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Clase 1 La cuestión de lo "social"

La cuestión de lo “social”

¡¡¡Bienvenidos a nuestra primera clase!!!

¡Hola a tod@s! Les damos la bienvenida a la primera clase del Módulo


Socioculturales” propuesto para brindar herramientas de análisis para comprender la
significación y relieve de “lo social” como realidad y problemática en sí misma y
dimensión de análisis que atraviesa todos los demás aspectos. Se procurará desarrollar
una sensibilidad para captar dichos factores de lo social en el análisis de cualquier
fenómeno, y en particular en la interpretación y diagnóstico en el ámbito educativo y las
prácticas pedagógicas.

Objetivos

Objetivo General:

 Definir el sentido histórico de la llamada cuestión social como una fractura interna
del derecho entre el ideal político moderno de igualdad de la ciudadanía y la
desigualdad.
 Clarificar la significación y el relieve de la cuestión de lo “social”

Objetivos Específico:

 Realizar un recorrido sobre alguno de los conceptos fundamentales: las


características definitorias y los orígenes históricos concretos de la llamada
cuestión de lo “social”.
 Comprender el uso de esta expresión.

Breve reseña histórica…

La triada “libertad, igualdad y fraternidad” heredada de la revolución francesa plasmo el


ideario político liberal de nuestras democracias. Marco de legitimidad e inteligibilidad de
los nuevos regímenes políticos lo brindo el contractualismo: pacto originario o “
social”, fundante tanto de la soberanía del pueblo como el vínculo de representación por
el que se transfiere el poder al gobernante (en este relato se basan y conviven en tensión
los valores y tradiciones políticas del liberalismo y la democracia[i]) dicho contrato social
instituye el vis a vis entre las instancias separadas de la sociedad civil y el Estado
moderno.

El “Leviatán”, monstruo bíblico con que Hobbes bautizó y representó el nuevo orden
político moderno. En la ilustración original de tapa del libro, el Leviatán posee en su
interior la fuerza de los miembros del pueblo que lo componen y de los que emerge la
soberanía. A la vez, constituye una única entidad soberana, un gigante que posee en sus
manos los fundamentos del poder público: el cetro de la ley y la violencia de la espada. El
Estado aparece aquí como una instancia fundada en el contrato social, pero a la vez es
trascendente, está por encima de la sociedad civil. La tierra y la ciudad a sus pies.
Leviatán es el dueño y garante del orden, de la seguridad y de la propiedad privada.

[i] Es necesario destacar las variantes intrínsecas de la tradición contractualista, en


particular sus dos exponentes más destacados, el inglés Thomas Hobbes (1588-1679) y
el francés Jean Jacques Rousseau (1713-1788). En su obra Leviatán (2003), Hobbes se
basa en una antropología esencialmente individualista negativa (“el hombre es el lobo del
hombre”), y el pacto es la respuesta aterrorizada en procura de seguridad que aliena la
soberanía de los individuos en la sujeción al poder absoluto del Estado-Leviatán.
Este proceso consagró una peculiar idea del Derecho y de la Ciudadanía
basa en la idea de una ley universal, un régimen jurídico cuya abstracción y formalidad
suponía y confirmaba la idea de racionalidad universal; el segundo asimismo se basa en
el reconocimiento para todos los miembros de la comunidad política de ciertos derechos:
vida, libertad, seguridad, propiedad. El Estado y la ley aparecen como una instancia
trascendente, representante de una posición universalista y neutral respecto del
particularismo de la pugna de intereses de la sociedad civil.

Sin embargo aparecen algunas paradojas y contradicciones, por un lado la paradoja


lógica insinuada por Rousseau y no resuelta por los contractualistas, por la que los
hombres deben enajenar su libertad al Estado para permanecer libres;
mismo sentido los derechos son considerados naturales, pero a la vez se realizan
solamente en su efectiva garantía y vigilancia por parte del poder político. Estas
paradojas se vuelven al fin especialmente evidentes en el ejercicio del Estado como
garante de la propiedad:
“La cuestión social emerge pues el Estado es, paradojalmente, quien está por encima de
los intereses de los propietarios y quien a la vez los garantiza. Él es quien al tiempo que
garantiza la propiedad privada como derecho natural, debe garantizar también el igual
acceso a los bienes a todos los ciudadanos. Lo anterior conduce a que en los hechos
libertad y propiedad entren en colisión” (Murillo, Grondona y Aguilar, 2007: 4).
Estas contradicciones intrínsecas al discurso político, atravesaban asimismo la realidad efectiva, por las
crecientes protestas de la clase obrera por el derecho al trabajo, y la escalada de eventos revolucionarios y
traumáticos que convulsiono la historia del siglo XIX. Segú el recomendable análisis específico de Jaques
Donzelot (2007) en 1848 la comuna de París y en 1871, la temprana Revolución mexicana, pusieron de
manifiesto, una “fractura del derecho” la contradicción entre sus principios esenciales, “libertad”
modo negativo y egoísta) e “igualdad” (aparece como una abstracción) se trata de del contraste insalvable entre la
igualdad abstracta y la desigualdad real concreta.

A continuación

Veamos algunas importantes teorías sobre la cuestión de la estratificación social y las clases sociales en el
capitalismo, tomando como punto de partida el clásico planteo de Marx, para luego ver la reformulación
bourderiana y el debate actual sobre las clases sociales.

 La estratificación social supone pensar de modo muy general un orden de diferenciación social de
grupos horizontales como estratos, de modo jerárquico y vertical.
 La “clase social” corresponde específicamente a las formaciones sociales capitalistas.
Capitalismo y lucha de clases

Karl Marx filósofo alemán (1818-1883) cuya obra constituyo el marco


teórico más influyente para el análisis del capitalismo y la “lucha de
clases”: el paradigma del “materialismo histórico”.

En la tradición marxista, la distinción antes planteada entre clases


teóricas “en el papel” y clases reales o movilizadas se tradujo en un
dilema teórico-político de la distinción entre clases “en sí” y “para
sí”. Las clases en sí o a nivel estructural se definen por la propiedad
o no de los medios de la producción, que tendería a resumir las
divisiones sociales al enfrentamiento entre burguesía y proletariado. Esta
situación objetiva configuraba todas las condiciones materiales de
existencia y la pertenencia de ambas clases a verdaderos “mundos”
socioeconómicos (y aun culturales) radicalmente diferentes y distantes
entre sí[i].

[i] “Las condiciones de vida de los diferentes burgueses o vecinos de los burgos o
ciudades, empujadas por su oposición a las relaciones existentes o por el tipo de trabajo
que ello imponía, convertíanse al mismo tiempo en condiciones comunes a todos ellos e
independientes de cada individuo [...].
La política liberal y la sanción jurídica de la propiedad privada y el proceso de
“acumulación originaria” de patrimonio y medios de producción por parte de las clases
dominantes en los orígenes del capitalismo sientan las bases del nuevo régimen de
acumulación y de la antedicha división social. Pero el orden de clases sociales sólo
deviene real y con fuerza sobre la vida de los sujetos al pasar de la “subsunción formal” o
jurídica (libertad de la fuerza de trabajo para venderse al mercado) a la “subsunción real”
del trabajo en su forma específicamente capitalista[i]: su disciplinamiento en la industria,
donde el trabajador repite operaciones parciales convertido en apéndice de la máquina,
perdiendo el conocimiento pleno y el dominio del proceso productivo[ii]

Esta división estructural entre clases a la vez debía condicionar (pero podría o no
“determinar”, he ahí la cuestión) el antagonismo o lucha de clases, y de ahí el imperativo
de la revolución (liberación del proletariado que ulteriormente sería la emancipación res-
pecto del capital de la humanidad toda). Pero he aquí que las condiciones materiales de
vida y situaciones objetivas comunes (no-propiedad, explotación laboral, pauperismo,
barrios y culturas obreras) habilitaban pero no garantizaban la efectiva identidad grupal y
organización del proletariado para la revolución. El ajuste de esa brecha entre clase “en
sí” y “para sí”, el dichoso problema del despertar de la “conciencia de clase”, era una
conquista siempre pendiente en el plano de la ideología y la labor de organización y lucha
política[iii]5. La política del socialismo y el comunismo, en adelante, también quedaría de
este modo permanentemente condicionada por el dilema entre “reformismo” y
“revolución”: la cuestión de si las conquistas de derechos políticos y sociales por la clase
obrera son un avance hacia la transformación radical de la sociedad o, por el contrario,
un retroceso en la conciencia de clase y un engaño o estrategia de captación de la clase
dominante para evitar la revolución. Esta discusión se actualizaría especialmente en el
siglo XX con la integración de los trabajadores en la economía fordista y el Estado de
bienestar y el apogeo hacia me- diados de siglo XX de partidos y regímenes políticos
conducidos por la social-democracia.

Crisis y nueva ciudadanía social

La sucesión de las dos guerras mundiales de 1914-18 y 1939-45, la revolución rusa en


1917 y el auge del socialismo, la crisis económica de 1929, la emergencia del fascismo y
el nazismo, tendieron un manto sombrío sobre las ilusiones de progreso de la modernidad
decimonónica y el optimismo burgués de la belle époque. Tras la segunda guerra
mundial, la reconstrucción de Europa se dio a través de un conjunto de políticas en lo que
se denominó Plan Marshall La ciudadanía es concebida como un proceso histórico de
progresiva adquisición de derechos. Las instituciones más estrechamente conectadas con
estos derechos son el sistema educativo y los servicios sociales” (Marshall, 1997: 302-
303)[iv]. Sanciona la ciudadanía social que promueve el derecho al trabajo, a la salud, a
la educación y a la vivienda; son tiempos de políticas universales en los cuales el Estado
funciona como condición de posibilidad de la resolución de la vieja cuestión social
actuando como árbitro entre empresas y sindicatos. En Argentina, se produjo el acceso
de una mayoría de la población a la “ciudadanía social”, que consolidaría el predominio y
protagonismo de las “clases medias”.

Vamos a repasar y para ello te proponemos mirar.

•El cómic del francés Jacques Tardi, El grito del pueblo, sobre los sucesos de la Comuna de París de 1971.
Disponible en: http://www. normaeditorial.com/libros_img/01203436101_g.jpg

• El cuadro Manifestación (1934) del argentino Antonio Berni, que muestra la muchedumbre multicolor de
inmigrantes y trabajadores en plena ebullición de la cuestión social en nues- tro país. Disponible
en:http://coleccion.educ.ar/ coleccion/CD5/contenidos/img/bernichicos/pop/ bg02_11.jpg

• Una escena de Tiempos modernos de Chaplin, representación paradigmática de la alienación y las luchas del
trabajador fabril. Disponible en: http://3.bp.blogspot.com/-NtFSFpwyCw4/UKiWYTl27vI/AAAAAAAABBI/
1HUXOJh4U2U/ s1600/tiempos+modernos+Chaplin.jpg

La nota común en todas es el protagonismo de las “masas”, un fenómeno históricamente novedoso, que funda la
representación de la cuestión social moderna

Con esto cerramos esta primera clase. En lo que c ontinua les otorgaremos la guía de actividades
que deberán realizar y la bibliografía.

¡Nos encontramos en la próxima clase!

Participar en el Foro Presentación e intercambio:

La idea que les presentamos allí es que se presenten nos cuenten dónde viven, con
quienes, dónde desempeñan su tarea docente, en qué grado u año dan clases y qué
expectativas tienen sobre el estudio de las problemáticas socioculturales
contemporáneas y de la cuestión de lo “social” como una aproximación para la
construcción compleja, cambiante y determinante de nuestra vida social.

En ese marco, el capítulo 1 del Módulo de Lectura nos presenta de modo claro y
preciso, una aproximación acerca de cómo las características definitorias y los
orígenes históricos nos permiten comprender la influencia en la historia moderna y
reciente, tanto a nivel mundial, como en particular para apreciar acontecimientos de
la historia Argentina.
Plazo de participación quince días.
Lectura Obligatoria
Ignacio Amatrian. Módulo: “Problemáticas Socioculturales
Contemporáneas” .2014.Tecnicaturas Superiores Sociales y Humanísticas-
INDF Disponible en sección biblioteca del aula virtual.

[i] “La cooperación, esta fuerza productiva del trabajo social, se presenta como una fuerza productiva del capital, no del trabajo” (Marx,
2005: 22).

[ii] Así “no basta con el desarrollo tecnológico sino que el ordenamiento legal debe posibilitar la existencia de
trabajadores libres que ofrezcan su fuerza de trabajo en el mercado, de ahí la importancia de la Revolución
francesa y la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano que cimentaron los derechos de
ciudadanía política, frente a las limitaciones de la esclavitud o el vasallaje. (Murillo et al., 2007: 2).

[iii] “Los diferentes individuos sólo forman una clase en cuanto se ven obligados a sostener una lucha común
contra otra clase, pues de otro modo ellos mismos se enfrentan los unos con los otros, hostilmente, en el plano
de la competencia” (Marx y Engels, 1985: 61, citado en Murillo et al., 2007: 3).

[iv] • Podemos citar también otra clasificación distinta pero cercana, formulada originalmente por el jurista
checo y Director de Derechos Humanos y Paz de la Unesco Karel Vasak (1977), entre derechos humanos de
“primera, segunda y tercera generación”. Respectivamente: 1ra. derechos civiles y políticos; 2da. derechos
económicos, sociales y culturales; 3ra. derechos de solidaridad.

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