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TEMA I

1. GEOLOGÍA
1.1. Volcanismo
1.1.1. Volcanismo peninsular …………………………………………4
1.1.2. Volcanismo canario…………………………………………….5
2. GEOMORFOLOGÍA
2.1. Topografía
2.2. Formas de modelado
2.2.1. Modelados estructurales.
a) Tabular y monoclinal………………………………7
b) Plegado……………………………………….…….7
c) Fallado……………………………………………...7
2.2.2. Modelados ligados a la litología.
a) Granítico…………………………………………….8
b) Kárstico……………………………………………..8
c) Volcánico…………………………………………..10
d) En rocas blandas……………………………………10
2.2 3. Modelado glaciar y periglaciar…………………………10
2.2.4. Modelado fluvial………………………………………..11
2.2.5. Modelado eólico………………………………………...11
2.2.6. Modelado litoral…………………………………………12
2.2.7. Modelado de laderas y piedemontes…………………….12
TEMA II
CLIMA
1. LOS ELEMENTOS DEL CLIMA
1.1. Temperatura………………………………………………………14
1.2. Las precipitaciones………………………………………………15
1.3. Hidrometeoros.
1.3.1. Tormentas…………………………………....................16
1.3.2. Granizo………………………………………………….16
1.4. Insolación y radiación…………………………………………….17
1.5. Evapotranspiración y balance de humedad……………………….18
2. TIPOS DE TIEMPO.
a) Anticiclón de invierno………………………………………18
b) Temporal de frío y nieve…………………………………….19
c) Baja térmica estival………………………………………….19
d) Tiempo del noroeste…………………………………………20
e) Tiempo del nordeste………………………………………….20
d) Tiempo del sudoeste…………………………………………21
3. CLASIFICACIÓN CLIMÁTICA……………………………………21
AGUA
1. EL CICLO DEL AGUA……………………………………………..22
2. AGUAS CONTINENTALES
2.1. Las demarcaciones hidrográficas……………......................23
2.2. Acuíferos……………………………………………………24
2.3. Caudales…………………………………………………….24
3. LAS AGUAS MARINAS……………………………………………..27
TEMA III
1. LA BIOGEOGRAFÍA
a) El reino………………………………………………………..28
b) La región………………………………………………………28
c) Los tipos fitoclimáticos………………………………………..28
2. VEGETACIÓN
2.1. Formaciones vegetales potenciales…………………………..29
2.2. La formación vegetal actual………………………………….30
2.3. Los bosques de frondosas caducifolias……………………...30
2.4. Los bosques de frondosas marcescentes…………………….30
2.5. Las especies arbóreas frondosas perennifolias………………30
2.6. Los bosques de coníferas…………………………………….30
2.7. El matorral mediterráneo…………………………………….31
2.8. Los pastizales…………………………………………………31
2.9. La vegetación edafófila………………………………………..31
2.10. La superficie no forestal……………………………………...31
TEMA IV
1. EVOLUCIÓN Y DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA…36
2. NATALIDAD, HIJOS POR MUJER Y FECUNDIDAD………………….38
3. MORTALIDAD Y SALDO VEGETATIVO MEDIO…………………….40
4. NUPCIALIDAD, SOLTEROS, CASADOS Y VIUDOS………………….42
5. MOVIMIENTOS MIGRATORIOS
5.1. Población extranjera………………………………………………45
5.2. Españoles en el exterior…………………………………………...47
6. ESTRUCTURA DEMOGRÁFICA…………………………………………48
TEMA V
1. EL HÁBITAT RURAL……………………………………………………..51
1.1. Transformación del hábitat rural tradicional………………………52
1.2. Asentamientos rurales……………………………………………..53
2. EL SISTEMA URBANO Y LAS ÁREAS METROPOLITANAS…………56
2.1. Las áreas metropolitanas…………………………………………..61
2.2. Dimensión socio-demográfica de la ciudad……………………….64
2.3. Morfología y estructura urbana……………………………………66

TEMA VI
1. LAS ACTIVIDADES AGRARIAS…………………………………………73
1.1. La Superficie Agraria Utilizada (SAU)……………………………75
1.2. El secano…………………………………………………………...78
1.3. Regadío…………………………………………………………….80
1.4. Superficie forestal………………………………………………….82
1.5. Prados y pastizales…………………………………………………85
1.6. Producciones agrarias………………………………………………87
2. GANADERÍA………………………………………………………………..89
3. PESCA Y ACUICULTURA………………………………………………...90
3.1. La pesca de altura…………………………………………………..90
3.2. La acuicultura………………………………………………………91
TEMAVII
1. LA MINERÍA………………………………………………………………..94
2. ENERGÍA……………………………………………………………………99
2.1. Productos petrolíferos………………………………………………99
2.2. Energía eléctrica……………………………………………………102
3. INDUSTRIA…………………………………………………………………104
3.1. La desindustrialización……………………………………………..104
3.2. La diversidad de la industria manufacturera………………………..104

TEMA VIII
1. 1. EL PESO DEL TURISMO EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA……………..114
2. LA OFERTA TURÍSTICA
2.1. Calidad turística……………………………………………………….115
2.2. Alojamientos…………………………………………………………..117
2.3. Viajeros extranjeros……………………………………………………123
3.4. Viajeros residentes en España………………………………………….126
3.5. Gasto de los turistas……………………………………………………128
TEMA IX
I. EL COMERCIO INTERIOR……………………………………………………..131
1.1. Comercio minorista…………………………………………………….134
1.2. Comercio electrónico…………………………………………………..137
1.3. Comercio mayorista……………………………………………………138
1.4. Centros comerciales……………………………………………………139
2. EL COMERCIO EXTERIOR……………………………………………………
2.1. Empresas exportadoras…………………………………………………141
2.2 Evolución y estructura sectorial del comercio exterior…………………143
2.3. Tasa de cobertura del comercio exterior………………………………..145
2.4. Distribución geográfica de los intercambios……………………………146

TEMA X
1. EL TRANSPORTE POR CARRETERA…………………………………………151
1.1. Transporte de mercancías……………………………………………….153
1.2. Parque de vehículos……………………………………………………..154
1.3. Transporte ferroviario…………………………………………………...154
1.4. Tráfico de viajeros………………………………………………………157
1.5. El transporte urbano…………………………………………………….160
1.6. Accesos a ciudades……………………………………………………...163
2. TRANSPORTE AÉREO………………………………………………………….164
3. EL TRASPORTE MARÍTIMO…………………………………………………...168
LOGISTICA…………………………………………………………………………173
4. SISTEMA DE TRANSPORTES………………………………………………….174
TEMA XI
1. LAS MAGNITUDES MACROECONÓMICAS
1.1. Producto Interior Bruto y Valor Añadido Bruto…………………………177
1.2. EL Empleo………………………………………………………………..180
2. TRABAJO………………………………………………………………………….182
2.1. Ocupación………………………………………………………………...184
2.2. Afiliación a la SS…………………………………………………………186.
2.3. Paro……………………………………………………………………….188
3. EMPRESA………………………………………………………………………….192
4. LA HACIENDA PÚBLICA………………………………………………………..195
4.1. El Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA)………………………………196
4.2. El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF)………………197
4.3. El Impuesto de Sociedades………………………………………………..197
4.4. Presupuestos regionales……………………………………………………199
TEMA XII
I. INTRODUCCIÓN………………………………………………………………….203
1.1. La formalización de la España de las autonomías………………………..203
1.2. Las provincias…………………………………………………………….206
1.3. Los municipios……………………………………………………………207
1.4. Comarcas, mancomunidades, áreas y entidades metropolitanas………….208
2. POLÍTICAS TERRITORIALES Y ORDENACIÓN DEL TERRITORIO…………210
2.1. Planes de ordenación regionales y subregionales…………………………
2.2. Planes sectoriales………………………………………………………….
2.3. Planificación de espacios naturales………………………………………..
2.4. Programas de desarrollo rural……………………………………………..
2.5. Planes turísticos……………………………………………………………

PREGUNTAS EXAMEN
TEMA I
Definición de relieve plegado y dónde se dan en España
Plegado: Los relieves plegados responden a una tectónica compresiva y originan pliegues
anticlinales y sinclinales según la fuerza orogénica o la litología. Los principales estilos son:
jurásico, apalachense y alpino:
En el relieve jurásico los estratos han sido fuertemente plegados Son características
formas como: mont, cresta, combe, val, cluse, ruz o chevrons... La intensa erosión origina
relieves invertidos con sinclinales colgados. Este relieve se encuentran en la Cordillera
Cantábrica oriental, Sistema Ibérico, prepirineos y zona subbética.
El relieve apalachense es un relieve herciniano arrasado por la erosión que ha sido
reactivado por la orogenia alpina. Aparecen crestones y surcos paralelos, que pueden estar
cortados transversalmente por pasillos y brechas (ruz y cluses). Se localiza en la parte
occidental de la Cordillera Cantábrica, Montes de Toledo y Sierra Morena.
El relieve alpino se caracteriza por una estructura en mantos de corrimiento que llegan a
desplazarse decenas de kilómetros. Se da en las Béticas y los Pirineos. Resultado de los
procesos erosivos son klippes y ventanas tectónicas.
El modelado granítico, dónde es característico y sus formas.
Granítico: El granito es un material rígido y resistente, susceptible de fragmentarse y sensible
a la alteración por meteorización. Los principales factores que intervienen en este modelado
son: cambios químico-mineralógicos, variaciones texturales y presencia de discontinuidades
o fisuras. De la conjunción de dichos factores, destacan las siguientes formas:
Formas prismáticas y en domo. Relieves de aspecto monolítico y paredes verticales A
sus pies se pueden encontrar grandes acumulaciones de bloques.
Berrocales. Tienen lugar cuando la red de diaclasas es Ortogonal y las condiciones
climáticas moderadas. constituyen paisajes caóticos de perfiles redondeados, con alveolos
o pasillos de arenización y caos de bloques, bolos o tors.
Microformas graníticas: pilancones, acanaladuras y tafonis. Los pilancones son
concavidades labradas por el agua en superficies horizontales en el cruce de fisuras. Las
acanaladuras se producen en superficies inclinadas (similar al lapiaz kárstico). Los tafonis
con concavidades esféricas labradas en paredes verticales poco soleadas por disolución y
alteración química. Este tipo de formas también suele darse en otras rocas granudas como
areniscas y conglomerados.
El modelado granítico es característico del Sistema Central, Sierra Morena, Extremadura y
Galicia.
Modelado eólico (sistemas en la costa atlántica andaluza), Formaciones geológicas de
origen eólico
El modelado eólico más representativo, los sistemas dunares, en España están asociados a
las costas tanto peninsulares como insulares. En la costa cantábrica y Galicia se encuentran
ligados al aporte de ríos o bien sobre las barreras arenosas confinantes de los estuarios (El
Puntal en Laredo, San Vicente de la Barquera...), también presentes en las rías Baixas y
Altas (Cedeira, Corrubedo, Samil...). Con diferentes grados de fijación por la vegetación, en
la costa atlántica andaluza se encuentran sistemas dunares más amplios asociados a
formaciones litorales (El Rompido, Punta Umbría, mantos eólicos de El Abalario...), aportes
de sedimentos por la deriva litoral (dunas móviles de Doñana) o la persistencia de los vientos
de levante (dunas móviles de Bolonia o Valdevaqueros).
En la costa mediterránea, a pesar de la intensa presión antrópica, aún se encuentran
formaciones dunares en las desembocaduras de ríos y ramblas (Guadiaro, Andarax,
Segura...), deltas (Ebro, Llobregat...) y ensenadas (Davesa del Saler...). En las costas
insulares se asocian puntualmente a bahías y ensenadas, si bien en las islas Canarias
orientales se localizan campos dunares muy bien desarrollados (Jandía, Corralejo, El Jable,
Maspalomas...) (foto 13). Deposiciones antiguas de la línea de costa son las dunas fósiles o
relictas pleistocenas (eolianitas).
TEMA II
Factores que determinan las temperaturas del clima en España,
La distribución de la temperatura en España es muy irregular y está ligada, en primer lugar,
a la latitud en la que se sitúa, desde 27° N en Canarias hasta los 43° N de los cabos
gallegos más septentrionales; también a su extensión superficial, 505.990 km2,
responsable de que el factor de la continentalidad cause importantes amplitudes térmicas
en el interior peninsular; además, la distribución y altitud de los sistemas montañosos,
donde el frío puede llegar a ser muy intenso, matizan las acusadas diferencias espaciales
que hay en la temperatura. Por último, la inercia térmica del agua de los mares que bañan
la Península y los archipiélagos balear y canario suaviza y retrasa los extremos térmicos.
Las temperaturas medias anuales oscilan entre 0°C y 22°C. Las primeras se registran en
los Pirineos, cordilleras Cantábrica e Ibérica y Sierra Nevada mientras que las segundas se
dan en el extremo meridional del país, en las costas de las islas orientales de Canarias. El
invierno se puede calificar de frío en las tierras del interior de la mitad norte peninsular,
porque la temperatura no supera 6°C, mientras que en las del sur es suave, ya que la
temperatura media duplica ese valor térmico. En cambio, el verano del norte peninsular se
caracteriza por unas temperaturas agradables, inferiores a 18°C, y conforme se desciende
en latitud se van incrementando dos grados más en la Meseta norte, cuatro en la Meseta
sur y valle del Ebro, y hasta ocho grados en Andalucía, lo que permite calificar de verano
tórrido a estas zonas donde la temperatura media de julio sobrepasa los 26°C.
Julio y agosto son los meses más cálidos del año mientras que enero es claramente el más
frío. Las temperaturas medias en julio superan los 25°C en todo el territorio salvo en la
cornisa cantábrica, que son inferiores, fruto de la influencia atemperante del mar y las
brisas, y en las mayores alturas de las principales cordilleras. En invierno hace frío al norte
del paralelo 40° puesto que, en general, las temperaturas medias de enero son inferiores a
5°C, excepto en los litorales y el valle del Ebro; al sur de dicho paralelo la temperatura está
comprendida entre 7°C y más de 10°C, exceptuando las tierras altas. La excepción a esa
templanza térmica del sur son los islotes de frío de las cimas del Sistema Bético. Fruto de
la continentalidad las tierras del interior de la Península tienen una amplitud térmica media
anual cercana a los 20°C mientras que en el litoral mediterráneo y Baleares es de 14°C o
15°C, en el litoral cantábrico alrededor de 11°C y en Canarias la diferencia térmica entre los
meses más cálido y frío del año no alcanza 8°C. De ahí el rasgo tan característico del clima
de las islas Canarias: la suavidad térmica.
El mapa de Temperatura máxima absoluta muestra cuán importante es la latitud en la que
se encuentra España y su proximidad al gran foco de calor del Sahara. Si bien el calor
se adueña del país, este es más intenso en la mitad sur peninsular y Canarias que en el
resto del territorio. La efeméride más alta se produjo el 13 de julio de 2017 en Córdoba y fue
de 46,9°C pero hay que decir que los 40°C se alcanzan fácilmente en algún momento del
verano en muchos lugares. En cambio el mapa de Temperatura mínima absoluta pone en
relieve la importancia de la altitud, porque es en las zonas más altas del país donde se
dan las temperaturas más bajas, y la latitud ya que la mitad septentrional peninsular registra
temperaturas más frías que la meridional.
Las temperaturas medias de las mínimas en enero y julio indican cómo es la temperatura al
amanecer. En enero las personas que viven en las costas cantábrica y mediterránea o en el
sur de Andalucía se despiertan con temperaturas superiores a 5°C, en cambio los de las
zonas del interior lo hacen con más frío puesto que los termómetros marcan a menudo
valores negativos; en julio los amaneceres más cálidos –con más de 20°C– se dan en la
costa mediterránea y las Canarias orientales mientras que los más frescos se encuentran en
la Meseta norte, con menos de 12°C.
Mapa con las precipitaciones. Explicar la relación con el relieve.
La distribución espacial de las precipitaciones en España presenta una gran complejidad. La
disposición de los sistemas montañosos y de las grandes cuencas y depresiones
interiores en relación al flujo de vientos húmedos dominantes del oeste, así como las
variaciones de altitud son los principales factores responsables de los fuertes contrastes
pluviométricos. Muchos relieves montañosos son auténticos “islotes lluviosos” en medio de
áreas más secas, o al revés, ciertas depresiones y valles, a resguardo de los flujos
húmedos por el relieve circundante, se configuran como “sombras pluviométricas”.
En España hay lugares que se encuentran entre los más lluviosos de Europa, como algunos
sectores de Galicia y del norte peninsular, con más de 1.800 y 2.000 mm anuales, frente a
otros como el cabo de Gata o algunas áreas de las islas Canarias que, con menos de 200 o
150 mm anuales, aparecen entre los más secos.
Los valores de Precipitación media anual permiten distinguir tres grandes áreas
pluviométricas: la España húmeda o lluviosa, delimitada por la isoyeta de los 800 mm; la
España seca o de transición, que recoge entre 300 y 800 mm de promedio anual; y la
España árida o semidesértica, con precipitaciones inferiores a los 300 mm. La España
lluviosa se corresponde con todo el norte peninsular, desde Galicia hasta el País
Vasco, incluyendo el norte de Castilla y León, y alargándose hacia el este por Pirineos.
Igualmente, en otros sectores peninsulares e insulares, coincidiendo con áreas de montaña,
se sobrepasa el umbral de los 800 mm: el Sistema Central, el Sistema Ibérico, la cordillera
Prelitoral Catalana, los Montes de Toledo, Sierra Morena, las sierras de Grazalema, Ronda
y Cazorla, Sierra Nevada o la Sierra de Tramuntana en Mallorca.
La España seca o de transición, con valores medios anuales entre 300 y 800 mm,
abarca casi las tres cuartas partes del país. Aquí se incluyen las tierras llanas de las dos
mesetas, las cuencas medias y bajas del Ebro y del Guadalquivir, así como buena parte de
la fachada oriental mediterránea, salvo el sector sudoriental. También quedan incluidas las
tierras altas y medianías orientadas al norte de las islas Canarias más montañosas, así como
el resto de Mallorca, Menorca e Ibiza.
Finalmente, la España árida o semidesértica se circunscribe al sudeste peninsular,
desde Alicante hasta Almería, así como a las áreas costeras de las islas Canarias, que
reciben cerca de 100 mm en algunos sectores a sotavento de los vientos alisios.
Los valores del mapa de Precipitación máxima diaria dan idea de la intensidad y
torrencialidad que pueden alcanzar las precipitaciones. Los valores más altos se
alcanzan en buena parte del litoral, tanto peninsular como insular, y muy especialmente en
el Mediterráneo, donde destacan los sectores de Valencia y Málaga. También algunas áreas
de montaña del interior, como el Pirineo o el Sistema Central, se ven afectados por
precipitaciones de elevada intensidad que suelen desencadenar episodios de inundación. A
pesar de estar alejadas de las masas marinas, fuente principal de humedad, el efecto del
relieve favorece ocasionalmente la torrencialidad de las precipitaciones. Por el contrario, en
la mayor parte del interior peninsular las intensidades pluviométricas son muy inferiores. 16

Estas diferencias se observan también en los registros máximos diarios correspondientes a


los observatorios principales de las capitales de provincia. Estos registros han tenido lugar
mayoritariamente durante los meses de otoño y del verano, con episodios de carácter
tormentoso. Aunque los valores máximos de las capitales sólo han superado los 300 mm en
Málaga, en muchos puntos del Levante, Andalucía, Canarias, Baleares o Pirineos se han
llegado a alcanzar intensidades muy superiores, como recoge la AEMET en sus estadísticas:
817 mm en Oliva (Valencia), 720 mm en Gandía (Valencia), 700 mm en Benasque (Huesca),
600 mm en Albuñol (Granada), 590 mm en San Andrés (Tenerife) o los 536 mm en Escorca
(Baleares).
Mapa de regímenes fluviales.
DEMARCACIONES HIDROGRÁFICAS
El territorio español, como todas las zonas emergidas, tiene un relieve estructurado en
cuencas vertientes, en cada una de las cuales una red de cauces, que va confluyendo en
uno principal, se encarga de conducir el agua hacia el mar. Con la entrada en vigor de la
Directiva Marco del Agua (2000/60/CE) aparecieron los términos de masa de agua y
demarcación hidrográfica, que se refiere a las grandes cuencas vertientes. Las masas de
agua se integran y gestionan en las demarcaciones.
Las demarcaciones hidro-gráficas peninsulares son 15 (ver mapa). De ellas 10 son 24
intercomunitarias, es decir, se incluyen en varias comunidades autónomas: Miño-Sil,
Cantábrico occidental, Cantábrico oriental, Duero, Tajo, Guadiana, Guadal-quivir, Segura,
Júcar y Ebro. Y cuatro son intracomunitarias: Galicia Costa, Cuencas internas de Cataluña
y tres demarcaciones andaluzas, Tinto-Odiel-Piedras, Guadalete-Barbate y Cuencas
mediterráneas andaluzas. La cuenca con mayor número de masas de agua es la del Ebro
con 699. La cuenca del Duero es la de más superficie de la Península, con casi 100.000
km2, pero si se restringe al territorio español la más extensa es la del Ebro, con 85.000 km2.
Mapa de situación atmosférica (tiempo del noroeste).
El tipo de tiempo del noroeste se relaciona con la descarga fría que tiene lugar al paso
sobre la península ibérica de un frente frío asociado a una depresión localizada en
latitudes superiores. A la vez, el anticiclón atlántico se dispone en sentido de los meridianos
y contribuye a reforzar la entrada del aire polar marítimo. Esta situación da lugar a la
aparición de un tiempo inestable, con descenso de las temperaturas y precipitaciones
generalizadas en la mitad septentrional en grado diverso en relación con la intensidad de
la expansión de la masa de aire y de la época del año en que se produce. Por esta razón es
imposible establecer un patrón único de tiempo en toda España. En verano, la llegada del
aire polar provoca un claro refrescamiento de las temperaturas y la posibilidad del desarrollo
de chubascos tormentosos en áreas de montaña y del interior, acompañadas a veces de
granizo. En invierno, el descenso térmico va acompañado de precipitaciones de nieve en los
sistemas montañosos, sobre todo en la mitad occidental peninsular; por el contrario, en la
mitad oriental las temperaturas pueden ser relativamente altas y la lluvia inexistente. La
inestabilidad y el ambiente desapacible se agrava a veces con la presencia de vientos
fuertes, principalmente en la fachada septentrional y el nordeste peninsular.
Qué es la insolación y cuales son las tres grandes áreas de España.
En el mapa de insolación anual, que muestra el número medio de horas de sol en España,
se pueden diferenciar tres grandes áreas. En primer lugar la cornisa cantábrica, desde el
norte de Galicia hasta la Navarra atlántica, donde la frecuente nubosidad que llega desde el
Atlántico impide que se superen las 1.800 o 2.000 h de sol al año. Una segunda área, con
valores anuales entre 2.000 y 2.600 h, se extiende, desde el sur de Galicia, por buena parte
de Castilla y León, La Rioja, Navarra, Aragón y Cataluña, así como las vertientes
septentrionales de las islas Canarias más montañosas. Por último, la mitad meridional de la
Península junto a una parte de la cuenca del Ebro y el centro de la cuenca del Duero,
Baleares y el resto de Canarias, disfrutan de una elevada insolación, con más de 2.600 h al
año. La Costa de la Luz entre Cádiz y Huelva, junto a Lanzarote y Fuerteventura, son las
tierras que registran los máximos de insolación, con valores que superan las 3.000 h anuales.
Tanto la variación espacial de la insolación como de la radiación solar están sujetas
fundamentalmente al factor latitudinal, que dibuja un claro gradiente norte-sur en ambos
parámetros. Por el efecto del relieve, en verano, se produce un fuerte contraste entre la
vertiente norte de la Cordillera Cantábrica y el resto de la Península, debido a la frecuencia
con la que la nubosidad de estancamiento cubre todo el norte peninsular bajo situaciones
anticiclónicas con vientos del nordeste. Gradientes muy marcados se encuentran también
entre las vertientes septentrionales y meridionales de las islas Canarias, sobre todo en
Tenerife, Gran Canaria y La Palma.
TEMA III
Diferencias entre vegetación potencial y vegetación actual
POTENCIAL
Una formación vegetal potencial es aquella formación con vegetación madura y adaptada a
las características ambientales (principalmente clima y suelo) de un territorio determinado.
Estas etapas maduras se corresponden en muchos casos con formaciones boscosas
(siempre que las condiciones de clima y suelo lo permitan), pero pueden ser también
formaciones de matorral o también formaciones de pastizales
ACTUAL
Es la que existe en el momento en el que se realiza la cartografía de la vegetación, y
es el resultado combinado de la influencia de los factores naturales, pero sobre todo de la
transformación que ha hecho el hombre sobre el paisaje vegetal potencial para poder
vivir. Las formaciones vegetales actuales no coinciden en la mayoría de los casos con las
formaciones vegetales potenciales, puesto que se corresponden con superficies de cultivos,
pastizales o áreas urbanas totalmente controladas por el hombre o con otras formaciones
vegetales que se corresponden con etapas de sustitución (matorrales, bosques más o
menos intervenidos y degradados, repoblaciones, etc.) de la hipotética vegetación potencial
que podría existir. Bien es cierto que, en algunas zonas, sobre todo en las áreas de montaña
y en espacios protegidos, las formaciones vegetales reales son bastante similares a las
potenciales (o al menos no son excesivamente diferentes) debido fundamentalmente a la
escasa intervención del hombre sobre ellas.
TEMA IV
Como se distribuye la población extranjera en el territorio,
Su distribución territorial prácticamente se mantiene con las mismas características, aunque
con menor intensidad y porcentaje, entre el 2011 y 2015. Los espacios más urbanos y con
mayores necesidades de servicios son los que concentran los mayores porcentajes –
Madrid, Cataluña, valle del Ebro, las islas o la costa mediterránea–, bien por su dedicación
a las actividades agropecuarias intensivas –Lleida, Almería o Murcia–, bien por otras
relacionadas con la construcción y los servicios –Madrid, Guadalajara–, y no pocos son
atraídos por modelos residenciales para una población jubilada –Alicante, Girona,
Tarragona, Illes Balears, Santa Cruz de Tenerife–. El saldo actual muestra una pérdida
generalizada en provincias –como Madrid, Girona, Barcelona, Tarragona, Castellón, Álava
o La Rioja–, que fueron fuertemente afectadas por la crisis, mientras sigue habiendo un
crecimiento generalizado durante el periodo 2008-2010 especialmente en el sur de la costa
mediterránea –Málaga, Granada, Murcia o Alicante–, las islas, y muchas de las provincias
de interior y costa atlántica, que aguantaron mucho mejor los primeros envites de la crisis.
Causas del crecimiento de la población 1960-2015
BABY BOOM Y EXTRANJEROS A PESAR BAJOS INDICES NATALIDAD Y AUMENTO
ESPERANZA DE VIDA
La emigración española actual: principales zonas, características y regiones de acogida.
Como se ha comentado, España ha sido un país que tradicionalmente ha enviado población
a América y, posteriormente, lo ha hecho a Europa, antes de convertirse en país receptor
neto de población, cuando sus niveles de calidad de vida y renta lo han situado de pleno
derecho en el mundo desarrollado. Después, con el avance de la gran recesión tuvo lugar
la salida de personas altamente cualificadas, con dominio de idiomas, que se han
venido ajustando a las nuevas necesidades de espacios transnacionales a los que la
economía global viene obligando. En 2017, casi 2.500.000 españoles se encuentran fuera
del país.
En efecto, Iberoamérica es donde residen 1.503.036 ciudadanos españoles,
principalmente, en Argentina (439.236), Venezuela (188.025), Brasil (125.150), Cuba
(128.541), México (123.189) o Chile (63.162). En ocasiones, la abultada cifra de españoles
se explica por los numerosos descendientes de los emigrantes de la primera mitad del
siglo XX, y también por el papel hospitalario que jugaron estos países cuando acogieron a
tantas personas que huyeron de España por motivos políticos.
La segunda gran región acogedora de españoles es la Unión Europea (UE), con más
de 800.000 emigrantes. Desde la adhesión de España, este concepto de frontera, además,
hay que utilizarlo con los matices de dulcificación que la propia UE incorpora a sus señas de
identidad. De hecho, estas fronteras no deben existir para los intercambios comerciales ni
para la libre circulación de personas.
En cualquier caso, la contabilidad y las estadísticas nacionales existen y en ellas se observa
que Francia, Alemania, países del Benelux, Suiza o Reino Unido fueron los países a los que
se dirigió la emigración española de los años cincuenta y sesenta, y donde mayoritariamente
se ha dirigido tras la debacle de 2008. En total, en 150 países figura inscrito algún ciudadano
español, pero de ellos, con más de 1.000 habitantes, tan solo figuran 40. Con todo, la
presencia española en el mundo deja muy pocos espacios sin hacerse realidad, y cada vez
se afianza más como una emigración cualificada, muchas veces ligada a la expansión
internacional de las empresas españolas en espacios de fuerte crecimiento, como lo fue
Andorra, países del golfo Pérsico o Australia.
Teoría de la transición demográfica (quinta fase o segunda transición demográfica),
La teoría de la transición demográfica trata de explicar en cuatro fases el rápido
crecimiento de la población en paralelo o, si se prefiere, como consecuencia de la
transformación socioeconómica que se ha producido, por el paso de una sociedad agraria a
otra post--industrial. Dos se identifican por sus reducidas tasas de crecimiento
demográfico –son las que explican las fases primera y cuarta de la transición–, pero en
medio se sitúan otras dos fases caracterizadas por fuertes crecimientos: la segunda
con una fuerte reducción de la mortalidad, pero manteniendo elevadas tasas de natalidad; y
la tercera por la continuidad en la reducción de la mortalidad, pero acompañada ya en este
caso por una fuerte reducción de la natalidad. A esta teoría clásica se viene a unir ahora una
quinta fase, que algunos denominan segunda transición demográfica caracterizada por
un crecimiento natural bajo, e incluso decrecimiento ya que con frecuencia la mortalidad
es superior a la natalidad, y con nuevos perfiles sociales como son el incremento de la
soltería, el retraso del matrimonio, la postergación del primer hijo, la expansión de la uniones
consensuales, el aumento de los nacimientos fuera del matrimonio, el alza de las rupturas
familiares, y la diversificación de las modalidades de organización familiar.
A diferencia de la primera transición demográfica, cuyo componente central era el
comportamiento de las tendencias de la fecundidad y de la mortalidad, esta segunda opera
sobre la base de una relativa estabilidad en ambas variables demográfica (incluso con una
fecundidad con valores inferiores al reemplazo), pero con transformaciones profundas en
materia de nupcialidad, calendario de la fecundidad y formación, consolidación y
estructuración a largo plazo de los núcleos familiares, así como la consideración de la
población inmigrante como un recurso más de reequilibrio social y territorial.
Actualmente, la sociedad española se encuentra dentro de esta segunda transición
demográfica con un envejecimiento agravado respecto a finales de los ochenta, con una
base de la pirámide la mitad de la que constituían las generaciones de sus padres. En
la última década del siglo XX, una parte de la natalidad se debió a los aportes de los
contingentes laborales extranjeros, formados en su mayor parte por gente joven con unas
pautas de fecundidad más elevadas que las posteriores al baby-boom español. Además, la
buena situación económica de principios del siglo XXI animó a muchos matrimonios
a tener el segundo hijo que habían retrasado. Ambos factores han repercutido en leves
incrementos de natalidad acompañados–como consecuencia obligada de la disminución de
la edad media aportada por los recién llegados– de ligeras disminuciones de la tasa de
mortalidad. No obstante, no se puede esperar de estos millones de inmigrantes que –pese
a su innegable repercusión en el progreso del PIB español durante los primeros ocho años
del siglo XXI– tengan la fuerza demográfica suficiente para cambiar la estructura de una
pirámide de edades afectada por la caída de la natalidad de finales de los setenta.

TEMA V
Transformaciones en el hábitat rural tradicional. Factores de las transformaciones de los
núcleos rurales.
Las intensas transformaciones que ha registrado España en los últimos decenios introducen
profundas mudanzas en el hábitat rural. De hecho, existe un amplio consenso al considerar
que el hábitat tradicional, definido desde la Edad Media y afirmado, propiamente, hasta
mediados del siglo XX, ya no se conserva más que en áreas remotas. El mismo ha sido
sustituido por nuevas formas de asentamiento condicionadas por el proceso de urbanización,
la mejora en las redes de caminos y carreteras, y la implantación de empresas en espacios
cada vez más amplios.
En un intento por sistematizar estos cambios en el hábitat rural, es posible identificar hasta
cuatro factores que inciden en los mismos. El primero respondería a una causa endógena,
esto es, asociada a distintos procesos de modernización de la actividad agraria. Así, la
agricultura intensiva existente en importantes regiones del Mediterráneo español necesita
de nuevas instalaciones para gestionarla, almacenar los productos y los insumos agrarios,
e implantar máquinas que han permitido una acusada tecnificación del trabajo agrícola (ver
imagen Agricultura intensiva bajo plástico). Algo similar sucede en comarcas ganaderas del
norte y oeste peninsular donde se levantan nuevos establos, granjas, almacenes de aperos
o residencias más modernas para controlar la explotación. En todos estos casos, tiene lugar
una profunda transformación de la trama parcelaria que se regulariza y ve ampliar el tamaño
medio de sus unidades.
En segundo término, la mejora y multiplicación de las vías que atraviesan el espacio rural se
acompaña de procesos de dispersión secundaria del hábitat. Las carreteras y travesías
principales registran un proceso generalizado de edificación en sus márgenes y las
instalaciones industriales (ver imagen Polígonos industriales en el corredor del Henares) que
se extiende a todo el país. Las nuevas viviendas construidas en el campo buscan la
accesibilidad, por lo que también las proximidades de la red viaria se densifican en mayor
medida que el conjunto.
El tercer proceso que introduce transformaciones de los asentamientos rurales se relaciona
con la irrupción de ejemplos de hábitat urbano en pequeños municipios. Se trata de la
proliferación de urbanizaciones de chalés, adosados y pareados tanto en la segunda y
tercera coronas urbanas, cada vez más lejos de la ciudad central, como en áreas turísticas
emergentes del litoral, la montaña o comarcas de valor paisajístico (Calahonda, Málaga).
Estas tipologías edificatorias también pueden aparecer sin una razón exógena que las
justifique, por actuaciones de urbanización de contratistas o promotores locales en núcleos
modestos, generalmente cabecera de un municipio.
Por último, las áreas rurales acogen de forma creciente pequeños polígonos industriales,
parques empresariales o zonas de actividad que modifican la fisonomía de pueblos y aldeas,
y son fácilmente observables recurriendo a la fotografía aérea. De un modo semejante a las
urbanizaciones, la red viaria y los cambios agrarios, se asiste a una regularización de las
formas del espacio rural, con un avance de los perímetros basados en formas geométricas
puras, de la zonificación de usos, que contrasta con unos perfiles más irregulares del hábitat
tradicional.
En la tabla Población que ha cambiado de residencia se observa que el proceso de
urbanización continúa hasta la actualidad, con transferencia de habitantes rurales a la ciudad
y sus periferias. Además, con una concentración de la población extranjera fuera del campo .

TEMA VI
TEMA VII
Infraestructura de distribución de Productos petrolíferos
España cuenta con unas infraestructuras de distribución de productos petrolíferos que la
hacen emblemática en el mundo. La Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH) conecta a
su red las ocho refinerías que producen derivados líquidos del petróleo en la Península, a
través de 4.020 km de oleoductos, 40 instalaciones de almacenamiento y 28 instalaciones
aeroportuarias.
También un doble oleoducto, propiedad de Repsol, conecta las refinerías de Cartagena y
Puertollano. El consumo generalizado de gas natural ha sido posible por la red de
infraestructuras de Enagás. Cuenta con siete plantas de regasificación de gas natural
licuado, cuatro almacenamientos subterráneos, 19 estaciones de comprensión, una red de
11.000 km de gasoductos y seis conexiones internacionales que permiten la importación y
exportación de este recurso. También existe la conexión desde la Península y las islas
Baleares.
TEMA VIII
TEMA IX
Comercio mayorista. Definición y características y localización
El comercio mayorista se caracteriza por adquirir productos al fabricante u otro intermediario
y vender-los al minorista, no al consumidor final. Al analizar la situación de estas actividades
comerciales en España, también se asiste a su adaptación hacia nuevas formas de
organización, especialmente en algunos subsectores, donde pierde protagonismo el
mayorista como tal, a favor de grandes empresas de distribución o de asociaciones de
minoristas, que asumen el papel de los propios mayoristas. Sin embargo, con una u otra
forma de organización, este tipo de comercio sigue siendo un eslabón importante en muchos
canales de distribución, entre ellos destaca las actividades relacionadas con el sector
primario.
El comercio mayorista tiene una menor presencia en el número de establecimientos que el
minorista, como se puede apreciar en el mapa Estructura del comercio mayorista, puesto
que su trabajo se centra precisamente en disponer de grandes almacenes para poder
acumular gran cantidad de productos y disponer de capacidad logística para organizarlos.
Esto ofrece, lógicamente, una menor densidad de establecimientos mayoristas por habitante.
En cuanto a su localización no hay un patrón claro, unas veces los mayoristas se localizan
en el origen o lugar de producción, y otras en los lugares de consumo, dependiendo de los
sectores. Por ejemplo, los mayoristas de productos farmacéuticos se encuentran repartidos
por todo el territorio español, próximo a los minoristas, puesto que existen un elevado número
de distribuidores farmacéuticos. En el caso de los mayoristas que trabajan con las
actividades vinculadas al sector primario, su reparto está más asociado a los productores,
como se refleja al observar la distribución provincial. Aquellas provincias con importantes
recursos primarios presentan un mayor peso de establecimientos mayoristas; así, en
Pontevedra, A Coruña o Lugo, con un peso significativo en el índice comercial mayorista, se
explica por la presencia de producciones ganaderas y pesqueras, o el caso de Lleida por la
importante concentración de mayoristas de fruta y ganado. Aunque también cabe apuntar
en el reparto de mayoristas asociados al sector primario que la presencia de amplios
mercados de consumo también es importante para su localización.
Salvo en Madrid y Barcelona, con un reparto sectorial de establecimientos mayoristas más
equilibrado, en el resto de provincias la venta de materias primas agrarias y de productos
alimentarios están a la cabeza del número de establecimientos mayoristas; los dedicados a
la venta de productos interindustriales ocupan la segunda posición, seguidos de los de venta
de artículos de consumo duradero; mientras que los que menos representación tienen son
los orientados a la comercialización de productos textiles, calzado y cuero.
TEMA X
La red ferroviaria española y el "cuadrante de oro"
El mapa ferroviario muestra una red con claro carácter centralizado en torno al nodo
fundamental, Madrid. El desarrollo de la red ferroviaria española se ha producido
principalmente hacia el sur y el Mediterráneo, enlazando las principales áreas metropolitanas
españolas con la capital. El llamado «cuadrante de oro», que incluye Madrid, Zaragoza,
Barcelona y Valencia está comunicado por medio de la alta velocidad desde hace ya
un tiempo, a través de Madrid. En cualquier caso, el gran reto es el desarrollo de las
comunicaciones transversales, y es especialmente necesario potenciar la creación de
corredores rápidos en el litoral.
La situación de la cornisa cantábrica y Galicia es peor, ya que la difícil orografía y los
retrasos en las licitaciones de obra pública por efecto de la crisis están retrasando las
conexiones con la Meseta. En cuanto al AVE transcantábrico, su construcción parece más
lejana. Una de las particularidades de la red ferroviaria española es la existencia de
ferrocarriles de vía métrica, llamados así porque su ancho es exactamente de un
metro. El más conocido de todos ellos es el ferrocarril Ferrol-Irun, que recorre el norte
de España. En el País Vasco, las competencias de la gestión de la vía y la explotación del
servicio están transferidas al gobierno vasco, que opera a través de la empresa Euskotren
y ha prolongado la línea hasta la estación fronteriza francesa de Hendaya. De cualquier
modo, la existencia de ferrocarriles autonómicos al margen de la red de ADIF y Renfe
es un hecho destacable y una característica española. En todos los casos, estos
ferrocarriles están gestionados por empresas públicas autonómicas y prestan servicios de
carácter regional y de cercanías. En algunas áreas metropolitanas españolas existen
consorcios de transportes metropolitanos en los que están integrados los operadores
estatales, autonómicos y locales a la vez, prestando servicios de cercanías.
La distribución de las autovías y autopistas y las carreteras de via única
Entre las distintas tipologías de red viaria, que aparecen representadas en el mapa Red de
carreteras, destacan por su relevancia las vías de alta capacidad o autopistas que
cuentan con calzadas separadas en ambos sentidos de la circulación, están dotadas con
dos o más carriles y sin cruces a nivel. Se conciben como un instrumento de desarrollo
regional para acercar las zonas periféricas a los centros de más peso demográfico y
económico, en aras de un mayor equilibrio territorial. Pero, sobre todo, han sido muy
importantes e impactantes en los accesos a las grandes ciudades, al propiciar la
especialización funcional del territorio, consolidando los procesos de las post- metrópolis, de
la suburbanización y de la ciudad difusa. El modelo de organización territorial en estas áreas
gira en torno a la movilidad privada motorizada. El consumo de recursos es muy intenso e
invasivo, y no solo no resuelve a medio y a largo plazo los problemas de congestión, sino
que acelera el incremento del tránsito al generar una movilidad más fluida.
Por ello, al depender las vías de alta capacidad, mayoritariamente del Ministerio de Fomento,
el tráfico global producido en las redes del Estado, en millones de vehículos-km, alcanza
casi el 50% de la demanda global de la red viaria de España. De este modo se pone de
manifiesto que, aunque son las vías de calzada única las verdaderas protagonistas del
paisaje de la red de carreteras (ver mapa de Longitud de la red de carreteras según
tipo de vía), tan sólo el 15% de la red viaria genera el 50% de su tráfico.
Las autopistas libres o autovías y las autopistas de peaje se concentran sobre todo
en las áreas metropolitanas o provincias de mayor tamaño poblacional: Madrid –y
Toledo por difusión de la capital–, Barcelona –con peso similar de vías de peaje y libres, al
igual que Girona y Tarragona– Valencia, Málaga y Alicante. Con algo menos de tráfico se
encuentran las provincias de A Coruña, Asturias, Cantabria, Sevilla y Zaragoza. Destaca la
extensión de carreteras de calzada única en Lugo, León o Burgos, en relación a su reducido
tráfico. Las autopistas de peaje más relevantes son las del corredor mediterráneo, desde
Girona a Almería, la mayor longitud de peaje, a través de la AP-7; la del valle del Ebro, que
desde Tarragona se extiende hasta Bilbao y desde ahí a San Sebastián y Vitoria-Gasteiz;
en la dorsal atlántica, entre A Coruña y Vigo; el área metropolitana de Madrid y, en Andalucía,
la conexión entre Sevilla y Cádiz y Málaga-Algeciras.
Mapa de tráfico marítimo de contenedores. Localizaciones principales y características
Como se observa en el mapa Tráfico de contenedores, este tipo de tráfico ha experimentado
un auge muy importante en las últimas décadas –más del 71% de toda la mercancía general
que se mueve por los puertos españoles lo hace en contenedores–, especialmente en
algunos puertos como los de la Bahía de Algeciras y el de Valencia que, particularmente en
los últimos años, han sufrido una transformación muy importante en aras de conseguir este
tráfico, ya que requiere un alto grado de especialización de las terminales. Para ello, se han
acometido importantes obras para la ampliación de explanadas destinadas al tránsito de los
contenedores, así como la instalación de diversa maquinaria, entre la que destaca la
existencia de casi una treintena de grúas portacontenedores y de pórtico en el puerto de
Valencia, y más del doble en el puerto de la Bahía de Algeciras. Hay que destacar que estos
puertos realizan fundamentalmente una función de trasbordo entre las embarcaciones que
conectan Europa con Asia y América, a la vez que África con Europa. La localización
estratégica del puerto de Algeciras, en la confluencia del Atlántico con el Mediterráneo, ha
favorecido que muchas navieras tengan programadas sus rutas a escasas millas de este
puerto, por lo que el desvío en su ruta transcontinental es mínimo. Este hecho se une a la
calidad de sus infraestructuras –por ejemplo, el puerto de la Bahía de Algeciras ya permite
acoger a la nueva generación de megabuques con capacidad para más de 18.000 TEU
(twenty foot equivalent unit)–, junto a la alta eficacia de estos puertos dentro de un contexto
coste-beneficio, que los ha posicionado entre los veinticinco primeros puertos de la
clasificación mundial de trasbordo de contenedores, aunque con fuerte competitividad frente
a otros relativamente cercanos como Tánger. En rango intermedio se sitúan los puertos de
Barcelona, Las Palmas, Bilbao y Tenerife, que también han realizado grandes esfuerzos en
los últimos años para recibir este tráfico, mientras que el resto recoge un tráfico más
testimonial y donde ya el trasbordo es menos importante, cobrando peso la función del
autoabastecimiento y de servicio de salida de productos de sus respectivos hinterland.
Medios de transporte urbano y ciudades con transporte subterráneo
Los viajeros que utilizan el autobús (ver mapa Viajeros en autobús urbano en áreas
metropolitanas) se concentran en las grandes metrópolis españo-las: en Madrid y Barcelona,
especialmente. También destacan las áreas metropolitanas de Mallorca, Valencia, Sevilla y
Gipuz-koa. Pero más allá de viajeros por km, lo interesante es la distancia media recorrida
por viajero, al ser mayor en las metrópolis más pequeñas. El autobús es un medio de
transporte que, en las ciudades con metro, se usa para viajes alternativos y complementarios
del transporte subterráneo, y se definen por ser más cortos en distancia, pero no en tiempo.
Para los viajes más largos se utiliza el metro, pues acorta tiempos.
Siete ciudades españolas (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Bilbao, Palma y Málaga)
tienen un sistema ferroviario subterráneo. La red de metro más extensa y más antigua es la
de Madrid con 293 km, inaugurada en 1919. En segundo lugar está Barcelona, con 146 km,
estrenada en 1924. También son estas dos metrópolis las que tienen una mayor oferta de
plazas y un número de viajeros mayor, en relación a la dimensión de la red y al número de
habitantes de las ciudades, como se observa en el mapa Viajeros en metro.
Qué es la logística y principales zonas logísticas del país

TEMA XI
TEMA XII
Organización político-administrativa del Estado.
Sistema político-administrativo. Este acabará definiendo el modelo territorial resultante. La
distribución de competencias del modelo de Estado autonómico hace que sean varios los
niveles administrativos que intervienen sobre un mismo territorio desarrollando políticas de
gran impacto territorial. El modelo territorial acaba siendo el resultado de la intervención de
múltiples instancias de gobierno que ejercen sus competencias en materias muy diversas
con diferentes modos de relación
Se trata de un Estado unitario, pero ha llegado a tener un funcionamiento similar al de los
estados federales, organizado en tres niveles político-administrativos principales para
los que se garantiza la autonomía en el gobierno de sus intereses. Según la distribución de
competencias que la propia CE establece: la Administración General del Estado (AGE),
el nivel regional (las comunidades autónomas –CC.AA.–) y el nivel local, que incluye
las provincias, municipios, islas, pequeñas entidades inframunicipales tales como
caseríos, parroquias, aldeas, concejos, pedanías, etc., así como otras entidades
superiores al municipio como las comarcas, áreas metropolitanas y mancomunidades

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