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En mi opinión, lo que dijo Nicolás Maduro es correcto en relación a que las mujeres, en algún punto de su vida, cumplen

(o no) con “gestar y parir”, tal cual lo dijo él. Difiero con respecto a la crianza, creo que no debe depender solo de ellas,
sino que tiene que ser mutua entre progenitores, al igual que la inculcación y la construcción de valores (también
otorgados por el ambiente escolar, relaciones, y actividades extracurriculares).
Menciona que ellas cuentan con “una inocencia profunda que tiene un sentido innato para proteger y amar a la
humanidad”. Ese “amar a la humanidad” no solo debe depender completamente de las mujeres. Maduro les otorga mucha
responsabilidad en la continuidad de la especie humana, cuando en realidad también depende mucho del hombre, no solo
en el aspecto reproductivo, sino también en el cuidado del medio ambiente.
La continuidad de la humanidad abarca tanto aspectos biológicos a nivel reproductivo, como también el cuidado y la
protección del planeta Tierra, nuestra casa común. En la actualidad, existen millones de campañas que acompañan a un
proceso de rehabilitación ambiental. El mundo necesita la ayuda de hombres y mujeres para poder sanar y
continuar.
Maduro habla de la humanidad como “niños y niñas” que las mujeres deben proteger y amar. Nuevamente no coincido
con su pensamiento. Siento que las acciones de proteger y amar deben cumplirlas todos: niños, adolescentes, adultos y
ancianos, sin importar la etapa de la vida en la que te encuentres.
“amar” ¿Otorga debilidad, fragilidad, vulnerabilidad e inocencia? ¿Solamente la mujer puede amar? No, pero Maduro
dice lo contrario, o al menos eso da a entender. La mujer, desde siempre, fue considerada un ser sensible y sumiso; el
hombre, un ser inmutable, incapaz de sentir, y que cuando lo hace, es un cobarde, una “nenita” o una “falla”. Gracias a la
expansión de la mentalidad que se ha logrado poco a poco en las últimas décadas, muchos creemos que no está mal sentir,
pero pocos aún creen en ese estereotipo de género.
Maduro afirma que ese “sentido innato de proteger y amar “es mucho más fuerte en la mujer que en el hombre”. Es
verdad, porque desde que tengo uso de mi conciencia, todas las mujeres mayores me inculcaron y enseñaron que como
mujer contamos, desde pequeñas, con esa habilidad.
En conclusión, no solamente creo que la mujer sirva para “gestar, parir y criar”, como lo afirma Maduro. Tenemos, como
mujeres, muchísimas más funciones y roles dentro de la sociedad, y solamente se nos debe dar la oportunidad para poder
desarrollarlas. Un claro ejemplo es la lucha del feminismo, muy presente en la cotidianidad. A través de la misma se exige
una igualdad entre hombres y mujeres, y a partir de la lucha se han logrado muchos cambios: nuevos derechos para las
mujeres, seguridad, protección, educación (en todos los niveles), más puestos dentro del mercado laboral, entre otros; es
decir, muchas más libertades. Esta lucha no otorgará resultados inmediatos, pero todos somos conscientes de ello.

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