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Análisis de comportamiento en la práctica

https://doi.org/10.1007/s40617-019-00400-2

DOCUMENTO DE DISCUSIÓN Y REVISIÓN

Operaciones Motivadoras y Estímulos Discriminativos: Distinguibles

pero variables interactivas

Alan Poling1 y Amin D. Lotfizadeh2 y Timothy L. Edwards3

# Asociación para el Análisis del Comportamiento Internacional 2019

Resumen

El concepto de operaciones motivadoras ha sido de considerable interés y valor práctico para los analistas del comportamiento, incluidos los profesionales. No
obstante, el concepto ha generado una gran controversia y tiene importantes limitaciones. Para abordar algunos de estos
limitaciones, sugerimos que sería prudente redefinir las operaciones motivadoras, restar importancia a la importancia que históricamente se ha dado a los subtipos de
operaciones motivadoras condicionadas, enfatizar cómo las operaciones motivadoras y discriminativas
los estímulos interactúan, y para examinar más a fondo los tipos de cambios ambientales que alteran el valor de refuerzo de tipos particulares de
estímulos Estas sugerencias se detallan en otra parte y se resumen en este artículo.

Palabras clave que motivan las operaciones. establecimiento de operaciones. eficacia del reforzador control de estímulos

El concepto de operaciones de motivación (OM) ha sido de gran interés y valor castigo, las discusiones anteriores se han centrado principalmente en el
práctico para los analistas de comportamiento, incluidos los profesionales (p. refuerzo, al igual que nosotros.
ej., Carbone, 2013; Langthorne & McGill,
2009; Laraway, Snycerski, Olson, Becker y Poling, 2014;
McGill, 1999; Miguel & Miguel, 2019). el concepto es
Redefiniendo los MO
considerado de suficiente importancia por el analista de comportamiento
Junta de Certificación (BACB) que la Cuarta Edición de la
El concepto de MO evolucionó a partir del de Michael (p. ej., 1982, 1993)
La lista de tareas de BACB establece que los analistas de comportamiento deberían poder
tratamiento extensivo de las “operaciones de establecimiento” (EO). En
definir y proporcionar ejemplos de OM condicionados e incondicionados (BACB,
2003, él y sus colegas propusieron usar el término MO como
2012). No obstante, el concepto tiene
un reemplazo para los EO. Indicaron que los MO se refieren a
generó una controversia considerable y no es universalmente
cambios en el ambiente que tienen dos efectos (Laraway,
aplaudido por los analistas del comportamiento (ver, por ejemplo, Catania, 1993;
Snycerski, Michael y Poling, 2003). En sus palabras, “En
Lotfizadeh, Edwards y Poling, 2014; Whelan y Barnes Holmes, 2010). En un
En suma, los MO tienen dos efectos definitorios. Alteran (a) la efectividad de
intento de fortalecer el concepto,
los reforzadores o castigos (el efecto de alteración del valor)
recientemente propuso cambios sustanciales en cómo debería ser
y (b) la frecuencia de las clases de respuesta operante relacionadas con
definida y utilizada (Edwards, Lotfizadeh y Poling, 2019a,
esas consecuencias (el efecto de alteración del comportamiento)” (p. 212).
2019b). El análisis que proporcionamos en esos artículos se detalla
Como explicamos en otro lugar (Edwards et al., 2019a, 2019b),
y algo complejo, pero nuestros puntos principales son simples y
existe evidencia sólida de que el efecto de alteración del comportamiento por lo general,
potencialmente importante para los profesionales. Los resumimos en
si no siempre, implica un cambio en los efectos evocativos de
Este artículo. Aunque el concepto de MO es relevante para estímulos discriminativos y otros antecedentes relevantes para las consecuencias

de interés. Además, no se gana nada de valor.

considerando los efectos que alteran el valor y el comportamiento como
* Alan Poling
fundamentalmente diferente. Por lo tanto, abolimos la distinción y enfatizamos
alan.poling@wmich.edu
la importancia de los estímulos antecedentes en
nuestra definición revisada de MO: “Las operaciones motivadoras modulan la
1
Universidad de Western Michigan, Kalamazoo, MI, EE. UU.
efectividad de refuerzo o castigo de acciones particulares”.
2
Easterseals Sur de California, Irvine, CA, EE. UU.
tipos de eventos y el control del comportamiento por estímulos antecedentes
3
Universidad de Waikato, Hamilton, Nueva Zelanda relevantes para esos eventos” (Edwards et al., 2019b, p. 57).
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Estos cambios son evidentes en las dimensiones conductuales que
indexan la eficacia de refuerzo (p. ej., preferencia, puntos de quiebre
de proporción progresiva) y el control del estímulo antecedente (p. ej.,
gradientes de generalización, probabilidad de responder a un estímulo
discriminativo establecido [DE]). La convención es referirse a las MO
que aumentan la efectividad del refuerzo en relación con la línea de
base como EO y referirse a aquellas que la reducen como operaciones
de abolición (AO; Laraway et al., 2003).
Los SD median los efectos de los MO
Definir los MO como lo hacemos es útil para predecir las respuestas
específicas que ocurrirán cuando un MO en particular esté en efecto.
Considere una situación en la que se acerca la hora del almuerzo y un
niño bilingüe de 7 años ha estado jugando afuera y no ha comido
desde el desayuno, 5 horas antes. Es probable que el paso del tiempo
sin comer aumente el valor de refuerzo de la comida, es decir, que
sirva como una EO, y sobre esa base, se puede predecir que la
probabilidad de que el niño adopte comportamientos que han producido
alimentos preferidos en el pasado aumenta a medida que aumenta. el
tiempo desde el desayuno crece.
Ahora, el niño entra en la casa y huele el delicioso olor de las
patatas fritas en aceite. El niño ve a un adulto familiar en la cocina,
flotando sobre una freidora y se acerca. Si un abuelo que solo habla
inglés y llama a las papas fritas por su nombre estadounidense está
cocinando, el niño pregunta: "¿Me pueden dar unas papas fritas, por
favor?". Pero si el abuelo habla inglés y es del Reino Unido, donde las
“papas fritas” son “chips”, el niño sustituye el último término por el
primero al hacer la solicitud (es decir, al mandar).
De manera similar, si el abuelo solo habla español, el niño dice:
“¿Puedo tener algunas papas fritas, por favor?” Si nadie está cocinando,
el niño no dice nada y hace un sándwich de mantequilla de maní.
Aunque hipotético, este ejemplo es perfectamente plausible y una
buena ilustración de cómo los MO y los SD trabajan juntos para
controlar el comportamiento. El paso del tiempo sin comida es un MO
que aumenta la probabilidad de ocurrencia de respuestas que
históricamente han producido comida, como pedirle a un adulto un
comestible claramente disponible y altamente deseable. Si solo una
topografía de respuesta lo ha hecho, como cuando una rata presiona
una palanca en una cámara de prueba, entonces uno puede predecir
con seguridad que tal respuesta ocurrirá. Cuando las topografías de
respuesta múltiple han tenido éxito y, por lo tanto, son miembros de la
misma clase de respuesta operante, la específica que ocurrirá depende
de la SD que esté presente en el momento de interés. Nuestro hijo
hipotético le habla español al abuelo que ha reforzado únicamente las
solicitudes en español en el pasado, y habla inglés a los otros dos, que
han reforzado únicamente las solicitudes en inglés. Del mismo modo,
el niño le pide a uno de ellos "chips" y al otro "papas fritas" porque
hacerlo le ha valido la pena en el pasado.
Práctica de análisis de comportamiento
En otro ejemplo, la clase de respuestas que podrían emitirse
cuando “saber la hora” funcionaría como un reforzador variará
dependiendo de quién esté presente. Por ejemplo, en presencia de un
amigo, "¿Qué hora es?" puede ser evocado en lugar de "Disculpe,
¿sabe la hora?" que comúnmente se refuerza y, por lo tanto, se evoca
en presencia de un extraño. Además, dependiendo de las características
del extraño o amigo, es posible que el mando no se emita en absoluto.
El control conjunto de la conducta por parte de MO y SD es la regla,
no la excepción, en la vida cotidiana y en situaciones clínicas.
En la clínica y otros entornos, el análisis funcional (AF) es una
herramienta útil para desarrollar intervenciones de cambio de
comportamiento, pero una serie de variables "idiosincrásicas" pueden
influir en los resultados de un AF y contribuir a resultados poco claros
o erróneos (Schlichenmeyer, Roscoe , Rooker, Wheeler y Dube, 2013).
Una de esas variables es la presencia de personas que históricamente
han proporcionado el tipo de reforzador que se evalúa en una condición
de AF. Suponga que los gritos de un niño son la respuesta objetivo y
que la atención es el reforzador del interés. Un padre ha brindado
atención regularmente cuando se produjo esta respuesta, pero un
terapeuta analítico del comportamiento no lo ha hecho.
Independientemente del valor de refuerzo momentáneo de la atención,
es más probable que la respuesta ocurra cuando el padre (un SD) está
presente que cuando el terapeuta está presente. De hecho, la respuesta
puede no ocurrir consistentemente si el padre que funciona como SD
no está presente, lo que lleva a la conclusión de que la respuesta
objetivo no mantiene la atención, lo cual es incorrecto. Los profesionales
que realizan o interpretan FA siempre deben ser conscientes de la
interacción potencial de MO y SD, pero esta interacción se pasa por
alto fácilmente. Un beneficio potencial de definir MO como proponemos
es que la definición enfoca explícitamente la atención en los estímulos
antecedentes, lo que debería reducir la probabilidad de pasar por alto
su importancia al realizar FA y en general. Dado este foco de atención,
la AF obviamente se llevaría a cabo dos veces, una con el padre
presente y otra con el terapeuta presente. En ausencia de este enfoque,
cualquiera de los dos podría parecer suficiente, lo que podría conducir
a hallazgos incompletos y, por lo tanto, potencialmente problemáticos.
Los SD requieren EO
Por supuesto, un SD dado evoca el tipo de comportamiento que se
reforzó previamente en su presencia solo si un EO efectivo para el tipo
de refuerzo previamente dispuesto está actualmente en efecto. Es muy
poco probable que el niño en nuestro primer ejemplo hipotético le pida
papas fritas a cualquiera de sus abuelos poco después de comer una
gran comida, pero es muy probable que lo haga 8 horas más tarde si
no consume ningún alimento en el ínterin. Michael (1982) reconoció
claramente la importancia de los MO para determinar los efectos
conductuales de los SD en su artículo seminal que los diferencia. Este
reconocimiento es evidente en su excelente definición de la SD:
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Práctica de análisis de comportamiento
Es un cambio de estímulo que, (1) dado el momento
efectividad de algún tipo particular de refuerzo
(2) aumenta la frecuencia de un tipo particular de respuesta (3) porque
ese cambio de estímulo se ha correlacionado con un aumento en la
frecuencia con la que ese cambio
tipo de respuesta ha sido seguido por ese tipo de refuerzo. (pág. 149)
La “efectividad momentánea de algún tipo particular de
refuerzo”, el primer componente de su definición tripartita,
depende de la presencia de un OE para ese tipo de refuerzo. En nuestra
experiencia, quizás porque Michael y otros
los teóricos lo dejaron claro, los analistas del comportamiento en todos los niveles de
la experiencia y la formación suelen reconocer que los OE modulan
los efectos de las SD.
Lo que pueden pasar por alto, sin embargo, es que los SD median el
efectos de los MO. SD influye fuertemente en qué miembro de un
La clase de respuesta operante emergerá cuando una OE para un tipo
particular de reforzamiento esté en efecto, y las OMs influyan fuertemente en
la probabilidad de que una ED dada genere una respuesta.
Un niño que históricamente ha atraído la atención de un adulto.
levantando una mano y de otro adulto gritando hará
tampoco si actualmente no está operativa una EO de atención. Si esto es,
si el niño grita o levanta la mano depende de qué
adulto está presente. Esperamos que nuestra reconceptualización de la
El concepto MO ayuda a enfatizar la ubicuidad de tales articulaciones.
control de la conducta.
Por supuesto, hay algunas situaciones en las que los MO parecen
tienen efectos puramente evocativos (Laraway & Snycerski, 2019;
Lechago, 2019; Miguel, 2019). Pero, incluso en tales casos, los estímulos
antecedentes pueden desempeñar un papel importante. Un ejemplo de ello es
El ejemplo de Skinner (1957) de un hombre muriendo de sed y jadeando
“agua” en ausencia de cualquier estímulo relevante. Aquí, los pobres
desafortunado bien podría ser imaginar a una persona que había proporcionado
agua en el pasado (es decir, un SD). Ese SD, un evento privado,
evocó la respuesta. Tal análisis es difícil de probar, pero
eso no lo hace falso o inútil. Mediación de MO
nos parece que los efectos por estímulos antecedentes son la regla, no
La excepción.
Aunque este fenómeno ha sido mayormente ignorado en
discusiones de MO, los profesionales deben reconocer que
Los MO pueden afectar la generalización del estímulo en torno a los SD relevantes.
Un número sustancial de estudios de investigación básica indica que
Los MO afectan tanto la forma de los gradientes de generalización como la
rango de estímulos que evocan una respuesta históricamente controlada
por un SD particular (ver Lotfizadeh, Edwards, Redner, &
Poling, 2012). En nuestro ejemplo del niño hambriento, en un momento dado
nivel de privación de alimentos, la probabilidad de que un adulto extraño
evocará una solicitud española de alimentos es probable que varíe directamente
con el grado de similitud física entre esa persona y
el abuelo de habla hispana; este es un gradiente de generalización. A medida
que aumenta la duración de la privación de alimentos, aumenta la probabilidad
de que un extraño determinado provoque la respuesta.
También lo hace el rango de personas que evocarán una solicitud. Si
el niño tiene mucha hambre, la gente es bastante diferente al abuelo
bien se le puede pedir comida, aunque esto no ocurriría
con privación leve de alimentos.
Clasificación de MO
El concepto de MO convencional (Laraway et al., 2003; Michael,
2007; Michael & Miguel, 2019) enfatiza que la efectividad de refuerzo de
determinados tipos de estímulos no es fija, sino
más bien depende de la presencia histórica y actual de otros
variables ambientales (es decir, operaciones), y eso es quizás
su mayor fortaleza. Michael (por ejemplo, 2007) distinguió dos
tipos generales de alteraciones ambientales que pueden servir como
MO; los llamó "incondicionados" y "condicionados"
MO (UMO y CMO, respectivamente). La privación y la saciedad son ejemplos
comunes de UMO, pero otras operaciones,
incluyendo la administración de medicamentos, cambios de temperatura y
contraer enfermedades, también serían clasificados como UMO porque su
efectividad no depende de un historial de aprendizaje. Sin embargo, la
efectividad de los CMO depende de un historial de aprendizaje relevante. Se
han propuesto tres tipos de CMO: sustituto (S), reflexivo (R) y transitivo (T).
Miguel
y otros (p. ej., Langthorne & McGill, 2009; Laraway et al.,
2003; McGill, 1999; Miguel, 2000, 2007; miguel y miguel,
2019) describió los subtipos de CMO en detalle e hizo la afirmación
que reconocerlos y distinguirlos es de importancia conceptual y práctica.
respetuosamente no estamos de acuerdo
(Edwards et al., 2019a, 2019b).
Un CMO-S es un cambio de estímulo que adquiere su capacidad de
alterar la eficacia del reforzador al ser emparejado respondientemente
con (es decir, hecho predictivo de) un MO establecido. Por ejemplo, si las 11:55
en el reloj se combinan con frecuencia con una larga
período de tiempo sin comida, entonces, presumiblemente, la apariencia
de este estímulo (11:55 en punto) vendría a tener el
misma función que el período de privación de alimentos. A pesar de que
existe alguna evidencia de que se pueden establecer CMO-S (ver
Laraway et al., 2014), las condiciones bajo las cuales esto ocurre
son limitados y, según nuestro conocimiento, no existe una demostración
publicada del uso de un CMO-S para mejorar el comportamiento en un
configuración aplicada.
Un CMO-R se describe como haciendo "su propia compensación un
reforzador (por ejemplo, debido a su relación predictiva con aversivo
estímulos)” (Laraway et al., 2014, p. 606). Como ejemplo,
Langthorne y McGill (2009) describieron un niño para el cual
“ver a su madre fruncir el ceño” está “correlacionado con la aparición posterior
de un estímulo aversivo, como ser regañado
y por lo tanto el 'empeoramiento' de su condición” (p. 26). Ellos
continuó explicando que “la aparición del ceño fruncido de la madre puede
establecer su propia compensación como una forma efectiva de refuerzo
y evocar comportamientos que se han asociado con su remoción
al en el pasado” (p. 26).
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Si ser regañado constituye un estímulo aversivo, es decir, algo a lo
que el niño responderá para escapar o evitar, entonces, en virtud de
ser predictivo del regaño, fruncir el ceño probablemente se establecería
como un estímulo aversivo condicionado.
La operación a través de la cual esto ocurre es el condicionamiento
respondiente. Definido funcionalmente, un estímulo aversivo
condicionado es un estímulo cuyo inicio funciona como un castigo
positivo y cuyo final funciona como un reforzador negativo. No se gana
nada llamando CMO-R a la aparición de un estímulo aversivo
condicionado. Para que un organismo escape de un estímulo, ese
estímulo debe presentarse. Esta es una necesidad lógica. La
presentación del estímulo no altera en modo alguno la eficacia
reforzante de la compensación del estímulo, sino que simplemente
hace posible la compensación.
En el ejemplo de Langthorne y McGill, el inicio del ceño fruncido es
un requisito para que ocurra la compensación del ceño fruncido; el
inicio de fruncir el ceño de ninguna manera altera la eficacia de refuerzo
de la compensación de fruncir el ceño y, por lo tanto, no puede ser un
MO como se define típicamente (p. ej., Laraway et al., 2003).
Describirlo y otros estímulos similares como MO es confuso y desvía
la atención de la operación real, el condicionamiento respondiente,
que los establece como estímulos aversivos condicionados. En nuestra
opinión, CMO-R es un término y un concepto sin valor. Dicho esto, los
estímulos aversivos condicionados claramente juegan un papel
importante en la práctica cotidiana del análisis conductual aplicado,
como lo demostraron varios estudios construidos en el contexto de las
CMO R (para ver ejemplos, véase Carbone, Morgenstern, Zecchin-Tirri
y Kolberg, 2010). Los profesionales deben conocer los procedimientos
utilizados en estos estudios y usarlos para beneficiar a los clientes
cuando corresponda, independientemente de cómo se llamen.
El CMO-T, a veces denominado "respuesta bloqueada"
La CMO (p. ej., Michael, 1988) se produce cuando la presentación de
un estímulo altera la eficacia de refuerzo condicionada de otro estímulo,
normalmente en el contexto de un individuo que realiza una cadena de
comportamiento. Michael (1982) ilustró esta relación con el ahora bien
citado ejemplo de un electricista que trabaja con un aprendiz para
quitar una pieza de equipo de una pared. Cuando el electricista se
encuentra con un tornillo ranurado
que debe retirarse para continuar con el trabajo, se establece la
eficacia de refuerzo de un destornillador plano y el electricista “se
vuelve hacia el aprendiz y le dice 'destornillador'” (p. 153). Esta
respuesta (decir “destornillador”) indica que la vista del tornillo ranurado
es un CMO-T que estableció los destornilladores ranurados como
reforzadores positivos.
Llamar al tornillo de ranura CMO-T no ayuda a explicar las
condiciones necesarias y suficientes para que altere la eficacia de
refuerzo de los destornilladores de ranura o para que el electricista se
lo pida al aprendiz. Ambos dependen de largas y complejas historias
de reforzamiento. Como argumentamos en otro lugar (Edwards et al.,
2019a, 2019b), los efectos duraderos de tales historias pueden
explicarse en términos de cadenas de comportamiento y los principios
de comportamiento ordinarios (por ejemplo, condicionado).
Práctica de análisis de comportamiento
reforzamiento y discriminaciones condicionales) implicados en su
realización. En pocas palabras, el concepto CMO-T es innecesario.
Considere el "procedimiento de cadena interrumpida", que se ha
utilizado de manera efectiva en el entrenamiento de mandos (p. ej.,
Albert, Carbone, Murray, Hagerty y Sweeney-Kerwin, 2012). Este
procedimiento implica eliminar un operando que se requiere para
avanzar hacia el reforzador terminal en una cadena operante (p. ej., la
cuchara se esconde cuando el aprendiz está preparando chocolate
caliente), y se requiere un comando apropiado para producir acceso al
operando. En lugar de describir este procedimiento como un CMO-T,
que no aclara las condiciones responsables de la eficacia del
procedimiento, podemos conceptualizar el procedimiento como un
"procedimiento de extensión de cadena", en el que se inserta un
eslabón adicional en la cadena. El nuevo enlace consiste en un
compuesto SD (p. ej., el tarro de cacao abierto y el investigador que
previamente ha proporcionado acceso a las cucharas siguiendo un
mando apropiado), una respuesta (p. ej., “Cuchara, por favor”), y un
reforzador condicionado (p. ej., la vista de la cuchara), que también es
el SD para la siguiente respuesta en la cadena.
Cuando consideramos la historia del reforzamiento responsable de
este resultado, notamos que los comportamientos relevantes (p. ej.,
sostener cucharas y hacer movimientos de recogida) solo han sido
reforzados con la progresión a través de la cadena (p. ej., poner cacao
en polvo en una taza) cuando los estímulos relevantes (por ejemplo, el
tarro de cacao) han estado presentes. Tal análisis es a la vez simple y
directo. Por supuesto, lo que los profesionales realmente necesitan
comprender son los tipos de cambios ambientales, o procedimientos,
que pueden organizar para engendrar el comportamiento apropiado
en sus clientes en circunstancias particulares. El uso de términos
técnicos de cualquier tipo para referirse a esos procedimientos es
beneficioso solo en la medida en que hacerlo conduce a prácticas
cotidianas o científicas más efectivas. Creemos que los términos
asociados a los subtipos de CMO no lo han hecho en ambos casos.
Además, el término MO condicionado es en sí mismo problemático.
Según Michael y Miguel (2019), “las variables motivadoras que alteran
la efectividad reforzante de otros estímulos, objetos o eventos como
resultado de la historia de aprendizaje del organismo se denominan
operaciones motivadoras condicionadas (CMO)” (p.
383). Esto significa que un CMO es efectivo solo cuando el organismo
en cuestión tiene un historial de aprendizaje o condicionamiento
apropiado. Es la conducta del individuo la que está condicionada, no
la operación. La capacidad de esa operación para servir como MO
depende, o está condicionada, al condicionamiento del individuo.
Michael y otros expertos en el concepto de MO lo saben muy bien,
pero su elección de términos tienta a la confusión.
Se buscan: buenos modus operandi
Cuando revisamos cómo los autores que publicaron en el Journal of
Organizational Behavior Management (JOBM) usaron términos
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Práctica de análisis de comportamiento
relevante para el concepto de MO (Lotfizadeh et al., 2014), dos cosas
quedaron muy claras. Una es que rara vez usaron esos términos de
manera consistente con el análisis de los MO propuesto por Michael y
sus colegas (p. ej., Laraway et al., 2003; Michael, 2007). En lugar de
referirse a los cambios observables en el entorno que alteraron la
eficacia de refuerzo (o castigo) de otros estímulos, los autores de JOBM
típicamente escribieron sobre los efectos motivacionales de estados o
características abstrusas, como "cultura organizacional", "estilo de
gestión" o "personalidad." La otra es que los autores de JOBM casi
nunca se refirieron a uno de los subtipos de CMO propuestos por Michael.
Por supuesto, los campos de la gestión del comportamiento
organizacional y el análisis del comportamiento aplicado divergieron
hace años, hasta el punto de que comparten una base común en la
ciencia del comportamiento, pero poco más. Una lectura de los artículos
incluidos en una revisión exhaustiva de la literatura de MO por Laraway
et al. (2014) indica que los analistas del comportamiento dominante rara
vez hacen un mal uso de los términos relevantes para el concepto de
MO. Pero esos artículos también indicaron que los principales analistas
del comportamiento ignoran constantemente las variables que sirven
como MO para la mayoría de los estímulos que sirven como refuerzos
(típicamente, condicionados) para los comportamientos significativos de
los humanos, especialmente los humanos verbales que funcionan en
entornos sociales complejos, que es la mayoría de las personas. la
mayor parte del tiempo Por ejemplo, una forma común de cambiar la
efectividad de refuerzo de un estímulo ignorado por el concepto de MO
es convertirlo en miembro de una nueva clase de equivalencia (o marco
relacional), una que difiere en la efectividad de refuerzo del estímulo en cuestión.
Suponga que está con amigos jugando al póquer de cinco cartas,
con un comodín elegido por el crupier. La persona a tu lado está
repartiendo y dice: “Los doses [cartas con el número 2] son comodines
[es decir, se tratan como cualquiera de las 13 cartas del mismo palo, a
discreción del jugador]”. Es muy probable que esa declaración aumente
sustancialmente el valor de refuerzo de los doses, hasta el momento en
que otra carta se designe como comodín. Si la afirmación del crupier
aumenta la eficacia de refuerzo de los doses, pero no de otras cartas,
entonces, por definición, sirve como EO. Además, esta función
obviamente dependía de una historia complicada que involucraba tanto
a usted como a su amigo, lo que significa que es un MO condicional (o,
para usar el término actualmente popular, condicionado). Pero, ¿qué
tipo de CMO es?
No nos parece que cumpla con la definición de ninguno de los tres
subtipos discutidos por Michael y sus colegas (p. ej., Laraway et al.,
2003; Michael & Miguel, 2019). Aunque Belfiore, Kitchen y Lee (2016)
propusieron que las reglas pueden funcionar como CMO-T, no
encontramos su análisis convincente y, además, no vemos cómo la
aplicación de la etiqueta “CMO-T” ayudaría a aclarar la función de reglas
más allá de la descripción proporcionada por Schlinger y Blakely (1987;
las reglas se describen como estímulos que modifican funciones y
especifican contingencias).
Se necesita más investigación para aislar y clasificar los tipos de cambios
ambientales que alteran la eficacia del reforzador, y
animamos a trabajar en esta área. Aislar y definir los subtipos de MO es
útil para los profesionales siempre que las categorías en su totalidad
sean significativas, representen la mayoría de las manipulaciones
relevantes y proporcionen una base para diseñar intervenciones efectivas
de cambio de comportamiento.
Considere otro ejemplo. Estás en casa comiendo una buena comida,
tomando una copa de vino y escuchando música. Tu teléfono suena.
Respondes y recibes una noticia inesperada y trágica: acaba de morir
un amigo cercano. Con la recepción de ese mensaje, la eficacia de
refuerzo de su comida, su bebida y su música decae precipitadamente.
Debido a que depende de un historial de aprendizaje, la mala noticia
que recibió es, por definición, un CMO para cada uno de esos
reforzadores. Pero llamarlo así no explica nada sobre las condiciones
necesarias y suficientes para que un mensaje sirva como AO. Nombrar
un fenómeno no lo explica, pero es tentador suponer que lo hace. Este
problema, por supuesto, no es exclusivo de las OM, pero vale la pena
enfatizarlo de todos modos.
Como hemos discutido en otro lugar (Lotfizadeh et al., 2014), en los
primeros trabajos que eventualmente condujeron a la teoría del marco
relacional, Hayes y Wilson (1993) describieron declaraciones verbales
que alteran la efectividad de refuerzo (o castigo) de otros estímulos
como aumentativos. Distinguieron dos tipos de aumentativos:
motivacionales y formativos. Los aumentativos motivacionales alteran la
efectividad de los reforzadores establecidos, y los aumentativos
formativos establecen nuevos reforzadores. La mala noticia que redujo
la eficacia reforzante de varios tipos de estímulos en nuestro último
ejemplo es un aumentativo motivador. La declaración del crupier que
estableció doses como reforzadores en un ejemplo anterior es un
formativo aumentativo. Se ha llevado a cabo un trabajo conceptual y
experimental invaluable desde la perspectiva de la teoría del marco
relacional, pero una revisión reciente de la literatura relevante sugirió
que hay muy poca investigación empírica sobre los aumentos (Kissi et
al., 2017). La investigación adicional sobre los aumentativos podría
ayudar mucho a explicar cómo las declaraciones verbales modulan los
efectos conductuales de una amplia gama de consecuencias. Además,
no ha aparecido ningún análisis conceptual publicado de la relación
entre el MO y los conceptos aumentativos motivacionales, pero uno
bueno sería interesante y potencialmente importante.
Comentarios Concluyentes
Un hecho simple e importante subyace al concepto de MO: algunos
tipos de cambios en el entorno de un organismo influyen posteriormente
en la probabilidad de que ocurran comportamientos que históricamente
produjeron un tipo particular de refuerzo, así como también influyen en
la fuerza de esos comportamientos si se cumplen. ocurren. El concepto
de MO llama la atención sobre ese hecho, que los practicantes del
análisis de la conducta ignoran bajo su propio riesgo. Sin embargo, con
el tiempo, el concepto se ha vuelto engorroso, con una proliferación de
términos (Catania & St. Peter, 2019) y un nivel de detalle
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eso lo hace difícil de entender y, posiblemente, reduce su valor
para los profesionales. El costo de oportunidad de dominar el
concepto de MO tal como se presenta, por ejemplo, en el capítulo
de Michael y Miguel (2019) en el influyente "libro blanco" de
Cooper, Heron y Heward (2019) es sustancial. Para nosotros, el
viaje no vale la pena.
Un problema omnipresente al que se enfrentan los profesionales
es aislar los cambios en el entorno que sirven como poderosos
reforzadores del comportamiento de sus clientes. Los MO, por
definición, alteran la eficacia de los reforzadores, por lo que su
importancia clínica potencial es evidente. Para lograr la máxima
eficacia, los profesionales del análisis de la conducta deben estar
familiarizados con las intervenciones, como el procedimiento de la
cadena interrumpida, que se han estudiado en el contexto de las
OM y son eficaces para generar reforzadores "artificiosos" o para
alterar la eficacia de los reforzadores establecidos. en formas
útiles. Pero no creemos que aprender los detalles del concepto
MO en su forma actual les ayude a hacerlo.
La parsimonia y el pragmatismo son los pilares filosóficos del
análisis conductual aplicado (Cooper et al., 2019). Hemos
proporcionado una descripción parsimoniosa de los MO. Queda
por ver si esa cuenta está pragmáticamente justificada, es decir,
si ayuda a los profesionales a servir mejor a sus clientes. Nuestro
intento de simplificar y, por lo tanto, mejorar el concepto de MO es
solo eso: un intento. Nuestro artículo inicial (Edwards et al., 2019a)
va acompañado de nueve comentarios (Carbone, 2019; Catania &
St. Peter, 2019; Killeen, 2019; Laraway & Snycerski, 2019;
Lechago, 2019; Miguel, 2019; Petursdottir, 2019 ; Pilgrim, 2019;
Rehfeldt, 2019) y nuestra respuesta a esos comentarios (Edwards
et al., 2019b). Aunque, en nuestra opinión, ninguna de las críticas
contenidas en los comentarios negó el valor de nuestra
reconceptualización del concepto de MO, una lectura atenta de su
contenido sugiere que muchos analistas del comportamiento
encontrarán fallas en algunas de nuestras conclusiones; algunos
los rechazarán a todos. Eso está bien, pero esperamos que una
consideración cuidadosa, no un precedente ciego, guíe su juicio.
También esperamos que los críticos ofrezcan sugerencias que
ayuden a los analistas de la conducta a comprender mejor las
variables que modulan la eficacia de los reforzadores ya manipular
esas variables para mejorar nuestra especie y nuestro mundo.
Finalmente, esperamos que los miembros de la BACB consideren
seriamente lo que se gana al incluir los subtipos de MO en su Lista
de Tareas, y que todos los analistas del comportamiento se
desengañen de la noción de que nuestro campo ha desarrollado
una explicación adecuada de la motivación, incluso en el sentido
limitado de las variables que modulan el reforzamiento.
Nota del autor Alan Poling, Departamento de Psicología.
Universidad del Oeste de Michigan; Amin D. Lotfizadeh, Easterseals
del Sur de California, Irvine, California; Timothy L. Edwards,
Departamento de Psicología. Universidad de Waikato, Hamilton,
Nueva Zelanda.
Práctica de análisis de comportamiento
Cumplimiento de Normas Éticas
Conflicto de intereses Los autores no tienen ningún conflicto de intereses que declarar.
Aprobación Ética El manuscrito es conceptual y no reporta datos de participantes humanos o
sujetos animales.
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