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Materia:
Guion
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Clase 2
• Verdad en la ficción.
• Adaptación.
• Ejemplos de adaptación.
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Verdad en la ficción
Una vez el guionista norteamericano Charlie Kaufman (guionista de
Synedoche, New York, Anomalisa, Eternal sunshine of the spotless
mind, etc) en una conferencia que dio a a estudiantes de cine de
guion patrocinada por BAFTA, expresó que quería hacer algo que
nunca hizo: que la gente vea titubear en vivo a alguien mientras
habla sobre arte: ¿Por qué quería hacer eso? porque piensa que el
arte es eso: el arte según Kaufman da la oportunidad de reconocer
nuestra humanidad y vulnerabilidad común.
En la misma conferencia, Kaufman relató que de chico quería ser
escritor o guionista, cosa que es frecuente que pase en las infancias,
y que con el tiempo entendió que no necesitaba esa etiqueta.
Veía a mucha gente que decía que era pintor o pintora, pero
trabajaba en otra cosa, algo natural hoy en día.
Siempre que nos sentamos a escribir, al menos eso nos sucede a los
que nos dedicamos a ello, hay una lucha interna muy fuerte que se
debate, y una voluntad muy precisa de que lo que contamos tiene
que ser real.
Ya hablamos de los términos variables de “verdad” en la ficción, ya
sabemos que incluso dentro de la ficción hay verdad. Hay una
necesidad en la escritura palpable y tangible a partir de esa verdad y
es la comunicación interna y externa, la verdad interna para unir,
para empatizar. Siempre hay un deseo que parte desde nosotros y se
proyecta hacia el mundo del espectador.
Hay algo muy interesante en el discurso de Kaufman y es cuando,
después de dar todo un panorama desolador, pregunta:
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¿Qué se puede hacer ante tantas catástrofes? la respuesta del
guionista es simple: solo decir quién es uno, decir la verdad en la
vida, en el trabajo. Podemos compararlo con otro discurso de otro
escritor también famoso Neil Gaiman, quien dice que ante cualquier
catástrofe lo único que nos queda es: hacer buen arte.
La verdad en la ficción no se refiere necesariamente a hechos o
eventos objetivamente verificables, sino más bien a una verdad
emocional o psicológica que se deriva de la experiencia humana. La
ficción puede ser verdadera en la medida en que capta y comunica la
complejidad y la profundidad de la vida interior de los personajes, sus
conflictos, deseos, miedos, inseguridades, etc.
La verdad en la ficción puede ser subjetiva y estar influenciada por la
perspectiva del autor, sus creencias, valores, prejuicios, y por el
contexto histórico, social y cultural en el que se produce la obra, esto
es muy importante, por eso se suele decir que una obra es
documento de su propia época. Por lo tanto, la verdad en la ficción es
relativa y puede variar de una obra a otra, de un autor a otro, y de
un lector o espectador a otro.
La verdad en la ficción no es necesariamente incompatible con la
imaginación, la invención o la ficción. De hecho, muchas obras de
ficción pueden ser más verdaderas que la realidad en la medida en
que revelan aspectos de la experiencia humana que son difíciles de
captar en la vida real. En la ficción, la verdad no solo es lo que
sucede, sino lo que podría haber sucedido, lo que debería haber
sucedido, lo que casi sucedió y lo que nunca sucederá.
La verdad en la ficción también puede ser cuestionada y desafiada
por la ironía, la parodia, la sátira y otros recursos literarios que ponen
en tela de juicio las convenciones y los estereotipos de la narrativa
tradicional. En este sentido, la verdad en la ficción puede ser un
terreno fértil para la exploración de la ambigüedad, la contradicción y
la complejidad de la experiencia humana.
Por último, es importante tener en cuenta que la verdad en la ficción
no es un fin en sí mismo, sino un medio para lograr una conexión
emocional y estética con el lector o espectador. La verdad en la
ficción no es una tarea fácil, pero es esencial para crear historias que
sean significativas, relevantes y conmovedoras para el público.
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Adaptación
Si hablamos de la verdad en la ficción es inevitable que hablemos de
una de las herramientas que tenemos a la hora de contar, y es la
adaptación.
La verdad en la ficción y la adaptación están estrechamente
relacionadas, ya que la adaptación implica la transformación de una
obra de un medio (por ejemplo, un libro, un relato, una anécdota,
cualquier material que se nos ocurra) a otro medio (por ejemplo, una
película o una serie de televisión) En este proceso de adaptación, es
importante considerar cómo se puede mantener la verdad de la obra
original en el nuevo medio, y cómo se puede hacer que la adaptación
sea verdadera en sí misma.
En primer lugar, la adaptación puede ser fiel a la verdad emocional y
psicológica de la obra original. Es decir, que puede capturar la
esencia de los personajes, sus motivaciones, sus conflictos y sus
relaciones, así como la atmósfera y el tono de la obra original. Si la
adaptación cambia o elimina estos elementos esenciales, puede
perder la verdad de la obra original y fallar en su intento de conectar
emocionalmente con el público.
En segundo lugar, la adaptación puede ser fiel al espíritu de la obra
original. Es decir, puede respetar la visión y la intención del autor
original y tratar de mantener el mismo nivel de calidad y profundidad
que la obra original. Si la adaptación se aleja demasiado de la obra
original, puede ser vista como una traición a los fans y puede perder
su conexión con el público, o verse como algo arriesgado. Es
importante entender que la libertad siempre está de nuestro lado a la
hora de crear. Podemos ser fieles o no, podemos tomar la estructura
simplemente del relato, los personajes o detalles mínimos.
En tercer lugar, la adaptación debe ser verdadera en sí misma, es
decir, debe ser una obra que tenga sentido y se sostenga por sí
misma, independientemente de la obra original. Esto significa que la
adaptación debe ser capaz de funcionar como una obra autónoma,
con su propia atmósfera, personajes y estructura narrativa. Si la
adaptación se limita a copiar la obra original sin aportar nada nuevo o
interesante, puede ser vista como una obra insípida y sin sentido.
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Ejemplo de adaptación
A lo largo de la historia, muchas obras literarias han sido adaptadas a
diferentes medios, como el cine, la televisión, el teatro o los
videojuegos.
Una fuente inagotable de material para la adaptación son los mitos
griegos, que han inspirado a escritores, artistas y cineastas durante
siglos.
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El mito griego según Virgilio dice que: Orfeo era un músico y poeta
excepcional, hijo de la musa Calíope y del rey Eagro.
Eurídice era su amada esposa, una nínfula de extraordinaria belleza.
Un día, mientras Eurídice paseaba por el bosque, fue mordida por una
serpiente venenosa y murió. Orfeo, desconsolado por la pérdida de su
amada, decidió descender a los infiernos para recuperarla.
Con su lira en mano, Orfeo llegó a las puertas del Hades y con su
música conmovió a Caronte, el barquero de los muertos, quien lo
llevó al otro lado del río Estigia sin cobrarle.
Allí, Orfeo se enfrentó a los guardianes del inframundo y finalmente
llegó ante el trono de Hades y Perséfone, los gobernantes del
inframundo.
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La adaptación a veces puede pasar desapercibida y surgir a partir
del encuentro entre dos culturas, veamos por ejemplo estos dos
textos mapuches.
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a ninguna parte, quédate esperándome, porque cuando
vuelva a anochecer me pondré en pie nuevamente y me
transformaré en gente", le dijo ella. El hombre creyó e
hizo lo que había dicho su mujer. Estuvo durmiendo todo
el día, y cuando oscureció, a la llegada de la noche, se
sentó la mujer y volvió a ser ella misma. Nuevamente el
hombre se alegró mucho al volver a ver a su mujer.
Entonces comieron algo y "vamos", se dijeron.
Caminaron siguiendo nuevamente el mismo sendero
angosto. Anduvieron toda una noche, y casi al amanecer,
nuevamente la mujer dijo: "Entraremos en este gran
bosque". Entrando llegaron a un pequeño claro en medio
del bosque. Después de comer, ella le dijo: "Te quedarás
durmiendo aquí, yo volveré a transformarme en carbón".
Nuevamente el hombre hizo lo que le había dicho su
mujer. Cuando volvió a anochecer, nuevamente se sentó
la mujer y volvió a ser ella misma. Nuevamente el
hombre se alegró mucho al volver a ver a su mujer.
Después de comer un poco, ambos se fueron, otra vez
siguiendo nuevamente el mismo sendero angosto que
habían estado siguiendo. Al filo de la medianoche
llegaron a orillas de un gran río negro. Entonces la mujer
gritó: "vengan acá a cruzarme", le dijo a la gente que
había en una gran isla. "¿De qué has muerto?" le
preguntaron "¿De veneno de piedra o de veneno
corriente?". "Sólo de veneno corriente he muerto" dijo la
mujer. "Anda más abajo" le dijeron. Al llegar más abajo,
cruzó hacia ella un hombre trayendo una gran canoa
negra. "¡Entra acá!", le dijeron. La mujer entró a la
canoa, llevando a su marido debajo del brazo. Ahí le
dijeron: "¿Por qué hueles tan mal?" le dijeron. "¿Por qué
será? ¿No estarás trayendo alguna cosa que es de la otra
parte [o sea de los vivos]?". "No", dijo la mujer. Así, el
hombre fue llevado al otro lado debajo del brazo de su
mujer. Ambos cruzaron. Al otro lado, llegaron a una gran
isla donde había mucha gente. Allí se oían los sonidos de
muchos y variados animales y se veían muchas y
variadas aves. Cuando la mujer llegó, fue recibida y
ambos fueron bien atendidos. La mujer le dijo a su
marido: "Aquí te quedarás, cuando amanezca estarás
nuevamente solo, aquí no quedará ni siquiera uno de
nosotros durante todo el día", le dijeron. Durante todo el
día se transformaba en carbón la gente que había en esa
gran isla. Estuvo vagando solitario y cuando volvió a
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anochecer, toda la gente se puso en pie nuevamente.
Comieron. El hombre se quedó allá por largo tiempo. Se
quedó tal vez un mes o dos. Adelgazó mucho y se sintió
muy enfermo. Entonces la mujer le dijo: "Regresa. Anda
allá a ver a tu gente, pero no te quedarás allá por mucho
tiempo. Pronto volverás acá; es casi como si ya
estuvieras viniéndote" le dijeron. Entonces regresó a su
casa. Acá vio de nuevo a su gente. Les contó toda la
historia, de qué manera había estado allá, en esa gran
isla; de qué modo lo había llevado su mujer y cómo
estaba allá toda la gente ya muerta. Poco tiempo estuvo
acá. Él mismo murió antes de que pasara mucho tiempo.
Por eso ahora toda la gente suele decir: los difuntos
solamente tres días se quedan en el cementerio. Pasados
los tres días se van al mar. Así, hoy toda la gente que
vive en las comunidades cuenta esta historia. Hoy la
gente la cree. Quien sea el que muere, tiene que ir al
mar. De ahí que cuando alguien muere la gente dice:
"Regresó al mar". Aquí termina este cuento.
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salía a un sitio más apartado de su casa, para llorar y
llamar a su marido. Una noche casi desmayada de tanto
llamarlo, se quedó dormida; cuando despertó, se
encontró en brazos de su marido: él le preguntó por qué
lo llamaba tanto; ella le dijo que no podía vivir sin él y
que se la llevara. Le prometió que a la noche siguiente la
vendría a buscar, porque no tenía los útiles necesarios
para el viaje, que era muy lejos donde estaba. Le
encargó se fuera para la casa y a la noche siguiente
trajera ropa que se abrigara.
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despertó, estaba en el cementerio, y el palo donde ella
estaba sentada, era el mismo con que habían tapado la
sepultura de su marido. Se puso a gritar, y como el
cementerio estaba cerca de su casa, vinieron su suegra y
todos los demás que vivían en la casa, porque ella no se
animaba a moverse de miedo. La llevaron para la casa, le
calentaron los pies y la acostaron. En la tarde, cuando se
le pasó el susto, contó lo que le había pasado y a los seis
días murió.
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Antes de terminar
Para la semana que viene tenemos varias tareas,
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Hemos llegado así al final de esta
clase en la que vimos:
• Verdad en la ficción.
• Adaptación.
• Ejemplos de adaptación.
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Bibliografía
The Sandman N# 17, Caliope, País de Sueños. Neil Gaiman, Kelley
Jones y Malcolm Jones. Julio, 1990. DC cómics.
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