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La Revolución Cubana y la Guerra Fría en América Latina

Desde el punto de vista político, la injerencia estadounidense en los


asuntos de los países latinoamericanos se intensificó tras el triunfo de la
Revolución Cubana, que instaló a pleno el clímax de la Guerra Fría.
Desde la declaración de su independencia en 1902, Cuba había
quedado bajo la “tutela” política y la dependencia económica de los Estados
Unidos, a los que vendía su producción azucarera.

Situación geográfica y pasado histórico

Cuba, una de las Antillas, adquirió importancia estratégica y comercial a


partir del siglo XVIII. Su población indígena apenas sobrevivió al primer siglo de
la colonización. Fue sustituida por mano de obra esclava traída de África Se
formó así una sociedad multiétnica que, según cálculos posteriores, estaba
formada por 40% de negros, 30% de blancos y 30% de mestizos.
Su economía se basaba en la agricultura de monocultivo (caña de
azúcar), con una mano de obra esclava.
Desde el punto de vista político fue la última colonia española en
independizarse, a fines del siglo XIX. De 1868 hasta 1878, los nacionalistas
sostuvieron una guerra de diez años con las fuerzas españolas, sin poder
alcanzar su objetivo de independencia.
En los últimos años de dominio español, Estados Unidos, que mantenía
con la isla relaciones comerciales, realizó a España ofertas de compra que
fueron rechazadas.
En 1895 se reinició la guerra por la independencia de los patriotas
cubanos, liderados por el poeta José Martí. En esta ocasión, Estados Unidos
se vio involucrado por sus intereses económicos en la isla. A raíz de un
atentado a un navío estadounidense en el puerto de La Habana, el Congreso
declaró la guerra a España, en abril de 1898. Unos meses después, España
debió conceder la independencia a Cuba.

Intervención estadounidense

Cuba, una vez independiente, estuvo bajo la influencia estadounidense


en lo relativo a su organización política y económica. La enmienda Platt
habilitó constitucionalmente la intervención de Estados Unidos en la isla, en
caso de peligrar sus intereses. Esta situación se agravó en la primera mitad del
siglo XX por una sucesión de dictadura, que como la de Fulgencio Batista, fue
sostenida por EEUU.
La economía cubana tenía su pilar básico en la producción azucarera
que alcanzaba casi el 80% de las exportaciones. Progresivamente, tanto la
producción como el comercio dependieron de empresas estadounidenses.
Además, aunque la isla suministraba un cuarto del total del azúcar al mundo, la
dependencia de un solo producto hacía a su economía sumamente vulnerable
frente a las variaciones en la producción y la demanda. La propiedad, por otra
parte, se concentró en manos de los estadounidenses, que en 1950 poseían un
47%. EEUU controlaba también, el 90% de los servicios telefónicos y de
electricidad, el 50% de los ferrocarriles, el 25% de los depósitos bancarios, la
explotación del níquel, y en especial el turismo y los casinos en La Habana.
En el plano social, el cultivo requería –solo durante la cosecha- gran
cantidad de mano de obra, pues debía ser plantada y replantada
periódicamente cada 5 a 25 años. El resto del tiempo era “muerto”, en el que
había un amplio desempleo y subempleo. Los trabajadores no encontraban un
lugar a donde ir, excepto a las ciudades, en donde tenían un contacto estrecho
con la clase obrera.
En la década del 50, el 40% de la población vivía en las ciudades, lo que
permitió un contacto entre asalariados rurales y urbanos que dieron al
movimiento revolucionario características especiales.
Por su parte, el gobierno de la isla desarrolló una imagen de corrupción
presidido por dictadores como Machado (1925-33) o Batista después. Todo ello
estaba acompañado de un clima de degradación social.

La Revolución

Fidel Castro, líder de la revolución

En ese contexto político, económico y social surgió una oposición


armada al gobierno. En 1953, Fidel Castro con 165 jóvenes realizó el asalto al
cuartel general de Moncada, pero fracasó, y la represión desatada fue terrible.
La presión internacional determinó que el dictador Batista debiera
decretar una amnistía en la que fueron liberados varios presos políticos, entre
ellos Fidel Castro quien se trasladó a México para organizar una nueva fuerza
guerrillera de 80 hombres que el 2 de diciembre de 1956 desembarcaron al sur
de la isla. Además de Fidel Castro, estaba su hermano Raúl y Ernesto “Che”
Guevara. Descubiertos y atacados se internaron en la Sierra Maestra (tan solo
12 sobrevivieron), de donde siguieron la lucha extendiendo la insurrección por
toda la isla. Allí se organizó el ejército revolucionario principalmente con
campesinos.
En ese contexto se observaba un creciente declive económico, una
corrupción generalizada lo que generó una ola de protestas sociales por parte
de trabajadores y estudiantes en las principales ciudades del país, a lo que el
gobierno dictatorial de Fulgencio Batista, en el poder desde 1952, respondió
con una amplia represión.
El 13 de marzo de 1957 un grupo de miembros del Directorio
Revolucionario Estudiantil atacó el Palacio Presidencial con el objetivo de
derrocar a Batista.
La situación cada vez empeoraba más para el gobierno dictatorial que
finalmente se quedó sin el apoyo del gobierno de los Estados Unidos.
Finalmente el 1º de enero de 1959 los guerrilleros del “Movimiento 26 de
Julio” (nombre que recuerda el asalto al cuartel de Moncada- triunfaron y
tomaron el poder, logrando antes el dictador Batista huir hacia Estados Unidos.

Las primeras medidas y el ingreso de Cuba al bloque socialista.

El nuevo gobierno expropió y repartió tierras entre los campesinos


fomentó campañas de alfabetización y reformó el sistema de salud.
Desde el triunfo de la revolución hasta 1961, la relación política con los
Estados Unidos se fue distanciando paulatinamente ya que las medidas
adoptadas comenzaron a perjudicar a las empresas estadounidenses, al mismo
tiempo que un grupo de exiliados cubanos y ex integrantes del gobierno de
Batista comenzaron a ser entrenados por la CIA con el objetivo de invadir a la
isla.
En abril de 1961 se procedió a lo que se denominó a la “invasión de
Playa Girón” o de “Bahía de Cochinos”, donde fueron derrotados por las
fuerzas revolucionarias.
Esa situación culminó con la declaración de Fidel Castro que proclamó
que Cuba era una república socialista y se incorporó al bloque socialista.

El ingreso triunfal de los guerrilleros a


La Habana, el 1.1.959.

La Alianza para el Progreso y la Doctrina de la Seguridad Nacional.

Tras la Revolución Cubana, los Estados Unidos modificaron sus


concepciones estratégicas para América Latina. Así, por un lado el presidente
John F. Kennedy propuso a los gobiernos constitucionales una “Alianza para
el Progreso”, cuyo objetivo era promover el desarrollo y el bienestar a través
de una ayuda económica. De esta manera, buscaba evitar las apuestas
revolucionarias. Por otro lado, los Estados Unidos impulsaron a los ejércitos del
continente a prepararse en los métodos de la guerra “contrarrevolucionaria”
para acabar con un enemigo “ideológico” que se suponía instalado fronteras
adentro: el comunismo. Esta redefinición de la estrategia de guerra, contenida
en los preceptos de la “Doctrina de la Seguridad Nacional” otorgaba,
entonces, un nuevo papel a las Fuerzas Armadas como garantes del orden
interno.

Radicalización política y golpes de Estado

La Revolución Cubana alimentó, además, esperanzas en los grupos


revolucionarios del continente. Así, la década de 1960 asistió a un proceso de
radicalización política de distintos sectores: la juventud, que cuestionaba el
orden imperante, ciertos sectores de la Iglesia, que asumían un compromiso
de lucha con los pobres, y las agrupaciones de izquierda.
En respuesta a la activación política y a las dificultades económicas
patentes desde los años cincuenta, entre 1962 y 1966 las Fuerzas Armadas
protagonizaron nueve golpes de Estado en América Latina. Todos ellos
destituyeron gobiernos considerados incapaces de sostener el orden y
enfrentar la “amenaza comunista”, o poco dispuestos a alinearse con los
intereses estadounidenses.

EJERCICIO

Explica cuál fue el impacto que produjo la Revolución Cubana en la vida


política latinoamericana.
Se debe tener en cuenta los siguientes aspectos:
a) El contexto de la Guerra Fría
b) La estrategia adoptada por los Estados Unidos para América Latina
c) Las expectativas revolucionarias y la actitud adoptada por las Fuerzas
Armadas.

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