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DEFINICIÓN
La diabetes es una alteración del metabolismo de la glucosa, que se produce por una
deficiencia absoluta o relativa de insulina, una hormona producida por el páncreas.
CLASIFICACIÓN Y FISIOPATOLOGÍA
Existen diferentes tipos de diabetes, según su origen y sus características clínicas (1).
Los más comunes son:
Diabetes tipo 1: Se debe a una destrucción autoinmune de las células beta del
páncreas, que son las que producen insulina. Se presenta generalmente en la
infancia o la adolescencia, y requiere tratamiento con insulina inyectada de por
vida. Los síntomas típicos son poliuria (orinar mucho), polidipsia (sed excesiva),
polifagia (hambre aumentada), pérdida de peso y cansancio.
Diabetes tipo 2: Se debe a una combinación de resistencia a la insulina y una
disminución progresiva de su secreción. Se presenta generalmente en la edad
adulta, y está asociada a factores de riesgo como obesidad, sedentarismo,
hipertensión y dislipidemia; los síntomas pueden ser similares a los de la
diabetes tipo 1, pero más leves.
Diabetes gestacional: Se produce durante el embarazo y generalmente
desaparece después del parto. Sin embargo, las mujeres con diabetes
gestacional tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro.
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de la diabetes se realiza a través de pruebas de laboratorio que miden
los niveles de glucosa en sangre en ayunas o después de una comida.
MANEJO Y TRATAMIENTO
Modificación de la dieta: Adoptar una alimentación saludable, controlar la
ingesta de carbohidratos y azúcares, así como mantener un equilibrio
adecuado de nutrientes.
Aumento de la actividad física: Incorporar ejercicio regular para mejorar la
sensibilidad a la insulina y controlar los niveles de glucosa en sangre.
Medicamentos: En algunos casos, se pueden recetar medicamentos orales o
inyecciones de insulina para regular los niveles de glucosa.
Educación y apoyo: La educación sobre la diabetes y el apoyo psicológico son
esenciales para el manejo efectivo de la enfermedad.
Prevención y control de complicaciones: El control adecuado de la diabetes es
crucial para prevenir complicaciones a largo plazo, como enfermedades
cardíacas, daño renal, neuropatía y problemas oculares.
Se explica que la diabetes mellitus tipo 2 (DM2) y la hipertensión arterial son dos
enfermedades crónicas que afectan a una gran parte de la población; tanto la diabetes como la
hipertensión son factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares, como enfermedades
del corazón y accidentes cerebrovasculares.
De esta manera, se señala que el control de la presión arterial es fundamental para prevenir las
complicaciones cardiovasculares, renales y oftalmológicas propias de la diabetes, requiriendo
estrategias costo-efectivas para mejorar el manejo de estos pacientes.
CONCLUSIÓN
La educación sobre la diabetes es fundamental para las personas diagnosticadas y sus familias;
comprender la enfermedad, sus síntomas, la importancia de un manejo adecuado y cómo
prevenir complicaciones puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida de quienes
viven con diabetes.
FUENTES DE INFORMACIÓN