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tiempo. Y en estos días, entre polémicas y manifestaciones, se ha vuelto una conversación más
cotidiana.
En este texto nos proponemos revisar cuántas cartas políticas hemos tenido en nuestra intensa
vida republicana.
Vale indicar que algunos historiadores coinciden en que es necesario mencionar dos
constituciones españolas al hacer esta revisión. La de Bayona de 1808, porque reconocía al
virreinato peruano por primera vez, y la de Cádiz de 1812 porque en su elaboración
participaron quince intelectuales peruanos. Entre ellos, Vicente Morales Duárez.
1. Constitución de 1823
La primera constitución fue la de este año. Destacó por haber sido aprobada por un congreso
constituyente conformado por figuras como Toribio Rodríguez y José Sánchez Carrión.
Siempre tuvo un carácter provisional y una de sus principales características era que señalaba
al Parlamento como auténtico representante de la voluntad popular. Incluso algunos sostienen
que lo colocaba por encima del Ejecutivo.
2. Constitución de 1826
La segunda es conocida como La vitalicia o “de Bolívar”. Fue hecha a la talla de Simón Bolívar y
se considera que es un réplica de las constituciones francesas y napoleónicas.
Principalmente porque replicaba el modelo de tres cámaras que se popularizó gracias a ese
país. No fue exitosa y su obvia finalidad, que giraba alrededor de una figura, motivó su veloz
reemplazo.
3. Constitución de 1828
La madre de todas las constituciones, es el nombre más popular que ha tomado este
documento. Y es que los especialistas la consideran una de las más importantes y la que debió
ser la primera. La simpatía a favor de ella proviene de que fue promulgada cuando ya no se
encontraban en nuestro territorio ninguna fuerza auxiliar extranjera.
Pasó a la historia por ser el correcto balance entre las dos tendencias constitucionales que se
debatían en la nueva República: el convencionalismo de los constituyentes y el cesarismo de
los libertadores.
Además porque proponía que cada cinco años se hiciera una revisión de la misma, lo que
terminó reemplazándola.
4. Constitución de 1834
Era, en teoría, similar a la constitución de 1828, con pocos artículos reformados. Entre ellos, los
que evitaban las intenciones de Andrés de Santa Cruz por convertir al Perú en una
confederación junto a Bolivia.
5. Constitución de 1839
Agustín Gamarra, que llegaba de liderar una exitosa campaña militar, convocó a un Congreso
para moldear a una constitución que era conservadora e incluso autoritaria.
Y autoritaria porque reducía el poder de las autoridades locales, daba mucho más poder al
Ejecutivo y disminuía los derechos individuales.
6. Constitución de 1856
Guerras civiles y conflictos internos terminaron tumbando a la constitución anterior, dándole
paso a una mucho más liberal promulgada por Ramón Castilla.
Pero también era antimilitarista y descentralista, lo que trajo más guerras civiles y más
conflictos internos. Era necesario encontrar un punto medio, era el llamado de la población
peruana de entonces.
7. Constitución de 1860
La más longeva, ya que duró hasta la segunda década del siglo XX a pesar de ciertas
interrupciones que parecen ser inevitables en nuestro país.
Mucho más moderada a comparación de sus antecesores, sin pecar de extremismos y que
trajo un equilibrio entre las fuerzas políticas del Perú.
Mario Ignacio Prado, que llegaba con el ego inflado luego de la campaña de 2 de mayo, intentó
alterarla pero ese cambio duró apenas meses por el fuerte rechazo del pueblo a tener otra
Constitución con nombre propio.
Entre sus grandes aportes se encuentran la libertad de industria, la edad mínima para ser
diputado (25) o senador (30), así como el establecer que el presidente no podría ser acusado
de delitos durante su período presidencial. A excepción de la traición, haber atentado contra la
forma de gobierno o disolver el Congreso.
Hasta este punto del conteo, llevamos siete constituciones en menos de un siglo.
8. Constitución de 1867
El gran Basadre la calificaba como un “experimento liberal” antes que como una Constitución y
no son pocos los que usan este calificativo. Y que surgiera en un contexto lleno de protestas
por las irregularidades políticas y las crisis sociales no ayudaron a su estabilidad.
Su similitud con la polémica constitución del 1856, aunque intensificada, trajo grandes
revoluciones que Prado, presidente autoritario, no pudo resolver. Lo que significó su salida y el
retornó a lo que regía en 1860.
9. Constitución de 1920
La constitución de la Patria Nueva, por las intenciones de Leguía de dejar de lado a un siglo
estrepitoso y conflictivo. Y su búsqueda por dejar una marca en la historia, al encontrarse
cerca a las celebraciones del primer siglo de la Independencia.
Lamentablemente, nada salió muy bien entonces. La figura de Leguía se iba desgastando y la
gran crisis económica de Wall Street llegó al Perú, promoviendo la renuncia del presidente del
oncenio y convocando a un nuevo congreso que promulgaría una nueva Constitución.
Podemos reconocerle, entre otras cosas, el haber hecho posible que las mujeres mayores de
21 años o las casadas que no hubieran cumplido esa edad, pudieran sufragar en elecciones
municipales.
Más de dos décadas después, los pros y los contras siguen sobre la mesa. Los argumentos se
defienden con pasión y estamos seguros que estos diálogos se darán con mucha fuerza en los
próximos meses. E incluso en la semanas venideras, por lo que revisar este post podría ser útil.
Y tal vez pronto, siguiendo la lógica inquieta de estos 200 años, debamos actualizar esta
entrada y adicionar un número.