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ONU MUJERES
CARTA DE LA SECRETARIA GENERAL
Cordialmente,
Helen Zuñiga
CARTA DEL SUBSECRETARIO GENERAL
Un cálido y cordial saludo a todos los presentes. Mi nombre es Juan David Fonseca,
subsecretario general del Modelo de Naciones Unidas del Instituto para el Desarrollo
de las Inteligencias Múltiples (INTELMUN). Es para mí un placer y un honor servirles
como segundo al mando y coorganizador de este maravilloso evento que, estoy
seguro, les será una experiencia novedosa y extraordinaria. La juventud es el futuro
del planeta en que vivimos, nosotros somos la generación que en un futuro tendrá
que buscar el bien de la humanidad y la preservación de esta, es por eso que es de
suma importancia conocer nuestras habilidades y ser conscientes de que nuestra
voz es lo más importante y esta es el motor del cambio que somos capaces de
hacer.
Esta es la oportunidad para que pongan en práctica sus habilidades, den lo mejor de
sí mismos y piensen en cómo cambiar nuestro mundo para bien. No tengan miedo
en hablar para opinar con respeto, estoy seguro de que cada uno tiene una manera
brillante de pensar y toda ideología es válida. Sin nada más que decir, espero que la
experiencia de todos ustedes, delegados, sea placentera y enriquecedora, exploten
al máximo sus habilidades y esfuércense para crecer como personas. ¡Éxitos!
Cordialmente,
Juan David Fonseca.
CARTA DE LA MESA DIRECTIVA
¡Cordial saludo para todos los delegados y demás presentes, mi nombre es Andreina
Galindo y es de mi agrado desempeñarme como presidenta de la mesa directiva de
la comisión de ONU mujeres
En este primer modelo de la ONU, del instituto para el desarrollo de las inteligencias
múltiples, queremos brindarle oportunidades a estudiantes para que logren sacar lo
mejor de si mismos, sus talentos y habilidades poniendo en práctica vivencias en las
que conocen problemáticas actuales que aquejan los diferentes países del mundo,
tratar este tipo de temas nos ayuda a tener claridad de lo que vivimos día a día y
entender las situaciones que afectan a millones de personas a nivel mundial. De
antemano agradezco a todos por la decisión de entrar en esta comisión, está será
una experiencia inigualable.
Cordialmente,
Andreina Galindo y Mery Jane Mier
GENERALIDADES DE LA COMISIÓN
ONU Mujeres, cuyo nombre oficial es "Entidad de las Naciones Unidas para la
Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres", se creó en julio de 2010.
La historia de su origen y creación es el resultado de años de negociaciones y
esfuerzos por parte de la comunidad global para crear una única entidad que aborde
los desafíos y necesidades de las mujeres y las niñas en todo el mundo.
En julio de 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Resolución
64/289, que condujo a la creación de ONU Mujeres. Esta resolución decidió
consolidar las cuatro entidades anteriores en una única entidad para promover la
igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. ONU Mujeres tiene el
mandato de apoyar a los Estados miembros de las Naciones Unidas en sus
esfuerzos por alcanzar la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y
niñas. Además, trabaja para apoyar tratados y normativas internacionales
relacionadas con los derechos de las mujeres y las niñas, y para asegurar que estas
normas sean implementadas a nivel global. Desde su inicio, ha trabajado en áreas
clave como la eliminación de la violencia contra las mujeres, el empoderamiento
económico, la participación política y el liderazgo, y la integración de la igualdad de
género en la planificación y ejecución de estrategias de desarrollo nacionales e
internacionales.
TEMA DE LA COMISIÓN
La trata de niñas y mujeres, un mal que azota con particular virulencia a regiones como Asia y
América Latina, no es simplemente un reflejo de la criminalidad desenfrenada; es, más
profundamente, un testimonio de desequilibrios estructurales y culturales arraigados en nuestras
sociedades. La desigualdad de género, reforzada y perpetuada por sistemas patriarcales y actitudes
machistas, no solo incrementa la vulnerabilidad de las mujeres, sino que, de manera alarmante,
normaliza su explotación.
Para empezar, en muchas culturas influenciadas por valores patriarcales, las niñas y mujeres son
vistas como inferiores, subordinadas o, en el peor de los casos, como meros objetos o bienes
comerciables. Esta percepción deshumanizadora allana el camino para que sean tratadas como
mercancías que pueden ser compradas, vendidas o explotadas. En este contexto, la trata de mujeres
se convierte en una extensión natural, aunque perversa, de una lógica que ya las considera menos
valiosas que sus contrapartes masculinas.
Por otro lado, el machismo, que celebra la dominación y el poder masculinos, agrava aún más el
problema. En estas estructuras, las características tradicionalmente asociadas a la masculinidad,
como la agresividad, la posesividad y el control, se valoran y promueven. Las mujeres, por el
contrario, son a menudo vistas como pasivas, dependientes y sumisas. Estas nociones
distorsionadas no solo aumentan la vulnerabilidad de las mujeres ante la explotación, sino que
también justifican o minimizan las transgresiones cometidas contra ellas.
Además, la desigualdad de género, evidente en aspectos como la disparidad salarial, la falta de
acceso a la educación o la representación limitada en roles de liderazgo, crea condiciones
económicas que hacen que las mujeres busquen oportunidades fuera de sus lugares de origen,
convirtiéndolas en presas fáciles para las redes de trata. Las promesas de un mejor trabajo o una
vida más estable en el extranjero pueden ser irresistibles para quienes buscan escapar de la pobreza
o de situaciones opresivas en sus hogares.
Por lo tanto, mientras la trata de mujeres y niñas puede ser impulsada por la codicia y la oportunidad
económica, es esencial reconocer cómo las normas culturales y sociales, arraigadas en el
patriarcado y el machismo, crean el terreno fértil para este crimen. Solo al desafiar y desmantelar
estos sistemas y actitudes podremos comenzar a abordar la trata de mujeres y niñas de manera
significativa y sostenible.