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MARILYN DE ALMAGRO
(Obra registrada)
Autor: Carlos Cazila
Tel: 4-374-2841
15-4-172-8732
Ayacucho 670, 8° “A”
(1026) CABA, República Argentina.
carloscazila@gmail.com.
mensaje70@yahoo.com.ar
PERSONAJES
MARILYN………………..Mediana edad
LUCY……………………….Empleada, de edad similar
EL……………………………Periodista, interpreta varios roles
MARILYN: ¡Ah! ¡No! De actores estoy harta, perdón, no te conozco, creo que
en este caso, podríamos considerar.
LUCY: Yo sabía que iban a transar
EL: Nunca había oído de que existía otra Marilyn, y menos, en Almagro. Me
cuesta creerlo.
MARILYN: ¿Y por qué?
LUCY: Creale, creale, es cierto.
EL: Bueno, yo…
MARILYN: Ya te lo voy a demostrar
EL: Quizá no sea tan difícil, si hay sobremesa…
MARILYN: ¿Sobremesa? ¿Quién sabe, ¿por qué no? Tendrás que
convencerme…
EL: Lo difícil será convencer a los demás.
MARILYN: No tanto, si hacemos una buena campaña. De eso, sé bastante…
LUCY: La señora ha corrido muchas…
MARILYN: ¡Callate! No opines
EL: ¿Por qué no hablamos de otra cosa?.
MARILYN: Yo estoy hablando en serio
EL: Y bien… ¿Desde cuándo sentís que sos Marilyn?
MARILYN: Eso fue a partir de una revelación. Sí, tuve una revelación en horas
del sueño. Probé Nembutal.
EL: ¿Nembutal?
MARILYN: Lo mismo que tomaba ella. Es un fármaco que ya no se usa
LUCY: Yo se lo conseguí
MARILYN: No es cierto
LUCY: Déjeme participar. Yo también sé mentir.
MARILYLN: Y yo no. Hablaba del Nembutal, para mí, fue necesario
saborearlo, comenzar por sentirlo desde los labios, que luego inundara mi
paladar, ingerirlo después… y así fue como finalmente se me apareció ella;
ella, es decir, yo, y terminé de convencerme.
EL: ¿Por qué decís terminé de convencerme?
LUCY: Porque la señora siempre tuvo ese raye. Perdón.
MARILYN: Desde siempre sentí que era Marilyn, sólo que a partir de ahí me
quedó absolutamente claro. En mi último viaje a Estados Unidos fui a buscar
datos precisos, pero nada fue nuevo para mí. Ya sabía todo de antemano.
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LUCY: ¡Eso!, ¡es un orgullo que a una le encajen los genes, que joder!
MARILYN: Los genes, sí. Ella trabajaba en Holliwood, aunque en algo decente.
No, no quiero decir que ponga en duda la moral de Holliwood, dios no lo
quiera.
EL: ¡No! ¡Quién piensa!
MARILYN: Mamá trabajaba en el laboratorio. Cortaba el negativo. Meta
cortar y cortar. Dale y dale con la tijera Tuvo montones de amantes, y dale,
dale, seguía, seguía cortando. Cortaba el negativo, cortaba con los amantes.
Cortaba con todo. Más tarde, alguien le dijo que eso representaba la
castración psicológica y por eso dejó la cortadura. ¿Será cierto eso de la
castración?
EL: ¿Vos qué pensás?
MARILYN: ¿Qué? ¿Ahora te vas a hacer el psicoanalista?
EL: No, pero pensá…
LUCY: La señora no piensa. Perdón.
MARILYN: No pienso, no. Mamá supo gozar de un diagnóstico de
esquizofrenia paranoide. La perseguían cucarachas, algún que otro reptil y
diversas alimañas en general, pero al fin logró el lugar que se merecía
EL: Menos mal.
MARILYN: Sí, hubo que internarla… ¡Ah!, mis orígenes. Ella trató de
abortarme pero de tan inútil que era, no le salió, y el resultado final fui yo.
No es hermoso? Con ella, hasta teníamos diálogo.
EL: ¿Diálogo? ¿Qué tipo de diálogo?
MARILYN: Yo le preguntaba a cada rato qué hora es, si hacía buen tiempo y
hasta el nombre de mi padre.
EL: ¿Y ella lo sabía?
MARILYN: Sí, me dijo que Clark Gable.
LUCY: ¡Ay, que buen mozo!
EL: Y… en cuestión de gustos…
MARILYN: Sí, Clark Gable, el mismo que treinta años después sufrió un
ataque al tener que filmar conmigo, pero antes de morir me hizo la
revelación…Me dijo…Me dijo…
EL: Sí, el habrá dicho algo así como: (interpreta a Clark Gable) Mi pequeña,
fue necesario llamarte para que aún con muy pocas fuerzas puedas saber, y
de mi boca, la verdad que tantas veces buscaste.
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MARILYN: ¿De qué se trata padre?, ¿de qué? Hablá, por favor.
EL: Sí, lo que ocurre es que…En realidad, nunca me crucé con tu madre.
MARILYN: ¿No? Morite tranquilo entonces…. Fue todo un honor para mí,
enterrar a ese impostor.
EL: Al fin se cayó una mentira.
MARILYN: Si, me hizo muy feliz mandarle flores
LUCY: ¿Por qué no cuenta de su abuelita?
MARILYN: Abuelita, asimismo fue maravillosa. Ella también con esquizofrenia
paranoide. Siendo yo muy chiquita, entendio que lo mejor que podía hacer,
era ahogarme, tratando de asfixiarme con una almohada, pero tropezó y se
cayó de cabeza.
EL: ¿Murió en el accidente?
MARILYN: No. La salvó la almohada.
EL: Entonces, gracias a la torpeza de esas grandes madres es que pudimos
disfrutar de Marilyn
MARILYN: Disfrutar, eso mismo. Felizmente, llegaron los orfanatos, y ahí, por
supuesto, todo brillaba. Ramilletes de niños y niñas muertos de hambre que
soñábamos con ser rubios… Yo me lucía barriendo, lavando, y hasta guisando
frijoles.
LUCY: Eso no sé qué es.
MARILYN: Ni falta que hace…Me veían tan simpática que siempre me
adoptaban. Así, pasé de casa en casa, aquellos dulces hogares donde nunca
olvidaré entrañables aprendizajes. En ese ir y venir, tuve mi primera violación
a los ocho años. El era un caballero muy venerado. Cerca, muy cerca de su
cuarto, me dijo suavemente: “Pasa, pasa, mi pequeña”. Yo le obedecí,
después me sonrió y cerró con llave. Ahí empecé a asustarme, pero no me
atreví a gritar. Me puso sus brazos encima y luché con todas mis fuerzas,
pero logró sofocarme mientras me decía que me portara como una buena
niña. Cuando terminó, abrió la puerta y me hizo salir d un empujón. Yo le
conté a la dueña, pero me contestó que jamás dijera nada, porque era un
buen hombre y me había tirado una moneda para comprar un helado.
EL: ¿Y así quedó todo?
MARILYN: Me persuadieron con eso de que él era honesto, pero después
sufrí más y más violaciones por parte de otras honorables familias.
EL: ¿Y también te mantuviste callada?
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MARILYN: Yo tenía que decir ¡hello! cuando veía la lucecita, y hasta grité de
placer, placer, mucho placer… nunca caí en un jueguito tan loco, lloré de
alegría, ¡y así, me hizo entender la relatividad, y todo, todo…!
LUCY: ¿Todo, todo, todo?
MARILYN: No preguntes. Ya hablé de mi coeficiente intelectual.
EL: (Como para sí mismo) Sí, pero lo importante es demostrarlo.
MARILYN: No sé qué quisiste decir.
LUCY: Sí que sabe, sí que sabe…
EL: Coeficiente…Vaya a saber cómo lo consiguió
MARILYN: No me importa lo que opinen los idiotas. Yo, con un coeficiente
más alto que el de Einstein, necesitaba algo más
EL: Sí. Yo sé qué.
MARILYN: No. Nadie supo, pero con ese coeficiente tenía que dejar de
mostrar solo mis tetas y culo. No me quedó más remedio que echarle el ojo
al intelectual de moda.
LUCY: ¡El búho!
EL: Más te hubiera convenido aceptarte como sos.
MARILYN: ¿Qué decís? Si bien, él era estéticamente poco menos que un
escracho, eso es perdonable.
EL: ¿Sos de perdonar mucho?
MARILYN: En todos mis matrimonios hubo algo así como… un asco mutuo.
Pero él hacía gala de culto. Fue así como formamos un dúo de famosos: “el
búho y la gatita”, con la particularidad de que él tenía la paciencia de
escucharme.
EL: ¿Querés decir que los otros no te entendemos?
MARILYN: Eso mismo
EL: ¿Y qué es lo que hay que entender? ¿No estaba todo a la vista?
MARILYN: No me ataques. Bastante me golpearon otros. Golpes físicos y
golpes de todo tipo
EL: ¿Y con aquél fue mejor?
LUCY: No. Le fue para la mierda.
MARILYN: El búho era silencioso, respetuoso, me comprendía. El me enseñó
que yo necesitaba un padre. Más tarde me dí cuenta de que lo único que le
interesaba era tener material y hacerse más famoso. Llegué a increparlo.
EL: Tarde, piaste
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hidróxido de cloral. Era una mezcla toxica, pero me recetaron eso. Parece
que me querían matar.
EL: Bueno yo…
MARILYN: ¿Qué pasa?
EL: Y… eso de que el psiquiatra le recetaba veneno.
MARILYN: Es cierto. Solo que yo no tenía conciencia.
EL: Está bien. De cualquier manera, en todo esto, no hay nada que me resulte
nuevo.
MARILYN: Seguramente pensaste que contaría anécdotas de películas.
¿Querés que hablemos de eso?
EL: No es necesario. Las he visto todas. No es un tema que me interese…
MARILYN: ¿Qué? ¿Vos también vas a dejarme? ¡No, por favor! ¡Si ya nos
estamos acercando al final!
EL: Pero yo…
LUCY: Quédese, quédese, que ya arreglé el dormitorio
EL: Estoy cansado de que me tomen el pelo
MARILYN: Habrá dormitorio, habrá.
EL: Sí es así, vayamos.
MARILYN: Falta. Todavía falta.
EL: Ya te dije que…
MARILYN: Falta el final, una copa, y después, nuestra noche. Noche
inolvidable. ¿Qué te parece? Dejame hablarte de él
EL: ¿Ahora, quién?
LUCY: Escuche, escuche.
MARILYN: Hacía tiempo que le había echado el ojo al colorado, a Mr.
president. Estaba segura de que yo tenía condiciones como para llegar a
primera dama. La otra, esa tal Jackie, bien valía que la despachara. No era
más que una simuladora. Supo trepar bien para conseguir al tipo más
importante, y se disfrazaba de virtuosa con esos trajes ridículos y esa caja de
bombones que se ponía en la cabeza…. La imagen que pretendía dar era la de
un ama de casa perfecta, yo en cambio, la prostituta…Pero iban a tener que
reconocer que podía dominar al grande y echar a la perra. No aguantaba ser
solo una amante más, y decidí hacerle un llamado (imita llamada telefónica)
….Hola querida Jackie…
LUCY: (interpreta a la otra) ¡Hola!
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FINAL
2020
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