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Ficción

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Para la ficción en derecho, véase Ficción jurídica.

Imagen ilustrativa de ciencia ficción. Casa elevada por globo aerostatico sobre
montañas.

Se denomina ficción a la simulación de la realidad que realizan las obras como


literarias, cinematográficas, historietísticas, de animación u de otro tipo, cuando
presentan un mundo imaginario al receptor. Estos mundos tienen sus propios personajes
y reglas de verosimilitud, con un grado variable de realismo, sea porque toman algunos
elementos de referencia de la realidad, sea porque la contradicen o transforman. Se
opone a los géneros no ficticios, como el ensayo o los del periodismo, si bien algunas
corrientes filosóficas reclaman que todo es en realidad ficción, puesto que no existe la
objetividad en la interpretación o algo externo a la mente (idealismo radical). En el
ámbito audiovisual, la ficción se suele oponer al documental y sus géneros derivados.

En psicología, diferenciar la ficción de la realidad es una capacidad que el niño tiene


que adquirir progresivamente. En psicopatología una distorsión temporaria o
permanente de esta capacidad de distinguir adecuadamente la ficción de la realidad,
puede ser un síntoma de varios disturbios mentales (paranoia, psicosis, delirios,…)
individuales como de grupos (psicosis colectiva). La delimitación entre realidad y
ficción, no sólo es una cuestión objetiva, pero depende igualmente de un consenso
social: el que se ve entre otros con textos sagrados, que para unos son una descripción
de la realidad, para otras sólo metáforas y leyendas.

Etimológicamente, la palabra proviene del latín fictio o fictus (‘fingido’ o ‘inventado’),


participio del verbo fingere que en su origen significaba «modelar la pasta del pan» y en
sentido figurado «aquello que ha sido modelado, inventado, fingido».1

Índice
 1 Concepto de ficción
o 1.1 Mundos posibles y el pacto ficcional
o 1.2 Conceptos similares
 2 Historia del concepto de ficción
o 2.1 El concepto de mímesis
o 2.2 La relación con la catarsis
o 2.3 La literatura moderna: el pacto ficcional
 3 Características principales de las obras de ficción
 4 Elementos narratológicos de la ficción
o 4.1 El narrador
o 4.2 Los personajes
o 4.3 El tiempo
o 4.4 El espacio
o 4.5 El pacto ficcional
 5 Funciones de la ficción
 6 Acercamientos a la semántica de la ficción
o 6.1 La teoría de los mundos posibles
 7 La ficción en otros medios
 8 Géneros de ficción
o 8.1 Por extensión
o 8.2 Por temática
 9 Véase también
 10 Referencias
 11 Bibliografía
 12 Enlaces externos

Concepto de ficción
El concepto de ficción varía según cómo se use. Puede existir ficción fuera del arte,
como por ejemplo en las tradiciones (personajes legendarios que se transmiten entre
generaciones ligados a determinadas fiestas o valores morales) o en los libros de texto,
donde se ponen ejemplos inventados para explicar conceptos. Siempre exige, pero un
cierto grado de discurso y por eso está fuertemente ligada a la narrativa.

Mundos posibles y el pacto ficcional

Desde un punto de vista semántico la ficción presenta un gran dilema: como los lectores
o consumidores de ficción podemos no sólo aceptarla (a pesar de su evidente falsedad),
sino, además, hacer juicios sobre la verdad o falsedad de enunciados ficcionales.

La teoría del significado de la oración, iniciada por el lógico Richard Montague2 a


finales de la década de los años 1970, posibilita dar un enfoque bastante útil al proceso
de interpretación. Validar la significación a partir de las premisas de un «modelo»
previamente establecido o Mundo Posible, nos permite razonar y tratar aseveraciones
sobre mundos que, a pesar de saber que nunca serán verídicos, son vividos y validados
como realidades.

En el Mundo Posible de la ficción se establece una regla básica para acceder: el


anunciador (el emisor) y el anunciatario (el receptor) subscriben tácitamente un pacto
ficcional por el cual el consumidor de ficción acepta el mundo imaginario que se le
presenta, sabiendo que aquello que se le muestra o insinúa es una historia imaginaria, no
por eso piensa que es una mentira.3 En términos de Coleridge se trata de una suspensión
de la incredulidad:3 el consumidor deja de banda, momentáneamente, la tendencia a
verificar, a constatar, a adecuar la ficción a la realidad y a aplicar el razonamiento
lógico al que se le ofrece.

Un mundo posible acontece real dado que hace referencia en un mundo narrativo de
estructura cultural que, aunque no exista de hecho, es verdadero en la medida que está
formado por un conjunto de individuos dotados de propiedades y de acontecimientos
que son juzgados como posibles y coherentes. Si el mundo real cotidiano se rige por el
concepto de verdad evidente, el mundo posible lo hace por el concepto de verdad
circunstancial: a pesar de que el enunciado pueda ser calificado de literalmente falso, se
acepta como verdad para la aceptación del mundo posible. Por ejemplo, aunque sea
falso que los conejos hablen, en la medida que participamos en el mundo posible de
Alicia en el País de las maravillas de Lewis Carroll, estos hechos no nos sorprenden,
más bien los aceptamos como verdades metafóricas. La suspensión de la incredulidad,
aunque comporte tener conciencia que el País de las Maravillas «no es verdadero», no
por eso pensamos que es mentira.

En un mundo posible, los conceptos de verdad y de mentira, se tienen que entender


desatados de universalidad. La verdad, aunque se nos presente incuestionable y más allá
de opiniones e intereses, en el interior de un mundo posible, es siempre una
construcción convencional y temporal, y solamente es válida en estas circunstancias.
Las verdades de los mundos posibles son verdades sólidas e incuestionables. Por el
contrario, las verdades del mundo real siempre pueden ser cuestionadas, como dice Eco,
«la narratividad nos proporciona mundos anclados, que floten menos que los universos
reales, aunque de encomendero pensamos que las cosas son a la inversa».3

Conceptos similares

La ficción a menudo se relaciona con otros conceptos, como por ejemplo la fantasía.
Aun así, ambos termas no son sinónimos. Las obras de género fantástico se catalogan
como ficticias, pero no todas las obras de ficción pertenecen al reino de la fantasía,
puesto que muchas de ellas tienen una ambientación realista. Las obras fantásticas
incluyen elementos sobrenaturales, salvo que no aparece en todos los discursos
ficcionales.

Otro falso sinónimo sería considerar ficticio como falso. La verdad corresponde a los
juicios sobre los hechos y no se aplica en el mundo imaginario, igual que tampoco se
puede aplicar a las expresiones emotivas y otros tipos de enunciados. Dentro del mundo
posible de la ficción existen unas propias reglas de verdad, entente como coherencia de
conjunto. Así, podría ser verdad o mentira afirmar una característica de un personaje o
la existencia o no de un acontecimiento en una obra, sin que tenga que haber un
referente existente. De hecho, la lógica a menudo analiza enunciados referidos a
conceptos ficticios, como el "rey de Francia actual".

Se relaciona ficción con imaginación, puesto que esta facultad mental es la que permite
que haya obras ficcionales. La imaginación permite crear mundos alternativos por parte
del autor y decodificar-los por parte del receptor. Esta capacidad se relaciona con el
hecho que el ser humano tenga un lenguaje simbólico,4 que permite referirse a entidades
no presentes en la aquí y la ahora y esta proyección (poder comunicar experiencias no
presentes) ayuda a crear otros sin ningún referente real, o basadas en porciones de varias
experiencias.

Historia del concepto de ficción


El concepto de mímesis

Artículo principal: Mímesis

El concepto de ficción en la tradición occidental está muy ligado al concepto de


mímesis, desarrollado en la Grecia clásica, en las obras de Platón (quien consideraba a
las obras poéticas como imitaciones de los objetos reales, que a su vez eran imitaciones
de las ideas puras) y sobre todo en la Poética de Aristóteles, en la que el concepto de
mímesis desempeña un papel esencial. Para Aristóteles, todas las obras literarias copian
a la realidad, de acuerdo con el principio de la verosimilitud; lo que diferencia a la
literatura de la historia es que esta copia las cosas que han sucedido, y aquella las que
podrían suceder.

Es necesario insistir en que Aristóteles no dice que la literatura deba ser la imitación del
mundo real, sino la imitación "de las acciones de los hombres". Esta diferencia es la que
permite que lo verosímil irreal tenga cabida en la literatura. Paul Ricoeur ha subdividido
el concepto de mímesis aristotélico en tres fases:

 Mímesis 1: el proceso de configuración del texto y la disposición de la trama por


parte del autor.
 Mímesis 2: la propia configuración del texto, que puede responder o no al
mundo exterior.
 Mímesis 3: la reconfiguración del mundo del texto que debe realizar el lector o
espectador.

La relación con la catarsis

Artículo principal: Catarsis

La Poética de Aristóteles también introduce otro concepto muy relacionado con lo


anterior: el de catarsis. La tragedia, al imitar acciones de personajes buenos que caen en
desgracia, logra la implicación emocional del espectador, quien a través de la
compasión y el miedo se purifica interiormente. Dicha reacción emocional tiene su base
en la suspensión del juicio de realidad con respecto a la acción trágica: alguien muy
consciente de la irrealidad de la obra no podría empatizar con sus personajes.

Frente a esta concepción de la literatura como catarsis, algunos autores contemporáneos,


en especial Bertolt Brecht han propuesto la anulación de la implicación emocional, a
través de un «teatro épico», una de cuyas características es acentuar la irrealidad de la
representación, exagerando la distancia entre ficción y realidad. De esta forma, Brecht
quería lograr que los espectadores realizasen un juicio crítico y racional de la acción, en
vez de una implicación emocional e irracional.
La literatura moderna: el pacto ficcional

Características principales de las obras de ficción


A pesar de que no hay ninguna teoría de la ficción que esté ampliamente aceptada, se
han descrito las propiedades características de las obras de ficción. Coinciden en buena
parte con los elementos de la narrativa, puesto que es el género principal de las obras
ficcionales (si bien no es exclusivo).

La primera característica es la existencia del llamado mundo ficticio, es decir, un


contexto que requiere continuidad o un marco donde ambientar la trama. Este mundo no
tiene que ser necesariamente fantástico, sino que es ficticio en cuanto que incluye
acontecimientos que no han pasado en la realidad, independientemente de que el marco
imite totalmente el mundo exterior. De hecho, el que se narra se considera que tiene que
funcionar como funcionaría en el mundo real si no se indica el contrario, por ejemplo, si
aparece la palabra "mesa" se tiene que entender que es una mesa parecida a las mesas
existentes mientras no haya una descripción que lo aleje de estas.5 Los elementos
ficcionales pueden mezclarse con otros elementos históricos, como por ejemplo,
personajes reales o hechos que sí que han sucedido. Esta combinación puede tener como
función aumentar la verosimilitud de la trama, ambientar la historia en un mundo
ficticio conocido por los receptores o con intención paródica.

En segundo término hacen falta unos personajes que protagonicen una trama, la cual se
presenta con un determinado punto de vista. El punto de vista en medios escritos
coincide con el narrador, mientras que en medios audiovisuales combina la voz
narrativa con la cámara o foco. La trama, que es la historia de ficción, presenta unos
acontecimientos que incluyen una acción de cambio entre dos situaciones, acompañada
o no de elementos añadidos como descripciones, diálogos o reflexiones de la voz
narrativa.

Una ficción es siempre un pacto lingüístico: se considera que la lengua pierde su


función referencial6 y se asume que los referentes pertenecen en el mundo posible. Es a
través de la lengua (o las imágenes, pero siempre con conceptos asociados y codificados
lingüísticamente) que se transmite la ficción, la historia que vehicula el mundo
alternativo. Esta convención lingüística puede afectar también a la forma, en general las
obras de no ficción tienen un lenguaje más claro, menos metafórico o con un uso
inferior de la función poética de la lengua, mientras que las obras ficcionales pueden
presentar más abundancia de recursos retóricos (cómo se usan, pero, depende más del
estilo personal del autor o del movimiento al cual pertenezca).

Por último, es importante la concepción que los implicados en la distribución de la


ficción tengan sobre esta. Un mismo documento puede ser recibido históricamente
como real o como ficticio, como por ejemplo los bestiarios medievales, que a su época
se tenían por testigos verídicos de fauna y contemporáneamente se toman como
imaginaciones sobre criaturas nunca existentes o deformaciones de animales reales.
Incluso un discurso pretendidamente objetivo, como el de la historiografía, puede
contener elementos considerados ficcionales por un receptor. El caso de textos sagrados
muestra también esta ambigüedad, puesto que un mismo relato es revelación para un
creyente, y por lo tanto, verdad, y para otro sólo una leyenda, y por lo tanto, no real. La
etiqueta de ficción, pues, requiere la complicidad del autor y de su público.
Varias señales pueden ayudar a activar la convención de ficcionalidad (entendiendo que
no hay discursos ficticios, sino interpretaciones como ficcionales o no de determinados
discursos)7 en el receptor, como por ejemplo un escenario o un género literario.
También pueden aparecer elementos que rompan momentáneamente la ilusión de la
ficción, como por ejemplo la técnica llamada romper la cuarta pared, donde
voluntariamente un autor hace que los personajes se dirigen al público o que afirmen
que están viviendo en un mundo irreal. Los errores de verosimilitud rompen de manera
involuntaria la ficcionalidad.

Elementos narratológicos de la ficción


Artículo principal: Narratología

Aunque «ficción» y «narración» no son términos sinónimos (ya que no toda ficción es
narrativa, ni toda narración es ficticia), la narración sí es el modo predominante de
introducirse en mundos de ficción. De ahí que exista lo que se conoce como
«pannarrativismo», consistente en la aplicación (a veces excesiva) de las herramientas
de análisis narrativo, tradicionalmente desarrolladas en el campo de la crítica literaria, a
cualquiera de las formas en las que puede manifestarse la ficción: el cine, el teatro, la
televisión, los cómics, los videojuegos...

La narratología o estudio de la narración, desarrollado fundamentalmente por las


corrientes estructuralistas a lo largo del siglo XX, se centra principalmente en cuatro de
los elementos constitutivos de la narración: el narrador, los personajes, el tiempo y el
espacio.

El narrador

Es la entidad, creada por el autor, que narra la historia. Existen diversas categorías para
clasificar a los narradores, teniendo en cuenta tanto su participación en los hechos que
narra, la persona gramatical que emplea y cuán amplio es su conocimiento sobre los
hechos que está narrando.

Puede ser:

 Ser omnisciente en tercera persona (él/ella): cuando el narrador sabe todos los
hechos, no es un personaje y no juzga los hechos moralmente. Es un narrador
clásico que se encuentra en muchas novelas en siglos pasados.
 Primera persona (yo): cuando el narrador relata los hechos que vivió él, es el
protagonista de la historia. Tiene conocimiento limitado de las situaciones.
 Segunda persona (tú): cuando el narrador relata los hechos que le ocurrieron al
lector quien toma el rol de protagonista.
 Tercera persona (él/ella): cuando el narrador relata los hechos que le ocurrieron
a un personaje de la historia. Es un personaje, un espectador de los hechos, por
lo tanto, no sabe todos los detalles, a diferencia del Ser omnisciente, puede
realizar juicios morales.

Los personajes
Los personajes de una narración tienen características que los definen y los hacen
distintos a otros, pueden ser personajes animales, cosas, estos tienen características de
personas (pueden hablar, pensar, reír, etc.).

El tiempo

En un texto narrativo indica el momento en que sucede cada uno de los


acontecimientos, pero también señala la duración de esos acontecimientos (al amanecer,
durante la fiesta, etc.).

El espacio

Es el lugar físico en el que se desarrollan los acontecimientos (playa, campo, monte,


etc.) o el ambiente en el que transcurre la vida de los personajes (ambiente de alegría,
tranquilidad, etc.).

El pacto ficcional

El pacto ficcional estipula un acuerdo casi contractual entre el autor y el receptor de la


obra mediante el cual este último se permite la cesión del juicio de verdad. De esta
manera, tiene lugar la libre disposición de las reglas propias del mundo representado,
creadas por el autor. La existencia del pacto ficcional suspende la pregunta por la
falsedad o no de la obra y permite la identificación catártica y la inmersión del receptor
en el plano ficcional.

Es importante notar cuán necesario es que el receptor sepa que está enfrentando una
ficción para que el pacto ficcional pueda cumplirse. Caso contrario, la ficción no tiene
lugar como tal y el receptor se siente engañado, agredido o confundido. A modo de
ejemplo, el pacto ficcional es lo que nos permite centrarnos en el argumento de una
película de animación en la que los personajes son juguetes sin levantarnos de nuestros
asientos indignados por la mentira que el director ha querido vendernos.

Funciones de la ficción
Históricamente, ha surgido la pregunta sobre la necesidad de la función, por qué el ser
humano tiende a crear mundos diferentes al real e historias que no han sucedido. La
ficción es una forma de entretenimiento, ayuda a pasar el rato y proporciona placer
saber qué ocurre a unos personajes, manteniendo el suspenso de la trama. Si hay
elementos que provocan reír o emociones, aumenta la sensación de rato placiente. La
segunda función ya fue explicitada por la catarsis de Aristóteles: al producirse una
identificación momentánea con los protagonistas, el consumidor de ficción vive
ficcionalmente otra realidad que le permite purgar o exacerbar sentimientos que después
puede aplicar a su vida real. En este sentido, determinados autores han subrayado la
función psicológica de la ficción: permite vivir sin riesgo experiencias que después
transmiten enseñanzas aplicables a la propia existencia, es decir, la ficción actuaría
como una simulación8 que ayudaría a comprender las vivencias reales y saber como
reaccionar.
La ficción sería entonces una necesidad cognitiva universal, las personas necesitan
imaginar otras vidas para poder entender el presente, como en los sueños. Por eso todas
las culturas tienen sus formas de ficción. La televisión y el cine han hecho que la ficción
acontezca masiva, con argumentos audiovisuales que permiten la evasión del presente
pero con un grado de realismo mayor, puesto que una de las normas de la ficción es que
cuando la persona entra, suspende los juicios de verdad habituales: cree
momentáneamente la existencia de aquella historia para poder sentir las emociones que
propone el autor o para divertirse. Es un mecanismo mental presente en otras esferas,
como por ejemplo el juego.

La ficción transmite también modelos y normas, sea porque presenta una alternativa a
las aceptadas por la comunidad, o sea porque las recrea, puesto que toda ficción
transcurre en un contexto determinado. Por eso la ficción ayuda a la socialización,
explicitando el que es aceptable y no aceptable, poniendo ejemplos de situaciones donde
se tienen que tener en cuenta unos valores determinados o bien contribuyendo al
aprendizaje de la lengua,9 que es uno de los vehículos privilegiados de transmisión
cultural.

Pero si bien la ficción expone alternativas gracias en los Mundos Posibles que se
encuentran a obras literarias y artísticas, hay que aclarar que la ficción ha sido presente
desde la prehistoria, determinando las estructuras sociales de los homo sápiens, y su
éxito ante las otras especies.

Las leyes, la ética, la moral, el bien y el mal, los valores o la fe en un dios, no existen en
el mundo físico. Son conceptos intangibles creados por las personas, imaginados. Sin
ficción, el funcionamiento del mundo cotidiano no existiría, porque las premisas sobre
las cuales se fundamenta no son reales.

Aun así, son la razón de la superioridad humana. La intimación permite la cooperación


de colectivos de un máximo de ciento cincuenta individuos. Conocer y confiar en mil
personas sería imposible, porque toda relación de confianza requiere una gran cantidad
de tiempo. En cambio, si estas mil personas cruzan en unos valores y objetivos
comunes, cooperarán entre ellas aunque no se conozcan. Y esta cooperación en masa, es
la responsable del dominio humano, de la creación de redes económicas internacionales,
etc.10

Porque la realidad es que las personas no únicamente necesitan imaginar otras vidas
para poder entender el presente, sino que necesitan la imaginación para crear su
presente.

Al consumir ficción, se activan determinados procesos mentales que están relacionados


con la inteligencia. Así, hay que poner en marcha mecanismos de comprensión (seguir
el hilo de la historia, comprender el marco de referencia si es diferente al actual), de
empatía (plantearse qué haría cada cual en el lugar del personaje, sentir con los
protagonistas), planteamiento de hipótesis (avanzarse al que pasará, comprobar estas
presuposiciones) y mantener la atención. Cuanto más compleja es una ficción, más
elementos cognoscitivos activa.

La ficción se puede usar con una finalidad didáctica, puesto que los ejemplos y
narraciones son más fáciles de entender que las exposiciones. El mito, la fábula y la
parábola se enmarcan dentro de esta tendencia, igual que los exempla medievales o los
personajes conductores del libro de texto infantil. También puede usarse para la
publicidad y propaganda (a los anuncios, al storytelling de empresa o institución, etc.),
porque el contenido ficcionalizado es más cercano al receptor.

Acercamientos a la semántica de la ficción


La teoría de los mundos posibles

La teoría de los mundos posibles, desarrollada principalmente por Lubomír


Doležel[cita requerida] e introducida en España por Tomás Albaladejo[cita requerida] realiza un
acercamiento semántico al hecho ficcional, es decir, a través de su significado y no de
su forma externa (como hacía, principalmente, la narratología). Basándose en
planteamientos apuntados por autores como Leibniz, la teoría de los mundos posibles
sostiene que toda ficción crea un mundo semánticamente distinto al mundo real, creado
específicamente por cada texto de ficción y al que solo se puede acceder precisamente a
través de dicho texto. Así, una obra de ficción puede alterar o eliminar algunas de las
leyes físicas imperantes en el mundo real (como sucede en la ciencia ficción o en la
novela fantástica), o bien conservarlas y construir un mundo cercano —si no idéntico—
al real (como sucede en la novela realista. Según esta teoría, los únicos «requisitos» para
crear un mundo posible es que este pueda ser concebido y que una vez concebido
mantenga una congruencia interna.

Esta aproximación semántica a la ficción tiene la ventaja de explicar, además, cómo es


posible realizar juicios de verdad o falsedad acerca de afirmaciones ficcionales: serían
verdaderos aquellos enunciados que cumplen con las reglas propias del mundo posible
creado por la ficción (ej.: «Los robots no pueden dañar al ser humano» en las novelas de
Isaac Asimov); son falsos aquellos que las infringen (ej.: «Los hobbits tienen alas» en
El Señor de los Anillos). El tipo de verdad que se maneja en una semántica de mundos
posibles es del tipo coherentista, es decir, que toda afirmación será verdadera, en el
interior de un mundo posible (en este caso un libro, pero también una película, o
cualquier ejercicio en el que se conciba un mundo distinto al fáctico) cuando mantenga
coherencia con el resto de las afirmaciones que se hagan respecto a ese mundo. Así
mismo, la semántica de mundos posibles mantiene una teoría de la identidad, para Saul
Kripke lo que nos permite identificar a cualquier sujeto es su nombre propio, como
designador de todas sus coordenadas espacio-temporales en todos los mundos posibles,
de este modo podemos identificar, a manera de ejemplo, a Adolf Hitler aun en un
‘mundo’ en el que los nazis lograron expandir su dominio a todo el planeta.

Secundariamente, la «teoría de los mundos posibles» también es útil para explicar los
argumentos establecidos en las fanfictions, en el que los autores de determinada fandom
interiorizan las reglas de ese «mundo posible» en concreto y, conservándolas o
modificándolas a su vez, crean nuevas ficciones dentro del mismo mundo posible.

La ficción en otros medios


Hoy en día la relación entre literatura de ciencia ficción y el cine es muy grande, lo que
puede ser indicador de que estas obras son más adaptables que otras. Y tales
características que posee este género se relacionan mucho a los personajes; estos no
evolucionan, solo son piezas que dan entrada a lo más importante: la trama. Razón por
la cual algunos expertos no creen que la ciencia ficción sea literatura.

Otra característica que hace que este tipo de novelas sea más transportable al séptimo
arte, es su nivel discursivo. En los escritores, no existe una conciencia lingüística, una
reflexión sobre el lenguaje. En la ficción es más sobresaliente lo original de un tema que
la cuestión estilística. Estas características atribuidas al género de ficción son lo que
coadyuvan a la transformación de este en sus distintas formas.

Desde el siglo XXI, ver una trama de ficción en el cine permitía advertir al espectador
común lo que solo era conocido entre los investigadores en los cincuenta; que el análisis
de las tramas ficticias permite notar una serie de puntos recurrentes y que crea una
estructura constante en todas estas narraciones. Este hallazgo se le atribuye al ruso
Vladímir Propp quien distingue entre 31 funciones narrativas en los cuentos de hadas
populares y, de ahí, en cualquier argumento ficticio sobre el que se quiera desarrollar
una secuencia. Aunque no todos ellos aparecen en todos los cuentos, su función básica a
menudo permanece y el orden es prácticamente siempre el mismo.

Géneros de ficción
Por extensión

Por temática

 Fantástico:
o Cuento de hadas,
o Novela de caballerías,
o Terror gótico,
o Terror moderno,
o Fantasía heroica.
 Ciencia ficción.
 Novela romántica.
 Novela de detectives, novela negra, novela de espías.
o Temas de religión

Véase también
 Narratología
 Literatura
 Novela
 Ucronía

Referencias
1.
 Bruguera y Talleda, Jordi; Fluvià y Figueras, Assumpta (1996 (2004, 4a edición)).
«fènyer III.2, 1. ficción». Diccionari etimològic. Barcelona: Enciclopèdia Catalana.
p. 388. ISBN 9788441225169.
  Montague, Richard (1974). Formal philosophy: selected papers (en inglés). Yale
University Press. Consultado el 20 de febrero de 2012.
  Umberto Eco (23 de octubre de 1996). Seis paseos por los bosques narrativos.
Lumen. ISBN 978-84-264-1241-6. Consultado el 20 de febrero de 2012.
  Hockett, C.,"The Origin of Speech", Scientific American, 203, 1960
  Marie-Laure Ryan, „Fiction, Non-Factuals, and the Principle of Minimal
Departure“, in: Poetics 9 (1980)
  Parker, M., Higgins, M., Lightfoot, G. and Smith, W. (1999) Amazing tales:
Organization studies as science fiction. Organization, 6(4): 579-590.
  Martin Andree, Archäologie der Medienwirkung. Faszinationstypen von der
Antike bis heute (Simulation, Spannung, Fiktionalität, Authentizität, Unmittelbarkeit,
Ursprung). Múnich: Fink 2005.
  Mar, R y Oatley, K., "The Function of Fiction is the Abstraction and Simulation
of Social Experience" en Perspectives of Pshychological Science, volumen 3 en York
University
  Mc Keown, M., The nature of Vocabulary Acquisition, Lawrence Erlbaum
Associates, 1987

10.  Harari, Yuval N. (2015). Sapiens : a brief history of humankind. Londres.


ISBN 978-0-09-959008-8.

Bibliografía
 Albadalejo Mayordomo, Tomás: Teoría de los mundos posibles y
macroestructura narrativa: análisis de las novelas cortas de Clarín, Alicante,
Secretariado de Publicaciones, Universidad, D.L. 1986
 Pozuelo Yvancos, José María: Poética de la ficción, Madrid : Síntesis, D.L.
1993

Enlaces externos
 Vilar, Mariano. «Introducción a la teoría de los mundos posibles». Revista
LUTHOR, n.º 9 (abril de 2012)

 Wikcionario tiene definiciones y otra información sobre ficción y para


ficción fantástica.

 Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Ficción.

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