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República Bolivariana de Venezuela


Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria
Universidad Nacional Experimental de Los Llanos Occidentales
“Ezequiel Zamora”
Programa de Ciencias Jurídicas y Sociales
San Carlos Estado Cojedes
Estudios a distancia

Módulo II
LA RESPONSABILIDAD CIVIL

Facilitadora: Estudiantes:
MSc Angela Rendo Roxelis Hernandez V-21.139.141
Hugo Vásquez V- 21.456.490
Yessenia Camacaro V-21.135.906
Juan Valenzuela V- 19.723.996
Paola Navarro V- 20.953.579

Interanual Secc 4

San Carlos, Noviembre 2023


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La Responsabilidad Civil
La responsabilidad civil es un concepto legal que implica la obligación de
una persona de reparar el daño causado a otra, ya sea por acción u omisión,
por lo que es un aspecto fundamental en el derecho civil y busca restablecer
el equilibrio entre las partes afectadas por un acto ilícito. Es importante
mencionar que la misma puede ser de naturaleza contractual o
extracontractual, donde la responsabilidad contractual se deriva de un
incumplimiento de las obligaciones establecidas en un contrato, mientras que
la responsabilidad extracontractual se basa en un acto ilícito que no tiene una
relación contractual previa.

Cabe acotar que la responsabilidad civil es un aspecto fundamental del


derecho civil que busca reparar el daño causado por una acción u omisión
ilícita. Para que exista responsabilidad civil, se deben cumplir los elementos
de daño, acción u omisión, relación de causalidad, culpa o negligencia, y factor
de imputabilidad.

Ahora bien, la forma de reparación puede ser mediante el pago de una


indemnización, la restitución del bien o la adopción de medidas necesarias
para evitar el daño. Existen diferentes teorías que fundamentan la
responsabilidad civil, como la teoría de la culpa, la teoría del riesgo, la teoría
del daño y la teoría del equilibrio de intereses.

Entonces para que exista responsabilidad civil, se deben cumplir ciertos


elementos. Estos elementos son los siguientes:

• Daño: es necesario que exista un daño o perjuicio causado a una


persona o a sus bienes. Puede ser físico, moral o material. Daño o
perjuicio: es el menoscabo o detrimento sufrido por una persona como
consecuencia del acto ilícito. Puede ser de índole material o moral, y
debe ser real y cuantificable.
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• Culpa: se requiere que exista una acción u omisión negligente o


imprudente por parte del responsable, que haya ocasionado el daño.
La culpa puede ser de tipo doloso (intencional) o culposo (no
intencional).
• Culpa o negligencia: se refiere a la falta de diligencia o cuidado de la
persona que causa el daño. Puede ser culpa por acción, cuando la
persona realiza un acto imprudente o negligente, o culpa por omisión,
cuando no se cumple con una obligación legal o contractual.
• Relación causal: debe existir una relación directa entre la acción u
omisión del responsable y el daño causado. Es decir, que el daño sea
consecuencia directa de la conducta del responsable.
• Capacidad de responsabilidad: el responsable debe tener capacidad
legal para responder por sus acciones u omisiones. Esto incluye la
capacidad de obrar y la capacidad de entendimiento.
• Inexistencia de causales de exoneración: el responsable no puede
eximirse de su responsabilidad alegando causas como caso fortuito o
fuerza mayor, salvo que pueda probar de manera fehaciente que estas
causas fueron determinantes en la ocurrencia del daño.
• Acción u omisión: se refiere al comportamiento o falta de acción de la
persona que causa el daño. Puede ser un acto positivo, como un
accidente de tránsito, o una omisión, como no cumplir con un contrato.
• Factor de imputabilidad: es la capacidad de la persona para ser
responsabilizada de sus acciones u omisiones. Se presume la
imputabilidad de las personas mayores de edad, aunque existen casos
en los que se puede argumentar la incapacidad de una persona para
ser responsable civilmente.

Una vez que se cumplen estos elementos, se establece la responsabilidad


civil y se busca resarcir el daño causado. La forma de reparación puede ser
mediante el pago de una indemnización, la restitución del bien o la prestación
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del servicio, o la adopción de medidas necesarias para evitar la continuidad


del daño. Además, existen diferentes teorías que buscan fundamentar la
responsabilidad civil. Algunas de las principales teorías son:

• Teoría de la culpa: se basa en la idea de que la persona es responsable


de sus actos y debe reparar el daño causado cuando ha actuado con
negligencia o imprudencia.
• Teoría del riesgo: establece que la responsabilidad civil se deriva del
riesgo creado por la actividad o negocio realizado por la persona. Se
presume que quien se dedica a una actividad riesgosa debe asumir los
posibles daños que esta pueda generar.
• Teoría del daño: se centra en el daño causado y busca resarcirlo, sin
importar si la persona actuó con culpa o no.
• Teoría del equilibrio de intereses: busca establecer un equilibrio entre
los intereses del responsable y los del perjudicado. Busca evitar que el
perjudicado sufra un daño excesivo y que el responsable sea
condenado a pagar una indemnización desproporcionada.
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Jurisprudencia

SALA DE CASACIÓN CIVIL

Exp 2010-000194

Ponencia de la Magistrada: YRIS ARMENIA PEÑA ESPINOZA

En el juicio por resolución de contrato e indemnización de daños y perjuicios,


seguido por la ciudadana PETRA YUDITH PEÑA FONSECA, representada
judicialmente por los abogados Alberto Lugo Matheus, Clarelis Moreno, Yenny
Milano, Leida Gómez Fonseca, José Gregorio Rosa Infante y Alejandro
Zuloaga, contra la sociedad mercantil FICS DE VENEZUELA, S.A.,
representada judicialmente por los abogados Gustavo Boada Chacón,
Santiago Mercado y Maritza Hurtado; el Juzgado Accidental Superior Primero
en lo Civil, Mercantil, Bancario, del Tránsito y de Protección del Niño y del
Adolescente de la Circunscripción Judicial del estado Carabobo, con sede en
Valencia, conociendo en reenvío dictó sentencia en fecha 1 de febrero de
2010, mediante la cual declaró sin lugar la apelación intentada por el
apoderado de la parte demandada, con lugar la demanda por resolución de
contrato, modificando la sentencia dictada en fecha 27 de noviembre de 2001,
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por el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y Agrario de


la misma Circunscripción Judicial.

Contra la referida sentencia de la alzada, la parte demandada anunció recurso


de casación, el cual fue admitido y oportunamente formalizado. No hubo
impugnación.

Concluida la sustanciación del recurso, la Sala procede a dictar sentencia bajo


la ponencia de la Magistrada que con tal carácter la suscribe, en los siguientes
términos:

DENUNCIAS POR INFRACCIÓN DE LEY

De conformidad con el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento


Civil, se denuncia “…la indebida aplicación del artículo 1.185 del Código Civil,
al condenar el pago de daños y perjuicios extracontractuales, cuando la
relación y sus normas estaban plasmadas en un contrato…”

El formalizante al respecto expresa:

El Juzgado Accidental Superior Primero en lo Civil, Mercantil, Bancario y de


Protección del Niño y del Adolescente de la Circunscripción Judicial del Estado
(sic) Carabobo, en la sentencia recurrida se pronunció así:

“... En consecuencia, demostrada como fue la obligación que asumió


la parte accionada, sociedad mercantil FICS DE VENEZUELA, S.A., en
el mencionado contrato de reserva celebrado el día 13 de mayo de
1995, la cual era la firma del compromiso de compra venta en un plazo
no mayor a los treinta (30) días, contados a partir de esa misma fecha
(13/05/1995);.(negrillas mías) (sic)

De este extracto se aprecia que la recurrida reconoce la existencia del contrato


de reserva objeto del presente juicio, y por consiguiente la existencia de una
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relación convencional que excluye toda posibilidad de reclamación de daños y


perjuicios extracontractuales, pues como su nombre lo indica, estos últimos
daños sólo son reclamables cuando no medie un contrato entre las partes.

(…Omissis…)

Ahora bien, la recurrida admite, que el objeto de la demanda es la resolución


del contrato de reserva suscrito el 13 de mayo de 1.995 (sic), en el cual se
pactó una cláusula penal correspondiente al 50% de la suma entregada como
inicial que fue la cantidad de UN MILLON SETECIENTOS BOLIVARES (sic)
(Bs. 1.700,00), siendo dicho 50% la cantidad de OCHOCIENTOS CINCUENTA
BOLIVARES (sic) (Bs.F 850,00) pero (sic) sin embargo condenó a mi
representada, además de la indemnización prevista en la cláusula penal, al
pago de una indemnización de daños y perjuicio (sic) extracontractual (sic) al
aplicar indebidamente el artículo 1.185, (sic) del Código Civil, el cual sólo es
aplicable para las responsabilidades civiles extracontractuales (sic), por lo que
al ser esta relación de tipo convencional, mal podía la recurrida aplicar una
norma que regula las responsabilidades extracontractuales.

Mediando un contrato entre las partes no puede aplicarse el artículo 1.185,


(sic) del Código Civil, pues este (sic) se refiere a responsabilidades
extracontractuales, y en este caso se debió aplicar las normas que regulan por
contrato no cumplido, y por cuanto las partes tuvieron la previsión de
establecer la cuantía del daño, debió aplicarse los artículos 1.258 y 1.276, (sic)
del mismo Código, referente a las obligaciones con Cláusula (sic) Penal (sic),
y en consecuencia solamente debió condenar a mi representada al pago de la
cantidad de UN MIL SETECIENTOS BOLIVARES (sic) (Bs.F. 1.700,00), más
el 50%, o sea, OCHOCIENTOS CINCUENTA BOLIVARES (sic) (Bs.F.
850,00), que fue la cantidad pactada como indemnización por daños y
perjuicios (Cláusula Penal) (sic).-
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En doctrina aplicable a nuestro caso el autor ANIBAL (sic) DOMÍNICI, en


su obra COMENTARIOS AL CODIGO (sic) CIVIL VENEZOLANO, Tomo II,
pág (sic) 761 y 762, expone:

“…La cláusula que determina de ese modo el valor de los daños y


perjuicios se encamina a evitar que se contravierta (sic) en juicio la
existencia o monto de ellos. La parte contra quien se reclama no puede
alegar que no se ha causado ninguno, ni que los sufridos son en realidad
menores, así como el acreedor no puede por motivo alguno pretender
aumentarlos fundándose en que hubo dolo…”. (Negritas y mayúsculas del
texto).

Para decidir, la Sala observa:

El formalizante delata la falsa aplicación del artículo 1.185 del Código Civil por
parte de la recurrida, al haber condenado el pago de daños y perjuicios
extracontractuales, siendo que la relación y sus normas estaban plasmadas
en un contrato.

Respecto a la falsa aplicación de una norma, en sentencia Nº 236, de fecha


11 de abril de 2008, caso: Josefa Gregoria Pérez Álvarez y otros, contra
Silverio Antonio Pérez Álvarez, la Sala ha establecido que el supuesto de falsa
aplicación “…ocurre cuando el juez aplica una norma jurídica, a una situación
fáctica que no está comprendida en el precepto. Es decir, la falsa aplicación
ocurre cuando un hecho que ha sido establecido por el sentenciador se califica
mal y en consecuencia, se subsume en una norma jurídica, la cual no debía
regular la situación planteada en el proceso…”.

El artículo 1.185 del Código Civil, delatado como falsamente aplicado expresa:

“…El que con intención o por negligencia, o por imprudencia, ha causado


un daño a otro, está obligado a repararlo. Debe igualmente reparación quien
haya causado un daño a otro, excediendo, en el ejercicio de su derecho, los
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límites fijados por la buena fe o por el objeto en vista del cual le ha sido
conferido ese derecho…”.

De la norma anterior se desprende que el hecho ilícito y el abuso de derecho


son capaces de producir daños, los cuales generan responsabilidad civil.

Ahora bien, es menester revisar lo decidido por la recurrida:

“…En relación a la indemnización pretendida por la parte actora por


concepto de daños y perjuicios, con motivo de la venta del inmueble objeto
del contrato de reserva, tomando como referencia el precio con que fue
vendido a los terceros, por la cantidad de TRECE MILLONES QUINIENTOS
MIL BOLÍVARES (Bs. 13.500.000,00) pasa este Sentenciador (sic) a
pronunciarse en los siguientes términos:

La actora pretende además de la condena a pagar lo convenido por


cláusula penal, se le condene a la demandada a pagar daños y perjuicios de
naturaleza extracontractual, ya que debido al dolo cometido hacia ella, al haber
sido engañada, perdió la posibilidad de adquirir un bien inmueble en el
momento en que tenía posibilidades económicas para ello, y de las mismas
características del que se le ofertó.

Por su parte la demandada, alega, que al condenar el pago de una cláusula


penal en el contrato a la que estaría obligada la vendedora por incumplimiento
del contrato, ya se cubriría la indemnización pertinente y que habría una doble
indemnización, señalando que es incorrecta la aplicación del artículo 1185 (sic)
del Código Civil, para el caso que nos ocupa.

(…Omissis…)

En consecuencia, para el Derecho Procesal, la prueba es la demostración de


la existencia de un hecho material o de un hecho jurídico mediante las formas
determinadas por la ley; y en el caso específico, en la parte demandante,
residía la carga de la prueba, como lo establece las normas legales supra
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mencionadas, y habiendo cumplido con dicha obligación y carga, el demostrar


que el inmueble objeto del contrato de reserva, fue vendido a los ciudadanos
RODRIGO AMADOR OCANTO OCANTO y YESLANI LILIBETH LUGO DE
OCANTO, tal como se desprende del documento registrado ante la Oficina
Subalterna del Segundo Circuito de Registro de Valencia, en la fecha 21 de
julio de 1998, bajo el No. 30, folios 1 al 6, protocolo primero, Tomo 5, marcado
“A4”, “A5”, “A6”, “A7”, “A8” Y “A9”, acompañado al escrito libelar, anteriormente
valorado por esta Alzada; observa este Sentenciador (sic) el contenido del
artículo 1.185 del Código Civil, el cual establece:

“El que con intención o por negligencia, o por imprudencia, ha caudado un


daño a otro, está obligado a repararlo. Debe igualmente reparación quien haya
causado un daño a otro, excediendo, en el ejerció de su derecho los límites
fijados por la buena fe o por el objeto en vista del cual le ha sido conferido ese
derecho”.

Pudiendo definirse el daño como el deterioro, perjuicio o menoscabo que por


la acción de otro se recibe en la propia persona o en los propios bienes; el cual
puede provenir del dolo, de la culpa e inclusive de caso fortuito, según el grado
de malicia, negligencia o causalidad entre el acto y el efecto del mismo. Por
otra parte, el daño constituye un presupuesto de la responsabilidad civil. Por
lo que para que proceda la reparación, en material civil, es indispensable la
existencia del daño.

En efecto (sic) dispone el artículo 1.185 del Código Civil, que el que con
intención, o por negligencia, o por imprudencia, ha causado un daño a otro
está obligado a repararlo; de lo que se desprende que el hecho ilícito da lugar
a la responsabilidad civil denominada extracontractual.

(…Omissis…)

De allí que, demostrado como ha sido el hecho ilícito (dolo) ejercido por la
parte demandada en la persona de la parte actora, al haber actuado de mala
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fe, si existe la posibilidad del reclamo de ambos tipos de responsabilidades


contractual y extracontractual, nacidas de la misma relación jurídica de las
partes intervinientes en esta causa…

(…Omissis…)

En este sentido, se evidencia que la relación causa-efecto se encuentra


presente en el caso sub examine, puesto que, analizadas y valoradas como
fueron las pruebas, promovidas por las partes, la accionante demostró a través
del contrato de reserva y de las copias certificadas del Expediente (sic) No.
0193-97, llevado por la Oficina Regional Carabobo del INDECU, contentivo de
la denuncia interpuesta por la ciudadana PETRA YUDITH PEÑA FONSECA,
contra el ciudadano AMOS ZAMBRANO, en representación de la sociedad
mercantil FICS DE VENEZUELA, C.A (sic), prueba anteriormente valorada por
esta Alzada (sic); que efectivamente la parte demandada, sociedad mercantil
FICS DE VENEZUELA, S.A., se comprometió a firmar el contrato de
compromiso de compra-venta (sic) y que en caso de no firmarlos, lo devolvería
a la parte actora, la cantidad recibida, más un equivalente al cincuenta por
ciento (50%) de dicha suma, sin que el hecho de que el ciudadano AMOS
ZAMBRANO, en representación de la accionada en el presente juicio, señaló
en la boleta de citación emanada del INDECU que: “Fies (sic) de Venezuela
no es propietaria de los Inmuebles (sic)”, pudiera ser analizado, ya que el que
la sociedad mercantil FICS DE VENEZUELA, C.A (sic), sea o no propietaria
del inmueble, esto no constituye un hecho controvertido en la presente causa;
y en todo caso, de no haberse comprometido FICS DE VENEZUELA, C,A
(sic)., a través de su representante legal, ciudadano AMOS ZAMBRANO, a
título personal, la misma debe responder, bien como gestor de negocios, o
bien como mandatario, que actuó por cuenta propia, de las consecuencias que
se deriven de la negociación que asumió, al particular en la negociación,
asumiendo la obligación de otorgar el documento de compromiso de compra
venta, con el compromiso de reintegrar a la actora, la suma de dinero que ésta
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había pagado como parte del precio del inmueble; y que al no cumplir con el
otorgamiento del referido documento, debe responder civilmente por dicho
reintegro, y los daños ocasionados por su incumplimiento, Y ASÍ SE DECIDE.

En razón de lo antes expuesto, esta Sentenciadora (sic) considera que las


referidas circunstancias, precedentemente analizadas, son determinantes
para acordar la indemnización por concepto de daños y perjuicios y que la
demandada pague la cantidad consistente en la diferencia de dinero dado por
la actora por concepto de inicial, todo calculado a la fecha en que quede firma
(sic) esta decisión tales daños y perjuicios los estimó la demandante en la
suma de NUEVE MILLONES OCHOCIENTOS BOLIVARES (sic) FUERTES
(Bs.F. 9.800,00) ocasionados por la diferencia entre el valor del inmueble
ofertado que (sic) fue la suma de TRES MILLONES SETECIENTOS MIL
BOLIVARES (sic) (Bs. 3.700.000,00) actualmente TRES MIL SETECIENTOS
BOLIVARES (sic) (Bs. 3.700,00) y el precio en que fue vendido a los terceros
por la cantidad de TRECE MILLONES QUINIENTOS MIL BOLIVARES (sic)
(Bs. 13.500.000,00), equivalentes en la actualidad a la cantidad de TRECE MIL
QUINIENTOS BOLÍVARES FUERTES (Bs.F. 13.500,00)…”. (Mayúsculas del
texto y subrayado de la Sala).

De lo anterior se observa que el juez de la recurrida declaró que existe


responsabilidad extracontractual al considerar que quedó demostrado el
hecho ilícito ejercido por la parte demandada en la persona de la parte actora,
“al haber actuado de mala fe”, por lo que estimó la posibilidad del reclamo de
ambos tipos de responsabilidades contractual y extracontractual, nacidas de
la misma relación jurídica de las partes intervinientes, pero por diferentes
causas.

En relación a ello, esta Sala en sentencia de fecha 5 de febrero de 2002, en el


juicio seguido por la sociedad mercantil 23-21 Oficina Técnica de
Construcciones, C.A., contra Banco Unión, S.A.C.A. y Banco Hipotecario
Unido, S.A., exp. 99-973, sentencia N° 72, expresó lo siguiente:
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“…Para resolver, la Sala observa:

Es la denuncia clave en relación con el presente asunto. La exposición sucinta


de la doctrina imperante y la cita de expositores versados en las relaciones y
diferencias de la culpa contractual y la aquiliana se hace oportuna. Para De
Page, las relaciones entre la responsabilidad contractual y la responsabilidad
aquiliana deben tratarse por separado, porque la responsabilidad aquiliana no
debe presentarse si las partes aparecen vinculadas entre si por un contrato,
ya que la cualidad de parte contratante y de tercero son incompatibles: o se es
uno o se es otro. Por tanto, desde que existe un contrato, la responsabilidad
de derecho común (es decir, la aquiliana) se encuentra en alguna forma
novada; es rechazada por la responsabilidad contractual, que la excluye, y la
cual desecha, de pleno derecho, a la responsabilidad delictual. (Tratado
Elemental de Derecho Civil Belga. Tomo 2°. Pag 846).

Josserand, al preguntarse si podía yuxtaponerse en una misma relación


obligatoria las dos responsabilidades, responde: esto equivale a preguntarse
si las partes contratantes son al mismo tiempo terceros. La dos condiciones
de partes contratantes y de terceros son inconciliables; desde el momento en
que se entra en la primera categoría se sale de la segunda; el contratante no
es un tercero; y además, un contratante, no puede sumarse cualidades
contradictorias que se excluyen recíprocamente; hay que elegir entre la una o
la otra; la responsabilidad contractual excluye de pleno derecho a la
responsabilidad delictual (Derecho Civil. Tomo II. Vol. 368). Para Giorgi, si bien
el concepto jurídico de la culpa es siempre el mismo, ya que consiste en la
falta de diligencia, la tradición antiquísima ha distinguido, en el derecho civil,
las dos especies de culpa: la culpa contractual y la culpa no contractual o
aquiliana (Teoría de las Obligaciones. Editorial Reus S.A. Tomo 2. pág 56).

El tratadista venezolano José Melich Orsini, -citado también por el


formalizante,- enfoca el asunto desde otro ángulo. En efecto, para que la
concurrencia de la responsabilidad contractual con la extracontractual pueda
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darse sería necesario que una culpa dañosa distinta se juntara a aquella que
consiste en la mera violación de la obligación contractual. Esto supondría dos
condiciones: 1) que el hecho implique la violación de un deber legal
independiente del contrato y 2) que el daño causado por dicho hecho consista
en la privación de un bien patrimonial o moral distinto del beneficio mismo que
asegura el contrato. La primera condición excluye toda idea del concurso de
acciones (por actividad contractual y por hecho ilícito), cuando el demandado
no ha violado ningún deber distinto de sus deberes contractuales, aunque tales
deberes violados no sean de los expresamente pactados sino de los que se
refutan implícitos de acuerdo con el texto del artículo 1.160 del Código Civil, y
ésto aunque la violación sea dolosa. La segunda idea excluye toda aplicación
de las normas que regulan la responsabilidad extracontractual, cuando el daño
sufrido por la víctima se limita a la pérdida de las ventajas derivadas del
contrato. (Responsabilidad Contractual. Edición Marzo de 1975. pág 276 y ss).

Pero quizá la diferencia más notable exista desde el punto de vista de la


graduabilidad de la culpa. En efecto, cuando hay un contrato precedente,
pudiendo las prestaciones convenidas ser ventajosas a todos o uno solo de
los contratantes, y siendo también un pacto entre estos últimos la medida de
la diligencia convenida, se deduce que la culpa contractual se dividió en
grados correspondientes a la diligencia que el deudor era llamado a prestar en
razón de la utilidad o del pacto. En cambio, dicha graduabilidad no es
concebible en la culpa extracontractual o aquiliana, porque faltan los criterios
de la correlatividad y del pacto precedente. He aquí porqué las leyes
comenzando desde el texto romano hasta los últimos códigos, y la doctrina
antigua y moderna, han dado acerca de la culpa contractual una multitud de
reglas referentes a la graduabilidad, a diferencia de la culpa aquiliana;
diferencia que explica la necesidad de tratar separadamente ambas especies
de culpa (Giorgi. Ob cit. pág 56).
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La Sala, en relación con la figura jurídica que los autores denominan


indistintamente “cúmulo de responsabilidades”, acumulación de
responsabilidades” o “concurso acumulativo de responsabilidades”, ha
expresado lo siguiente: no obstante la existencia de una relación
contractual entre las partes, puede surgir colateralmente un hecho ilícito
que origine daños materiales y morales, concurrentes o exclusivos (SCC.
25-6-1981. GF N° 112. 3° etapa. Vol. II. pp. 1.765 y ss). Consecuente con
esta posición doctrinaria, ha estimado como ilícito el hecho de que un
banco, en el cual el actor abrió una cuenta corriente bancaria, haya
devuelto cheques girados por su titular librador a pesar de existir
suficiente provisión de fondos, debido dicha conducta culposa a “errores
internos de dicho instituto bancario, tanto a nivel de su agencia en
Valencia como a nivel central” (SCC. 19-9-1981. GF N° 113. 3° etapa. Vol I.
pp 1.162 y ss). Igualmente, en el caso de un contrato de aprendizaje,
estimó como ilícita la conducta imprudente de un patrono al poner a
manejar a un aprendiz una máquina troqueladora, a los pocos días de
haber ingresado éste a la fábrica, lo cual ocasionó un accidente laboral
en el cual perdió las falanges (SSC. 1-12-1983. GF N° 122. 3° etapa. Vol II.
pp 1.267 y ss). En estos dos últimos casos, es evidente que no obstante
la vinculación contractual entre las partes (contrato de cuenta corriente
y de aprendizaje), surgió colateralmente un hecho ilícito, con ocasión o
en relación con dicho contrato, que originó daños materiales y morales
reclamados por uno de los contratantes en contra del otro. En ambos
casos, coincidencialmente, la principal defensa de los demandados fue
que la existencia del contrato excluía la responsabilidad
extracontractual.

Aplicado al caso de autos los anteriores conceptos, las partes admiten su


vinculación contractual a través de tres documentos: 1) un contrato de
fideicomiso suscrito entre FONDUR y el BANCO UNION, celebrado el día 22
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de noviembre de 1991, en la Notaría Pública de Porlamar, Estado Nueva


Esparta, anotado bajo el N° 36, tomo 102, del libro de autenticaciones,
acompañado marcado con la letra “B” al libelo de la demanda; 2) un contrato
de servicios celebrado con fecha 01 de noviembre de 1991, entre el Banco
Unión y el Banco Hipotecario Unido, anotado bajo el N° 49, tomo 59 del libro
de autenticaciones, marcado con la letra “C”; y 3) otro documento, esta vez de
préstamo, firmado entre la empresa mercantil actora y el BANCO
HIPOTECARIO UNIDO, ante la Notaría Pública Vigésima de Caracas, el 16 de
marzo de 1992, bajo el N° 78, Tomo 4 de los libros de autenticaciones, y luego,
registrado en la Oficina Subalterna de Registro Público del Distrito Mariño del
Estado Nueva Esparta, el día 17 de marzo de 1992, bajo el N° 232 al 242,
Tomo 16, Protocolo 1°, Primer Trimestre de 1992. Por tanto, es notoria la
vinculación contractual entre las partes en lo relacionado con el presente
asunto.

La recurrida comienza el desarrollo de su tesis sobre los actos ilícitos en el


presente asunto haciéndose las siguientes preguntas: ¿qué sucede cuando el
contrato se utiliza como arma para obtener un fin distinto al del contrato;
cuando se usa para causar daño a una de las partes del mismo o un tercero?
¿los incumplimientos de quién así actúa deberán considerarse de naturaleza
contractual o extracontractual.? Y a renglón seguido continúa el desarrollo de
su tesis de la manera siguiente: “...quién utiliza los contratos con el fin
premeditado de estafar, cuando logra su fin no está incumpliendo el contrato,
sino que está cometiendo un delito y por ende un hecho ilícito. Los
incumplimientos al contrato tienen que ser apreciados en cuanto al fin que con
ellos se persigue, si la voluntad que existe es la de dañar a la otra parte o a un
tercero, caso en el cual el negocio no es sino un instrumento para causar
daño…”.

Penetrado de esta tesis, infiere los presuntos ‘actos ilícitos’, sin


excepción alguna, de prestaciones contractuales; unas, emanadas del
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contrato de fideicomiso; otras, derivadas del contrato de servicio


celebrado entre los bancos demandados; y las restantes, provenientes
del contrato de préstamo, con garantía hipotecaria y anticresis, suscrito
entre la empresa actora y el Banco Hipotecario Unido. En consecuencia,
la culpa, el daño y la relación de causalidad derivan todas ellas de
incumplimientos contractuales.

La culpa contractual supone un contrato válido anterior. La culpa extra


contractual, como antes se expresó, constituye una variedad de la culpa.
Puede verificarse esta variedad, según Giorgi, cuando el deudor contrae una
obligación imposible y ocultó o disimuló esta imposibilidad al acreedor. La
imposibilidad de cumplimiento ha impedido que se forme el contrato, y por
consiguiente, en este caso no se puede hablar de culpa contractual, para el
caso de que surgiera la obligación de indemnizar, sino de una obligación
fundada sobre culpa no contractual. Puede existir también culpa in
contrahemdo, cuando el contrato sea inútil o inválido debido a otras especies
de vicios objetivos o subjetivos que puedan afectarle; pero que, en todo caso,
sean imputables a mala fe u ocultación del deudor. Finalmente, si el contrato
es nulo, como no se puede hablar de una obligación contractual que no ha
surgido, o se anula o rescinde, tampoco se puede decir que haya
incumplimiento imputable de la obligación misma, porque cualquiera que sea
la responsabilidad que recaiga sobre el pretendido deudor en razón de su
comportamiento, será siempre una culpa de naturaleza extracontractual. (ibib.
p. 57). A estos casos, bien podríamos agregar las dos hipótesis aludidas
precedentemente por Melich Orsini, para comprobar lo delicado y complejo del
asunto.

Como corolario de todas las ideas anteriormente explanadas, considera la


Sala que en el presente caso no cabía hacer responsables a los bancos por
un presunto hecho ilícito que nacería del artículo 1.185 del Código Civil, pues:
1) Existían varios contratos que vinculaban a las partes; y, 2) De la recurrida
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no aparece que la parte actora hubiese alegado -y probado- la existencia de


un hecho ilícito paralelo al contrato que hubiese causado los presuntos daños
reclamados. Por tal razón el juez de reenvío deberá sentenciar nuevamente la
causa sin incurrir en el error anotado.

Por las razones expuestas, se declara procedente la denuncia de infracción


de los artículos 1.185, 1.359 y 1.360 del Código Civil, analizada en este
capítulo…”. (Resaltado de la Sala).

Tal criterio fue ratificado por esta Sala, al indicar que “no obstante la existencia
de una relación contractual entre las partes, puede surgir colateralmente un
hecho ilícito, con ocasión o en relación con dicho contrato que origine daños
materiales y morales y, ha precisado, que la concurrencia de la responsabilidad
contractual con la extracontractual puede darse, entre otros supuestos, cuando
el deudor contrae una obligación imposible y ocultó o disimuló esta
imposibilidad al acreedor, o el contrato es inútil o inválido debido a otras
especies de vicios objetivos o subjetivos que puedan afectarle, siempre que
ello sea imputable a la mala fe u ocultación del deudor, o el contrato resulte
nulo, o cuando una culpa dañosa distinta se junta a aquélla que consiste en la
mera violación de la obligación contractual, hipótesis esta última que supone
el cumplimiento de dos presupuestos necesarios: 1) el hecho debe implicar la
violación de un deber legal independiente del contrato y 2) el daño causado
por dicho hecho debe consistir en la privación de un bien patrimonial o moral
distinto del beneficio mismo que asegura el contrato (Sent. S.C.C. de fecha
27-04-04, caso: Juan Pedro Pereira contra Christiam Hermán Klager).

De las anteriores jurisprudencias, se colige que de una relación contractual


puede surgir colateralmente un hecho ilícito, con ocasión o en relación con
dicho contrato, pudiendo tal hecho ilícito originar tanto daños materiales como
morales, razón por la cual puede concurrir la responsabilidad contractual con
la extracontractual.
19

Así pues, el juez de la recurrida al declarar la existencia de la responsabilidad


extracontractual al condenar al pago de daños y perjuicios no aplicó
falsamente la norma delatada, pues ello fue en virtud de “…que, demostrado
como ha sido el hecho ilícito (dolo) ejercido por la parte demandada en la
persona de la parte actora, al haber actuado de mala fe, si (sic) existe la
posibilidad del reclamo de ambos tipos de responsabilidades contractual y
extracontractual, nacidas de la misma relación jurídica de las partes
intervinientes en esta causa…”.

De modo que, el hecho de haber el ad quem condenado el pago de daños y


perjuicios extracontractuales a pesar de que la relación entre las partes estaba
plasmada en un contrato, no implica la falsa aplicación del artículo 1.185 del
Código Civil, pues como se dijo anteriormente, de una relación contractual
puede surgir colateralmente un hecho ilícito y por ende, puede concurrir la
responsabilidad civil contractual con la extracontractual, lo cual fue el
fundamento del juez para declarar la existencia de ambas responsabilidades -
contractual y extracontractual- y por ende, acordar la indemnización
respectiva.

En consecuencia, por todo lo antes expuesto esta sala debe declarar la


improcedencia de la presente denuncia por falsa aplicación del artículo 1.185
del Código Civil. Así se decide.

II y III

Por cuanto las denuncias II Y III guardan similitud en los fundamentos, esta
Sala pasa a conocerlas en conjunto:

En la denuncia II el formalizante señala:

“…De conformidad con el ordinal 2° del artículo 313, del Código de


Procedimiento Civil denuncio la violación por falta de aplicación del artículo
1.258,(sic) del Código Civil, por parte de la recurrida al condenar a mi
representada no sólo al pago de la cantidad de OCHOCIENTOS
20

CINCUENTA BOLIVARES (sic) (Bs.F. 850,00), prevista en la cláusula


penal, sino también al pago de la cantidad de NUEVE MIL OCHOCIENTOS
BOLÍVARES FUERTES (Bs.F.9.800,00), por concepto de daños y perjuicios
extracontractuales en base al artículo 1.185, del Código Civil.

El Código Civil en su artículo 1.258, establece:

“La Cláusula (sic) penal es la compensación de los daños y perjuicios


causados por la inejecución de la obligación principal”.

El Juzgado Accidental Superior Primero en lo Civil, Mercantil, Bancario y de


Protección del Niño y del Adolescente de la Circunscripción Judicial del Estado
(sic) Carabobo, en la sentencia recurrida se pronunció así:

“...En consecuencia, demostrada como fue la obligación que asumió


la parte accionada, sociedad mercantil FICS DE VENEZUELA, S.A., en
el mencionado contrato de reserva celebrado el día 13 de mayo de
1995, la cual era la firma del compromiso de compra venta en un plazo
no mayor a los treinta (30) días, contados a partir de esa misma fecha
(13/05/1995);…(negrillas mías).

Del análisis y valoración de las pruebas traídas a los autos, se desprende que
la parte demandante, demostró que en fecha 13 de mayo de 1.995, en su
condición de “EL COMPRADOR”, celebró con la sociedad FICS DE
VENEZUELA, C.A (sic), un contrato de reserva, para la compra del inmueble
(…) tal como se evidencia del contrato acompañado al escrito libelar marcado
“A2” valorado anteriormente por esta alzada (sic); del cual se desprende
igualmente, la obligación por parte de la sociedad mercantil FICS DE
VENEZUELA, C.A (sic), de firmar el contrato compromiso de compra venta en
un plazo no mayor de treinta (30) días, contados a partir de la celebración de
dicho contrato; estableciéndose una penalidad, la cual se transcribe a
continuación: “…En caso de que la empresa no firme por su causa el
documento de compromiso de venta en el plazo indicado, el devolverá a
21

EL COMPRADOR la cantidad que hoy recibe, más una cantidad


equivalente al (50%) de dicha suma, dentro de los treinta días siguientes
al vencimiento del plazo establecido para la firma de dicho compromiso.-
(sic) En caso que el mencionado documento, no pueda firmarse por
causas imputables a EL COMPRADOR (sic) LA EMPRESA retendrá para
si el 50% de la cantidad que hoy recibe y le devolverá el otro 50% dentro
de los treinta días siguientes al vencimiento del plazo establecido para la
firma de dicho compromiso…”

De este extracto se aprecia que la recurrida reconoce la existencia de la


cláusula penal que excluye toda posibilidad de reclamación de daños y
perjuicios extracontractuales, pues la cláusula penal es la compensación de
los daños y perjuicios causados por la inejecución de la obligación principal.

Habiendo indicado y admitido la recurrida en la sección TERCERA, vuelto del


folio 333, renglón o línea dieciséis (16), al veinticinco (25), que en el
contrato o compromiso de venta objeto del presente juicio, se estableció una
penalidad en caso de incumplimiento de las obligaciones que habían asumido
las partes, sin embargo no aplicó el artículo 1.258, (sic) del Código Civil, que
establece que “La cláusula penal es la compensación de los daños y perjuicios
causados por la inejecución de la obligación principal.”.

Si la sentencia impugnada se hubiese percatado y echado manos a esta


norma, no habría condenado al pago de una suma diferente y excedente a la
pactada como indemnización de daños y perjuicios, que es lo que la ley
denomina la cláusula penal, que tiene por objeto que las partes de manera
particular y anticipada establezcan y prevean la cuantía de los posibles daños
en caso de incumplimiento, y a su vez sustraer y evitar que los órganos
judiciales sean los que fijen el monto de los daños en caos (sic) de inejecución
de contratos, así lo ha admitido y establecido nuestra doctrina nacional y
comparada, tal como lo expone el autor LUIS (sic) SANOJO, en su obra
22

Instituciones de Derecho Civil Venezolano, Reimpresión (sic) de la Primera


(sic) Edición (sic), pág (sic) 102, cuando señala:

(…Omissis…)

De manera que siendo inmutable la indemnización establecida en la cláusula


penal, al haber acordado y condenado la recurrida una indemnización diferente
y excedente a la establecida en la cláusula penal, la recurrida incurrió en la
violación por falta de aplicación del contenido del artículo 1.258 del Código
Civil, causándole un daño a mi representada pues de haberse sujetado a lo
pactado en le (sic) contrato de haber aplicado esta última norma, sólo hubiese
condenado a mi representada a devolver la cantidad de UN MIL
SETECIENTOS BOLIVARES (sic) (Bs.F 1.700,00) más el 50%, o sea, la
cantidad de OCHOCIENTOS CINCUENTA BOLIVARES (sic) (Bs.F. 850,00),
que fue lo pactado como indemnización de daños y perjuicios o cláusula
penal…”. (Mayúsculas y negritas del texto).

En la denuncia III el formalizante expresa:

“…De conformidad con el ordinal 2° del artículo 313, del Código de


Procedimiento Civil (sic) denuncio la violación por falta de aplicación del
artículo 1.276, del Código Civil, por parte de la recurrida al condenar a mi
representada no sólo al pago de la cantidad de OCHOCIENTOS CINCUENTA
BOLIVARES (sic) (Bs. F. 850,00), prevista en la cláusula penal, sino también
al pago de la cantidad de NUEVE MIL OCHOCIENTOS BOLÍVARES
FUERTES (Bs. F. 9.800,00), por concepto de daños y perjuicios
extracontractuales en base al artículo 1.185, del Código Civil.

(…Omissis…)

De este extracto se aprecia que la recurrida reconoce la existencia del contrato


de reserva objeto del presente juicio, y por consiguiente la existencia de la
cláusula penal que excluye toda posibilidad de reclamación de daños y
23

perjuicios extracontractuales, pues la cláusula penal es la compensación de


los daños y perjuicios causados por la inejecución de la obligación principal.

Habiendo indicado y admitido la recurrida en la sección TERCERA, vuelto del


folio 333, renglón o línea dieciséis (16), al veinticinco (25), que en el
contrato o compromiso de venta objeto del presente juicio, se estableció una
penalidad en caso de incumplimiento de las obligaciones que habían asumido
las partes, sin embargo no aplicó el artículo 1.276, del Código Civil, antes
transcrito.

Ahora bien, la recurrida admite, que el objeto de la demanda es la resolución


del contrato de reserva suscrito el 13 de mayo de 1.995, en el cual se pactó
una cláusula penal correspondiente al 50% de la suma entregada como inicial
que fue la cantidad de UN MIL SETECIENTOS BOLIVARES (sic)
(Bs.F.1.700,00), siendo dicho 50% la cantidad de OCHOCIENTOS
CINCUENTA BOLIVARES (sic) (Bs.F. 850,00), y en el mismo contrato se
pactó que esa misma cláusula penal constituían los daños y perjuicios,
sin necesidad de pruebas, pero sin embargo condenó a mi representada,
además de la indemnización prevista en la cláusula penal, al pago de una
indemnización de daños y perjuicio (sic) extracontractual. (sic)

Mediando un contrato entre las partes no puede aplicarse el artículo 1.185, del
Código Civil, pues este (sic) se refiere a responsabilidades extracontractuales,
y en este caso se debió aplicar las normas que regulan por contrato no
cumplido, y por cuanto las partes tuvieron la previsión de establecer la cuantía
del daño, debió aplicar el artículo 1.276, del mismo Código (sic), referente a
los daños y perjuicios pactados y la imposibilidad de que las parte (sic)
pretendan una mayor indemnización a la acordada, y en consecuencia
solamente debió condenar a mi representada al pago de la cantidad de UN
MIL SETECIENTOS BOLIVARES (sic) (Bs.F. 1.700,00), más el 50%, o sea,
OCHOCIENTOS CINCUENTA BOLIVARES (sic) (Bs.F. 850,00) que fue la
24

cantidad pactada como indemnización por daños y perjuicios (Cláusula Penal


(sic) y monto de daños y perjuicios)…”. (Mayúsculas y negritas del texto).

Para decidir, la Sala observa:

El formalizante delata la falta de aplicación de los artículos 1.258 y 1.276 del


Código Civil, expresando en los fundamentos de ambas denuncias que el juez
de la recurrida incurrió en tales infracciones al haber condenado a la
demandada “no sólo al pago de la cantidad de OCHOCIENTOS CINCUENTA
BOLIVARES (sic) (Bs.F. 850,00), prevista en la cláusula penal, sino también al
pago de la cantidad de NUEVE MIL OCHOCIENTOS BOLÍVARES FUERTES
(Bs.F.9.800,00), por concepto de daños y perjuicios extracontractuales en base
al artículo 1.185, del Código Civil”.

En ambas denuncias, el recurrente incumple la técnica para formalizar este


tipo de delaciones, pues no señaló de forma precisa los motivos o razones por
los cuales consideraba la existencia de la infracción delatada y lo determinante
de ésta en el dispositivo del fallo, pues tan sólo se conformó con alegar la falta
de aplicación de los artículos 1.258 y 1.276 del Código Civil, al haber el ad
quem condenado tanto al pago de la cláusula penal como al pago de los daños
y perjuicios, considerando que la cláusula penal “excluye toda posibilidad de
reclamación de daños y perjuicios extracontractuales”.

Sin embargo, a pesar de la deficiente técnica presentada por el formalizante


en el desarrollo de su denuncia, esta Sala extremando sus funciones pasa a
conocerla así:

El artículo 1.258 del Código Civil delatado como infringido establece:

“…La cláusula penal es la compensación de los daños y perjuicios causados


por la inejecución de la obligación principal…”.

Y el artículo 1.276 ejusdem establece:


25

“…Cuando en el contrato se hubiere estipulado que quien deja de ejecutarlo


debe pagar una cantidad determinada por razón de daños y perjuicios, no
puede el acreedor pedir una mayor ni el obligado pretender que se le reciba
una menor.

Sucede lo mismo cuando una determinación de los daños y perjuicios se hace


bajo la fórmula de la cláusula penal o por medio de arras…”.

Ahora bien, veamos lo señalado por la recurrida:

“...En consecuencia, demostrada como fue la obligación que asumió la


parte accionada, sociedad mercantil FICS DE VENEZUELA, S.A., en el
mencionado contrato de reserva celebrado el día 13 de mayo de 1995, la
cual era la firma del compromiso de compra venta en un plazo no mayor a
los treinta (30) días, contados a partir de esa misma fecha (13/05/1995); y
en virtud que la accionada no aportó prueba alguna a los fines de desvirtuar
lo alegado por la accionante, referente al incumplimiento de su obligación;
es por lo que a criterio de esta Alzada (sic) es procedente la pretensión de
la parte actora, ciudadana PETRA YUDITH PEÑA FONSECA,
anteriormente GÓMEZ FONSECA, en el sentido del cumplimiento de la
penalidad establecida en el referido contrato de reserva, celebrado el 13 de
mayo de 1995, determinada en la devolución de la cantidad de UN MILLÓN
SETECIENTOS MIL BOLÍVARES (Bs. 1.700.000,oo) equivalentes en la
actualidad a la cantidad de UN MIL SETECIENTOS BOLÍVARES (Bs.
1.700,oo) mas unas cantidad equivalente al cincuenta por ciento (50%), que
recibió la parte demandada, por concepto de inicial para la compra del
inmueble constituido por una vivienda…

(…Omissis…)

En relación a la indemnización pretendida por la parte actora por concepto de


daños y perjuicios, con motivo de la venta del inmueble objeto del contrato de
reserva, tomando como referencia el precio con que fue vendido a los terceros,
26

por la cantidad de TRECE MILLONES QUINIENTOS MIL BOLÍVARES (Bs.


13.500.000,00) pasa este Sentenciador (sic) a pronunciarse en los siguientes
términos:

La actora pretende además de la condena a pagar lo convenido por cláusula


penal, se le condene a la demandada a pagar daños y perjuicios de naturaleza
extracontractual, ya que debido al dolo cometido hacia ella, al haber sido
engañada, perdió la posibilidad de adquirir un bien inmueble en el momento
en que tenía posibilidades económicas para ello, y de las mismas
características del que se le ofertó.

Por su parte la demandada, alega, que al condenar el pago de una cláusula


penal en el contrato a la que estaría obligada la vendedora por incumplimiento
del contrato, ya se cubriría la indemnización pertinente y que habría una doble
indemnización, señalando que es incorrecta la aplicación del artículo 1185 (sic)
del Código Civil, para el caso que nos ocupa.

(…Omissis…)

En consecuencia, para el Derecho Procesal, la prueba es la demostración de


la existencia de un hecho material o de un hecho jurídico mediante las formas
determinadas por la ley; y en el caso específico, en la parte demandante,
residía la carga de la prueba, como lo establece las normas legales supra
mencionadas, y habiendo cumplido con dicha obligación y carga, el demostrar
que el inmueble objeto del contrato de reserva, fue vendido a los ciudadanos
RODRIGO AMADOR OCANTO OCANTO y YESLANI LILIBETH LUGO DE
OCANTO, tal como se desprende del documento registrado ante la Oficina
Subalterna del Segundo Circuito de Registro de Valencia, en la fecha 21 de
julio de 1998, bajo el No. 30, folios 1 al 6, protocolo primero, Tomo 5, marcado
“A4”, “A5”, “A6”, “A7”, “A8” Y “A9”, acompañado al escrito libelar, anteriormente
valorado por esta Alzada (sic); observa este Sentenciador (sic) el contenido
del artículo 1.185 del Código Civil, el cual establece:
27

(…Omissis…)

En efecto (sic) dispone el artículo 1.185 del Código Civil, que el que con
intención, o por negligencia, o por imprudencia, ha causado un daño a otro
está obligado a repararlo; de lo que se desprende que el hecho ilícito da lugar
a la responsabilidad civil denominada extracontractual.

(…Omissis…)

De allí que, demostrado como ha sido el hecho ilícito (dolo) ejercido por la
parte demandada en la persona de la parte actora, al haber actuado de mala
fe, si existe la posibilidad del reclamo de ambos tipos de responsabilidades
contractual y extracontractual, nacidas de la misma relación jurídica de las
partes intervinientes en esta causa…

(…Omissis…)

En este sentido, se evidencia que la relación causa-efecto se encuentra


presente en el caso sub examine, puesto que, analizadas y valoradas como
fueron las pruebas, promovidas por las partes, la accionante demostró a través
del contrato de reserva y de las copias certificadas del Expediente (sic) No.
0193-97, llevado por la Oficina Regional Carabobo del INDECU, contentivo de
la denuncia interpuesta por la ciudadana PETRA YUDITH PEÑA FONSECA,
contra el ciudadano AMOS ZAMBRANO, en representación de la sociedad
mercantil FICS DE VENEZUELA, C.A (sic), prueba anteriormente valorada por
esta Alzada (sic); que efectivamente la parte demandada, sociedad mercantil
FICS DE VENEZUELA, S.A., se comprometió a firmar el contrato de
compromiso de compra-venta (sic) y que en caso de no firmarlos, lo devolvería
a la parte actora, la cantidad recibida, más un equivalente al cincuenta por
ciento (50%) de dicha suma, sin que el hecho de que el ciudadano AMOS
ZAMBRANO, en representación de la accionada en el presente juicio, señaló
en la boleta de citación emanada del INDECU que: “Fies (sic) de Venezuela
no es propietaria de los Inmuebles (sic)”, pudiera ser analizado, ya que el que
28

la sociedad mercantil FICS DE VENEZUELA, C.A (sic)., sea o no propietaria


del inmueble, esto no constituye un hecho controvertido en la presente causa
y en todo caso, de no haberse comprometido FICS DE VENEZUELA, C,A (sic),
a través de su representante legal, ciudadano AMOS ZAMBRANO, a título
personal, la misma debe responder, bien como gestor de negocios, o bien
como mandatario, que actuó por cuenta propia, de las consecuencias que se
deriven de la negociación que asumió, al particular en la negociación,
asumiendo la obligación de otorgar el documento de compromiso de compra
venta, con el compromiso de reintegrar a la actora, la suma de dinero que ésta
había pagado como parte del precio del inmueble; y que al no cumplir con el
otorgamiento del referido documento, debe responder civilmente por dicho
reintegro, y los daños ocasionados por su incumplimiento, Y ASÍ SE DECIDE.

En razón de lo antes expuesto, esta Sentenciadora (sic) considera que las


referidas circunstancias, precedentemente analizadas, son determinantes
para acordar la indemnización por concepto de daños y perjuicios y que la
demandada pague la cantidad consistente en la diferencia de dinero dado por
la actora por concepto de inicial, todo calculado a la fecha en que quede firma
(sic) esta decisión tales daños y perjuicios los estimó la demandante en la
suma de NUEVE MILLONES OCHOCIENTOS BOLIVARES (sic) FUERTES
(Bs.F. 9.800,00) ocasionados por la diferencia entre el valor del inmueble
ofertado que (sic) fue la suma de TRES MILLONES SETECIENTOS MIL
BOLIVARES (sic) (Bs. 3.700.000,00) actualmente TRES MIL SETECIENTOS
BOLIVARES (sic) (Bs. 3.700,00) y el precio en que fue vendido a los terceros
por la cantidad de TRECE MILLONES QUINIENTOS MIL BOLIVARES (sic)
(Bs. 13.500.000,00), equivalentes en la actualidad a la cantidad de TRECE MIL
QUINIENTOS BOLÍVARES FUERTES (Bs.F. 13.500,00)…”. (Mayúsculas del
texto y subrayado de la Sala).

De lo anterior se observa que el juez de la recurrida en virtud del


incumplimiento respecto a lo establecido en el contrato de reserva celebrado
29

el 13 de mayo de 1995, acordó la penalidad establecida en dicho contrato,


asimismo, condenó al pago de los daños y perjuicios por cuanto quedó
“demostrado como ha sido el hecho ilícito (dolo) ejercido por la parte
demandada en la persona de la parte actora, al haber actuado de mala fe”.

Así pues, contrario a lo señalado por el formalizante, el juez de la recurrida sí


aplicó el artículo 1.258 del Código Civil al haber ordenado el pago de la
penalidad establecida en el contrato de fecha 13 de mayo de 1995, como
compensación de los daños y perjuicios causados por el incumplimiento del
mismo, lo cual evidencia la inexistencia de la infracción del artículo delatado.

En relación a la denuncia del artículo 1.276 del Código Civil, a pesar de no


tener fundamentos que la sustenten y que permitan su estudio, es menester
indicar tal y como se expresó en la anterior denuncia, que el juez de la recurrida
al condenar tanto el pago de la cláusula penal como el pago de daños y
perjuicios extracontractuales no cometió infracción alguna, pues ello encaja
perfectamente en el sub iudice en el cual concurrieron ambas
responsabilidades contractual y extracontractual.

Así pues, en una relación contractual puede surgir colateralmente un hecho


ilícito y por ende, pueden concurrir ambas responsabilidades, por lo que el juez
condenó a pagar la cantidad determinada en el contrato por razón de daños y
perjuicios por la no ejecución del mismo, así como también condenó el pago
de daños y perjuicios por la existencia “del hecho ilícito (dolo) ejercido por la
parte demandada en la persona de la parte actora, al haber actuado de mala
fe”, con lo cual se evidencia la inexistencia de la infracción del artículo
delatado.

En consecuencia, conforme a lo antes expuesto esta Sala debe declarar la


improcedencia de ambas denuncias. Así se decide.

DECISIÓN
30

En mérito de las anteriores consideraciones, este Tribunal Supremo de Justicia


en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la República
Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley, declara SIN LUGAR el
recurso de casación anunciado y formalizado por la parte demandada contra
la sentencia dictada por el Juzgado Accidental Superior Primero en lo Civil,
Mercantil, Tránsito, Bancario y de Protección del Niño y del Adolescente de la
Circunscripción Judicial del estado Carabobo, en fecha 1 de febrero de 2010.

Por haber resultado infructuoso el recurso formalizado, se condena al


recurrente al pago de las costas.

Publíquese, regístrese y remítase directamente el expediente al tribunal de la


causa, Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del tránsito
de la Circunscripción Judicial del estado Carabobo. Particípese esta remisión
al Juzgado Superior de origen, ya mencionado, todo de conformidad con el
artículo 326 del Código de Procedimiento Civil.

Dada, firmada y sellada en el Despacho de la Sala de Casación Civil, del


Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los cuatro (4) días del mes de
noviembre de dos mil diez. Años: 200º de la Independencia y 151º de la
Federación.

Presidenta de la Sala-Ponente,

____________________________

YRIS ARMENIA PEÑA ESPINOZA

Vicepresidenta,

________________________

ISBELIA PÉREZ VELÁSQUEZ


31

Magistrado,

_________________________

ANTONIO RAMÍREZ JIMÉNEZ

Magistrado,

_____________________

CARLOS OBERTO VÉLEZ

Magistrado,

______________________________

LUÍS ANTONIO ORTÍZ HERNÁNDEZ

Secretario,

__________________________

ENRIQUE DURÁN FERNÁNDEZ


32

ANÁLISIS
En efecto se dispone del artículo 1.185 del Código Civil, que el que con
intención, o por negligencia, o por imprudencia, ha causado un daño a otro
está obligado a repararlo; de lo que se desprende que el hecho ilícito da lugar
a la responsabilidad civil denominada extracontractual. De allí que,
demostrado como ha sido el hecho ilícito (dolo) ejercido por la parte
demandada en la persona de la parte actora, al haber actuado de mala fe, si
existe la posibilidad del reclamo de ambos tipos de responsabilidades
contractual y extracontractual, nacidas de la misma relación jurídica de las
partes intervinientes en esta causa.

La responsabilidad contractual nace de las obligaciones del contrato


celebrado entre las partes y donde se establecieron las cláusulas de
compromiso, y que el cual se pactó una cláusula penal correspondiente al 50%
de la suma entregada como inicial que fue la cantidad de UN MIL
SETECIENTOS BOLIVARES (sic) (Bs.F.1.700,00), siendo dicho 50% la
cantidad de OCHOCIENTOS CINCUENTA BOLIVARES (sic) (Bs.F. 850,00).

Por lo que, existiendo ambas responsabilidades contractual y


extracontractual, paralela a la ejecución de un contrato, que no se cumplió, se
aplica el artículo 1185 del CCV de los hechos ilícitos, donde se deben aplicar
las sanciones correspondientes, resarciendo el daño contractual y
extracontractual especificado en la Ley

Es por ello que se ordena a la indemnización pretendida por la parte actora


por concepto de daños y perjuicios, con motivo de la venta del inmueble objeto
del contrato de reserva, a un tercero por la cantidad de TRECE MILLONES
QUINIENTOS MIL BOLÍVARES (Bs. 13.500.000,00) pasa este Sentenciador
(sic) a pronunciarse en los siguientes términos:

La actora pretende además de la condena a pagar lo convenido por


cláusula penal, se le condene a la demandada a pagar daños y perjuicios de
33

naturaleza extracontractual, ya que debido al dolo cometido hacia ella, al haber


sido engañada, perdió la posibilidad de adquirir un bien inmueble en el
momento en que tenía posibilidades económicas para ello, y de las mismas
características del que se le ofertó.

En síntesis, un caso de hecho ilícito civil extracontractual surgido en forma


paralela a la ejecución de un contrato, es cuando habiendo un contrato firmado
por las partes, se viole el mismo en sus cláusulas, además paralelamente se
cause un daño establecido en el CCV en su art. 1185, generalmente este
artículo no se contempla en el contrato por lo que deben responder legalmente
por responsabilidad civil contractual y extracontractual, es de enfatizar que
para no responder por responsabilidad extracontractual se debe plasmar en
los contratos los artículos 1258 y 1276 del CCV.

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