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¿QUÉ ES LA FILOSOFÍA?
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LOS MITOS
Antes de que surgiera el pensamiento racional (ciencia y filosofía) el ser humano explicaba las cosas a
través de mitos. En términos generales, los mitos son narraciones imaginarias protagonizadas por
dioses o héroes y situadas fuera del tiempo histórico.
Aunque decimos que los mitos son típicos de las sociedades primitivas sin escritura y anteriores al
pensamiento racional, no hay que pensar que eran brutos que vivían en la más absoluta ignorancia y
guiados por la imaginación. Las cosas nunca son tan sencillas. En realidad los mitos eran
fundamentales para el funcionamiento de la sociedad y la transmisión de la cultura, además de que en
ocasiones encierran gran sabiduría. Además de mitos, en estas sociedades dominaban con pericia gran
cantidad de técnicas y artes que han acompañado a la humanidad desde su inicio y sin las cuales no
hubieran aparecido ni la ciencia ni la filosofía.
Hay diferentes tipos de mitos, y los más importantes son los siguientes:
● Mitos cosmogónicos: Intentan explicar el origen del mundo y de sus partes.
● Mitos teogónicos: relatan el origen de los dioses.
● Mitos antropológicos: narran la aparición del ser humano.
● Mitos morales: Explican la existencia del bien y del mal.
● Mitos fundacionales: describen el origen de alguna característica del mundo natural
o social.
● Mitos escatológicos: anuncian el futuro, el fin del mundo.
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Antropomorfismo: atribución de cualidades o rasgos humanos a un animal o a una cosa (RAE).
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Animismo: creencia que atribuye vida o espíritu a las cosas.
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EL NACIMIENTO DEL PENSAMIENTO RACIONAL CRÍTICO: “EL PASO DEL MITO AL
LOGOS”
Entre los siglos VII y VI a. C. tuvo lugar en la Antigua Grecia el nacimiento del pensamiento racional
crítico (filosofía y ciencia). Se pasa de explicar la realidad a través de mitos a explicarla de manera
racional (logos: palabra, razón). Es lo que se conoce como “el paso del mito al logos”. Este paso, que
no fue abrupto sino que duró décadas e incluso siglos.
Las principales circunstancias y factores que condujeron a la aparición del pensamiento racional son
las siguientes:
1. Extensión de la escritura.
2. El ocio (tiempo libre) posibilitado por el crecimiento económico.
3. El contacto con otros pueblos gracias al comercio.
4. El desarrollo de técnicas y de las primeras ciencias (matemáticas, astronomía, geografía,
etc.).
Estas circunstancias coincidieron simultáneamente e hicieron que poco a poco nacieron las primeras
explicaciones racionales de la realidad que sustituyeron a los mitos.
ETIMOLOGÍA DE “FILOSOFÍA”
“Filosofía” es una palabra de origen griego que proviene de la suma de dos vocablos: “philo” que
significa “amor” y “sophia” que significa sabiduría. Etimológicamente podría traducirse como “amor
a la sabiduría”, “amor al saber”. Parece ser, según indican fuentes clásicas, que el primer pensador en
utilizar el término filosofía precisamente para caracterizarse en su dedicación fue Pitágoras; antes, a
los que se dedicaban a lo mismo, simplemente les llamaban sophos, es decir, sabios.
“Se dice que Pitágoras fue el primero que se llamó a sí mismo filósofo. Con ello no
sólo estaba utilizando un nuevo nombre, sino que también estaba instruyendo
previamente de forma útil sobre su objeto apropiado.” Dijo, en efecto, que la vida
de los hombres se asemeja a la multitud que acude a los juegos. Allí confluyen
hombres de todas clases, cada uno con un propósito –uno ansioso por vender su
mercancía con vistas a obtener una saneada ganancia, otro acude para mostrar su
fuerza corpórea en busca de fama, y finalmente hay una tercera clase -la más
libre- que se congrega para verlos lugares y obras de arte bellas y los hechos y
palabras virtuosas que se suelen dar en las fiestas solemnes. Del mismo modo en
la vida se congregan en un mismo lugar hombres de todas clases con sus afanes;
de unos se apodera el ansia de riqueza y molicie, a otros les invade el deseo de
dominio y de mando, les domina una ambición insana de gloria. El más puro es
ese tipo de hombre que se dedica a la contemplación de las cosas más bellas, a
quien se da el nombre de “filósofo”. (…)
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convenientemente ordenado. Sabiduría es un conocimiento real que versa sobre lo
bello, primero, divino, puro, y que tiene siempre una substancia inmutable, por
cuya participación las demás cosas pueden ser llamadas bellas. Filosofía es la
aspiración a tal contemplación. Hermosa es también esa solicitud por la
formación integral que pretende enderezar al ser humano.”
Jámblico, Vida de Pitágoras,
trad. Enrique, A. Ramos, Ed.
Etnos, Madrid, 1991.
Efectivamente es muy importante lo que Pitágoras señala aquí. Cuando alguien pregunta, cuando
alguien nos pregunta por qué o para qué estudiamos filosofía, para qué tenemos curiosidad por las
cosas, por qué queremos conocer, si bien muchos de los conocimientos que ella nos aporta pueden
servirnos en la vida práctica diaria, lo cierto es que lo hacemos por el placer, por el disfrute mismo del
conocimiento. Numerosas ciencias trabajan sobre áreas y campos que jamás, o al menos en decenas de
años, no podrán “servir” para nada al ser humano y sin embargo generan enorme placer intelectual. Es
ese goce de la mente, ese conocer por el placer mismo de conocer el objetivo principal de la filosofía,
y a esta forma de conocimiento, los filósofos griegos la llamaron contemplación. Así, la filosofía es
-como ya dijeron los griegos- esa actividad por la que el ser humano admira lo bello, lo bello desde el
punto de vista intelectual además de físico.
Aristóteles, un filósofo griego del s. IV a. C., afirmó que el ser humano se caracteriza, entre otras
muchas cosas, por su capacidad de asombro, por el sentimiento de asombro que todos sentimos, por
ejemplo, en una noche oscura cuando podemos ver en el campo las estrellas. Nos asombramos ante
determinados fenómenos, sentimos curiosidad, nos hacemos preguntas sobre nuestro entorno, sobre el
sentido de la vida, el por qué de las cosas, etc. Así pues, según Aristóteles, a la base de la filosofía está
en el asombro y la curiosidad humana que se hace preguntas y busca respuestas.
DEFINICIÓN DE FILOSOFÍA
La filosofía es un saber basado en la razón, es decir, sustentado desde argumentos racionales, que
reflexiona de modo crítico y riguroso sobre cualquier cuestión importante para el ser humano.
Somete todas sus reflexiones a un análisis basado en argumentos racionalmente válidos, lo que
solemos llamar argumentos “lógicos” evitando las contradicciones. Eso es lo que se conoce como una
reflexión crítica.
CARACTERÍSTICAS DE LA FILOSOFÍA
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LAS RAMAS DE LA FILOSOFÍA
Ya se ha dicho que la filosofía, en principio, reflexiona sobre todas las cosas. Así pues, a causa de la
amplitud de su objeto de estudio la filosofía recurre a dividirse en distintas ramas. Las más
importantes son las siguientes:
● Metafísica: Estudio filosófico sobre la realidad y las propiedades de lo que es o existe. Por
ejemplo: ¿De qué naturaleza es todo lo que existe? ¿es todo material?, etc. La metafísica
también puede llamarse “Teoría de la realidad” u “Ontología”.
● Ética: Término derivado del griego “ethos”, que significa “comportamiento”, “conducta”. La
ética es la rama de la filosofía que estudia el comportamiento humano, los códigos morales,
las normas, su fundamentación, su validez…
● Política: Del griego “polis” que significa “ciudad-Estado”. Se ocupa de los aspectos
comunitarios y organizativos del ser humano como son su origen social, los tipos de gobierno,
el poder, las necesidades de la ciudad o la nación.
● Lógica: Del griego “logos” que significa a la vez razón y palabra. Analiza los razonamientos
expresados lingüísticamente y estudia su estructura, su forma, su corrección para llegar a la
certeza de su validez. Es útil para argumentar de forma razonada y no caer en falacias, por
ejemplo.
Además de estas grandes ramas existen otras como la filosofía de la ciencia, la filosofía del lenguaje,
la filosofía del derecho, la filosofía de la religión, la filosofía de la mente y muchas otras.
Ha sido y sigue siendo bastante común pensar que la filosofía es un conjunto de reflexiones abstractas,
con escasa y nula aplicación práctica. Sin embargo, a la vez también es bastante normal que la
filosofía, de una manera u otra, una manera de ver el mundo distinta, de entender la vida y actuar.
Cuando oímos decir que “hay que tomarse la vida con filosofía” lo que se quiere decir es que hay que
afrontar de otra manera distinta de la común. Pues bien, durante las últimas décadas del siglo XX y lo
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que llevamos del XXI algunos pensadores -destacó el francés Pierre Hadot- han sostenido que la
filosofía, además de una reflexión, era un método para adquirir poco a poco una nueva manera
de vivir y percibir el mundo, un intento de transformación del ser humano. Pierre Hadot sostuvo
que así es como se entendía la filosofía en la Antigüedad clásica (Grecia y Roma), y que aunque esta
manera de filosofar fue cayendo casi en el olvido y los filósofos se centraron más en elaborar teorías,
jamás se abandonó del todo la filosofía como una forma de vida.
Donde todo esto se ve con más claridad es en tres escuelas filosóficas de la Antigüedad: el
epicureismo, el estoicismo y el escepticismo, escuelas filosóficas que ahora en el siglo XXI están
nuevamente “de moda”; sirva de ejemplo la siguiente lista de libros recientemente publicados: “Cómo
ser un epicúreo: Una filosofía para la vida moderna” de Catherine Wilson (2020), “Cómo ser un
estoico: Utilizar la filosofía antigua para vivir una vida moderna” de Massimo Pigliucci (2017),
“Diario para estoicos: 366 reflexiones sobre la sabiduría, la perseverancia y el arte de vivir” de Ryan
Holiday (2017) o “Cómo vivir. Una vida con Montaigne: En una pregunta y veinte intentos de
respuesta” de Sarah Bakewell (2010) .
Estas escuelas filosóficas antiguas surgieron en un tiempo de crisis que hizo que lo que prioritario
fuera buscar soluciones para los problemas de los individuos: ¿cómo podemos ser felices? ¿Qué es
necesario para vivir? ¿cómo podemos acabar con nuestros miedos? ¿Cómo tenemos que actuar? ¿Hay
que dedicarse a la política o debemos dejarla de lado? ¿Hay que actuar de manera apasionada o
debemos erradicar nuestras pasiones? ¿Debo actuar apasionadamente o sin pasiones? ¿Tengo que
seguir los dictados de la sociedad o buscar mi propia manera de vivir? Etc.. Por esto, aunque
elaboraron teorías muy complicadas, se centraron en la práctica (ética). Sabio ya no es es quien sabe
sino quien sabe vivir.
● Estoicismo. El fundador del estoicismo es Zenón de Zitio, aunque hubo otros filósofos más
famosos como Séneca, Epicteto o el Emperador Marco Aurelio. Los estoicos sostuvieron que
todo lo que ocurre es necesario y que no existe la libertad tal y como la solemos entender
(sólo existe la “libertad interior”), debemos aceptar las cosas tal y como son. La clave para
alcanzar la felicidad es “vivir según la naturaleza”, y como el ser humano es por naturaleza un
ser racional, la felicidad humana se alcanza siendo racionales en nuestros pensamientos,
elecciones y acciones. Si somos racionales, afirmaban, no tendremos pasiones (apathia).
● Escepticismo. El fundador del escepticismo fue Pirrón de Elis, quien además de estudiar
filosofía en Grecia parece ser que tuvo conocimiento del pensamiento de sabios indios que
conoció en un viaje que hizo a la India. Pirrón fue un escéptico radical, esto es, sostenía que
se puede dudar de todo, y consecuentemente no sabemos qué es la realidad ni qué es el bien o
el mal. Según Pirrón, esta duda radical nos conduce a una paz mental e indiferencia sobre
estas cuestiones y problemas, y en ello consiste la felicidad.
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DIFERENCIAS DE LA FILOSOFÍA CON OTROS SABERES
La filosofía, por las características que hemos visto, se diferencia de otros saberes. Destacamos los
siguientes por ser los más importantes:
SABER VULGAR
SABER MÍTICO-RELIGIOSO
● Según los mitos, en última instancia la causa de todo lo que ocurre son
las decisiones caprichosas e imprevisibles de seres sobrenaturales.
SABER CIENTÍFICO-TÉCNICO
SABER TEOLÓGICO
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filosofía que estudia “el primer principio, el ser más perfecto, es decir,
dios”. Posteriormente, el judaismo, el cristianismo y el islam entraron
en contacto con la filosofía griega, viendose en la obligación de
defender sus creencias ante las filosofías existentes, lo que les llevó a
desarrollar justificaciones racionales para sus creencias, y para ello
echaron mano de la teología.
EL “PENSAMIENTO ORIENTAL”
Los primeros filósofos, aquellos que llevaron a cabo el “paso del mito al logos”, reciben el nombre de
presocráticos.
Aunque las respuestas que pudieron ofrecer los presocráticos puedan parecernos hoy ingenuas,
ridículas e incluso carentes de sentido, hay que valorar positivamente el que estos primeros
pensadores intentaron explicar la realidad de manera racional, basándose en observaciones,
razonamientos, utilizando conceptos abstractos y mediante leyes necesarias, lo mismo que hoy en
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día hace la ciencia. Los principios de cualquier saber siempre han sido difíciles, y si bien no llegaron a
su destino al menos apuntaron en la dirección correcta.
Veamos con algo más de detalle qué afirmaron algunos de los presocráticos:
- Tales de Mileto.
- Afirmó que el arjé es el agua. Parece ser que observó que allí donde hay agua hay
vida y que todas las cosas se transforman unas en otras, lo que llevó a pensar que ha
de existir una sustancia original de la que provenga todo, que se transforma en
cualquier otra pero sigue siendo la misma pese a sus cambios, y afirmó que esta
sustancia original es el agua (el agua puede adoptar el estado sólido, líquido o
gaseoso, y aún así es agua).
- Con respecto al cosmos, parece ser que afirmó que la Tierra era un disco plano
cubierto por la semiesfera celeste flotando en un océano infinito.
- Pitágoras.
- Observó que en la naturaleza podemos observar relaciones y proporciones
cuantitativas y que todo se puede medir. Esto le llevó a pensar que el arjé de la
realidad son los números (arithmós). Su pensamiento ha sido muy influyente a lo
largo de la historia, y puede decirse que la ciencia moderna se debe en parte a sus
ideas.
- En cuanto al cosmos, parece ser que los pitagóricos sostuvieron que la Tierra junto a
otros cuerpos celestes giraban en torno a un fuego central.
- Los pitagóricos afirmaron que el ser humano estaba compuesto de cuerpo (soma) y
alma (psique), y que el alma es inmortal y podía reencarnarse tras la muerte en un ser
u otro según hubiera obrado en su vida anterior.
- Heráclito.
- Sostuvo que, en contra de lo que pensamos normalmente, la estabilidad e identidad de
las cosas es una apariencia, una ilusión. En verdad la realidad está en un contínuo
cambio, en un perpetuo fluir. De un momento a otro las cosas ya no son las mismas,
aunque aparentemente lo sean. Resumió esta idea en dos frases famosas: “todo fluye”
y “nadie se puede bañar dos veces en el mismo río”. No obstante, aunque todo
cambia, Heráclito afirmó que este cambio era un cambio racional presidido o
gobernado por lo que él llamaba “Logos” (razón, palabra), y por eso lo podemos
entender, porque es racional.
- En algunos de sus textos afirmó que el arjé es el fuego, un fuego eterno que está en
contínuo cambio y se alimenta a sí mismo.
- Demócrito.
- Afirmó que todas las cosas que podemos observar en realidad son sólo compuestos de
átomos y vacío. Estos átomos son partículas infinitamente pequeñas, e indivisibles.
Todo está compuesto de átomos que se mueven en el vacío chocando entre sí,
juntandose y separándose, y así se originan y desaparecen las cosas.
- Afirmó que el cosmos existe desde la eternidad y es como un gran torbellino de
átomos en contínuo movimiento. Nada de lo que ocurre, afirmó el filósofo, tiene una
razón de ser, un sentido o un objetivo: las cosas son así porque sí, sin más.
LOS SOFISTAS
Tras los filósofos presocráticos vienen los sofistas, que aparecieron en el siglo V a.C.. Los sofistas
más importantes fueron Protágoras, Gorgias e Hipias.
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Los sofistas eran maestros itinerantes que, a cambio de dinero (fueron los primeros maestros en
cobrar) enseñaban cualquier tema (gramática, historia, derecho, geografía, matemáticas, etc), pero
enseñaban ante todo a usar el lenguaje para convencer, persuadir o manipular al oyente en las
asambleas o tribunales. Detallando un poco más, enseñaban lo siguiente:
- Retórica: arte de componer discursos.
- Oratoria: arte de hablar en público.
- Dialéctica: arte de dialogar.
- Erística: arte de vencer en la discusión.
SÓCRATES
Sócrates fue un filósofo griego del siglo V. a.C., contemporáneo de los sofistas. Se cuenta que alguien
preguntó al oráculo de Delfos quién era el hombre más sabio de Grecia y que el dios contestó que
Sócrates. Este, al oirlo, reflexionó porqué el dios había dicho eso, y llegó a la conclusión de que
mientras que los demás hombres creen saber algo cuando en realidad no saben nada, él por lo menos
era consciente de su ignorancia. Esto lo expresó con la famosa frase “Sólo sé que no sé nada”.
Sócrates era contemporáneo de los sofistas, se movía entre ellos y podemos suponer que era amigo de
muchos sofistas. Reflexionaba sobre los mismos temas que estos y, si no se presta la suficiente
atención, podría parecer un sofista más, pero en realidad no lo era porque defendía que (1) hay una
verdad única y objetiva, la misma para todos, y (2) la verdad se puede conocer Así pues, era
antirelativista y antiescéptico.
Para Sócrates la verdad se puede conocer, aunque reconocía Sócrates que conocer la verdad es algo
muy difícil. Para conocer la verdad inventó un método de investigación y reflexión que siempre
practicaba siempre dialogando con otras personas y que recibe el nombre de diálogo socrático. Tiene
los siguientes pasos:
● 1) Planteamiento del problema. Se inicia el diálogo haciendo al interlocutor experto en el
tema la pregunta “¿Qué es X?” (qué es la justicia, qué es la valentía, qué es el bien, qué es el
ser), y se dejaba al interlocutor hablar sobre el tema libremente.
● 2) Fase irónica. Sócrates, tras escuchar al interlocutor, planteaba a este una serie de
objeciones que, poco a poco, iban desarmando y echando por tierra todo lo que antes había
afirmado, de manera que al final de esta fase el supuesto saber del experto quedaba
desacreditado y era patente que el supuesto saber del experto en realidad era un falso saber,
una opinión falsa que pasaba por verdadera. El interlocutor al final de esta fase tenía que
reconocer que era un ignorante.
● 3) Fase mayeútica. Sócrates, tras la fase anterior, hacía preguntas a su interlocutor, y este,
poco a poco y pensando por sí mismo (porque Sócrates jamás ofrecía una respuesta)
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alcanzaba una verdad, y si no lo hacía, por lo menos se había desembarazado de las falsas
opiniones que antes sostenía y creía que eran ciertas.
Sócrates, que no enseñaba nada más que a pensar por uno mismo, tuvo muchos discípulos, y cada uno
sostenía ideas muy distintas. El más importante fue Platón, quien escribió libros de filosofía en forma
de diálogo, homenajeando a su maestro.
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