Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Introducción
1. María está proclamando la grandeza de Dios. Magnificar es hacer algo más gran-
de. Como algo nos gusta, lo hacemos más grande, lo exageramos. Aquí María no
exagera nada. Es magnífico, extraordinariamente grande lo que Dios ha hecho.
2. Está llena de alegría, no de orgullo; reconoce que es Dios es que lo hace todo.
Dios es su Salvador. En el AT la palabra no solo se refiere a algo espiritual, sino
también a algo físico. Goel. Dios, de alguna forma, la estaba rescatando del ol-
vido (sería reconocida por toda las generaciones), aunque era consciente de su
humildad. María considera a Jesús como su salvador desde el punto de vista más
amplio: ¡era Dios mismo hecho hombre tal como se lo había anunciado el ángel!
3. María era la esposa de un carpintero de pueblo y nunca dejaría de serlo. Era in-
comprensible, incluso para ella que Dios se hubiese fijado en ella. En sus pro-
pios ojos era indigna de semejante favor por parte de Dios.
4. Reconocer que Dios tiene relaciones con los hombres, a pesar de nuestra bajeza,
hace a nuestro Dios más grande aun si cabe, a nuestros ojos.
5. Nosotros, igual que María, sólo podemos reconocer la grandeza de Dios al ha-
cerse hombre para venir a vivir como nosotros; eso le convierte en un Dios espe-
cial, diferente de todos los dioses paganos; es un Dios cercano, que se preocupa
de sus hijos, que no los deja abandonados a sus suerte. Dios no podía acercarse
de una forma más dulce a su creación que como un niño recién nacido.
6. ¿Qué pensamos nosotros cuando contemplamos nuestra bajeza en comparación
con Dios? Deberíamos reconocernos humildes, pero alegres por el regalo que
Dios nos ha hecho: ¡Somos importantes a sus ojos! Tiene mucha importancia
hoy cuando parece que sólo somos un número más dentro de un ordenador. DNI
informatizado total. Quizá eso debiéramos compartirlo con todos nuestros se-
mejantes, especialmente con los que están sufriendo.
7. ¿Qué pensamos cuando nos damos cuenta del sacrificio que Dios hizo para to-
mar nuestra forma? Tremendo sufrimiento de parte de Dios. Siervo sufriente.
La grandeza de Dios consiste en que fue capaz de hacerse pequeño y aceptar su
pequeñez. Quizá nosotros debiéramos aprender a aceptar nuestra pequeñez por-
que ahí reside nuestra grandeza, igual que en el caso de María. Somos impor-
tantes cuando nosotros mengüemos para que crezca la vida de Jesús en no-
sotros, cuando nos entregamos a los demás como lo hizo Cristo.
1. Si María estaba adorando a Dios por lo que él había hecho con ella, ahora se fija
en lo que Dios hace con los demás; recalca la soberanía de Dios que actúa con
poder de una forma magistral.
2. v. 51. esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones. A aquellos
que creen que lo saben todo, que los pueden explicar todo, les ha cerrado el en-
tendimiento para que viendo no vean. Dios premia a los humildes; si el corazón,
el centro de los sentimientos y la fe, de las palabras y los hechos, está lleno de
soberbia, nuestros sentimientos no serán los correctos, la fe no anidará en él y
por tanto nuestra palabras y hechos no serán agradables a Dios.
3. v. 52 Quitó a los poderosos de sus tronos y levantó a los humildes. Si en nuestro
corazón hay humildad, podemos aceptar por fe la obra de Dios a través de Jesús
y somos hechos coherederos juntamente con Él. ¡Qué pobres pueden llegar a
ser los ricos y qué ricos pueden llegar a ser los pobres! María misma estaba
experimentando esta realidad, por lo que no puede dejar de adorar a Dios.
4. v.53 A los hambrientos sació de bienes y a los ricos los despidió vacíos. Biena-
venturados podemos ser los que poseemos hambre y sed de justicia porque sere-
mos saciados. Es una realidad que todos los que pedimos más y más de Dios re-
cibimos más y más. Los que se acercaron a Jesús fueron saciados (hambre, sed,
curaciones, etc.), pero los que se quedaron lejos no pudieron disfrutar de Él. En
la Navidad recordamos que Dios se ha acercado al hombre y no el hombre a
Dios. ¡Qué grande es la misericordia de Dios al actuar así!
Conclusión
¡Ojalá que durante todo el año, durante toda nuestra vida, podamos
proclamar el escándalo de la cruz: que Dios se ha acercado al hombre
para darle vida en abundancia pagando un alto precio!
Bº Pilar 15-12-96
Betel 05-01-96