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Estilo de escritura
El primer objetivo del reporte científico es la comunicación clara. Puede alcanzarlo presentando las ideas de una
manera ordenada y expresándose suave y precisamente. Establecer un tono que transmita los puntos esenciales
de su estudio de una manera interesante puede cautivar al lector y comunicar sus ideas más efectivamente.
También puede lograr continuidad utilizando ilativos. Éstos le ayudan a mantener el flujo de las ideas, en especial
cuando el material es complejo o abstracto. Un pronombre que refiere a un sustantivo de la sentencia anterior no
sólo sirve como transición sino que evita la repetición, pero asegúrese que la referencia resulta obvia al lector.
Otros mecanismos de transición son enlaces de tiempo (entonces, a continuación, después, mientras, desde),
enlaces de causa-efecto (por lo tanto, en consecuencia, como resultado), enlaces de adición (en adición, por otra
parte, además, similarmente) y enlaces comparativos (pero, por el contrario, sin embargo, no obstante, aunque).
Fluidez de la expresión
La prosa científica y la escritura creativa sirven a diferentes propósitos. Los artilugios que usualmente se
encuentran en la escritura creativa (por ejemplo: mantener la ambigüedad, incluir lo inesperado, omitir lo
esperado, o súbitamente cambiar el tema, tiempo o persona) pueden confundir o perturbar a los lectores de
textos científicos. Por esto, evite tales artilugios y póngase como meta la comunicación clara y lógica.
Quien escribe puede no percatarse de ciertos problemas de escritura al estar involucrado con el texto, en especial
contradicciones que puede inferir el lector. Un colega que lea el manuscrito o borrador puede detectar más
fácilmente tales problemas. Leer uno mismo el borrador después de un tiempo puede ayudar a captar omisiones,
partes irrelevantes y cambios abruptos en el texto. Leerlo en voz alta puede hacer más evidentes las fallas.
Si en una lectura posterior encuentra cambios abruptos en el texto, introducir más ilativos u otros mecanismos
de transición puede ser útil. Si ha abandonado un argumento o tema prematuramente necesitará ampliar la
discusión del mismo.
Cambios abruptos pueden surgir de cambios sorpresivos y/o innecesarios en el tiempo verbal dentro de un mismo
párrafo o párrafos adyacentes. Usando el tiempo verbal consistentemente puede alcanzar fluidez en la expresión
de las ideas. El tiempo pretérito perfecto simple (p.e.: Juan Pérez mostró) y el presente regular (p.e.: los
investigadores muestran) son apropiados para la revisión de la literatura y la descripción del procedimiento si se
discute sobre eventos pasados. Use el pasado para referirse a los resultados y el presente para discutir las
implicaciones de éstos y presentar las conclusiones.
Muchos investigadores intentan alcanzar la fluidez utilizando sinónimos (o casi sinónimos) para evitar repetir un
término. La intención es valorable, pero utilizar sinónimos puede sugerir diferencias sutiles. Por esto debe elegir
cuidadosamente los sinónimos. Un uso adecuado de los pronombres a menudo alivia la repetición de un término,
que resulta monótona, sin introducir ambigüedad.
Tono
Si bien la escritura científica difiere en su forma de la literaria, no tiene por qué ser falta de estilo o aburrida. Al
describir su investigación presente las ideas y hallazgos directamente, pero busque un estilo interesante y
atrapante y un tono que refleje su involucración con el problema.
En la escritura científica usualmente se contrastan las posiciones de distintos investigadores. Las diferencias deben
ser presentadas de una manera profesional y no beligerante. Por ejemplo “Fong y Nisbett no consideran…” es
aceptable, mientras que “Fong y Nisbett pasan por alto completamente…” no lo es.
Una forma efectiva de lograr el tono adecuado es imaginar un lector específico al que busca alcanzar y escribir de
manera persuadir y enseñar a tal lector. Visualizando a alguna persona conocida puede hacer más efectiva esta
técnica. Por ejemplo, usted puede desear escribir para un investigador en un campo relacionado que trata de
mantenerse al tanto de la literatura pero no está familiarizado con la jerga o las perspectivas de los especialistas
¿Qué puede facilitar su comprensión o apreciación de la importancia del trabajo reportado?
Economía de la expresión
Diga sólo lo que necesita ser dicho. Un autor que es frugal en palabras no sólo escribe un artículo más legible, sino
que también aumenta la probabilidad de que éste sea aceptado para publicación. El número de páginas impresas
que una revista puede publicar es limitado, por lo que los editores frecuentemente solicitan a los autores acortar
sus manuscritos. Puede reducir artículos extensos eliminando la redundancia, palabrería, jerga, evasividad,
sobreutilización de la voz pasiva, circunloquios y prosa chapucera (cantinfleo). Deje fuera descripciones
excesivamente detalladas de artefactos, participantes o procedimientos; elaboraciones de lo obvio, y
observaciones irrelevantes o secundarias. Materiales de este tipo pueden facilitarse, cuando sea apropiado, como
archivos en línea.
Palabrería. La palabrería puede impedir la rápida comprensión de las ideas. Cambie basado en el hecho que a
porque; en el momento presente a ahora; y con el propósito de por para. Use este estudio en lugar de el presente
estudio cuando el contexto sea claro. Cambie hubo varios estudiantes que completaron a varios estudiantes
completaron. Utilizar lenguaje rimbombante para embellecer o hacer más florida la prosa es claramente
inapropiado para la escritura científica.
Redundancia. Los escritores suelen ser redundantes en un esfuerzo por ser enfáticos. No use más palabras de las
que son necesarias para expresar su idea. En los siguientes ejemplos se usan cursivas para indicar las palabras
redundantes que debiesen ser omitidas:
Precauciones similares son aplicables a la extensión de los párrafos. Párrafos de una sola sentencia son abruptos.
Párrafos muy largos son propensos a perder la atención del lector. Un párrafo nuevo provee una pausa al lector,
una oportunidad para asimilar un aspecto del argumento antes de pasar al siguiente. Si un párrafo es más extenso
que una página escrita a doble espacio puede perder al lector. Busque un lugar lógico para dividir un párrafo largo
o reorganice el material.
Precisión y claridad
Elección de las palabras. Asegúrese que cada palabra que utiliza significa exactamente lo que intenta expresar.
Por ejemplo, en el lenguaje informal sentir muchas veces reemplaza a pensar o creer, pero en el lenguaje científico
tal paralelismo es inaceptable.
Expresiones coloquiales. Evite expresiones coloquiales que vuelvan difuso el sentido (por ejemplo levantar datos
en lugar de registrar datos o medir). Aproximaciones o adverbios de cantidad (p.e.: muy pocos, casi todos o una
parte bastante amplia) son interpretados diferente por diferentes lectores o en diferentes contextos. Estas
aproximaciones debilitan las proposiciones, en especial las que describen observaciones empíricas.
Jerga. La jerga es el uso continuo de vocabulario técnico incluso en lugares donde tal vocabulario es irrelevante.
Jerga también es reemplazar un término familiar por una frase eufemística (p.e.: pobreza por escasez monetaria
sentida) y se debe evitar tal uso. La jerga burocrática o política ha sido ampliamente publicitada, pero la jerga
científica también enjaula al lector, estorba la comunicación de la información y desperdicia espacio.
Pronombres. Los pronombres confunden al lector cuando el referente de aquéllos no es obvio. Los lectores no
deben verse en la necesidad de buscar en el texto previo para determinar el significado de un término.
Pronombres como esto, éste, aquél o aquéllos pueden resultar confusos cuando refieren a algo o alguien
mencionado en una sentencia previa. Elimine la ambigüedad escribiendo, por ejemplo, este test, estos
participantes o aquellos reportes.
Comparaciones. Comparaciones ambiguas o ilógicas surgen de la omisión de verbos clave o desde analogías.
Considere, por ejemplo: “niños de 10 años son más propensos a jugar con niños de su misma edad que niños de
8 años”. ¿Significa esta sentencia que los niños de 10 años son más propensos a jugar con niños de su misma edad
que con niños de 8 años o que son más propensos a jugar con niños de su misma edad que los niños de 8 años?
Una comparación ilógica surge cuando se utilizan analogías al intentar se breves, como por ejemplo “su salario es
más bajo que el de un empleado público promedio”. Poner atención a la sintaxis y las palabras correctas reducen
la probabilidad de este tipo de ambigüedad.
Atribución. Atribuciones inapropiadas o ilógicas en un esfuerzo por ser objetivo pueden resultar engañosas.
Ejemplos de atribuciones incorrectas son el uso de la tercera persona, el antropomorfismo y el uso del nosotros.
Tercera persona. Para evitar ambigüedad utilice un pronombre personal en lugar de la tercera persona
cuando describa las etapas de su experimento:
Algunas alternativas al nosotros pueden ser personas, humanos, investigadores, psicólogos, enfermeros,
etc. En estos casos, nosotros puede ser una referencia apropiada y útil:
Correcto: como conductistas, tendemos a discutir (…). Incorrecto: tendemos a discutir (…).
Artificios lingüísticos
Artificios que atraigan la atención a palabras, sonidos u otros embellecimientos en lugar de a las ideas, son
inapropiadas en la escritura científica. Evite la aliteración, rima, expresiones poéticas y clichés. Las metáforas
pueden ayudar a simplificar ideas complejas, pero pueden distraer al lector, por lo que se recomienda utilizarlas
en contadas ocasiones. Evite metáforas compuestas (p.e.: esta teoría representa un ala de un cuerpo de evidencia
creciente) y palabras con acepciones no buscadas (p.e.: detective en lugar de policía de investigaciones1) que
pueden distraer o incluso confundir al lector. Utilice expresiones figurativas y expresiones coloridas con cuidado,
pueden sonar extrañas o forzadas.
Escribir basándose en un esquema ayuda a preservar la lógica misma de la investigación. Un esquema identifica
las ideas principales, define las subordinadas, ayuda a disciplinar la escritura, a evitar derivaciones tangenciales y
a percatarse de las omisiones. En un esquema también puede identificar los títulos y subtítulos que podría utilizar
en la versión final.
Releer el borrador después de dejarlo de lado por algunos días le permite tener un enfoque nuevo. Leerlo en voz
alta le permite no sólo ver fallas que puede haber pasado por alto anteriormente, sino también escucharlas. Una
vez corregidas las fallas, dele una copia a algún colega (preferentemente una persona que haya publicado en un
campo relacionado, pero que no esté familiarizado con su trabajo) para una revisión crítica. Aún mejor, solicite
críticas de dos colegas y tendrá un anticipo del proceso de revisión editorial.
1
En Chile, la policía de investigaciones es el cuerpo de policía civil, quienes en ocasiones son llamados detectives.
Estas estrategias, en especial la última, pueden requerir trabajar más tiempo en el manuscrito del que tenía
pensado, pero pueden resultar en una mayor precisión y minuciosidad y en una comunicación más clara.
Prácticas culturales de larga data pueden ejercer una poderosa influencia incluso sobre el autor más consciente.
Así como usted aprende a revisar la ortografía, gramática o palabrería, practique releer su trabajo para detectar
sesgo. Otra sugerencia es solicitar a las personas de los grupos objetivo que lean y comenten su material.
A continuación presentamos un conjunto de guías y discusiones sobre tópicos específicos que afectan a grupos
particulares. No son reglas rígidas. Puede encontrar que algunos intentos de seguir las guías resultan en palabrería
o prosa entrecortada. Como en todo, es necesario ser criterioso. Si su escritura refleja respeto por sus
participantes y lectores, y si escribe con un adecuado nivel de especificación y precisión, puede contribuir a la
meta de la comunicación insesgada y precisa. Ejemplos específicos de cada guía pueden encontrarse en las
Guidelines for Unbiased Language (Guías para el Lenguaje Insesgado) en el sitio web de las recomendaciones de
estilo y redacción de la APA (www.apastyle.org).
Términos clínicos amplios como limítrofe y en riesgo insinúan distintos sentidos a no ser que sean explicados con
propiedad. Especifique el diagnóstico que es limítrofe (p.e.: “personas con trastorno de personalidad limítrofe”).
Identifique el riesgo y las personas expuestas a él (p.e.: “niños en riesgo de deserción escolar”).
El género es cultural y es el término utilizado para referirse a hombres y mujeres como grupos sociales. El sexo es
biológico: utilícelo cuando la distinción biológica sea predominante. Considere que la palabra sexo puede
confundirse con conducta sexual. Género ayuda a mantener el significado sin ambigüedad, como en el siguiente
ejemplo: “En la explicación de las actitudes hacia el proyecto de ley, la orientación sexual explicó más varianza
que el género. La mayoría de los hombres gay y lesbianas estaban a favor, mientras que la mayoría de los hombres
y mujeres heterosexuales estaban en contra”.
Parte de escribir sin sesgo es reconocer que las diferencias deben mencionarse sólo cuando sean relevantes. El
estado civil, la orientación sexual, la identidad étnica y racial, o el hecho que una persona tenga alguna
discapacidad, no deben ser mencionados gratuitamente.
Evite etiquetar a las personas cuando sea posible. Un hecho frecuente en la escritura científica es que los
participantes tienden a perder su individualidad y son categorizados como objetos (utilizando los términos como
sustantivos como en los gays y los ancianos) o, particularmente en descripciones de personas con discapacidades,
son equiparados a sus condiciones, p.e.: los amnésicos, los depresivos, los esquizofrénicos. Una solución es utilizar
los términos como adjetivos (p.e.: “hombres gay”, “adultos mayores”, “pacientes amnésicos”). Otra es “poner a
la gente primero”, seguida de una frase descriptiva (p.e.: “personas diagnosticadas con esquizofrenia”). Note que
la última solución es preferida actualmente cuando describe personas con discapacidades.
Cuando necesite mencionar varios grupos en una sentencia o párrafo, como cuando reporta resultados, busque
balancear la sensibilidad, claridad y parsimonia. Por ejemplo, puede resultar incómodo repetir frases como “una
persona con ______”. Si provee definiciones operacionales de los grupos al inicio (p.e.: “Participantes puntuando
un mínimo de X en la escala XX constituyen el grupo verbal alto, mientras que aquellos bajo X constituyen el grupo
verbal bajo”), es científicamente informativo y conciso describir a los participantes de ahí en adelante en términos
de la medida utilizada para clasificarlos (p.e.: “…el contraste para el grupo verbal alto fue estadísticamente
significativo, p=,043”) una vez establecido que tales términos son inofensivos. Una etiqueta no debe ser utilizada
en forma alguna que se perciba como peyorativa. Si tal percepción es posible, necesita encontrar términos más
neutros. Por ejemplo, el demente no es mejorado cambiado a el grupo de dementes, pero el grupo con demencia
puede ser aceptable. Usar abreviaciones o siglas para etiquetar grupos usualmente sacrifican claridad y pueden
resultar ofensivas: los DA o grupo DA para describir personas con dificultades de aprendizaje específicas es
ofensivo; GAHV para “grupo de alta habilidad verbal” resulta confuso. Grupo A no es ofensivo, pero tampoco es
descriptivo.
Reconozca la diferencia ente caso, que es una ocurrencia de un desorden o enfermedad, y paciente, que es la
persona afectada por el desorden o enfermedad y que recibe atención de salud. “los casos maniaco-depresivos
fueron tratados” es problemático, corríjalo a “los pacientes con trastorno bipolar fueron tratados”.
Se puede fomentar el sesgo cuando el autor utiliza un grupo (frecuentemente el grupo de pertenencia del autor)
como un estándar para juzgar al resto, por ejemplo, ciudadanos de EE.UU. En algunos contextos, el término
culturalmente deprivado puede implicar que una cultura es aceptada como estándar universal. Los sustantivos no
equiparables en la frase marido y mujer pueden sugerir al lector una evaluación inapropiada de los roles de los
individuos (el rol de la mujer es equiparado al de ser esposa) y de los motivos del autor. En contraste, las frases
esposo y esposa y hombre y mujer utilizan sustantivos equiparables. El uso de normal puede llevar al lector a hacer
comparaciones con anormal y estigmatizar a individuos diferentes. Por ejemplo, contrastar lesbianas con “el
público general” o con “las mujeres normales” presenta a las lesbianas como socialmente marginales. Grupos de
comparación más apropiados pueden ser mujeres heterosexuales, hombres y mujeres heterosexuales, u hombres
gay.
Esté también atento de cómo el orden de presentación de los grupos sociales pueden implicar que los grupos que
se mencionan primeros son la norma o estándar que los grupos mencionados después son desviados. Así, las
frases hombres y mujeres y estadounidenses blancos y minorías étnicas, reflejan implícitamente la dominación
percibida de los hombres y de los estadounidenses blancos sobre otros grupos. Similarmente, cuando presente
datos de grupos considere que situar los grupos socialmente dominantes al lado izquierdo de los gráficos o en el
inicio de las tablas, puede también hacer suponer que tales grupos son el estándar universal. Evite presentar
consistentemente la información de los grupos socialmente dominantes primero.