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Expediente: 08275-2014-17-AL
Departamento: La Paz
Por memorial presentado el 23 de julio de 2014, cursante de fs. 19 a 21 vta., el accionante, expone
los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:
Mediante Resolución 46/2014 de 17 de junio, emitida por la Sala Penal Tercera del Tribunal
Departamental de Justicia de La Paz, emergente de una acción de libertad, en la que se concede la
tutela en favor del ahora accionante, con relación al señalamiento de audiencia de cesación a la
detención preventiva, la misma que fue incumplida señalándose a los siete días después de lo
establecido.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública el 24 de julio de 2014, según consta en el acta cursante de fs. 34 a 36
vta., se produjeron los siguientes actuados:
El abogado del accionante, ratificó y amplió los términos de la demanda efectuando una relación de
los antecedentes procesales de acción de libertad.
Marcela Siles Jaksic, Jueza Decima de Instrucción en lo Penal del departamento de La Paz, por escrito
cursante a fs. 26 y vta., informó lo siguiente: 1) Que el proceso fue remitido a su Juzgado por una
recusación de sus similares Octavo y Noveno; 2) Se convocó para audiencia de cesación a la
detención preventiva el 13 de junio de 2014, la cual se suspendió por falta de remisión del detenido;
3) Se fijó nuevo día y hora de audiencia para el 16 de junio del mismo año, y los oficios fueron
entregados al asistente del abogado de la defensa, informando la Secretaria que los mismos no
fueron devueltos, por lo que se determinó la suspensión por no encontrarse el representante del
Ministerio Público; 4) Posteriormente señaló audiencia para el 23 de junio, con el tiempo suficiente
para realizar las notificaciones, motivo por el cual el impetrante de tutela formuló acción de libertad,
cuya Resolución dispuso que se respeten los plazos procesales; 5) La Jueza Décima Tercera de
Instrucción en lo Penal, emitió la Resolución 104/2014 de 10 de julio, resolviendo la cesación a la
detención preventiva y dispuso fianza económica, arraigo y detención domiciliaria, desconociendo
por qué no se tramitó la libertad, el depósito judicial y el arraigo en la vacación; 6) Que a momento
no se presentó al Juzgado referido el certificado de arraigo, motivo por el cual no efectivizó la
libertad.
Ximena Palacios Fernández, Secretaria del Juzgado mencionado, presenta su informe cursante a fs.
27, señalando lo siguiente: i) Que el proceso fue devuelto por el Juzgado de turno, el 21 de julio del
2014, “fecha en la cual se realizaron los respectivos formularios a efectos de cumplir con las medidas
sustitutivas impuestas” (sic), mediante Resolución 104/2014; ii) “Respecto al Mandamiento de
Detención Domiciliaria, es evidente lo señalado por el accionante, toda vez que en el Juzgado
tenemos la orden de la Sra. Juez de que previamente se debe cumplir con la Certificación emitida
por Migración de Arraigado” (sic), motivo por el que se procedió a consultar a la Jueza de la causa,
quien señaló que debía cumplir con dicho certificado.
I.2.3. Resolución
La Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, constituida en Tribunal de
garantías, pronunció la Resolución 57/2014 de 24 de julio, cursante de fs. 37 a 38, por la que dispuso
denegar la tutela solicitada, en virtud de no haberse vulnerado ningún derecho y garantía
constitucional, ni generarse agravio en relación a la decisión asumida por dicha autoridad, sobre la
base de los siguientes fundamentos: a) Se establece que se plantearon varios actos procesales ante
el Juez que ejerce el control jurisdiccional, aspectos que generó básicamente la retardación; b) La
Resolución 104/2014 de 10 de julio, dispuso las medidas sustitutivas a la detención preventiva
conforme lo establece el art. 240 del Código de Procedimiento Penal (CPP); es decir, “una fianza
económica de Bs. 10.000; el arraigo por oficinas de Migración y la prohibición de comunicarse con
otras personas” (sic); c) Con relación a la fianza económica y la prohibición de comunicarse, se
cumplió a cabalidad; sin embargo, se observa la presentación del arraigo, por ello es
necesario
establecer que la línea jurisprudencial “1096/2013”, señaló que necesariamente debe cumplirse con
la totalidad de la Resolución 104/2014 para la observancia de las medidas cautelares; d) Que el talón
de control de seguimiento del trámite respectivo ante las autoridades de Migración, no es suficiente
para poder solicitar inmediatamente la libertad condicionada; si bien tiene que seguir lo que
corresponda; sin embargo, no le habilita para presentar el trámite y el talón de control de
seguimiento ante Migración para poder habilitarse y disponer la libertad; y, e) La Jueza demandada
ha cumplido a cabalidad sus funciones conforme establece el procedimiento.
II. CONCLUSIONES
II.1. El 17 de junio del 2014, la Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de La
Paz, dentro de la acción de libertad, emitió la Resolución 46/2014, contra Marcela Siles Jacksic, Jueza
Décima de Instrucción en lo Penal, señalando que, la tramitación del pedido de cesación a la
detención preventiva, deberán realizarse a la brevedad posible y emitir resolución sea favorable o
contraria, en los plazos establecidos por ley (fs. 14 a 15 vta.).
II.3. El accionante en su memorial de demanda, precisó que las demandadas no habrían señalado
audiencia dentro del plazo establecido en las líneas jurisprudenciales; determinando que el talón de
control emitido por la “oficina de Migración” no era suficiente para el cumplimiento con las medidas
impuestas por la Resolución 104/2014, siendo necesario el certificado de arraigo (fs. 19 a 21 vta.).
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
El accionante por medio de sus representantes, denunció que las autoridades demandadas, no
señalaron audiencia de cesación a la detención preventiva en el plazo establecido por el tribunal de
garantías y que el talón de control emitido por la oficina de Migración, no era suficiente para el
cumplimiento con las medidas impuestas por la Resolución 104/2014 de 10 de julio, siendo
necesario el certificado de arraigo, por lo que considera encontrarse indebidamente privado de su
libertad, lesionándose de ese modo su derecho a la libertad, al debido proceso, a la defensa, a la
presunción de inocencia y a la “garantía de libertad”.
Corresponde analizar en revisión, si los actos denunciados son evidentes, a objeto de conceder o
denegar la tutela solicitada.
El legislador boliviano, ha creado dentro del sistema procesal penal un conjunto de medidas
destinadas a someter al imputado al proceso, mismas que deberán ser aplicadas, justamente cuando
no proceda la aplicación de la medida cautelar de carácter personal.
Al respecto el art. 233 CPP, modificado por la Ley 007 de 18 de mayo de 2010, señala que, la
detención preventiva procederá cuando de forma simultánea concurran ambos requisitos, los que se
encuentran señalados en los numerales 1 y 2 del referido artículo, sin que esto importe que en
algunos casos se constituyan todos los presupuestos y requisitos fijados por ley; pues de no
concurrir paralelamente los dos numerales, o en su caso, se enmarque a lo establecido en el art. 232
del adjetivo penal, el legislador ha previsto las medidas sustitutivas a la detención preventiva,
conforme dispone el art. 240 del citado Código, modificado por la Ley 007, que señala:
1. La detención domiciliaria, en su propio domicilio o en el de otra persona sin vigilancia alguna o con
la que el tribunal disponga.
3. Prohibición de salir del país de la localidad en la cual reside o del ámbito territorial que fije el juez
o tribunal, sin su autorización, ordenando el arraigo a las autoridades competentes;
6. Fianza juratoria, personal o económica. La fianza económica podrá ser prestada por el imputado o
por otra persona mediante depósito de dinero, valores, constitución de prenda o hipoteca.
La SCP 0559/2012 de 20 de julio, expresa que: “Para ingresar a la configuración procesal del arraigo y
su naturaleza jurídica, debemos partir definiendo lo que se entiende por arraigo y el fin que tiene
como herramienta jurídica dentro del ámbito de las medidas cautelares; así, el Diccionario Jurídico
Mexicano, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de UNAM, Ed. Porrúa décima edición, 1997,
considera al arraigo: 'como una medida precautoria dictada por el juzgador, a petición de parte,
cuando hubiere temor de que se ausente u oculte la persona contra quien deba entablarse o se haya
entablado una demanda. Tiene por objeto o finalidad impedir que el arraigado abandone el lugar del
juicio sin dejar un apoderado que pueda contestar la demanda, seguir el proceso y responder de la
sentencia que se dicte'.
Para Alejandro Suarez del Real Gonzales el arraigo: es la situación que deviene de la permanencia
continuada en un territorio durante un tiempo determinado, así como de una oferta de empleo
viable que demuestre la real y efectiva incorporación a su mercado de trabajo, así como de los lazos
familiares estrechados con extranjeros residentes en territorio nacional o con los propios nacionales.
Para Colín Sánchez: 'El arraigo es una especie de medida cautelar personal que puede tener lugar en
la averiguación previa, para que el procurador de Justicia o el agente del Ministerio Público realice
alguna de sus funciones con la amplitud que ameriten, sin hacer objeto al indiciado de detenciones
ilegales; y, además, con la seguridad de que éste no evadirá la acción de la justicia…'.
En la misma tónica se expresa Marco Antonio Diaz de León al hablar del arraigo, señala que: 'el
arraigo, como medida precautoria, sirve para preservar la eficacia de la consignación y, en su caso,
de la sentencia definitiva condenatoria, en tanto permite al Ministerio Púbico tener a su disposición
al inculpado, durante la investigación que realice en la averiguación previa relativa, lo cual, a su vez,
se traduce en una forma de garantizar la seguridad jurídica por lo mismo de que se impide que el
indiciado se dé a la fuga y con ello se propicie la impunidad'.
Por su parte, Jesús Martinez Garnelo, entiende como arraigo: 'imponer judicialmente a uno, la
obligación de no salir del lugar del juicio, sino mediante ciertas condiciones'”.
En el nuevo sistema procesal penal adoptado por nuestro Código de procedimiento penal, el arraigo
constituye una medida cautelar de carácter personal sustitutiva a la detención preventiva, cuya
finalidad es la de asegurar la averiguación de la verdad, el desarrollo del proceso y la aplicación de la
Ley. En efecto, según la norma prevista por el art. 240.3) del CPP, cuando sea improcedente la
detención preventiva y exista peligro de fuga u obstaculización del procedimiento, el Juez o Tribunal,
mediante resolución fundamentada, podrá disponer la aplicación de la medida sustitutiva de la
'Prohibición de salir del país, de la localidad en la cual reside o del ámbito territorial que fije el juez o
tribunal, sin su autorización, ordenando el arraigo a las autoridades competentes' (…) Siendo una
medida que limita el ejercicio de un derecho fundamental, en el marco de las normas previstas por
los arts. 7, 221 y 222 del CPP, su aplicación será efectuada con criterio restrictivo y cumpliendo con
las condiciones de validez legal previstas por las normas procesales pertinentes. Empero, una vez
aplicada la medida en el marco antes referido, su cumplimiento es obligatorio para el imputado o
procesado a quien se impone el arraigo”.
III.2.1. Acreditación de cumplimiento del arraigo como requisito para efectivizar la libertad
Del informe presentado por las demandadas, se tiene establecido que no se dio cumplimento a las
medidas sustitutivas a la detención preventiva, toda vez que el accionante no presentó el certificado
de arraigo emitido por la Dirección Departamental de Migración, motivo por el cual no efectivizó la
libertad.
De ello se tiene establecido, que la exigencia del cumplimiento de las medidas impuestas por la
autoridad jurisdiccional, como la certificación del arraigo, no puede constituirse como una
restricción u obstaculización a la libertad, debido a que por disposición legal, le compete la
verificación por parte del juez o tribunal, del cumplimiento efectivo de las medidas sustitutivas a la
detención preventiva impuestas, conforme a lo dispuesto por la norma y la resolución judicial
correspondiente, lo contrario conllevaría responsabilidad del juzgador.
Por otra parte la certificación de arraigo, constituye una constancia para el propio juzgador de que
su determinación fue cumplida, de esta forma asegura la presencia del imputado y/o procesado en
el desarrollo del proceso penal; en coherencia con lo referido, si este último no ha cumplido con las
obligaciones impuestas como es el arraigo, no puede exigir se le otorgue libertad, que se encuentra
estrictamente sujeta al cumplimiento de la medida sustitutiva, la exigencia de la certificación de
ningún modo pude ser considerada como vulneración de derecho del interesado; en todo caso, el
Juez de la causa, está cumpliendo con su deber de asegurar que las medidas impuestas en el marco
del art. 240 del CPP, hayan sido plenamente efectuadas.
De la misma forma, si bien puede existir la orden de arraigo y que ésta haya sido entregada a la
oficina respectiva de Migración, este acto procesal, no basta para que el juez o tribunal que ejerce el
control jurisdiccional de la investigación y del proceso, dé por efectivamente cumplida su orden,
siendo imprescindible y necesario, la materialización de la orden de arraigo reflejada en la
expedición de la certificación correspondiente por el órgano competente, de modo que no se deje
posibilidad alguna de que el imputado o procesado pueda salir del país, puesto que, esta medida
sustitutiva se constituye de máxima importancia para evitar la fuga.
Por lo que, no resulta evidente la lesión a ningún derecho; el hecho de que el juzgador en su
momento pida o exija el cumplimiento de lo ordenado, entre éstos, el certificado que acredite el
arraigo; momento en el cual, bajo el principio de celeridad y legalidad, deberá expedir el
mandamiento de libertad correspondiente de forma inmediata, tomando en cuenta que se hayan
cumplido otras medidas impuestas a la vez.
Si bien es cierto que la responsabilidad de los jueces se limita a actos jurisdiccionales que emergen
del ejercicio de sus funciones; empero, la autoridad judicial es el contralor de los derechos
fundamentales y garantías constitucionales del encausado, de ahí que la responsabilidad de la
autoridad jurisdiccional se extiende sobre el control de los actos administrativos ejercidos por el
personal subalterno, lo que no significa liberarles de las responsabilidades; consiguientemente, en la
problemática que se analiza, la Secretaria del Juzgado Décimo de Instrucción en lo Penal, en su
calidad de demandada, presentó en su informe, estableciendo de manera precisa que la autoridad
judicial es la que determinó la prohibición de emitir el correspondiente mandamiento de libertad, lo
cual es corroborado por el informe emitido por la Jueza codemandada, por lo que tampoco ha
cometido ilegalidad alguna, mucho menos violación de derechos.
POR TANTO