Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1
Comunista Cubano y se realizó el Primer Congreso Obrero. La intervención de
Estados Unidos en 1921 no hizo más que echar leña al fuego.
La llegada al poder por las urnas de Ramón Grau San Martín (1944-1948) no
significó una reducción de las relaciones clientelares y un afianzamiento de la paz,
sino un aumento de las primeras y un reforzamiento de las tensiones políticas. Durante
el gobierno de Carlos Prío Socarrás (1948-1952), también es elegido por las urnas, el
aumento de la producción de azúcar y la consiguiente elevación de los ingresos del
Estado por concepto de exportaciones, se tradujo en una vigorización de las
relaciones clientelares (el 80% del presupuesto se gastó en pagar salarios públicos
dejándose de financiar infraestructuras y de aumentar los subsidios a las capas
sociales más desfavorecidas) y un empeoramiento en la distribución del ingresos
siendo favorecidos, una vez más, los sectores sociales de más recursos. La inflación
de comienzos de la década de 1950, la quiebra de expectativas (insuficiente
multiplicación del número de puestos de trabajo), y el aumento de la frustración política
(se esperaba que la Constitución de 1940 creara un sistema de partidos adecuados y
ayudar a organizar un aparato administrativo que gestionara lo público de manera
transparente) hicieron que se expandiera un clima de descontento generalizado.
2
El golpe militar de Fulgencio Batista y su llegada al poder por las armas supuso
el inicio de una férrea dictadura y una nueva vuelta de tuerca en el aumento de las
contradicciones internas. En marzo de 1952 Batista anunció que garantizaría el orden
y la tranquilidad por medio de las armas, el terror y la represión; dejó claro que los
inversores extranjeros tendrían asegurada su participación en los negocios; y prometió
elecciones libres en 1954, una vez que se tranquilizara la situación social. La reacción
no se hizo esperar. Al año siguiente, Fidel Castro realizó el 26 de julio de 1953 el
asalto al cuartel de Moncada, mostrando que la única vía que quedaba a la disidencia
política era la lucha armada revolucionaria. Los partidos políticos estaban debilitados y
divididos. Castro fue apresado, juzgado (en su defensa pronunció la célebre frase “la
historia me absolverá”) y sentenciado a 15 años de prisión. Posteriormente, tras 22
meses de cárcel, se benefició de una amnistía y viajó a México donde conoció a
Ernesto Che Guevara.
En 1954 Batista fue elegido por las urnas en unas elecciones poco
transparentes (se presentó a la contiende en solitario y participó sólo un 40% de la
población con derecho a voto). La situación social, económica y política se siguió
deteriorando. En insuficiente y desequilibrado crecimiento económico, provocado por
el tratado de reciprocidad con Estados Unidos de 1934, generó desajustes a favorecer
las importaciones de manufacturas que competían ventajosamente con aquellos
sectores industriales que se pretendían fomentar en la isla. La producción de azúcar
fue disminuyendo por problemas en la organización de la producción y la falta de
inversiones, al tiempo que descendieron los precios en los mercados internacionales.
El enfriamiento de los flujos comerciales como consecuencia del clima político y los
movimientos sociales redujeron la entrada de divisas remarcándose el signo negativo
de la balanza de pagos; y la fuga de capitales ante la inseguridad y la falta de
confianza en el futuro político de la isla provocaron una reducción de ahorro interno. La
falta de inversiones provocó una disminución del ritmo de creación de puestos de
trabajo cuando la población crecía a ritmos acelerados. La escasez provocó una
elevación de precios en los alimentos básicos provocando una extensión del hambre.
En 1957 la renta per cápita de Cuba (374 dólares) y la esperanza de vida eran de las
más altas de América Latina. No obstante, la mala distribución del ingreso y la
insultante diferencia con Estados Unidos (2000 dólares renta per cápita) hicieron que
la calidad de vida, el aumento del paro (17% en 1957), el analfabetismo ((50% región
de Oriente) y la auto-explotación se fueron transformando en frustración política. A su
vez, la opacidad en el manejo de las instituciones y la extensión de la corrupción
dificultaron el desarrollo económico.
3
Mientras la sociedad reclamaba el regreso de las formas políticas y la legalidad
derivada de la Constitución de 1940, en un intento desesperado por reinstaurar el
orden y obtener de nuevo la confianza de Estados Unidos, Fulgencio Batista convocó
elecciones en 1958. Salió elegido Andrés Rivero Agüero (apoyado por el presidente y
no reconocido por Washington), pero la falta de transparencia en los comicios hizo que
lejos de tranquilizarse la situación se hizo aún más latente que la única salida de la
crisis era la violencia armada revolucionaria. El embajador estadounidense en un
intento desesperado de negociación ofreció establecer un gobierno de transición, pero
Batista rechazó la oferta creándose una complicada situación. El general Eulogio
Cantillo se hizo con el poder y nombró presidente provisional a Carlos Piedra.
Evidentemente, ni el Movimiento guerrillero del 26 de Julio ni Estados Unidos
reconocieron este nombramiento. Fulgencio Batista huyó del país el 1 de enero de
1959 y el 8 de enero del mismo año Fidel Castro entró triunfante en La Habana. A los
pocos días fue designado Manuel Urrutia Lleó presidente y José Miró Cardona primer
ministro. Fidel Castro se reservó el cargo de comandante en jefe de las FF AA.
4
entones, el líder guerrillero se dedicó a idear y a poner en práctica una maquinaria
capaz de controlar los círculos de influencia política, sindical y partidista para poder
dirigir Cuba directamente desde su despacho con el mínimo de interferencias.
Persiguió a la disidencia, construyó organizaciones de masas fieles a la causa,
convirtió (octubre de 1959) la antigua Federación Estudiantil Universitaria (FEU) en un
movimiento marxista-leninista, controló (noviembre de 1959), la Confederación de
Trabajadores Cubanos (CTC) nombrando candidatos de Unidad (Movimiento 26 de
Julio y del Partido Comunista), y rediseñó (diciembre de 1959) el gobierno a fin de
garantizar la colaboración de hombres leales a la Revolución. Los antiguos moderados
defensores de los principios de la Constitución de 1940 fueron desplazados.
6
económicos de la revolución se permitió la realización de elecciones libres en los
sindicatos obreros.
7
con una movilidad social reducida. No se puede poner en duda los éxitos sociales,
sanitarios y educativos de la revolución. No obstante, cuando ya parecía que el
régimen agonizaba y el líder entraba en una situación de grave enfermedad, la figura
de Fidel Castro recibió una inyección de juventud revolucionaria a comienzos del siglo
XXI con el triunfo de los gobiernos de Hugo Chávez (Venezuela, 1999), Luiz Inácio
Lula da Silva (Brasil, 2003), Néstor Kirchner (Argentina, 2003), Evo Morales (Bolivia,
2006), Daniel Ortega (Nicaragua, 2006), Rafael Correa (Ecuador, 2006) basados
precisamente en la recuperación de las relaciones clientelares. El sistema de partido
único y de control férreo de la participación ciudadana a cambio de garantizar los
servicios sociales mínimos (alimentación, salud, educación, vivienda) ideado a partir
de 1959 permanecía vigente en Cuba a comienzos del siglo XXI; y el nacionalismo
patriótico siguió estando apoyado en la demonización de Estados Unidos. A
comienzos del siglo XXI, tras 50 años de revolución, pocos cubanos recuerdan la
experiencia revolucionaria de 1933 y nadie reclama la Constitución de 1940 como la
pieza capaz de encauzar la transición política y de crear un marco de libertades que
dé cabida a todas las voces.
El aislamiento a que Estados Unidos estaba sometiendo a Cuba debía ser roto,
según los lideres cubanos, mediante la ampliación del campo socialista en América
Latina. Para ello Cuba estaba dispuesta, más o menos abiertamente, a exportar su
revolución y su modelo revolucionario (lucha armada y foco guerrillero rural) al resto
del continente. Esto significaba el enfrentamiento con la mayoría de los Partidos
Comunistas latinoamericanos, partidarios del frentepopulismo y del gradualismo, y que
no se sentían atraídos en absoluto por la lucha armada. El enfrentamiento se
plantearía en términos de reforma o revolución y, obviamente, los procubanos eran
quienes detentaban el monopolio revolucionario. Es necesario señalar que en esta
política Cuba contó con todo el respaldo de Moscú y del bloque soviético, que, pese a
sus reservas, la veían como un eficaz modo de lucha contra el poderío del bloque
militar occidental. El apoyo soviético sería mucho más visible, y de mayor
envergadura, en África y América central.
8
posturas católicas o desde el nacionalismo y el antiimperialismo al castrismo y la lucha
armada.
Como el resto de casi toda América Latina, Venezuela conoció durante los
años cincuenta y sesenta un fortísimo movimiento guerrillero influenciado por el
9
marxismo-leninismo en su versión castrista, que tenía como ejemplo los indudables
logros de los primeros tiempos de la revolución cubana. La oposición armada era
ciertamente la única posibilidad de lucha política reservada a aquellos que deseaban
acabar con las oligarquías reinantes, amparadas mediante dictaduras o regímenes
constitucionales. Tras la caída del dictador Pérez Jiménez y la vuelta a la vía
democrática de Venezuela, la postura de sus presidentes Rómulo Betancourt, Leoni y
Rafael Caldera fue la de ofertar la incorporación al sistema político a los movimientos
guerrilleros. La oferta se concretó en dos puntos, el primero consistió en dar una
amplia amnistía a todos aquellos que habían combatido, y el segundo en no poner
restricciones a la posible formación de partidos políticos que pudiesen actuar dentro de
la legalidad del sistema definida por el marco de la Constitución de 1961, aun cuando
éstos fueran de carácter comunista, hecho éste desconocido hasta el momento en
toda América Latina a excepción del Cono Sur y México. El resultado de esta
actuación fue la creación de partidos como el Movimiento de Izquierda Revolucionaria
(MIR), creado por Domingo Alberto Rangel; el Partido Revolucionario Nacionalista
(PRN), el Partido Revolucionario de Integración y, fundamentalmente el Movimiento al
Socialismo (MAS), fundado en 1971, por Pompeyo Márquez y Teodoro Petkof,
miembro del Partido Comunista el primero y antiguo guerrillero el segundo.
10
El texto constitucional de 1991 ha supuesto para Colombia la plena
constitucionalización de los partidos políticos, ya que al tratarse el anterior texto de
una Constitución básicamente liberal, aunque profundamente reformada, no recogía la
plena institucionalización de las organizaciones políticas.
Ante el éxito de Castro, muchos creyeron que América Latina estaba a punto
de comenzar un período de fermentación revolucionaria. Desde comienzos de la
presidencia de John Kennedy, Estados Unidos se interesó enormemente por estudiar
las causas de la intranquilidad social y crear métodos que combatieran la amenaza de
la guerrilla. Sin embargo, contrariando esta creencia general respecto a la inminencia
de la revolución, los hechos demuestran que desde 1959 sólo cinco países latino-
americanos han tenido movimientos guerrilleros de cierta importancia: Venezuela.
Guatemala, Colombia, Perú y Bolivia. De estos cinco, sólo en los tres primeros
lograron sobrevivir por algún tiempo.
11
prensa mundial como lo fueron los levantamientos igualmente infructuosos del
Paraguay, Ecuador y Argentina.
1) 1959-1961. Un período de esfuerzos utópicos, descritos por Debray como "los años
del heroísmo efervescente". Las guerrillas eran conducidas principalmente por
estudiantes.
12
En Venezuela, por ejemplo, cuando el Partido Comunista decidió oficialmente
apoyar la lucha armada en 1962, había grandes posibilidades de éxito para los grupos
revolucionarios. A comienzos de 1962 la coalición multipartidista de Betancourt se
había derrumbado totalmente al acabársele su mayoría parlamentaria; 14 diputados se
retiraron de la Acción Democrática al producirse la escisión Mirista en 1960 y más
tarde, en 1962, los siguieron otros 26 guiados por Ramón Jiménez. Los tres ministros
de la Unión Republicana Democrática (URD) ya habían abandonado a Betancourt en
1960 en protesta por la participación de Venezuela en la condenación de Cuba hecha
por la OEA en San José. Fabricio Ojeda, uno de los líderes más importantes de la
coalición y que dirigiera la lucha contra Pérez Jiménez en Caracas mismo, renunció al
Parlamento en 1962 para unirse a las guerrillas. Por otro lado, Betancourt y su
apasionado anti-comunismo le hicieron el juego a los elementos activistas del Partido
Comunista al suspenderlo en sus actividades y al hacer otro tanto con el MIR.
No está muy claro el por qué el Partido Comunista Venezolano haya elegido
ese preciso momento de abril de 1965 para decidirse en contra de la lucha armada.
Uno de los motivos podría ser la escisión del MIR Venezolano, que constituyera hasta
entonces un gran respaldo a la acción guerrillera tanto en los campos como dentro de
la ciudad. Su miembro más apreciado, Domingo Alberto Rangel, que se encontraba en
prisión desde 1963, se pronunció a favor del abandono de la lucha armada.
13
Un segundo motivo se encuentra en la actitud del presidente Leoni, el cual en
diciembre de 1964 comenzó una política de "rehabilitación" de los comunistas,
autorizándolos para reasumir su actividad normal dentro del país siempre que
renunciaran a la violencia. Habiéndoseles prohibido la participación en las elecciones
de diciembre de 1963 estaban ansiosos de volver a la legalidad. Es importante señalar
también que durante los cortos años en los cuales los comunistas venezolanos
apoyaron la lucha armada, sus más destacados dirigentes estaban en la cárcel. El
Partido Colombiano se convierte en una especie de excepción al respaldar la lucha
armada hasta bien entrado 1967. Esto se debe a las circunstancias especiales que
rodearon a la "República Independiente' de Marquetalia. El Partido Comunista tuvo
que comprometerse con la defensa de Marquetalia porque uno de los hombres de su
Comité Central, Manuel Marulanda (apodado o conocido como "Tirofijo") fue el
comandante de los líderes campesinos. Al avanzar el ejército para destruir Marquetalia
en 1964 y al anunciar Marulanda su intención de continuar la lucha, el Partido
Comunista se vio virtualmente obligado a respaldarlo.
14
que estuviera relacionado con un intento de mejorar las relaciones con Estados Unidos
en vista de la reciente separación con China.
Esa fue la causa de la alianza temporal con los comunistas, que creían
igualmente en las virtudes de la burguesía nacional. El primero en rebelarse contra
esta idea fue Yon Sosa en Guatemala, el cual en diciembre de 1964 lanzó la 'Primera
Declaración de la Sierra de las Minas": un apasionado llamado al programa socialista y
al abandono de cualquier forma de alianza con la burguesía. Esta Declaración, escrita
bajo influencia trotskista, causó posteriormente el rompimiento con el Partido
Comunista en Marzo de 1965.
15
fase elemental de la guerra revolucionaria. Si Fidel Castro sólo hubiera contado con
las fuerzas guerrilleras de la Sierra Maestra, avanzando desde Oriente hacia La
Habana, hubiese tenido que librar una serie de combates o de batallas en línea. Sin
aviación, artillería, blindados y caballería habría perdido la guerra frente a las
formaciones regulares; pero el ejército guerrillero castrista resultó victorioso, sin
grandes unidades militares ni armas pesadas, porque al ejército contrarrevolucionario
se le sublevó su retaguardia, siendo tomado entre dos frentes. Al combinar un ejército
guerrillero semiregular con una vasta guerrilla de superficie, detrás de las líneas del
ejército contrarrevolucionario, Fidel Castro ganó la guerra, no teniendo necesidad de
entrar en grandes batallas de línea para la ocupación o liberación del espacio. En una
guerra revolucionaria la política va unida a la estrategia inseparablemente: un
comandante guerrillero o de un ejército popular debe saber que su victoria reside más
en los éxitos políticos con la población que en decidir la guerra por la fuerza bruta de
las armas.
16
represivo, si no trata de vencer en una batalla de línea, sino jugar el papel de
detonante para explotar una masa crítica. Sin la ayuda de la población urbana, una
guerrilla de calles no tiene ninguna posibilidad de éxito sobre un poderoso ejército
represivo. El mérito de los “tupamaros”, en el comienzo de su lucha urbana, fue la
consecución de pequeños objetivos, actuando con sorpresa, rapidez y superioridad de
número y de fuego, al comienzo de su campaña; pero su error, como el de muchas
guerrillas, fue no comprender, estratégicamente, el cambio cualitativo entre la primera
y la segunda fase de la guerra revolucionaria, donde ya no sirve la misma estrategia
que en la primera. Al iniciar la segunda fase de una guerra revolucionaria en
superficie, en más ancho espacio que al comienzo de ella, una guerrilla urbana no
debe cometer el pecado de sacar buena parte de su combatiente al campo raso, sin
población rural densa como en Vietnam, cosa que no sucede en Argentina, Uruguay,
Chile y en casi todos los países de mediano y superior desarrollo capitalista. Los
errores estratégicos se pagan muy caros políticamente: la población deja de creer en
una guerrilla que no sea siempre victoriosa. La salida al campo de “columnas
tupamaras” de guerrilla urbana, para iniciar una guerra civil sin la población civil
movilizada, insurreccionada, sólo se le puede ocurrir a guerrilleros no implantados en
los sindicatos, los movimientos femeninos, la población en general. Pretender una
revolución sin movilizar la lucha de clases por medio de los sindicatos, las
organizaciones de masas, sin dar la guerrilla cobertura armada a la población
reprimida y explotada, es querer llegar al poder con un criterio más de “golpe de
Estado” que de revolución social, para establecer la dictadura de una burocracia en
nombre del socialismo. Todo lo que no sea movilizar a la población por sus propias
reivindicaciones e intereses, cuando está abandonada por los sindicatos reformistas y
los partidos de seudoizquierdistas, cuando nada hacen éstos revolucionariamente para
salir de una crisis económica y social o de una dictadura odiada, es caer en política
guerrilleras propias de pequeños burgueses que sienten poco por las masas porque
nunca han experimenta la explotación del trabajo asalariado.
17
cuando los éxitos armados de una guerrilla no producen triunfos políticos, para volcar
al pueblo en la revolución, se obtienen triunfos tácticos que conducen,
inexorablemente a una derrota estratégica. El foquismo romántico, no sabiendo hacer
propaganda positiva por los hechos, sino puramente efectista, sin prender en las
masas populares, para qué éstas también pasen a la acción, no puede alcanzar la
victoria sobre un ejército regular, por más opresivo que fuera sobre la población de un
país. La misión inicial de la guerrilla consiste en desmontar, dentro de las masas
populares, el sindicalismo aburguesado y los partidos de izquierda con “praxis”
contrarrevolucionaria.
La revolución es obra de minorías; lo fue así siempre. Pero las minorías que
llegan a triunfar en las revoluciones son las que se meten dentro de las mayorías
oprimidas. Ni todas las guerras nacionales, ni todas las guerras revolucionarias son
iguales, porque en el curso de la historia las situaciones cambian, pues la ley de
desarrollo histórico y económico desigual de país a país o de civilización a civilización
cambia y con ella las políticas, las estrategias, las tácticas y la correlación de fuerzas
sociales. Quienes no entiendan esta filosofía de la acción están condenados a sufrir
graves derrotas como políticos, militares y revolucionarios. El hecho es que en muchos
países latinoamericanos hubo insurrecciones sin programa concreto y levantamientos
populares en masa como el “bogotazo” (1948), el “cordobazo”, el “rosariazo”, el
“tucumanazo” y el “mendozazo” en la Argentina, entre 1969 y 1972, pero sin
producirse una profunda revolución social, Una revolución tiene definiciones concretas.
Las revoluciones son más o menos profundas en razón de sus transformaciones, de
los cambios que operan en las instituciones, de que den mayor o menor participación
en los negocios públicos al pueblo.
18
donde se inserte como vanguardia arrastrando grandes mayorías hacia una salida
revolucionaria.
La guerrilla urbana.
Salvo el PCB que siguió manteniendo intactas las tesis que promulgaban la
opción por la vía pacífica para la transición al socialismo, el resto de los partidos
habían optado por la lucha armada en sus dos grandes versiones de guerrilla urbana y
rural. El golpe militar que no había encontrado prácticamente resistencia por parte de
la izquierda, había significado la muestra de que la única salida en este contexto de
dictadura militar y cerramiento político, era la lucha armada. La ALN, una de las
organizaciones volcada a la guerrilla urbana más importante, optaba definitivamente
por la lucha armada, desde la ruptura con el PCB de su líder Carlos Marighella.
Entre los años 1968 y 1969, las organizaciones guerrilleras consiguieron llevar
a cabo una serie de acciones espectaculares: el asesinato del oficial norteamericano
Charles Chandler efectuado por la ALN en coautoría con la VPR en 1968; el secuestro
del embajador alemán, por las mismas organizaciones; el secuestro del embajador
norteamericano Burke Elbrick por la ALN junto con el MR-8, en septiembre de 1969,
por quien pidieron a cambio la liberación de 15 prisioneros políticos; secuestro del
19
cónsul de Japón, por la VPR con el apoyo del MRT (Movimiento Revolucionario
Tiradentes) y la Rede (Resistencia Democrática), por quien también pidieron la
liberación de varios prisioneros.
20
campesinos) de grupos originalmente ligados a la guerrilla urbana fueron apresados.
Incluso antes de la “Operação Mesopotâmia”, otros grupos guerrilleros ya estaban
intentando establecerse en Araguaia sin tener conocimiento de la existencia de la
guerrilla del PC do B. La VPR de Carlos Lamarca y la ALN de Marighella, querían
implantar la guerrilla en la región. La acción de los dos grupos fue desmantelada por
las fuerzas de represión en 1970.
Los Tupamaros.
21
siquiera mencionarlos por su nombre. A la prensa no le quedó otra alternativa que
calificarles como Los Innombrables.
Tras la investidura del nuevo Presidente del país, el ultraderechista Juan María
Bordaberry, la represión gubernamental alcanzó unas cotas que escaparon a todo
control, empleándose los más sucios e ilegales medios para derrotar a la insurgencia.
Por ejemplo, como represalia por el asesinato de varios oficiales, policías y miembros
de los escuadrones de la muerte, por parte de los tupamaros, las fuerzas del orden
asesinaron en su domicilio al periodista Luis Martirena y su esposa Ivette Jímenez.
22
apoyo de estos, dio un autogolpe de Estado en junio de 1973. Los partidos políticos,
los sindicatos y las organizaciones estudiantiles y populares fueron disueltas y el
Parlamento, cerrado. El propio Bordaberry se estaba cavando su propia fosa política,
aunque tal vez no se diese cuenta. Pero lo cierto, es que en 1976, él también fue
depuesto por los militares.
Los Montoneros.
23
gobierno, llevó a Montoneros a la necesidad de la clandestinidad, desde donde
siguieron actuando.
La cuestión militar.
Uno de los objetivos de la política norteamericana era crear una fuerza militar
panamericana de carácter permanente, una propuesta recibida con entusiasmo e
impulsada por los diferentes Estados Mayores de los ejércitos latinoamericanos, que
de ese modo esperaban consolidar sus posiciones en la vida política nacional. El
proyecto se presentó en la Asamblea General de la Organización de Estados
Americanos (OEA) en 1965, pero no reunió los dos tercios de los votos necesarios
para que la moción prosperara.
24
La cuestión militar tenía un frente más caliente que el del intervencionismo
directo de los Estados Unidos, visible únicamente en el Caribe y América Central. El
ejemplo de la revolución cubana y el posible avance del comunismo era vivido con
alarma entres los sectores conservadores latinoamericanos, y a medida que pasaba el
tiempo por sectores cada vez más importantes de las clases medias. El temor a los
movimientos revolucionarios sirvió para que las condenas a las intervenciones
militares de los Estados Unidos no tuvieran la misma unanimidad que en el pasado. Al
mismo tiempo, nos encontramos también que había mucha gente dispuesta a hacer el
trabajo sucio (secuestros, asesinatos, torturas, desapariciones, etc.), sin que fuera
necesaria una mayor implicación norteamericana en el continente, que por otra parte
hubiera sido mal vista.
En las décadas de los 60 y los 70 los golpes militares se hicieron algo corriente
en América Latina. Pero ya no era un general, o un coronel, el que con apoyo de sus
compañeros se lanzaba a conquistar el poder, ahora era la corporación militar como tal
la que intervenía en la vida política. Estas situaciones si vieron facilitadas por la
consolidación de una conciencia corporativa entre la oficialidad junto con una creciente
burocratización de los ejércitos y una mayor participación en la vida económica de sus
respectivos países.
25
defensa y la seguridad nacional. Dichas empresas eran tratadas como fincas
particulares por sus gestores militares y fueron foco de conflicto permanente cuando a
fines de los 80 y principios de los 90 el poder civil intentó privatizarlas. Pero al mismo
tiempo, el control de esas empresas llevó a los militares a desarrollar un discurso
nacionalista, proteccionista y estatista, en el que convergían con algunos movimientos
populistas. Un claro ejemplo de esto son los “cara pintadas” argentinos y sus
consignas que mezclaban de forma permanente el integrismo católico con el
mesianismo populista de un cierto peronismo.
En algunos casos como los golpes impulsados por Juan Velasco Alvarado en
Perú, en 1968, y Juan José Torres en Bolivia, en 1970, los objetivos del ejército
estuvieron vinculados a planteamientos reformistas y nacionalistas, aunque
inicialmente también se trataba de evitar el estallido social en sus respectivos países.
El gobierno de Torrijos en Panamá también podría asimilarse con los dos anteriores.
La nacionalización del petróleo peruano es un claro ejemplo de la orientación
nacionalista y antiimperialista de estos gobiernos. Se trató de claras excepciones en
toda América Latina, que provocaron disensiones importantes en el interior de sus
respectivos ejércitos. Golpes posteriores vendrían a corregir el rumbo impuesto a
gobiernos militares tan atípicos.
En los países del Cono Sur (Argentina, Brasil, Chile y Uruguay), desde
mediados de la década de los 60, los militares comenzaron a elaborar doctrinas que
les permitieran justificar sus continuas intervenciones en la política interna, así como
su involucración creciente en actos represivos contra los movimientos populares
(movimiento sindical y estudiantil, partidos de izquierda, etc.). El conjunto de
proposiciones que justificaban la guerra interna no era en realidad un cuerpo de
doctrina orgánico, sino un muy vago conjunto de ideas, que admite las más diversas
interpretaciones. Esto es lo que se llamó Doctrina de la Seguridad Nacional.
26
Por todo esto, la Doctrina de Seguridad Nacional es más fácil de identificar por
sus efectos represivos que por sus definiciones teóricas. En primer lugar, nos
enfrentamos con el concepto de guerra interna, que es muy distinto del de guerra civil.
El concepto de guerra sucia, similar al anterior, fue impuesto por los militares
argentinos que gobernaron el país entre 1976 y 1982. Junto a ellos, hubo otros
regímenes dictatoriales que se caracterizaron por su dureza represiva, como el de
Pinochet o el de los militares brasileños y uruguayos.
27
Georgia. Por ellos pasaron más de 50.000 oficiales de todos los ejércitos
latinoamericanos.
Argentina.
El país crecía. Los migrantes del interior (cabecitas negras) que llegaban a
Buenos Aires encontraban trabajo y apoyo sindical y comenzaron a desplazar a los
hijos de los migrantes internacionales llegados en períodos anteriores. El general
repartía recursos y favores y convertía la riqueza en redes clientelares, logrando
captar el apoyo de unos y otros (independientemente de su posición de clase). Los
sindicatos se llenaban de afiliados y las huelgas arreciaron por doquier, pero el general
supo aprovechar la situación para conseguir transformar el descontento en sumisión y
agradecimientos por medio de la concesión discrecional de beneficios y privilegios.
Obviamente, el resultado en el medio plazo fue el aumento de los precios que acabó
debilitando la capacidad adquisitiva de los consumidores.
28
de los impulsos industrializadores al no modificar en profundidad la estructura
productiva.
29
bases por las presiones ejercidas. El poder dejaba de ser el resultado de un juego de
reciprocidades para pasar a ser un ejercicio autoritario discrecional.
30
aumentaron, los sindicatos protestaron airadamente ante el deterioro de la capacidad
adquisitiva de los salarios y el ruido de sables se hizo cotidiano.
En 1960 una bocanada de aire fresco vino del exterior, al aumentar los
ingresos procedentes de las exportaciones y llegar nuevas inversiones. A fin de
conseguir la paz social el gobierno subió los salarios con el consiguiente rebrote de la
inflación. Debido a que el gasto público no se apoyó en una política fiscal correcta, de
nuevo surgió el déficit y la necesidad perentoria de acudir a la deuda externa. La
inflación volvió a recortar la capacidad adquisitiva de los asalariados y el mercado
interno se contrajo. El presidente, rodeado de fieles, administraba el país en los
momentos de auge económico como si fuera su hacienda. El problema fue que
cuando no era capaz de bombear beneficios y favores entre sus amigos, las clientelas
dejaban de actuar correctamente generándose tensiones.
31
Onganía fue designado por la Junta Militar presidente con plenos poderes. A partir de
1966 el valor de las exportaciones fue superior al de las importaciones y la inversión
extranjera aumentó. Como consecuencia, el PIB volvió a presentar tasas de
crecimiento positivas.
Tras las tensiones creadas con los gobiernos militares del período anterior, una
gran parte de la población argentina apostó por el regreso de Perón (exiliado en
España). Perón volvió fugazmente a Argentina (noviembre de 1972), regresó a España
y designó a Héctor Cámpora como su candidato para competir en las elecciones. Las
urnas dieron como vencedor a Cámpora con un amplio margen (49% de los votos),
pero cuando no llevaba más que 49 días en el poder fue forzado a dimitir y a convocar
de nuevo elecciones. En aquéllas salió electo Perón (con un 62% de los votos) y su
mujer como vicepresidenta. No obstante, de nuevo la sangre apareció cuando menos
se esperaba. Al aterrizar en Buenos Aires el avión que transportaba al presidente se
desató una batalla campal entre peronistas y antiperonistas con un saldo de decenas
de muertos y heridos. El Ejército Revolucionario del Pueblo seguía actuando y la
actividad de los Montoneros se había reducido.
32
decisión de la Comunidad Económica Europea (CEU) de cancelar las compras de
carne argentina representó un duro golpe. Fue la antesala de la historia de una
profunda crisis. A mediados de 1974 Perón murió y ocupó la presidencia su viuda,
María Estela Martínez de Perón. La viuda se encontró, tras los funerales de su marido,
que los montoneros habían regresado a la actividad guerrillera, que había aparecido
otro grupo nuevo violento (la Triple A, de ultraderecha) y que la economía se
desinflaba. Los precios subieron un 182% en 1975 y un 444% en 1976; la deuda
externa creció un 59%; las exportaciones se desplomaron. Los problemas sociales no
pudieron ser frenados, puesto que el desempleo siguió subiendo. La crisis
internacional del petróleo de 1973-1975 representó la puntilla. Una vez más, la
amenaza de un golpe militar que garantizara el orden interno comenzó a sobrevolar la
Casa Rosada.
En 1981 el general Roberto Viola sustituyó a Videla por unos meses. Viola
intentó abrir la mano para que los partidos políticos volvieran a tener presencia
(estaban aglutinados en un frente común llamado Multipartidaria), pero sus
compañeros de armas vieron con temor esa tímida apertura. En 1981 la economía
sufrió un grave retroceso, los precios siguieron aumentando a tasas elevadas y el paro
creció. A finales de dicho año, Viola fue sustituido por el general Leopoldo Fortunato
Galtieri con la intención de cerrar la posibilidad de cualquier experimento aperturista.
Se había llegado a un punto de no retorno en el que los militares vieron la violencia
como el único camino para el mantenimiento de la paz interna. La elección de Ronald
Reagan (1981-1989) en Estados Unidos eliminó las antiguas trabas existentes con el
poderoso vecino del norte. El responsable de la economía bajo el gobierno de Viola
redujo aún más el gasto público y congeló los salarios para tratar de controlar la
inflación. Las exportaciones subieron, pero como las obligaciones del pago de la
deuda se hacían en dólares, los beneficios obtenidos por el comercio se esfumaron.
Fue en aquel momento de malestar social y graves turbulencias económicas cuando
Galtieri decidió ocupar las Islas Malvinas (2-4-1982) a fin de tratar de excitar el
patriotismo y el sentimiento de orgullo nacionalista. La jugada salió bien en los
primeros momentos, pero cuando las Islas fueron reconquistas por la marina británica,
las fuerzas armadas se dividieron como resultado de un ataque cruzado de culpas, y el
orgullo nacional fue herido de muerte.
33
Central con el fin de reactivar la economía. No obstante, la deuda externa siguió
aumentando; la fuga de capitales siguió imparable; la industria cayó a niveles de 1975.
Sólo las exportaciones siguieron creciendo como consecuencia de las devaluaciones
monetarias. La capacidad adquisitiva de los asalariados cayó un 50% con respecto a
1974-1975 y la distribución del ingreso siguió deteriorándose. La tensión social era
creciente y los militares redoblaron las medidas autoritarias.
Brasil.
Brasil estaba conformado por numerosas islas regionales (con sus respectivos
grupos de poder local) conectadas cada una de ellas con la Federación, pero
escasamente entre sí. En este escenario, no fue casual que los partidos políticos
existentes a mediados de siglo reflejaran más los intereses de grupo de las oligarquías
regionales que los de clase a nivel nacional y que sólo existiera un partido de ámbito
34
nacional (Alianza Nacional Integralista Brasileña de orientación fascista). Las políticas
centralizadoras industrializadoras durante el Estado Novo (gobiernos de Getulio
Vargas 1930-1945) y la República Nova (presidencias de Getulio Vargas y Juscelino
de Loveira Kubitschek 1946-1964) se tradujeron en una tensión entre los nuevos
actores políticos, empresariales, sindicales y partidistas de corte nacional y los
antiguos grupos de poder regionales (coroneles representantes de las antiguas
familias latifundistas).
En 1956 será elegido Juscelino de Loveira Kubitschek, del PSD, con el apoyo
del Partido Socialista Brasileño (PSB). Para apaciguar a los militares multiplicó el
35
gasto militar; para impulsar el desarrollo económico aumentó las inversiones; y para
crear, ordenar y centralizar la administración construyó Brasilia. El ritmo de crecimiento
económico se recuperó coyunturalmente, pero al poco tiempo se comprobó que tras
los proyectos megalómanos, quedaba una deuda externa elevada, una inflación
desbordada, unos presupuestos desequilibrados, unas clientelas descontentas y una
clase obrera en pie de guerra por el retroceso de la capacidad adquisitiva de los
salarios.
En los comicios de 1961 triunfó Janio da Silva Quadrós, del Partido de los
Trabajadores Nacional (PNT). Joao Goulart, del PTB, derrotado en los comicios, ocupó
la vicepresidencia. Quadrós trató de fortalecer su posición de dirigente del partido
ganador. En una operación política que aparentemente parecía tener controlada
presentó su dimisión al Congreso, esperando salir reforzado, pero en contra de lo
esperado el Congreso aceptó su renuncia.
36
desequilibrio de la balanza de pagos, organizó el mercado de valores, revisó los
reglamentos laborales, congeló los salarios y redujo las inversiones residenciales. La
economía comenzó un ciclo de recuperación hasta alcanzar la tasa de crecimiento en
1973 más alta del siglo XX.
En 1969 fue designado otro militar de ARENA, Emilio Garrastazu Médici, para
ocupar la presidencia, encomendándosele la misión de endurecer la represión y
ampliar la vigilancia de la disidencia política para reducir la acción guerrillera. La
Constitución de 1967, reformada en 1969, ofreció amplios poderes al presidente y a
los militares.
37
Tema 6: Allende: la vía chilena al socialismo y la dictadura de Pinochet.
38
agencias de la administración norteamericana se hacían presiones para que el
Congreso no aprobara la investidura de Allende, tanto el gobierno de los Estados
Unidos como un sector radical de la derecha chilena pretendía forzar la intervención
del ejército. Para lograrlo, un grupo de extrema derecha decidió secuestrar al
comandante en jefe del ejército, el general René Schneider, un decidido partidario de
respetar la legalidad, con la intención de culpar del hecho a la extrema izquierda. La
resistencia del militar a su secuestro le costó la vida, desbaratando el plan
desestabilizador. De momento triunfaba el sector legalista del ejército, pero
comenzaba a divisarse un horizonte cargado de conflictos.
Muy pronto, sin embargo, aparecieron los primeros nubarrones. El precio del
cobre comenzó a bajar en el mercado internacional. Por otro lado, los empresarios no
reinvertían sus ganancias pese a la reactivación industrial que se estaba produciendo.
La perspectiva de ser expropiados cuando Chile se convirtiera en un país socialista no
sólo resultaba poco halagüeña, sino que también creaba un clima de incertidumbre, de
ahí que muchos decidieran sacar sus ganancias del país. Por otra parte, la
realineación internacional de Chile, de la cual la prolongada visita de Fidel Castro al
país fue sólo un ejemplo, supuso un duro enfrentamiento con los Estados Unidos, que
reaccionaron airadamente frente a la nacionalización del cobre.
39
los circuitos oficiales. El rebrote inflacionario había ido minando el sistema de precios
oficiales y en su lugar se impuso un mercado paralelo controlado por camioneros
independientes, que si bien comenzó traficando con productos agrarios muy
rápidamente se amplió de forma considerable.
40
alcanzada en el 71, se obtuvieron un 43 por ciento de los votos, una cifra mayor de la
que en 1970 había permitido la victoria de Allende.
Se llegaba así a una situación de empate entre las fuerzas políticas que
dejaban las cosas como estaban. Allende intentó un acuerdo con la democracia
cristiana y también un plebiscito sobre la reforma constitucional. Ante este último
señalaba que en caso de no ser aprobada la reforma, dimitiría. Por su lado, las
reacciones de la oposición se tornaron cada vez más virulentas. El uso continuado del
juicio político en el Congreso obligaba a frecuentes relevos ministeriales, solucionados
generalmente por la vía del cambio de carteras entre los ministros. Las huelgas de
profesionales y camioneros recrudecían. La extrema derecha ya empleaba el sabotaje
y el terrorismo de forma indiscriminada. Entre los militares aumentaba el descontento,
a tal punto que la presión de sus compañeros de armas obligó a renunciar al legalista
general Prats, de sus cargos de ministro y comandante en jefe. En su lugar se designó
al general Augusto Pinochet, que dos semanas más tarde lideraría el golpe militar que
pondría fin al experimento chileno.
El pinochetismo.
En Chile, y también en el extranjero, eran muchos los que pensaban que los
militares convocarían rápidamente a las urnas y restablecerían la legalidad
constitucional, de acuerdo a lo ocurrido en el pasado con otras intervenciones
militares. Entre ellos estaban los principales dirigentes de la Democracia Cristiana, que
en su momento habían apoyado la desestabilización del gobierno de Allende. Sin
embargo, la desmedida ambición de Pinochet, y también de las fuerzas armadas como
corporación, estimuladas por el avance de otros gobiernos militares en América del
Sur, dieron un resultado totalmente distinto.
41
en 1976, lo que enfrió bastante las relaciones con los Estados Unidos, especialmente
bajo el gobierno de Carter.
El golpe, que contó con un fuerte respaldo popular, permitió rápidamente una
cierta legitimación de Pinochet y su gobierno, que se caracterizaría por el desarrollo de
un estilo propio, que tenía en el gobierno del general Franco una de sus principales
fuentes de inspiración. Su gobierno, desde muchos puntos de vista, no es comparable
con el de otras dictaduras militares latinoamericanas de los años 70. La crispación y el
revanchismo generados por el gobierno de la Unidad Popular en importantes sectores
sociales sirvió para crear sólidas bases de apoyo al gobierno, que se observan en los
resultados de los dos plebiscitos convocados.
Si bien hubo ensayos neoliberales en casi toda América Latina, la reducción del
Estado fue un logro casi exclusivo del gobierno chileno en la década de los setenta,
debido a la mayor firmeza y coherencia con que aplicó las medidas de política
económica que había diseñado. La economía tardaría algunos años en recuperarse,
pero gracias al aumento en las exportaciones agrícolas se pudo salir del bache.
Finalmente, y después de los numerosos ensayos del pasado, se había logrado
desarrollar una agricultura capitalista en Chile, pero con un costo social muy grande.
Miles de campesinos sin tierra emigraban a las ciudades, donde la falta de trabajo los
arrinconaba en barrios marginales, con pésimas condiciones de vida.
42
en abierta contradicción con los principios del liberalismo económico que afirmaba
seguir, acudió sólo en ayuda de las empresas más importantes o que se pudieran
considerar relevantes. Como consecuencia de ello, el sistema vivió en 1983 su primera
crisis política.
43
enormes trabas existentes para que el “Comando del No” llegara a la población con su
mensaje, especialmente a través de la televisión, la candidatura de Pinochet fue
rechazada por el 54,7 por ciento de los votantes, lo que obligaba, de acuerdo con la
legislación vigente a convocar a nuevas elecciones.
44
espíritu de consenso característico del escenario político pluripartidista de los años
anteriores. La derecha se sintió amenazada con el gobierno de Eduardo Frei (al cual
habían votado de mala gana) cuando empezó a plantear la reforma agraria (significaba
el final de los privilegios de los latifundistas); y la izquierda se vio invadida
políticamente por el avance de las propuestas democristianas que trataban de
convertirse en una vía intermedia entre el socialismo y el capitalismo, acercándose a
las demandas de las centrales sindicales.
46
Conforme fueron pasando los meses la situación se fue complicando más,
puesto que los bajos precios del cobre en los mercados internacionales redujeron los
ingresos del Estado aumentando el déficit público y deteriorando la balanza de pagos.
La evasión fiscal fue un problema que no pudo ser corregido; la inflación desatada a
partir de 1972 comenzó a deteriorar la capacidad adquisitiva de los trabajadores, por lo
que las huelgas y las movilizaciones populares se hicieron habituales; y las
nacionalizaciones y la falta de confianza en el proyecto político por parte del sector
privado hizo que los capitales huyeran a regiones más seguras. La incertidumbre
respecto a los derechos de propiedad asustó a los propietarios de los medios de
producción; la gestión pública de las empresas nacionalizadas no fue precisamente
modélica; y la baja tasa de formación de capital retrasó el desarrollo de la economía.
En este contexto, se produjeron escisiones dentro de la UP. El Movimiento de la
Izquierda Revolucionaria (MIR) exigió radicalizar las medidas tratando de que el
gobierno se deslizara de las posiciones socialdemócratas pacíficas a las comunistas
defensoras de la vía revolucionaria armada. Por su parte, el ala moderada de la UP
defendió la aplicación suave de las reformas para evitar el tan temido choque de
trenes. La visita de Fidel Castro en 1971 no ayudó a apaciguar la situación.
48
Comandante en Jefe del Ejército hasta 1998). El funcionamiento de las instituciones
en el marco del Estado de Derecho democrático acabó triunfando sobre el
autoritarismo y la dictadura. La estrategia de la Concertación de Partidos por la
Democracia no sólo permitió el restablecimiento del pluripartidismo del pasado, sino
también el despeje del corrosivo escenario de polarización que había dado origen al
peligroso enfrentamiento de Chile en dos mitades.
Colombia.
3º Gobiernos militares.
49
relegadas. Las elecciones eran un mecanismo ficticio por lo que la población las vio
como un arreglo entre iguales, lo que hizo que aumentará la abstención y que
aumentarán los canales clientelares, por otro lado, aumentó la violencia de baja
intensidad. Las elecciones, los sindicatos y los partidos dejaron de suponer un
mecanismo de participación, por lo que las huelgas y las invasiones de tierra fueron
los únicos mecanismos de presión que les quedaba a la población para conservar sus
privilegios o conseguir nuevos favores. La oposición restringió su participación y los
restantes grupos políticos tenían que presentar a sus candidatos como liberales o
conservadores. Importantes grupos de poder quedaron fuera de este juego político,
tanto a la derecha Como a la izquierda. La extrema izquierda y la extrema derecha
optaron por la acción violenta y los grupos políticos liberales que no aceptaron la
lógica del Frente Nacional se vieron obligados a pasar a la ilegalidad, creando el
movimiento de recuperación liberal, que al poco, tomó el nombre de movimiento
revolucionario liberal (MRL). La única ventaja es que frenó las asonadas militares.
50
comercial fue favorable hasta la crisis del petróleo de 1973; los precios no se vieron
sometidos a procesos inflacionarios violentos, la deuda externa no fue elevada, el
analfabetismo se redujo, la población estudiantil se multiplicó por cinco, el déficit
público no se disparó. Como datos negativos debemos citar que el sector industrial no
tuvo el desarrollo esperable, el comercio exterior, fundamentalmente café, si ocupando
lugar predominante en el PIB 11% lo que ocasionaba una gran dependencia de los
mercados internacionales. La recaudación aduanera era una tercera parte de los
ingresos del Estado. La llegada de capital exterior no fue suficiente para crear mayores
puestos de trabajo. El nivel de vida no mejoró mucho, se mantuvo en la media del
conjunto del país este América latina.
Ganó por tan sólo 41.000 votos sobre su competidor, por lo que fue acusado de
fraude electoral. Vinculado a los intereses de Estados Unidos y a los grandes
terratenientes, dio marcha atrás a las reformas agrarias, sustituyéndolas con la
revolución verde, es decir la concesión de préstamos a bajo interés a pequeños y
medianos agricultores. Favoreció la emigración campo ciudad para captar mano de
obra barata para las industrias, la construcción tuvo un fuerte impulso, pero se
ampliaron los problemas urbanos ante la falta en unos casos o el deterioro en otros de
los servicios públicos (la sanidad, educación, agua, luz, limpieza, etc.).
Las políticas conservadoras hicieron que los grupos de ingresos más reducidos
actuarán. Los campesinos se sublevaron y los grupos guerrilleros de izquierdas se
51
expandieron, los escuadrones de la muerte de la derecha comenzaron a actuar
impunemente incluso algunos agricultores crearon sus propias milicias para
defenderse de las agresiones guerrilleras de uno y otro signo. La violencia comenzó a
ser habitual. Las fuerzas armadas revolucionarias de Colombia FARC, lideradas por
Manuel Marulanda de orientación comunista prosoviética, El Ejército Popular de
Liberación (ELN) procastrista. Y el movimiento 19 de abril (M19) surgió como arma de
la ANAPO, pero al poco fue repudiada por esta y se convirtió en otro movimiento
armado violento. Estos grupos se expandieron por las zonas rurales y crearon zonas
de influencia regionales, como si fuesen feudos o señoríos medievales. En las
fronteras entre uno y otros, el conflicto se hizo permanente. En cada región la ley la
marcaba su respectivo señor. Las ciudades tampoco quedaron exentas de
confrontación por los enfrentamientos entre estudiantes y militares. La muerte de
decenas de individuos pasó a ser algo habitual. Con todo ello el estado de derecho se
quebró, al perder el gobierno el monopolio legítimo de la violencia y sustituirse el
respeto a la Constitución de todos los ciudadanos, por la práctica de la audiencia de
los súbditos a las reglas de cada señorío. La política del frente Nacional se saldó con
la elevación de las tensiones locales y regionales
52
contaminar altos cargos del gobierno. Se comprobó que el narcotráfico no era la causa
de los males, sino la consecuencia de la ausencia de una estructura institucional
capaz de hacer cumplir la ley. La lógica del Frente Nacional de 1958 llegó a sus más
dramáticas consecuencias.
5º La constitución de 1990.
Costa Rica.
En 1948 José Figueres Ferrer fue elegido por el partido democrático social
(PDS). Se trataba de un partido de centro izquierda, pero con el apoyo del Partido
Unión Nacional (PUN), conservadores y anticomunista. Durante su mandato se creó el
Partido de Liberación Nacional (PLN), de corte socialdemócrata, se disolvió el ejército,
se realizó una tímida reforma fiscal basada en la subida de impuestos indirectos, se
nacionalizó la banca, se eliminó la ley de 1934 que discriminaba a las personas de
color y se mejoró la administración pública y se dio el voto a la mujer.
Comenzó así un periodo de alternancia política entre los dos grandes partidos
mayoritarios que duró hasta 1974, (aunque con preponderancia del PLN).
1953-1958 José Figueres Ferrer del PLN gana la presidencia por segunda vez
con el 65% de los votos, realizado avances notables en la gobernabilidad por tener
mayoría en el legislativo (unicameral). Aumentaron las exportaciones y los beneficios
fiscales. El orden interno se restableció tras sofocar las protestas lideradas por los
comunistas. Destituido por la oposición con el apoyo de Estados Unidos en 1958.
53
1966-1970 José Joaquín Trejos del PUN. Su gobierno coincidió con una caída
de los precios del café, por lo que trató reducir el gasto público para controlar el déficit.
1970-1974 volvió por tercera vez José Figueres. Del PLN. Luchó por reducir la
pobreza extrema. La crisis del petróleo de 1973 afectó significativamente a la
economía.
México.
La paz y el orden fueron las características del Siglo XX. Una vez terminada la
fase de la revolución, se redactó la constitución de 1917 y se llegó al pacto político de
1929. Desde entonces los presidentes se suceden de forma regular cada seis años.
No hubo golpes de estados, ni los militares ocuparon el poder. La constitución se
respetó, la economía creció a un ritmo aceptables, las políticas de industrialización por
sustitución de importaciones (ISI) crearon un número considerable de empleos, el
déficit público pudo ser controlado durante los 60s, la infracción no se disparó y deuda
externa no se hizo insoportable, los servicios públicos ofrecidos por el gobierno se
ampliaron, los sindicatos obreros y campesinos colaboraron con el gobierno. La
calidad de vida mejoró hasta 1975.
54
trabajadores desempleados y ganaderos que habían visto decrecer su capacidad
adquisitiva.
55
ideología. Ante la falta de una administración pública eficaz y profesional el PRI se
convirtió en una maquinaria de gestión eficaz de lo público, pues esto legitimaba a su
poder. Soledad Laeza, demostró que las elecciones no representaban la esencia del
sistema político, pues el candidato presidencial, era elegido por el presidente saliente y
después la maquinaria del PRI lograba los votos necesarios para legitimarlo. Las
elecciones se convertían en actos plebiscitarios. Viviane Brachet-Márquez sostenía
que para entender el sistema político mexicano el siglo XX, había que partir de la idea
de un estado débil y un gobierno fuerte. Los grupos sociales disidentes no trataron de
llegar el poder, pero presionaban a las élites para conseguir a cambio los beneficios
que demandaba. Las políticas sociales eran un pacto de dominación. Las élites
ofrecían servicios, a cambio de mantener el orden interno. La debilidad del estado le
hacía claudicar y pactar para asegurar la continuidad del sistema. No se puede hablar
de un sistema fuerte, sino condescendiente. El gasto público no es una medida de
distribuidora ni un mecanismo de reciprocidad, era la manera de mantener el pacto
social. Las votaciones no eran un ritual anecdótico, pues en ellas se renovaba el pacto
entre dominado (cliente) y dominador político (patrón).
56
pues mostró las debilidades de un sistema que presumía ser democrático y
revolucionario.
57
Venezuela.
58
poder presidencial a través de un plebiscito 1957. Los precios del petróleo bajaron y
los militares se sintieron molestos por el aumento en poder del dictador, las redes
clientelares se deterioraron y la iglesia católica dejó de prestarle apoyo.
Fue el primero en ganar las elecciones tras el pacto, aumento unas inversiones
residenciales para expandir las redes clientelares. La exclusión del pacto de los
partidos más radicales hizo que aumentará la violencia al pasar estos a engrosar las
filas de las guerrillas. Intentado sin éxito aumentar la autosuficiencia alimenticia,
ampliar la cobertura de la educación y mejorar las infraestructuras. Con él, Venezuela
se unió a la OPEP para protegerse del descenso del precio del crudo. Con la
constitución de 1961 se hizo obligatorio el voto. La balanza comercial se hizo positiva.
La esperanza de vida se elevó, el analfabetismo se redujo y las instituciones
comenzaron a funcionar, pero la vida política se complicó. Los grupos más radicales
de AD fundaron el Movimiento de la Izquierda Revolucionaria MIR
El precio del petróleo no subió por lo que cayeron los ingresos del estado. Intentó una
reforma fiscal que no gustó a los sectores más pudientes ni a la extrema izquierda. Los
militares trataron de alcanzar el poder por un golpe de estado que resultó fallido. La
COPEI organizó una dura campaña electoral.
Consciente del peligro que había sufrido la democracia con Raúl Leoni
aceptaron poner en práctica el principio de la alternancia política entre los dos grandes
partidos (COPEI y AD). Con ello, los grupos de poder alimentaron sus cadenas
clientelares, pero la violencia se extendió entre los grupos que habían quedado fuera
del pacto. La subida del precio de los hidrocarburos y la entrada de Venezuela en el
pacto andino en 1973 supusieron un balón de oxígeno al gobierno de Rafael caldera.
59
La victoria de Salvador Allende en Chile atemperó las posiciones más radicales de la
izquierda. El PIB creció. La población aumentó y los servicios públicos se extendieron.
En las elecciones de 1979 ganó Luis Herrera Campins, de COPEI, con el 46%
de los votos, siendo apoyado en esta ocasión por el PSC. En 1984 la presidencia
volvió a ser controlada de nuevo por AD, reteniéndola hasta 1993. Su gestión coincidió
con la crisis de la deuda externa de 1982. Las inversiones se redujeron al máximo y se
produjo una voluminosa huida de capitales. La situación social se hizo crítica. Las
costuras del modelo de Estado fijado en 1958 parecían estallar. El Caracazo de 1989
indicaría hasta qué punto había llegado el deterioro institucional, social y económico.
Durante el siglo XX, en el mundo tuvieron lugar una gran cantidad de guerras
civiles, muchas de ellas de origen social, es decir aquellos conflictos en que se
enfrentan bandos que tienen concepciones opuestas al orden social y que por lo tanto
contaban con apoyos sociales diversos, pues obviamente, los privilegiados defendían
el orden establecido y los desfavorecidos trataban de cambiarlo. En otras palabras el
conflicto es el resultado directo de la desigualdad social y de la miseria de las
mayorías.
60
revolucionarios comunistas. En todo caso y en el contexto de la guerra fría, las
superpotencias, EE.UU. y la ex URSS, jugaron un rol fundamental ya sea apoyando a
uno u a otro bando según sus intereses.
Como punto de partida puede afirmarse, sin duda, que los conflictos
centroamericanos fueron de tipo social, ya que amplios sectores de la población de los
tres países vivían en condiciones de miseria, que sus movimientos revolucionarios
eran de orientación leninista con fuertes conexiones con la Cuba castrista, y que la
intervención de los EE.UU. jugó un papel importante en los casos de Nicaragua y El
Salvador.
El somocismo.
61
fortalecer el poder económico y el control de la riqueza nacional de los Somoza y, en
algunas oportunidades, a mantener el control político del régimen frente a una
oposición en ascenso.
62
El Frente Sandinista y la guerra contra Somoza.
Una de las piezas claves en la lucha contra Somoza era el Frente Sandinista
de Liberación Nacional (FSLN), un movimiento guerrillero, inicialmente de corte
guevarista, surgido a principio de los años 60 y al que nadie en sus inicios le auguraba
un gran futuro. Después de subsistir bastante duramente a lo largo de muy duros
años, los golpes de mano del Frente Sandinista contra la Guardia Nacional ganaron en
espectacularidad y efectividad a partir de 1977.
El Frente Sandinista había sido fundado en 1961 por Carlos Fonseca Amador,
Silvio Mayorga y Tomás Borge, antiguos militantes del Partido Socialista de Nicaragua,
de extracción prosoviética. A lo largo de la experiencia guerrillera se fueron
configurando tres tendencias en el interior del Frente, que tendían a fraccionar el
movimiento, aunque en ningún momento se produjo una escisión formal dentro del
frente. Se trataba de la tendencia “proletaria”, la de la “guerra popular prolongada” y la
“insurreccional”. Mientras que las dos primeras pensaban que la revolución
nicaragüense iba a ser prolongada (sus diferencias radicaban en que unos estimaban
que el movimiento debía hacerse fuerte en el campo y los otros en las ciudades), la
tendencia insurreccional consideraba que la desintegración del régimen iba a ser
rápida, lo que obligaría a alianzas y acuerdos tácticos con grupos de oposición
burgueses. La favorable evolución de los combates contra el régimen de Somoza y la
Guardia Nacional provocó la reunificación de las tres tendencias en marzo de 1979 y
la correcta valoración de los acontecimientos reforzaría la posición de los dirigentes
insurreccionales, especialmente los hermanos Ortega.
La revolución sandinista.
63
poder en detrimento de los otros miembros de la coalición antidictatorial. Se iniciaba
así un proceso al que se le pueden encontrar bastantes similitudes con la revolución
cubana, aunque los sandinistas apostaron por buscar un rumbo propio y original para
su revolución. Se trataba de no repetir los viejos errores del castrismo, aquellos que le
habían valido en su momento el aislamiento internacional y que habían sido tan
perjudiciales para la marcha misma de la revolución cubana. De ahí que el marxismo-
leninismo no apareciera como el pensamiento oficial del Frente y de ahí también que
se abandonara cualquier idea de construir un sistema político basado en un partido
único. De este modo se imponía el pluralismo y un mayor respeto hacia las formas, a
la vez que se decidía tolerar a los movimientos internos de oposición.
64
somocista con el apoyo y el asesoramiento de la CIA). El principal órgano político de la
guerrilla antisandinista fue la Fuerza Democrática de Nicaragua, que en 1987 cambió
su nombre por el de Resistencia Nicaragüense.
El comandante sandinista Edén Pastora, famoso por la captura del edificio del
Congreso en 1978, terminaría abandonando el Frente Sandinista en julio de 1981 y se
dedicaría a combatirlo con las armas. Dada su negativa a aliarse con la “contra”, por
disentir con sus principales dirigentes y con su metodología, abrió un frente guerrillero
en la frontera sur con Costa Rica, en lugar de dirigirse a Honduras. La falta de apoyo
internacional, a diferencia de lo que ocurría con la “contra”, condenó al fracaso la
aventura de Pastora.
Los sandinistas, sin el lastre que significaba compartir el gobierno con sectores
burgueses comenzaron a profundizar en la revolución, implementando un programa
político y económico de “socialismo tercermundista”. En materia económica sus
principales objetivos eran la autodeterminación económica, con la que superar las
presiones de los mercados externos y de los Estados Unidos, y una considerable
mejora en la redistribución de la renta, lo que permitiría promover un proceso de
desarrollo económico vigoroso. Para alcanzar estos objetivos adoptaron una serie de
medidas entre las que se contaban: la nacionalización de la banca y de la
comercialización de exportaciones y el control de importaciones y de cambios. Pero la
economía mixta que querían construir tenía como meta final la construcción del
socialismo y la subordinación del capital a la “hegemonía popular”, lo que explica la
reacción hostil de la burguesía nicaragüense a dicha orientación económica.
65
Coordinadora Democrática. La participación de la Coordinadora fue bloqueada desde
el gobierno norteamericano, que estaba convencido del triunfo sandinista y pensaba
que la presencia de la oposición en las elecciones terminaría de legitimar ante la
opinión pública internacional al régimen sandinista. Pese a ello, las elecciones se
celebraron en un marco de libertad y competencia bastante apreciables.
El Salvador.
66
las fuerzas de seguridad y los escuadrones de la muerte y que desembocó en hechos
de violencia, ilegalidad y finalmente en una guerra civil, en que se enfrentaron
básicamente las fuerzas contrainsurgentes apoyadas, entrenadas y financiadas por los
EE.UU, contra el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Este
conflicto duró catorce años aproximadamente y finalizó a través del proceso de
negociación
La paz en El Salvador.
La segunda fase del proceso se inicia el 4 de abril de 1990, con la firma del
Acuerdo de Ginebra, donde ambas partes reconocen a la ONU como mediadora. La
negociación duró 21 meses y tuvo numerosos altibajos; el primer compromiso fue el
diseñar la agenda de discusión y el procedimiento para salir adelante, lo que se
articuló a través de la firma de acuerdos parciales iniciándose con el de derechos
humanos firmado el 26 de julio de 1990 en San José de Costa Rica y en el que se
incorpora la organización de la ONUSAL, es decir la Misión de Observadores de
Naciones Unidas en El Salvador para verificar el cumplimiento de los compromisos de
las partes.
67
Contempla el desarme total del FMLN, su conversión legal en partido político, la
reducción cuantitativa y cualitativa de las Fuerzas Armadas y numerosas disposiciones
complementarias que incorporan aspectos legales, humanitarios, sociales, etc. Este
período también ha sido conocido como paz armada, el mismo que culminó el 15 de
diciembre de 1992, el mismo que ha sido considerado exitoso en términos generales,
ya que el FMLN desarticuló todas sus estructuras militares, se legalizó como partido
político, y el ejército desmovilizó a los batallones de contrainsurgencia respectivos.
Guatemala.
Siendo como se había señalado, un país con una gran desigualdad económica
y social, se puede añadir que la conflictividad se dio por las condiciones de extrema
pobreza, discriminación, marginación y exclusión en que vivían las grandes mayorías
de la población. Por otro lado, permanecían sin resolverse una gran cantidad de
conflictos sociales como conflictos de tierras, disputas entre comunidades asentadas
en áreas protegidas, problemas municipales, conflictos laborales, confrontaciones por
falta de servicios públicos y políticas sociales, sumado a fracturas sociales asociadas a
una fuerte discriminación étnica.
Pese a que este conflicto armado fue de baja intensidad, se calcula que
perdieron la vida alrededor de 200.000 personas, y aproximadamente un millón fueron
desplazados tanto internamente, como hacia el exterior del país.
68
La paz en Guatemala.
De allí no se produjo ningún acercamiento serio entre las partes hasta marzo
de 1990, cuando el gobierno del recién electo presidente Jorge Serrano, respaldó la
realización de un encuentro entre delegados de la URNG y la Comisión Nacional de
Reconciliación. Como resultado de dicho encuentro, se firmó el Acuerdo de Oslo, en el
cual las partes acordaron iniciar un proceso serio que debería culminar con el logro de
la paz y el perfeccionamiento de la democracia funcional y participativa en Guatemala.
69
negociación, aseguraba la participación de los sectores civiles en el proceso y el
establecimiento de la Asamblea de la Sociedad Civil (ASC).
La revalorización democrática.
70
La celebración de elecciones competitivas se convirtió pronto en el indicador
más claro respecto a la instauración democrática. Los primeros países en celebrarlas
en el marco de la “Tercera Ola de democratización” fueron República Dominicana y
Ecuador en 1978; Perú en 1980, seguido de Honduras en 1981, Bolivia en 1982,
Argentina en 1983, Uruguay y Brasil en 1985; Paraguay, Panamá y Chile en 1989;
Haití y Nicaragua en 1990. En el caso de El Salvador y Guatemala las elecciones que
se consideran como inicio de la transición son las que fueron plenamente competitivas,
libres y justas, que incluían a todos los grupos políticos en igualdad de condiciones,
realizándose tras la celebración de Acuerdos de Paz en los que participaron actores
internacionales. Así, en El Salvador hubo que esperar hasta 1994 y en Guatemala
hasta 1996 para hablar de democracia.
71
dieciocho años de dictadura y en el marco de un proceso constitucional que condujo a
la elección presidencial en 1981 de Roberto Suazo del Partido Liberal Hondureño, la
ausencia de una guerra civil, como la que sí se dio en El Salvador o Guatemala, así
como la ayuda militar norteamericana, favorecieron la apertura de la coalición
autoritaria y el inicio del proceso de transición. En Uruguay, el cambio político se
aceleraría con la realización de un plebiscito en 1980 con resultados adversos para los
militares, una elección interna entre los partidos tradicionales con igual cariz, un pacto
entre las élites (Fuerzas Armadas, Partido Colorado y Frente Amplio, FA), en el que
los militares impusieron proscripciones al Partido Blanco (en la persona de Wilson
Ferreira Aldunate) y al FA (en la de Liber Seregni; en el Pacto del Club Naval); y
finalmente, una elección nacional general en 1984 en la que triunfó el colorado Julio
M.ª Sanguinetti. El largo proceso de abertura impuesto por los militares en Brasil, a
través de diferentes consultas populares restringidas, llevó a configurar el régimen de
la Nova República tras las elecciones presidenciales indirectas de 1985, la
Convocatoria Constituyente de 1986, la nueva Constitución Política de 1988 y,
finalmente, la elección directa de presidente en 1989, que permitió elecciones
ampliamente competitivas libres.
72
aprobada en 1963, una invasión militar norteamericana, la promulgación de otra
Constitución en 1966 y el dominio absoluto de Joaquín Balaguer entre 1966 y 1978.
Debido a las tensiones propias de este proceso se hizo evidente el papel que
desempeñaron las organizaciones internacionales partidistas (la Internacional
Socialista, IS), el gobierno de EE UU (la administración Carter); los efectos de la
inestabilidad y descomposición haitiana y la crisis generalizada de América Central,
para conseguir finalmente la apertura del régimen. Junto a estos factores externos,
tuvieron relevancia también la desradicalización del Partido Revolucionario
Democrático (PRD) y el descontento de la élite empresarial y los sectores medios con
el Gobierno autoritario, debido a problemas en la gestión económica.
Costa Rica había superado el enfrentamiento civil de 1948 sentado las bases
de un régimen democrático, celebrando ininterrumpidamente elecciones desde 1949 y
configurándose como uno de los países más estables de la región. Colombia y
Venezuela culminaron los breves interregnos autoritarios de la década de 1950
mediante pactos políticos de distinta naturaleza que sentaron las bases de una política
normalizada y de competencia partidista a partir de 1958. Por último, Cuba se alzó
como un bastión revolucionario a partir de 1959, imponiendo un régimen personal-
73
caudillista de carácter totalitario, extremadamente nacionalista y clara orientación
comunista.
74
los atentados del 11-S de 2001 crearon un clima global adverso para las guerrillas,
que pueden ser vistas como organizaciones terroristas.
El ascenso del narcotráfico permitió en los años noventa a todos los grupos armados,
incluyendo a los paramilitares de la AUC, obtener una cuantiosa financiación adicional
por sus servicios de protección o facilitación de la producción y el comercio de la
droga. Si a esto se suman otras fuentes de ingresos más tradicionales, como el
secuestro y la extorsión, el resultado fue una prosperidad financiera que facilitó a la
guerrilla obtener armamento y medios logísticos en un mercado negro en expansión
tras el final de la guerra fría, a la vez que contar con recursos monetarios para atraer a
sus filas a numerosos jóvenes –y niños- sin expectativas de ingresos o de empleo.
Ninguna organización se plantea una modificación sustancial de su dinámica –si no
existen alternativas atractivas- precisamente cuando atraviesa un momento de
abundancia en los medios a su disposición. La presencia del fenómeno del
narcotráfico es considerado el dinamizador e impulsador fundamental del conflicto, ya
que financia la compra de armas, municiones y explosivos, corrompe autoridades y
especialmente se halla vinculado directa y estrechamente a los grupos armados
ilegales, en una alianza estratégica que complica el panorama colombiano.
Así, una opinión pública favorable a las negociaciones y un contexto político sin
incentivos para el abandono de la lucha armada se combinaron para hacer que las
organizaciones insurgentes, en una situación económica especialmente favorable, se
plantearan el diálogo con los sucesivos Gobiernos sólo como una plataforma para
mejorar sus posiciones tácticas y proyectar sus demandas programáticas. El final de la
guerra fría hizo que adaptaran sus planteamientos para hacer más hincapié en la
ineficacia del Estado colombiano frente a los grandes problemas nacionales y menos
en su carácter oligárquico, pero en ningún momento se plantearon una modificación de
su estrategia armada. La fatiga social frente a la falta de resultados del proceso de paz
y la alarmante indefensión ciudadana antes las acciones guerrilleras, acabaron
provocando un cambio fundamental con la llegada a la presidencia de Uribe en 2002:
la desaparición de las zonas de despeje y una continua presión militar sobre sus bases
territoriales como líneas de acción para intentar obligar a los grupos armados a elegir
entre la negociación y la guerra abierta.
Extraído: Historia de América. Temas didácticos. Carlos Malamud et alii., página 524.
75
el líder del Sendero Luminoso. Ambos condujeron al Perú a un callejón sin salida,
agravado por los efectos totalmente perversos del narcotráfico para la estabilidad del
sistema democrático. Nuevamente el ejército (los sueldos de los oficiales y tropa son
bajísimos) y la guerrilla compiten en este campo por el favor de los narcotraficantes y
los recursos que puedan aportar. Un clima de inestabilidad semejante encontró un
buen caldo de cultivo en la escasa integración a las estructuras estatales de una parte
considerable de la población, básicamente indígena o mestiza.
76
La incapacidad del Ejército para derrotar a la insurgencia llevó a ésta a ampliar
su campo de acción a Lima, y para asegurarse el control de los pueblos jóvenes y de
las organizaciones populares, inició una campaña de intimidación y asesinatos contra
sus dirigentes. Este paso resultaría un grave error estratégico: la violencia en la sierra
podía ser manejada como problema marginal, pero el desafío al poder del Estado en la
capital no podía ser ignorado. Por otra parte, el enfrentamiento con dirigentes
populares con amplio reconocimiento no sólo en Perú, sino también en los ámbitos de
la cooperación internacional, dejó al desnudo el carácter sectario y brutal de la
violencia de Sendero, muy alejado de las imágenes románticas del noble guerrillero. El
Gobierno –primero bajo Alan García y después con Fujimori- organizó con éxito
rondas campesinas para aislar a la guerrilla en la sierra. Dentro de la actuación del
ejército se produjeron claros abusos contra los derechos humanos, pero a partir de la
detención en Lima de Abimael Guzmán en 1992 –uno de los grandes éxitos del primer
Gobierno de Fujimori-, se precipitó la derrota de Sendero Luminoso. De forma paralela
resultó también desmantelado el MRTA. Según el informe final de 2003 de la Comisión
de la Verdad y Reconciliación, entre 1980 y 2000 la guerra habría producido en total
casi 70.000 muertos y desaparecidos.
77
también en este caso la clave es la formación de una red organizativa dentro de las
comunidades indígenas, en la que desempeña un papel decisivo en una primera fase
la labor de la diócesis de San Cristóbal –a la que llega como obispo Samuel Ruiz en
1960-, en sintonía con la teología de la liberación surgida a partir del Concilio Vaticano
II (1962-1965) y que culmina con la Conferencia de Medellín del Consejo Episcopal
Latinoamericano (CELAM), en 1968. La novedad del proceso chiapaneco es que son
los propios agentes de pastoral de la diócesis quienes buscan el apoyo de la izquierda
radical (la Unión del Pueblo) para la organización del Congreso Indígena de 1974.
78
opinión internacional especialmente atenta al conflicto a causa del acuerdo comercial
con EEUU, y abre una negociación con la guerrilla.
Las negociaciones con el Gobierno dieron lugar a unos acuerdos –San Andrés
Larraínzar, 1996- que no llegaron a traducirse en legislación ni siquiera con la derrota
del PRI en 2000, ya que las reformas constitucionales en materia de derechos y
cultura indígena impulsadas por el presidente Fox en 2001 fueron rechazadas por el
EZLN, en la versión aprobada por el Senado, como una traición a dichos acuerdos. El
conflicto permaneció desde entonces estancado, con indicios de deterioro social en las
zonas controladas por los insurgentes, tanto internamente como en su relación con las
comunidades no zapatistas, y pese a que el Gobierno de Chiapas cambió de manos
en 2000. La proximidad de nuevas elecciones presidenciales llevó al EZLN a anunciar
en 2005 su paso a la política como una fuerza alternativa a la izquierda tradicional,
tratando de aglutinar a los movimientos y agrupaciones políticas más radicales. La
gran repercusión obtenida por la insurrección del EZLN dio impulso en México a otros
grupos armados, particularmente en el estado de Guerrero –cuna de la histórica
guerrilla rural de Lucio Cabaña-, pero sus acciones fueron más limitadas y
esporádicas, y su discurso más tradicional no alcanzó la misma proyección sobre la
opinión pública.
79
siglo XX (Carlos Saúl Menem, Alberto Fujimori, Carlos Salinas) y comienzos del siglo
XXI (Hugo Chávez, Evo Morales, Néstor Kirchner, Alán García, Daniel Ortega).
El término populismo tuvo su origen a finales del siglo XIX para describir unas
situaciones políticas concretas (gobiernos rusos y norteamericanos segunda mitad del
XIX), pero posteriormente se fue convirtiendo en un concepto más ambiguo por
haberse utilizado por economistas, politólogos, sociólogos e historiadores para explicar
realidades parcialmente distintas entre sí desde distintos focos interpretativos.
En las ciencias sociales hay dos conceptos de muy difícil o casi imposible
definición: el terrorismo y el populismo. En realidad, de ellos hay tantas definiciones
como interpretaciones posibles. Las dificultades surgen de la profunda carga política o
ideológica que se pone en su descripción, lo que termina condicionando el debate, y
no de la naturaleza intrínseca de su objeto de estudio.
80
ideal cívico” y “el burócrata y el banquero parásito son los enemigos de la sociedad”,
resulta que la política sobre la que descansa esta fantasía termina siendo “redentora e
intolerante”.
81
En muchos aspectos hay una similitud argumental entre las justificaciones
bolivarianas y las de Berlusconi a favor de la democracia directa, de la democracia
participativa. Primero, desde la perspectiva populista, hay democracias verdaderas, las
que respaldan a los líderes de la causa, que conviven con otras bastardas, las que los
critican. Segundo, las democracias verdaderas son aquellas que oyen directamente la
voz del pueblo, que se expresa y participa sin ningún tipo de intermediaciones políticas
(democracia participativa) a través de referéndums y otros procedimientos similares. Y
tercero: los mecanismos de control no son legítimos si critican al gobierno o
entorpecen su funcionamiento.
Estas tendencias apuntan generalmente al que será uno de los principales hilos
conductores de este trabajo, poner de relieve los aspectos más antidemocráticos y
autoritarios del populismo. Se trata de cuestiones claramente reaccionarias, que si
bien se adornan con reivindicaciones populares y mensajes progresistas, tienden, a
medio y largo plazo, al fracaso de la mayor parte de los objetivos propuestos. No se
trata sólo de reivindicar las innegables conquistas sociales o de integración política o
étnica de algunos populismos, sino de ver en qué medida éstas son sostenibles. Si
echamos una rápida mirada al estado actual de Cuba, un régimen que se sostiene
gracias a su legitimidad revolucionaria, algo que no ocurre en los restantes países del
ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), el futuro de las
naciones situadas en la órbita chavista se puede juzgar como más incierto. La
incertidumbre aumenta si se tiene en cuenta que el principal lubricante que permite el
funcionamiento de todo el entramado es el petróleo venezolano, un recurso que no
está al alcance de todos los líderes populistas.
82
resaltar algunas cuestiones importantes. Entre aquellos gobiernos a priori definidos
como populistas, o neopopulistas, al menos por buena parte de analistas u
observadores, como los de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Nicaragua o
Argentina, hay importantes diferencias de objetivos, de estilos de gobierno, o de
retórica discursiva. Pese a ello, es posible encontrar algunos hilos conductores que
permiten presentar una visión de conjunto, aun a sabiendas de que el modelo ideal
lima las diferencias preexistentes.
En los últimos años han aparecido numerosos libros sobre el populismo, sobre
el chavismo y la revolución bolivariana, sobre el indigenismo, o sobre cualquiera de los
numerosos temas que pretendo abordar en este trabajo, bien a favor o en contra de
ellos, bien con un tono más analítico o bien con otro descriptivo, como para que el
lector se pregunte: ¿por qué uno más? ¿cuál es la diferencia? Antes de responder a
estas cuestiones déjenme destacar, sin pretender ser exhaustivo, algunos de los
trabajos más relevantes, aparecidos en los últimos años, donde se podrán ampliar
muchos de los temas insuficientemente abordados, o contraponer otros puntos de
vista. Quizá las dos obras recientemente publicadas que mejor profundizan en muchos
de los temas aquí abordados sean la de Flavia Freidenberg, La tentación populista.
Una vía al poder en América Latin (Madrid, 2007) y la de Michael Reid, El continente
olvidado. La lucha por el alma de América Latina (Barcelona, 2009). Más académica la
primera, más periodística la segunda, ambas bucean en las causas históricas, en la
génesis de los procesos, que al menos teóricamente deberían haber llevado a la
situación actual. También vale la pena mencionar Del populismo de los antiguos al
populismo de los modernos (México, 2001), de Guy Hermet, Soledad Loaeza y Jean
François Prud'homme, un intento muy serio de sistematizar el significado profundo del
populismo en México y América Latina.
83
Sin embargo, el mayor esfuerzo teórico por intentar definir al actual populismo
latinoamericano proviene de las obras postmarxistas del matrimonio formado por
Ernesto Laclau (La razón populista) y Chantal Mouffe (junto a su marido,
Deconstrucción y Pragmatismo, 1998), pese a tener el inconveniente, especialmente
notable para el gran público, pero no sólo para él, del lenguaje abstruso utilizado y de
los escasos vínculos que crea entre su retórica y la realidad. Para ellos, el populismo
es una simple forma de “construir lo político”. En palabras de los autores, el populismo
es visto como una “lógica política” y no como la pertenencia a “un tipo de movimiento
identificable con una base social o con una determinada orientación ideológica”. Esto
se basa en que se persigue más analizar qué es lo que sucede en el plano de “lo real”
que describir lo que ocurre en la realidad. La consideración de Laclau sobre la relación
entre liberalismo y democracia apunta a su idea de que el populismo puede encarnar
perfectamente demandas democráticas, a la vez que es una muestra del lenguaje que
utiliza: “Una vez que la articulación entre liberalismo y democracia es considerada
como meramente contingente, se deducen necesariamente dos conclusiones obvias:
1) otras articulaciones contingentes son también posibles, por lo que existen formas de
democracia fuera del marco simbólico liberal -el problema de la democracia, visto en
su verdadera universalidad, se convierte en el de la pluralidad de marcos que hacen
posible la emergencia del “pueblo”-; 2) como esta emergencia del pueblo ya no es más
el efecto directo de algún marco determinado, la cuestión de la constitución de una
subjetividad popular se convierte en una parte integral de la cuestión de la democracia.
Un corolario es que no hay ningún régimen político que sea autorreferencial”.
84
La llegada de la democracia en los años ochenta y noventa del siglo pasado
fue acogida con gran esperanza a lo largo y a lo ancho de la región. Hubo, inclusive,
algunos líderes, como Raúl Alfonsín, que creyeron que la democracia, por sí sola,
daría de comer, es decir, acabaría con buena parte de los problemas estructurales que
los afectaban, que eliminaría el atraso y llevaría a sus pueblos por la senda virtuosa
del desarrollo. Craso error. En la mayoría de los casos, las frágiles democracias
establecidas no pudieron acabar ni con la exclusión, en sus variantes política y social,
ni con la pobreza. Hubo algunas excepciones remarcables, como la de Chile y más
recientemente Brasil, aunque esto no ha sido la norma.
No sólo hubo una gran diversidad de causas, sino también de los modos en
que se produjo el relevo presidencial. En algunos casos, la inestabilidad provocada por
85
la caída de determinados presidentes generó, más tarde o más temprano, la
emergencia de gobiernos populistas; en otros, por el contrario, se mantuvieron
inalterables las instituciones y el sistema democrático. Entre los primeros casos
tenemos a Argentina, Bolivia, Ecuador, Paraguay y Venezuela. Entre los segundos
Brasil, Perú, República Dominicana o Guatemala. Al mismo tiempo, en Nicaragua se
produjo el ascenso de Daniel Ortega en un contexto donde no había ocurrido ningún
recorte de los mandatos presidenciales previos. En Argentina, Raúl Alfonsín debió
adelantar el fin de su período presidencial en 1989, al renunciar ante la magnitud de la
crisis económica y la hiperinflación que se habían abatido sobre el país, y en 2001
Fernando de la Rúa tuvo que dimitir tras la crisis generada por el “corralito” y el fin de
la convertibilidad del peso. La aplicación de los mecanismos de sucesión permitió un
rápido paso por el poder de Alberto Rodríguez Saá y de Ramón Puerta, antes de que
Eduardo Duhalde se hiciera cargo de la presidencia. También él adelantó el fin de su
mandato para que finalmente Néstor Kirchner arribara al gobierno, inaugurando un
controvertido estilo matrimonial de gobierno.
Bolivia y Ecuador son los ejemplos más claros de movilizaciones populares que
acaban con gobiernos democráticamente elegidos, también conocidas como “golpes
de calle”. En Ecuador, el descontento popular de los movimientos sociales, y las
presiones políticas de algunos partidos o de determinados grupos de poder, acabó con
las presidencias de Abdalá Bucaram, Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez. Tras el gobierno
provisional de Alfredo Palacio, Rafael Correa, que fue durante un tiempo su ministro
de economía, alcanzó la presidencia en unas elecciones limpias. En Bolivia, las
movilizaciones de corte indigenista y nacionalista acabaron con los gobiernos de
Sánchez de Losada y Carlos Mesa, para dar paso a Evo Morales, tras el interinato de
Eduardo Rodríguez Veltzé.
86
interpretaciones y explicaciones más frecuentes sobre la realidad y el pasado
latinoamericanos están plagadas de tópicos o lugares comunes. Algunos de ellos son
verdades, otras son simplemente mentiras y la gran mayoría son sólo verdades a
medias que, como suele ocurrir con lo que es parcialmente verdadero y parcialmente
falso, acaban distorsionando totalmente la realidad analizada. Quizá uno de los
ejemplos más claros en este sentido es la llamada “teoría de la dependencia”, que
tuvo un predominio mayoritario en el mundo universitario e incluso en la mayor parte
de la opinión pública de América Latina.
Todo el mundo sabe del peso prácticamente nulo que Simón Bolívar tuvo en el
desarrollo histórico brasileño del siglo XIX. Y lo mismo se puede decir de muchos otros
países de la región, como los centroamericanos, México o Argentina. Está pasando
con Simón Bolívar lo mismo que ocurre con José Martí y los cubanos, sean éstos
castristas o anticastristas. Cuando un cubano habla en público o escribe algo, su
alocución o su texto suelen comenzar con una cita de Martí, oportuna para la ocasión,
87
y las hay abundantes, para todos los gustos y para casi cualquier circunstancia. No
sólo eso. Radio Martí se llama la emisora que desde Miami propaga los mayores
embates contra el régimen castrista, a la vez que la orden de “José Martí” es una de
las máximas condecoraciones de la revolución, y así podríamos seguir hasta el infinito.
En América Latina hay tópicos de todo tipo, aunque muchos de ellos no tienen
nada que ver con el populismo. Uno de los más repetidos, y que refleja una realidad
lacerante y brutal, es el de “América Latina es la región más desigual del mundo”. En
este caso, el tópico tiene un irrefutable correlato estadístico, que, sin embargo, debería
ser matizado en función de lugares y épocas. Pero hay otros que no surgen de la
estadística sino de la opinión, del convencimiento personal, de la experiencia particular
convertida en categoría. Es la aplicación permanente del empirismo casero: aquello
que ocurre en mi entorno es fácilmente trasladable al conjunto de la sociedad, como,
por ejemplo, que “el narcotráfico es un problema de los consumidores, no de los
productores”. En buen romance esto significa que son los consumidores de los países
ricos, especialmente Estados Unidos, los que deben afrontar el problema, y no los
productores de los países pobres, que sólo se limitan a sembrar coca (un producto
tradicional cargado de una alta valoración simbólica), marihuana o amapola.
De un matiz similar son las ideas de que “las instituciones no cuentan”, que “la
única democracia que sirve es la participativa”, que “la democracia es la que se hace
en la calle” o que “las elecciones son una farsa”, por fraudulentas. El descrédito de la
democracia, especialmente de la democracia representativa permite afirmaciones del
tipo “la democracia es una idea importada”, producto de la ignorancia y del
desconocimiento histórico. También se afirma que en la América Latina decimonónica
sólo existió el voto cualificado, lo que servía para no reconocer el derecho a sufragio a
millones de ciudadanos. En realidad la democracia, la práctica de las elecciones y la
idea de la ciudadanía surgen al mismo tiempo que las repúblicas latinoamericanas,
tras los procesos de independencia a comienzos del siglo XIX.
Hay también creencias formadas a partir de la historia, como aquella que dice
que “la izquierda latinoamericana no cree en la democracia ni en las elecciones, la
derecha tampoco”. De algún modo esta formulación se terminó de acuñar en las
décadas siguientes a la Revolución Cubana. Entonces unos abogaban por las
dictaduras militares y los golpes de estado en contra del comunismo internacional y en
defensa de la civilización occidental y cristiana, mientras los otros se mostraban
partidarios de la lucha armada y de la guerra popular y prolongada como palanca
necesaria para hacer la revolución y construir el socialismo. Para unos la democracia y
los procesos electorales eran una pura manipulación, que permitían a las elites seguir
imponiendo sus puntos de vista y defender sus intereses, mientras que para los otros
eran un mecanismo espurio que permitía a las masas populares, a la “negrada”,
ingresar por la ventana o por la puerta trasera a los salones del poder, hasta entonces
sólo reservados para usufructo exclusivo de las oligarquías dominantes y
extranjerizantes.
88
Entre los otros tópicos presentes en la idiosincrasia latinoamericana también
podemos encontrar la idea de la “no injerencia en asuntos de terceros países”,
prácticamente presente en todos los gobiernos actuales de América Latina, con
independencia de sus orígenes. De algún modo es una teoría derivada de la llamada
Doctrina Estrada, que planteaba el reconocimiento automático de los presidentes que
asumían el poder, con independencia de su origen (democrático o dictatorial, a través
de elecciones o por golpes de estado, etc.). El Consejo Sudamericano de Defensa,
impulsado por la Unasur (Unión de Naciones Sudamericanas), es un claro ejemplo de
como la no injerencia y la prevalencia de la soberanía nacional por encima de otros
valores es un claro obstáculo a la integración nacional y a la conformación de
instituciones supranacionales.
89
la realidad al realismo mágico, por más bellas que sean las metáforas que se cuentan
y por más rimbombante que suene la retórica recurrente.
UN CONDUCTOR CARISMÁTICO.
90
huracán chavista tras demasiados años de mal gobierno, corrupción, ajustes sociales
dolorosos y desatención de las capas más desfavorecidas de la población.
En el lustro posterior a los sucesos de 2002, que conoció cuatro años (2004-
2007) de crecimiento económico explosivo como contrapunto de la brutal recesión
terminada en 2003, las principales empresas productivas, empezando por las
industrias petroquímica y siderúrgica, así como la electricidad, la telefonía y parte de la
banca retornaron al control del Estado mediante una catarata de adquisiciones
accionariales y nacionalizaciones directas. La compañía pública PDVSA fue
robustecida para permitirle al Gobierno recaudar más por la renta petrolera y la nueva
legislación orgánica de hidrocarburos consagró la total hegemonía estatal sobre el
sector, recuperado así para la "soberanía nacional". El campo fue socializado
mediante la Ley de Tierras, que derogó la Reforma Agraria de tiempos de Betancourt y
permitió las confiscaciones y expropiaciones de latifundios improductivos. Los
programas de inversión social, con generosos subsidios en efectivo, cobraron vuelo.
91
retórica revisionista que, en aras de la reparación y la equidad, coqueteó con la lucha
de clases (pobres contra ricos, pueblo contra poderes fácticos), ensalzó el mestizaje y
dirigió guiños al indigenismo.
Partiendo de sus excepcionales lazos con Cuba, donde los hermanos Castro
hallaron en su admirado venezolano un socio estratégico de primer orden hasta el
punto de confiar en él la sostenibilidad económica del régimen, y publicitándola con su
sensacionalismo viajero y declarativo, Chávez comenzó a desarrollar una agenda en
extremo ambiciosa que, cual ofensiva geopolítica, perseguía alterar la balanza del
continente y construir una América bolivariana a espaldas de Estados Unidos.
Enfrascada en sus guerras en Irak, Afganistán y contra Al Qaeda, la superpotencia, de
hecho, facilitó los planes de Chávez y su nacionalismo inspirado en la obra de Simón
Bolívar, el idolatrado Libertador. En 2004 Fidel Castro y Chávez, los cuales habían
establecido un íntimo vínculo paternofilial, presentaron la Alianza Bolivariana para los
Pueblos de Nuestra América (ALBA), marco de integración con vocación hemisférica,
más allá del ámbito sudamericano e incluso el latinoamericano, que era radicalmente
político y estaba impregnado de la ideología antineoliberal y antiglobalista de sus
creadores. La Bolivia de Evo Morales (2006), la Nicaragua de Daniel Ortega (2007), la
Honduras de Mel Zelaya (2008) y el Ecuador de Rafael Correa (2009) fueron
sucesivamente reclutados para el ALBA, desde 2006 inseparable del Tratado de
Comercio de los Pueblos (TCP), formulado por La Paz.
Para hacerlo tangible, Chávez, hiperactivo, dotó a este foro de una pléyade de
consorcios interestatales, algunos muy exitosos, donde Venezuela se reservaba la voz
cantante y que tenían la virtud de atraer a países, como la República Dominicana, no
miembros del ALBA-TCP aunque conscientes de sus ventajas prácticas: en su
extrema generosidad, Chávez ofrecía fondos al desarrollo, créditos a intereses
92
simbólicos y petróleo a precios muy por debajo de los del mercado, prácticamente
"regalado", gruñía la oposición.
Muy numerosas fueron las broncas y las crisis con varios gobiernos que no
comulgaban con el pensamiento bolivariano y las consignas neosocialistas. Los
respectivos tratados de libre comercio bilaterales con Estados Unidos así como las
"injerencias" del venezolano en los procesos electorales pusieron trasfondo a las
tarascadas de Chávez con sus homólogos de México (Vicente Fox), Perú ( Alejandro
Toledo y Alan García) y Colombia (Álvaro Uribe). Con este último país, en el zigzag de
rupturas y reconciliaciones pesaron sobre todo los atribuidos vínculos de Chávez con
la narcoguerrilla de las FARC así como la cooperación militar de Bogotá con Estados
Unidos, denunciada por Caracas como un verdadero casus belli. En 2008 y 2009, las
tensiones entre Venezuela y Colombia, dos países vecinos y hermanos, llevaron a
Chávez a ordenar la movilización de tropas en la frontera. En 2010 se produjo la
ruptura de las relaciones diplomáticas. Luego, las aguas se calmaron, la reconciliación
llegó y en 2012 el nuevo presidente colombiano, Juan Manuel Santos, aceptó gustoso
a Venezuela como garante del proceso de paz abierto con las FARC.
93
Uruguay del socialista José Mujica, aunque no supuso la captación de un nuevo
miembro oficial, fue aplaudida por el bloque bolivariano.
94
de un dígito en la era Chávez) en el 30% anual, el binomio PSUV-PCV perdió la
mayoría cualificada de dos tercios ante el avance de la Mesa de la Unidad
Democrática (MUD), si bien retuvo la mayoría absoluta, suficiente para otorgar a su
jefe una cuarta Ley Habilitante.
En junio de 2011 Chávez fue operado por primera vez de una dolencia cuya
naturaleza el Gobierno no pudo ocultar: el presidente tenía cáncer, detectado en la
pelvis. Durante casi un año, el líder bolivariano estuvo yendo y viniendo de Cuba para
someterse a nuevas cirugías y a sesiones de quimio y radioterapia.
95
Entre mayo y julio de 2012 Chávez recobró la iniciativa: se declaró "totalmente
libre" del cáncer, inscribió su candidatura reeleccionista arropado por cientos de miles
de partidarios por cuenta del Gran Polo Patriótico y volvió a viajar al exterior, a la vez
que obtenía, por fin, el ingreso de Venezuela en el MERCOSUR, regalo inesperado de
la crisis paraguaya. Las encuestas le favorecían ampliamente, pero la convalecencia
pasaba factura y el mandatario debía restringir su agenda pública. Valiéndose de la
televisión, su medio favorito, Chávez pidió el voto para hacer "irreversible" la
revolución y ninguneó a Capriles, retratado como "la nada". En agosto, empero, el
candidato de la MUD empezó a ganar terreno, tendencia que empujó al oficialista a
fustigarle con insultos desacreditadores, intentando atraerle a un cuerpo a cuerpo
dialéctico. En las semanas y días previos a los comicios, la ambigüedad de los
sondeos, la gran capacidad de convocatoria de Capriles y el asesinato de tres
militantes de la MUD contribuyeron a reforzar las expectativas opositoras y generaron
inquietud en el chavismo. El 2 de octubre el presidente convocó a los suyos a una
"ofensiva final" para inundar Caracas con una "avalancha bolivariana" y un "huracán
de la patria". Cinco días después, Chávez le sacó once puntos a Capriles, quien
reconoció al punto su derrota. Aún debilitado por la enfermedad, el presidente seguía
gozando de un carisma imbatible.
La reelección de octubre de 2012 con el 55% de los votos fue el canto del cisne
de un estadista que hasta el año anterior había hecho gala de una vitalidad inagotable.
Nada más ser proclamado vencedor oficial, el mandatario nombró vicepresidente al
entonces canciller, Nicolás Maduro Moros, un lugarteniente fidelísimo y de la máxima
confianza. A finales de noviembre Chávez retornó a Cuba para un "tratamiento
especial" y el 7 de diciembre estuvo de vuelta en Caracas, pero en la jornada siguiente
anunció una recurrencia del cáncer, su regreso a La Habana para ser intervenido y la
designación de Maduro como su sucesor. Esta fue la última aparición pública de
Chávez, cuya dolencia era irreversible. En las semanas siguientes, las restricciones
informativas y los sombríos comunicados oficiales sobre el "duro" postoperatorio y las
"complicaciones" que estaban surgiendo alimentaron una guerra de rumores y
mensajes cruzados que mantuvo a la población en vilo. La ausencia del presidente
exacerbó el culto a su personalidad.
El 10 de enero de 2013 Chávez, que seguía sin dar señales físicas de vida, no
pudo jurar su cargo ante la Asamblea Nacional, tal como estipulaba la Constitución,
para el período ejecutivo 2013-2019, aunque los poderes del Estado convinieron en
que podría hacerlo ante el Tribunal Supremo de Justicia posteriormente: su mandato
sexenal se iniciaba de todas maneras y sin descargo de funciones. Al comenzar
febrero se habló de "recuperación" y el 15 de ese mes el Gobierno divulgó unas fotos
donde podía verse al presidente postrado, pero consciente y sonriente, junto a sus
hijas. En ese momento, Chávez respiraba a través de un tubo de traqueotomía y
apenas podía hablar. El 18 de febrero el dirigente difundió en redes sociales su
regreso a Caracas para continuar la quimioterapia en casa. Días después, Chávez
celebró desde la cama en el Hospital Militar de Caracas una "sesión de trabajo" con la
plana mayor de su Gobierno. Maduro confirmó que el presidente, comunicándose por
escrito, seguía "al mando". Pero el tiempo se acababa. El 4 de marzo el paciente
contrajo una "nueva y severa infección respiratoria" y en la tarde de la jornada
siguiente un compungido Maduro, en adelante "presidente encargado" de la
República, anunciaba a la nación el luctuoso desenlace.
96
Extraído: Chavismo y Venezuela hoy. Ignacio Ramonet,
Director de Le Monde diplomatique en español.
http://blogs.publico.es/dominiopublico/19881/chavismo-venezuela-hoy/
Hugo Chávez inventa para Venezuela y América Latina lo que podríamos llamar una
“política de la liberación”, como decimos que existe una “teología de la liberación”. Con
una opción preferencial por el pueblo, los pobres y los humildes. Con su capacidad de
pedagogía política, Chávez impulsa una politización popular masiva, y conceptualiza
una política de la liberación del pueblo en la que el pueblo, dotado de conciencia
política, es autor de su propio destino.
Chávez intuye que la época permite estrenar nuevos caminos nunca antes
surcados. Y logra elaborar de ese modo y transmitir al pueblo venezolano
desmoralizado un nuevo relato de esperanza. En ese sentido, el chavismo es una
narrativa que explica a los venezolanos quiénes son, a qué pueden aspirar y cuáles
son sus derechos. Es una explicación nueva que da respuesta a viejas preguntas:
¿qué es la sociedad venezolana?, ¿cuáles son sus problemas?, ¿quiénes son las
víctimas?, ¿quiénes los culpables?, ¿qué soluciones? Y ese nuevo relato es narrado,
día tras día, discurso tras discurso, con enorme eficacia comunicacional, por Hugo
Chávez, que se convierte en referente intelectual y carismático.
97
‘Robinson’, el sabio de la educación popular, y de nuevo la libertad y la igualdad”.
Aunque a esas tres raíces, Chávez le va añadiendo otras: por ejemplo, Miranda y
Sucre. Y más tarde otras más como José Martí, Che Guevara y Fidel Castro…
Hugo Chávez fue un líder pragmático que supo adaptar las modalidades de su
acción a las circunstancias históricas, que nunca olvidó los objetivos por alcanzar y
que siempre mantuvo intangibles sus principios. Él estaba convencido de que si
Venezuela pudo hacer gloriosas hazañas en el pasado, llegando a ser una las
principales naciones de América Latina, fue porque estaba movilizada por un alto ideal
hacia un destino común. Inversamente, Chávez sabía que los venezolanos tienen en
permanencia la tentación de replegarse sobre sus querellas y divisiones internas
(políticas, sociales, intelectuales), lo cual (según la visión chavista) les hace
constantemente correr el riesgo de caer y deslizarse por el tobogán de la decadencia.
Hay que insistir en el hecho de que, en el seno del chavismo, existe una
filosofía patriótica del humanismo, heredera del cristianismo y de la teología de la
liberación. El humanismo chavista es, a la vez, una finalidad de la grandeza de
Venezuela, porque el mensaje que Venezuela dirige al mundo es profundamente
humanista, y una consecuencia de la política de justicia social cuyo primer objetivo es
cohesionar a la nación. El chavismo posee, pues, diversas dimensiones: histórica,
filosófica y política. Desde el punto de vista ideológico, el chavismo recoge y sintetiza,
como ya se dijo, la acción política de Hugo Chávez y también sus pensamientos
políticos, o sea la doctrina que se deduce de sus discursos y de sus escritos.
98
— un poder ejecutivo fuerte y estable que confiere al presidente de la República un
papel primordial;
— una relación directa entre el líder y el pueblo que pasa por encima de los cuerpos
intermediarios, gracias a una concepción “participativa” de la democracia, con recurso
frecuente al referendo y a las elecciones, y al diálogo interactivo líder-pueblo mediante
un uso singular de los medios de comunicación de masas;
— la unión nacional de todos los venezolanos –más allá de las diferencias políticas o
regionales tradicionales que fueron antaño causa de división y de decadencia–, en una
relación directa entre el líder y el pueblo, cohesionada por las políticas sociales de
inclusión y de justicia social;
— una diplomacia Sur-Sur con multiplicación de los lazos con los países del Sur a
través del Movimiento de los no-alineados y de alianzas horizontales: América del
Sur/África (ASA) y América del Sur / Países Árabes (ASPA). Chávez apoyó también al
grupo BRICS (Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica) y se planteó una alianza de
Venezuela con ese grupo para consolidar un mundo multipolar;
— respeto de las naciones, que son entidades culturales esculpidas por la historia y
baluartes de los pueblos contra los imperialismos;
99
— el rechazo de la doctrina del neoliberalismo económico, y la preferencia por una
economía orientada por el Estado con vistas a un desarrollo voluntarista y
estructurante (con ambiciosos proyectos públicos, nacionalización de los sectores
estratégicos, soberanía alimentaria, etc.);
100
fue el primer socialista de la era moderna y que el “reino de Dios” había que construirlo
aquí, en la Tierra.
101
departamentos de la próspera media luna boliviana, Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija,
los más boyantes del país, que celebraron sendos referendos unilaterales de amplia
autonomía no reconocidos por La Paz, y un referéndum revocatorio de altas
autoridades políticas del Estado que el presidente ganó con facilidad.
2008, el año más crispado del mandato de Morales, cuando Bolivia se asomó
peligrosamente a los abismos del enfrentamiento civil y la fractura territorial entre un
Occidente andino, minero y cocalero, más poblado pero económicamente rezagado,
fiel a Morales, y un Oriente tropical, gasífero y emprendedor, donde la oposición era
fuerte, concluyó con un precario acuerdo político que permitió por fin la ratificación en
referéndum y la promulgación de la nueva Constitución Política del Estado, sustitutiva
de la de 1967, en enero y febrero de 2009.
102
entrega del control de los pozos mineros a los obreros estatales en lugar de a los
cooperativistas privados.
Con los demás países sudamericanos, las relaciones han presentado carices
muy variados. Las tempranas nacionalizaciones hidrocarburíferas, que afectaron a los
intereses de Petrobras, enturbiaron los tratos con Brasil, país provisto de un Gobierno
de izquierda de entrada próximo al MAS, antes de aceptar en 2007 el presidente Lula
da Silva los nuevos precios del gas importado desde Bolivia y la compra por YPFB de
las dos refinerías operadas por Petrobras. También distanciaron a La Paz y Brasilia los
biocombustibles, de los que Morales abomina, al igual que los transgénicos, según él
causa de "calvicie y homosexualidad". Con la Argentina del matrimonio Kirchner
Morales ha tenido un excelente entendimiento, consiguiendo que Buenos Aires le
compre gas más caro y formando junto con Caracas una alianza estratégica tripartita
de productores y exportadores de gas, Opegasur, en agosto de 2007.
En cuanto a la integración regional al margen del ALBA y del eje gasífero con
Venezuela y Argentina, la Bolivia de Evo ha seguido participando, aunque sin mucha
fe, en la deshilachada Comunidad Andina, en diciembre de 2012, una vez superadas
las diferencias energéticas con Brasil, firmó su adhesión al MERCOSUR y en mayo de
2008 fue miembro fundacional de la UNASUR. En septiembre de aquel año la
UNASUR respaldó sin fisuras a Morales cuando la rebelión de los autonomistas
orientales desembocó en la masacre de manifestantes progubernamentales en Pando,
crimen tras el que se atisbó un intento de subversión del orden democrático. En julio
de 2013 la organización sudamericana volvió a solidarizarse con el presidente a raíz
del incidente de la negación por varios países europeos del espacio aéreo al avión que
103
lo transportaba procedente de Rusia, solo porque Estados Unidos sospechaba que a
bordo iba nada menos que el empleado prófugo de la CIA Bill Snowden.
Este insólito episodio, que indignó a Morales, fue el enésimo capítulo de las
tormentosas relaciones con Washington, a su vez muy molesto por la nueva política de
Estado boliviana de regularizar y controlar, vinculándolo a las necesidades del
consumo tradicional y a un esquema de desarrollo agrícola, el cultivo de hoja de coca,
poniendo fin así al desarraigo militarizado de cocales, y por la campaña internacional
del dirigente para convencer de que "coca no es cocaína". Según él, y aquí Morales
habla en nombre propio, los productores rurales de coca de ninguna manera pueden
ser vistos como "narcotraficantes", como los consumidores de la hoja vegetal tampoco
son "narcodependientes".
En mayo de 2013, justo antes del incidente diplomático con Europa por el
aterrizaje forzoso y retención en Viena del avión presidencial, Morales ordenó
marcharse a la USAID, la agencia estadounidense de ayuda al desarrollo, con
renovadas imputaciones de injerencia.
104
de la economía sumergida, la escasez de tejido industrial generador de riqueza
estructural y no coyuntural como la que producen las exportaciones, y lo mucho que
quedaba por hacer para mejorar los estándares de desarrollo humano. La sensación
de un país metido en la senda del progreso más los pactos de convivencia y mutuo
interés con sus adversarios más acérrimos y poderosos, los empresarios de Santa
Cruz, seducidos con créditos e inversiones por un presidente ganado para el
pragmatismo, hicieron de las votaciones generales del 12 de octubre de 2014 una
suerte de mero trámite democrático para Morales, más cuando no tenía en frente a
ningún contrincante capa z de hacerle sombra. Con el 61% de los votos, Evo se
impuso cómodamente a Samuel Doria Medina y Jorge Quiroga Ramírez, dos rivales
del centro-derecha ya batidos en 2005 y 2009. Y dato significativo, puesto que ilustra
el final de la polarización política y regional que tuvo atenazada a Bolivia años atrás,
su candidatura fue la más votada en todos los departamentos del país salvo en Beni.
Para Correa, el enemigo a batir con esta revolución de la ley suprema era el
"poder mafioso de la partidocracia". Puesto que el Congreso estaba "moribundo" y la
ANC ya se encargaría de "estructurarlo profundamente", la Alianza PAIS renunciaba a
presentar candidatos a diputado en las elecciones legislativas que debían celebrarse
simultáneamente a las presidenciales. La decisión resultaba insólita, ya que Correa, en
caso de ganar su elección particular, afrontaría un proceso constituyente con un
Legislativo potencialmente hostil hasta el último escaño, salvo que negociara con los
mismos partidos que ahora descalificaba.
105
En segundo lugar, no podía faltar una revolución ética, que conllevaría un
"combate frontal" y una "lucha a muerte" contra la corrupción y la evasión fiscal, así
como el establecimiento de mecanismos de transparencia en la administración pública.
106
Las elecciones de 2009, primeras ventiladas sin necesidad de una segunda
vuelta desde el final del régimen militar tres décadas atrás, las ganó Correa al cabo de
dos trepidantes años en los que su programa de "revoluciones" para la "transformación
radical" del país trajo varios cambios de calado envueltos en polémica pero de
innegable trascendencia histórica. En el ámbito político, los antiguos partidos
dominantes (PSC, ID, PRE, PRIAN) quedaron desarbolados, y el feriado bancario y la
crisis financiera de 1999 fueron investigados con el ánimo de "ajustar cuentas".
107
provocó un conflicto diplomático con el Reino Unido y una nueva tarascada con
Estados Unidos.
108
RUMBO A 2017.
109
Chávez. Desde 2005 fue sucesivamente presidente de la Asamblea Nacional, ministro
de Relaciones Exteriores y, a partir de octubre de 2012, vicepresidente ejecutivo de la
República.
Año 2013.
110
gobernadores de diciembre de 2012 y venció en el Estado de Miranda al anterior
vicepresidente chavista Elías Jaua, igual que antes había vencido a Diosdado Cabello.
Así, de los últimos vicepresidentes de Chávez, Maduro es el único al que Capriles,
según los datos oficiales, no logró vencer. Sin embargo, sí consiguió arrastrar el
descontento de un importante sector que ha hecho tambalear la tradicional mayoría
chavista que avalaba el proceso revolucionario bolivariano. Estos cambios en el
electorado obligan al actual gobierno a abordar medidas de reforma que traten de
recobrar a un creciente sector de la población que está descontento ante la creciente
inflación, el desabastecimiento de productos básicos, las dificultades económicas que
han obligado a sucesivas devaluaciones y la inseguridad ciudadana.
https://www.cidob.org/publicaciones/documentacion/dossiers/venezuela_elecciones_2
013/dossier_especial_venezuela_elecciones_2013/(language)/esl-ES
2013-2014.
Las noticias que han circulado por los distintos medios de comunicación que
muestran una Venezuela asediada por la inflación, el desabastecimiento, las protestas
sociales y la dura respuesta policial plantean dudas sobre si el ciclo iniciado por Hugo
Chávez en 1998 se agota. La desaparición física de su omnipresente figura agudizó la
animadversión entre el Chavismo y los grupos opositores, al tiempo que se
acrecentaron problemas socio-económicos que su carisma y la chequera petrolera
eclipsaban. La actual confrontación plantea al menos dos interrogantes: ¿Cómo se
llegó hasta aquí? y ¿qué significa la coyuntura actual para los herederos del Chavismo
y los partidos opositores aglutinados alrededor de la Mesa de Unidad Democrática
(MUD)?
La situación actual parte del perfil del Chavismo como movimiento personalista,
centrado en la figura del comandante y la Revolución Bolivariana (de corte socialista,
nacionalista, anti neo-liberal pero con tintes capitalistas). Este proceso se estructuró en
torno a la premisa de que Chávez era la Revolución y la Revolución era Chávez. La
concentración de poder en su persona no solo afectó la institucionalidad del Estado
sino que también cercenó la posibilidad de que liderazgos emergentes pudiesen tomar
el relevo. Esta es una de las razones por la que Nicolás Maduro, escogido por el
comandante como su sucesor, sea percibido como una figura débil que no convence ni
a la dirigencia chavista ni a los seguidores del comandante. El poder del actual
gobierno se reparte en un triunvirato de intereses conformado por Maduro mismo, el
poderosísimo presidente de la Asamblea Legislativa Diosdado Cabello y el ministro de
relaciones exteriores Elías Jaua.
111
señalan al descontrolado aumento de armas en las calles, el debilitamiento del sistema
judicial y la falta de políticas transversales de lucha contra el crimen.
https://www.cidob.org/publicaciones/serie_de_publicacion/opinion/america_latina/vene
zuela_en_crisis_la_revolucion_chavista_a_prueba/(language)/esl-ES
112
2015-2016.
El presidente Nicolás Maduro quedó muy debilitado por unos resultados mucho
peores de los que se preveían y eso cuestiona su liderazgo. Después de perder el
apoyo de la mayoría popular de forma contundente, se impone una nueva etapa en
que la polarización ya no sirve para asegurar resultados electorales y obliga al
chavismo a revisar sus estrategias. El reconocimiento de la derrota por parte del jefe
de Estado y las autoridades electorales fue un buen punto de partida. Pero las
declaraciones posteriores de Maduro y la destitución del ministro de Defensa, Vladimir
Padrino, que mantuvo el apoyo a la Constitución por encima de los llamamientos a
primar la revolución por parte del jefe del ejecutivo, no auguran buenos presagios. De
momento, el ejército está jugando un papel estabilizador que es vital para que se
produzca una transición del poder de forma ordenada.
113
unas fuerzas de seguridad descontroladas y un sistema judicial clientelar que deja en
la impunidad delitos flagrantes.
https://www.cidob.org/publicaciones/serie_de_publicacion/opinion/america_latina/vene
zuela_inicia_la_transicion_frente_al_abismo/(language)/esl-ES
Es clave el papel de las Fuerzas Armadas, que son el principal sostén del
régimen, pero también un actor político independiente que podría actuar como árbitro.
La nueva etapa política no necesariamente trae más estabilidad al país, afligido por
una severa crisis económica y de seguridad ciudadana. El actual reparto de poder
entre las dos principales fuerzas políticas del país les obliga, no sólo a coexistir, sino a
reconocerse mutuamente si se quiere evitar un indeseable escenario de
ingobernabilidad.
114
denominada “la salida” que acabó con duros enfrentamientos con las Fuerzas
Armadas y varias víctimas mortales.
115
económica y de seguridad que amenaza con revertir los anteriores progresos sociales.
Una crisis económica profunda y unas tasas récord de violencia e impunidad golpean
la credibilidad del Gobierno.
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), 2015 concluyó con una inflación
del 159% -la segunda más alta del mundo- y una caída del PIB del -10%. Largas colas
en todo el país revelan los problemas de suministro por las intervenciones de
empresas, los controles estatales de precios, una corrupción endémica, una pésima
gestión de la distribución de productos en las cadenas estatales y la escasez de
divisas junto con una alta dependencia de los bienes de consumo de la importación del
exterior. Según la oposición, la falta de productos básicos se debe al control de precios
y de las nacionalizaciones que hicieron desaparecer un 15% de las empresas del país.
Por el contrario, el presidente defiende que el desabastecimiento es debido a la
“guerra económica” orquestada por la burguesía contrarrevolucionaria a la que ha
tratado de combatir con más intervención y nacionalizaciones.
El actual (2015) déficit público venezolano del 20% supera el del 13% del peor
año de Grecia en 2009. El precio del petróleo sigue cayendo, situándose el 15 de
diciembre en 38 dólares por barril, muy lejos de los más de 100 dólares al inicio del
mandato de Maduro en abril de 2013. Las arcas del Estado se vacían y obligan al
Gobierno a reducir el presupuesto social golpeando el corazón de los logros de la
Revolución Bolivariana, que creó las misiones - programas focalizados para reducir la
pobreza y la desigualdad de ingresos y oportunidades.
La violencia es el otro gran azote de un país que tiene la segunda mayor tasa
de homicidios de América Latina: 82 por cada 100.000 personas fueron asesinadas en
2014, casi 25.000. El aumento de la inseguridad se debe por un lado, a una cierta
permisividad con la posesión de armas al inicio del chavismo que poco a poco instauró
un clima de impunidad agravada con una justicia débil, corrompida y disfuncional.
116
siglo XXI, el presidente de Ecuador Rafael Correa, tampoco atraviesa su mejor
momento de popularidad y ha anunciado que no se presentará en 2017.
La severa crisis económica en Venezuela y la caída del precio del petróleo han
reducido los recursos destinados al ALBA y pone en peligro la continuidad del pacto
bilateral con Cuba de petróleo a cambio de recursos humanos destinados a las
misiones. La oposición es contraria a mantenerlo, y Henrique Capriles en una
entrevista el 7 de diciembre, aseguró que “no vamos a regalar más petróleo” y
“pondremos fin a la diplomacia petrolera”. Sin embargo, la política exterior es
competencia del Gobierno y desde el Parlamento la oposición no puede poner fin a la
alianza con Cuba, aunque podría aprobar leyes que recorten el suministro de petróleo
a la isla aduciendo la crisis nacional. El futuro del ALBA no solo está comprometido por
la escasez de recursos, también se ha resentido del reciente proceso de acercamiento
entre Cuba y su histórico enemigo, Estados Unidos.
117
Existen escasas perspectivas de definir una unidad nacional para reconocer y
resolver los severos problemas del país que se han acumulado desde 1999 y sentar
las bases de una reconciliación nacional. Tres intentos previos de diálogo entre
Gobierno y oposición fracasaron ante la radicalización de ambos bloques. Por el
momento no se perfila ningún mediador neutral aceptado por ambas partes, pues
UNASUR y CELAC son rechazadas por la oposición debido a su apoyo al oficialismo y
la OEA es vista por el chavismo como una organización al servicio de la hegemonía de
los Estados Unidos y contraria a la revolución.
https://www.cidob.org/publicaciones/serie_de_publicacion/notes_internacionals/n1_137
_venezuela_2016_nuevo_escenario_politico/venezuela_2016_nuevo_escenario_politic
o/(language)/esl-ES
2017.
Los al menos 35 muertos en las protestas de los últimos días (entre abril y
mayo http://cnnespanol.cnn.com/2017/05/04/35-muertos-en-un-mes-de-protestas-en-
venezuela/) en Venezuela son prueba de la creciente crispación política y social en un
país dividido, empobrecido, violento y en colapso económico. Con el país en llamas y
un descontento generalizado, el presidente Nicolás Maduro sorprendió el 1 de mayo
con el anuncio de convocar una Asamblea Nacional Constituyente para redactar una
nueva Carta Magna. Ésta sustituiría la Constitución de 1999, herencia de Hugo
Chávez quien, ante la incapacidad de superar la crisis económica y social, se aferró a
este texto como principal fuente de legitimidad.
118
Creciente aislamiento regional y giro de política exterior.
https://www.cidob.org/es/publicaciones/serie_de_publicacion/opinion/america_latina/po
co_pan_y_mucho_circo_a_donde_lleva_la_constitucion_madurista
119
Regionales (octubre 2017).
El chavismo obtuvo el 54 por ciento del voto nacional, frente a 45 por ciento de
la oposición, destacó el mandatario Nicolás Maduro.
La participación electoral fue de 61,14 por ciento, detalló la rectora del CNE.
Una cifra superior al 53.94 por ciento de los comicios regionales de 2012. El chavismo
triunfó en el estado Miranda, una entidad donde la oposición siempre obtenía mayoría
de votos. Los habitantes de esta localidad fueron gravemente afectados por las
protestas violentas, ocurridas entre abril y julio, que dejaron más de 100 muertos.
https://www.telesurtv.net/news/Resultados-elecciones-regionales-Venezuela-2017-
20171015-0065.html
"Hemos ganado más de 300 alcaldías de las 335 del país", anunció, sin
embargo, el presidente Maduro. Finalmente fueron 308, es decir, el 91,9% de los
municipios del país, según los datos totales conocidos este lunes.
120
Además de las municipales, este domingo también se votó por el gobernador
del petrolero estado Zulia, en el oeste del país. El triunfo en el estado más poblado de
Venezuela también fue para el oficialismo.
La próxima gran cita serán las presidenciales en 2018. Pero, este domingo, el
presidente Maduro amenazó con prohibir la participación en la contienda de los
partidos que este domingo no acudieron ni llamaron a las urnas. Cualquier partido que
no haya participado en las elecciones municipales celebradas este domingo y que
"haya llamado al boicot" no podrá concurrir a los siguientes comicios, advirtió Maduro.
"Voluntad Popular (VP) y Primero Justicia (PJ) han desaparecido del mapa
político venezolano y hoy desaparecen totalmente porque partido que no haya
participado hoy y haya llamado al boicot de las elecciones no puede participar más",
afirmó el mandatario tras acudir a votar.
http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-42304110
121