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Notas [in]constitucionales.

Negación de la Constitución Política de la república


José Antonio Ortuzte Alba
26 de octubre de 2022
Para III Camino ramificado cerca nuestro.
José Antonio Kast Rist.

La Constitución Política de la república de Chile, por su nombre, fue


dada producto de un Plebiscito el de 1980. Por la Editorial, Lexnova la
última reforma de 2005 este texto es para el público antes está el Boletín.
Sus reformas atiborran la unidad constitucional de óbices en su totalidad, ese
no fue el sentido inicial de sus creadores ni de las siguientes reformas. Fue el
argumento de la izquierda y de la derecha simultáneamente para mal. El mal
no es un juicio de hecho sino de valor(es). Pero aquel ‘ethos’ nace en San
Agustín o Agustín de Hipona. Vuelve un quod erat demostrandum en forma
del anterior status in questionis.
Entonces, el objetivo marcado de crítica contraria a la Constitución es
tener en un todo sus artículos bajo la puntuación lógica. ¿No será posible
entender el alcance y la contemporaneidad e instituciones constitucionales?
Un texto con base en el Plebiscito de 1980, año o fecha para Chile, surge
para la mayoría de convencidos en un proceso de excepción. Por la fecha –
como dicen en Chile y no año– lo convoca un gobierno de excepción, sí.
Una vez pasado el ‘Plebiscito de 1980’, Pinochet pese a que actualmente
dicen que terminó lo que comenzó con una excepción a otra excepción hasta
1988. Otra vez, encuentra el año del Plebiscito con el triunfo de la franja del
‘No’, entonces, el marco de sus instituciones emergen con el ethos de
Guzmán. Un asesor y profesor de la Universidad Católica del Maule
también, fue víctima. No se han insertado novedades –superfluamente–
actualidad y criterios ‘kelsenianos’ de integración internacional a
organismos con sede en la razón. ‘kelsenianos’, se entiende a los criterios
mexicanos –por alusión va a Salinas de Gortari a AMLO jerarcas– del
derecho minúsculo divino de Patronato. Para llegar a los puntos o
puntuación lógica se va plantear el verbo negaren seis silogismos con
premisas todas contrarias.
En la primera enunciación se transmite la idea que la Constitución de
1980 es interpretable así: ni declaraciones de la CP. Reúne, verbo
cuestionado en un proyecto de Código Civil boliviano, todo el capítulo I.
Tiene base en los arts. 1 al 9no. Y condensa las declaraciones de todas las
reformas. Después le sigue y niega: ni declaración: los derechos y deberes.
Se han asido a este grupo de dos partes de la CP, el Capítulo II, los
siguientes arts. 19 al 23. No se han vuelto parte de la integración de los
sistemas de protección de derechos –por su redundancia– no expresados en
tal CP. Y se parte negando ni los arts., siguientes del Capítulo IV.
Conforman el funcionamiento del Poder Ejecutivo y objeto de
[in]constitucionalidad. Se señaló contrariamente ni el Capítulo IV forma
política, pues, gira por el proceso de sus observaciones [in]constitucionales.
Entonces, ni los arts., siguientes de la forma política han estado en desuso
real desde la emisión en el Boletín Oficial de la república, el año 1980. Y lo
estuvo hasta pasado el gobierno de Patricio, DC, Aylwin Azocar. ¿Y fue
real, dice el juez H.L.A. Hart, la Constitución real, por paráfrasis moderna?
Lo ha sido con relación del Ejecutivo sobre el mando de las Fuerzas
militares. Yendo a la tercera proposición se demuestra su contrariedad ni las
Cámaras del Congreso. El efecto de retroactividad recae desde su
publicación hasta la elección de este. Se instala después del triunfo de
Aylwin, por ende hay casi diez años sin realidad. O sea, diría el juez terrible
por aplicación, en alusión a H.L.A. Hart. Asimismo, se limita a contradecir:
ni el Senado vitalicio del Congreso. El hito de este ensayo-silogismo es el
primer Boletín Oficial del año 1980. Y estuvo tal capítulo y parte
constitucional vacante o acéfalo. Y después, se toma en cuenta su
retroactividad aunque no es Ex nunc en los hechos. Pero, elige y esa Cámara,
igual que los Lores ingleses, a senadores vitalicios. Y los Lores, a petición
del juez terrible español cuestionan la inmunidad de ellos. Ha quedado
negado comenzando en la conjunción ni las Cámaras ni el Senado vitalicio.
En realidad no es una petición de principio, pero por paráfrasis moderna,
citando a Herbert Hart, fue real. En la República de Piñera, eligieron
senadores vitalicios, recuerda al siglo XIX. En el siguiente aspecto se tiene
que negar ni los arts. de los Capítulos VI hasta el XIII. Y compromete
comparativamente a los órganos del Poder Público. Uno es complemento de
los otros, el Jurídico de los terribles. Los demás, o menores, derivan del
concepto bisagra que se señaló primero. Después, se ha negado ni un ente de
los Capítulos VI hasta el XIII. se dirige a todos estos genéricos entes del ser
estatal. Y se concluye en que ha estado en vacancia acéfala retornando a la
primera publicación del Boletín Oficial. Se niega, a continuación, con la
redacción, ni los gobiernos de las regiones. Y se encargan de dividir el país
en estas organizaciones, tres son: las regiones, las provincias y las comunas.
Terminan estas consideraciones rechazando los niveles de administración
estatal-regional de Chile. Ni el gobierno de la comuna’ se encarga de
prevenir la política de las alcaldías y concejales, estuvieron acéfalos. El
último argumento niega las reformas de la CP. Se trata de los
procedimientos del Congreso. Parten de una primera realidad –la del juez
terrible Hart– y terminan en los proemios. Se trataría por sinónimos con
prólogos y preámbulos como los de la Dei Verbum. Y se termina en la
inviable fórmula con la conjunción ni la reforma de una nueva CP. Pues, fue
la instancia, procedimiento: acéfalo.
CHILE (2005). Constitución Política de la república de Chile, Santiago,
Editorial Lexnova.

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