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Chipana & Moreno Abogados

From the SelectedWorks of Chipana & Moreno Abogados

2020

Cuaderno de Jurisprudencia - Diligencias


Preliminares Vol.1.pdf
Chipana & Moreno Abogados, Chipana & Moreno Abogados

Available at: https://works.bepress.com/chipanamoreno-abogados/3/


ÍNDICE

1. Cas. 02-2008, La Libertad


2. Acuerdo Plenario 4-2010/CJ-116
3. Cas. 66-2010, Puno
4. Cas. 01-2011, Piura
5. Cas. 318-2011, Lima
6. Cas. 144-2012, Ancash
7. Cas. 134-2012, Ancash
8. Cas. 692-2016, Lima Norte
9. Cas. 599-2018, Lima
10. Cas. 528-2018, Nacional
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA PENAL PERMANENTE

CAS. 02-2008, LA LIBERTAD

Lima, tres de junio de dos mil ocho.

LA SALA PENAL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número dos – dos mil ocho, en
audiencia pública llevada a cabo en la fecha, se procede a emitir la siguiente
sentencia.

I. HECHOS:

1. El abogado defensor del inculpado Joe Luis Montero Saldaña, solicita al


Juzgado que se concluya la investigación preparatoria, fundamentando lo
siguiente:

a) En virtud del inciso segundo del artículo trescientos cuarenta y tres del Código
Procesal Penal, solicitó al Juzgado que se dé por concluida la investigación
preparatoria. Al considerar que ha excedido en el límite que permite la citada
norma y se programe audiencia de control de plazos.

2. La audiencia indicada se realizó con la concurrencia de la Fiscal Provincial y


del Abogado defensor;

3. El abogado defensor interpuso recurso de apelación, la audiencia de apelación


del auto que declara infundada la solicitud de control de plazos, se efectuó con la
asistencia del Fiscal Superior y del Abogado defensor;

4. Que, contra la aludida resolución, el Fiscal Superior interpuso recurso de


casación;

II. PRIMERA INSTANCIA:

Mediante resolución S/N del siete de noviembre de dos mil siete, el juzgado de
investigación preparatoria declaró infundada la solicitud de control de plazos.

III. SEGUNDA INSTANCIA

La defensa del investigado Joe Luis Montero Saldaña, interpone recurso de


apelación y la Sala Penal de Apelaciones mediante resolución del veintiuno de
noviembre de dos mil siete, revocó el apelado y declaró fundado el control de
plazo, ordenó la conclusión de la investigación preparatoria, La Sala Penal de
Apelaciones, fundó su resolución sosteniendo que:

a) En el nuevo Código Procesal Penal existe sólo una fase de investigación, que es
la Investigación Preparatoria, a cargo del Ministerio Público, conforme se
establece en el inciso segundo del artículo trescientos treinta y siete.

b) Las diligencias preliminares practicadas durante la investigación preliminar


forman parte de la investigación preparatoria, por existir “unidad de prueba, unidad
de investigación y unidad de investigador”

Que, contra la aludida resolución, el Fiscal Superior interpuso recurso de casación


al considerar que:

a) Aún no se cumplió con el plazo de investigación preparatoria, por cuanto desde


la fecha de notificación de la disposición de formalización y continuación de la
investigación al juez de investigación preparatoria, conforme establece el inciso
segundo del artículo ciento cuarenta y tres del Código Procesal Penal, esto es el
dieciocho de septiembre de dos mil siete , a la fecha de la solicitud de control de
plazo que se concretó el treinta de octubre de dos mil siete, sólo han transcurrido
cuarenta y tres días.

IV. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. El recurso de casación fue declarado bien concedido de conformidad con lo


establecido en el inciso cuarto del artículo cuatrocientos veintisiete del citado
Código Procesal;

a) Al determinar que excepcionalmente se puede declarar la procedencia del


recurso de casación fuera de las resoluciones enumeradas en los incisos señalados
del citado artículo, ello cuando discrecionalmente se considere necesario para el
desarrollo de doctrina jurisprudencial, en este caso, respecto del control de plazo
de la investigación Preparatoria.

2. El tema fundamental del caso planteado, es el plazo. Al respecto, en doctrina se


hacen alusión a tres clases de plazos;

a) El plazo legal. Establecido por la ley.

b) El plazo convencional. Establecido de mutuo acuerdo por las partes.

c) El plazo judicial. Señalado por el juez en uso de sus facultades discrecionales.


2. El plazo es comprensivo de todo lapso para actuar, en tanto que el término
integra tan solo su vencimiento o final; en ese contexto, en el presente caso se trata
de analizar el plazo de carácter legal, vale decir, el que es señalado por la ley
durante el desenvolvimiento del proceso; dentro del marco de referencia del
sistema de orientación acusatorio adversarial que regula el Código Procesal Penal,
en aplicación gradual en el Perú.

3. Que, en ese sentido, es preciso señalar lo siguiente:

a) Que el inciso segundo el artículo trescientos treinta y siete del Código Procesal
Penal, establece que las diligencias preliminares forman parte de la investigación
preparatoria, y ésta a su vez tiene un plazo de ciento veinte días naturales,
prorrogables por única vez hasta por un máximo de sesenta días naturales,
conforme a lo estatuído por el inciso uno del numeral trescientos cuarenta y dos
del mismo cuerpo de leyes
b) Ello debe aplicarse en concordancia con lo dispuesto en el inciso segundo del
numeral trescientos treinta y cuatro, que prescribe, que el plazo de las diligencias
preliminares, es de veinte días y que no obstante ello, el Fiscal podrá fijar un plazo
distinto según las características, complejidad y circunstancias de los hechos
objeto de investigación.

4. La etapa de Investigación Preparatoria, presenta a su vez dos sub etapas: la


primera correspondiente a las diligencias preliminares y la segunda que,
corresponde a las diligencias preliminares y la segunda que, corresponde a la
investigación preparatoria propiamente dicha.

5. La fase de diligencias preliminares tiene un plazo distinto, el mismo que está


sujeto a control conforme dispone el inciso segundo del numeral ciento cuarenta y
cuatro del Código Procesal Penal; control que tiene fundamental importancia para
una tramitación adecuada y eficiente del proceso.

6. Que, el artículo trescientos treinta y seis del aludido Código, el parte final del
inciso uno, regula la formalización y la continuación de la investigación
preparatoria en concordancia con el artículo tres del código procesal penal;
interpretándose de todo ello que;

a) El plazo establecido en el numeral trescientos cuarenta y dos, debe computarse


a partir de su comunicación en virtud a lo establecido en el inciso dos del artículo
ciento cuarenta y tres.

b) A partir de una interpretación sistemática, que, esa es la razón por la cual en


cada una de esas fases, diligencias preliminares e investigación preparatoria, el
Código Procesal Penal prevé la posibilidad de que los justiciables y
fundamentalmente el imputado puedan promover mecanismos de control de plazo
de investigación, que se regulan de manera diferenciada tanto para la fase de las
diligencias preliminares como para la investigación preparatoria propiamente
dicha, conforme se desprende de los artículos trescientos treinta y cuatro inciso
segundo y trescientos cuarenta y tres inciso segundo.

7. La formalización de la investigación preparatoria tiene como una de sus


finalidades trascendentes la legitimación de los sujetos procesales, de manera que
es recién a partir de dicho acto procesal que los mismo pueden constituirse y ser
reconocidos como tales el proceso para el efectivo ejercicio de sus pretensiones,
debiendo tenerse en cuenta, además, que la investigación preparatoria tiene como
finalidad reunir los elementos de convicción de cargo y de descargo.

8. En el caso específico de los argumentos del recurso de apelación interpuesto por


el abogado defensor del inculpado, se advierte que el Fiscal Provincial formalizó
investigación preparatoria con fecha once de septiembre de dos mil siete; en
consecuencia, computando hasta la fecha de presentación de solicitud de control
de plazo, aún no había transcurrido el plazo establecido en el artículo trescientos
cuarenta y dos.

9. Los plazos para las diligencias preliminares, de veinte días naturales y el que se
concede al fiscal para fijar uno distinto según las características, complejidad y
circunstancias de los hechos objeto de investigación; son diferentes y no se hallan
comprendidos en los ciento veinte días naturales más la prórroga a la que alude la
norma pertinente, que corresponden a la investigación preparatoria.

10. Es necesario precisar que, si bien los plazos referidos son distintos, es
fundamental establecer que el plazo de las denominadas diligencias preliminares
y fundamentalmente el plazo adicional al de los veinte días le autoriza al fiscal en
casos que por sus características revistan complejidad, no debe ser uno ilimitado.

11. Si bien es cierto, en este extremo de la norma no se precisa de manera


cuantitativa cuál es su límite temporal, también es verdad que ello no puede afectar
el derecho al plazo razonable que constituye una garantía fundamental integrante
del debido proceso.

12. Deben entenderse como excepcionales, ponderándose el plazo máximo de


duración atendiendo a criterios de orden cualitativos conforme a los principios de
razonabilidad y proporcionalidad, debiendo tenerse presente siempre que las
diligencias preliminares tienen como finalidad inmediata realizar los actos
urgentes o inaplazables y que por estas consideraciones la fase de diligencias
preliminares no podría, en la hipótesis más extrema, ser mayor que el plazo
máximo de la investigación preparatoria.
V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones la Corte Suprema; declaró:

FUNDADO EN PARTE el recurso de casación interpuesto por el Fiscal Superior


del Distrito Judicial de La Libertad, contra el auto del veintiuno de noviembre de
dos mil siete y reformándolo, declara FUNDADO el control de plazo y
ORDENA que se devuelvan los autos al Juez Penal de Investigación Preparatoria
para que continúe con el plazo de ley; en consecuencia, ESTABLECIERON
como doctrina jurisprudencial, que los plazos para las diligencias preliminares, de
veinte días naturales y el que se concede al fiscal para fijar uno distinto según las
características de complejidad y circunstancias de los hechos objeto de
investigación son diferentes y no se hallan comprendidos, en los ciento veinte días
naturales más la prórroga a la que alude la norma pertinente que corresponden a la
investigación preparatoria propiamente dicha, DISPUSIERON que la presente
resolución casatoria se lea en audiencia pública.

S.S. SIVINA HURTADO, PONCE DE MIER, HURBINA GANVINI, PARIONA


PASTRANA, ZECENARRO MATEUS.
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
VI PLENO JURISDICCIONAL DE LAS SALAS PENALES
PERMANENTES Y TRANSITORIAS

Acuerdo Plenario 4-2010/CJ-116

Lima, dieciséis de noviembre de dos mil diez.

LOS JUECES SUPREMOS DE LO PENAL, integrantes de las Salas Penales


Permanentes y Transitorias de la Corte Suprema de Justicia de la República,
reunidas en Pleno Jurisdiccional, de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 116° del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, han pronunciado lo siguiente:

I. HECHOS:

1. Las Salas Permanentes y transitorias de la Corte Suprema de Justicia de la


República, con la autorización de la Presidencia de esta Suprema Corte dad
mediante Resolución Administrativa N° 165-2010-pj, y a instancias del Centro de
Investigaciones Judiciales, acordaron realizar el VI Pleno Jurisdiccional de los
Jueces Supremos de lo Penal, al amparo de lo dispuesto en el artículo ciento
dieciséis del Texto único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial, y dictar
Acuerdos Plenarios para concordar la jurisprudencia penal.

2. El Pleno Jurisdiccional se realizó en tres fases.

a) En la primera fase los Jueces Supremos discutieron y definieron la agenda para


lo cual tuvieron en cuenta los diversos problemas y cuestiones de relevancia
jurídica que han venido conociendo en sus respectivas salas en el último año. Fue
así como se establecieron los siete temas de agenda, así como sus respectivos
problemas específicos.

b) La segunda fase, denominada participación ciudadana, tuvo como finalidad


promover la intervención y el aporte de la comunidad jurídica del país para la
solución de cada uno de los problemas antes planteados. Para ello se habilitó el
foro de participación a través del portal de internet del Poder Judicial, habiendo
logrado con ello una amplia participación de diversas instituciones de la capital,
así como de diversas provincias del país a través de sus respectivas ponencias.
Luego de una debida selección de las ponencias presentadas, se realizó en fecha 4
de noviembre la audiencia pública en la que los representantes de todas las
instituciones acreditadas sustentaron y debatieron sus respectivas ponencias ante
el Pleno de los Jueces Supremos de ambas Salas Penales.

En dicha audiencia con relación al tema que aborda el presente Acuerdo


sustentaron su ponencia los señores Mario Rodríguez Hurtado -en representación
del Instituto de Ciencia Procesal Penal- y Frescia Sisi Villavicencio Ríos -en
representación de la Escuela de Formación Procesal Penal Garantista – Huaura-,
las mismas que se tuvieron en cuenta para la discusión del presente Acuerdo
Plenario. Es así como finalmente se expide el presente Acuerdo Plenario, emitido
conforme a lo dispuesto en el Artículo 116º de la LOPJ, que, faculta a las Salas
Especializadas del Poder Judicial a dictar este tipo de Acuerdos con la finalidad de
concordar criterios jurisprudenciales de su especialidad.

c) La tercera fase del sexto Pleno Jurisdiccional comprendió ya el proceso de


discusión y formulación de los acuerdos plenarios cuya labor recayó en los
respectivos Jueces Ponentes en cada uno de los siete temas. Esta fase culminó el
día de la sesión plenaria realizada en la fecha con participación de todos los jueces
integrantes de las Salas Permanente y Transitoria, interviniendo todos con igual
derecho de voz y voto.

4º. La deliberación y votación se realizó el día de la fecha. Como resultado del


debate y en virtud de la votación efectuada, por unanimidad, se emitió el presente
Acuerdo Plenario. Interviene como Ponente señor Príncipe Trujillo.

II. ASPECTOS GENERALES

1. El artículo setenta y uno del Nuevo Código Procesal Penal prevé los derechos
del imputado y, específicamente, en el apartado cuatro regula la denominada
“Audiencia de tutela”. Esta figura legal está prevista en la Sección Cuarta “El
Ministerio Público y los demás sujetos procesales”, Capítulo Primero “El
imputado”, Título segundo, “El imputado y el abogado defensor” del Libro
Primero “Disposiciones Generales” del Nuevo Código Procesal Penal -en adelante,
NCPP-. Prescribe la citada norma que:
a) El imputado puede hacer valer por sí mismo, o a través de su Abogado Defensor,
los derechos que la Constitución y las Leyes le conceden, desde el inicio de las
primeras diligencias de investigación hasta la culminación del proceso (…)

b) Cuando el imputado considere necesario que durante las Diligencias


Preliminares o en la Investigación Preparatoria no se ha dado cumplimiento a estas
disposiciones, o que sus derechos no son respetados, o que es objeto de medidas
limitativas de derechos indebidos o de requerimientos ilegales, puede acudir en vía
de tutela al Juez de la Investigación Preparatoria para que subsane la omisión o
dicte las medidas de corrección o de protección que correspondan. La solicitud del
imputado se resolverá inmediatamente, previa constatación de los hechos y
realización de una audiencia con intervención de las partes.

III. LA AUDIENCIA DE TUTELA, ALCANCES

1. Los derechos fundamentales son aquellos que se encuentran incluidos en la


Constitución Política como norma constitutiva y organizativa del Estado que son
considerados como esenciales en el sistema político y que están especialmente
vinculados a la dignidad humana. Es decir, son aquellos derechos que dentro del
Ordenamiento Jurídico disfrutan de un estatus especial en cuanto a garantías de
tutela y reforma.

2. Es así que el reconocimiento y la preocupación por la plena vigencia de estos


derechos son acontecimientos que cuentan con una relevancia trascendental, pues
los mandatos de la Constitución adquieren una gran influencia, no sólo porque
ocupa la posición de primer nivel en el ordenamiento jurídico, artículo ciento
treinta y ocho, segundo párrafo, sino porque materialmente en el proceso penal los
derechos en conflicto son fundamentales, de relevancia constitucional, al estar
integrados el derecho de punir que corresponde al juez, artículos ciento treinta y
ocho y ciento treinta y nueve, inciso diez de la Constitución, con los derechos del
imputado que también están protegidos constitucionalmente, artículo ciento treinta
y nueve inciso catorce.

3. De lo expresado en el fundamento jurídico precedente se desprende que la


Constitución, especialmente en su artículo ciento treinta y nueve, ha reconocido
un conjunto de derechos y principios procesales del que se derivan un conjunto de
consecuencias en orden tanto a los derechos y garantías de los justiciables, cuanto
a los límites de los poderes públicos. En este orden, es que la Constitución ha
incorporado un conjunto de garantías genéricas y una extensa relación de garantías
específicas que tienen que ver con una vasta relación de cláusulas de relevancia
constitucional que definen los aspectos de la jurisdicción penal, la formación del
objeto procesal y el régimen de actuación de las partes.
4. Las garantías procesales genéricas son aquellas normas generales que guían el
desenvolvimiento de la actividad procesal. En ocasiones sirven para reforzar el
contenido de las garantías específicas. Su valor se acrecienta cuando se amparan
en ellas garantías concretas que, por la circunstancia que fuere, no quedaron
incluidas de modo expreso en la Constitución. Estas son:

a) El debido proceso (artículo ciento treinta y nueve, inciso tres).

b) El derecho a la tutela jurisdiccional (artículo ciento treinta y nueve, inciso tres).

c) El derecho a la presunción de inocencia (artículo dos, inciso veinticuatro,


apartado e).

d) El derecho de defensa (artículo ciento treinta y nueve, inciso catorce).

5. La Constitución se convierte así en el referente por antonomasia, no solo del


legislador procesal sino de toda actuación de los encargados de la persecución
penal, y de las personas que de una u otra manera se ven vinculadas a un caso
penal. Esta afirmación implica un deber de protección de los derechos
fundamentales durante todo el proceso penal, lo que no significa la omisión de
tutelar otros bienes o valores jurídicos constitucionalmente valiosos, en la medida
que tales derechos son relativos y no absolutos. Por ello, el Tribunal Constitucional
ha sostenido que el respeto de los derechos fundamentales de los procesados no es
incompatible con el deber de los jueces de determinar, dentro de un proceso penal
debido, la responsabilidad penal del imputado.

6. Los derechos fundamentales deben gozar de mayor protección y por ello es que
a nivel procesal la Audiencia de tutela es uno de los principales aportes del nuevo
sistema procesal. Los derechos protegidos a través de esta Audiencia son los que
se encuentran recogidos taxativamente en el artículo setenta y uno del NCPP. Son
los siguientes:

a) Conocimiento de los cargos incriminados,

b) Conocimiento de las causas de la detención,

c) Entrega de la orden de detención girada,

d) Designación de la persona o institución a la que debe avisarse de la detención y


concreción inmediata de esto,
e) Posibilidad de realizar una llamada, en caso se encuentre detenido,

f) Defensa permanente por un abogado,

g) Posibilidad de entrevistarse en forma privada con su abogado,

h) Abstención de declarar o declaración voluntaria,

i) Presencia de abogado defensor en la declaración y en todas las diligencias que


requieran su concurso,

j) No ser objeto de medios coactivos, intimidatorios o contrarios a la dignidad, ni


ser sometidos a técnicas o métodos que induzcan o alteren la libre voluntad,

k) No sufrir restricciones ilegales,

l) Ser examinado por un médico legista o por otro profesional de la Salud, cuando
el estado de salud así lo requiera. En salvaguarda de su efectiva vigencia, de esta
audiencia de tutela pueden emanar resoluciones judiciales que corrijan los
desafueros cometidos por la Policía o los Fiscales, así como también protejan al
afectado.

7. La finalidad esencial de la audiencia de tutela es, entonces, la protección,


resguardo y consiguiente efectividad de los derechos del imputado reconocidos por
la Constitución y las leyes. Desde esta perspectiva, el Juez de la Investigación
Preparatoria se erige en un Juez de Garantías durante las diligencias preliminares
y la investigación preparatoria ejerciendo su función de control de los derechos
ante la alegación del imputado de que se ha producido la vulneración de uno o
varios de sus derechos reconocidos específicamente en el artículo setenta y uno del
Nuevo Código Procesal Penal, responsabilizando al Fiscal o a la Policía del
agravio. En otras palabras, su finalidad esencial consiste en que el Juez determine,
desde la instancia y actuación de las partes, la vulneración al derecho o garantía
constitucional prevista en la citada norma y realice un acto procesal dictando una
medida de tutela correctiva -que ponga fin al agravio-, reparadora -que lo repare,
por ejemplo, subsanando una omisión- o protectora.

8. Un aspecto vital que es de destacar es que la tutela de derechos es un mecanismo


eficaz tendiente al restablecimiento del statu quo de los derechos vulnerados, que
encuentra una regulación expresa en el Nuevo Código Procesal Penal y que debe
utilizarse única y exclusivamente cuando haya una infracción -ya consumada- de
los derechos que asiste al imputado. Como puede apreciarse, es un mecanismo o
instrumento procesal que se constituye en la mejor vía reparadora del menoscabo
sufrido, y que incluso puede funcionar con mayor eficiencia y eficacia que un
proceso constitucional de hábeas corpus.

9. Dicho de otro modo, la Tutela de derechos es un instrumento idóneo para


salvaguardar las garantías del imputado y, a su vez, regular las posibles
desigualdades entre perseguidor y perseguido. Esta institución procesal penal es
por tanto uno de los principales mecanismos para realizar el control de legalidad
de la función del fiscal, quien deberá conducir y desarrollar toda su estrategia
persecutoria siempre dentro del marco de las garantías básicas, siendo consciente
que cualquier acto que traspase el marco de los derechos fundamentales podrá ser
controlado por el Juez de la Investigación Preparatoria. Queda claro entonces que
en el nuevo modelo procesal penal es fundamental la idea de control en el ejercicio
del ius puniendi estatal.

En este sentido, aquellos requerimientos o disposiciones fiscales que vulneran


derechos fundamentales constitucionales pero que tienen vía propia para la
denuncia o control respectivo, no podrán cuestionarse a través de la audiencia de
tutela. En efecto, ocurre que el Nuevo Código Procesal Penal ha establecido en
varios casos mecanismos específicos para ventilar asuntos relativos a los derechos
básicos del imputado, como sucede con las audiencias de control del plazo de las
diligencias preliminares o de la investigación preparatoria formalizada (artículos
trescientos treinta y cuatro, inciso uno y trescientos cuarenta y tres inciso dos) o
con aquella que sustancia el reexamen de la intervención de las comunicaciones
telefónicas o análogas (artículo doscientos treinta y uno inciso tres). Por ello no es
errado afirmar que la audiencia de tutela es residual, esto es, opera siempre que el
ordenamiento procesal no especifique un camino determinado para la reclamación
por un derecho afectado. En esa misma línea, no podrá cuestionarse a través de la
tutela la inadmisión de diligencias sumariales solicitadas por la defensa durante la
investigación, pues, para este efecto rige lo dispuesto en el artículo trescientos
treinta y siete inciso cuarto del Nuevo Código Procesal Penal.

10. Ahora bien, lo expuesto en el fundamento jurídico precedente no significa que


el imputado o su abogado defensor puedan cuestionar a través de la audiencia de
tutela cualquier tipo de disposición o requerimiento que haga el fiscal, pues
solamente se pueden cuestionar los requerimientos ilegales que vulneran derechos
fundamentales relacionados con los enumerados en el artículo setenta y uno
numerales del uno al tres del Nuevo Código Procesal Penal.

Por lo tanto, aquellos requerimientos o disposiciones fiscales que vulneran


derechos fundamentales pero que tienen vía propia para la denuncia o control
respectivo, no podrán cuestionarse a través de la audiencia de tutela. En efecto,
ocurre que el Nuevo Código Procesal Penal ha establecido en varios casos
mecanismos específicos para ventilar asuntos relativos a los derechos básicos del
imputado, como sucede como las audiencias de control del plazo de las diligencias
preliminares o de la investigación preparatoria formalizada (artículos trescientos
treinta y cuatro inciso uno, trecientos cuarenta y tres inciso dos) o con aquella que
sustancia el reexamen de la intervención de las comunicaciones telefónicas o
análogas (artículo doscientos treinta y uno inciso tres). Por ello, no es errado
afirmar que la audiencia de tutela es residual, esto es, opera siempre que el
ordenamiento procesal no especifique un camino determinado para la reclamación
por un derecho afectado.

11. Siendo ello así, el Juez de la Investigación Preparatoria está obligado a


convocar a audiencia de tutela si se presenta una solicitud para la tutela del respeto
a un derecho fundamental que no tiene vía propia. No obstante, debe de realizar
una calificación del contenido de la solicitud porque eventualmente el agravio
puede constituirse en irreparable si se cita a audiencia, por lo que en este caso
excepcionalmente puede resolver de manera directa y sin audiencia. Asimismo, no
está obligado a convocar a audiencia de tutela en los casos que aprecie manifiesta
intención del imputado o de su abogado defensor de obstruir la labor de
investigación de la fiscalía en vez de debatir sobre la existencia de un agravio de
derechos. El Juez, por tanto, está habilitado para realizar un control de
admisibilidad de la petición respectiva y, en su caso, disponer el rechazo liminar,
cuidando siempre de verificar cada caso en particular para no dejar en indefensión
al imputado.

12. Por otro lado, si bien los actos de investigación realizados por el Ministerio
Público gozan de amparo legal por tratarse de la autoridad pública encargada de la
persecución del delito, ello no implica que sean inatacables o incuestionables,
puesto que han de sujetarse a la ley y al principio de objetividad. Es decir, estos
actos de investigación podrán quedar viciados o excluidos, según el caso, si se
vulneraron derechos fundamentales que se encuentran recogidos en el artículo
setenta y uno del Nuevo Código Procesal Penal, esto es, si por ejemplo se efectuó
su detención sin haberle puesto en conocimiento al imputado de los derechos
fundamentales que le asisten, por lo que el Juez en audiencia de tutela dictará las
medidas que correspondan de acuerdo a ley.

13. Asimismo, a través de la audiencia de tutela se podrá solicitar la exclusión del


material probatorio obtenido ilícitamente -en los casos en que ésta sea la base de
sucesivas medidas o diligencias- siempre que no exista una vía propia para
alcanzar este propósito y que tenga que ver con la afectación o vulneración de
alguno de los derechos fundamentales del imputado reconocido en el artículo
setenta y uno del Nuevo Código Procesal Penal. La posibilidad de atacar el
material probatorio obtenido ilegalmente deriva del reconocimiento del principio
de legitimidad de la prueba -axioma que instruye que todo medio de prueba será
valorado sólo si ha sido obtenido e incorporado al proceso por un procedimiento
constitucionalmente legítimo, y que carecen de efecto legal las pruebas obtenidas,
directa o indirectamente, con violación del contenido esencial de los derechos
fundamentales de la persona- que se encuentra establecido en el artículo octavo del
Título Preliminar del Nuevo Código Procesal Penal y de la utilización de la prueba
-regulado en el artículo ciento cincuenta y nueve del acotado Código- que establece
que el Juez no podrá utilizar, directa o indirectamente, las fuentes o medios de
prueba obtenidos con vulneración del contenido esencial de los derechos
fundamentales de la persona. Lo anotado hace viable que en la Audiencia de tutela
se cuestionen los elementos probatorios obtenidos mediante procedimientos
ilegales o viciosos y que una vez comprobada su ilicitud el Juez determine su
exclusión, como medida correctiva o de protección.

14. Otro de los problemas recurrentes que es del caso abordar en el presente
acuerdo es el relativo al cuestionamiento de la Disposición de Formalización de la
Investigación Preparatoria a través de la Audiencia de Tutela, es decir, si es posible
activar -desde la defensa- una vía de control judicial de la referida disposición
fiscal. Sobre el particular y, en principio, debemos descartar esta posibilidad,
fundamentalmente porque, como se ha enfatizado, la vía de la tutela sólo está
habilitada para aquellos casos en los que se vulnere algunos de los derechos
esenciales asociados en términos amplios a la defensa. Por lo demás debe quedar
claro que la Disposición en cuestión es una actuación unilateral del Ministerio
Público y no puede ser impugnada ni dejada sin efecto por el Juez de la
Investigación Preparatoria. Cumple una función esencialmente garantista: informa
al imputado de manera específica y clara acerca de los hechos atribuidos y su
calificación jurídica, esto es, el contenido de la imputación jurídico penal que se
dirige en su contra. Además, ya en el proceso formalmente iniciado, las partes
pueden hacer uso de los medios de defensa técnico para evitar un proceso en el que
no se haya verificado los presupuestos esenciales de imputación. Piénsese por
ejemplo en la declaración de atipicidad a través de la excepción de improcedencia
de la acción o en la de prescripción ordinaria, si es que antes de la Formalización
de la Investigación Preparatoria se cumplió el plazo correspondiente.

15. En síntesis, es de afirmar, que la Tutela de Derechos es una garantía de


específica relevancia procesal penal, que puede usar el imputado cuando ve
afectado y vulnerado uno o varios derechos establecidos específicamente en el
artículo setenta y uno del Nuevo Código Procesal Penal, quien puede acudir al Juez
de Investigación Preparatoria para que controle judicialmente la legitimidad y
legalidad de los actos de investigación practicados por el Ministerio Público y
repare, de ser el caso, las acciones u omisiones que generaron el quebrantamiento
del derecho de las partes procesales. La vía de tutela judicial sólo podrá hacerse
efectiva durante las diligencias preliminares y en la investigación preparatoria
propiamente dicha.
IV. DECISIÓN:

En atención a lo expuesto, las Salas Penales Permanentes y Transitorias de la Corte


Suprema de Justicia de la República reunidas en Pleno Jurisdiccional, y de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 116º del Texto Único Ordenado de la
Ley Orgánica del Poder Judicial;

V. ACORDARON:

ESTABLECER como doctrina legal, los criterios expuestos en los fundamentos


jurídicos.

PRECISAR que los principios jurisprudenciales que contiene la doctrina legal


antes mencionada deben ser invocados por los jueces de todas las instancias
judiciales, sin perjuicio de la excepción que estipula el segundo párrafo del artículo
veintidós de la Ley Orgánica del Poder Judicial, aplicable extensivamente a los
Acuerdos Plenarios dictados al amparo del artículo ciento dieciséis del citado
estatuto orgánico.

PUBLICAR el presente Acuerdo Plenario en el diario oficial “El Peruano”.


Hágase saber.

S.S. SAN MARTIN CASTRO, LECAROS CORNEJO, PRADO


SALDARRIAGA, RODRÍGUEZ TINEO, BARRIOS ALVARADO, PRINCIPE
TRUJILLO, NEYRA FLORES, BARANDAIRAN DEMPWOLF, CALDERÓN
CASTILLO, SANTA MARIA MORILLO.
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA PENAL PERMANENTE

CAS. 66-2010, Puno

Lima, veintiséis de abril de dos mil once.

LA SALA PENAL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número sesenta y seis – dos mil
diez, en audiencia pública llevada a cabo en la fecha, se procede a emitir la
siguiente sentencia.

I. HECHOS:

1. La defensa del imputado Cristóbal Mamani Gutiérrez, alega que desde el


veinte de octubre de dos mil nueve, a la fecha de realizada la solicitud, ha
transcurrido más de veinte días desde que el Ministerio Público tomó
conocimiento de los hechos, motivo por el cual solicitó el control de plazos a
efectos de dar por concluidas las diligencias preliminares, y se programe
audiencia de control de plazos, en virtud del segundo inciso del artículo
trescientos treinta y cuatro del Código Procesal Penal, en el proceso seguido en su
contra, por delito contra la Vida, el Cuerpo y la Salud, en la modalidad de
homicidio culposo.

II. PRIMERA INSTANCIA:

1. Que, con fecha tres de diciembre de dos mil nueve, se llevó a cabo la audiencia
de control de plazo, conforme se advierte del acta de registro de fojas catorce, con
la concurrencia del Fiscal Provincial y del abogado defensor; oída la exposición
respectiva, mediante resolución emitida en dicha fecha, el A quo declaró fundada
le solicitud de control de plazo, y otorgó al fiscal un plazo de cinco días para que
dicte las disposiciones correspondientes; razón por la cual, el representante
del Ministerio Público interpuso recurso de apelación contra la resolución en
mención.

2. El representarte de: Ministerio Público alega en su recurso impugnatorio de


fojas diecisiete, que la Comisaría del sector de Huancané tomó conocimiento y
notificó los hechos el día tres de noviembre de dos mil nueve, debiéndose computar
el plazo de veinte días desde el día siguiente de dicha fecha, por lo que vencería el
veintitrés de noviembre, conforme lo establecido en los artículos ciento cuarenta y
dos, y ciento cuarenta y tres, numeral dos del Código Procesal Penal.
Que, mediante resolución de fecha nueve de diciembre de dos mil nueve, de fojas
veintiuno, se concedió el recurso de apelación con efecto devolutivo al Fiscal
Provincial.

III. SEGUNDA INSTANCIA

3. El Superior Tribunal, mediante resolución de fecha veintinueve de diciembre de


dos mil nueve, de fojas ciento setenta y cuatro, revocó la resolución de fecha tres
de diciembre de dos mil nueve, y reformándola declaró infundada la solicitud
de control de plazo, instada por el investigado Cristóbal Mamani Gutiérrez.

Estando a ello, el imputado Cristóbal Mamani Gutiérrez interpuso recurso


extraordinario de casación contra la resolución emitida, por escrito de fojas ciento
ochenta y siete, la cual se declaró inadmisible mediante resolución de fecha veinte
de enero de dos mil diez, de fojas doscientos ocho, interponiendo recurso de queja,
elevándose los autos al Tribunal Supremo, emitiéndose Ejecutoria Suprema de
fecha dieciséis de abril de dos mil diez, de fojas doscientos dieciséis, que declaró
fundado el recurso de queja de derecho, interpuesto por el encausado Mamani
Gutiérrez, ordenando que el A quo conceda el recurso de casación.

4. Que, el Tribunal Superior por resolución de fecha dieciséis de junio de dos mil
diez, de fojas doscientos veinticuatro, concedió el recurso de casación, y dispuso
elevar los autos al Tribunal Supremo, introduciendo dos motivos de casación,
errónea aplicación del artículo ciento cuarenta y tres, numeral dos del Código
Procesal Penal, y apartamiento de la doctrina jurisprudencial establecida por la
Corte Suprema; la causa fue elevada a este Tribunal Supremo con fecha cinco de
julio de dos mil diez.

5. Cumplido el trámite de traslados a la Fiscalía Suprema como a la parte recurrida,


este Tribunal Supremo mediante Ejecutoria de fecha veintiséis de octubre de dos
mil diez, de fojas catorce -del cuaderno de casación-, en uso de sus facultades,
declaró bien concedido el recurso de casación por las causales de apartamiento de
la doctrina jurisprudencial y errónea aplicación del artículo ciento cuarenta y tres,
numeral dos del Código Procesal Penal.

6. Deliberada la causa en secreto y votada el día de la fecha, esta Suprema Sala


cumplió con pronunciar la presente sentencia de casación, cuya lectura en
audiencia pública -con las partes que asistan-se realizará por la Secretaria de Sala
el día once de mayo de dos mil once.
V. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA

1. Como se estableció mediante Ejecutoria Suprema de fecha veintiséis de octubre


de dos mil diez, de fojas catorce -del cuaderno de casación-, el motivo del recurso
de casación se centra en el desarrollo de una doctrina jurisprudencial relativo a
que, según lo alegado por el encausado, el inicio del cómputo establecido en el
artículo trescientos treinta y cuatro numeral dos del Código adjetivo, debe
efectuarse desde que el Fiscal tiene conocimiento del hecho punible.

2. Que, las diligencias preliminares constituyen una etapa prejurisdiccional del


proceso penal, por cuanto el Fiscal está autorizado para reunir los elementos
probatorios para formalizar la investigación, y por ende elabore su estrategia
acusatoria o desestime la denuncia, cuyo plazo es de breve investigación, realizada
de forma unilateral y reservada.

3. Que, el artículo trescientos treinta de la ley procesal penal, establece que


las diligencias preliminares tienen como finalidad inmediata realizar los actos
urgentes o inaplazables; asegurar los elementos materiales que se utilizaron para
su comisión e individualizar a las personas involucradas y a los agraviados.

4. Asimismo, el inciso segundo del artículo trescientos treinta y cuatro del Código
Procesal Penal establece que el plazo de las diligencias preliminares, conforme
el artículo tercero del mismo cuerpo de leyes, es de veinte días, salvo que se
produzca la detención de una persona. No obstante ello, el Fiscal podrá fijar un
plazo distinto según las características, complejidad y circunstancias de los hechos
objeto de investigación.

Que, el plazo de veinte días le corresponde a la fase de diligencias preliminares;


la cual no forma parte del plazo que se señala para la segunda fase denominada de
la investigación preparatoria: esto es porque cada una de ellas persigue una
finalidad distinta; pues, las diligencias preliminares son para concluir si se
formaliza o no denuncia; siendo así, si el Fiscal se excede del plazo en
las diligencias preliminares, se somete a un tipo de control. De otro lado, quien
se considere afectado por una excesiva duración de las diligencias preliminares,
solicitará al Fiscal le dé término y dicte la disposición que corresponda; a fin de no
afectar el derecho al plazo razonable que constituye una garantía fundamental
integrante del debido proceso.

5. Que, la regla para el cómputo del plazo, se encuentra regulado en el artículo


ciento ochenta y tres del Código Civil, que establece que se computará conforme
al calendario gregoriano, estableciéndose en su inciso primero que el plazo
señalado por días se computará por días naturales, salvo que la ley o el acto jurídico
establezca que se haga por días hábiles.

6. Que, el considerando décimo primero de la resolución casatoria número cero


dos guion dos mil ocho, pronunciado el tres de junio de dos mil ocho, estableció
que el plazo para las diligencias preliminares es de veinte días naturales.

7. Que, el cómputo de plazo de las diligencias preliminares se inicia a partir de


la fecha en que el Fiscal tiene conocimiento del hecho punible, y no desde la
comunicación al encausado de la denuncia formulada en su contra.

8. Que, la Policía Nacional del Perú remitió el informe Policial número cero dos -
dos mil nueve - XII – DTP - DPH - C - PNP - H - SIAT, a la Fiscalía Provincial
de Huancané, con las actuaciones realizadas por dicha dependencia con
intervención del Fiscal Provincial adjunto, por el hecho ocurrido el día cuatro de
octubre de dos mil nueve, relativo al accidente de tránsito, informe que fue
recepcionado el dieciocho de noviembre de dos mil nueve, tal como se aprecia de
fojas cincuenta y nueve, por lo que desde esa fecha debe computarse el plazo para
la investigación preliminar.

9. Que, el Fiscal Provincial de Huancané al emitir el oficio de fojas cien, su fecha


veintinueve de octubre de dos mil nueve, por el cual concede al Jefe de la
Comisaría Sectorial de Huancané el plazo de quince días hábiles para que realice
la investigación preliminar, no da cabal cumplimiento a lo dispuesto en el
considerando décimo primero de la Casación número dos guión dos mil ocho, que
estableció que los días son naturales, tanto más que dispuso la realización de la
declaración del imputado Cristóbal Mamani Gutiérrez -véase fojas noventa y
nueve-, con participación del representante del Ministerio Público, lo cual era
repetitivo; toda vez que, dicha persona había depuesto el dieciocho de octubre de
dos mil nueve, con intervención del Fiscal Provincial Adjunto y de su abogado
defensor, tal como se observa de fojas sesenta y dos, así como al contar con todos
los elementos vinculatorios con la noticia criminal, tales como son: Declaraciones,
informe médico, certificado de defunción en copia xerográfica, la historia clínica
del agraviado -véase anexo a la denuncia de fojas sesenta vuelta, pudo haber
formalizado la investigación preparatoria; toda vez que, lo dispuesto por su
Fiscalía era una repetición de actos que constaban en el informe Policial, atentando
con ello la celeridad que impone el Código Procesal Penal.

10. En consecuencia, a la fecha en que se solicitó el control del plazo; esto es, el
día treinta de noviembre de dos mil nueve -véase escrito de fojas uno-, había
sobrepasado el plazo establecido en el artículo trescientos cuarenta y dos. Que, si
bien obra la disposición número dos - dos mil nueve - MP - FPP - H, de fecha
veinte de noviembre de dos mil nueve, de fojas sesenta y uno, mediante la cual el
representante del Ministerio Público dispone considerar aplicable el principio de
oportunidad en el presente caso, citando al implicado Mamani Gutiérrez para el
día dos de diciembre de dos mil nueve; sin embargo, ello no obsta que el plazo de
las diligencias preliminares venció con fecha veintiséis de noviembre de dos mil
nueve.

VI. DECISIÓN:

Por tales consideraciones la Corte Suprema; declaró:

FUNDADO el recurso de casación por errónea aplicación del artículo ciento


cuarenta y tres numeral dos del Código Procesal Penal, interpuesto por el
imputado Cristóbal Mamani Gutiérrez, contra la resolución de vista de fecha
veintinueve de diciembre de dos mil nueve, de fojas ciento setenta y cuatro, que
revocó la resolución de fecha tres de diciembre de dos mil nueve, emitida en la
audiencia de control de plazo, que declaró fundada la solicitud de control de
plazo, reformándola declaró infundada la referida solicitud;
y REFORMÁNDOLA declara FUNDADA la solicitud de control de plazo,
y ORDENA que se devuelva los autos al Juez de la investigación preparatoria.

Declararon FUNDADO el recurso de casación por apartamiento del desarrollo de


doctrina.

ESTABLECIERON de conformidad con lo previsto en el inciso cuarto del


artículo cuatrocientos veintisiete del Código Procesal penal, como doctrina
jurisprudencial, que los plazos para las diligencias preliminares son de días
naturales y no hábiles.

DISPONER, que la presente sentencia casatoria se lea en audiencia pública.

S.S. VILLA STEIN, RODRIGUEZ TINEO, PARIONA PASTRANA NEYRA


FLORES, CALDERÓN CASTILLO.
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA PENAL PERMANENTE

CAS. 01-2011, Piura

Lima, ocho de marzo de dos mil doce.

LA SALA PENAL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número uno – dos mil once, en
audiencia pública llevada a cabo en la fecha, se procede a emitir la siguiente
sentencia.

I. HECHOS:

1. Qué, mediante disposición fiscal número cero, cero dos – dos mil diez, de fecha
treinta de abril de dos mil diez, se formalizó la investigación preparatoria contra
Elmo Alejandro Carbajal Chong y Héctor Panta por el delito de lavado de activos,
en agravio del estado.

2. El imputado Elmo Alejandro Carbajal Chong, solicitó al Juez de Investigación


Preparatoria, la nulidad de la disposición de formalización de la Investigación
preparatoria.

II. PRIMERA INSTANCIA:

Mediante resolución S/N del veinticinco de agosto de dos mil diez, el juzgado de
investigación preparatoria declaró improcedente la nulidad contra la disposición
fiscal de formalización de la investigación preparatoria formulada por el encausado
Elmo Alejandro Carbajal Chong.

III. SEGUNDA INSTANCIA

Mediante auto de vista de fecha dos de noviembre de dos mil diez, se revocó la
resolución de fecha veinticinco de agosto de dos mil diez – que declaró
improcedente la nulidad de la disposición fiscal de formalización de la
investigación preparatoria, formulada por el imputado, derivado de la
investigación preparatoria que se instauró contra el mencionado encausado por el
delito de lavado de activos, en agravio del estado- reformándola; declararon la
nulidad de la disposición fiscal que formalizó la investigación preparatoria, y
ordenaron, que el representante del Ministerio Público proceda a evacuar una
nueva disposición fiscal con las observaciones anotadas.

IV. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. Mediante ejecutoria suprema de calificación de casación, de fecha veintitrés de


junio de dos mil once, se declaró bien concedido el recurso de casación por
inobservancia de garantía constitucional de carácter procesal, cuyo ámbito se
circunscribe a desarrollar doctrina jurisprudencial sobre la posibilidad o no de que
se pueda cuestionar vía nulidad, la disposición fiscal de formalización de
investigación preparatoria.

2. El motivo de casación excepcional admitido está referido a;

a) Determinar si es posible que se pueda cuestionar vía nulidad, la disposición


fiscal de formalización de investigación preparatoria.

3. Para efectos de resolver lo que es materia de pronunciamiento debe reseñarse lo


siguiente; el inciso 5 del artículo 159 de la constitución política del Perú, le
confiere al ministerio público la titularidad de la acción penal, esto es, la atribución
de ejercitar la acción penal de oficio o a petición de parte; de igual forma el inciso
primero del artículo cuarto del título preliminar del código procesal penal establece
que: “el Ministerio Público es titular del ejercicio Público de la acción penal en los
delitos y tiene el deber de la carga de la prueba. Asume la conducción de la
investigación desde su inicio (...)”

4. El libro primero, sección cuarta, título primero, capítulo primero del código
procesal penal, establece las funciones, atribuciones y obligaciones del ministerio
público, así en el inciso primero del artículo sesenta, se establece “el ministerio
público es el titular del ejercicio de la acción penal. actúa de oficio, a instancia de
la víctima, por acción popular o por noticia policial”, en el inciso primero del
artículo sesenta y dos se precisa “el fiscal actúa en el proceso penal con
independencia de criterio. adecua sus actos a un criterio objetivo, rigiéndose
únicamente por la Constitución y la ley, sin perjuicio de las directivas o
instituciones de carácter general que emita la fiscalía de la nación en el inciso dos
del mismo artículo se establece “ conduce la investigación preparatoria (...),
mientras que en el artículo sesenta y cuatro se precisa “ el Ministerio Público
formulará sus disposiciones, requerimientos y conclusiones en forma motivada y
específica, de manera que se basten a sí mismos, sin remitirse a las decisiones del
Juez, ni a disposiciones o requerimientos anteriores.

5. El libro segundo, sección primera, título primero, capítulo tercero, artículo


ciento veintidós del código procesal penal, establece “el ministerio público, en el
ámbito de su intervención en el proceso, dicta disposiciones y providencias, y
fórmula requerimientos (...) las disposiciones se dictan para decidir: a) el inicio, la
continuación o el archivo de las actuaciones (...). las disposiciones y los
requerimientos deben estar motivados (...)”

6. El libro tercero, sección primera, título primero, artículo trescientos veintiunos


del código procesal penal, establece la finalidad de la investigación preparatoria,
señalándose que “la investigación preparatoria persigue reunir los elementos de
convicción, de cargo y descargo, que permitan al fiscal decidir si fórmula o no
acusación y, en su caso, al imputado preparar su defensa. tiene por finalidad
determinar si la conducta incriminada es delictuosa, las circunstancias o móviles
de la perpetración, la identidad del autor o participe y de la víctima, así como la
existencia del daño causado”, mientras que el artículo trescientos treinta y seis del
título tercero de la sección el libro antes mencionado del código procesal penal,
regula la formalización y continuación de la investigación
preparatoria, indicándose que “ sí de la denuncia, del informe policial o de las
diligencias preliminares que realizó, aparecen indicios reveladores de la existencia
de un delito, que la acción penal no ha prescrito, que sea individualizado al
imputado y que, si fuera el caso, se han satisfecho los requisitos de procedibilidad,
dispondrá la formalización y continuación de la investigación preparatoria (...) la
disposición de formalización contendrá:

a) el nombre completo del imputado;

b) los hechos y la tipificación específica correspondiente. el fiscal podrá, si fuera


el caso, consignar tipificaciones alternativas al hecho objeto de investigación,
indicando los motivos de esa calificación;

c) el nombre del agraviado, si fuera posible; y, d) las diligencias que de inmediato


deben actuarse (...)”

7. Que, el Acuerdo Plenario número cuatro -dos mil diez/CJ- ciento dieciséis de
fecha dieciséis de noviembre de dos mil diez, emitido por las Salas Penales
Permanentes y Transitorias de la Corte Suprema de Justicia de la Republica, trato
el tema de “Audiencia de Tutela”, estableciéndose como doctrina jurisprudencial
en su décimo octavo fundamento, que no era posible cuestionar la Disposición de
Formalización de la Investigación Preparatoria a través de una Audiencia de
Tutela, esto es, activar una vía de control judicial de la referida disposición fiscal,
por cuanto, la vía de tutela sólo está habilitada para aquellos casos en los que se
vulnere algunos de los derechos esenciales asociados en términos amplios a la
defensa que se encuentran enumerados en el artículo setenta y uno del Código
Procesal Penal, indicándose que la vía de tutela judicial sólo podrá hacerse efectiva
durante las diligencias preliminares y en la investigación preparatoria propiamente
dicha: siendo relevante para el presente caso, cuando se precisó lo siguiente: “(…)
debe quedar claro que la Disposición en cuestión es una actuación unilateral del
Ministerio Público y no puede ser impugnada ni dejada sin efecto por el juez de la
Investigación Preparatoria. Cumple una función esencialmente garantista: informa
al imputado de manera específica y clara acerca de los hechos atribuidos y su
calificación jurídica, esto es, el contenido de la imputación jurídico penal que se
dirige contra. Además, ya en el proceso formalmente, iniciado, las partes pueden
hacer uso de los medios de defensa técnico para evitar un proceso en el que no se
haya verificado los presupuestos esenciales de imputación. Piénsese por ejemplo
en la declaración de atipicidad a través de la excepción de improcedencia de acción
o en la prescripción ordinaria, si es antes de la Formalización de la Investigación
Preparatoria se cumplió el plazo correspondiente”.

8. Que, se encuentra establecido que la Constitución del Estado y el Código


Procesal Penal otorgan al Ministerio Público la titularidad de la acción penal, esto
es, plena facultad de persecución de los delitos y el deber de la carga de la prueba,
para lo cual asume la conducción de la investigación desde su inicio; precisándose
que en el ámbito de su intervención en el proceso, dicta Disposiciones y
Providencias, formula requerimientos, siendo que una vez realizadas las
diligencias iniciales o preliminares de investigación, y si de la denuncia, del
informe policial o de las diligencias que el Fiscal realizó aparecen indicios
reveladores de la existencia de un delito, que la acción penal no ha prescrito, que
se ha individualizado al imputado y que, si fuera el caso, se han satisfecho los
requisitos de procedibilidad, emitirá la disposición de formalización y
continuación de la investigación preparatoria, la cual le deberá comunicar al juez
de la investigación preparatoria, conforme el artículo tres del Código Procesal
Penal.

9. Que, por tanto, si bien es cierto el inicio de la investigación preparatorio es


decisión unilateral del Ministerio Público a través de la disposición de
formalización y continuación de la investigación preparatoria, conforme a lo
establecido en el artículo trescientos treinta y seis del Código Procesal Penal,
también lo es, que para dicho efecto debe actuar con independencia de criterio y
sujetándose a la Constitución y la Ley (debida motivación de las resoluciones
judiciales), lo cual se cumplió en el presente caso respecto a la Disposición de
formalización de la Investigación Preparatoria en cuestión formulada contra Elmo
Alejandro Carbajal Chong por el delito de lavado de activos en agravio del Estado.

10. Empero la Sala de Apelaciones consideré lo contrario. sustentando la


revocatoria que se cuestiona, en que no se había merituado los documentos
aportados por el imputado mediante el derecho de defensa y principio de
contradicción que le asiste (ver considerando quinto de la resolución de vista de
fecha dos de noviembre de dos mil diez, obrante a fojas cuarenta y ocho),
efectuando así una labor de valoración de los elementos de convicción sobre su
suficiencia y credibilidad, que no corresponde al acto procesal de Tutela de
Derechos, sino a la etapa intermedia o sentencia.
11. Que, de otro lado. el artículo ciento dieciséis del Texto Único Ordenado de la
Ley Orgánica del Poder Judicial establece que: “Los integrantes de las Salas
Especializadas, pueden reunirse en jurisdiccionales nacionales, regionales o
distritales a fin de concordar jurisprudencia de su especialidad (…)”, en ese
sentido. es de mencionar que en el Acuerdo Plenario número cuatro - dos mil
diez/CJ - ciento dieciséis de fecha dieciséis de noviembre de dos mil diez, emitido
por las Salas Penales Permanentes y Transitoria de la Corte Suprema de Justicia
de la Republica. se estableció que no es posible cuestionar la Disposición de
Formalizaci6n de la Investigación Preparatoria, esto es. activar uno vía de control
judicial de la referida disposición fiscal; en consecuencia, debe cumplirse con
dicho acuerdo vigente mientras no sea modificado, conforme lo dispone el artículo
trescientos uno — A del Código de Procedimientos Penales: no obstante, lo
señalado, es de precisar que, en los próximos días del presente año, se llevará a
cabo el I Pleno Jurisdiccional Extraordinario Penal de la Corte Suprema de Justicio
de la república. en el que se volverá a debatir este extremo de controversia.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones la Corte Suprema; declaró:

FUNDADO, el recurso de casación para desarrollo de la doctrina jurisprudencial


por la causal de inobservancia de la garantía constitucional de carácter procesal
interpuesto por el fiscal adjunto superior de la Tercera Fiscalía Superior de
Apelaciones de Piura,

En consecuencia, conforme al inciso dos del artículo cuatrocientos treinta y tres


del Código Procesal Penal; DECLARARON nula la resolución de vista de fecha
dos de noviembre de dos mil diez, ESTABLECIERON de conformidad con el
inciso cuarto del artículo cuatrocientos veintisiete del Código Procesal Penal,
como doctrina jurisprudencial, que no es posible cuestionar la Disposición de
Formalización y Continuación de la Investigación Preparatoria, conforme a los
fundamentos expuestos en la parte considerativa de la presente Ejecutoria;
DISPUSIERON, que la presente sentencia casatoria se lea en audiencia pública.

S.S. VILLA STEIN, RODRIGUEZ TINEO, SALAS ARENAS, NEYRA


FLORES, VILLA BONILLA.
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA PENAL PERMANENTE

CAS. 318-2011, Lima

Lima, veintidós de noviembre de dos mil doce.

LA SALA PENAL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número trecientos dieciocho –
dos mil once, en audiencia pública llevada a cabo en la fecha, se procede a emitir
la siguiente sentencia.

I. HECHOS:

1. Qué, la defensa técnica del investigado José Luis Castañeda Neyra solicitó
control de plazo de diligencias preliminares en la investigación que se le sigue por
el delito contra la administración pública - colusión, patrocinio ilegal y
negociación incompatible.

2. Se llevó a cabo la audiencia pública de control de plazo, por la cual el juzgado


de investigación preparatoria mediante resolución del veintidós de agosto de dos
mil once, declaró infundada dicha solicitud, razón por la cual interpuso recurso de
apelación por escrito del veintitrés de agosto de dos mil once.

3. Se llevó a cabo la audiencia de apelación en la que se emitió la resolución del


seis de setiembre de dos mil once, que por mayoría revocó la resolución recurrida,
declarando fundado el pedido de control de plazo de diligencias preliminares.

4. El fiscal superior interpuso recurso de casación por escrito de fecha veintidós de


setiembre de dos mil once, el cual fue concedido por resolución del veintisiete de
setiembre de dos mil once.

II. PRIMERA INSTANCIA:

Mediante resolución S/N del veintidós de agosto de dos mil once, el juzgado de
investigación preparatoria declaró infundada dicha solicitud, razón por la cual la
defensa técnica interpuso recurso de apelación mediante escrito de fecha veintitrés
de agosto de dos mil once.
III. SEGUNDA INSTANCIA

Se llevó a cabo la audiencia de apelación en la que se emitió la resolución del seis


de setiembre de dos mil once, que por mayoría revocó la resolución recurrida,
declarando fundado el pedido de control de plazo de diligencias preliminares.

En consecuencia, el fiscal superior interpuso recurso de casación por escrito de


fecha veintidós de setiembre de dos mil once, el cual fue concedido por resolución
del veintisiete de setiembre de dos mil once, concediéndole seis días naturales
contados desde la notificación de dicha resolución para que el titular de la acción
penal emitir pronunciamiento que corresponda, bajo responsabilidad funcional.

IV. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. Contra la aludida resolución, el fiscal superior interpone recurso de casación,


el Tribunal Supremo por ejecutoria suprema del diez de enero de dos mi doce, en
uso de sus facultades declaró bien concedido el recurso de casación por necesidad
de desarrollo de doctrina jurisprudencial, previsto en el numeral cuarto del artículo
cuatrocientos veintisiete del Código Procesal Penal, sobre la necesidad de
desarrollo de doctrina jurisprudencial

2. Deliberada la causa, se emitió la presente sentencia de casación, conteniendo los


siguientes fundamentos;

El fiscal superior considera que:

a) Es indispensable el desarrollo de la doctrina jurisprudencial a efectos de


determinar el concepto y alcance máximo del plazo razonable en las diligencias
preliminares que comprenden casos complejos, en armonía del concepto
desarrollado por el tribunal constitucional y las precisiones descritas en la casación
número dos, dos mil ocho - La Libertad, dentro de los parámetros establecidos en
el artículo trescientos cuarenta y dos del Código Procesal Penal; asimismo,
advierte la necesidad de precisar los alcances procesales de la doctrina
jurisprudencial materializada en la casación número dos, dos mil ocho - La
Libertad, a efectos de señalar si debe interpretarse de manera restrictiva a los
alcances del inciso primero del artículo trescientos cuarenta y dos del Código
Procesal Penal o su interpretación debe ceñirse a los elementos interpretativos
gramatical, teleológico, sistemático, lógico e histórico.

4. Qué, el nuevo modelo del proceso penal en el Perú además de la denominación


de acusatorio y garantizador, es de tendencia adversativa; porque remarca la
naturaleza principal del juicio público y oral, La trascendencia del contradictorio
y la responsabilidad que en materia de actuación probatoria le corresponde al
ministerio público, como titular de la pretensión punitiva, y al imputado y su
defensor técnico a cargo de la pretensión libertaria.

5. Dicha tendencia adversativa crea las condiciones para que el órgano


jurisdiccional cumpla durante la investigación, función de garante de los derechos
fundamentales, función de saneamiento en la etapa intermedia; en tanto que en
juicio debe ocuparse de evaluar imparcialmente el resultado de la actividad
probatoria presentada por las partes.

6. Cabe indicar que además de ello, este nuevo proceso supera la problemática del
trámite engorroso y la rutina burocrática, recurriendo a la simplificación procesal
o salidas alternativas y conclusiones anticipadas de causas.

7. Además se destaca que el ministerio público no es el abogado de la víctima, sino


de la sociedad, por ello sus actividades son ejercidas en estricto cumplimiento al
principio de objetividad, por tanto, su indagación está orientado a descubrir la
verdad de los hechos; de ahí que la información probatoria que recoja no tenga que
ver Únicamente con la responsabilidad del imputado, sino también en su caso con
la inocencia o no culpabilidad del mismo.

8. en ese sentido, la tarea del Ministerio Público una vez conocida la noticia
criminal, se inicia con la búsqueda de la verdad sobre la misma, por la cual deberá
realizar diligencias preliminares, conforme así lo establece el artículo trescientos
treinta del Código Procesal Penal.

9. Debe precisarse que dentro de las funciones que le corresponde el fiscal está
realizar las diligencias de investigación que considere pertinentes y útiles,
conforme se establece en el inciso primero del artículo trescientos treinta y siete
del Código Procesal Penal, siendo parte de la investigación preparatoria, las
diligencias preliminares.

10. Así, las diligencias preliminares constituye una etapa pre jurisdiccional del
proceso penal, por la cual el fiscal está autorizado para reunir los elementos
probatorios para formalizar la investigación, a efectos de elaborar su estrategia
acusatoria o desestimar la denuncia, estableciéndose en el artículo trescientos
treinta del Código Procesal Penal que estas diligencias tienen como finalidad
inmediata realizar actos urgentes e inaplazables, asegurar los elementos materiales
que se utilizaron para su comisión individualizar a las personas involucradas y a
los agraviados.

11. Qué, las indicadas diligencias tienen también una finalidad mediata la cual no
está descrito en forma expresa de la norma, por ello se considera que la finalidad
mediata es determinar si el fiscal debe formalizar o no la investigación
preparatoria.
12. En las diligencias preliminares no podrán realizarse actos que, estando
destinados a determinar si han tenido lugar los hechos denunciados y si estos
constituyen delito, puedan ser postergados o no sean urgentes, dado que estos actos
podrán llevarse a cabo dentro de la fase la investigación preparatoria, propiamente
dicha, sirviendo además en esta etapa para fortalecer o desvirtuar la hipótesis del
fiscal, con la cual formalizó la investigación.

13. Dicho aquello, son tres los fines de las diligencias preliminares:

a) Realizar actos urgentes sólo para determinar si los hechos denunciados son
reales y si además configuran uno o varios ilícitos penalmente perseguibles.

b) Asegurar la escena del crimen y la evidencia sensible de la presunta comisión


del ilícito, y evitar en lo posible mayores consecuencias derivadas de la
perpetración del delito.

c) Individualizar al presunto imputado fundamentalmente y al agraviado sea


posible.

14. En consecuencia, cualquier otro tipo de diligencia que tuviera una finalidad
distinta a las antes mencionadas constituirán fuera de los parámetros por los cuales
se estableció llevar a cabo las diligencias preliminares, según lo previsto en este
nuevo modelo procesal, pues de ser así, se estaría pretendiendo llevar diligencias
propias de una investigación preparatoria.

15. Siendo ello así, respecto al plazo máximo de las diligencias preliminares el
inciso segundo del artículo trescientos treinta y cuatro del código procesal penal
establece que el plazo de las diligencias preliminares, conforme el artículo tercero
del mismo cuerpo de leyes, es de veinte días, salvo que se produzca la detención
de una persona.

16. Al respecto debe precisarse que en reiteradas ejecutorias supremas se ha


establecido que son distintos los plazos de las diligencias preliminares con los de
la investigación preparatoria, pues cada uno de ellos persigue una finalidad
distinta, dejándose sentado que para las diligencias preliminares el plazo es de
veinte días; y vencido dicho plazo el fiscal está sometido a un tipo de control por
quién se considere afectado por una excesiva duración de las diligencias
preliminares, a fin de no afectar el derecho al plazo razonable que constituye una
garantía fundamental integrante del debido proceso.

17. La Corte Suprema de Justicia de la República en la casación número dos, dos


mil ocho, La Libertad, de fecha tres de junio de dos mil ocho, estableció que los
plazos para las diligencias preliminares de 20 días naturales son distintos al plazo
que se le concede al fiscal para fijar otro plazo según las características,
complejidad y circunstancia de los hechos objeto de investigación, ejecutoria la
cual no se precisos existía distinción de plazos en los casos denominados
complejos.

18. Según el tribunal constitucional el primer criterio para evaluar la razonabilidad


del plazo del proceso es la complejidad del asunto, por lo que para valorar ello
debe tomarse en consideración factores tales como la naturaleza y gravedad del
delito, los hechos investigados, los alcances de la actividad probatoria para el
esclarecimiento de los hechos, la pluralidad de agraviados o inculpados, o algún
otro elemento que permita concluir, con un alto grado de objetividad, que la
dilucidación de un determinado asunto resulta particularmente complicada y
difícil.

19. Se debe precisar, qué, el plazo razonable es un derecho que le asiste a todo
justiciable, sin distinción alguna de cada etapa en particular, estableciéndose que
el proceso no puede tener una duración desmedida, siendo obligación del Estado
establecer normas claras y precisas que nadie estará sometido a un proceso
indefinido, lo cual debe estar sujeto a cada etapa específicamente.

20. El tribunal constitucional ha señalado que el plazo legal para la investigación


preparatoria estimando que el plazo previsto en el artículo trescientos cuarenta y
dos, inciso segundo del Código Procesal Penal debe modificarse con la finalidad
de que no queden impunes Los delitos de tráfico ilícito de drogas y/o lavado de
activos, pues vencido el plazo (ocho o dieciséis meses) se puede ordenar la
conclusión de la investigación preparatoria. de ahí que, se le otorgó al congreso de
la república a que modifica el plazo del artículo mencionado de acuerdo a la
capacidad de actuación del ministerio público, sin que ello suponga la afectación
al derecho al plazo razonable.

21. Bajo dicho criterio, resulta importante señalar habiéndose establecido la


distinción entre diligencias preliminares e investigación preparatoria, las mismas
que guardan una finalidad distinta, queda claro entonces que si bien se estableció
que la investigación preparatoria en Casos complejos deberá de contar con un
plazo mayor aquellos que se denominan casos “ordinarios”; sin embargo, ello no
obliga que dicha distinción de plazos se efectúe también para las diligencias
preliminares, por una sencilla razón y es que la investigación preparatoria tiene por
finalidad reunir todos los elementos probatorios suficientes, a fin de poder
sustentar su acusación; esto es, probar su teoría del caso, por ello que en Casos
complejos si resulta de suma importancia un plazo más extenso - y no así limitado
- para la investigación propiamente dicha; la cual resulta innecesario y fuera de la
finalidad que arriba la diligencias preliminares, pues conforme se estableció el
ejecutoria suprema número dos, dos mil ocho - La Libertad, el plazo es de veinte
días, con un máximo de ciento veinte días en total, según el criterio del fiscal, sin
pretender propiciar de alguna forma la impunidad en los casos de nominados
“complejos”, en tanto que para estos como para los casos “ordinarios” se rige la
misma finalidad descrita en el considerando dos - nueve de la presente ejecutoria
suprema, finalidad de que alcanza a todas las diligencias preliminares en general,
razón por la cual resulta necesario Establecer un plazo distinto en Casos que
evidencien ser complejos teniendo en cuenta que con puntuales y concretas
diligencias se alcanzaría la finalidad de dicha etapa procesal; siendo así, debe
mantenerse la decisión establecida por la sala Superior.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones la Corte Suprema; declaró:

INFUNDADO EN PARTE, el recurso de casación por la causal de desarrollo de


la doctrina jurisprudencial sobre el plazo razonable para llevar a cabo diligencias
preliminares en casos complejos; interpuesto por la Fiscal Ajunta Superior, contra
la resolución de fecha seis de setiembre de dos mil once

DISPUSIERON que la presente resolución casatoria se lea en audiencia pública.

S.S. VILLA STEIN, RODRIGUEZ TINEO, PARIONA PASTRANA, TELLO


GILARDI, SANTA MARÍA MORILLO.
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA PENAL PERMANENTE

CAS. 144-2012, Ancash

Lima, once de julio de dos mil trece.

LA SALA PENAL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número ciento cuarenta y cuatro
– dos mil doce, en audiencia pública llevada a cabo en la fecha, se procede a emitir
la siguiente sentencia.

I. HECHOS:

1. El investigado César Joaquin Álvarez Aguilar solicitó al Juez de Investigación


preparatoria de Huaraz, se controle el plazo de las investigaciones preliminares
dispuesto por el señor fiscal, fundamentando lo siguiente;

a) Por haber excedido el límite temporal fijado por nuestro ordenamiento jurídico
procesal.

2. Por resolución trece de diciembre de dos mil once, el juez declaró fundado el
control de plazo en etapa preliminar y ordenó que, en el término de diez días
hábiles, el señor fiscal a cargo del caso, emita su pronunciamiento sobre si
formaliza o no la investigación preparatoria.

3. La fiscal provincial, formuló recurso de apelación contra la resolución emitida


por el juez de investigación preparatoria.

4. Que, contra la aludida resolución, el Fiscal Superior interpuso recurso de


casación, el mismo que fue concedido mediante resolución de fecha veintiocho de
marzo de dos mil doce.

II. PRIMERA INSTANCIA:

Mediante resolución S/N del trece de diciembre de dos mil once, el juzgado de
investigación preparatoria declaró fundado el control de plazo en etapa preliminar
y ordenó que, en el término de diez días hábiles, el señor fiscal a cargo del caso,
emita su pronunciamiento sobre si formaliza o no la investigación preparatoria.

III. SEGUNDA INSTANCIA

La resolución antes mencionada fue apelada por la fiscal provincial, siendo


concedido el recurso.
Mediante auto de fecha cinco de marzo de dos mil doce, la Sala Penal de
Apelaciones, declaró infundada la apelación formulada por la representante del
Ministerio Público, confirmando la resolución de primera instancia de fecha trece
de diciembre del año dos mil once, emitida por el juez de investigación
preparatoria.

IV. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. Contra la aludida resolución, el fiscal superior interpone recurso de casación, se


declaró bien concedido el recurso con fecha trece de julio de dos mil doce, por los
siguientes fundamentos;

a) Causal de excepcionalidad del desarrollo de la doctrina jurisprudencial, para


“determinar la caducidad sobre el control del plazo (artículo ciento cuarenta y
cuatro del Código Procesal Penal) y disponer como doctrina jurisprudencial que el
plazo de la investigación preliminar es de ocho meses, cuando revista de carácter
complejo, y que su prórroga puede efectuarse incluso vencido el plazo inicial”.

2. Mediante escrito de fecha nueve de julio de dos mil trece, el representante del
Ministerio Público, formula desistimiento parcial de su recurso de casación, en los
extremos que se pretende fijar doctrina jurisprudencial respecto a;

a) Determinar si la caducidad opera sobre el control de plazo en una investigación


preliminar;

b) Que la prórroga de un plazo de investigación preliminar puede efectuarse


incluso vencido el plazo inicial.

4. Mediante audiencia de casación de fecha once de julio de dos mil trece, fueron
reiterados los fundamentos del desistimiento parcial, conforme es de verse del acta
correspondiente debidamente suscrita por la recurrente, quedando subsistente el
extremo, en cuanto a fijarse como doctrina jurisprudencial:

a) Sobre el plazo máximo para llevar a cabo las diligencias preliminares cuando se
trate de investigaciones complejas.

5. Por su parte la defensa del investigado Álvarez Aguilar, mediante escrito de


fecha once de julio de dos mil trece, solicitó la sustracción de la materia en el
presente recurso de casación indicando lo siguiente;

a) Que, se ha dispuesto la conclusión de la investigación preparatoria veinte de


agosto de dos mil doce, habiéndose incluso generado el requerimiento de
sobreseimiento con fecha veintinueve de agosto de dos mil doce.
6. Sin embargo, no obra el auto que declara fundado dicho requerimiento fiscal, y
que declare además el archivo definitivo de la causa. Por lo que no cabe el amparo
sobre la sustracción de la materia solicitada.

8. Deliberada la causa en sesión secreta y producida la votación, corresponde dictar


sentencia absolviendo el grado, que se leerá en acto público

9. El fiscal en la etapa prejurisdiccional del proceso penal se encuentra autorizado


para reunir elementos probatorios para formalizar la investigación, así como para
elaborar su estrategia acusatoria o para desestimar la denuncia.

10. Conforme a lo previsto por el artículo trescientos treinta del Código Procesal
Penal, las diligencias preliminares tienen por finalidad inmediata realizar los actos
urgentes o inaplazables destinados a determinar si han tenido lugar los hechos
objeto de conocimiento y su delictuosidad; asegurar los elementos materiales de
su comisión, e individualizar a las personas involucradas y a los agraviados.

11. Que, el inciso dos del artículo trescientos treinta y cuatro del Código Procesal
antes citado, establece que el plazo de las diligencias preliminares es de veinte
días, salvo que se produzca la detención de una persona. No obstante, el fiscal
puede fijar un plazo distinto según las características, complejidad y circunstancias
de los hechos objeto de investigación.

12. Para el caso de autos, resulta necesario reseñar que el cómputo de plazo de las
diligencias preliminares se inicia a partir de la fecha en que el fiscal tiene
conocimiento del hecho punible, según la resolución casatoria número cero dos
de dos mil ocho, del tres de junio de dos mil ocho, se señaló que:

El inciso segundo el artículo trescientos treinta y siete del Código Procesal Penal,
establece que las diligencias preliminares forman parte de la investigación
preparatoria, y ésta a su vez tiene un plazo de ciento veinte días naturales,
prorrogables por única vez hasta por un máximo de sesenta días naturales,
conforme a lo estatuído por el inciso uno del numeral trescientos cuarenta y dos
del mismo cuerpo de leyes

Ello debe aplicarse en concordancia con lo dispuesto en el inciso segundo del


numeral trescientos treinta y cuatro, que prescribe, que el plazo de las diligencias
preliminares, es de veinte días y que no obstante ello, el Fiscal podrá fijar un plazo
distinto según las características, complejidad y circunstancias de los hechos
objeto de investigación.

La etapa de Investigación Preparatoria, presenta a su vez dos sub etapas: la primera


correspondiente a las diligencias preliminares y la segunda que, corresponde a las
diligencias preliminares y la segunda que, corresponde a la investigación
preparatoria propiamente dicha.

La fase de diligencias preliminares tiene un plazo distinto, el mismo que está sujeto
a control conforme dispone el inciso segundo del numeral ciento cuarenta y cuatro
del Código Procesal Penal;

13. Asimismo, estableció que este último plazo, si bien la norma no lo prevé de
manera cuantitativa, no debe ser uno ilimitado, y que además afecte el plazo
razonable que constituye una garantía fundamental integrante del debido proceso;
y en mérito a ello, precisó que;
a) La fase de las diligencias preliminares no podría, en la hipótesis más extrema,
ser mayor que el plazo máximo de la investigación preparatoria regulado en el
artículo trescientos cuarenta y dos de la ley procesal penal.

14. Que, asimismo el Tribunal Constitucional estableció con carácter de doctrina


jurisprudencial, dos criterios para determinar el plazo razonable de la investigación
preliminar;

a) Subjetivo y objetivo. en el primero quedan comprendidos; 1) La actuación del


fiscal y 2) La actuación del investigado; en el segundo la naturaleza de los hechos
objeto de investigación, es dentro del marco de estos criterios jurídicos que se
deberá determinar, en cada caso concreto, Si es que la investigación pre
jurisdiccional se ha desarrollado dentro de un plazo razonable. Ello es así en la
medida que los actos de los poderes del estado y los órganos constitucionales, en
general, y del Ministerio Público, en particular, no se legitiman, desde la
perspectiva constitucional, en sí mismos, sino a partir del respeto pleno del
conjunto de valores, principios constitucionales y de los derechos fundamentales
de la persona, de conformidad con el artículo 1° de la constitución política.

b) En ese orden de ideas, señala, respecto del primero en cuanto se refiere a la


actuación del investigado, se debe evidenciar la actitud obstruccionista, por
ejemplo ante el inconcurrencia injustificada a las citaciones, el ocultamiento o
negativa de entregar información, la mala fe, entre otras conductas con el fin de
desviar los actos de investigación; en cuanto a la actividad fiscal se deberá
considerar si en una actividad pre jurisdiccional hubo o no diligencia por parte del
fiscal a cargo de la investigación.

c) Respecto, del segundo criterio, cabe comprender la naturaleza de los hechos


objeto de investigación la cual debe venir determinado no sólo por los hechos
mismos objeto de esclarecimiento, sino también por el número de
investigados, así como la complejidad de las actuaciones que se requieran para
investigar los tipos de delitos que se imputan al investigado, como por ejemplo los
delitos de lesa humanidad, terrorismo, entre otros; por lo tanto, concluye el
Supremo Intérprete que: el plazo razonable de la investigación preliminar no
tiene ni puede tener en abstracto único plazo para todos los casos, traducido
en un número fijo de días, semanas, meses o años, sino que tal razonabilidad
inevitablemente debe ser establecida según las circunstancias concretas de
cada caso.

15. El representante del Ministerio Público sostiene que el plazo facultativo o


extraordinario para la investigación preliminar en casos complejos es un plazo
regulado, como así lo señala el artículo trescientos treinta y cuatro inciso dos,
segunda parte, concordado con el artículo ciento cuarenta y seis del Código
Procesal Penal cuya duración le corresponde fijar exclusivamente al Fiscal.

16) Al respecto de manera complementaria la casación cincuenta y cuatro de dos


mil nueve, preciso que, el apartado dos del artículo ciento cuarenta y cuatro del
Código Procesal Penal, cuando se refiere a La regulación de la actividad de los
jueces y fiscales, debe ser entendida en relación a aquellas actividades relacionadas
al ejercicio de la acción penal - en caso de fiscales- cómo sería formalizar
acusación, y al expedir resoluciones en caso de jueces; señalando que su
inobservancia necesariamente debe estar sujeta a una sanción disciplinaria, puesto
que todo justiciable tiene derecho a ser juzgado en un plazo razonable y a no ser
sometido de manera indefinida a un proceso penal sin que se resuelva la situación
jurídica.

17) Qué, teniendo en cuenta las pautas instauradas en la jurisprudencia


nacional, especialmente a través de la casación número dos, dos mil ocho, que
prescribe, que la fase de diligencias preliminares no puede ser mayor que el plazo
máximo de la investigación preparatoria regulada en el artículo trescientos
cuarenta y dos del Código Procesal Penal, esto es, de ocho meses; y en aplicación
del artículo trescientos treinta y cuatro inciso dos, en concordancia con el artículo
ciento cuarenta y seis del citado código, debe entenderse que este es el mismo
plazo razonable para que la fiscalía disponga la ejecución de diligencias a nivel
preliminar; por lo que, se debe establecer como doctrina jurisprudencial
que: “tratándose de investigaciones complejas, el plazo máximo para llevar
a cabo las diligencias preliminares es de ocho meses”.

18) Considerándose como proceso complejo cuándo:

a) Requiere la actuación de una cantidad significativa de actos de investigación;

b) Compréndala investigación de numerosos delitos

c) Involucra una cantidad importante de imputados o agraviados


d) Investiga delitos perpetrados por imputados integrantes o colaboradores de
bandas u organizaciones delictivas

e) Demanda la realización de pericias que comportan la revisión de una nutrida


documentación o de complicados análisis técnicos

f) Necesita realizar gestiones de carácter procesal fuera del país

g) Deba revisar la gestión de personas jurídicas o entidades del estado.

V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones la Corte Suprema; declaró:

FUNDADO el recurso de casación interpuesto por el Fiscal Superior, en cuanto


solicita se fije como doctrina jurisprudencial: “sobre el plazo máximo para llevar
a cabo las diligencias preliminares, cuando se trate de investigaciones complejas”,
ESTABLECIERON de conformidad con lo previsto en el inciso cuatro del
artículo cuatrocientos veintisiete del Código Procesal Penal, como doctrina
jurisprudencial, que los plazos para las diligencias preliminares, de veinte días
naturales y el que: “tratándose de investigaciones complejas, el plazo máximo para
llevar a cabo las diligencias preliminares es de ocho meses”, DISPUSIERON que
la presente resolución casatoria se lea en audiencia pública.

S.S. VILLA STEIN, SALAS ARENAS, BARRIOS ALVARADO, TELLO


GILARDI, PRINCIPE TRUJILLO.
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA PENAL PERMANENTE

CAS. 134-2012, Ancash

Lima, trece de agosto de dos mil trece.

LA SALA PENAL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número quinientos noventa y
nueve – dos mil dieciocho, en audiencia pública llevada a cabo en la fecha, se
procede a emitir la siguiente sentencia.

I. HECHOS:

1. El inculpado César Joaquín Álvarez Aguilar, solicitó el control del plazo de la


investigación preliminar, al considerar que;

a) El Ministerio Público, ha excedido el límite de plazo de éste, establecido en el


inciso dos del artículo trescientos treinta y cuatro del Código Procesal Penal y su
actuación contraviene el artículo ciento cuarenta y cuatro de la citada norma legal.

2. El inculpado refiere que la investigación en contra de su persona y otros


funcionarios del Gobierno Regional de Ancash se inició a raíz de la notitia
criminis, por la presunta comisión de los delitos contra la administración pública
en la modalidad de peculado, concusión y corrupción de funcionarios, el dieciocho
de noviembre de dos mil diez.

3. Siendo que el nueve de junio de dos mil once, la Fiscalía Provincial Corporativa
Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios – Ancash, dispuso
adecuar la referida denuncia a las disposiciones del Nuevo Código Procesal Penal,
lo cual generó que mediante disposición de fecha cinco de julio de dos mil once se
declare procedente la realización de las diligencias preliminares en sede policial,
por el plazo de noventa días, y mediante disposición número tres de fecha
diecisiete de octubre de dos mil once, declara caso complejo la referida
investigación, lo cual generó que el investigado solicite se concluya la misma, ya
que considera que desde el cinco de julio de dos mil once en que se inició la
investigación por noventa días, el plazo vencía el tres de octubre del mismo año.

4. Sin embargo, el diecisiete de octubre se declara el caso como complejo; por lo


tanto, dicha disposición devendría en nula: ante ello, la Fiscalía mediante
disposición de fecha veintiuno de noviembre de dos mil once declaró no ha lugar
a lo solicitado.
II. PRIMERA INSTANCIA:

Mediante resolución S/N del doce de diciembre de dos mil once, el juzgado de
investigación preparatoria declaró fundado el control de plazo, la audiencia
indicada se realizó con la concurrencia de la Fiscal Provincial y del Abogado
defensor.

III. SEGUNDA INSTANCIA

La resolución antes mencionada fue apelada por el Ministerio Público, siendo que
en dicha audiencia la Sala Penal de Apelaciones mediante resolución S/N,
confirmó la recurrida.

IV. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA:

1. Contra la aludida resolución, el fiscal superior interpone recurso de casación,


mediante ejecutoria de fecha tres de agosto de dos mil doce, se declaró bien
concedido el recurso de casación en virtud de lo establecido en el inciso cuarto del
rtículo cuatrocientos veintisiete del Código Procesal Penal, cuyo ámbito se
circunscribe a la necesidad del desarrollo jurisprudencial, respecto de:

a) Determinar si la caducidad es aplicable en el control del plazo de la


investigación preliminar.

b) Determinar si la prórroga de la investigación preliminar procede efectuarla


vencido el plazo por el Ministerio Público

c) Determinar si el plazo de la investigación de la investigación preliminar es de


ocho meses cuando es de naturaleza compleja.

4. Desarrollando la argumentación en relación al punto a) Determinar si la


caducidad es aplicable en el control del plazo de la investigación preliminar,
se tiene en consideración;

a) Qué, el artículo ciento cincuenta y nueve de la constitución política del Perú,


establece las atribuciones y funciones que se le confiere el ministerio público. entre
estas, la titularidad de la acción penal, esto es, el ejercicio de la acción penal de
oficio o a petición de parte y la conducta de la investigación del delito, desde su
inicio. por su lado, la Ley Orgánica del ministerio público, señala en el artículo
once, que dicha situación es la titular de la acción penal pública, la que ejercita de
oficio, a instancia de la parte agraviada o por acción popular.
Asimismo, en el artículo nueve indica, que el ministerio público vigila interviene
en la investigación del delito desde la etapa policial. De igual forma, el inciso 1)
del artículo IV del título preliminar del código procesal penal establece que “el
Ministerio Público es el titular del ejercicio público de la acción penal en los delitos
y tiene el deber de la carga de la prueba. Asume la conducción de la investigación
desde su inicio”.

b) Mediante sentencia casatoria N° cincuenta y cuatro - dos mil nueve, del veinte
de julio de dos mil diez, se ha establecido como doctrina jurisprudencial vinculante
respecto a aquellas actividades relacionadas al ejercicio de la acción penal - en
caso de fiscales - y expedir resoluciones - en caso de jueces -, que no pueden ser
sancionados con la caducidad del plazo establecido por ley, para emitir su
dictamen o resolución, pues ello importaría la vulneración de las normas
constitucionales y legales citadas.

c) En concordancia, la norma establecida en el artículo 144° del Código Procesal


Penal, en el caso de la actividad fiscal, no permite que se declare la caducidad del
ejercicio de la acusación por vencimiento del plazo. Ello, está en estrecha relación
con las funciones que la Constitución le asigna al Ministerio Público, de manera
excluyente.

d) De allí que el apartado 1) del artículo ciento cuarenta y cuatro del Código
Procesal Penal, cuando señala que el vencimiento de un plazo máximo implica la
caducidad de lo que se pudo o debió hacer, debe ser interpretada de manera
sistemática y a la luz de las disposiciones constitucionales y legales citadas, y
que han sido recogidas en la jurisprudencia vinculante que se invoca.

5. En cuanto al punto b) Determinar si la prórroga de la investigación


preliminar procede efectuarla vencido el plazo por el Ministerio Público, debe
considerarse:

a) Que, el artículo ciento cuarenta y cuatro incisos 1) del Código adjetivo antes
citado, señala que los plazos dolo pueden ser prorrogados cuando la ley lo permita.
Esto significa, que, de ningún modo, cabe la habilitación judicial del plazo, cuando
ello no esté contemplado expresamente.

b) De allí, que frente al vencimiento del término para llevar a cabo una determinada
actuación procesal a cargo del ministerio público - en su condición de titular de la
acción penal y director de la investigación - no corresponda el amparo de
solicitudes de prórroga del mismo. menos aún, qué en tal circunstancia de
conclusión del plazo, recién se pretenda la calificación del caso, como complejo.
Asimismo, en aplicación del principio de la preclusión procesal.
en tal supuesto, corresponde continuar con el normal desarrollo de las siguientes
etapas del proceso. así, en, del vencimiento del plazo de la investigación
preliminar, el ministerio público, debe proceder con el requerimiento fiscal,
acusatorio o de sobreseimiento

6. Respecto al punto c) Determinar si el plazo de la investigación preliminar es


de ocho meses cuando es de naturaleza compleja, debe considerarse:

a) Qué, en atención a Los criterios recogidos en la jurisprudencia nacional y del


tribunal constitucional, mediante sentencia casatoria ciento cuarenta y cuatro - dos
mil doce, de fecha once de julio de dos mil trece, la Sala Penal Permanente de la
Corte Suprema, ha establecido como doctrina jurisprudencial, que, tratándose de
investigaciones complejas, el plazo máximo para llevar a cabo las diligencias
preliminares, es de ocho meses. De allí, que este extremo, no requiere de un
pronunciamiento adicional.

b) Que, en el caso de autos, la disposición fiscal del diecisiete de octubre de dos


mil once, que prorroga el plazo inicial en noventa días más. No obstante que, la
investigación data del dieciocho de noviembre de dos mil diez, y que se inició bajo
los alcances del Código de Procedimientos Penales, habiéndose adecuado a su
trámite al Nuevo Código Procesal Penal, del nueve de junio de dos mil once.

18) En atención a los fundamentos expuestos, este supremo tribunal, considera que
dado al término debe computarse desde el inicio de la investigación, esto es, en
incluso desde antes del seis de julio de dos mil once, el plazo venció el tres de
octubre del mismo año, en exceso; consecuentemente la prórroga del plazo de la
investigación preliminar, no encuentra sustento legal al haberse expedido fuera de
su vencimiento. En tal virtud, la resolución que declara fundado el control de plazo
de dicha investigación y que fuera confirmada, es conforme a derecho. por ello el
presente recurso de casación debe desestimarse.
V. DECISIÓN:

Por tales consideraciones la Corte Suprema; declaró:

INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por el Fiscal Superior, contra la


resolución de vista, del primero de marzo de dos mil doce, que confirmó la
resolución del doce de diciembre de dos mil once, que declaró fundado el control
de plazo de la investigación preliminar.

ESTABLECER como doctrina jurisprudencial lo señalado en el segundo


considerando de esta ejecutoria suprema; de conformidad con el artículo
cuatrocientos treinta y tres, inciso tres del Código Procesal Penal”,

DISPUSIERON que la presente resolución casatoria se lea en audiencia pública.

S.S. VILLA STEIN, PARIONA PASTRANA, BARRIOS ALVARADO, TELLO


GILARDI, PRINCIPE TRUJILLO.
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA PENAL TRANSITORIA

CAS. 692-2016, Lima Norte

Lima, cuatro de mayo de dos mil diecisiete.

LA SALA PENAL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número seiscientos noventa y
dos – dos mil dieciséis, en audiencia pública llevada a cabo en la fecha, se procede
a emitir la siguiente sentencia.

I. HECHOS:

1. Que la Primera Sala Penal de Apelaciones de la Corle Superior de Justicia de


Lima Norte emitió la sentencia de vista, de siete de junio de dos mil dieciséis, que
confirmó la sentencia de primera instancia, de nueve de febrero de dos mil
dieciséis, que condenó como autor del delito de robo con agravantes a Miguel
Antonio Cortez Ortega en agravio de Gloria Rosa Matos Valera a doce años de
pena privativa de libertad y al pago de mil quinientos soles por concepto de
reparación civil.

2. Que los hechos declarados probados en la aludida sentencia de vista estriban en


que el día veintinueve de enero de dos mil dieciséis, a las cero horas con cinco
minutos, en circunstancias en que la agraviada Gloria Rosa Matos Valera salió
de su trabajo y se encontraba en el paradero de la avenida Universitaria, cerca al
grifo Repsol y frente a la puerta de ADUNI, en el distrito limeño de los Olivos,
dos sujetos no identificados la abordaron violentamente y de manera sorpresiva.
Uno de ellos colocó un arma de fuego en su cabeza y la rastrilló, mientras el
segundo sujeto rebuscó entre sus pertenencias y la despojó de su cartera de color
blanco con negro. La agraviada Matos Valera, por temor, no opuso resistencia
ante el inminente peligro para su integridad física. La cartera sustraída contenía en
su interior su celular marca Sony, un juego de llaves, cosméticos de uso personal,
una billetera que, con su Documento Nacional de Identidad, una tarjeta del Banco
de Crédito del Perú y la suma de trescientos setenta soles.

En estas circunstancias se acercó un carro en ayuda de la víctima, pero uno


de los asaltantes le dijo: “qué miras”, y le mostró su arma. Empero, acto
seguido, se aproximó un segundo vehículo conducido por el imputado Cortez
Ortega, quien abrió la puerta a los delincuentes para que éstos ingresen, a
consecuencia de lo cual lograron darse a la fuga. La agraviada, sin embargo,
atinó a apuntar la placa del citado vehículo (C2M-353). Es así que el
imputado Cortez Ortega fue intervenido horas después en el distrito de
Puente Piedra, lugar donde la agraviada fue a cenar con sus padres y
reconoció el vehículo utilizado en el robo.

El proceso incoado contra el citado encausado es el inmediato.

Que el acusado Cortez Ortega en su recurso de casación de fojas doscientos


sesenta, de veintiuno de junio de dos mil dieciséis, introduce como motivos los de
inobservancia de precepto constitucional y vulneración de precepto procesal
(artículo 429°. incisos 1 y 2, del Código Procesal Penal).

Alega que la única prueba periférica que corrobora la versión de la agraviada es el


(segundo registro vehicular, realizado ocho horas después de su captura, en cuya
virtud se restó valor probatorio al primer registro vehicular negativo, lo que
vulnera las garantías del debido proceso y de defensa procesal. También aduce que
se infringió el artículo 121 del Código Procesal Penal y que se aplicó
equivocadamente el artículo 337, numeral 2, de la norma antes citada. Finalmente,
índica que, al no constar prueba evidente, la causa debió tramitarse bajo las reglas
del proceso común, no por las del proceso especial inmediato.

Que, conforme al recurso de casación y, esencialmente, a la Ejecutoria Suprema


de fojas cuarenta y dos del cuadernillo de casación, de treinta de setiembre de dos
mil dieciséis, lo que es materia de dilucidación en sede casacional es lo que a
continuación se expone:

1. Los motivos de casación admitidos son los de inobservancia de la garantía del


debido proceso e infracción de precepto procesal (artículo 429, numerales 1 y 2, del
Código Procesal Penal).

2. La casación se circunscribe a la denunciada falta de eficacia procesal de un acta


de registro vehicular y, luego, a la incoación de un procedimiento penal que no
corresponde, por la ausencia de prueba evidente, por lo que el motivo de casación
es el de inobservancia del debido proceso. Asimismo, como se cuestiona la
correcta aplicación de dos artículos del Código Procesal Penal, respecto a la
eficacia y validez de la referida acta, concurrentemente, el segundo motivo de
casación es el de infracción de precepto procesal.

Que, instruidas las partes de la admisión del recurso de casación, materia de la


resolución anterior —sin la presentación de alegato adicional alguno—, se expidió
el decreto de fojas ciento cuarenta y nueve, de tres de abril de dos mil diecisiete,
que señaló fecha para la audiencia de casación el día veinte de abril último.

Que, según el acta adjunta, la audiencia de casación se realizó con la intervención


de la abogada defensora del encausado Cortez Ortega, doctora Melisa Parían
Novoa, y del señor Fiscal Adjunto Supremo en lo Penal, Alcides Mario Chinchay
Castillo. Acto seguido se celebró el acto de la deliberación de la causa en sesión
secreta. La defensa del encausado Cortez Ortega presentó un informe escrito a
fojas cincuenta del cuadernillo, de fecha veintisiete de abril del presente año.
Efectuada, tras el preceptivo debate, la votación respectiva y obtenido el número
de votos necesarios, corresponde dictar la presente sentencia casatoria, cuya
lectura se programó en la fecha.

II. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA

1. Que los actos de investigación relevantes que dieron lugar a la incoación


proceso especial inmediato y ulterior tramitación bajo ese trámite procedí mental,
son:

A. Producida la detención del imputado Cortez Ortega, merced a la indicación de


la agraviada Matos Valera al percatarse de la presencia del vehículo cuya placa
apuntó, se le efectuó un registro personal —realizada el veintinueve de enero de
dos mil dieciséis, a las tres horas con diez minutos—, con resultado negativo para
un bien de propiedad de la agraviada. Asimismo, diez minutos después, se realizó
un registro vehicular con resultado negativo. En las actas levantadas al efecto solo
estuvieron presente el policía instructor y el imputado —la agraviada solo estuvo
presente en la diligencia de registro vehicular— [fojas veintidós vuelta y
veintitrés]. Cabe señalar que el vehículo intervenido se puso a disposición de la
Comisaría de Puente Piedra ese mismo día a las dos horas con cuarenta y cinco
minutos [fojas veintiocho]; luego, el registro vehicular se realizó en sede policial.

B. La agraviada Matos Valcra denunció el robo en su agravio el veintinueve de


enero de dos mil dieciséis, como a las dos horas con veintiún minutos e indicó que
no reconoció al chofer [fojas veintiséis]. En su primera manifestación preliminar
[fojas quince], realizada el mismo día veintinueve de enero de dos mil dieciséis, a
las siete horas con veinte minutos, con el concurso del Fiscal, detalló el hecho y si
bien apuntó las placas del vehículo que utilizaron los asaltantes para huir, no logró
ver el rostro del chofer, ni de ninguno de los intervinientes en el robo. De otro lado,
en su manifestación preliminar [fojas diecinueve], llevada a cabo a las doce horas
con veinticinco minutos del mismo día, luego del segundo registro vehicular al
coche conducido por el imputado, reconoció como suyas las cosas encontradas en
el automóvil. Cabe resaltar, sin embargo, que la indicada agraviada al declarar en
el juicio oral señaló que vio la cara del imputado Cortez Ortega y que lo reconoce
plenamente [minuto cuarenta y dos].

C. La policía por orden y con asistencia del Fiscal realizó un segundo registro
vehicular a las once horas con treinta minutos del citado día veintinueve de enero
de dos mil dieciséis en la Comisaría Laura Caller. En la parte de atrás, debajo de
un cartón color blanco, se encontró un bolso negro de material sintético con bordes
blancos, que contenía cosméticos de mujer, un peine, una tarjeta del Banco de
Crédito del Perú y el Documento Nacional de Identidad de la agraviada, y un
llavero con tres llaves. El acta se firmó por los fiscales, pero no lo hizo el imputado.
Se devolvió a la agraviada los bienes de su propiedad [acta de fojas veintitrés
vuelta, de veintinueve de enero de dos mil dieciséis].

D. La audiencia de proceso inmediato se realizó el día treinta de enero de dos mil


dieciséis, a las once horas con treinta minutos, con asistencia de las partes (fiscal
y el imputado y su defensor), según fojas sesenta y siete. Ese mismo día se dictó
el auto de incoación del proceso inmediato, que quedó consentida el indicado día
[fojas sesenta y ocho y sesenta y nueve].

E. Se formuló acusación el uno de febrero de dos mil dieciséis (fojas setenta y


seis], y el día cuatro de febrero de dos mil dieciséis se emitió el auto de
enjuiciamiento (fojas ochenta y siete]. El cinco de febrero de dos mil dieciséis se
inició el juicio oral. La defensa del imputado ofreció prueba testifical y documental
[fojas noventa y seis]. La audiencia continuó el nueve de febrero de dos mil
dieciséis, ocasión en que, como dato singular, se tiene que el Tribunal de Primera
Instancia llamó la atención a la defensora del imputado y apercibió que si no lleva
a cabo una defensa efectiva se la cambiaría por un abogado de oficio [fojas ciento
siete].

F. El imputado Cortez Ortega siempre negó los cargos. No sabe cómo apareció
el bolso en la maletera del vehículo que dedica al servicio de taxi. Señala que en
el primer registro vehicular no se encontró nada, pero luego en un segundo registro
apareció el bolso en la maletera del coche [fojas diecisiete y veinte].

2. Que, como se sabe, los presupuestos procesales son circunstancias tan


importantes que la admisibilidad de todo el proceso depende de su presencia o
ausencia; o, mejor dicho, son condiciones de admisibilidad para alcanzar una
decisión material, por lo que la comprobación de los presupuestos procesales es de
oficio en todas las etapas del proceso (VOLK, Klaus, 2016: 208/210).

Uno de los presupuestos procesales está referido a la causa, a su correcta


tramitación desde las reglas estipuladas por el Código Procesal. Esto último tiene
un sólido respaldo constitucional en el artículo 139 numeral 3 de la Constitución,
cuando precisa que: “Ninguna persona puede ser desviada de la jurisdicción
predeterminada por la ley ni sometida a procedimiento distinto de los previamente
establecidos”. Es pues uno de los derechos procesales fundamentales que integran
la garantía genérica del debido proceso.
En el presente caso se discute si se presentan los presupuestos materiales de la
incoación del proceso especial.

3. Que el artículo 446 del Código Procesal Penal establece los presupuestos
materiales que determinan la incoación del proceso inmediato, en cuanto
procedimiento especial informado por el principio de aceleramiento procesal. Esta
norma, en lo pertinente, requiere flagrancia delictiva o prueba evidente del hecho
y de la participación de su autor.

La flagrancia delictiva está regulada en el artículo 259 del Código Procesal Penal,
según la Ley número 29596, de veinticinco de agosto de dos mil diez. El inciso
cuatro del citado artículo regula la denominada “flagrancia presunta”. Según
esta norma, existe flagrancia cuando: “El agente es encontrado dentro de las
veinticuatro horas después de la perpetración del delito con efectos o instrumentos
procedentes de aquel o que hubieren sido empleados para cometerlo o con señales
en sí mismo o en su vestido que indiquen su probable autoría o participación en
el hecho delictuoso”. Por la naturaleza del acto en cuestión, que importa la
privación del derecho fundamental a la libertad personal, es obvio que la indicada
disposición debe interpretarse restrictivamente.

El agente, en este supuesto, ha de tener los bienes delictivos (instrumentos del


delito, objetos del delito o electos del delito) en su poder y en ese momento debe
ser detenido, dentro de las veinticuatro horas de la comisión del delito. El
imputado Cortez Ortega no fue reconocido por la agraviada en el momento en
que ocurrió el robo en su agravio. Ella no le vio el rostro. Por eso es que no lo
describió en su denuncia ni en su declaración preliminar, de suerte que llama la
atención que recién lo haga en el juicio oral inmediato.

La agraviada, según expresó, apuntó el número de placa de rodaje del vehículo


utilizado para el robo. Cuando horas después se capturó el vehículo, de inmediato,
se efectuó un primer registro vehicular con resultado negativo para un bien de la
agraviada. Empero, horas más tarde, a instancias de la Fiscalía, se realizó un
segundo registro vehicular, sin presencia del abogado del imputado, y en la
maletera se halló el bolso de la agraviada con parte de los bienes sustraídos, acta
que no firmó el imputado pues no aceptó lo que se descubrió en la maletera del
coche que conducía.

4. Que la actuación de las diligencias de investigación preliminar —las


denominadas “diligencias urgentes e inaplazables”— son aquellas que se
realizan bajo las exigencias de una situación concreta que requiere el rápido
aseguramiento de las fuentes de investigación, diligencias que, por tal motivo, no
pueden esperar.
Ese es el caso de las pesquisas y, en especial, de un registro vehicular, regulado
por el artículo 210, apartados 3 y 4, del Código Procesal Penal. El imputado, en
este caso, tiene derecho de hacerse asistir por una persona de su confianza, siempre
que ésta se pueda ubicar rápidamente y sea mayor de edad.

Desde luego, una diligencia de investigación, como es la pesquisa-registro


vehicular, puede ser ampliada, más aún si en el primer registro vehicular no
intervino el Ministerio Público. En este caso, sin embargo, no existen razones de
extrema urgencia que impidan la intervención de un abogado defensor en sede de
investigación preliminar (artículo 71, apartados 1 y 2, literal «c» del Código
Procesal Penal). En la segunda acta no constan las razones por las cuales el
imputado rehusó firmar el acta, tampoco por qué no se contó con un abogado
defensor de confianza o, en todo caso, con un abogado defensor de oficio. Estatuye,
al respecto, el artículo 120, apartado 2, del Código Procesal Penal que:

…“Se debe hacer constar en el acta el cumplimiento de las disposiciones


especiales previstas para las actuaciones que así lo requieran”.

5. Que, en consecuencia, desde la perspectiva de la calificación de la flagrancia


del delito —en sus diversas modalidades— e incluso en el supuesto de prueba
evidente del mismo, es de tener en consideración que para su calificación se asume
exclusivamente todo aquello que constaba en determinados momentos procesales.
Para el primer supuesto: la información que se tenía, momentos previos y en el
mismo instante de la detención (información de la víctima o de un testigo
presencial del hecho, vestigios materiales o información videográfica, entre otros).
Para el segundo supuesto: los actos de investigación acopiados en el curso de las
diligencias preliminares, hasta el momento de la incoación del proceso inmediato.
Así las cosas, no es posible afirmar que en este caso se cumplieron con esos
presupuestos para incoar un proceso especial inmediato.

La agraviada no había visto el rostro del imputado —ni siquiera lo describió


cuando denunció el delito en su perjuicio ni cuando declaró en sede preliminar—.
Es más: en el vehículo, cuando se efectuó el primer registro vehicular, no se
hallaron los objetos del delito. Es verdad que la agraviada apuntó la placa del
vehículo y, al verlo posteriormente, luego de unas horas, identificó el coche y pidió
la ayuda policial correspondiente para su captura. Pero, en atención: (i) al tiempo
transcurrido, (ii) al hecho de que el imputado no se le capturó en el teatro del delito,
(iii) a las protestas de inocencia de aquél, y (iv) que al momento de la primera
revisión vehicular no se encontró los objetos del delito, no es posible concluir que
se está ante un supuesto de flagrancia presunta.

La flagrancia, por su propia razón de ser, requiere una acreditación de los hechos
por prueba directa a partir de informaciones categóricas, procedentes del
agraviado, de testigos presenciales o de filmaciones indubitables, que demuestren,
sin necesidad de inferencias complejas, que el detenido fue quien intervino en la
comisión del delito. En el presente caso, frente a los vacíos probatorios resaltados,
no puede concluirse, todavía, que el imputado era quien conducía el vehículo
utilizado para el robo en agravio de Matos Valera: no se daba una situación
de flagrancia delictiva. La captura del vehículo, al coincidir su placa de rodaje
con la apuntada por la agraviada, sin la posesión del objeto del delito y sin el
reconocimiento de esta, no satisface el rigor conceptual del delito flagrante.

6. Que tampoco es posible sostener el requisito de prueba evidente, que también


permite la incoación del proceso inmediato. Lo central para que se dé por
establecida la evidencia delictiva sería, en el presente caso, el hallazgo de los
bienes robados en el carro conducido por el imputado. Como quedó dicho, en el
primer registro vehicular no se encontraron parte de los bienes robados a la
agraviada. Recién, al producirse un segundo registro vehicular, es que se hallaron
los bienes descritos en el acta de fojas treinta, que luego se devolvieron a la víctima
[acta de entrega de fojas 23 vuelta].

Empero, la diligencia no cumplió las exigencias legales que le confieren fiabilidad


y eficacia procesal. No estuvo presente un abogado defensor, no se consignaron
las razones por las cuales el primero no estuvo presente y el imputado no firmó el
acta. La presencia de un abogado defensor, fuera de los supuestos de urgencia y
peligro por la demora, es insustituible. El vehículo ya estaba en poder de la
Comisaría de Laura Caller y el imputado estaba detenido, luego, no se justifica la
inasistencia de un defensor en ese acto. Se vulneró, entonces, la concordancia de
los artículos 71, apartados 1 y 2, literal «c» y 120, apartado 2, del Código Procesal
Penal.

7. Que, sin analizar si, finalmente, el imputado Cortez Ortega es culpable o


inocente, como consecuencia de la valoración del conjunto de la prueba actuada
durante el enjuiciamiento, es de resaltar que el proceso no pudo ser tramitado por
la vía inmediata, sino por la común u ordinaria. Al hacerlo, indebidamente, bajo el
proceso inmediato se afectó el artículo 139, numeral 3, de la Ley Fundamental: el
proceso no fue debido, con todas las garantías. La inobservancia de este derecho
fundamental generó indefensión material, por lo que es de ampararse el recurso de
casación por la causal de vulneración de precepto constitucional: artículo 429,
inciso 1, del Código Procesal Penal.

Asimismo, la segunda diligencia de registro vehicular no cumplió con los cánones


estipulados en la Ley Procesal, por lo que la decisión de incoar el proceso
inmediato no pudo basarse en esa actuación preliminar. Esa diligencia y el acta de
su propósito, como generaron indefensión material, incurrieron en un
quebrantamiento de la ley procesal (concordancia de los artículos 71, apartados 1
y 2, literal «c» y 120, apartado 2, del Código Procesal Penal), que hace inutilizable
tal acto de investigación. En él no se puede fundar ninguna resolución judicial. La
causal de infracción de precepto procesal se estima y así se declara.

Debe quedar claro, por lo demás, que la exclusión de ese segundo registro
vehicular no importa, de plano, la absolución. Es posible, desde una perspectiva
general, que la autoría del imputado se acredite con otros medios de prueba. Esto
último dependerá, obviamente, del conjunto de la prueba de cargo y si tal prueba
está en condiciones de enervar la presunción constitucional de inocencia.

8. Que, finalmente, cabe reiterar lo que estableció el Acuerdo Plenario número dos
- dos mil dieciséis oblicua CIJ - ciento dieciséis, Fundamento Jurídico veintitrés-
D, de uno de junio de dos mil dieciséis. La desestimación de la incoación del
proceso inmediato no trae consigo necesariamente la anulación de la prisión
preventiva; y, la modificación de esta medida de coerción personal, requiere
petición parte, unida a un debate sobre los presupuestos materiales
correspondientes.

Sin embargo, lo que es singular en el presente caso es el tiempo de privación


procesal la libertad: ya alcanza cerca de los quince meses. Como el plazo ordinario
de la prisión preventiva, en estos casos, es de nueve meses (artículo 272, apartado
1, del Código Procesal Penal), es evidente que ya venció (se dictó el treinta de
enero de dos mil dieciséis) —no cabe tomar en cuenta la mitad de la pena impuesta,
porque la consecuencia de amparar el recurso de casación es la anulación de las
sentencias de mérito, luego, la causa debe retrotraerse a la etapa de instrucción—.
Rige para esta solución, el artículo 273 del citado Código, que es del caso aplicar.
III. DECISIÓN:

Por tales consideraciones la Corte Suprema; declaró:

FUNDADO el recurso de casación por inobservancia ele precepto constitucional


y por quebrantamiento de precepto procesal interpuesto por el
encausado MIGUEL ANTONIO CORTEZ ORTEGA contra la sentencia de
vista de fojas doscientos cuarenta y cuatro, de siete de junio de dos mil dieciséis,
que confirmando la sentencia de primera instancia de fojas ciento doce, de nueve
de febrero de dos mil dieciséis, lo condenó como autor del delito de robo con
agravantes en agravio de Gloria Rosa Matos Valera a doce años de pena
privativa de libertad y al pago de mil quinientos soles por concepto de reparación
civil; con lo demás que contiene. En consecuencia: NULA la sentencia de vista
recurrida e INSUBSISTENTE la sentencia de primera instancia; y, reponiendo la
causa al estado que le corresponde: declararon SIN EFECTO todo lo actuado en
esta causa desde el auto de incoación del proceso inmediato de fojas sesenta y
ocho, de treinta de enero de dos mil dieciséis, inclusive, sin perjuicio de la validez
de la prueba documental y de las diligencias objetivas e irreproducibles llevadas a
cabo legalmente, así como de las actas que contienen las diligencias preliminares
no excluidas por esta Ejecutoria.

DISPONER, que la presente sentencia casatoria se lea en audiencia pública.

S.S. SAN MARTIN CASTRO, PRADO SALDARRIAGA, SALAS ARENAS,


BARRIOS ALVARADO, PRINCIPE TRUJILLO.
FUNDAMENTOS PROPIOS DEL SEÑOR JUEZ DE LA CORTE
SUPREMA SALAS ARENAS RESPECTO AL PROCESAMIENTO
INMEDIATO

1. El régimen del procesamiento inmediato modificado por el artículo dos del


Decreto Legislativo N.° 1194, generó una subclase de “inmediato directo» (que
abarca tanto la flagrancia clásica y la cuasi flagrancia, como la conducción
temeraria por alcoholemia o drogadicción objeto de intervención policial en el
instante), en que cabe la incoación inminente del proceso y una sub clase
de “inmediato diferido” (que comprende los casos de extensión de la flagrancia,
de confesión de los hechos, de suficiencia de los elementos de convicción, de
conducción temeraria —por alcoholemia o drogadicción— no flagrante, de
omisión a la asistencia familiar), en que el lapso para incoarlo se extiende hasta el
vigésimo noveno día de la formalización de la investigación preparatoria.

2. La ausencia de marcador o cuantificador normativo respecto a la dimensión de


la pena privativa de libertad pertinente para la viabilidad del procesamiento
inmediato, sea el directo o el diferido, merece el establecimiento de un criterio
jurisprudencial en aras de !a proporcionalidad —mientras fije el Parlamento los
razonables límites— estableciendo criterios restrictivos al calor del inciso 3, del
artículo VII, del Título Preliminar del Código Procesal Penal, en tanto favorezca
el ejercicio de los derechos del imputado; para que el recorte de las etapas y los
plazos de duración del trámite generen la menor intensidad posible de afectación
a las atribuciones legítimas propias de la defensa del investigado.

3. El ordenamiento procesal penal presenta algunas vallas normativas respecto a la


gravedad del acto delictivo; así, con el artículo 427 se limita el recurso de casación
para los casos de sentencias y autos que pongan fin al procedimiento, en tanto el
extremo mínimo de la pena conminada en abstracto supere los 6 años de privación
de libertad, de lo que se puede deducir que tal cota dimensional connota que el
hecho delictivo es grave como para habilitar la procedencia ordinaria del recurso
de casación; como consecuencia, los delitos cuyas penas privativas de libertad
fueran inferiores a los 6 años (en dimensión abstracta), se hallan normativamente
considerados como menos graves.

4. Según lo establecido en el inciso b, del artículo 268 del mismo cuerpo legal la
gravedad del delito radica en la pena probable que podrá ser impuesta en el caso
concreto, en tanto fuera superior a 4 años de privación de libertad; en tales casos,
con la concurrencia razonable de los otros presupuestos procesales, corresponderá
imponer la prisión preventiva.

5. Si ha de excluirse del encausamiento inmediato a todo hecho penal que fuera


considerado grave y con mayor razón el que resultará estimado como
especialmente grave, será pertinente tomar en cuenta como parámetro aquellos
criterios normativos.

6. En este caso concreto el apresuramiento por juzgar ha dado lugar a afectaciones


diversas, que por su naturaleza deslegitiman el proceder de la justicia.

Por ello:

Estimo que el límite punitivo razonable para la aplicación del proceso


inmediato —teniendo en cuenta que se trata de un encausamiento para
tramitaciones sencillas y delitos que no fueran graves— no debe superar los 6 años
de pena privativa de libertad en su extremo mínimo y en el caso en concreto para
el robo agravado se ha establecido 12 a 20 años de tal sanción por lo que no
correspondía tal procesamiento acelerado.

S.
SALAS ARENAS
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA PENAL PERMANENTE

CAS. 599-2018, Lima

Lima, once de octubre de dos mil dieciocho.

LA SALA PENAL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número quinientos noventa y
nueve – dos mil dieciocho, en audiencia pública llevada a cabo en la fecha, se
procede a emitir la siguiente sentencia.

I. HECHOS:

1. El recurso de casación se interpuso por la defensa técnica del Partido


Político Fuerza Popular contra la Resolución número doce, emitida por mayoría,
el cuatro de abril de dos mil dieciocho, por la Primera Sala Penal de Apelaciones
Nacional, que revocó la resolución que declaró fundada la solicitud de control del
plazo de la investigación preliminar en la investigación que se sigue por la probable
comisión del delito de lavado de activos, en agravio del Estado: reformándola, se
declara infundada la solicitud de control de plazo de la investigación preliminar
formulada por la defensa técnica con motivo de las diligencias preliminares
desplegadas ante la presunta comisión del delito de lavado de activos en agravio
del Estado.

II. PRIMERA INSTANCIA:

El juzgado de investigación preparatoria, declaró fundada la solicitud de control


de plazo de la investigación preliminar en la a investigación que se sigue por la
probable comisión del delito de lavado de activos, en agravio del Estado.

En respuesta a ello, se formuló recurso de apelación

III. SEGUNDA INSTANCIA

La Sala Superior, declaró infundada la solicitud de control de plazo, planteada


contra la disposición fiscal dictada en diligencias preliminares.

En respuesta a ello la defensa técnica interpone recurso de casación amparado en


los siguientes argumentos;
1. Vulneración de precepto constitucionales (artículo cuatrocientos veintinueve,
uno del Código Procesal Penal), el accionante alegó la vulneración de sus derechos
a:

a) Vulneración de la tutela Judicial; alega que se ha lesionado esto derecho


fundamental por cuanto a pesar de que el Juzgado ha declarado fundado su
apelación, la Primera Sala Penal de Apelaciones Nacional avaló la actividad de la
Fiscalía, qué continuó con las diligencias programadas que fueron dispuestas sin
fundamentar la utilidad y la pertinencia. Por el contrario, amparado en el apartado
uno del artículo cuatrocientos dieciocho del CPP -apelación con efecto suspensivo-
prosiguió con las diligencias preliminares investigación.

Que el Juez de primera instancia asumió el criterio jurisprudencial fijado en la


Casación número dos-dos mil ocho/La Libertad, que establece que las diligencias
preliminares tienen su propia finalidad (trescientos treinta. Dos del CPP) y su plazo
diferenciado, y se sujetan a un mecanismo de control distinto {trescientos treinta
y cuatro, inciso dos del CPP) al de investigación preparatoria.

Así, el juzgado consideró, erróneamente, que la decisión que ampara el control de


plazo es una que pone fin a la instancia. El mencionado auto no pone fin a la
instancia, puesto que, si bien genera un doble grado de jurisdicción, no se tiene una
doble instancia.

2. Infracción de normas procesales (artículo cuatrocientos veintinueve, inciso


dos del CPP)

Sobre el plazo de las diligencias preliminares, el casacionista refiere su


inobservancia, puesto que el artículo trescientos treinta y cuatro, inciso dos del
CPP prevé como plazo máximo de las diligencias preliminares el plazo de sesenta
días, dentro del cual el fiscal puede disponer de todas aquellas diligencias y
actuaciones probatorias que considere urgentes e inaplazables.

Argumenta que el mencionado precepto regula expresamente el plazo de las


diligencias preliminares y la forma de control. La resolución cuestionada lesionó
la disposición antes descrita, así como la doctrina jurisprudencial establecida en la
Sentencia de Casación número ciento treinta y cuatro-dos mil doce por cuanto:

a) Omitió pronunciarse respecto del vencimiento del plazo de la disposición del


dos de diciembre de dos mil quince; pese a ello, luego de trescientos sesenta días
de vencido el plazo se emitió la disposición del tres de julio de dos mil diecisiete
{que fijó un plazo distinto de sesenta días de diligencias preliminares).
b) Luego de vencido el plazo de la primera disposición, se emitió la segunda, la
cual vulnera el apartado dos del artículo trescientos treinta y cuatro del CPP. Su
actuación se produjo cuando precluyó la etapa.

c) Sostiene que se inobservó el inciso dos del artículo trescientos treinta del NCPP,
referido a la naturaleza de la investigación preliminar y las diligencias que pueden
realizarse, afirmando que:

d) La Sala Penal Nacional consideró que los actos de investigación durante las
diligencias preliminares podrían no atender a su naturaleza inmediata y urgente;
que lo urgente o inaplazable está íntimamente ligado al factor tiempo, que está a
su vez estrechamente vinculado al denominado espacio. Son aquellos cuyo
resultado depende de la celeridad con la que se desarrolla y no pueden ser
postergados en el tiempo.

Los actos urgentes tienen como finalidad también a la individualización del o los
agentes. Este es un requisito síne qua non para poder formalizar la investigación
preparatoria, y es en realidad el único argumento por el cual las
diligencias preliminares podrían durar más allá del breve tiempo que se les ha
asignado y hasta que el agente sea identificado.

e) La fase de diligencias preliminares debe ser breve, es decir, todos los actos que
se desarrollan durante las diligencias preliminares tienen las características de ser
urgentes o inaplazables.

3. Infracción de doctrina jurisprudencial (artículo cuatrocientos veintinueve, inciso


cinco del CPP)

La Sala se aparta de lo dispuesto en el fundamento jurídico segundo de la Sentencia


Casatoria número ciento treinta y cuatro-dos mil doce/Áncash, en tanto considera
que no es aplicable al presente caso, pues en dicha casación se hace referencia a la
prórroga del plazo para la investigación preparatoria y no plazo de las diligencias
preliminares. No obstante, la referida casación sí hace referencia al plazo de las
diligencias preliminares, bajo la denominación de “investigación preliminar».

La Sala Penal no solo se aparta de la doctrina jurisprudencial vinculante de la Corte


Suprema, sino que tergiversa sus alcances, haciendo una interpretación antojadiza
y arbitraria de los términos empleados, en atención al empleo «indebido» de los
términos que habría realizado la Corte Suprema.
IV.MARCO DE LAS DILIGENCIAS PRELIMINARES

1. La presente resolución deriva de las diligencias preliminares llevadas a cabo por


el fiscal provincial al Partido Político Fuerza Popular, por la presunta comisión del
delito de lavado de activos, en agravio del Estado. Los hechos corresponden al
origen de los ingresos económicos para financiar la campaña política del Partido
Fuerza Popular, del año dos mil once, que tendrían procedencia ilegal.

Las investigaciones se inician en mérito a la denuncia de parte presentada por


David Apaza Enríquez en que se pone en conocimiento que según el Informe
Técníco/CE EE.GG-once número cero cuarenta y tres-GSFP/ONPE, el Informe
final de verificación sobre la información financiera de campaña electoral-
elecciones generales-EE.GG.2011 Partido Político Fuerza 2011 (hoy Fuerza
Popular) y la información obtenida de la página web de la ONPE, el Partido
Político Fuerza Popular declaró para la campaña electoral de las elecciones
generales dos mil once -periodo comprendido entre diciembre de dos mil diez y el
cierre de campaña electoral, junio de dos mil once-, haber recibido
aportaciones/ingresos del monto de S/ 17 450 753.93 soles; provenientes de
aportaciones individuales en efectivo y en especies la suma de S/ 14 804 650.55
soles e ingresos por actividades de financiamiento proselitista la suma de S/ 2 610
929.58 soles y otros ingresos de campaña electoral de $/ 35 173.80 soles.

De acuerdo con el Informe Técn¡co/CE EEGG once número cero cuarenta y tres-
GSFP/ONPE, las aportaciones recibidas provienen de contribuciones de personas
naturales y jurídicas por la suma de S/ 14 804 650.55 soles, de los cuales S/ 13 513
855.44 corresponden a aportaciones en efectivo y S/ 1 290 765,11 soles a
aportaciones en especie. Asimismo, se indica que las aportaciones en efectivo por
la suma de S/13 513 855.44 soles recibidas por el partido, S/ 13 408 885.44 (99.22
%) fueron depositados directamente en las cuentas bancarias del partido y S/ 105
000.00 (0.78 %) recibidos en dinero en efectivo directamente de los aportantes y
no a través de los medios de pago que señala el artículo treinta y dos del
Reglamento Financiero y Supervisión de Fondos.

Las aportaciones recibidas en efectivo se depositaron en las cuentas bancadas N.°


055-7143062 (moneda nacional) y N.° 055-7143071 (moneda extranjera) que
mantiene el Banco Scotiabank. El partido recibió aportaciones depositadas
directamente en la cuenta corriente en nuevos soles por S/ 144 417.40 soles, las
cuales no han podido ser identificadas.

En cuanto a los ingresos por actividades de financiamiento proselitista,


examinaron la procedencia de $/ 4 736 164.60 soles, determinando que el dinero
en efectivo obtenido fue depositado en las cuentas de ahorros en moneda nacional
y extranjera que mantiene la organización política en el banco Scotiabank y que
no se cuenta con un registro correlativo con indicación de la fecha del evento
correspondiente y el detalle de los montos generados en letras y números, según lo
establece el Reglamento de Financiamiento y Supervisión de Fondos Partidarios.

2. Itinerario de la actuación fiscal; a fin de poner en contexto la controversia


jurídica, se debe hacer el recuento de las actuaciones fiscales más relevantes:

Veinte de octubre de dos mil quince: Disposición Fiscal s/n, emitida por la
Vigesimosexta Fiscalía Provincial Penal de Lima, señaló un plazo de indagación
de noventa días.

Dos de diciembre de dos mil quince: Disposición Fiscal s/n. amplió en ocho
meses las diligencias preliminares.

Tres de julio de dos mil diecisiete: Disposición Fiscal s/n, se dispone «abrir
investigación» a nivel fiscal por sesenta días.

Veintiocho de agosto de dos mil diecisiete: la Fiscalía amplía investigación


contra Clemente Jaime Yoshiyama Tanaka por el plazo de noventa días.

Cinco de septiembre de dos mil diecisiete: la fiscal provincial de la


Vigesimosexta Fiscalía Provincial Penal de Lima eleva el Informe número cero
cero uno-dos mil diecisiete-veintiséis FPPL-MP-FN al fiscal superior coordinador
nocional de las Fiscalías Especializadas en Delitos de Lavado de Activos y Pérdida
de Dominio, a efectos de que la investigación se lleve a cabo paralelamente con la
investigación que lleva el despacho del fiscal provincial José Domingo Pérez
Gómez al considerar que el caso sería de competencia de una Fiscalía
Supraprovincial.

Doce de septiembre de dos mil diecisiete: la defensa técnica del Partido Político
solicita a la Vigesimosexta Fiscalía Provincial Penal de Lima que se emita
disposición de conclusión de la investigación preliminar.

Catorce de septiembre de dos mil diecisiete: el fiscal superior coordinador


nacional de las Fiscalías Especializadas, Rafael E. Vela Barba, determina que el
ingreso número quinientos noventa y tresdós mil quince es de competencia del
Subsistema Especializado en Delito de Lavado de Activos y Pérdida de Dominio.
En el ítem octavo (análisis del caso), señala que también se apreciarían elementos
indicíanos de una organización criminal con una aparente estructura de división de
funciones y que los informes financieros permitirían inferir en el estado de la
investigación que existiría una posible organización con división de funciones
encargada de consignar aportes que no tendrían sustento de parte del Partido
Político.

Catorce de septiembre de dos mil diecisiete: la Vigesimosexta Fiscalía


Provincial Penal de Lima dispone remitir la investigación relacionada al ingreso
número quinientos noventa y tres-dos mil quince, seguido contra el Partido Político
Fuerza Popular y Clemente Jaime Yoshiyama Tanaka por la probable comisión del
delito de lavado de activos, en agravio del Estado, corresponde a la Segunda
Fiscalía Corporativa Especializada en Lavado de Activos y Pérdida de Dominio-
Quinto Despacho

Veinte de septiembre de dos mil diecisiete: la defensa técnica del Partido Político
Fuerza Popular solicita a la Segunda Fiscalía Corporativa Especializada en Lavado
de Activos y Pérdida de Dominio, disponer la culminación de la investigación
preliminar.

Veintiséis de septiembre de dos mil diecisiete: Oficio número quinientos


noventa y tres-dos mil quince/dosclentos cfiecislete- veintiséis FPPL-MP-FN la
Vigesimosexta Fiscalía Provincial Penal de Lima cumple con remitir la presente
investigación a la Segunda Fiscalía Supraprovincial Corporativa Especializada en
Delitos de Lavado de Activos y Perdida de Dominio-Quinto Despacho.

Trece de octubre de dos mil diecisiete: la Fiscalía Supra provincial Corporativa


Especializada en Delitos de Lavado de Activos y Pérdida de Dominio, mediante
Disposición número uno, adecúa la investigación seguida por la presunta comisión
del delito de lavado de activos en sus modalidades de conversión, transferencia,
ocultamiento y tenencia, en agravio del Estado, seguido contra el Partido Político
Fuerza Popular y Celemente Jaime Yoshiyama Tanaka, a las normas comprendidas
en el Código Procesal Penal y la Ley número treinta mil setenta y siete (Ley de
Criminalidad Organizada), califica el caso como una organización criminal y
establece el plazo de treinta y seis meses de diligencias preliminares.

Veintinueve de enero de dos mil dieciocho: el Segundo Juzgado de Investigación


Preparatoria Nacional, mediante la Resolución número seis, declara fundada la
solicitud de control de plazo de la investigación preliminar, deducida por la
defensa técnica del Partido Político Fuerza Popular, da por concluida ¡a
investigación preliminar y ordena al representante del Ministerio Público emitir
pronunciamiento en el plazo de veinte días.

Cuatro de abril de dos mil dieciocho: la Primera Sala Penal de Apelaciones


Nacional, mediante Resolución número doce, reforma la resolución del a quo y
revocando declara infundada la solicitud de control de plazo de la investigación
preliminar formulada por la defensa jurídica de Fuerza Popular, con motivo de las
diligencias preliminares desplegadas ante la presunta comisión del delito de lavado
de activos, en agravio del Estado.

Veintitrés de abril de dos mil dieciocho: la defensa técnica del Partido Político
Fuerza Popular interpone recurso de casación excepcional, que por resolución del
veinte de julio de dos mil dieciocho es declarada bien concedida.

V. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA

1. El Ministerio Público conforme al artículo ciento cincuenta y nueve, incisos


cuatro y cinco, de la Constitución Política del Estado tiene como facultad funcional
la de conducir o dirigir, desde su inicio, la investigación del delito, así como la de
ejercitar la acción penal; tal facultad discrecional ancla su actuación funcional a
principios y valores constitucionales. De ahí que su ejercicio debe decantar por la
observancia y pleno respeto de los derechos fundamentales, pues el fiscal debe
cumplir también con el principio de sujeción a la ley.

2. La implementación del Código Procesal Penal en forma gradual ha dado lugar


a que diferentes institutos procesales regulados de forma abierta hayan tenido
disímiles alcances interpretativos colisionando con la predictibilidad de las
resoluciones judiciales y afectando desde esta perspectiva el derecho a la tutela
judicial efectiva, ello porque la casuística no ha sido homogénea, de ahí que es
necesario otorgar vía jurisprudencial criterios de interpretación de la norma, pues
lo contrario incidiría en afectar la propia legitimidad del sistema de administración
de justicia penal.

3. El nuevo modelo de investigación procesal penal ha traído consigo la facultad


exclusiva del fiscal de llevar a cabo “diligencias preliminares”, de las que tiene el
señorío y control, son conceptualizadas normativamente como parte de la
investigación preparatoria y la jurisprudencia del tribunal constitucional, las define
como aquellas que lleva a cabo el fiscal en la fase prejurisdiccional previa proceso
penal.

4. Las diligencias preliminares, cómo actuaciones iniciales del fiscal orientadas a


una finalidad específica, no advierten un carácter jurisdiccional sino de indagación
y de averiguación; conforme al rol de persecutor que le corresponde, posibilitan
que pase a otra fase del proceso, si así lo decide, al instaurar la formalización de la
investigación preparatoria o disponer el archivo disponer el archivo definitivo.
el fiscal, conforme al artículo trescientos treinta y uno del CPP, está facultado para
realizar o delegar la actuación de diligencias preliminares de investigación en su
condición de titular del ejercicio de la acción penal, a fin de determinar si debe
formalizar la investigación preparatoria, lo que lo vincula con la obligación de
actuar con objetividad e independencia de criterio.

5. El artículo trescientos treinta, inciso dos del CPP preceptúa su finalidad y señala:
las diligencias preliminares tienen por finalidad inmediata realizar los actos
urgentes e inaplazables destinados a establecer:

a) sí tuvieron lugar los hechos objeto de conocimiento y su delictuosidad.

b) asegurar los elementos materiales de la comisión del delito.

c) individualizar a las personas involucradas y asegurarlas debidamente; sino que


a estos sea auna la finalidad de determinar si se formaliza la investigación
preparatoria (decisión que se realizará como resultado de las diligencias
investigativas realizadas, dando terminó a esta fase prejurisdiccional).

6. los actos urgentes e inaplazables a los que hace referencia la norma procesal van
ligados al propósito ulterior finalidad mediata - de ser el caso- de formalizar
investigación preparatoria; por lo que tales actos no deben ser vinculados en
estricto a un sentido temporal. lo que resulta de una interpretación sistemática y
teleológica del artículo trescientos treinta, incisos uno y dos del CPP, categorizar
lo urgente y necesario sólo aumento de tiempo, limitaría la actuación fiscal,
afectaría su rol investigativo y el principio de derecho de seguridad jurídica.

7. La regulación procesal penal Establece que el fiscal puede desarrollar


investigaciones comunes, complejas e investigación de delitos perpetrados por
imputados integrantes de organizaciones criminales, personas vinculadas a ella o
que actúan por encargo de la misma. es dentro de esta dinámica que adquiere
sentido la interpretación antes señaladas sobre lo “urgente o inaplazable”, ellos
función de que en cada caso en concreto el fiscal debe satisfacer los presupuestos
del artículo trescientos treinta y seis, inciso uno del CPP para continuar con su
investigación; de lo contrario, deber archivar lo actuado.

8. Los delitos de criminalidad organizada, por su impacto social, su peligrosidad y


efectos en el contexto, la necesidad de la actividad indagativa es mayor, pues se
debe realizar un tramado de diligencias especiales, recurriendo incluso a técnicas
especiales de investigación, la propia complejidad de la criminalidad organizada
deriva en que realice una pluralidad de actos especiales de investigación, es por
ello que lo urgente o inaplazable no puede calificarse en su sentido temporal
estricto.

9. Hay que considerar que existen dinámicas criminales donde las estructuras
mismas evolucionan y hacen más compleja su indagación, Allí es donde el rol del
fiscal encaminado a obtener indicios reveladores de la existencia del hecho
criminal (delito) y la individualizacion de un significativo número de personas,
conforme al artículo trescientos treinta y seis inciso uno del CPP, se complejiza.
por ello no es lo mismo realizar actos urgentes e inaplazables en la investigación
de un delito común, que en investigación de crimen organizado.

Afirma el carácter que lo urgente e inaplazable tiene una connotación distinta en


la ciudad activas de crimen organizado el que la propia Norma señale “(...), no
obstante ello, el fiscal podrá fijar un plazo distinto según las características,
complejidad y circunstancias de los hechos objeto de investigación (..)” (artículo
trescientos treinta y cuatro del CPP), lo que en correlato con lo preceptuado en el
artículo cinco, incisos uno y dos de la ley número treinta mil setenta y siete (Ley
Contra el Crimen Organizado), afirma el sentid interpretativo que se fija.

10. De ahí que lo afirmado por el casacionista respecto a que lo urgente e


inaplazable en diligencias preliminares por crimen organizado sólo debe
vincularse al factor tiempo, y que todos los actos que se desarrollen durante esta
fase tengan dichas características, no determina que la sala penal nacional hay en
observado el artículo trescientos treinta, inciso dos del CPP.

V.I EL PLAZO DE LAS DILIGENCIAS PRELIMINARES Y SUS


POSIBLES AMPLIACIONES (artículo trescientos treinta y cuatro, apartado
dos, del CPP); el plazo de las diligencias preliminares en la investigación por
crimen organizado:

La presente Versa sobre el sentido interpretativo que se debe dar al artículo articulo
trescientos treinta y cuatro, apartado dos, del CPP, qué regula el plazo de las
diligencias preliminares, pues desde su vigencia (dos mil cuatro) existe un
problema de interpretación normativa, dado que el legislador no ha fijado un
baremo que Determine cuándo finaliza esta actividad fiscal; y, al estar íntimamente
vinculado a la necesidad de garantizar el derecho fundamental de la persona a ser
investigado y juzgado en un plazo razonable, se precisa su tutela a fin de controlar
el ejercicio arbitrario del mismo.

El articulo trescientos treinta y cuatro, apartado dos, del CPP, Establece que: “ el
plazo de las diligencias preliminares, conforme al artículo tres, es de sesenta
días, salvo que se produzca la detención de una persona. no obstante, ello el fiscal
podrá fijar un plazo distinto según las características complejidad y circunstancias
de los hechos objeto de investigación”.

Este precepto contempla plazo ordinario referencial - de sesenta días - y un plazo


distinto que se fija en función de las características, complejidad y circunstancias
de los hechos objeto de investigación.
En este segundo caso, si bien el legislador ha optado por no precisar de manera
cuantitativa el límite máximo del plazo de diligencias preliminares, este supremo
tribunal- tomando como referencia el plazo previsto en el artículo trescientos
cuarenta y dos del CPP para la investigación preparatoria- ha establecido en las
sentencias casatorios número dos- dos mil ocho-La Libertad, del tres de junio de
dos mil ocho y número de ciento cuarenta y cuatro-dos mil doce- Ancash, del once
de julio de dos mil trece, que el plazo máximo de las diligencias preliminares ( en
las investigaciones comunes y complejas) no puede, en la hipótesis más
extrema, ser superior al límite máximo de la duración de la investigación
preparatoria.

Es de precisar que en su versión primigenia, el artículo trescientos cuarenta y dos


del CPP, en sus incisos uno y dos, contemplaba para la investigación preparatoria
únicamente dos plazos: uno común (ciento veinte días naturales) y otro para las
investigaciones complejas (de ocho meses).posteriormente, con la ley número
treinta mil setenta y siete (Ley Contra el Crimen Organizado), vigente desde el
primero de julio de dos mil catorce, se modificó el inciso dos del artículo
trescientos cuarenta y dos el CPP y se incorporó el plazo de investigación
preparatoria de treinta y seis meses para el caso de investigación de delitos
perpetrados por imputados integrantes de organizaciones criminales, personas
vinculadas a ellas o que actúen por encargo de la misma.

Es claro que la falta de un plazo legal máximo para las diligencias preliminares de
investigaciones comunes, complejos o de criminalidad organizada afecta el
principio- derecho de seguridad jurídica; por ello, Es necesario que éstas se
realicen siempre dentro de un plazo razonable (garantía derivada del derecho
fundamental al debido proceso), que no es el equivalente al plazo legal, sino que
depende de las circunstancias particulares que presente cada caso.
al respecto, el tribunal europeo de Derechos Humanos señaló que, para determinar
el plazo razonable en un caso concreto, se debe considerar la complejidad del
asunto, el comportamiento de las partes y la actuación de los tribunales.

El tribunal constitucional ha precisado, como doctrina de carácter jurisprudencial,


que, para determinar la razonabilidad del plazo de la investigación preliminar, se
debe acudir cuando menos a dos criterios: uno subjetivo, que está referido a la
actuación del investigado y a la actuación del fiscal; y otro objetivo, que está
referido a la naturaleza objeto de los hechos de investigación, dentro de este - a
juicio del tribunal- cabe comprender la complejidad de los hechos a
investigar. considera que el plazo razonable de la investigación preliminar no tiene
ni puede tener en abstracto único plazo para todos los casos, traducido en un
número fijo de días, semanas o años, sino que tal razonabilidad inevitablemente
debe ser establecida según las circunstancias concretas de cada caso.
En efecto, el derecho al plazo razonable no solo permite el control de aquellos sus
plazos la tos y excesivos, sino también aquellos cortos, reducidos, que impiden
sustanciar de modo debido la investigación.

De ahí que la determinación del plazo razonable no puede establecerse


considerando sólo el transcurso del tiempo, sino que requiere una evaluación
objetiva a partir de las circunstancias especiales que rodean cada caso en concreto.
por ello las diligencias preliminares orientadas a establecer la ocurrencia de los
hechos y la delictuosidad de los mismos en una organización criminal (la que
advierte una infracción de especial gravedad) requieren para sus fines un plazo
más lato y razonable, pues uno reducido o limitado impedirá su adecuada
conclusión.

El artículo cinco de la ley número treinta mil setenta y siete señala:

“1. conforme lo dispuesto en el inciso segundo del artículo trescientos treinta y


cuatro del código procesal penal aprobado por decreto legislativo novecientos
cincuenta y siete, el plazo de las diligencias preliminares para todos los delitos
vinculados a organizaciones criminales es de sesenta días. pudiendo el fiscal fijar
un plazo distinto en atención a las características, grado de complejidad y
circunstancias de los hechos objeto de investigación.
2. para determinar la razonabilidad del plazo, el juez considera, entre otros
factores, la complejidad de la investigación, su grado de avance, la realización de
actos de investigación idóneos, la conducta procesal del imputado, los elementos
probatorios o indiciarios recabados, la magnitud y grado de desarrollo de la
presunta organización criminal, así como la peligrosidad y gravedad de los hechos
vinculados a esta”.
una interpretación sistemática de los incisos primero y dos habilita en
investigaciones de crimen organizado un plazo mayor para las diligencias
preliminares, ello en función de su propósito objetivo: los hechos de investigación.

Siguiendo las líneas interpretativas en las sentencias casatorias número dos-dos


mil ocho-La Libertad y número ciento cuarenta y cuatro-dos mil doce-Ancash,
respecto a considerar como baremo el plazo Máximo de las diligencias
preliminares no debe superar los 36 meses.

Tal plazo se justifica en atención a que una organización criminal, dada la dinámica
de las conductas derivadas, puede requerir mayor plazo al previsto para las
indagaciones de casos comunes o complejos, presenta mayores dificultades. Se
exige una mayor inversión de recursos personales, logísticos, demanda de tiempo
superior para investigarla, procesarla y juzgarla, a diferencia de otros procesos y
es necesario potenciar la eficacia de la persecución penal y no limitar la
operatividad fiscal, en tanto es posible que decida técnicas especiales de
investigación.
Ello no significa que el plazo máximo de treinta y seis meses deba ser utilizado en
su integridad, pues en función del interés investigativo el fiscal puede optar por un
plazo menor. La disposición que dicte el fiscal debe justificar la necesidad del
plazo y la razonabilidad de las diligencias ordenadas.

El grado de discrecionalidad del que está investido el fiscal para que lleve a cabo
su investigación debe estar precedido del principio de interdicción a la
arbitrariedad, pues su incumplimiento legítimo que el investigado acuda al juez de
Investigación Preparatoria instando su pronunciamiento (conforme con lo previsto
en el artículo trescientos treinta y cuatro inciso dos del CPP).

Para dilucidar si el plazo máximo fijado por el fiscal, de treinta y seis meses,
señalado para la actuación de la actividad investigativa se encuentra dentro de un
plazo razonable, dado el criterio antes señalado (que considera la Ley número
treinta mil setenta y siete, Ley Contra el Crimen Organizado), es de marcar que el
suceso indagativo conforme a la disposición fiscal hace alusión a un conjunto de
hechos en los que se apreciarían elementos indiciarios de una organización
criminal con una aparente estructura de división de funciones; que los informes
financieros permitirían inferir, en el estado de la investigación, que existiría una
posible organización con división de funciones encargada de consignar aportes que
no tendría sustento por parte del Partido Político Fuerza Popular.

V.II EL PLAZO Y SU AMPLIACIÓN EN INVESTIGACIONES DE


CRIMEN ORGANIZADO; la norma debe dar una respuesta integral a aquellas
situaciones de relevancia social como el crimen organizado.

La estructura del proceso penal inicialmente fue concebida desde una visión de
procesos ordinarios y complejos sin considerar otros aspectos delictuales
relevantes que ahora se advierten a través el crimen organizado.

Al ser las diligencias preliminares de regulación abierta, la Corte Suprema debe


dar una respuesta jurisprudencial que solucione este vacío normativo.

Una de las características de la investigación es su progresividad, no es posible


afirmar desde inicio que el fiscal podrá proyectarse respecto a la integridad de las
diligencias investigativas que llevará a cabo, pues el abanico de posibilidades
indagativas no se advierte al iniciarse la diligencia preliminar. La estrategia fiscal
debe decantar por usar un plazo inicial menor al de treinta y seis meses. Dentro de
este marzo temporal, es razonable su ampliación, la oportunidad será siempre
previa al vencimiento del plazo inicialmente fijado, origina responsabilidad
disciplinaria del fiscal. En tal supuesto, los actos defectuosos, en mérito al
principio de conservación mantienen su validez.
V.III. APARTAMIENTO DE DOCTRINA JURISPRUDENCIAL AL
HABERSE EMITIDO LA SENTENCIA CASATORIA NÚMERO CIENTO
TREINTA Y CUATRO – DOS MIL DOCE –ANCASH,

El casacionista señala que la sala penal nacional se aparta de la sentencia casatoria


número ciento treinta y cuatro - dos mil doce- Ancash, del trece de agosto de dos
mil trece, que preceptúa como doctrina jurisprudencial vinculante lo prescrito en
el fundamento jurídico segundo, respecto a la prórroga de la investigación
preliminar Y si procede efectuar la pese a estar vencido el plazo fijado por el
ministerio público.

La norma habilita a la sala penal de la Corte Suprema, bajo determinados


supuestos, a declarar los efectos vinculantes de la sentencia casatoria, ello en
armonía para consolidar la previsibilidad de las decisiones judiciales y potenciar
su universalización interpretativa; por ello, la selección de un caso concreto del
que se crea un precedente, afirma la seguridad jurídica e igualdad ante la ley, al
brindar coherencia el sistema de justicia.

En el presente caso, el apartamiento del precedente casacional que se denuncia por


parte de la defensa, establece que no cabe habilitación judicial del plazo y que al
vencimiento del mismo no corresponde el amparo de solicitudes de prórroga, si no
continuar con el normal desarrollo de las siguientes etapas del proceso; por lo que,
vencido el plazo de la investigación preliminar se “debe proceder con el
requerimiento fiscal acusatorio o de sobreseimiento” la regla del precedente
casacional es la obligatoriedad de su aplicabilidad como sustento del derecho
fundamental a la igualdad, lo que no limita su evolución ni desarrollo progresivo.

En atención a que debe responder a las necesidades y valores sociales. la adopción


de un precedente una línea de interpretación no puede tender al inmovilismo y a la
fosilizacion judicial, el respeto al precedente no limita a precisar, aclarar, ampliar
o corregir un entendimiento fijado como tal, sobre todo cuando opera un cambio
social o de Marco normativo.

En la casación cuyo apartamento se cuestiona, se advierten dos considerandos;

Primer considerando: afirma que mediante sentencia casatoria número cincuenta y


cuatro-dos mil nueve, del veinte de julio de dos mil diez, se estableció como
doctrina jurisprudencial que las actividades del fiscal relacionadas al ejercicio de
la acción penal no pueden ser sancionados con la caducidad del plazo previsto en
la ley, Pues ello importaría la vulneración de normas constitucionales; además ,el
artículo ciento cuarenta y cuatro del CPP no permite que se declare la caducidad
de la actividad del fiscal.
Segundo considerando: no cabe la habilitación judicial del plazo, y frente al
vencimiento del mismo no corresponde el amparo de solicitudes de prórroga.

Conclusión: frente al vencimiento del plazo no corresponde la prórroga sino


continuar con el normal desarrollo de las siguientes etapas del proceso; esto es, el
Ministerio Público debe proceder con el requerimiento fiscal, acusatorio o de
sobreseimiento.

La sala penal superior señala que se aparta excepcionalmente de la sentencia


casatoria porque no es Clara y conceptual que se trabajó bajo el supuesto de que el
caso que promovió el recurso se encontraría en etapa de investigación preparatoria
formalizada y no en diligencias preliminares.

De lo señalado corresponde poner en evidencia, en primer lugar, si los hechos son


sustancialmente iguales o hay diferencias entre los casos.
La controversia tiene como sustento a las diligencias preliminares llevadas a cabo
en una investigación compleja; la presente versa sobre las diligencias indagativas
en casos de crimen organizado, ambas no constituyen casos homólogos en su
integridad, han sido emitidas en un período de cinco años, al resolverse la Casación
número ciento treinta y cuatro - dos mil doce- Ancash no se encontraba vigente la
referida ley número treinta mil setenta y siete; por lo que concluimos que los
supuestos no son sustancialmente iguales.

Con relación a la caducidad de las diligencias preliminares por vencimiento del


plazo ordinario es del caso evaluar la ratio decidendi de la casación en cuestión.
Asi, de su primer considerando se extrae que amparándose en la sentencia casatoria
número cincuenta y cuatro-dos mil nueve, precisa que las actividades del fiscal
relacionadas al ejercicio de la acción penal, no pueden ser sancionadas con la
caducidad del plazo, criterio que se asumen esta casación.

La ratio decidendi de la casación número treinta y cuatro dos mil doce-Ancash se


justifica en la Carta Magna, Ley Orgánica del Ministerio Público y el Código
Procesal Penal; criterio que coincide con el sentido interpretativo que se da en la
presente respecto de la no caducidad de la diligencia preliminar al vencimiento del
plazo. con la adición, en esta casación, de que, si el plazo se venciera sin que se
haya realizado ampliación, origina responsabilidad disciplinaria del fiscal.
Por ello, a falta de precisión de la casación número ciento treinta y cuatro- dos mil
doce - Ancash, la sala penal superior justifica las razones de su decisión (en estricto
no hay apartamiento). El razonamiento propuesto de la distinción que se realiza -
basada en los fundamentos precedentes - lleva a la precisión que se señala.
VI. DECISIÓN:

Por tales consideraciones la Corte Suprema; declaró:

INFUNDADO el recurso de casación por inobservancia de precepto


constitucional, quebrantamiento de precepto procesal y apartamiento de doctrina
jurisprudencial, interpuesto por el abogado defensor del partido político Fuerza
Popular.

DISPONER, que la presente sentencia casatoria se lea en audiencia pública.

S.S. BARRIOS ALVARADO, PRINCIPE TRUJILLO, SEQUEIROS VARGAS,


CHÁVEZ MELLA, BERMEJO RÍOS.
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA PENAL PERMANENTE

CAS. 528-2018, Nacional

Lima, once de octubre de dos mil dieciocho.

LA SALA PENAL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE


JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa número quinientos veintiocho –
dos mil dieciocho, en audiencia pública llevada a cabo en la fecha, se procede a
emitir la siguiente sentencia.

I. HECHOS:

1. El ocho de marzo de dos mil dieciséis el Ministerio Público dispuso el inicio de


una investigación preliminar contra Keiko Fujimori Higuchi y Mark Vito
Villanella por la presunta comisión del delito de lavado de activos.

El doce y veinte de septiembre de dos mil diecisiete los citados investigados


solicitaron al fiscal supraprovincial competente de término a las diligencias
preliminares; no obstante, los pedidos fueron rechazados al haberse ampliado las
diligencias indagatorias por noventa días, lo que motivó que los afectados
acudieran al juez de investigación preparatoria el veintidós y veintiséis de
septiembre de dos mil diecisiete y solicitaran audiencia de control de plazos. Estos
pedidos fueron acumulados por la similitud del objeto de controversia.

II. PRIMERA INSTANCIA:

La jueza del Segundo Juzgado de Investigación Preparatoria Nacional declaró


fundada la solicitud de control de plazo promovida por los recurrentes; en
consecuencia, ordenó al Ministerio Público dar por concluida la etapa de
investigación preliminar y le otorgó diez días para emitir el respectivo
pronunciamiento.

Afirmó que el presente caso se inició como diligencias preliminares simples, por
lo que el plazo límite debió ser inferior a los ocho meses. Toda ampliación o
adecuación debió emitirse dentro del plazo de su vigencia, conforme a la doctrina
emitida en la Casación número ciento treinta y cuatro-dos mil doce-Áncash.
Rechazó la penúltima ampliación de noventa días -disposición número once- y la
adecuación de la investigación a la Ley número treinta mil setenta y siete -Ley de
Crimen Organizado-, y ordenó al fiscal provincial que dé por concluida la
investigación preliminar y emita pronunciamiento de fondo.
III. SEGUNDA INSTANCIA

Apelada la decisión por el fiscal de la Segunda Fiscalía Supraprovincial


Corporativa Especializada en Delitos de Lavado de Activos y Pérdida de Dominio,
la Primera Sala Penal de Apelaciones Nacional, por mayoría la revocó.

Afirmó que la fase de diligencias preliminares tiene por finalidad el acopio de los
elementos necesarios que permitan al Ministerio Público construir una imputación
formal o archivar el caso, lo que muchas veces se logra en el plazo legal- de sesenta
días; no obstante, de acuerdo con las características y circunstancias de
complejidad de lo que se investigue, el fiscal puede fijar un plazo distinto.

En cuanto al control de plazo, refirió que las personas afectadas pueden solicitar al
Ministerio Público que emita un pronunciamiento en un plazo razonable, en el cual
deberá ponderarse, además de los criterios de evaluación que otorga esta garantía,
la finalidad de las diligencias preliminares y los derechos que se estarían afectando.

Precisó que ya había sido materia de pronunciamiento la adecuación de las


diligencias preliminares al marco normativo de la Ley número treinta mil setenta
y siete, cuyo objeto de investigación era, evidentemente, complejo, pues
involucraba una posible estructura organizada a partir de roles y funciones, por lo
que el plazo máximo de treinta y seis meses fijado por el Ministerio Público era
razonable.

Acotó que la preclusión procesal, a la que hizo referencia la Casación número


ciento treinta y cuatro-dos mil doce, es aplicable al plazo de la investigación
preparatoria formalizada, pues solo en esta fase se prevé una prolongación del
plazo.

V. RAZONAMIENTO DE LA CORTE SUPREMA

Contra el auto de vista, los afectados Vito Villanella y Fujimori Higuchi


interpusieron recurso de casación. El casacionista Vito Villanella solicitó que se
establezca que los actos de investigación a realizarse en la subfase de diligencias
preliminares deben tener una naturaleza de urgente e inaplazable, acorde a su
finalidad de aseguramiento de las fuentes de prueba y evitación de pérdida de los
efectos del delito por el paso del tiempo. Aquellos actos que no tengan esta
naturaleza podrán efectuarse en la siguiente subfase de investigación formalizada.

La investigada Fujimori Higuchi precisó que la característica de urgente e


inaplazable de las diligencias preliminares está íntimamente ligada al factor tiempo
y espacio, y se refieren a actos cuyo resultado depende de la celeridad con la que
se desarrollen, los que no pueden ser postergados en el tiempo. Precisó que solo la
falta de individualización del o los agentes podría justificar una duración mayor de
las diligencias preliminares hasta que el sujeto sea identificado.

Por otro lado, afirmó que hubiera sido apropiado definir legalmente el plazo
máximo de duración de la investigación preliminar en procesos complejos; sin
embargo, ante la ausencia de tal regulación, debe primar el criterio del plazo
razonable.

Si se toman en cuenta tales escritos, en concordancia con lo expresamente aceptado


por el Tribunal Supremo, es motivo de casación la debida aplicación del artículo
trescientos treinta, numeral dos, del Código Procesal Penal (finalidad de las
diligencias preliminares) y del artículo trescientos treinta y cuatro, numeral dos,
del acotado código (plazo de las diligencias preliminares), lo que permitirá, a su
vez, establecer criterios relacionados con la razonabilidad de la fijación del plazo
de la indagación preliminar en los casos de criminalidad organizada.

Las causales admitidas fueron las previstas en los incisos uno y tres del artículo
cuatrocientos veintinueve del Código Procesal Penal.

1. FINALIDAD DE LAS DILIGENCIAS PRELIMINARES; El proceso penal


común -declarativo de condena- discurre en tres fases principales destinadas a
organizar jurídicamente el encausamiento de una imputación por un hecho punible.

La primera etapa procesal -investigación preparatoria- se fundamenta en la


necesidad de consolidación o descarte de una atribución penal, pues la noticia
criminal, en la mayoría de casos, requiere de la realización de actuaciones
investigativas, no jurisdiccionales, a cargo del titular de la acción penal o de la
policía, bajo la dirección de aquel, a fin de determinar si existe base suficiente para
calificar la antijuricidad del hecho y la incriminación por tal evento a uno o varios
sujetos determinados.

El actual Código Procesal Penal, en similares características que la legislación


anterior, divide esta primera etapa en dos subfases denominadas diligencias
preliminares e investigación preparatoria formalizada. Estas, aunque forman parte
de un primer periodo- procesal, han sido reguladas de manera independiente,
atribuyéndose una finalidad específica a cada una y, por ende, un particular plazo.

2. El artículo 334.1 de la Norma Procesal Penal establece que, una vez conocida
una presunta ofensa penal, el Ministerio Público procederá a calificarla. En tal
sentido, puede decidir de manera preliminar que no procede formalizar
investigación (porque el hecho no es delito, no es justiciable penalmente o existen
causas de extinción de la acción penal) o, por el contrario, que la noticia criminal
está acompañada de los elementos objetivos suficientes para inculpar formalmente
un delito a un sujeto.

No obstante, la realidad nacional denota la necesidad casi generalizada de la


realización de actuaciones previas para decidir por la promoción o no de la acción
penal, por lo que se dispone el adelantamiento de las diligencias preliminares.

3. Las diligencias preliminares, entonces, se trata de una subfase donde la


actuación de la Fiscalía, apoyada en ocasiones por los órganos policiales, se dirige
a realizar actos de investigación «destinados a determinar si han tenido lugar los
hechos objeto de conocimiento y su delictuosidad, así como asegurar los elementos
materiales de su comisión, individualizar a las personas involucradas, incluyendo
a los agraviados, y, dentro de los límites de la Ley, asegurarlas debidamente»
(artículo 330.2 del Código Procesal Penal).

4. La realización de actos urgentes e inaplazables, a los que hace referencia la


citada norma, está destinada a la consecución de los mencionados objetivos de
naturaleza inmediata que, en la mayoría de casos, hace referencia a una actuación
pronta del Ministerio Público o de la Policía Nacional del Perú, a fin de apersonarse
al lugar de los hechos y establecer la realidad del evento delictivo o impedir que el
delito produzca consecuencias ulteriores o se altere la escena del hecho criminal e
incluso recoger los elementos materiales probatorios y la evidencia física que le
podría ser de utilidad. Sin embargo, tales circunstancias no pueden limitar la
categorización de actos urgentes e inaplazables en estricto a un sentido temporal,
pues no, todos los delitos dejan huellas permanentes, algunos las ofrecen en forma
transeúnte y otros no dejan rastros o no producen efectos materiales o los que había
desaparecieron.

La realidad delictiva evidencia la existencia de casos, específicamente los


vinculados a crimen organizado, que requieren un alto grado de preparación y
planeamiento para dilucidar la materialidad del hecho e identificar a los posibles
implicados, lo que evidentemente supera el simple apersonamiento a la escena
física del delito o la recolección de evidencias tangibles del evento criminal. En
estos casos, se requiere de una sofisticada estrategia fiscal -en el marco probatorio-
y del despliegue de especiales técnicas de investigación para cumplir con la
finalidad de las diligencias preliminares.

Es por esta razón, relacionada directamente con la complejidad del objeto de


investigación, que el legislador ha previsto la posibilidad de adoptar medidas
excepcionales de limitación de derechos en diligencias preliminares como el
levantamiento del secreto bancario o reserva tributaria, o la exhibición y remisión
de información en poder de instituciones públicas o privadas -Ley 27379 y artículo
único del Decreto Legislativo 988, publicado el dos de julio de dos mil siete-; por
lo que limitar lo urgente o inaplazable a un mínimo de tiempo y espacio físico
delictivo restringiría la actuación fiscal y afectaría su rol investigativo e incluso
dejaría impune una serie de noticias criminales vinculadas a delitos cometidos en
el marco de una organización criminal, que requieren un distinto planteamiento
indagatorio para su dilucidación.

5. Una real comprensión del significado de actos urgentes e inaplazables se da con


la observancia conjunta de la finalidad inmediata de las diligencias (establecerla
materialidad del delito, asegurarlos elementos materiales de comisión e
individualizar a los presuntos responsables), ligada al propósito ulterior de las
mismas (reunir los elementos que permitan estimar si se formaliza o no la
investigación preparatoria), conforme a una interpretación sistemática de los
incisos 1 y 2 del artículo 330 del Código Procesal Penal, que permite sostener la
premisa conclusiva de que las diligencias preliminares sirven para determinar si el
fiscal debe o no proceder con la promoción de la acción penal – propósito último-
; por lo que resulta evidente la importancia de que las diligencias preliminares
cumplan su finalidad inmediata pues solo de esta forma se habilitan las
herramientas que permiten al fiscal decidir justificadamente si se presenta un
proceso penal viable.

6. Como corolario, el carácter de “urgentes e inaplazables” de los actos de


investigación no puede limitarse a una interpretación temporal sobre su actuación
(conforme una interpretación literal de dichos adjetivos) ni aplicarse en el mismo
sentido para las diligencias preliminares en crimen organizado, pues existen
determinadas actuaciones que no pueden realizarse en un breve periodo de tiempo
(como sesenta días o menos); pero ello no desnaturaliza los actos de investigación
propios de esta subfase; al contrario, en cuanto se encuentren orientados a la
consecución de su finalidad inmediata (y mediata), son necesarios para la
actuación fiscal, de conducir la investigación de un presunto hecho delictivo con
las características que reviste la complejidad de una organización criminal, acorde
con su atribución constitucional. Por ende, los agravios de los casacionistas deben
ser rechazados, pues no se inaplicó lo previsto por el artículo 330.2 del Código
Procesal Penal.

Es menester precisar que las actuaciones fiscales no pueden ser arbitrarias y deben
respetar las garantías constitucionales que le asisten a todo aquel que se encuentre
sometido a una investigación, como la vigencia de la presunción de inocencia y el
no sometimiento a una sospecha permanente. En este aspecto, resulta relevante
referirnos al plazo de las diligencias preliminares.

7. PLAZO DE LAS DILIGENCIAS PRELIMINARES; las diligencias


preliminares constituyen, en esencia, la base o núcleo de la investigación.
Comprenden la realización de actos simples y complejos de investigación, que el
fiscal conduce y controla jurídicamente de acuerdo a su finalidad.
El artículo 334.2 del Código Procesal Penal establece que las diligencias
preliminares duran sesenta días, salvo que se produzca la detención de una persona.
No obstante ello, el fiscal podrá fijar un plazo distinto según las características,
complejidad y circunstancias de los hechos objeto de investigación.

Esta facultad fiscal de fijar un plazo distinto al de los sesenta días así como la falta
de previsión legal de un plazo máximo para las diligencias preliminares produjo
problemas en su aplicación y evidenció la preocupación de la judicatura por la
transgresión de la razonabilidad e la duración de las diligencias preliminares, lo
que conllevó finalmente que vía doctrina jurisprudencial se fijara uno teniendo
como referencia el plazo ordinario previsto para la investigación preparatoria
formalizada.

8. Mediante Casación N° 2-2008-Huaura, del tres de junio de dos mil ocho, el


Tribunal Supremo desarrolló los siguientes criterios vinculados al plazo de las
diligencias preliminares: 1) en doctrina se hacen alusión a tres clases de plazos,
estos son, el plazo legal (establecido por la ley), el plazo convencional (establecido
por mutuo acuerdo de las partes) y el plazo judicial (señalado por el juez en uso de
sus facultades discrecionales). 2) Los plazos para las diligencias preliminares, de
veinte días naturales – regulación de aquel entonces – y el que se concede al fiscal
para fijar uno distinto según las características complejidad y circunstancias de los
hechos objeto de investigación son diferentes y no se hallan comprendidos en los
ciento veinte días naturales más la prorroga que corresponde a la investigación
preparatoria propiamente dicha. 3) Aunque la norma procesal no precisa de manera
cuantitativa cuál es el límite temporal de las diligencias preliminares, ello no puede
afectar el derecho al plazo razonable que constituye una garantía fundamental
integrante del debido proceso. 4) El plazo máximo de duración de la investigación
preliminar, atendiendo a criterios de orden cualitativos conforme a los principios
de razonabilidad y proporcionalidad, no podría, en la hipótesis más extrema, ser
mayor que el plazo máximo de la Investigación Preparatoria regulado en el artículo
trescientos cuarenta y dos de la Ley procesal Penal.

El once de julio de dos mil trece, la Corte Suprema emitió la Casación N° 144-
2012- Lambayeque y ratificó los criterios de su decisión anterior. Precisó que si se
trataba de investigaciones complejas el plazo máximo para llevar a cabo las
diligencias preliminares serían de ocho meses, acorde con lo previsto por artículo
342.2 del Código Procesal Penal.

9. Es de resaltar, como lo afirma doctrina autorizada, que siempre desde la


perspectiva garantizadora habrá que sostenerse que las diligencias preliminares no
pueden extenderse indefinidamente, al extremo de desnaturalizar la garantía del
plazo razonable.
En tal sentido, las citadas decisiones judiciales de la Corte Suprema se sustentaron
en la necesidad de fijar un parámetro cuantitativo como límite que permite al
juzgador verificar el exceso de esta etapa, debido a lo dificultoso que puede resultar
establecer lo razonable o lo excesivo de una actuación, procedimiento o fase
cuando no se determine legalmente parámetros claros y así evitar una arbitrariedad
en la potestad fiscal, que a su vez conlleve a una afectación de los derechos del
investigado.

10. Posterior a la emisión de las casaciones en comentario se promulgó la Ley N°


30077, con el objeto de fijar reglas y procedimientos relativos a la investigación,
juzgamiento y sanción de los delitos cometidos por organizaciones criminales. Se
partió de la premisa que “la evolución del fenómeno criminal, producto de la
globalización y la era del conocimiento, no solo influye en el modo de pensar,
actuar y vivir de las personas, sino que repercute también en otros componentes
colectivos o estructurales como el medio ambiente, la seguridad interna e
internacional, las comunicaciones sociales y, obviamente, las tendencias de la
ilegalidad y el crimen, y es precisamente esta nueva forma compleja, estructurada
y subrepticia de delinquir, la que conllevó al planteamiento de un esquema especial
de control de criminalidad.

11. Aunque el artículo 5 de la Ley N° 30077 tampoco establece un plazo máximo


para las diligencias preliminares – transcribiendo en puridad la formulación del
artículo 334.2 del Código Procesal Penal-, deja a salvo la facultad fiscal de fijar un
plazo distinto a los sesenta días, en atención a las características, grado de
complejidad y circunstancias de los hechos objeto de investigación.

Es obvio que la investigación en el contexto de criminalidad organizada importa,


por su propia naturaleza, una mayor inversión de tiempo y recursos para lograr
recabar los elementos necesarios para su debida investigación, ya sea a nivel de las
diligencias preliminares o de la investigación, ya sea a nivel de las diligencias
preliminares o de la investigación preparatoria formalizada, que, si bien difieren
en sus finalidades, cada uno implica un nivel de actuaciones destinadas a cumplir
su propósito – una permite decidir sobre la formalización de la investigación
preparatoria y la otra sobre la proposición de la acusación.

12. En ese sentido resulta necesario acudir al criterio jurisprudencial adoptado en


las Casaciones N° 2-2008-Huaura y N° 144-2012-Lambayeque, a fin de establecer
un marco límite de plazo de duración de las diligencias preliminares en ua
investigación por crimen organizado.
Toda vez que el artículo trescientos cuarenta y dos, inciso dos del Código Procesal
Penal, modificado por la Ley N° 30077, estableció que para el caso de
investigación de delitos perpetrados por imputados integrados de organizaciones
criminales, personas vinculadas a ella o que actúen por encargo de la misma, el
plazo de la investigación preparatoria es de treinta y seis meses; las diligencias
preliminares en su hipótesis más extrema, no podrán superar tal plazo.

13. La adopción de este criterio jurisprudencial en modo alguno implica la


declaratoria de que todos los procesos en los que se investigue la existencia de una
organización criminal destinada a cometer los ilícitos previstos por el artículo tres
de la Ley N° 3077 han de durar, necesariamente, treinta y seis meses.

En tal sentido, el Tribunal Constitucional ha señalada la importancia de considerar


que la existencia del plazo máximo, no resulta el único criterio determinante para
constatar que un acto deviene en desproporcionado y arbitrario, pudiendo tornarse
en tal, inclusive antes del cumplimiento del plazo legal.

14. Para el caso en concreto es de resaltar que el proceso penal, es por definición,
una coerción estatal, por lo que la persecución fiscal representa, con privación de
libertad o sin ella, una pena por la sospecha en la que se somete al investigado, la
cual no puede ser indefinida, como una manifestación de la presunción de
inocencia que comprende la interdicción constitucional de la sospecha permanente.

Bajo este razonamiento, y siguiendo una línea jurisprudencial desarrollada desde


los años sesenta por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, se concluye que
el exceso de una actuación, medida o procedimiento debe verificarse en cada caso
concreto atendiendo a una serie de elementos, dentro de los cuales, la existencia
de un plazo máximo como referente derivado del propio principio de
proporcionalidad, solo es uno de ellos y no el único determinante.

15. La defensa técnica de la investigada Fujimori Higuchi cuestionó la fijación de


un criterio jurisprudencial que establezca un límite máximo a las diligencias
preliminares, sobre la base de la prohibición constitucional de analogía in malam
partem (Artículo ciento treinta y nueve, inciso nueve de la Constitución Política);
no obstante, de forma contradictoria, aceptó la posibilidad de un plazo de ocho
meses, en el supuesto que se decidiera fijar una duración máxima de las diligencias
preliminares para casos complejos.

Corresponde enfatizar que la determinación de un tope máximo responde a las


exigencias propias del principio del Estado de derecho como límite de la
legitimidad del ejercicio del poder penal, a fin de que a falta de pautas claras no se
someta a una persona al estado permanente de sospecha, además que evita la
manipulación judicial de la razonabilidad de la duración de los procesos al
estipular un límite absoluto al poder de enjuiciamiento del Estado.

16. CONTROL DE PLAZO RAZONABLE; como quedó anotado el fiscal no


puede utilizar los treinta y meses en cualquier investigación de crimen organizado,
ello debe responder a las necesidades investigativas que denote el hecho
denunciado.

En tal medida, el artículo trescientos treinta y cuatro inciso dos consagra en su


segunda premisa que quien se considere afectado por una excesiva duración de las
diligencias preliminares solicitará al fiscal le dé término y dicte la disposición que
corresponda. Si el fiscal no acepta la solicitud del afectado o fija un plazo
irrazonable, este podrá acudir al juez de investigación preparatoria en el plazo de
cinco días instando su pronunciamiento. Este instrumento denominado control de
plazo es un mecanismo de protección del derecho al plazo razonable, contenido
implícito de las garantías del debido proceso, que despega su eficacia incluso en la
etapa pre jurisdiccional.

17. Las reglas a considerar en la evaluación de la razonabilidad del plazo han sido
agrupadas por el Tribunal Constitucional en dos criterios: i) el objetivo referido a
la naturaleza de los hechos objeto de investigación; es decir, a la complejidad del
objeto a investigar. Al respecto, es del caso señalar que la complejidad puede venir
determinada no sólo por los hechos mismos objeto de esclarecimiento, sino
también por el número de investigados, más aún si e trata de organizaciones
criminales internacionales; la particular dificultad de realizar determinadas
pericias o exámenes especiales que se requieran, así como los tipos de delitos que
se imputan al investigado. También debe considerarse el grado de colaboración de
las demás entidades estatales cuando así lo requiera el Ministerio Público. ii) En
cuanto al criterio subjetivo, ha de comprender la actuación tanto del investigado
como del fiscal a cargo de la investigación pre jurisdiccional. En el caso del
investigado. Se debe tener en cuenta la actitud obstruccionista, la cual puede
manifestarse en 1) la no concurrencia, injustificada, a las citaciones que le realice
el fiscal a cargo de la investigación, 2) el ocultamiento o negativa, injustificada, a
entregar información que sea relevante para el desarrollo de la investigación, 3) la
recurrencia, de mala fe, a determinados procesos constitucionales u ordinarios con
el fin de dilatar o paralizar la investigación pre jurisdiccional, y 4) en general, todas
aquellas conductas que realice con el fin de desviar o evitar que los actos de
investigación conduzcan a la formalización es la denuncia penal. En cuanto a la
actividad del fiscal, el primer criterio a considerar es la capacidad de dirección de
la investigación y la diligencia con la que ejerce las facultades especiales que la
Constitución le reconoce. En principio se parte de la presunción de
constitucionalidad y legalidad de los actos de investigación del Ministerio Público.
No obstante, e una presunción iuris tantum, en la medida que puede ser
desvirtuada.

18. En el caso en concreto, según lo reiteró el Tribunal de Apelaciones, las


diligencias preliminares iniciaron con la disposición número uno, del ocho de
marzo de dos mil dieciséis, contra Keiko Sofía Fujimori Higuchi y Mark Vito
Villanella, por el delito de lavado de activos. Se denunció: i) la adquisición de dos
lotes de terrenos industriales valorizados en S/. 617329 por parte de Mark Vito
Villanella, a pesar de que este solamente contaba con la empresa MVV Bienes
Raíces S.A.C. que tenía como patrimonio la suma de mil soles y ii) los montos de
dinero que recaudó Keiko Sofía Fujimori Higuchi por supuestos cocteles – como
la del veintiuno de diciembre de dos mil quince con una recolección de S/. 710 419
o la del catorce de oviembre de dos mil quince, no reportada ante la ONCPE -, que
significaron una aportación a la campaña presidencial del dos mil dieciséis, de
aproximadamente S/. 1 700 000, tendrían una finalidad ilícita, lo que guarda
conexión con la existencia de la empresa LVF Liberty Institute constituida en
Delaware, para evitar la consignación de los donantes.

19. Mediante disposición número trece, del veintisiete de septiembre de dos mil
diecisiete, se adecuó la presente investigación a los alcances de la Ley N° 30077.

El fiscal consideró que los elementos de convicción recabados advirtieron que


Keiko Sofía Fujimori Higuchi y el partido Fuerza Popular habría aparentado reunir
montos dinerarios en actividades de su organización (cocteles), con el fin de
justificar fondos de procedencia ilícita que merecían ser investigados en el marco
de la Ley de Crimen Organizado, pues para estos eventos y, acorde con los montos
supuestamente percibidos, era necesaria la existencia de una organización
delictiva.

Asimismo, amplió la investigación preliminar contra Juan Carlos Luna Frisancho.


Jorge Javier Yoshiyama Sasaki y Joon Lim Lee Park de Yoshiyama. Los dos
últimos, pareja de esposos que habrían aportado S/. 384 335, a la campaña
presidencial de dos mil dieciséis, que lideró la investigada Fujimori Higuchi pero
estarían vinculados a empresas offshore; especialmente Jorge Yoshiyama, quien
según manifestación de Juan Luna Frisancho estaría acostumbrado a constituir
empresas con personas que prestan sus nombre, a fin de realizar operaciones de
blanqueo o lavado de activos y actuar desde el anonimato. En el caso de Juan
Carlos Luna Frisancho aceptó que prestó su nombre para una de las empresas de
Jorge Yoshiyama, en Perú – Laboratorios Roster -; no obstante, verificó que este
figuró como propietario de un porcentaje de acciones junto con la sociedad
offshore panameña Cranston Bay Finance Corp, además que se mantuvo como
accionista hasta el dos mil quince y participó en una junta general, a fin de
reorganizar el patrimonio de su sociedad.

Además, mediante Disposición número quince se desetimó el pedido de


desacumulación de la imputación formulada por Mark Vito Villanella, en atención
a la unidad de la investigación a la fase de construcción de la teoría del caso (con
sus elementos facticos, normativos y probatorios) en la cual se encontraba el
proceso así como la necesidad de verificar si su imputación (adquisición de dos
lotes de terreno valorizados en S/ 617 329) estaba vinculada o no con los otros
aspectos de las incriminaciones realizadas a sus demás coinvestigados,
principalmente a su cónyuge Keiko Sofía Fujimori Higuchi.

20. Estos actos de indagación fiscal determinaron la adecuación de las reglas de la


investigación a la Ley de Crimen Organizado y, a su vez, justificaron la
competencia de la Sala Penal Nacional, quien, para la razonabilidad del plazo de
la investigación, además de la complejidad del objeto que se investigaba, apreció
una serie de diligencias efectuadas y dispuestas por el fiscal supraprovincial, para
la consecución de sus fines, conforme al siguiente detalle:

20.1 Las disposiciones número uno, dos y siete ordenaron la realización de sendos
actos de investigación, siendo en su mayoría – aparte de la toma de declaraciones
a distintas personas – solicitudes dirigidas a instituciones públicas o privadas –
Sunat, ONPE, Superintendencia de Banca y Seguros y AFP, Sunarp, Infocorp –
para que brinden diversa información de las personas que son investigados.

20.2 Las Disposiciones números trece, catorce, dieciséis, diecisiete, dieciocho y


veintitrés dispusieron la recepción de seiscientas sesenta y seis declaraciones y
veintiocho actos de investigación, que están relacionados con las manifestaciones
de los aportantes a la campaña presidencial del dos mil dieciséis por el partido
político liderado por una de las investigadas, lo que guardó correspondencia con
la noticia criminal que dio inicio a la investigación en el dos mil dieciséis pero que
amplio su objeto de investigación – para incluir otros cocteleres realizados en el
año dos mil dieciséis así como otras personas involucradas – y justificó la
actuación de mayores actos de investigación, que se dirigieron a la consecución de
la finalidad de las diligencias preliminares, por lo que resultaron justificadas.

21. Las defensas técnicas de los casacionistas cuestionaron en audiencia ante este
Tribunal la emisión de todas las disposiciones fiscales de la presente investigación.
Indicaron que estas se dictaron luego de vencidos los plazos que el fiscal provincial
determinó discrecionalmente, acorde al avance de las investigaciones y que, en
concreto, la disposición fiscal trece se dio luego de sus solicitudes de control de
plazos.

Al respecto, es menester recordar que los investigados no cuestionaron en el


momento procesal oportuno las ampliaciones progresivas del plazo de las
diligencias preliminares, con lo que convalidaron los actos de impulso fiscal.
Conforme lo señaló el Tribunal Superior, las disposiciones fiscales emitidas luego
del vencimiento del plazo, dispuesto discrecionalmente por el fiscal,no implican
una situación de caducidad del plazo, pues “son las reglas jurídico – procesales las
que determinan o constituyen un presupuesto necesario de la actividad por venir
(por ejemplo, que se agote el plazo para interponer un recurso lo que genera que la
actividad quede firme), situación que no se presenta en el caso en concreto, lo que
no obsta que el fiscal tenga responsabilidad disciplinaria, por no observar los
plazos que fue fijando en su indagación. Compete al Ministerio Público actuar
disciplinariamente por lo anotado.

Asimismo, la emisión de la disposición trece, luego del pedido de control de plazo,


no lo invalida per se, y se verifica que aquel acto de impulso fiscal se dio cuando
aún estaban vigentes los noventa días que se fijaron en la disposición número once,
del quince de agosto de dos mil diecisiete, la que tampoco fue observada por los
investigados.

22. En suma, se aprecia que la recurrida observó los criterios de complejidad del
objeto de investigación, materializado por la naturaleza de lo que se investiga –
delito de lavado de activos realizado mediante una organización criminal - , la
cuantiosidad de lo que conforma los actos de indagación así como el grado de
dificultad en la recopilación de cierta información.

No se afectó la garantía del plazo razonable de las diligencias preliminares que


culminaría el siete de marzo de dos mil diecinueve, pudiendo el fiscal disponer su
conclusión antes si aprecia el cumplimiento de su finalidad investigativa, acorde a
la naturaleza de la subfase procesal en la que nos encontramos y le asiste a las
partes que se consideren afectados por un excesivo tiempo de duración solicitar el
término de las mismas – teniendo en cuenta que desde el análisis del último control
judicial materia de cuestionamiento han transcurrido aproximadamente ocho
meses -.

Finalmente, si bien se admitieron las casaciones por el motivo de infracción de ley


penal material – artículo 429.3 del Código Procesal Penal -, el supuesto de la norma
no se presentó en el presento caso; sin embargo, los fundamentos fácticos del auto
concesorio y, consiguiente discusión en audiencia de casación por los legitimados,
han sido desarrollados en la presente resolución, al estar directamente vinculados
con la causal de vulneración del plazo razonable, motivo también admitido por el
Tribunal Supremo.

VI. DECISIÓN:

Por tales consideraciones la Corte Suprema; declaró:

INFUNDADO los recursos de casación por vulneración del plazo razonable – e


indebida aplicación de los artículos trescientos treinta, inciso dos y trescientos
treinta y cuatro, inciso dos del Código Procesal Penal.

DISPONER, que la presente sentencia casatoria se lea en audiencia pública.

S.S. BARRIOS ALVARADO, PRINCIPE TRUJILLO, SEQUEIROS VARGAS,


CHÁVEZ MELLA, BERMEJO RÍOS.

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