PSICOTERAPIA HUMANISTA

Clase 1: Introducción a las psicoterapias humanistas

Contenido
1. Introducción.
2. Una nueva visión de ser humano.
3. Cuántas psicologías humanistas son.
4. Escuelas asociadas.
5. Noción de ser humano.
6. Salud y enfermedad.
7. Cambio psicoterapéutico.
8. El terapeuta como agente de cambio.
9. El diagnóstico.
10. Intervenciones.
11. ¿Es efectiva la psicoterapia humanista?
12. Características de terapeuta.
13. Características de la alianza.
14. Conclusión.
Resultado de aprendizaje
Comprende la relación de la psicología humanista con
el universo de la psicoterapia en cuanto a las variables
históricas e investigativas.
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1. Introducción
• La psicología humanista o “tercera fuerza” en psicología
es ante todo un movimiento político, el cual surge como
crítica al establishment de la psicología de mediados del
siglo XX y se apoya en el llamado movimiento de
potencial humano que surge como crítica a la sociedad
estadounidense de la posguerra de la Segunda Guerra
Mundial.

• Su objetivo era dar cabida al estudio del alma humana,

más allá de los principios del psicoanálisis y el
conductismo, a momentos complementando a las dos
primeras fuerzas y, en otros, oponiéndose radicalmente
a sus principios. Obtenido de Pxfuel, 2020.

Ser un psicólogo humanista es un acto de resistencia (Rubin, 2017).

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2. Una nueva visión del ser humano

• En 1964 James Bugental señalaba a modo de manifiesto
humanista que:
✔ La persona es más que la suma de las partes.
✔ El/la humano/a es en un contexto humano.
✔ Las personas somos conscientes.
✔ Las personas tenemos capacidad de decisión.
✔ La conducta de las personas es intencional.

• Martínez (1993) agrega que el ser humano es más sabio que su

intelecto, con un núcleo estructurado que tiende a su
autorrealización, capaz de establecer relaciones profundas,
creativo y en búsqueda de un sistema de valores y creencias.
Obtenida de Pxfuel, 2020.

“What most differentiates humanistic psychology from other movements in social thought today is the quest
for the identity of human” (Muramoto, 2011).
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3. ¿Cuántas psicologías humanistas son?

Si bien se suele hablar de la psicología humanista como un todo,
se caracteriza por ser un movimiento pluralista, es decir, da cabida Práctica
a un sinfín de formas de comprender al ser humano.

Algunas de las distinciones más comunes es la de psicoterapia

humanista existencial, experiencial y transpersonal. Otra
distinción es la que señala J. Rowan (1989) entre psicología Espiritual Secular
humanista de Maslow/Rogers y la de Mahrer/May, la cual
también ha sido nombrada como la distinción entre psicología
humanista a secas y la psicología existencial (Winston, 2015).

Smith (1986) propone que las distintas psicologías humanistas

pueden comprenderse en las polaridades práctica-teórica y Técnica
espiritual-secular.
Elaboración propia.
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4. Escuelas asociadas
Dentro de la pluralidad de la psicología humanista, las escuelas que comúnmente asociamos a ella son:

Psicodrama Psicoterapia existencial y logoterapia

Psicoterapia analítica Psicoterapia experiencial

Psicoterapia centrada en la persona Psicoterapia gestáltica

Psicoterapia corporal Psicoterapia transpersonal

Cada una de estas escuelas tendrá aspectos en los que difieren y otros en los que se asemejan.
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5. Noción de ser humano (I)

La noción de ser humano ya la vimos anteriormente con la

declaración de Bugental (1964) y de Martínez (1993). Sin
embargo, debemos agregar que cada escuela desarrollará
un “ideal de humano” o una utopía que vale la pena
mencionar. Por ejemplo, el ser autorrealizado, la persona
completamente funcional, la persona que ha encontrado
su sentido, etcétera.

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5. Noción de ser humano (II)

• Este ideal puede ser un riesgo en la psicoterapia en
la medida en que imponemos al paciente
determinada forma de ser y no le permitimos
desarrollar su propio potencial.

• Lo anterior ocurre tanto con el consultante como

con nosotros los terapeutas cuando queremos ser
como nuestro/a autor/a favorito/a, limitando
nuestros propios procesos creativos y
potencialidades.
Obtenida de Pxfuel, 2020.

“Ella está en el horizonte […] me acerco dos pasos, ella se aleja dos. Camino diez pasos y el horizonte se corre
diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve:
para caminar” (Galeano, 2001, p.230).
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6. Salud y enfermedad
Dentro de las distintas nociones de salud dentro de la
psicología humanista (PH) es interesante notar que estas han
puesto el énfasis no sólo en lo psíquico, sino también en lo
biológico, espiritual, social e incluso en lo ecológico.

Es decir, el ser humano saludable no se caracteriza por la

ausencia de patología, puede que incluso padezca una, pero a
pesar de ello, se abre al mundo de manera creativa y
espontánea (J.L. Moreno), con sentido de vida (V. Frankl),
congruente y auténtico (C. Rogers), solamente por dar algunos
ejemplos.

Lo patológico no es una entidad que haya que “extirpar” o

eliminar, sino que se debe comprender, aprender de ella o
Obtenida de Freepik, 2020. sanar.
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7. Cambio psicoterapéutico
• El cambio se entiende como un proceso natural humano,
es decir, tendemos a estar en constante actualización, a
desarrollar, a ser individuales. Sin embargo, en ocasiones
este cambio constante se detiene o se estrecha.

• Para volver a promover el desarrollo de la persona cada

línea terapéutica apuntará al desarrollo de un elemento
en particular como la aceptación, la toma de consciencia,
la catarsis, la elaboración simbólica, la integración, la
conexión con los valores y el sentido, entre otras. Obtenida de Freepik, 2020.

“La curiosa paradoja es que cuando me acepto tal como soy, entonces es cuando puedo cambiar” (Rogers,
1995 p.17).
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8. El terapeuta como agente de cambio (I)

• El terapeuta es visto como un factor fundamental

del cambio al ofrecer la posibilidad de una relación
reparadora tanto en PH como en otras líneas. Si el
psicoanálisis puede ser entendido como la cura
por la palabra, podríamos señalar que la PH es la
cura por la relación.

• El terapeuta no es un experto que interviene sobre

un objeto-paciente, sino que más bien es un
facilitador de las condiciones para el cambio de un
sujeto-consultante.
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8. El terapeuta como agente de cambio (II)

• La tradición humanista ha puesto énfasis en la

necesidad del trabajo del terapeuta sobre sí
mismo para poder ayudar de mejor manera a su
consultante.

• Cada línea tendrá sus propios lineamientos sobre

el “terapeuta ideal” y no necesariamente
coinciden entre ellas.

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“Cuando un árbol llega hasta el cielo, sus raíces se hunden en el infierno, como decía Nietzche. Por tanto,
arriba como abajo es el mismo árbol” (Jung, 2020).
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9. El diagnóstico (I)
• Por lo general, lo que entendemos por diagnóstico
proviene de la tradición médica, es decir, detectar los
signos de la enfermedad, clasificarlos y tomar acción
con base en ello. Este uso del diagnóstico ha sido
profundamente criticado desde la PH, ya que la
categorización de las personas y las consecuencias de
estas categorías pueden ser deshumanizantes.

• Sin embargo, el diagnóstico puede ser comprendido

Obtenida de Freepik, 2020.
desde su raíz epistemológica como el acto de discernir o
diferenciar las características de un fenómeno
(Corominas, 1991). Este es el uso que se promueve del
diagnóstico en psicología humanista, es decir, un acto
de diferenciación que no necesariamente es
patologizante.
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9. El diagnóstico (II)
¿Qué hermenéutica deberíamos utilizar?

Según D. Orange (2013), el psicoanálisis se ha caracterizado por una hermenéutica

de la sospecha, es decir, la interpretación suspicaz de los fenómenos clínicos
evidentes. Lo evidente debe ser puesto entre paréntesis o derechamente
descartado, poniendo el énfasis en los contenidos latentes o inconscientes.

La misma autora señala que las terapias humanistas y relacionales se

caracterizarían por una hermenéutica de la confianza, es decir, se le da un lugar
igual o mayor a lo evidente, la conciencia y la voluntad del consultante.

La realidad del otro es la realidad sobre la cual intervenimos, una con la cual quizás
no estamos de acuerdo o no entendemos, pero sigue siendo lo real para el otro, su
realidad psíquica en términos de C.G. Jung (2020).
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10. Intervenciones
Las intervenciones o técnicas en PH son entendidas como propuestas de
investigación y de acción.
Es decir, la técnica no la utilizamos como una instrucción que genera un
efecto determinado (sujeto-terapeuta a objeto-paciente), ya que
reconocemos la posibilidad del consultante de cuestionar la
intervención, modificarla, detenerla, en otras palabras, de ser un
agente activo en su proceso de cambio.

“Una de las objeciones que tengo contra cualquiera que se haga

llamar terapeuta gestáltico es el uso de técnicas. Una técnica es un
truco. Un truco debería ser utilizado sólo en casos extremos. Tenemos
suficiente gente coleccionando trucos, más trucos y abusando de su
uso. […] Lo triste es que esto, a menudo, se transforma en una
actividad sustituta y peligrosa, otra terapia falsa que evita el
crecimiento” (Perls, 1972, p.1).
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11. ¿Es efectiva la psicoterapia humanista?

• La psicoterapia humanista es tan efectiva como

cualquier otra, sin embargo, esto no se debe a sus
particularidades teóricas ni técnicas, sino a los
llamados factores comunes del cambio
psicoterapéutico.

• Según el modelo de los factores comunes, el cambio

se explica ante todo por las características del
consultante, del terapeuta, la alianza de trabajo y
variables contextuales (Wampold, 2015).

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12. Características del terapeuta

• Se ha señalado que los terapeutas efectivos se caracterizarían

profesionalmente por ser hábiles en sus relaciones interpersonales
gracias a características como la escucha, la empatía, poner el foco en el
otro, el respeto, la calidez, el habla, el manejo de la crítica y el deseo de
cooperar.

• Además, la efectividad terapéutica correlaciona con ser congruente

entre los valores personales y los de la línea elegida, estar abiertos al
cambio de la relación y de paciente, ser receptivos a la
retroalimentación, a buscar asesoría, confiar en sí mismos, pero no
sobreestimar, a regular sus propias emociones y brindar esperanza
(Heinonen y Nissen-Lie, 2019).

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13. Características de la alianza terapéutica

La alianza terapéutica comprende tres subvariables:

El acuerdo en los El acuerdo en las

Vínculo objetivos tareas

La alianza es la dinámica durante el proceso terapéutico, la cual se puede reforzar o debilitar.

Aquellos momentos en que se debilita los conocemos como “rupturas” o “impasse” terapéutico, los
cuales pueden ser causados por:

Misceláneos (por
Confrontación Distanciamiento
ejemplo el coqueteo)
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13. Características de la alianza terapéutica

Aunque intentemos evitar el impasse,

este va a ocurrir, ya sea por parte del
terapeuta o del consultante, por lo cual
es importante poder identificar a tiempo
y trabajar en la reparación de la alianza.

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14. Conclusión

• A modo de conclusión, se puede señalar que la

psicoterapia humanista (PH) es una corriente que se
diferencia del resto por su historia política, su
pluralidad y la pregunta constante por el ser humano.

• En sus aplicaciones psicoterapéuticas presenta una

efectividad similar a otras escuelas, aunque difiere en
ciertas concepciones teóricas y prácticas.

• Para finalizar, ¿por qué algunas personas se

especializan en este enfoque?

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Bibliografía
Bugental, J. (1964). The Third Force in Psychology. Journal of Humanistic Psychology, 4(1), 19–26.

Corominas, J. (1991). Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico, volumen 2. España: Editorial Gredos.

Galeano, E. (2001). Las palabras andantes. Buenos Aires: Catálogo.

Heinonen, E., Nissen-Lie, H. (2019). The professional and personal characteristics of effective psychotherapists: a systematic review. Psychotherapy

Research, 1–16. doi:10.1080/10503307.2019.1620366

Jung, C. (2020). Psicología de la religión oriental. Editorial Trotta.

Martínez, M. (1993). La psicología humanista. Madrid: Trillas.

Muramoto, S. (2011). Humanistic psychology as the quest for the identity of human being. Journal of humanistic psychology, 51(4), 419-423.

Orange, D. (2013). El desconocido que sufre. Hermenéutica para la práctica clínica cotidiana. Santiago de Chile: Editorial Cuatro Vientos.
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Bibliografía
Perls, F. (1972). Gestalt therapy verbatim. Bantam Book.

Rogers, C (1995). On becoming a person. New York: Houghton Mifflin Company.

Rowan, J. (1989). Two humanistic psychologies or one? Journal of humanistic psychology, 29(2), 224-229.

Rubin, S. (2017). Humanistic Psychology as an act of resistance. Society for humanistic psychology newsletter.

Salgado, M. (2016). Resolución de rupturas en la alianza terapéutica. Una revisión bibliográfica. Perspectivas en psicología, 13(1),

46-55.

Smith, B. (1986). Toward a secular humanistic psychology. Journal of humanistic psychology, 26(1), 7-26.

Wampold, B. (2015). How important are the common factors in psychotherapy? An update. World Psychiatry, 14(3), 270-277.

Winston, C. (2015). Points of convergence and divergence between existential and humanistic psychology: A few observations. The

Humanistic Psychologist, 43, 40-53.