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MARILYN DE ALMAGRO

(Obra registrada)
Autor: Carlos Cazila
Tel: 4-374-2841

15-4-172-8732
Ayacucho 670, 8° “A”
(1026) CABA, República Argentina.

carloscazila@gmail.com.
mensaje70@yahoo.com.ar

PERSONAJES
MARILYN………………..Mediana edad
LUCY……………………….Empleada, de edad similar
EL……………………………Periodista, interpreta varios roles

LA ACCION SE DESARROLLA EN LA SALA DE MARILYN. CUENTA CON DOS


LATERALES
COMIENZO
MARILYN: (se apronta) ¡Lucy! ¡Lucy!
LUCY: ¿Señora?
MARILYN: ¿No me oís cuando te llamo?
LUCY: Señora…
MARILYN: ¡No! Mejor callate
LUCY: Usted no tiene derecho a tratarme así
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MARILYN: Te trato demasiado bien, pero no sé que rol cumplís.


LUCY: ¿Por qué dice eso?, yo…
MARILYN: Hacés lo que querés, venís cuando se te da la gana, te vas sin
avisar…
LUCY: Yo siempre dije...
MARILYN: No sé. No me acuerdo.
LUCY: Señora, hoy me quedo.
MARILYN: Ya me di cuenta. Querés estar al tanto.
LUCY: ¡Sí, qué maravilla! ¡Va a tener una entrevista!
MARILYN: No es más que para que me ayuden con la biografía…
LUCY: ¿La biografía?, ¿cuál biografía?
MARILYN: ¿Y cuál va a ser?
LUCY: ¿Su biografía o la de ella?
MARILYN: ¿Quién es ella y quién soy yo? ¿que dudas caben?
LUCY: No, ninguna…Pero
MARILYN: ¿Qué?
LUCY: ¿Voy a poder escuchar?
MARILYN: No sé. Tengo mucho que decir.
LUCY: Le prometo que si me deja, voy a ayudar en todo
MARILYN: En mi otra vida tuve un ama de llaves que no me perdía pisada,
siempre investigando lo que le convenía. No me servía para nada. En eso, te
parecés
LUCY: Yo no me parezco a nadie
MARILYN: Está bien. Te pienso hacer una dedicatoria, si llegara a publicarse.
LUCY: Ay, gracias. ¿Tengo que preparar algo?.
MARILYN: No sé si habrá cena. La cita es a las siete.
LUCY: ¿Entonces?
MARILYN: Eso, sí. Tendría que estar listo el dormitorio.
LUCY: ¿Dormitorio erótico hoy mismo?
MARILYN: Depende cómo venga. Para empezar, esparcime rosas sobre la
cama
LUCY: ¿No será mucho?
MARILYN: Lo digo por mí. Y además perfumá todo con esa fragancia de
Estados Unidos.
LUCY: ¿Del último viaje?
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MARILYN: Es el único que hice


LUCY: ¿Ese perfume, está segura? Para mí, es repugnante.
MARILYN: ¿Y eso qué importa? ¿Quién te dijo que el señor que viene no es
más repugnante?
LUCY: ¿De verdad señora?
MARILYN: No sé, pero todos los hombres tienen un costado sucio. Solo que,
yo siempre lo supe usar muy bien…Es un periodista que quiere trabajar.
LUCY: Mejor que sea atractivo…
MARILYN: Lo único que me preocupa es que escriba bien, y ahora, andá.
LUCY: Ahora, si me perdona la curiosidad, ¿le va a decir que tiene el diario
rojo?
MARILYN: ¿El diario rojo? ¿Cómo sabés que lo tengo?
LUCY: Yo…
MARILYN: Bueno, está bien, ya sé que revisás todo. Salí de mi vista. (Lucy
sale. Suena el timbre. Marilyn atiende)
EL: (entra) Permiso…
MARILYN: ¡Hello boy!
EL: Hola. Gracias por lo de boy. (Le muestra un ramito) Aquí, un humilde
presente
MARILYN: ¡Oh, thank you!, ¿how do you do?
EL: Well, very well, veo que lo tomaste en serio.
MARILYN: ¿En serio? ¿Qué cosa en serio?
EL: Eso de que sos Marilyn.
MARILYN: Y soy Marilyn. Es mi nombre. Y eso de que tomo las cosas en
serio...
EL: ¿Me puedo sentar?
MARILYN: Por supuesto. (por las flores) No te hubieras molestado.
EL: ¿Te gustan?
MARILYN: Sí. Son pestosas
EL: Gracias por el cumplido, no creo merecerlo.
MARILYN: No te enfades, muñeco, si bien soy demasiado sincera, eso no es
cosa seria…¿Querés beber algo?
EL: Después
MARILYN: Sí, mejor. Mi asistente olvidó de poner el champagne en la
heladera.
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LUCY: (entra) No es cierto, señora. Si quiere voy a comprarlo.


MARILYN: ¡Lucy! Te pedí cien veces…
LUCY: Eso tampoco es cierto. Mejor me voy… Me voy al mercado, si me da la
plata.
MARILYN: Ah, perdón (le entrega dinero) Traé el vuelto. (a EL) Mi ama de
llaves es un poco quejosa. Después se le pasa. Como a mí.
LUCY: Como a usted, no. Yo no estoy loca.
MARILYN: ¡Lucy! …El señor…
EL: No se preocupen, estoy acostumbrado
LUCY: Si está acostumbrado, mejor. Yo quiero saber si van a pasar a la
habitación, porque si no, la dejo así
MARILYN: ¡Ah! ¡Qué vergüenza!
EL: Por mi parte, quisiera pasar ya
MARILYN: ¿Sí?, como broma ya es suficiente.
LUCY: ¿Entonces no le preparo?
MARILYN: ¡Basta! Vos traé el champagne (sale a interior).
LUCY: (a EL) Deje que me siente, y discúlpela.
EL: Si es por la habitación, yo no tengo problemas.
LUCY: ¿Pero cómo dice eso? Hágase valer. Hablo por experiencia. Es muy
difícil trabajar en una casa donde a la señora le viene bien cualquier capricho
EL: ¿Qué quiere decir?
LUCY: Bueno, hay caprichos y caprichos. No vaya a pensar mal de mí, pero
hay veces que…No, mejor no le cuento… ¿O le cuento?
EL: Sí, contá, contá.
LUCY: Le decía que hay cosas que mejor que sí…que no….¿Le cuento o no le
cuento?
El: ¿Otra vez?
LUCY: Haga de cuenta que le conté. Pero ella me tiene que aguantar porque
le trabajo a full time cuando se me ocurre y hace dos meses que no me paga.
EL: ¿Trabajaste dos meses sin cobrar?
LUCY: No. Hace dos meses que no vengo
EL: ¿Y tengo que tomarte en serio?
LUCY: Y tan en serio que además de todo eso le puedo decir que….¡Shhh!
MARILYN: (entra) Listo. Ya esparcí los pétalos
EL: ¿Eh?, ¿qué?, ¿pétalos?
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MARILYN: Sí, rosas.


EL: ¿Rosas?
MARILYN: Sí, sí, dije rosas
EL: Rosas…Yo…les tengo alergia.
LUCY: ¿Entonces, no va a pasar?
MARILYN: Eso lo decido yo
LUCY: Si quiere le dejo la piecita de servicio.
MARILYN: Vos callate. Vayamos a lo nuestro (A El) ¿Ya te pregunté si querías
beber algo?
EL: Quedamos que después..
LUCY: Ay, sí. Tengo que comprar champagne
MARILYN: ¿Qué? Andá de una vez
LUCY: Pero…
MARILYN: De una vez, te dije
LUCY: Sí, sí, voy (sale)
MARILYN: Esta mujer…No sé para qué sirve. Hoy mismo la despido. Bueno,
en fin… Tenemos mucho que hablar.
EL: ¿Con ella entremedio?
MARILYN: Es un poco metida pero hay que aguantarla. Ya estoy
acostumbrada
EL: Esperaba algo más íntimo
MARILYN: No pasa nada. Está todo bien. Hablemos.
LUCY: (entra con la botella) Claro que está todo bien, señora (por el
champagne) Lo tenía escondido
MARILYN: ¿Qué?
LUCY: Disculpe, necesitaba dinero.
MARILYN: ¡Bueno, basta, lo único que te pido es que no me hagas alterar,
porque me ataco…!
LUCY: Entendí, entendí, ¿que más?
MARILYN: Mejor nada más. Quedate callada y quieta. Lo más quieta posible.
LUCY: (se sienta) Como no, señora.
MARILYN: (a EL) Quiero que comencemos. Me dijeron que sos un especialista
en historias de vida
EL: Eso mismo. También me gusta interpretar roles.
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MARILYN: ¡Ah! ¡No! De actores estoy harta, perdón, no te conozco, creo que
en este caso, podríamos considerar.
LUCY: Yo sabía que iban a transar
EL: Nunca había oído de que existía otra Marilyn, y menos, en Almagro. Me
cuesta creerlo.
MARILYN: ¿Y por qué?
LUCY: Creale, creale, es cierto.
EL: Bueno, yo…
MARILYN: Ya te lo voy a demostrar
EL: Quizá no sea tan difícil, si hay sobremesa…
MARILYN: ¿Sobremesa? ¿Quién sabe, ¿por qué no? Tendrás que
convencerme…
EL: Lo difícil será convencer a los demás.
MARILYN: No tanto, si hacemos una buena campaña. De eso, sé bastante…
LUCY: La señora ha corrido muchas…
MARILYN: ¡Callate! No opines
EL: ¿Por qué no hablamos de otra cosa?.
MARILYN: Yo estoy hablando en serio
EL: Y bien… ¿Desde cuándo sentís que sos Marilyn?
MARILYN: Eso fue a partir de una revelación. Sí, tuve una revelación en horas
del sueño. Probé Nembutal.
EL: ¿Nembutal?
MARILYN: Lo mismo que tomaba ella. Es un fármaco que ya no se usa
LUCY: Yo se lo conseguí
MARILYN: No es cierto
LUCY: Déjeme participar. Yo también sé mentir.
MARILYLN: Y yo no. Hablaba del Nembutal, para mí, fue necesario
saborearlo, comenzar por sentirlo desde los labios, que luego inundara mi
paladar, ingerirlo después… y así fue como finalmente se me apareció ella;
ella, es decir, yo, y terminé de convencerme.
EL: ¿Por qué decís terminé de convencerme?
LUCY: Porque la señora siempre tuvo ese raye. Perdón.
MARILYN: Desde siempre sentí que era Marilyn, sólo que a partir de ahí me
quedó absolutamente claro. En mi último viaje a Estados Unidos fui a buscar
datos precisos, pero nada fue nuevo para mí. Ya sabía todo de antemano.
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LUCY: Creer o reventar.


EL: Si sabías de antemano, ¿qué datos fuiste a buscar?
MARILYN: En realidad viajé por un asunto de ciertos negocios de una
empresa, pero de lo único que voy a hablar, es de ella, quiero decir, de mí.
EL: ¿Y lo de esa empresa no tiene que ver con vos, o sea con ella?
MARILYN: Eso no. Fue un trámite secreto.
EL: Y el nombre de la empresa, ¿se puede saber?
MARILYN: Dije que voy a hablar solo de ella. Yo soy ella.
EL: ¿Una reencarnación?
MARILYN: Eso mismo.
EL: Una reencarnación… Es interesante.
LUCY: Claro que sí, ¿no es cierto?
EL: Se me ocurre una obra para Teatro. Hasta podríamos ensayarla, si te
parece.
MARILYN: Puede ser. Pero lo que desde un principio quiero destacar, y que
quede bien firme es que…
EL: ¿Qué?
MARILYN: Que lo mejor que me pasó en la vida es… ser una mujer. Mi
existencia…mi existencia…
EL: Sí, ¿qué?
MARILYN: Que mi existencia fue siempre hermosa y puedo glorificar todo lo
alcancé a vivir.
LUCY: Sí, señor, lo de ella ha sido siempre hermoso
MARILYN: Siempre hermoso y por supuesto, mucho pupupidu.
EL: ¿Mucho…?
MARILYN: ¡Pupupidu, pupupidu, eso mismo! Aprendí a hacer pupupidu en
mis canciones, y desde entonces, ese clamor me acompañó para siempre. El
pupupidu representa una actitud frente a la vida.
LUCY: La señora dice que hay que mirar con el cristal
MARILYN: Eso mismo. La vida, con el cristal con que se mire. Creeme que
cada vez que hago balances puedo gritar con más fuerza: ¡Mi vida es bella!
¡Mi vida es bella!
LUCY: Eso, eso. Claro que sí. ¡Pupupidu! ¡Pupupidu!
MARILYN: Bueno. Empezamos por mis orígenes, quiero destacar que mi
madre fue absolutamente hermosa.
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LUCY: ¡Eso!, ¡es un orgullo que a una le encajen los genes, que joder!
MARILYN: Los genes, sí. Ella trabajaba en Holliwood, aunque en algo decente.
No, no quiero decir que ponga en duda la moral de Holliwood, dios no lo
quiera.
EL: ¡No! ¡Quién piensa!
MARILYN: Mamá trabajaba en el laboratorio. Cortaba el negativo. Meta
cortar y cortar. Dale y dale con la tijera Tuvo montones de amantes, y dale,
dale, seguía, seguía cortando. Cortaba el negativo, cortaba con los amantes.
Cortaba con todo. Más tarde, alguien le dijo que eso representaba la
castración psicológica y por eso dejó la cortadura. ¿Será cierto eso de la
castración?
EL: ¿Vos qué pensás?
MARILYN: ¿Qué? ¿Ahora te vas a hacer el psicoanalista?
EL: No, pero pensá…
LUCY: La señora no piensa. Perdón.
MARILYN: No pienso, no. Mamá supo gozar de un diagnóstico de
esquizofrenia paranoide. La perseguían cucarachas, algún que otro reptil y
diversas alimañas en general, pero al fin logró el lugar que se merecía
EL: Menos mal.
MARILYN: Sí, hubo que internarla… ¡Ah!, mis orígenes. Ella trató de
abortarme pero de tan inútil que era, no le salió, y el resultado final fui yo.
No es hermoso? Con ella, hasta teníamos diálogo.
EL: ¿Diálogo? ¿Qué tipo de diálogo?
MARILYN: Yo le preguntaba a cada rato qué hora es, si hacía buen tiempo y
hasta el nombre de mi padre.
EL: ¿Y ella lo sabía?
MARILYN: Sí, me dijo que Clark Gable.
LUCY: ¡Ay, que buen mozo!
EL: Y… en cuestión de gustos…
MARILYN: Sí, Clark Gable, el mismo que treinta años después sufrió un
ataque al tener que filmar conmigo, pero antes de morir me hizo la
revelación…Me dijo…Me dijo…
EL: Sí, el habrá dicho algo así como: (interpreta a Clark Gable) Mi pequeña,
fue necesario llamarte para que aún con muy pocas fuerzas puedas saber, y
de mi boca, la verdad que tantas veces buscaste.
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MARILYN: ¿De qué se trata padre?, ¿de qué? Hablá, por favor.
EL: Sí, lo que ocurre es que…En realidad, nunca me crucé con tu madre.
MARILYN: ¿No? Morite tranquilo entonces…. Fue todo un honor para mí,
enterrar a ese impostor.
EL: Al fin se cayó una mentira.
MARILYN: Si, me hizo muy feliz mandarle flores
LUCY: ¿Por qué no cuenta de su abuelita?
MARILYN: Abuelita, asimismo fue maravillosa. Ella también con esquizofrenia
paranoide. Siendo yo muy chiquita, entendio que lo mejor que podía hacer,
era ahogarme, tratando de asfixiarme con una almohada, pero tropezó y se
cayó de cabeza.
EL: ¿Murió en el accidente?
MARILYN: No. La salvó la almohada.
EL: Entonces, gracias a la torpeza de esas grandes madres es que pudimos
disfrutar de Marilyn
MARILYN: Disfrutar, eso mismo. Felizmente, llegaron los orfanatos, y ahí, por
supuesto, todo brillaba. Ramilletes de niños y niñas muertos de hambre que
soñábamos con ser rubios… Yo me lucía barriendo, lavando, y hasta guisando
frijoles.
LUCY: Eso no sé qué es.
MARILYN: Ni falta que hace…Me veían tan simpática que siempre me
adoptaban. Así, pasé de casa en casa, aquellos dulces hogares donde nunca
olvidaré entrañables aprendizajes. En ese ir y venir, tuve mi primera violación
a los ocho años. El era un caballero muy venerado. Cerca, muy cerca de su
cuarto, me dijo suavemente: “Pasa, pasa, mi pequeña”. Yo le obedecí,
después me sonrió y cerró con llave. Ahí empecé a asustarme, pero no me
atreví a gritar. Me puso sus brazos encima y luché con todas mis fuerzas,
pero logró sofocarme mientras me decía que me portara como una buena
niña. Cuando terminó, abrió la puerta y me hizo salir d un empujón. Yo le
conté a la dueña, pero me contestó que jamás dijera nada, porque era un
buen hombre y me había tirado una moneda para comprar un helado.
EL: ¿Y así quedó todo?
MARILYN: Me persuadieron con eso de que él era honesto, pero después
sufrí más y más violaciones por parte de otras honorables familias.
EL: ¿Y también te mantuviste callada?
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MARILYN: No. Los denuncié pero nunca pasó nada. En conclusión, me


explicaron que tenía que terminar de aprender las cosas de la vida.
EL: ¿Y esas son las cosas de su vida?
LUCY: ¡Válgame dios!
MARILYN: Bueno, al fin y al cabo, peor fue que hayan intentado ahogarme en
la cuna. Pero aquí estoy. Llegué a ser la diva más deseada.
LUCY: Cuente, cuente lo de la fábrica.
MARILYN: Bah, trabajar de obrera fue solamente un desliz. Con mi suegra, sí,
juntitas. Eso era digno.
LUCY: Cuente, cuente, qué pasó
EL: ¿Algo caliente? Confesá qué pasó en esa fábrica.
MARILYN: Ah, sí. Preparábamos proyectiles mortíferos. Todo lo necesario
para la guerra, como buenas ciudadanas.
EL: ¿Pero qué pasó? ¿Qué pasó? Necesito que lo cuentes vos.
MARILYN: Tranquilo. Hubo un levante, sí. Bueno, estaba solita, sin maridito a
cuestas, porque se me había alistado para la guerra. Con mi suegra
trabajábamos a cuatro manos
LUCY: Dos de ella y dos suyas
MARILYN: ¿Eh? ¡No, no, entonces, ocho, ocho manos!.. ¡De pronto ahí…!
EL: ¡Sí! ¿Qué?
MARILYN: ¡Aparece un fotógrafo que viene para para escrachar a las
trabajadoras guerreras! Yo le confesé que estaba inquieta porque los
muchachos me miraban el cuerpo.
EL: Supongo que no serían tus ojos
MARILYN: Eso también, pero más que nada, la zona trasera y el busto.
Entonces, el me respondió:
EL: (en rol de fotógrafo) No me sorprende. Estoy en presencia de una
mercadería que promete
MARILYN: ¿Qué promete qué?
EL: No sé qué promete…Pero prométame…
MARILYN: Oh, ¿sí?
EL: Deje que mi cámara pueda registrar su cuerpo al natural, desprovisto de
todo, plena sensualidad, puro celo de leona caliente…
MARILYN: ¡Qué lindo! ¡Qué lindo eso que usted dice! Pero, por casualidad,
¿podría tener algo puesto?
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EL: Sí. Tendrá puesta la radio.


MARILYN: ¡Eso! ¡Claro, que sí, me encanta la música!. Posaría con todo gusto
desprovista de todo, en bolas, para que se entienda, pero quiero que su
esposa esté presente.
EL: ¿Y eso por qué?
MARILYN: Una mujer siempre inspira…inspira…
EL: ¿Confianza?
MARILYN: No, no es eso. Hay cosas que los hombres no pueden entender.
EL: ¿Qué cosas los hombres no podemos entender?
LUCY: No se preocupe. Mi novio tampoco entiende nada.
EL: Decí qué es lo que no entendemos
MARILYN: Calma. Se trata de cosas que nos transmitimos entre nosotras y
que los ustedes no llegan a imaginarse…Eso femenino que no se puede
explicar y no crea que hubo tantas en mi vida. ¿Hablamos de mujeres?
EL: Y…si también te dio por ahí…
LUCY: ¡Hable! ¡Hable!
MARILYN: Emilita fue mi primera representante. No, mejor hablo de Natasha.
No, mejor Emilita, ¿o mejor de Natasha?
EL: Está bien, habla de Emilita
MARILYN: Natasha me deslumbró como maestra. Con ella aprendí tantas
cosas…
LUCY: Me imagino…
MARILYN: Juntas, alquilamos una pequeña casita, y ahí, en ese nidito vivimos
dos años de un inolvidable amor.
EL: ¡Contá, contá como fueron esos dos años!
MARILYN: Sublimes, sí, hubo intensa pasión, siempre y claro, guardando
nuestros lugares. Ella ocupó el rol de marido decidido, con esa caballerosidad
que solo una mujer puede tener. Y cuando dejaba de lado su postura recia,
me decía, susurrándome al oído: ¿Qué quieres mi gatita?
EL: ¿Y qué iba a querer?
LUCY: Si no la respeta, yo me voy.
EL: ¿Y quién pidió respeto?
LUCY: Ya me van a venir a buscar de rodillas (sale con la botella)
MARILYN: Sí, sí, así como ella, hablaba Natasha. Como todo marido celoso, se
enfurecía cuando yo pensaba en Emilita. Pero de las dos aprendí que después
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de haber corrido la liebre, había que trabajar y seguir explotando el cuerpo.


Que los hombres pagan bien y solo sirven para eso.
EL: ¿No pensarás que…?
MARILYN: No, a vos no te voy a cobrar... Emilita sí que tenía buen ojo.
EL: ¿Y hasta dónde puso el ojo?
MARILYN: Te podrás imaginar…Y me enseñó cosas que yo supe obedecer.
EL: ¿Cosas, qué cosas? Eras capaz de obedecer algo?
MARILYN: Claro que sí. Acepté, primero, a cambiar el color del pelo, a rubio
platinado. La electrólisis servía para eso. Entonces, ¡a darse a la electrólisis,
qué joder! Segundo: Para disimular mi problema de pronunciación, tuve que
aspirar antes hablar. Tercero: Me dijo que tenía que bajar el labio superior al
abrir la boca. Cuarto: Usar dentadura postiza. Sí, por fin podría abrir la boca
como en propaganda de Kolynos. Quinto: Cirujía. Achicar la nariz y el
mentón. Sexto: Usar corpiños con rellenos. Séptimo: Tirar el pubis hacia atrás
y el pecho adelante, para que mis caderas y mi culo se vean más sensuales.
Octavo: Me serrucharon un centímetro de taco para que caminara estilo
pato. Todas estas cosas, para lograr belleza natural. Lo demás fue tratar de
relacionarme con gente en forma un poco indiscriminada. Pero eso sí, hay
algo de lo que me puedo jactar, y es de no haber cedido a todos los
directores.
EL: No, claro, los principios ante todo. Para las otras, digo.
MARILYN: No te permito. Muy pocos me conocieron bien. Empecé a ser el
sueño erótico de millones de hombres pero todo lo hice con la mayor
inocencia. Hasta lo más perverso, para mí, fue decente. Es que….si hubiera
cumplido con las reglas sociales, nunca hubiera llegado a ningún lado. Y todo
eso me dio fama y felicidad
EL: ¿Felicidad? Permitime que lo ponga en duda.
MARILYN: ¿Por qué me contradecís? Siempre estuve dispuesta a la dicha y
todas las cosas que me hicieran bien
EL: ¿Que te hicieran bien? Tengo entendido que eras masoquista.
MARILYN: ¿Qué decís? ¿Qué es eso?
EL: No pretendas disimular.
MARILYN: Sólo sé que la vida me castigó… pero también hubo mucho
pupupidu
EL: No creo tanto en eso del pupupidu
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MARILYN: ¿Por qué no? Es una expresión que sintetiza mi vida


EL: Dijiste que fuiste castigada.
MARILYN: ¿Castigada yo? ¿Dije eso? Si lo dije, no tiene importancia. A veces
repito algún libreto que no pude aprender. Si hasta llegué a ganar fortunas…
EL: ¿Y con eso?
MARILYN: A vos, ¿cuánto te pagan por tu trabajo?
EL: ¿Por mi…?
MARILYN: Sí, cuanto te pagan, decilo de una vez
EL: Poco, muy poco..
MARILYN: Los muertos de hambre no tienen derecho a juzgarme
EL: Es cierto. Son pocos son los que están en condiciones de prostituirse
MARILYN: Hay que tener condiciones. Condiciones….(Transición) Bah, Joe me
cagaba a palos. Me metió una trompada que me cambio el color, y otra por
acá, y acá...
EL: Me imagino. Se dice que fue el único que te quiso.
MARILYN: ¿Que me quiso? Hubo amor, mucho amor, sí, de parte de él,
claro… A veces yo también… Hasta planificamos una luna de miel en Japón y
entonces me escapé a Vietnam a hacer un show para los soldados. Un acto
de caridad, claro, para que tuvieran imágenes calientes para sus noches.
Todavía me parece que los veo. Ni bien me aparecí ante ellos, empezaron a
rugir y los guardias tuvieron que domarlos como a bestias. Yo posesa de
femineidad cantaba y al pavonearme, los enardecía más y más. Brillé de
glamour y felicidad en medio de esos desgraciados. Pero a Joe no le gustó.
No sé cómo podía sentir celos de esos miserables.
EL: ¿Se te nublo la Luna de miel?
MARILYN: (en lo suyo) …Y cuando volví a filmar, el viento me levantó el
vestido. Fue una escena muy loca, pero la locura también es genialidad.
EL: Mostraste la bombacha que él te había regalado
MARILYN: Yo le dije que todo es actuación, que no puedo distinguir la
realidad de la fantasía, además, es mejor hacer el ridículo que aburrirse en
otras cosas
El: Pero no es el ridículo lo que estaba en juego
MARILYN: El me contestó eso mismo. Y no sé por qué, me dijo que así no
podíamos seguir
EL: Hubieras tenido que hacerte la estética más seguido. Por los golpes, digo
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MARILYN: Qué me importaban los golpes. Algunas veces me gustaban y los


tapaba con maquillaje, pero lo cierto es que me dejó, Y pareciera que fue el
único que me quiso, tanto así, que se encargó de organizar mi funeral, y
llegado el momento, gritó sobre mi cadáver (se acuesta sobre la silla)
EL: (interpreta a Joe) ¡Te amo, mi amor, te amo, mi amor…!
MARILYN: ¡No!, el estaba reclinado sobre mí y lloraba
EL: Bueno, vamos de nuevo… (repite) ¡Te amo mi amor te amo!
MARILYN: ¡No, no, con más sentimiento!
EL: No, basta. Mejor puedo hacerlo
MARILYN: No importa. Pobre Joe, se lo notaba estresado. Y debido a que yo
estaba tiesa, no podía tirarle un besito, pero fue como para filmarlo
(Transición). A ese hijo de puta también me hubiera gustado cantarle unas
cuantas que me quedaron atragantadas. Pero no resultaba factible. El, en
realidad y ahora lo comprendo, fue mi único amor. Cuando hablo de amor,
también es actuación. Todo, todo, es actuación.
EL: Entiendo.
LUCY: (entra con unas flores artificales) Aquí tienen
MARILYN: ¿Y esto?
LUCY: Para cambiarlas por las que trajo el señor
MARILYN: ¿Ah, ja, ja, querés cambiar esa porquería por otra? Perdón.
EL: Decime, ¿todo en tu vida es porquería?
MARILYN: ¡No, por favor, no te ofendas! Ya te dije que se mirar las cosas con
otro color
LUCY: La señora sabe disimular.
EL: ¿Disimular que no tengo dinero? ¿Qué es lo que sabe disimular la
señora?.
MARILYN: No nos confundamos. Nos unimos para hablar de la que fui.
EL: Pero me parece que no vamos a ponernos de acuerdo. (se incorpora)
MARILYN: ¡No te vayas! ¡No hay motivo! Si esto no es más es una velada
inolvidable. La publicación va a ser todo un éxito.
EL: Pero yo…
LUCY: Siéntese y no joda
EL: ¿Qué? Yo…
LUCY: Perdone, usted debe tener calor. Quítese el saco.
EL: ¿Eh?, no. El saco no.
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LUCY: Cualquiera diría que esconde algo. Seguramente, un arma.


EL: ¿Un arma? Sólo unos pocos papeles.
LUCY: No era eso. Yo buscaba algo erótico.
EL: ¿Erótico…? ¡Ya vas a ver!
MARILYN: ¡Basta! ¡Lucy, volvé a la cocina y no aparezcas! ¿Entendiste?
LUCY: Mejor le llevo las flores (sale)
MARILYN: Olvidemos el incidente y sigamos, por favor
EL: ¿Sigamos qué?
MARILYN: Sigamos. Soy Marilyn y ella es como la mucama que tenía. No se
despegaba ni a sol ni a sombra, era molesta, pero lo cierto es que muchas
veces me siento muy sola.
EL: ¿Y ahora?
MARILYN: ¿Ahora?
EL: ¿Conmigo también estás muy sola?
MARILYN: Depende…
EL: ¿De qué?
MARILYN: (Evasiva) Estábamos en que yo empezaba a gozar de la fama.
¿Seguimos por ahí?
EL: ¿Y si probamos algo distinto?
MARILYN: (evasiva) Quiero decir que hasta se me ocurrió tomar clases con
Strassberg, el consagrado, que me enseñó a ser todavía más natural.
EL: ¡Sí, sí, natural!
MARILYN: ….En realidad, Strassberg era un invento, pero me guió como
padre que no viola y hasta me recomendó el psiconalisis del Dr. Greenson,
un psiquiatra que a partir de ahí, manejó mi vida. El doctor Greenson,
además de psicoanálisis me brindó Nembutal. Es que mis nervios…
EL: ¿Nembutal?
MARILYN: Sí, Nembutal, cuantas veces quisiera
EL: ¿Y por qué ese vicio?
MARILYN: ¿A qué llamás vicio?
EL: ¿Qué necesidad tenías de probar esa basura?
MARILYN: Es fácil caer en eso, cuando los divorcios y la soledad te están
trastornando…Me habían encasillado en el rol de boba y yo quería otra cosa.
Crecer, eso quería, y cada vez que enfrentaba a la prensa, respondía con la
misma idiotez. Quería dejar de ser estúpida y no podía. Mi interés por el cine
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se estaba perdiendo y al final terminó siendo solo un comercio cruel. Empecé


a faltar y a pelearme con todos. El resultado fue que nadie me quería. Me
acuerdo que los obligué a repetir sesenta y cinco veces una toma en la que
decía solamente “¡Hello!” Y todo eso por histeria. Solo dormía Nembutal y
una copa de champagne.
EL: ¿Y el médico…?
MARILYN: Me recetaba algo más, para despertarme.
EL: ¡Ah! Menos mal
LUCY: (vuelve con el florerito): Aquí tiene. Vacío está mejor.
MARILYN: Te había dicho que no vuelvas
LUCY: Mire que le sirvo de apuntadora.
MARILYN: ¿Apuntadora, de qué?... Hablábamos de…
LUCY: Del doctor
MARILYN: ¿Eh?
LUCY: Del doctor Greenson
MARILYN: Ah, sí. Gracias a su psicoanálisis, tuve hermosos delirios. Soñé que
entraba desnuda a la iglesia y todos los fieles estaban arrodillados, pero con
la cara en el suelo, entonces, pasaba con cuidado para no pisarles la cabeza.
¡Qué extraño! Yo nunca sería capaz de pisarle la cabeza a nadie. ¿No es
extraño?
EL: ¿Y qué interpetación hizo ese Dr?
MARILYN: ¿Eh? Ah, sí. Me subió el Nembutal.
EL: Ah, bueno…
MARILYN: Esos hombres no me ayudaron en nada. No fueron capaces de
sostenerme, y yo era la única que podía facturar millones de dólares, eso sí,
después de breves descansos.
EL: ¿Deliciosas playas tropicales, no es cierto?
MARILYN: No, clínicas psiquiátricas. De ahí salía y volvía siempre a lo mismo.
Crisis tras crisis. Pero había un amigo fiel que me acompañaba: el Nembutal,
sí, ahora con whisky.
EL: ¿Con eso dormías?
MARILYN: Me torturaba el vacío. Siempre, siempre insatisfecha. Tenía
aparentemente todo, ¿qué me faltaba?...Sin embargo nunca pude quedarme
quieta como para evitar los abortos.
LUCY: Cuando una no se queda quieta es hiperkinesia? Perdón.
17

MARILYN: ¡Puedo decir, en cambio, que siempre hubo cosas grandiosas!


Gané dos globos de oro. ¡Dos globos de oro! ¿No es maravilloso? ¡Fama,
reconocimiento, aplausos, ovaciones! ¡Globos de oro! ¿Donde están mis
globos? ¡Que me traigan mis gobos! (LUCY sale rápidamente) ¡¿Mis globos,
dónde están mis globos?! (El señala su propio busto) ¡No, no! , ¡quiero mis
globos…! (LUCY viene con uno de goma que se desinfla) ¡¡No, no!!
¡Nembutal!, Nembutal! ¡¡Mis globos!!, ¡¿Dónde están mis globos?!…
LUCY: Ayúdeme a sujetarla (la sujetan).
EL: ¡Vamos, tratá de calmarte!
MARILYN: Nembutal, brillo, glamor…pupupidu…
LUCY: ¡Pupupidu, pupupidu!
EL: ¡Sí, sí, pupupidu, pupupidu!
MARILYN: (repentinamente lúcida) ¿Pupupidu?...Sí, para mí, todo es
actuación.
EL: Sí, sí ¿Vas mejorando?
MARILYN: Por supuesto. Yo… ¿Cuándo estuve mal?
LUCY: Pobre, todos decían que era nula
MARILYN: ¡Esas son calumnias! Sepan que en una fiesta anduve cerca de
Albert Einstein, nada menos que de Einstein, el famoso. Estaba ahí, yo me
puse inquieta. Mi ansiedad crecía, no sé por qué…Pero él estaba…¿dónde
estaba…?
EL: (interpreta a Einstein) Acá.
MARILYN: ¡Ah, pero es usted en persona!, ¿qué dice don sabio? ¡Qué feliz
coincidencia, sin que nadie nos presentara!
EL: En este caso, no pienso que sea necesario.
MARILYN: ¡Oh, Albert, no crea que lamento bajarme del pedestal. Solo me
acerqué para aplaudir su ciencia.
EL: Complacido, señorita, yo también estoy encantado de conocerla
MARILYN: ¡Pero que calor hace esta noche….! ¿No lo siente en sus neuronas?
EL: Oh, a esta altura, mis neuronas resisten todo…y mi cuerpo también.
MARILYN: Tal vez, será el calor que me corre por dentro…Disculpe si estoy un
poco ebria, aunque no tanto, ja, ja, en realidad, me acerqué para consultarlo.
EL: Hagalo, hágalo. La escucho.
MARILYN: Es que…se trata de una inquietud un poco específica, más que eso
un poco extraña..
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EL: Pregunte, pregunte, no espere más


MARILYN: Bueno, se lo largo de una. ¿Qué le parece si con mi belleza y su
inteligencia, tuviéramos un hijo juntos?
EL: ¿Eh? ¿Un hijo juntos?
MARILYN: Sí, con mi belleza y su inteligencia.
EL: Bueno. Pues bien, me temo en este caso, que el resultado del
experimento fracase y salga con mi belleza y su inteligencia.
MARILYN: ¿Eh? ¡Ah! ¡Oh!
EL: ¡No se ofenda, por favor!
MARILYN: No. No me ofende. Estoy acostumbrada a bromas de mal gusto.
EL: Sí, pues entonces le ofrezco un desagravio.
MARILYN: ¿Un desagravio, a mí?
EL: Quisiera que gocemos de ciertas cosas, y tanto así, que la invito a conocer
mi teoría de la relatividad
MARILYN: ¿Ah, sí?. ¿Y eso sirve para algo?
EL: Por supuesto. Sirve para alejarse de lo básico.
MARILYN: ¿Básica yo?
EL: Oh, no. No quise decir eso
MARILYN: No importa. ¿Sabe por casualidad, que me hice un test de
inteligencia?
EL: ¿Test de inteligencia? ¿Y usted cree en eso?
MARILYN: Y tanto así que me ha dado más alto que el suyo y muchos otros
idiotas que andan dando vueltas.
EL: ¿Oh, sí? Me convenció. Usted es única. La espero en mi laboratorio.
MARILYN: ¿Y cree que sería divertido?
EL: Darnos cuenta de nuestra ignorancia, siempre es divertido, ¡Ríase, por
favor, ríase!
LUCY: ¿Al final resultó un baboso?
MARILYN: ¡Ja! Tengo mucha experiencia en eso. Aunque no lo crean, fui a la
cita, y resultó sensillamente apasionante…Entre todas las cosas que me hizo
sentir, vi como apagaba y encendía una linterna
EL: ¿Sacó la linterna?
LUCY: ¿Y qué esperaba?
19

MARILYN: Yo tenía que decir ¡hello! cuando veía la lucecita, y hasta grité de
placer, placer, mucho placer… nunca caí en un jueguito tan loco, lloré de
alegría, ¡y así, me hizo entender la relatividad, y todo, todo…!
LUCY: ¿Todo, todo, todo?
MARILYN: No preguntes. Ya hablé de mi coeficiente intelectual.
EL: (Como para sí mismo) Sí, pero lo importante es demostrarlo.
MARILYN: No sé qué quisiste decir.
LUCY: Sí que sabe, sí que sabe…
EL: Coeficiente…Vaya a saber cómo lo consiguió
MARILYN: No me importa lo que opinen los idiotas. Yo, con un coeficiente
más alto que el de Einstein, necesitaba algo más
EL: Sí. Yo sé qué.
MARILYN: No. Nadie supo, pero con ese coeficiente tenía que dejar de
mostrar solo mis tetas y culo. No me quedó más remedio que echarle el ojo
al intelectual de moda.
LUCY: ¡El búho!
EL: Más te hubiera convenido aceptarte como sos.
MARILYN: ¿Qué decís? Si bien, él era estéticamente poco menos que un
escracho, eso es perdonable.
EL: ¿Sos de perdonar mucho?
MARILYN: En todos mis matrimonios hubo algo así como… un asco mutuo.
Pero él hacía gala de culto. Fue así como formamos un dúo de famosos: “el
búho y la gatita”, con la particularidad de que él tenía la paciencia de
escucharme.
EL: ¿Querés decir que los otros no te entendemos?
MARILYN: Eso mismo
EL: ¿Y qué es lo que hay que entender? ¿No estaba todo a la vista?
MARILYN: No me ataques. Bastante me golpearon otros. Golpes físicos y
golpes de todo tipo
EL: ¿Y con aquél fue mejor?
LUCY: No. Le fue para la mierda.
MARILYN: El búho era silencioso, respetuoso, me comprendía. El me enseñó
que yo necesitaba un padre. Más tarde me dí cuenta de que lo único que le
interesaba era tener material y hacerse más famoso. Llegué a increparlo.
EL: Tarde, piaste
20

MARILYN: Es que… Al comienzo era todo tan distinto…Al principio me sentía


como volando sobre una paloma blanca, pura, y entre las nubes. Ni bien nos
casamos lo llamé papito y hasta llegué a cocinar para él.
LUCY: ¿Cocinar, usted?
MARILYN: Cociné, sí, cociné. Pero poco después, ví como se apartaba. Traté
de hablarle de la mejor manera posible. Llegué a decirle: ¿Cariñito, cariñito,
por qué no me prestas atención?
EL: (interpreta) ¿Qué…? No me interrumpas. ¿No ves que estoy pensando
para poder escribir?
MARILYN: Tenés todo el día para eso. Yo solo quiero que sepas que estoy
aquí, que me tengas presente.
EL: ¿Presente? Ni sé para qué. Lo único que sé es que paso el tiempo
escuchando las mismas lamentaciones, sin que me dejes trabajar.
MARILYN: ¿Las mismas lamentaciones? ¿Y qué otras querés que invente?
EL: Entonces, tratá de usar un poco más de imaginación.
MARILYN: Vos no necesitás un ser humano al lado tuyo. Me tenés encerrada
porque en el fondo, te doy vergüenza
EL: ¿Yo dije eso?
MARILYN: Sí, te molesta mi manera de ser, de hablar, de sentir. Pero yo soy
así y no puedo cambiar.
EL: Está bien, pero yo no sirvo para hacer el rol de marido burlado.
MARILYN: ¿Marido burlado? Eso no lo voy a permitir.
EL: Te estás permitiendo todo. Te equivocaste al querer tocar otro mundo.
Decís que no podés cambiar, y a causa de eso, todos te rechazan y hasta se
ríen.
MARILYN: ¿Entonces, vos también me llamás estúpida?...¿Estúpida, sí? ¿Y mi
coeficiente intelectual?
EL: Vos solo usás tu coeficiente intelectual para mover el culo.
MARILYN: ¿Y eso es todo lo que tenés para decirme?
EL: ¿No te alcanza? Trato de escribir libros que te lleven a la cumbre, y sin
embargo no me dejás en paz.
MARILYN: Sos vos el que busca la cumbre. Tenías todo calculado. ¡Por dios!
¿Donde quedó toda aquella ternura de antes?
EL: No sé qué ternura. Me cansé de soportar que la pases llorando para
llamar la atención. Yo no estoy para soportar eso
21

MARILYN: ¿No? ¿No es cierto?


LUCY: No lo escuche, señora. Es un trepador.
MARILYN: ….Después encontré un papel que dejó a propósito, como si fuera
en un descuido. Decía que estaba decepcionado porque se había casado con
una pobre niña abandonada y que lamentaba haberme conocido. Lo dejó a la
vista. Para mí, eso de pobre niña abandonada fue demoledor. Me sentí más
sola y desamparada que nunca
LUCY: ¿Y usted se lo permitió? Yo le hubiera roto un plato en la cabeza.
MARILYN: Empezamos a vivir a la distancia. Yo había perdido otro hijo. El
resultado es que pasé más y más tiempo internada. Nadie me soportaba. Me
empezaron a rechazar los productores y hasta los actores.
LUCY: ¿Les hacía perder tiempo?
MARILYN: Y dinero. Pero finalmente apareció el francés. Tuve que trabajar
con Ives Montand, el que supo seducir a la Piaf para hacerse famoso. Ahora
estaba casado con otra. En un principio, me cayó bien y me calentó
enseguida. Pude entender todo, todo su arte y así vivimos un gran amor. Yo
trataba desesperada que abandonara a esa mujer. ¡Cómo me hubiera
gustado pisarle la cabeza! Pero al final, el muy infame se fue con ella cuando
terminó la película. ¿Qué les parece esa traición?
EL: ¿Cual traición?
MARILYN: También tuve un aborto del francés
LUCY: ¡No! ¿Del francés, también?
MARILYN: Y después… pupupidu. Filmé en bolas y salí así en todos los
medios. Lo único que quería es barrer a la Taylor de las tapas de revistas.
LUCY: ¿Y qué pasó con el búho?
MARILYN: El búho, finalmente se cansó de ser más famoso por cornudo que
por sus condiciones, y adiós. A partir de ahí, tuve más intoxicaciones y más
internaciones, unas tras otra, una tras otra…
EL: Se dijo que muchas de eso fue armado para promocionarte.
MARILYN: ¿Cómo se te ocurre?
EL: Es algo que leí
MARILYN: Infamias. Unicamente Joe me sacaba de las clínicas. Cada vez me
trastornaba más la idea de que mi locura fuese hereditaria. Querían hacerme
creer que eso no era asi, pero lo cierto es que por dentro estaba cada vez
peor aunque en las fotos tenía que brillar. Ahora con Membutal más
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hidróxido de cloral. Era una mezcla toxica, pero me recetaron eso. Parece
que me querían matar.
EL: Bueno yo…
MARILYN: ¿Qué pasa?
EL: Y… eso de que el psiquiatra le recetaba veneno.
MARILYN: Es cierto. Solo que yo no tenía conciencia.
EL: Está bien. De cualquier manera, en todo esto, no hay nada que me resulte
nuevo.
MARILYN: Seguramente pensaste que contaría anécdotas de películas.
¿Querés que hablemos de eso?
EL: No es necesario. Las he visto todas. No es un tema que me interese…
MARILYN: ¿Qué? ¿Vos también vas a dejarme? ¡No, por favor! ¡Si ya nos
estamos acercando al final!
EL: Pero yo…
LUCY: Quédese, quédese, que ya arreglé el dormitorio
EL: Estoy cansado de que me tomen el pelo
MARILYN: Habrá dormitorio, habrá.
EL: Sí es así, vayamos.
MARILYN: Falta. Todavía falta.
EL: Ya te dije que…
MARILYN: Falta el final, una copa, y después, nuestra noche. Noche
inolvidable. ¿Qué te parece? Dejame hablarte de él
EL: ¿Ahora, quién?
LUCY: Escuche, escuche.
MARILYN: Hacía tiempo que le había echado el ojo al colorado, a Mr.
president. Estaba segura de que yo tenía condiciones como para llegar a
primera dama. La otra, esa tal Jackie, bien valía que la despachara. No era
más que una simuladora. Supo trepar bien para conseguir al tipo más
importante, y se disfrazaba de virtuosa con esos trajes ridículos y esa caja de
bombones que se ponía en la cabeza…. La imagen que pretendía dar era la de
un ama de casa perfecta, yo en cambio, la prostituta…Pero iban a tener que
reconocer que podía dominar al grande y echar a la perra. No aguantaba ser
solo una amante más, y decidí hacerle un llamado (imita llamada telefónica)
….Hola querida Jackie…
LUCY: (interpreta a la otra) ¡Hola!
23

MARILYN: ¡Sí! ¡Soy tu gran amiga Marilyn!


LUCY: Sí, preciosa, ya reconocí esa voz melosa y vulgar que anda por todos
lados
MARILYN: Gracias, muchas gracias, amor, quería decirte que admiro tu
sobriedad, y que pienso siempre en vos.
LUCY: Oh, para mí, eso es un honor.
MARILYN: Quizá no lo sea tanto cuando te diga que he tenido un aborto de tu
maridito
LUCY: ¡Un aborto!, ¡oh, que pena! ¡Sin duda hubiera sido un niño tan
hermoso!
MARILYN: Por supuesto, y no como los tuyos. Pero no faltará oportunidad. Lo
que en realidad quiero…
LUCY: ¡No! No es necesario que lo digas, hace rato que estoy al tanto.
MARILYN: Me alegro entonces de que sepas que pienso quedarme con él, y
entonces sí, rodearme de bellos niños
LUCY: ¡Pero qué alegría! Eso es justamente lo que estaba esperando para
liberarme, de una buena vez, de ese cerdo y de toda la payasada de la
primera dama, que me tiene harta. Por eso, no lo dudes. ¡Te estoy
aguardando, divina!.
MARILYN: Tuve que cortarle…Creo que en el fondo, dijo lo que sentía… Por
esos días, el presidente cumplía años y ella no fue al festejo. Yo no podía
faltar, y aunque me sentía en el limbo, abandoné mi filmación y me aparecí
en la ceremonia oficial…(recuerda como apareció cantándole) “Hapy
birthday, to yo…Hapy birthday to yo…Hapy birthday, Mr president, happy
birtday toooo youuu”….Pude terminar la canción, debajo de los reflectores,
frente a dos mil personas, y ni siquiera me caí de drogada. Después, viví con
él nuestra última noche de amor.
LUCY: ¿Después que le cantó?, ¿esa fue la última? No hay derecho.
MARILYN: Después que le canté, sí, en medio de su borrachera, ese sujeto
pudo armarse de cinismo y me propuso…me propuso…
EL: (interpreta el rol) Darling, como comprenderás, ando muy ocupado en
todas las cuestiones políticas que ya sabés. Demasiado trabajo y poco
tiempo…además…
MARILYN: ¿Además, que?
EL: Hay cosas que no son buenas para un católico…
24

MARILYN: ¿Ahora te acordás de lo que es bueno?


EL: No importa. En cambio, puedo prometerte algo que sin duda te
encantará. Desde ahora vas a poder verte más a menudo con mi hermano. El,
sí que va a tener tiempo suficiente para vos
MARILYN: ¿Con tu hermano? ¿Me querés hacer creer que es lo mismo?
EL: Muñeca, con él compartiste todo. Hasta hicimos el amor los tres juntos,
¿acaso no te gusta tanto como yo?
MARILYN: ¡Hipócrita!
EL: Darling, no es prudente que te pongas así
MARILYN: ¿Cómo pensás que voy a conformarme un manejo tan canalla?
¿De qué me sirvió tanta seducción? ¿De qué me sirvieron tantas drogas y
tantas orgías, si solo pensabas en hacerme a un lado?
EL: Creí que podrías entender mejor a los hombres.
MARILYN: ¡Dios Mío! ¡Otra vez he sido estúpida! Pero no te vas a seguir
burlando. Esto no termina acá.
EL: ¿No, cariño?
MARILYN: ¿Por casualidad sabés qué es lo que soy capaz de hacer?
EL: ¿Seguir conquistando el corazón de los hombres, no es cierto? Y si hay
dinero de por medio, de esto no se habla más…
MARILYN: ¿Sí? ¡Ni te imaginás lo que te espera!
EL: A ver…¿Qué cosa, muñeca, qué?
MARILYN: Tengo una reunión de prensa el siete de agosto. Ahí voy a poder
decir lo que nadie sabe. Voy a ventilar hasta los intereses secretos del estado
que tuve el gusto de conocer entre cama y cama.
EL: ¿Sí? ¿Sabés que no me asustás?
MARILYN: ¿Sí? ¿Sabés que es el desprecio?
LUCY: De verdad, señora que estaba dispuesta a tanto!
MARILYN: Estaba decidida a desenmascarar a los Kennedy, aunque desatara
una revolución.
EL: ¡Roja! ¡De idiología roja!
MARILYN: Sí. Es cierto que decían eso. ¿Qué importaba que tuviera
amistades, por eso iba a ser roja? ¿Qué importaba que el búho haya sido
rojo? ¿Por eso yo tendría que estar de acuerdo con un plan de invasión a
Cuba? Era secreto de Estado, pero me sostenía la ira, y tanto, como para
esperar con impaciencia que llegara esa fecha
25

EL: Y dos días antes, te mataron.


MARILYN: Fue una confabulación. En eso también participaron mi mucama y
mi fiel psiquiatra que conocía mi intimidad y hasta fue el que firmó mi acta
de defunción. Nadie pudo entender por qué llamaron a la policía tantas horas
después. Había que disfrazar la escena, mi última escena. La mucama no
podía justificar por qué limpiaba todo y lavaba la ropa en altas horas de la
madrugada. Cómplice absoluta. Borraron todo rastro.
LUCY: ¿Esa mucama, todavía vive?
MARILYN: Todavía
LUCY: Yo sería capaz de ir hasta allá y despellejarla hasta que confiese.
MARILYN: Ya lo sé. Y te lo agradezco
EL: Pero el forense…
MARILYN: Sí. La policía encontró indicios sospechosos. Además mi cuerpo se
veía desfigurado por los golpes. Pero la versión oficial fue suicidio. Se
ocultaron las evidencias y me maquillaron para la exposición. Incluso
desapareció el diario rojo que el psiquiatra me pidió que llevara para escribir
los secretos que le ocultaba. Lo guardaba en un mueble que fue roto.
EL: ¿Pero no fuiste capaz de imaginarte…?
MARILYN: Sí, días antes, le había avisado a un amigo que tenía miedo. Porque
sabía muchas cosas y tanto que algunos decían que era una espía.
EL: ¿No sería que estabas llamando a la muerte una vez más?
MARILYN: Puede ser. Pero la culpa es haber sido tan ingenua…
LUCY: Ingenua. La señora siempre fue una ingenua.
MARILYN: A tal punto que quedé embarazada de multitudes.
LUCY: Yo, en mi caso, soy bastante cerrada de piernas…
MARILYN: ¡Qué idiotez! Tenés que saber que el sexo es parte de la
naturaleza, y yo siempre fui con lo natural. Nunca me importó que me
llamaran lesbiana o perversa, cuando eso era un insulto. Aprendí que no hay
sexo correcto o incorrecto. Solo se trata gozar. Me disfrazaron de primavera,
pero yo soy otoño caliente, de color rojo. Y tengo que reir! Reir cuando estoy
triste porque llorar es demasiado fácil. Y llegar hasta donde nadie llegó. Todo
absolutamente natural. Quiero envejecer sin estiramientos faciales. Tener el
valor de ser fiel a la cara que me han fabricado. ¿Es cómico, no?, pero sepan
que ser un símbolo sexual es una carga muy difícil de llevar.
EL: No…Sí, claro…¿Y ahora?
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MARILYN: Ahora voy a traer lo que falta (sale)


EL: (a EL) ¿Pensará vestirse?
LUCY: No sé. Preguntale por el diario
EL: ¿Qué diario?
LUCY: El diario rojo. Lo tiene ella.
EL: ¿Será cierto que lo tiene?
LUCY: Yo misma se lo vi.
EL: Me cuesta creerlo
LUCY: Pero es verdad. Tenemos que sacárselo
EL: Es extraño que lo haya conseguido, pero pensándolo bien, eso ya no
importa.
LUCY: ¿No importa?
EL: No para nosotros.
LUCY: Pensé que…
EL: ¿Tanto te metiste en la farsa?
LUCY: No, pero ese diario…
EL: Es lo que menos interesa
MARILYN: (Entra con tres copas con champagne) ¿Qué es lo que interesa?.
¿Qué? Vamos, ahora sí, estoy decidida a todo
EL: ¿Todo?
MARILYN: Por supuesto. Me estuve guardando lo mejor, pero antes,
brindemos…
EL: ¿Vas a decir todo?
MARILYN: Sí, pero estoy ansiosa por brindar. Vos también, Lucy.
LUCY: ¿Yo también? ¿Y por quién brindamos?
MARILYN: Por ustedes
LUCY: Por nosotros
MARILYN: Sí, si por nosotros, (Lo hacen)… Está riquísimo , ¿no es cierto?
EL: Es cierto.
MARILYN: Claro que sí. ¡Chin chin! otra vez. ¡Si, por ustedes, vamos!…(beben)
Ahora, quisiera decirles que también me hace feliz comentarles que no soy
tan tonta como parezco. Bebamos, no nos vamos a emborrachar (transición)
Ya me di cuenta de que trabajan juntos.
LUCY: ¿Qué?
MARILYN: Que es hora de sacarse la máscara
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LUCY: Puede ser, ya es hora.


EL: ¿Qué es eso que tenés que decir?
MARILYN: ¿Qué es lo que quieren saber?
LUCY: Lo del viaje
MARILYN: ¿Qué cosa del viaje?
EL: Los documentos, ¿dónde están los documentos?
MARILYN: ¿Qué documentos, cariño?
EL: No sigas de estúpida y largá la clave.
LUCY: ¡Señora, por las buenas!.
MARILYN: No me acuerdo de ninguna clave.
EL: ¿Me vas a obligar a apelar a la fuerza?
MARILYN:¿Fuerza? No creo que te quede mucha.
EL: ¿Qué no? Vamos!
MARILYN: ¿Serían capaces?
LUCY: Dígalo de una vez.
MARILYN: La clave está en la última página del diario.
LUCY: Sujetala, que voy a buscarlo.
MARILYN: Eso, si llegás a tiempo. ¿Sabés que tomaste veneno?
LUCY: ¿Qué? ¿Nembutal?
MARILYN: Algo así.
EL: ¡Apurate, entonces!
LUCY: Yo…
MARILYN: Nembutal, sí, con hidróxido de cloral. Mezcla tóxica
LUCY: Me siento mal…
MARILYN: Puse algo más en el coctel
LUCY: ¡Ay, me ahogo!
EL: ¡La clave, pronto!
MARILYN: Por ahí, por ahí…
EL: (Comienza a sentirse mal) Eh…Era cierto..
MARILYN: Cianuro, si…Nembutal no había, y mucho menos, hidróxido de
cloral
EL: Es cierto…(va perdiendo fuerzas)
MARILYN: Es una lástima que las droguerías de hoy estén tan desprovistas,
por tal motivo no pude cumplir. Hubiera querido que tuvieran el gusto de
saborear… Pero no… Señor, lo veo muy mal…¿No quiere que le alcance una
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píldora para despertar, señor?…¿Eh? ¿No contesta? Y bueno, la gente a


veces se calla. En cambio yo… ¿En qué estábamos? Ah, sí, quiero que sepan
que siempre he sido una niña pequeña en un cuerpo equivocado, que nunca
he podido engañar a nadie. Solo he dejado que los hombres se engañen a si
mismos y que hay cosas que nunca podré olvidar: Tanto como mantener el
cuerpo siempre erguido, la frente alta, seguir anhelando volar sobre una
paloma blanca entre las nubes y más aún, reir, reir porque la vida es muy,
muy hermosa y hay muchos motivos como para seguir soñando. ¡Pupupidu!
Seré inmortal, ¿no es suficiente? (Levanta su copa) ¡Entonces, salud, para
siempre salud!

FINAL
2020
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