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CAPÍTULO 4:

NUTRICION Y ALIMENTACIÓN DE LA MUJER POSTEMBARAZO

Mgter. María del Carmen Grande

El período postparto

Durante el embarazo la madre y el niño/a están íntimamente ligados, la pla-


centa es el órgano que se encarga de la transferencia de sustancias nutritivas, hor-
monas, factores inmunológicos e intercambio gaseoso al feto durante la gestación,
integrando ambos organismos.
El período postparto es un estado de transición desde la etapa de estrecha re-
lación que hay entre la madre y su hijo/a durante el embarazo, hacia un período de
mayor autonomía para ambos. En esta etapa se producirán cambios importantes en
la fisiología de la madre, hasta retomar de manera paulatina una condición semejan-
te a la que tenía antes de la gestación.
El período postparto incluye a la etapa de puerperio que se considera a la
etapa que abarca desde el nacimiento y hasta que transcurren cuarenta y cinco días
posteriores al parto. Esta etapa se la divide en:
t Puerperio inmediato: comprende las primeras veinticuatro horas poste-
riores al parto y transcurre habitualmente durante la internación. El con-
trol en esta instancia consiste en control de signos vitales: pulso, tensión
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y temperatura; signos clínicos tales como: involución uterina y caracterís-


ticas de los loquios (pérdida hemática que se produce después del parto).
t Puerperio mediato: corresponde al período que transcurre entre los días
dos y el diez postparto. Esta etapa transcurre en general en el hogar, y
se caracteriza por instalación de la lactancia materna y mayor derrame
loquial.
t Puerperio alejado: comprende entre los días once y cuarenta y cinco pos-
tparto. Al finalizar esta etapa concluye la etapa de involución genital y
se alcanza el estado pregravídico. Si no hay lactancia aparece la primera
menstruación.

¿Cuánto dura el período postparto? No existe un consenso acerca del tiempo de

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duración. La Dra. Soledad Díaz propone se defina en términos amplios a este perío-
do que incluya aspectos biológicos y psicosociales que lo caracterizan. Si bien, como
se explicó previamente, la madre experimenta la recuperación del aparato genital
en las primeras semanas, no pasa lo mismo con los aspectos fisiológicos, endocri-
nos y nutricionales. La lactancia materna será una de condiciones particulares que
definirán esta etapa al que se incorporan otros factores entre ellos los psicosociales
que analizaremos más adelante. Teniendo en cuenta los numerosos cambios que
se suceden en este período es oportuno considerar como postparto el tiempo que
transcurre desde el nacimiento del niño hasta que la mujer/madre recupera la condi-
ción endocrina y nutricional que tenía antes de embarazo y que en el niño finaliza la
etapa de transición con un alto grado de dependencia de la madre. Por lo tanto este
período es variable entre una mujer y otra y está condicionado fundamentalmente
por la duración de la Lactancia Materna. El período postparto que se prolonga en el
tiempo también se le asigna el nombre de puerperio tardío

Cambios fisiológicos de esta etapa

La madre y el niño siguen íntimamente unidos después del parto por medio
de la lactancia materna. La glándula mamaria reemplaza algunas de las funciones
que en el embarazo se llevaba a cabo por medio de la placenta, tales como: nutriti-
vas, inmunológicas y endocrinas.
Desde el punto de vista nutritivo la lactancia materna exclusiva es el alimento
por excelencia durante el primer semestre de la vida del niño, brindando un aporte
de macro y micronutrientes suficientes y apropiados a la maduración digesto-absor-
tiva y metabólica del lactante.
El organismo de la mujer tendrá diferentes adaptaciones que le permitan
mantener esta función sin alterar su estado nutricional. Respecto al peso corporal
la mujer retiene parte de la ganancia de peso que se produjo durante la gestación,
este depósito será importante para la lactancia materna y como factor protector del
estado nutricional materno, sobre todo cuando el incremento de peso de la mujer/
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madre se produjo dentro de los parámetros deseados.


Durante los primeros días del período postparto los cambios endócrinos se
enmarcan en algunos hitos: la desaparición de la circulación materna de hormonas
como la progesterona que tiene importante impacto en la fisiología de la mujer, y se
producirán el incremento de otras hormonas involucradas en la lactancia materna:
como son la prolactina y la oxitocina, esta última además es responsable de estimular
las contracciones de la musculatura del útero permitiendo su involución para que
retome el volumen normal que corresponde al tamaño que poseía antes del emba-
razo.
El ovario está deprimido, ya que la hipófisis (glándula responsable de la regu-
lación de la función del ovario) no produce suficiente hormona luteinzante (LH) y
hormona folículo estimulante (FSH) para cumplir con su función. Esta inhibición

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retrasa la primera ovulación entre cuatro y ocho semanas en las mujeres que no
amamantan y se extiende a meses en la mujer que amamanta.
Mientras dura la lactancia exclusiva, el estímulo de la succión será un factor
que inhibirá la función ovárica y la recuperación de la fertilidad. A medida que dis-
minuye la succión por la incorporación de líquidos, sucedáneos o por la inclusión
de la alimentación complementaria esto provocará que se reinicie la ovulación, la
menstruación y por ende la fertilidad.
Respecto al Sistema Inmune el parto estimula un estado proinflamatorio que
se atribuye presumiblemente al dolor, esfuerzo físico, y lesión tisular relacionados
con el parto. Las citocinas proinflamatorias también están vinculadas a la actividad
del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal y se han asociado a los trastornos del estado
de ánimo en mujeres no embarazadas. La interleucina-1ȕ, una potente citocina
proinflamatoria liberada por los leucocitos, se encuentra elevada en el primer mes
postparto. En un estudio transversal se midieron los niveles séricos de interferón Ȗ
o interleucina-10 y cortisol en mujeres en el postparto y fueron más bajos en aque-
llas que tenían síntomas depresivos, sugiriendo una respuesta hipotálamo-hipófisis-
adrenal hipoactiva y una respuesta inmune proinflamatoria mixta.

Cambios vinculados a aspectos psicológicos y sociales

Desde la perspectiva psicosocial, esta etapa representa un período difícil por


las demandas de cuidado del recién nacido, el deseo de cumplir con las funciones
maternales de la mejor manera posible (situación que compite con los otros roles
que desarrolla la mujer dentro y fuera del hogar) y las inseguridades acerca del cómo
deben cumplir el rol materno, sobre todo se trata de un primer hijo.
A partir del nacimiento de un hijo la vida de la mujer cambia profundamente.
Su relación con la pareja ya no vuelve a ser la misma a antes de la incorporación
de un niño/a a la vida de ambos y la pareja en este sentido deberá asumir nuevas
responsabilidades.
Los importantes cambios que se producen a nivel emocional tienden a hacer
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que la mujer/madre centre su atención en el recién nacido. Es una etapa de gran


vulnerabilidad emocional y psíquica, motivo por el cual deben prestarle particular
atención tanto la familia como los equipos de salud. Un problema no menos común
es la depresión postparto (DPP) que debe tratarse de manera precoz y oportuna.
Actualmente no es posible distinguir una causa única que explique la ocurren-
cia de la DPP, lo que sostiene su etiología multifactorial. Entre los factores de ries-
go de mayor asociación se destacan los antecedentes personales de la mujer/madre
relacionados a baja autoestima, depresión y depresión postparto previa, relaciones
maritales dificultosas, redes de apoyo insuficientes y en particular, cuadros ansiosos,
depresivos y de estrés durante el embarazo.
Dentro de los factores biológicos al que se asigna responsabilidad sobre la
DPP uno corresponde al detallado previamente respecto al sistema inmune.

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Otra de las hipótesis de origen orgánico asociadas al desarrollo de DPP se re-
laciona con los niveles séricos de triptófano, los que se encuentran más bajos al final
del embarazo e inicio del puerperio al compararlos con las mujeres no embarazadas.
El triptófano es precursor de serotonina, neurotransmisor involucrado en la etiopa-
togenia de estos trastornos. Entre el primer y segundo día postparto en las mujeres
se observa elevación del triptófano sérico como mecanismo natural de compensa-
ción, lo que no ocurriría en quienes desarrollan un cuadro depresivo puerperal.
Los factores sociales también se incluyen en esta mirada multifactorial de la
DPP. La construcción social (enfoque de género) del ser madre influye en las expec-
tativas que la propia mujer tiene de este rol. Una buena madre debe ser abnegada,
sacrificada, etc. y, a su vez, deberá seguir cumpliendo el rol de buena pareja o esposa.
La transición de ser madre que ocurre en período postparto es de importancia
vital para ella, para su autoestima, su satisfacción personal y la construcción de una
identidad positiva de sí misma. Esto favorecerá el modo de cuidar al niño, interpre-
tar el llanto, el cómo amamantar, cómo cuidarlo cuando enferma etc.
La lactancia materna puede en estos casos ser un factor protector para la mu-
jer/madre si esta interpreta la lactancia exitosa como un logro. Provoca en la mujer
sentimientos de satisfacción personal, incrementa su autoestima y autoaprobación.
Desde el punto de vista el entorno social también tendrá un reconocimiento basado
en el logro de una lactancia materna eficaz, sobre todo entre las clases sociales de
menor acceso económico, provocando un reconocimiento de su rol. Sin embargo no
siempre es vivido por la mujer con sentimientos gratificantes y la lactancia materna
puede en estos casos profundizar la DPP por lo que se aconseja suspenderla.
La relación de pareja puede cambiar especialmente después del primer parto,
en ocasiones aparecen celos por parte del padre quien reclama a la mujer atención.
En esta circunstancia es importante que la mujer/madre pueda involucrar a la pareja
en el cuidado del niño, en el juego, en la alimentación por ej. la mamá trabaja y se
extrae la leche que el papá esté a cargo de dar el biberón. Retomar la relación sexual
con la pareja puede ser difícil y es parte del reencuentro en esta nueva situación.
En esta etapa cambian las relaciones del grupo familiar, si hay otros hijos sue-
len reaccionar con celos, agresión, conductas regresivas o comportamientos anorma-
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les. El apoyo y el afecto serán herramientas indispensables en esta etapa de la mujer


para recorrerla sin inconvenientes.

Prescripción alimentaria

Alimentación en la etapa postparto inmediato y mediato


Durante el proceso del parto normal se producen fuertes contracciones y
gran esfuerzo de la mujer para que se produzca la expulsión del niño. Esto provoca
pérdidas importantes de energía y líquidos. De acuerdo al tiempo de duración del
trabajo de parto y tratamiento médico indicado será la prescripción alimentaria en

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la etapa siguiente.
En general una vez finalizado el parto normal la mujer siente un gran cansan-
cio inmediato, pero se recupera rápidamente si no se ha producido ningún incon-
veniente. Uno de los primeros requerimientos alimentarios que manifiesta es la sed.
Se evaluará la tolerancia de la mujer/madre y por otro lado si se ha utilizado algún
tipo de anestésicos deberá, conjuntamente con el resto del equipo, valorar el mo-
mento adecuado. La prueba de tolerancia se inicia con pequeños sorbos de agua y si
hay tolerancia, (esto quiere decir no hay presencia de náuseas, ni vómitos), se podrá
indicar líquidos sin inconvenientes para en pocas horas pasar a una dieta completa,
de acuerdo a las características de salud-enfermedad de la paciente.
Si el nacimiento se produce mediante cirugía (cesárea) la realimentación ten-
drá otras características. Después de la cirugía abdominal, en general se recomienda
que la paciente no ingiera líquidos ni alimentos durante un período específico o
hasta el retorno de la función intestinal demostrada por los ruidos intestinales pro-
pulsivos o el pasaje de flatos o heces.
Sin embargo, hay discrepancias acerca de esta práctica muy difundida. Algunas inves-
tigaciones (Kramer, 1996- Bennett 1999-Sellers 1993) recomiendan mantener una ayuno
de 12 a 24 horas postcirugía, luego iniciar dieta líquida de características livianas y luego
incluir alimentos sólidos con dieta liviana que evite la formación de flatos y acentúen la
constipación que se da en el puerperio inmediato y mediato, se deben evitar los alimentos
que provocan estos síntomas como coles, féculas, papa etc. Otros autores (Sweet 1997- Ga-
bbe 1996- Kruppel 1993) recomiendan iniciar de manera temprana la ingesta de líquidos
ligeros calientes dentro de la segunda hora de realizada la cesárea, si la paciente tolera,
ofrecer un régimen liviano con las mismas características descriptas. Si bien es cierto que el
tiempo de ayuno que pueda transcurrir nunca será un factor determinante de una malnu-
trición de la mujer/madre el objetivo es también lograr que se sienta confortada y a veces
estas prácticas de ayunos prolongados solo logran generar malestar o molestias en la mujer.

Alimentación en el postparto alejado y tardío


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Valoración alimentaria nutricional de la mujer postparto


La determinación del estado nutricional basada en métodos antropométri-
cos, bioquímicos y alimentarios es fundamental para planificar la dieta de la mujer
postparto. Un estado nutricional caracterizado por carencias o excesos tiene impli-
cancias en la salud de la mujer/madre en primer término y en segundo lugar tiene
implicancias en la alimentación del niño. La Lactancia Materna requiere del orga-
nismo materno la disposición de reservas maternas suficientes para que en el proceso
de amamantamiento no sufra ningún tipo de déficit nutricional. Por otro lado la
recuperación del peso materno será uno de los indicadores valorados para intervenir
oportunamente desde las indicaciones alimentarias.
Luego de producido el parto se produce en la mujer un rápido descenso de

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peso, fundamentalmente por el nacimiento del niño, la expulsión de la placenta y
por la pérdida de líquidos y loquios. El peso materno deberá tomarse transcurrido
las 48 o 72 horas postparto para identificar el peso real de la mujer. En esta instancia
se registran pérdidas de peso de alrededor de seis a siete kg. A continuación durante
los siguientes seis meses la disminución de peso continuará a un ritmo más lento.
En general se observa que transcurrido el primer año de vida del niño la mamá tiene
aún un peso residual que oscila entre uno y tres kg.
De manera óptima se espera que la retención de peso materno en la etapa
puerperio alejado sea de aproximadamente cuatro kg. En el transcurso del período
postparto este tejido será utilizado por el organismo como el sustrato energético
para facilitar la lactancia materna. Esta situación biológica nos hace pensar que si la
lactancia materna se recomienda como mínimo hasta los dos años de vida del niño
es posible esperar este tiempo para que la mujer/madre vuelva al peso corporal
previo al embarazo.
Sin embargo, paradójicamente, durante la etapa postparto suele darse un in-
cremento de peso. Existen varias hipótesis respecto a cuáles pueden ser las razones
pero aun no tiene una respuesta cierta. Los equipos de salud comienzan a invisibili-
zar a esta mujer y ella misma comienza a colocar ahora su interés en el recién nacido
que requiere, hasta su autonomía, del máximo cuidado.
Seguramente estos factores provocan conductas alimentarias que no resultan
las más adecuadas, por ejemplo picotear lo alimentos, no tener horarios para las co-
midas, o realizarlas de manera rápida, sin tener en cuenta la saciedad etc. Deberá el
profesional Nutricionista abordar esta temática, buscar el espacio para que la mujer-
madre plantee objetivos de autocuidado en su salud nutricional.
La pérdida de peso postparto es variable, pero se recomienda una pérdida de
no más de 500 g/mes. El amamantamiento suele ser una estrategia adecuada para
favorecer un descenso de peso materno siempre y cuando se realice con una dieta
equilibrada, es decir ni dietas restrictivas ni ayunos prolongados que puedan impac-
tar en la calidad de la leche.
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Necesidades de Energía
Los requerimientos de energía en la nodriza han sido habitualmente estima-
dos añadiendo a los requerimientos de la mujer normal no embarazada, el costo del
volumen de leche producida.
Sin embargo al planificar el régimen alimentario de una mujer postparto se
deberá tener en cuenta además de si amamanta o no, cuál ha sido su estado nutri-
cional antes del embarazo, cuál ha sido el incremento de peso durante la gestación
para definir la recomendación de calorías totales.
Si la mujer madre amamanta, tiene un peso extra de cuatro kg. con respecto a
su peso preconcepcional normal. Con el fin de que se produzca un descenso paulati-
no de peso sin alterar el estado nutricional se recomienda incrementar 500 Calorías
a la correspondiente por edad, contextura y actividad física.

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Pero si la mujer que dará el pecho al niño, con un peso preconcepcional nor-
mal no tiene un adecuado peso residual postparto es inferior a los 3 kg se indicará
una adición energética de aproximadamente 750 Kcal para lograr un adecuada lac-
tancia que no impacte en el estado nutricional de la mujer-madre.
Si el peso preconcepcional es excesivo, se aprovechará la etapa del amaman-
tamiento para promover un descenso de peso, por lo que no se realizará adición
calórica a la dieta normal.

Aportes de proteínas
El aporte proteico recomendado durante la lactancia es de 1,2 a 1.4 g/KKg/
día para cubrir las necesidades fisiológicas maternas, las de la lactancia materna y
balance nitrogenado.
Se estima que un incremento de 20 gramos a los valores normales diarios son
suficientes para satisfacer las demandas de esta etapa.

Calcio
El calcio, nutriente crítico, requiere un aporte diario de aproximadamente
1000 mg Este requerimiento está basado en una mujer normonutrida que amaman-
ta teniendo en cuenta que cada 100 ml de leche materna se pierde entre 28 a 34 mg.

Hierro
Las pérdidas de hierro en la leche materna son pequeñas, ya que esta vehicu-
liza pequeñas concentraciones de alta biodisponibilidad. Por otro lado si las reservas
maternas son adecuadas, frente a la amenorrea postparto no lo convierte en un nu-
triente crítico. RDA 9 mg/día.

Selección Alimentaria
Una de las particularidades fisiológicas durante el período postparto es la hi-
pomotilidad del tono gastrointestinal y de la pared abdominal, situación que se
revierte a partir de la segunda semana postparto (postparto mediato). La constipa-
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ción suele presentarse como una complicación que se suma al estrés que provoca el
cuidado del niño en las primeras horas y días. Por este motivo se indica en esta etapa
un régimen alimentario que aporte alimentos ricos en fibras, crudas o cocidas, y
abundantes líquidos.
El calcio es primordial en la alimentación porque la madre, por la lactancia,
tiene una pérdida significativa del mineral y por ello debe consumir de 4 a 5 porcio-
nes de este a través de alimentos como leche, yogur, queso y otros que lo contengan.
Como parte de los procesos fisiológicos el aporte de vitamina D es indis-
pensable para la absorción de Calcio, por lo tanto la exposición solar es una de las
alternativas que se destacan por sus precursores en la piel que se activan a partir de la
acción de los rayo solares y por otro lado los alimentos que la contienen.
Consumir alimentos ricos en hierro como carnes de todo tipo (vacuna, por-
cina, aves y/o peces) legumbres ricas en este nutriente y sus combinaciones con
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vitamina C y factor cárneo, será esencial debido a que el cuerpo de la mujer durante
el embarazo ha aportado, sobre todo durante el último trimestre de gestación, a la
formación de las reservas de hierro del niño. Luego, en el parto, la expulsión de pla-
centa, la pérdida de tejidos y loquios será otra de las situaciones biológicas en las que
se producen importantes pérdidas de hierro las necesidades se ven incrementadas.
Su consumo se debe complementar con alimentos ricos en vitamina C, la inclusión
de alimentos fuentes como cítricos, vegetales deberán ser incorporados para facilitar
su absorción.
El aporte de líquidos es fundamental porque mantiene la hidratación materna
y es parte constituyente de la leche de madre, se indicarán jugos naturales bajos en
azúcar, agua, caldos de verduras o frutas.

Período postparto, anticoncepción y Lactancia Materna

El período postparto está caracterizado por los cambios hormonales que pro-
vienen fundamentalmente de la práctica del amamantamiento. Por este motivo
abordaremos los efectos de la Lactancia Materna exclusiva y amenorrea como uno
de los métodos de anticoncepción, al que se le asigna una efectividad del 98% para
evitar el embarazo en los primeros seis meses de vida del niño.
El mecanismo fisiológico por el que la amenorrea de la lactancia determina
infertilidad, no está totalmente claro y se estima que:
t El retorno de la ovulación durante la lactancia exclusiva ocurre hacia la 34
semana postparto
t La alimentación suplementaria al lactante disminuye la frecuencia y du-
ración de las mamadas
t La mayor frecuencia y duración de las mamadas prolonga el período ano-
vulatorio
t La concentración de prolactina se correlaciona significativamente con la
frecuencia de las mamadas
t Existe una reducción en la amplitud y frecuencia de la actividad pulsátil
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de la hormona Luteinizante durante la inactividad ovárica de la lactancia


t No hay cambios en la concentración de hormona Luteinizante en el pe-
ríodo precedente al retorno de la actividad ovárica en el postparto
t La succión podría aumentar los niveles de prolactina debido al marcado
aumento de la sensibilidad de la areola, del pezón y de la piel de la mama
luego del parto.

Los estímulos aferentes de la succión llegan al hipotálamo produciendo las


siguientes respuestas:
t Descarga de oxitocina (reflejo eyecto-lácteo)
t Inhibición de descarga de dopamina por el hipotálamo aumentando la
producción hipoficiaria de prolactina

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t Bloqueo de la retroalimentación positiva de los estrógenos sobre hipotála-
mo-hipófisis que determina la descarga de hormona Luteinizante.
t Inhibición de la secreción pulsátil de hormona Luteinizante

Estas respuestas hipotalámicas a la succión de areola y pezón determinan au-


sencia del desarrollo folicular, lo que hace resaltar la importancia de la frecuencia y
duración de las mamadas sobre el período de infertilidad postparto (no menos de
siete mamadas ni menos de 120 minutos al día) posponiendo al máximo la alimen-
tación con sucedáneos.

El rol del Equipo de Salud y del Profesional Nutricionista como parte de él,
será acompañar y atender las particularidades que desde el Estado Nutricional hasta
los modos de Alimentarse se planteen en cada mujer/madre, brindando la conten-
ción, atención y asistencia necesaria.

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