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¡Cómo está el vecindario!

Antonia: Marisol, limpiadora y cotilla. Hermana de Ángeles.

Fina: Ángeles, la empastillada. Hermana de Marisol.

Amparo: Luísa le acaba de tocar la bonoloto.

Juan: Pepe, Marido de Luisa, no se aguantan.

Manolo: Ricardo el caracolero, marido de Violeta, siempre va con la caja de caracoles.

Carmen: Violeta mujer de Ricardo, trabaja con Mari Y Paqui haciendo animaciones.

Mari: Celestina, trabaja con Violeta y Paqui haciendo animaciones.

Mari Cruz: Eugenia, vendedora de Avón, obsesionada.

Tere: Paqui, una ex-estrella, ahora trabaja con Mari y Violeta.

DIRECCIÓN: Eva Latorre

Entrada de un edificio con portería en la derecha del escenario, un mostrador y una planta y
en la izquierda una mesita de recibidor y un silloncito, en el centro está el ascensor.

Hay tres luces 1: ilumina la portería y boca escenario 2: ilumina descansillo y boca escenario.
3: Ascensor

(se ilumina portería)

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ESCENA I
Entran las dos hermanas MARISOL Y ÁNGELES (Antonia y Fina) y suben al ascensor. Se
enciende la luz marcando el ascensor y se baja el resto.
MARISOL: Espérate a que lleguemos.
ÁNGELES: Ya estamos en casa.
MARISOL: Estamos en el ascensor.
ÁNGELES: Que es la antesala de nuestra casa.
MARISOL: El ascensor es público y la casa es privada, hay una diferencia.
ÁNGELES: Vamos solas.
MARISOL: Allá tú. No sé qué tendrán esas pastillas, te las recetaron por el dolor en el tobillo
y aunque ya andas garbosa te las sigues tomando.
ÁNGELES: Son formidables, dan firmeza al esqueleto y flexibilizan los músculos.
MARISOL: ¿Y no producen euforia?
ÁNGELES: Un poco.
MARISOL: Te estás drogando Ángela.
ÁNGELES: De todo te quejas, me tomo unas pastillas para sentirme mejor y me llamas
drogadicta.
MARISOL: Llamo a las cosas por su nombre.
ÁNGELES: Por supuesto que son drogas, todas las medicinas lo son.
MARISOL: Esto es diferente, tienes ansia…te las tomas cuando ya has terminado el
tratamiento.
ÁNGELES: Hay que prolongarlo para que sea efectivo.
MARISOL: ¿Y los efectos secundarios?
ÁNGELES: Tienen menos que un caramelo.
MARISOL: Sí tienen y se notan, bizqueas cuando me mientes.
ÁNGELES: No (bizquea y se va poniendo más nerviosa)
Se para el ascensor y salen, se ilumina la parte izda. Del rellano. Y ellas salen del
escenario mientras discuten.
MARISOL: ¿Ves? Ves como sí, lo has vuelto a hacer…
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Salen de escena.
ESCENA II

Entran a escena hablando, VIOLETA Y RICARDO (Carmen y Manuel) él con la caja con los
caracoles. Llaman al ascensor y mientras esperan.

VIOLETA: Ricardo, tenemos que hablar.

RICARDO: Un momento Violeta, termino este ejercicio de relajación con ellos y estoy
contigo enseguida…(abre la tapa y les hace indicaciones de inspirar y expirar, y vuelve)

VIOLETA: A mí ya nada me sorprende después de esto.

(Suben al ascensor se enciende la luz como si estuviesen dentro y se baja la luz de todo,
sonido del ascensor. Bajan)

RICARDO: ¿dime, ocurre algo?

VIOLETA: Ocurre que yo no puedo más…¿Tú sabes el tiempo que pierdo limpiando la baba
de caracol de todas partes?

RICARDO: ya lo sé... yo intento que vayan sólo por el carril de entrenamiento, pero están un
poco rebeldes... las ganas por competir les hace estar más nerviosos de lo normal.

VIOLETA: Pero ¿no te habían concedido un préstamo para construir una pista de
entrenamiento?

RICARDO: Bueno…(titubeando) el director del banco está decidiéndose, pero yo creo que
ya lo tengo convencido al 99,85 %

VIOLETA: Vamos... ¡Qué voy a estar limpiando baba de caracol hasta que me muera!

RICARDO: Mujer... espero que no, en unos meses espero tener la pista preparada.

VIOLETA: Pues vas a tener que pagarme un sueldo... porque así no puedo... no me da la vida
¿qué hago yo con tanta baba de caracol?

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(Salen del ascensor y de escena)

ESCENA III

Entran PEPE Y LUISA (Juan y Amparo), con maletas y bolsas llegan de viaje. Entran al
ascensor. Suben

PEPE: Se acabaron las vacaciones... ya estamos de nuevo en casita, solo deseo darme un
buen baño y quitarme hasta el último grano de arena de la playa.

LUISA: Espero que el agua te limpie, te purifique y te redima de todas tus maldades
veraniegas.

PEPE: ¿Y no supones bastante purificación convivir durante todas las vacaciones con tu
señora madre? ¿O que llegara tu hermano, para hacernos una visita de unas horas, y se
quedara diez días de gorroneo? ¿O que la niña apareciera cada día con un novio a cuál más
impresentable? ¿O que nuestro hijo se creyera que estaba en una fonda? ¿O que se me
murieran los periquitos...? ¿O es que alguien me los envenenó...? Sólo con la enumeración
tengo suficientes papeletas para la beatificación, San Pedro me lo tendrá en cuenta y me
premiará con título de beato canicular.

LUISA: También tendrá apuntado lo de la dentadura de mamá....

PEPE: ¿Todavía sigues con esa castaña? Tu mamaíta perdió la dentadura porque quiso
nadar a mariposa…..

LUISA: No, tú le sacudiste un pescozón, ella lo ha repetido mil veces.

PEPE: Se le cayó y el mar se la tragó.... en fin, se le cayó... mala suerte.

LUISA: Por culpa del sopapo, el golpe tuvo la culpa de que se le escapara la prótesis.... no lo
niegues...

PEPE: Un empujón, un empujoncito de nada para que arrancara... Le advertí que era una
temeridad lanzarse a nadar a mariposa con noventa y seis años.

LUISA: Ochenta y nueve, y no los aparenta. no exageres.

PEPE: Cierto, tengo tanta tendencia a exagerar como tu madre a cumplir años.
LUISA: ¿Y por qué no se la recuperaste con lo bien que buceas?

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PEPE: Por el gran respeto que sentía hacia esa dentadura.
LUISA: Carota...

PEPE: Imagínate que me hubiera mordido... De todas formas, tampoco es para ponerse así,
ella que ama tanto a los animales debería alegrarse, lo mismo le está dando el avío a un
pulpo.

LUISA: Disfrutas coloreando tus vulgares gracietas en tomo a mamá... Canalla.

PEPE: Práctico, no confundas.

LUISA: Canalla, canalla... Sólo un indeseable es capaz de ponerse a leer a voz en grito a la
hora de la siesta.

PEPE: Eran poemas de San Juan de la Cruz..

LUISA: Milagroso, no comprendes ni la guía telefónica…

PEPE: Necesitaba recitarlos en alto para empaparme de su misticismo.

LUISA: De mala uva, porque lo más profundo que te has empapado en tu vida son las fotos
del Play Boy.

PEPE: Lo hago por imitar al inteligente de tu hermano... sabes que él está subscrito.

El ascensor se detiene.

LUISA: Hemos llegado.

PEPE: Hogar dulce hogar.

El sale silbando, ella enfadada.

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ESCENA IV

Se cruzan con EUGENIA y LUISA se queda hablando Pepe sale de escena.

LUISA: Hola Eugenia

EUGENIA: Hola Luisa, que bien te veo, estás más morenita.

LUISA: morenita no, estoy negra con las vacaciones que me ha dado Pepe ¿qué tal por el
vecindario?

EUGENIA: Como siempre, aquí cada loco con su tema, que si una con las pastillas, el otro
con los caracoles, la Miss del 5º…y yo ¡hasta las narices de que pierda el Barça!

LUISA: ¿De que pierda el Barça? Chica no sabía que te gustara el futboll.

EUGENIA: ¡Lo odio!

Toca al ascensor y se abre la puerta, EUGENIA sube al ascensor.

Luisa la ve estupefacta como se sin despedirse

LUISA: Si que va cada loco con su tema…(sale)

Mientras Eugenia en el ascensor se mira y se arregla en el espejo, le llaman por teléfono.

EUGENIA: ¿dígame?

EUGENIA: Ahora no puedo hablar de eso…

EUGENIA: No, lo siento no quiero cambiarme de compañía. ¡Anda que no sois pesados!

EUGENIA: Pues mira, me cambio de compañía si me compras algo de Avón.

EUGENIA: Claro, tengo que aprovechar la llamada.

(Se para el ascensor y sale, luces. Mientras sale de escena sigue hablando)

EUGENIA: Uy! Pues claro que sí, sólo tienes que ser tan buena vendiendo

como yo y no dejar escapar ninguna oportunidad, mira te explico…

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ESCENA V

Entra CELESTINA (Mari) muy nerviosa. Toca el interfono de casa de Ángela y Marisol,
contesta Ángela que baja por las escaleras

ÁNGELA: ¿Quién?

CELESTINA: Ángeles baja, tienes que ayudarme.

Celestina espera hablando sola.

CELESTINA: Si es que no tenía otro remedio, me da igual haberme ido sin nada, pero es que
ya no lo podía soportar más, no podía soportarlo...El mocoso ese era insoportable, usaba
pañales todavía. Tomaba biberón. Lo único que me decía era ¡que yo no era su madre! Ay,
si lo hubiese sido…
Dormía con su padre y yo con el perro en otra habitación. De aquello… ni hablar. Estaba
totalmente abandonada. Vivía diciéndome que me cuidara, que estaba gorda, pero como
iba a cuidarme si solo atendía la casa y a ese niño y no recibía ningún aliciente para al
menos cuidarme. Si me tengo que hacer cargo de absolutamente todo: Lavo, plancho,
cocino, limpio la casa. ¡Hasta le corto las uñas de los pies! lo depilo, le corto el pelo, hago las
compras…y todo lo que se les pueda ocurrir que puede hacer un hombre y una mujer juntos
en una casa.
Así que ya está, me he rebelado, me quedo sin un duro, pero ¡me da igual!
¡abandono ese hogar que por años me tuvo atrapada cual sierva!

CELESTINA: ¿Chica por las escaleras bajas? ¿Pero no tienes mal la rodilla?
ÁNGELES: Bueno…me estoy tomando unas pastillas que me dejan estupenda. ¿Cuéntame?
CELESTINA: Yo ya no sé qué hacer.
ÁNGELES: ¿qué te pasa? Sabes que puedes contarme lo que sea.
CELESTINA: Pues que estoy con el agua al cuello.
(Salen de la escena hacia la calle)

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ESCENA VI

Entra en escena Marisol que está limpiando la escalera, va con un plumero, ve una revista
y se pone a leerla (improvisación). Se oye una puerta y Marisol se levanta rápidamente.
Entra Luisa que va directa al ascensor.

MARISOL: Bueno Luisa, ya han vuelto de las vacaciones ¿no? Que bien, claro ahora que ya
tienen dinerito…

LUISA: Pues sí ahora ya me puedo comprar todo lo que quiera y disfrutar, cuando puedas
vienes que a la casa le hace falta un repaso. ¡Hala! Me bajo a la peluquería que me peinen.

MARISOL: Bajo con usted que ya tengo esto limpio.

Se bajan en el ascensor, Marisol pasando el plumero y Luisa incómoda (escena mímica de


improvisación) se para y salen, Luisa se va, se despiden y Marisol se queda limpiando la
portería. Entra EUGENIA con bolsas de compra.

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ESCENA VII

Marisol la para para cotillearle…la conversación transcurre en la entrada del edificio.

MARISOL: Eugenia, no sabe de lo que me he enterado hoy en casa de los Márquez mientras
limpiaba.

EUGENIA: Buenos días a usted también, Marisol.

MARISOL: Déjese de buenos días, que se va a quedar de piedra.

EUGENIA: Sí, como el otro día cuando me contó lo de su nuera.

MARISOL: No, no, esto es peor. Mi nuera será una cochina porque no limpia ni para atrás, y
aún quiere que mi Antonio llegue de trabajar, angelito mío, y se recoja su plato...

EUGENIA: Se ha quedado usted en el siglo pasado.

MARISOL: ¿Me quiere dejar hablar? Es que al final me voy sin contárselo.

EUGENIA: A ver...

MARISOL: Pues que resulta que el señorito Ángel Márquez, que se casó el mes pasado... es..
bueno…a ver...¿Cómo se lo digo yo sin que le dé un infarto? (Pensativa) Pues que resulta
que su fuente no daba agua porque la tenía cortada.

EUGENIA: ¿Cómo? ¿Que se ha puesto una fuente?

MARISOL: Noooo. Pues que no había manera de que cumpliera sus obligaciones con su
mujer.

EUGENIA: Que tenía gatillazos, vamos, como mi Paco cuando pierde el Barça.

MARISOL: Más o menos... ¿tu Paco tiene gatillazos?

EUGENIA: Pues como todos los hombres de vez en cuando.

MARISOL: Todos no, mi Anselmo no tuvo uno en la vida y seguro que mi Antonio salió a su
padre.
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EUGENIA: Bueno, ¿y has venido a contarme los gatillazos de la gente o a comprarme algo
de Avón?

MARISOL: Déjese de Avón. Que no me deja usted hablar. Parece ser, que su fuente no daba
agua porque la gastaba toda fuera.

EUGENIA: ¿Cómo dice? ¿qué estaba con otra?

MARISOL: ¿con otra?... con otra dice… así las tenía (haciendo gesto con la mano de que
han sido un montón)¡Qué disgusto tiene su padre! Claro que la hija también se acaba de
divorciar del hijo del frutero, si que resulta que el chiquito era un sin sangre y la muchacha,
pues ya muerta del aburrimiento, pues tiró mano del vecino del quinto. Si es que, al final, la
vida da muchas vueltas... Como lo que hablábamos, que un día tu marido te cumple como
un campeón, y luego, de repente, ¡zas! No hay manera de que suba el ascensor.

EUGENIA: Pues sí, la vida da muchas vueltas, como esta crema de cara (saca el botecito del
bolso) está ahora con descuento.

MARISOL: Desde luego que es pesada usted, solo le interesa vender y no hace más que
entretenerme intentando colocarme algo. Me voy que me va a hacer llegar tarde a misa.
Adiós. (Sale de escena, la deja con la palabra en la boca)

EUGENIA: Pero si ha venido usted...¡Adiós! (Sube al ascensor) Nada... que al final se ha ido
sin contarme el final de la historia...¡Hala pues aprovecho y llamo a alguna cliente!.

(coje el teléfono y se pone a llamar, al momento habla con alguien. Se para el ascensor)

EUGENIA: Si…Avón llama a su puerta, bueno más bien le llama por teléfono jajaja….

(esto lo dice mientras sale de escena)

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ESCENA VIII

Entran desde la calle RICARDO Y LUISA (Manolo y Amparo). Entra ella deja el bolso en el
mostrador de la portería y se toca el pelo porque tiene algo, entra Ricardo.

LUISA: Buenas tardes...


RICARDO: Y calurosas., la que está cayendo... son bofetadas de fuego.
LUISA: Y aún más...algo me ha caído en la cabeza.
RICARDO: Eso... ¿qué es?
LUISA: Pues…parece un pájaro, un pájaro muerto... Este calor lo ha debido abatir mientras
volaba y el pajarito ha ido a desplomarse sobre mi cabeza... he intentado quitármelo, pero
ha sido imposible, se ha quedado enganchado entre los rizos.
RICARDO: También es casualidad y puntería.
LUISA: Una mala suerte, el dichoso pajarito ya me ha chafado el día. Imagínese, salgo de la
peluquería, doy cuatro pasos y plas... pajarazo en el moño.
RICARDO: Quizá sea una señal...
LUISA: Mi madre ya lo advertía: esta niña tiene la cabeza a pájaros..., no iba
desencaminada, sus ugurios se han cumplido.
RICARDO: Si quiere le echo una mano.
LUISA: ¿Qué insinua?
RICARDO: Oh... perdone por lo equívoco de la expresión... me refiero a ayudarle con el
pájaro y los pelos.
LUISA: Disculpe por la confusión..., es tan extraño encontrarse hoy día a auténticos
caballeros.
RICARDO: Si no le importa…
LUISA: Muy al contrario, se lo agradezco... Intente salvarme lo que pueda del peinado.
(Ricardo deja a los caracoles en el mostrador)

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RICARDO: Es un gorriato, está como si en un último aliento de vida hubiera intentado
agarrarse a cualquier sitio.... y encontró su pelo... Poco a poco... (Mientras le va
desenredando el pelo) Bueno y ahora con tanto dinero de la bonoloto que van a hacer ¿se
van a comprar una mansión? ¿Sabe? Yo tengo un negocio en el que podría invertir, va a ser
muy rentable…(termina y saca el pajarito) Ya está..., aquí tiene el pájaro.
LUISA: Bueno... ¿y qué hago yo ahora con este animalito?
RICARDO: Tirarlo.
LUISA: Es tan poquita cosa..., si me hubiera caído una perdiz ya estaría pensando en alguna
receta suculenta... ¿Sabe? soy una estupenda cocinera, pero con este pajarín poco se
puede hacer..., la verdad es que soy incapaz de arrojarlo a la basura, lo siento como algo
mío...debería enterrarlo.
RICARDO: Dada la naturaleza del suceso no estaría nada mal. Si necesita de un monaguillo
en mi juventud ejercí esas labores y recuerdo el pater noster latino.
LUISA: Le tomo la palabra, lo enterraremos en la maceta. (Se acercan a la maceta y meten
al pajarillo).
RICARDO: Está usted afligida, se le nota que tiene un espíritu harto sensible... Pues mire le
voy a hablar de mis campeones (Le enseña la jaula de caracoles, ella pone mal gesto) Estos
caracoles son mis campeones, con ellos nos podemos hacer de oro, sólo necesito que usted
invierta en el negocio con …unos…500.000 €
LUISA: (Se va riendo al otro lado del escenario) Ja, ja... usted debe pensar que yo estoy
loca, o peor aún... Usted está tan loco como para pensar que estoy tan loca como para
entregarle semejante préstamo para esta locura que me propone. ¿estamos todos locos o
qué?

RICARDO: Escúcheme sólo le pido que me deje acabar.

LUISA: A ver inténtelo de nuevo

RICARDO: Es muy sencillo, se trata…(le interrumpe Luisa)

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LUISA: Mire Ricardo si ya me lo ha dicho, le he entendido perfectamente ¿Pero cómo quiere
que le preste dinero para crear unas pistas de carreras para que corra sus caracoles esto no
es serio, ¡por el amor de Dios! ¿Con quién se cree que está hablando?

RICARDO: Pues con mi vecina, no ¡mi querida vecina! ¡Que nos conocemos desde hace 40
años! Y ya que le tocó la bonoloto pues digo yo que…

(Luisa cruza al otro lado y coge el bolso mientras habla)

LUISA: ¡Claro te tocan cuatro duros y ya somos todos tan amigos!

RICARDO: Luisa que esto es una buena inversión. No son, simples caracoles (Pausa) Son
atletas. Verdaderos atletas de competición. ¡Pero si queremos estar en la élite mundial de
las carreras de caracoles necesitamos ayuda! ¡Su ayuda!

LUISA: Pero ¿cómo una élite mundial de caracoles? ¿qué caracoles? ¿qué elite mundial?

RICARDO: Escúcheme, le estoy hablando de unos caracoles, cuya constitución física es


superior a la media. Caracoles que han nacido para triunfar en el mundo de la velocidad
deportiva.

LUISA: Me habla de caracoles como si fueran caballos de pura sangre.

RICARDO: Eso es, llevo entrenando caracoles durante años.

LUISA: Pero…

RICARDO: Mire, el campeonato del Mundo es dentro de 6 meses, con su patronazgo los
caracoles que hoy estoy empezando a entrenar llegarán a su plenitud física y psíquica para
esta fecha. Mire, ya lo estoy viendo…(ensoñando) Ya estoy viendo cómo cruzan la meta mis
caracoles, y no solo lo veré yo. Todo el mundo verá que los mejores caracoles del mundo
están patrocinados por usted (le guiña un ojo) porque llevarán su nombre en sus
conchitas…LUISA…y todos sabrán que ha sido usted la mujer que lo ha hecho posible.
(amplia sonrisa)

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LUISA: (Se dirige al ascensor) Eso está muy bien, sin duda, pero...

RICARDO: (él la coge al vuelo) ¿sabe que ocurre con los caracoles que son campeones?

LUISA: ¿Qué?

RICARDO: ¿sabe dónde va un finalista? ¿un campeón?

LUISA: Pues imagino que...

RICARDO: ¡calle! yo se lo diré. Los mejores restaurantes del mundo se pelean por ellos.

LUISA: ¿No me diga? No tenía ni idea. (Aquí empieza a convencerla)

RICARDO: (Poniéndose muy serio) Doña Luisa

LUISA: Llámeme Luisa a secas, por favor continúe, continúe.

RICARDO: (Acercándose a ella como si fuera a contarle un secreto milenario en voz baja)
Los paladares más exquisitos del mundo no se gastan sus fortunas en ostras, ni en
langostas, ni en trufas, ni en caviar ¡Ni siquiera en jamón! El entrenamiento diario
desarrolla la musculatura del caracol de tal manera que le da un sabor indescriptible (Con
acento francés) Oh lá, lá ¡les escargotts!

LUISA: No me diga…

RICARDO: Y mis caracoles gracias a su préstamo se van a convertir en campeones


mundiales. No me quiero imaginar el valor que tendrán en el mercado. Créame, no deje
pasar esta oportunidad (Luisa se queda estupefacta y convencida)

LUISA: A mí me encantan los caracoles... con sus especias…uhm… qué sabor. Es verdad que
son bastante caros… (Ambos asienten con mirada cómplice)

RICARDO: Le acompaño al banco, que mis caracoles nos van a hacer de oro.

LUISA: Sí y además me ha entrado un hambre de repente…

(Salen los dos del escenario, hacia la calle)

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ESCENA IX

(Entra Pepe y sube al ascensor, al momento entra Paqui con una corona de MISS, toca el
ascensor y se para, sube con Pepe. Se saludan por el nombre)

PEPE: ¿De verdad fuiste Miss Universo?


PAQUI: ¿lo dudas?, mira, aquí llevo la banda.
PEPE: ¿Esa cinta es…?
PAQUI: Me la voy a colocar para que me veas…Mira: MISS UNIVERSO ¿Qué tal?
PEPE: Te favorece
PAQUI: Lo sé
PEPE: Y veo que también te coronaron
PAQUI: ¡Claro! Con una diadema de brillantes…cuando me la clavo en el moño parezco una
reina ¿verdad? La saco poco de paseo…por el valor.
PEPE: ¿Y cuándo fue lo de miss universo?
PAQUI: Hace diez años…o veinte…o ay no me acuerdo ¡Que bestia como pasa el tiempo!
Zummmm…
PEPE: Ya, has cambiado mucho claro…
PAQUI: ¿Cómo que he cambiado mucho? El bañador con el que desfile todavía me lo
pongo…cuando quieras te enseño el reportaje fotofráfico. Esta chachi…Soy la misma…con
unos añitos menos claro…¿Es que no te lo crees?
PEPE: Si si claro…sólo que acabo de caer que estoy con una MISS en un ascensor.
PAQUI: ¿Y qué te parece?
PEPE: ¡De traca!
PAQUI: ¡Pues hala! A tirar cohetes

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ESCENA X

(Entra VIOLETA, viene con bolsas de la frutería, se para en la portería a descansar y darse
aire y habla sola)

VIOLETA: ¡Vaya por Dios lo caro que está todo! Con estos precios no llegamos a fin de mes,
y con lo mal que tenemos el trabajo de la animación la Celestina y yo que es que ni para un
pinta-caras nos llaman…esto es la ruina…como no atraquemos un banco…

(entran Ángela y Celestina. Se saludan las tres)

VIOLETA: (Coge del brazo a Celestina trayéndola hacia ella) Mira que bien Celestina
contigo quería hablar porque estoy fatal de dinero y tenemos que hacer publicidad o algo a
ver si conseguimos algún trabajo.

CELESTINA: Pues eso le estaba contando a Ángeles que estoy fatal de dinero (le coje una
manzana de la bolsa), si hasta el otro día entré a robar una manzana en una frutería y me
pillaron...(le da un bocado a la manzana)

VIOLETA: Es que para robar hay que valer y tu eres muy buena.

CELESTINA: (comiendo) si…y de buena soy tonta…

VIOLETA: Y tanto, si le diste al gañán de tu ex todo tu dinero, lo tendrías que haber


invertido en algo.

ÁNGELES: Pues no os preocupes por nada, que tengo una ayuda especial para vosotras...

CELESTINA: ¿me vas a dejar dinero? Ya sabía yo que eras buena amiga…

ÁNGELES: ¿dinero? si estoy más pelá que un pollo desplumao... nada de dinero…¡mira! Por
ahí viene la que puede ayudarnos.

CELESTINA: ¿Quién?

VIOLETA: ¡Pues a ver si es verdad y se nos aparece la virgen! porque yo también la llevo
clara y con estas ideas de mi marido y los dichosos caracoles.
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(MARISOL entra en escena, viene de la calle)

ÁNGELES: Mi hermana Marisol, una mujer con muchas cosas que contar.

MARISOL: Normalmente me llaman cotilla, pero eso de que tengo muchas cosas que contar
me gusta más.

CELESTINA: ¿y cómo va ayudarnos lo que pueda contarme tu hermana?

ÁNGELES: Dile dile…

MARISOL: Pues mira, yo trabajo en un casoplón. . . atendiendo al señor Márquez… que


resulta que…

ÁNGELES: Eso no... lo de la vecina, la Luisa.

MARISOL: Que corta rollos... bueno, eso, que la Luisa desde que le tocó la bonoloto no para
de comprar cosas, así que tiene en la casa llena de cosas carísimas, cuadros valiosísimos,
joyas, figuras de Lladró…

VIOLETA: ¿Y?

MARISOL: Y como vosotras trabajáis haciendo animaciones pues no sé… a lo mejor se os


ocurre la manera de entrar y… (hace el gesto de robar)

CELESTINA: Pues no sé yo...

MARISOL: Si no me vas a dejar hablar me voy... que siempre me pasa igual.

ÁNGELES: Dejadla hablar, que tenemos que trazar un plan.

MARISOL: Pues eso la manera de entrar a su casa sin ser reconocidas. Esta tarde tiene
programada una fiesta de Reyes Magos para los nietos, que dice que cómo le tocó la loto
después de Navidad pues que quiere volver a celebrarlo por todo lo alto…

En eso entran LUISA Y PEPE (Amparo y Juan) disimulan despidiéndose y CELESTINA,


VIOLETA salen de escena a la calle. MARISOL Y ÁNGELES dicen que van por las escaleras.

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ESCENA XI

PEPE y LUISA (Amparo y Juan) suben al ascensor. Cambio de luces.

PEPE: A ver Luisa, no puedes aferrarte así a tus miedos.

LUISA: ¿cómo quieres que lo supere si me persiguen?

PEPE: Pero ¿quién te persigue?

LUISA: ¡Los caracoles! están por todas partes!

PEPE: Luisa, ¿de verdad me estás diciendo que tu vecino el que ha pedido el préstamo para
los caracoles te ha despertado un trauma del pasado?

LUISA: Tú no sabes lo que es despertarte de una siesta toda cubierta de caracoles babosos y
asquerosos, hasta dentro de los calcetines tenía.

PEPE: Es que igual echarte a dormir una siesta en el jardín un día que había llovido, no era la
mejor idea.

LUISA: Ya estamos culpabilizando a la víctima, así no me ayudas.

PEPE: Y ¿Qué vas a hacer? Ya le has dicho que sí al caracolero, ¿no?

LUISA: Pensaba que al apoyar a este hombre y a sus caracoles me iba a sentir mejor, pero
no paro de soñar con ellos.

PEPE: Igual tienes que buscar una forma de conectar con ellos.

(Salen del ascensor, mientras hablan)

LUISA: ¿Cómo voy a conectar con unos caracoles babosos y asquerosos, ¿me arrastro por el
barro?

PEPE: No mujer...(salen de escena)

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ESCENA XII

Entra Paqui hasta el ascensor y detrás Ricardo con sus caracoles.

RICARDO: Espere que subo con usted.

Entran al ascensor

RICARDO: Que guapa la veo…con esa corona ¿Qué viene de una fiesta?

PAQUI: No. Me gusta ponérmela me trae buenos recuerdos.

RICARDO: Claro…recuerdos de juventud, divino tesoro…

PAQUI: No me quiero olvidar de mi vida de éxito cuando desfilaba en las pasarelas y hacía
anuncios, que no eran de “Emoal” como las pringadas principiantes, cuando me llamaban
las compañías de teatro y rodaba 2 películas al año… Así que no, no me la quito ¡yo soy
MISS UNIVERSO! ¡Qué lo sepa todo el mundo!

RICARDO: Ya…ya...Paquita...eso está bien…

PAQUI: Si, claro…Si no fuera porque vengo del psicólogo para poder soportar mi vida de
mierda. He pasado de ser la más grande, a hacer animaciones con dos colgadas que no
valen ni para pintar caras…esto es una ruina (sollozando) ay…perdone que Violeta es su
mujer…estoy tan frustrada que ya no sé lo que digo.

RICARDO: No se preocupe, me hago cargo. Pero mire la vida da muchas vueltas y hoy me ha
favorecido, estoy deseando decirle a Violeta que ya no va a tener que limpiar más baba de
caracol, por fin me han dado el préstamo para mis caracoles y ya no pasaremos más
penurias.

PAQUI: ¡Vaya! pues si ya teníamos poco trabajo ahora ya sí que estoy en la ruina
total…(llora)

Se para el ascensor y salen Ricardo va consolándola hasta que salen de escena.

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ESCENA XIII

Entran VIOLETA Y CELESTINA (Carmen y Mary) vestidas de Reyes Magos.

Entran a escena y hablan en la entrada del edificio.

VIOLETA: ¿…Y Baltasar? ¿de dónde sacamos ahora un Baltasar? Estamos pilladas.

CELESTINA: Tranquilicémonos.

VIOLETA: Vaya traspiés.

CELESTINA: Sosiégate.

VIOLETA: No podemos esperar más, fíjate el retraso que llevamos. Y los Reyes Magos son
tres. Si falta uno, aquí ni ilusión, ni fiesta, ni mandangas. ¿Qué le decimos a los niños?

(Suben al ascensor)

CELESTINA: Que Baltasar se ha quedado dándole agua a los camellos.

VIOLETA: Por ahí no tragan Baltasar tiene muchos admiradores entre la infancia.

CELESTINA: Algo se nos ocurrirá.

VIOLETA: Necesitamos un Baltasar…¡Cómo pude hacerte caso y aceptar el cambio! La Paqui


lo hacía de maravilla.

CELESTINA: Teníamos una razón, el pringue que se daba, acuérdate de como dejaba la cara
a los niños después de cada beso. Olvidemos a la Paqui.

VIOLETA: Fuiste tu la que te empeñaste en busca a un negro auténtico.

CELETINA: Subsahariano.

VIOLETA: O centroafricano, me da igual.

CELESTINA: Le vi la cara y pensé…chachi éste es el rey Baltasar. Le conté el asunto y dijo: Sí,
me gusta, vale.

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VIOLETA: ¿Pero qué garantías te daba?

CELESTINA: Dijo, Mabeme cumple.

VIOLETA: Mabeme, ¿se llama Mabeme? ¿Y quién te lo presentó?

CELESTINA: Nadie, lo descubrí en un semáforo vendiendo pañuelos de papel.

VIOLETA: ¿Lo encontraste en la puñetera calle?

CELESTINA: Hay que tener confianza en la gente. ¿Cómo podía suponer lo que iba a pasar?

VIOLETA: Si llego a saberlo…a buenas horas…Lo peor es que a ver que decimos ahora.

CELESTINA: Pues digamos la verdad. (como narrando un cuento, exagerando) Digámosles


que el Rey Baltasar atravesó los más fantásticos peligros cruzando media África para poder
llegar hasta aquí. Peleó con fieras salvajes…superó ríos, montañas y desiertos…venció al
mar en una frágil patera…Y por fin alcanzó su destino. Pero que hoy, cuando les traía sus
regalos, el Rey Baltasar ha sido detenido por indocumentado…y va a ser expulsado de la
tierra donde iba a repartir ilusión y esperanza…

VIOLETA: Mejor le contamos lo del agua del camello.

Salen del ascensor y del escenario

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ESCENA XIV

(Se oye música y jaleo de voces de fiesta, al ratito…

Salen corriendo las reyes magos VIOLETA Y CELESTINA de la casa con unos cuadros y otros

objetos que se les van cayendo hasta cruzar el escenario y desaparecen.

Detrás de ellas sale LUISA gritando.

LUISA: Me han robado, Ay que me han robado.

Aparece RICARDO con la caja de caracoles,

RICARDO: Pero Luisa, ¿qué ha pasado?

Luisa lo coge del brazo gritando que le han robado y le tira la caja de caracoles al suelo

que ruedan por el suelo. LUISA entra en pánico y se marea y se sienta.

Entra Pepe

PEPE: Menos mal que no se han llevado mi Rolex, pero Luisa ¿Qué te ha pasado?, relájate.

Entra Eugenia que saca un frasquito de colonia y se lo pone en la nariz a Luisa.

En eso entran las dos hermanas ÁNGELES Y MARISOL, ÁNGELES le ofrece una pastillita

para recuperarse del susto, y MARISOL disfrutando de todo el cotilleo que podrá contar.

MARISOL: ¡Madre mía como está el vecindario!

FIN

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