Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
EL JUICIO
La preparación del juicio es, pues, la primera fase del juicio oral, cuyo cometido
consiste en la preparación de todos los elementos del debate, en la depuración final de
todas aquellas circunstancias que pudieran nulificarlo o tornarlo inútil; es el momento
de la integración del tribunal, del ofrecimiento de la prueba; es la etapa de la
organización del juicio.
En caso de que transcurra este plazo sin la reanudación de los debates, el juicio quedó
interrumpido, lo que equivale a no iniciado, debiendo realizarse de nuevo todos los
actos desde el principio.
El presidente del tribunal, dentro de las cuarentiocho (48) horas de recibidas las
actuaciones, fija el día y la hora del juicio, el cual se realiza entre los quince (15) y los
cuarentiocho (48) días siguientes.
El secretario del tribunal notifica de inmediato a las partes, cita a los testigos y
peritos, solicita los objetos, documentados y demás elementos de prueba y dispone
cualquier otra medida necesaria para la organización y desarrollo del juicio.
En especial, ella sirve para preservar el principio de inmediación, la publicidad del juicio
y la personalización de la función judicial.
Esta importancia de la oralidad proviene del hecho de que ella es el único modo eficaz
que nuestra cultura ha encontrado hasta el momento para darle verdadera positividad o
vigencia a los principios políticos mencionados.
Este conjunto de actos que conforman el juicio penal son realizados por personas que
tienen diferentes actitudes respecto de la verdad: algunos de ellos, el fiscal, los jueces,
en general quienes son funcionarios del Estado, se guían por la búsqueda de la verdad
(principio de objetividad).
Los actos y las actitudes de las personas se definen fundamentalmente por su relación
con la adquisición de información, con la veracidad de esa información y con la verdad
como meta o como resultado del proceso, sin importar, si esa verdad puede ser
alcanzada o es siempre una meta inalcanzable.
En este contexto, la inmediación se manifiesta como la condición básica que hace que
esos actos y esas relaciones efectivamente permitan llegar a la verdad del modo más
seguro posible, ya que la comunicación entre ellas y la información que ingresa por
diversos canales (medios de prueba) se realiza con la máxima presencia de esas
personas y, en especial, con la presencia obligada de las personas que deberán dictar
una sentencia luego de observar la prueba (los jueces).
A su vez, la oralidad y la inmediación que ella genera permite que la información que
luego se convertirá en prueba, ingrese al proceso o juicio penal del modo más
concentrado posible, es decir, en el menor lapso posible.
Esta posibilidad que otorgan la inmediación y la oralidad de que los medios de prueba
se reúnen en una misma oportunidad, sean observados o sean escuchados sin
interrupciones, y adquieran así mayor virtualidad probatoria, por una parte y, por otro
lado, puedan ser controlados con mayor eficacia por los distintos sujetos procesales, se
ha llamado principio de concentración, y se le considera uno de los grandes principios
que estructuran un juicio penal.
La publicidad del juicio se relaciona, en primer lugar, con una de las funciones propias
de la justicia penal: la transmisión de menajes a la sociedad, acerca de la vigencia de
los valores sociales que fundan la convivencia social.
La publicidad del juicio significa que las decisiones de los tribunales son decisiones
transparentes.
Así como existen innumerables garantías judiciales que buscan limitar la arbitrariedad,
la publicidad del juicio busca asegurar el control del ejercicio de ese poder.
De este modo, los jueces deben dictar sus sentencias “de cara al pueblo” y los
ciudadanos pueden tener una percepción directa de cómo ellos utilizan ese enorme
poder que la sociedad les ha confiado.
Debe quedar claro, pues, que la publicidad del juicio es el principio que asegura el
control ciudadano sobre la justicia.
Pero en realidad, creer que el principio de control ciudadano se satisface con solo
permitir que los ciudadanos concurran a los juicios es una visión en cierto modo
superficial.
Este traslado del control ciudadano a la prensa plantea muchas dificultades, ya que
puede convertirse en un gran medio de distorsión de la opinión social.
A petición de parte puede modificar las condiciones bajo las cuales el imputado
permanece en libertad o imponer otras medidas de coerción previstas en este código.
Inmediación
El tribunal señala en cada caso las condiciones en que se ejerce el derecho a informar.
Restricciones de Acceso
Está prohibido el ingreso a la sala de audiencias de los menores de doce años, salvo
que estén acompañados de un mayor de edad responsable del menor.
Tampoco pueden ingresar militares o policías uniformados, salvo que cumplan
funciones de vigilancia o custodia.
Del mismo modo les está vedado el ingreso a personas que porten distintivos gremiales
o partidarios.
Oralidad
Excepciones a la Oralidad
1) Los informes, las pruebas de documentales y las actas que este código
expresamente prevé;
2) Las actas de los anticipos de prueba, sin perjuicio de que las partes soliciten al
tribunal la comparecencia personal del testigo, cuando sea posible;
3) Los informes de peritos, sin perjuicio de que los peritos deban concurrir para explicar
las operaciones técnicas realizadas y las conclusiones a las que han llegado;
Cualquier otro elemento de prueba que pretenda ser incorporado por lectura al juicio,
no tiene valor alguno.
A excepción del personal de custodia y disciplina, nadie puede portar armas u otros
instrumentos aptos para molestar, perturbar u ofender a los demás.
Todas las personas presentes en la sala de audiencias y las áreas de acceso inmediato
deben abstenerse de adoptar un comportamiento intimidatorio, provocativo, ni producir
disturbios o manifestar de cualquier otro modo opiniones.
El presidente en el cumplimiento de su poder disciplinario y policía de la audiencia
puede disponer el desalojo de la sala o el alejamiento de las personas que alteren o
perturben el normal desenvolvimiento de la audiencia.
Continuidad y Suspensión
En los casos en que ello no es posible, el debate continúa durante los días
consecutivos que haya menester hasta su conclusión.
Puede suspenderse en una única oportunidad por un plazo máximo de diez días,
contados de manera continua, solo en los casos siguientes:
1) Para resolver una cuestión incidental o practicar algún acto o diligencia fuera de la
sala de audiencias, siempre que no sea posible resolver el asunto o agotar la gestión
en el intervalo entre dos sesiones;
La misma regla rige para los casos de muerte o falta definitiva de un juez, ministerio
público o defensor;
4) Cuando el ministerio público solicite un plazo para ampliar la acusación o el defensor
lo solicite por igual motivo, siempre que las características del caso, no sea posible
continuar en lo inmediato;
El tribunal decide sobre la suspensión, lo que vale citación para las partes presentes o
representadas.
Los jueces pueden intervenir en otras audiencias durante el plazo de suspensión, salvo
que el tribunal decida lo contrario, por resolución fundada, en razón de la complejidad
del caso.
Interrupción
DE LA VISTA DE LA CAUSA
Apertura
Por tal razón, uno de los actos iniciales es la lectura de la acusación y de auto de
apertura del juicio.
Esta fijación del objeto del debate no es simplemente informativa; al contrario, como ya
hemos visto, cumple una función principal, ligada a lo que se denomina “principio de
congruencia”: la sentencia sólo podrá versar sobre los puntos de hecho fijados en la
acusación y el auto de apertura del juicio.
Por otra parte, si bien la acusación o el auto de apertura a juicio son, en principio,
límites infranqueables, existe una excepción que se denomina ampliación de la
acusación: ella consiste en la posibilidad del fiscal de incluir un hecho nuevo, que no
había sido considerado en la acusación o en el auto de apertura a juicio.
Sin embargo, ese poder también está limitado: solo se podrán incluir hechos nuevos
que estén estrechamente ligados con el hecho básico y que amplíen el objeto del
debate, pero no lo modifiquen totalmente.
Esos hechos nuevos podrían ser, por ejemplo, hechos que integran un delito
continuado, o hechos que influyen en una agravante o atenuante, que hasta ese
momento no se había considerado.
Él debe determinar el contenido preciso del juicio, delimitando cuál será su objeto.
Por tal razón, el auto de apertura también debe describir con precisión cuál será el
hecho justiciable.
Esta determinación no se exige solo por una razón de precisión o prolijidad, sino
porque existe un principio garantizador, ligado al principio de defensa, según el cual la
sentencia que se dicte luego del juicio sólo podrá versar sobre los hechos por los
cuales se ha abierto el juicio.
La delimitación del hecho que será objeto del juicio cumple una función garantizadora,
porque evita acusaciones sorpresivas y permite una adecuada defensa.
-Califica el hecho (aunque esta calificación jurídica sigue siendo provisional, porque el
juez, en la sentencia, tiene libertad para calificar el hecho de un modo diferente);
-Identifica a quienes intervendrán como partes del debate y puede contener lo que se
denomina la citación a juicio, es decir, el emplazamiento para que las partes concurran
al tribunal del debate a presentar la prueba de la que pretenden valerse en el juicio.
En mayor o menor medida, estos serán los contenidos normales de un auto de apertura
a juicio.
Todas estas son variantes que permiten estructurar el proceso de diferente modo.
Luego de esta fase intermedia, el juez o tribunal podrá dictar un sobreseimiento (no es
éste el único momento procesal en el que se puede dictar un sobreseimiento, pero si es
el momento más oportuno).
Podemos decir, pues, que nos hallamos ante un estado de incertidumbre insuperable.
Algunos argumentan que en estos casos se debe arribar a una decisión provisional,
porque en teoría nunca se puede afirmar que la incertidumbre sea insuperable.
No existen otros indicios, ni pruebas indirectas: solo los dichos de uno contra el otro.
¿Cuál es la solución adecuada?
Es evidente, pues, que nos hallamos ante una incertidumbre insuperable. Como los
casos de este tipo son bastantes frecuentes y muchas veces existe la convicción íntima
de que el imputado ha sido culpable, se pretende utilizar una solución provisional (el
sobreseimiento provisional) como un modo de castigo indirecto.
No solo por derivación de la regla del in dubio pro reo, sino porque existe un derecho
de las personas a que su situación procesal adquiera, en un tiempo razonable, un
carácter definitivo.
Por el contrario, cuando si existe una esperanza seria de que la incertidumbre podrá
ser superada, la solución adecuada debe ser de carácter provisional.
Para ello es necesario escuchar al imputado, que es el titular del derecho de defensa
en sentido primigenio (lo que también se llama “derecho de defensa material”, por
referencia al derecho de defensa “técnico”, que ejerce el abogado defensor).
Lo cierto es que no se puede saber con precisión sobre qué se va a debatir hasta que
no esté fijada la controversia, y esa controversia se establece entre la acusación y la
defensa.
Ello no quiere decir que éste sea único momento de declaración del imputado, pero sí
que es un momento imprescindible.
El día y hora fijados, el tribunal se constituye en la sala de audiencias. Acto seguido, el
secretario procede a verificar la presencia de las partes, los testigos, peritos e
intérpretes, y el presidente declara abierto el juicio, advirtiendo al imputado y al público
sobre la importancia y significado de lo que va a ocurrir e indicando al imputado que
preste atención a lo que va a escuchar.
Una vez que se declare la apertura de juicio se da preferencia al imputado para que
declare si lo estima conveniente para su defensa, y el presidente le explica con
palabras claras y sencillas el hecho que se le atribuye, con la advertencia de que puede
abstenerse de declarar, sin que su silencio o reserva le perjudique y que el juicio puede
continuar aunque él no declare.
Durante todo el desarrollo del debate, el imputado podrá ampliar su declaración o hacer
las aclaraciones que considere convenientes.
Para facilitar esta comunicación se les ubica permanentemente uno al lado del otro.
Variación de la calificación
Ampliación de la acusación
Esas hipótesis deberán ser confirmadas o desechadas por el tribunal y, para ello,
necesita información.
La confirmación de cada una de las hipótesis procesales está en relación directa con la
intensidad de información vinculada con esa proposición hipotética.
La información ingresa al juicio por diversos canales. Esos canales son los medios de
prueba: testigos, peritos, documentos, cosas secuestradas, etc.
La información puede también ingresar a través de una observación directa por parte
del tribunal (inspección del lugar del hecho, etc.).
electrónico, video, etc., que contiene información), cosas (elementos materiales que
han tenido alguna vinculación con los hechos que se intenta comprobar).
En principio, es admisible cualquier otro canal de información siempre que no sea
ilícito, que sea susceptible de control por parte de los sujetos procesales y no afecte la
dignidad de las personas.
Quien pida la exhibición expresarán los hechos que pretende demostrar y deberá
afirmar que el documento o la cosa se encuentran en poder de la persona llamada a
exhibirlos, su clase y la relación que tenga con aquellos hechos. De la misma manera
procederá cuando se exhiba espontáneamente un documento
Recibida la declaración del imputado, si la hay, el tribunal procede a recibir las pruebas
presentadas por el Ministerio Público, por el querellante, por la parte civil, por el tercero
civilmente responsable y por la defensa, en ese orden, salvo que las partes y el tribunal
acuerden alterarlo.
La prueba es recibida en el orden escogido por cada una de las partes, conforme lo
han comunicado al tribunal y a las demás partes en la preparación del juicio.
Perito
El tribunal puede, a solicitud de parte, siempre que lo estime oportuno y en cuanto sean
materialmente posible, ordenar que las operaciones periciales sean realizadas o
recreadas en la audiencia.
Testigo
Antes de declarar, el testigo no debe comunicarse con otros testigos ni ver, oír o ser
informados de lo que ocurra en los debates.
Interrogatorio
La parte que lo propuso cuestiona directamente los testigos o peritos sobre sus datos
generales, así como sus vínculos con las partes.
Acto seguido, se procede al interrogatorio directo por la parte que lo propuso, por las
otras partes en el orden establecido, y por el tribunal.
En todo caso vela porque el interrogatorio se conduzca sin presiones indebidas y sin
ofender la dignidad de las personas.
Las partes pueden presentar oposición a las decisiones del presidente que limiten el
interrogatorio, u objetar las preguntas que se formulen.
Declaración de menores
Toda declaración de un menor podrá realizarse ante expertos y siempre en presencia
del Ministerio Fiscal. Quienes ejerzan la patria potestad, tutela o guarda del menor
podrán estar presentes, salvo que sean imputados o el juez, excepcionalmente y de
forma motivada, acuerde lo contrario
Incomparecencia
Si el perito o testigo no puede ser localizado para su conducción por la fuerza pública,
el juicio continúa con prescindencia de esa prueba.
Con toda la información disponible comienza la fase del debate, consistente en los
alegatos finales o discusión final.
Aquí los sujetos procesales deberán presentar al tribunal la solución del caso que cada
uno propone, mediante el análisis de la prueba producida (la información disponible) y
el análisis de las normas aplicables al caso, tal como cada uno de ellos entiende que
ha quedado conformado.
Esta es una fase de discusión y, por lo tanto, se debe permitir que los distintos sujetos
procesales discutan (por supuesto, dentro de un marco de orden y disciplina).