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El bienestar del personal Prehospitalario.

Por el Dr. Ricardo Enríquez Aguirre.

Citando el libro de Urgencias Prehospitalarias (Limmer D., O`Keefe M. 2017) en su introducción se


dice que un llamado al SMU exitoso es una serie de decisiones importantes. Para mantener la
seguridad y el bienestar, el TUM toma varias decisiones importantes en cada llamado, decisiones
como determinar si la escena es segura respecto a diversos peligros y cuáles precauciones deben
tomarse para evitar el peligro y protegerse a uno mismo contra la enfermedad.

Es importante tener en mente que, si el TUM se convierte en un paciente, resulta poco o nada útil
para un paciente e incluso puede poner en peligro a otros rescatistas. Afortunadamente la mayoría
de los llamados al SMU son seguros.

La primera pregunta que tenemos que hacernos es: ¿Qué es el bienestar?

La Real Academia Española define bienestar como: “Conjunto de las cosas necesarias para vivir bien”

Y entonces ¿Qué es vivir bien?

Por muchos años responder a esta pregunta ha representado un reto a nivel mundial.

Un reporte social en Estados Unidos (Cohen, 1969) suministró datos importantes y urgió la
recolección de muchos más en siete áreas:

a) salud y enfermedad,
b) movilidad social,
c) medio ambiente,
d) ingreso económico y propiedad,
e) orden público y seguridad,
f) aprendizaje, ciencia y arte; y
g) participación y alienación.

El objetivo principal del reporte era habilitar el tema del bienestar.

En la década del 70 hubo un alto interés por medir el bienestar y para ello muchos países emplearon
un gran esfuerzo en la creación de “indicadores sociales”, convirtiéndose en un movimiento
internacional preocupado por el bienestar y el rol de los gobiernos en alcanzarlo.

Este esfuerzo de medir la calidad de vida continúa en muchos otros países. En Alemania, por
ejemplo, el multidisciplinario estudio Envejecimiento de Berlín mira recursos de bienestar en las
personas ancianas. En Francia, el MAPI, otro instituto de investigación de Lión, publica el Boletín de
calidad de vida.

En 1995, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó la finalización de un trabajo o estudio


piloto basado en una concepción más amplia de la salud como “un estado de completo bienestar
físico, mental y social”, y no meramente “la ausencia de la enfermedad”.

Actualmente se contempla al hombre como un ser biopsicosocial y de ahí derivan los términos de
salud y bienestar.
Kahneman y otros (Kahneman, 1999) proponen cinco niveles y conceptos relevantes para la
investigación sobre el bienestar. En orden descendente son:

1. Externo (“objetivo”) condiciones (ej., ingreso, barrio, vivienda);


2. bienestar subjetivo (ej., autorreportes de satisfacción/insatisfacción);
3. nivel del humor persistente (optimista/pesimista);
4. inmediatos (placeres/dolores), estados emocionales transitorios (goce, rabia);
5. bioquímicos (bases neuronales del comportamiento).

Pero desde años atrás, en 1943 Abraham Maslow, había publicado ya su “Teoría de la Motivación
Humana” la cual tiene sus raíces en las ciencias sociales y fue ampliamente utilizada en el campo de
la psicología clínica, ésta teoría propone una jerarquía de necesidades y factores que motivan a las
personas; esta jerarquía se modela identificando cinco categorías de necesidades y se construye
considerando un orden jerárquico ascendente de acuerdo a su importancia para la supervivencia y
la capacidad de motivación. De acuerdo a este modelo, a media que el hombre satisface sus
necesidades surgen otras que cambian o modifican el comportamiento del mismo; considerando
que solo cuando una necesidad está “razonablemente” satisfecha, se disparará una nueva
necesidad (Colvin y Rutland 2008).

Las cinco categorías de necesidades son:

a) fisiológicas,
b) de seguridad,
c) de amor y pertenencia,
d) de estima y
e) de auto-realización.

Maslow también distingue estas necesidades en “deficitarias” (fisiológicas, de seguridad, de amor y


pertenencia, de estima) y de “desarrollo del ser” (auto-realización). La diferencia distintiva entre
una y otra se debe a que las “deficitarias” se refieren a una carencia, mientras que las de “desarrollo
del ser” hacen referencia al quehacer del individuo (Koltko 2006).

Aunque el apoyo a la investigación de la teoría de Maslow está aún en desarrollo, los conceptos
formulados por él, han proporcionado un marco para la psicología positiva y se han utilizado para
conceptualizar la política, la práctica y teoría en las ciencias sociales durante más de 60 años.
Además de las cinco necesidades antes descritas, Maslow también identificó otras tres categorías
de necesidades: las estéticas, las cognitivas y las de autotrascendencia (Feist y Feist 2006), lo que
dio origen a una rectificación de la jerarquía de necesidades. La caracterización de estas tres nuevas
necesidades es:

• Necesidades estéticas: no son universales, pero al menos ciertos grupos de personas en todas las
culturas parecen estar motivadas por la necesidad de belleza exterior y de experiencias estéticas
gratificantes.

• Necesidades cognitivas: están asociadas al deseo de conocer que tiene la gran mayoría de las
personas; cosas como resolver misterios, ser curioso e investigar actividades diversas fueron
llamadas por Maslow como necesidades cognitivas, destacando que este tipo de necesidad es muy
importante para adaptarse a las cinco necesidades antes descritas.
• Necesidades de auto-trascendencia: tienen como objetivo promover una causa más allá de sí
mismo y experimentar una comunión fuera de los límites del yo; esto puede implicar el servicio
hacia otras personas o grupos, la devoción a un ideal o a una causa, la fe religiosa, la búsqueda de
la ciencia y la unión con lo divino.

En 2016 la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres publica un
artículo sobre el “índice para una vida mejor” que propone la OCDE:
https://www.oecdbetterlifeindex.org/es/.

https://www.gob.mx/conavim/articulos/sabes-como-se-mide-el-bienestar-conoce-tu-indice-para-
una-vida-mejor-de-la-ocde?idiom=es

Volviendo al manual de Urgencias Prehospitalarias, de manera más pragmática sugiere que para
poder tener bienestar debemos cumplir con aciertos hábitos que se enlistan en seguida:

• Mantener relaciones personales sólidas. (Tener una red de apoyo)

Según el manual de “cómo funcionan las redes de apoyo familiar y social en México” publicado por
el Instituto Nacional de las Mujeres:

“Uno de los aspectos positivos de las redes es que pueden evitar problemas de salud mental, como
el estrés y la depresión. Algunos estudios han mostrado que la depresión está negativamente
relacionada con el apoyo social, es decir, que las personas con bajos niveles de apoyo, suelen
presentar una mayor sintomatología depresiva y viceversa.2 Las redes también pueden tener un
papel fundamental cuando se enfrentan situaciones de crisis en el hogar, sobre todo entre grupos
sociales vulnerables (por ejemplo, personas adultas mayores, con discapacidad física o mental o con
enfermedades crónicas), no cubiertos por la protección social formal (CEPAL 2007).

Por el contrario, las redes de apoyo en comunidades y grupos caracterizados por tener lazos muy
fuertes pueden representar un freno para el desarrollo de capital social, y posiblemente tiendan
más bien a reproducir la pobreza y la exclusión social.”

Según estimaciones del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social,
CONEVAL, en 2012 un 87.2% de la población vivía en entidades con percepción de grado de apoyo
medio en redes sociales y el restante 12.8% en entidades con percepción de grado de apoyo bajo
de dichas redes. Llama la atención que el porcentaje correspondiente a un grado de apoyo alto haya
sido igual a cero. Estos resultados ponen en duda la existencia real de redes con efectos positivos
en los que pueda apoyarse la población en situaciones de riesgo

Nosotros como personal de la salud, tenemos que tener muy claro la importancia de las redes
sociales de apoyo y trabajar por tener una red de apoyo sólida.

• Ejercicio.

En 2018 la Asociación Americana del Corazón publica una Guía de Actividad Física en la que
recomienda realizar por semana al menos 150 minutos de actividad física moderada o 75 minutos
de actividad física vigorosa. Puedes checar más información de su página oficial:
https://www.heart.org/en/healthy-living/fitness/fitness-basics/aha-recs-for-physical-activity-
infographic
• Sueño.

En Julio de 2013 el Instituto Nacional de Salud de los estados unidos publica una guía para el sueño
saludable, en la que recomienda a los adultos dormir entre 7 y 8 horas diarias, mismo que está
disponible en el siguiente link:

https://www.nhlbi.nih.gov/files/docs/public/sleep/In_Brief_YG_to_Sleep_Spanish_Final.pdf

• Comer bien.

En la actualidad está bastante bien documentado la manera ideal para alimentarnos según nuestro
fenotipo, nuestro estilo de vida, nuestras necesidades personales, y existen profesionales de la salud
dedicados exclusivamente a la alimentación. Aunado a esto existen guías publicadas en México por
el IMSS para educar a la población en general con las recomendaciones alimentarias locales. A
continuación, compartimos la guía de alimentación para mexicanos publicada por el IMSS:

http://imss.gob.mx/sites/all/statics/salud/guia-alimentos.pdf

• Limitar el consumo de alcohol y cafeína.

Está más que documentada información con respecto al consumo de Alcohol, la Organización
Panamericana de la Salud publica diversos documentos con información al respecto. Se definen
conceptos como Consumo de riesgo, Consumo Perjudicial y Consumo excesivo episódico o
circunstancial.

El consumo de riesgo es un patrón de consumo de alcohol que aumenta el riesgo de consecuencias


adversas para la salud si el hábito del consumo persiste. La Organización Mundial de la Salud (OMS)
lo describe como el consumo regular de 20 a 40g diarios de alcohol en mujeres y de 40 a 60g diarios
en varones.

El consumo perjudicial se refiere a aquel que conlleva consecuencias tanto para la salud física como
para la salud mental de la persona y está definido por la OMS como consumo regular promedio de
más de 40g de alcohol al día en mujeres y de más de 60g al día en hombres.

El consumo excesivo episódico o circunstancial (también llamado binge drinking), que puede
resultar particularmente dañino para ciertos problemas de salud, implica el consumo, por parte de
un adulto, de por lo menos 60g de alcohol en una sola ocasión.

La dependencia del alcohol es un conjunto de fenómenos conductuales, cognitivos y fisiológicos en


los cuales el uso del alcohol se transforma en prioritario para el individuo, en contraposición con
otras actividades y obligaciones que en algún momento tuvieron mayor valor para él.

Es importante conocer estos conceptos para diagnosticar si existe un problema de consumo.

En cuanto al consumo de cafeína, hablaremos primero del consumo de bebidas energizantes.

Existe evidencia limitada de que el consumo de bebidas energéticas pueda mejorar el desempeño
físico y mental o la habilidad para manejar el coche cuando se está cansado, y de que disminuya la
fatiga en periodos largos de trabajo o concentración. Además, hasta el momento no se sabe si las
mejoras que se le atribuyen obedecen a la cafeína o a otros ingredientes herbales, o bien, si son
resultado de la combinación de ingredientes.
Si bien el contenido de cafeína en una porción de bebida energética (250-350 ml) es de 72 a 150 mg,
muchas botellas contienen de 2 a 3 porciones, lo que aumenta dicho contenido hasta a 294 mg por
botella, muy superior al de una taza de café, que es de 134 a 240 mg. Y aunque el café tiene mayor
cantidad de cafeína por porción, es cada vez más común que, en vez de café, se consuman varias
botellas de bebidas energéticas.

A través de diversos estudios se ha determinado que el consumo de cafeína no mayor a 400 mg


diarios en adultos saludables no tiene efectos adversos en la salud. Por el contrario, el consumo
superior a esa cantidad se ha asociado a distintos efectos como nerviosismo, irritabilidad, insomnio,
temblores, incremento de la cantidad de orina, arritmia, disminución de densidad ósea y trastornos
gástricos. La Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) ha señalado que
hay personas que llegan a tomar hasta diez latas en una fiesta.

Grupos en riesgo como mujeres en edad reproductiva y niños deben limitar su consumo diario de
cafeína a un máximo de 300 mg; por lo tanto, es necesario que eviten el consumo de bebidas
energéticas con alto contenido de cafeína. En los adolescentes, lo recomendable es que consuman
un máximo de 100 mg de cafeína al día, ya que el consumo en exceso se ha asociado con elevación
de la presión arterial.

• Consultar al médico con regularidad y mantener al día las vacunaciones.

Como personal de la salud, hablaría muy mal de nosotros no estar al pendiente de nuestra propia
salud, por lo que resulta fundamental estar al pendiente de nuestros signos vitales y de nuestras
afecciones médicas así como estar al corriente con las vacunas disponibles en nuestro estado.

PROTECCIÓN PERSONAL.
Las enfermedades se producen por patógenos, organismos que causan infecciones como virus y
bacterias.

Los patógenos pueden diseminarse por el aire o por contacto con sangre y otros líquidos corporales.

Como es imposible que un TUM u otro profesional de salud identifique a los pacientes que portan
enfermedades infecciosas sólo al verlos, todos los líquidos corporales deben considerarse
infecciosos, y deben tomarse las precauciones apropiadas ante todos los pacientes en todas las
ocasiones.

El equipo y procedimientos que protegen al TUM de la sangre y líquidos corporales del paciente – y
que protegen al paciente de la sangre y líquidos corporales del TUM – se conocen como
precauciones estándar, también llamadas precauciones para aislamiento de sustancia corporal
(ASC) o control de infecciones. En cada situación que se enfrente, es importante aplicar las
precauciones.

El área de salud es de uno de los sectores con mayor riesgo ocupacional. Los trabajadores de la salud
se exponen diariamente a múltiples riesgos ocupacionales, mucho de los cuales son nuevos y su
prevención representa un desafío para los trabajadores, empleadores, profesionales de salud
ocupacional, y el gobierno (Del Carmen M.M y cols.2008).
El sector salud emplea más de veinte millones de trabajadores en Latinoamérica, el Caribe, y los
Estados Unidos (Organización Panamericana de la Salud, 2005).

Esta fuerza laboral representa más del cinco por ciento de la población económicamente activa y
genera un promedio del siete por ciento del producto territorial bruto (OPS, 2005).

El riesgo biológico es uno de los riesgos más frecuentes al que se ve sometido el personal de la salud.

Cada año, entre 600,000 y 800,000 trabajadoras y trabajadores de la salud experimentan


exposiciones a sangre (Departamento del Trabajo de E.E.U.U. – Administración de Seguridad y Salud
Ocupacional [USDOL OSHA, por sus siglas en inglés], 2001]).

Las exposiciones accidentales a sangre o de otros líquidos biológicos durante el trabajo, ya sea en
forma de inoculación percutánea a través de pinchazos o cortes, pueden producir infecciones graves
e incluso mortales por contagio de los patógenos contenidos en la sangre como son:

Virus de Hepatitis B, C o VIH.

Las actividades de mayor riesgo son:

• Transferir de un recipiente a otro un fluido corporal.


• Volver a encapsular las agujas.
• No eliminar los instrumentos punzocortantes en un recipiente adecuado.

¿Qué riesgo tengo de infectarme si me pincho con una aguja usada de un paciente infectado?

Los datos son fáciles de recordar, es la regla de los “3”:

• Para la hepatitis B, el riesgo es aproximadamente de 30%.


• Para la hepatitis C, el riesgo es aproximadamente de 3%.
• Para el VIH, el riesgo es aproximadamente de 0.3%.

¿Qué tipo de agujas está más frecuentemente involucrado en los pinchazos con agujas?

• Agujas hipodérmicas.
• Agujas usadas para la extracción de sangre.
• Agujas de suturas.
• Agujas utilizadas en sistemas de venoclisis

Dentro de un hospital, se toman medidas estándar para clasificar el tipo de aislamiento que se le
debe de dar a cada paciente.

En el IMSS, el titular de la Coordinación de Vigilancia Epidemiológica de cada hospital será el


responsable del control de las IAAS, deberá adaptarlas y darles difusión. Nosotros como personal
hospitalario debemos conocer estos sistemas de aislamiento hospitalario.

• Rojo: Precauciones estándar.


• Amarillo: Precauciones de contacto.
• Verde: Precauciones por gotas.
• Azul: Precauciones para vía aérea.
Debemos considerar entonces que tenemos que contar con un Aislamiento de Sustancias
Corporales y contar con un Equipo de Protección Personal para protegernos a nosotros, pero
también tenemos que proteger a nuestros pacientes.

La OMS tiene directrices para el lavado de manos.

¿POR QUÉ?
• Miles de personas mueren diariamente en todo el mundo a causa de infecciones contraídas
mientras reciben atención sanitaria.

• Las manos son la principal vía de transmisión de gérmenes durante la atención sanitaria.

• La higiene de las manos es, la medida más importante para evitar la transmisión de gérmenes
perjudiciales y evitar las infecciones asociadas a la atención sanitaria.

¿QUIÉN?
• Todo profesional o dispensador de servicios de atención sanitaria, o cualquier persona que
participe directa o indirectamente en la atención a un paciente, debe mantener la higiene de sus
manos y saber cómo hacerlo correctamente en el momento adecuado.

¿CÓMO?
• Limpie sus manos frotándolas con un desinfectante a base de alcohol, como medio habitual
preferente para desinfectar las manos cuando éstas no estén visiblemente sucias. Es más rápido,
más eficaz y mejor tolerado por las manos que lavarlas con agua y jabón.

• Lávese las manos con agua y jabón cuando estén visiblemente sucias, manchadas de sangre u
otros fluidos corporales, o después de usar el inodoro.

• Cuando se sospeche o se tenga constancia de haber estado expuesto a patógenos que liberan
esporas, y en particular a brotes de Clostridium difficile, el método preferible consistirá en lavarse
las manos con agua y jabón.

¿CUÁNDO?
• Antes de tocar al paciente

• Antes de realizar una tarea limpia/aséptica

• Después del riesgo de exposición a líquidos corporales

• Después de tocar al paciente

• Después del contacto con el entorno del paciente

Importante revisar tanto el método para retiro de guantes como el método para lavado de manos.
Enfermedades preocupantes

No es motivo de este resumen hablar de manera específica de estas enfermedades, en su momento


se revisarán a detalle.

ACTA DE RYAN WHITE.

El Acta Ryan White Comprehensive AIDS Resources Emergency (CARE) fue promulgada por el
Congreso de Estados Unidos en 1990. Recibió su nombre de Ryan White, un adolescente que
contrajo SIDA por un tratamiento contaminado para la hemofilia en 1984 y se convirtió en defensor
de la investigación y la consciencia sobre el SIDA, murió por la enfermedad en 1990.

En 1994, los CDC emitió el aviso final del Acta Ryan White CARE Respecto a los Empleados de
Respuesta a Urgencias. Esta acta federal, que se aplica a los 50 estados, obliga a un procedimiento
por el cual el personal de respuesta a urgencias pueda averiguar si estuvieron expuestos a
enfermedades que ponen en peligro la vida durante la atención a un paciente.

Los procedimientos para el seguimiento de la exposición por parte del personal de respuesta a
urgencias señalado en el acta permanecen vigentes en la extensión más reciente, como el Acta Ryan
White de Extensión de Tratamiento para VIH/SIDA (Ryan White HIV/AIDS Treatment Extension Act)
de 2009.

El personal de respuesta a urgencias referido en esta acta incluye bomberos, oficiales de la policía,
TUM y otras personas que proporcionen ayuda de urgencia a nombre de una organización de
voluntarios legalmente reconocida. Los CDC publicaron una lista de posibles enfermedades
infecciosas y transmisibles que ponen en peligro la vida a las que el personal de respuesta a
urgencias puede exponerse. La lista incluye enfermedades transmisibles por el aire como
tuberculosis, enfermedades transmisibles por sangre como hepatitis B y VIH/SIDA y enfermedades
raras o infrecuentes como difteria y rabia.

El Acta Ryan White CARE requiere que todos los oficiales de salud pública de cada estado designen
un oficial dentro de su organización de respuesta a urgencias para que actúe como “oficial
designado”. El oficial designado es responsable de recopilar hechos sobre las posibles exposiciones
a enfermedades infecciosas transmitidas por aire o sangre de un respondedor a urgencias.

• Los empleados deben recibir la serie de vacunas contra hepatitis B sin costo y en un tiempo y sitio
razonables
• Equipo de protección personal. Este equipo debe ser de una calidad que no permita que la sangre
u otros materiales infecciosos lo atraviesen o lleguen a la ropa de trabajo del TUM, a su ropa de civil,
ropa interior, piel, ojos, boca u otras mucosas. Este equipo debe ser proporcionado por el empleador
al TUM sin costo e incluye, entre otras cosas, guantes protectores, escudos faciales, mascarillas,
gafas protectoras, batas y delantales, bolsa-válvula-mascarilla, mascarillas de bolsillo y otros
dispositivos de ventilación
• Métodos de control. Los controles de ingeniería eliminan riesgos potenciales de enfermedades
infecciosas o separan al TUM de la exposición. Los ejemplos incluyen mascarillas de bolsillo, equipo
desechable para la vía aérea y recipientes para agujas resistentes a las punciones. Los controles en
la práctica laboral mejoran la manera en que se realiza una tarea para disminuir el riesgo de
exposición. Los ejemplos incluyen el uso apropiado y seguro del equipo protector personal; manejo,
etiquetado y desecho adecuados de materiales contaminados; y prácticas apropiadas de lavado y
descontaminación

• Trabajo de limpieza. El TUM y el empleado son responsables de mantener las condiciones limpias
y sanitarias de los vehículos de respuesta a urgencias y los sitios de trabajo. Los procedimientos
incluyen el manejo y descontaminación apropiados de las superficies de trabajo, equipo, ropa sucia
y otros materiales

• Etiquetado. El estándar requiere el etiquetado de los recipientes usados para almacenar,


transportar o enviar sangre y materiales potencialmente infecciosos, incluido el uso del símbolo de
riesgo biológico

En México, la Norma Oficial Mexicana 087 [NOM-087-ECOL-SSA1-2002] especifica el manejo de


residuos biológicos

• Evaluación posterior a la exposición y seguimiento. Los TUM deben informar de inmediato los
incidentes con sospecha de exposición – incluido el contacto de mucosas o piel lesionada con sangre
u otros materiales potencialmente infecciosos – derivado del cumplimiento de los deberes del
empleo.

PARTE 2
Las micobacteriosis

Las micobacteriosis que se incluyen en este resumen son la tuberculosis y la lepra, padecimientos
de gran importancia para la salud pública por constituir importantes patologías infectocontagiosas
causadas por M. tuberculosis y M. leprae respectivamente, que no obstante ser de los más antiguos
de la humanidad, aún siguen afectando grandes grupos de población, principalmente a los más
vulnerables.

Lepra y tuberculosis son enfermedades curables, dependiendo de la detección oportuna de los casos
mediante el estudio bacteriológico, el tratamiento específico y el seguimiento adecuado; cuando
todo esto se logra es posible interrumpir la cadena de transmisión.

La OMS declaró a la tuberculosis como una emergencia de salud pública, y para 2017 estimó que 10
millones de personas en el mundo se enfermaron por esta causa: 5.8 millones de hombres, 3.2
millones de mujeres y 1.0 millones de niños.
Hubo casos en todos los países y grupos de edad, pero en general el 90% eran adultos (≥15 años),
el 9% eran personas con VIH (72% en África) y dos tercios eran en ocho países: India (27%), China
(9%), Indonesia (8%), Filipinas (6%), Pakistán (5%), Nigeria (4%), Bangladesh (4%) y Sudáfrica (3%).

Estos y otros 22 países en la lista de la OMS de 30 países con alta carga de TB representaron el 87%
de los casos del mundo.

La coinfección de tuberculosis VIH puede aparecer en el 30- 50% de casos de VIH, siendo está la
comorbilidad más frecuente, así como la Diabetes Mellitus y la Desnutrición.

Por otro lado, la lepra al ser un padecimiento que se encuentra en proceso de eliminación en
México, requiere contar con un sistema de vigilancia altamente sensible para la detección,
tratamiento y estudio de contactos oportuno de los casos que permita el cumplimiento de dicho
objetivo.

Tuberculosis y lepra son ejemplo claro de patologías multifactoriales que refleja la deuda social
mundial ante las desigualdades en salud, relacionadas con las condiciones sociales desfavorables
que la gran mayoría de los enfermos enfrentan.
Las inequidades en salud son el fiel retrato de cualquiera de los más de 10.4 millones de seres
humanos que se registran con tuberculosis, así como de las familias de los cerca de 1.7 millones de
personas que mueren por esta causa en el mundo cada año.

Dentro de los principales factores de riesgo asociados a la ocurrencia de casos de tuberculosis y


lepra son:
• Tener contacto estrecho y por tiempo prolongado con un enfermo de tuberculosis o lepra.
• Grupos etarios en extremos de la vida.
• Personas con inmunocompromiso ejemplo: VIH o Diabetes.
• Personas bajo tratamiento con medicamentos que impliquen inmunosupresión (quimioterapia).
• Alcoholismo
• Desnutrición
• Adicciones

En América Latina para el 2017, México ocupa el tercer lugar en cuanto a la incidencia de casos de
tuberculosis pulmonar.

Según lo reportado por la secretaría de salud, del año 2000-2017 se han notificado 129,903 casos
de tuberculosis pulmonar, 2,479 tuberculosis meníngea, 28,495 de tuberculosis de otras formas,
con un acumulado de 160,877 casos notificados.

La localización anatómica más frecuente de la tuberculosis es la pulmonar con 80.7%, otras formas
17.7%, meníngea 1.6%.

El grupo de edad con mayor número de casos de tuberculosis en todas sus formas es el de 25-44
años de edad y predominio en hombres.
Existen definiciones operacionales para hablar de casos de tuberculosis:

Caso probable de Tuberculosis Pulmonar (TBP): Toda persona que presenta tos con expectoración
o hemoptisis (tos con sangre), de dos o más semanas de evolución. En menores de 15 años que
presenten durante dos o más semanas tos con o sin expectoración y por lo menos uno de los
siguientes: fiebre vespertina, diaforesis nocturna, detención del crecimiento o baja de peso sin
causa aparente.

Caso de TBP confirmado por laboratorio: Todo caso probable en quien se ha identificado por
laboratorio el complejo Mycobacterium tuberculosis en cualquier muestra proveniente del árbol
bronquial, ya sea por cultivo, baciloscopía o por métodos moleculares reconocidos por el Instituo
Nacional de Referencia Epidemiológica (InDRE).

Caso de TBP confirmado por clínica: Todo caso probable en quien la sintomatología, signos físicos,
elementos auxiliares de diagnóstico o respuesta terapéutica, sugieren la evidencia de tuberculosis,
pero la baciloscopía, cultivo o métodos moleculares fueron negativos.

Caso de TBP descartado: todo caso probable de tuberculosis pulmonar en quien no se confirme el
diagnóstico por clínica o métodos de laboratorio.

Contacto: persona que convive o ha convivido con un enfermo de tuberculosis de manera intra o
extradomiciliaria y que tiene la posibilidad de contraer la infección.

Recordemos que la tuberculosis pulmonar es un padecimiento transmisible, lo que pone en riesgo


a las personas que conviven con un caso de tuberculosis para contraer la infección y enfermar.

El estudio de estos contactos es piedra angular para el control de la tuberculosis, tiene como
propósito cortar la cadena de transmisión e identificar casos de tuberculosis entre los convivientes
del paciente; y se refiere a las acciones dirigidas para identificar personas infectadas o enfermos
que conviven o han convivido con una persona con tuberculosis (familiares, amigos y compañeros
del área laboral) y administrar tratamiento de tuberculosis activa o latente, según corresponda.

Tuberculosis latente: estado de respuesta inmunitaria persistente a antígenos de Mycobacterium


tuberculosis adquiridos con anterioridad que no se acompaña de manifestaciones clínicas de TB
activa, que en personas inmunocompetentes, puede ser identificada a través de prueba cutánea de
Derivado Proteico Purificado (PPD) o un Ensayo de Liberación de Interferón Gamma (IGRA´s).

Para establecer la estrategia del estudio de contactos hay que tener presente que no todos están
expuestos al mismo riesgo de infectarse, el riesgo depende de las características del agente, los
determinantes en salud, grado de exposición y susceptibilidad de las personas expuestas.

La priorización del estudio de contactos, se determina con base en las características del caso índice,
la susceptibilidad y la vulnerabilidad de los contactos, y las circunstancias de las exposiciones; es
decir, la probabilidad de infección.
El área de Vigilancia Epidemiológica, tiene las siguientes funciones:

• Ante casos confirmados de tuberculosis deberá verificar el registro en el estudio epidemiológico


del nombre, edad y sexo de la totalidad de los contactos.
• Garantizar que todo contacto que presente sintomatología compatible con tuberculosis, ingrese
al sistema como caso probable para la confirmación o descarte de este padecimiento.

Las responsabilidades que tiene el área de Atención médica son:

• El estudio de cada contacto lo realizará el médico tratante de la unidad médica donde se identifica
al paciente (en caso de un segundo o tercer nivel, con coordinación con el primer nivel de atención),
apoyado por el equipo de medicina preventiva, en donde se deberá de garantizar el examen de los
contactos, si cuentan con alguna comorbilidad, la realización de la prueba cutánea de PPD o IGRA´s,
la presencia o no de sintomatología compatible con tuberculosis, si padeció o no anteriormente
tuberculosis y si el contacto amerita o no Terapia Preventiva con Isoniacida y en caso de requerirla,
la fecha de inicio y término de esta.
• El médico tratante será el responsable de la evaluación clínica y de solicitar los estudios auxiliares
de diagnóstico de laboratorio y gabinete. El estudio de los contactos deberá estar terminado al mes
(30 días naturales) de haberse diagnosticado el caso índice, con seguimiento trimestral hasta el
término del tratamiento del caso.

En México se tiene, como puedes ver, programas estructurados para dar seguimiento y control a
estos casos, nuestra única tarea es saber que existen estos protocolos y además de cuidarnos, si
existiera el riesgo de contagio, reportarlo a nuestro responsable médico.

EMOCIÓN Y ESTRÉS
Hasta este momento, ya habrá notado el lector que, entrar al área de los cuidados de la salud
representa una serie de retos y desafíos. Por lo que es importante sentarnos un momento y meditar
acerca de la última vez que le dijimos a alguien que nos sentíamos “estresados”.
¿Cómo se sentía?
¿Se sentía tenso, como si todos los músculos estuvieran contraídos y tuviera “los nervios de punta”?
¿Tenía las manos sudorosas y un “nudo” en el estómago?
¿Su corazón latía con fuerza y sentía un globo en la garganta?
¿Tenía problemas para dormir o siempre se sentía agotado sin importar cuánto hubiera dormido la
noche anterior?
¿Qué ocurría en su vida en ese momento?
¿Se preparaba para un examen importante?
¿La enfermedad de algún familiar lo preocupaba?
¿Se sentía dividido entre las demandas de la familia, el trabajo y la escuela?
¿Estaba preocupado por su estado financiero, preguntándose cómo cubriría algún gasto grande
inesperado?
¿Estaba a punto de cambiar de empleo o estaba pasando por un divorcio?
La manera en que maneje estas y otras causas de estrés es crucial para su bienestar.

Según el Instituto Nacional de Psiquiatría: El estrés es un conjunto de respuestas físicas,


emocionales y mentales que nos ayudan a estar alertas y reaccionar ante situaciones amenazantes
de la vida cotidiana, preparándonos para adaptarnos (luchar, huir o paralizarse)

Sobreactivación biológica

Desde un punto de vista biológico el estrés es considerado como un estado general de


sobreactivación en varios niveles: autonómico, endocrino e inmunitario. Es decir, es un proceso en
el que participan las vías neurales del sistema nervioso autónomo, las vías humorales bioquímicas
del sistema endocrino y las vías vasculares sanguíneas del sistema inmunológico. Sin embargo, no
se puede establecer una separación tajante entre los tres tipos de activación, puesto que están
estrechamente entrelazados, al grado de que gran parte del proceso de estrés puede ser
caracterizado como neuroendocrino, esto es, donde el sistema nervioso y la respuesta hormonal
desempeñan un papel central.

En la sobreactivación biológica hay que destacar los impulsos vegetativos que se transmiten a través
de dos sistemas complementarios: el simpático (encargado de movilizar las reservas de energía en
los estados de emergencia) y el parasimpático (que tiende a conservar y almacenar dichas reservas).

La sobreactivación biológica que se produce durante el estrés predispone al organismo al consumo


de energía, necesario para enfrentar un peligro inminente. Es en este momento cuando las
hormonas desempeñan su crucial papel; la adrenalina, por ejemplo, aumenta el ritmo cardiaco y el
respiratorio, preparando al cuerpo para la acción, mientras que la hidrocortisona lo ayuda a
movilizar sus reservas energéticas.
Ésta es la clase de respuestas que permiten al cuerpo realizar acciones que sorprenden por su
magnitud, eficacia y oportunidad en situaciones de emergencia. Cada respuesta contribuye con una
función específica.
El aumento en los latidos cardíacos permite irrigar más sangre al cerebro y los músculos, para pensar
y moverse más rápido; la contracción de los vasos sanguíneos disminuye el tiempo de coagulación,
para cerrar más rápido las posibles heridas; la respiración rápida y profunda proporciona más
oxígeno; la no secreción de saliva y mucosidades aumenta el tamaño de los conductos de aire a los
pulmones; el incremento de la transpiración hace que el cuerpo se enfríe más rápidamente; la
dilatación de las pupilas vuelve a los ojos más sensibles, y el rompimiento de grasa y glicógeno
permite su utilización inmediata como “combustible”.
A esto habría que agregar que el hígado libera azúcar para que la consuman los músculos, los cuales
se ponen rígidos preparándose para movimientos rápidos y vigorosos y que, por otra parte, se
producen más glóbulos blancos para ayudar a combatir alguna infección. El consumo extra de
energía que experimenta el cuerpo produce un desgaste fisiológico que hace necesaria la
intervención del sistema parasimpático para restaurar y almacenar las reservas de energía; un
ejemplo de ello es el proceso de digestión, el cual se detiene durante la acción del sistema simpático
con el fin de que la sangre que normalmente irriga el estómago se reparta por los músculos.
Por tal motivo muchos especialistas han llamado la atención sobre los riesgos de los agentes
estresores prolongados o repetitivos, pues no permiten al organismo reponerse y lo mantienen en
un estado constante de sobreactivación.
Entre estos especialistas podemos mencionar al austriaco-canadiense Hans Selye, considerado el
padre del estrés, ya que fue el creador de este término y desde la década de 1930 describió las fases
por las que atraviesa el organismo cuando se enfrenta a situaciones en las que la presencia del
agente agresor dura mucho tiempo o es muy frecuente:

1. Alarma, el organismo se prepara para hacer frente a la agresión; hay descarga de adrenalina y
otras hormonas;

2. Resistencia, se hace frente a la agresión mediante modificaciones del organismo en la sangre, el


plasma, el miocardio, la mucosa gástrica y la corteza suprarrenal, lográndose la adaptación, y

3. Agotamiento, se pierde la capacidad inicial para mantener la adaptación, dando lugar a la


vulnerabilidad del organismo, principalmente a las enfermedades.
Durante esta etapa, los efectos fisiológicos descritos por Selye incluyen lo que él llamó la tríada del
estrés: crecimiento (hipertrofia) de las glándulas suprarrenales, que producen adrenalina; desgaste
(atrofia) de los ganglios linfáticos; y úlceras gástricas sangrantes. En este momento, el individuo
pierde la capacidad para resistir o adaptarse al factor estresante y como consecuencia, puede
enfermar de gravedad. Por fortuna, la mayoría de las personas no llega a esta etapa Tipos de
reacciones al estrés

DESDE LA PSICOLOGÍA

Una misma situación laboral puede generar una serie de reacciones distintas en personas que
comparten características similares (misma jerarquía, antigüedad y edad), dando por resultado que
para algunos el ambiente laboral sea insoportable, mientras que otros lo encuentren normal e,
incluso, algunos lo consideren agradable. En este ejemplo resulta evidente que las divergencias en
las respuestas se deben a múltiples factores, sin embargo, es difícil negar la importancia que los
factores psicológicos desempeñan en este proceso: los potenciales estresores laborales no son
percibidos de la misma manera por todos los empleados y, por consiguiente, algunos responden,
biológicamente hablando, con una sobreactivación de su organismo, pero otros ni si quiera llegan a
iniciar una posible respuesta de estrés, pues no perciben la situación como amenazante.

En relación con las consecuencias negativas que acarrea al organismo la sobreactivación biológica,
la psicología se abocó a estudiar los acontecimientos vitales estresantes, es decir, aquellos que
generalmente se aceptan como agentes de cambios significativos en la vida de una persona e
implican algún grado de adaptación a las nuevas circunstancias para poder salir adelante.

Este modelo del estrés fue desarrollado en Seattle por los psiquiatras estadounidenses Thomas
Holmes y Richard Rahe, quienes lo consolidaron en 1967 a través de una escala que permite evaluar
la correlación entre dichos acontecimientos y la aparición de síntomas y enfermedades. Los
acontecimientos vitales estresantes estudiados por estos autores son los que afectan
principalmente a la población adulta, y entre ellos se encuentran: la muerte del cónyuge, el divorcio,
el encarcelamiento o confinamiento, la muerte de un familiar cercano, el despido laboral, la
jubilación y las pérdidas financieras.

Pero el estrés, desde esta perspectiva, no sólo se genera por situaciones negativas o dolorosas,
también lo producen muchas que se consideran positivas, como la reconciliación marital, el
embarazo, el matrimonio o el logro personal sobresaliente, si bien en este caso la asociación con la
aparición de enfermedades es menor. Aunque la escala de Holmes y Rahe no está dirigida a niños y
adolescentes, es pertinente señalar que, en el caso de los niños, las fuentes de estrés dependen de
su grado de desarrollo, ya que para los muy pequeños, por ejemplo, el nacimiento de un hermano
es altamente estresante, mientras que para niños un poco mayores la escuela representa el principal
agente estresor. El modelo de los acontecimientos vitales estresantes no ha estado exento de
controversias y críticas, pues como señalan, entre otros, los psiquiatras españoles Manuel Valdés y
Tomás de Flores, su metodología es débil, las unidades de cambio vital tienen bajo nivel predictivo,
no todos los acontecimientos son realmente estresores y, además, su ocurrencia es poco frecuente
en la vida de una persona en comparación con las múltiples dificultades diarias. Es decir, a pesar de
que un solo acontecimiento agudo puede ser muy intenso, los estresores cotidianos o crónicos
pueden llegar a ser, por su carácter repetitivo, esencialmente más dañinos, pues no hay que olvidar
que en el plano fisiológico la respuesta de estrés consiste en una sobreactivación que, si es muy
frecuente o constante, perjudica al organismo.

El TUM se expone de manera habitual a agentes o situaciones causantes de estrés.

Estos factores estresantes pueden ser:

• Ambientales (p. ej., ruido, clima inclemente, ruinas inestables)


• El trato con otras personas (p. ej., relaciones familiares o laborales desagradables,
pacientes o testigos abusivos)
• La propia imagen personal o expectativas de desempeño (p. ej., preocupación por la pericia
para habilidades específicas o culpa por resultados deficientes de pacientes).

Lo que resulta irónico es que estos factores causantes de estrés pueden ser algunas de las mismas
cosas que atrajeron en un principio a la persona para convertirse en TUM, como un ambiente de
trabajo atípico, una carga de trabajo impredecible, pero variada, el tratar con personas en crisis o la
oportunidad para trabajar de manera un poco independiente.

La forma en que se enfrentan estos factores de estrés es crucial para la supervivencia del individuo
como TUM y para la vida.

A menudo se encuentran tres tipos de reacciones al estrés: agudas, tardías y acumulativas.

Cualquiera de estas puede ocurrir como resultado de un incidente crítico, que es cualquier situación
que desencadene una respuesta emocional intensa. Una reacción aguda al estrés ocurre al mismo
tiempo o poco después del incidente crítico. Una reacción tardía al estrés (también llamado
trastorno por estrés postraumático) puede ocurrir en cualquier momento, días o años después de
un incidente crítico.
Una reacción acumulativa al estrés (también llamada agotamiento) es resultados de factores
estresantes recurrentes por un tiempo prolongado en el trabajo o la vida privada.

Finalmente, lo importante es reconocer al estrés y saber cómo mitigarlo.

Al inicio del texto se mencionan 6 aspectos clave: las redes de apoyo, el ejercicio, el sueño, la
alimentación, tener cuidado con el alcohol y la cafeína, la consulta médica regular y las
inmunizaciones.

La finalidad de este módulo es darles herramientas a ustedes, personal de los servicios


prehospitalarios, para que puedan tener Bienestar.

Finalmente, si leíste este resumen y llegaste hasta aquí quiero agradecerte y recordarte no solo
estamos para pasar información, sino para apoyarlos en cualquier aspecto tanto de índole educativa
como personal.

¡Éxito en lo que viene y gracias por formar parte de los servicios de atención de urgencias!

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