Está en la página 1de 9

1

¿Para qué literatura en tiempos digitales?


By Rafael Ruiz
Posted 18 de octubre de 2022
In Afectividad, Familia y Sociedad, Literatura y educación sentimental
No parece que la literatura pueda ser vista como algo importante en tiempos
tan digitales y tan apresados como estos que estamos viviendo. La Literatura exige
tiempo, calma, y, fundamentalmente, una cierta -aunque sea pequeña- disposición
para el asombro. Las buenas lecturas forman los sentimentos, como hemos visto
en otros artículos.

Índice de contenido: literatura en tiempos digitales


→La literatura nos enseña a ser personas mejores.
→Aprender con la literatura a vivir humanamente
→La fuerza y el papel de la ficción
→Forjar el carácter a través de la ficción
→¿Y qué es lo que está pasando con nosotros?
→La literatura nos enseña que no estamos solos

La Literatura nos enseña a ser personas mejores


A la pregunta para qué la literatura, me gustaría responder con una pequeña
cita de Ítalo Calvino, en que nos dice que la Literatura enseña pocas cosas, pero
insubstituibles:

la manera de ver al prójimo y a sí mismo, de atribuir valor a las cosas


pequeñas y a las grandes, de encontrar las proporciones de la vida, y el lugar del
amor en ella, y su fuerza y su ritmo, y el lugar de la muerte, la manera de pensar
o no pensar en la muerte. Y otras cosas necesarias y difíciles como la rudeza, la
piedad, la tristeza, la ironía y el humor.
¿No es maravilloso? Es todo esto lo que nos configura como humanos y es
precisamente esto lo que nos es negado por toda una sociedad y un modo de vida
que nos va haciendo cada vez más cansados, más ansiosos, con menos, con mucho
menos tiempo para establecer y fortalecer las verdaderas relaciones personales.
2

Aprender con la literatura a vivir humanamente en tiempos digitales

La Literatura es el “Laboratorio de Humanidades”, donde aprendemos no sólo


lo que es el ser humano sino cómo ser y vivir como seres humanos cada vez
mejores. Sobre esto la Literatura sí tiene mucho que decir y contar. Si
preguntáramos quién es Hamlet, quién Ofelia, qué nos parece el Quijote o
Sancho… no podríamos resumirlo a una o dos palabras que los definieran.
Tendríamos, eso sí, que narrarlos, contar su historia. Y entonces, dependiendo de
cómo la contáramos, podríamos hacernos una idea más o menos aproximada,
porque cualquier persona es única y, por eso mismo, inabarcable.

Siempre hay algo de íntimo y de misterioso en cualquier persona que, a la


vez, es lo que más nos atrae. Ese algo que está mucho más allá de cualquier palabra.
Y que se manifiesta en su forma de ser, en su manera única e irrepetible de vivir su
vida.

La fuerza y el papel de la ficción


Es verdad que esos personajes son ficcionales, que nunca han existido.

Pero ¿nos damos cuenta de cuál es el significado y el sentido de la ficción?

Normalmente “ficción” se utiliza como opuesto a “realidad”. Lo que nos hace


pensar que la ficción, por no ser real, es algo falso. Incluso cuando leemos una
novela o vemos una película, siempre queda vibrando em el aire la pregunta
“pero… ¿eso es real?”, como si por el hecho de que Jean Valjean, Aramis, Milady,
Jane Eyre, Aragorn, Arwan, Harry Potter o Hermione fuesen personajes de ficción,
acabaría por quitarles toda la fuerza educativa y ejemplar que tienen.

En su origen latino, “ficción” deriva de “fingeo-ere-fictum”. Uno de sus


sentidos, sin duda, es “fingir”/ “fingere”, pero su sentido más fuerte y propio (que
aún se mantiene en inglés – finger – ) indica el trabajo del alfarero que moldea, da
forma, amasa el barro de donde sale un vaso, una jarra, una escultura.
3

Forjar el carácter a través de la ficción

La ficción de la Literatura moldea y da forma a nuestras almas, forja nuestro


carácter, modela nuestros sentimientos. La ficción nos arranca del tiempo físico del
reloj y nos coloca en otro tiempo, tan real como ése que es marcado por las agujas
del reloj, pero mucho más necesario. Es el tiempo de la forja interior, del
endurecimiento, de la témpera de lo humano en cada uno de nosotros.

La ficción nos trae un tipo de conocimiento específico y absolutamente


necesario cuando estamos hablando de quién es el hombre y la mujer y de cómo
debe comportarse una persona. Es un conocimiento de lo singular y no de lo
universal. Un conocimiento del personaje y de mí mismo.

Un conocimiento vital, concreto y existencial, y no un conocimiento abstracto


o conceptual. Una ciencia de lo universal concreto. Tan universal como el amor y
el odio, la traición y la fidelidad… y, a la vez, tan concreto como Tristán e Isolda,
Romeo y Julieta o El Cid y los infantes de Carrión.

La Literatura, explica Antoine Compagnon, de la Academia Francesa de


Letras, nos permite una auténtica y profunda “educación sentimental y moral”,
porque nos permite

“acceder a una experiencia sensible y a un conocimiento moral que sería


difícil, incluso imposible, adquirir en los tratados de los filósofos. Por lo tanto,
hace una contribución insustituible tanto a la ética práctica como a la
especulativa.”.

La Literatura nos da las palabras justas, las que nos hacen “entrar en razón”,
“caer en sí”. Nos hace darnos cuenta de lo que se está pasando con nosotros y a
nuestro alrededor.
4

¿Y qué es lo que está pasando con nosotros?


El modelo pasó a ser lo real. Vivir la vida se transformó en vivir en y a partir
de normas, principios o categorías abstractas. Vivir de parámetros, paradigmas y
protocolos. Como decía Queen, en su Bohemian Rapsody, nada es real.
Todo ha sido reducido a ideas y conceptos y números. Todo se explica ahora por
perfiles y avatares. Y, como diría Ortega, necesitamos de la Literatura, porque es
ella quien da carne y sangre y huesos a los conceptos.

Para la Modernidad, cuando la realidad sea diferente del modelo o del perfil,
el problema siempre estará en la realidad, y no en el modelo; porque, como
recordaba Ítalo Calvino, el modelo es siempre por definición perfecto, mientras que
la realidad, lo vemos bien, es imperfecta, compleja y confusa. Y por eso, concluía
Calvino, haría falta, por bien o por mal, y si fuera necesario, a golpes de martillo y
maza, conformar la realidad con el modelo.

La literatura en tiempos digitales nos enseña que no estamos solos

La Literatura, por decirlo de otra manera, también nos enseña, como decía
C.S. Lewis, que no estamos solos, que nos somos los únicos en sentirnos cansados
o con miedo, o desesperados, o animados que podemos siempre contribuir con
nuestro pequeño y pobre verso en este poderoso y sorprendente teatro de la vida,
como escribió Walt Whitman:

¿De qué vale todo esto? Respuesta: porque tú estás aquí. Y hay vida e
identidad. Porque el poderoso drama de la vida continúa y tú puedes contribuir
con un verso.
La Literatura nos da una manera de mirar al mundo a nuestro alrededor y hace
que nos impliquemos personalmente. Las palabras de los poetas y de los novelistas
renuevan nuestros ojos cansados y desanimados de tanta deshumanidad y de tanta
insensatez.

Vemos a través de Shakespeare y de Cervantes y de Dostoiévski y de


Tolstói… y vemos a través de Jane Austen y de Emily Brönte o de George Sand y
Emily Dickison o de Susanna Tamaro…
5

Vemos, sí, lo que es dolor, amor, pasión, traición, generosidad, villanía,


corrupción, inocencia, honestidad y todo lo que de humano y de deshumano vive a
nuestro alrededor y nos habita. Y aprendemos con todos ellos a ser más humanos,
mejores seres humanos.

Rafael Ruiz
Literatura recomendada y abundantes reseñas en: delibris.org
Artículo
Rafael Ruiz
Rafael Ruiz es profesor de Historia de América de la Universidad Federal de São
Paulo (Brasil) y Coordinador del Laboratorio de Humanidades de la misma
Universidad. Sus áreas de actuación e investigación son la Historia de la Justicia
en el mundo ibérico (siglos XVII y XVIII) y Ética y Literatura en la Salud y en la
vida empresarial. Ha publicado libros sobre Historia y Literatura y es autor de la
novela "Concerto para Milena".
...................................................................................................................................
...................................................................................................................................
6

.............................
Para que literatura em tempos digitais?
Por Rafael Ruiz
Postado em 18 de outubro de 2022
Em Afetividade, Família e Sociedade, Literatura e educação sentimental

Não parece que a literatura possa ser vista como algo importante em tempos
tão digitais e aprisionados como estes que estamos vivendo. A literatura exige
tempo, calma e, fundamentalmente, uma certa -ainda que pequena- vontade de
surpreender. Boas leituras formam sentimentos, como vimos em outros artigos.

Índice de conteúdo: literatura em tempos digitais


→A literatura nos ensina a ser pessoas melhores.
→Aprender com a literatura a viver humanamente
→A força e o papel da ficção
→Forjar personagem através da ficção
→E o que está acontecendo conosco?
→A literatura nos ensina que não estamos sozinhos
A literatura nos ensina a ser pessoas melhores
À pergunta porque a literatura, gostaria de responder com uma breve citação
de Ítalo Calvino, em que ele nos diz que a Literatura ensina poucas coisas, mas são
insubstituíveis:
o caminho para ver o próximo e a si mesmo, para atribuir valor às pequenas
coisas e às grandes coisas, para encontrar as proporções da vida, e nela o lugar
do amor, e sua força e seu ritmo, e o lugar da morte, o caminho de pensar ou não
pensar na morte. E outras coisas necessárias e difíceis como grosseria, pena,
tristeza, ironia e humor.
Isso não é maravilhoso? É tudo isso que nos configura como humanos e é
justamente isso que nos é negado por toda uma sociedade e um modo de vida que
nos deixa cada vez mais cansados, mais ansiosos, com menos, muito menos tempo
para nos firmarmos e nos fortalecermos. relações pessoais.
7

Aprendendo com a literatura a viver humanamente em tempos digitais

A literatura é o “Laboratório de Humanidades”, onde aprendemos não só o


que é o ser humano, mas também como ser e viver como seres humanos cada vez
melhores. A literatura tem muito a dizer e contar sobre isso. Se perguntássemos
quem é Hamlet, quem é Ofélia, o que pensamos de Dom Quixote ou Sancho... não
poderíamos resumir em uma ou duas palavras que os definiriam.
Teríamos, sim, que narrá-los, contar sua história. E então, dependendo de
como o narramos, podemos ter uma ideia mais ou menos aproximada, porque cada
pessoa é única e, por isso mesmo, infinita.
Há sempre algo de íntimo e misterioso em qualquer pessoa que, ao mesmo
tempo, é o que mais nos atrai. Aquele algo que está muito além de qualquer palavra.
E isso manifesta-se na sua forma de ser, na sua forma única e irrepetível de viver a
sua vida.

A força e o papel da ficção


É verdade que esses personagens são fictícios, que nunca existiram.
Mas percebemos qual é o significado e o significado da ficção?
Normalmente, "ficção" é usada como o oposto de "realidade". O que nos faz
pensar que a ficção, por não ser real, é algo falso. Mesmo quando lemos um
romance ou assistimos a um filme, a pergunta “mas… isso é real?” sempre vibra
no ar, como se pelo fato de Jean Valjean, Aramis, Milady, Jane Eyre, Aragorn,
Arwan, Harry Potter ou Hermione fossem personagens fictícios, isso acabaria
tirando toda a força educativa e exemplar que eles têm.
Em sua origem latina, "ficção" deriva de "fingeo-ere-fictum". Um de seus
significados, sem dúvida, é “fingir”/ “fingere”, mas seu significado mais forte e
próprio (que ainda se mantém em inglês – finger – ) indica o trabalho do oleiro que
molda, modela, amassa o barro de de onde sai um copo, uma jarra, uma escultura.
8

Forjando personagem através da ficção


A ficção da Literatura molda e molda nossas almas, forja nosso caráter, molda
nossos sentimentos. A ficção nos arranca do tempo físico do relógio e nos coloca
em outro tempo, tão real quanto aquele marcado pelos ponteiros do relógio, mas
muito mais necessário. É a hora do forjamento interior, do endurecimento, do
temperamento do humano que existe em cada um de nós.
A ficção nos traz um tipo de conhecimento específico e absolutamente
necessário quando estamos falando sobre quem é homem e quem é mulher e como
uma pessoa deve se comportar. É um conhecimento do singular e não do universal.
Um conhecimento do personagem e de mim mesmo.
Um conhecimento vital, concreto e existencial, e não um conhecimento
abstrato ou conceitual. Uma ciência do universal concreto. Tão universais como o
amor e o ódio, a traição e a fidelidade... e, ao mesmo tempo, tão concretos como
Tristán e Isolda, Romeu e Julieta ou El Cid e os infantes de Carrión.
A literatura, explica Antoine Compagnon, da Academia Francesa de Letras,
permite-nos uma autêntica e profunda "educação sentimental e moral" porque nos
permite
“Acesso a uma experiência sensível e a um conhecimento moral que seria
difícil, até mesmo impossível, de adquirir nos tratados dos filósofos. Portanto, faz
uma contribuição insubstituível tanto para a ética prática quanto para a
especulativa.
A literatura dá-nos as palavras certas, aquelas que nos fazem “cair em si”,
“cair em si”. Isso nos faz perceber o que está acontecendo conosco e ao nosso redor.
E o que está acontecendo conosco?
O modelo tornou-se o real. Viver a vida tornou-se viver em e com base em
normas, princípios ou categorias abstratas. Viver de parâmetros, paradigmas e
protocolos. Como o Queen disse em seu Bohemian Rhapsody, nada é real.
Tudo foi reduzido a ideias, conceitos e números. Tudo agora é explicado por
perfis e avatares. E, como diria Ortega, precisamos da Literatura, porque é ela que
dá carne, osso e osso aos conceitos.
Para a Modernidade, quando a realidade for diferente do modelo ou perfil, o
problema estará sempre na realidade, e não no modelo; porque, como nos lembrou
Ítalo Calvino, o modelo é sempre por definição perfeito, enquanto a realidade,
como vemos claramente, é imperfeita, complexa e confusa. E por isso, concluiu
9

Calvino, seria necessário, bem ou mal, e se necessário, com golpes de martelo e


maça, conformar a realidade ao modelo.
A literatura em tempos digitais nos ensina que não estamos sozinhos
A literatura, em outras palavras, também nos ensina, como C.S. Lewis, que
não estamos sozinhos, que não somos os únicos a nos sentirmos cansados, com
medo, sem esperança ou encorajados, que sempre podemos contribuir com nossos
pobres versos neste poderoso e surpreendente teatro da vida, como escreveu Walt
Whitman:
O que vale tudo isso? Resposta: porque você está aqui. E há vida e identidade.
Porque o poderoso drama da vida continua e você pode contribuir com um verso.
A literatura nos dá uma maneira de olhar o mundo ao nosso redor e nos
envolve pessoalmente. As palavras dos poetas e romancistas renovam nossos olhos
cansados e desanimados de tanta desumanidade e tanta insensatez.
Vemos através de Shakespeare e Cervantes e Dostoiévski e Tolstói... e vemos
através de Jane Austen e Emily Brönte ou George Sand e Emily Dickison ou
Susanna Tamaro...
Vemos, sim, o que é dor, amor, paixão, traição, generosidade, vilania,
corrupção, inocência, honestidade e tudo que é humano e desumano vive ao nosso
redor e nos habita. E aprendemos com todos eles a sermos mais humanos, seres
humanos melhores.
Rafael Ruiz
Literatura recomendada e revisões abundantes em: delibris.org
Artigo
Rafael Ruiz
Rafael Ruiz é Professor de História Americana na Universidade Federal de São
Paulo (Brasil) e Coordenador do Laboratório de Humanidades da mesma
Universidade. As suas áreas de atuação e investigação são a História da Justiça no
mundo ibérico (séculos XVII e XVIII) e a Ética e Literatura na Saúde e na vida
empresarial. Publicou livros de História e Literatura e é autor do romance
"Concerto para Milena".

También podría gustarte