferencial. La proporción del total de partículas proteicas
macromoleculares plasmáticas con respecto a las que pueden difundir se denomina
tradicionalmente coeficiente de reflexión4 y se representa con el símbolo  (sigma).
Apartándonos de la tradición, lo denominaremos "coeficiente de retención" del endotelio;
es una medida de la eficiencia de la retención de proteínas: vale 1.00 cuando la retención es
total, los valores para la mayor parte de los capilares se encuentran entre 0.90 y 0.99 (en la
tabla 4 se encuentran algunos valores determinados experimentalmente)5.

4
Esta denominación común, "coeficiente de reflexión", parece desafortunada porque, según nuestro criterio,
tiene sus raíces en una teoría, o interpretación, incorrecta del origen de la presión osmótica, como
mencionamos anteriormente en el párrafo correspondiente.
5
Estos valores son relativos, y pueden interpretarse como alguna función de la inversa de los coeficientes
permeabilidad.
46

Presión hidrostática del fluido intersticial. La presión del fluido intersticial (Pi) en un
órgano o tejido depende del volumen de su fluido intersticial (Vi) y de la extensibilidad del
compartimento intersticial. El porcentaje en volumen del fluido intersticial varía mucho
entre diferentes tejidos, desde 10% en el músculo esquelético a más de 30% en la piel. Aun
así, sus respectivas Pi son prácticamente las mismas, 1 a 2 mm Hg menor que la presión
atmosférica. La extensibilidad por debajo de los V i normales es relativamente pequeña; así,
cuando disminuye Vi, la Pi disminuye abruptamente. La disminución de la Pi cambia la
relación de las "fuerzas de Starling" de tal forma que aumenta el flujo de fluido hacia el
tejido deshidratado (Ec. 6), y de esta forma se estabiliza el volumen del fluido intersticial.
Sin embargo, por encima del valor normal del Vi la extensibilidad del intersticio aumenta
(el espacio intersticial se expande), y una vez que la Pi llega a 0 mm Hg, una gran
acumulación de fluido (edema) produce sólo pequeños aumentos, de la presión y de la
consecuente "fuerza" restauradora.

Influencia de las resistencias microvasculares en el transporte de fluido. Dado que Jv


depende de la presión capilar, cualquier cambio en la circulación que afecte la presión
capilar promedio también afectará el intercambio neto de fluido. La Pc promedio está
determinada principalmente por la presión en las grandes venas (Pv) y la razón de la
resistencia poscapilar (en las pequeñas vénulas musculares, Rv) a la resistencia precapilar
(en arterias y arteriolas, Ra). La relación se expresa mediante la siguiente ecuación:

 Rv / Ra Pa
Pc   Pv (7)
1   Rv / R a 

En la circulación sistémica, la Pa promedio es aproximadamente 90 mm de Hg, Pv es


cercana a 0; y Rv/Ra es aproximadamente 0,16; por lo tanto la Pc promedio es cercana a 15
mm Hg y la diferencia de presiones hidrostáticas (Pc-Pi), está, generalmente, casi
equilibrada por la diferencia de presiones osmóticas (p-i). El aumento de la presión
venosa o la constricción muscular de las vénulas aumenta la P c y el transporte de fluido
desde el plasma. La dilatación arterial también aumenta, la relación Rv/Ra, la Pc y, por lo
tanto, el transporte de fluido desde el plasma. En cambio, la constricción arteriolar
disminuye la Rv/Ra, la Pc y el transporte de fluido desde el plasma. Cuando la diferencia
Pc–Pi es menor que el producto (p-i), el fluido intersticial fluye hacia el plasma.
Otra consecuencia de la dilatación o la constricción microvascular es la variación de
la superficie de los vasos de intercambio efectivamente perfundida (A). La dilatación de
las arteriolas terminales y la de los esfínteres precapilares tiende a “reclutar” vasos de
intercambio cerrados o pobremente perfundidos, aumentando A y por lo tanto el coeficiente
de filtración, LpA. La vasoconstricción arteriolar provoca lo contrario, disminuyen A y
LpA. Los cambios de LpA no alteran el sentido del transporte del fluido, sólo su magnitud
cuando hay una "fuerza" neta en alguno de los sentidos.
La figura 3 es la gráfica de valores individuales de Jv/A en función de valores de la
Pc en varios capilares. La pendiente [(Jv/A)/Pc] de la recta de mejor ajuste a los puntos
experimentales estima Lp. La intersección con el eje P c (Jv/A = 0) es igual a (p-i).
Como cada medición corresponde a un capilar diferente, la pendiente y la intersección son
valores medios de la muestra.
47

La medición de múltiples cocientes Jv/A en microvasos únicos ha permitido concluir que


hay una considerable variación local de Lp dentro de las redes de vasos de intercambio. En
general, hay un aumento de la conductividad hidráulica desde las arterias a las venas. La Lp
de la vénulas es de dos a cuatro veces la de las arteriolas. En condiciones normales
(ausencia de lesión o respuesta inflamatoria), la permeabilidad a los solutos aumenta
concomitantemente con la conductividad hidráulica sin disminución del "coeficiente de
retención". Consecuentemente, este gradiente de permeabilidad se atribuye a un gradiente
del área de superficie correspondiente a las hendiduras intercelulares, sin cambio de su
ancho o de las propiedades del glicocáliz que contienen.

Fig. 3. Gráfica de mediciones individuales de Jv en función de la Pc. La pendiente de la curva


(Jv /Pc) es igual al Lp medio de este conjunto de capilares (0,05 m/s por cm de agua). La
intersección de la curva a Jv = 0 indica el valor promedio de (p-i), 11,5 cm H2O. La p, en las
ranas de la especie empleada en este experimento, se encuentra entre 7 y 14 cm de H2O
(1 cm de H2O = 0,74 mm de Hg).

Jv y LpA también se han estimado en órganos íntegros midiendo el cambio de


volumen o peso que sigue a los cambios, inducidos experimentalmente, de la presión de la
sangre venosa (Pv). La presión arterial (Pa) también se mide, y los cambios inducidos en la
Pc se evalúan por medio de la Ec. 7, usando valores medidos o supuestos de Rv/Ra. Cuando
se aumenta la Pv, hay un rápido incremento del peso del órgano y del volumen atribuidos a
la dilatación de los vasos sanguíneos extensibles, seguido de un lento aumento sostenido,
atribuido a la acumulación de líquido intersticial. Generalmente, Jv se expresa como cambio
de peso o volumen por unidad de tiempo y de peso del órgano, debido a que el área de
superficie de intercambio vascular no se conoce directamente. LpA es igual a Jv/Pc (Ec.
6). En la tabla 2 se encuentra una lista de los coeficientes de filtración capilar (L pA) de
algunos órganos de mamíferos.
48

La tabla 3 contiene las conductividades hidráulicas de endotelios de intercambio


seleccionados; algunos de los valores tabulados se basan en mediciones microscópicas
directas de Lp, otros, en la división de LpA de todo el órgano por la estimación
morfométrica de A en el mismo (tabla 1).

Tabla 2. Coeficientes de filtración capilar (LpA, CFC, Kf, mL/min·mmHg·100g)

Antebrazo humano 0.006


Pata de gato 0.010
Intestino delgado de gato 0.1 a 0.4
Pulmón de gato 0.20
Corazón de conejo 0.35

Las Lp de los endotelios fenestrados son las mayores, las de endotelios continuos
intermedias, y las de los endotelios con alta densidad de uniones estrechas, las menores;
varían concomitantemente con los correspondientes coeficientes de permeabilidad a los
solutos (fig. 2). Las conductividades hidráulicas de los endotelios continuos varían en un
rango amplio, muy probablemente en proporción a la fracción del área ocupada por las
hendiduras intercelulares.

Transporte transendotelial de fluido en los vasos de intercambio. En casi todas las


redes de intercambio, la Pc disminuye gradualmente desde el extremo arterial al venoso
debido a la resistencia hemodinámica, en cambio, la p se mantiene prácticamente
constante, porque sólo una mínima fracción del volumen plasmático se pierde por
filtración. (Excepciones importantes son los capilares glomerulares renales, en donde filtra
20% o más del plasma que pasa por ellos, y los capilares renales peritubulares, por donde
retorna al torrente sanguíneo lo reabsorbido desde los túbulos). Se ha supuesto
generalmente que incluso cuando los flujos transendoteliales de una red completa están
balanceados, cerca de su lado arterial la Pc sería levemente mayor que la presión promedio
de balance (p-i)+Pi, y cerca del lado venoso Pc sería menor. Por lo tanto, una pequeña
cantidad de fluido filtraría desde la región “arterial” de los capilares hacia el compartimento
intersticial, y sería reabsorbido en la región “venosa” de los capilares de intercambio. Este
reciclado local del filtrado capilar se ha denominado “circulación pericapilar”.

Tabla 3. Conductividades hidráulicas (Lp, cm3/s·dina)

Endotelio fenestrado:
Glomérulo renal 1.5 · 10-8
Mucosa intestinal 1.3 · 10-9
Endotelio continuo:
Mesenterio 5.0 · 10-10
Corazón 8.6 · 10-11
Músculo esquelético 2.5 · 10-11
Pulmón 8.4 · 10-12
Endotelio con uniones estrechas:
Cerebro 3.0 · 10-13
49

La cantidad de fluido que circula de este modo a través del intersticio es pequeña,
no más de 2% o 3% del flujo de plasma intravascular. Las determinaciones experimentales
muestran que proporciones mucho mayores (fracciones de extracción) de iones y pequeñas
moléculas de soluto de la sangre o plasma pueden difundir desde los vasos de intercambio
en un único pasaje: 25% del oxígeno en un músculo esquelético en reposo, 70% en el
músculo cardíaco o esquelético en ejercicio, más de 90% del agua marcada en una variedad
de órganos (ver fig. 2). Como se ha indicado, la difusión es por mucho el factor más
importante en el transporte de tales sustancias. Sin embargo, para solutos
macromoleculares como las proteínas plasmáticas, que difunden muy lentamente, la
filtración ("convección") es un importante mecanismo de transporte.
La circulación pericapilar puede ser sostenida por largos períodos sólo en una red de
intercambio completamente impermeable a las proteínas plasmáticas. Incluso pequeñas
cantidades de proteínas filtradas desde la región arterial de la red se acumularán afuera de
los vasos venosos de intercambio, donde se supone que la reabsorción tiene lugar, porque el
retorno de estas proteínas en el mismo sentido del gradiente de concentración, desde el
intersticio al plasma, no puede ocurrir pasivamente. Como resultado, la concentración de
proteínas intersticiales y la presión oncótica crecerán hasta que la reabsorción cese. A
menos que halla una fuente de fluido externo que diluya las proteínas plasmáticas
acumuladas (por ej., el reabsorbido por los túbulos renales en el caso de los capilares
peritubulares), la reabsorción mediante vasos de intercambio es sólo un fenómeno pasajero
o limitado. En estado estacionario, el filtrado, si contiene proteínas, debe ser removido por
los linfáticos.

3.3 Transporte vesicular (transcitosis)


La transcitosis es el intercambio de plasma y de los constituyentes del fluido intersticial
mediante el intercambio de vesículas entre las superficies luminal y abluminal de las
células endoteliales. Aunque todos los componentes del plasma y el fluido intersticial se
intercambian, el intercambio vesicular es mucho mas lento que la difusión de iones y
moléculas de tamaño pequeño a intermedio, y se cree que el transporte vesicular es
significativo sólo para las proteínas plasmáticas y otras macromoléculas.

Movimiento vesicular. Se ha considerado que el intercambio vesicular se debe al


“movimiento browniano” de las vesículas. Las vesículas luminales conteniendo plasma se
separan de la membrana y se mueven al azar dentro del citoplasma hasta que alcanzan la
superficie abluminal o retornan a la superficie desde donde partieron. Aquellas que
alcanzan la superficie abluminal se fijan, reabren, e intercambian su contenido con el fluido
intersticial. De este modo, el transporte neto de los solutos que contienen transcurre desde
zonas de mayor concentración hacia zonas de menor concentración, como en la difusión
molecular. Sin embargo, el intercambio vesicular es mucho más lento, debido al gran
tamaño de las vesículas y la alta viscosidad del citoplasma endotelial. Se sabe que cierto
número de sustancias, incluida la albúmina plasmática, se unen a la superficie interna de la
membrana de las vesículas en algunos endotelios, y se ha propuesto que las vesículas sirven
como transportadores específicos para dichas sustancias. Esto es posible si la afinidad de
los “receptores” vesiculares para la sustancia es tal que permita la asociación, cuando la
concentración es la plasmática, y la disociación, cuando la concentración es la del fluido
50

intersticial. Sin embargo, hasta ahora no se ha demostrado el transporte selectivo de


proteínas plasmáticas.

Aberturas de las vesículas. Si bien las vesículas son relativamente grandes (diámetro
interno 60 a 70 nm), sus aberturas hacia la superficie (“cuellos”) son mas estrechas (40 a 50
nm) y parecen contener la misma cubierta externa, o glicocáliz, que el resto del endotelio.
La incorporación de las moléculas de las proteínas plasmáticas a las vesículas disminuye
progresivamente al aumentar su tamaño molecular. El transporte vesicular de solutos
depende, del volumen del contenido vesicular transportado desde el plasma hacia el fluido
intersticial por unidad de tiempo (Qv), y de la partición de las moléculas del soluto entre el
plasma y el contenido vesicular (); el producto Qv es equivalente al producto de la
permeabilidad por el área superficial (PA), de la descripción del transporte por difusión.

4. Fluido intersticial y linfa


Como los capilares no son completamente impermeables a las proteínas plasmáticas, hay
un lento y continuo flujo de proteínas y fluido desde el plasma al fluido intersticial a través
de los espacios intercelulares más amplios, agregado al transporte mediante vesículas.
Como consecuencia, parte importante de las denominadas proteínas plasmáticas se
encuentran realmente en el intersticio de órganos y tejidos. El volumen del fluido
intersticial del organismo es aproximadamente cuatro veces el volumen plasmático y la
concentración de proteínas del fluido intersticial es de ¼ a ¾ de la concentración
plasmática. Por lo tanto, en condiciones normales, más de la mitad del total de las
proteínas plasmáticas están en el compartimento intersticial. Este fondo de fluido y
proteínas fluye lentamente por los vasos linfáticos, y eventualmente retorna al torrente
sanguíneo por los conductos linfáticos mayores, que desembocan en las grandes venas. En
su curso, la linfa pasa por al menos un ganglio linfático. El tiempo de recambio
("circulación") del fluido intersticial o de la linfa es del orden de 48 a 72h, en cambio, el de
recirculación de la sangre es aproximadamente 1 min. Todos los componentes proteicos
del plasma se encuentran en el fluido intersticial y en la linfa, pero la concentración
linfática de los componentes de mayor tamaño es relativamente baja, debido a la limitación
que opone la pared capilar.

4.1 Mecanismo de la "circulación" linfática


El tejido conjuntivo intersticial está constituido por una matriz de proteoglucanos y fibras
colágenas, gran variedad de células (fibroblastos, macrofagos, etc.) "errantes", vasos
sanguíneos de diferentes tamaños que lo atraviesan, y el fluido intersticial que embebe todo
su contenido. Las vías linfáticas comienzan en este tejido como capilares linfáticos, o
linfáticos terminales, ciegos, ubicados a cierta distancia de los capilares sanguíneos.
Tienen una única capa, de células endoteliales delgadas planas adyacentes a una lámina
basal ligera, discontinua. Las células endoteliales linfáticas son mucho más delgadas y
anchas que la de los capilares sanguíneos, y los capilares linfáticos son más grandes y de
sección más irregular. Por lo general, tampoco hay complejos de unión entre las células.
Sus bordes tienden a solaparse y a actuar como válvulas, permiten el transporte de fluido
intersticial hacia los capilares linfáticos pero no en sentido contrario, hacia el intersticio.
Los linfáticos terminales drenan hacia los vasos linfáticos, distribuidos generalmente de la
51

misma forma que las arteriolas y vénulas. Los vasos linfáticos tienen válvulas internas que
dirigen la linfa centralmente y drenan hacia los conductos linfáticos. La fuerza propulsora
nace de las pulsaciones arteriales y movimientos tisulares (contracciones musculares,
movimiento respiratorio y de los miembros).
La propulsión de la linfa necesita muy poca energía: las presiones son bajas (1a 2 mm de
Hg) y las velocidades del fluido son lentas. Los largos vasos linfáticos tienen paredes finas,
con células musculares lisas cuyas contracciones ayudan a impeler la linfa.

4.2 Transporte de macromoléculas desde la sangre a la linfa


El flujo de proteínas plasmáticas (de 42 kD y mayores) a través de las paredes de los vasos
de intercambio es un factor crítico, en el largo plazo, del control de los volúmenes
plasmático y del fluido intersticial y, por lo tanto, en el mantenimiento de la circulación
sanguínea. En esta sección se estudia el transporte de macromoléculas en general, por la
utilidad que tienen algunos grandes polímeros, relativamente inertes, como sustitutos de las
proteínas plasmáticas. Se utilizan, además, en la investigación de la permeabilidad de los
vasos de intercambio. Excepto en los órganos con capilares sinusoides (con endotelio
discontinuo), el intercambio de estas macromoléculas, entre la sangre y el fluido
intersticial, es extremadamente lento, y por lo tanto las concentraciones de dichas
moléculas en la sangre arterial y venosa es generalmente la misma.

Mecanismos de transporte de macromoléculas. Son tres los mecanismos que


contribuyen al transporte macromolecular: convección, difusión, e intercambio vesicular.
La transferencia de masa por convección es la que ocurre a través de una superficie límite
entre una fase sólida y un fluido, o entre dos fluidos relativamente inmiscibles, en
movimiento relativo entre sí. En este sentido el transporte transendotelial es transferencia
convectiva de masa (a la que se agrega la difusión en cada una de las fases). Sin embargo,
en este caso nos referimos con este término, en forma más restringida, al transporte de
solutos incorporados a la corriente de ultrafiltrado. La concentración de los pequeños
solutos en el filtrado es aproximada a la que tienen en el plasma, pero la concentración de
los solutos de mayor tamaño difiere, porque su transporte está restringido o "tamizado" por
el endotelio. Para los solutos con masas moleculares menores de 10 kD, la convección y el
intercambio vesicular son relativamente poco importantes, y generalmente no se tienen en
cuenta. Sin embargo, la difusión de moléculas de más de 10 kD es muy limitada, y no
puede por si sola dar cuenta de todo el transporte observado; deben contribuir, la
convección (a través de los espacios intercelulares más amplios), o el intercambio vesicular,
o ambos. En los endotelios discontinuos, la convección irrestricta es el mecanismo de
transporte principal. En los endotelios continuos, fenestrados y con alta densidad de
uniones estrechas la importancia relativa de los tres mecanismos es un tema en debate.

4.3 Medición del transporte de macromoléculas


Mucho de lo que se conoce del transporte de moléculas de más de 10 kD ha
derivado de las mediciones del flujo linfático (JL) y de las concentraciones linfáticas (CL)
de las proteínas plasmáticas y de solutos exógenos de alto peso molecular. Las
concentraciones linfáticas de proteínas plasmáticas y de otros grandes solutos están
inversamente relacionadas con la magnitud del flujo linfático y decrecen con el aumento
52

del tamaño molecular (Fig. 4). La disminución es abrupta, acercándose a un límite


extrapolado de aproximadamente 4 nm, que se corresponde con el tamaño de la vía de los
pequeños espacios intercelulares; más allá de este límite hay una “cola” que se extiende
hacia tamaños mucho mayores (con límite superior desconocido), que es atribuida al
transporte a través de las hendiduras mayores o por vesículas. La relación de
concentración linfa:plasma (CL/Cp) para moléculas de igual tamaño tiende a ser menor
cuanto mayor su carga negativa, lo que sugiere que la carga neta de las membranas que
limitan las vesículas y espacios intercelulares (vías de transporte) también es negativa.

Fig. 4. Influencia del tamaño molecular y del flujo linfático en la relación de la concentración
linfática de las grandes moléculas con respecto a la plasmática (Cl/Cp). Las flechas A, IgG, e IgM
indican el radio molecular de la albúmina, inmunoglobulina G (" globulina"), e inmunoglobulina
M (2 macroglobulina). 1 A = 0,1 nm. Las mediciones fueron hechas en intestino de gato. El flujo
linfático menor corresponde a un valor normal; los mayores se obtuvieron aumentando la presión
venosa portal.

Cuando la ultrafiltración y el flujo linfático aumentan (por el aumento de la Pc o


disminución de la p), la relación CL/Cp para los solutos macromoleculares disminuye
(Fig. 4), aproximándose al valor límite 1-, el coeficiente de “arrastre del solvente”. El
componente de transporte por convección es igual al producto JL(1-)Cp. Esta relación
permite, a su vez, evaluar indirectamente el coeficiente de retención endotelial () de las
macromoléculas (tabla 4).
La evaluación experimental de la importancia relativa de la difusión y del transporte
mediante vesículas es más problemática, debido a que formalmente están descritos por
funciones similares: J(difus) = PA(Cp-Ci), J(vesic) = Qv(Cp-Ci). La discriminación se puede
hacer mediante el enfriamiento de los vasos de intercambio, que se cree que disminuye más
53

el movimiento vesicular que el molecular. La mayoría de los productos PA, de


macromoléculas, medidos y disponibles hasta el momento (tabla 1), son realmente la suma
de PA y Qv. Las permeabilidades a grandes moléculas en microvasos individuales se han
estudiado usando colorantes o compuestos fluorescentes como trazadores. En condiciones
normales la fuga de los trazadores es lenta y difusa, y ocurre tanto en los capilares como en
las vénulas no musculares. En los vasos de intercambio normales (no lesionados), la fuga
no tiene localización nítida, apreciable con el microscopio óptico.
En respuesta a la lesión tisular (o la aplicación de sus mediadores, por ej. histamina), la
permeabilidad a las proteínas plasmáticas aumenta entre 10 y 100 veces, y se observan
grandes focos de "fuga" de moléculas coloreadas o fluorescentes a nivel de las vénulas
poscapilares. Las fugas parecen corresponderse con grandes aberturas de reciente
formación (de 0.5 a 2.0 m) entre las células endoteliales. La lámina basal permanece
intacta. Las fugas, igual que las aberturas, son transitorias, permanecen 20 a 30 minutos.
Luego de ese lapso, puede persistir el aumento de la permeabilidad mientras permanece el
estímulo; el mecanismo y la vía se desconocen.

Tabla 4. Coeficientes de retención endotelial ()

Soluto Peso Aea (nm) Tipo de endotelio


Molecular Continuo Fenestrado Con uniones
(kD) (músculo (intestino) estrechas
esquelético y (cerebro)
cardíaco)
Albúmina 69 3.6 0.90 0.92 0.999
IgG 160 5.6 0.95 0.96 "
IgM 820 9.1 0.99 0.98 "
a
Radio molecular efectivo (Stokes- Einstein).

4.4 Formación y resolución del edema


El edema es la acumulación excesiva de fluido en el compartimento intersticial de órganos
y tejidos, debido frecuentemente al desbalance, más pronunciado que el normal, de las
"fuerzas" que controlan el intercambio de fluidos ("fuerzas" de Starling).
Las causas del edema son:

 la obstrucción o insuficiencia linfática


 el aumento de la permeabilidad capilar a las proteínas (aumento de i, disminución de
)
 la disminución de la concentración proteica (y por lo tanto disminución de p)
 el aumento de la presión hidrostática capilar (Pi) debido a un aumento de la presión
venosa (obstrucción venosa o volumen plasmático aumentado) o cambio de la relación
entre la resistencia arteriolar y venosa (por ejemplo durante la vasodilatación arteriolar
sostenida)
El edema pulmonar es una amenaza para la vida porque interfiere con el intercambio entre
la sangre y el aire. El edema de otros órganos puede interferir con sus funciones
respectivas. La formación rápida y masiva de edema debido a un aumento generalizado de
54

la permeabilidad (como en la anafilaxis) disminuye acentuadamente el volumen plasmático


y puede inducir el shock circulatorio.

"Factores de seguridad." Si la permeabilidad del endotelio es normal, varios factores de


seguridad fisiológicos intervienen para limitar la acumulación de fluido intersticial.
Cuando la filtración aumenta, la concentración de proteínas y la presión oncótica del
filtrado y, por lo tanto, del fluido intersticial disminuyen. Al mismo tiempo aumenta p.
Por lo tanto, aumenta la diferencia p-i que aumenta la oposición a la filtración (Ec. 6).
Además, al aumentar el volumen del fluido intersticial, Pi aumenta desde valores
ligeramente inferiores a la presión atmosférica a valores superiores a la misma. La Pc-Pi
disminuye, oponiéndose también a la filtración (Ec. 6). Además, cuando la Pi aumenta,
también lo hace la remoción del fluido intersticial por los linfáticos, primero, por el efecto
directo de la presión intersticial sobre el llenado de los linfáticos terminales y, segundo, por
un efecto indirecto de la P i, o del llenado de los linfáticos, que aumenta la motilidad
propulsora de los conductos linfáticos. Estos mecanismos mantienen el transporte
transcapilar de fluido durante los ciclos diarios de vasodilatación y vasoconstricción local,
cambios posturales, e ingestión y excreción de líquidos. Sin embargo, la disminución
patológica de la concentración de las proteínas plasmáticas, o el aumento de la
permeabilidad o de la presión en los vasos de intercambio pueden superar su capacidad y
llevar a la acumulación masiva de fluido. El fluido de edema acumulado puede ser
removido por reabsorción tanto hacia los vasos de intercambio como por drenaje linfático,
pero la única forma de remover la proteína intersticial acumulada es mediante los linfáticos.

5. Funciones metabólicas y secretorias del endotelio microvascular


Este trabajo se ha dedicado casi exclusivamente a la función del endotelio de los vasos de
intercambio como barrera selectiva y limitante del transporte, y su contribución a la función
cardiovascular primaria de transporte de materia. Sin embargo, las células endoteliales y el
endotelio vascular tienen otras funciones, no relacionadas con el transporte entre la sangre y
los tejidos. Entre éstas se encuentran:

 mantenimiento de la estructura y composición del endotelio, el volumen celular, y de la


estructura de las uniones intercelulares; secreción de la lámina basal
 crecimiento, reparación (división celular, migración, síntesis del factor de crecimiento
endotelial, inducción del crecimiento y de la diferenciación del músculo liso)
 procesamiento de sustancias vasoactivas: activación (ej., angiotensina I  angiotensina
II por el endotelio capilar pulmonar), inactivación (ej., adenosina, bradiquinina)
 regulación local del tono del músculo liso: síntesis y liberación de prostaglandinas,
factor relajante derivado del endotelio (sigla en inglés: EDRF), endotelina
 transmisión de estímulos vasomotores desde los capilares y pequeñas arteriolas hacia
vasos más grandes
 mantenimiento de las propiedades anticoagulantes de la superficie
 reacciones inmunes: unión de inmunocomplejos, fagocitosis, respuesta inflamatoria.

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