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Clase 4 Peronismo y Estado de Bienestar

“Peronismo y Estado de Bienestar”

¡¡¡ Bienvenidos al cuarto encuentro!!!

Abordamos el 4º encuentro semanal, y con el iniciamos la fase media del trayecto de las
Problemáticas Socioculturales, específicamente como “leer” las sociedades contemporáneas.

En la clase anterior comenzamos con la evolución histórica de fines del Siglo XIX y comienzos
del XX en la Argentina, y además pensamos la situación desde nuestra provincia del Chaco,
identificando acontecimientos importantes en nuestra historia.

No se pretende desde aquí realizar un análisis exhaustivo, sino más bien comprender los
procesos, analizar acontecimientos que enmarcan la evolución de la cuestión social en la
Argentina y las formas de políticas de inclusión social y de bienestar hacia mediado del siglo
XX.

Entonces, serán nuestros objetivos de la clase, básicamente los siguientes:

 Analizar los cambios políticos, sociales, educativos, culturales y económicos que se


produjeron durante los gobiernos de Juan Domingo Perón.
 Comprender los aportes del Peronismo en la instauración de un modelo político-social
basado en el “Estado de Bienestar”.
 Reflexionar sobre los cambios socioculturales en lo referido al protagonismo de los
sujetos y la incorporación de derechos a las mayorías durante los gobiernos
peronistas y sus implicancias en nuestras visiones cotidianas respecto a “nosotros” y
los “otros”.

¿Nos introducimos en la clase?

Crisis del liberalismo, auge del nacionalismo y sustitución de importaciones

La caracterización de la crisis y el debate ideológico de entreguerras, en la Argentina la crisis


del liberalismo se expresó a nivel político en el auge de un nacionalismo conservador, crítico
tanto del liberalismo como del socialismo[1], y con fuerte desconfianza respecto de las
“masas” (entendidas en dicha matriz discursiva como una mera agregación atomizada de
individuos indiferenciados, proclives a la agitación populista y al motín). Los nacionalistas de
la década de los treinta ejercieron una crítica de la democracia, frente a la cual reivindicaban
un orden social jerárquico en el que el gobierno político expresara a las facciones sociales
organizadas de modo corporativista (el agro, la Iglesia, la patronal industrial), y no a todos
los ciudadanos por igual, que sumados como individuos en la “masa” sólo podían fundar una
“tiranía de las mayorías”[2].

La llamada “década infame”, inaugurada con el golpe militar de 1930


político por el auge de las ideologías ya descritas del nacionalismo y por el fraude electoral,
la represión de los opositores y la corrupción generalizada. El filofascismo y la simpatía con
las potencias del Eje en la Segunda Guerra Mundial no impidieron, sin embargo, las
concesiones a Gran Bretaña en materia comercial (el pacto Roca-Runcimann) y de control de
transportes.En el plano económico, la crisis mundial y el aislacionismo comercial de las
grandes potencias auspiciaron a nivel local un proyecto de industrialización por sustitución de
importaciones (modelo ISI)y un mayor dirigismo de la política económica con la creación del
Banco Central junto a muchos organismos estatales reguladores (como las Juntas Nacionales
de Granos y de Carnes) y empresas públicas. El consecuente desarrollo del sector industrial
llegaría en 1943 a superar por primera vez al sector de la economía agropecuaria, y sería la
base de una transformación mayor del sistema social y político.

Estas transformaciones de la matriz económica industrial y los cambios y movimientos


poblacionales, como sucedió ya en las primeras manifestaciones de fines del siglo anterior,
impactaron dramáticamente en las ciudades; y de la realidad de los
dentro del espacio urbano pasaríamos hacia mediados de siglo XX a la nueva imagen de las
“villas miseria” agigantadas en los bordes de la trama urbana, lo que a la vez agitaba en la
población nuevos miedos y suponía nuevas formas de la cuestión social.

Si a comienzos del siglo la oligarquía manifestaba su desdén elitista y su temor por la


epidemia de las “masas”, promediando el siglo serían ahora las clases medias urbanas las
que revelarían su discriminación y temor frente a la invasión de los “cabecitas negras”.

[1] Tras la Revolución rusa de 1917, liberalismo y socialismo ya se perfilaron como los dos
polos que tensionarían la geopolítica y el debate de ideas a nivel mundial y devendrían más
adelante en la llamada “guerra fría”. Los discursos nacionalistas, en este marco, resultarían
igualmente críticos de ambas corrientes y aparecerían ubicados dentro del espectro
ideológico en una suerte de “tercera posición”.

[2] Esta matriz ideológica conservadora y antidemocrática, que alentaba diversas


expresiones de racismo, paternalismo y aristocratismo, tiene un ejemplo acabado en el
discurso de Leopoldo Lugones, quien describe bien las paradojas del antiliberalismo en su
propia trayectoria que va desde la militancia juvenil en el Partido Socialista hasta su ulterior
vuelco ideológico al militarismo y el fascismo (Fanlo, 2007).
Cambio de paradigma: Peronismo, Estado de bienestar y su correlato en los mitos
argentinos

Durante más de una década (1943-1955) la figura de Juan Domingo Perón dominó la escena
política argentina. Eran años de grandes cambios y profundas transformaciones.

Podemos centrar el análisis en torno a algunos ejes que dan cuenta de estas profundas
transformaciones:

Desde el aspecto económico: consolidación del modelo ISI (Industrialización por


Sustitución de Importaciones) con crecimiento de la clase obrera industrial y creciente
intervencionismo de la política económica estatal. A esas decisiones de carácter productivo y
de comercialización se sumaron aquellas orientadas a la mejora de la clase trabajadora rural
(aplicación del Estatuto del Peón Rural - 1947); creación del IAPI (Instituto Argentino de
Promoción del Intercambio) con el fin de centralizar el comercio exterior y transferir
recursos, mediante el cual el Estado monopolizo las exportaciones y precios del campo y
obtuvo recursos que ubicó en la dinamización y expansión de la industria nacional.

Desde el aspecto político: instituyó una ideología antiliberal, con un líder de fuerte carisma
y además una orientación corporativista para el ejercicio del poder (reconocimiento de
sindicatos e integración del movimiento obrero), reconocimiento de la plena ciudadanía y de
los derechos políticos de las mujeres.

Desde el aspecto político-cultural: se trató de un “parte-aguas” histórico (reordenó el


mapa social y dividió a la sociedad en dos polos ideológicos). También debe tenerse en
cuenta el desarrollo e impacto creciente de los medios de comunicación masivos y de las
industrias culturales, con la incorporación de nuevos elementos creándose un nuevo
paradigma: la “cultura de las masas”, la cual permitió asimilar valores, hábitos de recreación
y consumos comunes.

Desde el aspecto educativo: son fundamentales los avances en varios campos,


relacionados desde la implementación del Plan Quinquenal, las escuelas en las fábricas, las
escuelas de artes y oficios, las escuelas técnicas y la incorporación de nuevos sujetos social
en la conquista del derecho educativo, su apropiación y beneficio en la construcción de la
Nación.

Desde el aspecto social: proceso identitario de la clase obrera, dignificación de los


trabajadores y humildes y elevación de la cultura popular mediante la implementación de
políticas relacionadas con el surgimiento de nuevos derechos (los de primera generación ya
conquistados y la lucha por los de segunda generación basados en la justicia social).

Es importante además señalar la reforma de la Constitución Nacional de 1949 que centró sus
modificaciones en la incorporación de los derechos de la familia, de los ancianos, de la
educación popular. También se hizo hincapié en derechos sociales en el espacio laboral
(periodo de vacaciones y descanso, condiciones de trabajo, salarios dignos, etc.), de la
intervención estatal y la prestación de servicios públicos universales (planes de viviendas,
ampliación de los sistemas públicos de salud y educación, transporte, etc.).

En fin, si bien podemos encontrar diferencias, y de hecho muy marcadas, entre los mandatos
de Juan Domingo Perón, nos pareció interesante apuntar algunos aspectos centrales…
Seguramente quedan muchos más por analizar… Nos proponemos ahora avanzar hacia el
modelo de Estado de bienestar.
¿Comenzamos? Pasen y vean:

El Estado de bienestar Eva Perón (Argentina, 1996). Dirección: Juan Carlos Desanzo.

Si bien muchos de los factores


arriba enunciados son Clase media (Argentina, 2011). Dirección: Juan Carlos Domínguez. Ver
consecuencia directa del afiche de difusión del film en : http://www.alrededoresweb
modelo de implementación del com.ar/2012/08/cine-historia-de-una-clase.html
estado de bienestar, nos
interesa señalar aquí la No habrá más penas ni olvido (Argentina, 1983). Dirección: Héctor
relación con lo que venimos
Olivera. Basada en la novela homónima de Osvaldo Soriano.
desarrollando en clases
anteriores y el sentido a nivel
mundial que van teniendo las
políticas en cada momento
histórico en la construcción del
Estado-nación.
Fundamentalmente
comprender que la época de
implementación se enmarca
en los denominados “treinta
años dorados” del capitalismo
de posguerra y por tanto lo
entendemos “…a partir de una
articulación de taylorismo y
fordismo, en tanto formas
predominantes de
organización del trabajo, con
la teoría económica
keynesiana y las políticas
welfaristas se construye un
modo particular de ‘dar
respuesta’ a la cuestión social
y una forma definida de
gobierno de la fuerza de
trabajo y de administrar la
contraposición entre trabajo y
capital: el salariado…”
(Castels, 1997)
¿Seguimos avanzando?

A partir de esto que vamos analizando, los distintos aspectos y el modelo que los enmarca, queremos
invitarlos a pensar qué implicancia tiene ello en la construcción de la idea de sujetos sociales
será ello definitorio a la hora de pensarnos a nosotros mismos, a nuestra historia y a nuestra visión de los
otros.

Específicamente nos interesa que reflexionen sobre los dos mitos que el autor en el Módulo de
Problemáticas Socioculturales en capitulo 2 menciona (sería interesante aquí que también retomemos los
aportes de Bourdieu sobre los habitus de clase, ¿no?): El mito de la Argentina blanca hace referencia
fundamentalmente a la filiación de la clase media local con los inmigrantes europeos y por tanto marca
una referencia étnica (clase trabajadora “morocha” y “pequeña burguesía blanca”).

El mito de la “Argentina de clase media” hace referencia específicamente al ascenso de sujetos sociales,
que marca un proceso de identidad basado en la construcción de derechos políticos y sociales.

Para finalizar y como no podía ser de otro modo, apelamos a uno de los mejores analistas de la
construcción del pensamiento nacional, es Don Arturo Jauretche, quien desde su "Manual de
zonceras argentinas" nos da una clasificación sumamente interesante de las visiones y percepciones
que tenemos respecto a los otros, al estado y a nosotros mismos.

Les proponemos mirar el siguiente video “1ra Zoncera: Civilización o barbarie”,


de las zonceras que postula Don Arturo, a la cual considera la zoncera madre.
1ª Zoncera: Civilización o Barbarie

www.youtube.com/watch?v=YFsPa-HEClA

Recuerden al finalizar esta semana, deberán enviar la actividad intermedia


una vez corregido, publicarla en el foro de actividad.
¡Buena jornada y hasta la próxima semana!

1. -Leer la clase virtual.


2. -Presentar la actividad intermedia obligatoria.

Bibliografía obligatoria:

Ignacio Amatrian. Módulo: “Problemáticas Socioculturales


Contemporáneas” .2014.Tecnicaturas Superiores Sociales y Humanísticas-INDF Disponible en
sección biblioteca del aula virtual

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