Segunda revolución industrial

El inicio de la segunda revolución industrial es causado por la crisis de 1873, un factor

clave para comprender los grandes a grandes cambios estructurales en la economía y en la
sociedad que conllevo la revolución. Esta crisis es producida por la caída de los precios
agrícolas e industriales, dada por el ingreso de una gran cantidad de cereales extranjeros en
Europa apoyado por políticas libre cambistas y bajos costos de transporte, lo que obliga a
cesar la expansión económica por la saturación del mercado. Esta caída de los precios provoca
una caída de los beneficios. Esta crisis fue de sobreproducción, debido a la altísima cantidad
de países que empiezan a producir y abrirse al mercado, sobrepasando la demanda. Por este
motivo se habla de una crisis de rentabilidad de capitales y sobreproducción, debido a que
disminuyen los precios (periodo deflacionario), pero aumenta la producción cuan y
cualitativamente (la producción de hierro y acero aumentan más del doble). Esta crisis dio fin
al liberalismo económico, las empresas familiares y la libre competencia.

Ante la crisis, hubo una respuesta de los distintos sectores sociales:

- Campesinos: ante la caída de precios y beneficios del sector agrícola (representado

por un 40/50% de campesinos en países industrializados), sufrieron una pérdida del
poder adquisitivo. Por lo tanto, se vieron obligados a emigrar (aquellos sin tierras o
con tierras pobres), a países que abrían su puerta a nueva mano de obra porque
empezaban a desarrollarse (Italia y España, principalmente), y organizar cooperativas.
La migración, llevada a cabo por los bajos costos de transportes, evita el estallido de
conflictos sociales.

- Obreros: al contrario de los campesinos, aumentaron su poder adquisitivo. Mientras

que los precios disminuían, su salario se mantenía estable (o al menos no disminuía
significativamente).

- Estados: los estados europeos tomaron una política más proteccionista, presionado
por los productores locales, sobre todo en el área rural. La crisis requiere expandir
mercados de consumo, lo que exacerba la competencia y, ergo, el proteccionismo. Los
estados son presionados por sus capitales para ser defendidos en la competencia
contra capitales extranjeros (con el fin de poder competir en el mercado
internacional). Estados se vuelven grandes compradores de bienes oferentes de sus
propies industrias, principalmente del acero y las armas. El imperialismo fue otra de la
respuesta de muchos de los estados europeos (Gran Bretaña, Francia, Alemania,
Holanda, EEUU, España, Bélgica, Portugal, principalmente), donde toman el control de
continente africano y el pacífico en búsqueda de nuevos mercados y puntos
estratégicos político y económicos. Gran Bretaña se orienta al sector de los servicios y
no toma una política tan proteccionista como el resto y, por demás, controla el
mercado indio.

- Empresas: surgen las sociedades anónimas, las cuales desplazan las empresas
familiares. Ocurre una concentración empresarial, de manera vertical y horizontal, la
cual tiene como objetivo dividir el mercado y fijar precios. También surgen nuevas
modalidades de gestión, como el taylorismo y el fordismo. Estas transformaciones
estructurales tenían una tendencia hacia el monopolio y oligopolio.

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 La concentración vertical concierne a la integración de todas las fases de producción
en una misma empresa, desde la obtención de la materia prima hasta su venta final. El
costo de producción de estas empresas era menor comparado a las de antaño.
La concentración horizontal consiste en la asociación de productores, los cuales
buscan eliminar competidores al absorber por completo el mercado y abarcar toda la
demanda de un bien.
Los trust eran un grupo de empresas que sus actividades eran dirigidas por otra
empresa mayor. Este tipo de empresas eran características del capitalismo
estadounidense.

La bella época o belle Époque es la etapa de recuperación de precios y recuperación

económica. Esta etapa dura 20 años, entre el 1894 hasta el 1914 con la primera guerra
mundial. Se le denomina “bella época” porque consideran que fueron veinte años de
prosperidad económica, donde surgieron nuevas industrias (eléctrica, química y automotriz)
con una ayuda fundamental del sector financiero.

En la segunda revolución industrial, la agricultura se incrementó considerablemente.

La integración de mercados (debido al transporte), mayor cantidad de cooperativas y
sindicatos, mayor mecanización y aplicación de abono, innovaciones tecnológicas y mejores
condiciones (en comercialización, almacenamiento y suministros) fueron las causas del
aumento de la productividad y la mejoría de la calidad de producción.

Esta época es caracterizada por los avances tecnológicos que permitieron desarrollar
la prosperidad. Principalmente la sustitución del carbón y el vapor, como fuente de energía,
por la electricidad y el petróleo. La electricidad se aplicó para transporte, comunicaciones,
iluminación y usos domésticos, pero fue fundamental en el desarrollo de la actividad
hidráulica y la industria del cobre y el plomo. El petróleo otorga mayores ventajas que el
carbón como combustible, debido a su eficiencia y mayor comodidad para transportar, y logra
desarrollar la industria química y bélica.

La segunda revolución industrial permitió florecer las industrias de punta. Estas

industrias, potenciadas por el desarrollo de la electricidad y el petróleo, abrieron paso a
diversos descubrimientos útiles para diversos sectores. Primeramente, la siderurgia fue
potenciada por el desarrollo de la electricidad y el petróleo, donde el acero fue el material
insigne (que otorga varias ventajas con respecto al hierro), las innovaciones tecnológicas
bajaron su coste de producción y sus múltiples usos permitió impulsar varios sectores. La
industria automotriz fue impulsada por varios factores socio-económicos (como la
disminución del precio del acero) que permitieron la producción estandarizada y masiva. Por
último, la industria química también se desarrolló y permitió obtener una amplia variedad de
innovaciones tecnológicas que dinamizaron otras industrias, como la industria textil o bélica.

También ocurre un avance demográfico y una expansión del mercado de consumo.

Este crecimiento continuo en la cantidad de población se debió a dos factores: el aumento de
la riqueza general, que permitió ampliar el consumo en cantidad y calidad, y el progreso de las
condiciones médicas e higiénicas, mejorando la calidad de vida y reduciendo la tasa de
mortalidad. El aumento de la riqueza es debido a la industrialización, la emigración de los
campesinos a otros países y a la ciudad, y la mejora de las comunicaciones.

La principal innovación fue la nueva organización empresarial que surgen en EEUU

entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX, generando un aumento de la productividad y
beneficios.

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 - El taylorismo consta en una organización científica del trabajo, una planificación
minuciosa que tiene afán de reducir tiempos muertos y acciones productivas.
Además, se emplea un sistema de premios y castigos, cumplimiento de normas y,
principalmente, tareas sencillas y rutinarias, permitiendo la implementación de
trabajadores no calificados o especializados a la fábrica, gracias a la división del
trabajo.
- El fordismo intensifica los principios del taylorismo. Se caracteriza por prohibir el
trabajo sindicalizado, generar salarios altos e incorporar la cadena de producción
automática, que permitió mejorar la escala de producción, la calidad de los productos
y los costos de producción.

La segunda revolución industrial se caracterizó por la aparición de las grandes

empresas de sociedad anónima, el imperialismo, las innovaciones tecnológicas y científicas,
el desarrollo de nuevas industrias, una participación importante del sector financiero, la
mejora de la calidad de vida y la creación de nuevos inventos. Reino Unido queda relegada al
rol de centro financiero internacional y garante de transacciones comerciales a nivel global a
partir de la segunda revolución.

El capitalismo se expande globalmente, por lo que más países son capitalistas y

empiezan a desarrollarse industrialmente. Algunos países son centrales, aquellas potencias
económicas y políticas; mientras que otro gran conjunto de países son periféricos,
caracterizados por ser proveedores de materia primera y económicamente depender de los
países centrales. El mundo se transforma en conjunto de economías nacionales que compiten
entre sí en el mercado mundial. Compiten las empresas a través de los estados.

Respecto a la bella época, hay varios puntos que caracterizan esa etapa dorada del
capitalismo industrial:

1. Expansión geográfica del capitalismo. El sistema capitalista ingresa a conjunto de

países periféricos.
2. Economía mundial plural. Ya no solo es Gran Bretaña quien domina el mercado
externo ni esta industrializada, sino que se incorporan muchísimos más países al
comercio internacional.
3. Revolución científica e innovaciones tecnológicas.
4. Cambios en la estructura y modus operandi de las empresas en busca de mayor
rendimiento: taylorismo y fordismo (gestión científica del trabajo).
5. Ayuda del sector financiero mediante bolsa de valores, acciones y préstamos.
6. Formación de trust, oligopolios y monopolios.
7. Transformación del mercado en un mercado de consumo de masas. Cambio
cualitativo y cuantitativo de los mercados.
8. Crecimiento del sector terciario, el sector de servicios.
9. Rivalidad entre los estados.
10. Convergencia creciente entre economía y política. Estados garantizan supervivencia de
sus capitales (empresas), pero también se vuelven grandes demandantes de ellos.
11. Aumento de políticas proteccionistas en lugar de las librecambistas (solo Gran Bretaña
seguiría con reglas libre cambistas, abandonando la agricultura). Las políticas
proteccionistas estaban limitadas a bienes de consumo, no afecto a migraciones de

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mano de obra ni transacciones financieras internacionales, ni fue un impedimento
para el crecimiento económico.

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