Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PETICIONARIOS
DEMANDANTES : FREDDY ANTONIO CABRERA y LINCOLN
CABRERA RECIO.
HONORABLE MAGISTRADO:
HECHOS Y PROCEDIMIENTO:
POR CUANTO (I): A que mediante el acto bajo firma privada de fecha dieciocho
(18) del mes de julio del año mil novecientos noventa y cuatro (1994), y que tuvo a
bien legalizar el Notario Público para este Municipio de San Francisco de Macorís,
licenciado LORENZO ORTEGA GONZALEZ, el señor JUAN ANTONIO
GONZALEZ PANTALEON, le vendió a los ahora exponentes, señores FREDDY
ANTONIO CABRERA y LINCOLN CABRERA RECIO, el inmueble de referencia
y ahora devenido en litigioso, de modo definitivo y sin que se estableciera
ningún tipo de reservas en dicho acto de venta, el cual involucra otros tres
inmuebles más, escapados estos últimos al objeto e interés del presente
2
apoderamiento. Del señalado acto se os anexa fotocopia a la presente instancia.
Anexo 1.
POR CUANTO (II): A que desde el momento mismo en que se convino la señalada
transacción, el señor JUAN ANTONIO GONZALEZ PANTALEON, entregó el
señalado inmueble a los ahora exponentes, pero también es preciso señalar, que
no obstante al hecho antes denunciado, y en una actitud indudablemente
censurable, dicho señor también convino en un acto de venta respecto de dicho
inmueble, con la señora ANA RUFINA RECIO REYNOSO, por lo cual y antes
que pudiera dársele publicidad a esta última transferencia, los ahora
exponentes elevaron en fecha catorce (14) del mes de agosto del año mil
novecientos noventa y cinco (1995), una instancia al Tribunal Superior de
Tierras, Departamento Central, para el entonces Tribunal Superior de Tierras
único, a los fines de que se inscribiera sobre el señalado inmueble, una
oposición en los términos que así lo contemplaba el artículo 208 de la hoy
derogada Ley 1542, del 11 de octubre del 1947 Gaceta Oficial No. 6707 del 7 de
noviembre del 1947 reformada, o Ley sobre Registro de Tierras, instancia esta
firmada por la Licenciada GISELA MERCEDES GUZMAN FUENTES, y que por
supuesto se reflejó sobre el señalado inmueble, de la cual también se os anexa
fotocopia a la presente instancia. Anexo 2.
3
ahora exponentes, y ello sin lugar a dudas, junto a otros eventos, la convierte en
una tercera adquiriente de mala fe.
POR CUANTO (V): A que en ese mismo orden de ideas, es decir, cuando se
caracteriza un adquiriente de mala fe, lo mismo que acontece en el caso que nos
ocupa, nuestra Corte de Casación ha expresado lo siguiente:
4
también ha sido demostrado mediante los testimonios del señor
MIGUEL PEREZ, oído en calidad de testigo; que estos hechos y
circunstancias revelan, sin lugar a dudas, que cuando la señora
JOSEFA DE LA CRUZ POLANCO, otorgó el acto de fecha 17 de junio
de 1967, siendo sabedora que no podía vender la totalidad de sus
derechos sucesorales en la parcela No. 21 del Distrito Catastral
No. 4 del Municipio de Yamasá, ascendentes a 02 Ha., 21 As., 77
Cas., 50 Dms2., puesto que ha había vendido nueve (9) tareas a
JACINTO GONZALEZ, lo hizo en connivencia dolosa con su
hermano SIMON o SIMEON DE LA CRUZ POLANCO, para despojarlo
de esa porción de terreno, proceder que decreta el carácter
fraudulento de dicha operación”.
5
consistentes en siembra de arroz, plátanos, tabaco y árboles
frutales, alegando haberlas fomentado de buena fe; que para que
exista buena fe en el sentido del artículo 555 del Código Civil, es
necesario que el dueño de las mejoras haya podido creerse
propietario del terreno donde la construyó, o tener una
autorización expresa del verdadero propietario del terreno; que
como la señora MARIA CASILDA RODRÍGUEZ VDA. RODRÍGUEZ, fue
desalojada de esta Parcela en fecha 3 de marzo del 1947 por su
propietario señor JOSE MARIA VARGAS RODRÍGUEZ,
introduciéndose posteriormente en dicho inmueble y como las
pruebas aportadas por dicha reclamación no revelan que con
posterioridad a dicho desalojo ella se creyera propietaria del
terreno donde fueron fomentadas esas mejoras ni que fuera
autorizada por persona alguna a sembrarla, es evidente que
dichas mejoras fueran fomentadas de mala fe, tal como lo
decidiera el Juez de Jurisdicción Original, que por consiguiente,
es procedente rechazar en este aspecto la apelación interpuesta”.
6
su consentimiento expreso para que fuera construido y registrado
a nombre de persona alguna el citado kiosco; que el párrafo único
del Art. 127 de la Ley de Registro de Tierras expresa que: “sólo
con el consentimiento expreso del dueño podrán registrarse a
nombre de otro las mejoras permanentes que hubiere en el
terreno”; que como el propietario del terreno no ha dado su
consentimiento para que el referido kiosco fuere registrado a
favor de su actual dueña, Bienvenida Bonilla, este Tribunal ha
resuelto, acoger la apelación interpuesta, revocar la decisión del
Tribunal de Jurisdicción Original y obrando por contrario
imperio: rechazar, por improcedentes e infundadas, las
pretensiones de la señora Bienvenida Bonilla, de que se registren
en su favor las mejoras adquiridas por ella por compra al señor
Julio César Benítez; declarar que las precitadas mejoras,
consistentes en un kiosco de madera, techado de zinc, con sus
anexidades, se declaran de mala fe, regidas por la primera parte
del Art. 555 del Código Civil”.
7
jurisdicción del Tribunal de Tierras, sobre todo en la especie en
que se trataba de la discusión de la validez o no del deslinde de
la parcela de que se trata, que por consiguiente, habiendo podido
la recurrente ejercer sin restricciones su derecho de defensa en la
instancia, es evidente que los agravios formulados por ella en los
dos medios que se examinan y contra la sentencia impugnada,
carecen de fundamento y deben ser desestimados.
8
A, ya que siendo su capital social de RD$10,000.00, y desde su
fundación en el año 1988 hasta 1991 no realizó ninguna
operación, como lo expresa su abogado Dr. Luis O. Méndez, en su
escrito ampliatorio de conclusiones (página 2), es imposible que
tuviera a la fecha de la compra, los millones reales que costaba
la indicada parcela, porque la Dra. Lina Zoraida Rodríguez
Morel, accionista y fundadora de la compañía Lina Realty, S. A.,
fue elegida Presidente-Tesorero en la Asamblea General
Constitutiva de dicha sociedad, el 18 de febrero de 1988, y los
estatutos sociales de la misma establecen una duración del
Presidente-Tesorero de 6 años, o sea, hasta el 31 de diciembre de
1994, y que sólo podrán ser sustituidos antes, aparece actuando
como Notario Público en la legalización del acto de compra de la
compañía donde ella es Presidente-Tesorero. Porque el domicilio
social de la compañía Lina Realty, S. A., es el mismo donde tiene
su oficina la Dra. y Notario actuante, Lina Zoraida Rodríguez
Morel. Porque la fecha de Constitución de Lina Realty, S. A., en el
año 1988, coincide con la fecha de compra de Agro Inter, S. A., y
con la fecha en que los señores Hellinger, por motivos de salud, se
trasladan a Puerto Plata. Porque resulta muy cuesta arriba creer,
lo que declara el Dr. Ponciano Rondón Sánchez, en la página 4 de
su escrito ampliatorio de conclusiones cuando dice: “que la
compañía Agro Inter, S.A., señala que no tiene ninguna relación
con la Lina Realty, S.A., con el acto de compra y venta y que
dicha compañía desconoce las actividades de la impetrante”.
Cuando se ha probado que el Sr. Ramón Emilio Eusebio es
Presidente-Tesorero de Agro Inter, S. A., y accionista fundador y
comisario de la Lina Realty, S. A.. Porque asimismo, el Dr.
Ponciano Rondón Sánchez es el padre de 3 de los accionistas
fundadores de la Lina Realty, S. A., o sea, de los señores Eliseo
Andrés Rondón Rubini (Vicepresidente), Paulo Juscelino Rondón
Rubini y Fernando Rondón Rubini. En consecuencia, procede
revocar el deslinde de la parcela número 1-Ref.-36-U del Distrito
Catastral No. 2 de Puerto Plata, así como declarar simulado el
acto de venta del 20 de enero de 1993, intervenido entre la Agro
Inter, S. A., y la Lina Realty, S. A..
9
a la Agro Inter, S. A., conforme se deriva de los actos de
adquisición de aquellos, que llevan sus linderos hasta la orilla
del Océano Atlántico y la venta, además, de una casa de madera
con techo de zinc, que ocuparon como vivienda desde el año 1963
hasta el 1988, fecha en que se fueron a residir en Puerto Plata;
que en virtud de cuanto acaba de exponerse, es procedente acoger
en cuanto a la forma, el recurso de apelación interpuesto por la
Agro Inter, S. A., y rechazarlo en cuanto al fondo, por infundado;
confirmar en todas sus partes la decisión recurrida, al quedar
establecido que el Juez a-quo realizó una buena apreciación de
los hechos y una correcta aplicación de la ley, ofreciendo motivos
claros y suficientes para justificar su fallo, los cuales se adoptan
sin necesidad de reproducirlos ahora, y cuyo dispositivo figura
más adelante”.
10
CONSIDERANDO, que si es cierto que todo el que adquiere un
inmueble a la vista de un certificado de título que lo ampara y
paga el precio convenido por la venta, debe ser reputado en
principio como un tercer adquiriente a título oneroso y de buena
fe, no es menos cierto que cuando como en la especie se
comprueba y establece que dicho inmueble no es de la propiedad
del vendedor, sino que se ha registrado a su nombre como
consecuencia de un deslinde ilegal e irregular, en razón de que el
mismo pertenece a otra persona, es incuestionable que la venta de
ese inmueble no puede serle oponible; que en consecuencia, al
declarar el tribunal a-quo bueno y válido el Certificado de Título
No. 84-2346, que ampara la Parcela No. 128-A-1, del Distrito
Catastral No. 18, del Distrito Nacional, expedido a favor de la
señora ALMA VIRGINIA MEDINA MEDINA y ordenar la cancelación
del Certificado de Título No. 86-1656, expedido en relación con la
Parcela No. 128-B del mismo Distrito Catastral, a favor de la
recurrente, así como la expedición de una constancia anotada en
el Certificado de Título No. 78-3728, que ampara los derechos de
00 Has, 20 As, 00 Cas y a favor de la recurrente Finca El Fondo,
S.A., preservando así los derechos de la misma en el resto de la
Parcela No. 128, no ha desnaturalizado los hechos, sino que por
el contrario ha hecho una correcta apreciación de los mismos,
por lo que el tercer medio del recurso, carece también de
fundamento y debe ser desestimado. (S.C.J. 24 de mayo del 2000,
decisión No. 8, B.J. 1074, páginas 529 y 530).
11
expedido a su vendedor, Sr. Homero Sánchez Valdéz; que también
invoca el apelante el argumento de que los terceros no están
obligados a verificar en el registro de títulos, la regularidad y
corrección del certificado de título, porque la ley otorga
credibilidad a tal documento; que, en cuanto al primer
argumento, sobre la calidad de tercero adquiriente, los
razonamientos anteriores resultarían válidos e irrefutables si se
tratara de operaciones realizadas con documentos regular y
válidamente obtenidos, pero en el presente caso se trata de
duplicados del dueño expedidos mediante el amañado
procedimiento establecido en el Art. 204 de la Ley, el cual, al
mismo tiempo que constituye una útil solución para los legítimos
titulares de derechos registrados, en los últimos años y en la
misma proporción que ha incrementado el valor de los inmuebles,
se ha convertido en instrumento efectivo para burlar con una
frecuencia preocupante a los propietarios de los mismos,
vulnerando derechos legalmente adquiridos y amparados en ese
documento, consagrado con fuerza probatoria ante todos los
tribunales del país y absoluta ejecutoriedad de acuerdo a las
disposiciones de los artículos 173 y 174 de la Ley de Registro de
Tierras; que a pesar de que las disposiciones legales citadas no
han sido derogadas formalmente, ante la indiscutible realidad
que afecta los derechos inmobiliarios, cuyos titulares se ven
afectados por la inseguridad que ocasionan frecuentes fraudes y
falsificaciones, el más elemental sentido de previsión y prudencia
impone la conveniencia de investigar el origen de los derechos
que son objeto de negociación;
12
certificado de título obtenido falsificando poderes de
representación para otorgar actos de venta de la cosa ajena;
13
Fernando Poloney Chestaro, hubo un concierto fraudulento contra el
ahora recurrido, conforme se desprende de las propias declaraciones
del último y que figuran en las notas de audiencia, habiendo
establecido además que en las circunstancias descritas en el fallo
impugnado, el precio del inmueble no fue realmente pagado por el
vendedor recurrido, por lo que procedía ordenar la rescisión de dicha
venta, de conformidad con lo que en tal sentido dispone la ley;
14
respecto de los hechos precedentemente relatados, no sólo del
resultado general de las medidas de instrucción realizadas, sino
también del examen y ponderación de los documentos y demás
elementos de convicción que le fueron aportados; que, por otra parte
la sentencia impugnada contiene motivos suficientes, pertinentes y
congruentes que justifican su dispositivo y una exposición completa y
detallada de los hechos y circunstancias de la causa que han
permitido verificar que en la especie se ha hecho una correcta
aplicación de la ley; que en consecuencia, los medios examinados
carecen de fundamento y deben ser desestimado. (S.C.J. 18 de mayo
del 2005, decisión número 30, B.J. No. 1134, páginas 928, 929 y 930).
POR CUANTO (VI): A que respecto de la carga probatoria que ha de reinar para
probar el cuasidelito que ahora nos ocupa, se ha expresado lo siguiente:
15
hecho con el primero; d) Que el precio de RD$300.00 envuelto en la
operación resulta irrisorio si se tiene en cuenta que se trata de 135
tareas de terreno sembrado de cacao y café; y c) Que el término de
la opción es el mismo que el del arrendamiento; que estas
cuestiones de hecho, de la soberana apreciación de los jueces del
fondo, que no pueden ser censuradas en casación. (S.C.J. agosto del
1962, B.J. 625, página 1351).
16
CONSIDERANDO, “…que, en cuanto a la rebatida calidad de los
demandantes originales, hoy recurridos, por descansar en actas
depositadas en fotocopias, como denuncia la actual recurrente,
resulta oportuno observar que si bien por si solas las fotocopias no
constituyen una prueba hábil, ello no impide que los jueces del
fondo aprecien el contenido de las mismas y, unido dicho examen a
otros elementos de juicio presentes en el caso sometido a su
consideración, deduzcan las consecuencias pertinentes; que, en la
especie, la Corte a-qua ratificó el contenido de las fotocopias con
los testimonios regularmente aportados al plenario, aceptados
como prueba idónea por dicha Corte, estimando plausible su valor
probatorio y rechazando la impugnación a las mismas que
opusiera la hoy recurrente, quien por cierto nunca invocó la
falsedad de las actas en mención, sino que sólo restó eficacia a su
fuerza probante, sin negar su autenticidad intrínseca. (S.C.J. 19 de
marzo del 2003, decisión número 18, B.J. No. 1008, página 191).
17
el capítulo de esta ley relativo a la Secretaría de los Despachos
Judiciales.
POR CUANTO (VIII): A que la contienda judicial que ahora nos ocupa, devenida
en litis sobre derechos registrados, como nombre general, se inscribe dentro de lo
que el legislador, de la señalada disposición legal, agrupa en los artículos 28, 29
y 30, disposiciones legales estas que rezan como sigue:
POR CUANTO (IX): A que el artículo 97 de la citada Ley 108-05, lo mismo que
los artículos 132, 133, 134, 135 y 136, todos del Reglamento de los Tribunales
Superiores de Tierras y Jurisdicción Original de la Jurisdicción Inmobiliaria,
expresan como sigue:
Artículo 132. Todo acto de demanda con motivo de una litis sobre
derechos registrados deberá contener al menos, las menciones
requeridas por este reglamento para el apoderamiento de los
Tribunales de la Jurisdicción Inmobiliaria.
18
Artículo 133. El Juez o Tribunal llamado a conocer una litis sobre
derechos registrados, no fijará audiencia, ni realizará ningún
tipo de trámite procesal hasta tanto el demandante haya
depositado en la Secretaria del Despacho Judicial la notificación
de la demanda a la contraparte por acto de alguacil.
POR CUANTO (X): A que las costas en la nueva legislación se regirán por el
artículo 66 de la Ley 108-05, y conforme establece el principio octavo, aplicado
combinadamente con el párrafo segundo del artículo 3 del texto en cuestión,
entonces pues las costas en materia inmobiliaria se regirán por el derecho
común, en este caso el artículo 130 del Código de Procedimiento Civil,
reformado, y la Ley 302 del 18 de junio de 1964, reformada, o ley sobre
Honorarios de Abogados, bajo el predicamento de que: “Todo aquel que
sucumbe en justicia, tiene que ser condenado al pago de las costas del
procedimiento, y éstas distraídas en provecho del abogado infrascrito,
quien afirma estarlas avanzando íntegramente y de su propio peculio”.
19
REYNOSO, a los ahora exponentes, señores FREDDY ANTONIO CABRERA y
LINCOLN CABRERA RECIO, pedir, y al órgano que resulte apoderado,
FALLAR:
20
_________________________________ ______________________
LIC. EDWARD B. VERAS V. M.A. BASILIO GUZMAN R.
Abogado Abogado
_____________________
Recibido conforme
LITIS SOBRE DERECHO REGISTRADO (SIMULACION). FREDDY y LINCOLN vs ANA RUFINA (SAN FRANCISCO DE MACORIS – EDWAR VERAS)
21