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SI TENGO SUERTE

Griselda Gambaro

Dos sillas.
Entra MATILDE, una mujer mayor, de aspecto firme y decidido. Guía a GRACIELA, quien la sigue
lloriqueando mientras estruja un pañuelito. GRACIELA tiene aspecto atemorizado, aire muy
simple. Calza zapatillas ordinarias. Durante toda la acción, a cada réplica dura de MATILDE,
GRACIELA intentará levantarse y MATILDE la vuelve a sentar sin interrumpir el diálogo.

MATILDE: Sentate.
GRACIELA (se sienta): Gracias, señora.
MATILDE ¿Por qué te dejás pegar?
GRACIELA: No me dejo pegar. Se enoja y...pega.
MATILDE: ¿En esta época? ¿ Te imaginás que uno me ponga a mí las manos encima? ¡Lo deshago!
GRACIELA: Usted es fuerte
MATILDE: ¿Por qué te pegó?
GRACIELA: Nada. Tiene esa costumbre.
MATILDE: ¡Qué bien! ¿Y lo permitís?
GRACIELA: No, señora. Yo no permito nada. Él, por su cuenta... ¡Pero no es malo! Había tomado
unas copas. Jugó y perdió...
MATILDE: Yo te voy a enseñar ciertos principios, moral, querida. ¡Tiene que haber respeto entre
hombre y mujer! Si no, ¡no ha matrimonio que aguante!
GRACIELA: (tímida): No estamos casados.
MATILDE (Interesada): No?
GRACIELA (modesta): Es nuevo
MATILDE: ¡Ah! ¡Pero vos cambiás uno todo los días! (GRACIELA intenta levantarse) Este es el
segundo.
GRACIELA: (modesta): El tercero (piensa) O cuarto... (Ríe tontamente) No me acuerdo...
MATILDE: En ciertas cosas es mejor prestar atención, m´hijita. (Extática) ¡Qué abundancia! ¿De
dónde sacás tantos hombres porque yo... (Se recompone) Es hora de que aprendas.
GRACIELA: No puedo
MATILDE: Te enseño. Confiá en mí que yo, sobre hombres, sé todo. Decime, ¿cómo viene de la
calle?
GRACIELA: Caminando.
MATILDE: No. ¿Cariñoso, pesado?
GRACIELA: Pesado
MATILDE: Pesado ¿cómo?
GRACIELA: Y... pesado, quiere desahogarse. No tenemos perro.
MATILDE: Para patearlo.
GRACIELA: (contenta): ¡Sí! ¿Cómo se dio cuenta? Y como yo estoy a mano... (sonríe)
MATILDE: Se divierte.
GRACIELA: ¡No, no! Viene muy serio. Empieza pidiéndome el mate, y después rezonga, que está
frío, o caliente, o...
MATILDE: Y vos, ¿nada?
GRACIELA: No, yo nada, Yo cebo.
MATILDE: Hasta que te lo tira por la cabeza.
GRACIELA (contenta): ¡Sí! ¿Cómo adivinó?
MATILDE: ¡Mirá que sos pava! ¿Y después?
GRACIELA: Y después se arrepiente. Quiere darme un beso y yo no quiero.
MATILDE: ¿Y qué pasa?
GRACIELA: Y ... se pone furioso. Me dice...hembra desagradecida.
MATILDE (muy asombrada): Hembra ... desagradecida. ¿Y por qué?
GRACIELA: Porque cuando está de buen humor, me trae regalos.
MATILDE: ¿Qué?
GRACIELA: Y... porquerías que ve por ahí. Pulseras que se rompen y...vestidos horribles. ¡zapatillas!
MATILDE: A caballo regalado, no se le miran los dientes. (GRACIELA intenta levantarse) Y decime,
¿después?
GRACIELA: ¿Qué voy a hacer después? Lloro.
MATILDE: ¿Y él se ablanda?
GRACIELA: Sí.
MATILDE: ¡Bueno! Tiene buen corazón. ¿Te besa?
GRACIELA: Sí. Donde quiso pegarme. (Se señala). Me besa toda la mejilla. Se muerde los dedos.
MATILDE (muy asombrada): ¿Él? ¿Para qué?
GRACIELA: Como castigo.
MATILDE: (conquistada): Es tierno. (Bruscamente) ¿Cuántos años tiene?
GRACIELA: Treinta y dos.
MATILDE: Linda edad... Y no hay edad para el amor...(suspira) ¿Es mujeriego?
GRACIELA: No. No mira a ninguna mujer más que a mí.
MATILDE (indignada): ¡Pero vos la ligaste todas! ¿Es un buen mozo? ¿O tiene algún defecto?
¿Tuerto? ¿Rengo?
GRACIELA: No, señora. Es apuesto. Delgado, alto, morocho...
MATILDE (termina, incrédula): Y con ojos azules.
GRACIELA: Sí.
MATILDE (no lo soporta): ¡Rajá! ¡Rajá de acá!
GRACIELA (llora y va hacia la puerta): ¡Yo se que nadie me quiere!
MATILDE (corre a buscarla): Perdoname. Quedate. ¿Por qué te ofendiste?
GRACIELA (mansa): Tiene mal genio, señora.
MATILDE (tiernamente venenosa): Sí. ¡Pero no con vos, que sos una dulzura! Sentate. Descansá.
(La acaricia) ¡Pobrecita! Yo te cuido, no te preocupés

GRACIELA: ¿A dónde va señora?


MATILDE: Quedate aquí. Es tu casa. Descansá. ¡Deseame suerte!
GRACIELA (en las nubes): ¿Para qué ,señora?
MATILDE: Le cebo un mate.
GRACIELA: Tenga cuidado. Si no le gusta, se lo tira por la cabeza.
MATILDE: Entonces yo le tiro el mate y la pava. Y después, para consolarlo, si tiene suerte, lo
beso...

TODA LA VERDAD

Un living. Sobre una pared, un cuadro colgado de un hombre. Está la MADRE sentada en un sillón,
esperando impaciente. También está la abuela. Llega Bruno, tratando de no hacer ruido.

MADRE: ¿Tenés idea de la hora que es?

BRUNO: La una, la una y media.

ABUELA: ¿La una y media mocoso de porquería?. Las cuatro

M: ¡Las cuatro de la mañana, mocoso de porquería!

B: ¡Noooo!

A: No te hagas el estúpido, ¡infeliz!.

M: Te hacés el que no sabés la hora que es, te hacés el estúpido, ¡estúpido!

B: Pará, pará! ¿Qué les pasa?

A: ¿Qué nos pasa?

M: ¿Todavía preguntás qué nos pasa? Que nos van a matar vos, eso nos pasa, vos y tu hermano
nos van a matar. Lo que están buscando es eso, que me de un síncope y me caiga redonda al
suelo.¡Recién ahí vas a estar contento!

A: ¡recién ahí!

M: Pero no te voy a dar el gusto.


A: No te va a dar el gusto.

M: Te juro que hasta el día que reviente como una bestia por los disgustos que me dan vos y tu
hermano, te juro que hay un Dios, te voy a tener cortito y te voy a poner en vereda.

A: Pero te digo, eh, te digo hasta ese día metete en la cabeza que a tu madre la vas a respetar.

M: Porque la vas a respetar. Y si hay algo que me saca de quicio y me revienta es que vengas con
esas historias, con esas mentiras.

B: ¿Qué mentiras? Lo que pasa es que ustedes se enojan...

M: ¿Qué mentiras decís?

A: ¡Sarnoso! ¿nos podés decir dónde estuviste que volvés a las cuatro de la mañana?

B: Fuimos con Valija y Luchi a...

M: Cuando no, ¡Cuándo no! ¡Cuándo no ibas a estar con esos dos... con esos dos... Vagos,
atorrantes.

B: Fuimos con ellos... al pool de esteban.

A: ¿El que está al lado de la panadería?

B: Sí... si.

M: ¿El que tiene pintadas unas cosas en dorado en los vidrios?

B: Sí, qué se yo... creo que sí.

M: ¡Basura!

A: ¡Basura! ¡Porquería!

B: Pero... pero... ¿por qué?

M: ¡Te dije que no me mintieras!

B: pero, ¿por qué?

M: porque el señortio es tan vivo, tan vivo es el señorito que ni siquiera le da la cabeza para
inventar una mentira. Porque ni siquiera te da la cabeza para pensar que la pobre burra de carga
de tu madre también anda por la calle, ¿sabés?

A: Anda por la calle haciendo las compras.


M: Y hoy pasé por ese pool, ese que vos decía. ¡¡Y estaba cerrado!! ¡¡Cerrado por duelo!!

B: No puede ser, habrá sido a la tarde.

M: ¡¡Calláte!!

A: ¿Dónde estuviste, BRUNO, dónde estuviste?

B: Fuimos a la farmacia

M: ¿Por qué a la farmacia? ¿A que farmacia?

B: Acá a la de Don Flores

A: ¿me querés decir que fueron a hacer ahí?

B: El valija andaba buscando no se que cosa. Unas pastillas. Unas anfetaminas que se yo, se da
con eso.

M: Mira BRUNO, mira. Me parece que estas inventando…

B: ¡No, no, te digo que no! ¡Es cierto!

A: Mira que podemos hablar con Don Flores a ver si estas diciendo la verdad.

B: si querés, llamá. Si querés, llama… Pero es difícil que Don Flores te atienda porque el valija le
pegó en la cabeza con un fierro y lo hizo moco.

M: ¡No te creas que yo, por ser de noche no soy muy capaz de agarrar el teléfono y llamar a quien
sea con tal de averiguar si estas mintiendo como mentís siempre! ¡Mocoso de porquería!

B: Yo lo único que te digo… no se movió mas para mi que…

A: Pero podemos llamar a Lujan la Mujer.

M: … Yo agarro el teléfono, llamo a Lujan y ella me va a aclarar…

B: ¡Pero llamala, llamala! ¡Andá, llamala si querés!

A: Ya la vamos a llamar, la vamos a llamar

B: Ella por ahí sí te va a poder atender. Si es que esta en su casa porque salió rajando para afuera,
para la calle, y yo la alcancé a pegarle con la cadena. Pero no se cayó. Alcance a pegarle por aquí,
por la cabeza, al costado de la cabeza y el cuello, el hombro no le di bien. Pero no se cayó y siguió
corriendo para afuera. Le hice sangre eso si.
A: Ella me va a decir. Vas a ver que me va a contar.

M: Es que te he dicho una y mil veces… no tolero que mientas. Me pone frenética que mientas, vos
y la otra de tu hermana. Es lo primero que he tratado de inculcarles. ¡Lo primero! Bueno…

A: ¿tenés hambre?

M: ¿Querés que te calentemos algo?

La terapia 

Consultorio del Dr. OlofNorén, en Estocolmo, Suecia, treinta grados bajo cero, neviscas.

En escena, el Dr. OlofNorén, solo, cavilando cosas, tirando piedritas.

Golpean la puerta.

DR. OLOF NORÉN: Oh. Ha de ser ella, Agnetta. 

Encarnación Auster, vestida como para ir al Polo, pero elegante, y con mucho plateado.

ENCARNACIÓN: Doctor, su terapia me hace mucho bien. Pensé en su consigna, doctor.


Recordé que yo hablo castellano, que siempre hablé castellano. 

DR. OLOF NORÉN: Ah, entonces estamos hablando de grandes progresos. Póngase
cómoda, pase pase.

ENCARNACIÓN: Quiero  hacer terapia con traductor, doctor Norén. Mis sentimientos se
desbloquean  cuando los saco en castellano. (Le da unos discos)

DR. OLOF NORÉN:Ok, vi skaanvandaossavnágraav era skivor, vamos a utilizar algunos de


sus discos, puede ser?

ENCARNACIÓN: claro, si yo soy una de las dos cantantes de ABBA.

DE. OLOF NOREN: ¡Yo sabía! Me muero de la enorme emoción y la casualidad. ¿Usted cuál
de las dos es, la rubia o la morocha?

ENCARNACIÓN: Yo soy la rubia.


DE. OLOF NOREN: ¡No me lo va a creer nadie! Yo aprendí inglés con sus discos, Agnetta,
que son en inglés y no en sueco, nunca supe por qué.

(EL Dr. Se prepara para hacer la terapia). Pa en omedvetenniváminns ni


erangestfylldaforflutnaochfornekardet, En un estadio subconsciente usted recuerda su
angustioso pasado y lo oculta. Usted ocultó todo para luego volcarlo en sus canciones.
Haremos terapia de hipnosis, y usted podrá recordar.

(El Doctor pone la música. La canción es el tema musical de "Velita".)

ENCARNACIÓN: Ésta es la canción de Velita... ¿Por qué habré hecho yo una canción así,
tan triste? (se escucha la canción del disco de ABBA) ¿El sol? ¿Velita? ¡El sol, doctor! ¡El
eclipse! Ahora lo recuerdo. ¡Ay, pero qué chambona! La profecía. El eclipse, la partera.

DR. OLOF NORÉN: Recuerde.

ENCARNACIÓN: Lo recuerdo, doctor, qué doloroso. Hubo un hombre en mi vida. Quedé


embarazada y tuve dos hijas. En casa debí ocultarlo, porque mi familia era muy estricta.
Por cierto, no me llamo Agnetta, sino Encarnación. Y el día del eclipse nacieron mis hijas.
La partera habló de la profecía: los mellizos que nacen en el eclipse están malditos. La
partera me dijo que una iba a estar siempre condenada  a crecer a la sombra  de la otra. 
La una iba a tenerlo todo,  y la otra,  nada. Pobrecitas.

DR. OLOF NORÉN: Es terrible. Es folklore. ¿Qué hizo usted?

ENCARNACIÓN: Sólo podía conservar una hija, ¿entiende, doctor?

ENCARNACIÓN: Así que tuve que escoger. Prendí dos velas, una por cada niña, y decidí
quedarme con aquella cuya vela durara más tiempo. Una se apagó, la otra quedó
prendida.  Así que llamé a la pobre desheredada Velita, y me quedé con la otra, Candela.
(Explota en llanto.) ¡Ay, mis nenas, mis chiquitas!

DR. OLOF NORÉN: ¿Las entregó a las dos?

ENCARNACIÓN: No, sólo una, Velita, ¡mi Velita!, la otra se la entregué a mi hermana
Felicia, es un desquicio. Me tengo que ir, me tengo que ir. Hay tanto por hacer. Tengo que
volver a recuperar a mis hijas, tengo que volver a ese país, a la Argentina, y reparar mi
error. ¡Gracias, doctor! Muy bueno, su trabajo. (Se va.)
4.El PH

El precario PH donde Velita vive con su madrastra, Wilma, su hermanastra, Alba, y la


familia Setúbal; Franco y su hija ciega, Genoveva. 

YENNY: Bueno, entonces nos entendemos. Yo hago el relevamiento social del barrio, soy
una vecina más, formo parte de un grupo de mujeres... de una red. 

WILMA: Sí, sí. 

YENNY: Soy una mujer en una estructura vertical. 

WILMA: Sos una manzanera. 

YENNY: Sí, sí, es una estructura... lo que yo hago es relevamiento social. 

WILMA: Ah. ¿Vos qué me querés explicar? ¿La estructura del justicialismo? 

YENNY: No

WILMA: ¿Vos sabés cuánto hace que no vemos un churrasco, nosotros? 

YENNY: En eso consiste el trabajo, en que nos conozcamos, me digas qué les pasa como
familia, yo también tengo necesidades. 

WILMA: ¿Querés tomar algo? Velita, andá y preparale un jugo a Yeny. Hay Tang de pera.
Ponele el sobre entero. ¿Por qué no empezamos con las preguntas?

YENNY: No, no, primero lo de los bonos. El lunes es la marcha del Sí, tienen que estar a las
seis de la mañana y cuando suben al micro le dan esta reserva a Tuqui. ¿Cuántos bonos les
dejo? 

Entra Velita.

WILMA: Velita va, dale, nena, deciles a tus amigos del frigorífico, más Franco, W
Washington y algún otro, suman unos cinco o seis. 

YENNY: ¿Quién es Franco? 

VELITA: Franco es el señor que la atropelló a ella con el taxi y vinimos a vivir acá con él. 

WILMA: Es lo mínimo que podía hacer, después de arruinarme mi carrera de bailarina. 

YENNY: Bueno, ok, te dejo una a vos.


WILMA: Yo no voy a ir, mirá cómo tengo la pierna. Acá tengo un clavo de plástico, porque
no tengo obra social y el de metal era inalcanzable. Che, toca Gieco? 

YENNY: Todavía no confirmó ningún artista. Piero seguro, pero otros... 

WILMA: Dejame un bono más para Genoveva. 

YENNY: ¿Quién es Genoveva? 

WILMA: Es mi hija de crianza. Es la hija ciega... anote eso que puede servirme para
conseguir tres subsidios: el mío, el de la ciega, y el del depresivo de Franco, que ya hace
cuatro años que no trabaja y vive todo el día tirado en la piecita de arriba.

YENNY: No, te equivocás. No es por acumulación de invalidez... 

Aparece Genoveva, la cieguita. La traen Alba y Velita.

GENOVEVA: (a sus hermanas): ¡Me enamoré, chicas, me enamoré! 

VELITA: ¿De quién?

GENOVEVA: De él. (Señala la foto de un hombre estampada en su remera, es la foto de


Julio Tramutola, de civil) Fui a buscar la ropa al Laverrap y la señora me dio una remera de
más, una remera que no es nuestra, es la que llevo puesta, esta que abriga mi corazón, yo
no lo conozco pero el amor tiene sus caprichos, y ahora siento que no puedo vivir sin él
¿Quién será?... 

VELITA: ¿cómo te das cuenta cómo es? 

GENOVEVA: (tocando la remera): Al tacto. La señora del Laverrap me preguntó lo mismo,


me dijo: “Llevátela, si querés, ciega de mierda. Habrá pensado que lo que yo quería era la
remera, pero yo lo que quiero es a él. 

VELITA:¡Ojalá yo pudiera tener esa misma certeza, amar ciegamente, que lindo y qué
difícil 

WILMA: Nena, más respeto, que estamos tramitando la miseria. Disculpe Yeny, no la vio,
bueno, no la ve; ella es Genoveva, mi hijastra... la hija de Franco. 

GENOVEVA: Ay, perdóneme, no la escuché, usted debe ser la señorita Benítez, qué bueno
que ya vino, porque ya estuvo en todas las casas del barrio y acá no. 

YENNY: Hola, ¿cómo estás?... (Con Wilma). ¿La chica va al colegio? 


WILMA: ¡Qué va a ir, si la pobrecita no puede ni cruzar la calle sola! Al Laverrap va porque
es acá al lado. Y porque no quiere lavar a mano, la yegua, dice que el jabón le hace
acordar cosas. 

YENNY: ¿Es ciega de nacimiento? 

WILMA: No sé, ¿a ver? Che, ¿vos veías, antes? 

GENOVEVA: No, me parece que no. 

VELITA: Yo iría a la marcha pero Huguito no me deja. 

WILMA: Huguito te da de comer?

VELITA: No, pero sí, me da conocimientos, es mi patrón que me paga con mi propio
trabajo, que se llama plusvalía. 

VILMA: Toca Gieco, un artista completo.

VELITA: Bueno.

YENNY: Te anoto, ¿cuál es tu nombre?

VELITA: Velita. 

YENNY: Pero no te puedo anotar como Velita, decime otro nombre. 

VELITA: Pero yo no quiero otro, yo soy Velita. 

YENNY: Pero, ¿qué es? ¿Un diminutivo? Te llamás Vela?

VELITA: Velita. 

YENNY: Ya sé, te voy a poner Wilma. 

VELITA: No! Wilma no!

YENNY: ¿Trabajan ellas? 

WILMA: No, bueno, hacen changuitas, si se pueden llamar así. 

VELITA: No, si yo trabajo... Lamentablemente hoy perdí el presentismo de este mes, por un
malentendidito, pero igual voy a luchar para no perder o el del mes que viene. 

WILMA: No, tonta, eso no se toma como trabajo.

YENNY: Listo, sos pobre. 


VELITA: No, no... (Se va llorisqueando.) 

YENNY: Necesitaría algún papel de la vivienda para sacar algunos datos. 

WILMA: Los papeles de este PH los tiene Franco bajo llave. 

YENNY: Qué lío. Porque acá me ponen en la planilla: “Marcar con cruces: tienen papeles,
no tienen papeles, son propietarios, alquilan, se quedaron”. ¿Ustedes no tienen nada? 

WILMA: Todavía no... por ahora. 

YENNY: Bueno, entonces les dejo bonos a todos para la marcha del Sí.

WILMA: Yo no voy, me llega a girar en falso la pierna escalando el Congreso y caigo


redonda y sin cobertura. 

YENNY: (hastiada, fracasada, llama por celular a alguien para que la pasen a buscar):
Hola, soy yo, dame con Aluche. (...) Álvaro, soy yo. Por favor mandame a alguien que me
venga a buscar... Un desastre, no va a venir nadie. (A Alba) Disculpame, ¿cómo se llama
este barrio? 

GENOVEVA: El Chacal, le dicen.

YENNY: Y para llegar desde la ruta, ¿cómo se hace?

GENOVEVA: ¿Viniendo de Camino Negro? Hay que desviarse en la Shell, decile que evite el
kilómetro treinta y siete. Que es éste.

YENNY: Escuchaste a la chica. (Escucha.) No sé, no sé si tienen papeles, dicen que los tiene
bajo llave. ¿Me vienen a buscar? Bueno, mandame a alguien ya. (Corta y sale.) 

ALBA: Si te vienen a buscar esperá acá adentro, porque si lo hacés afuera, a esta hora,
siendo tan linda, date por violada.

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