Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Ir a la navegación Ir a la búsqueda
Para la ficción en derecho, véase Ficción jurídica.
Imagen ilustrativa de ciencia ficción. Casa elevada por globo aerostatico sobre
montañas.
Índice
1 Concepto de ficción
o 1.1 Mundos posibles y el pacto ficcional
o 1.2 Conceptos similares
2 Historia del concepto de ficción
o 2.1 El concepto de mímesis
o 2.2 La relación con la catarsis
o 2.3 La literatura moderna: el pacto ficcional
3 Características principales de las obras de ficción
4 Elementos narratológicos de la ficción
o 4.1 El narrador
o 4.2 Los personajes
o 4.3 El tiempo
o 4.4 El espacio
o 4.5 El pacto ficcional
5 Funciones de la ficción
6 Acercamientos a la semántica de la ficción
o 6.1 La teoría de los mundos posibles
7 La ficción en otros medios
8 Géneros de ficción
o 8.1 Por extensión
o 8.2 Por temática
9 Véase también
10 Referencias
11 Bibliografía
12 Enlaces externos
Concepto de ficción
El concepto de ficción varía según cómo se use. Puede existir ficción fuera del arte,
como por ejemplo en las tradiciones (personajes legendarios que se transmiten entre
generaciones ligados a determinadas fiestas o valores morales) o en los libros de texto,
donde se ponen ejemplos inventados para explicar conceptos. Siempre exige, pero un
cierto grado de discurso y por eso está fuertemente ligada a la narrativa.
Desde un punto de vista semántico la ficción presenta un gran dilema: como los lectores
o consumidores de ficción podemos no sólo aceptarla (a pesar de su evidente falsedad),
sino, además, hacer juicios sobre la verdad o falsedad de enunciados ficcionales.
Un mundo posible acontece real dado que hace referencia en un mundo narrativo de
estructura cultural que, aunque no exista de hecho, es verdadero en la medida que está
formado por un conjunto de individuos dotados de propiedades y de acontecimientos
que son juzgados como posibles y coherentes. Si el mundo real cotidiano se rige por el
concepto de verdad evidente, el mundo posible lo hace por el concepto de verdad
circunstancial: a pesar de que el enunciado pueda ser calificado de literalmente falso, se
acepta como verdad para la aceptación del mundo posible. Por ejemplo, aunque sea
falso que los conejos hablen, en la medida que participamos en el mundo posible de
Alicia en el País de las maravillas de Lewis Carroll, estos hechos no nos sorprenden,
más bien los aceptamos como verdades metafóricas. La suspensión de la incredulidad,
aunque comporte tener conciencia que el País de las Maravillas «no es verdadero», no
por eso pensamos que es mentira.
Conceptos similares
La ficción a menudo se relaciona con otros conceptos, como por ejemplo la fantasía.
Aun así, ambos termas no son sinónimos. Las obras de género fantástico se catalogan
como ficticias, pero no todas las obras de ficción pertenecen al reino de la fantasía,
puesto que muchas de ellas tienen una ambientación realista. Las obras fantásticas
incluyen elementos sobrenaturales, salvo que no aparece en todos los discursos
ficcionales.
Otro falso sinónimo sería considerar ficticio como falso. La verdad corresponde a los
juicios sobre los hechos y no se aplica en el mundo imaginario, igual que tampoco se
puede aplicar a las expresiones emotivas y otros tipos de enunciados. Dentro del mundo
posible de la ficción existen unas propias reglas de verdad, entente como coherencia de
conjunto. Así, podría ser verdad o mentira afirmar una característica de un personaje o
la existencia o no de un acontecimiento en una obra, sin que tenga que haber un
referente existente. De hecho, la lógica a menudo analiza enunciados referidos a
conceptos ficticios, como el "rey de Francia actual".
Se relaciona ficción con imaginación, puesto que esta facultad mental es la que permite
que haya obras ficcionales. La imaginación permite crear mundos alternativos por parte
del autor y decodificar-los por parte del receptor. Esta capacidad se relaciona con el
hecho que el ser humano tenga un lenguaje simbólico,4 que permite referirse a entidades
no presentes en la aquí y la ahora y esta proyección (poder comunicar experiencias no
presentes) ayuda a crear otros sin ningún referente real, o basadas en porciones de varias
experiencias.
Es necesario insistir en que Aristóteles no dice que la literatura deba ser la imitación del
mundo real, sino la imitación "de las acciones de los hombres". Esta diferencia es la que
permite que lo verosímil irreal tenga cabida en la literatura. Paul Ricoeur ha subdividido
el concepto de mímesis aristotélico en tres fases:
En segundo término hacen falta unos personajes que protagonicen una trama, la cual se
presenta con un determinado punto de vista. El punto de vista en medios escritos
coincide con el narrador, mientras que en medios audiovisuales combina la voz
narrativa con la cámara o foco. La trama, que es la historia de ficción, presenta unos
acontecimientos que incluyen una acción de cambio entre dos situaciones, acompañada
o no de elementos añadidos como descripciones, diálogos o reflexiones de la voz
narrativa.
Aunque «ficción» y «narración» no son términos sinónimos (ya que no toda ficción es
narrativa, ni toda narración es ficticia), la narración sí es el modo predominante de
introducirse en mundos de ficción. De ahí que exista lo que se conoce como
«pannarrativismo», consistente en la aplicación (a veces excesiva) de las herramientas
de análisis narrativo, tradicionalmente desarrolladas en el campo de la crítica literaria, a
cualquiera de las formas en las que puede manifestarse la ficción: el cine, el teatro, la
televisión, los cómics, los videojuegos...
El narrador
Es la entidad, creada por el autor, que narra la historia. Existen diversas categorías para
clasificar a los narradores, teniendo en cuenta tanto su participación en los hechos que
narra, la persona gramatical que emplea y cuán amplio es su conocimiento sobre los
hechos que está narrando.
Puede ser:
Ser omnisciente en tercera persona (él/ella): cuando el narrador sabe todos los
hechos, no es un personaje y no juzga los hechos moralmente. Es un narrador
clásico que se encuentra en muchas novelas en siglos pasados.
Primera persona (yo): cuando el narrador relata los hechos que vivió él, es el
protagonista de la historia. Tiene conocimiento limitado de las situaciones.
Segunda persona (tú): cuando el narrador relata los hechos que le ocurrieron al
lector quien toma el rol de protagonista.
Tercera persona (él/ella): cuando el narrador relata los hechos que le ocurrieron
a un personaje de la historia. Es un personaje, un espectador de los hechos, por
lo tanto, no sabe todos los detalles, a diferencia del Ser omnisciente, puede
realizar juicios morales.
Los personajes
Los personajes de una narración tienen características que los definen y los hacen
distintos a otros, pueden ser personajes animales, cosas, estos tienen características de
personas (pueden hablar, pensar, reír, etc.).
El tiempo
El espacio
El pacto ficcional
Es importante notar cuán necesario es que el receptor sepa que está enfrentando una
ficción para que el pacto ficcional pueda cumplirse. Caso contrario, la ficción no tiene
lugar como tal y el receptor se siente engañado, agredido o confundido. A modo de
ejemplo, el pacto ficcional es lo que nos permite centrarnos en el argumento de una
película de animación en la que los personajes son juguetes sin levantarnos de nuestros
asientos indignados por la mentira que el director ha querido vendernos.
Funciones de la ficción
Históricamente, ha surgido la pregunta sobre la necesidad de la función, por qué el ser
humano tiende a crear mundos diferentes al real e historias que no han sucedido. La
ficción es una forma de entretenimiento, ayuda a pasar el rato y proporciona placer
saber qué ocurre a unos personajes, manteniendo el suspenso de la trama. Si hay
elementos que provocan reír o emociones, aumenta la sensación de rato placiente. La
segunda función ya fue explicitada por la catarsis de Aristóteles: al producirse una
identificación momentánea con los protagonistas, el consumidor de ficción vive
ficcionalmente otra realidad que le permite purgar o exacerbar sentimientos que después
puede aplicar a su vida real. En este sentido, determinados autores han subrayado la
función psicológica de la ficción: permite vivir sin riesgo experiencias que después
transmiten enseñanzas aplicables a la propia existencia, es decir, la ficción actuaría
como una simulación8 que ayudaría a comprender las vivencias reales y saber como
reaccionar.
La ficción sería entonces una necesidad cognitiva universal, las personas necesitan
imaginar otras vidas para poder entender el presente, como en los sueños. Por eso todas
las culturas tienen sus formas de ficción. La televisión y el cine han hecho que la ficción
acontezca masiva, con argumentos audiovisuales que permiten la evasión del presente
pero con un grado de realismo mayor, puesto que una de las normas de la ficción es que
cuando la persona entra, suspende los juicios de verdad habituales: cree
momentáneamente la existencia de aquella historia para poder sentir las emociones que
propone el autor o para divertirse. Es un mecanismo mental presente en otras esferas,
como por ejemplo el juego.
La ficción transmite también modelos y normas, sea porque presenta una alternativa a
las aceptadas por la comunidad, o sea porque las recrea, puesto que toda ficción
transcurre en un contexto determinado. Por eso la ficción ayuda a la socialización,
explicitando el que es aceptable y no aceptable, poniendo ejemplos de situaciones donde
se tienen que tener en cuenta unos valores determinados o bien contribuyendo al
aprendizaje de la lengua,9 que es uno de los vehículos privilegiados de transmisión
cultural.
Pero si bien la ficción expone alternativas gracias en los Mundos Posibles que se
encuentran a obras literarias y artísticas, hay que aclarar que la ficción ha sido presente
desde la prehistoria, determinando las estructuras sociales de los homo sápiens, y su
éxito ante las otras especies.
Las leyes, la ética, la moral, el bien y el mal, los valores o la fe en un dios, no existen en
el mundo físico. Son conceptos intangibles creados por las personas, imaginados. Sin
ficción, el funcionamiento del mundo cotidiano no existiría, porque las premisas sobre
las cuales se fundamenta no son reales.
Porque la realidad es que las personas no únicamente necesitan imaginar otras vidas
para poder entender el presente, sino que necesitan la imaginación para crear su
presente.
La ficción se puede usar con una finalidad didáctica, puesto que los ejemplos y
narraciones son más fáciles de entender que las exposiciones. El mito, la fábula y la
parábola se enmarcan dentro de esta tendencia, igual que los exempla medievales o los
personajes conductores del libro de texto infantil. También puede usarse para la
publicidad y propaganda (a los anuncios, al storytelling de empresa o institución, etc.),
porque el contenido ficcionalizado es más cercano al receptor.
Secundariamente, la «teoría de los mundos posibles» también es útil para explicar los
argumentos establecidos en las fanfictions, en el que los autores de determinada fandom
interiorizan las reglas de ese «mundo posible» en concreto y, conservándolas o
modificándolas a su vez, crean nuevas ficciones dentro del mismo mundo posible.
Otra característica que hace que este tipo de novelas sea más transportable al séptimo
arte, es su nivel discursivo. En los escritores, no existe una conciencia lingüística, una
reflexión sobre el lenguaje. En la ficción es más sobresaliente lo original de un tema que
la cuestión estilística. Estas características atribuidas al género de ficción son lo que
coadyuvan a la transformación de este en sus distintas formas.
Desde el siglo XXI, ver una trama de ficción en el cine permitía advertir al espectador
común lo que solo era conocido entre los investigadores en los cincuenta; que el análisis
de las tramas ficticias permite notar una serie de puntos recurrentes y que crea una
estructura constante en todas estas narraciones. Este hallazgo se le atribuye al ruso
Vladímir Propp quien distingue entre 31 funciones narrativas en los cuentos de hadas
populares y, de ahí, en cualquier argumento ficticio sobre el que se quiera desarrollar
una secuencia. Aunque no todos ellos aparecen en todos los cuentos, su función básica a
menudo permanece y el orden es prácticamente siempre el mismo.
Géneros de ficción
Por extensión
Por temática
Fantástico:
o Cuento de hadas,
o Novela de caballerías,
o Terror gótico,
o Terror moderno,
o Fantasía heroica.
Ciencia ficción.
Novela romántica.
Novela de detectives, novela negra, novela de espías.
o Temas de religión
Véase también
Narratología
Literatura
Novela
Ucronía
Referencias
1.
Bruguera y Talleda, Jordi; Fluvià y Figueras, Assumpta (1996 (2004, 4a edición)).
«fènyer III.2, 1. ficción». Diccionari etimològic. Barcelona: Enciclopèdia Catalana.
p. 388. ISBN 9788441225169.
Montague, Richard (1974). Formal philosophy: selected papers (en inglés). Yale
University Press. Consultado el 20 de febrero de 2012.
Umberto Eco (23 de octubre de 1996). Seis paseos por los bosques narrativos.
Lumen. ISBN 978-84-264-1241-6. Consultado el 20 de febrero de 2012.
Hockett, C.,"The Origin of Speech", Scientific American, 203, 1960
Marie-Laure Ryan, „Fiction, Non-Factuals, and the Principle of Minimal
Departure“, in: Poetics 9 (1980)
Parker, M., Higgins, M., Lightfoot, G. and Smith, W. (1999) Amazing tales:
Organization studies as science fiction. Organization, 6(4): 579-590.
Martin Andree, Archäologie der Medienwirkung. Faszinationstypen von der
Antike bis heute (Simulation, Spannung, Fiktionalität, Authentizität, Unmittelbarkeit,
Ursprung). Múnich: Fink 2005.
Mar, R y Oatley, K., "The Function of Fiction is the Abstraction and Simulation
of Social Experience" en Perspectives of Pshychological Science, volumen 3 en York
University
Mc Keown, M., The nature of Vocabulary Acquisition, Lawrence Erlbaum
Associates, 1987
Bibliografía
Albadalejo Mayordomo, Tomás: Teoría de los mundos posibles y
macroestructura narrativa: análisis de las novelas cortas de Clarín, Alicante,
Secretariado de Publicaciones, Universidad, D.L. 1986
Pozuelo Yvancos, José María: Poética de la ficción, Madrid : Síntesis, D.L.
1993
Enlaces externos
Vilar, Mariano. «Introducción a la teoría de los mundos posibles». Revista
LUTHOR, n.º 9 (abril de 2012)