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HISTORIA

DE DOS PINTORAS
Sofonisba Anguissola
y Lavinia Fontana

Edición a cargo de

Let icia Ruiz Gómez

Madrid, Museo Nacional del Prado


2019
Este catálogo se ha editado con motivo de la exposición
Historia de dos pintoras: Sofonisba Anguissola y Lavinia foontana,
celebrada en el Museo 1 acional del Prado, Madrid,
entre el 22 de octubre de 2019 y el 2 de febrero de 2020.

Exposición organizada por

GOBIERNO
OEESPANA
MINISTEP.IO
DE CUlTURA
MUSEO NACIONAL
YD~TE DEL PRADO

Con la colaboración de

11
Comunidad
de Madrid
MINISTERIO DE CUL"l URA Y DFPO RTF REAl. PATRON ATO DEL .MUSEO NACIONAL DFI PRADO

~lin 1 ~rro l'rt:sldt:n~l.l dt: llonor


José Guirao Cabrera SS. MM. los Reyes

'>uh~t·crcrano l'rt·~ldt•J¡f
J avier García Fernández J avier Solana Madariaga

\ tceprc:~ldt nt .l
~! US EO 1'ACIONAL DEL PRADO
Ameli a Valcárcel y Bernaldo de Quirós

D1recror
\th... ,lko;
Miguel Falomir Faus
César Aliena Izue l
José Antonio BenedictO Iruiñ
Din~crorAdjunto dt· ( 'onscn .lt.IÚn e· lnvt•sriga<.:IÓn
Antonio Bo ner Correa
Andrés Úbeda de los Cobos
Pilar del Castill o Vera
Guillermo de la Dehesa Romero
D1recrora .\d¡unra de \dmilllsrr<ll.:i<.lll
Isabel Díaz Ayuso
Marina Chinchilla Gómez
José Manuel Enrrecanales Domecq
Isidro Fainé Casas
Miguel Falomir Faus
Román Fernández-Baca
Alvaro Fernández-Villaverde y Sil va, Marqués de Sanra Cruz
Víctor García de la Concha
Javier García Ferná ndez
M." José G ualda Romero
Carmen Iglesias Cano
M! Dolores J iménez-Bianco y Carrillo de Albornoz
Alicia Kop lowitz y Romero de Juseu
José Lu is M artínez-A imeida
Rafael Moneo Vallés
Anabel Morillo León
Alfredo Pérez de Armiñan y de la Serna
Francisco Pérez Urbán
Carlos Romomé Romero
Ana M! Ruiz Tagle
J osé Ignacio Sánchez Galán
O iga Sánchez Rodríguez
Eduardo Serra Rexach
Juan Tejedor Ca rnero
Fernando de Tcrá n Troya no
Carlos Zurita, Duque de Soria

Pat r onos de llonor


Plácido Arango Arias
H elena Cambó de Guardans
José M ." Castañé Ortega
Sir John Elliorr
Ca rlos Fitz-James Stuarr y Marrínez de Trujo, XIX Duque de Alba
Philippe de Monrebello
María Várez Benegas

l.,cLr•'t .trlil
M ." Dolores Mu ruzába l Irigoyen
José Guirao Cabrera
lvlinisrro de Cultura y Deporrc

Un recuento de las exposiciones programadas durante 2019 la granada del mismo artista, han propiciado la magnífica ex-
en el Museo Nacional del Prado para conmemorar sus dos- posición dedicada a «Fra Angelico y los inicios del Renaci-
cientos años de historia muestra el vigor intelectual y organi- miento en Florencia >> , un proyecto muy distinto al de <<Giaco-
zativo de esta institución, de la que d Ministerio de Cultura metti en el Museo del Prado>>, en el que uno de los artistas más
y Deporte no puede por menos que sentirse muy orgulloso. emblemáticos del siglo XX ha dialogado con los grandes maes-
La variedad de propuestas se ha basado en la historia del tros de nuestra pinacoteca. Ese intercambio de miradas se ha
propio Museo y en sus numerosas implicaciones con la his- prolongado en la exposición « Velázquez, Rembrandt, Ver-
toria del arte. La exposición «Un lugar de memoria. Museo meer. Miradas afines», en la que se exponen los rasgos comu-
del Prado (1819-2019)>>, la primera de la conmemoración, nes de los pintores holandeses y españoles de los siglos XVI
supuso una reflexión sobre el Museo y su historia al ir más y XVII. Tendremos aún oportunidad de explorar aspectos
allá del mero recorrido cronológico por sus principales hitos, vinculados al dibujo con la sugestiva exposición << El maestro
permitiéndonos comprender el papel vertebrador del Prado de papel. Cartillas para aprender a dibujar de los siglos XVII
en muchos ámbitos de la vida cultural, histórica y social de al XIX » y de disfrutar del genio excepcional de Francisco de
nuestro país. Ese proyecto ha tenido su continuidad en otros Goya a través de una amplia exposición de sus dibujos.
trabajos, de menor dimensión y arco de acción pero que han A este rico y variado panorama exposirivo se añ.ade
resultado especialmente atractivos por la entidad y pertinen- <<Historia de dos pintoras: Sofonisba Anguissola y Lavinia
cia de sus propuestas. La recreación del Gabinete de descan- Fontana>>, que nos acerca a dos modelos diferentes de artis-
so de Sus Majestades nos ha permitido conocer el sentido ta. Este proyecto conecta especialmente con nuestra sensi-
original de un espacio muy emblemático del edificio, mientras bilidad e inquietudes actuales, por cuanto recupera a dos
que <<Una pintura para una nación. El fusilamiento de Torri- creadoras que alcanzaron fama y que posteriormente, y por
jas y sus compañeros » nos ha sumergido en uno de los epi- largo tiempo, sufrieron un injusto olvido. La exposición y
sodios más emocionantes de nuestra historia del siglo xrx. su catá logo nos invitan a reflexionar sobre esas pintoras, su
La restauración y el estudio de La Anunciación, obra maes- relación con el arte y la sociedad de su tiempo y nos permi-
tra del Prado, así como la reciente adquisición de La Virgen de ten disfrutar de un conjunto de espléndidas obras.
Esta exposición no hubiera sido posible sin la generosidad de los siguientes prestadores:

Baltimore (Maryland), The Walters Art Museum • Basilea, Kunstmuseum Basel • Bérgamo,
Accademia Carrara • Berlín, Staatliche Museen zu Berlin, Gemiildegalerie • Bolonia, Collezione
Pavirani • Bolonia, Fondazione di culto e religione Ritiro San Pellegrino • Bolonia, Pinacoteca
Nazionale di Bologna, Polo Museale Emilia Romagna • Boston, lsabella Stewart Gardner Museum
• Boston, Museum of Fine Arts • Budapest, Szépmíívészti Múzeum · Burdeos, Ville de Bordeaux-
Musée des Beaux-Arts • Florencia, Gallerie degli Uffizi, Gabinetto dei Disegni e delle Stampe •
Florencia, Gallerie degli Uffizi, Galleria Palatina • Florencia, Gallerie degli Uffizi, Galleria delle
statu e e delle pitture • Illescas, Fundación Hospital Ntra. Sra. de la Caridad Memoria Benéfica
de Vega (FUNCAVE) • taíKut (Polonia ), Muzeum-Zamek w taúcucie · Londres, British Museum
· Madrid, Fundación Casa de Alba • Madrid, Galería Caylus • Madrid, Instituto de Va lencia de
Don Juan • Madrid, Patrimonio Nacional • Marsella, Musées de Marseille, Musée des Beaux-Arts
• M.iami, Un.iversity of M.iami, Lowe Art Museum • Milán, Pinacoteca di Brera • Nápoles, Museo
e Real Bosco di Capodimonte • Niva (Dinamarca), Nivaagaards Malerisam ling • Pesara, Comune
di Pesa ro, Musei Civici di Palazzo Mosca • Poznañ (Polonia), Fundacja im. Raczyñskich przy
Muzeum Narodowym w Poznaniu • Roma, Accademia Nazionale di San Luca · Roma, Collezione
Principi Colonna • Roma, Galleria Borghese • Ruan, M étropole Rouen Normandie, Musée des
Beaux-Arts • San Martina in Rio (Italia), Diletta Badeschi • Sevenoaks (Inglaterra), National Trust
Collections ·Siena, Pinacoteca Naziona le • Southampton, Southampton C ity Art Gallery • Stamford
(Inglaterra) , The Burghley House Collection • Turín, Gal leria Sabauda, Musei R ea li d i To rino •
Viena, Kunsthisrorisches Museum Wien, Gemiildegalerie • Washington, D. C., National Gallery
of Art ·Washington , D. C., National Museum ofWomen in the Arts • Wellesley (Massachusetts),
Da vis Muscum at Wellcslcy College • Zaragoza, Museo de Zaragoza

así como de todos aquellos que han preferido permanecer en el anonimato.


Marta Rivera de la Cruz
Conse¡era Je Cultura ~ Turi-,mo Lk la Comunidad dL" \ ladnd

La reunión en el M useo del Prado de obras de las pintoras Lavinia Fontana, hija y esposa de pintores, fue, por su
del Renacimiento italiano Sofonisba Anguissola y Lavinia parte, la pintora de Bolonia, una de las ciudades más cultas
Fontana es un acontecimientO singular que se enmarca, ade- de su tiempo. Tener once hijos y enfrentarse a un gremio
más, entre las actividades que celebran el Bicentenario de cerrado no le impidieron ser autora de más de un centenar
una de las instituciones culturales más importantes de nues- de obras, vivir de su arte y retratar, entre otros, al papa.
tra región, de nuestro país y del mundo. Que una exposición Nos acercaremos a obras tan destacadas como el retrato
sobre estas dos extraordinarias mujeres forme parte de esta de Costanza Alidosi, en el que disfrutaremos de la maes-
conmemoración es una oportunidad única para reflexionar tría de la boloñesa al pintar los detalles del traje de esta
sobre la condición femenina y la creación artística en un poderosa noble, o admiraremos los desnudos de su pintu-
momento tan crucial como lo fue el siglo XVI. ra mitológica.
Sofonisba y Lavinia no fueron las primeras artistas de las A través de autorretratos, retratos, pintura religiosa y
que tenemos noticia, pero la notoriedad que alcanzaron entre mitOlógica, Sofonisba y Fontana nos permitirán viajar has-
sus contemporáneos, así como la entidad y la calidad pictóri- ta la intrincada cultura cortesana de la sociedad en la que
ca de sus obras, permite inscribirlas en la Historia del Arte por vivieron y podremos, gracias al trabajo y el talento de estas
méritos propios. Muchos de sus dibujos y pinturas están a la dos mujeres italianas, asomarnos a los albores de una cul-
altura de los de los mejores artistas de su tiempo y, de hecho, tura moderna y cosmopolita.
cuando el olvido ensombreció sus figuras, algunas de sus La Comunidad de Madrid colabora activamente con el
obras se atribuyeron a renombrados pintores masculinos. Museo del Prado desde 2004 y apoya desde entonces mues-
Madrid es, además, fundamental en la vida de Sofonisba tras temporales de gran prestigio . Se suma gustosa hoy a
Anguissola, ya que vivió en nuestra capital durante su pro- esta exposición y a la publicación de este catálogo, uno de
longada estancia en la corte. Esta aristócrata de Cremona, los proyectos más ambiciosos y elaborados del ali.o. Partici-
territorio entonces perteneciente al imperio español, fue par en el Bicentenario con una celebración del arre femeni-
nombrada dama de Isabel de Valois, la joven y sofisticada no es un modo excelente de reiterar nuestro compromiso
princesa cuyo matrimonio con Felipe II propició la paz entre con una institución señera de la cultura española que se
Francia y España. Sofonisba destacó al incluir la pintura abre con ilusión y liderazgo hacia dentro, hacia nuestra re-
entre sus funciones cortesanas, convirtiéndose, así, en una gión, y hacia afuera, hacia el mundo entero.
de las contadas pintoras de corte de su época. FrutO de su Felicidades al Prado y a todos los trabajadores que han
talento son varios retratos de entonces, como los de sus participado en esta muestra, tanto del museo como de la
propios reyes, que forman parte, para nuestro placer, de la consejería de la Comunidad de Madrid, por su esfuerzo y
colección permanente del Museo del Prado. por el magnífico resultado obtenido.
Javier Solana Madariaga
R 11 1 1 ro dd \1 u-.co :-\auon.ll dd Prado

E1 interés de la sociedad por poner en valor la creación ar- Prado gracias a esta exposición y a su catálogo. En la elabo-
tística femenina es un fenómeno incuestionable; y no nove- ración de este último han participado reconocidos estudio-
doso, como acredita el repaso por la historiografía de género sos -con amplio protagonismo femenino-, que permiten
que iniciaron algunas historiadoras del arte anglosajonas comprender la importancia de cada obra elegida y situarla
desde los años setenta del siglo pasado. Este rescate, que ha en su contexto,
sido progresivo, comenzó muy pronto a materializarse en Este proyecto, que ha involucrado a muchas áreas y tra-
exposiciones de creadoras que van del siglo XVI hasta el XIX. bajadores de la institución, pone de manifiesto la necesaria
En la siguiente centuria, la lista de féminas comienza a crecer, complejidad de una empresa tan ambiciosa, ideada por Le-
al tiempo que su producción y su personalidad adquiere una ricia Ruiz, jefa del Departamento de Pintura Española, y
entidad imparable y significativa, como estaba ocurriendo puesta en marcha de manera eficaz por el personal de Ex-
con las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad. posiciones, Restauración, Gabinete Técnico, Edición, Regis-
En el elenco citado se incluyen asimismo como referen- tro, Brigada de Obras de Arte, Biblioteca, Documentación,
cias ineludibles los nombres de Sofonisba Anguissola y La- Seguridad y Obras y Mantenimiento, así como otros varios
vinia Fontana, protagonistas de esta exposición organizada servicios imprescindibles.
por el Museo del Prado como parte fundamental del Bicen- Quiero hacer constar mi agradecimiento a todos estos
tenario de su apertura al público. Las dos nacieron en Italia, colectivos, extensible a todo el personal del Museo del Pra-
un ámbito especialmente interesado a lo largo del siglo XVI do, y también, y muy especialmente, a quienes nos han ayu-
por dignificar y educar a la mujer y en donde encontramos dado a poner esta exposición en marcha, en concreto a la
además la avanzadilla del arte en femenino. Anguissola fue Comunidad de Madrid, por su valiosa colaboración, y a los
quien hizo de la práctica artística de las mujeres una activi- American Friends, quienes, al facilitar la edición inglesa de
dad reconocida y honorable, con la que consiguió ocupar este catálogo, sin duda ayudan a dar a conocer nuestro pro-
una posición social en la corte española. Fontana, ampara- yecto más allá de nuestras fronteras.
da en la fama de Sofonisba, dio un paso más y se convirtió También quiero dejar constancia de mi reconocimiento
en la primera mujer en ponerse al frente de un taller, dispu- a los numerosos prestadores que han hecho posible esta
tando con los hombres los encargos importantes de Bolonia, hermosa exposición que trae a nuestra memoria la afirma-
Florencia o Roma. Ambas propiciaron un horizonte nuevo ción de Ludovico Ari~sto: << Las mujeres alcanzan la exce-
para las mujeres, un legado que ha permanecido silenciado lencia en cualquier arte al que se hayan dedicado>> (Orlando
durante mucho tiempo y que puede visibilizarsc ahora en el furioso, Ferrara, 1532, canto XX, 2).
Miguel Falomir Faus
Dtrecror del .\1useo I\i~h.!onal Jell'raJo

Cuando presentamos la programación del Bicentenario del exposición, Sofonisba Anguissola (h. 1535-1625 ) y Lavinia
Museo del Prado señalamos que varias de sus exposiciones Fontana (1552-1614 ), son prácticamente coetáneas de Cla-
habían sido concebidas para mitigar deficiencias históricas ra Peeters, pero sí mudamos de geografía, pasando de Am-
de nuestras colecciones. Así sucedía con «Fra Angelico y los beres a Italia y España. Y, sobre todo, cambiamos de enfo-
inicios del Renacimiento en Florencia >>, respecto al Quat- que. Lo que pretendemos al enfrentar a Sofonisba y Lavinia
trocento italiano, o «Miradas afines», con la pintura holan- es advertir de la compleja realidad de las mujeres artistas,
desa del siglo xvn. La que ahora presentamos palia también quienes, lejos de responder a un solo modelo, mostraron
una laguna, pero, en este caso, una que no es en modo algu- actitudes diversas hacia una profesión que ejercieron y prac-
no privativa del Museo del Prado y que comparte por des- ticaron de acuerdo a distintas y muy personales circunstan-
gracia con rodas las galerías de arte antiguo: la escasa cuan- cias familiares, sociales y vitales. Tal es la realidad que emer-
do no nula presencia de artistas femeninas. ge de la contemplación de la exposición y de la atenta
El Museo del Prado es consciente de esta injusticia desde lectura de este catálogo.
hace años y trabaja por subsanarla. En 2016 dedicó su pri- La responsable de llevar adelante con brillantez este
mera exposición a una pintora: la flamenca Clara Peeters complejo y novedoso proyecto ha sido Leticia Ru iz, conser-
(h. 1588/90-después de 1621), anunciando al presentarla vadora del Museo del Prado y comisaria de una exposición
que no sería una anécdota, sino el capítulo inaugural de una que se ha beneficiado de la generosidad de innumerables
decidida apuesta por otorgar visibilidad al papel de la mujer instituciones europeas y americanas que han prestado sus
en la historia del arte. obras, y que cuenta, una vez más, con la colaboración de la
Ahora presentamos el segundo episodio de ese compro- Comunidad de Madrid y de American Friends of the Prado
miso, de mayor envergadura y complejidad. No abandona- Museum para la edición en inglés de este catálogo. A todos
mos una misma cronología, pues las protagonistas de esta ellos queremos expresar nuestra gratitud y reconocimiento.
Sumario

15 Historia de dos pintoras:


Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana
Leticia Ruiz Gómez

39 Artes hermanas
M ichael Co le

53 Sofonisba Anguissola en la corte de Felipe II


Almudena Pérez de Tu de la

71 Sofonisba Anguissola en el Museo del Prado.


Una aproximación a su técnica
Maite Jover de Celis
1\!I.a Dolores Gayo García
Laura Alba Carcelén

Catálogo

89 La creación del mito


139 Sofonisba Anguissola en la corte de Felipe II
167 Lavinia Fontana: retratista de Bolonia
189 La pintura religiosa
213 Lavinia Fontana y la pintura mitológica

230 Sofonisba Anguissola: cronología


232 Lavinia Fontana: cronología
234 Bibliografía
248 Índice onomástico
Historia Lcttcw Ruiz Cómez

' de dos pintoras:


Sofonisba Anguissola
y Lavinia Fontana

La génesis de la exposición de Austria, junto a las que permaneció hasta 1573, año en
que regresó para siempre a su patria. Su paso por la corte
El Museo del Prado posee cuatro obras de Sofonisba An- espaiiola aumentó y prolongó el reconocimiento y la fasci-
guissola (h. 1535-1625) y una más de su hermana Lucia nación por su persona. Anguissola se convirtió en una cita
(h. 1537-b. 1565) [cat. 17]. Los aiios que la primera pasó obligada en toda relación laudatoria sobre las mujeres, y
en España al servicio de las reinas Isabel de Valois y Ana de poseer un retrato de esta dama pintora era algo codiciado
Austria explican la presencia de los retratos de ambas ade- en una época en que se coleccionaba con entusiasmo y cu-
más del de Felipe 11 [cat. 24, 29 y 28]. En cambio, el del riosidad lo bello, lo raro o lo excepcional 1• Sofonisba en sí
poeta Giovanni Battista Caselli [cat. 19] es una adquisición misma cumplía desde luego esas características: además de
reciente (2012) que corresponde a la producción temprana su belleza, se admiraba su capacidad para retratar del natu-
de la pintora . ral, y el que fuera buena pintora y mujer le hacía entrar en
Sofonisba llegó a España en 1559 acompañada de una la categoría de lo raro.
enorme fama. Cumplía los cánones del ideal femenino de La dama tuvo una celebridad precoz que mann1vo hasta
mediados del siglo XVJ: había crecido en una familia de no- el final de sus días. Murió en Palermo en 1625, ciega y ron-
ble cuna, le acompañaban los valores requeridos para la s dando los noventa años. Pocos meses antes de morir recibió
mujeres virtuosas y contaba con una excelente formación; la visita de Antonio van Dyck (1599-1641), quien, segura-
sabía música, danza, literatura y dibujo y pintura. En estas mente informado por el virrey de Sicilia, Manuel Filiberro de
últimas disciplinas destacó de manera sobresaliente y por Sabaya, hijo de la infanta Catalina Micaela, la quiso conocer.
ellas la admiraron sus contemporáneos; sus retratos fueron Junto a un retrato bosquejado de Sofonisba en su cuaderno
alabados por el propio Miguel Ángel (1475-1564), la gran de viaje, el pintor flamenco dejó anotada su impresión: era
referencia del arte italiano. Vivió en España catorce años, una <
<pittora de natura et miraculosa », de buena memoria,
primero como dama de corte de la reina Isabel de Valois, vivacidad y pulso firme; aunque ciega, era capaz de aconseja r
hasta su muerte en 1568, y después al servicio de sus bijas sobre el modo más convenientemente de iluminar un retrato
Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela, y de la reina Ana y suavizar rasgos y arrugas !véase cat. 22 y 23).

Sofonisba Anguissola, La partida


15
de ajedrez (detalle de ca t. 1 1)
Para cuando Sofonisba recibió la visita de Van Dyck en Otro factor fundamenta l fue el proceso de estudio y recu-
Palermo, su memoria ya se había diluido en la corte espa- peración de las mujeres artistas iniciado en el último cuarto
ñola. La documentación conservada, en la que se reconocen del siglo xx por un grupo de histOriadoras americanas. Los
diferentes derechos relacionados con su antiguo cargo como trabajos pioneros de Linda Nochlin, Anne Sutherland Harris,
dama, muestra la rúbrica de tres monarcas (de Felipe IJ a EleanorTufts o Whitney Chadwick 10 abrieron un camino que
Felipe IV)2, pero su condición de pintora en los inventarios han proseguido, ampliando los horizontes y las perspectivas,
de las colecciones reales españolas se perdió muy pronto. Su las siguientes generaciones, hasta convertirse en un objetivo
ocupación como dama de la reina la había excluido de las en sí mismo de reivindicación cultural y feminista 11•
dinámicas de realización de los retratos de corte: ella no era En la recuperación y reivindicación de la figura de Sofo-
una retratista al uso y ninguno de sus retratOs de ese mo- nisba en España, la historiadora más relevante ha sido Ma-
mento está firmado. ria Kusche, quien abordó sus catorce años de estancia en la
El único «anguissola» que ma ntuvo tal identidad es el corte de los Austria, aportando nueva documentación, con-
retrato de Pietro Manna, de Lucia Anguissola, la tercera de cretando un elenco de retraros españoles y presentándola
sus hermanas, cuya autoría está acreditada en uno de los como una personalidad relevante del entorno cortesano de
brazos del asiento [cat. 17]. En el inventario del Palacio del Isabel de Valois 12 •
Buen Retiro de 1772 se escribe: «Pier Maria de Argussola Una parte importante de sus investigaciones se dieron a
[sic]» 3 . Veinte años después, en la Testamentaría de Car- conocer en la exposición << Sofonisba Anguissola e le sue so-
los lii (1794 ), se incluye el nombre de pila de la artista al relle » celebrada en Cremona, Viena y Washington entre 1994
tiempo que se le asigna un adjetivo que prueba el descono- y 1995. Esa muestra y sus catálogos supusieron un punto
cimiento sobre la pintora y una interesante filiación estilís- de inflexión y un salto cua litativo en el conocimiento de la
tica: «Lucia Anguisola veneciana >> 4• familia Anguissola. Sus ensayos, las fuentes documentales
Los retratos de Felipe U [cat. 28], de Isa bel de Valois aportadas, la bibliografía, así como el corpus de las obras
[cat. 24] y de Ana de Austria [cat. 29], que actua lmente se presentadas, siguen siendo la referencia ineludible sobre esa
reconocen como obras de Sofonisba, permanecieron en lí- familia de pintoras hermanas.
neas generales adscritos a la escuela española o a puntados Una revisión y p uesta al día de sus trabajos sobre Sofo-
al pintor Juan Pantoja de la Cruz ( 1553-1608), probable- nisba y los otros retratistas del período filipino la publicó
mente por no resultar de la factura característica de Alonso Maria Kusche más tarde en Retratos y retratadores. Alonso
Sánchez Coello (h. 153 1-1588 ), el retratista oficial del rey5 . Sánchez Coello y sus competidores: Sofonisba Anguissola,
De hecho, en 1948 Francisco Ja vier Sánchez Cantón sugirió, Jorge de la Rúa y Rolán Moys, que apareció como una re-
<<seg ún roda probabilidad », el nombre de Alonso Sánchez copilación de sus estudios y en donde incluyó un largo ca-
Coello como autor de los originales de esos tres ejemplares pítulo dedicado a la biografía, formación, características
y de otro retrato de Isabel de Valois actualmente atribuido formales y fortuna crítica de Sofon isba 13 • En ese libro perfi-
a Pantoja de la Cruz 6 [cat. 25], aunque ma tizando que los ló aún más el catá logo de la pinrora, incluyendo obras de la
dos de Isabel de Valois eran «copias excelentes de [ ... j Jua n etapa anterior a su llegada a la corte de Isa be! de Valois y
Pantoja de la Cruz», según modelos de su maestro Sánchez otras d el período español. Algunas de esas a tribuciones,
7
Coello . y otras que llegaron después, se funda mentaron en muchos
La relación de esas obras con Sofonisba Anguissola ha casos en argu mentos en los que se entremezclaban aspectOs
sido una recuperación llevada a cabo a lo largo del siglo xx, formalistas y percepciones muy personales 14 • El corpus de
en un proceso basado en el hallazgo de documentación las obras que Maria Kusche atribuyó a Sofonisba cuenta
8
sobre la da ma y pintora en la corte de Isabel d e Valois , con entusiastas seguidores e igualmente notables y razona-
la revisión de diversas fuentes del siglo XVI y principios bles refractarios 15•
del xv u, y un mejor conocimientO de los retratOs de corte Un caso especialmente significativo fue la sanción que
9
en España • Kusche dio a la atribución a Sofonisba de La dama del ar-

16
miño (Glasgow, Pollok House), pintura adscrita al Greco se destinó al monasterio del Escorial, quizá encargada por
(1541-1614) desde su paso por la Galería Española de Luis Felipe Il: una Virgen del Silencio firmada en 15891cat. 53].
16
Felipe en el Musée du Louvre en 1838 • En 2014, tras haber Al igual que Sofonisba, Fontana pasó por un largo pe-
formado parte de la exposición «El Greco y la pintura mo- ríodo de olvido entre los historiadores del arte. Resulta sig-
derna>> en el Museo Nacional del Prado, la obra fue estu- nificativo que, pese haber sido una celebridad en su Bolonia
diada en el Gabinete Técnico del Prado en colaboración con natal y haber desarrollado una carrera profesional tanto allí
The Glasgow Museums y The University of Glasgow 1'. Los como en Roma, su presencia en un manual clásico de la
resultados han sido cotejados con los análisis realizados a pintura italiana del siglo xvr, como es la obra de Sydney
los grecos del Prado y con los de otras obras susceptibles de Freedberg, publicada en 1970, se limitara a una lú1ea acom-
ponerse en relación con el ejemplar de Glasgow, fundamen- pañando la biografía de su padre, Prospero Fontana (1512-
talmente con los retratos atribuidos-a Sofonisba y a Alonso 1597), y a una referencia colateral a propósito de Sofonisba
Sánchez Coello 18 • En el desarrollo de ese trabajo, y dada la Anguissola, a quien juzga de << fenómeno peculiar>>, con es-
complejidad de las dinámicas de realización de los retratos casas cualidades para la ejecución o el diseño 211 •
de corte, del número de autores que se documentan en esa Hitos fundamenta les para la recuperación de la figura de
época y de los escasos trabajos técnicos publicados, me pa- Lavinia Fontana fueron los trabajos de Romeo Galli, con
reció fundamental proponer un estudio de los retratos de una importante recopilación de documentos21 , y de las his-
ese período, involucrando a otras instituciones y muscos, y toriadoras Vera Fortunatil2 y Maria Teresa Cantaro2 \ que
muy especialmente para el caso de Sofonisba, dada la esca- se han encargado de trazar su personalidad artística y de
sez y dispersión de su obra. En ese contexto concebí la idea conformar el catálogo de sus obras. A la profesora Fortuna-
de dedicar una exposición a esta artista como una mane- ti se debe además la organización de la primera exposición
ra de iniciar el proyecto, activar los estudios técnicos de sus dedicada a la pintora, organizada primero en el Museo Cí-
obras y a la vez dar a conocer su papel en España, un ám- vico Archeologico de Bolonia y algo después en el National
bito que resultó fundamental en la vida de esta artista y Museum ofWomen in rhe Arrs de Washington 24 • Esta última
dama de corte. institución había abierto sus puertas en 1987 para dar pro-
A esa exposición quisimos sumar a Lavinia Fontana tagonismo al arte realizado por mujeres y en la actualidad
(1552-1614 ), artista nacida en Bolonia casi veinte años des- posee más de tres mil quinientas obras que van desde el si-
pués que Sofonisba, hija de un notable pintor que la formó glo XVI hasta la actualidad.
en el taller familiar, como era habitual para la mayoría de Otra referencia fundamental para el conocimiento de
las mujeres que se dedicaron a la práctica artística hasta el fontana es Caroline P. Murphy, quien publicó en 2003 una
siglo xvm. notable monografía sobre la pintora y el contexto boloñés
Lavinia es la primera mujer documentada como titular en el que se formó y desarrolló el grueso de su carrera 11 •
de su propio taller. De hecho, su dedicación a la pintura no
se limitó a los géneros tradicionalmente considerados feme- Mujeres virtuosa s y pintoras célebres
ninos -el bodegón, las flores, la miniatura o los pequeños Poner en relación las figuras de Sofonisba y Lavinia es un
19 lugar común en la bibliografía sobre mujeres artistas. Ambas
retratos -, sino que los superó ejecutando grandes cuadros
de altar, retratos de grupo, paisajes e incluso representacio- alcanzaron fama y reconocimiento en el siglo XVI gracias a
nes mitológicas que incluían desnudos, algo extraordinaria- la práctica de la pintura, aunque sus contextos sociales y sus
mente singular. Estas novedades hacen de ella una pionera intereses fueron claramente distintos. La primera referencia
en la práctica profesional de la pintura. Con todo, su pre- a Sofonisba en relación con Lavinia está documentada
sencia en las colecciones españolas es muy escasa -el Mu- en 1578, en una carta del dominico español Alfonso Chacón
seo del Prado, por ejemplo, no posee ningún ejemplar de su dirigida a la artista boloñesa26 • Este anticuario y bibliófilo
mano-, aunque Fontana reforzó su reputación artística a no conocía personalmente a Fontana, pero poseía de su
finales del siglo xvr gracias a la llegada de una pintura que mano tres retratos de prohombres de la ciudad de Bolonia27

17
que pensaba incorporar a la galería de hombres y mujeres hombres. Las tesis de Pizan provocaron respuestas belige-
ilustres que por esas fechas estaba recopilando. En su misiva, rantes y entusiastas defensas, un debate que se conoció
Chacón le solicitaba el envío de su autorretrato para formar como la <<querelle des femmes» y que se prolongó hasta
32
parte de dicha galería y le anunciaba que su efigie estaría bien entrado el siglo XV111 .

próxima a la que ya poseía de Sofonisba. En mayo de 1579 La idea de la conveniencia de educar a la mujer tuvo un
Fontana se la envió junto a una carta en la que se mostraba desarrollo notable en Italia, un ámbito en el que gran par-
28
sorprendida y agradecida por su petición [véase ca t. 9] . En te de las dinámicas de poder y representación cortesana y
un ejercicio de modestia, que quizá fuera tan retórico como ciudadana se desarrollaba en torno al matrimonio como
necesario para una artista en esas fechas, Fontana sugería elemento central de las relaciones sociales. Las cualidades
que el emparejamiento de los dos autorretratos solo podía y el papel de la esposa, convertida en ese momento en ami-
explicarse como un acto ele generosidad de Chacón y como ca y compañera social, en sostén del ámbito privado y apo-
una forma de realzar, por comparación con «fe tenebre del yo en la vida pública común, generaron un corpus literario
mio ritratto», el de la «signara Sofonisba» 29 • en cuyos argumentos se intercalaban fundamentos tomados
Conviene añadir que el proyecto de Chacón pretendía de textos bíblicos, de la patrística cristiana y referencias de
reunir un número parejo de retratos masculinos y femeni- la Antigüedad clásica 11 • Se recuperó y reeditó a Plutarco
nos, quinientas efigies en total, que, al concluir su recopila- (Precetti coniugali) y a autores más cercanos como Fran-
ción, pasarían a la estampa bajo el patrocinio del archidu- cesco Barbaro (De re uxoria, 1415 ), y se sucedieron algu-
que Fernando de Austria. El proyecto enlazaba con las nos tratados sobre el matrimonio y la instrucción femenina
recopilaciones iniciadas por Plutarco de uomini illustri, en en los que se dibujaban las virtudes de la esposa ideal (el
las que se proyectaban los ideales de la sociedad en la que papel por antonomasia de la mujer) que, con escasas va-
se inscribían. Estos repertorios de referencia morales tuvie- riantes, se centraban en la honestidad, el pudor, la pruden-
ron continuidad tanto en el establecimiento del santoral cia y el autocontrol, la modestia, el buen juicio, la discreción
cristiano a lo largo de toda la Edad Media como más tarde y, por supuesto, la belleza. Alessandro Piccolomini, con De
en las galerías y museos de hombres virtuosos. La más pa- la institvtione di tvtta la vita de l'h omo nato nobile e in
radigmática fue la de Paolo Giovio, quien, después de co- citta libera (Venecia, 1542), o Lodovico Dolce, con Delia
leccionar los retratos de multitud de personajes en su villa institvtion del/e donne (Venecia, 1560), son dos de los au-
en e llago Como, la publicó parcialmente en su libro Elogia tores más significativos de este tipo de consideraciones,
veris clarorum virorum imaginibus apposita (Venecia, pero fue Baldassarre Castiglione quien, en una obra algo
30
1546) , en el que incluía con cada efigie un cartellino con anterior, Il Cortegiano (Venecia, 1528), escribió el más di-
una breve biografía del personaje. Chacón retomó ese tipo fundido e in fluyente decálogo del comportamiento social
de recopilación, pero con una presencia significativa de mu- de su época y además guía y retrato de la aristocracia du-
jeres. No llegó a culminar su proyecto, pero su interés por rante toda la Edad Moderna. Así lo prueban las numerosas
incluirlas en tan elevado número enlaza con un clima lite- ediciones y las diversas traducciones que enseguida vieron
rario y cultural de reivindicación de las mujeres, de su ex- la 1uz34 •
celencia y de sus capacidades intelectuales y morales, que En el libro III, Castiglione dibujó el perfil de la dama
se había iniciado a finales de la Edad Media l 1 con textos perfecta y describió las cualidades o virtudes que debían
tan variopintos como el De mulieribus claris (1374) de acompañarla. Se mostró perfectamente conocedor de la
Giovanni Boccaccio -una relación de modelos femeninos querelle de femmes y de las nuevas corrientes sobre la mujer,
de la historia antigua y la mitología clásica- o el de la así como de la necesidad de educarla hasta convertirla en la
ítalo-francesa Christine de Pizan, brillante escritora que compañera adecuada del esposo, de quien debía ser su pro-
en 1405 publicó La Cité des dames con una defensa encen- longación social y el espejo de la familia. Para Castiglione,
dida de las capacidades de las mujeres y de la necesidad de <<no puede haber corte ninguna, por grande y maravillosa
su formación para acabar con la desigualdad frente a los que sea, que alcance valor ni lustre ni alegría sin clamas» 35 ,

18
y << digo que todas las cosas que puede entender el hombre, La dama Sofonisba:
puede tambié n entender la muje r, y adonde puede penetrar insigne en hacer retratos
el entendimiento dél, podrá penetrar el della>> 1 ~. Las ense-
ña nzas que debían poseer las damas consistían en tener << no- En fecha próxima al nacimiento de Sofonisba Anguissola,
17
ticia de letras, de música, de pinturas; y sepa danzar bien» . la vida y el gobierno de Cremona comenzaron a g irar en
Las virtudes que se en um e ran proyectan a la perfección lo torno a la corre española. Tras el fallecimiento en 1535 de
que todos los textos de la época reconocían co mo el ideal Francesco JI Sforza, el Ducado de Milán se integró en los
femenino cortesano: delicadeza, ternura, dulzura en el gesto, territorios del Imperio. Ese había sido el momento acordado
nobleza sin afectación, gracia natu ra l, buenas costumbres, tras e l triunfo español en la batalla de Pavía en 1529 para
prudencia, discreción, hon estidad y no mostrar nunca so- qu e el domin io se hiciera efecti vo. Una paz y estabilidad
be rbia, envidia, maledicencia, bana lidad ... >s. nu evas en la zona propiciaron la recuperació n eco nó mica,
Anguissola y Fontana se formaron y crecieron en esa poblaciona l y c u ltural del Milanesado, incluido su segundo
nueva concepción sobre las mujeres y su papel en la socie- núcleo urbano, Ct·emona, que, con una no ta ble acti vidad
dad. Ambas fueron educadas para alca nzar una notable fina ncier a y mer cantil, pasó a ser una << pequeña Amberes »,
cultura humanista y a rtística, pero sus circu nstancias per- la ciudad fla me nca con la que mantenía un fl uido intercam -
sonales, sociales y geográficas encauzaron s us vidas h aci a bio d e relaciones comerciales4 1•
trayectorias vitales bien diferentes. Durante los dos siglos de dominio imperial, el gobierno
Un aspecto que condi cionó la fo rma ción, el d esa rrollo esp añol quedó diluido por el mantenimiento de una admi-
artístico y el de venir <<profesiona l,, d e cada una d e ellas nistración local que siguió en manos de los miembros más
fueron sus respectivos lugares de nacimiento. Cremona y ilustres de la ciudadanía cremonesa, pertenecientes a fami-
Bolonia son d os ciudades relativa mente cercanas -distan lias que se considera ba n descendientes de la antig ua noble-
ciento cincuenta kilómetros- , que e n el siglo XVI compar- za romana 42 • Ese era el caso de Amilcare Anguissola y Bian-
tían una situació n estratégica e n el norte de la península ca Po n zo n i, padres de Sofonisba. Ambos p rove n ían de
italiana y una base eco nó mica parecida: prósp e ras rentas nobles fa milias de sec ular abo lengo, aunque no consta que
agrarias, manufacturas textiles y de bienes s untuarios que tuviera n un título propio y unas rentas asociadas. Los An-
daban e mpleo a una parte importante de sus habitantes, g u issola hab ían sido parte activa en la causa española en las
au nque más en Bo lo nia por tene r una población que casi dispu tas por el Milanesado, lo q ue mejoró sus expectativas
d oblaba a la de C remona 19
• Ambas ocupaban un esca lafón cortesanas41 • Amilcare fo rmaba parte del gobierno de Cre-
secund ario en relación con los centros te rritoriales de los mo na gracias a su pertenencia a l consejo de decurioni, un
que dependían: C remon a dentro del Ducado d e Milán, y cu erpo compuesto por ciento cincuenta miembros qu e ad-
por tanto en la esfera española, y Bo lonia, del Estado Pon- ministraba la ciudad. Un a de las tareas fundamentales de
tifi cio, gobernada a través de un legado del papa y una Anguissola fue la de inspección y control de las obras de la
asamblea de no tables locales. La prestigiosa universidad de ciudad, por tanto en estrec ha relación con los diferentes
Bolonia, además de proporcionar una aportación adicional artífices que se ocu paba n en esos mo mentos, e ntre o t ras
a los propietarios de viviendas urbanas, fue, sobre rodo, una cosas , del ornato de los dos te mplos m ás importantes de
impulsora de las dinámicas formativas y culturales que re- Cremona : la catedra l y la iglesia de San Sig ismondo44 • Ese
dundó e n el papel de las mujeres boloñesas y en su conside- ca rgo, que co mpaginó, con poca for tuna, con el comercio e
ración social. Resulta significativo el número de pintoras inve rsio nes inmobiliarias4 ', le permitió un trato flu ido con
que tuv ieron actividad allí durante la Edad Moderna, el los a rti stas y artesanos que se vinculaban, o esperaba n ha-
h echo de que Lavinia fue ra la primera muje r en establece r- cerlo, con esas empresas d ecorativas.
se profesionalmente en una ciudad y que, ya entrado el s i- Ami lea re Anguissola y Bianca Ponzoni t uvieron seis hijas
glo xv1 1, Elisabetta Sirani (1638-1665) abriera la primera y un hijo: Sofon isba, Elena, Lucia, Minerva, Europa, As -
411
escuela de pintura para mujeres • drubale y Annamaria. Los nombres del padre y de dos de

19
sus hijos recordaban los pretendidos ancestros cartagineses ingresó en el convento de San Vincenzo en Mantua, ámbito
de los Anguissola. El de Sofonisba estaba ade m ás carga- en el que p robablemente desarrolló sus habilidades pictóri-
do de referencias mitológicas y literarias; era un nombre que cas. Cabe preguntarse si estas no formaron parte de su dote
evocaba a la joven reina q ue se sacrificó por su familia y por [véase cat. 10 ]. o se conoce ninguna obra de su mano.
su pueblo después de la derrota cartaginesa frente a lastro- Tanto Ca m pi como Gatti estu vieron involucrados en los
pas romana de Escipión (203 a.C. ). El relaro, presente en proyectos decorativos de la catedral y de la iglesia de San
textos de la Antigüedad romana (Polibi o, Tiro Livio o Apia- Sigismondo, templos en los que Amilcare Anguissola, como
no), lo recordaban, asimismo, a utores del prime r Re n ac i- se h a dicho más arriba, te nía a utoridad en razón de su cargo
mien to italiano: Francesco Petrarca en África y Giovanni com o decurione fabbriciere . No es extraño, por tanto, que
46
Boccaccio en la ya mencionada De mulieribus claris • consiguier a que dos pintores tan relevantes se implica ran en
En 1524, la princesa ca rtag inesa protagonizó la primera la formación de sus dos hijas mayores. Que esa formación
tragedia escrita en lengua italiana: Sofonisba, de Gian Gior- fuera tan prolongada explica la aseveración del tratadista
gio Trissino. Alcssandro Lamo cuando en 1584 recuerda que las mucha-
Así pues, la primera d e las hijas de Amilcare ostentaba chas quisieron aprender << debidamente >> el arte de la pintura y
un n ombre lleno de resonancias nobles y heroicas, que se
ajustaba a las aspiraciones cortesanas de una familia de queriendo el padre cumpli r su noble aspiració n, las colocó
renombre, pero con escasos recursos económicos 4
-. Tanto en casa de Bernardino rcampi l, esperando que la distinción
ella como sus hermanas se forma ron según los preceptos y el mérito de sus hijas hiciese noble y apreciada en esta
que aconsejaba Casriglione y dentro del ambiente cultural ciudad la profesión de la pintura. ¡... ] Bernardino, introdu-
favorable a la educació n de las mujeres que se vivía en Cre- ciéndolas en el arte de forma suave, corrigiéndolas sin de-
mona4M. Sin embargo, tanto el matrimonio como el conven- sanimarl as y alabándolas sin adu larlas, se les hizo tan que-
to, los dos destinos apropiados para las jóvenes de las clases rido que perma necieron tres años en su casa, sintiéndose
aristocráticas, precisaban de una dore, un montante econó- igualmente encantadas por la amabilidad de la mujer de
mico suficiente para asegurar el sustento de cada mujer a llí Bernardino y por la excelencia del arte que aprcndicron. 12
donde fuera. Ni el ca rgo ni los n egocios emprendidos por
Amilcare l e p e rmi tían reso lve r esa c u estión crucia l p ara Lo ap untado por Lamo resu lta de gra n interés por cuanto
tantas hijas. Afortunada mente, e n el trascurso d e la forma- parece justificar el extraordinario hecho de que dos damas
ción pictórica de Sofonisba se vislum bró que sus h abilida- trasp asaran del umbral de su casa " para formarse en el ta-
des p ictóricas podían abri r un horizonte nuevo pa ra la ller de un pintor, rompiendo con ello las reglas del decorwn,
dama y para la familia. Sofonisba se convirtió p ronto en especialmente importante para jóvenes de su condición so-
una celebridad local, a quien el obispo y erudito cremonés ciaP4. Ello explicaría qu izás que Sofonisba fuera acompaña-
Marco Girolamo Vida citaba e n 1550 como <<Ínter egregios da de su her ma na Elena y la a lusión a la esposa d el pintor
pictores nostri temporis»49 . (de nombre Anna Unga ron i), una presencia feme nin a nece-
En la fecha en la que Vida a lababa a la jove n , es ta ha- saria para resguardar la honorabilidad de las dos m uchachas
bía concluido su primer aprend izaje con Bernardino Cam- en un ambiente masculino. Lamo sostiene que ambas que-
pi (1522-1591 ), con q uien se había form ado entre 1546 rían cumplir con una «noble aspiración>> y aprender << debi-
10
y 1549 en compañía de su hermana Elena • A la marcha del damente >> , un deseo que iba m ás allá del mero d iletantismo
pintor a Milán, la s do s muc hachas siguie ron su adiestra- propuesto por Castigl ione para las damas. Aunque en Lamo
miento con otro importante pintor loca l, Bernardino Gatti, d ebieron de influir los dos datos más relevantes en torno a
il Soiaro (h. 1495- 1576 ), con quien permanecieron h as- Sofonisba -su cargo en la corte española y su inclusión e n
ta 1551 ; 1• El elogio de Vida evidencia que la calidad artísti- las Vite de Giorgio Vasari (1511-1574)- , conviene subrayar
ca de Sofonisba se había forjado ya junto a Campi. Signifi- el modo en que invierte las convenciones sociales en torno
cativamente, nada se dice de Elena, quien antes de 1556 a las mujer es y la práctica de la pintura. El hecho de que dos

20
damas de abolengo se dedicaran <<debidamente» a la pintu- como de su formación y linaje59 • La pintora, seguramente
ra, por una parte, ennoblecía a la pintura en sí misma y, por asesorada por su padre e influida por los círculos humanis-
otra, gracias al reconocimiento alcanzado por Sofonisba, tas cercanos a la fam ilia y por textos sobre el ideal femeni-
abría una senda de respetabilidad para las mujeres que, des- no de la época, fue elaborando una secuencia de autorre-
pués de ella, se interesaran por su práctica más allá de como tratos en los que ponía de manifiesto su capacidad de
mero ornato formativo. El hecho de que Amilcare fomenta- invenzione, una innegable creatividad sobre s u propia ima-
ra y organizara un aprendizaje tan largo demuestra las ca- gen y la de su familia.
pacidades de las dos muchachas, pero también su confianza En este catá logo se da cuenta de los diferentes perfiles
en que este pudiera resultar de utilidad para la familia, lo que ofrece la pintora en sus autorretratos !ca t. 2-6], por ello
que por fortuna acabaría siendo cierto. Rossana Sacchi puso solo quiero destacar que, para su imagen como pinrora,
de relieve acertadamente que fue el-talento artístico de So- parece evidente que debió de reparar en alguna de las ver-
fonisba <<el verdadero recurso familiar>>y la única empresa siones del Autorretrato ante el caballete de Caterina van
exirosa de su padre 55 . Este, por su parte, ayudado por sus Hemessen (1528-después de 1587) [ca t. 1], y quizá también
excelentes relaciones con los círculos humanistas y aristo- en su Mujer joven tañendo el virginal [fig. 16]. Esta pintora
cráticos de Cremona y el Milanesado, se ocupó de divulgar flamenca había acompañado a María de Hungría a su reti-
las excelencias de su hija . ro en España, donde permaneció hasta el fallecimiento de
La producción conocida de Sofonisba de la etapa previa la rein a en 1548. Las hermanas de Carlos V se significaron
a su llegada a España -una veintena escasa de pinturas- como mujeres de Estado, coleccionistas y mecenas a rtísti-
pone de manifiesto que su formación se basó en la práctica cas60. El hecho de que María de Hungría tuviese en la corre
del dibujo, la realización de retratos y algunas pinturas de una mujer pintora pudo servir de modelo para otros miem-
carácter devocional. Tanto Bernardino Campi como Bernar- bros de la dinastía Habsburgo. Felipe IJ y Maximiliano [(
dino Gatti eran conocidos en el ámbito lombardo como solicitaron la presencia de Marietta Robusti (h. 1554-
fresquistas y por sus obras de altar, en su mayoría pinturas h. 1590) a sus respectivas cortes, aunque sin éxito6 1• Una de
religiosas en las que mantuvieron unas formas eclécticas que las tareas de Van Hemessen en la corte fue la de ocuparse
daban continuidad a la obra de Pordenone (h. 1484-1539) de la formación artística del resto de las damas. Su historia
y, sobre todo, a la dolcezza sfumata de Correggio (h. 1489- debía ser conocida en ltalia 62 y particularmente en Cremona
1534)56. Ese eclecticismo correggiesco se percibe en las po- -seguramente por los estrechos vínculos comerciales con
cas obras religiosas de Sofonisba de ese período, todas de Amberes6 1- se tendría noticia temprana de esta pintora
pequeiio formato y realizadas más bien como ejercicios sobre todo de pequeños retratos, hija y hermana de pintores
de aprendizaje, basándose en la copia o en la recreación de y relacionada con la música por su esposo y su hermana
composiciones de sus maestros o de Camillo Boccaccino Christina . Su aspecto reservado y la aparente modestia de
(h. 1504-1546), otro de los nombres relevantes de la prime- su indumentaria (aunque la calidad de los tejidos probaría
57
ra mitad del siglo en Lombardía • una posición acomodada) se repiten igualmente en los auto-
Pero fue en el retrato donde Sofonisba demostró poseer rretratos de Sofonisba, en contraste con la riqueza textil con
unas condiciones excepcionales, donde evidenció un dominio que se envuelve, ya en la década de los setenta, Lavinia Fon-
del dibujo, una técnica cuidada de raigambre correggiesca tana, quien recrearía, además, una retórica sobre su propia
y un << agudísimo bisturí psicológico>>que le permitía pro- efigie aún más elaborada.
fundizar en sentimientos complejos, según expresión de La sobriedad con la que se pinta Sofonisba se contrapone
Flavio Caroli 58 . Destacan de manera especial sus autorre- a la suntuosidad del retrato de su madre, Bianca Ponzoni
tratos, sencillos en su composición, provistos de sutiles re- [ca t. 12], a quien dedica una imagen aristocrática y poderosa
ferencias a las virtudes de la retratada y de una medida que enlaza con los retratos sedentes de Giovanni Battista
expresividad. Estos fueron su carta de presentación en so- Moroni (h.1525-1578 ). Un buen ejemplo es La dama de rojo
ciedad: una reivindicación tanto de su condición de artista o Retrato de dama {probablemente la condesa Lucia Albani

11
se extiende hasta principios del xvn, o a l menos a la de los
pocos ejemplares que han llegado hasta nosotros. Buen ejem-
plo de estos últimos son el Retrato de caballero de Bernardi-
no Campi [fig. 21 o el l~etrato de dama, cuya atribución más
recienre lo pone en relación con Gervasio Garti (h. 1548-
1630), sobri no de Bernardino Gatti [fig. 3], aunque adscrito
también durante un tiempo a la propia Sofonisba 64 • El vo-
lumen y la iluminación de la cara de la dama o la atención
tanto a los detalles epidérmicos del rostro como a la textura
del vestido se asemejan a los de Anguissola, pero responden
a otro ductus pictórico que poco tiene que ver con el proli-
jo trabajo que se aprecia en el Retrato de familia, obra maes-
tra de Sofonisba realizada hacia 1558, antes de su marcha
a España [cat. 13[. Este cuadro sin concluir permite apreciar
su laborioso modo de pintar a base de diversas capas de
preparación y de campos cromáticos que luego remata en
superficie de manera minuciosa combinando el modelado
esmaltado de las carnaciones en los rostros con toques ca-
ligráficos de p in cel para concretar los cabellos, las joyas o
los bordad os de la indumentaria"' . Esta técnica recrea fór-
mulas correggiescas y venecianas tomadas de sus maestros
cremoneses Campi y Gatti, a quienes supera por la contun-
dencia de la composición y la profundidad psicológica de
los retratos. Orietta Pinessi ha señalado a propósito de esta
obra que se trata de un retrato complejo que juega con la
imagen oficial de «fa piccofa nobifta» de los Anguissola, al
tiempo que ofrece una composición única y novedosa de los
afectos privados••. No puede extrañar el comentario de Va-
sari cuando vio la pintura en su visita a la casa de los prota-
lit.. 1 Giovanni Barrisca M.oroni, Retrato de dama
(probablemente la wndesa Lucia Albani Auogadro), h. 1556-60, gonistas: los tres personajes << parecen respirar y estar vivos»6- .
ó leo sobre lienzo, 155 X 106,8 cm. Londre~. The Nacional c;allery, Este excepcional retrato prolonga los logros pictóricos,
Boughr, 1876, NG 1023
simbólicos y expresivos de La partida de ajedrez, realizada
en 1555, un a escen a con apariencia de feliz cotidianidad
familiar en la que se incide en la formación de las hermanas
Avogadro) [fig. 1], en el que Moroni posiblemente efigió a Anguissola y en la complicidad fraternal [cat. 11]. Se trata
una celebrada poetisa asentada en Brescia. El modo de pre- además de una vuelta de tuerca sobre la representación
sentarla ante el espectador, la intensidad expresiva, la ilumi- de los «motti delf'animo », según una brillante observa-
nación o la descripción minuciosa de su indumentaria y joyas ción de Flavio Carolif>s que viene repitiéndose también para
son elementos comunes con el retrato de Bianca, pero no así los dos dibujos de Sofonisba que Amilcare envió a Miguel
el fondo. Sofonisba prefirió adelantar la figura de su madre Ángel entre 1557 y 1558: Vieja que estudia el alfabeto y
hacia el espectador, al tiempo que la destacaba sobre un fon- provoca fa risa de una joven lcar. 141 y Niño mordido por
do neutro, oscuro. Esta fórmula se asemeja a la que encon- un cangrejo que provoca fa atención de una joven [fi.g. 461,
tramos en la tradición cremonesa de mediados del siglo y que dos composiciones sobre lo cómico y lo serio que muestran

22
T

FIG. 2 Bernardino Ca m pi, Retrato de caballero, 1569, óleo sobre FIG. 3 Gervasio Gatti, i/ Soiaro, Retrato de dama, h. 1608, ó leo sobre
lienzo, 102,.5 x 77 cm. Cremona, Pinacoteca del Museo Civico Ala lienzo, 100,3 x 75,6 cm. Crcmona, Pinacoteca del Musco Civico Ala
Ponzone, inv. 21.38 Ponzone, inv. 205

a una aguda observadora de la realidad, de amplio bagaje cada por el rey para ser dama de corte de Isabel de Valois y
formativo y notable capacidad para la invención. así alcanzaban los Anguissola-Ponzoni el centro neurálgico
La casa de los Anguissola-Ponzoni se convirtió a lo largo del imperio en torno al cual gravitaban Cremona y el Du-
de los años cincuenta en el lugar de exposición de los logros cado de Milán7 1•
artísticos de la mayor de las hijas. Su progresivo dominio Vasari visitó Crcmona poco después - mientras prepa-
del retrato fue poniendo su nombre en boca de todos, y eran raba la segunda edición de sus Vite-, interesado en cono-
muchos los que deseaban poseer una obra de la dama 69
• cer el entorno y la obra de la artista y seguramente incen-
Sofonisba era una joven bella, virtuosa y de noble ascenden- tivado por el interés mostrado por Buonarroti y por el rey
cia, con una impecable formación cortesana y a la que se de España. Incorporada a las Vite de Vasari, Sofonisba pasó
reconocía como excelente pintora. En mayo de 1558 su pa- a estar en e l canon artístico por excelencia, explicando en
dre escribió a Miguel Ángel agradeciéndole el interés por su parre todas las elogiosas referencias que llegaron después,
hija, al tiempo que le confiaba sus esperanzas: «Además de incluidas las de los tratados españoles72 . Sin embargo, en
la virtud de pintar, espero que su divina majestad [Felipe II] términos artísticos, su incorporación a la corte española fue
le dé junto a mis otras cinco hijitas, y un solo varón, los sin duda el final de una prometedora carrera. El puñado de
70
medios para vivir» . Al año siguiente Sofonisba fue convo- retratos realizados en ella la muestra como una pintora

23
versátil que se adaptó a los modos de la retratística de esa casamiento en 1580, Sofonisba desatendió las convencio-
corte que, por otra parte, en esas fechas se estaba definien- nes al uso para una dama viuda del entorno de la corte
do. Las convenciones sobre la imagen del rey y su fami lia española : no contó con la autorización de su hermano As-
no permitían libertades creativas; la repetición de los mo- drubale, su tutor familiar tras la muerte de Moneada y de
delos en los talleres de los distintos pintores no buscaba su padre, ni solicitó el plácet de Felipe JI. Con Lomellini,
significación u originalidad, sino repetir unos modelos san- Sofonisba, tras residir brevemente en Pisa, vivió primero en
cionados por la misma corte . El cargo de Sofonisba era en Génova y en 1615 se trasladó definitivamente a Palermo.
términos sociales más importante que el de pintora, aunque El matrimonio no llegó a tener hijos. El relato de esos casi
se la apreció y reconoció como ta l, y rec ibió joyas y ricos cincuenta años de vida de Sofonisba ha sido trazado a par-
tejidos por sus retratos. Sabemos que trabajó en alguna tir del material documental y las fuentes de la época por
ocasión en colaboración con Alonso Sánchez Coello y que Rossana Sacchi- 1.
este realizó, ayudado por su taller, varias copias del retrato Una fuente fundamental, con valiosa información sobre
que la cremonesa pintó en 1567 del príncipe don Carlos su carrera tras su regreso a Italia, se debe a l canónigo late-
[véase cat. 27]. ranense Pedro Pablo de Ribera, un valenciano que vivió en
Es cierto que cuando profundizamos en el estudio de esa Venecia y escribió en italiano"4 • En 1609, el mismo año de
compleja maraña de retratos y aguzamos nuestra aprecia- su muerte, publicó Le glorie immortali de' trionfi, et heroi-
ción sobre los diferentes maestros, Sofonisba muestra sus che imprese d'ottocento quarantacinque Donne Illustri an-
propios matices, su gusto por la descripción minuciosa de tiche, e moderne, dotate di conditioni, e scienze segnalate.
los detalles, una percepción psicológica que atenúa la dis- En esa recopilación, Ribera se mostró bien informado sobre
tancia y contención de los Austrias españoles, y una atmós- Sofonisba y otras mujeres contemporáneas, incluyendo a la
fera envolvente y tamizada en donde los contOrnos de las propia Lavinia Fontana y un pequeño grupo de españolas
figuras se suavizan. Con todo, si hablamos de pintura y -las pintoras María Jesús Torres, Isabel Sánchez Coello
71
conseguimos obviar la inmensa fama que la acompañó has- (1564-1612) y la tejedora Francisca de]esús- •

ta el final de sus días, en ninguna de las obras españolas Ya en Italia, su práctica artística debió de concretarse en
Sofonisba fue más allá de lo conseguido en Cremona. piezas de carácter religioso y no tanto en los retratos -<<non
De la llegada y el trascurrir de Sofonisba en España da pure in ritratti: ma altresi in alcuni quadretti di deuotio-
amplia cuenta Almudena Pérez de Tudela en otro ensayo ne»~ 6-, como <<un quadretto della Madonna >> que Sofonis-
que se incluye en este catálogo. En él señala la autora cómo, ba regaló a la emperatriz María de Austria cuando esta pasó
tras su regreso a Italia en el verano de 1573, ya como espo- por Génova camino de España en 1581. No tenemos más
sa de Fabrizio de Moneada, Sofonisba siguió manteniendo noticia de esa obra, pero la imaginamos relacionada estilís-
lazos con la corte española, tanto por los derechos y rentas t ica mente con la producción de Luca Cambiaso (1527-
que le correspondían po r e l cargo ocupado como por el 1585), como el resto de los pocos cuadros de este período
encuentro puntual con algunas mujeres de la dinastía de los que han llegado hastá nosorros~ 7 • Todos ellos están presen-
Austria. tes en la exposición, y por tanto en este catálogo, incluido
Esa segunda y larga etapa de su vida, casi cincuenta los Desposorios místicos de santa Catalina, lienzo firmado
años, discurrió en Palermo y Génova, los ámbitos de sus y fechado en 1588 que se ha dado a conocer recientemente
dos esposos. En 1578 enviudó del palermitano Moneada, [cat. 49] y del que cabe pensar que, por su procedencia es-
conde de Caltanissetta y de Paterno, después de un breve pañola, tal vez pudiera tratarse de uno de los enviados por
matrimonio iniciado en un enlace por poderes en Madrid Sofonisba al rey espa1iol en 1589-s.
y concluido en un rocambolesco ataque pirata en el Medi- Una obra singular dentro de su escasa producción pictó-
terráneo. En el mar perdió al esposo designado por Feli- rica es la Madonna del!'Itria del monasterio de clarisas de la
pe 11y en el mar encontró al que sería el marido elegido por Santissima Annunziata de Paterno (Sicilia) [fig. 4]. Su atribu-
ella, el capitán genovés Orazio Lomellini. En su segundo ción a esta artista por Alfio Nicotra fue más tarde refrenda-

14
da por la documentación del Archivio di Staro de Catania
que probaba su donación por parte de la propia Sofonisba
al convento de San Francesco de Paterno-9 • Se trata de una
obra de gran tamaño y realizada sobre tabla, dos reros im-
portantes a los que se suma la complejidad de la composi-
ción. Para tan curiosa escena, en la que se representa la in-
tercesión de la Virgen ante un ataque sarraceno a la isla (dos
monjes trasladan la imagen sobre un monumental pedestal),
la pintora mantuvo la iconografía al uso, pero la calidad
de la pintura se reduce, en mi opinión, a las figuras de la
Virgen y el Niño, acordes con el estilo correggiesco que había
inspirado su formación en Cremona. El paisaje del fondo
tiene un aire flamenco un tanto anodino y el resto de los
personajes y los angelitos que acompañan el paso de la ima-
gen carecen, con excepción del obispo y su acólito, de cual-
quier interés pictórico. La explicación de tan desigual pintu-
ra nos la ha proporcionado Anna Maria Iozzia, quien, en una
lectura atenta del documento de donación, ha demostrado
que la tabla fue realizada por la pintora en colaboración con
su marido Fabrizio de Moneada, lo que permitiría datar la
obra hacia 1578 80 • La tabla de Paterno está sin firmar, posi-
blemente por estar ejecutada con Fabrizio Moneada, y, tal
vez, sin terminar. El resto de las obras realizadas en Italia
que, en mi opinión, pueden asignarse a Sofonisba están todas
firmadas, recuperando así la costumbre iniciada en Cremona
de acreditar sus trabajos pictóricos. En ellas incluirá el ape-
llido de su segundo esposo -Lomellini-, pero manteniendo
también el paterno. Esas pinturas suponen un elenco hasta
la fecha muy pequeño, a pesar de que se suceden las atribu- Sofonisba Anguissola con participación de Fahrit.io Moneada,
He •. 4
M.1donna del/ '/ tria, h. 1578, óleo sobre rabia, 230 x 162 cm.
ciones a Anguissola. No voy a debatir aquí ese corpus, que
Paterno, Mon <t~rero della Sanrissima Annunziara
considero, mayoritariamente, poco fundamentado. El análi-
sis y comentario de las argumentaciones aducidas en cada
caso requieren otro espacio 8 1• Solo me voy a referir a dos
obras que se han relacionado con esa etapa italiana de la en su trazado, depende con claridad de un modelo previo,
pintora y que, por ser del M useo del Prado, se han estudiado cercano al ejemplar de Sánchez Coello en el que la infanta
con motivo de esta exposición. aparece con Magdalena Ruiz 83 y también al pequeño re-
La primera de ellas, el retratO de Isabel Clara Eugenia 81 trato que perteneció a la colección de William Jordan, igual-
[fig. 39], es una obra de escasa calidad, que debe vincularse mente del círculo del pintor valenciano (naipe, 10,5 x 7,7 cm).
con jan Kraeck (h. J 540-1607) -también llamado Giovan- El cuello de encaje es lo más cuidado de toda esa pintura
ni Caracca-, un pintor holandés asentado en la corte de que, por lo demás, resulta pobre y superficial ffig. 5]. Es
Turín. Al menos en su attrezzo escénico, la obra está rela- también reveladora de su condición de obra reelaborada en
cionada formal y técnicamente con el retrato de Felipe Ma- distintos momentos la estructura de su soporte, compuesto
nuel de Sabaya [fig. 41]. La cabeza, inexpresiva y mecánica por diferentes fragmentos de tela.

25
Otra o bra que ha sido estudiada y rec ien temente res-
ta ura da para entender mejo r su factura es e l ret ra to de
cuerpo entero de Catalina M icae la lfig. 431, de composi-
ción semejante al de lsabe/ de Valois sosteniendo un retra-
to de Felipe Il lcat. 24 1 y con problemas de conservació n
a ca usa de diversos reco rtes y retoques c romáticos que
enm asca ra n su comp osición origin al. Desde la década
de 1980 este lienzo se ha vinculado con La dama del armi-
ño ele la Poll ok House, con el que la modelo compa rte un
pa rec ido físico, as í co mo la at ribu ción a Sofonisba An-
gui ssolas4. En mi o pinión, ambas ca bezas - q ue pa rticipan
de un ideal de bell eza fe meni na según los cánones de la
época- f ueron pintadas por Alonso Sánchez Coe ll o ha-
cia 158 4-85, al igua l que joven desconocida fcat. 34] , esta
rea lizada entre 1567 y 1570. Son obras donde el retratista
del rey ofrece una suave transición to na l en la descripción de
los rostros, con una táctil definición epidérmica, muy diferen-
te de las carnaciones etéreas ele Sofonisba, quien trabajaba
con delicados arrastres de color. Su comparación con los de
las sa ntas de Los desposorios místicos de santa Catalina
de Sá nchez Coell o [fig. 6 J p one de manifiesto paralelismos
en la idealización tipo lógica de los sem blan tes femeninos,
que el artista uti liza ba cua ndo la condición de la retra tada
lo aco nsejaba . O tros detalles, como el modo de trazar los
ca bellos, más pictór icos y contrastados en su defin ic ión en
el caso de Sánchez Coello, frente a la suave delineación ca-
ligráfica de Anguissola, seña lan al pintor del rey. Por lo ele-
más, el retra to de Cata lina M icaela parece rea lizado en co-
la boración con el t all er, co n intervención de un a mano
men os d iestra en el dib ujo que abr evia la factura de las
cali dades de l ves ti do, los encajes o las joyas.
A pesar de las incógnitas y los vacíos docu mentales sobre
la vida ele Sofonisba Angu issola tras regresar a Italia, pode-
mos imaginar una persona lidad for midable cuyas peripecias
vita les invitan a continuar pensando en ella en términ os del
mi to femen ino que la trajo a España . Ech amos de menos
pinturas: los retratos a notados por Pedr o Pa blo de Ri bera
o los q ue qu izá pudo realizar de Fabrizio de Mon ea da y
Orazio Lo mellini, tal vez también de su he rmano Asclruba-
riG. 5 Anónimo español según modelo de Alonso Sánchez Coell o le; y ob ras ele pequeñas dimen sio nes, miniatu ras q uepo-
e inrcrvcnción parcia l de Jan Kraeck, Isabel Clara Eugenia drían recordar a algunos de los peq ueños retra tos de la eta-
(deta lle), h. 1591-92, óleo sobre lienzo, 194 x 109 cm.
Madrid, Museo Naciona l del Prado, P006 184 (depositado p a cremo nesa con la técnica ap rendida qu izá con Giulio
en la embajada de España en París) Clovio (1498-1578) y luego desarrollada en Sicilia 85 . Desea -

26
ríamos ha lla r un bosquejo o <<alcuna cosa colorita per mano
di Lei>>, como reclamaba el poeta y dramaturgo genovés
Gabriello Chiabrera en una carta de 159586 , manteniéndose
vivo el anhelo coleccioni sta y la curiosidad que desde su
adolescencia habían suscitado sus obras, especialmente sus
a utorretratos.
El catálogo de obras de Sofonisba, que hoy en día juzgo
que no alcanza el medio centenar de pintura s, seguirá sin
duda ampliándose. A excepción de lo realizado en España,
creo que todas serán obras firmada s, y mu y probablemente,
como sugirió Mina Gregori, serán pinturas relacionadas con
la producción genovesa de Luca Cambiaso 87 .

Lavinia Fontana,
pintora famosa de Bolonia

La vinculación de Sofonisba con el estilo de Cambiaso en-


fatiza ta nto su versatilidad como sus limitaciones en lo que
a la práctica de la pintura religiosa se refi ere, y también su
a prox imación a un género que encontró su refrendo en la
misma corte de Felipe IT, donde Cambiaso fue llamado a
trabajar en 1583. Ese mi smo año se incorporó a colaborar
en la decoración del monasterio del Escorial, reclamado por
sus habilidades como fresq uista y por su capacidad para
llevar los preceptos artísticos derivados del Concilio de
Trento (1545- 1563) a la s representaciones pictóricas del
monasterio filipino .
En El Escorial murió Cambiaso en 1585 y, cuatro años
más tarde, Lavinia Fontana firmaba La Virgen del Silencio,
una obra relacionada con ese monasterio que le sirvió para
acrecentar su notoriedad como pintora [cat. 53). Nada se
sabe d e las circunstancias del enca rgo, pero no es de ex-
tra iiar que recayera en una artista de Bolonia, debido a los
importantes vínculos de esa ciudad con la corte es pañola 88
y donde el arte conrrarreformista había protagonizado un
impulso fundamental gracias a l cardenal y arzobispo Ga-
briele Paleotti (1522-1597), una de las figuras más decisivas
en la imposición de los principios doctrinales de Trento. Este
fue el a utor de un texto fundamental sobre las imágenes
religiosas -Discorso intorno alle immagini sacre e profane
Alonso Sánchez Coello, Los desposorios místicos de santa
FLG . 6
(Bo lonia, 1582)- y lo elaboró con el consejo de san Carlos Catalina, 1578, óleo sobre wrcho, 164 x 80 cm. Madrid, Museo
Borromeo, otro de los grandes intérpretes de la Iglesia del Nacional drl Prado, P00 1144

27
momento. En ese manual de gran influencia, especialmente En 1589 Lavinia era ya una artista de prestigio: se halla-
en su ciudad, se concebía a los artistas como predicadores ba al frente de su propio taller y practicaba tanto la pintura
del pueblo, responsables de que las imágenes conmovieran religiosa en gran formato como la mitológica y el retrato.
a los fieles y fueran vehículo de la fe. La relevancia y difu- Era una celebridad local que trabajaba con asiduidad en
sión de ese tratado fue un elemento esencial en la transfor- florencia y Roma.
mación de la pintura boloñesa, que fue pasando de los con- Lavinia había sido bautizada en Bolonia el 24 de agosto
vencionalismos del clasicismo manierista practicado durante de 1552. Provenía de una familia que, al igual que la de los
la primera mitad del siglo hasta alcanzar las fórmulas del Anguissola en Cremona, contaba con el reconocimiento de
naturalismo de los Carracci o Guido Reni ( 1575-1642)s~. la sociedad artística, intelectua l y aristocrática de su ciudad.
Las obras de Lavinia resultan representativas de esa rran - No tenían orígenes nobles, aunque sí pretensiones socia les
sición que llevó a la pintura a alejarse de cualquier sofistica- alimentadas en un medio urbano donde el gobierno y la
ción compositiva y conceptual para buscar la claridad narra- representación ciudadana se repartía entre un grupo amplio
tiva y suscitar la emoción del creyente 90
• El modo en que el de familias 91 y la «aristocracia » intelectual de su poderosa
padre Andrés Ximénez, autor de una de las descripciones más e infl uyente universidad.
importantes del Escorial, alaba La Virgen del Silencio y a su Los p intores de Bolonia no contaron con el respaldo de
autora resulta ejemplar de la aceptación de la obra, pero tam- un gremio propio hasta 1599, lo que les situaba en un ám-
bién de la extrañeza con que era acogido el a rte realizado por bito meramente artesanal9 4 que no podía agradar a Prospe-
las mujeres. Refiriéndose a Fontana y a la escultora española ro, quien había tratado a referentes artísticos como Perino
Luisa Roldán (1652-1706), escribe Ximénez: del Vaga ( 150 1-154 7) o Vasari, con los que había trabajado
en Roma, Génova y Rímini. A finales de la década de los
fueron ambas igualmente prodigiosas por su habilidad; y treinta Fontana regresó a Bolonia, donde alcanzaría una
por mugere~ admirables a los ojos de todos f... ], fue hija de notable relevancia y donde sus obras llegaron a ser ejemplo
Próspero Fontana, Pintor famoso en Bolonia, de quien de la pervivencia de la pintura manierista adaptada a los
aprendió el Arte con perfeccion: fueron sus Pinturas cele- nuevos requerimientos de la Contrarreforma, ya que fue
bradas por su estilo apacible y blando; y por la especialidad uno de los pintores más cercanos a Paleotti. La influencia
de ser de muger, y haberse elevado sobre el curso regular de doctrinal del cardena l se prolongó en el taller de Fontana,
todas, que solo tienen por materia propia de sus dedos y por el que pasaron artistas tan relevantes como Ludovico
manos, la lana y lino, como lo insinúa Solomón. En la lgle- (1555-1 619) y Agostino Carracci ( 1557-1602), Denys Ca l-
sia Antigua de esta Casa hay una Pintura suya muy delica- vaert (h. 1540-1619), Lorenzo Sabatini (h. 1530-1576) y
da y vistosa, de nuestra Sei'iora, San Juan, San j oseph, y el Orazio Samacchini ( 1532-1577).
Niño dormido sobre unas Almohadas; y la Virgen levanta En 1539 Prospero contrajo matrimonio con Antonia de
un lienzo con mucha gracia para mostrarle: es Quadro de Bonardis, miembro de una conocida empresa de tipógrafos
91
buena invencion y gusro. e impresores, y madre de sus dos hijas, Emilia y Lavinia. No
se sabe la fecha del nacimiento de Emilia, pero seguramente
La pintura de Fontana era <<de buena invención», compues- tendría cinco o seis años más que Lavinia. Tampoco hay
ta para atraer al creyente, al hacer amable una escena que noticia del modo en que educaron a las dos jóvenes, aunque
representaba la prefiguración del sacrifico y muerte del Re- probablemente ambas recibirían una formación acorde a las
dentor del mundo. En esta obra, que contó con notables recomendaciones de Castiglione y a las aspiraciones pater-
derivaciones en la pintura española 1véase fig. 30], se traía nas de acomodarse entre la sofisticada sociedad boloñesa 91 •
a colación la pintura de Rafael ( 1483-1520) y de Sebastiano Tanto la elección del nombre de Lavinia -el de una virtuo-
del Piombo (h. 1485-1547), pero también las enseñanzas sa matrona de la Roma clásica que murió por defender su
paternas de Prospero Fontana y la perfecta asimilación de castidad-, frecuente entre las clases altas italianas y algu-
las recomendaciones de Paleotti92 • nos artistas de renombre 96, como la designación como pa-

28
drinos de bautismo de dos caballeros de la peque1ia nobleza nía turista, Lavinia concluye la obra con toques menudos que
local, en lugar de recurrir a pintores o artesa nos de la im- definen, a punta de pincel, los detalles de roda la composición.
prenta, evidencian esas pretensiones paternas, fomentadas En otras pinturas, la presencia de Prospero resulta decisiva,
asimismo en la casa fami liar, convertida en lugar de encuen- bien por ser la fuente directa de inspiración 100, bien por repe-
tro de personalidades de la Iglesia, las )erras, la ciencia y la tir modelos y colorido en una manera que sugiere un trabajo
universidad de Bolonia 9-. conjunto, pese a estar firmados por Lavinia, siempre en latín
En su excelente monografía sobre Lavinia Fontana, Ca- y casi siempre señalando la filiación paterna o la condición
roline Murphy ha conformado una coherente secuencia virginal de la joven 101. Ese modo de rubricar recuerda al de
biográfica que probaría cómo Prospero recondujo la forma- Sofonisba, como bien ha señalado Vera Forrunati a l relacio-
ción y el futuro de su hija menor a partir de la década de los nar la firma del Retrato de niño (Venecia, colección particu-
sesenta. En esas fechas la vid a artística del pater familias lar) - << LAV! N lA FONTANA PROSPERI FONTANAE /FILIA VIRGO

había comenza do a declinar 98 • La mu erte en 1555 de uno de FACI EHAT MDLXXV»- con otras similares de Anguissola.
sus principales protectOres, el papa Julio III, le obligó a tra- La referencia a la pintora de Cremona es manifiesta en
bajar fuera de Bolonia y a hacerlo para otros p intores, aun- el Autortetrato tocando la espineta de Fontana lea t. 81, don-
que por poco tiempo, porque su salud le hizo regresar a la de la firma y los componentes esenciales de la representa-
ciudad. En 1563 hubo de hacer un importante desembolso ción tienen presente el Autorretrato de su predecesora de la
económico para pagar la generosa dote de su hija mayor a l Colección de Lord Spencer [fig. 13]. Sofonisba representaba
desposarla con Floriano Bertelli, hijo de un mercader bolo- en esas fec has el modelo de dama pintora: con una carrera
ñés. La joven murió en 1568 y, con el deceso, los seiscientOs construida bajo la dirección paterna que Lavinia Fontana
escudos de la dote se devolvería n a los Fontana según era seguiría, aunq ue con características propias. Al igual que
costumbre. La sum a debió a li viar el duelo y la economía Amilcare vislumbró en la capacidad pictórica de su hija una
familiar, pero parece que las dificultades persistieron. oportunidad para el bienestar de los Anguissola, Lavinia
Fue probablemente entonces cuando Prospero fijaría su apa recería ante los ojos de Prospero como una posible pro-
interés en potenciar la formación pictórica de Lavinia. longación del taller y, por tanto, del sustento fami liar. La
Desde la infancia o adolescencia la joven tendría demostra- fa ma de Sofonisba amparaba la respetabilidad de la prácti-
da habilidad y seguramente interés, pero no se tiene ningu- ca a rt ística de otra mujer, y más aun en Bolonia, ciu dad
na prueba temprana de sus capacidades ni de su vinculación especialmente sensible con la creatividad femenina gracias
al ta ller. Su primer aprendizaje pudo llevarse a cabo en el al temprano ejemplo de Cateri na Vigri o Ca terina de Bolo-
hogar, sin contacto continuado con los jóvenes que pasaban nía (1413-1463 ), una monja clarisa que llegó a ser una ce-
por el obrador paterno. Las estampas, pequeñas esculturas lebridad a pesar de que no fue más que una dileta nte de la
y otros objeros atesorados en la casa 99 pudieron servi r para pintura dentro de la vida conventual, ámbito frecuente de
iniciarse en el dibujo y el color bajo la supervisión paterna. las mujeres con inclinaciones artísricas 102 . Otros nombres
Los primeros trabajos conocidos de Lavinia se sitúan ya en que alcanzaron notoriedad en esas fechas fueron los de Bar-
los años setenta. Se trata de pequeñas obras devociona les, bara Longhi ( 1552-h. 1638), Diana Scultori Ghisi (h. 154 7-
pintadas en cobre o tabla, que si rven como ensayos compo- 16 12) y, en la propia Bolonia, Properzia de' Rossi (1490-
sitivos donde ya introduce aspectos consustancia les a lo que 1530), una notable escultora, pero cuya turbia biografía no
será su pintura: colores saturados, contrastes lumínicos, podía servir de modelo de virtud 101 .
notas de paisaje y arqueología ... La Sagrada Familia (Ores- Una mujer debía ser virtuosa y reflejar las convenciones
de, Gemaldegalerie), de los primeros a1ios setenta, es un que daban respeta bilidad a su sexo, especialmente si preten-
excelente ejemplo de esas primeras obras donde el trata - día desarrollar una profesión fuera del ámbito doméstico.
miento figurativo y pictórico la acercan, en este caso, a la Es significativo el modo en que Cari o Cesare Ma lvasía trae
dolcezza correggiesca que también está presente en las obras a colación las virtudes de las damas honestas al describir
re ligiosas de Sofonisba en Cremona. Con precisión de mi- en 1678 la historia de Lavinia: a pesar de su fama y de ser

29
tratada como una princesa por la mejor sociedad de Bolo-
nía, que buscaba su trato y reclamaba sus retratos, la sabia
hija de Prospero no cayó en la soberbia; al contrario, se
mostraba humildclll4 y supo ponerse en su lugar al casarse
con un hombre acomodado y «quasi geltiluomo» 10' . El ma-
trimonio de Lavinia fue una muestra más de la determina-
ción de convertir a Lavinia en una profesional del taller
paterno. El elegido fue Giovanni Paolo Zappi, hijo único de
una pudiente familia de comerciantes de la cercana locali-
dad de [m ola, del que no consta que poseyera profesión,
título u ocupación alguna. Ma lvasía dice que gustaba de la
pintura y que pasó un tiempo formándose en el taller de
Fontana, pero sin éxito - «il Cielo non lo volea Pittore»-,
pero añade que era hombre de bonhomia que inspiraba con-
fianza; Lavinia, y seguramente también su padre, pensarían
que era la persona adecuada. La unión con Zappi aseguraba
a la pintora una posición estable y decorosa, pero también
el futuro sustento de sus padres, roda vez que las capitula-
ciones matrimoniales obligaban a la nueva pareja a vivir en
la casa de los Fontana y designaban a Prospero admi ni s-
trador de las economías familiares. Tras la muerte de este,
Zappi pasó a ser el tutor lega l de Lavinia, contratando en
nombre de la pintora y ayudándola en a lgunas tareas pictó-
ricas. La pareja tuvo once hijos, aunque solo tres sobrepa-
saron la adolescencia y la sobrevivieron.
Tras el matrimonio, Lavinia desarrolló una activa carre-
ra profesional basada en la producción de composiciones
religiosas y retratos. Estos últimos conformaron una parte
fundamental de la fama de la pintora, ya que con ellos des-
tacó entre la sociedad boloñesa y más tarde entre la roma-
na106. Su prestigio como retratista la llevó a competir con
otros artistas mascu linos, según se deduce de lo escrito por
autores como Ribera I!P .o Malvasía, quien compara su éxito
como retratista con el de Van Dyck o Justus Sustermans
(1597-1681) l(lH,

FIG. 7 Barro lomeo Passcrotti, Retrato de un coleccíonista, óleo sobre


lienzo, 120 x 98 cm. Colección particular (f'ototeca Zeri, 38541 }

FIG. 8 Prospero Fontana, Retrato de dama, h. 1565-70, óleo sobre


lienzo, 108 x 85 cm. Bolonia, Museo Davia Bargellini, inv. 387

30
FIG. 9 Lavinia Fonrana, La visita de la reina de Saba al rey
Salomón, h. 1600, óleo sobre lienzo, 251,7 x 326,5 cm. Dublín,
National Gallcry of Ireland, Purchased, 1872, NGT.76

Para las efigies sedentes retomó con acierto las fórmulas al resto de los pintores de Bolonia, como demuestra el Re-
compositivas y los attrezzi teatrales que había desarrollado trato de dama pintado por Prospero Fontana hacia 1565-70
Bartolomeo Passerotti (1529-1592), el más notable retratis- [fig. 8], que incluye la conocida como «perspectiva Passe-
ta boloñés, y que explican el complejo universo de elemen- rotti», que prolonga el escenario de la representación por
tos con los que Lavinia representó a algunos humanistas, medio de un vano abierto al fondo. Ese artificio formal in-
médicos y estudiosos. El Retrato de un coleccionista [fig. 7] troduce juegos lumínicos y volúmenes que contrastan con
recuerda la retórica empleada por la pintora en su propio los perfi les de las siluetas del retratado. Lavinia lo emplea
Autorretrato en el estudio [cat. 9], con la que superaba la en su Autorretrato tocando la espineta [cat. 8], aunque to-
aparente sencillez formal de la mayoría de los autorretratos davía sin la pericia de obras posteriores, como el Retrato de
de artistas hasta la fecha. La influencia de Passerotti alcanzó caballero (Senador Orsini) [cat. 361 o el retrato de Costanza

31
FIG. 1 ol.avinia Fontana,
La famift<l Gozzadi11i,
1584, óleo sobre lienzo,
235,5 x 191 cm. Bolonia,
Pinacoreca Nazionalc,
inv. 1161

sugiere la colocación de los


brazos; la comp lejidad del
fondo y el alarde indumen-
tario, con numerosas joyas,
flores y la presencia del pe-
rrito faldero, «il cane bolog-
nese» -una frivolidad, según
Paleotti, que se repite en nu-
merosos retratos de damas-,
fueron las señas de identidad
de una sociedad autocompla-
ciente y satisfecha que tuvo en
Lavinia su más representativo
exponente 109 • El mejor ejem-
plo de ello es la monumental
tela de La visita de la reina de
Saba al rey Salomón, un cua-
dro de historia sagrada que es
en realidad un friso de retra-
tos d e las aristocráticas da-
mas de la urbe, una pretencio-
Alidosi [cat. 411. Este último, realizado hacia 1595, es un sa exhibición del boato desplegado ante la visita de
perfecto exponente de las capacidades de Lavinia en ese Vincenzo Gonzaga y su esposa Eleonora de' Medici 110, que
momento de su carrera. La imagen que proyecta de Alidosi, muestra todas las pretensiones de sofisticación y mundani-
una de las damas más acla madas de la ciudad, explica su dad de Bolonia lfig. 9).
éxito como retratista y el modo en fue va riando su produc- La pintora conformó además imágenes complejas de esa
ción de retratos introduciendo distintas tipologías. La dis- ciudadanía partiendo de fuentes y recursos muy variados.
posición en escorzo de la figura , en un activo reposo, según En el elaborado retrato de La familia Gozzadini ahonda en

32
la propuesta formal del retrato sedente, pero ll enándolo de
complejidad simbólica a l incluir a dos de los miembros que
habían fallecido antes de la realización del cuadro [fig. 1 0].
Gracias a la disposición jerárquica y a la estudiada gestua-
lidad de cada figura, la composición se presenta como un
al tar para el «culto de los Lares» de una de las familias más
influyentes de Bolonia, con la que Lavinia tuvo trato fre-
cuente'' ' ·
La rigidez compositiva, anclada aún en fórmulas tardo-
manieristas, del gr upo Gozzadini se diluye por completo en
el Retrato de familia [cat. 42], una pintura que proyecta
una escena doméstica de un grupo burgués, en la que Lavi-
nia vuelve a recuperar soluciones tomadas de Passerotti en
línea con el naturalismo y la espontaneidad que estaba de-
sarrollando por esas fechas Ludovico Carracci, estricto
contemporáneo de Lavinia, que había pasado por el taller
de Prospero y con el que sin duda tuvo trato [fig. 11]. De
hecho, ambos participaron en un altar para la Cappella del
Rosario en la iglesia boloñesa de San Domenico, realizado
a mediados de la década de los noventa por un grupo de
artistas que muestran el complejo panorama pictórico de la
escuela boloñesa en esas fechas: Lavinia, Denys Calvaert,
Barro lomeo Ce si (155 6-1629), Ludovico Carracci, Guido FIG. 11 Ludovico Carracci, T,a familia Tacconi, 1589-90, óleo sobre

Reni, Francesco Albaní (1578- 1660) y el Domenichino lienzo, 96 x 76 cm. Bolonia, Pinacoteca Nazionale, inv. 6484

(1581-1641).
La inclusión de la pintora en el conjunto de San Dome-
nico pone de manifiesto su posición artística en Bolonia y destino desde al menos 1604. La cifra es pequeña en com-
nos muestra que también se ocupaba de obras para espa- paración con los encargos de otros pintores de su genera-
cios públicos, una significativa novedad en la historia del ción, pero un logro completo para una pi ntora que se aden-
arte, aunque esa no fue su primera incursión. La más tem- tró incluso en terrenos completamente vedados para una
prana la realizó junto a su padre, en la tela Cristo en casa mujer, como era la pintura mitológica, por requerir la re-
de Marta y María l fig. 12J, obra de hacia 15 80, en la que se presentación de desnudos. Lavinia demostró una refinada
le atribuyen las dos figuras femeninas, por anunciar estas capacidad de invención, ya que algunas de sus composicio-
ya un ductus pictórico diferenciado del de Prospero, con nes juegan con los límites de lo erótico 11 1 [fig. 13].
una suave percepción de los perfiles y una mayor plastici- En 161 1, tres años antes de morir la pintora, Felice An-
dad anatómica y sensibilidad para las tonalidades doradas 112
• tonio Casoni (1559-1634) acuñó en Roma una medalla que
La inmersión de Lavinia en el taller fue ya completa en la celebraba su fama fca t. 21]. Medio siglo antes se había
década de los ochenta, cuando se ocupó también de la eje- hecho lo propio en Cremona con Sofonisba Anguissola
cución de cuadros de altar de considerable tamaño, un te- [cat. 20]. La medalla de esta última, trabajada solo por el
rreno vedado hasta la fecha para las mujeres. Babette Bohn anverso, reproducía, según la tradición numismática clásica,
ha contabilizado un total de veintitrés obras con esa finali- el busto de la dama de perfil, como hija de Amilcare, según
dad, realizadas a lo largo de casi cuarenta años de carrera, reza )a inscripción -SOPHONISBA · ANGVSSOLA · AMILCARIS

incluyendo también los de la ciudad de Roma, su último FIL[IA]-. La efigie y la indumentaria se asemejan a las de la

33
joven en su Autorretrato de la Gallería Colonna lcar. 61,
fechado en 1558. Es posible que la medalla se encargara
para celebrar la posición alcanzada por Sofonisba cuando
fue llamada a la corre española o tal vez fuera un encargo
previo para su mejor promoción. Significativamente, no se
hace referencia a su cargo como dama de Isabel de Valois
y tampoco a su relación con la práctica de la pintura. Pa-
rece más bien una celebración de Sofonisba como hechura
de su padre Amilcare, una medalla conmemorativa com-
pletamente diferente a la realizada por Casoni, en la que
no solo se plasmaba la efigie de Lavinia en el anverso de la
medalla, sino que, además, en el reverso se subrayaba su
dedicación profesional a través de una elocuente perso-
nificación de la Pintura, con los atributos y los símbolos
propuestos por Cesare Ripa en su lconologia {1593 ) y
rodeada con un significativo verso de Petrarca: << PER TE

STATO GIOIOSO MI MANTENE» (Por ti un estado jubiloso


me mantiene) .
Sofonisba Anguissola encontró en la pintura un modo
de alcanzar la posición social que correspondía a la familia
Anguissola-Ponzoni. Su talento y su personalidad, así como
el empeño promociona! de su padre, la convi rtieron en una
dama afamada y respetable que posibilitó la práctica artís-
tica de las mujeres y forjó un mito femen ino que aún perdu-
ra. Para Lavinia Fontana, hija de un pintor, la pintura fue el
ámbito natural que acabó por convertir, empujada por su
padre, en su modus vive11di. Fue la primera en ser reconoci-
f!G. 12 Prospero y Lavinia Fontana, Cristo en casa de Marta y María,
da como una profesional, la pintora que traspasó los límites
h. 1580, óleo sobre lienzo, 257 x 184 cm. Bolonia, l.n Quadreria.
Pnlauo Rossi Poggi Marsili y los géneros impuestos a las mujeres.

Guazzoni 1994, p. 57. mentaría de Cario~ lli ( 1794) y en el carálogo 7 Sánchc1. Cantón 1948, pp. J 11 y 127.
2 Ros~ a na Sacch i recopiló en 1994 toda la do- del Prado de 1857. Lo~ rerraros de las dos 8 Un notable salto adclanre fue la publicación de
cumentación sobre la pintora hasta la fecha reina; no solo perdieron su relación con So- la monu mental biografía de la rein a Isabel
(Sac..:hi 1994h). Otras aportaciones funda- fonisba Anguissola sino también la identidad de Agustín G. de Amezúa y Mayo (1949}.
mentales en l'inessi 1998, pp. 97- 1 14;} Kus- de la ~ retratadas. El de Isabel de Valois de 9 Véase una historia y una valoración de las
che 2003. cuerpo entero [ca t. 24] aparece en el catálogo atribuciones de los retratos realizados en Es-
La identificación del retratado hubo de ba- de 1857 como María Ana de Austria; el de paña a Sofonisba en Gregori 1994, pp. 35-
sarse en la referenc1a que de la obra dio Gior- Ana de Au~tria lcat. 29] aparece como «una 39; y un breve, pero fundamental, recorrido
gio Vasan en la segunda edición de sus Vite señora•. por las fuentes españolas }' la recuperación
( 1568). Véase cat. 17. 6 Este retra ro aparece como «u na señora •, de la pintora en nuestro país en Kusche 2003,
4 Una ve1 el cuadro en el Prado ( 1857), se duda obra de Pantoja de la Cruz en la Testamenta- pp. 187-88.
ante el apellido de Lucia: Aguisola o Angociola. ría de 1794 y de escuela española en el catá- JO Nochlin 1971, reeditado en Nochlin !988;
S El retrato de Felipe JI fcar. 28] fue puesto en logo del Prado de 1857, aunque desde 1872 Tufts 1974b; Los Ángeles, Austin, Pirrsburgh
relación con Pa ntoja de la Cruz en la Testa· idenrificada ya como Isabel de Valois. y Nueva York 1976-77; Cbadwick 1990.
FIG. l3 Lavinia Fontana,
Venus y Cupido, 1585,
óleo sobre lienzo,
215 x 134 cm.
Colección particular

35
11 De la bibliografía española cabe citar Imagen 2\1 .. ¡usredl quiere que resplandezca mucho más 41i Gonzáb Rolán 2014.
de la mu¡er 1984; González y Caramés 1994; la vtrrud y el valor de la señora Sofoni~ba y 47 Saccht 1994a, pp. 345-48; Gamberini 2018,
Saurer 1996; Mu¡er en el arte espa~iol 1997; de orras similares personas excelentes a la~ pp. 187-89.
'>errano de Ha ro 2000; Mayayo 2003; M u- que sé que no ~or digna de servir, y menos de 4S Guanoni 1994.
íiot l.ópct 2003; Combalia Dexeus 2006; parangonarmc, pero al igual que los buenos 49 Vida 1550, f. 64v. Recogido en Saccbi 1994d,
Dtcgo Otero 2009; y Martín Jiménez 2018. mú~icos a veces incorporan notas disonante~ p.403.
12 Kusche 1989 y 1992a. para formar consonancias mucho más dul- so La formación y la pnícrica artística del resto
13 Kusche 2003, esp. pp. 187-274. ces, y al igua 1 que algu11a nube hace que los de la~ Angui~sola (Lucia, Minerva, Europa o
14 Kusche incluye en su visión de la pintora bi- orn.Jmcllto~ del ciclo parezcan aLm más res- Annamaria), en Gilardi 1994.
póresis y suposiciones de poderoso atractivo plandecienres, así su señoría ha pensado con 'i l Sobre toda la complej idad formativa de So-
narratiYo o emplea en muchos casos condi- la imperfección y con la oscuridad de mi re- fonisba en e l período cremonés sigue siendo
cionales verbales que manifiestan ese carácter trJto ilustra r mucho más su noble J\ll.useo »; fundamcnra l el catálogo de la exposición de
hipotético, pero que pasan pronto a construir carta publicada en Galli 1940, p. 80. Cremona de 1994, con especial atención a
un relato con apariencia de ccrre7a. >O Sobre los Elogia de Giovio, véase J. Riello en los rexros de Grcgori, Caroli, Saccbi y Bora.
15 Como ha resumido recientemente Bea Porque- Madrid y Londres 2008-9, pp. 364-65, n.'' lOS. S2 Lamo 1 584, p. 38. Citado en Kusche 2003,
res (20 18, p. 46). Rossana Sacchi ( 1994c) evi- 31 Un estudio sobre la nueva consideración de p. 189.
tú en su contribución al catálogo de la pintora la mujer en el Renacimiento italiano, que in- )] Cecilta Gambcrini (2018, p. 63), por el con-

y sus hermanas manifestarse sobre esas arri- el u) e loo; textos fundamenrales y la relación rrario, a puma la posibilidad de que la forma-
buciones, al contrario que Mina Gregori en el de anstócratas que ayudaron a crear w1 nue- ctón de la~ Anguissola se llevase a cabo en la
mismo Yolumen. Orietta Pinessi ( 1998), por vo cltma cultural, en Guazzoni 1994. casa familiar, evitando así contactos con los
su parte, las ha rechazado de plano. .n Sobre c~te tema, véase Ramírez Almazán el muchachos del taller.
16 Kusche 2003, pp. 2.50-59. Para una aproxi- al. 20 1 1; Arriaga, Cerraro y Rosal 201 2; y 54 Am he res 2018, p. 91.
mación a la pintura y a las diversas arribucio- Campbell2013. 55 Sacchi 1994e, p. 72.
nes (Greco, Sánchez Coello o Sofonisba An- 3.1 Véase un estudio rccicnre wbre la visión ca m- 16 Grcgori 1985, p. 173.
guis~ola), véase G. Finaldi en Nueva York y hiante de la mujer en relación con su papel 'i7 Oric1ta Pincssi ( 1998, pp. 11-12) ha subraya-
Londres 2003-4, pp. 268-69, n." 7 3. de esposa en el RenacimientO ita liano en l'a- do la importancia de Boccaccino en la obra
17 Los resultados de los estud ios sobre La dama lacios Méndez 20 18; de especial interés por de Garri, y a su vez en algunas de las caractc-
del armhio se han presentado en el simposio las fuenrcs rratadas, el capítulo «La vera ami- rísticas de Sofonisba: los detalles caligráficos,
«Unwrapping an lcon», celebrado en G las- ázia: la amistad conyugal en lralia en los si- los contorno~ imprecisos, con reminiscencias
gow los días 20-22 de febrero de 2019, y se glos XV}' XVI», pp. 77-106. de Bcrnardino Luini (h. 1480-1 532) y algu-
publicarán junto con otros trabajos allí pre- >4 Juan Boscán publicó en 1534 su traducción nos pintores namencos. De Europa Anguts-
sentados en 2020. a l castellano (Boscán [153411873). sola (h. 1548-1578), la cuarta hermana, ram-
18 Una pMte de ese material estaba ya publica- l i Boscánl1534] 1873, p. 291. bién pintora, ~e conocen dos cuadros de altar
do en Garrido 1990. 31i Jbidem, p. 305. de grandes dunensiones: L1 uocación de san
19 Véase una excelente puesta al día de las carac- 17 Jbidem, p. 301. Andrés (igbia parroquial de Vidiceto) y l.a
rerísricas, géneros y circunstancias que rodean 18 Jbidem, principalmente las pp. 293 y 294. estigmatización de san F-rancisco con donan-
al arre realizado por mujeres en los siglos XVI 1\1 Las referencias aproximativas sobre la pobla- te (iglesia de Sanr'Agata en Cremona); este
y xvu, con bibliografía al respecto, en Holliorr ción de ambas c iudades son 70 000 habitan- último está basado en un dibujo de Giulio
2013. Véase también Ffolliott 2016. tes en Bolonia a finales del siglo XVI , mientras Campi (1508-1573) y, tal vet, también el
20 Freedherg 1970, pp. 572 y 591. que en Crcmona no llegaban a los 40 000. primero. V. Guazzoni en Crcmona 1994,
21 G<~lli 1940. 40 Una aproximación al protagonismo de las pp. 3 10-l3, núms. 56 y 57.
22 Fortunati 1986a. Gracias al magisterio de pi moras en Bolon ia en Bobn 2013. 58 Caroli 1987, p. 26.
Vera Fortunati, el estudio de la figu ra de La- 41 Muto 1985 y Vigo 1985. Gamberini 20 18, 59 Los Ángeles, Austin, Pitrsburgh y Nueva
vinia Fontana se conti núa en reconocidas "11 ruolo di Cremona nell'ottica imperia lc del York L976-77, pp. 106-8; Gregori 1985,
htstoriadoras italianas, principalmente de I:J Ducaro di Milano•, p p. 89-105. pp. 171-75; C:rroli 1987; Pinessi 1998,
Univcrsira di Bologna: Allgela Ghirardi, Irene 42 Giovanni Vigo recuerda el elogio que el go- pp. 10- 18; Gregori 1994; Caroli 1994; Ga-
Graziani o Stefania Biancani entre otras. bernador español, Luis de Rcqucsens, hacía rrard 1994; Kuschc 2003, pp. 188-92; Sebas-
23 Canraro 1989. de la ciudad en 1573, donde recordaba la tián 2013, pp. 201-3.
24 Bolonia 1994; Washinron 1998. antigua nobleza de la misma celebrada por 60 Jordan 2000; lnnsbruck 2018 .
25 .Murphy 2003 . Virgilio, quien la ponía en paralelo con la de 61 Ambcrc~ 2018, pp. 90-9 1.
26 Galli 1940, pp. 79-80, doc. 5, pp. 115-16. Manrua, su tierra natal; Vigo 1985, p. 13, 62 La pintora Ca terina van Hemesscn fue elo-
27 El filólogo y catedrático Cario Sigonio ( 1.520- citando a Politi 1976, p. 14. giada en la obra del escritor y comerciante
I.S84) y orros do~ que podrían identificarse 4) Gambcrini 2018, pp. 89-106 y 137-72. norenrino Lodovico Guicciardini, Descnttio-
con el médico Alcssandro Achillini (1463- 44 Sobre Amilcare y sus labores en la ciudad, ne di tutti i J>aesi Bassi, publicada en Amberes
1512) y el filósofo y humanisra Ludovico Boc- véase Gamberini 2018, pp. 97-99 . en 1567, y también en la segunda edición de
cadifcrro (1482- 1545). 45 Sacchi 1994a, p. 357, nora 16; y Gambcrini las Vite de Vasari ( 1568, vol. 2 de la tercera
28 Galli 1940, p. 80. 20 18, p. 188. parre, p. 860).

36
63 Las relaciones comercia les y financieras con Sofonisba envía a Felipe U, San Lorenzo del 96 Murphy (2003, p. 18) recuerda que también
Amberes fueron habiruales en el siglo xv1, Escorial, 9 de septiembre de 1589. Perino del Vaga (tan ligado a Prospero) y Ti-
con flujos de mercaderes de ambos ámbitos 79 Alfio Nicorra, en conferencia de 22 de abril ziano (h. 1488-1 576) pusieron a sus hijas el
en las dos ciudades. Una aproximación a la de J 995 en la Biblioteca Comrnunale de Pa- nombre de Lavinia .
cuestión en Cremona 1985. ternc), publicada en 11 Giornale di Sicilia el26 97 Cario Malvasía ( 1678, l, p. 216) cuenta cómo
64 V. Guazzoni en Marubbi 2003, p. 135, n. 0 97. de abril de 1995, p. 23. Véase también Nico- Prospero «vivió a lo grande y se trató como
65 Véase e l texto de Laura Alba Carcclén, M.' tra 2013, p. 1 O; M arotta Rizzo 2002. un príncipe. Fue su hogar reducto y emporio
Dolores Gayo García y Maitc Jovcr de Cclis 80 lozzia 2012. De l mismo documento lozzia ha de todos los Virtuosos de aquel siglo, par-
en este catálogo. concl uido que Sofonisba Anguissola, ya viu- ticularmente de Ulisse Aldrovandi, y de Achi-
66 Pinessi 1998, p. 16. da y en representación de su marido, se ocu- lle Bocchi, a quienes fue muy querido. [ ... ]
67 Vasari-Milanesi 1878-85, Vl (1881 ), p. 498. pó del gobierno de Paterno durante nueve Fue maestro de Lodovico, primero, luego de
68 Caroli 1987, p. 18. meses. Véase también Tazartes 2019. Agostino Carracci, tle Deny~ Calvaerr,
69 <<Sofonisba se había perfeccionado gradual- 8 1 Kusche 2009; Kusche 2007b; N icotra 2015; de Tiarini, de quien conocí todo esro de viva
mente, y cada día con franca mano traz~ba Nicotra 2019. voz». Sobre la elección de la vivienda en la
uno u otro dibujo[ ... ]. De los caballeros y de 82 La atribución se debe a .\llatia Kusche. Su céntrica via Galliera, así como su suntuosa
las damas que frecuentaban su casa hacía por publicación más reciente con respecto a esta decoración, véase Murphy 2003, p. 18.
entretenimiento retratos, en los que tenía obra en Kusche 2003, pp. 267-69. 98 Murphy 2003, pp. 15-20.
fama de insuperable, y se los regalaba. Su 83 Madrid, Museo Nacional del Prado, 99 Según testimonia Malvasía ( 1678, l, p. 216),
nombre, por lo tamo, se extendió gloriosa- P000861 . la casa de Prospero «guardaba tesoros », ex-
mente por la boca tle rodos y despertó el de- 84 Sobre las atribuciones del retrato del Prado véa- presión que parecde interpretar la profesora
seo de alguna tle sus obras»; Lancetti 1819- se S. Breuer-Hennann en Madrid 1990, p. 146, Fortuna ti ( 1998, p. 13) como «una cámara
22, 1 ( 1819), pp. 250-51 . Citado en Pinessi n. 0 28, con bibliografía precedente. Kusche en de maravillas ».
1998, p. 12. Cremona 1994, pp. 254-57, n.0 30; Pinessi 100 La Anunciación, sobre cobre, de 36 x 27 cm
70 En Cremona el15 de mayo de 1558. Tolnay 1998, pp. 70-74; y Kusche 2003, pp. 246-50. (Ba lrimore, Walrers Art Museum, n.o 37.18 14 )
1941, p. 116; Sacchi 1994b, p. 365. Por tra- SS De Dominici .1 742-44, 11 ( 1743), p. 237; Sa- traslada la composición del mismo asumo de
ducción de Bea l'orqueres 2018, p. 106. cchi 1994c, p. 156. Prospero de hacia 1575 (Mi lán, Pinacoteca
7 1 El más reciente estudio sobre la relación de 86 Carta de Chiabrera dirigida a l pintor Bernar- di Brera) . Canraro 1989, pp. 66-67.
los Anguissola y los intereses españoles en el do Castello ( 1.557-1629), amigo de Sofonis- 1O1 En las dos versiones de La Piedad sobre ta-
Milanesado en Gamberini 2018, pp. 107- ba Anguissola, ell4 de septiembre de 1.5 9.5. b la (El Paso M use u m of Art, 196 1. 1.36; y
233. Sacchi 1994b, p. 392. Winter Park, Cornell fine Arrs Museum at
72 Una completa secuencia de las citas a la pinto- 87 Gregori .1985, p. 173. Rollins College, n." 1936.30) la firma repite:
ra en Gregori 1994; Sacchi 1994d; y Gamberi- 88 García Cuero 200.5, especialmente del capítu- « LAV!NIA FONTANA VIRGO » .

ni 2018, pp. 40-62. Una valoración crítica del lo « Espa1ia en Bolonia» el epígrafe " Bolonia, 102 fue beatificada en 1592 y santificada en
contenido de esos textos y acerca de lo que ciudad del Estado Pontificio », pp. 15-36. Aun- 17 10: Biancani 2002 .
desvelan sobre las capacidades artísticas de So- que el autor cenrra su estudio en el siglo XVH, 103 Forrunati 198 l.
fonisba y otras mujeres artistas en Jacobs 1994. sus consideraciones para explicar la relación 104 Así se presenta la propia pintora en 1579
73 Sacchi 1994c. histórica con Espa1ia en el siglo anterior son cuando envía el Autorretrato reclamado por
74 Vicente Ximeno ( 174 7-49, l ( 1747), p. 248) de gran inrerés, a l igual que la posición de la Chacón (véase nota 29). Galli 1940, p. 80.
señala otros títulos del mismo autor al tiempo ciudad con respecto a las imágenes religiosas. 105 Malvasia 1678, 1, pp. 219-24. Tomado de
que afirma que Ribera podría «gloriarse de 89 Sobre esa «nueva pintura" inspirada en los prin- Canraro 1989, pp. 323-24. La descripción
muy airo nacimiento, aunque oculto». La obra cipios de Paleorri, véase Zacchi 1985; Fumaroli de las virtudes de Lavinia puede seguirse en el
de este religioso valenciano está dedicada a Va- 1995, pp. 313-63;Jones L99.5; y Spear 1997. resto de rexros sobre la pintora : Tasso [1.582)
leria Bonomi, abadesa del monasterio de Tries- 90 Para Vera Forruna ti (1998, p. 19), Lav inia 1997, p. 15; Bronzini 1624 (véase Barker
te, donde era monja una hennana de Ribera. fue una de los primeros a rtífices en superar la 20 18); Mancini [h. 1620] 1956-57, l (1956),
75 Todas ellas en el libro XIV, artículos 450, tradición rardomanierista en favor de un arre p. 233; y Baglione [ 1642] 193.5, p. 143.
488,489 y 492 (p. 334).l.os nombres y daros vivo y real, capaz de mover los afectos. 106 Tufts 1974a.
de las tres españolas, además de los de Sofo- 91 Ximéncz 1764, pp. 427-28. L07 Ribera J 609, cap. XIV, art. 489, p. 334.
nisba, serán luego repetidos por Cristofano 92 Una revisión de Lavinia Fonrana en relación 108 Malvasía 1678,1, p. 218. Citado por Cantaro
Bronzini, en Delia dignita 6- no!Jilta del/e con las propuestas conrrarrcform istas, en 1989, p. 323.
donne, compuesto emre 161.5 y 1622 (Bron- Schmidt 2015. 109 Murphy 2003, pp. 92-97.
zini 1624). Sobre la obra de Bronzini , véase 93 Fanri 1978; García Cuero 2005, pp. 16- 17 . 110 Canta ro 1989, pp. 188-9 1; Fo rrunari L998,
Barker2018,p.430. 94 Murphy 2003, p. 7. p. 27; Murphy 2003,pp. 106-11.
76 Ribera 1609, p. 3 16. 95 Bronzini encuentra en Lavin ia rodas las vir- 111 Murphy 2003, pp . 117-36; Fo rtunati 1998,
77 Sacchi 1994c, pp. 162-63; Magnani 1995, tudes reflejadas en 1/ Cortegiano y cita expre- pp. 17- 18.
pp. 277-78. samente que sabía rocar algún instrumento, 11 2 fortunati 1986a, 11, pp. 729 y 749; Canraro
78 Véase Pércz de Tudela 2001, p. 477: cédula cantar bien, «escribir mejor •> y conversar. L989, pp. 96 y 97.
de paso para dos cuadros devocionales que Citado en Barker 2018, p. 432. ll.l Milán 2002.

37
Artes hermanas M ichael Colc

En el autorretrato que está hoy en la Accademia di San Luca se conserva un dibujo que tal vez sea el apunte que realizó
de Roma [cat. 8], Lavinia Fontana ( 1552-1614) pone las ma- contemplando su reflejo [fig. 14]. Si bien en la pintura se
nos sobre el teclado de una espineta a l tiempo que se gira para re-invierte la imagen especular, en el dibujo la modelo está
mirar al espectador. Detrás, de pie, una criada tiene abierto colocada de una manera similar, con la mano extendida y
un libro de música y parece que nos lo muestra más a noso- un leve giro de la cabeza . Así, aunque es lo bastante plausi-
tros que a la intérprete, quien solo podría ver sus páginas si ble como imagen de una m ujer que interpreta música para
se diera la vuelta. Es evidente que esta es capaz de leer los un espectador, la postura de Lavinia - la cabeza, el tronco,
pemagramas, aunque en este insta nte no los necesita para las manos-confirma también lo que nos dice la inscripción
rocar. La música procede de su memoria o de la improvisa- sobre la manera en que se pintó el cuadro.
ción. Es una artista, pues es la mente la que dirige la mano. Con este juego visual de una figura de la que puede en-
En el fondo se ve un caballete en una alcoba, ame la tenderse que está haciendo música y haciendo arte simultá-
ventana. Las ortogonales del instrumento musical se dirigen neamente, Lavinia reromaba una idea que ya había emplea-
hacia ese punto y también la iluminación del conjunto con- do unas dos décadas antes Sofonisba Anguissola (h. 1535-
tribuye a que nos fijemos en esa zona. Po r lo tanto, la estan- 1625). Pues esta se había a utorretratado sosteniendo un
cia incluye dos espacios de actividad físicamente conectados libro Jcat. 2[, tocando la espineta fcat. 4] y pintando a la
entre sí. El cuadro deja bien claro que su protagonista po- Virgen con el Niño [ca t. 5], siempre con una pose casi idén-
dría pasar de uno a otro, y que de hecho lo hacía, alternan- tica, probablemente derivada de una imagen a nterio r en la
do la práctica de la pintura con la de la música . que se representaba entre un lien zo y un espejo 1• No sabe-
En realidad , es muy posible que el cuadro tomara forma mos con precisión qué obras de Sofonisba conocía Lavinia,
precisamente por medio de esa transición. Arriba a la iz- pero hay en los cuadros de a mbas algunos elementos dema-
quierda hay una inscripción - <<LA\ IN/A VIRGO PROSPrRI siado cercanos para ser producto de la casua lidad. También
fONTANAl- 1 f-ILIA FX SPI-CI' l.O HIAC./ ,'-:EM 1 OR/S S\' 1 EXPRESIT Sofonisba representó a una joven tocando la espineta -ella
AN/\'0 1AWI.XX\'11» - en la que se afirma que Lavinia pintó el misma o quizá su hermana Lucia- acompaiiada de una
autorretrato mirándose en un espejo. En la ,\llorgan Library criada [fig. 15]. Y la inscripción de Lavinia en el autorretrato

Lavinia Fon tana, Autorretrato tocm1do


39
la espineta (detalle de ca t. 8)
des representadas por Sofon i ba, Lavinia hacía evidente la
relación intuida por su predecesora.
Pero esa idea no era del todo nueva, ni siquiera para
Sofonisba. Seis años antes de que la artista cremonesa pin-
tara su primer a utorretrato seguro, la flamenca Caterina van
Hemessen (1528-después de 1587) se había representado
delante de un caballete, con una inscripción en la zona su-
perior y, como la de Lavinia, en letra s mayúsculas: << r.GO

C.ATERINA DE 1 1/LM/SSrN ME 1 PINXI 1548 1 ETATIS 1 SVIf 1 20 »


[cat. 11. Ese mismo año Caterina retrató a otra mujer joven,
de aspecto similar y vestida de ma nera casi idéntica, ante un
teclado ffig. 16 J. En este caso la inscripción dice que tiene
veintidós años, lo que ha llevado a pensar que se trata de
Chrisrin a, la hermana mayor de Caterina, pero la semejan-
za entre ambos cuadros asocia la pintura y la música con
tanta fuerza como las obras de Sofonisba y Lavinia.
Esas representaciones deben verse, además, en el con-
texto de arras prácticas del Renaci miento. Antes de 1580
tanto Venus como santa Cecilia habían sido pintadas algu-
nas veces como músicas. Mujeres de la época interpretaban
~IG. 14Lavinia Fontana, Autorretrato, h. 1579, carboncillo y
sanguina sobre papel, 164 x 145 mm. Nueva York, The :'vl.organ música en su casa y en otros sitios, y parece que algunos
Library & Museum, Purch a~ed by Picrpont Margan (1837- cuad ros de género tempranos reflejan esas ocasiones3 • Con
1913) in 1909, lV, 15Sb
todo, los autorret ratos de Carerina , Sofonisba y Lavinia
son los primeros retratos conocidos en los que se represen-
ta a una mujer tocando música. En ellos se asocian con
de San Luca sigue la fórmula establecida por Sofonisba en tanta fuerza las figuras de la mujer pintora y la mujer mú -
la década de 1550, en la que se califica de virgo y añade a l sica que un retrato de los Uffizi - sin inscripción, de una
2
suyo el nombre de su padre • mujer c uya identidad no puede deducirse de otras imáge-
Sofonisba había distribuido entre múltiples imágenes las nes- se ha con siderado trad iciona lmente que representa
actividades con las que quería que se la asociara: la música, a la pintora Marietta Robusti (h. 1 554-h. 1590), hi ja de
la pintura, la escritura. En cada una de ellas se afirmaba una Jacopo Tintoretto (1519-1594) [fig. 171 . Esta deducción se
competencia concreta pero independiente. Los que conocie- basa en poco m ás que el hecho de que la obra empareja a
ron directa o indirectamente la secuencia de sus obras pic- una veneciana con un teclado. Aunque esa hipótesis no es
tóricas podrían haber visto la coherencia de su evolución, imposible, este retrato, en el que la modelo está de pie e
pero hacia 1560 estaban repartidas entre distintos propie- inactiva, tiene menos en común con los autorretratos se-
tarios. Solo desde la perspectiva que nos da el t iempo trans- gu ros de pintoras que con otros retratas contemporá neos
cur rido podemos detectar en ellas la idea general que rige de mujeres de la nobleza no identificadas, como el de Fran-
todas ellas. Cuando colocó el teclado delante del caballete, cesco Bacchiacca (1494-1557) de hacia 1540 que está en
en cambio, Lavinia hizo explícita la comparación entre la el Getty Museum y el de Scipione Pulzone (1544-1598) del
música y la pintura que Sofonisba solo había hecho de ma- Walters Arr M useum.
nera implícita. Al situar la inscripción junto al caba llete La manera en que Sofonisba y Lavinia se asociaron con
asociaba también la pintura con la capacidad de la lectura la música distingue sus retratos de los de otras mujeres mu-
y la escritura. Y, al refundir en una sola imagen las activida- sicales. Además, las convenciones que se observan en esas

40
FlG. 15 Sofonisba Anguissola, Autorretrato con espineta
y criada, 1561, óleo sobre lienzo, 83 x 65 cm. A!thorp
Park (Norrhamptonshire), Colección de Lord Spencer

obras difieren de las que configuraron los autorretratos de


los artistas varones. Hay noticias de que diversos artistas del
Renacimiento fueron músicos, como, entre otros, Andrea
del Verrocchio (1435-1488), Leonardo da Vinci (1452-
1519), Pordenone (h. 1484-1539), Sebastiano del Piombo
(h. 1485-1547), Rosso Fiorentino (1494-1540), Benvenuto
Cellini (1500-1571 ), Paris Bordone (1500-1571) y Bronzino
(1503-1572). Según la leyenda, Paolo Veronese (1528-1588)
se representó a sí mismo, con Tiziano (h. 1488-1576) y ]a-
copo Bassano (h. 151 0-1592), en los músicos de Las bodas
de Caná del Louvre4 . No obstante, no sabemos de ningún
artista varón que antes de la década de 1590 pintara un
autorretrato independiente tocando un instrumento musical.
La conexión que las pintoras establecieron repetidamen-
te entre la pintura y la música apunta a una determinada
idea de la educación, lo que Paul Kristeller denominó <<un
sistema de las artes »;. En las universidades medievales y
renacentistas se distinguía entre las artes <<liberales» y las
artes <<mecánicas», y se basaban los currículos en las prime-
ras con exclusión de las segundas. Las nuevas academias
-incluida la romana Accademia di San Luca, que acabaría
consiguiendo el Autorretrato tocando la espineta de Lavi-
nia- diferenciaban entre las bellas artes, a las que podían
dedicarse caballeros cultivados, y las menos nobles artesa- Lo que revelan las obras de aquellas primeras artistas es
nías. En los libros sobre la manera de comportarse se espe- que el sistema de las artes renacentista estaba también co n-
cificaban las aptitudes que debían ser practicadas por el dicionado por el género. Si algunas pintoras de Am beres,
cortesano y aplaudidas en él. Para los teóricos del arte, las Cremona y Bolonia, que no conocían bien las obras de las
distintas disciplinas artísticas formaban una familia en demás, se asociaron al mismo y limitado grupo de activi-
la que el disegno era el padre de la pintura, la escultura y la dades, es porque motivaba a todas ella s una sensibilidad
arquitectura. En las comparaciones entre las artes que hicie- similar, una sensibilidad que parece que ya se había exten-
ron Leonardo da Vinci y sus sucesores la pintura se une a dido por Europa en la década de 1540. Caterina van He-
veces a la música, o a la escritura, pero nunca a otras acti- messen, Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana -como
vidades. Con gran parte de ese discurso se pretendía conser- sus padres, a los que citan una y otra vez en sus cuadros-
var una jerarquía local o afirmar el esta tus de los participan- compartían la idea de que las mujeres de su edad que ha-
tes en el debate. No menos que la moda o el lenguaje, el bían aprendido a escribir y a tocar el teclado podrían igual-
sistema de las artes era una vía para imponer un orden so- mente aprender a pintar.
cial. Identificar como hermanas a determinadas artes supo-
nía excluir a otras de la familia.

41
senra cu ltivando : el arte de coser. Veamos lo que cuenta
Dionigi Ata nagi de la educación de Irene di Spilimbergo
(1540-1559), una joven qu e vivía en Brescia durante los
años en que Sofonisba estaba empezando a ser famosa:

Viend o la viveza de su ingenio, se la destinó enseguida, jun-


to a otras muchachas, a la práctica de la aguja, y del borda-
do, ejercicio que las damas están acostumbradas a practicar
tanto para su ornato personal como para escapar del abu-
rrimiento, que es el enemigo principal de su sexo. Pero en
ese período le pareció [a Irenej que aprender a coser era un
logro pequeño y no le bastaba para tener ocupados todos
sus pensamientos; en consecuencia se dedicó a leer y escri-
bir, de lo que en poco tiempo obtuvo gran provecho. Pasó
así, sin que nadie se lo recordara o la dirigiera, al estudio de
muchos li bros en lengua vu lgar, progresando cada vez más
en la comprensión de sus ideas. Sucedió entonces que, co-
nocida [Irenej por Giovanni Pao lo da Ponte, que era su
abuelo materno y honorable gentilhombre, este asumió la
responsabilidad de la educación de la muchacha. Al com-
probar su vivo ingenio y su apasionado deseo de saber, y no
queriendo falrar en modo a lguno a la fe licidad de su inge-
FlG. 16 Carerina van Hemessen, Mujer joven tañendo nio, la introdu jo en la música, y resu lra increíble la rapidez
el virginal, 1548, óleo sobre tabla, 30,5 x 24 cm.
con que aprendió las cosas más difíci les.¡
Colonia, Wallraf-Richarrz Museum, Acquired in 1916
as a bequesr from Mrs Emmy Schnirzlcr, WRM 0654
Atanagi sigue contando cómo, tras destacar por sus capaci-
dades musicales, que incluían la interpretación al clavicordio,
Las comparaciones que están en el centro de los autorretratos Irene empezó a reunirse con otras jóvenes para cantar y tocar:
de Sofonisba y Lavinia siguen la estela de las que se hacían en <<H abía en tre ellas una llamada Campaspe, q uien además de
la literatura renacentista. Sobre todo en la teo ría del ut fJictu- cantar pintaba de maner a excelente -para ser una mujer- .
ra poesis ya se habían vinculado la pintura y la poesía, mien- La señora Irene tomó a Campaspe como dama de compañía
tras que los paragoni de Leonardo da Vinci habían añadido y como maestra f... ] cuando empezó a dibujar>>8 •
la música a la ecuación 6 • Aunque Francesco Agosrino della Las obr as que muestran a Sofonisba o a Lavinia como
Chiesa presumiblemente sabría poco acerca de los textos que escr itoras, m ús icas y pintoras celebra n la conquista de una
Sofo nisba pudo haber escrito, la agregó a su Theatro del/e serie de ca pacidades interrelacionadas. La biografía de Atana-
donne letterate de 1620, declarando que sus escritos eran gi pone esas mismas capacidades en una secuencia, pues cuen-
<<muy alabados». Y aunque Filippo Baldinucci sabría poco ta cómo una mujer dotada podía pasar de una de ellas a la
sobre la naturaleza de sus habilidades musicales, escribió que siguiente 9 • Pero el punto de partida deAranagi es la habilidad
Sofonisba era una buena cantante. Sus bi ógra fo s en estos con la aguja . De su relato parece deducirse q ue sus padres,
casos dependían más de los tropos que vinculaban estas com- sabedores de que tenían una hija inteligente, quisieron que se
petencias que de la evidencia histórica real. dedicara a la costura antes que a cualq uier arra actividad.
Hay, sin embargo, otro arte más que es esencial para esa La breve carrera de Irene s iguió un camino q ue fue de la
literatura de la comparación y que ningw1a pintora se repre- aguja a l p incel. Y q uizás aún más q ue la literatura y la mú-

42
F!G. 17 Marietta Robusti,
Autorretrato, h. 1580,
óleo sobre lienzo, 93,5 x 91,5 cm.
Florencia, Gallerie degli Uffizi,
inv. 1890 n. 0 1898

sica, el arte de la costura estaba lo bastante próximo a la que manejar lienzos y otras telas como soportes habituales.
pintura para que quien practicaba una pasara fácilmente a Podían aportar diseños a los bordadores, como hizo Giorgio
la otra. En los textos del siglo xvr sobre la costura se asocia Vasari (1511-1574) cuando el bordador Amonio Bacchiacca
el uso de la aguja con el principio del disegno y se afirma que (1499-1572), hermano del pintor Francesco Bacchiacca, mu-
para bordar se necesitan aptitudes para el dibujo 10 • Y se en- rió antes de terminar un proyecto 12 • Y los vestidos femeninos
seii.aba haciendo que las jóvenes copiaran grabados, del mis- estaban a veces pintados en vez de bordados 13 •
mo modo que los copiaban los aprendices en los talleres de En el género del retrato confluían aún más ambos empeños.
los pintores. En una fase más avanzada, quienes cosían y En el siglo xv1, las bordadoras podían especializarse en la rea-
quienes pintaban estaban vinculadas tanto por los materiales lización de retratos. Entre las que lo hicieron fue muy célebre
que utilizaban como por las tareas que realizaban. Los pin- Catalina Cantone, quien ejecutó no solo << ropas y brocados»
tores podían emplear tintes textiles, como se decía que hacía sino también retratos de tamaño naturall 4 • Es posible que,
Jacopo Tintoretto (<<el pequeño tintorero» )11 • También tenían como Irene, Cantone también empezara a pintar. Los retratistas,

43
por su parte, tenían que conseguir buenas descripciones visua- esta observación de Vasari como un cumplido malintencionado,
les del atuendo de sus modelos, rehaciendo esencialmente lo una caracterización condescendiente de un estilo que él nunca
obtenido en su origen por los fabricantes de textiles. habría empleado, partidario como era de la rapidez y libertad
Al mismo tiempo, la idea de que la costura era un arte de Miguel Ángel ( 1475-1564 ). Sin embargo, ese comentario
femenino podía percibirse y también utilizarse como una li- crítico parece poco amable tanto para Sofonisba como para
mitación. Nunca incluida en las bellas artes ni asociada a los Vasari, pues ambos habrían visto en la finura una conquista que
saberes universitarios, la capacidad de coser no se celebró casi merecía celebrarse en el género del retrato. En la propia Floren-
nunca como un logro equiparable a otras formas de aprendi- cia de Yasari, el mayor retratista era el superdiligente Bronzino,
zaje; aunque hoy es defendida por las artistas e historiadoras a quien el biógrafo elogia en repetidas ocasiones con ese mismo
feministas, sus producros históricos fueron raras veces des- término 1- . En la Lombardía de Sofonisba la estrella en ascenso
critos en relación con unas autoras concretas. Piezas indu- era Giovanni Bartisra Moroni (h. 1525-1578), con cuyos cua-
mentarias de gran calidad podían exhibirse en público, pero dros a veces se han confundido los suyos. Al trasladarse a Es-
bajo su confección no estaba aún el complejo discurso que paña en 1559 la artista habría conocido las estrictas y contro-
rodeaba a la pintura y la literatura del Renacimiento. El he- ladas pinturas de Alonso Sánchez Coello (h. 1531-1588) y
cho de saber coser no incorporaba a las mujeres a una comu- Antonio Moro (h. 1516-h. 1576), por no citar los retratos es-
nidad distinguida que fuera más allá del hogar. En la biogra- cultóricos, de excelente factura y m uy ornamentados, de Leone
fía de Irene que escribió Atanagi queda claro que esa actividad (h. 1509-1590) y Pompeo Leoni (h. 1533-1608 ).
le resultaba aburrida y carente de interés. Lo que es más, podría parecer que la idea de diligenza es
Por lo tanto, ¿consideraban las pintoras que las artes del menos aplicable a la pintura de Sofonisba que a la de algunos
pincel y la aguja eran hermanas o, por el contrario, muy dis- retratistas varones contemporáneos. Sus retratos resultan más
tintas? No tenemos ningún documento que indique que Sofo- ambivalentes en su compromiso con la diligenza de lo quepo-
nisba se dedicara alguna vez a bordar, pero sus retratos invitan dría deducirse de sus textos. En La partida de ajedrez, algunas
a pensar en la relación entre ambas actividades. En La partida zonas están muy bien pintadas, pero a otras les falta precisión
de ajedrez de Poznarí [ca t. 111, por ejemplo, la artista se recrea o acabado. El bordado dorado que recorre la parte superior del
en una serie de materiales virtuales, desde los hilos de las man- corpiño de Europa se difumina a ambos lados. En los trajes de
gas de damasco de Lucia hasta el cuello bordado en negro de Lucia y Minerva, cuando los hilos de oro no captan y reflejan
Europa, pasando por la textura del tapete que cubre la mesa. la luz simplemente desaparecen por completo. El borroso mo-
Los trajes, concretamente, parecen fuera de lugar en la escena tivo gris de los puños de Lucia no es nunca tan legible como el
de un juego de tablero, y también el oro, las perlas y otras nitido contraste blanco-negro del cuello de Europa, lo que plan-
joyas contradicen las informaciones escritas sobre los limita- tea la duda de si Sofonisba pintó ahí otro material distinto o
dos recursos de la familia". Hay motivos para pensar que simplemente dejó menos completa esa zona. En el pecho y la
Sofonisba no quiso tamo reproducir una escena presenciada parte baja de la espalda, el traje azul de Lucia revela unas pin-
por ella, o ni siquiera documentar la forma de vestir de sus celadas tan sumarias como las del lejano paisaje del fondo.
hermanas, cuanto introducir unos ricos textiles en Lma imagen Es posible que algunas de esas zonas o todas ellas reflejen
en la que no parecen lógicos. Y ello le permitía demostrar los el estado de conservación del cuadro, que en los muchos
variados efectos pictóricos que era capaz de conseguir. viajes que ha realizado desde que se pintó, durante siglos,
Es posible asimismo caracterizar su manera de pintar como habría perdido lo que en su día fue una superficie de más
una forma de diligenza: de hecho, es la cualidad que más se ha calidad 1s. Pero también puede ser que Sofonisba no fuera
relacionado con su obra . Fue la propia Sofonisba quien utilizó de l todo partidaria de la idea de que la pintura de una mujer
este término por vez primera, en una carta al papa Pío IV que debía recordar a la precisión de la aguja de coser o bordar.
escribió desde Madrid. A su vez, Yasari lo emplea cuando elogia Es verdad que pintó el recargado atuendo de la mujer del
a Sofonisba por haber representado a la reina «con la mayor retrato de Berlín, que probablemente representa a su madre
diligencia posible>>l h . En la bibliografía moderna se ha tomado [cat. 12]. Pero a la vez se autorrepresentó varias veces con

44
ropas sencillas que contrastan sobremanera con las que vis-
ten sus hermanas en La partida de ajedrez.
Su retrato familar más monumental, hoy en Niva (Dina-
marca), en el que figuran su hermana Minerva, su padre
Amilcare y su hermano Asdrubale, lo dejó sin terminar
[ca t. 13]. Y las diversas zonas de esta obra, tanto las acabadas
como las inacabadas, nos dicen algo sobre su método de tra-
bajo. Los rostros de los tres son carnosos y el paisaje del
fondo, arriba a la derecha, está trabajado en el mismo grado
que el de Poznari. El perro tiene todo su pelo. Falta una parte
del fondo, entre las figuras y junto a·ellas. Pero en lo que se
refiere a las figuras mismas, el inacabado se aprecia sobre
todo en los trajes -la mitad inferior del de Minerva y todo
el rojo de Asdrubale, que en su estado actual tiene una cuali-
dad abocetada digna de Tintoretto-. Ello indica como mí-
nimo que las partes del cuadro que exigían un tratamiento
más laborioso eran las últimas que acometía Sofonisba, y,
quizás, que esos motivos eran los que menos le interesaban.
La obra más imporrante a este respecto es el doble retra-
to que se encuentra hoy en Siena y que todos los autores
coinciden en que representa a Sofonisba siendo pintada por
Bernardino Campi (1522-1591 ), que había sido su maestro
[ca t. 7]. Suele fecharse hacia 1559; si esa datación es correc- FIG. 18 Sofonis ba Anguissola, lsabel de Valois, 1599 (?),óleo
sobre lienzo, 68 x 54 cm. Viena, Kunsrhisrorischcs Muscum Wicn ,
ta, sería exactamente contemporáneo del retrato de Niva, Gemiildcgalcric, 335 J
aunque es considerablemente más pequeño. Con dos figuras
en vez de tres, de medio cuerpo y sin fondo, el cuadro de
Siena le habría exigido menos trabajo que el de Niva. Siena, por tanto, implica que la diligenza de Sofonisba era
Además, el cuadro de Siena podría tratar de la diligencia, a lgo que había aprendido de su maestro, y que su gran in-
pues conecta concretamente un determinado estilo pictoricista terés por la indumentaria de sus modelos no era tanto un
con la representación de textiles. En el cuadro, Campi utiliza reflejo de su sexo cuanto un elemento del tipo de educación
un tiento para apoyar la mano que sujeta el pincel. El pintor a rtística que había recibido en la Lombardía española.
retratado está a punto de añadir un hilo de oro que sería uno También las obras que pintó Sofonisba una vez que se
de los últimos roques del rico traje rojo que viste Sofonisba. trasladó a España en 1559 están en su mayoría sin firmar, y
Sin firmar y sin documentación concluyente, este retrato no hay sobre ellas documentación concluyente en las fuentes
se lo atribu yó a Sofonisba por primera vez Giovanni Mo- de la época. El lo hace que la reconstrucción de su carrera en
relli, y la mayoría de los especialistas ha mantenido esa atri- las décadas siguientes a su marcha de Cremona sea mucho
bución. Pero de vez en cuando se han expresado dudas so- más díficil e insegura. La única atribución cierra entre sus
bre su autoría, sobre todo porque su escala y el traje que retratos posteriores es la de un pequeño bustO de Isabel de
viste Sofonisba tienen poco que ver con sus autorretratOs Valois que está hoy en el Kunsthisrorisches Museum de Vie-
seguros de ese período 19
• Con todo, sea de mano de Sofonis- na [fig. 18]. Se puede datar en la década de 1560 o muchos
ba, de Campi o de otro pintor, reúne en el taller al maestro años después y presenta un mal estado de conservación, por
y la discípula , e ilustra el tipo de pintura que el instructor lo que no permite extraer conclusiones válidas sobre suma-
de Sofonisba estaba en condiciones de enseñar. El cuadro de nera de pintar los textiles en la última parte de su carrera

45
más allá de que se la debió de requerir para que pintara lujo- Marcello Oretti, del siglo XVI II , se cuenta que a las damas
20
sos damascos y brocados y recargados cuellos de encaje • de Bolonia <des parecían tan bonitos los colores de Lavinia,
Dejando aparte ese cuadro de Viena, el consenso más só- y tan excelente la forma en que representaba sus encantos,
lido entre los especialistas se refiere a una serie de pequeños que " todas querían ser retratadas por ella y la consideraban
bustos, un poco austeros en comparación. En su mayoría, los su favorita" >> 24 • Cario Cesare Malvasía, que es la fuente esen-
expertos creen que en 1573, poco antes de dejar Madrid por cial sobre la mayoría de los artistas del Renacimiento bolo-
Sicilia, Sofonisba pintó los retratos Felipe II y de Ana de Aus- ñés, cita un comentario del poeta Antonio Bumaldi: Lavinia,
tria, la cuarta esposa de Felipe II lcat. 28 y 291, y también con su «peq ueño pincel», pintó rostros mu y realistas, pero
retrató a las dos hijas del rey, Isabel Clara Eugenia (hoy en la ta mbién representó con supremo artificio la ropa femenina 25•
Gallería Sabauda de Turín) !ca t. 301 y Catalina Micaela (hoy No menos que en las obras de Sofonisba, sin embargo,
en colección particular) [ca t. 31 F'. Quienes han estudiado en las de Lavinia se puede p ercibir una actitud crítica con
ese grupo de obras han señalado con frecuencia su austeri- respecta a esa destreza concreta. Para empezar, Malvasía
dad, sobre todo en el retrato de Felipe, en el que la devoción nos da otra noticia, que según él había oído de un miembro
que tran smite el rosa rio que tiene en una mano parece con- del taller de Lavinia, sobre el acuerdo que la llevó a contraer
cordar con el negro del traje y la capa. Desde el punto de matrimo ni o . Tras rechazar a otro pretendiente, aceptó a
vista pictórico, la elección del atuendo significaría que Sofo- Giovanni Paolo Zappi,
nisba solo necesitaba concentrarse en los textiles cuando sus
modelos llevaba n cuellos y puños de encaj e. La traslúcida a condición de que no solo le permitiera seguir practicando la
factura de las puntas de la toca y el tocado de Ana permite un pintura, sino que además la ayudara en ese empeño, y él así lo
vivo manejo de un pincel bien cargado, algo totalmente dis- intenta ba, sin conseguir nada, por lo que ella solfa hacer burla
tinto del controlado movimi ento del fino instrumento que de él; y poniéndolo a pintar al menos el busto para los retratos
utiliza Campi en el retrato de Siena. que ella había ideado, solamente para vestirlos, le dijo que con
esa gu isa debía contentarse al menos con ser sastre ya que el
cielo no había querido que fuese pimor.26

Cua ndo Sofonisba se representó a sí misma al teclado o en Lo humorístico de esta anécdo ta está en esa figura de la
el taller, lo hizo con un atuendo muy sencillo. Cuando La- mujer dominante que manda sobre un esposo pusilá nime27 •
vinia Fontana se autorretrató en esos mismos contextos, lo Dado que circuló entre los pintores profesionales, esta his-
hizo con ropa de gra n calidad. Esa diferencia tiene sin duda toria, sin embargo, puede refleja r también a lgo del proceso
algo que ver con las condiciones sociales de ambas pintoras. creati vo de La vinia, en el que ella «viste» a las figuras solo
Sofonisba era de noble cuna y no tenía que proclamar ese después de ha ber pintado la cabeza. Pa rece que era un pro-
hecho a través de su manera de vestir: si algo perseguía era cedimiento que se seguía en otros talleres, por ejemplo en
que se la apreciara por su inteligencia, no por su forma de el de Sofonisba, quien ·en el gr upo de Niva pintó los rostros
presentarse. Lavinia Fontana, en cambio, procedía de una de Minerva y Asdrubale a ntes de continua r con sus atuen-
familia de artesanos. Retratarse con una ropa llama ti va era dos [cat. 13 ]. Es posible q ue esta historia apunte también a
22
una manera de expresar el éxito que había conseguido • una auténtica división del traba jo en los talleres renacen-
Las fuentes antiguas revelan que en casa de Lavinia es- tistas es pecializados en retratos, donde el maestro trabaja-
ta ban presentes tanto la costura como la pintura, presumi - ba en la cabeza y los ayudantes en la ropa. Ello impl.ica sin
blemente en el contexto de la educación de las niñas: una de dud a una jera rquía: al pintor menos dotado se le podía
sus hijas tuvo un accidente con una aguja de coser que la encargar que pintara los trajes mientras que el mejor se
23
dejó ciega • Lavinia fue elogiada por sus contemporáneos, ocupaba del rostro del modelo. En última ins ta ncia, esta
so bre todo por su manera de pintar las prendas de vestir, las anécdota aporta un a perspectiva de género a l paragone en-
de las muj eres en particular. En un manuscrita del biógrafo tre la pintura y la costura : si la que mejor cosía podía pasar

46
ces estaba compilando una serie de grabados de quinienros
hombres y mujeres ilustres como una especie de museo19 .
Tras las imágenes de Sofonisba en su taller - sus autorre-
tratos de Viena y :tarícut lcat. 2 y 5J, o el gran retrato de
medio cuerpo de discutida autoría de los Uffizi [fig. 19]-,
la primera impresión es que se ha abandonado la austeri-
dad. Mientras que Sofonisba, bien ante el caballete, bien con
un libro o con una pluma en la mano, se retrata con un
blusón del mismo color negro que viste en sus autorretratos
la mayoría de los demás artistas del Renacimiento italiano,
Lavinia lleva una enorme lechuguilla y una colorida capa.
Y mientras que Sofonisba lleva el pelo recogido con una
sencilla red, el velo de Lavinia está salpicado de adornos.
Y, sin embargo, el cuadro de Lavinia parece implicar que
todo ello es accesorio, pues los objetos que hay en la mesa
que tiene delante no son las ropas en las que se centra nece-
sariamente la atención del retratista, sino dos estatuillas de
desnudos, una masculina y otra femenina. Se asemejan a los
pequeños bronces, a menudo de tema clásico o mitológico,
que los eruditos tenían en sus estudios desde hacía casi un
siglo; habrían sido un tipo de obra ha bitual en la ciudad
universitaria que era Bolonia Jo. Para un pintor, especialmen-
FIG. 19 Sofonisba Anguissola (?),Autorretrato, h. 1550,
te cuando no era fácil asistir a disecciones ni dibujar a mode-
óleo sobre lienzo, 88,5 x 69 cm. Florencia, Gallerie degli los del natural, esas estatuillas eran también una forma de
Uffizi, inv. 1890 !1.0 1824
esrud.i ar el cuerpo humanoJ 1• Si ese espacio privado era el
refugio en el que Lavinia realizaba los estudios que configu-
de la aguja al pincel, el peor pintor - varón- podía hacer rarían su arte, la parafernalia que vemos ante ella parece in-
el trayecto contrario. dicar que, como cualquiera de sus contemporáneos varones,
El cuadro de Lavinia que con más frecuencia se asocia a podría conseguir un dominio de la representación de la figu-
su matrimonio es, de hecho, el autorretrato de la Accademia ra humana que le permitiría pintar obras públicas y narrati-
di San Luca [ca t. 8], que la representa ante un teclado y que vas32. El cuadro está fechado en 1579, es decir, quince años
en general se piensa que fue propiedad de Severo Zappi, el antes de que se censurasen los desnudos de Miguel Ángel en
28 la Capilla Sixtina, tres años antes de que Bartolomeo Am-
padre de Giovanni Paolo • Es una imagen que enaltece a la
artista no solo como persona leída y capaz de interpretar mannati (1511-1592) dirigiera una carta a la Accademia del
música, sino también como pintora experta en la represen- Disegno de Florencia en la que rechazaba sus desnudos ante-
tación de prendas de vestir de calidad: como en La partida riores, y en el mismo período en el que el cardenal Gabriele
de ajedrez de Sofonisba [ca t. 11 ], el sencillo atuendo de la Paleotti consultaba a Prospero Fontana (1512-1597), el pa-
criada hace que por contraste resalte más la riqueza del de dre de Lavinia, cuando estaba escribiendo su tratado sobre
la protagonista. las imágenes religiosas y profanas. Alfonso Chacón, el comi-
En otras obras, no obstante, parece que el interés de tente del cuadro, era un teólogo dominico. La llamativa cruz
Lavinia está en otras cosas. Un pequeño autorretrato redon- de oro que Lavinia lleva al cuello es un modo de insistir en
do que está hoy en los Uffizi icat. 9ilo pintó para el anti- que en una buena cristiana no era en absoluto contradictorio
cuario Alfonso Chacón (Ciacón o Ciaconio), que por enton- estudiar temas paganos en beneficio de su arte.

47
Que esos estudios eran en efecto importantes para la pin- de luz en el lazo anaranjado de la cintura son ejemplos no de
tura de Lavinia se pone de manifiesto en su notable Judit con diligenza, sino de lo que en la época se llamaba bravura. Con
la cabeza de Holofernes, obra firmada y fechada en 1600, sus connotaciones de gesto dinámico y su asociación con las
conservada en el Museo Davia Bargellini de Bolonia [fig. 20j. radicales direcciones por las que Tiziano y Tintoretto habían
La pareja de personajes -una dama bien vestida y su cria- llevado a la pintura veneciana, la bravura representaba casi lo
da- se aproxima mucho a la de su autorretrato al teclado contrario de la cortesana diligenza que gustaba en España y en
y, de hecho, los estudiosos más recientes piensan que la Judit sus territorios de Toscana y Lombardía. El propio término de
11
es un retrato, quizás incluso de la propia Lavinia • Autores bravura, además, se deriva de bravo, espadachín, y el persona-
eclesiásticos como Paleotti ya venían defendiendo cada vez je de Lavinia alza triunfante la espada que le ha quitado a
más que había que poner límites a la presencia de retratos en Holofernes37 • La comparación entre el arte y el manejo de la
los cuadros religiosos, aunque Prospero fontana, el padre de espada solo la habían hecho antes artistas varones38 •
Lavinia, había pintado a su mecenas Alessio Orsi como san Al menos algunos de sus contemporáneos percibieron el
Alejo en un retablo de 1576, y Ludovico Carracci (1555- gesto de Lavinia y su forma de desmarcarse de la sensibili-
1619), boloñés y contemporáneo de Lavinia, había incluido dad de sus predecesores. En 1611, Felice Antonio Casoni
como santos a algunos miembros de la familia Bargellini en (1 559-1634) realizó una medalla con el retrato de la pinto-
un retablo de 1588; este último ejemplo es de especial interés ra [ca t. 21 ], lo mismo que medio siglo antes había hecho con
porque parece que fue para los Bargcllini para quienes Lavi- Sofonisba un artista cuya identidad desconocemos [cat. 20].
14
nia pintó el cuadro • La Judit de Lavinia difiere de esos dos Mientras que la anónima medalla con el retrato de Sofonis-
antecedentes en que estaba destinada no a un espacio reli- ba solo tiene una cara, la de Lavinia realizada por Casoni
gioso sino a un entorno privado. Y va también más allá que tiene en el reverso una personificación de Pittura, con unos
las obras de Prospero y Ludovico al reducir la pintura narra- atributos derivados de la Iconología de Cesare Ripa: el ca-
tiva a modelos de retrato. bello desarreglado, la cinta sobre la boca, la cadena de oro
El asunto participa del debate sobre la pintura y los texti- en el cuello y los instrumentos a sus pies son todos elemen-
les, pues se centra en un personaje que << Se quitó el cilicio y tos que proceden directamente de esa fuenre 39 • Lo que no
se despojó de los vestidos propios de viuda >> (Judit 10, 2) está en Ripa es el tiento, que en la medalla de Casoni la
y «Se peynó cuidadosamente, y puso una mitra sobre su ca- Pintura tiene en la otra mano.
beza, y vistióse sus ropas de alegría[ ... ] y adornóse con todos Es del todo posible que, para añadir ese detalle, Casoni
sus atavíos>> (Judit 10, 3), cuya belleza fue realzada por el hubiera visro una de las muchas pinturas que representaban
Señor «porque roda esa compostura no nacía de liviandad, a Sofonisba ante un caballete: eran las obras de Sofonisba
sino de virtud: y por esto el Señor dio aumento a aquella su más reproducidas de todas las suyas, y en 1611 ya circula-
hermosura>> (Judit 10, 3) 35 • De todas las heroínas de la Anti- ban diversas copias40 • Ninguna de las versiones que se con-
güedad y la Biblia que podría haber elegido, Lavinia se incli- servan o conocemos por documentos está firmada, y difieren
nó por una cuya representación exigía una gran destreza en su tamaño y en su paleta, pero en rodas ellas la escena es
profesional en la reproducción de exquisitos vestidos y joyas. la misma: Sofonisba ante el ca bailete pintando, con un tien-
Hacia 1600 numerosos autores ya habían descrito la pin- to, un pequeño cuadro de la Virgen con el Niño. Casoni
tura de Lavinia utilizando el mismo término, diligenza, con que dejaba claro que Lavinia se había alejado del modelo de
Sofonisba y Vasari habían calificado los retratos anteriores de Sofonisba como mujer artista al emplear un procedimiento
esta, y la Judit es exactamente el tipo de asunto en el que cabría técnico totalmente distinto ante el caballete4 1 •
esperar una pincelada «diligente>>1h. Sin embargo, el atuendo Las últimas reflexiones de Lavinia sobre la manera de
de Judit está muy alejado de los que figuran en los cuadros de pintar la indumentaria de sus modelos se ponen de manifies-
Sofonisba, o incluso de los que había pintado la propia Lavinia to en dos notables obras de 1612 y 1613, poco antes de su
dos décadas antes. Los puntos de color en las mangas de Judit, muerte. En ambas está la diosa Minerva, que mira al espec-
las amplias pinceladas en el vestido rojo y los seguros roques tador mientras coge el muy ornamentado peplo que se va a

48
FIG. 20 Lavinia Fontana, Judit
con la cabeza de Holofernes, 1600,
óleo sobre lienzo, 17.5,9 x 134, 1 cm.
Bolonia, Museo Davia Bargellini

eran ideas nuevas. Era en gran me-


dida la misma visión de Minerva
que ya la había convertido en una
importante referencia para la fami-
lia Anguissola. Los padres de Sofo-
nisba le habían puesto ese nombre
a su quinta hija y la segunda, Elena,
lo adoptó cuando ingresó en un
convento. En un retrato que está hoy
en el Milwaukee Art Museum, que
suele considerarse de mano de So-
fonisba o de una de sus hermanas y
que representa a Minerva Anguis-
sola, esta lleva un medallón con la
imagen de la diosa 44 •
Las Minervas que pintó Lavinia
son, sin embargo, extraordinarias al
centrarse en un desnudo completo,
algo que no tiene precedentes entre
las artistas anteriores. Los estudio-
sos actuales consideran que el asun-
to representado es el de la diosa
poniéndose el peplo, pero teniendo
en cuenta la tradición retratística en
la que más tra bajaron Lavinia, So-
fonisba y las otras pocas pintoras
renacentistas que conocemos, es po-
poner 42
[cat. 61 y 62]. En Le glorie immortali de' trionfi, et sible que su significado sea exactamente el contrario: Lavinia
heroiche imprese d'ottocento quarantacinque Donne illustri, le quita a la modelo la prenda de vestir que según esa tradi-
antiche, e moderne, publicado solo unos años antes, Pedro ción debería haber sido el centro de atención. Al hacer que
Pablo de Ribera había incluido varios capítulos sobre las Minerva, la inventora del arte de coser, muestre un peplo
mujeres artistas, entre ellas Sofonisba, aunque también le que no lleva puesto, Lavinia invita al espectador a comparar
dedicase otro a «Minerva, la inventora de muy diversas ar- la destreza que hay detrás de esa prenda con los conocimien-
tes». Entre estas figuraba en primer lugar la de cusire (coser) tos que se necesitan para pintar la figura humana. Pintar y
y también el empleo del hierro en el campo de batalla, pues coser eran tal vez actividades hermanas, pero Lavinia no era
41
Minerva era la diosa de la sabiduría y el conocimienro • No una pintora de trajes.

49
Desarrollamos aquí los argumentos sobre la 11 Nichols 1999, p. 202. 19 Véase la ficha de Elisaberra Sambo en Cremo-
estrucrura del retrato vienés lcar. 2] de Angela 12 Vasari-Milanesi 1906, VJ, p. 456. na 1985, p. 176, n.v 1.16.6, donde se a tribu-
Ghirardi ( 1994a, pp. 39-41 ); sobre la cuestión, 13 Véase Dempsey 1992, p. 134. Agradezco a ye a Sofonisba aunque se recoge la opinión
más amplia, de la «r~prcsenración basada en Sheila Barker que me señalara esra cuesrión. de Roberr Willcr, para quien es obra de Ber-
el e>pcjo de ángulo recto••, véase Fried 201 O. 14 Véanse Senrenach 1907, pp. 29-30; y J. E 1914. nardino Campi. En su reseña de la cxposi-
2 Orros ejemplos son el probable autorretrato Sobre los bordados de las mujeres en la rem- ción,Jonathan Bobcr ( 1986, p. 157) respalda
de la Pinacorcca di Brcra (o retrato de su her- prana Bolonia moderna, véase Rocco 2015. la opinión de Willer. Cathcrine King ( 1995,
mana Minerva) y el retrato de grupo de sus 15 En 1568, Giovanni Barrista Paderno testificó pp. 390-91) deja abierta la cuestión de si es
hermanas jugando al ajedrez que está en Poz- que, antes de que Sofonisba partiera para obra de Sofonisba o de Campi.
natí lcar. 111. Una hermana de Sofonisba, España en 1559, su padre Amilcare había 20 Hasta 1990 se pensaba que la modelo era lsa-
Lucia, empleó una formulación similar en el buscado un esposo para ella, pero mvo que bel Clara Eugenia y que el cuadro databa de
autorretrato que está hoy en el Casrello Sfor- renunciar a la idea porque no podía aporrar 1599. Hoy es mayoritaria la idea de que repre-
zesco de Milán. una dore suficiente: «quando si venne a/la senta a Isabel de Valois y que se deriva de otro
1 Véase Dennis 2010. dote esso disse che non haveva robha da dar- cuadro o dibujo que realizó Sofonisba cuando
4 Véase Cole 2005. gli et pero non si fece niente». Véase la ca rta trabajaba para ella, aunque cuesta explicar el
S Krisreller 19 51. publicada en Sacchi 1994b, p. 374. Sobre la hecho de que en la inscripción se urilice el a pe-
6 La bibliografía sobre estos remas es lógica- situación económica de la fami lia, véansc llido de su segundo esposo Orazio Lomellini
mente muy abundante; dos estudios clásicos Bonerti J 928, pp. 295-99; y e l aná lisis de Sa- mucho después de la muerte de Isabel. Maria
y de amplia perspectiva son llagsrrum 1958 cchi 1994a, p. 346. Evelyn Wclcb (2004, Kusche pensaba inicia lmente que se rraraba
y Lee 1967. p. 3 1) califica a los Anguissola de «familia bien de una réplica que pintó Sofonisba de
7 A ranagi 15 61, s.p.: "Fu per la uiuacita del empobrecida de noble apellido» . otro cuadro anreri.or, bien de un cuadro o co-
suo ingegno posta nzolto prima del/e altre 16 Vasari-.'vlilanesi 1906, VI, p . 499: «Dalla fama pia que pi.nró un artista posrerior a partir del
{anciulle a quei lauori d'ago, & di riccami, del/e quali opere mosso papa Pio 1/11, fece de Sofonisba; también Srephanie Breuer, en
che sogliono usarsi tra le Gentildonne, e sapere a Sofonisba, che disiderava avere di su a 1984, consideró que más que una obra de su
Signare per loro orname11ti, 0- per fuggir mano il ritratto del/a delta sere11issima reina mano podría ser una copia de un cuadro suyo.
/'otio nimicu principale del sesso loro. Nel di Spagna. Perche avendolo ella {atto con tut- Véanse Kusche 1964, pp. 108-9; y Breuer
qua/ tempo pare11do a lei picciolo acquisto ta quella diligen.za che maggiore le fu possibi- 1984, pp. 90-91 y 170. En sus publicaciones
/'arte del riccamare, & cosa da non tenerui le, glielo mando a presentare in Ronza». posteriores, Kusche lo presentó como obra de
occupati tutti i suoi pensieri; si diede da se a 17 Véase por ejemplo Vasari-.'vlilancsi 1906, VIl, Sofonisba de las últimas décadas del siglo X'Vl.
leggere, & a scriuere: & hauendo in processo p. 595, sobre las obras que Bron7..ino pintó En 1992 escribió que «sin duda es una réplica,
di poco tempo {atto i11 cio gran profitto; para Barrolomco Panciarichi , «condolli con seguramente sacada de alguna miniatura que
passó senza ricordo, o indirizzo d'alcuno a infinita diligenza"; VIl, p. 596, sobre las figu- la pintora trajese de Espat'ia•• (Kusche 1992b,
gli studi di molti libri uolgari: aumzza11dosi ras de Bronzino en la capilla de Eleonora, pp. 20-21 y 2.5-26). En 1994 lo fechó con más
og11i di piu 11ella Ílztelligenza de loro concetti. «condotte tutte con diligenzia ed amore gran- precisión, hacia 1590 (Kusche en Cremona
Onde cu11osciuta da/ S. Gio. Paolo da Ponte dissimo» , y especialmenre VII, pp. 597-98, 1994, pp. 252-53, n. 0 29). Sobre la evolución
suo auolo matemo, Gentilhuomo d'honorate donde Vasari. cuenta que el duque, tras ver los de su opinión, véase, además, Kusche 2003,
qua/ita, & a cui s 'apfJarteneua la cura del/ retra tos de Bronzino, hecho;, del natural p. 245. La hipótesis de que data del período
educatione di questa {anciulla; una tanta «COII pill diligem;ia si ¡m o imaginare», hizo genovés de Sofonisba ha sido apoyada recien-
prcmtezza di sfJirito, & un sí caldo desiderio que le retratara a él y a su esposa, además de remenre por Da niela Pizzagalli (2003, pp. 197-
di sapere, e/¡ 'ora in lei, 110n uolendo in alcun a muchos otros miembros de la familia. Va- 98). Viro Salicrno fue el primero en proponer
modo mancare alfa felicitti del suo ingegno; sari in icia su biografía de Bronzi.no llamán- que podría fccharsc en los primeros atios de
la pose al/a Musica: nella qua/e e cosa uera- dole •veramente rarissimo e degll(J di tutte le Sofonisba en España, hipótesis que después
mente incredihile a di re come tosto appren- lodi», vn, p. 593. han apoyado llya Sandra Perlingieri y Orierra
desse le cose piu difficili>•. 18 Vasari vio el cuadro en casa de Amilcare An- Pinessi. Véanse Salierno 1985, p. 55; Perlingie-
1bidem: "Tra queste u e n'haueua una, 1mmata guissola en 1566 . En 1600 estaba en Roma, ri 1992, p. 126; y Pinessi 1998, p. 51.
Campaspe: la qua/e, oltre al suono, dipigneua, donde se quedó hasta nada menos que 1662. 21 Se reunió este grupo por vez primera en Kus-
per domza, eccellentemenle. Questa nel primo En 1680 estaba en !'arma, y en 1770 en N á- che 2003, pp. 230-31. Sobre los análisis más
conzinciamento del/a pittura fu presa dalla poles. Lucien Bonaparte se lo llevó a París, recienres, véase .\1arciari 2015, pp. 177-81.
Signara Irene per iscorta, & nweslra». donde apareció varias veces en el mercado a 22 Bohn 2004, p. 2.54, donde se relaciona su
9 Atanagi escribe después que Irene dejó la pin- principios del siglo XIX. En 1823 lo compró manera de vcsrir con el hecho de que Lavinia
rura cuando vio un rerraro de Sofonisba y el conde Aranazy Raczytíski y lo llevó a Ber- se casaba con un miembro de una familia de
llegó a la conclusión de que nunca podría lín, donde lo vieron varios de los autores de mejor condición social que la suya.
hacer algo tan bueno. Es probable que los finales del XIX inreresados en Sofonisba. Des- 23 Malvasia 11678] 1841, 1, p. 178: «F.bbe in
padres de Jrene tomaran las decisiones que de 1903 está en Poznarí. Sobre la historia de particolare tre figli, fra· quali una femina, che
adoptaron a la luz de la creciente fama que ro- esos viajes, véase la recienre ficha de M. Piorr sgraziatamente coll'ago da wcire si appannó
deaba a Sofonisba . Michalowski sobre el cuadro en Michalows- un occhio» .
10 Un ejemplo impnrranre es Taglienre 1527. ki et al. 2005, pp. 78-81, n." 14. 24 Ragg 1907, p. 203.

50
25 Malvasía [16781 1841, 1, p. 179: "Lauinia Fon- 36 Véase !VIurphy 2003, pp . 77-78: «Algunas de 42 Véase especialmente sobre la ver;,ión de la
tana supradicti Prosperi filia pitrix famosissima, esas descripciones de Lavinia Fontana sí entran Gallería Borghese, Canta ro 1989, pp. 222-
quae vu!tuttm speties ita exprimebat pennicillo denrro de lo que Fredrika Jacobs ha entendí- 24, n." 4a.l 03; y la ficha de Silvia Urbini en
et imitabatur, ut in his ni/ nisi vivens spirittts des- do justamente como la retórica normativa del Bolon ia 1994, p. 207, n." 74. Para la pintura
ideraretur: mulierum praeterea vestimenta affa- elogio de las mujeres creativas. Se cita su dili- de Bolonia, véase Canta ro 1989, pp. 175-76,
bre, Sllllmwqtte artificio repreaesentabat». geuza, término que suele utilizarse para indi - n." 4a.76.
26 Ibídem, p. 177: «divenutale poseía consorte, car implícitamente que se carece de genio 43 Ribera 1609, p. 32 1: «Fu inuentrice di molte
con condizione non solo di permetterle, che creador. [ ... ] En la carta que [Ercol c Bassoj le variate arti: come del cusire, e filare, Trouo
proseguire potess· ella il dipingere, ma lei escribió a Gaddi se la califica de • molto dili- /'uso de/ferro nell'arte militare, ordinandogli
ancora aiutar dovesse, e in ció affaticarsi, gente». Y Francesco Amaclei sostiene en su squadrcmi nelle Battaglie, e perche Minerua
nulla riuscendo, solea burlarlo; e ponendolo Delia nobilta di Bologna {1588) que "la muy sucma nel Greco Atene, vuole, che la Citta
a {are almeno il busto a que' ritratti, ch'ella noble pintora Lavinia Fontana no tiene igual principale di Grecia fosse denomina/a del
ricavaua e a vestirli solamente, soggiungere, en la diligencia de sus clisel'ios"» . suo nome A tate. Costei secando i Poeti Deae
che in tal guisa si contestasse {are almen? il 37 Suthor 2010 . del/a Sapienza, scienza, dottrina, prude11za e>-
sartore, gia che il cielo non lo volea pittore» . 38 Por ejemplo, Cellini comparó su destreza para la d'altre virti:t tali». Como señala Urbini (en
27 Véase, sobre este topos, Natalie Zemon Da vis lucha con su «otro arte» y escribió que el artista Bolonia 1994, p. 207, n." 74), en 1581 Vin-
en Davis 1975, pp. 124-5l. que quisiera representar a w1 soldado con toda cetJZo Carrari había calificado a Minerva ele
28 Véansesobreestetema Galli l939,pp.17-23; su bravura terúa que conocer él mismo cómo se «invelllrice del filare del tessere cucire ed altri
la ficha de Angela Ghirarcli en Bolonia 1994, usan las armas . Véase Cellini-Ferrero 1980, domestici eserciti».
p. 181, n." 33, y Murphy 2003, pp. 38-43. pp. 112 y 982; comentado en Cole 2003. 44 Hermann Voss fue el primero en atribuir en
29 Véanse Galli 1939,pp. 78-81 y 115-16; Cantaro 39 Véase el fundamental análisis que se hace en 1928 esta obra sin inscripción a Sofonisba,
1989, pp. 72-74, n." 4a.l2; Gbirardi en Bolonia Schaefer 1984. atribución que han seguido después todos lo>
1994, pp. 181-82, n." 33; y Murphy 2003, p. 73. 40 La versión grande sobre lienzo (65,7 x 59 cm), especialistas salvo Alexander Wied, quien se
30 Lavinia retrató a muchos eruditos ele la épo- que está en tarícut {Poloni a), es atribu ida la asignó con cautelas a Europa; véase la fi-
ca, rodos ellos en un formato parecido. Véase por casi todos los especialistas a la propia cha ele Wicd en Viena 1995, pp. 101-2,
Cantaro 1989, pp. 86-87, n." 4a.17; y Mur- Sofonisba [cat. 5[. Otra más pequeña (23 x n." 29. Elizabeth Churchill Carran {en Heller
phy 2003, pp. 49-76. 18,5 cm), antes en la colección Stirling {Keir, 1987, p. 16, nora 6) fue la primera en apun-
31 Algo similar puede decirse del rerraro del rné- Escocia), se vendió en Sotheby's, Londres, en rar la posibi lid ad de que la modelo fuera
clico Girolarno Mercuriale que pintó La vi nía, 1963 y hoy pertenece a una colección priva- Minerva Anguissola, y Elizabeth Ourusoff ele
conservado en el Walrers Art Museum de da italiana. Véase, corno contribución más Fernandez-Gime nez publicó el cuadro con
Baltimo re [cat. 37[. En él Mercuriale tiene reciente, Rossana Sacchi en Varese 2002, ese nombre en Golclsrein 1986. Todos lo s es-
una edición de De huma ni corporis fabrica, p. 56. Una tercera versión (24,1 x 19,7 cm) tucliosos posteriores han aceptado esa hipó-
el tratado de anatomía ele Vesalio ( 1543), y se vendió en Christie's, Nueva York, el 8 de tesis . No obstante, la mujer retratada tiene
la imagen ele la página por la que el libro está junio de 2011. Otra (66 x 59 cm, que proba- que ser de más edad que la adolescente a la que
abierto es tan exacta que está claro que l.avi- blemente no es ele mano de una de las her- Sufonisba vio por última vez en 1559, cuan-
n.ia había estudiado sus ilustraciones. manas Anguissola sino basada en ellas) do dejó Cremona para establecerse en Espa-
32 Las esratuilJas parecen más blancas que metá- estuvo en la colección Zeri {Menrana); este 1ia. Solo por esa razón es más probable que
licas, lo que plantea la posibilidad de que no cuadro es objeto ele un buen análisis, ele nue- ciare de los primero s años ele la década de
fueran bronces sino modelos de cera o arcilla. vo de Rosanna Sacchi, en Cremona 1994, 1560 y que su autora sea Lucia o Europa
Se decía que el pintor jacopo Tinto retto se pp. 200-1, n." 8. Ralph James informó de un Anguissola .
retiraba a su estudio para trabajar con mocle- retrato de Sofonisba ante el caballete que
los ele ese tipo cuando diseñaba sus cuadros. estaba en una colección particular de Floren-
Véase Riclolfi [ 16481 1965, pp. 64-65. cía a finales del siglo xrx; véase james 1896-97,
33 Así opinan Caroline P. ,\ilurphy {2003, p. 152) y 1 {1896), p. 32. Un cuadro que supuestamente
Babette Bohn (2004, p. 273). En la ficha de Silvia representaba a Sofonisba ante el caballete y que
Urbini en Bolonia 1994, pp. 204-5, n." 71, se pertenecía al conde de Buckinghamshire se
sugie~e que Lavinia utilizó para Judit el rostro de vendió en Londres en 1805. Véase Fredericksen
su comitente, Costanza Biancherri Bargellini. 1988, p. 73. Otro que procedía de la colee-
Vera Forrunati {1986a, Il,p. 728) y Maria Tere- ción del reverendo N. D. H. Newton, de l.on-
saCantaro (1989, p. 198, n. 0 4a.90 vieron pare- clres, y que medía 25,4 x 15,2 cm, se vendió
ciclo entre las sirvientas de ambas pinnrras. en Chrisrie's, Londres, en 1808. Véase Frede-
34 Sobre el retrato incluido en San Aie¡o distri- ricksen 1990, p. 103. No est<Í clara la relación
bu)•endo limosna de Prospero Fontana, véase entre estas tres últimas obras y las que sabe-
Leinweber. Sobre la Madonna Bargellini ele mos que se conservan en la actualidad.
Ludovico Carracci, véase Gail Feigenbaum 41 Sobre la relación entre la medalla de Casoni
en Bolonia y Fort Worrh 1993-94. y el cuadro ele Sofonisba, véase también Ga-
35 Scio 1792, p. 461. rrard 1994, pp. 564-65.

51
Sofonisba Anguissola Almudena Pérc7 de Tud ela

en la corte de
Felipe II

Sofonisba Anguissola (h. 1535-1625) llevaba en su Cremona Así también lo explica Giorgio Yasari (1511-1574) 1• Sofonis-
natal la vida de una dama noble de la época, enriquecida por ba aprovechó su estancia en M ilán en 1559 para retratar al
la formación que le proporcionó su padre, Amilcare Anguis- propio duque de Sessa, por lo que obtuvo como obsequio
sola, en la que no se descuidaba la pintura -un virtuoso varios tejidos de lujo que llevó consigo a España 4 • Parece
entretenimiento, como la música-, enseñada por Bernardino también que un retrato de la cremonesa había sido ya envia-
Campi (1522-1591 ). Su progenitor desarrolló una campaiia do al rey Felipe 11. Esa obra había sido admirada previamen-
muy efectiva para difundir la fama de su hija en ambientes te por la dama pintora Irene di Spilimbergo ( 1540-1559),
proespañoles, como las cortes vecinas de los Farnese o los educada de manera muy sim ilar a la de Sofonisba, lo que
Gonzaga, la cual, unida al hecho de que Cremona dependía despertó el interés de la véneta en avanzar en el dominio del
del Estado de Milán, gobernado por España, pudo ser deci- colorido con la guía de Tiziano (h. 1488-1576)'.
siva para que se conociera a Sofonisba en la corre filipina 1 •
Cuando en 1559 el III duque de Alba, mayordomo mayor del
rey, se desplazó a Francia a representar a Felipe II en su tercer Los años con Isabel de Valois ( 1559-68)
matrimonio con la joven Isabel de Valois, se debió de percatar
de que para entretener a la nueva reina sería muy convenien- Sofonisba partió para España en 1559 en compañía de su tío
te contar con una dama que la instruyera en el arte de la el conde Brocardo y sabemos que en enero de 1560 partici-
pintura, y Sofonisba Anguissola resultaba ideal para este pro- pó en la boda real de Felipe Il e Isabel de Va lois, que tuvo
pósito. El duque, gran coleccionista y entendido en arre, había lugar en Guadalajara, donde, según se cuenta, bailó con de-
desempeñado el cargo de gobernador de Milán y mantenía senvoltura con Ferrante Gonzaga Anguissola, I marqués de
estrechos lazos con personajes como el conde Brocardo Per- Castiglione6 • Su gusto por la música queda patente también
sico, milanés emparentado con la joven, lo que propició que en algunos autorretratos que nos la muestran tocando la es-
escribiera en nombre de Felipe U al entonces gobernador del pineta, algo que la acercaría mucho a la joven reina francesa,
Milanesado, el duque de Sessa, para que Sofonisba se tras- hija de Catalina de Médicis, que entendía muy bien el italiano,
2 pero que tardó unos meses en hablar espai'iol. Estas cualidades
ladara a España para servir a la reina en el verano de 1559 •

Sofonisba Anguissola, La reina Ana


53
ele Austria (detalle de car. 2 9)
de Sofonisba suplían el que no fuese de la alta nobleza como La reina recibía lecciones de dibujo en el aposento de
el resto de las damas de la reina. Dada su condición de joven Sofonisba y en 1561 parece que podría haber comenzado a
noble soltera, entró en la casa entre las damas extranjeras, pintar al óleo sobre lienzo ya en el Alcázar de Madrid 16 •
donde aparecía frecuentemente junto a las francesas, a pesar Algunas menciones documentales, como el inventario de la
de su origen italiano. Al contrario que la mayoría de ellas, madre de la princesa de Éboli, podrían sugerir que había
permaneció junto a la reina hasta su muerte en 1568. más damas aprovechando las lecciones o que ya sabían pin-
Las fuentes italianas hablan de que se trasladó a España tar, por lo que pudo ser una actividad más abierta a todas
con criadas, una de las cuales podría ser la que aparece en ellas, como la música o el baile 17 • La documentación no ofre-
uno de sus autorretratos [fig. 15]. Desde su llegada, en las ce evidencias de que estas enseñanzas se prolongasen más
cuentas se habla de una criada llamada Cornelia Appiani y allá de 1561 18• Ese año la pintora recibió, aparte de sus gajes
de un criado, Cesare Brunelli 7, pero además se le otorgó la corno dama, una gratificación económica extraordinaria,
gracia de una criada aclicionaJH. Cuando estuvo enferma, prueba del afecto del que gozaba en la corte española 19 •
recibió cuidados de la Real Botica, como el resto ele los Cuando Sofonisba llegó a España, el principal retratista
9
miembros de la casa • cortesano era Alonso Sánchez Coello (h. 1531-1588 ), en Cas-
La etiqueta marcaba que las damas acompañaran a la reina tilla desde 1557 y al servicio del rey a partir de 1559-60,
en sus salidas de palacio y que, dentro de este, la asistieran en sus quien retrató a la familia real y a la propia reina en numero-
comidas públicas y en algunas ceremonias como la recepción de sas ocasiones, y que, como veremos, también colaboraría con
importantes personajes. Sin embargo, aparte de los señalados, el la pintora, que adaptó en esos años su estilo italiano al gusto
principal cometido de Sofonisba fue instruir en el arte de la de la retratística cortesana española. Por otra parte, de 1559
pintura a la reina, cuyos comienzos con el carboncillo pronto a octubre de 1561 Sofonisba coincidió en la corte con el
fueron alabados, porque se reconocía fácilmente a quien retra- maestro de Sánchez Coello,Antonio Moro (h. 1516-1576),
taba 10. El embajador francés envió a la madre de la joven uno pero por poco tiempo, porque fracasaron los intentos del rey
de sus diseños y le pidió que remitiera desde Francia lápices de de hacerle regresar en 15 63 y en 15 65, seguramente para
colores que la reina sabía que podría preparar el pintor de corte colaborar con Sánchez Coello en la ejecución de la Galería
<<Jannet» 11 • Este era el a podo, heredado de su padre, con el que de Retratos del Palacio Real del Pardo20 . A partir de septiem-
era conocido y firmaba algunas de sus obras el pintor cortesano bre de 1560, quizá porque Sofonisba no podía atender todos
Franc;ois Clouet (h. 1516-1572), quien había retratado a la reina los encargos de la reina, esta asumió a su servicio al flamenco
12
desdesuniñez • Esta petición demuestra que la joven dominaba Joris van der Straeten (act. 1552-1578), que estuvo en Ma-
el diseño a lápiz como para pasar a colorear. En abril de 1561la drid hasta su salida en 1571 rumbo a Francia para entrar en
reina envió un autorretrato en tono de broma a su primo el la casa de Isabel de Austria en 1572. En las cuentas de la
cardenal Lorena, orgullosa de sus avances~>. Unos meses más reina encontramos numerosos pagos a este pintor, especial-
tarde, la enfermedad de su mayordomo, el conde de Alba de mente por retratos, aunque también hizo alguna obra religio-
Liste, y de su mujer hizo que la reina apenas saliera al exterior, sa. También él ayudó ·en alguna ocasión a Sofonisba: en la
ya que la presencia de ambos era indispensable en sus desplaza- segunda mitad de 1567, cuando ella estaba ocupada hacien-
mientos, por lo que esta pasó casi todo septiembre aprendiendo do unos retratos por orden de la reina, el flamenco, con ma-
a pintar, hasta el punto de que madame de Vineux, su guarda- yor libertad de movimientos, compró pigmentos para ella 2 1•
menor, estimaba que de allí a un año sería tan buena como So- Aparte de enseñar a la reina, Sofonisba también practica-
fonisba, a la que juzgaba como una de las mejores pintoras del ba su arte, orientado, durante su estancia en la corte, espe-
14 cialmente a la producción de retratos de la fami lia real. Al
mundo • Como el rey pasaba buena parte del día negociando,
cuando ambos residían en Madrid, la reina empleaba su tiempo cobrar gajes como dama, no se le pagaban individualmente
en <<honestos pasatiempos•>,como haciendo labores o conservas, los cuadros, lo que dificulta el conocimiento de las particula-
bailando y cantando con sus damas, leyendo, pintando <<muy ridades de su ejecución . Tampoco en España firmaba sus
bien» y visitando lugares de culto cercanos 11 • obras como sí hacía anteriormente en Italia. En 15 60 Sá nchez

54
Coello realizó tres retratos del rey para la reina, mientras que
Sofonisba pintó uno de la reina 21 • Madame de Clermont, su
dama francesa favorita, relató a Catalina de Médicis que la
reina, a finales de abril de 1560, fue al aposento de las damas
en el Alcázar de Toledo, situado en la parte alta del edificio,
para seguir la ejecución de un retrato suyo y ver cómo se
acababa, y que repitió la visita el12 de mayo antes de partir
hacia Aranjuez 2 ' . Los datos apuntan a que la aurora de ese
retrato podría ser Sofonisba. A mediados de mayo de 1561
la reina se dolió a su madre de que su retrato no estuviera aún
finalizado para poder enviárselo con sus damas francesas en-
cabezadas por madame de Clermont; finalmente se lo llevaría
el embajador extraordinario Saint-Sulpice24 •
En septiembre de l561, Ottaviano della Raverta, obis-
po de Terracina y nuncio papal, expresó el deseo del papa
Pío IV de tener un retrato de la reina, y Sofonisba, que pin-
taba entonces a la hermana del rey, interrumpió esa tarea y
comenzó inmediatamente a trabajar en el retrato de la reina
en el Alcázar de Madrid. Lo debió de hacer en muy poco
tiempo, ya que, a finales de septiembre, madame de Vineux
escribía a la madre de la reina que el nuncio lo había envia-
do al papa 25 , que era el que más se parecía a Isabel y también
que albergaba la esperanza de conseguir una réplica o copia
para ella 26 • Poco más tarde, a mediados de octubre, el pon-
tífice lo agradeció, posiblemente a través del conde Brocar-
do, quien llegó a la corte el22 de noviembre27 •
El conde visitaba frecuentemente la corre española, en
ocasiones como proveedor de caballos o para tratar asuntos
de la corte pontificia. Según el embajador de Mantua, aun-
que el papa podía hacerle cardenal, lo que deseaba en rea-
lidad era casarse con Sofonisba 28 . En 1562 abandonó la
corte española, pero remitió a la joven unos regalos desde
Milán 29 • Volvió a España en 1565 y 1567, y, al no poder
casarse con su sobrina, ya que era el comendador de Cre-
mona en la Orden de Malta, veló siempre por que esta rea-
lizara el matrimonio más conveniente.
En 1563 Sofonisba retrató de nuevo a la reina y además
FIG. 21 Anón.irno espaiiol scg(m Sofonisha Anguissola,
se sabe que se le hizo un pago por una caja para una pintura 30 • [sabe/ de Valois, finales del sigl o xv1, óleo sobre lienzo,
De los retratos que nos han llegado de Isabel de Valois de este 197 x 10 4 cm. Madrid, colección particular

período cabe destacar el de tres cuartos, en el que sostiene una


cabeza de marta enjoyada, que conocemos por copias, como
la atribuida a Juan Pantoja de la Cruz (1553-1608) en el
Museo del Prado [cat. 25J. De este retrato existían varias

55
FIG. 21Sofonisba Anguissola,
Autorretrato, h. 1564, óleo sobre lienw,
36 "30 cm. Chamill y, Musée Condé,
PE 100

copias dentro de las colecciones de una copia a la madre de la reina a


la familia real, como la de la ga le- Francia a través del relojero del
ría de la princesa Juana de Austria rey. A pesar de estar aún la dama
en las Descalzas Reales, y otra po- en la corte, esa copia fue realizada
dría ser también la que se incluyó por otro pintor 33 , posiblemente
en la Galería de Retratos del Par- Joris van der Straeten, que por esas
do en 1565 y que se perdió en el in- mismas fechas estaba intentando
cendio de 1604. También existieron vender a la duquesa de Alba un
versiones de cuerpo entero [fig. 21], retrato de la reina de cuerpo ente-
y de una de ellas deriva la copiada ro junto con otro de las infantas 34 •
por Pedro Pablo Rubens (1577- Cuando Catalina de Médicis
1640) con una barandilla y un corti- murió en 1589, tenía varios retra-
naje al fondo, hoy en una colección tos de su hija que se describen en
particular de Toledo [fig. 48l su inventario 35 . También tenía
Sofonisba además efigió a la reina en un retrato de cuerpo una miniatura con el retrato de Isabel en su Libro de Horas,
entero [cat. 24] que hacía pareja con el de su marido en San en el que el tocado está inspirado en el del retrato de tres
Quintín, hoy perdido, en el que imita el marco en trompe l'oleil cuartos que le había hecho Sofonisba y que conocemos por
que figuraba en la obra de Antonio Moro. Ese fue el elegido la copia de Panroja de la Cruz jfig. 23]. Algu nos de los re-
como modelo para que Pompeo Leoni (h. 1533-1608) trasla- traros que se le enviaron desde España estaban hechos por
dara su efigie a la escultura en bronce del cenotafio de Felipe 11 varones, como el que se menciona como inacabado en junio
en El Escorial y que, tras la muerte del rey, pasaría del guarda- de 1568 3\ pero también saldrían retratos de la reina de
joyas del Alcázar madrileño al Palacio Real de Valladolid". mano de Sofonisba para difundir su imagen 3-.
Otro retrato que debió de realizar en España en los pri- Durante los meses en los que la corte se movía por los
meros tiempos, aunque firmado en su posterior etapa geno- reales sitios de los alrededores de la capital, la etiqueta se
vesan , es el de busto del Kunsthistorisches Museum de Viena relajaba y Sofonisba tendría más tiempo para pintar, como
[fig. 181, en el que la reina viste un traje negro con bordaduras debió de suceder en Valsaín, donde la familia real pasaba los
de hilo metálico muy similares a las del autorretrato de la veranos mientras se construía el monasterio del Escorial. En
pintora de 1564. Ese autorretrato, hoy conservado en el Mu- las cuentas de la reina del verano de 1566 se mencionan telas
sée Condé de Chantilly [fig. 22], ha sido recortado, pero po- enceradas para tamizar la luz de las ventanas del aposento de
demos imaginárnoslo completo por la copia que rea lizó Ber- Sofonisba y de otras damas 18, y también se sabe que un oficial
nardo Castello (1557-1629) para laAccademia di San Luca de carpintería la ayudó a sujetar con tachuelas al bastidor
de Roma, ya en el siglo xvn. En 1565 ya había entrado en unos retratos de la reina, posiblemente de gran formato 19 •
vigor una de las pragmáticas contra el lujo que prohibía a las Las damas estaban presentes, ricamente ataviadas, en
damas el uso de bordados y pasamanerías de oro y piara en casi todas las ceremonias en las que participaba la reina y
sus vestidos, lo que nos puede ayudar para la datación de también procuraban entretenerla con representaciones tea-
ambos retratos, que serían anteriores a esa fecha. trales, bailes y otros pasatiempos. Sofonisba intervino como
En 1571 se consideraba el mejor de todos los retratos de actriz en algunas de estas << máscaras» 40 • Sin embargo, los
Isabel de Valois uno realizado por Sofonisba, y de él se envió decorados estaban a cargo de otros artistas cortesanos,

56
como el pintor Anton van den Wyngaerde (h. 1525-1571)
o los escultores Juan Antonio Sormano (act. 1553-1575) y
Juan Bautista Banano me (act. 1560-1573 )41 • En las cuentas
de la reina aparecen libros para las damas que podrían ser-
virles para idear estas farsas de temática predominantemen-
te pastoril y mitológica. Como otros personajes, Sofonisba
jugaba con la reina, a lo que la joven francesa era muy afi-
cionada42. En 1565 fue una de las elegidas para acompañar
a Isabel a la Conferencia de Bayona, donde esta se entrevis-
tó con su madre y su hermano Carlos IX. Allí su presencia
no pasó inadvertida al señor de Brantome, quien destacó de
entre sus numerosas virtudes que sabía pintar y retratar del
natural excelentementé'. A estos festejos no fueron todas
las damas, porque hubiesen ralentizado el viaje, pero, sin
embargo, la pintora pudo llevar a su criada44 • En las fiestas
fue obsequiada con medallas alegóricas de las Virtudes45 •
Sus tareas acompañando y sirviendo a la reina como
dama le impedían dedicarse a << tiempo completo» a pintar y
retratar como hacían sus colegas masculinos. Así, se ayudaría
en ocasiones de Sánchez Coello, quien terminaba algunos de
los cuadros empezados por Sofonisba y de los que ella solo
hacía el rostro, como ocurrió en 1563 con un retrato de la
reina. Ese mismo año el pintor también retrató a la italiana
Marta Tana di Santena, una de las damas de la reina 46 • De
Italia vino, desde septiembre de 1562 hasta junio de 1563,
con Francesco de' Medici, el miniaturista e ingeniero Bernar-
do Buontalenti (h. 1536-1608), quien también hizo retra-
tos en miniatura para la familia real 47 • El entendido en a rte
FIG. 23 « rclipc l1 e Isabel de Valois », en Libro de lloras de
Chiappino Vitelli regresó a Italia a finales de 1563 con un Catalina de Médicis, tercer cuarto del siglo XVI. París,
retrato de Sofonisba, posiblemente una miniatura, con fines Bibliorheque nationale de France, M s. J\'AL 82, f. 166v

matrimoniales, al traer también los colores de la dama 48 •


Así mismo en las cuentas de la reina se menciona a algunos
pintores venidos de Francia, como a un tal «Esteban de Hu- el Alcázar, aparte del dormitorio compartido. Ese aposento,
marre», quien trajo en 1564 retratos de la familia real francesa como el resto de las estancias, se iluminaba con lámparas de
y que, al partir en mayo de 1565, pudo llevar al reino vecino aceite y estaba cubierto con esteras de esparto 50• También se
los retratos de los reyes de Espaiia 49 • Este podría ser Étienne sabe que en 1561 se cubrió la ventana con una tela encera-
Dumonstier (h. 1540-1603 ), especializado en retratos a lápiz, da11 y que en 1562 se colocó en él una celosía 52 •
cuyo nombre quedaría deformado en esas cuentas. Al igual que todas las damas, Sofonisba recibía anual-
Además de los diferentes pagos a artistas y artesanos, en mente la merced de vestidos ejecutados por el sastre de la
la contabilidad se menciona también una habitación inde- reina para mostrarse adecuadamente en los actos de la cor-
pendiente de la del resto de las damas, cuyos aposentos es- te53. En ocasiones estos no se llegaron a confeccionar, por lo
taban sobre los de la reina, lo que nos podría indicar que que se le compensó con su valor, como sucedió en los dos
Sofonisba disponía de un pequeño taller en el que pintar en últimos años de vida de la reina. Sus parientes le remitían

n
HC •. .?.4 Amonio Moro, Doiia jua11a
de Austria, h. 1560, óleo sobre lienzo,
195 x 105 cm. Madrid, Museo :-:acional
del Prado, P002 1 12

SS
regularmente manufacturas milanesas y piezas de tejido que
codiciaba la propia reina, como una azul y plata que le fue
cambiada por la mercaduría que la dama eligiera en la tien-
da del piamontés Bernardino Bizcarreto 54 • También se recu-
rrió a su experimentado criterio para rasar las obras realiza-
das para la reina por María de Alcocer, una de sus lavanderas.
Se trataba de tocados a manera de guirnaldas de oro y pla-
ta hilados de Milán, aljófar y seda de matices 55 . Cuando
falleció la reina, Sofonisba compró en su almoneda, empla-
zada en el Hospital de La Latina, argentería hilada de oro y
aljófar, siempre a través de interm<;-diarios, posiblemente
porque no tenía la libertad de movimientos de estos56 •
Su posición privilegiada le permitió interceder por sus
familiares, como su hermano menor Asdrubale, al que se le
concedió la gracia de sacar dos caballos españoles hacia
Italia en 156257 . La dama estaría en continuo contacto con
su familia, intercambiando con ellos pinturas y retratos. Por
otra parte, la corte española era visitada frecuentemente por
personajes con los que tenía un lejano parentesco, como
algunos de la rama piacentina de los Anguissola.

La princesa do ña Juana de Austria


Sofonisba, adscrita al servicio de la reina, tuvo también una
relación muy estrecha con otros miembros de la corte, como
la hermana del rey, la princesa doña Juana de Austria. Para
nG. 25 Anón imo según Sofonisba Anguissola, Diane d'Andoins,
esta trabajaron, mientras Sofonisba estuvo en la corre espa- llamada Corisande, condesa de Guisa, y su hi;a Catherine, 1573,
ñola, otros retratistas, como Antonio Moro, Alonso Sánchez óleo sobre lienzo, 170 x 120 cm. Ba yona, Musée Basque et de
l'histoire de Bayonne, G 2
Coello o Joris van der Straeten, y el retratista y miniaturista
portugués Manuel Denis aparece citado en la documentación
como <<pintor de la princesa de Portugal>> hasta su muerte
hacia 156358 • junto al de su hermano, hasta 156260; y posiblemente se
En agosto de 1560 el embajador florentino encaminó a trataba de una copia realizada por algún pintor de valía.
Florencia un retrato de Isabel de Valois, y prometía conse- En septiembre de 1561, como hemos contado más arri-
guir uno de la princesa a la primera ocasión. Relataba con- ba, Sofonisba estaba re tratando a doña Juana para enviar
fidentemente que la hermana del rey no quería retratarse, la pintura al papa, pero debió interrumpir este encargo para
porque se había visto desfavorecida en el último retrato que efigiar a la reina6 1• Una vez concluido ese compromiso, re-
se le había hecho a causa de su nariz, algo que el florentino tomó el retrato de la princesa de Portugal-actualmente no
no entendía, ya que así se la había dado Dios y la naturale- identificado-, lo que le impidió satisfacer a su maestro S er-
za: «Su Alteza procura con roda posible diligencia y prohi- nardino Campi, que a su vez deseaba el retrato del rey62 .
bición no ser retratada de lo que muestra disgusto. La razón Antonio Moro también efigió a doña Juana durante su es-
es que duda de no ser retratada en actitud que la nariz apa- tancia en E<;paña entre finales de 1559 y octubre de 1561, en el
59
rezca grande, así como lo es verdaderamentC>> • El obispo retrato hoy conservado en el Museo del Prado lfig. 24]. El de
de Arezzo no pudo enviar un retrato verídico de la princesa, Sofonisba quizás fuera más idealizado y del gusto de la princesa.

59
fiG. 26Arribuido a Sofonisba Anguissola,
La princesa Juana de Austria, h. 1571,
óleo sobre lienzo, 106 x 81 cm.
Ausuia, colección panicular

En junio de 1565 circuló un retrato de doña Juana en reciclo- de Viena [fig. 18]. Este retrato no es de gran cali-
Francia con un fin nupcial, que fue mostrado por los reyes dad, pero posiblemente derive de un original perdido de la
61
al embajador español • Ese cuadro podría haber sido pin- pintora.
tado por «Esteban de Humotre», el pintor francés que había Entre 1568 y 1569la princesa, siempre remisa a ello, se
abandonado la corte española en mayo. volvió a dejar retratar controlando su imagen, como solía.
Por otra parte, se conoce un retrato de cuerpo entero El embajador del príncipe de Urbino, que acababa de aban-
de Juana de Austria abrazando a una niña, procedente de donar la corte, había conseguido que Sánchez Coello retra-
la colección del duque de Lerma, que se ha relacionado con tara a dos de sus damas, María Manrique y Luisa de Cas-
64
Sofonisba lcat. 26]. Presenta el mismo esquema compo- tro, pero la princesa se había mostrado reticente a darle su
sitivo que otro retrato de una dama francesa junto a una retrato y no sería hasta los primeros meses de 1569 cuando
niña conservado en el Musée Basque et de l'histoire de el diplomático pudiera satisfacer a su señor 65 • Quizá con
Ba yonne l fig. 25], cuyo vestido entronca con el retrato esa nueva imagen, pendiente de identificar y copiada por el
de lsabel de Yalois -con la que la dama guarda gran pa- propio Sánchez Coello, podrían relacionarse retratos simi-

60
FIG. 27 Alonso Sánchez Coello,
El príncipe don Carlos,
h. 1.557, óleo sobre lienzo,
109 x 95 cm. Madrid, Musco
Nacional del Prado, POO .1136

lares de otros pinrores66 • Esas imágenes de Sofonisba y Sán- lina de Austria en Alcalá de Henares en 15 62 6 ~ y Pablo
chez Coello fueron pronto copiadas, por lo que existieron Ortiz, especializado en pequeños retratos, estuvo a su ser-
retratos de la princesa en muchas galerías cortesanas vicio hasta su muerte en enero de 156869 • Sin embargo, don
[fig. 26j. Algunos de ellos serían posiblemente de Sofonisba, Carlos mantuvo una relación muy cercana con Sofonisba
como el que tenía el conde Brocardo cuando falleció en y la eligió para pintar el que sería el último de sus retratos,
Milán en 1571 6 -. poco antes de ser encarcelado por su padre el18 de enero
de 1568. La italiana le representó con el gran collar del
El príncipe don Carlos Toisón sobre los hombros y vestido con un traje blanco,
El entonces príncipe heredero don Carlos había sido retra- forrado de lobos cervales, que permite identificarlo con el
tado en múltiples ocasiones desde niño, especialmente por que lució el príncipe heredero el1 o 2 de diciembre de
Alonso Sánchez Coello, que se encontraba en Valladolid 1567, día dedicado a la Virgen durante las festividades del
en 15571fig. 271. También el portugués Cristóvao de Morais capítulo del Toisón de Oro. Para que la dama pudiera re-
(act. 1550-1573) le efigió por encargo de su abuela Cata- producir el lujoso tejido con toda precisión, el joven pidió

61
se abreviaban los apellidos, resulta difícil individualizar a
este personaje. Años después el modelo de Sofoni sba fue
el que eligió Felipe 11 para representar al p ríncipe en el
grupo orante de su familia en la Basílica del Escorial. De
hecho, parece que el esculror Pompeo Leoni tuvo una co-
pia entre sus bienes-4 • La autoría del prototipo de Sofonis-
ba se mantendrá en los inventarios posteriores, como en el
del duque de los Arcos, ya de 1632 71 •
El esti lo delicado de un retrato de tres cuartos del prínci-
pe Alessandro Farnese, educado en España junto a don Car-
los entre 1559 y 1565, hoy en la ational Gallery of lreland
de Dublín, ha hecho que se adjudicase a la cremonesa
[fig. 29P. Esa obra se compró en Roma en 1864 y pudiera
ser el cuadro que recibió en 1563 el cardenal Farnese desde
Parma para que Federico ( 1540/41-1609) y Taddeo Zuccaro
(1529-1566) lo representaran al fresco en una escena de la
Sala dei Fasti Farnesiani de su villa de Caprarola. Sin embar-
go, documentación farnesiana apunta a que esa obra la rea-
lizó en Bruselas un cierto pintor, difícil de identificar, llama-
do maestro Giovannino, partiendo de un retrato de cuerpo
entero llegado de Espaii.a en 1562, que es posiblemente el
adquirido recientemente para las colecciones del príncipe de
riG. 28Taller de Alonso Sánchez Coello, E/ prí11cipe do11 Carlos, Liechtenstein, más cercano a Sánchez Coello--.
h. 1568, óleo sobre lienzo, 98 x 77 cm. República Checa, Zámek
Nclahozeves, Colección Lobkowicz

Los atl.os de incertidumbre (1568-70)

una muestra a los tenderos que se lo habían proporciona- La muerte de Isabel de Valois en octubre de 1568 sumió a
do al sastre-0 • A finales de 15671a dama fue gratificada con Sofonisba en una gran tristeza, que relatan los embajadores
un anillo con un diamante con un valor de mil ducados que y agentes italianos con los que tenía más relación. En ese
don Carlos compró al joyero alemán Justo Fit, quizá en período contó con el amparo de la princesa de Portugal, a
especial recompensa por ese retrato 71
• Como Sofonisba no cuyo servicio se pensaba que pasaría como dama-~. Sin em-
podía hacerse cargo de las trece réplicas que el príncipe bargo, el fin natural éle una dama en la corte era contraer
pidió para difundir esa imagen, se enca rgó de ellas el pin- matrimonio o profesar en religión y, según su biógrafo Pe-
tor de rey Alonso Sánchez Coello, que tuvo el prototipo dro Pablo de Ribera, la cremonesa solicitó un partido italia-
en sus manos para sacar al menos seis copias-2 [cat. 27 y no- 9 . En 1569 se volvió a hablar con insistencia de suma-
figs. 28 y 49]. Desgraciadamente, cuando Sofonisba estaba trimonio, en esta ocasión con Ercole Visconti, que estaba a
terminando su obra, el príncipe fu e encarcelado en sus la sazón en España junto a Yespasiano Gonzaga, del que era
aposentos del palacio, en los que falleció en julio de 1568. sobrino 80 • En esos momentos se estipuló que los familiares
En su a lm oneda, e l o ri ginal de Sofonisba se remató en de las damas francesas vinieran a recogerlas, mientras que
Cristóbal Tostado, mayordomo de don Pedro de Velasco, la italiana quedaría a l servicio de la infanta mayor hasta
en un precio elevado 7 \ pero dada la homonimia de la cor- que se la proveyeras' . Así, en mayo de 1569 el cardenal de
te española en el siglo xvr, en la que en ocasiones también Guisa regresó a Francia con tres damas francesas, mientras

62
que Sofonisba quedó a l servicio de Isa bel C la ra Eugenias 2 • dama para que se pudiera casar. Cuando la reina hizo tes-
El 23 de mayo el marqués de Ladrada leyó un memorial a tamento en 1566 ante el inminente na cimiento de su pri-
las damas que todavía permanecía n en Espaii.a en el apo- mogénita, le había dejado 3000 ducados para su dore y
sento de la guardamayor en el Alcázar y se decidió que la una pieza de brocado suficiente para ves tir una cama 84 •
mayoría regresara a s us casas en quince días, lo que causó En 1569 Felipe 11 reconoció esta deuda 85 • En 1570 la dama
gran tristeza 83 . Parece que en este momento se intentó casar la reclamó, ya que pasaba necesidad. Los ministros se ex-
al ma yor número de damas proveyendo ayudas económicas cusa ron, porque no se encontraba una tela de esa calidad
para sus dotes, como era costumbre. en la recámara y le prometieron que se le compensaría
En 1570 aún se estaban tratando los descargos testa - económica mente. La dama elevó un memorial al rey a tra-
mentarios d e la reina y el secreta rio Martín d e Gaztelu vés del marqu és de Ladrada, mayordomo mayor de la rei-
consultó al rey sobre Sofonisba y lo.q ue se le debía como na, exponiendo su situación 86 • Feli pe 11 no entend ía muy
bien el pro bl ema y respondió que se tratara el tema con el
cardenal Di ego d e Espinosa para ver cómo se la podía
sacar de la casa, pues ya había estado más tiempo del pen-
HG. 29 Atribu ido a Sofonisha An¡_!;uissola (aquí atribuido al maestro sado87. El cardenal Espinosa era el presidente del Consejo
Giovann ino), El príncipe Afessandro Farnese, h. 1562-63, óleo sobre Rea l de Castilla, que dirimía cuestiones tales como los ma-
lienzo, 107 x 79 cm. Dublín, Nacional Gallcry of lrcland, NGT.I 7
trimonios de las damas de a lta a lcurnia. En esos momentos
se estaba n tra ta ndo las reformas en la casa de la nueva
reina y de las infantas, y parece que lo que suplicaba Sofo-
nisba era que, mient ras se resolvía su matrimonio, se la
incluye ra en la casa de las infantas o en la de la nueva
reina . Para hacer fuerza apeló a que, aparte de cómo dama,
podría servir ta mbi én como p intora, tarea que consideraba
tambi én <<S u oficio», siendo esto de gran provecho para el
reyss. Felipe fl accedió a esta petición, pero siempre solo
mientras se concertaba s u enlace 89. En noviembre de 1570
el emba jador francés en Madrid informó a Catalina de
Médicis de que la italia na, junto a seis da mas francesas que
todavía no se había n ma rchado, había pasado al servicio
de las infantas en espera de lo qué sería de e llas~n.

La reina Ana de Austria (1570-73)

En ocru bre de 1570 ll egó la nueva reina, cuarra esposa del


rey, Ana de Austria y, tras la boda, Sofonisba entró en su
casa como era su deseo . El domingo 14 de octubre de 1571
Giova nni Barrisca Venturina da Fabriano, de l séquito del
cardena l Alessa ndrin o, visitó a la reina en el Alcázar mien-
tras cenaba en público acompañada de rodas sus damas
vestidas a la española conforme a la etiqueta. Entre ell as
destacó a la pintora cremonesa, a la que calificó de excelen-
te y de la que dice que estaba entonces pintando a la reina

63
-a punto de dar a luz al príncipe don Fernando, que nació Durante su estancia en España, aparte de la familia real,
el 4 de diciembre de 1571- en un retrato que no ha sido Sofonisba también realizó algunos autorretratos que envió a
identificado 91 . Posiblemente emanado de este retrato sería el sus familiares para mitigar su ausencia e informarles de su
que se envió a su madre la emperatriz María de Austria en evolución 101 . Uno de estos podría ser el del Musée Condé, ya
febrero de 1572 92 • Por las quejas del mayordomo de la reina citado [fig. 22], en el que viste a la moda cortesana española,
al rey sabemos que Sofonisba participaba por esas fechas en quizá con uno de los trajes con los que la reina obsequiaba a
algunas travesuras con otras damas y sus criadas, como la sus damas periódicamente. También llegaron a España retra-
de derribar las celosías de las ventanas del Alcázar que evi- tos de su familia realizados por sus hermanas, como uno de
taban que entablasen conversación con los galanes93 . Feli- su madre por Europa 102 . Sin embargo, el retrato de dama de la
pe 11 reformó la etiqueta para su nueva esposa, de forma que antigua colección de los duques de Leuchtenberg en Múnich
se volviera al modelo de los tiempos de su madre la empera- no puede considerarse un autorretrato -atendiendo a una
triz Isabel, y aplicó algunas medidas, como que tuvieran que fotografía de 1903, cuando estaba en San Petersburgo-, ya
comer todas las damas jumas9 \ que causaron disgusto entre que va vestida a la moda italiana más que a la española 103.
las damas que habían conocido el esplendor y la mayor li- Tampoco se puede seguir atribuyendo a la cremonesa.
bertad de la etapa anterior con la reina francesa. Sofonisba también pudo efigiar a otros miembros de la
A pesar de seguir con la reina, Sofonisba tenía una edad corte, como las damas de la reina, y hay varios retratos feme-
más que adecuada para casarse y desde 1570 Felipe II tenia ninos que se han relacionado con ella 104. Se le atribuye uno
intención de concluir su matrimonio para que pudiera aban- identificado con doña Magdalena Girón Osuna, beldad de la
donar la corte. Diego de Córdoba, caballerizo muy cercano corte a la que cortejó el príncipe de Urbino durante su estan-
al rey, informó de que Ercole Visconti ya no tenia interés en cia en España hasta su partida en 1568 105 lcat. 32]. También
la dama como en 1569, por lo que proponía a Cesare Casa- podría ser de su mano, aunque no hay certeza de ello, un re-
ti que, con ayuda del conde Brocardo, pretendía el gobierno trato de otra de las damas de Isabel de Valois, su prima Ana
de Novara 95
• Esta propuesta no salió adelante y, mientras, de Borbón, vestida de rojo, que abandonó la corte en 1561 106,
en 1571, a Sofonisba se le siguió pagando lo dictaminado descrito en el inventario post mortem de Felipe II, a quien
por Isabel de Valois en sus disposiciones testamentarias y lo habían pasado algunos de los retratos de la colección de la
96
que sirviese de ayuda de su dote • En 1572la dama escribió reina. Las damas también posarían para otros artistas :
a la reina para que intercediera ante su marido. Se habló de en 1563 fsabel de Valois recurrió a Jorge de la Rúa para re-
compensaciones económicas en concepto de «entreteni- tratar a la dama flamenca Ana de Latiloye, separada de la
miento>> y ya no como dote 97 . Finalmente se encontró un reina al haber contraído matrimonio y quedarse en Toledo,
candidato idóneo: don Fabrizio de Moneada. El 26 de mar- mientras que Sánchez Coello retrató a Marta Tana ese mismo
zo de 1573 se fijaron las capitulaciones matrimoniales 98 , el año. Los agentes de Francesco Maria della Rovere en Madrid
28 de abril se describieron las joyas que aportaba en la se valieron también de Sánchez Coello entre 1568 y 1569
99 para retratar a dos da.mas de la princesa Juana y a esta mis-
dote y entre mayo y junio de ese año la reina pidió para
ella lo que se le debiera de su dote para que pudiera zanjar ma107, como ya se ha mencionado. El duque de Osuna, her-
su matrimonio la primera semana de junio 100. Posiblemente mano de Leonor y Magdalena Girón, encomendó al valen-
Ferdinando de Moneada representase al novio, del que era ciano en 1575 que se desplazara a Valladolid para efigiar en
pariente, en la boda por poderes que se celebró en el Alcá- dos retratos <<grandes al natural>> a la condesa de Haro, su
zar madrileño el 5 de junio ante la reina, los hermanos de hija, y a la marquesa de Peñafiel, su nuera 108 .
esta y las infantas, ya que el rey había partido rumbo al Poco antes de su partida hacia ltalia, Sofonisba realizó
Escorial. Seguramente después tendría lugar un banquete, un conjunto de retratos muy impresionantes de la familia
como era costumbre. El último acto cortesano en el que real: los reyes Felipe II y Ana de Austria y las infantas Isabel
Sofonisba pudo participar fue la jura del príncipe heredero Clara Eugenia y Catalina Micaela [cat. 28-31 ]. La presencia
don Fernando. del narciso, que florece poco antes de la primavera, en el

64
cabello de la infanta Catalina Micaela nos puede ayudar a
establecer el mes de su ejecución. Precisamente en junio
de 1573 el secretario real Gabriel de Zayas avisaba al em-
bajador español ante el emperador de que el rey se iba a
retratar conforme a su actual aspecto y que, cuando este
prototipo estuviese acabado, podría enviarle una copia 109 •
Sabemos que la pintora abandonó la corte en el vera-
no de 1573 por el pasaporte para atravesar los «puertos
secos >> de los diferentes reinos sin pagar derechos, en el que
además nos detalla su equipaje. Esta cédula se despachó en
San Lorenzo de El Escorial el 23 de }unio, donde se encon-
traba el rey y donde se había congregado el resto de la fa-
milia real para pasar el verano 110 • A primeros de octubre
de 1573 ya estaba en Palermo, casada con don Fabrizio de
Moneada, dando comienzo a su segunda etapa italiana 111 •
Una vez en Italia, Sofonisba no rompió los lazos con la
corte española, y no hay que olvidar que Sicilia era un reino de
la Monarquia Hispánica. Su cuadro más significativo de este
período es la tabla con la Madonna dell'ltria,realizado para la
capilla funeraria de su familia política en la iglesia de Santa
Maria de la Annunziata de Paterno [fig. 4]. Además, actuó
como gobernadora de la localidad en ausencia de su marido,
cuya familia tenía importantes vínculos con Españal1 2 •
Cuando quedó viuda en 1578 se le ofreció trasladarse de
nuevo a España, pero ella decidió regresar a su Lombardía
natal y en el camino conoció a Orazio Lomellini, quien se
convertiría en su segundo marido, y pasó a residir en Géno-
va 111 • En este período firmaría con el apellido Lomellini una
réplica del retrato de Isabel de Valois, hoy en Viena, que pudo FIG. 30 Anónimo según Lavinia Fonrana, Virgen del S1lencio
con donantes, h. 1600, óleo sobre lienzo, 207 x 148 cm.
haber llevado consigo desde España [fig. 18]. Sabemos también Colección parncular
de ella que, cuando la emperatriz María pasó camino de Ma-
drid por Génova en 1581, le regaló un cuadro mariano 11 \ que
en 1583 escribió intercediendo por su marido ante el rey 115 y
que en 1589 remitió dos cuadros devocionales a Felipe ll 11 6. infanta que estaba en Valladolid, donde entonces residía la
En este período genovés copiaba composiciones de Luca corte, ya en 1603 y que ahora se encuentra en el Prado 119
Cambiaso (1527-1585), quien había servido al rey de España [fig. 39]. Se trata de un retrato muy similar a una miniatura que
entre 1583 y 1585. Sofonisba mantuvo una fuerte relación se atribuye a Sofonisba, ya que sabemos que también realizó
con los familiares y discípulos de ese pintor y quizá esas dos miniaturas en Italia 120. A partir de 1615 y hasta su muerte
obras fueran de ese tipow. Su biógrafo Ribera relata que residió en Palermo, donde la visitó en 1624 Antonio van
en 1599 retrató a Isabel Clara Eugenia durante su estancia en Dyck (1599-1641 ), al servicio del virrey Manuel Filiberto de
el Palazzo del Príncipe de Génova, camino de Flandes, pero Saboya, hijo de la infanta Catalina Micaela.
que, como no le dio tiempo a terminarlo, lo enviaría des- Un autorretratO de la pintora figuró en la colección ro-
pués1 18. Se ha relacionado con esta referencia un retrato de la mana de hombres y mujeres ilustres del erudito español

65
Alfonso Ch acón al menos desde 1577, junto al de otras jerónimo dice que se habían hecho diez o doce copias de las
121
mujeres que destacaron por su virtud • Este dominico en- que, a su vez, deriva ron otras muchas de escasa calidad 114 • Una
vió una importante serie de copias de retratos mayoritaria- de esas primeras copias y de mejor calidad es un lienzo posi-
mente de sabios y religiosos a Felipe II para decorar la Bi- blemente destinado a un altar, hoy conservado en una colec-
blioteca Laurenrina y hubi era querido que heredara su ción particular espa11ola [fig. 301. El hecho de incluir a sus
colección completa a su muerte. Fue uno de los más impor- donantes, vestidos conforme a la moda de los a ños finales del
tantes asesores artísticos del rey en la Ciudad Eterna. siglo xvr, nos indica que es una copia temprana. Los persona-
En 1577 C hacón también pidió un autorretrato a otra jes, muy cercanos a los q ue aparecen en los retratos de Pantoja
pintora , la boloiiesa Lavinia Fonta na (1552-1614), quien de la Cruz, podrían apuntar a un pintor cortesano con acceso
también causaría un gran impacto en la corre de Felipe Il. a las colecciones reales, aún pendiente de identificar.
El cuadro finalmente fue enviado en 1579, pero esta artista o sabemos cómo llegó esa pintu ra a manos del Rey
nunca se trasladó a Espm1a. Al con trario que Sofonis ba , Prudente, pero posiblemente por las relaciones de la joven
dama virtuosa en cuya educación se había incluido la pin- boloñesa con eruditos romanos muy bien relacionados con
tura, Lavinia era hija de un pintor, Prospero Fontana (1512- la corte española aglutinados en torno a Fulvio Orsini, el
1597), de quien aprendió su oficio. Antes de su a utorretrato, culto bibliotecario de los Farnese 121 • Como se ha visto, La-
Chacón le había solicitado el retra to del humanista Ca rio vinia estaba en contacto con el dominico Alfonso Chacón,
122
Sigonio para su galería de hombres ilustres • pero estos ca uces aún deben ser mejor estudiados.
De 1589 es el cuadro más famoso de Lavinia en España, La Aunque existía algún antecedente de dama pintora, por
Virgen del Silencio, que Felipe n entregó al Escorial 123 lcat. 531. ejemplo, la miniaturista Caterina va n Hemessen (152 8-
Aunque se sabe que fue trasladado al monasterio en 1593, después de 1587), al servicio de la reina María de Hungría,
podría haber estado antes en el Alcázar de Madrid esperando junto a la que se trasladó a España de 1556 a 1558, Sofo-
el gran envío que se hizo al Escorial, como sucedió con otras nisba Anguissola y Lavinia Fontana constituyen un hito en
importantes pinturas. El cuadro se colgó en el Capítulo Vica- la corte española de la segunda mitad del siglo XVI gracias
rial, donde lo sitúa fray José de Sigüenza en 1602. En el decenio a su talento, siendo un precedente de las artistas de la si-
tras su llegada a España tuvo un grandísimo éxito y el cronista guiente generación 126 •

1 Sebasti<1n 20 13, con bibliografía anterior. 7 Sacchi 1994b, p. 376. El nombre de la criada ro de 1560; Ruble 1889, p . 282; Amezúa
2 Sacchi 1988, pp. 74-75 y 87. se españolizó como Cornelia Ortiz. El criado 1949, 1, pp. 261·63 (leejean Fouquet); Pines-
Vasari-Milanesi 1878·85, V ( 1880), p. 8 1; recibió mercedes de la reina, como calza> si 2008. pp. 102·3.
)'VI (188 1), p. 499. Sin emba rgo, aunque (Archivo General de Simancas (en adelante 12 Jollct 1997.
tendrían una estrecha relación, es mu} AGS], Casa y Sitios Reales [en adelante CSRl, 13 Paris 1841, p. 359, carta mal fechada en
aventurado pens<~r que los cuadros de Sofo- leg. 382, ex p. 4 ). 1559; Amezúa 1949, 1, p. 263; lll, p. 24.
nisba que se mencionan en inventarios muy 8 AGS, CSR, leg. 40, exp. 38, f. 158 1 v. 14 Amezúa 1949, 1, p. 263; III, p. 169.
tardíos, corno e l del marqués del Carpio, 9 Ibídem, ex p. 21, f. 689: se dio a la enfermería 15 Carta de madame de Vineux a Catalina de
ingresaran en ti empos del Gran Duque, un real para un orina l con su vasera para la M édicis, Madrid, 28 de noviembre de 1561;
como sugiere Ll ya Sandra Perlingieri ( 1992, dama . En junio de 1569 recibió azúcar rosa- Pa rís, Bibliotheque nacionale de France [en
p. 109). do (exp. 36, f. 944). adelante BNFI, Ms. Fran~ais 15875, f. 436:
4 Ribera 1609, p. 3 14. Se ha revisad o el inven- 10 Carta del embajador Girolamo Negri a l du- «elle pase so11 temps a dansera lire. et pei{n/dre
tario post mortem de 1579 de este noble sin que de Manrua, 18 de febrero de 1560; Kus- fort sagenumt et aulre fois elle va al esbat a
poder individualizar este retrato. che 1989, p. 397. des religio11s qui so{n{l ici pres•.
Atanagi 156 J. 11 Carta del embajador Sébasrien de 1' Aubes- 16 AGS, CSR, leg. 39, exp. 5, f. 405: cuenta del
6 j usti 1908,11, pp. 12 y 35; Kuscbe 1989, p. 397. pine a Catalina de Médicis, Toledo, 9 de febre- carpintero de la reina Martín J iménez por

66
«un basridor q h1zo para pintar su mag[esta].' embajador de Manrua aspiró en 1564 a la Otras imporranrcs familias proespañolas se-
en la ca mara de sofom~ba 1O r[ealejs», Yla- mano de la dama; Gamberini 20 16, p. 33. rían los Segni y los Malvezzi.
drid, 11 de diciembre de 1561. 29 AGS, Cámara de Castilla [en adelame CCJ, 38 AGS, CSR, leg. 382, exp. 32, mercaderías
17 Toledo, Archivo Hisronco Nacional[en ade- Libro 137, f. 235, Madrid, 27 de junio de para la reina de rienda de Francisco de Perea:
lame AHNJ, Nobleza, Osuna, Caja 1838, 15 62: paso por el puerro de .\lloya de «una «mas para unos enzerados de sofonisma
doc. 2: «una dama francesa que se llamaRa- caxa con seis dozenas de Ramilletes de flores dama dos varas y m[edi]a de nantes a
rri por orra dama que se llama fume vestida de oro y seda y seis palmitos y dos guirnal- LXXXV».

de raso negro y unos Ribettes de rerc;iopelo y das de lo mismo y un collar de oro de marri- 39 AGS, CSR, leg. 39, exp. 5, f. 461 v: un oficial
un colfl]ar de oro y Rubie~ y esmeraldas y un llo esmaltado que el q .' [conde] brocardo anduvo dos días en el aposenro de Sofonisba
tocado negro». Las hermanas Fume!, france- embia de ytalia a sofonisma angusola su so- aderezando unos retratos y pusieron rachue-
sas, abandonaron la corte española en mayo brina dama de la rema ». las r madera ( 12 reales). En el folio 464 fi-
de 1561, aunque la idenndad de la primera .30 AGS, CSR. leg. 382, exp. 11, partidas libra- gura el encerado con trenzaderas y tachuelas
dama resulta más confusa. das por Luis Sigoney, conrralor de la reina, para el aposenro de Sofonisba. En el fo-
18 Rodríguez-Salgado 2003, p. 73. Este esru~io entre el 1 de mayo y el 31 de diciembre de lio 474 se dice que un oficial esruvo rodo un
resulta fundamenral para la casa de la reina. 1563: Sofonisba recibió 30 reales por la caja día en el aposento Sofonisba «ah icando unos
19 Manrua, Archivio di Stato di Manrova [en de una pintura y George de la Rúa (Joris van retratos de su majestad q se pusieron cla,•os
adelante ASM], Archivio Gonzaga [en ade- der Straeten), pinror flamenco, fue gratifica- y tachuelas 5 r[ealejs».
lame AG], busta 591, carta del embajador do con 100 reales por el viaje de Toledo a 40 AGS, CSR, leg. 382, fase. 2 (1568). El sastre
Girolamo Negri al duque de Mantua, Ma- t-. ladrid para el retrato de Ana de Lariloye )' hace para la dama una ropa sotana de volan-
dnd, 11 de agosto de 1561: «So((onisba cosí otras pinruras. re de piara hasta el cuello con las mangas
0
gran Pitnce, et dama del/a Regina, ha (ata 31 Sánchez Cantón 1956-59,11, p. 229, n. 3960, fruncidas a cuatro partes orladas, guarnecí-
mercede da/ Re. di duicento scuti d'entrata junio de 1600. das con franjas de piara. El disfraz, que se
nel stato di Milano». Cfr. Sacchi 1988, pp. 75 32 Lo firma como Lomellina, apell ido de su se- completaba con un manto de volanre, serví-
y 87, doc. 1V; Kusche 1992a, p. 33, doc. l. gundo marido. ría para una representación de a rgumento
20 Pérez de Tudela 2005, pp. 118-19. 33 Kusche 2003, p. 506, nota 582, AGS, CC, mitológico, al aparecer también Cupido.
21 AGS, CSR, leg. 82, exp. 297, f. 24, gastos leg. 447, f. 135. Se trata de una petición de 41 Amezúa 1949,1, pp. 234-35.
menudos: • yren 11 O de noviembre de 15671 una cédula de paso a Juan Vázquez de ).1oli- 42 AGS, CSR, leg. 40, ex p. 38, f. 1088. En junio
~ient rfealels a jorge de la rrua por c;ierras na del relojero francés Luis de Foix: «Iuis de se le dio dinero para ¡ugar.
colores que dio a sofonioba para los rrerraros fois criado de v. mag.• di7e que la Reina ma- 41 Brantóme-Buchon 1848, 11, p. 52; Amezúa
que haze por mandado de su m[ajes]rfad] son drc le a mandado q llevase el Rerratto de las 1949, 1, pp. 262-63.
por d[ic]hos g[asjros [de cama ra] p[lieg]o Sere.""" Infantes con el Rctrarro de la Reina 44 AGS, CSR, leg. 41, f. 499. En 1568 semen-
258». Cfr. Pinessi 1998, p. 32. su hija que está en el c;ielo. lo qua l está con- ciona una mula para la criada.
22 AGS, CSR, leg. 41:2, f. 1336, guardajoyas rrahecho de aquel q hizo sofonisba que es el 45 Amezúa 1949, 11, p. 277.
Crisr6hal de Oviedo, 10 de agosto de 1560: mejor Retratro de todos". Serían dos rerra- 46 AGS, CSR, leg. 82, f. 42: «mas sesenta ducados
• mando su majestad pagar a un pintor una ra- ros, Aran juez, 5 de mayo de 1571, AGS, CC, que valen veynre y doss mili )" quinientos mrs
bla con su lienc;o para que rerrarase la sfeñorja libro de relación 17, f. 90. que por c;edula del dho don Julan] fManriquej
sofonisba a su majestad rreinra reales•. 34 Pérez de Tudela 2016. de xiii de ocrufbrj .' de Iudlxiii pago a alonso
23 Concretamente, el marres 30 de abril y el 35 Bonnaffé 1874, p. 136, n. 0 672, y p. 139, sanchez rretrarador los quales huvo de aver
domingo 12 de mayo de 1560. La Ferriere n." 700 . por un rrerrato de sumag.J entero, en un paño
1867, pp. 18 y 235; AmezÍla 1949, 111, .~6 Según dice la propia Isabel de Valois en carta verde, y con su jardin y por otro rrerraro de su
pp. 107 )" 110. al embajador Fourquevaux (25 de junio de ma.' en una medalla, y por otro de santena
24 Carta de Isabel de Valois a Catalina de Mé- 1568 ), el pintor ha explicado a monseñor 1dama de la reina], y por lo que pinto en orro
dicis, Toledo, 6-13 de mayo de 1561; La Fe- de Gragnague que su rerraro aún no estará de su mag.d de que hizo el rrostro de sofonis,·a
rriere 1867, p. 29. acabado esra semana )"que no lo puede llevar son por q[uenj.ta de g[asrrs de camara como
25 Alphonse de Ruble ( 1889, p. 282) explica a Francia (Douais 1896, p. 59). Finalmente pfarec].' en p[licg]" 258 • ; Amezúa 1949, 1,
que al ver el retrato el nuncio lo estimó a pro- viajó junto a dos retratos de las infantas (El pp. 264-65, nora 1 14; Kusche 2003, p. 520.
piado para enviarlo al papa. Sacchi 1994b, Pardo, 17 de agosto de 1568; AGS, CC, libro 47 AGS, CSR, leg. 37, f. 373r y v: se le hace mer-
p. 369. de relación 16, f. 279). Esre año se registran ced de 50 ducados «por Cierros Retratos y
26 Carta de Claude de Vauperge (madanze de Vi- pagos de la reina a Jorge de la Rúa por varios ymagenes q dio a su mag.J, , .\1adrid, 29 de
neux) a Cata lina de MédiCIS, Madrid, 30 de retratos. junio de 1563; Amezúa 1949, 1, p. 265. Cfr.
septiembre de 1561;AmezÍla 1949,lll,p.169. .;- Vicente Carducho (h. 1576-1638) vio uno en Borghini 1584, p. 61 1.
r La correspondencia entre la pintora )'el pon- casa de un conde boloiiés, Carducho ( 16331 48 Arfaioh 2016. Resulta una mención lllU)
ríficc en Vasari-Milanesi 1878-85. VI (1881 ), 1979, p. 82. Podría rrararse de los deseen- confusa y no queda claro si este rerraro era
pp. 499-500. dientes del conde Fabio Alberga ti, quien fue de mano de Sofonisba o si era ella la efigiada.
28 Carta del embajador Girolamo Negri al du- embajador en la corre filipina en 1574. Agra- Parece que el destinatario podría ser Ferran-
que de Mantua, .\lladrid, 23 de diciembre de dczco a David García Cuero sus sugerencias re Gonzaga, que en 1566 casó con Marra
1561; Sacchi 1994b, p. 369. Parece que el para identificar esta colección boloñesa. Tana di Santena.

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49 Amezúa 1949, 1, p. 265; y 11, p. 470. Para su 59 Florencia, Archivio di Staro di Firenze [en de tela de plata rasa y de lavares q su alteza
esranc1a en Aranjuez en 1564, véase Jordan adelante ASF], Mediceo del Principato, fil- mando dar a sofonisba pa[ra] muestra de una
1999, p. 130. AGS, CSR, leg. 37, ff. 435 y t.a4894/1, f. 364 [agosto de 1560), Bernadeno ropa de un retrato de su alteza •> .
508v: el 21 de mayo de 1565 «a esteban du- Minerberri a Cosimo de' Medici: << Mando a 7 1 AGS, C,YIC, 1: época, leg. 1110: el orfebre
motre pintor frances • se le da dinero para su v. m. il vera ritralto del/a Regina, el qua/e 110 11 rec1bió 1000 ducados por una sortija de un
viaje de regreso. En el folio 596 figura orro ha altfr}." defecto de un poco di color' piu del diamante del que hay certificación <<de q su
pago: 22 de mayo, Valladolid, <<a esrevan de natura/e, il qua/e presto si saranlevato da! aria a l. [rez]' lo avia m[andaJ.d" dar a sofonisma
humotre rrerratador frances» 200 escudos que e da! lempo 1 si la mi dira di valer' quello del/a dama de la Rey.[n]'». Cfr. Ribera 1609, p. 315.
le hace merced para volverse a Francia dicho Principessa, io glien' mandero molto si mi/e, 72 Kusche 1991, p. 274. AGS, CMC, 1.• época,
día. En el folio 606 figura el mismo pago. pero se di costa verra scritto qua disso io lhab- leg. 1053: Alonso Sánchez,pintor, 17.437 ma-
.so i\CS, CSR, leg. 39, exp. 9, f. 580, cuenta del bia mandato, ce 11e sera rimare perche S. A /t."' ravedís a cuenta de los que habría de haber
esterero Luis Castmio, ( 1567? : «En el aposen- prowra con ogni possibile diligenza e prohibi- por obras para don Carlos, y ha dejado de
ro de sofony~ma y Jacincurt ay tres esteras que tion di non efsserje ritratta, ne mostra dispiacer entregar el retrato que hizo «Sofonisma • que
tiene cada una veinte y quarro tiras e cinco e
la cagione che dubita di non e[sserfe ritratta tenía en su poder.
baras de largo y de cabc\'cras treinta e seis in attitudine che naso apparisca grande, si 73 AGS, C.'v!C, 1." época, leg. 1051, f. 36. En el
baras que son c;ienro y \'inquenra e seis baras• . e
come veramente et eh' lieve la pittura, una folio 30 figuran los compradores de lasco-
51 AGS, CSR, leg. 382. exp. l3, furriera de la gratia apend nata die/o ha data dio et la natu- pias de Sánchez Coello.
reina, 1561: " De unos cnzerados que yze ra». El rerraro lo llevará el secretario del carde- 74 D1Dio 2006, apéndice con inventario de Ma-
p.1ra la dama qucs la pintora de la Reyna con nal de Urbino (f. 97,30 de agosro de 1560): drid de 1609, f. 1346.
tachuelas y tranzaderas trecientos mrs • . «Mandaz al secfretarij.o detto il vero e vivo 75 Kagan 1992, p. 158.
S2 AGS, CSR, leg. 39, exp. 5, f. 412, cuenta del ritratto di qfest}.a regma e se v. a. S. mi dira 76 Maria Kusche en Cremona 1994, pp. 238-40;
carpintero Martín Jiménez por una celosía en dhauer caro il ritratto del/a Principessa, ho via Kusche 2003, pp. 221 y 223.
el aposento de Sofonisba con su candado, comprmtdofo caro e hauerlo molto simile•. 77 Liechrenstein, The Princely Collections, inv.
1562. En 1.565 sabemos que se coloca allí un 60 ASI', Mediceo del Principato, filza 4894/ll, GE 25 11: óleo sobre lienzo, 174 x 97 cm.
encerado en la venrana (f. 449 v). f. 479, Madrid, 16 de abril de 1562: Frances- Pérez de Tudcla 1998, p. 166 .
53 AGS, CSR, leg. 382; leg. 40, ex p. 38, f. 1070. co Guasparrino «che parti dui di fa col piu 78 Carta del embajador Bernardino Maschi a l
En aconrecimienros luctuosos eran de luro. giornata le porta el uero ritratto del Duca di príncipe de Urbino, Madrid, 4 y 30 de ocru-
54 AGS, CSR, leg. 37, f. 282, Madrid, 14 de sep- borgogna di ql Filippo cio e che p /rim}." ins- bre de 1568; Gronau 1936, pp. 268-69.
riembre de 1563, 150 escudos; leg. 82. ff. 25 tittti f'ordin · del Tosone , el presto le potro 79 Ribera 1609, p. 315.
y 30, 14 de marzo de 1564 , 150 escudos; mandar' el vero del/a Principessa e del Re•. 80 ASM, AG 595, Madrid, 24 de enero de 1569,
leg. 40, ex p. 26, ff. 734-35, Madrid, 21 de 61 Carta de Sofonisba a Pío IV, 16 de septiembre carta del embajador Alberto Cavriani al du-
julio de 1561, paño o seda de 300 escudos; 1561; Vasari-Milanesi 1878-85, VI (188 1), que de Manrua: «Si trata matrimonio tra il
Kusche 1989, p. 409. Rossana Sacchi (1994b, pp. 499-500. s. "' Hercole Visconte che sta presso il s. "' Ves-
p. 369) sugiere que había recibido esta pieza 62 Carta de Sofonisba a Bernardino Campi, 21 pasiano {Gonzagaj et la sig:• Sofonisba• .
de tela en otoño de 1559 en recompensa del de octubre de 1561; Lamo 1584, pp. 43-44. 81 Parma, Archivio di Sra ro, fondo Landi. Luca
rerraro del duque de Sessa. 63 Carta de Francés de Álava, embajador en Losseni, Madrid, 17 de enero de 1569, a jua-
SS AGS, CSR, leg. 40, ex p. 4, ff. 282-88. Sería Francia, a Felipe Il, 8 de junio de 1565; na de Aragón, esposa del príncipe de Valdera-
entre 1561 y 1564. Eran cuatro guirnaldas y Ame7Úa 1949, III, p. 508. ro, que se encontraba en Bardi. Losseni infor-
tres troches de flores para adornar los esco- 64 Jordan 2002, p. 62, n." 14. ma, el 23 de enero de 1569, al príncipe de
fiones de red labrada en los que la reina reco- 65 Pérez de Tudela 20 LOb, lll, pp. 1631-32. Va lderaro, de que las damas españolas de lsa-
gía a menudo sus cabellos. 66 Viena, Dororheum, 12 de octubre de 20ll, be! de Valois regresaban a sus casas, mientras
56 Amezúa 1949, 11!, pp. 532 y 558. AGS, CSR, lote 431. Acrualmenre esrá en una colección que «La Soffonisba italiana et le fra 1zcese se
leg. 79, ex p. 1, f. 96v, a través de Francisco particular austriaca. Es muy similar al con- mettono al seruitio dell'Infanta asta che se gli
de Alderete; y exp. 6, f. 25: el 23 de julio de servado en el Monasterio de las Descalzas proveda daltra manera». El5 de junio de 1569
1571, Sofonisba compró una onza de aljófar Rea les de Madrid, Patrimonio Nacional, comunicaba: «La Cassa del/a Regina tutta e
mediante don Carlos de África. inv. 006 12066. disfatta e le francese quanto no hano partite se
57 AGS, CC, libro de relación 12, f. 40 1, M a- 67 Sacchi L994b, p. 376. mandano a case loro con la sofonisba•. En
drid, 28 de febrero de 1562: se concedió li- 68 El rerraro se conserva en el Monasterio de las carta a Juana de Aragón del 6 de junio habla
cencia a Asdrubale Anguissola, caballero Descalzas Reales de Madrid, Patrimonio a- de la dote que se da a las damas de la reina de
italiano, para sacar de esros reinos dos caba- cional, inv. 00612065. A. Pérez de Tudela en 6000 ducados, tanto a las francesas como a la
llos españoles para su persona )' para la per- Ca reía-Frías y Jordán de Urríes 2014, 1, italiana. Agradezco al Dr. Fabrizio Tonelli el
sona que los llevare, dos cabalgaduras de pp. 155-58, n." 10. haberme llamado la atención sobre estaco-
camino y una maleta con sus vestidos a supli- 69 jordan 2000, pp. 452-53. rrespondencia de orra dama de la reina casada
cación << de Sofonissa», dama de la reina. 70 AGS, Contaduría Mayor de Cuentas [en ade- en 1561 con el conde Claudia Landi.
58 Amezúa 1949, 1, p. 265; Redondo y Serrao lame CMC], 1: época, leg. 1056, 3 1 de di- 82 Así lo relata el cronista Marrinarte al prínci-
2005, p. 75. En 1560 hace un retrato de Fe- ciembre de 1567, mercadurías sacadas de la pe de Urbino, qu ien hasta 1568 se educó en
lipe ll que se quedó Isabel de Valois. tienda de Francisco Briones: <<mas una vara la corte; ASF, Ducaro di Urbino [en adelante

68
DU], filza 182, f. 372, Madrid, 7 de mayo de 93 Pérez de Tudela 2008, III, pp. 1610-13. Esas doze mantos de seda y de seda y lana seis
1569: «de las otras tres damas francesas que damas era n Ana Manrique, Isabel de la Cue- hojas despadas, diez abanil los, vcynre pares
son sanc;icut y doña clara [Claudia Torignyj va, Ana de la Cerda y Lavinia. de chapines, dozc sombreros de fieltro, dos
y sofonisma no se sa be si se quedaran con las 94 Biblioteca Nacional de España, Ms. 10 129, lib ras de hilo, quatro pares de medias de
ynfantas ». Juana jacincourt permaneció sol- ff. 75-91. seda, diez y ocho pares de guantes adobados
tera en la corte española hasta salir rumbo a 95 Londres, British Library, Additional manus- y vcynrc de flores, doze cordobanes blancos y
Flandes con la infanta Isabel Clara Eugenia cripts 28.337, f. 25, Diego de Córdoba a l negros y cinco mil ducados para su gasto en
en 1599 como su Camarera Mayor. cardenal Espinosa, s.d. [entre cartas del car- moneda de oro y plata libre de derechos ter-
83 ASF, DU, filza 182, f. 376, carta de Marrinar- denal de los aiios 1570-71]; Amezúa 1949, !, mino de novenra días».
re al príncipe de Urbino, 7 de junio de 1569. pp. 262-63; Kusche 1989, p. 413. 111 Sacch i l 994b,p.379.
No menciona el destino de la pintora. 96 Kusche 1992a, p. 33, doc. 18. 112 Kusche 2009; lozzia 2012.
84 Amezúa 1949, ll,p. 377; y Ill, p. 351; Kusche 97 Sacchi 1994b, p. 377. 113 Ribera 1609, p. 3 16.
1989, p. 412. Resulta difícil individualizar la 98 AHN, Nobleza, Moneada, CP.41 O, D.8. 114 lbidem.
pieza entre los últimos bienes de la emperatriz. 99 Sacchi 1994b, pp. 378-79. 115 Sacchi 1994b, p. 387.
85 Sánchez Cantón 1914, pp. 149-50; Kuschc 100 Madrid, Instituto Valencia de DonJuan, En- 116 Pérez de Tude la 2001, p. 4 77: cédula de paso
1992a, p. 33, doc. 18. vío 6, ff. 185-86, Ana de Austria al Marqués para dos cuadros devocionales que Sofonisba
86 AGS, CSR, leg. 247:2, f. 172, el marqués de de Ladrada, Madrid, 25 de mayo y 4 de ju- envía a Felipe 11, San Lorenzo de El Escorial,
Ladrada a Martín de Gaztelu, 20 de abril nio de 1573: «Ahora deseo que despachen a 9 de septiembre de 1589.
de 1570: •<sophonisma dama que fue de la rrey- Sofonisva con brevedad y bien como espero 117 Sacchi 1994c, pp. 162-63.
na nra s.~ sup[li].•• a su m.' lo que v.m. vera por que será y conforme a lo que la marquesa 118 Ri bera 1609, p. 3 16 .
esa p[etici].""supiJiJ.'" a v.m.la mJanJ.d' ynviar [de Berlanga, camarera mayor de la reina[ 119 Kusche 2003, pp. 268-69; Sánchez Cantón
a su m.' y se provea lo que fuere servido••. ha escrito sobre ello»; Pércz de Tudcla 2007, 1956-59, fl, p. 240, n. 0 4.044.
87 AHN, Consejos, leg. 15188, ff. 12-13, Martín pp. 197-98, nota 7. 120 Por ejemplo, antigua colección W. B.jordan,
de Gaztelu a Felipe JI, Madrid, 6 de agosto de 101 Kuschc 1989, p. 404. 10,5 x 7,7 cm; Kusche 2003, pp. 268-69.
1570. 102 Vasari-,\1ilanesi 1878-85,Vl ( 1881),p.50l. Agradezco a Leticia Ruiz el haberme llamado
88 AHN, Consejos, leg. 15188, f. 39, anotación 103 K use he 2003 , p. 228; Passavanr 1852, n." 62 la atención sobre esta pieza. Sobre las minia-
de Felipe Il en un billete de Gaztelu, desde (identificada con la última reina de Chipre). turas italianas de Sofonisba, véase Sacchi
Madrid, el 8 de septiembre de 1570: "y esa La fotografía en Néoustro"ieff 1903 , il. 15. l994c, p . 164.
memoria de sofonisba le mostrad [al carde- 104 Por ejemplo, una rablita recientemente su- 121 Así se lo confiesa al secretario real Marco
nal] q yo no la entiendo muy bien». Martín bastada proveniente de la colección del du- Vázqucz (Roma, 20 de enero de 1577); An-
de Gaztelu a Felipe 11 , Madrid 14 y 24 de que del Infantado, Ansorena, enero de 2019, drés 1965, p. 130. Sophonisba pictrix estaría
septiembre de 1570, García Prieto 2018, lote 516. en el aparrado de mujeres virtuosas, distinto
pp. 38-39: «Al cardenal hablé como V Md 105 Veásc la justificación de la atribución de Ce- del de pintores. En esta ocasión pide copias
mandó y le mostré el memorial que se me cilia Gamberini en esre catálogo, p. 160. en pequeño formato, por Alonso Sánchez
embió de Sofonisma Anguisola y el cardenal 106 Sánchez Cantón 1956-59, ll, p. 235, n." 4007. Coello, de varios retratos de la colección real,
mostró un billete quella le scrivió en la mis- 107 Pérez de Tudela 2010b, m, pp. 1631-32. como Felipe II y sus mujeres, cfr. Herklorz
ma sustancia en que en efecto suplica a V Md 108 Arcllivo de la Real Chancillería de Vallado- 2009,p.l42.
que entre tanto que no se casa sea acomodada lid, Registro de ejecutorias, Caja 1332, l. 122 Cantaro 1989, pp. 86-87. Para el retrato de
en servicio de la Reyna o de las señoras Infantas Benedetto Rabuyate (152 7 -1592) retratista Sigonio, véanse pp. 83-85.
pues demás del officio de dama podrá servir en florentino asentado en Valladolid fue uno de 123 Zarco Cuevas 1930, p. 655, n.0 832.
el suyo y aprovechar en ello». Se ha subastado los tasadores. 124 Sigi.ienza Jl602]1988, p. 5.35.
recientemente un borrador de las ordenanzas 109 Pércz de Tudela 2014,1, p. 325. 125 Canraro 1989, pp.146-47.
para la Casa de las Infantas en 1569, Segre, 3 110 AGS, CC, libro de relación 17, f. 337: •En 126 Gante2018-19.
de julio de 2018, p. 15, lote 35. san loren~o xx.xiii de junio de 1573 se despa-
89 Pérez de Tu de la 2008, 111, p. 161 O. cho ~edula de paso para sofonisba angus~io­
90 Carta del embajador Fuurquevaux a Catalina la dama de la rey.' nra s.'·' que va a ytalia y
de Médicis, Madrid, 9 de noviembre de 1570; lleva quinze mulas u machos de camino y una
Douais 1896-1904, 11 (1900), p. 297. Estas li tera dos cofres de ropa blanca de rudas
damas eran Jacincourt, Claudia Torigny,Ana suenes della usada y della nueva 1 otros dos
de Navarra, Isabel Chacón, María de la Cue- de bestidos de su persona de tela de oro y
va y María de Córdoba. sedas con diferentes guarni~iones y bordados
91 Biblioteca Aposrolica Vaticana, Barberini La- y en joyas de oro con piedras )' perlas cade-
tino 5216, f. 135: • tra le quali la Cremonense nas y sortijas valor de quatro mil ducados
che dipinge eccellentem{en]." et fa hora il ri- quarru cofres con camas de campo pabello-
tratto del/a regina»; N unzianre 1884, p. 331. nes y otros ajuares de casa y vistidos suyos y
92 AGS, CC, libro de relación 17, f. 189, Ma- de los que van con ella trezientos m a reos de
drid, 25 de febrero de 1572. plata labrada dorada y blanca de servi[ci ]."

69
Sofonisba Anguissola M aite J over de Celis
M :' D o lores Gayo G a rcía
en el Museo del Prado. Lau ra Alba Carcelén

Una aproximación
. /

a su tecn1ca

La colecció n del Museo Nacional del Prado comprende distintos y no permiten, de entrada, identificar de una ma-
varias pinturas que se atribu yen o han sido atribuidas por nera clara la mano de unos y otros: solo a través del análisis
algunos especiali stas a la pintora Sofonisba Anguisso la sistemático de un conjunto suficientemente grande de pin-
(h. 1535-1625 ), algunas de las cuales corresponden a retra- turas realizad o en paralelo a la investigación histórica será
tos de miembros de la familia real española. Sin embargo, posible en un futuro discernir el trabajo de cada uno .
la multiplicidad de imágenes producidas durante las déca- La segunda mi tad del siglo XV I es un momento especial-
das del reinado d e Felipe II por los pintor es de la corte, así mente interesa nte desde el punto de vista del uso de ma te-
como la falta de documentación histórica relativa a la acti- riales y procedimientos a rtísticos. En los disti ntos ta lleres
vidad d e Sofonisba como pintora en este período, dificultan euro peos se desarrollan métodos propios y se eligen mate-
enormemente la ca racterización de su técnica. Al contrario riales diferentes en función de las preferencias estéticas, de
de lo que ocurre con frecuencia en la producción italiana de modo que en un mi smo momento conviven d ive rsas tenden-
la joven pintora, ninguna de las obras que realizó en España cias regionales. Esta característica res ulta muy interesa nte
se encuentra firmada, de modo que la autoría de sus pintu- en el caso de la pintora italia na, que, partiendo de su forma-
ras ha ido ca mbian do a lo largo de la historia, siendo Alon- ción cremonesa, se tra slad a en 1559 a la co rte de M adrid,
so Sánchez Coello (h . 153 1-1588 ), el pintor d e cámara d e donde encontrará d ifere ntes costumbres y tomará contacto
Felipe II, el principal beneficiario. con otras prácticas de taller.
Desd e el punto d e vista de las técnicas artísticas, es tas A continuación se van a describir los resultad os del es-
atribuciones cambiantes, la falta de referentes claros con tudio técnico de seis pinturas pertenecientes a la colección
los que comparar y la multitud d e copias y versiones d e los del Museo Nacional del Prado que están o han estado atri-
retratos reales que se produce n a lo largo d e la seg unda buidas a Sofonisba Anguissola, a las que se añade u na sép-
mitad del sigl o XVI componen un panorama extraordinaria- tima, Pietro Manna, médico de Cremona, obra de s u her-
mente complejo. Dado que todos los artistas comparten un ma na Lucia Anguissola (h . 1537-h. 1565 ) lcat. 17J. Además,
momento histó rico y un lugar geográfico común, los mate- ha sido posible incluir el netrato de familia de la Nivaa-
riales y las prácticas de s us talleres no son radicalmente gaa rds Malc risamling rcat. 13], que ha sido restaurado y

Sofonisba Anguissola, Retrato


71
de familia (detalle de ear. 13)
estudiado en el Museo Nacional del Prado con motivo de na, sino por su condición de obra inacabada que deja al
la exposición. Para cada obra se ha recogido información descubierto las distintas fases del proceso pictórico4 [cat. 131.
referente a su soporte de tela, las capas de preparación y las Por esta razón, en varias zonas de la superficie queda a la
características de la ejecución de la pintura, utilizando los vista el color oscuro de la imprimación, que ha sido aplica-
medios técnicos del departamento de Documentación Téc- da en dos capas: la inferior, de color negro, está compuesta
nica y Laboratorio (Área de Restauración) del Museo Na- por tierras, yeso, negro de carbón mineral y negro de huesos,
cional del Prado 1 • Existía ya una publicación previa de con una pequel'ia proporción de albayalde y de sulfato de
1990 a cargo de Carmen Garrido, que incluía información cobre, mientras que la superior es parda oscura y contiene
relativa a algunas de las obras estudiadas ahora y que ha mayor cantidad de albayalde acompañado de tierra negra,
podido ser actualizada y ampliada en el proyecto que aquí tierra de sombra, negro de carbón mineral, pigmentos de
2
se presenta • cobre y partículas de color pardo con alto contenido en
materia orgánica' [fig. 31 J.
Sobre la imprimación parda oscura la artista extiende
Retrato de familia grandes manchas de color como base de determinados tonos
sobre los que define de nuevo algunos perfiles con pincela-
La escena fue pintada sobre un solo paño de tela de lino con das muy sueltas. Un ejemplo de ello son las manos enlaL.adas
ligamento de sarga sencilla, un tejido denominado <<terliz>> de padre e hijo, donde emplea trazos de laca roja para defi-
empleado principalmente en Italia ;. En los laterales del cua- nir los contornos y la posición de la mano y los dedos, y al
dro se aprecian con claridad las deformaciones que se pro- mismo tiempo manchas de color que plantean los distintos
ducen en los hilos de los bordes durante los procesos de planos de 1uz de la escena desde las primeras fases del pro-
tensado y preparación del lienzo; gracias a ello se puede ceso pictórico [fig. 32j.
deducir que las dimensiones de la escena actual son muy Tanto en la superficie del cuadro como en las imágenes
cercanas a las originales. técnicas se observan varias modificaciones en la escena. En
Esta pintura resulta especialmente valiosa no solo por la las figuras, Sofonisba ha rectificado la posición de las piernas
calidad pictórica alcanzada por la pintora en época tempra- de Ami lea re y la capa que las cubre, el cuello de la camisa de

rrG. 3 1Sección trans,crsal de una micromucstra de pinrura FIG. 32 Detalle de la~ manos inacabada!> de Amilcare y Asdrubale
procedente del paisaje del Retrato de familia lcat. 13(. En ella se en el Retrato de familia lcar. 13]. En la mano del niño se aprecia
observan las dos capas de imprimación y por encima capas pardas y la preparación oscura ~obre la que la artista aplica las manchas de
verdes, por debajo de una capa blanca y otra azul del ciclo actual. color al mismo tiempo que redibuja con laca roja los contorno,.

72
Minerva o el pie izquierdo de Asdru bale. Sin embargo, es
quizá en el paisaje donde se hallen los cambios más relevan-
tes. Detrás del padre y los hijos se situaba en un principio un
extenso cielo con una gran montaña a la izquierda, donde
no estaban previstos ni los troncos de los árboles ni las cor-
tinas que vemos hoy en día . Por ejemplo, una muestra toma-
da del borde derecho presenta una superposición de capas
blancas y azules sobre otras pardas y verdes que indican que
el paisaje estaba concebido de otra manera, con un horizon-
te más alto por este lado [véase fig. 31].
Los pigmentos utilizados constituyen capas gruesas y
muy cargadas, con gran intensidad de color. Por ejemplo, el
vestido inacabado de Minerva se ha realizado con veladuras
de laca roja y mezclas de este mismo pigmento con azul
esmalte, obteniéndose un delicado juego en tonos azules y
violetas.

Pietro Manna, médico de Cremona

Esta obra es de mano de Lucia, tercera hija del matrimonio


Anguissola y compañera de Sofonisba en su formación ar-
tística [ca t. 171. A pesar de no tratarse de una pintura reali-
zada por esta última, su estudio técnico tiene interés por
haber sido creada en el mismo entorno que las obras de su
FIG. 33 Radiografía de Pietro Marma, m édico de Cremona [cat. 1 7].
hermana, con las que comparte evidentes paralelismos.
Se pone de manifiesro el esmerado rrabajo de las carnaciones
Para pintar este retrato se ha utilizado una pieza de tela y las líneas de encaje de los hombros bajo la pelliza, así como
de lino con ligamento de tafctán 6 • Quizá debido al delica- las mo dificaciones hechas en las manos y el reposa brazos.
do estado de conservación del soporte todos los bordes de
la escena fueron recortados, principalmente en el lateral
derecho7 • formaciones efectuadas en el reposa brazos de la silla, tanto
La tela ha sido preparada con una doble imprimación, en su perspectiva -menos frontal- como en el diseii.o flo-
compuesta por dos capas de composición similar y tono ral del remate.
pardo muy oscuro. Los componentes de estas dos capas son Por otro lado, el extremo inferior del tapete morado de
principalmente tierras mezcladas con negro de carbón mi- la mesa que aparece en las imágenes técnicas, tanto en la
neral, acompañadas de yeso, albayalde y cardenillo. En la radiografía como en la reflectografía, no es visible en el cua-
capa superior la proporción de albayalde es algo mayor, lo dro. Asimismo, en estos documentos se puede leer con cla-
que le confiere un tono ligeramente más claro 8• ridad la firma completa 9 , en la actualidad ligeramente mo-
El estudio de las imágenes técnicas pone de manifiesto dificada al sustituir la palabra <<FILIA>> por una sola letra
que la artista parte de un diseiio preciso del retrato y al <<F» [fig. 34j.
pintarlo únicamente realiza ligeras modificaciones, como los En cuanto al proceso pictórico, cabe resaltar dos aspectos
ajustes hechos en los contornos de la cabeza y de ambas de este retrato. Por un lado, resulta interesante que Lucia, al
manos [fig. 331. A estos cambios hay que sumarles las trans- igual que su hermana 10, sitúe mediante dibujo a pincel la

73
- - - - - - - ---------

posición de los hombros de la figura, a pesar de que serán También la zona de la mesa y los libros se ha elaborado
tapados por el cuello de piel del traje. Por otro lado, destaca con varias capas sucesivas: el tono oscuro de la imprimación
el cuidadoso trabajo de las carnaciones, en las que superpone se ha cubierto con tonos pardos oscuros matizados por ve-
numerosas capas luminosas de pintura (compuestas por al- laduras y capas más claras de laca roja en el libro superior
bayalde y bermellón) hasta obtener los marices suaves y de- y moradas en el caso del tapete, aüadiendo para ello azul
licados de la piel. Esta forma de trabajar las carnaciones tam- esmalte a la laca.
bién se observa en algunos rostros pintados por Sofonisba.
En general, se trata de una obra en la que, a pesar de no
apreciarse grandes cambios en la escena, se han utilizado Giovanni Battista Caselli~ poeta de Cremona
muchas capas de pintura superpuestas. Por ejemplo, en el
fondo se identifican tres tonos distintos de verde, más claro Desde que fue pintado, este retrato ha sufrido varias trans-
y amarillento el superior. En los tres casos se han utilizado formaciones no solo en lo relativo a las dimensiones, sino
mezclas de cardenillo con albayalde y negro de huesos, pero también a su apariencia y composición [cat. 19]. De esta
en la superior se detecta la presencia de una laca amarilla. manera, el lienzo original fue recortado de forma irregular
por el lateral derecho y los bordes in ferior y superior, y
posteriormente ampliado en todo el perímetro". A pesar de
que el tamaño actual de la escena debe ser cercano al origi-
FIG . 34 Detalle d e la firma de Lucia Anguissola en Pietro Mam1a, nal, la única certeza es que la escena tenía un ancho de unos
médico de Crem ona lcat. 171 sobre el reposabrazos. En la
rcflcctografía infrarroja se lee la palabra « FII.!A » sustituida
60 centímetros cuando fue pintada.
en la actualidad por una única !erra «F••. Se ha propuesto que Sofonisba Anguissola pintara este
retrato en fecha cercana al de Pietro Manna realizado por
su hermana. En este sentido, aunque el tipo de lienzo em-
pleado en ambas obras es similar, hay que descartar que
procedan del mismo rollo de tela 12 •
Las capas de preparación de este lienzo son distintas de
las de la obra de Lucia y distintas también de las demás in-
cluidas en este estudio. Se trata de una estructura en dos
capas: la inferior de yeso aglutinado con cola y la superior,
al óleo, contiene principalmente albayalde ligeramente te-
üido con tierra roja.
Como se ha dicho, la escena actual es muy diferente de
la pintada en un principio [fig. 35]. Tanto las imágenes téc-
nicas como los análisi·s de materiales muestran que a los
posibles cambios realizados durante el proceso creativo hay
que sumarles importantes modificaciones realizadas con el
objetivo de cambiar la identidad del personaje retratado,
para trasformar al poeta Caselli en san Pedro [véase cat. 19].
Entre los cambios que corresponden al proceso creativo
de la obra, destacan los de las manos, con Jos que la pintora
desplaza la posición de la mano izquierda hacia abajo y
acorta la longitud de los dedos flexionados, mientras que en
la derecha modifica la posición de la pluma y de los dedos
que la sujetan '\ Así mismo hace ligeros ajustes en las mangas

74
Flli. 35 Radiografía de Giovanni Battisla Caselli, poeta de
Cremona [car. 19], donde son vis ibles algunos cambios
originales, como los ajustes en las manos y la posición de
la p luma, además de añadidos posteriores como la túnica.

de la túnica, en el diseño del libro abierto, cuyas hojas y


lom o tienen una disposición diferente, y en el san J uanito
representado en el cuadro que decora la estancia, cuyas pier-
nas se pintaron en una posición distinta y con la tún ica ca-
yendo desde su hombro derecho. Por lo demás, en esta pri-
mera escena, la mesa estaba cubierta en su totalidad por el
tapete rojo de dibujo geométrico que se ve al fo ndo; no
había llaves, ni pila de libros, ni esfera armilar; y el perso-
naje vestía de forma diferente, de gris, con a mbas mangas a
la vista y si n la túnica parda .
Una vez pintada la escena, se mod ificó para añadir los
libros y la esfera armilar sobre parte del tape te decorado
[fig. 36]. Posteriormente, se cubrió ese tapiz rojo con el paño
liso de color ve rde que conserva en la actu alidad y, sobre
este, se colocaron en primer plano las llaves. También en ese
segundo momento se transformó la vestimenta del retratado
al añadirle la túnica marrón que le cubre su brazo izquierdo
y modificar los puños y el frente de la camisa .

fiG. 36 Detalle de la mesa


y las manos del poeta, en
Giovanni Battista Caselli,
poeta de Cremona
[cat. 19[. La reflectografía
infrarroja muestra
el extraordinario diseño
geométrico del tapiz
oculto bajo el ra pete
verde y las llaves ariadidas
para cambiar la identidad
del retratado. Asimismo,
se aprecian los puños
claros de la camisa de
la primera vestimenta.

75
La superposición de capas observada en las muestras de cución de ambos retratos en fechas muy cercanas y en el
pintura confirma todos estos cambios: por ejemplo, bajo el mismo taller.
tapete verde se detectan los tonos rojizos con bermellón y Más allá del tejido en sí, también se observan coinciden-
laca del tapiz, y por debajo del manto pardo amarillento se cias en lo relativo a la colocación del lienzo en el bastidor y
identifica el color gris oscuro de la vestimenta original. En el proceso de aplicación de las capas de preparación. La más
estos dos casos, existe una capa de barniz intermedia que interna, el aparejo, consiste en una capa de cola animal y
permite asegurar que se trata de cambios posteriores a la por encima se extiende la imprimación al óleo de color gris
creación de la pintura. En el resto de los cambios no se ob- claro, compuesta por la mezcla de albayalde, negro y minio.
serva capa intermedia y, por lo tanto, pueden ser considera- Esta combinación es habitual en la pintura realizada en Es-
dos compatibles con el momento del proceso creativo de la paña en esta época, pero en el caso de estos retratos presen-
pintura. ta la particularidad del uso de un pigmento negro poco
En cuanto a la escena religiosa de la parte superior, las común: la tierra negra. Se trata de una arcilla negra que no
muestras permiten constatar que se encuentra concebida en suele identificarse en capas de pintura y su presencia es po-
ese mismo lugar desde el principio, ya que no existen capas siblemente accidental -podría encontrarse mezclada con
correspondientes al fondo por debajo de ella. algún otro pigmento negro-, pero el hecho de que se haya
identificado en ambas obras y en ninguna otra establece una
relación aún más estrecha entre ellas.
Los retratos de Felipe 11 y Ana de Austria El estudio de la imagen radiográfica indica que las telas
empleadas fueron recortadas de una pieza de tejido de ma-
En la literatura es frecuente que estas dos pinturas aparez- yores proporciones que había sido previamente tensada
can fechadas en épocas diferentes, argumentándose que la sobre un bastidor común. Una vez aplicadas las capas de
imagen de Felipe JI [cat. 28] habría sido pintada en torno preparación sobre ese primer lienzo, se desclavó del bastidor
a 1565 y posteriormente actualizada en 1573, momento en y se cortó en varios fragmentos, dos de los cuales se emplea-
el que se habría retratado a Ana de Austria [cat. 29) para ron para pintar los retratos del rey y la reina. El despiece de
14
crear el conjunto real junto a las dos infantas [cat. 30 y 311 • la tela ha hecho que de este primer tensado únicamente
Tras realizar el estudio técnico del soporte y de .las capas quede la huella de los travesaños y de las distorsiones por el
de preparación y pintura, esta hipótesis debe ser revisada, tensado de los hilos en el lateral derecho de La reina Ana de
ya que los resultados confirman que ambos retratos fueron Austria y en el borde superior de Felipe Il 16 •
pintados a la vez, alrededor de 1573, y por tanto concebidos En ninguno de los dos retratos se ha observado dibujo
desde un principio como pareja . subyacente en las imágenes técnicas ni en la superficie, por
El primer dato que apoya esta afirmación lo ofrece el lo que se desconoce el proceso seguido por la pintora para
estudio del lienzo empleado como soporte de los retratos. encajar las figuras de los monarcas en los lienzos.
En ambos casos se trata de un tejido de cáñamo liso con En la radiografía dél retrato de Felipe JI se puede apre-
ligamento de tafetán sencillo, en el que el conteo de hilos ciar un importante cambio realizado en la figura del monar-
arroja un valor idéntico, 14,70 hilos de urdimbre por cen- ca, que en un principio tenía su mano derecha abierta a la
tímetro, si bien la urdimbre en el retrato de Felipe II está altura del vientre lfig. 37] . Sin embargo, la pintora descarta
orientada en horizontal, mientras que en el de Ana de Aus- esta idea con el retrato prácticamente terminado, ya traba-
15
tria se sitúa en vertical • Al conteo hay que añadirle una jados los detalles de iluminación y textura de la mano, tan-
distribución de hilos y características de hilado semejantes. to de la carnación como de la puñ.eta. La mano eliminada
Este alto grado de coincidencia en tejidos fabricados en estaba apoyada probablemente en el toisón, en una posición
telares manuales como los del siglo XVI es excepcional y y a una altura poco frecuente en los retratos masculinos de
solo es posible si los lienzos proceden del mismo rollo de esta época, en los que suele colocarse sobre el puño de la
tela. Este origen común del lienzo situaría por tanto la eje- espada o sobre la cadera.

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FIG. 37 Radiografías de los retratos de Ana de Austria y Felipe 11
[cat. 29 y 28). En ambas se observa la deformación del tejido y la
aplicación de una preparación con alto contenido en albayalde. Se
trata de dos piezas de tela recortadas de una mayor ya preparada
sobre un bastidor de grandes dimensiones. El lateral derecho del
soporte de la reina conserva la huella de uno de los travesaños
verticales de ese primer bastidor. En el retrato del monarca es evidente
el cambio de posición de su brazo derecho y la superposición de la
capa sobre sus hombros.

En su retrato, la reina apa rece de pie, apoyada sobre el todos estos cambios sería la decisión de representar almo-
respaldo de una silla de terciopelo rojo, mientras que el rey narca rezando el rosario, una visión más íntima del perso-
se encuentra sentado, de manera algo forzada, en una silla naje que requiere de una postura quieta y sosegada 17 • Esta
similar. La posición inicial de las manos, ambas sobre el nueva postura habría motivado la modificación de su brazo
cuerpo, parece corresponder a una primera postura de pie derecho y la incorporación del sillón frailero en la compo-
que mostraba una imagen del monarca más regia y tradicio- sición, con el objetivo de transformar la escena en un retra-
nal, y de hecho en la radiografía se aprecia que en la mano to sedente.
izquierda sostiene un objeto rectilíneo distinto al actual ro- A esta significativa alteración se añaden cambios en la ves-
sario, quizá un papel. Una posible hipótesis que explicaría timenta. El monarca parecía vestir un pantalón con marcados

77
pliegues o con diseño de bandas, y la capa que le cubre Isabel de Valois sosteniendo un retrato
ahora parece no estar prevista desde el principio, como se de Felipe II
aprecia en la zona de su brazo izquierdo, donde hasta los
últimos matices de la iluminación de la manga y hombro Este retratO de cuerpo entero [car. 24] está pintado sobre un
estaban pintados antes de ser tapados. También al final del soporte de cáñamo formado por dos pai1os verticales de tela
proceso pictórico se han hecho sutiles ajustes para agrandar de 105 y 18 cm, ambos del mismo tejido liso con ligamento de
las cuentas del rosario de Felipe II o corregir algunos con- tafetán de buena calidad, con una densidad de hilos cons-
tornos de su mano izquierda. tante y grosor uniforme, si bien presenta algunos defectOs
Los pigmentos utilizados en la elaboración de estos dos de tejeduría 19 • Las dimensiones actuales de la escena no de-
retratos son los mismos, con algunas diferencias en las mez- ben ser muy diferentes de las originales, dado que se pueden
clas en función de los distintos matices que se quieren bus- observar algunas leves ondulaciones de los hilos del tejido
car. Por ejemplo, las pálidas carnaciones de ambos se con- por el tensado de la tela en el bastidor sobre el que fue pre-
siguen con la mezcla de albayalde y bermellón, y en los parada, si bien al observar la composición actual se com-
labios se utiliza ese mismo pigmento rojo matizado con prueba que ni el borde superior ni el inferior conservan el
tierra roja en el caso del rey y con laca en el de la reina, de trampantojo que recreaba el marco del retrato.
tonalidad más rosada. En ambos casos se ha añadido una Las capas internas de preparación del soporte de tela
proporción mínima de pigmento azul para aportar un tono comprenden, de forma análoga a la pareja de retratOs de
ligeramente más morado al rojo, azurita en el caso del ros- Ana de Austria y Felipe II, un aparejo de cola animal apli-
tro del rey y azul esmalte en el de la reina . Llama la atención cado sobre la tela y una imprimación gris claro al óleo que
esta minuciosa selección de las mezclas para buscar una contiene albayalde, negro carbón y minio sobre ella. En la
diversidad en los tonos de rojo que denota la práctica cui- radiografía se aprecia que sobre la costura que une los dos
18
dadosa y sutil de la pintora . paños de tela se ha aplicado un mayor espesor de esta capa,
También en sus vestimentas negras se han buscado ma- con el objetivo de disimular su presencia .
tices de color. Aunque el pigmento mayoritario es el negro En el grupo de obras estudiadas resulta complicado
de carbón vegetal, la adición de distintas proporciones de observar en los documentos el dibujo subyacente, lo que
albayalde y otros pigmentos permite obtener tonalidades dificulta el análisis de los procedimientos seguidos para
ligeramente distintas. Así, para el vestido del rey, de tono dibujar estos retratos, en muchos casos copias, réplicas o
más frío, la pintora utiliza azul esmalte en las capas finales, versiones de otros. En este sentido esta pintura no supone
mientras que el de la reina adquiere un carácter algo más una excepción, si bien en la reflectografía infrarroja se dis-
cálido, más pardo, por la ausencia de pigmento azul. En tingue el uso de pinceladas rápidas para definir algunos
ambos casos, y como es habitual en las capas negras, se ha contornos de la vestimenta. Son de color oscuro, anchas y
añadido una pequeña proporción de pigmento de cobre muy diluidas para facilitar el movimiento rápido sobre la
como secativo. superficie y su presencia se ha constatado en una micro-
La realización de los encajes del cuello y puñeras es muestra de pintura ramada de la manga izquierda de la
idéntica en ambas obras y consiste en aplicar una base reina [fig. 38]. Junto a esros trazos se adivinan además zo-
gris con albayalde y negro de humo y, sobre ella, una capa nas de mancha que delimitan los planos oscuros y los plie-
de albayalde casi puro. También es la misma la ejecución gues del tejido, una especie de bosquejo a mano alzada que
del terciopelo rojo de las sillas, donde la capa rojo inten- no debe entenderse como un dibujo inicial independiente y
so de bermellón y tierra roja aparece cubierta por una previo al proceso pictórico, sino como un trabajo que se
veladura de laca roja realizada en dos manos. Por último, entremezcla con las capas de color. En cuanto al rostro, no
el color grisáceo del fondo se obtiene por mezcla de alba- se aprecia ninguna huella del trabajo inicial de encaje, ni
yalde con tierras pardas, cardenillo y negro de humo en tampoco modificaciones o ajustes en los contornos, algo
los dos casos. frecuente en retratos de la corte en los que un mismo mo-

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delo se copiaba múltiples veces y en muchas ocasiones a la capas superiores se ba empleado el pigmento awl esmal-
misma escala med iante calco. te para apo rra r los brillos finales de rano gris azul ado, tal
En cuanto a posibles cambios en la escena durante el y como sucede en la ves tidura del rey Felipe 11 en su re-
proceso pictórico, apenas se observan modificaciones en la traro [ca t. 28].
radiografía, a excepción de ligeros ajustes en las manos y en Ta mbién el tratamiento de los encajes de los puños del
el diseño de la base de la columna y su fuste, más estrecho vestido se ha realizado de una mane ra a ná loga a la pareja
en un pnnCipiO. de retratos reales, con una capa de base gris compuesta de
En relación con los pigmentos utilizados para este retra- albayalde y negro de humo sobre la que se extiende otra
to, en la carnación se detecta, además del a lbaya lde y ber- bla nca de a lbaya lde p uro.
mellón, la presencia de negro de ca rbón vegetal y una can- La columna situada a la derecha de la reina tiene una
tidad muy pequeña de azu l esma lte, que otorgaría un tono superficie m armoriza da en tonos rojos sobre grises. Las ca-
ligeramente frío a la mezcla, aunque sin llega r a afectar a su pas grises consisten en mezclas de albaya lde y cantidades
tona lidad. En el caso de los la bi os, a l bermellón se añade un variables de pigmento negro de carbón vegetal con algunos
poco de tierra roja. granos de azurita y por encima se han aplicado los colores
El color de la vestimenta se ha conseguid o con negro rojos en distintas capas que contienen tierra roja de forma
carbón como pigmento mayoritario, a unqu e ta mbi én mayoritaria, mezclada con albayalde, negro carbón o minio;
contiene negro de huesos en menor proporción, un poco en algunas capas más oscuras se ha identificado también un
de a lbayalde y cardenillo añad ido como secativo. En la s pigmento de cobre, posiblemente cardenillo.

FIG. 38 Detalle de la
manga del brazo
izquierdo de la reina
en l sahel de Valois
soste11ie11do un retrato
de Felipe JI )ca t. 24).
La reflectografía
infrarroja muestra
algunas de las
pinceladas rápidas y
diluidas que emplea
el artista para encajar
la exq uisita vestimenta
de la reina.

79
F!G. 39 Ánonimo español según modelo de Alonso Sánchez F!G. 40 Radiogra fía del retrato de Isabel Clara Eugenia lfig. 39]. En
Cocllo e intervención parcial de Ja n Kraeck, Isabel Clara ella se muestran las cinco piezas de tela q ue componen su soporte.
E.ugema, h. 159 1-92, óleo sobre lienzo, 194 x 109 cm. Los tres paños centrales, así como el paño superior de la izquierda,
~l adri d, Musco ' acional del Prado, P006184 tienen idénrico tejido y ~on fragmentos recortados de un mismo
(depositado en la embajada de España en París) soporte de mayores dimensiones una vez preparado. Los paños A y
B presentan las marcas del bastidor que confirman q ue ya estaban
unidos en ese primer lienzo. Los otros dos (C y D) fueron recortados
y de nuevo cosidos para o btener las dimensiones actuales. El paño E,
de tejido distinto del resto, se cosió también una vez preparado.
Esras nuevas costuras obligarían a extender una fina capa de
preparación que las ocultara y q ue es responsable de la menor
densidad radiográfica de estos paños en la imagen.

80
Isabel Clara Eugenia

La atribución de este cuadro ha suscitado distintas opinio-


nes entre los especialistas, si bien en la actualidad es consi-
derado obra del taller de Sánchez Coello20 lfig. 39]. Al igual
que ocurriera en los retratos de Felipe 11 y Ana de Austria,
la radiografía muestra que para la fabricación de este sopor-
te se han empleado fragmentos cortados de un gran lienzo
que estaba previamente preparado. Sin embargo, a diferen-
cia de la pareja real, en esta ocasión se ha utilizado un total
de cinco piezas de tela para obtener.las dimensiones nece-
sarias del retrato de cuerpo entero [fig. 40]. El tejido de to-
dos los paños es liso y con ligamento de tafetán, si bien
cuatro de estos recortes proceden del mismo rollo de tela,
mientras que el quinto es de un tejido distinto 21 •
En los tres paños centrales, de mayor tama1io, la radio-
grafía muestra las marcas producidas por el primer bastidor
en el que se tensaron para ser aparejados. Gracias a ellas se
sabe que los dos paños superiores estaban ya cosidos antes
de extenderse la preparación, mientras que el inferior fue
añadido una vez preparado, al igual que los dos del lateral
izquierdo. Las dimensiones del retratO no justifica n el em-
pleo de tal cantidad de piezas de tela y más bien hay que
pensar que el soporte se fabricó a partir de fragmentos reu-
tilizados que habían sido previamente preparados en otro riG. 41 Jan Kraeck, Felipe Manuel de Saboya a los cinco mios, 1591,
óleo sobre lienzo, 128 x 91 cm . Madrid, Musco Nacional del Prado,
bastidor.
P001264
La preparación de estos lienzos se realizó aplicando un
aparejo de cola animal seguido de una imprimación gris
clara compuesta por albayalde negro carbón y minio. vacío. La estructura de capas correspondientes a la cortina
En lo referente al proceso seguido para encajar la figura, verde muestra una construcción del color muy particular:
los documentos técnicos no permiten establecer un límite se ha aplicado una base gris de a lbayalde y negro car bón y
definido entre dibujo y pintura. De esta manera se observa sobre ella una veladura verde de cardenillo cubierta por otra
al mismo tiempo el uso de líneas de dibujo en algunos con- que conti ene este mismo pigmento mezclado con a lbayalde
tornos, como en los labios y las manos, y de manchas oscu- y amarillo de plomo y estaño [véase fig. 42a] .
ras que son matizadas en capas superiores para lograr las La comparación de este retrato de Isabel Clara Eugenia
transiciones de sombra a luz. Este último recurso se emplea con el de Felipe Manuel de Saboya a los cinco años, hijo ma-
en las sombras de la nariz o en el blanco de los ojos. yor de Catalina Micaela pintado por Jan Kraeck (h. 1540-
Aunque las imágenes técnicas no revelan cambios signi- 1607) en Turín en 1591 lfig. 41], llam a la a tención por la
ficativos, el estudio de las muestras de pintura sí permite similitud del fo ndo de a mbas escenas, en las que se sitúa
detectar una modificación de cierta importancia: las corti- una amplia cortina verde y roja que sirve de marco a los
nas verdes que se pintan en la parte s uperior del retrato, retratados, aunque la calidad pictórica del paño es notable-
enmarcando la figura, han sido añadidas sobre el fondo mente mejor en el retrato de la infanta. Pu es bien, el estudio
pardo grisáceo que en un primer momento era un espacio de una micro muesrra de pintu ra de cad a retrato en esta

81
En cuanto al resto de pigmentos empleados en el retrato
de Isabel Clara Eugenia, cabe destacar la mezcla deberme-
llón y laca roja en las carnaciones y el uso de bermellón y
tierra roja para los labios, con una mínima cantidad de azul
esmalte para añadir una tonalidad ligeramente más púrpura.
El traje negro está rea lizado con negro de carbón vegetal
con un poco de albayalde y cardenillo, y el color pardo grisáceo
oscuro del fondo se ha obten ido con mezcla de carbón vegetal
y tierras, además de albayalde y un poco de cardenillo.

La infanta Catalina Micaela

Actualmente el Museo del Prado atribuye esta imagen de la


infanta Catalina Micaela a la mano de Sánchez Coello, aun-
que, al igual que ocurriera con el cuadro anterior, ha tenido
varias atribuciones a lo largo de los años 26 1fig. 431. En lo re-
JIG. 42 Secciones trasversales de dos micromuesrra~ procedentes ferente a su formato, el retrato de medio cuerpo no conserva
de la .lOna del corrinaje de las obras Isabel Clara Eugenia (a) y Felipe
sus dimensiones originales, ya que fue recortado por los cua-
Manuel de Sabaya a los cinco años (b). En ambas se ha utilizado la
misma superposición de capas para la construcción del tono verde. tro lados y más tarde ampliado en el borde superior y lateral
En la micromuestra del retrato de la infanta Isabel Clara Eugenia, derecho cuando fue reentelado27 • No se tiene certeza de cuán-
bajo la cortina puede verse una capa pardo-grisácea que corresponde
a la pared que se sitl'1a por detrás de ella.
tos centímetros de escena se ha n perdido por cada lado, debi-
do a que este soporte no conserva las marcas del primer bas-
tidor ni deformaciones en los hilos por tensión. Si bien hay
que tener presente que la ausencia de huellas del proceso de
zona indica que ese parecido va más allá de la superficie y tensado se puede deber, como en otras obras estudiadas, al
se refleja en una estructura interna de las capas de pintura empleo de un fragmento de tela recortado de otro mayor so-
prácticamente idénticas en ambas obras, con las caracterís- bre el que ya se había aplicado la capa de preparación. En
2
ticas peculiares que se han descrito anteriormente [fig. 42]2 • cualquier caso, la escena debía ser mayor, al menos por el
Teniendo en cuenta el envío del retrato de Felipe Manuel borde superior, ya que parte del tocado de plumas no es ori-
junto a los del resto de su familia a la corte en 1591 2 \ este ginal y en la actualidad está pintado sobre el aiiadido.
parecido permite plantear la hipótesis de que ambos retratos Las capas de preparación muestran unas características
hayan podido exhibirse juntos formando parte de un mismo ligeramente distintas a 'las de otras pinturas analizadas. So-
conjunto decorativo. Sin embargo, el retrato de la infanta bre un aparejo de cola aparece una capa de pintura a l óleo
debe haberse realizado en España, donde residía esta, a dife- de color pardo anaranjado muy claro, compuesta por a lba-
rencia del de Felipe Manuel, tal y como se confirma además yalde y gra nos de minio. A continuación, por encima de ella,
por la diferencia existente en las capas internas de prepara- se encuentra la capa de color gris claro que es habitual en el
ción de ambos lienzos24 • El pintor responsable del retrato de grupo de obras estudiadas, en la que a l a lbaya lde y minio se
Isabel Clara Eugenia pudo ser el propio Kraeck en su visita añade negro de carbón vegetaF 8 •
a la corre madrileña o bien es posible que este utilizara un Sobre la imprimación, en alguna de las muestras se ha iden-
retrato ya existente para emparejarlo con el resto añadiendo tificado un dibujo a pincel con pigmento negro de carbón y
una escenografía similar, que incluye un amplio cortinaje y, tierras. Sus trazos son poco visibles en la reflecrografía infrarro-
quizá, también el suelo de diseño geométrico21 • ja, aunque es posible detectar algunos en la mano izquierda.

82
FIG. 43Alonso Sánchez Coello, La infanta Catalina M icaela, FIG. 44 Radiografía general del retrato de Catalina Micaela [fig. 43].
h. 1584, óleo sobre lienzo, 111 x 91 cm . Madrid, Musco Nacional Se distinguen los afiadidos colocados en el borde superior y lateral
del Prado, P001139 derecho, así como la columna en la que apoyaba su mano la infanta
antes de ser sustitu ida por el bufete acrual

La observación de las imágenes técnicas pone de mani- Así pues, el retrato que vemos hoy en día no representa
fiesto un cambio relevante en la composición durante el fielmente el que fue pintado hace cuatro siglos no solo por
proceso pictórico que afecta al lateral izquierdo de la esce- los sucesivos cambios realizados en su formato (primero
na; donde hoy en día se sitúa el bufete, se había diseñado y recortado y después ampliado ), sino también por las modi-
pintado una columna con fuste de mármol y una gran base ficaciones hechas en la pintura con el fin de adaptar la com-
rectangular [fig. 441. posición a sus nuevas dimensiones. En algún momento se
Esta primera composición, en la que Catalina Micaela reforzó el vestido oscuro y se suavizó su iluminación, así
apoya su mano derecha sobre una columna, es idéntica a la como probablemente se amplió en el lateral derecho alar-
del retrato de cuerpo entero de su madre Isabel de Valois gando la manga por encima del añadido. Todas estas modi-
[ca t. 24]. La similitud en el diseño de ambas obras establece ficaciones tienen su reflejo en el estud io de las muestras de
una relación directa entre ellas y permite formular la hipó- pintura que presentan una gran complejidad, con múltiples
tesis de que compartieran un mismo formato. Teniendo en capas superpuestas que corresponden a las distintas fases
cuenta que los cuatro bordes de la pintura han sido recor- por las que ha pasado el retrato desde que fue pintado.
tados, la posibilidad de que se tratara de un retrato de cuer- Por ejemplo, bajo el tono anaranjado del bufete, aparece
po entero es plausible. una capa de color gris claro compuesta por albayalde y negro

83
es una modificación reciente y que probablemente no trascu-
rrió un largo período de tiempo entre una y otra versión. Por
encima de estos tonos grises se extiende otra capa más, esta sí
separada por una capa de barniz y proba blemente relaciona-
da con el momento en que se realiza ron los añadidos.
Por el contrario, las carnaciones de la figura, aunque tam-
bién trabajadas en varias capas, parecen haber sido menos
intervenidas. Su composición revela una mezcla de a lbayalde,
bermellón y pigmento laca rojo, añadiéndose además algo de
pigmento negro de carbón, negro de manganeso y tierras en
las capas finales cuando corresponden a zonas de sombra.

FIG. 45 Sección transversal de una micromucstra de pintura Conclusiones


procedente del bufete rojizo, en el borde izquierdo del retraro de la
infanta Catalina Micaela [fig. 43]. En ella se observan las dos capas
El análisis técnico de estas ocho obras ha proporcionado una
de imprimación, la inferior anaranjada y la superior grisácea, y por
encima de esra última, un trazo de dibujo. A continuación, aparece valiosa información orientada al mejor conocimiento de las
una capa gris correspondiente ~1 la columna oculta por el bufete que se mismas, en referencia al momento y lugar en que fueron pin-
cubre por otra de tono rojizo, correspondiente a este último elemento.
tadas, así como a su historia material. Sin embargo, no hay
que olvidar, como se sei1ala en la introducción de este capítu-
lo, qu e la figura de Sofonisba Anguissola ha sido poco estu-
de humo que corresponde a la columna de mármol [fig. 45]. diada desde el punto de vista técnico, de modo que no existen
También la muestra del vestido aparece constituida por cinco referencias con las que comparar los resultados obtenidos.
capas superpuestas de tono gris oscuro, la inferior con albayal- Por esta razón, uno de los objetivos de este estudio ha sido
de y negro carbón, mientras que en las superiores se añade establecer un punto de partida sobre el que los distintos es-
también el pigmento negro de huesos, de tonalidad más cálida, pecialistas puedan construir un perfil propio para la pintora,
mezclado en mayor o menor proporción también con tierras basado en el análisis de un grupo más amplio de obras.
rojizas. En todas las capas se detecta la presencia de un pigmen- Una de las aproximaciones que han resultado más útiles
to de cobre, probablemente cardenillo, añadido para acelerar a la hora de a bordar el estudio técnico de una pintura es el
el secado de las capas oscuras. Es difícil determinar qué par- aná lisis de los material es que la componen, tanto del sopor-
te de esta estructura es original, excepto en el caso de la última te como de las capas de pintura y de la preparación. Este
de las capas, que está separada de las demás por una capa de último elemento, no visible desde el exterior, pero crucial en
barniz y que contiene pigmentos modernos, lo que hace pensar el momento de la creación de la pintura, resulta de gran
29
que se ha aplicado en épocas relativamente recientes • interés por la información que aporta referente al momento
También el fondo oscuro está constituido por varias capas y lugar en que una pintura fue concebida.
superpuestas de ronos semejantes, de modo que sobre el o ri- En el conjunto de obras estudiado se distinguen con clari-
ginal, ligeramente más claro y de tonalidad más fría, se extien- dad dos grupos: aquellas con capas de preparaciones muy os-
de otra capa más fina y más parda que es la misma que apa- curas, prácticamente negras, y otras en gue se han usado capas
rece ocultando la columna en la zona izquierda de la escena; grises mucho más luminosas. El color de la capa de base sobre
como es lógico, la ocultación de este elemento obligó a repin- la que se va a pintar es decisivo para el proceso pictórico y va
tar el fondo completo. Entre ambas capas no se distinguen a condicionar el modo en q uc el artista a borda la construcción
capas de barniz, ni tampoco se localizan en las muestras de la de la escena, además de participar de la entonación general de
zona del bufete y el borde izquierdo, lo que indicaría que no la misma. Sin embargo, mientras que las mezclas de pigmentos

84
en las capas de pintura y la forma de aplicarlas son decisiones anteriores, especialmente en el ámbito veneciano 11. No existe
personales para conseguir efectos distintos o matices, el color ninguna referencia publicada del uso de este tipo de prepara-
de la imprimación con frecuencia va más ligado al lugar de ción en C remona en el siglo XVl, de modo que, por el momen-
realización de la obra que a una decisión consciente. Salvo al- tO, debe considerarse una excepción en este grupo.
gunas excepciones, la mayoría de los artistas que trabajan en Un último aspecto sobre la elección del color de base por
un mismo momento y luga r muestran una gran seme janza parte de Sofonisba Anguissola es la incógnita de cuál sería su
en la elección de sus capas internas. opción a su vuelta a Ita lia . Poco se sabe de su producción
La utilización de capas oscuras compuestas por tierras y pictórica en los años que tra nscurren desde su regreso hasta
pigmentos negros ha sido descrita en diversas escuelas su muerte en 1625, y menos aún de los materiales que empleó
30
italianas del siglo xvr • Por ejemplo, pintores como Gio- para sus pinturas. Está cuestión permanece a bierta de momen-
vanni Battista Moroni (h. 1525-1578 ) o Moretto da Brescia to, a la espera de un estudio en profundidad de las obras de la
(h. 1498-1554) utilizan, al menos en algunas de sus obras, pintora que abarque también este último y la rgo período.
bases oscuras para pintar, aunque con composiciones lige- En cuanto a los tejidos que observamos en las pinturas
ra mente distintas a las aq uí descritas en las realiza das por de Sofonisba, son similares a los que empleaban los artistas de
Lucia y Sofonisba Anguissola en C remona. su entorno, de manera que la pintora debió recurrir a lo que su
Sin embargo, a pesar de esta preferencia inicial por las círculo cercano le ofrecía. De forma general utilizó lienzos con
bases oscuras utilizadas en su región de origen, a su llegada ligamento de tafetán y excepcionalmente con ligamento de
a Madrid Sofonisba adopta la costumbre de los pintores de sarga. En cuanto a los primeros, hizo uso de ellos tanto en
la corte española de pintar sobre bases de color gris claro. España como en Italia, sin que pueda establecerse por el mo-
De este modo, en las obras a tribuid as a su mano en este mento ningún rasgo diferenciador entre los dos países.
catálogo y pintadas en Madrid (los retratos de Felipe II, Ana Por el contrario, en lo referente a los soportes con liga-
de Austria e Isabel de Valois [cat. 28,29 y 24j), la imprima- mento de sarga, en a lgunos cuadros realizados en Itali a la
ción es una capa compuesta por un a mezcla de a lbayalde, pintora elegió terliz, un te jido del todo inusual en España y
negro y minio, muy simila r a la utilizada en el resto de obras cuyo diseño de líneas diagonales es fácilmente reconocible.
madrileñas del conj unto (retratos de Isabel Cla ra Eugenia y El terliz fue ampliamente empleado en Ita lia durante el si-
Catalina Micaela [ca t. 30 y 3 1]). Por el momento, esta mez- glo XV I y por ello es razo nable que Sofonisba hiciera uso de
cla, que se traduce en una tonalidad gris ligeramente rosada , él en las pinturas que realizó allí, tanto a ntes como después
resulta caracter ística de la pintura española de esta época y de su estancia en España. En el grupo de obras estudiadas
su uso no se ha descrito en ninguna otra escuela eu ropea. se ha o bservado en el Retrato de familia rea lizado en Cre-
En el Laboratorio de Aná lisis d el Museo del Prado se ha mo na lcat. 13]. Además del terliz, en Ita lia se emplearon
identificado este tipo de imprimación en varios ejemplos otros tejidos con ligamento de sarga doble (espiguilla o es-
más de obras realizadas en la corte por Sánchez Coel lo y su pina de pez) y derivados de sa rga (ma ntel ), cuyo uso hasta
círculo 31, pero también en pinturas de otros autores activos el momento no se ha descrito en la obra de Sofonisba.
en España en la segunda mitad del siglo XV I como Luis de Más allá del tipo de tejido, hay otros aspectos a conside-
12
Morales (15 1 0/1 1-1586) o Bias de Prado (h. 1545-1599) • ra r relativos a los procedimientos observados en los sopor-
A este planteamiento de preparaciones oscuras en obras tes de Sofonisba y que relaciona n directamente sus obras
realizadas en Ita lia y cla ras en Madrid h ay que añadir una pintadas en España con el tall er de Sánchez Coell o. Se ha
sola excepción dentro del grupo estudiado: Giovanni Battis- comprobado que a lgunos lienzos de los retratos estudiados
ta Casselli, poeta de Cremona [cat. 19]. En este caso se ha en este proyecto, obra de Sofonisba o del taller de Sánchez
utilizado una capa de base de tono m uy claro compuesta por Coello, no fueron preparados so bre un bastidor propio con
albayalde ligeramente entonado con tierra roja sobre un apa- las medidas definitivas, sino que proceden de fragmentos
rejo de yeso. Este tipo de preparación doble se ha utilizado recortados de grandes piezas de tela que habían sido tensa-
ocasionalmente en Ita lia, a unque es más frecuente en épocas das y preparadas en bastidores de gran formato. Es posible

85
que estas telas estuvieran destinadas en el taller para alguna obras y ta mbi én establecer otras n uevas que se plantean por
obra de grandes dimensiones, quizá de carácter religioso, primera vez. Entre las primeras cabe destacar la constatación
que requería mayores tamaños que los retratas d e corte. Al definitiva de la cr eación simultánea de los retratos de Felipe II
no ejecutarse el encargo o ante la premura de la solicitud de y Ana de Austria, que comparten tela p roceden te de l mismo
o tro tra bajo, serían despiezadas y reutilizadas. También paño de lienzo, así como capas intern as de preparación idén-
cabe la posibilidad de que fuera una práctica habitual d el ticas. De este modo, las modificaciones apreciadas en la figu-
taller d el pintor, que podría tensar y preparar grandes telas ra del rey no pueden a tribuirse a una mo d ern izació n de su
para agilizar los tiempos de secado mientras se fabricaban imagen, sino a un cambio de criterio acaecido durante el pro-
los bastidores con las medidas definitivas. Este procedimien- ceso mismo de creación de las p inturas.
to sería especialmente conveniente en encargos múltiples de Resulta interesante también el vínculo existente entre los
réplicas y copias de mediano y pequeño tamaiio, al dar ma- retratos de Catalina Micaela [fig. 43) y su ma dre Isabel de
yor autonomía al taller a la hora de planificar formatos y Valois lcat. 241, q ue en la ver sió n inicial eran m ás simila res
pintar los cuadros. En cualquier caso, estos soportes carecen d e lo que en la actualidad se o bserva. Los elementos comu-
de marcas de bastidores o deformaciones de tens ión que nes entre ambos hacen plantearse que el de la infama se
indiquen las dimensiones originales de la escena. hubiera realizado a imagen y semejanza del que la pintor a
No se tienen noticias de que la pintora durante su estan- cremonesa hizo de su madre, aunque nada justifica que ella
cia en la co rte como dama de compañía de Isabel de Valois fuera la autora 14 •
dispusiera de ayudantes o d el espacio necesa rio en el Alcá- También se ha podido poner de manifiesto una relac ión
zar para su propio obrador. Este hecho conecta con los re- entre el retrato de Isabel Clara Eugenia [fig. 39] con el de su
sultados del es tudio d e este grupo de obras, de los que se sobrino Felipe Manuel de Saboya a los cinco años [fig. 4 1), de
desprende que Sofonisba pudo recurrir al taller de Sánchez Jan Kraeck. Los análisis técnicos indican que se trata de dos
Coello para que le suministrara las telas con la capa de obras realizadas en lugares distintos (Turín y Madrid), pero,
preparación ya extendida y seca sobre la que ella podría sin embargo, m uestran elementos com unes, concretamente en
pintar directamente, y explicaría también la utilización de el cortinaje del fondo. Esto permite plantear la hipótesis de que
preparaciones grises en España a diferencia d e las bases os- ambos retratos h ub ieran formado parte de una misma galería
curas empleadas en su ciudad natal. en el Alcázar de M adrid, añadiéndose a la imagen de la infan-
Por último, el estudio técnico de este grupo de obras ha ta un decorado similar con el objetivo de conseguir una uni-
permitido confirmar relaciones ya conocidas entre algunas formidad estética con respecto al resto de personajes35 •

1 El estudio técnico a través de imagen se ha 2 Garrido 1990. S Aunque con composición algo d istinta, se
basado principalmente en la observación de la 3 El estudio de los lienzos se ha hecho mediante el tra ta de una estructura en doble capa muy
radiografía, la rdlectografía infrarroja y ma- software Aracne, que ha permitido el conteo de similar a la preparación del retrato de Píetro
crofotografías de superficie. En cuanto a los hilos de rodo el soporte y su estudio detallado. Manna, médico de Cremona de su hermana
materiales de la pintura y sus soportes, se han Se ha elegido el valor de la moda (el que aparece Lucia [car. 17].
analizado mediante micromuesrras de pinrura con mayor frecuencia) para expresar los resul- 6 El estudio del tejido indica una muda en el
estudiadas por microscopia óptica y electró- tados estadísticos del conteo de la totalidad del conteo de hilos de 15,5 verticales y 10,7 ho-
nica con análisis por dispersión de energías lienzo, que en el caso de este soporte es de rizontales.
de ra yos X, así como cromatografía de gases- 17,09 hilos verticales y 9,54 horizontales. 7 Es probable que las numerosas roturas que
espectroscopia de masas. Como técnica de 4 Esta escena inacaba da fue retocada en el si- presenta este lienzo se encuentren relaciona-
análisis complementaria a las anreriores, para glo XIX con la intención de terminarla , si bien das con el desalojo del Real Alcázar de Ma-
la identificación de pigmentos se ha utilizado en los años ochenta del siglo xx se eli minaron drid, en cuyas salas se encon traba cuando
también la fluorescencia de rayos X. la mayoría de estos añadidos posteriores. comenzó el incendió de 1734.

86
8 El uso de imprimaciones oscuras, casi negras, do se decidió reflejar en el mismo la instaura- traro. Los paños añadidos son irregulares y
ha sido descrito en la pintura del norte de ción de esta festividad. tienen un ancho que oscila entre 5 y 7,5 cm.
Italia duranre el siglo XVI con múltiples va - 18 La identificación de pigmentos en los labios 28 Este sistema de doble imprimación y la mez-
rianres, así como el uso de carbón mineral y otras zonas centrales se ha rea lizado me- da de pigmentos en la capa inferior resulta
como pigmento negro, ramo en preparacio- dianre fluorescencia de rayos X tanto en esta excepcional en la totalidad de las obras esru-
nes como capas de pinrura (Spring, Grour y corno en las demás pinruras. diadas en el Laboratorio de Análisis hasta el
White 2003). En este caso, el pigmenro apa- 19 El conteo de hilos realizado con Aracne arroja momento. Las razones de su uso en esta oca-
rece solo en la imprimación, mientras que en un valor estadístico para la moda de 11,13 hi- sión no están claras, pero teniendo en cuenta
la pintura se ha utilizado negro de carbón los verticales de urdimbre y 12, 71 tramas que la capa infer ior no si rve de base para
vegetal y de huesos. horizontales en ambos patios. pintar, cabe pensar que se trate de un primer
9 «l.VC IA ANGVISOI.A A.',111.CAHIS /FILIA· ADO- 20 Maria Kusche (2003, pp. 267-68) considera intento de imprimaci ón que no resultó del
LESCENS · F». posible que Sofonisba fue ra la aurora de este agrado del pinror por ser demasiado clara o
1O Estas líneas de situación se pueden observar rerraro, que pudo haber realizado en Génova cálida, de modo que fue, simpl emente, rapa-
en el Retrato de familia [car. 13], concr~ra- al paso de la infanra recién casada por esta da por una segunda capa , má;, grisácea.
menre en el diseño de la vestimenta carmesí ciudad camino de Bruselas. 29 Contiene liropón y azul cobalto, lo que per-
de Asdrubale, el hermano pequeño. 21 En los fragmentos del A al D, el va lor de la miriría datar la intervención desde finales del
11 En la actualidad, el retrato se encuenrra a m- moda para el conreo de los hilos de urdimbre siglo XIX en adelante, probablemente en el
pliado unos 2 centímetros en cada borde, pero es aproximadamente de 16,3, mientras que momento de la colocación de los atl.adidos.
en la última restauración, previa a la incorpo- el recorre E presenta valores de 13,9 h ilos 30 Dunkerron y Spring 1998.
ración de la obra a la colección del Museo, las verticales y 11,5 horizonrales. 31 Po r ejemplo, en jnuen desconocida [ca t. 34 ],
dimensiones eran mayores por la existencia de 22 La mezcla de pigmentos usada es ligeramen- en La infama !sabe/ Clara Eugenia y Magda-
varios añadidos que fueron retirados. re distinta, lo que implica ría que no se han lena Ruiz (P00086 1) o en Los desposorios
12 En ambos casos son lienzos de linu. El conteo realizado al mismo tiempo, aunque la pecu- místicos de santa Catalina [fig. 6]. También
de hilos del tejido original de Giovanni Battis- liaridad de esta superposición indica que se orros a u rores han idenrificado esta misma im-
ta Caselli tiene una moda 12, l3 verticales y trata de un mismo pinror. primación en obras de Sánchez Coello pene-
17,65 horizonrales, mientras que Pietro Man- 23 Jan Kracck visita la corte madrileña en 1591, necienres a orras instituciones. Véase Fúsrer
11a presenta 15,5 hilos verticales y 1O, 7 ho- probablemente acompai1ando un conjunto Sabarer 2002; Gómez González, Pancella y
rizontales. A esto se une que la distribución de de pinturas de " Los retratos de mis ni eros Barr 1992, p. 135.
los lülos a lo largo de los ejes del soporte es y de su madre•, según palabras de Fe lipe 11. 32 Véase Jo ver et al. 2015; Gayo y Jo ver 20 LO,
también diferente. F. Bouza Álvarezen Madrid 1998-99, pp. 415- pp. 42-43. El propio F rancisco Pa checo
13 En una muestra se confirma la superposición 16,n.0 105. ( 15 64-1644) en su tratado F./ arte de la pi11-
de varias capas de carnación con bermellón, 24 La preparación del retrato de la infanta es tura, ya publicado en el siglo XVII, nombra
albayalde y laca roja en esta zona, sobre una coincidente con otros ejemplos españoles con- esta imprimación entre las utilizadas por los
capa de base pardo-rojiza oscura con la mis- temporáneos, algunos incluidos en este estu- pintores españoles, aunque en este momento
ma composición, pero distinta proporción de dio, mientras que la s capas internas del de su uso resulta desde luego mucho menos fre-
pigmentos. Felipe Manuel de Saboya tienen una compo- cuente. Pacheco [1649] 1990, p. 481.
14 Kusche 2003, pp. 231-33; Garrido 1990, sición completamente distinta: yeso mezclado 33 Por ejemplo, se han descrito preparaciones si-
p. 226. con arcillas incoloras y un poco de a lbayalde. milares en obras tempranas de Ttziano (h. 1488-
15 En los casos en que se distinguen, se prefiere 25 En una sala del Alcázar existía una galería 1576), aunque con preferencia por los ronos
utilizar el valor de los hilos de urdimbre, de- que exhibía retratos de los duques de Sabaya grises, mezcla de all)3)'alde y pigmentos negros.
bido a su menor variabilidad frenre a lastra- y sus hijos, junro a algunos retratos reales Dunkerron y Spring 2013, pp. 1 1-17.
mas en los tejidos de fabricación manual. más (Checa 1994, p . 14 7). Es posible por 34 Como se ha dicho, Kusche ha sugerido que
16 Tanto en e l lateral izquierdo de Felipe 11 ranro que no solo el retrato de Felipe Manuel Sofonisba podía haber rerrarado a la infama
como en e l borde inferior de La reina Ana de formara parte de esra galería, sino también el en Italia, pero, sin embargo, la información
Austria se conserva parte de la tela prepara- de su ría Isabel. técnica relaciona esre retrato con las prácri-
da, pero sin pintar, que dobla sobre el basti- 26 Kusche (2003, pp. 246-50) ha sugerido que cas arrísricas españolas y no con las italianas.
dor, lo que permite confirmar que se manrie- Sofonisba podría haber retratado a la infan- 35 En esta galería se incluían principalmenre
nen los límites originales de la escena ra cuando esta se trasladó a Ita lia con motivo retratos de lo> duques de Sabaya y sus hijos,
pintada. Véase Garrido 1990, p. 228. de su matrimonio. enviados a España en 1591. Esta hipótesis
17 Es posible que se trate de una decisión del 27 El soporte original está formado por un solo exclu iría la participación de Sofonisba en la
propio Felipe II, ya que en el año l573, mo- patiO de lino con Jigamcnro de tafetán y una realización del retrato, puesto que había
mento de rea lización de estos retratos, es densidad de hilos verticales de 14,3 y de 9,9 hilos abandonado la corre muchos años atrás, y
cuando se establece la festividad de la Virgen horizontales. Al igual que en los soportes de perm ite también fechar la pinrura en la déca-
del Rosario, a cuyo rezo se atribuyó la victo- La rei11a A 11a de Austria y Felipe JJ, sorprende da de los ochenta o principios de los noventa,
ria de la batalla de Lepanro en 157 1 !véase la deformación vertical del tejido, fruto de la unos a ii.os antes de lo que se venía conside-
cat. 28]. Quizá la serie de retratos ya estaba manipulación para colocar la pieza de lienzo rancio hasta ahora, lo que resulta más cohe-
empezada, incluso terminado el del rey, cuan- preparado en el bastidor donde se pima el re- renre con el aspecto físico de la retratada.

87
La creación del mito

Hacia 1546, Sofonisba Anguissola, que contaba unos once años, inició
su educación arrística con Bernardino Campi (1522-1591 ), importan-
te pintor lombardo especializado en obras murales y reconocido re-
tratista. Lo hizo acompañada de su hermana Elena, y ambas debieron
practicar con él el dibujo del natural, los fundamentos de la técnica
pictórica y, para la real ización de pinturas religiosas, la copia de es-
tampas y obras de otros pintores. Cuando en 1549 Campi abandonó
Cremona, la destreza de Sofonisba debía ser ya destacada, porque
continuó su formación junro a otro notable pintor, Bernardino Garri,
il Soiaro (h. 1495-1576), y en 1550 era ya celebrada como una de las
más importantes artistas de su tiempo, «Ínter egregios pictores nostri
temporis », según palabras del erudito Marco Girolamo Vida.
Por lo que sabemos de su pintura en ese período, sobresalió sobre
todo como retratista, un género en el que experimentó repetidamente
a partir de su propio rostro y el de los miembros de su familia. Pintar-
se a sí misma y a sus allegados le brindaba la posibilidad de trabajar
en el ámbito doméstico, completando después sus retratos en los ta-
lleres de sus maestros, quienes rectificarían los dibujos previos y su
resolución pictórica. Con la libertad y confianza que otorgaba el es-
pacio famil iar, Sofon isba fue ejerci tándose en la correcta p lasmación
de la fisonomía de cada efigiado y, sobre todo, en la caracterización de
sus perfiles psicológicos.
En sus nume rosos autorretratos (ninguna mujer hasta la fecha
había producido tamos) reflejaba el ideal femenino de la época a la
vez que dejaba constancia de su exquisita formación. Esas imágenes
de busto o de media figura, realizadas en pequeño tamaño y soportes
diversos (tabla, cobre, tela o naipe) sirvieron para difundir su efigie y
sus capacidades artísticas.
Gracias al despliegue promociona! de su padre, Amilcare Anguis-
sola, sus autorretratos se convirtieron en su carta de presentación y
en raras piezas de coleccionista; forjaron su temprana fama como
dama pintora y crearon un mito que quisieron emular más tarde otras
mujeres a las que su ejemplo les facilitó la práctica artística.
Así lo prueba la imagen que Lavinia Fontana pintó de sí misma
en 1577, cuando se iniciaba como pintora. Su Autorretrato tocando la
espineta [ca t. 8] retoma el de Sofonisba [cat. 4], quien a su vez ha-
bía recurrido a un modelo de la flamenca Caterina van Hemessen
(1528-depués de 1587) de 1548 [car.l] para subrayar su condición de
dama culta y pintora. Lavinia, más tarde, en su autorretrato de 1579
[cat. 9], prefirió ya introducirse en un entorno humanista semejante al
de los retratos masculinos del ámbito boloñés.

89
Ca terina van Hemessen (Ambercs, 1528-después de 1587)

Autorretrato ante el caballete


1548
Óleo sobre tabla dr roble, 32,2 x 25,2 cm
InscripciÓn: «EGO CA TERINA DE 1 HEMESSEN ME ll'lNXl 1548 1 ETATIS 1 SVIF. I 20 »
(en la zona superior izquierda)
Basilea, Kunsnnuscum Basd, Schcnkung der Pro f. J.j. Bachofen-Burckhardr-Stiftung 2015, inv. 1361

Bibliografía seleccionada : Somoff 1907; Los Ángeles, Ausrin, l'irtsburgh y Nueva York
1976-77, p. 1 05; De Clippel 2004, pp. 77-81; DroL-Emmen 2004, pp. 49-.57; Kcmpcrdick
2006, pp. 96-99, n." 1.5

C aterina van Hemessen fue la primera pin- a los pequeños formatos, a la fijación deta- gría. Caterina figuraba en 1555 en una lista
tora del Renacimiento que se aurorretrató de llada de los rasgos y los pormenores, siguien- de damas de corre en la que se in d ica que
forma explicita. Lo hizo seis aiios antes que do los usos paternos y de la pintura flamen- tenía, entre otras funciones, la formación ar-
Sofonisba Anguissola y treinta que Lavinia ca, y en especial las fórmulas de Antonio tística del resro de las damas. Ese mismo año,
Fontana. Era hija del pintor jan Sanders van Moro (h. 1516-1576), retratista que influyó el matrimonio se rrasladó a España acompa-
Hemessen (h. 1500-h. 1566) y de Barbara de decisivamente en ese ámbito. La pintora lle- ñando a la hermana de Carlos V, lo q ue per-
Fevre, perteneciente a una familia de Aoren- va la figura a primer término, invadiendo mitió a Ca terina participar en un encargo de
cienres comerciantes amberinos. El matri- casi el espacio exterior_ El rostro como ele- su padre, Jan Sanders van Hemessen: el Re-
monio tuvo cinco hijos; los tres varones, al mento primordial de la obra se ilumina evi- tablo de Tendilla para el monasterio de Sama
igual que Ca terina, se formaron como pin- tando las sombras, al tiempo que queda real- Ana, en Guadalajara (conservado en el Cin-
tores en el taller paterno. Otra hija, Chrisri- zado por el fondo oscuro y neutro. cinnati Art Museum). En 1558, después de
na, se dedicó a la música, y así parece repre- De este retrato conocemos dos ejempla- morir doña María, la pintora regresó junro a
sentarla Carerina en la tabla Mujer joven res más: el de la Colección Michaelis (Ciu- su esposo a Ambercs, donde moriría sin des-
tañendo el virginal [fig. 16]. La fecha de rea- dad del Cabo) y el del Museo del Hermitage, cendencia.
lización, las medidas, el tipo de soporte, el recientemente considerado copia por Karo- Muchos son los paralelismos de la vida
modo compositivo, la indumentaria de am- lien De Clippel. La existencia de tres versio- y la carrera de Caterina van Hemessen con
bas y la disposición complementaria de sus nes del retrato de Caterina es prueba de la Sofonisba Anguissola, aunque sus orígenes
figuras (Chrisrina dirigiéndose a la derecha y fama alcanzada por la artista; un reconoci- familiares la vincu lan con el modelo de La-
Ca terina a la izquierda del espectador) sugie- miento que fue paralelo a las elogiosas rese- vinia y rodas las artistas que se formaron en
ren la estrecha relación de estos dos retratos, ñas que de su figura hicieron Lodovico Guic- el taller paterno. La artista flamenca inició
un pendant que se anticipa a dos modelos de ciardini en su Descrittione di tutti i Paesi con su autorretrato un modo elemental pero
«representación/ presentación» femenina Bassi ( 1567), Giorgio Vasari un año después muy efecti vo de presentarse en sociedad, lo
que consolidaría poco después Sofonisba en su segunda edición de las Vidas o, ya que probablemente le ayudó a alcanzar su
Anguissola en sus diversos autorretratos. en 1643, Johan van Beverwijck en su elogio posición en la corre de María de Hungría.
Ca terina se muestra como una joven dis- al género femenino (Van de wtnementheyt Dada la existencia de al m enos tres versiones
creta y tímida, vestida como una burguesa des vrouwelicken geslachts). de este Autorretrato y las relaciones de Cre-
de la floreciente ciudad de Amberes: un ves- En los años posteriores a este aurorrerra- mona con los Países Bajos, cabe pensar en
tido negro con cuerpo de terciopelo y saya to, la pintora realizó una producción reduci- que Sofonisba pudiera haber tenido oportu-
de raso negra, y mangas también en tercio- da; alguna obra religiosa y una decena de nidad de ver alguno de esos ejemplares.
pelo de color berenjena; una roca de hilo retratos donde mantiene fórmulas parecidas: Lericia Ruiz Gómez
blanco cubre la cabeza. La mirada se dirige damas de apariencia tímida y Lma personal
al espectador o a la modelo que está siendo disposición de las manos que trasm ite inco-
retratada, tal vez su hermana, según indica- modidad o nerviosismo. Tan escaso catálogo
ría la posición que ocupa la cabeza iniciada se justifica por su matrimonio en 1554 con el
sobre la tabla aparejada en blanco. La pale- músico Chrétien de Morien, organista de la
ta, el tiento y los finos pinceles que sujeta catedral de Amberes. Poco después, ambos
Ca terina ponen de manifiesto su dedicación pasaron a servir en la corte de María de Hun-

90
16
2 Sofonisba Anguissola (Cr~mona, h. 1535-Palermo, 1625 ) Boccaccio fvéase ca t. 3). El encuadre es el
más habitual en sus autOrretratos .. o se
Autorretrato
hace mención del espejo, pero el aspecto
1554
algo abombado del rostro, la prominencia
Óleo sobre mbla, 19,5 x 14,5 cm
de ojos y nariz, alientan la suposición de que
Inscripción: «Sophonisb,t/ An¡;us;.ola 1 virgo 1 ;,cipsam 1 fecit /1554 • (en el libro)
Viena, Kun;,thisrorisches Museum Wien, Gcmill<.lcgalcne, inv. GG285
la obra pudo hacerse con ayuda de un espe-
jo convexo". La composición, en su sencillez,
Bibliografía •elecc10nada : R. Sacchi en Crcmona 1994, p. 188, n." 2; Kin¡; J995; Chrism<.lkr deriva ele los modelos nórdicos im porta-
2000, pp. 198-204; S. Biancani en Washington 2007, p. 11 0, n." 8; Schastián 2015, pp. 525-26 dos por el Renacimiento italiano: un mode-
lo, en pose de tres cuartos, mostrado tan
solo en busto y tal vez con una mano que
pueda a iiadir algún atributo identificativo7 •
Nos encontramos ante la primera obra de ( 1475- 1564) fue destinatario de cartas de Con toda su simplicidad, no obstante, la
Sofonisba Anguissola que cuenta con firma Amilcare con dibujos de Anguissola; y el pieza concentra su impacto en el rostro)
y datación claras. La pieza está en buen es- papa ju)io TTJ tUVO en S U colección persona) la intensa mirada. Mina Gregori señaló el
tado de conservación, aunque es posible que un autorretrato de ella 1• La rareza o maravi- origen de este rasgo en Parmigianino ( 1503-
alguna antigua limpieza restara contraste y lla que constituían sus obras llevó a Anni- 1540)w, y la propia tradición realista lom-
matiz a parte del rostro. El fondo tuvo un bale Caro a llamarlas «cose da Prencipi», barda no carece de otros ejemplos similares.
repinte gris hasta 1941 1 , cuya eliminación cosas propias de príncipes, como escribiría Flavio Caroli profundizó en esa tradición
sacó a la lut: el verde primigenio, caracterís- en 15594 • de análisis fisiognómico, haciéndola derivar de
tico de los retratos juveniles de Anguissola. En medio de esta carrera por darse a co- Leonardo da Vinci (1452-15 19) y su interés
Se ha venido aceptando generalmente la nocer, junto con los referentes lite rarios y por los estados de ánimo, que prolonga has-
procedencia reconstruida por Adolfo Venru- artísticos, tampoco puede obviarse una ven- ta composiciones tempranas de Caravaggio
ri en 1885, basada en la carta de Amilcare taja que el género del autorretrato ofrecía a ( 157 1-1 6 10)9 . Revela una desacomplejada
Anguissola a Ercole II d'Este, duque de Fe- Sofonisba. Desde el punto de vista práctico, consciencia de sí misma, en todo caso, y nos
rrara, el 17 de marzo de 1556. En ella le dice ella era su modelo más fácilmente disponi- transmite cómo Anguissola supo plasmar
que le envía un autorretrato de Sofonisba, ble. Además, despejaba cualquier duda so- tempranamente una muy meditada identi-
para regalarlo a Lu crez.ia , hija del duque. bre la honestidad de la artista, eliminando dad artística y personal.
Décadas después, en 1603-4 la obra habría suspicacias que podría provocar al realizar J o rge ~e b a;r lá n Lo zano
formado parte de un amplio regalo de pin- retratos a modelos varones.
turas del cardenal d'Este al emperador Ro- En esta obra lleva el atuendo predomi-
dolfo 11, momento desde el cual la pieza ha- nante en sus autOrretratos, que transmite 1 Información Jma blemenre prop o rciOnada por la
Ora. lrance.ca Del Torre. conservadora del Kun,t-
bría permanecido en las antiguas colecciones una imagen muy medida de la artista: mo-
lliStorisches Museum.
imperiales austríacas. No se puede demos- desta, seria y bella. De hecho, hay un claro 2 R. Saccht en Cremona 1994, p. 188, n." 2.
trar que el retrato citado por Amilcare sea esfuerzo por transmitir una identidad ine- l Cregori 1994, pp. 12- 14.
4 Ca rta de Annibalc Caro a Amilcare Angut'>nb, 14
este, y la obra no está documentada en Viena quívoca, la de joven virtuosa, cu lta . El li-
de julio de 1559, en Sacchi 19941>, p. 365.
desde el principio. Con todo, se acepta como brito en sus manos tiene el tamaño y aspecto 5 G. Bora en CremonJ 1994, p. 278, n." 40. El Castello
la hipótesis más plausible2 . de un petrarchino, un pequeiio volumen de ~forw,co de Milán custodia un autorretratO d e Lu-
cia, también leyendo: A. Gilardi en Cremo na L994,
Sea como fuere, es testimonio del esfuer- poemas habitual en retratos renacentistas, p. 282, n." 42.
zo de promoción lleva do a cabo por padre e aunque tampoco puede descartarse un de- 6 Dmddlc 2006, p. 76 .
hija durante la década de 1550, y que tem- vocionario a la manera de l poco anterior 7 C hrismdler 2000, p. 198.
XGrcgon 1994. p. 19.
pranamente convirtió a Sofonisba en un a retra to de una novicia, probablemente su 9 C<Jrolt 1994.
celebridad. Ya a principios de la década, un hermana Elena !ca t. 10]. Sofonisba ta mbién
sirviente cremonés del duque Ercole tenía retrató a su hermana Lucia leyendo;.
dos obras suyas. Otro cremonés a visó a Esta pieza y la hoy conservada en Boston
Amilcare del interés de la hija del duque por comparten una neta afirmación de la capa-
poseer un amorretrato suyo hecho con espe- cidad pictórica de la aurora y modelo. Al
jo. Tenemos noticias de que también se en- citarse la virginidad-soltería y la propia auto-
viaron cartas y obras o autorretratos a la ría de Anguissola, persiste la referencia autole-
corte mantuana, a Venecia, Piacenza y Par- gitimadora a la genealogía artística femeni-
ma. En Roma, el mismísimo Miguel Ángel na (laia-Marcia) transmitida por Plin io y

92
(6
94
3 Sofonisba Angu isso la (Cremona, h. 1535-Palermo, 1625 ) gable que todas las letras del nombre
«Amilcare >> están incluidas en el monogra-
Autorretrato en miniatura
ma como mayúscu las antiguas, aunque se
h. 1556
puede especu lar con la presencia de algunas
Óleo sobre pergamino, 83 x 64 mm
o muchas más letras, y hasta lemas enteros.
Inscripción: «SOPHONISBA ANGVSSOLA V!R]GOI IPSJVS MANV EX IS)PECVLO OEPICTAM
CREMONJE>> Resulta más creíble la sola alus ión a su pa-
Bosron, Muscum of Fi ne Arrs, Emma f. \1unrnc fund, n." 60.155 dre, como sucede en muchas de sus pinturas
juven iles, en cuanto garante implícito de
Bibliografía se leccionada : Schweikharr 1992; Garrard l994;Jacobs 1994; que la juventud y virtudes de Sofonisba es-
R. Sacchi en Cremona 1994, p. 196, n." 6; Cosra 1999
taban atentamente guardadas. Recuérdese
que la campaña de relaciones públicas lle-
vada a cabo por Amilcare a favor de su pri-
mogénita no buscaba únicamente su éxito
Esta pequeña pieza ilustra perfectamente las se como << La doncella Sofonisba Angu issola, como artista, sino también un matrimonio
muchas facetas y algunos interrogantes representada por su propia mano, desde un ventajoso que contribuyese a sacar a la fa-
abiertos que contiene la obra de Sofonisba espejo, en Cremo na») declara su autoría, milia Anguissola de sus permanentes estre-
Anguissola. Su procedencia solo está docu - identidad y lugar de creación, y apunta a la checes económicas.
mentada desde 1801, en Reino Unido, de primera referencia litera ria. En efecto, la in- Un artificio añadido es la propia compo-
donde pasó a su ub icación actual en 1960. dicación de que se ha pintado de su propia sición, ta n infrecuente. Se han ha ll ado pa re-
Materialmente se trata de un pergamino pin- mano y gracias a un espejo coincide plena- cidos formales en representaciones alegóri-
tado al óleo -un <<naipe», en la terminolo- mente con lo que Plinio el Viej o escribió so- cas de la Prudencia sosteniendo ante sí un
gía espa1iola de la época- montado en un bre Iaia, la excelente retratista grecorroma- espejo, pero el gran círculo semeja más bien
marco de mera] que lo convierte en un col- na a la que citó en su reducido grupo de un escudo o clípeo. Cualquiera de las posi-
gante. Esto indicaría un uso personal, como mujeres pinroras 3 • Trece siglos más tarde, en bilidades abre varias hipótesis de interpre-
parte de la indumentaria. No obstante, la su De mulieribus claris (hacia 1365), Gio- tación, desde la alusión exp lícita de la ins-
densida d de referencias artísticas y literarias vanni Boccaccio amplificó las pocas alusio- cripc ión al espejo, hasta una paradó jica
que contie ne, así como su apariencia enig- nes de Plinio sobre la pintora, a la que ade- ostentación u ocultación de la artista, de su
mática, invitan a verla como un objeto pen- más renombró como Marcia. La cita se hace cuerpo y su intelecto detrás de la figura pa-
sado para ser mostrado y comentado en todavía más directa al explici tar Angu issola terna, reforzando un sentido genealógico y
privado, para suscitar la curiosidad, el esnJ- su cond ición de «virgo>>, virgin idad que familiar muy presente en toda su obra 6 • Por
dio del mensaje oculto. Marcia habría guardado para mejor dedi- ello, no cabe excluir que la ambigüedad fue-
No está datada ni hay consenso al res- carse a su arte 4 • Estas referencias a pintoras se conscientemente buscada, favoreciendo
pecto. Hacia 1556, Sofonisba debió conocer de la Antigüedad pasaron a autores célebres así el juego inte rpretativo y llamando aún
al mejor iluminador y pintor en miniatura del siglo xv, como Christine de Pizan (en su más la atención sobre la obra, la autora y la
del momento, Giulio Clovio (1498-1578)'. Cité des dames, de 1404-5) o Leone Battista modelo. De hecho, los autorretratos de An-
De hecho, un retrato de Clovio atribuido a Alberti (en su tratado De pictura, 1435-36), guissola se convinieron rápidamente en pie-
Anguissola existe en una colección particu- y eran fáci lmente accesibles par a círculos zas de coleccionista . En testimonios ele la
lar [cat. 16]. Muy probablemente, fue él humanistas como los de C remona, los pri - época -como los de Anniba le Caro o Alfon-
quien le enseñó el arte del retrato en minia- meros en a laba r las bondades de la joven so Chacón- se advierte una fus ión entre la
tura, lo cual descarraría fechas anteriores. Sofonisba, por boca del erudito Marco Gi- admiración por la obra, por la artista y por
En rostro, peinado, indumentaria y fon - rolamo Vida, por ejemplo. la belleza de ambas, formando un discurso
do es muy similar al Autorretrato de la Fon- El monograma que ocupa el centro de l que se hizo recurrenre 7 •
dation Custodia en París, algo mayor en ta- clípeo deriva claramente de las «cifre qua- Jorge Sehasrián Lozano
maño (13,2 cm de diáme tro) . Para Mina drate», el método publicado por Giovanni
Gregori y Angela Ghirardi, ambas obras Battista Pa latino en su Libro nuovo d'impa-
comparten también la hipotética datación rare a scrivere (1540) para juntar todas las
1 R. Sacchi en Crcmona 1994, p. 194, n." 5.
en 15562 • Evidentemente, la gran diferencia letras de una pa labra en una figura legible y 2 Grcgori 1994, p. 23.
está en el clípeo que la artista y modelo sos- armoniosa. Nuevamente, C lovio es aqu í la 3 Plinio, Natura lis historia. libro 35, cap. 40.
4 Schweikharr 1992, pp. 1 17- 18.
tiene en la pieza aquí presentada, cuya exac- conexión directa, pu es conoció a Palatino
5 Costa 1999, pp. S7-S8 .
ta naturaleza todavía suscita algunas dudas. en Roma, cua ndo ambos estaban al servicio 6 Scbasrián 20 1J . pp. 204-6.
Una inscripción latina (que podría traducir- del cardenal Alessandro Farnese;. Es inne- 7 Garrard 1994, pp. 568 y ss.

9S
4 Sofonisba Anguissola (Cremona, h. 153)-Palermo, 1625) la modelo, nos hallamos ante representacio-
nes de un modelo de feminidad cortesana.
Autorretrato tocando la espineta
Según los patrones establecidos por Balda-
h. 1S56-57
sarre Castiglione en el libro IIl de 11 Corte-
Otro sobre lienzo, 56,5 x 48 cm
giano ( 1528 ), la música y la danza eran vir-
. ápoles, ~lu seo e Real Bosco di Capodimonrc, inv. Q 358
rudes que debían adornar a la mujer ideal en
Uibh ografía seleccionada: E. Sambo en Crcmona 1985, p. 174, n." 1.16.1; R. Sacchi en la corre, siemp re que no supusieran amena-
Crcmona 1994, p. 202, n.o 9; Droz-Emmerr 2004, pp. 1O1-12; S. B1ancani en Washington zas a su honesridad. A diferencia de orros
2007, p. 118,n." 12; Sebasrián 2019 (en prensa) insrrumenros, los de teclado fac ilitaban una
actirud decorosa, como connota el propio
nombre de «virginal » dado habitualmente a
los clavecines de la época. En el lienzo de
Perteneció a la colección de Fu lvio Orsini, jfig. 151 yen Goodwood House (seguramen- Capodimonte asoma sobre el tapete, junto a
junto con otras tres obras cé lebres de An- te, una versión bastante posterior). En ellas, la espineta o virginal, lo que parece una llave
guissola: La fJartida de ajedrez [cat. 111, y la modelo aparece también rocando la espi- para afinarlo.
los dibujos Nilio mordido por un cangrejo nera, acompañada por una anciana sirvienta También parece obvio que en estas imá-
que provoca la atención de una joven que mira igualmente al espectador. Dicha genes late una genealogía de la participa-
1fig. 46] y Vieja que estudia el alfabeto y pro- mujer, fácilmente identificable con la criada ción y la representación femeninas en el arre
Foca la risa de una joven lea t. 14 ]. En 1600, a la derecha en La partida de ajedrez de Poz- europeo del siglo XV I. Ca terina van H emes-
a la muene del humanista, su colección de nan, emerge de la semioscuridad del fondo scn y Anguissola iniciaron y difundieron una
pinturas pasó a manos de Odoardo Farnese en forma un tamo enigmárica.Aunque gene- innovadora imagen femenina: acriva, culti-
y después a la colección de la familia 1• La ralmente se supone que la modelo es en to- vada, capaz. La flamenca era plebeya y la
autoría e idenridad estaban claras en la do- dos estos casos la propia Sofonisba, no han cremonesa a ristócrata, pero ambas se mo-
cumentación de archivo desde el principio, faltado intentos de identificarla con su her- vieron en ambientes cortesanos, menos afec-
pero la obra no está firmada ni datada. De mana Lucia, lo cua l les privaría de su condi- tados por las cortapisas gremiales a la acti-
hecho, durante el siglo XIX se creyó de Anru- ción de a utorretratos, por supuestO. Un mo- vidad artísrica femenina . Pudieron abrir un
bale Carracci ( 1560-1609), hasta que Giovan- tivo para esros intentos radica en el parecido camino, dar modelos virales y estéticos a
ni Morelli la reatribuyó a Anguissola en 1890. compositivo y conceptual con una obra de otras mujeres más jóvenes. Su influencia so-
El lienzo sufre un cierto deterioro en la Ca terina van Hemessen ( 1528-después bre Lavinia fontana, Irene di Spilimbergo
parte izquierda, más notorio en la esquina de 1587), ta n evidente como en el caso de la (1540-1559 ), :VIarietta Robusti (h. 1554-
inferior, correspondiente a la mano izquierda obra en tatícur. h. 1590) o -en el ámbito español- Isabel
de la modelo. Tiene un gran parecido compo- Efectivamente, en el Wallraf-Richartz Sánchez Coello (1.564-1612) y sor Estefanía
sitivo y psicológico con el lienzo en l:'.atícut Museum de Co lonia se custodia un retratO de la Encarnación ( 1597-1665) deja clara
[cat. 51, con el que comparte también indumen- firmado por van Hemessen, que no indica la esa genealogía4 • Algunas la invocaron cons-
taria, como le sucede con el de Viena [cat. 2]. identidad de la modelo, aunque con roda cientemente en sus obras --<:o m o muesrra el
Ese gran parecido ha llevado a la literatura probabilidad se trata de su hermana mayor autorretrato de Fontana lea t. 8j-, mientras
reciente a hacerlos coetáneos, hacia 1556-57, Christina, represenrada tocando el virginal que, en el caso de las otras, la referencia a
pero es difícil tener certeza al respccro 2 • En [fig. 16j. En todo caso, muy probablemente Anguissola aparece en las fuen tes escritas
todo caso, difícilmente puede proceder de su formaba un díptico con el conservado en Ba- coetáneas.
época española, como en algún momento se silea, fechado igualmente en 1.548 lea t. 11. Al Jorge Scbas11án Lozan o
propuso. Una vez se incorporó a la corre, no mostrar las aptitudes de ambas hermanas,
tenía ninguna necesidad de seguir con su habría sido la inspiración pa ra las obras de
campaña propagandística, además de que se Anguissola, tan simi lares. Sin embargo, aun- 1 R. Sacchi en Crcmona 1994. p. 202, n.• 9.
15. lliancam en Washmgron 2007, p. 118, n.• 12.
vio abrumada con peticiones y tareas mucho que no del todo concluyente, el parecido fi-
1 Sacchi 1994d, p. 409.
más honrosas. Tampoco se habría represen- sonómico más bien indica que las tres piezas 4 Bor,ello 201 (,, pp. 46-.í.S; Portú' 1999, pp. 61 -64.
tado vestida de fo rma tan sobri a, en una cor- <<musicales>> son autorretratos de la propia
te tan marcada por el fasto indumentario Sofonisba, no retratos de Lucia . Es perfecta-
como lo fue la de Isabel de Valois. mente posible: su biógrafo Pedro Pablo de
La composición existe en otra variante, Ribera indicó en 1609 que Anguissola se
de la cual hay dos copias. Se trata de las había educado en letras, música y pintura 3•
obras en la colección Spencer de Althorp Incluso si se deja en suspenso la idenridad de

96
L6
1

S Sofonisba Anguissola (Cremona, h. 1535-Palermo, 16251 parrón de pintores, Anguissola contaba en


todo caso con un precedente clásico cristia-
Autorretrato ante el caballete
nizado. ~uevamenre se rrara de una de las
h. 1556-57
seis mujeres citadas por Plinio, Timarere, de
Óleo sobre lienzo, 67 x 56 cm
quien se dice que pintó la Dia11a de Éfeso.
l:.arícur (Polonia), Muzcum-/.amek w l:.añcuclc, inv. S.916~ 1L
Boccaccio la renombró Thamar, }' miniattJ-
81 bilogra f1a sclcccionad.1: R. Sacchi en Cremona 1994, p. 198, n." 7; \XIoods-Maf\den 1998, ras bajomedievales la mostraron pintando
p. 204; C hri,tadler 2000, pp. l08-16 y 149-50; Droz-Emmerr 2004, pp. 69-73 y 80-86; una Virgen con el Ni1'io'.
Scba>tl:in 20 J 9 (en prcma) Que ambas pintoras se aurorrerrarasen
e n el ejercicio de su trabajo, ante el caballe[C,
con pigmentos extendidos en la palera, ma-
nejando pincel y rienro, suponía finalmente
La obra se dio a conocer en la exposición de gable parecido compositivo se ai1ade la no- una ruptura importante respecto a aurorre-
Cremona de 1994. No hay inform:H.:ión al- vedad total que s upone la image n de Van traros previos de pintores como Alberto Du-
guna sobre su procedencia, ni nada que ex- Hcmessen para esa fecha, pues se trata del rero ( 1471-152 8) o Rafael (1483-1520), que
plique su ubicación en t..arícut. Por otra par- primer autorretrato femenino autónomo de por lo general habían escogido mostrar su
te, su altísima calidad y la existencia de la pintura europea y la obra independiente éxito social y no su aplicación a una tarea
versiones y copias no dejan ninguna duda más antigua en la que un o una artista se manua l. Pareciera que las mu jeres necesita-
acerca de la autoría de Anguissola. Por llu- representa en el acto de pintar 1• Semejante ban dejar fuera de toda duda su capacidad
minación, encuadre y tamaño es basranre cúmulo de sorpresas hace aún más urgente de emplear los medios pictóricos. La riqueza
~imilar al Autorretrato tocando la espineta, la pregunta acerca de cómo pudo Anguissola y sofisticació n de estos mensaJeS muestra
hoy en Capodimonre lcat. 4]. -bien desde su Cremona natal, bien en sus hasta qué punto Anguissola reflexionó sobre
La composición ex iste en dos versiones, contactos con corres ducales del norte de su papel como artista, desde una posición
cada una de las cua les presenta además una Italia- tener noticia de una innovación he- femenina, especia lmente duranre los a1ios
copia 1. la primera versión debió ser la que cha por una poco renombrada pintora de previos a su incorporación a la corte espa-
estuvo antiguamente en la Colección Stirling apenas veinte años, en la activa pero lejana ñola. Si el retrato iba a ser el único reducto
en Keir H ouse, y ahora en colección particu- Amberes. O bien ambas contaron con un mo- dejado a la intervención femenina en pintu-
lar milanesa, con una copia en la Colección delo anterior, hoy perdido; o bien hubo vías ra, ella convirtió esra limitación en una ex-
Buhr (Surrey, British Co lumbia, Canadáf. que permitieron esa rapidísima difusión 4 • ploración, en una reflexión metaartística,
La segunda versión es la que se presenta Por otra parte, la obra de Van Hemessen como ejemplifica ante todo su Bernardino
aquí, conocida también por una copia de apenas precisa qué está pintando la aurora. Campi retratando a So(onisba Anguissola
mala calidad en la Colección Eugenio Mal- En cambio, al incluir visiblemente a la Virgen [ca t. 71.
geri Zeri, en Menta na. Todas comparten los con el Niño, Sofonisba Anguissola hacía suya .J orge St'bastd n Lo/ ,1110

rasgos generales de la composición y todo lo la composición en varias formas. En primer


relativo al caballete en el que Anguissola está lugar, se reivindicaba como artista de un gé-
pintando una Virgen con el iño. las dife- nero mayor, la pintura religiosa, y no solo del 1 Grcgori 1994, pp. 23-24.
2 Rcroma la pnmcra versiÓn un grabado de Wililam E.
rencias en la primera versión son el aspecro siempre minusvalorado género retratístico.
Baill ic ( 1723- 18 10) publicado anrcs de 1786, que
más juvenil de la pintora y parte de su indu- Con este gesto, se presentaba como p intora enmarca figura y cah.1llerc bajo un arco.
mentaria, especialmente el delantal blanco. de invención, categoría más prestigiosa que 3 Droz-[mmert (2004, pp. JO y 72) expl~ea bien el ma-
ti> re,pecro al silmiJr autorretrato de 154~ de Ludger
Por similitudes de estilo y por la aparien- la mera imitación o copia. ótese que la com-
rom Rmg el .Joven ( 1522 1584 ), ho) en el Herzog
cia de Anguissola, se tiende a datar! a en 1556, posición en el caballete es la misma en las dos Anron Ulrich-Museum de llraun.chwciA. En e<re, el
verdadero annus mirabilis en la formación versiones de la obra, a diferencia del autorre- pmror se muestra con palera y pincel en mano, pre-
p.lmdo para el tr.lh,¡jo, pero no ocupado en el,)' sin
de la cremoncsa. Por ende, la primera ver- trato, que sí tien e pequeños cambios, lo cua l muestra alguna de lienzo, tabla o cahalletc. En cam-
sión sería un poco anterior, a la vista de su nos habla de una fuerte vinculación con la ima- bio, Van Hcmcssen SI incluye caballclc y t.1hla, y se
juvenil fisonomía. Tampoco puede lleva rse gen devocional que ella misma había creado. mucsrra a sí m1o.,ma c.::on rodas su" uten"'lhos y pintan-
do, tal wmo had Anp.ut>,ola m:ís tarde.
mucho antes, dado el principal misterio que Además, el tema mariano permiría a An- 4 ~cbastián 20 19 (en prensa).
encierra la composición. os referimos, por guissola establecer un paralelo con las habi- 5 S. ll1ancani en W<lShlngton 2007, p. 11 6, n." 1 l.
supuesto, a su estrecha dependencia de un tuales representaciones de san Lucas pintan-
aurorrerra ro pintado en Amberes por la do el mismo tema, tan ras veces autorretratos
flamenca Caterina van Hemessen (1528- de artistas varones. Aunque le era imposible
después de 1587), en 1548 (ca t. 1J. Al inne- presentarse identificada con el evangelista

98
66
100
6 Sofonisba Anguissola (Cremona, h. 1535-Palermo, 1625 )

Autorretrato
1558
Oleo sobre papel pegado a tabla, 256 x 193 mm (papel)
Inscripciones: «Sophonisba 1 Anguisola 1 Amilchf'?] 1 Ffilia] se ipsam 1 P. MIDL] 1 VIII»
{lateral izquierdo); « 124" (en el reverso de la tabla, anotación antigua a tinta);
«fidecommisso 578» (en el reverso de la tabla, anotación antigua a lápiz)
Roma, Coilezione Principi Colonna, inv. 578

Bibliografía seleccionada:Safarik 1998,p.l3,fig.9;Safarik 1999,p.208,fig.366;


Gozzano 2004, p. 27 nora 9; P. Piergiovanni en Nata le 2019, pp. 320-22, n." 150

Este apreciable autorretrato es una rarísima Esta pintura de los Col01ma ha de situar- <<virtuosa», con el mismo corpiño oscuro de
efigie juvenil realizada en papel por la artis- se entre las primeras obras maestras de la las obras de Laricut y Capodimonte, del que
ta, en excelente estado de conservación, con pintora de Cremona, que comenzó a auto- asoma el cuello de la blusa, adornada con
la excepción de algunas pérdidas de pigmen- rretratarse a partir de 1554, año al que se encajes, cerrada en la garganta con cordones
to en ciertos pumos de la nariz y la mejilla remonta la más temprana de sus efigies, fu- de hilo y rematada por los manguitos frun-
derecha. La aplicación de la hoja sobre una mada y fechada en el pequeño libro que sos- cidos en los hombros; en la obra de Brera,
tabla en un momento no precisado había tiene: <<Sophonisba Angussola virgo seipsam Sofonisba enriquece el retrato de Minerva
causado una deformación generalizada de la fecit 1554 » !ca t. 21. Le siguen el retrato con con un corpiño más elegante, adornado con
superficie pictórica. caballete de ta~ícut lcar. 51; otro ante la es- sofisticadas decoraciones, con un escote bajo
La primera mención segura de la obra en pineta, procedente de la Colección Fu lvio en el pecho (casso) y un cuello alzado a l es-
las fuentes de archivo de los Colonna se re- Orsini, conservado en Capodimonte !ca t. 41; tilo veneciano. El peinado es el habitual, con
monta a 1613, cuando se documenta "Una y la miniatura de la Fondation Custodia- la trenza enrollada para enmarcar el rostro,
pequeña imagen de una solterona con marco Collection Frits Lugt de París, el llamado enriquecido con perlas refinadas solo en el
de nogal, d.a Sofonisba>>, en el inventario del <<medallón Ashburnham », todos datables de Minerva de la Pinacoteca di Brera.
guardarropa del príncipe Filippo J Colon na -según la crítica- alrededor de 1556 2 • En nuestro Autorretrato, la pintora de-
(1578-1639). Se trata de un temprano regis- El valioso aurorrerrato Colon na perma- muestra haber a lcanzad o su madurez artís-
tro completo del nombre de la artista, inu- neció inédito hasta 1998, cuando fue dado a tica, habiendo asimilado el esma ltado clasi-
sual en los antiguos inventarios familiares, conocer por primera vez por Eduard Safarik, cismo de su primer maestro Bernardino
como prueba del valor reconocido de la pin- y se incluirá en el nuevo catálogo de pinturas Campi (1522-1591), cuyos retratos eran
tura ab origine 1• del Palazzo Colonna 3• Por lo tanto, la crítica elogiados por la armonía entre la semejanza
A pesar de que la preciosa inscripción: no ha estudiado su relación con otras piezas de lo vivo y su esmerada gracia. La inclina -
<<Sophonisba 1Anguisola 1Amilch['?] 1F[ilia] de la misma época, como por ejemplo los ción a la so bri edad, al rigor formal , al mo-
se ipsam 1 P. M[DL] /VJil», pintada en co- dos retratos milaneses, que podemos situar delado suave y seguro y a la técnica de recor-
rrespondencia con el hombro derecho de la entre 1558 y 1559, de los cuales solo uno, tar el perfil ele la retratada contra el fondo
imagen, esté parcialmente borrada, podemos conservado en la Pinacoteca di Brera\ fue claro revelan la influencia del bergamasco
descifrarla de la siguiente manera: <<Sofonis- ejecutado por Sofonisba, mientras que el Giovanni Battista Moroni (h. 1525-1578).
ba Anguissola Hija de Amilcare se pintó a sí otro, del Museo Poldi Pezzoli\ fue pintado Parrizia Piergiovanni
misma 1558». La lectura de la fecha, a la que por su hermana Lucia. En ambos casos, la
le faltan la segunda y tercera letras romanas, retratada es Minerva, su otra hermana 6 •
es compatible con la edad de la pintora, de La configuración espacial de nuestra 1 Como ya ;cñaló correctamente Eduard Sabrik
11996, p. 6).
aproximadamente veinticinco años, en vís- pintura es muy parecida a la de los retra tos
2 Véanse las fichas de Rossana Sacchi en Cremona
peras de su partida ( 1559) hacia la corte del milaneses: la retratada se sitúa casi ele frente 1994, pp. 186-2.02.
rey de España, Felipe JI, como dama de su en ambos casos, con sus grandes o jos de un 3 P. Picrgiovanni en !\'ara le 2019, pp. 320-22, n.0 150.
4 Milán, Pinacoteca Ji llrera, inv. 1309.
tercera esposa, la francesa Isabel de Valois. azul grisáceo dirigidos hacia el observador.
5 Milán, Musco Poldi Pczzoli, inv. 322.
También la elección ele la ropa está más en Las variaciones, en cambio, estriban en el 6 Cfr. Ghirardi 1992.
consonancia con una etiqueta doméstica estilo del vestido y en sus remilgados acceso-
que con la estricta etiqueta adoptada duran- rios. En esta obra y en la del Polcli Pezzoli,
te los años de su estancia en España. las pinroras retratan a la modelo como una

101
7 Sofonisba Anguissola (Crcmona, h. 1535-P:llermo, 1625) los anteriores autorretratos; estas diferen-
cias fisonómicas son aún más marcadas en
Bernardino Campi retratando a Sofonisba Anguissola
la pintura de base, visible por medio de la
h. 1)59
radiografía.
Óleo sobre he111o, 1 11 x 109,5 cm
De hecho, aLmque la gran mayoría de los
~1ena, Pinacoteca ::-Jaúonale, inv. 497
estudiosos acepta la atribución de esta obra
ll1 bl10!1r.tfía >eleccionada: Garrard 1994; R. Sacchi en Cremona 1994, pp. 216-17; por parte de Morelli a Anguissola, existe un
S. Fenno-Pagden en Viena 1995, pp. 66-67; Chri>radler 2000, pp. 93-96, 105- 13 y 161; reducido grupo de discrepanres que se pre-
Col e 20 19 (en prensa), pp. 48-73 gunta si el auror del cuadro no podría ser el
propio Campi 6 • Es difícil explicar por qué,
hacia 1560, Anguissola se iba a asociar con
un maestro cuyo taller había dejado más de
Esta obra, no documentada hasta el si- y fechado en Roma en 1558 lcar. 6], y su die7, aiios atrás. Resulta más comprensible
glo XVII, es probablemente la misma que la autorretrato firmado, supuestamente fechado que Campi se hubiera querido representar
inventariada en las Colecciones Gonzaga de en 1558, de la Fondation Custodia de París. con su más célebre discípulo. Precisamenre
Mantua en 1628 como doble rerraro de So- Dada la edad que aparen ta la modelo y el por la misma época, Campi escribió a An-
fonisba Anguissola y el pintor Fermo Ghisoni cuello que luce, alto y abierto, es casi seguro guissola a España pidiéndole un ejemplo de
(h. 1505-157.5) 1• De Manrua parece haber que la pintura de Siena data de finales de la su trabajo más reciente-. Si la pinrura fuera
pasado a la Colección Spannocchi, y de ahí a década de 1550 o principios de la siguiente. de Ca m pi, este podría hacer suyo el orgullo
la Pinacoteca Nazionale de Siena, en princi- Una posible explicación para su cambio de que refleja una carta que el maestro recibió
pio como pintura veneciana de un hombre y apariencia es que el trabajo de Siena se reali- de francesco Salvia ti ( 151 0-1563), descri-
una mujer sin idenrificar 2• El rostro de An- zara en torno o después del traslado de An- biendo a su antigua alumn a como «la bella
guisso la fue reconocido por Giovanni Mo- gu issola a la corte española. Un cuadro firma- pittrice Cremonese, vostra (attura »H.
relli en 1890, que identificó al hombre como do que se halla actualmente en la Pinacoteca .V11cha e l Colc
Bernardino Campi (1522-1591), maestro de di Brera, considerado un autorretrato por la
Sofonisba y de su hermana Elena en Cremona mayoría de los expertos - pero no porto-
entre 1546 y 1549 1• Nadie del siglo siguiente dos-, y que lleva una fecha leída en general 1 ~obre la procedencia del cuadro, véa'e ~- hrmo-
l'agden en Viena J 995, pp. 66-6-, n.• 5. La Identifi-
cuestionó las identificaciones de Morelli. como156 1, muestra a una mujer con un ves-
cación dd hombre como Ghi"mi "' mu} improbable,
Hasta hace poco se pensaba que la mujer tido carmesí con bordados de oro, con un roda \V que no parece haber renido mucho contacto
representada llevaba un atuendo muy senci- cuello de altura similar. con Angm»ola en l,1 época en que se pmtó el rerraro.
2 ">obre el ori~en m~lntuano de mucho:, cuadrO\ de la
llo: una simple rúnica negra similar a la del Otra posibilidad es que debamos el cua- Colección '>pannocchi. véase Randon r Scialla 2018.
hombre, sin joyas. Tras las intervenciones dro a la mano de otro artista distinto. En >1 crmoliefi 1890. p.l U.
técmcas de los restauradores, real izadas por cuanro a dimensiones, forma to y vestua rio, 4 Qmcro .lgr.lllecer a Llena Pmzauri la lectura del m-
forme médito de !.1 restauraciÓn y una radiowalía de
etapas entre L996 y 2002, se descubrió que el la pintura represenrada en el caballete es si- !.1 pmturJ.
vesndo está pinrado sobre una representación milar a la de Anguissola de gran tamaño que 5 Véa1c en p.lttlcular Gregori 1994, pp. 23 y 43; y King
anrerior de un extraordinario ropaje escarla- cuelga actualmente en los Uffizi, que antes se 1995, pp. 387-88.
6 l.m punros de vista inédiros de Roben Willer, exper·
ta y dorado4 • También se raparon las arraca- consideraba Ll11 autorretrato pero puede ser, ro t•n C.1111p1, lueron recogidos por Elisabctta Samho
das de la figura original. Las investigaciones más probablemente, un retrato de autor no en ~u cnrrad.1 'obre la obra en Cremona 1985 ,
·p. 176, n." 1.16.6. Jonathan Bober 11986, p. J S7)
revelaron además que la posición del brazo identificado inspirado en un cuadro ante-
ramb1én 1ug•riú yue Ca mpi podría ser el autor. Mar-
izquierdo había sido modificada, probable- rior de la anista 1 [fig. 19] . A finales de la ~arcr King retomó ~..·~ta (.;Ut'~tiún en ~u texto ... Looking
mente por la propia pintora; el reposiciona- década de 1550 y principios de la de 1560, a S111ht • (1\ing 1995. pp. 390-911.
7 L1mo 1584. pp. 43-44.
mienro de su mano izquierda, >osreniendo un Anguissola era conocida en roda Italia y fue
8/lndem, pp. 54-55.
guanre en la composición final, puede haber retratada por numerosos contemporáneos.
cubierto <lsimismo un morivo anrerior, ral vez En cuanto al estilo, el lienzo dista mucho de
la paleta que sostenía el pintor. las obras de autoría confirmada de la pinto-
En el nuevo estado de la obra, la aparien- ra: aparte de la vestimenta, la paleta es más
cia de la mujer ofrece un marcado contraste cálida, con tonos rosados que an iman el ros-
con el autorretrato firmado y fechado por tro de la modelo. La pincelada es más fundi-
Anguissola en Viena en 1554 [cat. 2], sus da, con menor precisión en la representación
a utorretratos de alrededor de 1556 de Boston de los tej idos. El rostro femenino es más re-
y tmícut [ca t. 3 y 5j,su autorretratO firmado dondeado y sus ojos más pequeños que en

102
fOl
10 4
8 Lavinia Fontana (llolon1a, 1.552-Rorna,l614) bién que está a l día sobre las corriences ar-
tísticas del norte de Italia y de más allá de los
Autorretrato tocando la espineta
Alpes, cuyos resultados circulaban en la Bo-
15 77
lonia de esos años.
Óleo sobre lienzo, 27 x 23,8 cm
La descripción del instrumento musical
Inscripciones: • LAVII'.IA VIRGO PROSPFRI fON lMAJ-.IIlliA [X SPrCVLO IMAG INl:.M 101\1\ W l
r.xPRFSIT Al'.~'. O1 MULX..'<VII • (en el ángulo superior iLquierdo); •Ce rableau m'a éré donné par en escorzo es bastante fiel: la madera clara,
la M.se 1 uisa Feroni née Buonclclmonti il étair dans le palais de cene ancienne famlile • (sobre el puente que sujeta las cuerdas, la rosa ta-
el ba,riclor, a pluma )
llada en la caja de resonancia, el gancho para
Roma, Accaclcmia :--.la71onale di San Luca, mv. 74 3
cerrar la rapa. La atención al detalle se com-
lltbilografía sclcccionad,t: París 1904, p. 43, n." 60; Cantan) 1989, pp. 72-74 (con
prueba también en la definición del tejido
bibliografía prcvta); A. Ghirardi en Bolonia 1994, p. 181, n." 33; Ghirardi 1998; L.l'vlarro del vestido de damasco rosa con pliegues
en Washington 1998, pp. 52-53, n." 2; l. Graziani en Wash ington 2007, pp. 136-37, n.• 18; vaporosos bien plasmados en claroscuro, en
Canta ro 20 14; M. MarLinotto en Tívoli 20 14, pp. 123 -24, n." 2; V. Fortuna ti en Bolon ia 20 15, los bordados de encaje del cuello y de los
pp. 142-43, n". 41; Matthcws-Grieco 20 17, pp . .32-39 puños, en la reproducción de los dos collares
de coral rojo, en las cintas del peinado y en
la cinta roja de la oreja que hace juego con
otra apoyada en la esquina de la espineta.
Este pequeño lienzo pasó a formar parte de do en 1575, hoy en una colección particular Con esta obra, la pintora quería dar a
la Accademia di San Luca en 1941 por do- romana, ha sido redescubierto y reconoci- conocer de manera cabal su hábitat burgués,
nación de su académ ico honorario Giu lio do3. Una copia no autógrafa del siglo xvn se sobrio, así como su buena educación, cultu-
avone, después de haber pertenecido a la conserva en los Uffizi 4 • ra, elegancia de modales, según los princi-
colección de la marquesa Luisa Feroni Buon- La artista aparece en primer plano, de tres pios ya enunciados en 1528 por Balda~sarre
delmonte en Florencia, a la de la princesa cuartos, sentada frente a la espineta mientras Castiglione en 11 Cortegiano, muy difundi-
Matilde Bonaparte en París y al conde Giu- roca, acaso una canción de amor\ vestida y do entre las damas boloñesas de la buena
seppe Primoli en Roma 1• peinada a la moda; detrás de ella, una criada sociedad.
La inscripción en latín, lengua de personas le ofrece la partitura musical. La escena tiene Lavinia tenía entonces veinticinco años,
cultas, declara que el autorretrato se realizó lugar en una hab itación que es también su era una mujer joven en busca de notoriedad,
ante el espejo, «ex speculo imaginem oris sui estudio, en donde pueden verse un caballete que en los albo res de su carrera quería afir-
expre[sjsit», tal como lo hicieron las antiguas y un banco cerca de la ventana de cristales. marse en la escena artística boloñesa domi-
pintoras recordadas por Plinio en su Naturalis En la composición se aprecia sin duda al- nada por sus numerosos colegas masculinos
historia (y atestiguadas por dos fragmentos de guna la influencia de modelos ya estableci- y por una casta de eruditos muy exigentes,
frescos del siglo Id. C. conservados en el M useo dos por la pintora flamenca Caterina van a lgunos de los cuales frecuentaban su hogar
Archeologico Nazionale de Nápoles, inv. 90 17 Hemessen ( 1528-después de 1587) en Mujer como alumnos y amigos de su padre. A to-
y 9018) y más tarde por &>ecaccio en De mu- joven taiíendo el virginal, de 1548, conser- dos tenía que demostrarles sus dores como
lieribus claris. En la inscripción aparece tam- vado en el Wallraf-Richartz Museum de Co- mujer, artista e intelectual.
bién la fecha,la identidad de la pintora, su des- lonia [fig. 14], y más tarde por Sofon1sba A través de este autorretrato, Lavinia se
cendencia de su padre Prospero Fontana Anguissola en el Autorretrato con espineta presentaba también a la familia de su futuro
(1512-1597) y su condición de doncella (virgo). y criada, de 1561, de la Colección de 1 ord esposo, quien parece que apreció mucho sus
Romeo Galli fue el primero en sostener Spencer 1fig. 15]. cualidades y su posición social; en efecto, la
que este autorretrato se realizó con motivo Mucho más complejo, sin embargo, resul- boda se celebró ese mismo año de 1577, y en
del compromiso de Lavinia con Giovanni ta el desarrollo espacial, con la apertu ra de la enero de 1578 nació una ni1ia,la primera de
Paolo Zappi y que fue entregado, junro con perspectiva a la derecha, elegida por Fontana sus once hijos~ .
otro, al padre del futuro esposo para que le para describir la sa la en la que se lleva a cabo Maria Teresa Cantar<>
fuera mostrado a este, como se indica en la su trabajo artístico y su estudio musical, pro-
carta que Severo Zappi escribió a su mujer porcionando aire y amplitud a roda la estruc-
el 13 de febrero de 1577: «tengo conmigo rura compositiva y creando una doble fuente 1 Cantara !989,pp. 72-74.
2 Galli 1940, p. 72; Canraro 1989, pp. 72-74 y .302.
dos retratos suyos hechos por su propia luminosa que justifica los tonos cromáticos
n." 5a.2; Cantara 2014, p. HH.
mano, los cuales me complacen sobremane- difusos y suaves. De esta manera demuestra 3 Milán 2007-8; Canta ro 2014.
ra, como podréis comprobar a mi llegada » 1 . Lavinia su capacidad para desarrollar las en- 45 . .\1elom Trkulja en Uffb 1979, p. s-1.
5 1\lurphy 200.1, pp. 40 y 41; l'ortunan 2007h, pp. 44-
El otro Autorretrato tocando la espineta, seiianzas de su padre acerca de la creación
45; Cantaro 2014, p. 109, nota 14.
dos años anterior, en cobre, firmado y fecha- espacial y la correcta composición, pero tam- 6 Canta ro 1989, pp. 304-5, n." 5a.4.

105
9 Lavinia Fontana (l:lolonia, 1552-Roma, 1614)

Autorretrato en el estudio
1579
Óleo sobre cobre, 16 cm de Ji,imctro
lnscnpcione\: •[LIAVINtA FOI\TA'IA /Inri TAPPII t ACits./1 \IIDLXXVIIII•
(mna mfcrior izquierda)
Horcnc1a, G.tllerie degh Uffiz1, Gallería delle statue e del le pltturc, inv. 1890 n." 4013

BJbliogrJfJa ;e1cccion.JJ.~: Galli 1940, pp. 67 y 78-8 1; Strocchi l976, pp. 103-4; Cantaro
1989, pp. 86-87; Cheney 2001; Murphy 2003, pp. 73-77; l. Graziani en Washin):lron 2007,
pp. 138-39, n. 0 19; Hcrklnr-L 2009; S. Giordani en Florencia 2011-12, pp. 152-53, n." 111.5;
Cama ro 2014, pp. 104-5; :-.1arrhcw;,-Grieco 2017, pp. 32-39; !'aliaga ) Spinelli 20 17, p. 147

Este precioso autorretraro sobre cobre fue de Poggio a Caiano6 . Puede reconocerse en el propio estudio, con la pluma en la mano,
realizado para la colección romana del culto número 38 de la decoración del camarín di - acaso mientras se dispone a comen¿ar un
coleccionista dominico español Alfonso Cha- señado en 1765 por Giuseppe Maria Sgrilli-. dibujo en un papel en blanco. Un tintero
cón (1530-1599), como lo demuestran dos En 1773 enrró a formar parte definitivamen - y dos esraruillas, de Venus y de Marre desnu-
documentos relativos al encargo y ejecución te de la Galleria degli Uffizis. dos, están delante de ella, mientras que al
de la obra, publicados por Romeo Galli 1 • Como declara en la carta antes citada, fondo apa rece una estantería real ista, en una
Chacón envió un a carta a la pintora el Chacón quiso abrir grabados y estampas de perspectiva curva y profunda, donde seco-
17 de octubre de 1578, para darle las gracias los retratos de su colección. Probablemente locan fragmentos o copias de esculturas an-
por los tres retratos recibidos y para solicitar este proyecto no llegó a ser realizado, pero tiguas, algunas reconocibles ' \ pertenecien-
esre autorretrato: «oso suplicaros que ¡... ¡ no cabe duda de que el aurorretrato creado tes a su propia colección.
me enviéis un retratillo peque1io vuestro [... J por Lavinia alcanzó cierra difusión, como lo El espacio reducido, casi esférico, de ese
iparaj acompañar al de Sofonisba que poseo prueba una copia en cobre del siglo XVI I , ambiente de interior realza la descripción de
[... J para poder así llevarlo a la imprenta en- carente de la mesa, la estantería y la inscrip- s u persona, la mirada consciente dirigida a
tre 500 hombres y mujeres ilustres que serán ción, que transitó por el mercado anricuario9 • quien observa, el peinado, el vestido y las
grabados en cobre »2 • De la obra original se conocen tres estam- joyas cuidadosamente definidas en sus deta-
Era la primera vez que una colección pas decimonónicas, una publicada en 1845 lles, con esa precisión de tipo flamenco tan
de semejante importancia incluía retraros de por Giovanni Rosin i w, grabada por Rancini, querida por la pintora, suavizad a por los
mujeres contemporáneas ·ilustres>• 1• A tal y dos grabadas por Giovanni Paolo Lasinio gradua les pasajes de claroscuro que impreg-
prestigiosa solicitud respondió Lavin ia siete (1 789-18 55) y dibujadas por Vincenzo nan toda la superficie. La cruz dorada que le
meses despué~ envian do el retratillo, acom- Gozzini (h. 1788-?), conservadas en la colec- c uelga del pecho, emblema de moralidad
pañado por una meditadísima carta fechada ción de estampas de Achille Berrarelli en el cristiana, no pasa desapercibida. Todo el
el 3 de mayo de 1579, en la que declaraba, Castello Sforzesco de Milán 11 . mundo de la artista y de su cu ltura se con-
entre otras cosas: «vos me hacéis un honor La joven Lavinia, madre ya de dos hijos densa en esta rara obra, concebida sobre ro-
excesivo tanto con vuestra extrema ab un - y embarazada del tercero, ejerce aquí con do como un certificado de profesionalidad.
dancia de alabanzas como con la intención maestría sus dotes de retratista miniaturista La estructura compositiva elegida sigue,
de dar a mi retrato tan honorable destin<»>4 • creando un modelo inédito de a utorretrato en efecto, los modelos más difundidos en la
La pintura permaneció en la vivienda de femenino en el que se representa a sí misma retratísrica relativa a eruditos y estudiosos 11 ,
Chacón por lo menos hasta el 14 de febrero como humanista y estudiosa del arre, ha- que Lavinia ya había adoptado en el retrato
de 1599, fecha de su muerte, cuando sus po- ciendo gala de su dominio de la técnica de la de Cario Sigonio de 1578 (Módena, M useo
sesiones fueron adquiridas por su homóni- pintura incluso en el difícil formato reduci- Cívico), en el Retrato de caballero (Senador
mo sobrino, que se convirtió en su heredero do, de al ro va lor artístico y de material pre- Orsini) de 1577-79 [cat. 36] y en el retrato
universal, si bien la colección se desperdigó cioso, tipología muy bien acogida por una de Alfonso Lorenzo Strozzi de 15 79 (Floren-
poco después 1 • cl ientela ya general izada de coleccionistas cia, Colección Condes Dal Pero) 1\ donde se
Entre 1703 y 17 11 este rondo esruvo en refinados. destacan las cualidades intelectuales de los
el «Gabinerro delle opere in piccolo » (Gabi- Se retrata en primer plano mediante fi- sujetos, representados ante el escritorio, con
nete de obras de pequeño formato) del gran nas pinceladas, con el busto de tres cuarros, libros abiertos, cartas, tinteros y relojes de
príncipe ferdinando de' Medici, en su villa ataviada a la moda, sentada en la mesa de su a rena.

l06
Lavinia declara así a Chacón, y a su l lmola, Bibliore..:a Comunalc, 1\1anoscrirti imo lesi, 7 Rep roducido en !'aliaga y Spinelli 2017, p. 40.
Documenri rebrivi a LlVinia Fontana, C', 6, 7 (2), 8 ~trocchi 1976.
círcu lo, su propia formación cultural cimen-
doc<. 6 y 7. 9 Canta ro 2014, p. 105, fig. 8.
tada en las raíces del clasicismo y del Rena- 2 Galli 1940, p. 1 J 5, doc. 5; Can raro 1989, pp . ."l0 5-6, 10 Rosini 1839-47, V (1845), p. 171.
11. 5a.5: «m·disco a pregarf,¡ di{ ... ¡ mandarmi un
11
cimiento, y al día respecto a lo contemporá- 11 \1il:ín, Casrello Sfou.esco, inv. Ri. 184 y 185: Canta-
retratino suo piccolo [... ][da] acompagnare a que/lo ro l 989.p.87.
neo, colocándose en el mismo nivel que sus d1 sofonisba che ho {... / per poterlo metere m stampa 12 Cheney 200 1; S. Giordani en Florencia 2011- 12.
colegas masculinos. infra 500 IJuomini et donne rllustri che samm10 inta- 13 !vlarrhews·Gneco 2017.
La firma, <<LAVINIA FoNTANA [DEi TAPPII glrati in Rame,t. 14 Canraro 1989, pp. 75 -77,83-85 y 90-91.
3 Herklorz 2009, p. l 19.
[ZAPPIS]», es la que adoptó después de su
4 Cantara 1989, p. j06, n." 5b.5: «ella"" fa troppo
boda, con la que la pintora se emancipa tam- honore si con le sue sovrahl->ondanti fntN SJ co11 la in-
bién de la dependencia paterna. tentione di da re al mio retr{1tto cosi honomto luucv ».
5 Can raro 1989.
Maria Tere>a Can ra ro 6 S. Meloni TrkuljJ en C1neva 2002, p. 256, n." 3.2.

107
108
10 Sofonisba Anguissola (Cremona, h. 1535-Palermo, 1625) día tratarse de Elena Anguisso la, hermana de
Sofonisba 11• Así m ismo, a fi rmó que la pintura
La hermana de la artista con hábito de monja
esta ba depositada en la colección del conde de
h. 1551
Yarborough 12 , al igual que hizo Adolfo Ventu-
Oleo sobre lienzo, 68,5 x 53,3 cm
ri, en 19 33 u _El rastro d e la obra se recupera
Inscripción: «Sophonisba Angussola Virgo Ml ... lteri Ago.ti Pinxit MDLI • (desaparecida )
omhampron Ciry Art Gallery, Purchascd in 1936 through the Chipperfield Bequest Fund, también con la referencia de Gustav Friedrich
SOTAG 1979/14 Waagen, el cual indicó en 1857 que la tela se-
guía en la colección del conde de Yarborough.
Bi b li og rafía se leccionada: Wey 1856, p. 300; Waagen 1854-57, IV ( 1857), p. 65; Berenson Además, el h istoriador fue muy preciso en su
1907, p. 162; Londres 1962, 1, p. 28; Londres 1970, p. 11, n." 3; Caroli 1987, pp. 24-26;
descripción: <
<A mm, in the white robes of her
Rodeschini Gala ti 1990, p. 274; R. Sacchi en Cremona 1994, pp. 186-87, n." l; S. Biancani
en Washingron 2007, pp. 118-19, n." 7
order. A signed picture. This is a nobly concei-
ved and delicately coloured specimen of this
rare female artist, who is justly praised by Va -
sari» 14 • Federico Saccbi efecruó una visita pos-
La joven monja aparece retratada sobre un dominico de San Vincenzo en Manrua. De terior a la colección del conde y defendió la
fondo verde, muy oscuro, con un traje mona- hecho, Elena ya había ingresado en el insti- autoría d e Sofonisba a partir de la inscripción,
cal de novicia pintado con diversas tonalida- tuto religioso en 1556, según se puede com- que Wey había señalado con anter ioridad 15 , en
des blanquecinas muy traslucidas que atraen, probar por e l intercambio de epístol a s entre el extremo izquierdo del lienz o. En fechas más
especialmente, la mirada del espectador. Como Amilcare Anguissola y Margherita Paleolo- recientes, Nicole Esco bedo, en uno d e sus en -
afirma Maria Cristina Rodeschini Galati, la go, donde se la menciona con el nom b re de sayos, efectuó una búsqueda en las colecciones
pintura tiene un aire «Íntimo», lejos de cual- <<SOr Minerva» 6 .Además,convendría añadir, privadas inglesas y, sobre todo, en las obras
quier intento celebrativo 1• Así mismo, el modo a tenor de lo sugerido por Anastasia Gi lar- realizadas por artistas femeninas, retom ando
de resaltar la figura recuerda la producción de d?, tomando como base la mencionada in s- lo enunciado por Waagen, para determinar su
Giovanni Battista Moroni (h. 1525-1578) 2, cripción desaparecida, que el espacio en presencia en Gran Bretaña y sn atribución a
mientras que el contraste entre los blancos in- donde se retrató a la monja podría se r el Sofonis ba 16 •
maculados de la túnica y del velo, junto a la denominado como <<Monasteri Sancti Agos- El lienzo fu e adquirido en 1936 por la
disposición espacial del fondo, constituyen un tini », excluyendo la relación d e la pintura City Art G a llery de Sourhampton, que h a
reclamo para el observador. La pose inmóvil con San Vincenzo y vinculando a Elena An- manten ido la atribución a la p into ra de C re-
de la joven, con el lujoso libro de horas entre guissola con el segundo instituto religioso. m ona .
sus dedos descarnados, conduce la mirada Valerio Guazzoni, en cambio, afirma que la Cec ili a Ga mbe rin i
también hacia la expresión de beatitud de la obra pudo ser pintada por Elena Anguissola,
cara que, a partir de un juego d e luces y som- quizá como el retratO de una comp a ñe ra
1 Rodeschini Galati 1990, p. 274.
bras, recuerda la modulación de los tonos de suya, religiosa como ella, en el convento de
2 Bérgamo 1979, todo el catálogo, sobre todo pp. 142-
la escuela de retratistas lombardos3 . San Vincenzo de Mantua8 . 43 y 147-48.
Sofonisba construye una imagen silen- A este ámbito de producción se po d ría 3 Calegari 2000, pp. 511 -20.
4 Caroli 1987, pp. 24-25.
ciosa y contemplativa caracterizada por una vincular también el Retrato de d o minica 5 Esta inscripción fue copiada por Sacchi según el relato
9
«solidez geométrica>> y una extraordinaria como santa Catalina de Siena , cuya temát i- de Francis Wey en 186 1. Es probahle que la in,cnp·
abstracción que parece, según la opinión de ca y estilo presentan analogías con la pintu- ciún haya desaparecido dcspu¿s eJe una restauración
agresiva, aunque un estudio radiografico podría ser
Flavio Caroli, «anunciar la geometría sagra- ra de Sofonisba, pero que, sin embargo, ha- útil para aclarar la cuestión. Sacchi 1872, pp . 6-7, VI.
da de Zurbarán »\ haciendo que la joven bría que asociar con la trayectoria de otro 6 Tellini Perina 1992, p. 97. Desafortunadamente no

emerja de un fondo plano, sin ninguna refe- artista, basta la fecha no identificado. La sabemos si Elena y Sofonisba ma ntuvieron alguna
relación después d e que la primera tomara los háhitos.
rencia espacial. obra, hoy en la Gallería Borghese de Roma, 7 Según una comunicactón oral con Rossana Sacchi en
Esta pintura se puede fechar en 1551, tal presenta evidentes similitudes con la conser- 1994. R. Sacchi en Crcmona 1994, p. 186.
8 Guazzoni 1994, p . 62.
y como nos sugiere la inscripción, hoy desa- vada en Soutbampron 10 .
9 A. Gilardi en Cremona 1994, p. 294, n." 48.
parecida: << Sophonis ba Angussola Virgo Se desconoce para quién y en qué circuns- IOPaola Delia Pergola (l955,p. 75 , n." l33, inv.521 )
M ...teri Ago.ti Pinxit MDL1» 5 , y sería, pues, tancias se produjo el encargo de esta pintura, r econoce esa pin[ura como «no lejana a Sofonisba».
11 Wey 1856,pp. 298-300. En esa ocasión, la pintura se
la primera pintura que podemos vincular cuya ubicación entre los siglos XVI y XIX se ig-
atribuyó, sin fundamento, a Tiziano (h. 1488-1576).
a la mano de Sofonisba. La crítica quiso re- nora. Francis Wey afirmó en 1856 que ha bía 12 Ibídem, p. 298; Berenson 1907, p. 162.
conocer a la retratada como su h e rmana visto la misma obra durante una visita <<a la 13 Venturi 1933, p. 932.
14 Waagen l 85 4- S7, IV ( 1857), p. 65.
menor, Elena Anguissola (h. J 536-h. 1585), institución británica para la promoción de las 15 Sacchi 1872, pp. 6-7, Vt.
la cual entró como religiosa en el convento artes, una exposición permanente» y que po- 16 Escohedo 20 16, p. 164.

10 9
11 Sofonisba Anguissola (Cremona, h. 1B5-Palcrmo, 1625 )

La partida de ajedrez
1).)5
Óleo 'obre lien7.o, 72 x 97 cm
Inscripción: • ._t.I'IIONISBA ANGV>'>OI A VIRGO AMJLCARI'i HLIA LX VERA / EFIGIF TRFS SVAS
SO RORES t.l" ANCIL.AM I'DIXIT. .\1DI.V » (en e] robJero de :.t¡edre¿)
Poznaoí (Polonia ), Fundacja im. Raczyrhkich pr7.)" Mu7Cllln :'>Jarodowym w Poznaniu,
:\ll.NP FR 434

llibliografía seleccinnado: Garrard 1994, pp. 597-604; K. Sacchi en Varcsc 2002, pp. 52-53,
n." 6; A. Hayer en Cremona y Nueva York 2004, pp. 160-61, n." 55; M. P. Michalow;ki en
Michalowski et al. 2005, pp. 78-81, n." 14; Kur7.ner, Michniko wska y Wromka 20 1R

La obra La partida de ajedrez, trad icional- lenguaje empleado en la inscri pción ofrece paciones refinadas como el dibujo, la pintu-
mente considerada la mejor creación de So- además a lgunas pistas sobre la factura de la ra o el ajedrez, junto con la lectura y la mú-
fonisba Anguissola, es, sin duda, una de sus obra: las palabraS « EX VERA EFIGIE» impli- sica. Aunque la escena de una reunión
pinturas más ambiciosas. Aparre del lienzo can que la artista basó la tela en boceros familiar en un jardín implica que el juego
inacabado que hoy alberga la Nivagaards anteriores, posiblemente dibujos o quizá tiene lugar en la casa Anguissola, el paisaje
Malerisamling, protagonizado por su herma- pinturas. La figura de Lucia recuerda mu- de fondo riene poco que ver con el que se
no, su padre y su hermana Minerva lcat. 131, cho, en su concepción, a otras composiciones habría visro desde la residencia familiar de
la obra de Powarí es su trabajo de mayor conocidas que retratan a las herma nas de Cremona, poniendo así de manifiesto que la
formato de auroría confirmada, el único que medio cuerpo, con el torso girado hacia el artista debió asim ilar los motivos clásicos de
reproduce un gr upo de figuras y el único espectador, como las figuras tocando el tecla - retratos de co rte más tempranos. Al crear su
que las presenta al aire libre. do que se conse rvan en Nápoles lcat. 41 y escena, tamb.ién vis tió a sus hermanas con
Probablemente se pintara para impresio- Althorp Park ffig. 15], consideradas por a lgu- atuendos probablemente mucho más lujosos
nar a los visitantes de la casa familiar de Cre- nos retratos de la propia artista o de Lucia 1 • de lo habitual 1 • La diadema de perlas q ue
mona, que hacía las veces de estud io de la A partir de apuntes anteriores, Anguis- lleva Lucia se repite en otro retra to que pi n-
artista; allí fue donde la vio Giorgio Vasa ri sola desarroll ó su composición directamen- tó Anguissola, actualmente conservado en
( 1511-1574 ) en 1566. Durante los s igl os te sobre el lienzo. La ra diografía del cuadro Berlín, considerado una representación de su
siguienres, la obra sufrió numerosos despla- revela que inicialmente si ruó a la izquierda madre [cat. 121. Esto puede sugerir que la
zamientos. En 1600 se hallaba en Roma, una figura que parece ll evar un pañuelo de tiara era una pieza de joyería que existía de
donde pasó décadas co lgada en el Palazzo sirvienta en la cabeza4 • Esto sugiere que la verdad y que pasaba de un miembro a otro
Farnese como aurorretrato de Anguissola. artista modificó sobre la marcha la disposi- de la familia, aunque el efecto también hace
En 1680 los Farnese la habían llevado a Par- ción inicial, ya que tapó esta figura con ro- de l ornamento una especie de accesorio de
ma y en 1770 estaba en el Palazzo Real e de nos oscuros y trasladó su lugar a la derecha, atrezo. Lo mismo ocu rre con el tapete de la
N<ipoles. Lucien Bonaparte la hizo lleva r a lo que expli ca tanto la proximidad -algo mesa, que reaparece en un retrato de unan-
París y desde allí viajó a Londres, donde se incó moda- del árbol grande a las jugado- ciano ba rbado no id ent ificado, ahora en
vend ió en 1816. En 1823 fue vendida de ras como la apretada composición de la fi- Burghley H ouse, en Stamford (Inglate rra)
nuevo, esta vez a un agente del conde Ara- gura en el estrecho espacio lateral. La artis- [cat. 181.
nazy Raczyríski, que la tra nsportó a Berlín. ta además a justó la posición del brazo de Cuando Vasa ri vio la lámina en 1566, su
Finalmente, fue trasladada de esta ciudad a Minerva, la contrincante de Lu cia en el jue- creadora se había trasladado ya a España, y
Poznarí en 1903 1• go de mesa, doblándolo en un ángu lo más dos de sus modelos -Lucia y Minerva- ha-
Si nos guiamos por la inscripción -con agudo: el a rrepentimiento se aprecia aún a bían muerto. El cuadro habría preservado el
gran frecuencia mal transcrita-, en la que simple vista, ya que cerca de la cabeza de recuerdo de las ex traordina rias he rmanas
curiosamente el nombre de la pintora apa- Minerva se disti ngue el tono parduzco que que vivían en la casa donde se exhibía.
rece escrito como « Sl:.PHON ISBA », las mode- usara la artista. ~lo c ha e l Co 1e
los deben ser tres de sus hermanas, general- Algunos de los cuadros que pintó An-
mente identificadas de izquierda a derecha guissola hacia 1555 muestran a las herma-
como Lucia, Europa y Minerva , posando nas dedicadas a actividades características
con la a!lcilla o sirvienta de la familia 2 • El de las mujeres cultivadas de su época; ocu-

110
1 Sobre la procedencia, véase Bert ini 1987, p . 18 1, Sandra Pcrlingicri ( 1992, pp. 82-88) fue la primera pp . 589-97) concurriero n t ím ida mente con sus argu
n." 279; Kalinow,k ¡ 1992, p. 15; f'redericksen 1993, estudiosa en a rgumentar q ue Europa debió nacer des- menros, aunque Gregori le asignó una fecha m::i.:;
p. 1 14; la ficha de R. Sacchi en Crcmona 1994, pp. 190- pués de Minerva. y, por ta nto, debía ser la más jm·en tardía . La mayoría de Jt,... crít icos modernos interp re-
91,n." 3; Frederick;.en 1996, p. 114;y M. P. Micha!ows- de las hermanas representadas. Posteriormente, casi ta n que la obra representa a la propia arrism .
ki en ivllchalowski et al. 2005, pp. 78-81, n." 14. todo• los expertos han ,eguido estas identificaciones. 4 M . P. M ichalow,k i en M ichalowsk 1 et al. 20 05,
2 ll .,ta 1955, los especial istas leían la fecha como 3 Flav io Caroli ( 1987, pp. 27-28 y 100-1, n ." 5) iden- pp. 78-81, n." 14. Consúlrcnse las fotografías y la dis-
1560: la; foros má' an tig uas mue~tra n q ue a la • u- tificó por p rime ra vez co mo Lucia a la mod elo del cusión en Kutzner, Ylich nikowska y \XIr01íska 20 18.
perficie le falta ba a lgo de pinrura debajo de la « V» cuadro de Altho rp, fec há ndolo en 1554, un a i\o an tes 5 Sobn; la situación económica de la fam ilia, véase Bo-
fina l, lo que la hizo confundir con una ~< x » . l .os nom- de la obra de Pm na1í. M ina G regori ( 1994 , p . 24 ) )' netti 1928, p p. 295-99; \XIelch 2004, p. 3 1; )' Sacchi
bres Je 1"' figurilS también han cambiad o ; l lya (de fo rma más caurclosa) Mary D. Garra rd ( 1994, l994a, p. 346.

1 11
12 Sofonisba Anguiss ola (Crem ona, h. 1535-Palenno, 1625 ) sentido, Mina Gregori ve en eUa a «una per-
sona de la familia•• 10 , mientras que Maria
Bianca Ponzoni
Kusche alude a un cierto «ai re familiar >> 11 ; e,
1557
igualmente, aceptamos la propuesta de Va-
Ó leo sobre lienzo, 98 x 75 cm
lerio Guazzoni, que aludió al paralelismo
Inscripción: «Sophonisba 1 Angusola 1Virgo 1 E 1 1·5·5·7» (en el sillón )
Berlín, Gemaldegalerie, Sraarlichc Musecn zu Berlin, inv. 1705
existente entre las joyas de las niñas repre-
senradas en La partida de ajedrez de 1555 12
Bibliografía seleccionada : Nicodemi 1927, p . 230; Katalog 1975, p. 29, n ." 170.5; [ca t. 11] y las de la dama de esta pintura,
Grcgori 1985 , p. 172; Kuschc 1989, pp. 395 y 40 1-6; R. Sacchi en Cremo na 1994, p. 2 04, visibles tanto en el peinado como en el cue-
0
11. 1O; Gante 2018-19, pp. 62-63, n.o 5
llol.l. Tal aseveración corrobora ría la idea de
que las mujeres nobles se presentaban ante
el mundo con las joyas de la familia.
Según Giorgio Nicodemi, la pintura fonnó
Este lienzo representa a la madre de Sofonis- Además de las influencias de su primer parte de la colección de Ita lo Brass 14 en Vene-
ba Anguissola, Bianca Ponzoni 1• La dama maestro, Bernardino Campi (1522-1591 ), cia y, de hecho, así se expuso, pero rotulada
italiana lleva un hermoso vestido de brocado reconocibles en la forma de representar los como autorretrato de Sofonisba, en la exposi-
dorado que deja los hombros desnudos, con detall es del vestido y de las joyas, es posible ción ded icada al retrato italiano en 1911 en
un bordado decorado con brotes de vid, y se evidenciar el sfumato heredado de Correg- Flo ren cia. La o bra fue adquirida por Thos.
muestra adornada con sus joyas más precia- gio (h. 148 9-1534 ), ya patente en la produc- Agnew & Sons en 191 3 en Londres y de aquí
das, visibles en el peinado, el lóbulo de las ción de su segundo ma estro, Bernardino pasó a la ubicación actual 11 •
orejas y el cuello. El elemento más sobresa- Gatti (h. 1495-1576)3 • Así mismo, la inten- En 1985, Mina Gregori también planteó
liente a la vista es, sin duda, el brillo que la sidad en el rostro y el modo de ca ptar a la la hipótesis de que este trabajo pudiera haber
joven cremonesa otorgó al vestido a partir de retratada sigue, sin duda, las directrices de sido realizado como pendant de otra pintu-
una sabia elección pictórica, de ral modo que Giovanni Battista Moroni (h . 1525-1578)4 • ra: el retrato del doctor Pi etro Manna, de Lu-
cas i parece trasmitir la sensación táctil del Rossana Sacchi sugiere una cercanía con el cia Anguissola (h. 1537-h.] 565) 16, fechado
tejido al espectador. En la cinrura lleva una retrato de Tsotta Brembati, del mismo autor!. en 1577 [cat. 17]. Tal aseveración se justificó
cadena de oro de la que cuelga un quita pul- El nombre de <<Sophonis ba Anguso la» a partir de la analogía existente entre el tama-
gas de piel de marta, según la costumbre de puede leerse justo debajo del reposa brazos, ño de ambas obras y también redundaría en
la época, un elemento también de ascenden- así como la fecha de realización, 15576 • Con la posibilidad de que existiera un propósito
cia nórdica y qu e se puede encon trar en los respecto a la firma , conviene señalar que la común en los dos lienzos 17 •
retratos de corte de mano de la cremonesa 2 • pintora solía usar este nombre, «Sophonis- Ceci li a Gamb e rini
El rostro es extremadamente expresivo, gra- ba ••, para fumar las obras en su primera etapa
cias al suave claroscuro modulado de heren- en Ita lia , es decir, todavía en su período de 1 Bianca Ponzoni, hija del conde l'ierro Martire y lucía
cia lombarda, mientras que el cuerpo de la formación. Ami lea re, su padre, utilizaba el Mainold i, fue criada tras la muerte de sus padres por
dama tiene un aspecto no muy agraciado, mismo nombre para referirse a su hija, tal y su tío Ponzino Ponzonj. Se desconocen sus fechas de
nacimiento y muerte. Véase Sacchi 1994a, p. 347.
incluso desproporcionado y más bien corpu- como aparece en las cartas de recomendación 2 R. Sacchi en Cremona 1994, p. 204, n." LO; Kusche
lenro. Esta falta de pericia técnica es un ele- enviadas a Felipe TF. Tal decisión no debe sor- 1994b.
3 Para una panorámica sobre la formación de Sofonis·
mento distintivo de Sofonisba, debido a que prender, sino que, más bien, es una constata-
ba, véase Bora 1994.
jamás pudo formarse a partir del estudio del ción de su deseo de utilizar el nombre de la 4 Bérgamo 1979. véase el catálogo completo.
desn udo. De haber adquirido ese tipo de ins- leyenda cartaginesa de Aníbal, como ya seña- 5 Bérgamo, Palazzo :vloroni, h. 1552·53. R. Sacchi en
Varcsc 2002, pp. 42-43.
trucción, posiblemente no se observaría esa ló Ilya Sandra Perlingieri 8 • La artista se va lió,
6 la transcripción en R. Sacchi en Cremona 1994 ,
falta de conocimiento anatómico. Tales erro- por tanto, de la pintura para legi timar la an- p. 204, n." 10.
res se evidencian también en la disposición tigüedad y la nobleza de su nombre y de su 7 Archi vo General de Simancas, Estado , Mi lán,
leg. 1210, fol. 190; Sacchi 1988, p. 74.
del sillón en el que se sienta, que no presenta familia, ya que posicionarse dentro de la fa- 8 l'erlingieri 1992, pp. 63-64.
una perspectiva coherente y se separa, de he- milia Anguissola y enfatizado en sus retratos 9 Caroli 1987, p. 114, n." 14.
cho, de la robusta figura femenina . De cual- equivalía a mostrar su propia afiliación al 10 Gregori 1985, p . 172.
.11 Kuschc 1989, pp. 395 y 401-6 .
quier modo, la obra es perfectamente cohe- poder de la nobleza y a las relaciones que la 12 V. Guauoni en Cremo na 1994, p . 190, n." 3.
rente con la educación pictórica que recibió fam ilia había tejido a lo largo de los siglos. 13 R. Sacchi en Cremona 1994 , p. 204, n." 1O.
Sofonisba, que se centró en el retrato y las La histOriografía tradicionalmente ha 14 :--licodemi 1927, p. 230.
15 Katalog 1975, p. 29, n.• 1705.
pequeñas obras devocionales, géneros afines identificado a la retratada, como hemos se- 16 Gilardi 1994 , p. 75.
a su condición de noble y virtuosa. ñalado, con la madre de la pintora 9 y, en este 17 Grcgori 1985, p. 172.

112
fll
13 Sofonisba Anguissola (Cremona, h. 1535-Palermo, 162.5) Esta visita ayudaría a fecha r la obra que, a
nuestro juicio, debería respetar la propuesta
Retrato de familia
de Cario Bonetti, quien sugirió el año 1558
h . 1.558
basándose en la presunta edad de Asdruba le,
Óleo sobre lienzo, 157 x 12 2 cm
nacido en 1551 y que parece tener alrededor
Ni va (Dinamarca), Nivaagaards Malerisamling, inv. 000 1.:--.JMK
de siete años en la pintura 10 • Es muy proba-
Bibliografía seleccionada: Jrianilli 1650, p. 25; Soprani 116741 1768-69, 1 ( 1768), p. 412; ble, tal y como hemos explicado arriba, que
Zaist 1774, l, p. 232; Lancetti l ~ 19-22, 1 ( 1~ 19), p. 258; Vasari-M ilanesi 1878-85, VI ( 188 1), la obra se conservase en la casa Anguissola
p. 498; Fournier-Sarloveze 1899, p. 321; Frimmel1904, p. 39; Berenson 1907, p. 154; Posse de Cremona hasta la muerte de Asdrubale
1907, p. 523; White 191 1; Vcnruri 1933, p . 926; Grcgori 1985, pp. 172-73; E. Sambo en
en 1623 11 y luego, gracias a la fama adquiri-
Cremona 1985, p. 175, n.0 1.16.5; R. Sacchi en Cremona 1994, pp. 214-15, n .0 15; F. Caroli
da con el relato de Vasari, la familia Borghe-
en Milán 2000-1, pp. 396-97, n." VJ1.25
se la compra ría, ya que d ife rentes testimo-
nios afirma n que esruvo en la Villa Borghe-
se de Roma enrre 1650 y 1774 12 • Más tarde,
en 1819, Vincenzo Lancerri ll rec uerda que
La construcción de la pintura es extremada- En cuanto a las referencias presentes en el la pintura se puso a la venta en París y fue
mente compleja, al menos si la comparamos lienzo, los historiadores han propuesto diver- adquirida por el pintor Wilhelm Marstrand
con los retratos realizados durante los primeros sas interpretaciones; así, Mina Gregori señala (1810-1873), que la vendió en 18 73 al mu-
ai'ios de la actividad p.ictórica de Sofonisba que el fondo fue ideado a partir de «una base seo de Ni va como un a obra desconocida 14 •
[véase, por ejemplo, ca t. 2]. La explícita gesrua- luminosa y gris, con notas azules claras ••, simi- En 1872, Federico Sacchil 5 y, en 1899, .J o-
lidad de cada personaje construye una relación lar a la Adoración de los pastores realizada seph Raymond fournier-Sarloveze 16 seña la-
entre los representados, en la que podemos des- para San Pietro al Po de Cremona por Ser- ron la desaparición de la obra, hasta que, en
tacar la mirada serena de Amilcare Anguissola, nardino Gatti (h. 1495-1576)\ mientras que 1904, Theodor von Frimmell a identificó en
que establece un contacto visual muy persuasi- Orietta Pinessi identifica el mismo tono con el la N ivaagaards Malerisamling y la atribuyó
vo con el espectador. Giorgio Vasari (1511- usado por Niccolo deii'Abate (h. 1509/12- a Sofonisba 17• Esta atrib ución fue aceptada
1574) fue el primero que identificó a los per- 1571)'.Así mismo Gregori encuentra analo- posteriormente po r Hans Posse 18 , Bernard
sonajes': Minerva 2 , a la izquierda, quien gías entre la pose de Arnilcare y la plasticidad Berenson 19 y también en el catálogo de la
también figura en T,a partida de ajedrez de y grandeza de la escultura de Giuliano de' ga lería de Karl Madsen en "1 908 20, propues-
Poznarí lcat. 1 1J; Ami lea re, en el cenrro de la Medici de Miguel Ángel ( 1475-1564) en la ta adm itida todavía hoy por la comunidad
composición; y el pequeiio Asdrubale, a la de- denominada como Sacristía Nueva de la igle- científica.
recha. La joven Minerva observa a su hermano sia de San Lorenzo de Florencia, conocida por Ceci li a Gamherini
menor, pero también el vínculo fraternal entre Sofonisba quizás a través de un grabado6 • Una
los dos personajes masculinos de la pintura, serie de zonas inacabadas pueden visualizarse
quizá una estrategia de la cremonesa para en- tanto en la mano de Asdrubale como en la par-
focar la atención del espectador. La obra, ade- te inferior de la pintura, hecho que reforzaría
1 Vasari-Milancsi J 878-85, VI ( 188 1), p. 498.
más, podría interpretarse corno una declara- la posibilidad de que se tratase de una obra 2 Para una relación detallada sobre las herma nas An-
ción explícita de la continuidad dinástica de los doméstica, realizada sin la precisión caracte- guissola véa~e Gilardi 1994.
Anguissola: el gesto cariñoso de Anúlcare, que rística de los encargos7 . Se trataría, además, de 3 F. Caroli tn .\1il:ín 2000- 1. pp. 396-97, n." Vll.25.
. 4 Gregori 1985, pp. 172-73.
apoya su mano en el hombro del único herede- la única pintura conocida de Sofonisba inaca- 5 Pincssi 1998, pp. 48-49.
ro varón tan deseado, y la mano de Asdrubale, bada8 y así la vería Vasari, que en 1566 visitó 6 Gregori 1985, pp. 172-73.
7 R. Sarchi en Cremona 1994, pp. 214-15, n.'' 15.
que sujeta la de su padre, aludirían, inequívo- Cremona y se detuvo en la residencia Anguis-
8 F. Caroli en Milán 2000-1, pp. 396-97, n.0 Vll.25.
camente, a la sucesión del apellido familiar. sola, en donde admiró la obra y la describió: 9 Vasari-M ilancsi 1S78-85, VI ( 188 J ), p. 498.
Ciertos elementos pueden rastrearse en obras lO Bonerti 1928, pp. 291-92.
11 Gilardi 1994, p. 76.
precedentes de la pintora, como la presencia de En otra pintura vemos retratado por la
12 Man illi 1650, p. 25; Soprani [ 1674] 1768-69, 1
un perro a los pies del hermano menor, ya in- misma Sofonisba al señor Amilcare, su pa- ( 1768), p. 4 12; Zaist 1774, 1, p. 232.
troducida en el rerraro de Massimiliano Stam- dre, que tiene a su lado a una hija de él, su 13 Lancetti 18 19·22, 1 ( 18 19), p. 258.
14 R. Sacchi en Cremona 1994, p. 214, n." 15.
pa de 1557 [car. 15]. Los personajes se dispo- hermana, llamada Minerva, que fue rara en 15 Sacchi 1872, p. 9.
nen en un paisaje idílico, con Wl marcado sabor pinturas y letras, y en el otro a Asdruhale, 16 Fo urnier-Sarloveze 1899, p . .121.
flamenco, que se articula a panir de arquitectu- hijo del mismo, y hermano de ambas; y 17 Fnmmel 1904, p. 39.
18 Possc 1907, p. 523.
ras fantásticas, y de impronta gotizante, enri- también esros están tan bien representados, 19 Berenson 1907, p. 154 .
quecido por tonalidades azuladas1 . que parecen respirar y estar vivos. 9 20 Madsen 1908, p. 7.

1 14
14 Sofonisba Anguissola (Cremona, h. 1535-Palcrmo, 1625) su aprendiza je con Bernardino Gatti, llamado
il Soiaro (h. 1495-1576). Se desconoce duran-
Vieja que estudia el alfabeto y provoca la risa de una joven
te cuántos años permaneció en su tal ler, pero
h. 1555-58
parece evidente que durante este período So-
Lápiz negro sobre papel amarillento adherido a tela, 301 x 345 rnm
fon isba perfeccio nó su habilidad como retra-
Florencia, Gal lerie degli Uffizi, Gabinetto dei Disegni e del le Sta mpe, inv. 13936 figu re
tista al lado de un pin tor bien dotado para
Bibli ografía seleccionada: Bora 1994; B. de Klerck en Cremona 1994, pp. 274-77, n." 39; este género. En 1994 Giulio Bora atribuyó a
Meijer 1971; Sacchi 1994b; Sacchi 1994d;Tolnay 194 1 Sofonisba un conjunto más o menos homo-
géneo de dibujos, conservados en el Louvre,
muy relacionados con el estilo pictórico de
Bernardino Garri 2• Con todo, el catálogo grá-
Vieja que estudia el alfabeto y provoca la pi (1522-1591 ), miembro de una importante fico de la pintora es extremadamente redu-
risa de una jouen y Niño mordido por wz dinastía cremonesa de pintores. D esde 1546, cido, pues a l margen de este grupo y de los
cangrejo que provoca la atención de una jo- año en el que comenzó su fo rmación con dos dibujos que aquí analizamos, solamente
ven [fig . 46 ], son los únicos dibujos de aproximadamente diez años, y hasta 1549, otros dos le han sido atribuidos habitualmen-
Sofonisba Anguissola que aparecen mencio- fecha en la que el pintor dejó Cremona para te\ ambos caracterizados por su sereno rea-
nados en las fuentes documentales e histo- rrasladarse a Milán, Sofonisba rec ibió sus lismo: el retrato de Lucia Anguissola (Flo-
riográficas de su época y sobre cuya atribu- primeras enseñanzas artísticas en casa de renc ia, Uffizi ) y el Retrato de mujer (Dresde,
ción no cabe duda alguna.A partir de dicha Campi sin que tengamos constancia docu- Staa tliche Kunstsammlungen), este ú ltim o
literatura se puede afirma r que fu eron con- mental de un contrato de aprendizaje. Fue en sustentado por una antigua inscripción.
cebidos de modo complementario a l mos- estos primeros años donde necesariamente Los dos dibujos a los que aquí nos refe-
trar las expresion es contrapuestas de la risa aprendió los principios de l d ibujo y, sobre rimos han tenido una relevante presencia en
y el llanto. todo, asimiló los postulados del maestro, que la historiografía de la pintora. En 194 1
Ambas composiciones, que pu eden ser concedía una especial importancia a la obser- Charles de Tolnay dio a conocer dos cartas
calificadas como escenas de género, pertene- vación del natural como medio para lograr de Amilcare Anguissola a M igue l Ángel
1
cen a una ca tegoría artística en la que Sofo- un buen rerrato • Tam bié n en el taller de (1475-1564) fechadas el 7 de mayo de 15.57
nisba va a desempei'iar un pa pel destacado Campi y en su círculo cremonés tendría oca- y el 1 5 de mayo de 1558, respectivamente,
en la Ita li a de su tiempo a través de a lgu- sión de conocer la trad ición artística flamen- en las que se ponía de manifiesto el apoyo
nas pinturas, como La partida de ajedrez ca en la representación de escenas popula res. que Sofonisba recibió del maestro a instan-
lcat. ·111. En este lienzo, así como e n los dos Tras la marcha de Ca m pi, Sofonisba continuó cias del padre4 • En la primera de las canas
dibujos, Sofonisba se sirve de los retratos de
sus herman as y hermano para componer
una escena en la que, bajo la apariencia de la
cotidianeidad, se expresan valores más tras-
cendentes, como la educación y los semi-
miemos.
Para llegar a este punto Sofonisba había
iniciado, bien planificada por su padre Amil-
care, la formación artística junto a su herma-
na menor Elena en casa de Bernardino Ca m-

FIG. 46 Sofonisba Anguissola, Niño


mordido por un cangrejo que provoca
la atención de una joven, h. 1555-58 ,
lápiz negro y carboncillo sobre papel
amarillento, 322 x 375 mm. Nápoles,
Museo di Capodimonte, Gab inetto
Disegni e Srampe, inv. n. 0 L039

J 17
HG. 4- Jacob Bos, l.a t'ecchia
rimbamhita muove nso al/a fanciuletta,
h. 1560-64, buril, 339 x 427 mm.
Londres, Thc British Muscum,
2003,0630.88

(La vieja senil provoca la risa de la joven)


1fig. 4 7]. La estampa no está fechada, pero
podría datarse a comienzos de la década
de 1560, cuando colaboraron estrechamen-
te grabador y editor. Las diferencias entre el
dibujo conservado y la estampa, indepen-
dientemente de la inversión del sentido de la
Amilcare pide a Miguel Ángel el envío de un riéndole los dibujos anteriormente prometidos imagen, suponen la existencia de otro dibu-
dibujo para que Sofonisba lo pueda colorear por Cavalieri, cuyo envío se había retrasado jo que debió servir de modelo al grabador.
al óleo y remitírselo de~pués para su aproba- debido al deseo de su antiguo propietario En cualquier caso, la publicación de una
ción. La segunda carta confirma que ambos de hacer una copia por la a lta estima en que estampa a partir de un modelo de Sofonisba,
mantuvieron correspondencia y agradece los los tenía•. a la que se califica en la inscripción de «Gen-
comentarios positivos a la obra de su hija. Giorgio Vasari, en la biografía de Proper- tildon a Cremonese», supone la constatación
Tolnay, en ese mismo artículo, también se zia de' Rossi (1490-1530)- incluida en la edi- del temprano éxito de la pintora gracias a
hizo eco de una carta del amigo de Miguel ción de sus Vite de 1568, ya se había hecho una composición de un género muy novedo-
Ángel, Tornmasu Cavalieri, a Cusimo l de' eco de la carta de Cavalieri y mencionaba que so en el momento, la «pittura ridicola», des-
Medici escrita el 20 de enero de 1562, en la el llanto del niño del dibujo estaba provocado crita por Gabriele Paleorti y Giovanni Paolo
que le comunicaba el envío a Roma de dos por la mordedura en el dedo por uno de los Lomazzo 10 •
dibujos de su propia colección, uno de Mi- cangrejos que portaba en una cesta. Añadió Ambos dibujos, elaborados con lápiz
guel Ángel representando a Cleopatra y otro que el dibujo era gracioso y rea lista, y que lo negro, demuestran la temprana capacidad
de Sofonisba con el retrato de su hermano conservaba en su Libro de dibujos. de Sofonisba de observación del natural y
llorando. A propósito de este dibujo, <<che La recomendación de Miguel Ángel de representación de la figura y expresión hu-
potra stare parangone di molti, perche non e acometer a través de dos dibujos la idea manas, aun cuando en su posterior obra
solamente bello ma cié ancora inventione••, de los contrapuestos, de lo cómico frente a pictórica esta se vio limitada por los condi-
Cavalieri refiere una historia que subraya la lo serio, es un lugar común en el Renac i- cionantes del decoro imp lícitos en el retrato
relación artística que existió entre Buona- miento donde la Poética de Aristóteles estará cortesano.
rroti y Sofonisba, pues presente en la tratadísticaM.En el dibujo, la José .\1anue1 1>.1arilla
joven que ríe, de fisonomía muy semejante a
hauendo il divino Michelangiolo veduto un la de su hermana Europa representada en La
diseggno di sua mano di una giovane che partida de ajedrez, lo hace de una vieja ama 1 1~ernaru ino Ca m pi, Parcre sopm la pittura, en Zaist
1774, ll, pp. 103-6.
ridet'a, disse che harrebe voluta vedere un a la que guía con sus manos en la lectura de
2 Hora 1994.
putto che piangesse come cosa molto phi un libro. El carácter cómico de la escena, en 3 G. Bora en Cremona !994,pp. 278-8J,míms.40) 41.
difficile, et essendole scrttto, leí le mando la que la joven enseña a la anciana - otra 4lolnay 1941.
5 La curra fue transcnta por pro mera vc7 en Sreinmann
questo qua/e e1111 ritratto di U/1 SitO fratel/o contraposición- se intens ificó en una es- y Po¡:arschcr 1906. Tolna)' 1941,pp. 117· 19,n." 12.
(atto piangere studiosamente.' tampa del grabador Jacob Bos 9 (activo 6 '>m:chi 1994b, p. 370
en Roma entre 1549 y 1580), publicada en - Sacchi 1994d, p. 404.
8 Mci¡er 19-l.
El 24 de enero de ese mismo año Averardo Roma por Antoine Lafréry, titulada La L'ec- 9 n. de Klcrck en Cremona 1994, pp. 274·77, n." 39.
Serri~rori escribe a Cosimo de' Medici remi- chia rimbambita nzuove riso al/a fanciuletta 10 lbtdt•m.

J 18
6 11
15 Sofonisba Anguissola (Cremona, h. 15.35-Palermo, 1625)

Massimiliano Stampa
1557
Óleo sobre licnw, 134,9 x 71,1 cm
Jn\Crlp<:IÓn: •MAA. SL\. ~lAR. \ON. 111/ tT. AN. Vllll/1 5.)7 • (en eJ reverso)
Balnmorc (1\ laryland), The Walrcr<. Arr .\1useum, n.• 37.106

BiblioAralú ,cJcccionada: l:lcrcmon 1907,p. 163; Borcnn1s 1913,p. 195,n."l72; Zcri


1976, 11. p. 427, n." 298; Simon 1986; C.1roli 1987, pp. 126-29; R. Sacchi en Crcmona 1994,
pp. 206-7, n." 11; llansen y Spiccr 200S, pp. 102-3; TanLi 2015, pp. 123-24

El retratado, el joven Massimiliano Stam- elección de la pintora se justifica a 1 hilo de Chantcl en Lyon, a Trorri en París y a James
pa 1, se presenta de pie sosteniendo un guan- las relaciones entre la familia Stampa y la Stillmann, antes de 1921 !l . Según seiialó
te con la mano derecha, en la que luce un saga de los Anguissola, dado que al abuelo Zeri, entre 192 1 y 1926 se encontraba en el
anillo estratégicamente colocado en el dedo paterno de Sofonisba,Annibale Anguissola 8, Metropolitan Museum de Nueva York 22 y,
meñique, y con la izquierda apoyada en la le había sido concedido, por parte de Ludo- después, fue adquirida por Henry Walters en
espada, atributos que subrayan su condición vico il Moro {1452-1508), el tí rulo de <<Cas- 1927, el cual la cedió, en 1931, al Walters
social y su pertenencia a la n obleza!. El me- tellano della Rocca di Soncino» en 1499, Art Museum, en donde se conserva a día de
ticuloso estudio fisonómico del joven alude antes de que el castillo se entregara a los hoy.
a una profunda indagación de sus emocio- venecianos9 • A partir de 1535 el castillo de Cccdia Gamher1111
nes, visibles a partir de este retrato del natu- Soncino pasó a Jos españoles y en 1536, Car-
ral. Parece evidenre, a la luz de esta pintura, los V elevó Soncino a un marquesado, dejan-
que Sofoni~ba no se había formado en el do la residencia a la familia Stampa. Una vez 1 Hijo de Ermes Srampa e l<ahella Rangoni, se ~asó
con Marianna, hi¡.a de Antomo de Leyva, prínctpt: <.le
estudio de la perspectiva, típica de un pintor instalado en el edificio, Ermes Stampa en-
A'coh y capitán g<·ncral de Carlos V.
profesional, sino que se había centrado ~o­ cargó a Bernardino Gatti {h. 1495-1576), l R. Sacch1 en Crcmon~ 1994. pp.206-7, n.'' 11. Véase
bre la copia al natural y, de hecho, resulta maesrro de Sofonisba, la decoración de la Calegari 2000.
.1 l'ara una reconstrucción de la formac ión de Sofonis·
patente una cierra torpeza en la recreación capilla 10, entre 1552 y 1557, un segundo tes- ba, véase Bora 1994.
espacial, que ella misma trató de compensar timonio que avalaría la posibilidad de que 4 M. Ku,che en Crcmona 1994, pp. 2.14-17, n." 24;
con su gran habilid ad como retratista\ La Gatti actuara como intermediario con los Ruiz Gómez 2007, p. 114.
5 Simon 1'186, p. 1 17.
recreación de los fondos y el modo de pintar Stampa para presentar a su alumna 11 • 6 Simon 1986.
la columna confirman estas dificultades, las El estilo y la tipología del retrato hicie- ., Perlingien 1992, p. 1Ol.
mismas que se observan en el retrato de 1561 ron que se atribuyera, antes de 1986, aGio- 8 Para más informacion sobre la genealogía de lo; An
gmssola. ' 'éasc Gamhenm 2016, pp. 29-30.
de la reina Isabel de Valois, atribuido tam- vanni Bartista Moroni (h. 1525-1578), y, 9 Poggiah 17.57-66, VIII ( 17601, pp. 142 )' 179.
bién a Sofonisba 4 lcar. 24]. además, se conocen otras dos versiones del 10 Lamo 1.584, p. 75.
11 Sacchi 2005. pp. 'i04-S.
El niño ha sido identificado con Massi- mismo tema 12 . La obra fue atribuida a Sofo-
12 Caroli fue el pnmero que publicó los tres retr.um.
miliano Stampa Il, tercer marqués de Sonci- nisba en 1907 por Bernard Berenson 1\ hipó- Caroli 1987, pp. 126 29. Véase también R. ~a..:chi en
no ( 1548-160 1), gracias a una anotación en tesis acogida por federico Zeri 1\ Flavio Crcmona 1994, pp. 208-11, núms. 12 y 13.
13 Berenson 1\107, p. 163.
la parte trasera del lienzo << MAX. STA. MAR. Caro li 1 \ ll ya Sandra Pe rling ieri 1" y, en el
14 Zen 1976,11, p. 4r, n." 298 .
SON. 111 1 lET. AN. Vllll 1 15 57", que la restau- catálogo del museo, por Morren Steen Han- 15Caroli 1 98~.p. 1r.
ración de 1986 evidenció\ permitiendo tam- sen y joaneath Spicer 1", mientras que Charles I6Perhng1cn !99l.p.IOI.
171lamen y ~picer 2005, pp. 102 ·3.
bién fechar la pintura. Roben Simon'' fue el de Tolnay 18 aceptó esta posibilidad solo par- 18Tolnar 194 l, p. 115.
primero que hizo pública la identidad del cialmente. En 20 15 Marco Tanzi propuso la 19 Tanzi 2015, pp. 124-25.
sujeto y sugirió que la familia Stampa encar- atribución a Bernardino Camp i ( 1522- 20 Gambcrini 2016, p. 29.
2 1 Boreniu, 191.1, p. 1'IS, n." 172.
garía la pintura para recordar la fecha en la l591)19.
22 Zeri 1976, 11. p. 427, n." 2\18 .
que el joven heredó el título de marqués en A mi modo de ver, las coincidencias en el
1557, justo después de la muerte de su pa- estilo y las relaciones entre los Stampa y los
dre, Ermes Stampa. Se trararía, por tanto, de Anguissola apuntarían a Sofonisba como
un lienzo que celebra la concesión del título autora de la obra!0 • Esta versión original,
a Massimiliano el 22 de julio de 155T. La hoy en el Walrers Arr Museum, perteneció a

120
f ZI
122
16 Sofonisba Anguissola (Crcmona, h. 1535-Palermo, 1625) Además de manuscritos iluminados y esce-
nas religiosas de pequeño tamaño, C lovio
Giulio Clovio
también realizó va rios retraros- miniarura,
h. 1556
de los que el más famoso es el de Leonora de
Óleo sobre lienLo, 98 x 75 cm
Toledo (colección particu lar}'.
Roma, colección particular
En esta obra, C lovio estaría mirando a su
B1bl1ografía selecciOna da: leed~ 1868, p. 26, n.• 244; Berenson 1968,1, p. 14; Caroh modelo y pintando su retrato, que, po r o tra
1987, p. 112, n." 13; Perli ngien 1992, pp. 40-41; R. Sacchi en Cremona 1994, p. 194, n." 5; pa rte, está inacabado por debajo del cuello.
A. Wicd en Viena 1995. p. 8 1, n." 15; Christadler 2000, p. 197; Kuschc 2003, pp. 216-17; Po r todo ello varios autores~ ha n sostenido
Hac.ljinicolaou 2014, pp. 173-74; leeman ~ 2014
que el personaje efigiado en la miniatura sería
en realidad la propia Sofonisba, en un juego
de espejos similar al del retraro que represen-
ta a Berna rdino Ca m pi ( 1522- 159 1) retratan-
La historia del cuadro ha sido reconstru ida Clovio aparece sobre fondo oscuro vuel- do a la pintora y realizado hacia 1559 [ca t. 71.
por Annemie Leemans 1. Aparece por vez pri- to hacia el espectador, con el rostro ilumina- H ay que recordar además que en el mencio-
mera en Londres, como propiedad de Tho- do desde la derecha. Viste un atuendo oscu- nado inventario de bienes de Clovio figuraba
mas Grignion, en una subasta celebrada en ro de g ran sobriedad del que e mergen e l una << impronta » de Giulio Clovio y de santa
Christie's el 2 de mayo de 1807. En el catá- cuel lo y los puños blancos de la camisa, Úrsula, obras de Sofonisba".
logo se describía como ,, Portrait of the cele- marcando el rostro y las manos. En la cabe- Respecto a la fecha de la obra, llya San-
brated Miniature Painter Giulio Clovio, za lleva un curioso sombrero que Leema ns dra Perlingieri la data hacia 1578 10, ;uio de la
from the Borghese - very fine>> y se atribuía ha comparado con el que aparece en un re- muerte de Clovio, quizá por la avanzada edad
a Tiziano (h. 1488-1576). El cuadro se puso a traro grabado del eclesiásti co inglés j o hn del modelo. Sin embargo, la fecha más co-
la venta de nuevo en 1811 , esta vez como More4 ; en ambos casos este tipo de tocado múnmente aceptada por la c rítica es 1556,
Ludovico Carracci {1555-1619), y en 1812 sería para la aurora un em blema de la indu- momento en q ue ambos, pintora y modelo,
como Giovanni Battista Moroni (h. 1525- m entaria sobria propia de un ec lesiástico. pudieron coincidir en Piacenza o Panna, en la
1578 ). Continuó en Inglaterra al menos has- Está sentado en una silla de tijera de la que corte de Orravio Farnese y su esposa, la Aa-
ta 1868, año en e l que se cele bró la «Na tio- so lo se ve el brazo y el arranq ue de los arcos menea Margarita de Austria. Adem<ÍS, se ha
nal Exhibition of Works of A rt » d e l.eed s, superiores. Su mano derecha se apoya sob re seña lado su pro ximid ad estilística y com-
donde fue expuesto como procedente de la una mesa cubierta con terciopelo verde; en- positiva con el Retrato de anciano fechado
colección de Charles Townley, qu e había fa- tre el dedo índice y el medio sosti ene un pin- en 1560 11 [cat. 181. No obsrante, no existe
llecido muchos años antes, en 180SZ. El cua- cel. Sobre la mesa puede adivinarse una caja prueba documental a lg una de ese encuentro
dro no reapareció hasta un siglo desp ués, cuadrada con colores para pinta r. En su entre ambos y hay que setialar que la edad que
cua ndo figuró en el catá logo póstumo de mano izquierda lleva un retrato femenino en aparenta Clovio en este retrato pa rece bastan-
Bernard Berenson de 1968 1 con la atrib u- miniatura de formato ova lado, vuelto hacia te cercana a la del retrato del Greco, fechado
ción a Sofonisba Angui ssola que se ha soste- el espectador. Se ha considerado habitual- habitualmente dieciséis años después.
nido hasta nuestros días. En dicha o bra figu- me nte que esta miniatu ra sería el autorretra- j.n1cr Docampo
ra como perteneciente a la colección del to de Levina Teerlinc (h. 151 0- 1576) h ija y
h istori ador del arte Federico Zeri, c uyo s di scípula de Sim o n Bening (h. 1483- 156 1),
herederos lo poseen en la actua li dad. el último g ran minia turista Aamenco, qu e
La identificación del modelo con el céle- trabajó en la corte inglesa a partir de 1546.
bre miniaturista croata Giulio C lovio ( 1498- Entre las posesiones de Clovio, según el in- 1 l.ecmans 2014, pp. 40-42, a partir de datos cxrr.lidos
drl Gcrry Provenance lndex® dat.1h.1sc. J.l'aul Gctt)
15 78) se ha mantenido desde la primera ventario de bienes de su testamento, figu- Trust.
aparición de la obra y puede confi rmarse a ra ha «una cajita redonda con el retrato de 2 l.eeds 1868, p. 26, n." 244 .
3 Berenson 196X, 1,p. 14.
través del parecido físico que tiene respecto Liv ini a !sic] miniaturi sta de la reina de In-
4 Lccmans 2014. pp. 42-4.1.
a otros r etratos, especialmente el más céle- g laterra»; . Sin embargo, siendo C lovio mi- S .. U11 Súlttolino to11do cou ¡/ ntr,lfto de 1 H'lmd ntl.!·
bre de todos e ll os, realiza do por el Greco niaturi sta y apareciendo en el c uadro con un matnce del/a Regma d.lllghtfterra».
6 :-Jueva York, Thc f>lorgan 1 ihrarr & Mu,eum,
(1541-16 14 ) hacia 1572 (Nápo les, Museo pincel en la mano y una caja con colores
:\h. M 69, ff. 59v-60r.
Naziona le di Capodi m onte), y autorretra - junto a él, cabría suponer que está mostran- 7 Simon 1989.

tos, como los conservados en el Kunsthisro- do un retrato realizado por él mi smo, al 8 Christadler 2000, p. 197; 1.ccman\ 20 14, pp. 4 S-4N.
9 Brac.llcy 189 1, p. 375.
ri sches ~lu se um de Vi ena (1528 ) o e n la igual que en el cuadro del G reco enseña la 10 l'erlmg.eri 1992, pp. 40-41.
Gallería degli Uffizi de Florencia (h. 1575). más famosa de sus obras, las Horas Fa mese". 11 R. S.1cch1en Cremona 1994, p. 194, n." S.

123
17 Lucia Anguissola (Cremona, h. 1537-h. 1565) génea de Campi. Por lo d emás, a pesar de a l-
gunas torpezas en la pe r spec t iva el e los
Pietro Manna, médico de Cremona
brazos, sorprende la cuidada elaboración de
1557 los detalles; algunos especialmente e locuen-
Óleo sobre lienzo, 96 x 76 cm
tes, como la serpien re - viva, real, amenazan-
Inscripciones: « LVC IA ANGVISOLA A.\1JLCAR!S / r ii LIA \ · MJOI.P.SCE J',;S · r [lcl"l 1» (en el brazo
izquierdo de la silla); <<720•, « 1287• y «3 83 , (á ngulo inferior izquierdo) re- que rod ea el báculo. La mo rosa repre-
Madrid, Museo "Jacional del Prado, POOOO 16 sentación d e su piel escamosa y de los rasgos
ele la ca beza enfatizan la intensi dad psicoló-
l~i b 1iogra fía ~e l ecc ionada:
Los Ángeles, Ausnn, l'imburgh y Nueva York 1976-77, pp. 109 gica que proyecta la expresión del médico, al
y 110; Gregori 1985, p. 172; Guazzoni 1985, p. 179, n.• 1.17; Caroli 1987, pp. 42 y 152-53,
q ue podemos imaginar como un perspicaz y
n." 33; A. Gilardi en Crcmona 1994, pp. 284-85, n." 43; Sacchi 1994a, pp. 354-56; L. Ruiz
agudo observador, de ojos ran penetrantes
Gómez en Alaquas 2007, pp. 126-27, n.• 8
como los del reptil q ue le simboliza.
Vasari identificó a este médico como Pie-
tro M aria , una figu ra que se llegó a relacio-
Este retrato fumado por Lucia Anguissola che si sia que/La di Sofonisba, m ediante alcune nar con Bianca Ponzoni, la madre de las
está reconocido como la obra más importante fJÍtture di sua mano/... / come si puo vedere in Ang uisso la, lo q ue ayudaba a explicar su
de la escasa producción artística de la herma- Cremona in vn ritratto eh 'ella fece del signor «cercanía doméstica» y la prop ia existencia
na de Sofo nisba. En sintonía con obras de esta Pietro Maria, M edico eccell/ente/» 1- . d el retrato. Sin embargo, su verdadera iden-
y de la pintura lomba rda del momento, pre- El elogio de Vasari, con mín imos matices, t idad fue rectificada en 1 994 por Rossana
senta en un plano muy cercano a este caballe- será repetido por Filippo Baldinucci en el si- Sacchi , q ui en d escartó la existencia a media-
ro calvo y barbado que, sentado en una silla glo xvn 4 y Giovanni Battista Zaist en 1774 5: dos d el siglo del re ferido Pietro Maria , pero
de brazos, se vuelve ligeramente hacia al espec- solo su temprana muerte impidió que alcan- s í p udo documentar la del médico Pi etro
tador para fijar su mirada de intensa curi osi- zase el reconocimiento de s u hermana. Flavio Manna, miembro de un a notable fam il ia de
dad. Se cubre con un ropón de mangas arro- Caroli, quien juzga esta pintura como un la ciudad, quizá con lazos fa m iliares con los
cadas guarnecido de piel, posiblemente marra. verdadero capo/avaro, la considera prueba Ponzon i, y fall ecido el17 ele agosto de 1560.
En la mano izquierda sostiene la vara de Escu- de las «gloriase gare» (gloriosas competicio- Seña ló además el parecido de este retra to
lapio, símbolo, como la indumentaria, de los nes) entre las dos hermanas . Ann Sutherland con el de Manna d e la medalla anónima acu-
galenos. Detrás, dos volú menes descansa n 1-larris, por su parte, compara la composición ñada en 1550. Es p os ible que Vasari, o tal
sobre una cercana mesa, el único elemento que y tratamiento pictórico con el Ret rato de an- vez el ed itor de la segunda edición de Le
conforma una mínima idea de espacio. ciano de Sofon isba 1car. 181, a l tiempo que Vite, cometiera algún error al trascribir el
Lucia fue la tercera de los hi jos del matri- sugiere las relaciones con ejemplares ele Lo- nom bre del médico (María por Manna), lo
monio Anguissola-Ponzon i. Nació en torno renzo Lotto (h. 1480-1556/57) y Moreno da que daría lugar a una larga confusión.
a 1537 y, como sus hermanas, adquirió co- Brescia (h. 1498- 1554)6, a los que además Nada se sa be sobre la fecha y circunstan-
nocimientos Literarios, musicales y pictóricos. conviene añadir los nombres d e Gio van n i cias por la s que el retrato fu e enviado a Es-
Sofonisba debió ser su principal formadora Battista Moroni (h. 1525-1578) y Bernardi no paña . Es probable que Amilcare Anguissola
y quizá también lo fuera Bernardino Gatri Ca m pi (1522-1591 ), po r ser o tras referencias lo remitiera a Felipe 11 para segu ir contan do
(h . 1495-1576). Solo ha llegado hasta noso- constantes para las Anguissola. con el favor rea l. En 1686 se c itaba en el
tros un pequeño grupo de retratos y una obra La estrecha relación de esta composición Real Alcázar y después d el incendio de este
religiosa firmada en 1555, La Virgen con el de Lucia con el retrato de Castellano Corra de pasó al Pa lacio del Buen Retiro, donde se
Niiio, en colección pa rticular de Rávena. Campi (1553) pone en evidencia la repetición puso en relación con la escuela veneciana y
Debió de morir poco después de realizar del encaje compositivo y un sentido semejan- ya más tardíamente con Lucia (1794: «Luci a
este retrato del Prado, dado que en la segunda te del co lor, así como una convenc ió n ex- Anguisola Veneciana») . En 1857 se inventaría
edición de sus Vite ( 1568), Giorgio Vasari la- presiva que se aprecia también en el ret rato en el Prado (Lucia <<Anguisola o Angociola»)
mentó la pérdida de «questa virtuosa Vergi- d e Giovanni Battista Case lli de Sofonisba Lcr icia Ruiz Gúmcz
ne>> 1 al tiempo que elogiaba la calidad d e dos [car. 19]: la ceja izquierda ligeramente eleva-
retratos de su mano que tuvo oportunidad de da, enfatiza ndo la vivacidad del personaje.
1 Vasari 1568, vol.J de b tercera parte, p. 563.
ver en la casa familiar: uno del Duque de Sessa Comparte igua lmente con Ca m pi la cuidado-
21/Jidem.
- <<che pare, che non si possa far meglio, ne sa descripción de las calidades de la indumen- 3 lbidem, pp . .562-63.
fa re, che con maggiore vivacita alcun ritratto taria , de los cabellos e incidencias del rost ro. 4 Ba1dinucci-Ranalli 1845-47,11( 1846), pp. 634-35.
5 Zaisr 1774, 1, p . 234.
2
rassomigli>> -y este retrato de médico - «Lu- Sin embargo, Lucia crea una a tmósfera envol- 6 Lo; Angeles, Austin. Pittsburgh y Nueva York 1976-
cia, m orendo ha lasciato di se non minar fama, vente que tamiza la iluminación más homo- 77, p. 110.

124
Hl
18 Sofonisba Anguissola (Cremona, h. 1535-l'alermo, 1625 ) la pintora, como ~eñaló Eleanor Tufts 11 y ya
se indicaba en A Cuide to Burghley House
Retrato de anciano
de 1815 12 y también s ugería William Chad-
h. 1557-58
wick11. La escuela veneciana de pintura, en este
Oleo sobre lien7.o, S9 x 72,5 cm
sentido, era un espejo en el que mirarse para
Inscripción: «Sofin 1 isba 1 Angus 1 sola 1Pinx. / f.f.cl./ MDLX" (en el respa ldo del '>illún)
Stamforcl ( Inglaterra ). The Burghley 1 louse Collccrion, PIC 323
Sofonisba, y no solo en el ámbito profesional;
también la ciudad estaba ligada en lo personal
lli hloografi.l sclcccoonada: Blore 18 1 .S, p. 89: Waagen 1854-57, 111 ( 1854), p. 404; a su familia, dado que su abuelo Annibale fue
Sacchi 1872, p. 9, XII; W. Chadwick en Manchesrer 1965, p. 12, n." 10; Tufts 1972, p. 52; nombrado <<castellano » en la ciudad de los ca-
Caroli 1987, p. 1 1O, n." 12; R. Saccho en C remo na 1994, p. 222, n." 19 nales14 y, muy probablemente, retratado por
alguno de los pi mores locales, siendo segura-
mente conservado tal objeto en el seno de la
familia con especial interés. La fama de la pin-
E l anciano aparece representado sentado sido confirmada por la bibliografía posterior' tora de Cremona también se extendió por Ve-
ame una escribanía con una toga muy distin- y reforzada a partir de la existencia de una fir- necia: 1rene di Spilimbergo ( 1540-1559), alum-
guida, pintada con tonalidades que va n desde ma en el respaldo del sillón: «Sofin 1 isba 1An- na de Tiúano, expresó su deseo de imitarla
el color guinda al azabache, mienrras que las gus 1sola 1 Pinx. 1 f.f.d. 1 MDL.X». Sin embar- después de haber visto uno de sus aurorretra-
mangas y el cuello, con un brocado muy espe- go, como ha señalado Rossana Sacchi6 , no se tos11. Además, las familias más importantes de
so, ~e caracterizan por el uso de un pelaje cor- correspondería con la fórmula habitual y no Cremona y sus alrededores tuvieron obras
ro en los bordes. Las manos del rerratado de- se podría descartar que hubiese sido añadida de Tiziano en propiedad, que Sofonisba vería
sempelian un papel esencial en la composición: posteriormente para s ubrayar la atribución , desde su infancia, más allá de la estrecha rela-
la derecha se apoya en el brazo del sillón, detalle que cambiaría la hipótesis de la da ra- ción que los Anguissola tuvieron con Venecia,
mienrras que la izquierda se posa sobre un li- ción en 1560, tal y como sugiere la acmal ins- documcnrada en carms y otros manuscritos.
bro abierro. A la izquierda del volumen, y re- cripción. Parecería, por tanto, más adecuado En este marco, convendría retomar la
corrado sobre el fondo, se dispone una especie contextualizar la pintura en el período en el que hipótesis de Maria Kusche, quien identificó
de birreta que quizá habría que relacionar con la pintora residió en Cremona, tal y como se ha este retra to con un archidiácono de Piacen-
la posible condición de clérigo o doctor del pronunciado Maria Kusche, y nos parece co- za, ya citado por Giorgio Vasari ( 1511-
retrarado. La intensidad de la mirada del an- rrecto, estableciendo una fecha de ejecución 1574 )1" como obra de Sofonisba ,-,una tesis
ciano ha sido ya subrayada por Flavio Caroli hacia 1557-58", es decir, justo antes de viajar a después abandonada por la investigado ra 1s.
y, a su juicio, constituye «el punro más airo del Espmia como dama de la reina Isabel de Valois. Cc~iloa Gambcrini

rerrato anguissoliano» 1, aunque el uso de la Resulta igualmente complejo identificar al su-


perspectiva evidencia una cierta torpeza por jeto, aunque su vestimenta podría asociarse a
1 Caro Ji 1987, p. 1 1O, n." 12.
parte de la pintora. Esta impericia es visible en un doctor en leyes o en medicina8 , como ya se 2 R. ~acchi en Crcmona 1994, p. 222, n." 19.
la ligera inclinación de la escribanía sobre el ha indicado, e incluso algunas características 3 Blore 1815, p. 89.
lienzo y podría jusrificarsc a la luz de las difi- -barba poblada, mirada con un rictus pene- 4 Waagcn 185-1-)7, 111 ( 1854), p. 404.
; Saccho 18-2, p. 9, XII.
culrades que presentaba la reproducción de un trante- podrían recordar el modo en el que 6 R. Sac~hi en Crcmona 1994. p. 222, n." 19.
mantel, decorado con motivos geométricos y algunos pintores del norte de Italia, como Bar- 7 1/ndem.
H 1/Jidem.
muy similar a las alfombras, que también apa- tolomeo Passerotti ( 1529-1592)9 , representa-
-9 Ghira rc.li 1990.
rece en otra de las obras de la pintora: La par- ron a ilustres humanistas y doctores, a lama- 10 llorcncia, J>alaao Pi tri, Gallena Palatina. inv. 54
tida de ajedrez de Poznañ [cat. 111. nera de los filósofos clásicos. Igualmente, l'alatm<L
11 Tufr, 1972, p. 52.
El retrato fue adquirido por Brownlow resulta posible establecer un paralelismo con la
12nlore IRI5,p.89.
Cecil (1725-1 793), conocido como Lord Bur- representación iconográfica de Pietro Aretino 1 l Ch<tdwick reconoce en la pintura • A Veneti.tn Scna -
ghley, IX conde de Exeter, pero no se conoce la ideada por Tiziano Vecellio (h. 1488-1576) ror•. W. Chadwick en Man~hester 1965, p. 12, n." 1O.
14 Gambcrini 2016, pp. 29 .30. \'éa;e tamhién la fich<t del
ubicación precedente dellienzo2• En el catálogo en 1545 10: el poeta toscano lleva el mismo tipo
pm olegoo •Castellano a Soncmo• sub mee • Anmhal
de 1815 sobre la colección de los condes de de toga y presenta una fisonomía análoga, al AnAusola ... , en http:// www.cn·esvenec.:IJ.rum.ncr/
Excter custodiada en Burghley House, aparece mismo tiempo que también se exaltan algunos c.letragho.php?od= 187, ve"ionc 56/2017-02-0 l.
1S Bartolommeo Gamba nos relata: """id" dt emulare So-
descrito como <<Noble Venetian, SojJhonisba de sus atributos físicos -a l igual que hace So- {cmisl>a Anguiscio/,t, che allora teneva il ccmt¡m Ira le ¡mi
Angusciola>> 3• Gustav Friedrich Waagen, a me- fonisba-, como la vivacidad de su mirada, la (amiRerate italimtl'• . Gamba 1826, pp. 317-1 S. Véase
diados del XIX., también la mencionó como una nariz aguileña y la barba muy larga. mmbtén Puggonli 1757·66. VIII ( 1760), pp. 142 y 179.
16 Va,aro ~lilane" 18-8-85, V ( 1880), pp. 80·8 1.
excelente pintura de la cremonesa4 , al igual que Tal reflexión confirmaría <<el aire como de 17 Ku"he 1989, p. 395.
Federico Sacchi en 1872, y tal atribución ha caballero veneciano» del retraro ejecutado por 18 R. S.tcchi en Cremona 1994, p. 222, n." 19.

126
19 Sofonisba Anguissola (Cremona, h. 1535-Palermo, 1625) pequCJ'ia esfera armilar que, hasta una limpie-
za realizada en 2011, estaba tapada por un
Giovanni Battista Caselli, poeta de Cremona
crucifijo de mesa. El repinte, que debió reali-
1557-58
zarse tras deshacerse la galería del Tolentino
Óleo sobre lienzo, 77,7 x 6 1,5 cm
en fecha desconocida, se extendió al propio
Inscripciones: «3 77 ., (sobre el mamo marrón, zona inferior); «357., (sobre el faldón frontal
del rapere) tapete y a la indumentaria de Caselli, vestido
Madrid, M useo N aciana 1del Prado, P008ll O originalmente, según evidencia la radiografía
de la obra, con una camisa y una «ropa de
Bibliografía se leccionada: Zava L569,pp. 85 y 86; Sacchi J872,pp. 17y .B4: López Navío levantar », una cómoda prenda de uso domés-
1962, p. 285; Guaaoni 1994, p. 65; Pércz Preciado 2009, pp. 273-74; Ruiz Gómcz 2012
tico. La figura se cu brió con un manto ma-
rrón de lana gruesa y así Caselli se transfor-
mó en el apóstol san Pedro. Como tal se
identifica en los inventarios del marqués de
La identificación de este caballero anciano, ambos ejemplares, el retratado aparece sen- Leganés, quien debió de adquirir la pintura
sentado en su estudio y junto a una mesa, tado en su estudio, un ámbito sin más referen- en los años en que permaneció en Milán
viene acreditada en el corte del libro sobre el cias espaciales que el cercano escritorio cu- corno gobernador, entre 1635 y 1641. La atri-
que el personaje está escribieno: «RIME DEL bierto a modo de tapete con una alfombra de bución a Sofonisba no se perdió en dichos
CASELLTO». Giovanni Battista Caselli fue un estilo anarolio, las llamadas tipo Holbein o invenrarios: «San pedro escriuiendo y nra se-
poeta y grabador de medallas que tuvo cier- Lotto. De hecho, los dos retratos presentan ñora con su hijo y san juan de mano de una
ta relevancia en la Cremona de su tiempo, paralelismos con modelos venecianos y lom- señora jinobesa que fue dama de la ynfanta
aunque en la actualidad son muy pocos los bardos, pero especialmente con algunas obras dona ysabel de tres guarras de alto y dos
datos seguros sobre su persona. En cualquier de Lorenzo Lorro (h. 1480-1556/57). Baste ten;ias de ancho la se!'iora safouisma »1 .
caso, la relevancia social de Caselli a media- señalar el Retrato de dominico (tal vez Mar- La colección de Leganés pasó más tarde
dos del siglo XVI explicaría que su retrato se cantonio Luciani) de los Musei Civici de Tre- al conde de Alta mira ( 1753 ), donde se le ad-
incluyera en la galería de hombres ilustres viso, firmado por Lotto en 1526. judicó el número 377 (visible en el margen
que decoraban el cubículo o dormitorio de Sofonisba se muestra como una pintora in ferior de la tela) y en 1856 aparece fo r-
la casa del canónigo Pien·o Antonio Lanzoni, incisiva que describe con sutil realismo de- mando parte de la colección de José de Ma-
il Tolentino. Siguiendo los usos de la época, talles como los libros, las manos y la cabeza drazo. En 2012 fue adquirido por el Estado
la galería contó con efigies de emperadores, de Caselli. La ejecución está basada en un espaíi.ol para el Museo del Prado.
filósofos, oradores y poetas, e incluyó nota- dibujo riguroso y en precisos y límpidos to- Leticia Rui1. Gómez
bles de la Cremona contemporánea, perso- ques pictóricos que definen los rasgos y, so-
najes de los círculos artísticos y literarios en bre todo, la hondura sicológica del persona-
los que estaba igualmenre concernido el ca- je. La intensa pero contenida expresión del J « Vergine sagra madre unica f... j 1 Dr que/ clii reg11e e
[... [/t1 mia 1 f ... /rro a le eh[e] sen~a te 110 f... /1 Poi che
nónigo Lanzoni. Tamo Sofonisba como su poeta pone de manifiesto el modo en que
al be11 far. 11011 ha che nu [...J1 Tu ser colei che sempre
hermana Lucia Anguissola (h. 1537-h. 1565) Sofonisba ha superado, aunque haya partido s ·asotiglia 1 In porger gratre al stato nostm 1 Per tan-
participaron en el proyecto. Ambas jóvenes de ellos, los modelos de su maestro, Bernar- to /"alma mia chi ua in disf ... j 1 Qua/che rimedio m
suo secorso { ... ]11it (al/a (osti, per salute nostra 1
eran celebridades en la ciudad; su estirpe dino Campi (1522-1591). El cotejo con el re-
Con te potra mai Dio gratia 1 Volendo 111 se in te snl
familiar, su condición femenina y sus exce- traro de Castellano Corta del Museo Civico de si dir{...] 1 Peró uolgrluo figlio a perdona f ... j 1 Ogni
lentes dotes para el retrato las convirtieron Cremona, realizado por el pintor hacia 1542, mio errore e al ri f... f 1 Accio possza al mio / ... /•.
l Pércz Preciado 2009, p. 273.
en referencia local. A Lucia le fue encomen- revela tanto la conexión como el salto cua-
dado el retrato, hoy perdido, del poeta y litativo emprendido por la pintora, dotada
arquitecto militar Benedetto Ala. A Sofonis- de una espléndida capacidad para in volu-
ba, este de Caselli, una obra realizada en las crar al espectador con el retratado.
fechas previas a las de su marcha a la corte El poeta interrumpe su trabajo, la escritu-
española, lo que permite apreciar el grado de ra de una loa a la Virgen, al tiempo que seña-
madurez artística alcanzado por la pintora la con su mano izquierda el pequel'i.o cuadro
en esas fechas. con la representación de la Virgen con el Niño
La composición, la estructura pictórica, y san Juanito que cuelga en la pared próxima.
el colorido e incluso las medidas y formato se El texto está redactado en lengua italiana y en
relacionan con el Retrato de anciano, que So- elegante letra humanística 1• Otros volúmenes
fonisba realizó en fecha parecida lcat. 8]. En se amontonan en la mesa y, sobre estos, una

127
ca t. 1 R

128
6Z I
ól .Jl'_"'
20 Medalla conmemorativa de Sofonisba Anguissola
h. 1559
Plomo, 8,7 cm de diámetro
Inscripción: •'>OPHON I.,BA • ANGVS\01 A· A\IIICARIS · HLIIAI•

Londres. Brirish ~tuseum, inv. 1925,0310.44

Bibliografía ~clcccionada: F Ros<>i en Crcmona 1985, p. 353, n." 5.5; R. Sacchi en Crcmona

1994, p. 138, n." 70; King 1995, p. 390; Wolkcn 2012, pp. 228·34

La medalla no está datada, pero es unánime bien para promover el de sus respectivas mo- Los bien conocidos modelos clásicos en sus
la opinión que la supone encargada en 1559, delos4. En todos los casos, la existencia de autorretratos, su ya notable fama artística o
con motivo del gran éxiro social de Sofonis- una mujer artista fue considerada una mara- su recién ganada posición cortesana podrían
ba Anguissola: la invitación a convertirse en villa o excepción, una rareza a admirar y dar haber sido fácilmente objeto de glosa en la
dama de la reina Isabel de Valois. Tampoco a conocer. medalla. La falta de decoración en el reverso
se conoce el nombre de su auror, aunque se formalmente, la pieza muestra a Anguis- también podría explicarse por su posible
presupone el mismo que acuñó medallas en sola con el rostro de perfil y el busto de tres ubicación fija en un aparador, como ya se
Cremona, por los mismos años, para Bernar- cuartos, de acuerdo con los modelos clásicos indicó antes. De esta forma, estaría a la vista,
dino ( 1522-1591 ) y Giulio Ca m pi (h. 1508- )'los contemporáneos absolutamente domi- pero no se usaría como colgante ni como
1573) 1• Otros posibles a uro res habrían sido nantes en el caso de las medallas. A diferen- objeto para ser tenido en la mano.
Leone Leoni (h. 1509-1590) o el cremonés cia de sus autorretratos de época italiana, ya .JorAe Scba~t i:ín 1 O/ano
Giovanni Batrista Caselli, conocido como no lleva la vestimenta cerrada y sobria tan
litera ro pero también activo como meclallis- repetida en los mismos, sino un corpiño con
ra, a quien Anguissola retrató hacia 1557-58l lazos y un cuell o veneciano levantado. Re- 1 R. Sacclu en Cremona 1994. p. 338, n." 70.
2 (,.unherini 2018, pp. 249 }' 440.
lcat. 191. El ejemplar del British Museum cuerda más bien a la saya que ll eva en Ber-
) Wolkcn 2012, pp. 232-33.
lleva un marco añadido, hecho asimismo en nardino Campi retratando a So(onisba An- 4 Chrisradlcr 2000, pp. 168-69; Wolken 20 12, p. 264.
plomo. La pequeña sujeción superior indica guissola lcar. 71 o en el posible autorretrato
que estaría a la vista en un aparador o mue- de Anguissola en la Pinacoteca di Brera.
ble pequeño, no que estuviese hecha como Puede haber sido una forma de marcar su
colgante 1• nueva cond ición como miembro de la corte
A partir de la segunda mitad del si- más poderosa del momento. o obstante,
glo XVI, en Italia se dio una situación nove- sigue manteniéndose a salvo de posibles crí-
dosa: la realización de medallas conmemo- ticas por osrentación o exceso de lujo, al
rativas de mujeres artistas. Los equivalentes omitir roda joya.
masculinos venían de mucho antes, como en La mínima inscripción no hace alusión a
los casos de Pisanello, Leone Battista Alber- su condición de dama real ni de pintora, sino
ti, los Bellini o Bramante, llegando hasta tan solo a su padre. Esto refuerza el canícter
Leone Leon i, Miguel Ángel y Tiziano. Com- local y fami liar del encargo, dirigido a una
paradas con las pinturas, las medallas tenían audiencia que podría identificar la apenas
la ventaja de su escaso coste y su potencial con su nombre y su aristocrático linaje, jun-
difusión múltiple. La novedad fue el uso del to con la referencia a su omnipresente padre
mismo soporte también para creadoras fe- )'promotor. Angussola (sin i) es la grafía
meninas. La primera es la de Sofonisba An- hahirual de su apellido en sus autorretratos
guissola aquí mostrada, seguida por otras juveniles y en su etapa cremonesa. Tanto por
dedicadas a Diana Sculrori Ghisi (h. 1547- la sencillez como por el total desaprovecha-
1612) en los años setenta, a Lavinia Fontana miento del reverso de la medalla, se antoja
en 161 1 [car. 21] y a Arremisia Gentileschi una respuesta celebraroria pero tal vez algo
( 1593-h. 1654) después de 1620. Las de An- apresurada e incompleta, especialmente si
guissola y Gentileschi celebran su éxito, se compara con la gran riqueza de referen-
mientras que las otras se concibieron más tes que advertimos en sus autorretratos.

130
IU
21 Felice Antonjo Casoni (Ancona, 1559-Roma, 1634 )

Medalla conmemorativa de Lavinia Fontana


Anverso: Ltwinia l·oiJ!tllt<l

Reverso: Alegoría de la Pintura


1611
Bronce, 6,55 cm de diám<·rro
lnscnpciones: «I.AV! KIA FOKTA:-IA 7APP!A PICTR!X 1611 »y «A'\IT, CASONl» (en eJ anverso,
rodeando el borde); «I'ER Tf 5TATO GIOIOSO MT MA:-IH.NE» (en el reverso)
Washington, D. C., )Jarional Gallery of Arr, Samuel H. Kre» Collection, inv. 19.57 . 14.1 071

Bi b 1iogra fía 'rice< 1onada: Galli 1940, p. 119; Schaefer 1984; Ghirardi 1994a, p. 50;
L. .\1arro en Wa>hingron 1998, pp. 114-15, n." 3."l; Murphy 200.1, p. 1

Acuüada en 1611 para ensalzar a la pintora, rece sometida a l furor de la invención, Ca- l Miano 19/S.
1 Tufts 1974a, p. 64.
entonces ya definitivamente trasladada a soni haya recurrido a un verso poético
3 Ghirardi 1994a, p. SO.
Roma, la medalla es obra del escultor de An- extraído de las Rime estravaganti de Fran- 4 Schaefcr 1984.
cona Felice Antonio Casoni, quien la firma cesco Petrarca, publicadas en 1549 6 : en la 5 Ripa 11 593] 2012, pp. 478-SO, n." 300.
6 Petrarca 1549, f. 241, v. 37; Pcrrarca-Paolino 1996,
en la inscripción que rodea el borde del an- canción <<Quel ch'a nostra natura in sé piü p. 74 0, V. 37.
verso. Activo en Bolonia, donde se forma, y degno» (Lo que nuestra naturaleza en sí mis- 7 Pctrarca 1549, f. 239r, v. 38; Pcttarca-Paolino 1996,
más tarde en Roma 1, Casoni adopta el retra- ma de más digno tiene) el poeta cama a la p. 740, V. 3S.
8 L. Marro en WashingtOn 1998, pp. 114 15, n." 33.
to de perfil, tradicional en la numismática <<libertad » y la define como el «bien» a tra- 9 Hill 1967, p. 9 1, n." 477; l'ollard 2007, 1, p. 550,
antigua y consagrado por la culrura huma- vés del cua l el ser humano alcanza un estado n ." 548 .
10 Londrc;, The Briti<h Mu;cum, inv. G3.1P.370; 1vlur·
nista como la tipología por excelencia clesri- ele alegría -como lo seña la el lema «PER TE
phy 2003, p. l.
nada a la glorificación del individuo. STATO G!O IOSO MI MANTENE» (Por ti un es- l l Galli 1940, p. 1 19.
Transfigurada como una matrona anri- tado jubiloso me mantiene)- que lo hace
gua2, la imagen ele Lavinia Fontana que nos <<Semejante a los elevados dioses,,', asimilan-
ofrece Casoni, de mirada esquiva y con sus do por lo tanto la inspiración artística ele la
elementos fisonómicos atenuados, se con- pintora al acto creativo de la divinidad.
vierte casi en una figura mítica 1 que se asocia La medalla, que podemos co locar e n
con la alegoría de la Pintura del reverso, sucesión con respecto a las dos anreriores,
creando un vínculo indisoluble entre la iden- dedicadas a la grabadora Diana Scultori
tidad ele Fonrana y su profesión artística. Ghisi (h. 1547-1612) -conservada en el
La iconografía de la alegoría está roma- Brirish Ñluseum y firmada con el monogra-
da de la lcollologia ele Cesare Ripa ( 1593 )\ ma << TR >>; anverso: Diana Scultori Ghisi,
donde se describe a la Pinrura como «de ca- reverso: Mano (emeni11a concentrada en
bello oscuro y tupido, suelto y retorcido de grabar un óvalo de cobre- y a la pintora
diferentes formaS>>, con la boca cubierta Sofonisba Anguissola -impresa solo en el
por una «c inta arada detrás ele las orejas», anverso con el retrato de Sofonisba Anguis-
con una cadena ele oro en el cuell o y la más- sola !ca t. 20 ]-,se convierte así en e l emble-
cara colgando, símbolo de la imitación, el ma del reconocimiento público del pape l
pincel en la mano y algunos «instrumentos» profesional conquistado por las mujeres
del arre a sus pies 1 • Su acriviclacl, escribe artisrass, en los mismos aii.os en los que La-
Ripa, puede asimilarse a la ele un «noble vinia, en el tramo final ele su carrera, recibe
ejercicio» y pretende la «aplicació n del inte- en Roma prestigiosos encargos del entorno
lecto»: es, por lo tanto, un arre «liberal » de la corte pontificia.
como la poesía, en relación con el cual, sin Se conocen tres ejemplares ele la medalla:
embargo, <<es silencioso>>, pues se expresa no además del de Washington", se conserva uno
ele forma verbal, sino visiva. en el British Museum de Londres 10 y otro en
No es ele exrrai'iar, pues, que para co- la Pin acoteca Civica del mola 11 •
mentar la imagen, en la que la pintora apa- Irene Grat-inni

132
tTI
22 Antonio van Dyck (Ambcres, 1599- l.ondres, 1641 )

Sofonisba Anguissola
1624
Óleo sobre tabla, 41,6 x 33,7 cm
:--Jarional Trusr Collecrions, Knole (Thc Sackvillc Collecrion ), accepred in lieu of rax
by 11. M. Governmenr and rransferrcd ro rhc Narional Trust in 20 12, CMS 129883

l~ihliugrafía seleccionada: Londres 2012, pp. 72-73, n." 5

23 Hugh Howard ( 1675-J 737), según Antonio van Dyck

Sofonisba Anguissola
Pluma y rima marrón sohrc papel, 235 x 180 mm
Inscripción : «This wirh four leafs of Pensieri d'Tiriano are from Van Dykcs 1 pocker book
now bclonging ro rhc Duke of Devonshire» lEs re con cuan·o hojas de Pensieri de T iziano
son de Van Dyck 1 cuaderno que ahora pertenece al duque de Devonshirej (en la LOna inferior)
Londres, Brirish Museum, 1874,0808.23

Bi bl iogra fía sele<.:cionada: Barnes et al. 2004, pp. 153-55, n." 11. 27, p. 171; Londres 20 12,
pp. 7 4-75, n." 6.

Los dos retratos que Antonio van Dyck di - grafía que escribió Gian Pietro Bellori en su El origina l se conserva actua lmente en el de-
bujó y pintó de Sofonisba Anguissola docu- libro Levite de' pittori, scultori et architetti partamento de estampas y dibujos del Bri-
mentan un momento extraordinario: el en- moderni (1672 ) que Van Dyck desempeñó tish Museum. Lo que aquí se expone es una
cuentro en Sicilia en 1624 entre uno de los un papel central en la realización de los car- copia de una de las hojas del Cuaderno ita-
pintores más precoces y exirosos de princi- tones y lienzos preparatorios para los tapices liano realizada por el pintor irlandés H ugh
pios del siglo XVll con una destacada y cos- de la serie del cónsul romano Decio, un pro- Howard. El Cuaderno o rigina l consiste en
mopo lita artista del Renacimiento, que en- yecto que Ruben s debió de iniciar a finales unos doscientos fo lios de aproximadamente
tonces contaba unos ochenta y nueve aJ'ios de 1616 y que duró hasta la primavera de 1618. 19,5 centímetros de airo y 16,5 cenrímetros
de edad. En marzo de 1620, cuando Rubens recibió el de ancho, con dibujos realizados en tin ta a
Van Dyck estuvo en Italia siete años, des- encargo para pintar el techo de la ig lesia de pluma o con carboncillo, de as pecto aboce-
de octubre de 1621 hasra finales de 1627. En los Jesuita s de Amberes, firmó un contrato tado, lo que ind ica que fueron realizados con
el momento de emprender el viaje tenía ape- que estipulaba que él mismo diseii.aría todo rapidez. En s u cuade rn o Van Dyck anotó
nas veintidós at1os y una experiencia profe- el proyecto, y lo rea lizaría asistido por<<Van ideas e hizo dibujos de lo que vio en Génova,
sional que la gran mayoría de los artistas Dyck junto con otros discípulos» . Roma, Florencia, Venecia, Palermo, Milán,
tardan toda una vida en adquirir 1 • Aún se En ·r620, y gracias a los contactos profe- Padua y otros lugares q ue visitó. La mayo r
conservan algo más de ciento cincuenta cua- siona les que le había faci litado Rubens, Van parte de los dibujos del Cuaderno reprod u-
dros del pintor realizados antes de esa fe- Dyck viajó a Ingl aterra y entró a trabajar al cen obra s de arte, algunas antiguas, pero en
cha, la mayor parte en Amberes, su ciuda d servicio del rey Jacobo 1 y de va rios aristó- su mayoría modernas, sobre sobre todo cua-
de nacimiento y residencia. Se trata de una cratas de su corte, ent re ellos el conde de dros. La mayor parte son de Tiziano (h. 1488
cifra enorme, que incluye muchas obras de Arundel y el duque de Buckingham. A finales -1576), pero hay también dibujos de obras
gran tamaño y ambición artística -obras de febrero de 1621 regresó a Amberes. Unos de Sebastia no de l Piombo (h. 1485-154 7),
como El prendimiento del Museo del Prado, pocos meses después, el 3 de octub re, partió Paolo Veronese ( 152 8-1588), Leonardo da
que conserva la mayor colección de la etapa hacia Italia. Vinci (1452-1519),Annibale Carracci (1560-
juvenil del pintor-. Viajar a Italia suponía acercarse a l hogar [609), Guercino (1591-1666), Orazio Genri-
Además de s u trabajo independienre, de la cultura y el arte de la Antigüedad y del lesch i ( l5 63-1639) y otros. También incluye
Van Dyck estuvo ocupado durante su juven- Renacimiento. La fuente de información referencias a muchas estamp as y a algunos
tud trabajando al servicio de Pedro Pablo más imponante que tenemos del viaje de dibujos. Además de dibujos de obras de arte,
Rubens (1577-1640 ). Sabemos por labio- Van Dyck es el llamado Cuaderno italiano 2 • el Cuaderno también incluye algunos clibujos

134
ST f
136
preparatorios para cuadros que Van Dyck vejez le faltaba la vista, ten ía sin embargo la Ital ia del siglo XVI y en la poderosa y cos-
pintó en Italia, y unos pocos dibujos del na- el gusto de colocarse los cuadros delante y, mopolita corte de Felipe ll y de Isabel de Va-
wral de personas en distintas situaciones (en- con gran atención, pegando la nariz al cua- lois en España, Sofonisba representaba un
tre ell os uno de una mujer con un capi rote dro podía d istinguir algo y tenía gran pla- víncu lo con un pasado de enorme relevancia
que una inscripción del a rtista id entifica cer en ello. Haciendo su retrato, me hizo artística e histórica y un modelo a seguir. La
como «una bruja en Palermo » y otros de per- varias ad,errencias de que no tomara la lu.c experiencia de conocerla debió de ser espe-
sonajes que actuaban por las calles de la mis- de demasiado airo para que las sombras no cialmenre emocionante para Van Dyck, que
ma ciudad). El único folio del Cuademo ita- remarcaran las arrugas de la vejez, y muchas en su texto se muestra conmovido ante la
liano que está inscrito con la fecha y el lugar otras buenas sugerencias, y además me con- actitud dispuesta de la artista a pesar de su
donde fue dibujado es el que se refiere a su tó parte de su vida, por la que se conoce que anciana edad (aunque no tuviera rea lmente
visita el 12 de julio de 1624 a Sofonisba An- era pintora del natural y milagrosa, y lama- nove nta y seis años), e interesado por sus
guissola en Palermo, que contiene un retrato yor pena que tenia era no poder pintar más ideas sobre el oficio de pintar.
de la anciana artista sentada en un a si lla.· por la falta de vista, aunque la mano todaví::t El peq ueño retrato de Sofoni sba Anguis-
Van D yck está documentado por prime- era firme sin ningún temblor.' sola sobre li enzo que se encuentra en Kno le
ra vez en Sicilia en mayo de 1624 1• Permane- muestra una im agen simila r a la del dibujo,
ció a llí hasta septiembre de 1625 o un poco A Sofonisba y Van D yck les separaban m¡Ís de aunque de encuadre más reducido. Sabemos
más tarde, sobreviviendo a la terrible peste sesenta años de edad. La vida profesiona l que que el cuadro fue recortado por sus cuatro
que asoló la ciudad de Palermo a partir del la pintora ita liana tenía tras de sí pre~enta lados en algún momento". Es po~ i ble, por
verano de 1624, que acabó con la vida de paralelismos con la fu tura carrera del joven tanto, que originalmente tuviese un forma ro
miles de personas. Es posible que la raLÓn flamenco, que llegaría a ser el retratista más similar al del dibujo.
del viaje fuese el encargo de pintar un retra- solicitado e internacional de Europa. Antes de A pesa r de su deteriorado estado de con-
to de Manuel Filiberro de $aboya (actual- cumplir los ochenta y nueve años, Sofonisba servación (su superficie está muy craquelada
mente en la Dulwich Picrure Gallery), a Anguissola había desarrollado la extensa e y desgastada ), que dificulta la atribución, se
quien el rey de España Felipe IV había nom- ilustre carrera que se detalla en otros textos suele aceptar la autoría de Van Dyck.
brado virrey de Sicilia en 1621. Manuel Fi- de esta publicación. Giorgio Vasari (1511- Ale¡andro Vcrgara
liberto era niero de Felipe TI y se había edu- 1574) se refirió a ella en sus Vite ( 1550) como
cado en la corre española. Falleció de peste la principal mujer pintora de su tiempo. No
el día 3 de agostO de 1624 (sus restos fueron sabemos qué información tenía Van Dyck de
trasladados a l Escorial el aiio ;iguiente, don- ella antes de conocerla. La frase «además me
1 Para""" período de la carrera de Van Dy..:k, vé.lsc
de permanecen enterrados) . Con motivo de contó parte de su vida, por la que se conoce
Lammcrtsc y Vcr~ara 2012.
la epidemia, Van Dyck pintó también varias que era pintora del natural y milagrosa ,. pa- 1 l'.tra el Cuademo iralta110 de Van D)ck, vcO>e Cusr
escenas de santa Rosa lía, la santa protectora rece impl icar que no sabía de ella, a pesar de 1902, Adriani 1940) Jaffé 200 l .
3 P.u:1 la e.ran..:1a de Van O)ck en Sicilia, ,.;a,e :<.len
de la ciudad. También contiene referencias a la fama que atestiguan el libro de Vasari y
dola 1999 y Londres 20 12.
la epidemia de peste su Virgen del Rosario, otros testimonios. En cualquier caso, ~u bio- 4 Para e•re cuadro, r para 1.1 obra de V.tn Dy..:k en ¡,:e
encargada para el oratorio del Santissimo Ro- grafía ruvo que captar su atención. Sofonisba neral, véase Barnes el al. 2004, pp. 153 -55. n." 11. -.
S • Ritratto del/a Sig/llofr,z Sofomsba ¡nttnoa {atto ,f.,[
sario en la iglesia de San Domenico en Paler- procedía de una fami lia noble y su trabajo l'll'il m Palferm]o J".unw 1624 Ir 12 dr ]11/io, l"et.idr
mo (perma nece in situ), uno de los cuadros de en Madrid para Felipe n e Isabel de Valois a essa 96 havendo ,zncura la memor1~1 et ,¡ serl'erllo
pronllSSmiu. cortestssmw. et sebene perlJ l'l'CCtalll la
altar más espectaculares de todo el siglo XV II partir de 1559 la situó en la corre más pode-
n1ancmH la r•istd, bebbe con tutto no gusto de mellen'
europeo. Van Dyck lo pintó en Génova tras su rosa de Europa en aquel momento. Parte de gli ot,Jdri tlL'I1111J tld essa et co11 gran atenta1nL'Itendo
marcha de Sicilia y desde a ll í fue enviado a sus su servicio a la casa real consistió en atender ti naso supra ¡/ qzwdro, venne a dtscL•rnere qua/che
/JVCO et p1glio gran piacere mtcorú 111 que/ modo, f,l-
comitenrcs cuando lo terminó en J 628 4 • a una de las hijas de los reyes, Isa bel C lara
cende 11 ritrallo de ess{l. mr diede dwers1 ,uiverlfiHL'JI-
El folio del Cuademo italiano en el que Eugenia, la mujer que décadas después, y du- ti nun deue11do /Jiglwr illwne troppo alto, acero che
está el dibujo de Sofon isba contiene la ins- rante gran parte de la vida de Van Dyck, go- l'onzbre nelle ruge del/a l'CCCata mm diventU$Sl'TU
trofJ/JO gmnde, et nrolti t~ltn lntom d1scurs1 contt' ,m.
cripc ión más extensa de todo el cuaderno, bernaría los Países Bajos meridionales o espa-
cord canto parte ddld l'itd di l'SSd perla t¡u~rle se
escrita por e l propio Van Dyck: ñoles de donde él procedía, y a quien retrató conni>/Je che era pittorol de natura elmrrurulosa ct [,¡
en varias ocasiones. En Madrid, Sofonisba jJl'11a mag10re che hebbe erc~fu.!r mall(illlll'lltO dll'ÍS/d
tton poter piü dipmgere. /u mano eru wzcor" fernw
Retrato de la señora Sofonisba pintora, debió de conocer a Antonio Moro (h. 15 16- senza trenzula 11essw1a • .
hecho del natural en Palermo el año 1624 1576), otro pintor del norte que, como e lla 6 A juzgar por una radiografi.1 en !J que no 'e 1 en
resto~ en d lienzo de las m..1n.:a~ Je ten,aún qm.· c.:tu
el 12 de julio, de 96 años de edad, teniendo misma y como Van Dyck, se especializó en
san los da\ OS O cuerda> con los que se n¡Ó ong111al-
aún la memoria y el cerebro muy despicrro, pintar retratos de cortesanos y aristócratas. 111enre en un basndor. La r.Jdiogr.1fiJ la publrco Olr
amabilísima, y a pesar de que a causa de la Por sus experiencias vitales y profesionales en \"Cr ',lillar ( 1969).

,_
J' 1
Sofonisba Anguissola
en la corte de Felipe 11

Las crónicas refieren que un autorretrato de Sofonisba Anguissola,


una de las pequeñas efigies que su padre Amilcare hizo circular por
varias cortes italianas, había llegado a manos de Felipe 11. En 1559 la
pintora fue solicitada como dama de la reina Isabel de Valois, la prin-
cesa francesa que fue la tercera esposa del rey. Solo un puñado dejó-
venes de las más nota bles familias francesas y españolas alcanzó esa
influyente y representa ti va posición, lo que da buena cuenta de la re-
levancia alcanzada por Sofon isba
Sabemos q ue duran te sus pri meros meses en España ejerció como
profeso ra de dibujo y pintura de la reina, quien remitió a su madre,
Catalina de Méd icis, alguno de sus ejercicios artísticos. En ese tiempo, la
cremonesa y la joven reina debieron forjar unos vínculos de afecto que
se extendieron hacia otros miembros de la familia real, como la princesa
J uana de Portugal, hermana del rey español, el príncipe don Carlos y,
más tarde, las infamas Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela.
A diferencia de la producción realizada en Cremona o, más tarde,
a su regreso a ltalia, ningu no ele los retratos realizados por Sofonisba
en España está firmado. Su posic ió n en la co rte no era la de pintora,
y sus trabajos, aprecia dos sin duda, fueron recompensados con ricos
textiles o joyas. En los ejemplares que en la actualidad se reconocen
de su mano se a dvie rte el modo en que se adaptó a los modos del re-
tra to de corte espa ñol, un género que precisamente se estaba consoli-
dando en el entorno de Feli pe Il en esas fechas.
La figu ra más sign ificat iva fue Alonso Sánchez Coello (h . 1531-
1588), «retra tista del rey», que recogió en sus obras el magisterio
de Antonio Moro (h. 1516- 1576 ) y elementos simbólicos tomados de
ejemplares de Tiziano (h. 1488-1576). Sánchez Coello definió el retra-
to del rey y su familia estableciendo unas convenciones que mostraban
los rasgos físicos, pero también un carácter dinástico, un modo de
representar las virtudes de la familia: distancia, quietud y severidad
ha bsbúrgica. Sofonisba mantuvo estas fórmulas, aunque atemperadas
por su propio bagaje artístico, ca racte rizado po r su gusro por la des-
cripción minuciosa de los detalles, una percepción psicológica que
atenuaba la distancia y contención de los Austrias españoles y u na
a tmósfera envolvente y tamizada en donde los contornos de las figuras
se suaviza n.
Sabemos que trabajó en algu na ocasión en colaboración con Alon-
so Sánchez Coello y que este realizó, ayudado po r su taller, va rias
copias del retrato que la cremonesa hizo en 1567 del príncipe don
Carlos Jcar. 27 y figs. 28 y 491.

139
24 Atribuido a Sofonisba A nguissola (Cremona, h. 1535-Palerrno, 1625)

Isabel de Valois sosteniendo un retrato de Felipe IT


h. 1561-65
Ó leo sobre lienzo, 206 x 123 cm
Inscripciones: «928» (ángulo inferior izquierdo); «2936» (ángulo inferior derecho)
Madrid, Musco l\:acional del Prado, 1'001031

Bibliografía selecc ionada: S. Breuer- llerrnann en Madrid 1990, p. l33,n." 5; M. Kusche


en C rcmona 1994, pp. 234-37, n." 24; N . García Pércz en Cáceres 2000- 1, pp. 368-71, 11. 0 8.3;
Kusche 2003, pp. 2 LS-1 7; L. Ruiz Gómcz en Madrid y Londres 2008-9, pp. 402-3, n." 122;
Scba>rián 20 13, pp. 198-20 1

Este retrato muestra a la reina Isabel de Va- ha q uerido asociar al papel de la reina en la
lois, terce ra esposa de Felipe IT, de cuerpo Conferencia de Bayo na, celebrada en junio
enrero. Viste una saya negra con mangas de de 1565 , en la que Isabe l se entrevistó en
punta, cuya larga cola trasera se enrolla sobre nombre de Felipe 11 con su madre Catalina
su figura y sobresa le por detrás. Esta compli- de Médicis y su herma no Carlos IX , rey de
cada vestimenta jugó malas pasada s a la rei- Francia. Sofonisba ya había efigiado a la rei-
na, ya que en una ocasión se enganchó en un na en 1561 y esa obra, que podría haber sido
coche de caballos y fue arrastrada por él. De similar al busto conservado hoy en Viena y
las mangas, sujetas con botones de rubíes y firmado en s u eta pa genovesa [fig. 18], se
diamantes, asoman las manguill as en plata consideraba el mejo r de todos s us retratos.
y oro y, a su vez, las mangas van forradas in- Junto a la joven se yergue una co lumna
ternamente por una tela blanca. La saya en- de jaspes polícromos que es característica de
tera va guarnecida con aplicaciones de tercio- estos retratos de Estado y q ue hace alusión al
pelo con diferentes texturas y tonalidades de linaje de su marido. También parece que de-
negro y se abrocha en la parte fro ntal por trás de la reina pudo haber una ventana, otro
alamares de perlas que, a la muerte de la rei- recurso de los retratos para evocar los inte-
na, se dieron a su camarera mayor, la rn du- riores palaciegos. Se ha señalado la posible
quesa de Alba. Va rocada con multitud de influencia de un retrato de cuerpo entero de
joyas que se entrelazaban con sus cabellos, tal la emperatriz Isabel, madre de Felipe ll, que
como se peinaba prácticamente a diario, se- pudo se r rea lizado por Tiziano (h. 1488-
gún informan las relaciones. También luce un ] 576) y del que actualmente se conserva una
col lar y una cintura de diamantes y perlas. copia en el Kunsthisrorisches Museum de
La reina sostiene una miniatura de su Viena.
marido, como las que desde poco después de En los laterales del cuadro aún se percibe
su llegada a la corte esp añola encargó a el marco de madera con molduras trompe
Alonso Sánchez Coello (h. 153"1-1588), por l'o/eil que lo emparejaban con el retrato de
ejemplo, una sobre una chapa de piara que Felipe II en la jornada de Sa n Quintín reali-
se envió a Francia 1• En ocasiones, estas mi- zado por Antonio Moro (h. 1516- 1576)
niaturas se guarnecía n con labores en oro y en 1557, tra sladado en 1600 a Valladolid y
esmaltes de colo res, a modo de marco de actualmente perdido. Este recurso se utiliza-
orfebrería, como el ejempl ar qu e tiene la ría también en el retrato oficial de la cuarta
francesa en su mano. El rey viste una ropilla esposa, Ana de Austria, por Sánchez Cocllo,
negra ornada con botones y lleva el toisón al hoy en el Museo Lázaro Galdiano de Ma-
cuello co lgado de una cinta de seda roja, en drid, también para que hiciera pendant con
una imagen similar a los retratos del período el de Felipe 11 de Moro.
como rey de Ingla terra. La aparición de la Hasta fecha reciente este retrato se atri-
mini atura de su marido vestido de corte se buyó a Sánchez CoeUo. Sin embargo, detalles

140
rtl
como la preparación en blanco de p lomo
han hecho que su auroría se incline hacia la
pintora de Cremona. También las radiogra-
fías muestran arrepentimientos en la posi-
ción del retrato de Felipe II o en la base de la
columna. Así mismo, pudo haber un corti-
naje detrás.
Este retrato de cuerpo en tero de la reina
si rvió de modelo al pintor bergamasco han-
cesco Terzi (h. 1523-159 1), al se rvic io del
arc hid uque Ferna ndo 11 del Tiro!, pa ra re-
producirlo grabado en su libro Austriacae
gentis imaginum, ya en los años setenta del
s iglo xv tl . Se usó también para e l grupo
o rante escultórico en bronce dorado del
presbiterio de la Basílica de El Escorial eje-
curado por Pompeo Leoni (h. 1533- 1608) a
fina les del reinado de Felipe 11. A la muerte
del rey en 1598, se describió en el Guardajo-
yas de l Alcázar madrileño, protegido por
una cortina de tafetán azul, como era común
en muc hos cuadros de la co lecc ión rea!l .
Cuando Felipe 111 trasladó la corre a Valla-
do li d, se colgó en el lienzo norte de la galería
sobre el ja rdín en el Pa lacio Real de esa ciu-
dad. En junio de 1606 Barrolomé Carducho
(1560- 1608) lo atribuyó a Sánchez Coello 4 •
En 1636 fue seleccionado para decorar el
Palacio del Buen Retiro 1. Allí se puede seguir
su presencia hasta desp ués de la muerte de
Ca rlos lll y el número blanco que presenra
en su ángulo inferior izquierdo corresponde
al inventario de 1794 . En tonces aún parece
que conservaba el marco entero de madera
fingida que posteriormente se recortó por
a rriba y por abajo, quizá cuando se restauró
ya en el siglo XIX~ . Ingresó en 1857 en el M u-
seo Rea l de Pi nturas.
Almudenn Pére7 de Tudcla

l Amezúa 1949, I, pp. 264-65.


2 Ter~i h. 1569, f. 44.
3 Sánchcz Canrón 1956-59.!1 { 1959), p. 229, n." 3960.
4 Madrod, Ar~hovo General de Palacio, Admono~tracoo-
nes Pammonoab, CaJa 10977, exp. 5, 7 de junio de
1606.
S lbrdcm, ex p. -11, 18 junio de 1656.
6 l'ernándet.-.\liranda 198!!-91, 1 ( 1988 ), p. 126,
n." 928: •con marco fingido en el mismo cuadro•.
25 1 Atribuido a Ju an Pan to ja de la Cruz (1553-1608),
según Sofonisba Anguissola

La reina Isabel de Valois, tercera esposa de Felipe IJ


h. 1605
Óleo sobre lienzo, 120,1 x 84 cm
Inscripciones: « 1926" y «2708, (ángulo inferior izquierdo); « 771. • (ángulo inferior derecho)
Madrid, M usen :-.Jacional del Prado, POO 1OJO

Bibliografía >elecc ionada: S. Breuer-llermann en Madrid 1990, pp. 133-34, n."6;


M. Kuschc en Crcmona 1994, pp. 230-3.3, n." 23; L. Ruiz en Cácercs 2000-1, p. 348, n." 7.5;
Kusche 2003, p. 204; J. Ara Láz<:~ro en Santiago de Composrela e irineranre 2006-7, pp. 54-SS,
n." 6; Kusche 2007a, pp. 167 y 500-3,11.0 10; l. Ruiz en Toledo 2016- 17, pp. 204-5

En este rctra ro de tres cuartos la reina Isa be! taba la de concebir y dar a luz a tra vés del rencia de Bayona con su rnadre y, mientras
de Va lo is ( L.S46- 1568) v iste una saya de ter- oído o de la boca 1 • En las cuentas de la reina estaba ausente de Madrid, dio orden a través
ciope lo negro con mangas redondas de las se reflejan vari as cabezas de martas de este de su secre tario a Alonso Sánchez Coello
que asoman las mangu illas de seda roja acu- tipo, con diamantes en la cabeza y pezuñas (h. 1531-1588 ) para que realizara un retrato
chilladas y bordadas con hilos de oro y pla - de oro y ojos de rubíes. Estas joyas se colo- de tres cuartos de su esposa para completar
ta. Va tocada con una gorra baja ladeada caban en pieles naturales haciendo de cabeza la ga lería dinástica del Palacio Real de El Par-
guarnecida de diamantes y rubíes, como los y ele garras. Este acceso rio, pocas veces re - do. El pintor respond ió que realizaría antes
botones de l resto de la saya . Así vestiría la presentado en los retratos españoles, sí apa- los del príncipe y sus primos, Rodolfo y Er-
francesa en acontecimientos solemnes, en los rece en los italianos, tradición en la que So- nesto de Austria, ya que de la joven no dispo-
q ue enriqueda su atuendo con joyas como fon isba se formó, y a punta a favor de su nía como modelo de ni nguno que le conten-
el collar, la cintura o la sarta doble de perlas. autoría . La marta sería heredada en 1585 tara2. En la descripción de la galería por
En su complicado peinado se entrelazan per- por la infanta Catalina Micaela, qu ien tam- Gonza lo Argote de Molina en 1582 d ice que
las y en un lateral se engarza un joyel com- bién se retratará en Turín con ella sigu iendo el retrato de Isabel de Valois del Pardo era de
puesto por un diamante, un rubí y una perla, el modelo materno (Brusela s, Musées Ro- mano de Sofonisba 3 • Perdido en el incendio
que heredará su hija Isabel Clara Eugenia y ya ux des Beaux-Arts de Belgique) . Isabel ele de 1604, se hizo necesa ri o que Juan Panto-
con el que también se retra tará. Como era Valois se apoya en una sill a con el respaldar ja de la Cruz ejecutara una nueva copia ha-
muy común en el siglo XVI, los diamantes de brocado d e oro y plata a juego con la cia 16054 • Se menciona en inventarios poste-
van teñidos de negro por su parte tra sera. De caída de un dosel trasero . riOL·es, como el de 1653, aún en la nueva
su cuello asoma la go lilla con pequeñas pla- Isa bel de Valois se convirtió en 1560 en Galería de Retratos del Pa rdo'. Su pista, cada
quitas de oro cosidas que vemos en o tros de la tercera esposa de Felipe 11, y Sofonisba vez más difuminada, se puede segui r en este
sus retratos. La saya va guarnecida de cintas pasó entonces a servirl a como dama y maes- mismo espacio hasta fi na les del siglo XVfl 6 •
ro jas acabadas en puntas de oro con peque- tra de pintura. Desde entonces retrataría en Otra réplica o cop ia se documenta en
ños rubíes de la India y perlas que se descri- varias ocasiones a su señora. Ya en 1561 efi- la ga lería de retratos fam iliares que ten ía la
ben en su inventa rio. gió a la reina y el retra to que hizo de ella se princesa Juana de Austria aneja al monaste-
Aunque en la época en la que se realizó consideraba el mejor de todos. Maria Kusche rio de las Descalzas, que se rea li zaría con
el origina l de este retrato aún vivía el prínci- identifica esta referencia con el o ri ginal del anterioridad a su muerte en 157Y. Felipe II
pe don Carlos, su inestabilidad hacía desear que se estudia, del que se sacarían varias co- adquirió este y otros retratos en la almoneda
un nuevo heredero varón, por lo que la ma- pias. Sin emba rgo, en la contabilidad de la de su hermana y en 1583 se los cedió a su
ternidad se ría fundamental para la nueva reina joyas semejantes a las que luce en este otra hermana, la empera triz María. A pa rtir
reina. A ello parece a lud ir la cabeza de mar- retrato aparecen a partir de 1565-66, por lo de 16 12 ya quedan fijos en las Desca lzas.
ta de orfebrería que sujeta en una de sus ma- que eso no s podría dar una pista sobr e la Con los mios, el retrato de Isabel se colgó en
nos, unida a una cadena de diamantes con ejecución del prototipo de Sofon is ba, que se el claustro y desapareció entre 1925 y 1968 8•
guarnición de oro y esma ltes de co lores que destinaría a la Galería de Retratos del Palacio Llegaría tamb ién algú n ejemplar a Francia,
sostiene con la otra. Entre las cualidades de Real ele El Pardo que se ultimaba en este mo- ya q ue la cabeza con la joya en el tocado es
este animal de la familia de las comadrejas, mento. En mayo de 1565 Felipe II acompai1ó la que se reproduce en el Libro de Horas de
descritas en las M etamorfosis de Ovidio, es- a su mujer parte del camino hacia la Confe- Catalina de Médicis [fig. 23] .

14 3
Otro ejemplar esta ba en el pa lacio de de este pa laci o a la m u e rre de Ca rl os Ill Berna ! se vend ió en marzo de 1855 un retra-
Va lla dolid en mayo de 1603, cua ndo Fe li- en 1794, con el número 77 112 • to muy si milar ' ' · Del origina l de Sofonisba
pe 111 trasla d ó a ll í la corte9 • Posib lemente Aunque tradic io na lmente esta copia se deriva la versión de cuerpo entero conserva-
fuera e l modelo para Pan toja de la Cruz ha atribuido a Panto ja de la Cruz, los recien- da en una colecció n p a nicu la r ma d rileña
cuando se reconstru yó la Galería de Retra- tes estudios llevados a ca bo por el Gabinete [fig. 21 ] 16 • Ta m bién si rvió de modelo a Pedro
tos del Pardo y el qu e se descri be en 1636 en Técnico del Museo del P rado han constara- Pa blo Rubcns ( 1577- 1640) y su círcu lo en
el Alcázar de Madrid. Podría ser el aquí es- do que la preparació n de la capa pictóri ca una interpretación méÍS barroca [fig. 48] .
tudiado, hoy conservado en el Museo Na- d ifiere respecto a la que utiliza e l pintor en A lm udcn.1 Pén'L de 'l ude l.t
ciona l del Prado, ya que no ll eva el nC1mero los cuadros ana lizados de lo s p rimeros :11i os
de inventario del Pardo de 1653 w. Se refleja del siglo xv u 11 .
en e l inventario d e l Alcá zar madrile1io La s numerosas copias de este prototipo 1 l)e C3rl<» 1007, pp. 2J l ) 2H, lám. l ; De C .trlos
201 S, pp. 51 ''i. s~ ha onrerpretado tambu:n como
de 1666 y después de 1700 pasó al Palacio de Sofonisba ha blan de su gran difu sión en
un cspa nt.tdor de pul~a,.
del Buen Reti ro 11 . Se localiza en el inventa rio varias colecciones 14 . En la colección de Ra lph 1ÍíiiguezAlmt<eh 19S2,pp.l9"'-98, 21 dema)oJc l'inS .
.1 Argorc de l\lo lma 1'iS2, f. 21, n." 15.
·1 Agu1rrc 192!, p. 202; l apuerra Mon to) .t 2002.
pp. 421-1 2, n." 11 , y p. 'i04, doc. 65.
S M adrid, Archivo Ce nera! de Palacio,Admini,tr•K•o·
""' l'atn mo nia lcs, El Pardo, caj~ 9404, np. 3, n." 92.
6 Fern á ndet ll.l)'ton 197\ 85, 11 1198 11, p. 141.
- Péret Pa" o r 1914, p. 16-. n." 6 4; Sánc hez Ca n tón
1956-59, 11 119'i9), p. 255. n." 4 154 .
S G a rcía San7 y RuiL Górnet 2000, p. 15-. nora 66.
9 Sánchez Camún 19'i6-S9, 11 (1959), p. 240. n." 4 04\.
10 Rodríguez Rebollo) ~Ltrrinet Len·a 200-, p. 16".
n." 872.
11 M artíne L Leiva )' Rodríg uez Rebollo 20 l .'i, p . .1HH,
,_. 421.
12 Fc rná ndcz Yliranda 19HH-Y 1, 1( 1988), p. 315, n." 771.
13 En este ca'o co., hlarH.¡uccma, mientras qu~ el pmror
... uele u ~.;a r una preparación n..,cura.
14 ~la ria Kusche 12001, p. 201 1 sco1a ló la de la ann~un
colecciÓn de Joa quín Varo de ~1adnd, forografiaJa
por Joaqmn Rull Vernacco. \ 1adrid, lm tirum dd l'a-
trimonou Cultural de F;pao1a, fotoreca , \'N l95'iS.
15 Catalogue o( t!Jc Cele!Jrated Collectw>t J S.'i.'i, p. 69,
n." 857. El político mgl(:, tenía tam bién el retrcnu Jc
Ana de A u >tria por S:lncha Cocllo c uya pista se pier-
de e n el Palac1o Real de Vallado lid r .tct ualmenrc
c:~tá, recortado. en el ~l u~eo Lá~:.u u G nl<hano (Jin-
dem, p. 64. n." 820 ). 'Lunhién se subastó orro retra -
to de lsahd de Valoi~ en el l lóteiOrouot de Pari;
el 30 de ahrd de 1900 (C<1t.z/o1:ue de /,1/J/eaux .m-
crens 1900, p. 6, n." 14 ), procede me de la colecCIÓn
del conde ll.""·
16 Varela 2000, p. 122, fig . 8. Procede de la Cole<:u<Ín
Ca rde rc ra (C.uJerera 1H77, p. 14, a qu í con medod.h
200 x 102 cm), tbpué< en la Colección Colo nna-
~ur:-.ock en Roma, r posteriormente en la Colección
l\ larrínez de lru1o J e l\cnalmáden.1 ( Kusche 200.1,
p. 20 1).

FIG. 48 Pedro Pablo


Rubens y rallcr, Isabel
de Valois, h. 1603, ó leo
sobre lienzo. Toledo,
Cigarral del Ca rmen

144
26 Atribuido a Sofonisba Anguissola (Crconona, h. 1535-Palermo, 1625)

Doña Juana de Austria y una niña


1561
Óleo sobre lienzo, 194 x 108,3 cm
Boston, lsabclla Stewart Gardner Museum, inv.I'26WI5

Bihho¡;rafia >elecc10nada: Hendy 1974,pp.216-18;Young 1979,p.24; Brcuer 1984,


pp. 202-3, n." 7; Kuse he 1994b, pp. 128-31; F. Checa en Madrid 1998-99, pp. 360·1. n." 64;
Ku"hc 1998, pp. 362-63; Pincssi 1998, pp. 55-59; l'orrí1s 2000, pp. 1956-96; Jordan 2002,
pp. 51-53, n. 14; Kuschc 2003, pp. 206-9
0

En este retrato la princesa Juana de Austria básico que pudo estar trazado por Sofonisba
aparece junto a una niña sobre un fondo Anguissola, quien en 1561 estaba inmersa en
neutro en el que destaca un ventanal abierto la realización de un retrato de Juana para
a l exrerior 1.Juana sostiene en la enguantada remitir al papa 1 . Quizás en él se recogieron
mano izquierda un leque o abanico plegable las inquietudes y gustos de la modelo: una
japonés y lleva al pecho un camafeo con el efigie que mantuviera un equilibrado pulso
busto de su padre, Carlos V. Tanto el atuen- entre la necesaria verisimilitude y la conve-
do como el hecho de mostrar la imagen de nienre dissimulatio.
su padre o la de su hermano Felipe TI se con- La identificación de ese retrato mencio-
virtieron a partir de l555, cuando esta in- nado en las fuentes con este bello ejemplar de
fanta se ocupó de la regencia de Castilla, en Boston se debe a Maria Kusche. Previamente
convenciones de sus retratos. fueron considerados como sus posibles a uro-
Doña Juana fue, sin duda, la mujer del res Tiziano (h. 1488-1576) 4 y más tarde
reinado filipino más efigiada y lo fue por casi Alonso Sánchez Coello, según sostuvieron
todos los retratistas de la época: Antonio Philip Hendy y Stephanie Breuer\ y, más re-
Moro (h. 151 6-1576), Alonso Sánchez Coe- cientemente, Orierra Pinessi 6 • Para Kusche,
llo (h. 153 1- 1588), Cristóbal de Morales (o los contornos indecisos, la técnica blanda y
Morais) (acr. 1550-1573), Manuel Denis luminosa de los rostros y el dibujo detallista
o Sofonisba Anguissola. Además de la fideli- de los cabellos o las lechuguillas serían las
dad a sus rasgos fisonómicos, en todos sus sei1as características del estilo de la pintora.
retratos conocidos se aprecian las que fue- Adujo, además, que en la concepción del re-
ron las señas de identidad del retrato corte- traro Sofonisba había incorporado alusiones
sano habsbúrgico: la disposición de la figura a aspectos privados e íntimos de doña Juana;
en primer rénnino, en calculado contrappos- una apreciación que incluiría la presencia de
to, y la expresión severa, grave y distante. la niña, personaje de d ifícil identificación que
La princesa heredó de su padre una nariz para AnnemarieJordan 7 podría estar relacio-
prominente y aguileña, rasgo que no le agra- nado con a lguna de las damas de la princesa,
daba y que, al menos desde el inicio de la década mientras que para Maria Kusche haría refe-
de los sesenta, la retraía a la hora de dejarse rencia a las jóvenes que ingresaron en el mo-
rerratar1. Es probable que fuera sobre todo nasterio de las De calzas Reales en Madrid,
la incisiva imagen de Antonio Moro de ha- fundado por la princesa R. De ser así, es posi-
cia 15591 fig. 24Jia que provocó ese rechazo, ble que se buscase esta referencia explícita a
por la forma en que el artista iluminó la ca- la fundación franciscana por tratarse del re-
beza o por la elección de su perfil derecho, en traro realizado por Sofonisba para ser envia-
el que destacaba su nariz. Es significativo que do a Pío IV, aunque ello no cuadra con el
Juana ya no se retratara después volviendo hecho de que la primera procedencia conoci-
la cabeza hacia la izquierda. Las efigies pos- da de este lienzo lo sitúe en 1607 en la colec-
teriores a la de Moro parten de un modelo ción del primer duque de Lerma9 .

146
LVI
Por otro lado, parece que Kusche no re-
paró en los problemas de conservación de la
1ouperficie pictórica, que podrían explicar esa
indecisión de los contornos que ella seiiala-
ba 111 • En la obra no se aprecian tampoco los
menudos toques de pincel con los que Sofo-
nisba construye, por ejemplo, el cabello, los
encajes o la mantilla del retrato de Ana de
Austria fea t. 29]. La pintura de Boston sigue
más de cerca las fór mulas de S<í nchez Coello,
con una ejecució n más pastosa y el empleo
de un pigmento blanco muy contundente.
Para Pinessi, el peinado de Juana ser ía el ca-
racterístico de los años previos a la llegada
de Sofonisba Anguissola a España, por lo
que data el retrato hacia 1557-58.
Cabe pensar en la posibilidad de que la
composición, o al menos las cabezas de las
dos figuras, realizadas con sutiles transicio-
nes ero m á ricas y rasgos dulcificados en el
caso de la de Juana, fueran una elaboración
de Sofonisba o partieran de un modelo suyo,
q ue luego sería conclu ido en el taller de Sán-
chez Coell o.
Lct icia Ruiz Gúmcz

1 1'1 fondo de la pintura, mcluida la sencilla apertura


cxrcnor. recuerda el del príncipe don Cario~ de ~án­
chet Cuello Jfig. 27].
2 Como queda patente en la carta de ago<w de 1560
del emba1ador Bcrnadcno Mmerbctti a Costmo de'
~lcdici rec~ida por A. l'érez de Tudela en 'u ,.,to de
este catálogo (p. 68, nora 59): ·dubita d1 nun efsserfe
rllratta 111 ,mitudme che naso appartsca grande•
3 Como la prop13 C.,ofoni~ba mcncjona en una carta a
Pío IV de 16 de 'cp11cmbre de 1561, citada en Va,an
M dane't 1878-85, VI ( J 881 ), pp. 499-500; y en otra
mrta a Bcrnardino Campt, de 21 de ocrubre de IS61,
citada en Lamo 1584, pp. 43-44.
4 Lr.l de co.;a opinión Brrnard Berenson, ~egún cartas a
In scilora Gardner en el archivo dcllsabella Stewart
Garclncr Mu"ieum .
.i Hcndy 1974, pp. 21 6- 1S; Breucr 1984, pp. 202-3, n." 7.
6 Pinc"i 199S, pp. 55-59.
7 Jurdan 2002, pp. 51-.B, n." 14.
8 Kusche 2003, p. 209.
9 • Otro !retrato] entero sin marco de Una l'nnce'"
be,ttda de negro con una medalla al cuello del Rey
Don Felipe segundo ~ una niña bcstida de verde en
-.etc;tentm Reales•. Véase Schroth 1990, p. 254, inv. 5,
f. 31 v, n." 108. En el a'iento se yerra en la identifica-
ción del efigtado en el camafeo, pero tampoco se
tdentifica n doña Juana.
10 Lo; dcsgasrcs de la pintura permiten incluso aprectar
las rccnficauone~ del contorno de la prince'a y In
\Oiución inicial de la saya.
27 1 Taller de Alonso Sánchez Cocllo según Sofonisba Anguissola

EL príncipe don Carlos vestido de blanco


h. 1568
Óleo sobre lienzo, 112,5 x 88,2 cm
Inscripción: • IFTATIS sv.t: XXII. • (wna superior derecha )
Colección parucular

Bibliografía >clccc•onada: Tormo 1943; Kusche 2000; Kuschc 2003, pp. 17 1-72 y 221-24;
Pérez de Tudcla 2014, 1, pp. 323-24

Don Carlos, el malogrado heredero de Feli- de las llamas con el dosel de fondo. Para que como un corrinaje azul o una mano con un
pe TI, siempre tuvo una preocupación por su la pintora lo pudiese retratar con la mayor guante calzado\ variantes que aproximan esta
imagen, a pesa r de los defectos de su cuerpo. precisión y en la tranquilida d de su estudio, versión a la del duque de Solferino en jerez de
Mantenía Lma estrecha relación con la reina y el joven pidió al tendero que había propor- la Frontera, donde la daga y la espada han
sus damas, por lo que encargaría a finales cionado la tela de plata al sastre que diera un desaparecido-. También fue el modelo que se
de 1567 el original perdido de esta imagen a trozo semejante a Sofonisba. eligió pa ra la escultura orante en bronce dora-
Sofonisba, con el que quedaría plenamente El prototipo de la pintora cremonesa se do del príncipe en el cenotafio de Felipe Il de
satisfecho. La dama solía dulcificar las faccio- enrregó a Alonso Sánchez Coello para que Pompeo Leoni (h. 1533-1608) en El EscorialH.
nes de sus retratados y en el caso del príncipe pudiera realizar varias copias para distribuir Diego Cuelbis vio en 1599 un rerraro similar
se valdría de recursos como envolver su figura entre los escasos afectos al príncipe. Sofonis- colgado en una sala del Alcázar de Madrid,
en una ropa, como ya hiciera Alonso Sánchez ba, empeñada como dama de la reina, ten- quizá el de Isabel de Valois heredado por Feli-
Coello (h. 1531-1588) en varias ocasiones, dría poco tiempo para atender este encargo pe IP.
para disimular los defectos en su columna. y ese tipo de colaboración era habitual entre A pesar de su caída en de!>gracia, la pre-
En el retrato se representa al príncipe en ellos. El príncipe quedó muy sarisfecho y re- sencia de imágenes del príncipe don Carlos
el Capítulo de la Orden del Toisón de di- co mpensó a la pintora con un anillo con un fue frecuente en las galerías de retratos del
ciembre de 1567, el último previo a su pri- diamame de gran valor, como relata su bió- siglo XVI. Uno derivado del original de Sofo-
sión el L8 de enero de 1568, cuando la vida grafo Pedro Pablo de Ribera 2 • De las prime- nisba se describía en el inventa rio del duque
del joven dio un giro fatal al ser acusado de ras seis copias que hizo Sánchez Coello, una de Arcos de 1632 en la fonaleza de Barres,
traición y castigado por su propio padre. El se destinó a Isabel de Valo.is y otra a j uan rasado por Juan Bautista Maíno ( 1569-1649):
príncipe viste a la moda cortesana, con cue- Martínez de la Cuadra, ayuda de cámara del «con el capote de lobos que hiz.o una dama de
ra y ca lzas blancas, y lleva sobre los hom- príncipe3 • Don Carlos falleció recluido en el la reina Isabel•• 10 • En 1645, Francisco Pacheco
bros el gran collar de ceremonia de la orden, Alcázar el24 de julio de 1568, a los veinrirrés (1564-1644) aún recordaba el prototipo
que su padre le entregó en 1559. Los caba- años, por lo que este fue su último retrato. como la obra más significativa de Sofonisba 11 •
lleros del Toisón se ataviaban con ropajes El original de Sofonisba estuvo un tiem- En el siglo XIX se vuelven a rastrear imá -
blancos el tercer día capitular, dedicado a la po en poder de Sánchez Coello, pero una vez genes derivadas de este original perdido de
Virgen, y la fecha elegida explica que la ropa saldada la cuenta con el pintor, lo compró en Sofonisba en varias colecciones. En un catálo-
estuviera forrada de lobos cervales, como se la almoneda del príncipe Cristóbal Tostado, go de Londres hacia 1825 se describe un ejem-
denominaba a los linces en el siglo xvr. Su mayordomo de Francisco de Velasco, por plar que se atribuye a Sánchez Coello y se
aspecto se enriquece con detalles como los 400 reales4 • acompaña de otros retratos de sus compañe-
botones de oro con camafeos, de los que te- Aparte de Sánchez Coe llo, tam bién co- ros de estudios, don Juan de Austria y Alessan-
nía va rios juegos, como los que cambió al piaron este retrato el pintor Antonio Ricci dro Farnese 12• En 1855 se vende otro retrato
marqués de Pescara por la tapicería de La (h. 1565-h. 1635), a panir ya de 1585, como proveniente de la colección del político inglés
Batalla de Pavía'. Con la mano derecha ase atesrigua el comprado en Madrid en 1592 por Ralph Berna!, quien poseyó otras importantes
la daga y apoya la izquierda sobre la empu- el patriarca Juan de Ribera para su colegio imágenes de la familia real española 11 •
ñadura de la espada, guarnecida con esma l- valenciano\ y Juan Panroja de la C ruz Aunque ninguno se puede considerar el
tes, que cuelgan de un talabarte y pretina de (1553-1608), hacia 1606, para incluirlo entre original de Sofonisba, los ejemplares que
oro, como los remates de las mangas de la los treinta y cinco retratos que se rehicieron conservamos hoy en día nos pueden a yudar
ropa. También los eslabones del toisón de para el Palacio Real de El Pardo tras el incen- a imaginarlo. Una de las copias de ma yor
oro van esmaltados, haciendo juego el rojo dio de 1604. En esta obra se añadieron detalles calidad es la de la Colección Lobkowicz con

149
Ja inscripción << DON CARLO PRINC J P I:. 1 D I:: Por la descri pción que da el propio Carderera 1 Pércz de Tudda 21) 1Ob, 111, p. 1554.
2 Ribera 1609, p . .ll ) .
s PANA» 1fig . 28 [. En Es paria d es taca el de sabemos que la sil ueta del príncipe se recor-
3 Archivo (,cncr,ll de ~imancas, Dirccnón General del
un a colección particu lar ma drileña deposi- ta ba sobre una cortin a de damasco ro ja y q ue Te!-.Oro, invenrario 24, ~~~. 903.
tado en el M u seo de Bel las Artes de Ovie- sobre ella se podía leer la inscripción «IF.TATJ S 4 Kus.:hc 2003, p.ll l . Dada la homonim1a en la corte
fi lipina, .nin rc,uhd d1fíd "":larecer <jUI<n era re.ll-
do14. Ya de menor calida d es la copia de la ~V1E XXH » 1'. De a llí podría haber pasado a los
mente C>tc pcr>on,l[C.lo; que ad4uírieron J,_ mp1a;
colección Cipria no Pagés de Ba rcelona"· condes de Villagonzalo . El q ue más se apro- de Sánche> Coello en la m1sma \ema fueron don
Algunos de estos retratos llevan un espal- xim a a este, por el corrinaje carmesí de fondo, Juan de ld l.ll[U<I, ~eh.t;tl,tn de S.tntoyu, (,úmez
Manriquc, Cn.róbal de Mora, Rodrigo .\.Janucl, l ui;
dar de brocado detrás, como el depositado en es una copia en el Pa lácio Naciona l de Sintra de Roras, el conde de Jvhranda, Amaro M:írquct y el
el Kunsth isrorisches Museurn de Viena, bastan- en la que el prín cipe se ha tra nsformado en secretario Martín González de Gante. Postcriormcn
re deteriorado, con la inscri pción «CARO LV~ don Sebasti án en fecha posterior, repinta ndo t t: n:sulrn cornplii.:nt!o ... egUJr la pi.1.ta a e"rn-; pmtur.l'i

en las "iucc;ivas vcnt~h e 111vcntarios.


I'R fNCEPS / H IS I'. I' H 1Lll' Pf 11. REG . 1 FJ LJV~» 16 • el vellocino del Toisón, que se convierte en la S Benito Doméncch 1980, pp. 312- 13, n." 220; Scrrcra
Posiblemente el ret rato que se expone es O rden de Cristo, y mi adiendo una inscripción 1990, p. 47.
el que Valemín Ca rderera ( 1796-1880) es- 6 Aguirre 192.1, p. 202; lapuerra MontO} a 2002,
identifica ti va junro al escudo porrugués en los
p. 424. n." 14.lnvcnrano del Palacio de El I'Jrdo de
tampó a med iados del siglo X IX cua ndo per- ángulos superiores 1q [fig. 49]. 165 3, Arclll\ o (,cneml de l'al .~eio_ Admm1strac10ncs
tenecía a la colección de los condes de 01iare. Almudena l'é r c7 de Tudcla Patrimoníalc,, Fl Pardo, caja 9404, ex p. .!, n." 95.
7 Serrcra 1990, p. 60; Ku;chc 2003, p. 5 12, nota 967.
8 )e menc1ona un cjcmpl .~r del cuad ro en 1.1 co l c~ción
del escultor a ~u muerte en Madrid en 1609. Di Dio
2006, apéndice, f. 1 346.
9 Pérez de Tude!J 201 Oa, pp. 1 18 y 137, nm.1 6-.
10 Kagan 1992, p. 1SS.
11 l'acheco [ 16491 1990, p. 95.
12 Geny Pro,·en.mcc lndex, !:>ale Catalog Hr-2645, lote
21.
13 C<~talogue o( tiJt• Celelmlled Collection 1855, pp. 74
75, n.O 905.
14 K use he 2003, pp . 22 1-22, fig. 194; 102 x 7(,,5 cm,
depósiro particular desde el 2006.
15 Ku,che 20()1, p. S 12, nota 967, y p. S )S (>uha,tadn
en Aba Jarre, ;uba.ra n." 22, 28-29 de nov1cmhre de
201 7, lore 1 164, óleo sohre lienzo, 110' 86 cm).
Orra c·orlla en la lihrcn .t anricuaria gr.tnad 1na de
Ignacio l\IJrrín Vi llena.
16 Ku~che 20(Jl, p. 22.1, fig. 196.
17 Cardcrcr<l 1855 64, ll ( 1864), Jjm. LXXVII; Kuschc
200.1, p.) 12, 1101J 967.
18 J orda n 1998, p. 433, nota l.l9; Flor 20 1 1, pp . 218-
22. Fue adquirido por J,, reina María Pía de Sahoya,
ya en el ,;¡;Jo XIX.

FfG. 49 Ta ller de
Alonso Sá nchez Coe ll o
según Sofonisba
Anguissola, E/ príncipe
Sebastián de Portugal,
h. 1568, óleo sobre
lienzo, 102,5 x 9 1 cm.
Sintra, Palácio
Nacional, inv. 364 1

150
l S' l
28 Sofonisba Anguissola (Crem ona, h. 1535-Palermo, 1625) Sin embargo, el retrato de la cremonesa
tuvo bastante repercusión. En Viena se con-
Felipe JI
serva la copia más conocida', pero había
h. 1573
otra, con variantes, en la Galerie Brunner de
Óleo 'obre lienzo, 88 x 72 cm
París 4 • También Antonio Campi (1524-
Inscripción: •288» (ángulo inferior derecho)
~l.tdrid, Museo Nacional del Prado, POO 1036
1587), en su libro Cremona fedelissima citta,
de 1.58.5, copia el que tenía el duque Carlos
Uihhografío seleccionada: S. Brcuer-Hcrmann en Madrid 1990, pp. 135-36, n. 0 JO; Manuel 1 de Saboya', también basado en el
M . Kusche en Cremona 1994, pp. 242-45, n." 26; J. ~áen7 de .\1iera en Madrid 1998-99, de Sofoni sba, que podría ser el reali zado por
pp. 400-1, n." 92; Kusche 2003, pp. 217- 19 y 230-33; Pére¿ de Tu deJa 20 14, 1, p. 325 Giorgio Soleri ( ?-1587), pintor enviado con
ese motivo a la península ibérica entre 1578
y 1580 por su padre, Manuel Fi libe rto de
Saboya, primo hermano del rey6 ; o un retra-
Sofonisba retrató a felipe ll justo antes de Maria Kusche argumentó que esta obra to de su tío y futuro suegro que le llegó de
abandonar la corre española en junio de 1573. se pintó hacia 1565 y se modi ficó en 1573, España en 1583-. En una anterior edición
El rey aparece de tres cuartos, recortado sobre basándose en un retrato claramente deriva- Ca m pi grabó el retratO de San Quintín, pero
un fondo neutro. Al igual que a la reina, lo do de este que figura en una ejecutoria de en estos momentos el retrato de Sofonisba
representa con la indumentaria completa- nobleza del Archivo Zabálburu de Madrid sería la imagen más difundida del monarca.
mente negra que solía vestir a diario -una y que ella fechó con anterioridad a 1573, La versión con vestido de diario será la que
ropilla con botones de pasamanería de seda pero que, en realidad, al llevar el escudo las alcanzará mayor fortuna y así lo presentará
negra que también se aprecian en los braho- quinas de Portugal, sería posterior a 1580, Sánche7 Coello en el último retrato que rea-
ne~ por lo~ que asoman las mangas del ju- año en q ue Felipe 11 se proclamó monarca de lizó del rey conservado en el Palazzo Pirti de
bón-, tonalidad que solo se rompe con la ese reino. También para datar el cua dro se florencia o J uan Pan roja de la Cruz ( 1553-
lech ugui lla y puños de encaje blanco. Su fi- sirvió de un grabado de Frans Hogenberg 1608) en su último retrato de la Real Biblio-
gura se envuelve en una capa y va tocado (h. 1535- h. 1590), que propuso como rea- teca del monasterio de El Escorial.
con una gorra alta. También se vislumbra la lizado entre 1560 y 1570, pero que es ya Posiblemente este retrato esruviera col-
empuñadura de la espa da nielada. El toisón de 15 86. En recientes estudios del Gabinete gado junto a su pareja de Ana de Austria
pende de su cuell o de una cinta de seda ne- Técnico del Musco del Prado, aparre de ha- en 1598, cuando murió el rey. La p ri mera
gra, como lo llevaba a diar io y él mismo llarse la misma prepa ración blanquecina, se mención clara es en el inventario del Alcázar
recomendaba a los caba lleros de la orden. El ha comprobado que se p intó en la misma de Madrid en 1636, ya separado del de Ana
rey sujeta con su mano izquierda un rosario tela que el de Ana de Austria [car. 29]. Tam- de Austna ~ . Tras el incendio del AJcázar, pa-
de madera en el acto de pasar una de sus bién se ven las canas del rey, por lo que es saría a decorar el Palacio del Buen Retiro. El
gruesas cuentas, que nos sugiere que podría posib le que se pintaran simultáneamente. El número 288 pintado sobre el lienzo corres-
tratarse realmente de un decenario de los respaldo carmesí de la silla y el rosario em- ponde con el inventario de Ca rlos fii de ese
que aparecen en su inventario. Felipe ll so lía parejarían también visualmente los dos re- edificio9 •
rezar el rosa rio, especial mente con uno de traros del matrimonio. En estos primeros Almudena l'é rc7 Je Tudela
lináloe con gra ndes indulgencias con el que meses de 15 73 la pintora retrata ría también
pidió ser en ter rado 1• La aparición de este a las dos hijas del rey [car. 30 y 3 '1] y al prín-
e lemen to nos habla d e su defensa de la fe cipe heredero [fig. 50].
católica, más reforzada si cabe tras la bata- Este retratO sustituye a la imagen bélica de 1 Pércz de Herrera 1604, pp. 93,94 y 147, recordado
en Gorwílet (;a reía 1998, p. 195. Para un ro>ario de
lla de Lepanto en 1571. La festi vidad de la Felipe U en la jornada de San Quintín de 1557
cstr material descrito en su inventario, ''éase S.ínchez
Virgen del Rosario precisamente se instauró y nos muestra al monarca en la intim idad. En Cantón 1956·59, 1 ( 1956 ), p. 344, n." 4856.
en 1573. Existían precedentes de represen- julio de 1573, con posterioridad a la partida 2 Sánchcz Cantón 1956-59, n (1959), p. 231. n.• 3973.
'\Viena, Kun\tho~rori"hc> ~ l u,eum, Gemaldegaleroc,
taciones semejantes en el propio Alcázar de de la pintora de la corre, el secretario Ga-
9375.
Madrid, corno la de su antepasado Felipe 1 briel de Zayas anunció que el rey se retrataría 4 Galerte Charles llrumoer 1925.
de peregrino con un rosario!. En las radio- de nuevo para difundir su imagen conforme 5 Ca m pi 1585, libro IV, f. 112.
6 I'erez de Tudel,o 20 IJ, p. 106.
grafías del lienzo se aprecia que la pintora a su aspecto de aquel momento. Este nuevo -p¿rct de TuJda 200 1, p. 487.
modificó la posición de la mano derecha, prororipo sería seguramente rea li zado por 8 Rodríguez Rebollo y Marrínez Lciva 2007, pp. 75 y
que finalmente reposa sobre la silla y que AJonso Sánchez Coello (h. 1531-1588), mien- 132, n.• 111. Para su hi,roria posterior, J\lartonez
1 eiva y Rodríguet Re bol k) 20 15, pp. j06-8, n." 27.
inicialmente apoyaba en su pecho tocando tras q ue el retratO de Sofonisba se considera- 9 Fernándcz ·Mira nda 1988 -9 1, 1 ( 1988 ), p. 279,
el toisón. ría como una imagen privada y familiar. n." 288 (n." 26.5 1).

152
29 1 Sofonisba Anguissola (Cremona, h. 1535-Palermo, 1625 )

La reina Ana de Austria


h. 1573
Oleo sobre lienzo, 86 x 67,5 cm
Inscripción: • 2175» y «908» (ángulo inferior derecho)
Madrid, Museo Nacional del Prado, POOJ284

Bi b1i o g ra fía seleccionada: S. Breuer-Hermann en Madrid 1990, p. 135, n." 9; ,\11. Kuschc
en Cremona 1994, pp. 246-49, n." 27;J. Sáenz de Yl.iera en Madrid 1998-99, pp. 400-1, n." 93;
Kuschc 2003, pp. 230-31; L. Ruiz Gómcz en Alaquás 2007, p. 122; Pérez de Tudela 2014, 1, p. 325

La reina Ana de Austria (1549-1580), cuar- cansa sobre una silla tapizada de carmesí en cluido su matrimonio. Cuando su madre la
ta y última mujer de Felipe JI, aparece repre- un juego simétrico con la mano derecha de emperatriz María de Austria pasó por Géno-
sentada de tres cuartos recortada sobre un Felipe TI, al igual que el collar de su cuello se va en 1581, cam ino de su retiro definitivo,
fondo neutro en el que se proyecta la sombra asocia con el decenario del rey. Recientes parece que la p intora la obsequió con un
de su silueta. Viste una saya negra sobre la análisis llevados a cabo por el Gabinete Téc- cuadro devocional mariano.
que se unen los cabos de una toca blanca nico del Museo Nacional del Prado apuntan La pieza posiblemente formaría parte de
mediante algún joyel que tapa la mano dere- a que ambos se pintaron en la misma tela y la colección del rey Felipe U, aunque la pri-
cha. De las mangas redondas asoman las con idéntica preparación de base blanca. mera mención clara a este retrato en los in-
manguillas en raso o seda fruncida que nos El retrato fue realizado por Sofonisba an- ventarios reales es en el del Alcázar de Ma-
muestran las diferentes texturas y varieda- tes de su partida de la corte en junio de 1573, drid en 1636. En ese momento ya esta ba
des dentro de la aparente monocromía del aunque esta no sería la primera vez que la separado del de Fel ip e Il 1• Del Alcázar ma-
tono negro en el traje cortesano español de dama de la reina efigiara a Ana de Austria, drileiio se trasladaría en el siglo xvm a deco-
este período. Ese tono solo se rompe por el ya que Giovanni Battista Venturina de Fa- rar el Pa lacio del Buen Retiro, a cuyo inven-
encaje de la lechuguilla y los puños. briano, secretario del legado Alessandrino, tario de 1794, tras la muerte de Carlos III,
Al contrario que los retratos contemporá- nos informa de que la estaba retratando en corresponde el número blanco dellienzo1.
neos representativos y solemnes de Ana de noviembre de 1.571, cuando quedaba muy Al muden a Pé rez de T ude la
Austria pintados por Alonso Sánchez Coello poco para el nacimiento de su primogénito,
(h. 1531-1588) -por ejemplo, el del Museo el príncipe don Fernando. En esta obra, la
Lázaro Galdiano de Madrid-, Sofonisba nos italiana nos muestra una imagen idealizada 1 Rodríguez Rebollo y Martínez Leiva 2007, p. 14S,
n." 495.
muestra a la reina con un traje como los que de la reina, obviando pequeiios defectos
2 Fcrnández- Miranda 1988-9 1, I ( 1988), p. 324,
solía lucir a diario y privada de sus joyas de como una verruga, que Sánchez Coello, fiel n ." 908 (n." 327 1).
aparato. De su cuello pende un collar quepo- a la tradición flamenca, sí representó en el
dría ser de cuentas de calambuco u otra sus- inicio de una de sus cejas, o aminorando su
tancia odorífera de procedencia exótica como ligero prognatismo. La delicadeza con la que
el ámbar, a las que era muy aficionada, y la se aproxima a la familia real es otro de los
cintura negra posiblemente fuera de eslabones rasgos inconfundibles de su estilo. La dama
tallados en azabache, como algunas que en- retrataría en ese mismo momento a las dos
contramos en la documentación. Sus manos pequeñas infantas, también vestidas de ne-
van enfundadas en guantes de piel teiiidos de gro lcat. 30 y 3lj,junto al príncipe heredero
fustete amarillo, quizá porque el tiempo aún ffig. 50], y este conjunto se podría interpre-
fuera frío. También la infama Catalina Mi cae- tar como una despedida de la corre española.
la lleva en su cabeza un narciso que florece Aunque no la instruyó en la pintura
hacia marzo o abrillcat. 31]. En estos momen- como a Isabel de Valois, Ana de Austria
tos la reina estaba embarazada del infante apreciaba el arte y debió de existir una rela-
Carlos Lorenzo, que nació en agosro de 1573. ción de afecto entre ella y su dama. En oca-
Esta obra hace pareja con el retrato de siones la reina disculpó las travesuras de
su marido pintado por las mismas fechas Sofonisba ante su marido y la apoyó firme-
lcat. 281: la mano izquierda de la reina des- menre para que pudiera ver finalmente con-

153
C;.\t, .!9

154
HZ ' JC)
30 Sofonisba Anguissola (Cremona, h. 1535-Palermo, 1625) niñas componía vestidos, como vaqueros
fáciles de abrochar. Sofonisba sorprende al
La infanta Isabel Clara Eugenia
simio comiendo, frente al hieratismo de la
h. 1573
infanta. Alonso Sánchez Coello (h. 1531-
Óleo sobre lienzo, 56 x 4 7 cm
1588 ) retrató también a la infanta mayor, ya
Inscripción: · L'infanra lsabella Clara Eugenia d'Ausrria» (ángulo superior izquierdo)
Turín, Gallcria Sabauda, Musei Reali di Torino hacia 1586, incluyendo a sus inseparables
monos brasileños sujetos por Magdalena
Bibliografía seleccionada: S. Bn,ucr-Hcrmann en Madrid 1990, p. 146; Kusche en Crernona Ruiz 2 • También estos animales aparecerán
1994, pp. 250-5 1, n." 28; R. Oresko en Bruselas 1998-99, p. 38, n.• 28; Kusche 2003, pp. 230 frecuentemente en los retratos de la familia
y 233-36; C. Lanzi en Tu rín 2005-6, pp. 88-89, n.• 10; l)ércz de Tudcla 2014,1, pp. 3.12-33
ducal, especialmente en los de los hijos de
Catalina Micaela por j an Kraeck, italianiza-
do Giovanni Caracca (h. 1540-1607), una
JI Sofon is ba Anguissola (Cremona, h.l53.5-Palermo, 1625) vez que la infanta se instaló en Turín tras su
La infanta Catalina Micaela con tití matrimonio.
Isabel Clara Eugenia, de la que solo se
h. 1573
representa la mano derecha, lleva un anillo
Óleo sobre lienzo, 56,2 x 47 cm
Colección panicular
en uno de sus dedos, quizás de azabache.
Este retrato presenta una inscripción en ita-
l~ihhografía seleccionad a: Rafael Val!;, 2000, n.• 2; Kuschc 2003, pp. 230 y 233-36; liano de color amarillo anaranjado en el án-
Pércz de Tudela 20 14, 1, pp. 332-33 gulo superior izquierdo, prácticamente idén-
tica a la que tenía, identificándola ya como
duquesa de Saboya, el cuadro de la infanta
menor antes de ser elim inada en la última
Posiblemenre en los meses previos a su par- mas de la corre hacia 1570. En estos años resta uració n. Ambas in scripciones se aseme-
tida de la corre en 1573 Sofonisba Anguis- eran frecuentes los trajes iguales para las dos jan a la que figura en un retrato de niiio con
sola retrató no solo a los reyes Felipe 11 y hermanas, como las vemos en algunos de sus lanza del San Diego Museum of Arr de Cal i-
Ana de Austria lcat. 28 y 291, sino también retratos fornia de un tamaño rambién similar-1 [fig . .50J.
a las dos infantas hijas de la reina Isa bel de En los cabellos trenzados de Catalina La inscripción le identifica con Felipe 11, po-
Valois, Isabe l Clara Euge ni a y Cata lina Micaela, aparre de un lazo negro, se enrrela- siblemente porque se añadió en época pos-
Micaela, con las que tuvo una relación muy za un narciso -denonúnado junquillo en el terior, cuando la identidad del niño se había
estrecha desde su nacimiento en 1566 siglo XVI - que estuvo oculto anteriormente ya perdido. El personaje, tocado con una
y 1567, respectivamente. Cuando Isabel de por un repinte que lo homogeneizaba con el gorra, luce un vaquero verde abrochado con
Valois murió en octubre de 1568, su dama fondo neutro. Esta flor, que era una de las alamares de pasamanería de hilo de oro y de
pasó al servicio de las infantas hasta que en preferidas de su padre y que hizo plantar en sus hombros salen las «mangas perdidas»
1570 ingresó en la casa de la nueva reina, Aranjuez y otros jardines de sus palacios, que permitirían sujetarle. La golilla y puños
Ana de Austria. Esto le permitiría estar cerca nos puede indicar los meses en que se realizó de encaje blanco son muy parecidos a los del
de las ni1ias y retratarlas en su intimidad. este retrato, ya que se abre entre marzo y resto de la familia. Podría tratarse del prín-
Las infantas va n vestidas como lo hacían abril. La infanta sostiene una de sus peque- cipe don Fernando, que nació el4 de diciem-
a diario, con sayas negras que contrastan ñas mascotas exóticas, en este caso un tití bre de 1571 y que vestía a menudo de ese
con las lechuguillas y puños de encaje blan- común amazónico (Callithrix ;acchus) de color, como nos informan las cuentas y otros
cos similares a los de la pareja regia. Las larga co la, al que su jeta por un arnés asido rerraros. Cuando Sofonisba retrataba a la
delicadas lechuguillas esconden ya los lóbu- con un a cadena metá lica dorada. Existían fami lia real, Ana de Austria estaría ya emba-
los de las orejas, lo que nos ayuda a fec har retratos de sus antepasados similares, y en razada de su segundo hijo, el infante Carlos
las obras en rorno a los inicios de la década imágenes a nteri ores de las in fantas ya ha - Lorenzo, que nació a mediados de agosto
de los setenta. La seda de los vestidos, acu- bían apa recido estas mascotas, como el pa- de 1573. A favor de la autoría de la pintora de
chillada, se enriquece con unas aplicaciones pagayo que incluyó en un retrato de ambas Cremona están la delicadeza con que trata
de terciopelo y con cadenas de eslabones en 1571 joris van der Straeten (act. 1552- las facciones del niño, suavizando el ligero
negras que caen por el pecho de ambas, qui- 1578)1, pintor flamenco que Isabel de Valois prognatismo que Sánchez Cuello no oculta
zá las famosas de hierro a veces combinado asumió a su servicio. En la contabilidad de en sus retratos posteriores, como el de 1577,
con plata que el orfeb re Jacopo da Trezzo las hermanas menudean referencias a estos un año ames de su fallecimiento, conservado
(h. 15 14-1589) puso de moda entre la s da- animales, para los que incluso el sastre de las en las Descalzas Reales. También la manera

156
de pintar el ca bello, con finas pinceladas, se en Turín. Sin embargo, no se recoge ninguno Se ha supuesto que Sofon isba mantuvie-
aproxima a la de los retratos de sus herma- de los dos en los inventarios a la muerte de ra el contacto con las infantas, a las que vi-
nastras. Preludiando sus futuras victorias, las dos infantas en 1597 y "163 3. Una de las si taría cuando ambas pasa ron por Génova
suj eta una lanza con la mano derecha y con primeras menciones claras al de Catalina t ras sus respectivos matrimonios.
la izquierda una pequeña espada con empu- Micaela es la venta ele la colección de Mrs. Almudena Pérez de Tu deJa
ñadura de oro cuajada de rubíes y turquesas Howard en Londres en 1888 4 •
o esmeraldas. La inclusión de estos elemen- A las niña s se las retrató desde que na-
tos era muy común en los retratos infantiles cieron para informar a su familia de su cre-
1 Royal Collccrion Trusr, RC!l' 404331.
masculinos y será un recurso empleado por cimiento. A pesa r de estar Sofonisba en la 2 Madrid, Museo Kacional del Prado, P000861. L
otros pintores, como Sánchez Coello. Tam- corte corno dama de la reina, buena parte de Ruiz Gómcz en Madrid y Londres 2008-9, pp. 404-5.
n." 123. Algunas de estas especie; están extinguida;
bién pende de su cuello una medalla de oro esas imágenes fueron realizadas por Alonso
acrualmcnrc.
ovalada con un va lor protector y que podría Sánchez Coello, quien fue autorizado por el 3 En 1929 e<raba en la colección Godfroy Brnuzer de
tener acUJ'íado un Agnus Dei. El príncipe fue rey para volverlas a retratar en 1572, el año :>liza. La inscripción dice: • Filipp o p.frincifJef dfi/
Spag[naf/ Filio DI CARLO VI imp(eratoref•.
jurado como heredero al trono español en la anterior a la ejecución de esta pareja de re- 4 Christie's, Londres, 28 de julio de 1888, lore 33. Vol-
iglesia ele San Jerónimo el Real ele Madrid el traros. También fueron efigiadas a menudo vió a aparecer en Chrisrie's como Sánchcz Cocllo
domingo 31 de mayo ele 1573, posiblemente por Joris van der Straeten, como ya se ha (0/d Master l'ictures 1984, p. 24, lote 52). En 1994
estaba en una colección particular nortea menea na y
el último acto ceremonial en el que Sofonis- comentado, al servicio de su madre y en la se vendió a su acrual propietario a rravés de Rafael
ba participara como dama de la reina ames corre espai'iola hasta 1571. Va lis (Rafael Va lis 2000, n." 2).
de su matrimonio el 5 ele junio.
La delicadeza de ejecución de estos retra-
tos infantil es, con una técnica basada en fi-
nísimas pinceladas, guarda relació n con las
efigies de los reyes hoy en el Museo del Pra-
do lcat. 28 y 291. Las cinco siluetas se recor-
tan sobre un fondo neutro gris verdoso muy
semeja nte y se considera un conjunto reali-
zado por la pintora a modo de despedida de
la corre española antes de finales de junio
de 1573, año en que regresó a Italia. Maria
Kusche supuso que la vestimenta negra de
buena parte de la familia real correspondía
al luto por el traslado de muchos de los cuer-
pos de la familia real al panteón de prestado
del Escorial.
Los retratos de las in fantas, por su me-
nor tamaño respecto a los de los reyes, se
han considerado pareja. Se ha supuesto que
al separarse en 1585las hermanas intercam-
biaran sus retratos, acabando el de la mayor

FIG. so Sofonisba Anguissola, Retrato


de un príncipe esfJañol (pos iblemente
el príncipe Fernando), h. 1573,
óleo sobre lienzo, 59,1 x 48,3 cm.
San Diego, San Diego Muse um of Art, Gift
of Anne R. and Amy Putnam, 1936.58

157
cat, JO

158
------ - - - - - - - - - - - - - -
6S' 1
1t 'lC:'l
32 Atribuido a Sofonisba Anguissola (C remo na , h . 1535-Palermo, 1625) fi liación artística del lienzo hasta la fec ha,
conviene poner en relación el estilo pictórico
Magdalena Girón Osuna
utilizado con el adoptado por Sofonisba en la
h. 1568
década de 1560 y las simi litudes existentes
Óleo sobre lienzo 45,5 x 40 cm
con otra ~ pinturas de este período, así como
inscripción: • Ritratto dclla dama 1 spagnoln della qua le 1,¡era innamoraro 1D.Jucal Fran.'" Maria
Fe! trio 1della Rovere, all'hora 1 príncipe d'Urbino 1 mcnrrc ~¡ trattcnnc 1alla corte catt.[oli]ca 1a la estrecha cercanía física y emocional que
scgn() che volcva 1pigliarla per moghc• 1Retrato de la dama! española de la cual/ se había enamora- existió entre las damas, y, en especial, entre
do/ el duque Francesco Maria Fcltrio 1dclla Rovcre 1enronce; 1 príncipe de Urbino 1cuando resid ió Magdalena y Sofonisba. Por ello, nuestra hi-
1en la corte católica 1como indicio de que quería 1tomarla como esposa 1(en el rever>o)
pótesis es que este cuadro debería formar
Pésnro, Comune di Pesa ro, Musci Civici di Pnlauo Mosca, inv. gen. n ." 3991
pa rte del co rpus pictórico de la italiana y
Bibliografía seleccionada: Gallena dei quadri 1879, n." 70; Scorza 1980, p. 17, láms. 7 y 8; corno tal se presenta en esta exposición por
C. Barlerrn en Giardini, 1\:egro y Piro ndini 1993, p. 254 , n." 34 0 ; Calegari 2002, p. 308; primera vez 10 • En este sentido, una buena par-
Cleri 2008, pp. 13 4-35; Luchctri 2019, pp. 99- 107 te de la acti vidad pictórica de la cremonesa se
desarrolló en estrecho contacto con la casa de
la reina y con sus damas, y, de hecho, no se
podría descartar su intervención en otros re-
La pintora acentuó el rostro luminoso de una quizá mostrárselo a su círculo más íntimo. A tratos, a día de hoy pendientes de una filia-
joven dama de corte, colocada de tres cuar- su regreso a la corre de Urbino, se iniciaron ción clara, de mujeres tan cercanas a ella
tos, e ideó el retraro a partir del sombreado o tras tentativas diplomáticas para casarle, como Magdalena, tales como Marra Tana 11 ,
en los contornos. Además, la caracterizó con en 1570, con Lucrezia d'Este4 • esposa de Fcrrante Gonzaga de Castiglione 1\
una mirada intensa, que apunta directamente El lienzo, quizá con la anexión del Du - o Ana de Mendoza y la Cerda 1\ princesa de
al espectador. La golilla y el vestido, así como cado de Urbin o a los Estados Pontificios Éboli, entre otras.
el tocado, decorado con una pequeíia corona en 163 1, pasó a la colección del conde Vin- Ciertos detalles, como la semejanza en-
bordeada de perlas, subraya n el esta tus de la ce nzo M achirelli Giordani 5 y desde 1884 tre las gol illas del retrato de Ana de Austria
representada y s u cond ición de dama de se conserva en los M usei Civici de Pésaro del Musco del Prado [cat. 291 y del autorre-
la reina: fueron pintados con gran precisión, a tribuido al círcu lo de Federico Barocci trato de Sofonisba conservado en el mu seo
quizá utilizando lentes para evid enciar los (h. 1535- 16 .12) 6 • Este artista, estrechamenre Condé de Chantilly Jfig. 22], corroborarían
deta lles más peq ueños. vincu lado a la saga de los Delia Ro ve re, para esta hipótesis de filiación de la obra.
La inscripción en el reverso del lien zo, la que trabajó com o pintor de cabecera, fue CeCilia Gambcrini
probablemente posterior a la ejecución de la mencionad o como artífice de la o bra por
pintura, señala que la retratada era una jo- Luigi Michelini Tocci en 1959-. Sin embar-
vencísima ar istócrata: Magdalena Girón go, tal hipótesis, a mi modo de ver, resulta 1 Sohre la familia de :vlagdalena Girón Osuna, véase
Gudid 15T, pp. 120-22; r Rodríguez :\tarín 1927,
Osuna 1, dama de Isabel de Valois junto con la insos tenibl e, al igua l que la propuesta por p. 13.
propia Sofonisba Anguissola. Varias cartas de Francesca Brancati, que comparó la obra 2 H orencia, Archovio d i Stato di Firen1.e, 1\lediceo del
embajadores de la época, fechadas en 1568\ co n otro retrato de una d ama, atribuido l'rincopam, 4902, L 56\', 5 de ¡ulio 1568, emhaiador
Noboli al Gran Duque de Toscana.
corroboran que Francesco Maria IT della Ro- también a Barocci, hoy conservado en Co- 3 Calc~ari 2002, p. 308.
ve re se habría enamorado con locura de la penhagueR, a pesar de la inexistencia de pa- 4 Albero 1S4 1, pp. 105-6; Dennistoun 2010,11, pp. 108-9.
dama durante su estancia de formación en la ral eli smos estilísticos entre amba s pinturas. 5 Galleria dei quadrt 1879, n." 70.
6 Scorzn 1980, p. 17, lám;. 7 y 8; C. l~arletta en Ginr-
corte de Felipe JI, entre 1565 y 1568. De he- De todos modos, M arcello Luchetti acaba dini, :-.Jegro y l'i rondini 1993, p. 254; n." 340; Cleri
cho, el embajador Giovan Francesco Lan - de publicar un estudio que sigue consideran- 2008, pp. 134-35.
7 Vé"'e Calegari 2002, p. 320, nota 7.
driani describió minuciosamente al duque do el lienzo de mano del pintor de Urbino 9 •
8 F. Bra ncati en Cien 2008, pp. J 34-35 .
Guidobaldo lT della Rovere la relación con la Así mismo, no resulta posible identificar 9 1 uche rti 20 19, pp. 99- 107. En este csnodio, dime<-
española 1. Parece que, incluso, el joven pensó a Federico Barocci como autor, porque tal ngador l1.1ce una comparación entre la pintura de los
:\-1usei Civiu o.le l'ésaro y una obra conservada en In
desposar a Magdalena, pero esta posibilidad posibilidad se enfrenta a una coyuntura his-
ca'a o.le Rafael ( 1483- 1520) en Urhi no. Luchcrri,
jamás fue contemplada por su padre, quien lo tórica , puesto que este jamás residió en la quien atribu)C e" e segundo lienzo a Alon>O ~ánche1
hilO regresar de inmediato a Urbino en 1568. corte de Felipe JI, a un cuando al monarca le Coello (h. 1531 - 1588), afirma que se trata d e In mis·
ma per>ona, identificada como Magd alena Girón
Este contratiempo, que debió provocar un habría g us tado que se des plazara a la pe- o,una.
intenso dolor en el corazón de Francesco, le nín sul a ibérica, y tampoco conoció perso- 1OP~ra una panorámoca >obre la produción pocrorica de
motivó a llevar entre sus pertenencias el retra- nalmenre a Magdalena, que nunca via jó a Sofonosha véase Crconona 1994.
11 B,1no.lcra 199 1; 'ledesco 2002.
to de Magda lena, su amada espaiiola, para Urbino para ser retratada por el pintor. Des- 12 Tamalio 2001; Tcdcsco 2002.
conserva rlo así en sus estancias privadas y cartada esta hipótesis, que ha vehiculado la 1l Dad ,on 20 1 1; Alegre Carvaia120 14; Morale1o 20 18.

16 0
19!
162
33 1 Atribuido a Sofonisba Anguissola (Cremona, h. 153.5-l'alcrmo, 1625 )

joven dama
h. 1570
Óleo sobre rabia, 14 x 11,5 cm
Madrid, lnsriruro de Valenc•a de Don Juan, im. 6093

Bi hl•ografía ,elec..:ionada: A. Pérez de Tudela en ~ladrid 2005-6. pp. 532-33. n.• 365;
Gambcrini 2018, pp. 509-10, n." 28

En el reinado de Felipe II la realización de efigies de personas del ámbito cortesano, que el trazado del cabello, con vivos toques
retratos de pequeñas dimensiones pensados principalmente damas como ella, pertene- de pincel, recuerdan el estilo de Sánchez
para regalar o mantener en entornos ínti- cientes a casas ilustres del entorno español o Coello. Por lo demás, sabemos que algunos
mos, alejados de la pública exposición de los francés, que, en la mayoría de los casos, se pintores se especializaron en la rea lización
retratos de corre, fue muy habitual. Su uso hallaban alejadas de sus familias y todas de estos formatos, sin que rengamos un elen-
se extendió entre los círculos cortesanos, fa- además en edad de concertar mauimonio co mínimamente suficiente como para pro-
milias aristOcráticas, funcionarios, embaja- [véase cat. 32]. La necesidad de contar con bar autorías. Felipe de Liaño ( 1550/60-
dores y delegaciones extranjeras. Además de efigies para enviar a su familia o a posibles h. 1625), del entorno de Alonso Sánchez
las tablas, los naipes y las láminas de cobre pretendientes, consolidó esta tipología de Coello, fue sin duda el más reconocido del
pasaron a ser soportes frecuentes donde los retratO. Consta que Alonso Sánchez Coe llo reinado. Asociado a él, hermana o más pro-
pintores desarrollaron habilidades específi- (h. 1531-1588) realizó un retrato de Marta bablemente hija, según refirió Jusepe .Marrí-
cas para un medio donde se requería fijar Tana di Santena, una de las damas de la rei- nez, fue Antonia de Liaño, quien aprendió
con verosimilitud los rasgos del retratado. na y compañera de Sofonisba, y también con Liaño «con tanta excelencia que casi le
Las convenciones del retrato oficial o de cor- sabemos de la colaboración de los dos pin- igualó» 1• No queda rastro de las habilidades
te eran innecesarias -poses y ademanes o la tores para la realización de otros retratos. de esta artista que, al igual que de Isabel Sán-
incorporación de algunos elementos de La atribución a la arrista de Cremona chez Coello ( 1564-1612), hija del retratista
atrezzo escénico-, más allá de mantener de este ejemplar dellnstiruto de Valencia de del rey y apreciada igualmente en la prácti-
una elegancia formal que requería la visión Don Juan queda lejos de estar probada, así ca del retrato, no se tiene más memoria que
de tres cuartos del rostro y una correcta ilu- como la identidad de la retratada. Dado que el vago recuerdo de su ta lento•.
minación, preferememente frontal y no late- una parte de la colección de los duques de letic1a Ru11 Góme7
ral, para evitar inconvenientes sombras. Esta N á jera pasó a nutrir los fondos de dicho ins-
convención, forjada desde mediados del si- tituto, se ha sugerido que pudiera pertenecer
glo xv1 1, fue recomendada por Sofonisba a esa familia. Almudena Pérez de Tudela, por
Anguissola a Antonio Van Dyck ( 1599-1641 ) su parte, ha propuesto una posible vincula-
1 1 a; recomendaciones quedaron rempranamcnrt• fija·
en 1624 cuando este la visitó en Palermo y la ción con alguna de las damas de Isabel de das en la obra del pmtor y trarad1sr.1 porrugue~ han-
representó en un retrato a tinta [véase ca t. 22 Valois. La suntuosidad que evidencian la ci~co de Holanda en Do trrar polo 11<1tura/ ( 1 )49)
-manuscriro original perd1do, rraduc1do al cspa1iol
y 231. Según afirmaba el flamenco, Sofonisba indumentaria, las joyas y el peinado haría
en 1565 por el mmiaruri>ra i\lanud Dcms. en otro
le «hizo varias advertencias de que no roma- factible esa posibilidad. Dos elementos sin- manuscnro conservado en la Real Academ1.1 de !le-
rala luz de demasiado alto para que las som- gularizarían la presentación de la joven: el Ilas Arres de San Fern,mdo, M~ "l-.!61-. ~obre el
rostro en rres cuarto ~ o ( tr:11.ac.Jo .. , vé;,lsc 11o1Jnd.l
bras no remarcaran las arrugas de la vejez» 2• hermoso y original modo de trenzar el cabe-
[ 156312008, p. 57; y, sobre la iluminación, pp. 9.1 y
Sofonisba se había formado en la prácti- llo rojizo en la diadema y el encaje del cuello, 94.
ca de los pequeños retratos, en los que, si- de pequeñas dimensiones y con una particu- 2 De la anotación de Van Dyck en " ' Cuademo rt.r/r,J-
nc>: «me diede diversi t~dztertuncnti non dor ,emfo Jn·
guiendo fórmulas aprendidas con sus maes- lar labor de aguja.
gliar ti lwne troppo alto. acero che /'nmbre 11ello ruge
tros cremoneses, cuidó la iluminación, la Si pudiera probarse que el retrato fue del/a veccara 11011 dwe11tassero troppo gm11de• ( Lon-
reproducción cálida de las carnaciones y el pintado por Sofonisba, este demostraría su dres, The Hriti>h \1useum); Adrian1 1940, p. S2,
n." 110. Véase igualmenre Sacch1 1994b. p. ~O l.
detalle menudo de cabellos e indumentaria. capacidad para adaptarse a las maneras del 3 Marrínez [16-.31 1866, p. 127. Cnado en LMalle
Una vez en España, su posición como dama pequeño retrato realizado en esas fechas en 1981,p. 54.
de Isabel de Valois le posibilitó realizar algu- la corre. La cuidada factura del rostro, con 4 Pedro Pablo de Rtbera ded1ca ramb11'n una referencia
a Isabel )ánchez Coello, •l<l qua/e rrtrae .¡/ ll!l/urdle
nos retratos de la reina y otros miembros de suaves transiciones cromáticas, se asemeja a con dttUIIIr,zttone dt tutti coloro che delf'urte so11o ..
la familia real. Debió además de acometer lo que conocemos de la pintora, mientras (Ribera 1609. p. 334,1ibro Xl\', are. 489).

163
34 Alonso Sánchez Coello (h. 1531-1588)

Joven desconocida
h. 1)67-70
Óleo ~obre tabla de roble C'>pal'iol, 26 x 28 cm
InscripciÓn: •525 • (ángulo infenor derecho)
.t\ladnd, .t-.tu,co. ac1onal del Prado, 1'001140

B1hiiOJ(raf1a seleccionada: Madraw 1858, p.l25, n.o 525; Kublcr y Soria 1959, p. 378;
Lafuenre 1972, p. 254; Breucr 1984, p. 156; S. Breucr-Hcrmann en Madrid 1990, p. 152,
n." 19; Garrido 1990, pp. 23!l-.l9; "usche 2007b, pp. 182-85

Nada se sabe sobre la identidad de esta Fernández Bayton se dice: << Üttra [pintura] aspectos fundamenta les que vincu lan el re-
dama joven, de poco más de quince o dieci- de Vara y media de alto y Ua ra de ancho re- traro con Sánchez Coello,con un equilibrado
séis años, vestida con «ropa de camino» o de traro de V na estran jera co n Vn ro pon o So- uso de la pincelada suelta para la construc-
viaje, como sugieren el bohemio forrado de bre ropa Original de Alonso Sanchez Con ción del bohemio, la transición tonal del ros-
piel (lince probablemente) y el manguito marco dorado y negro tasada en cinco doblo- tro o la apreciación cuidadosa de los detalles,
guarnecido con piel marrón (tal vez marta nes»\ por lo que ni la descripción (nada se sin llegar a la prolijidad de los flamencos ni
cibelina). En 1858, cua ndo se incluyó en el dice del manguito y nada hay en este rostro tampoco poseer, y esta es apreciación mía, la
catálogo del Museo del Prado, Pedro de Ma- que sugiera la condició n de extranjera de la caligrafía minuciosa de la cremonesa, como
drazo sugirió que pudiera representar a «una joven) ni las medidas, excesivamente grandes se aprecia en los cabellos o en la vestimenta.
de las hijas de felipe 11» 1, una propuesta que ( 126 x 84 cm), corresponderían con esta El carácter del retrato, im buido de las
no ha tenido demasiada acepración, aunque obra. Y ello a pesar de que las dimensiones fórmulas cortesanas, pero interesado en pro-
el retrato pueda ponerse en paralelo con los originales de este retraro fueron mayores 4 . yectar una cierra cercanía y enfatizar la be-
de las hija s del rey de ese período. Se trata, Las dimensiones del busto -la cabeza mide IJeza de la joven, apuntaría en mi opinión a
sin duda, de una joven del entorno corresano, aproximadamente quince centímetros-, el pensa r en a lgu na de las damas de corre,
ricamente vestida y con unos rasgos que escaso fondo que la circunda, la di sposición aq uellas que compartieron una parte de su
mantienen el ideal de belleza femenina del y recorre del manguito, así como el modo en vida con Sofonisba Anguissola, a l tiempo
momento: ojos grandes y almendrados, boca que fue reforzado el soporte, indicarían que que esperaban al candidato adecuado para
pequeña y de delicado trazo, con las comisu- la composición original pudo ser de media contraer matrimonio. Un retrato como este
ras sutilmente elevadas, piel nívea, sonrosa- figura o tal vez incluso de tres cuarros 5• serviría de hermosa carta de presentación,
dos pómulos y un cuidado aliño capilar, ca- En 2007 Maria Kusche engrosó el catá- aunque no creo que en este caso fuera Sofo-
racterísrico de los años finales de la década logo de Sofo nisba Anguissola con c uatro nisba la autora de la efigie.
de los sesenta que resa lta, junto al airo cuello retratos, este incluido, que identificó con Leticia Rui1 Gómez
que envuelve la nuca, el óvalo fac ial. Ana de Mendoza, princesa de Éboli (1540-
En 1990, con motivo de la exposición de- 1592), aduciendo el parecido con otros re-
dicada en el Prado a Alonso Sánchez Coello, tratos de la princesa que, en mi opinión, no l Madrazo 1858. p. 125, n." 525
2 De especial interés los de la Fundación lázaro Gal-
la obra fue sometida a un primer estudio dejan de ser efigies idealizadas que siguen diano de 711adral, inv. 08030 (h. 1570-7 1) y el Kunst-
técnico, al tiempo que Stephanie Breuer- cánones de la época. Tampoco comparto la historisches ,\lluscum de Viena, Gemiildegalcric,
Hermann fundamentó la atribución al retra- atribución a Sofonisba de ese grupo de retra- 1733(1571).
3 ~ernández Barron 19-5-85, 11 ( 1981 ), p. .l l O, n." 421.
tista español y propuso una fecha de realiza- tos. En el caso de esta pequeña obra del Pra- 4 La tabla fue recortada perimetralmcnte ante; de 5U
ción ( 1567) que creo puede abrirse ligera- do, creo más acertadas las apreciaciones de ingreso en el Musco del Prado y, postenormente, po-
mente, atendiendo a las similitudes formales Breuer-Hermann, q uien llamó la atención siblemente a med1ados del siglo xx, se rebajó el gro-
sor de la tabla y esta fue engatillada.
que la estudiosa puso en relación con los re- sobre el carácter privado de la composición, 5 El soporte presenta varios fragmentos de tela enco-
tratos de Ana de Austria2 • cuya originalidad creyó percibir en la expre- lados por el anverso debajo de la preparación, pro-
cedimiento u'ado para reforzar las juntas en los ta-
Breuer-Hermann sugirió idenrificar este sión de la retratada - sin la distancia habi-
bleros con;tinudo' por varias tablas. El empleo ) la
retrato con el descrito en el inventario de pin- tual de los retratos cortesanos- y en la dis- disposición de estas p•c1a> de tela mdican que este
turas de la testamentaria de Carlos 11, advir- posición del manguito, sostenido delante del retratO era de m.l)"Or tamaño y pOSiblemente su so-
porte e.raba form.tdo por varias tablas. Agrade1CO al
tiendo erróneamente que no constaba n las pecho y no entre las manos y a la a ltura Departamento de Documentación Técnica y L.lbora-
d imensiones. En la tra nscripción de Gloria del talle. Descri bió además con acierto los cono del Prado su valoración sobre el >Opone.

164
59 [
Lavinia Fontana:
retratista de Bolonia

La principal ocupación de Lavinia Fontana en Bolonia fue la realiza-


ción de retratos, un género del que tenemos ejemplares desde media-
dos de la década de los setenta. Los primeros, de niños, seguramente
por considerarse apropiados para la práctica de una mujer, son imá-
genes sencillas, generalmente de media figura, donde los efigiados
posan con gesto serio o indec iso. Lavi nia también representó niños de
las familias más notables de la ciudad en composiciones religiosas
destinadas a capillas, pintados junto al padre o la madre, o formando
parte del grupo familiar. Un ejemplar curioso, que avanza una tipolo-
gía que se desarrollará sobre todo en el siglo xtx, e~ el Retrato de re-
cién nacido en la cuna [cat. 38], en el que aparece un pequeiio o pe-
queña cuyo a lto estatus social percibe el espectador gracias a la rica
la indumentaria y la monumental cuna.
Lavinia realizó además numerosos retratos de la sofisticada socie-
dad boloñesa, tanto de los humanistas y eruditos vinculados a la uni-
versidad como de las familias patricias de la urbe. La pintora recogió
las tradiciones pictóricas tardomanieristas de su padre, Prospero Fon-
tana ( 1512-1 597), y sobre todo de Bartolomeo Passerotti ( L529-
1592), de quien tomó la llamada <<perspectiva Passerotti••, un teatral
escenario que prolonga y amp lía el espacio en el que se halla el efigia-
do, incluyendo interesantes juegos lumínicos e incluso escenas com-
plementarias. La mayoría de estos retratos son sedentes y en marcado
escorzo, e incluyen una mesa o escritorio cuyos objetos ayudan a
conformar la personalidad e intereses del retratado. En el caso de las
damas, esa disposición permite visualizar la opulencia indumentaria,
los variados textiles o la fina realización de los encajes. Las pretensio-
nes de mundanidad y sofisticado lujo de las clases patricias boloñesas
quedan bien reflejadas en estas obras de Lavinia fontana.
En los retratos de grupo, la pin tora refleja diversas influencias,
con aportaciones de la pintu ra burguesa flamenca, la cotidianidad y
eficacia gestual de Passerotti y el naturalismo de Ludovico Carracci
( 1555- 16 19). El Retrato de familia de la Pinacoteca di Brera lcat. 421
es un exce lente ejem plo de la evo luc ió n de Lavinia a finales de la
década de los noventa en el que nos ofrece un <<retrato relato» de un
completo grupo familiar. Una idea que se prolonga en el Retrato de
dama con watro jóvenes [cat. 4 3 ], donde la pintora captura una
instantánea doméstica vinculada muy probablemente al casamiento
de la protagonista. Es un retrato monumental, inédito hasta la fecha,
realizado ya en Roma, donde Lavinia se estableció, de manera defi-
nitiva, en 1604.

167
35 Lavinia Fontana (Bolonia, 1552-Roma, 1614)
Retrato doble de matrimonio
h. 1577
Óleo sobre cobre, 17 x 14 cm
Laragoza, Museo de Zaragoza, Depósito de la Real Academia de Nobles y Bellas Arres
de San Luis, NIG. 11116

~i hhogra fía •eleccion,,da: Cancela Ramírel de Arellano y Gómcz Dieste 2003,


pp. 268-69; A. Vannugli en Bilbao, Valencia y Zaragoza 2009-1 O, pp. 284-86

En la producción de Lavinia Fontana se rilmente en el escote y en la oreja de la joven. boloñesa »2 , apuntando además la posibili-
cuenta un grupo de obras de pequeñas di- La mano derecha sostiene un vistoso abani- dad de que pudiera tratarse de un autorre-
mensiones realizadas sobre cobre donde al- co de plumas con mango y cadena de oro. La trato de la artista con moti vo de su matri-
terna algunos retraros con composiciones izquierda, incompleta en su ejecución, pare- monio en 1577 con Giovanni Paolo Zappi.
religiosas. Se trata de un tipo de picea/a pit- ce sujetar un pañuelo. Sugestiva hipótesis que, atendiendo a los
tura que ruvo un notable desarrollo en la La representación del caballero se am- autorretratos que de Lavinia contamos, re-
escuela boloñesa, con especial protagonismo plía hasta la visión de tres cuartos y su figura sulta poco probable. Además, si se tratara
del flamenco Denys Calvaerr (h. 1540-16 19) está ligeramente escorzada a la derecha. Vis- del retrato de Lav inia y su esposo, resultaría
y su taller, pero con interesantes ejemplos de te un jubón y una ropilla negros y debajo especialmente extraño que la pintora no es-
Banolomeo Passerotti ( 1529-1592), los Ca- una camisa blanca con amplio cuello, al gus- tampara su firma acreditando ya su nuevo
rracci o Gu ido Reni ( 1575-1642 ), quienes to boloñés; las medias rojas, al igual que el vínculo con Zappi, algo que hará en muchas
prolongaron en Roma la rea lización de estas calzón acuchi ll ado. La empui1adura dora- obras después de 1577.
pequeñas pie:tas de gabinete, consideradas da de la espada se distingue detrás del brazo Más allá de las hipótesis sobre la identi-
delicados regalos para notables coleccionis- derecho de la silla, subrayando su condi- ficación de los retratados, la construcción de
tas o carras de presen tación para posibles ción de caballero; en el brazo opuesto, un la pintura, de toques menudos, cromatismo
comitentes. El uso del cobre como soporte perrito faldero eleva la cabeza pa ra contem- contrastado e iluminación intensa, resulta
de retratos tuvo sobre todo una dimensión plar al amo. El animal, siguiendo las modas coherente con la producción in icia l de Lavi-
privada, doméstica, porque eran fáciles de de los retratos boloñeses de la época, lleva ni a, como probarían los paralelismos con
transportar y de exhibir, independiente un rico collar donde también predomina el La Anunciación del Walters Art Museum de
de que sus propietarios tuvieran retratos de rojo. El novio completa el simbolismo floral Baltimore o el Matrimonio místico de santa
dimensiones y sopones convencionales. y cromático al sostener con la mano izquier- Catalina con la Sagrada Familia y san jua-
Nada sabemos sobre las circunstancias da un clavel carmesí. Según refiere Lucia nito de la antigua colección del duque de
en que fue realizado este ejemplar del Musco lmpelluso, el clavel se consideró un símbolo Leuchtenberg.
de Zaragoza, más allá de su condición cele- conyugal, una promesa de amor que tuvo El cobre ingresó en el Museo de Zarago-
bra ti va. Cada cara de esta lámina de cobre una cierta difusión en los retratos matrimo- za en 1828 como depósito de la Real Acade-
muestra a uno de los miembros de la pa reja, niales de tradición nórdica y flamenca 1 • La m ia de Nobles y Bellas Artes, sin que tenga-
sentados los dos en la misma silla de brazos, presencia, además, del perrito, asociado a la Jnos más noticias de su primera procedencia.
una tipología frecuente en el mobiliario bo- fidel idad, enfatiza los elementos matrimonia- Lcticia R uiz Gómez
loñés de la época. La indumentaria de ambos les, como también las corti nas del fondo de
se complementa: la novia, una joven en tor- ambos retratos que, por el modo de disponer-
no a la veintena, se cubre con un rico vestido se (especialmente en la imagen de la dama, 1 lmpcllu>o 1003, p. 1l5.
2 A. Vannugh en ~i1bao, Valencia y Zaragot.a 2009- 1O,
rojo ceñido a la cintura y escote cuadrado abierto ligeramente el paño de la derecha ),
p. 284.
velado con encaje blanco. Los rubíes son las sugieren las colgaduras del lecho conyugal.
piedras que protagonizan el aderezo de jo- La atri bución a Lavinia fontana de este
yas, tanto en la diadema que corona el cabe- retrato doble se debe a Antonio Vannugli,
llo recogido, como la cadena y los broches, quien descartó en 2009 una anterior adscrip-
donde se introducen igualmente las perlas. ción a Benvenuro Tisi, i/ Garofalo ( 1481-
Rojas son también las pequeñas flores (cla- 1559), considerando que esta obra es «u n
velinas posiblemente) que se introducen su- típico ejemplo de la producción juvenil de la

168
69 [
36 Lavinia Fontana (Bolonia, 1552-Roma, 1614) minada por la ventana don de se disponen los
estantes de la biblioteca o del archivo. Se
Retrato de caballero (Senador Orsini)
trata de una puesta en escena que se repite,
h. 1577-79
con las oportunas variaciones, en muchísi-
Óleo sobre lienzo, 1 19 x 11Ocm
mos retratos de Lavinia y que se deriva de su
Inscripción: «LAVINIA FONTA~A DE ZAPPIS FACIEBAT MDLXXV[ ... ]» (en el brazo del sillón)
Burdeos, Ville de Bordeaux-Musée des Beaux-Arrs, inv. Bx E 197 padre-maestro Prospero Fontana ( 15 12-
1597), experto en escenificaciones teatrales
lli bl iogra lía ,eJeccionada: Vcnruri 1933, p. 693; Galli 1940, p. 67, n.• 69; Harris 1979, y buen conocedor de los grabados flamencos.
pp. 110- 11; Forrunari 1986a,II, p. 728; Haberr 1987, pp. 74-75; Cantara 1989, pp. 76-77; De orquestación cromática muy lograda,
S. Sabbarini en Bolonia 1994, pp. 194-95, n." 56; l. Bianchi en Washington 1998, pp. 56-57, tanto en la reproducción palpable de telas y
n." 4; Murphy 2003, p. 62
objetos como en la comedida indagación fi-
siognómica, el retrato de Burdeos es una
obra maestra del período juvenil de Lavinia
que, además de en su padre Prospero, sabe
Depositado en el museo de Burdeos des- El retrato nos muestra a un caballero insp irarse también en la retratística de Bar-
de 1821, el retrato pasó a formar parte per- espléndidamente vestido, con telas de exce- tolomeo Passerotti ( 1529-1592), entonces en
manente de sus fondos, mediante compra, lente calidad, de colores rojo brillante y azul la cima del éxito, para captar la dinámica de
algunos alias más tarde, en 1829. Proviene noche, con una estola de piel, gorguera y los gestos y adaptarla a sus muchos retratos.
de la colección del marqués de Lacaze, purios blancos, con puntillas bordadas. Una Se remontan a la época del retrato de
donde se identificaba el nombre del retra- vestimenta de gran pompa, descrita con mu- Burdeos las efigies firmadas de Carlo Sigonio
tado como «Senador Orsini» 1, una identi- cha atención y rara en la retratística de La- (Módena, Museo Cívico) de hacia 1578, el
dad recogida en los primeros estudios2 , pero vinia, que revela el alto rango social del per- historiador de Módena que fue consejero de
no documentada y desde hace tiempo some- sonaje. Sentado en el sombrío interior de confianza del obispo boloñés Gabriele Pa-
tida a fuerte discusión 3 • Solo Maria Teresa una habitación, el desconocido caballero leotti, y de Alfonso Lorenzo Strozzi (Fl oren-
Cantaro 4 ha intentado reconocer en él a mira hacia el espectador, suspendiendo por cia, Colección Dal Pero), fechada en 1579.
Enrico Orsini, quien se licenció en Bolonia un momento la lectura del libro que aún está La fama de Lavinia se estaba difundiendo no
en 1546 y vivió hasta 1596, pero está hipó- hojeando. Levanta unas cuantas páginas en- solo en los ambientes artísticos de Bolonia,
tesis no ha sido secundada. tre sus dedos, en un gesto recurrente, bastan- sino también en Roma, a donde envía su Auto-
En el brazo de la silla, el retrato está fir- te similar, en el retrato del cardenal Girola- rretrato lca t. 9 j, firmado y fechado en 1579,
mado y fechado: <<I.AVINTA FONTANA DE ZA- mo Bernerio del Museo Cívico de Correggio para el teólogo espaii.ol Alfonso Chacón,
PPJS FACTEBAT MDLXXVJ ... j >>, con eleganteS y en el Retrato de un mon;e olivetano (no <<car- qui en quiso situarlo, junto al de la célebre
letras mayúsculas doradas. Sin embargo, la tujo>>, como se dice a veces) del Museo di Sofonisba Anguissola, en su co lección d e
fecha no está completa, como induce a creer Capodimome de Nápoles, firmado y fecha- ilustres personalidades de la historia.
también el apellido Zappi, que la pintora co- do en 1595 . Por lo demás, el libro acompa- Angcla Ghirard i
menzó a usar después de su matrimonio con ña, con bastante frecuencia, a los retratados
Giovanni Paolo Zappi, de una familia de la de Lavinia Fontana, que son a menudo eru-
pequeña nobleza de lmola. Las bodas, pre- ditos, profesores y religiosos. El gran volu- 1 Haberr 1987, p. 75 .
2 Vcnruri 1933, p. 693; Gall i 1940, p. 67, n." 69.
vistas para junio de 1577\ probablemente men abierto sobre la mesa, fren te al caba-
3 1-larris 1979. p. J I!.
se anticiparan, tal vez a abril de ese año, si llero de Burdeos, tal vez no sea un libro 4 C:antaro 1989, pp. 76-77.
la primera hija de la pareja, bautizada con impreso, sino un manuscrito glosado7 : para 5 Galli 194 0, pp. 20 y 109.
6 lbidem, pp. 25 y !lO.
el nombre de Emilia, nació el 19 de enero distribuir el peso de las dos partes y hojearlo
7 Canta ro 1989, p. 76; S. Sabbarini en Bolonia 1994,
de 1578, según quedó registrado en el cuader- más cómodamente, el melancólico caballero p. 195, n." 56.
no de recuerdos conservado en la Biblioteca ha colocado por debajo, como apoyo del
Comunale de lmola, escrito por el propio lado derecho, un librito más pequeño, blan-
Giovanni Paolo y localizado por Romeo co, que sobresale del borde de la mesa, sobre
Galli6 • Por lo tanto, la cronología del retrato la que también se hallan el tintero y el reloj
de Burdeos debe ubicarse -imaginándonos, de arena, para marcar el paso lento e inexo-
a partir de las huellas que quedan, apenas rable del tiempo.
perceptibles, que puedan haberse desprendi- El espacio se dilata en profundidad hasta
do los últimos números romanos de la fecha: llegar, al fondo, más allá de la puerta deco ra-
U, 1ll o llll- entre 1577 y 1579. da en el tímpano con un busto, a la sala il u-

171
37 Lavinia Fontana (Bolonia, 1552-Ro ma, 1614)

Retrato de un médico (¿Giro/amo Mercuriale?)


h. 1587-88
Óleo sobre Jjenzo, 119 x 88,9 cm
Baltimore (Maryland), The Walten. Art Mu~cum, n." 37.1 106

1\•hliografía se leccio nada: Zeri 1976,11, pp. 385-87, n." 261, fig. 184; A. Ghirardi en Bolonia
1994, pp. 137, 19.5-96, n." 58; Ghirardi 1994b, 1, p. 152; Murphy 2003, pp. 70-72 y 204;
Ghirardi 2004, pp. 158-59

Est<l obra, aproximada por Federico Zeri a científicos, mantuvo contactos con la artista, En comparación con el modelo paterno,
la actividad de Lavinia alrededor de 1585, según lo que atestiguan distintos documen- Lavinia parece querer ir más allá del mero
pero catalogada aún como obra de la escue- tos. Dos cartas, enviadas respectivamente el registro de una condición socia l y profesio-
la boloñesa 1, ha sido adjudicada definitiva- 30 de abril y el 18 de junio de 1588 por Mer- nal. El gesto retórico con el que el estudioso
mente a la pintora por Angela Ghirardi2 • curiale al duque de UrbinoS, dan a entender parece querer tomar la palabra propone asi-
En el cuadro, Lavinia Fontana, midién- que este desempeñó el papel de intermedia- mismo una reflexión exisrencial melancólica
dose con la producción de su padre y maes- rio para que le fueran encargados a Lavinia y profunda: la página abierta del volumen
tro Prospero romana (1512-1597),enrnarca tres retratos, destinados a los nobles de Ur- de Vesalio se ilustra con una de las xilogra-
al personaje en un entorno en consonancia bino. En la carta del 18 de junio de 1588, el fías más hermosas de Jan Stefan van Calcar
con su rango social, respetando el cri terio de médico se disculpa incluso por la demora de (h. 1499-h. 1546), en la que un esqueleto
<<decoro ». Sobre el fondo de una estantería la entrega, aduciendo la razón de que la <<Ex- melancholicus que contempla una calavera 8
medio oculta por una cortina, junto a un es- ce lente Pintora, a decir verdad, se va le en medita sobre el rema de la muerte9 • La gra -
critorio en el que descansa una esfera armi- toda circunstancia de la co nd ición de su vedad de este pensamiento, que esparce en el
lar, representa al retratado en el acto de ofre- sexo y de la rareza de la persona , : palabras retrato la sombra de la duda acerca de la
cer al espectador una lección de contenido que revelan la capacidad de Lavinia para vanidad de todo bien terrenal, incluso de
científico. Con la mirada y el gesto de la manejar su carrera de manera estratégica, una gloria derivada del ingenio y del ejerci-
mano izquierda al mismo tiempo requiere haciendo esperar a veces sus obras para cio del conocimiento, encargándose de
que se le escuche con atención, haciendo aumentar las expectativas. Hay una tercera transmitir una enseñanza moral, se alinea a
converger el interés en la página del grueso carta que merece ser destacada. Revela, en la perfección con la función didáctica reser-
volumen que sostiene con la mano derecha. efecto, una conexión ulterior de la pintora vada a las imágenes en la Bolonia de la épo-
Se trata del famoso tratado de anatomía de con Mercuriale: enviada el29 de octubre de ca de la Contrarreforma y aprovecha al
Andrea Vesalio, De humani corporis fabrica 1591 por Ca millo Paleotti, hermano mayor máximo las indicaciones teóricas plasmadas
( 1543), que documenta la esfera profesional del cardenal Gabriele, a Vincenzo Gerio de por el obispo reformista Gabriele Paleotti en
a la que pertenece el personaje, junto con los Pistoya, autor de textos devocionales publi- el tratado que publicó en 1582, el Discorso
demás objetos y libros colocados en las es- cados en Bolonia1', hace referencia a dos re- intomo al/e immagini sacre e profane.
tanterías, en cuyos lomos se Icen los nom- tratos del p ropio médico, rea li zados po r Irene Gratiani
bres de Jos grandes sabios de la medicina y Lavinia, el primero <<hermosís imo••, ya en-
la filosofía natural del pasado: Galeno, Avi- viado a Forll, el segundo so licitado por el
cena, Hipócrates, Platón, Aristóteles, Ave- escritor y casi terminado. Por lo tanto, hay
rroes, PI inio. más de un da ro de archivo que pone en rela- 1 Zcn 1976. JI, pp. 385·87, n. 0 261, fig. 184.
El estudioso representado es, por lo tan- ción a Fontana con Mercuriale, qu ien fue 2 A. Ghirardi en Bo1onia 1994. pp. 137 )' 195-96,
n." 58.
ro, un médico, pero su identificación sigue profesor de medicina teórica entre 1587
.llbtdem; Ghirard1 1994b, 1, p. 152; Ghirardi 2004,
siendo incierta aún: la hipótesis de que se y 1593 en el Studio universitario de Bolonia y pp. 4 To'i 1996, p. 448; Tosi 1999, p. 20.
reconozca en él a Giro) amo Mercuriale, pre- publicó en 1583 su famoso tratado sobre 5 Galli 1940, pp. 117-18, num~. 7 y 8: Canraro 1989,
pp. 308-9, núnK Sa.12 y 5a.13.
sentada con infinita cautela por Ghirardi \ pediatría, De morbis puerorum. A los prime-
6 Galli J 940, p. 92, n.• 2: Can raro 1989. p. 109.
pese a ser la más plausible, no ha alcanzado ros años de esa estancia ha de remontarse el n." 5a.l5.
el consenso unánime de los críticos 4 • La cuadro de Baltimore, que consideraciones de 7 A. Gh~rard 1 en Bo1onia 1994, p. 196; Murphy 2003,
pp. 70-72 y 204.
plausibilidad se basa en el hecho de que el carácter estilístico inducen a situar cronoló- 8 Vesalio 1543, p. 164.
médico de Forll, autor de varios artículos gicamente entre 1587 y 1588 7• 9 Ghirardi 2004, p. 159.

172
tL I
174
38 1 Lavinia Fontana (Bolonia, 1552-Roma, 1614)

Retrato de recién nacido en la cuna


h. l583
Óleo sobre lienzo, 1J 4 x 126 cm
Bolonia, Pinacoteca Nazionale di Bologna, Polo Museale Emilia Romagna, inv. 149 PNB

Bibliografía seleccionada: Ghirardi 1984, pp. 158-59; Ghirardi 1985, pp. 244-45; Fortunati
1986a, 11, p. 730; Canta ro 1989, pp. 135-36; Ghirardi 1993-94, pp. 130-3 1; Ghirardi 1994b,
1, pp. 156-57; A. Ghirardi en Bolonia 1994, p. 190, n." 49; Cammarota 1997, pp. 23 -24;
Fortunati 1998, p.16; S. Biancani en Washington 1998, pp. 70-71, n." 1l; Davanzo PoLi 2001,
pp. 99, 104 y 105; Dern 2001, pp. 132-33; Murphy 2003, pp. 175-76; l. Graziani en Bcntini
et al. 2006, pp. 208-1 O, n.O 148; l. Graziani en Washingron 2007, pp. 144-45, n.O 22;
N. Edwards en Nueva York y Forr Worth 2008-9, pp. 278-79, n." 129; Ghirardi 2013,
pp. 48-49; C. Lollobrigida en Gante 2018-19, pp. 84-85, n." l3

Este retrato, cuya autoría ya hace tiempo Savignani a los doce meses (Sourh Queens- la ventana. La identidad del recién nacido,
que le ha sido devuelta a Lavinia Fontana', ferry, Hopetoun House, Lord Linlithgow perteneciente s in duda a l patriciado más
fue incorporado al catálogo de la artista con Collection) y de Antonia Ghini (su bastado alto, nos es desconocida. Se ha pensado que
unánime consenso y exhibido en importan- por Christie's en Roma), ambos datados podría tratarse de una niña, en la suposición
res exposiciones. En el siglo XIX, el Recién en 1583, y con el monumental retrato de la de que el collar de perlas es más adecuado
nacido, que se encontraba en el Palazzo familia Gozzadini, firmado y fechado en 1584 para el sexo femenino 1• También se sospecha
Pubblico de Bolonia y era propiedad del Se- [fig. 101. Reproducido en cinco copias por lo que pueda ser la representación de un peque-
nado de la ciudad, se menciona aquí y allá menos, el retrato de los Gozzadini, una anti- ño difunto 6 , una circunstancia que no cabe
con distintos nombres: la atribución a la gua familia de la aristocracia senatorial de la excluir, pero que contrasta con los o jos
escuela de las Marcas era la más común, in- ciudad, consagra la fama de habilidosa retra- abiertos del recién nacido: por lo general los
cluso llegó a invocarse el nombre de Leo- tista de Lavinia, atenta intérprete de la disci- muertos, cuando están acostados, se repre-
nardo da Vi nci (1452-1519) y tampoco faltó plina social promovida en Bolonia por el ar- sentan con los ojos cerrados.
la correcta referencia a Lavinia 2 • Las inves- zobispo Gabriele Paleotri, en un momento en El tema de la infancia tiene una especial
tigaciones de Gian Piero Cammarota 3 per- el que los jóvenes Carracci, que tenían casi la relevancia en la retratística de Lavinia, quien
mitieron a la crítica remontarse hasta una misma edad que nuestra pintora, empezaban sabe ilustrar el apartado mundo de los niños,
procedencia más antigua, al determinar que a encaminarse por los senderos del arte. encerrado entre las paredes del hogar y que en
el retrato pasó a propiedad del Senado de Con el Recién nacido en la cuna, Lavinia aquellos tiempos se sentía muy precario debi-
Bolonia en septiembre de 1761 por legado propone la rara representación de una épo- do a la alta tasa de mortalidad, dando voz a
testamentario del conde Giulio Sighizzo ca, la de los albores de la vida, inédita en ese aflorar del «sentimiento de infancia,-, fo-
Gambalunga Bianchetti, antiguo senador. Bolonia, pintándola según los códigos del mentado en el siglo XVI por la Iglesia. A acti-
Entre finales del siglo xrx y principios del state-portrait, cuidándose de resaltar los sta- var esta nueva mirada también pudo haber
siglo X..'< -en pleno resurgimiento de la ar- tus symbol: el collar deslumbrante, los enca- contribuido la propia trayectoria biográfica
tesanía y la afirmación del Aemilia Ars, en jes de la cenefa y de la ropa de cama, la pre- de Lavinia, que en mayo de 1583 era ya ma-
Bolonia-, despertó un notable interés la ciosa cuna con columnas, pilastras estriadas dre de cinco hijos, de los once que daría a luz.
preciosa cuna en la que está acostado el y taraceas con racimos vegetales. Carente de Angela Ghirardi
«puttino reah, como se le denominaba, has- una historia personal, que su excesivamente
ta el extremo de ser reproducida en madera tierna edad le impide tener, el pequeño yace
con incrustaciones, dotada de cortinas y inmóvil, sin la menor insinuación de un va-
1 Ghirardi 1984, pp. 158-59; Ghirardi 1985, pp.l44-45.
ropa de cama bordadas, y enviada a los Es- gido. Solo la cabeza se gira apenas para mi- 2 Para las citas decimonónicas, véase Ghirardi 1985, pp.
tados Unidos, a la Exposición Universal de rar hacia el espectador. Más allá de la cuna, 244-45; l. Graziani en Bentini etal. 2006, p. 208, n. 0 148.
3 Cammarora 1997, pp. 23-24.
San Luis, en 1904, y más tarde a la Exposi- en otra habitación más alejada del palacio, 4 Davanzo Poli 2001, pp. 99, 104 y 105.
ción Universal de Milán, en 1906 4 • dos mujeres se mueven alrededor de un baúl 5 :-J. Edwards en Nueva York y fon Wonh 2008-9,
El Recién nacido puede fecharse alrede- aliado de una mesa y su presencia anima un p. 278, n. 0 129.
6 S. Biancani en Washington 1998, p. 70, n. 0 11; Dern
dor de 1583 debido a su proximidad estilísti- poco el silencio de la noche, iluminada por 2001, p. 133.
ca con los retratos infantiles de Hippolira un débil rayo de luz de luna que penetra por ?Aries 1991.

175
39 Lavinia Fonta na (Bolonia, 1552-Roma, 1614)

Retrato de niño con flores y granada


h. 158!\-90
Óleo sobr~ hcnzo, 52 x 42 cm
Bolonia, colección particular

Btbliogrofía selc~cionada: Bcnari 2010, pp. 98-99, n. 0 1; V. rorrunari en Bolonia 2010,


pp. 38-40.

Este cuadro, dado a conocer por Da niele Be- abre para mostrar, casi con orgu llo, la gra-
na ti 1, es un precioso testimonio de la produc- nada. La vivacidad del relato psicológico va
ción retratística que Lavin ia, siguiend o el acompañada por el uso simbólico de la flor
ejemplo de Sofonisba Anguissola, dedica a la y del fruto, recuperado de la tradición em-
infancia y la ado lescencia, especial mente blemática renacentista. Las pequerias rosas
en los años ochenta del siglo xvr 2 • Destaca, en que aluden a la inocencia de la primera edad
primer lugar, su inteligente estrategia compo- dial ogan con el clavel, que es símbolo del
sitiva: desde el fondo oscuro, como desde un amor, mientras que la granada simboli za al
espacio atemporal, el nilio avanza hasta ocu- hombre «perfecto» que destaca por su pru-
par el primer plano, estableciendo con el es- dencia, gracia, devoción, compasión y cien-
pectador un silencioso pero intenso diálogo, cia, y por todas las demás virtudes3 • Son las
que se vuelve más tangible gracias a las flores vi rtudes y modelos que todo nirio educado
y al fruto que el pequeño muestra con conmo- de acuerdo con la rigurosa pedagogía de los
vedora evidencia. La perspectiva cerca na y, preceptos tridentinos aprende a conocer des-
sobre todo, la suti l in dagación psicológica de sus primeros años de vida. Semejante dis-
consiguen que la imagen del chiquillo resulte cip lin a de comporta miento se refleja en la
viva y espontánea, exorciza ndo en parte el impecab le severidad del ropaje, que se des-
álgido decoro del retrato internacional. cribe con meticulosa precisión flamenca,
Lavinia Fontana, siguiendo el ejemplo desde los elegantes acabados del vestido de
de Sofo nisba Anguissola, logra captar los brocado, hasta el encaje bordado del cuello
vínculos inseparables entre los movimientos y de los puños, para visualizar la pertenencia
del cuerpo y los del alm a, según la ciencia a una clase socia l elevada. La vitalidad de la
fisiognómica renovada por Leonardo da textura cromática, deudora de las novedades
Vinci ( 1452-1 5] 9). Los gra ndes ojos azules, de los Carracci, acerca este lienzo al retra-
abiertos de par en par hacia el espectador, to de Brigida Ri ghi\ firmado y fechado
permiten vislumbrar un mund o sentimental, en 1591, justificando así una colocación cro-
suspendido enrr e la ri sa y la melan colía, nológica casi aná loga ( 1588- J 590).
com o es el de la infancia, mientras qu e la Vera Fortunaro
sonrisa apenas esbozada de los labios dialo-
ga con la diferente actitud de las pequeñas
manos: la de la derecha estrecha las diminu- 11lenari 20 10, pp. 98-99.
2 Ghirardi 1993-94, pp. 129-33.
tas rosas y el clavel, acercándoselas hacia el 3 1evi D'Ancona 1977, pp. 347, 80 y 3 17.
corazón, mientras que la de la izquierda se 4 Londres, Chri,rie';, 14 febrero de 1975.

l 76
LL L
40 Lavinia Fontana (Bolonia, 1552-Roma, 1614)

Retrato de dama con una niña


1592-95
Óleo sobre lienzo, 116 l\ 98 cm
Bolonia, Pmacoreca \lazionale di Bologna. Polo .Vluscalc Emilia Romagna, inv. 780 PNB

1\1 bl1 ogra fía ~e lcccion ad a: Forrunati 1986a, 11, p. 732; Canta ro 1989, pp. 178-79; Glmardi
1993-94, pp. 135-36; D. Fcrriani en Bolonia 1994, p. 192, n." 52; S. 13iancani en Washington
1998, pp. 86-87, n." J 9; Cammarora 2000, pp. 309- 1O; M urphy 2003, p. 147; l. Grniani
en Renrini el al. 2006, p . 213, n.0 151

Procedente de la Colección Zambeccari, el La cronología en romo a 1592-95 del do-


retrato entró a formar parte de la Pin acoteca ble retrato boloiiés, propuesta unánimemente
de Bolonia en 1883. Reconocida la autoría de por los estudiosos, se basa en el cotejo con
Lavmia Fontana 1, el Retrato de dama con otros retratos de datación similar, como el Re-
una nÍiia fue incorporado al ca tálogo de la trato de dama con perrito faldero del Walters
pintora por Vera Fortuna ti Pietrantonio 2 así Art Muscum de Baltimore y Costanza S(orza
como por estudios posteriores. de Santa Fiara, duquesa de Sara (Roma, Casi-
La obra representa a una madre con su no dell'Aurora dei Principi Boncompagni Lu-
hija de seis o siete aiios, ambas vestidas con dovisi), fumado y fechado en 1594 .
severo esplendor. Sit uadas la una junto a la Gracias a las indagaciones de G ian Piero
otra, la madre apoya una mano sobre el Camma rora'' sabemos que, cuando se hallaba
hombro de la niña, en un gesto de afectuosa en la Colección Zarnbecca ri, el retrato hacía
protección. El vínculo más fuerte que las une juego con otro de parecidas d imensiones, el
está representado por la posición de las ma- Retrato de caballero con un niño (ahora con-
nos que se unen en primer plano para soste- servado en el Palazzo Marescalchi daii'Armi,
ner un pequeño libro, entre cuyas páginas sede de la Soprinrendenza Archeologia, belle
abiertas introducen el pulgar. Es fácil pensar arti e paesaggio perla cirta metropolitana di
que pueda tratarse de un texto de devoción Bologna e le province di Modena, Reggio-
y que sobre la base de esta clase de lecturas Emilia e Ferrara) y que ambos fueron atribui-
se educará a la pequciia, para que llegue a dos a Scarsellino (h. 1550-1620). Sin embargo,
ser, como su madre, una dama austera y aris- más que a Lavinia, el rerraro del Palazzo Ma-
tocrática, fiel a la moral católica. rescalchi - al que le haría fa lta una limpieza y
No cabe descartar la posibilidad de que que cuelga en lo alto de una pared- da la im-
la dama sea viuda, condición a la que podría presión, como ya ha sido notado con razón, de
aludir el vestido negro3 • Según los tratados estar << próx imo al estilo de Cesare Arerusi»7 •
de la época, en efecto, el negro es el color de Angcln C.hira rdi
la viudez, pues pone de manifiesto esa «mes-
ticia, que, albergándose en el alma de la des-
consolada viuda, con el hábiro pardo se 1 A. Gh1rardi, comumcación oral de hacia 1985.
manifiesta asimismo fuera» 4 • 2 1orcunati 198/ia, 11, p. 732.
3 ~lurphy 2003, p. 14-.
La fisonomía de los rostros transmite afi- 4 Cahe1 1574, p ..l8.
nidad con otros retratos femen inos pintados S Horencia, Gallcnc dcgli Uffizi, Gabincrro dei D1se~ni
por Lavinia y también con determinados di- e dcllc St.lmpe, im·. 121971'; reproducido y comenta-
do en C.antaro 1989, p. 233.
bujos: en particular, la niña se parece a la ado- 6 Camm,uora 2000, pp. 309- 10, n.0 140.
lescente de una hoja en los Uffizi de Florencia 1• 71. Gr.lZiani en 13entim el a/.1006, p. 21 3, n." J 51.

178
6L I
41 Lavinia Fontana (Bolon ia, 1552-Roma, 1614) modelo paterno. El retrato de Costanza Ali-
dosi, en efecto, se ve invadido por un lumi-
Costanza Alidosi
nismo destinado a «natura lizar el espacio>>
h. 1595
y a •< humanizar el "decoro" solemne» 9 • Tam-
Óleo sobre lienzo, 155 x 117,5 cm
bién en la sutileza analítica del jarrón se dis-
Washingtnn, D. C., National Muscum of Womcn in the Arts, Gift of Wallace and
Wilhelmina Holladay, inv. 2002.72 tancia la pintora de su padre, y en su super-
ficie convexa registra el detalle de realidad
Bi bl iogra iía 1eleccionoda: Voss 1930; Fortunati 1986a, JI, pp. 732-33; Cantaro 1989, del reflejo de la habitación.
pp. 172-73; S. Biancani en Washington 1998, pp. 94-95; Murphy 2003, pp. 93-97 y 206-7; Como observó puntualmente Federico
J. Pomeroy en Washington 2007, pp. J 48-49; Ghirardi 2013, pp. 51-52
Zeri 10, es re lienzo revela una cercanía estilís-
tica con el Retrato de una dama con perro,
hoy identificada con Ginevra Aldrovandi
Hercolani, del Walters Art Museum de Balti-
Los testimonios más tempranos acerca de su procedencia común de la familia Isol ani, more, ligeramente más tardío 11 • Para Lavinia
un retrato de Lavinia Fontana en casa de la no se descarta que ambos retratos, probable- Fontana, este es el período de Los grandes
familia Isolani se remontan al siglo XVHI. En mente contemporáneos o no muy distantes, retratos de la aristocracia femenina boloñe-
una nota a la biografía de Lavinia en la obra estuvieran destinados a diferentes casas de la sa, que encuentra su punto culminante en la
de Cario Cesare Malvasía Felsina pittrice familia, en la ciudad y en el campo 5• galería de rostros de La visita de la reina de
( 1678), Giampietro Zanotti señalaba, como A causa de su belleza, Costanza Alidosi Saba al rey Salomón de la Nacional Gailery
ejemplo de su actividad retratística, <<Uno en fue considerada por sus contemporáneos of Ireland de Dublín [fig. 9]. Consciente de la
casa de los lsolani de una Dama sentada con <<gloriosa para el mundo». Así la alaba Erco- habilidad que ha alcanzado, la pintora, quien
un perrito en su regazo, que es obra divina>>1• le Marescorti en el discurso Dell'eccellenza en 1589 había firmado La Virgen del Silencio
Posteriormente, Marcello Oretti especifica- delta donna (1589) 6 • En el cuadro hoy con- para Felipe TI (Madrid, Real Monasterio de
ba la identidad de la retratada: servado en Washington, La vinia describe San Lorenzo de El Escorial, Panteón de In-
con precisión de lupa los rasgos del rostro y fantes ) [ca t. 53], opta para la imagen de Cos-
Casa de los !sola ni, el soberbio Retrato de su suntuoso vestido, sobre el que destaca la tanza Alidosi por la figura entera y crea un
Costanza Alidosij, que fue esposa de Ro- gran cruz de oro, signo de su «alma Devota retrato de aparato, grande y moderno, que,
dolfo !sola ni, la cual murió el2 de abril del y Cristiana>>-. por su ambición, parece querer superar defi-
aJ1o 1597 a la edad de 40 años y fue ente- Sobre la mesa, otros relucientes detalles nitivamente el ejemplo paterno para con-
rrada en S. Giacomo Maggiore; aparece comribuyen a enfa tizar el noble rango de la frontarse con la estatura internacional alcan-
representada en toda su figura al natural, representada. En la construcción de este «re- zada en España por Sofonisba Anguissola.
sentada con un perro en su regazo, y en una trato en contexto>> es evidente el recuerdo Srefania Biancani
mesita un jarrón de cristal con flores, y dos del padre de la autora, Prospero Fontana
brazaletes de oro, y debajo se lec Constan- (1512-1597), en particular del Retrato de
tia de' Alidosiis. 1 dama, del Museo Davia Bargellini de Bolo-
1Malvasia [1678]1841, 1, p. 177, nora 3.
nía lfig. 8], al que alude puntualmente la 2 Oretti 1760-SOa, f. 11. Es análoga la descripción del
Se conocen dos versiones del retrato: la pre- inclusión del jarrón de flores, ahora acompa- ((muy raro retrato, una figura sedente entera como
sente, aparecida en 1930 en la galería del I1ado por joyas. Se trata de un recurso com- del natural, de Cosranza Alidosij», «estupenda obra
·de Lavinia Fontana•, en Oretti 1760-80b, f. 170. La
Dr. Stori en Zúrich, procedente de la casa bo- positivo internacional que en la «templada cosa de los lsolani corresponde al palacio de la plaza
loñesa de los Isolani\ y una segunda, de una armonía entre lo cortesano y lo doméstico» ~anro Srefano en Bolonia.

colección particular, con un gran letrero apó- 3 Voss 1930. Señalado en la Colección Kung de Nueva
se alimenta de los modelos flamencos cono-
York (Tufts 1974a, p. 63) y reaparecido en Sorheby's
crifo en su parte inferior: <<Costantia de' Ali- cidos por Prospero en Fontainebleau 8 • La Nueva York en 1997 y posteriormente en 2002 {lote
dosys>>, publicada por Romeo Galli en 1940 referencia a Francia propuesta por Vera For- 205 ), la pintura fue más tarde donada al National
y ubicada entonces en el Palazzo Isolani de tuna ti es correcta: a través de la herencia de Museum ofWomen in rhe Arrs de Washington, D. C.
4 Galli 1940, p. 59, fig. 14.
Minerbio 4 • La presencia de la inscripción su padre, en el retrato de Washington Lavinia 5 D. Fcrriani en Bolonia 1994, p. 194.
identifica ese ejemplar de colección particu- parece capaz incluso de medirse con la preci- 6 Marescorri 1589, pp. 230-32; Murphy 2003, pp. 93-
lar con la pintura observada por Oretti a fi- 97.
sión de la investigación óptica del pintor 7 Marescorri 1589, p. 231 .
nes del siglo XVHI en la residencia urbana. Fran;;ois Clouer (h. 1516-1572). 8 Forrunati 201 O, pp. 388-93.
Las variantes que presenta en la mirada, en En los últimos años del siglo, sin embar- 9 Fortuna ti 1986a, ll, p. 733.
10 Zeti 1976, !1, pp. 384-85.
el jarrón, en la ventana con un paisaje rural go, se impone la novedad de la reforma de lo 11 Remitimos a la ficha de 1rene Graziani en Washing-
sugieren una posible réplica autógrafa. Dada natural de los Carracci y Lavinia actualiza el ton 2007, pp. 154-55, n.• 27.

180
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - -------------- -- -------------------------------------------------------- --
18 1
42 Lavinia Fontana (Bolonia, 1552-Roma, 1614)

Retrato de familia
1595-1603
Óleo sobre lienzo, 85 x 105 cm
Milán, Pinacoteca di Brera, Reg. Cron. 382

~~ hl10gr a fía 'clc..:cionada: Cemanni J 939, p. >17; Cantan> 1989, p. 196; V. Fortun.lti en
Zen 1991, pp. 190-92; ~oc 1993, pp. 2.3-29; S. Biancani en Washington 1998, pp. 98-99,
n. 0 25; Ghirardi 20()3, pp. 176-77; .\llurphy 2003, pp. 150-5 1; l. Graziani en Washington 2007,
pp. 156-57, n." 28; Zanchi 2016a; Simoni 20 18, pp. 103- 1 1

Esta obra ya fue atribu ida a la pintora bo- próximo a la rígida fórmula de la rerratísrica La niña viste de blanco, símbolo de pura
loñesa -«Un retrato de Lavinia Fontana, internacional caracterizada por la búsqueda inocencia, lleva un collar de coral aporropai-
estimado en 800 e~cudos» 1- , cuando llegó, de un hieratismo icónico y heráldico de los co, tiende el libro de oraciones al muchacho
el 12 de agosto de 1808, a la Pinacoteca del personajes, grato a los aristócratas que encar- que tiene enfrente y se Lleva al pecho la mano
Palazzo delle Scienze e delle Arri de Milán, gaban estas obras. Lavinia emprende aquí, en izquierda mientras hace el gesto de la ., y ,
hoy Pinacoteca di Brera, procedente del Mi- cambio, un camino enfocado hacia la narra- que, en la lec tura iconológica realizada
nistero delle Finanze y formando parte de la ción de una intimidad familiar ya introducida por Mauro Zanchi, posee un valor mágico-
adquisición de nueve pinturas de la colec- en el << retrato relato» de Passerotti. supersticioso contra las enfermedades, la
ción del comerciante de Rávena Giovanni El relato plasmado este retrato reúne a muerte y, en general, cualquier mal que pueda
Battista Pio (1756- 1833), quien la s había exponentes de tres diferentes generaciones afectar a la infancia . El muchacho aproxima
obtenido entre 1797 y 1806 . En la lista por- en una misma representación, vivos y muer- su mano derecha hacia el libro de oraciones,
menorizada de las nueve obras compradas ros, jóvenes, ancianos y niños, en una convi- aceptando así criarse en armonía con la edu-
en nombre de la nación y a instancias del vencia virtua l fuera del tiempo que revalori- cación religiosa, y se lleva la mano izquierda
pintor Andrea Appiani ( 1754-18 17), com i- 7a los lazos fam iliares para siempre. al pecho, también con el signo de la <<Y».
sionado de Bellas Arres del reino napoleóni- Según la lectura propuesta por Caroline La declaración de devoción y de adhe-
co de Italia, este cuadro aparece así recogido Murphy\ el retrato múltiple de la descono- sión a las reglas morales se remacha con el
en la lista: «Siete retra tos en un lienzo de cida fam ilia pudo rea lizarse después de la gesto que hace la mujer joven señalando ha-
Lavinia Fontana »1 . 1 o se tiene conocim ien- muerte del patriarca, representado a la iz- cia lo airo, mientras que el del hombre que
to de ubicaciones anteriores. quierda junto con otras figuras masculinas, está a su lado parece un gesto de presenta-
Posteriormente, todos los estudiosos mientras que las rres figuras femeninas a la ción de la familia al completo, inclu yendo al
aceptaron la atribución a Lavinia Fontana, derecha de la imagen se agrupan en tomo a padre fallecido. Las miradas no se cruzan,
encuadrando este lienzo en la estela de las la anciana, esposa del difunto y presunta algunas están dirigidas hacia el espectador,
soluciones compositivas y gestuales emplea- responsable del encargo de la obra. otras fu era de campo, las figu ras participan
das por Barrolomeo Passerotti (1529-1592) Los personajes se disponen de forma en la plasmación de significados ocultos me-
y del planteamiento adoptado por Ludovico apretada, co locad os alrededor de la mesa, diante sus gestos y en la propia representa-
Carracci ( 1555-16 19) en La familia Tacconi, sobre dos planos de muy escasa profundi - ciÓn, comprensible solo para quienes estén
de hacia 1590, hoy en la Pinacoteca Nazio- dad, en un espacio red ucido y no descrito. próximos a la fam ilia. Los rostros revelan
nale di Bologna [fig. 11], en el que se experi- Entre ellos se entrelaza una densa gestua li- una melancolía general de intensidad varia-
menta el tratamiento de remas b urgueses dad que, junto con la dirección de las mira- da, adaptada a cada personaje concreto.
cotidianos y donde se representan hechos das y las expresiones s utiles de las caras, Este retrato, a limentado por el conoci-
espontáneos y domésticos en el marco de articula un relato no verbal que contiene miento esti lístico adquirido en Bolonia, se
una moralidad controlada por el «naturalis- significados implícitos. El difunto toca el pe- ubica en la producción experimental de La-
mo intensamenre religioso » expresado por rro negro, símbolo del alma y del más allá, vinia fontana, en busca de un lenguaje esti-
Ludovico Carracci 1• Para la obra se ha pro- mientras que la viuda, a la derecha, lleva un lístico naturalista capaz de satisfacer las
puesto una datación que varía entre 15954 y vestido oscuro y el velo del luto, sostiene el demandas burguesas en romo al rema de la
principios de 1600 1 . pañuelo del ll anto y protege con su postura intimidad doméstica, que se alinea con las
Resulta indudable que este retrato se aleja a su nieta, en cuyo hombro descansa su soluciones adoptadas por sus colegas con-
del cliché, adoptado a menudo por la pintora, mano derecha. temporáneos.

182
La restauración de 1993 reveló un dise- alfombra sobre la mesa y en la ropa de la 1 Simom 20 18.
2 :-loé 199.3, p. 24 .
ño muy fino y una pincelada algo filamento- niña y de la mujer a su espalda, en los peina-
3 V. rornmari tn L.eri 1991. p. 191.
sa, delicada, extendida con veladuras; la dos con lazos en el pelo y en las pocas joyas 4 Ghiradi 200.3. p. 1-6.
limpieza de la superficie ha recuperado los de coral reproducidas. '1 Canta m 191!9, p. 196.
6 !\lurphr 2003, pp. 150-5 1.
detalles de los vestidos, muy definido~ en los .\!aria Tcrc<a Cantaro
encajes de los cuel los, en los tejidos de la

183
184
43 1 Lavinia fontana (Bolonia, 1552-Roma, 16 14)

Retrato de dama con cuatro jóvenes (El arreglo de la novia)


h. 1600-5
Óleo sobre lienzo, 18 7 x 240 cm
Colección particular

l~ibliogra fía selccionada: M. MacDonnell en Dorotheum 2010, lo te n." 25

Este importante retrato se dio a conocer en un alfiler para el cabello que coloca otra. Las ters Arr Museum), en línea por lo demás con
el año 201 O cuando fue subastado por la cuatro jóvenes aparecen de pie, vestidas de las fó rmulas de este tipo de imágenes en la
casa Dorotheum de Viena con atribución a manera idén tica, siguiendo sobre todo la pintura boloiiesa y romana. La monumenta-
Lavinia Fontana, refrendada por Maria Te- moda española de finales del siglo XVI y prin- lidad de las figuras, su presentación y caden-
resa Canta ro. En el momento de su venta, la cipios del xvu: jubones tejidos en oro y pla- cia, confo rmando un friso de rostros cir-
tela presentaba un mal estado de conserva- ta, basquiñas verdes de tejido labrado y, en- cunspectos de pomposa distancia, entronca
ción, con una restauración inacabada y fa- cima, galerillas b rocadas e n sed a roja y con La visita de la reina de Saba al rey Salo-
llida, en la que se apreciaban numerosas forros anaranjados. Las amplias golillas, los món [fig. 9]. Po r la factura pictórica y cro-
pérdidas y desgastes, y una limpieza excesi- peinados altos y los airones o tocados flora- matismo -denso y sa turado- , se acerca
va y desequilibrada junto a algunos repin- les se asemejan igualmente. más al Retrato de familia de Milán [car. 421,
tes . Una reciente y ajustada intervención ha En el centro de la composición, sentada que, como este, presenta influencias de la
recuperado la vis ión de conjunto de la com- en una silla de brazos, la novia viste jubón y pintu ra de los Carracci.
posición, completa ndo lagunas, a unque sin basquiña rojos ricamente bordados, al igua l En el catá logo de venta de la pintura se
preten der reconstruir las á reas más daña- que la imponente rop illa negra cuajada de indicaba como primera procedencia conoci-
das, en especial las que comprometían a la bordados en plata y oro. Las puntas o ran- da la familia .Medici di Ottajano; de donde
figura a la izquierda del espectador. Puede das de puñeras y golilla dibujan una colum- pasó después, sin precisión c ronológica, a
ahora apreciarse el cuidadoso proceder de na coronada, el emblema de la casa Colonna. una colección pa rticu lar y, desde 2010, se
la pintora, el detalle menudo en la realiza- L::t joven sería, por tanto, un miembro de conserva en Viena.
ció n de los encajes o los toques filamentosos esta noble familia, o quizá pasó a formar ler icia Rui1 Gómcz
y ligeros a la hora de describi r las calidades parte de la misma tras su matrimonio 1• La
de los tejidos, las flores o las joyas. Es evi- sa lvilla con flores, el loro y el perrito faldero
dente que estamos ante una pintura que ha sim bolizan las virtudes que la época desig- 1 Ko he po<lidu idcnnli.:ar .1 la dama denrru de la; di·
vcr..,a'\ ramas Colonna. pero rl'"''ulr~l evidente la vnKu-
perdido pa rre de su resolución final, esas naba adecuadas para la esposa: amor, pure-
hlCión. Qui1á podría rel,lclu n.u;e con 1<" l'i¡;nardh
sutiles pieles que encontramos en obras en za y fidelidad 2 • El color rojo del vestido de la Colunna. duque; de Monteleunc, esrrechameme
buen estado de conservación, pero es obvio novia y de la s galerillas de sus dam as era unidos a Espmi;l.
2 1mpcll u;o 2003; sobre iJ 'imbología de las flore,,
tamb ién que es un ejemp lar sobresaliente igualmente frecuentes en los enlaces matri-
y en especial la' ro'a~. v(·asc pp. 74 ) 1 18. Sobre
dentro de la retratística del momento, un moniales. lm papagayos (aquí smu1u1do' por un loro de la
unicum donde se visibiliza la sofisticación A pesar de la cal idad, origina lidad y di- t:\pccic amazona cuiMn.l o ,\nra~on~lleucoc·epht~lú } ,
pp. 202-3. El ave y J.¡; ro;.1s \C a'o.:ian ramb1én a
mesurada para retratar el ambiente aristo- mensiones de esta pintura, no conocemos iJ c1dm:idad de la belleza y a '"' "gnos externos;
crático femenino y la vivaz capacidad narra- actua lmente noticia sobre su encargo ) des- \•tase P. Boccardo ~ C.. D1 l'ah10 en Génma 19'r,
tiva de Lavinia Fontana. tino. Por su riqueza visual e invención esce- p¡>. 298-99, n." 60.

La composición representa a ci neo jóve- nográfica, responde claramente al horizonte


nes de edades similares, en torno a la veinte- pictórico de Lavinia Fontana, y fu e realiza-
na, y rasgos parecido<> entre sí, en el momen- da, en mi opinión y atendiendo tanto a su
to de terminar el acica lamienro de la dama factura como a la indume nta ria representa-
principal poco antes de que abandone el da, en el final de la estancia en Bolonia de la
espacio doméstico para, según pensamos, artista o ya en los años iniciales en Roma.
desposarse. Las últimas ahajas salidas del La figura central rep ite de manera muy
joyero de sobremesa, situado en un extremo, litera l so lu ciones semejantes a los retratos
completan el arreglo: un co llar de doble sa r- sedentes de Costanza Alidosi fca r. 41j o de
ta de perlas que muestra una de las damas y Dama con fJerrito faldero (Balrimore, Wal-

18)
44 Lavinia Fontana (Bolonia, 1552-Roma, 16 14 )

Cabeza de joven
1606
Lápiz graso, rémpera y albayalde sobre papel, 480 x 360 mm
Inscripción: «L¡WJ' · FON' · F · 1606 ., (ángulo inferior derecho)
Roma, Gallería Borghese, inv. 81

Bi bl iogra fía selecciona da : Vemuri 193.3, p. 694; Galli 1940, p. 72, n ." 118; Delia Pergola
1955-59, 1 ( 1955), p . 36, n .• 46; Ghirardi 1984, p. 155; Fortunari 1986a, 11, p . 737; Canta ro
1989, pp. 2 12- 13 : l. Bianchi en Washington 1998, pp. 104-5, n.• 28; l. Graziani en Washington
2007, pp. 162-63, n.• 3 1

Incluida entre las obras de Lavinia desde los pintora, Giovanni Paolo Zappi, entonces en a renta a las llamadas «cabezas con carácter»
primeros estudios 1, esta hoja aparece men- Roma, en el palacio del poderoso cardena l - un género a medio ca mino entre el retrato
cionada en los inventarios de la Gallcri a de Ascoli, el dominico Giro]amo Bernerio (o del natural y el estud io de las expresiones- ,
Borghese desde 1650 y fue adquirida proba- Bernieri), una vez más deidad tutelar de La - cé lebres en su rnomenro y especialmente
blemente por el cardenal Scipione Borghese2 , vinia. La artista boloñesa ya había trabajado practicadas por Annibale (15 60-1609), el
a pasionado coleccionista y reputado sobri- en más de una ocasión para Bernerio, y, so- más joven de los rres Ca r racci, cuya fama
no del papa Paulo V, elegido en 1605. bre todo, había pintado la Visión de san ja- sobrevolaba por entonces Roma.
A medio camino entre la pintura y el di- cinto de la iglesia de Santa Sabina en Roma, Angcla Gh i rard i
bujo, esta Cabeza de ;oven es una pieza úni- firmada y fechada en 1599, que obtuvo un
ca en la producción de La vinia y pertenece a gran éxito y le abrió las puertas de la capital,
su último pe ríodo romano. Su llegada a la como cuenta Giovan ni Baglione 5• 1 Venturi 1933, p. 694; Gall i 1940, p. 72, n ." 118 .
21.lella Pergola 1955-59,1 ( 1955), p. 36, n.0 46 .
ciudad de los papas, establecida desde hace La hoja de la Galleria Borghese está vincu-
3 Galli 1940, p . 28; Ghirardi 1984, p. 1.50.
tiempo en torno a 1603-43, podría concre- lada probablemente con el retablo de San 4 Vacs 193 1, pp. 195, 204 y 208.
tarse en 1603, según el testimoni o de Ka rel Pablo, completado por La vinia en 1604 y 5 llaglione ]1642] 193.5, pp. 143-44.
6 Ghirardi 1984, pp. 154-55.
van Mander, qu ien recuerda que Lavinia fue destruido en el incendio que devastó la basí- 7 Delia Pergola 1955-59, 1 ( 1955), p. 36, n." 46 .
a Roma ese año, en el q ue llegaron también, lica en 1823, del que se co nserva memoria
de nuevo de acuerdo con lo que escribe el por el grabado que rea li zó Jacques Ca llot
biógrafo flamenco, los pintores toscanos (1592- 1635) alrededor de 161 1. En su pelo
Francesco Van ni (1563 - J61 O) y Domenico rizado, en el giro de la cabeza hacia atrás, en
Passignano (1559-1638), y la define co mo la boca entreabierta, la Cabeza de ioven pre-
,, buena pintora,, e informa de que fue tenida senta similitudes con la quinta figura (en la
en cuenta para el prestigioso enca rgo, que al que se ha reconocido a menudo a Pa blo de
final quedó en agua de borrajas, de un cua- Tarso, antes de su conversión, p ues como se
dro destinado a la Capi lla C lementina de recuerda en los Hechos de los Apóstoles es-
San Pedro4 • tuvo presente en la lapidación), que introdu-
La decisión de mudarse definitivamente ce a la escena del martirio con el gesto de la
a Roma con su fam ilia no debió de resultar- mano, colocado en el retab lo en primer pla-
le fácil a La vinia: tenía ya más de cincuenta no, a la izqui erda 6 . Cabría pensar que Lav i-
años y no le faltaba desde luego trabajo. Fue nia pudo reelaborar un dibuj o preparatorio
el importante encargo de un retablo que re- para la cabeza del personaje de l retablo y
presentara La lapidación de san Esteban, firmarlo y fecharlo en 1606, tal vez en el mo-
para la basílica romana de San Pablo Extra- mento de la venta .
muros, lo que le proporcionó el impulso Por la vivacidad de la ejec ució n y de la
decisivo para trasladarse. El 19 de febrero expresión del personaje, la hoja, que ya en el
de 1603, firmaron el contrato de asigna- pasado se interp retó como un «estu dio de
ción del retablo el abad de San Pablo, An- retrato » 7, revela que la pintora estaba al co-
gelo Grillo de Génova, y el marido de la rriente del naturalismo de los Carracci y

186
LSl
La pintura religiosa

La producción religiosa de Sofonisba Anguissola manifiesta una abso-


luta dependencia de modelos ajenos. Hasta la fecha, tan solo comamos
con media docena de ejemplares considerados de su mano -cinco de
ellos firmados-, todos ellos de dimensiones medianas o reducidas, lo
que testimonia su carácter privado; obras pensadas para oratorios par-
ticulares. Las primeras versiones de La Sagrada Familia [ca t. 45 y 46]-
su tema más frecuente- repiten una composición de Ca millo Boccac-
cino (h. 1504-1546), un seguidor de Parmigianino (1503-1540) con
acentos también rafaelescos, en donde la pintora incorpora un mode-
lado y una delicada visión del paisaje próximos a Correggio (h. 1489-
1534 ); notas que se relacionan, sobre todo, con fórmulas aprendidas
junto a Bernardino Campi (1522-1591 ) y Bernardino Gatti (h. 1495-
1576 ). No se conocen más obras religiosas de Sofonisba hasta finales
de los años ochenta, ya en Génova e incluyendo en la firma el apellido
Lomellini de su segundo esposo. Se trata de pinturas que manifiestan
una sensibilidad amable e intimista en las que repite o recrea composi-
ciones de Luca Cambiaso (1527-1585), la gran referencia de la pintura
de Liguria y uno de los más tempranos y significativos representantes
del arte contrarreformista. Sofonisba introduce ilu minaciones contras-
tadas o sugestivos nocturnos que replican las invenciones de Cambia so.
Por su parte, Lavinia Fontana fue una de las más significativas re-
presentantes de la nueva sensibilidad religiosa, que tuvo en Bolonia uno
de los focos doctrinales fundamentales gracias a la figura del cardenal
Gabriele Paleotti. La pintora llevó a su producción religiosa las nuevas
estrategias sugeridas por el cardenal boloñés, quien recomendaba cla-
ridad compositiva e implicación emocional con el espectador, aspectos
coincidentes con las formas de Cambiaso que siguió Sofonisba en su
etapa genovesa. Pero a diferencia de esta, Lavinia se manifestó como
una creadora compleja, capaz de superar las fórmulas manieristas de
su padre, Prospero Fontana (1512-1597), y de concebir «invenciones»
propias en las que adoptó elementos del clasicismo rafaelesco, influjos
lumínicos y ambientales de Correggio o Pannigianino, notas flamencas
de Denys Calvaert (h. 1540-1619) - interesado en los detalles botánicos
del paisaje- y el nuevo naturalismo de los Carracci.
La Virgen del Silencio llegada al Escorial en 1589 reforzó el pres-
tigio en Italia de la artista [car. 53] . Además de rea liza r obras devo-
cionales, Lavinia contrató obras de alta r de grandes formatos, como
Consagración de la Virgen del Musée des Beaux-Arts de Marsella
[car. 551.

189
45 Sofonisba Anguissola (Crcmona, h. 1535-Palenno, 1625) un dibujo preparatorio de mano del artista
para dicha obra en la Biblioteca Ambrosiana
La Sagrada Familia
de .\1ilán 4 lfig. 5 1] , pero Sofonisba co ntó
1559
para su obra, sin duda, con el modelo de la
Óleo sobre lienzo, .36,7 x 31,9 cm
pintu ra, ya q ue su entonación colorista es
Inscripción: «~ophonisba 1 Anagussola 1 Adolcscens 1 P./ 1559 »
(ángulo inferior izquierdo, sobre 13 roca ) tremendamente pa recicla. Las va riaciones
Bérgamo, Accadcmi<l Carrara , inv. 58MROOOSO más palpables entre las dos composiciones
se refieren únicamente a cuestiones técnicas,
Bibliografía <elcccionada: Sacchi 1872, p. 349; Morelli 1897, p. 198; Caralano 1927, p. 9; apreciándose en la versión de Anguissola
Bonerri 1928, p. 292; Venturi 1933, p. 926; Romanmi 196 1, p. 323; Kuhnei-Kunze 1962, p. 95,
una m ayor solidez d e las figuras med ia n-
fig. 15; Otrino Delia Chiesa 1964, p. 69; 1-la raszti-Takács 1968, p. 56; Los Ángrles, Ausrin,
Pmsburgh y N ueva York 1976-77, p. 107; Roo,si 1979, p. 13 1; [. Sambo en Cremona 1985,
re unas formas menos sinuosas, ya que hasta
pp. 176-77, n." 1. 16.7; Zeri y Rossi 1986, pp. 20 1-2; Caroli 1987, p. 122, n." 1. 8; V. Guazzoni sus rasgos son prácticamente idénticos a los
en Cremona 1994, pp. 262-63, n." 33 de Boccaccino. Se aprecia también la inten-
ción de conseguir los mismos efectos atmos-
fé ricos en el paisaje del fondo, marcado por
46 Sofonis ba Anguissola (Cremona, h. 1535-Palcrmo, 1625) un cielo nuboso, que, en cierta forma, recuer-
da asi mismo el celaje de la Adoración de los
La Sagrada Familia con san Juanito pastores de su segundo maestro, Bernardino
y san Francisco de Asís Gatti, obra encargada al pintor en 1555 para
h. 1559 el altar ma yor de San Pietro al Po en Cremo-
Ó leo sobre lienzo, 40 x 34 cm na, y que alcanzó un gran éxito en la ciudad
Inscripción: • Sophonisba Angussola » (ángulo inferior izquierdo) por su renovado estilo imbuido del arte de
Milán, colección particular
Correggio (h. 1489-1534) y Parmigianino.
Sofonisba ofrece de igual fo rma un a
Bi bl ingrafía selecciona d a: Morclli J 897, p. 198; Catalogue de la Co//ecti0/1 Cavalieri 1914,
p. 5 1, !ore 837, lám. 26; Bcrenson 1968, 1, p. 13, )' 3, fig. 1969; Caroli 1987, p. 123, n." 19 amable visión del relaro evangélico en un os-
curo y tranquilo bosque, en el que la Sagrada
Familia hace un descanso en su rápida parti-
da de Israel. Desde las primeras sesiones del
Esta imerpreración del descanso en la huida Elena: << prima fa bisogno imparare a contra- Concilio de Trento en 1545 se tiene intención
a Egipto es la primera obra religiosa que se (are ogni sor/a di disegni, (acendo pero sem- de estimular el papel paterno de san José du-
conoce de Sofonisba Anguissola, firmada por pre scielta de i piu eccellenti e piü buoni» 1• rante el episodi o de la huida a Egipto, y de
la artista en 1559 [cat. 45]. En la firma tam- En esta ocasión Sofonisba repitió de for- ahí que sea el sa nto, representado al modo
bién aparece su condición de <<adolescens», ma muy exacta una Sagrada Familia de un tradicional como un anciano, el que sostenga
con la que pretend e justificar su juventud. artista nativo de Cremona y fiel seguidor de al N iño, mostra ndo s u cariño y dedicación
Pero la obra se p uede si tu a r en el punto Parmigianino (1503-1 540), Camillo Boccac- en un encuentro muy amoroso, que se mani-
máximo de influencia de sus maestros, que, cino (h. 1504-1546), que se encuentra hoy fiesta también por parte del hijo que le acari-
por otro lado, coincidiría con la plena madu- en el Kelvingrove Art Ga llery and Museum cia su barba blanca. Pero Jesús, tan solo arro-
rez rerrarística de la pi ntora al fina l de su de Glasgow [fig. 52]. La pintora pudo cono- pado co n un p año b la nco qu e dej a al
etapa en Cremona, ya que 1559 fu e el año de cer la composición a través de sus dos maes- descubierto la m ayor pa rte de su c uerpo tan
su panida para Españ a. A d iferen cia de lo tros, Bernardino Campi o Bernardino Garri rollizo, también se gira en un movimiento
qu e ocurrió con sus retratos, Sofonisba no (h. 1495- 1576), ya que ambos trabajaron en muy gracioso hacia su madre, dis puesta al
resultó ser tan creativa en los rema s religio- el mismo ambiente local de Cremona. Boc- otro lado, con una actitud q ue recu erda
sos, ya que, además de ser escasos, estos se caccino ideó una serie de peque1ias escenas al N iño de la fam osa Virgen de la Leche del
basaron siempre en la copia o en la inspira- enternecedoras de Sagradas familia s de ins- Correggio conse rva da en el Szépmüvészeti
ción de composiciones origin ales de los artis- piració n rafaelesca mu y ligadas al mundo Múzeum de Budapest. La bell a figur a de la
tas más cerca nos a ella, y sus habituales di- del Pa rmigianinol, que alcanza ron un gran Virgen destaca por su acentuada sinuosidad
mensiones reducidas permiten deducir un éxito. Su ejecución tan precisa y extrema y por ese modo tan elegante de entrecruzar
destino para la devoció n privada. En la bio- elegancia forma l hacen si tuarla entre los las telas sobre el pecho o de aderezar el cabe-
gra fía de Bernardi no Campi (1522-1591), años 1530 y 1535, tal como señaló M ario Di llo con un velo tan s util que nos recuerd a
Alessandro Lamo se refiere a esta práctica de Giam paolo cuando la dio a conocer como modelos de Pa rmigianino, como así los creó
aprendizaje de Sofonisba y de su hermana obra de Boccaccin o 3 . También se conserva Boccaccino, de cuya composició n también

190
tomó esa form a de moderar los contrastes «Sop honisba Angussola », pero con la gran marices y las suaves sombras son idénticos a
lumínicos . Con su mano derecha la Virgen novedad de presentar la composición a lgo los de la obra homón ima de Bérgamo.
ofrece una s flor es del cam po al Niño, que ampl iada de tamaño pa ra añadi r a l gru po Procedente de las colecciones del conde
toma con su mano izquierda y que hacen re- principal de la Virgen, sa n José y el N iño, las Varcano y posteriormente de Cavalieri, am-
ferencia a la brevedad de las alegría s familia- figuras de san Ju anito y de san Francisco de bas en Ferrara, ha estado en paradero desco-
res que se le conceden al Salvador; y el tronco Asís !ca t. 46J. Posiblemente la elección de los nocido tras su venta en J 914 por esta última
en el que se apoya la Virgen, sentad a en el santos se deba a una petición devocional familia, au nque Berna rd Berenson y Flavio
suel o, en señal de humildad ante Crisro, alu- concreta del cliente. San Juan Ba utista apa- Ca roli la incluyeron en sus monografías con
den a la raíz del árbol de Jesé o al madero de rece representado como figura infantil en una imagen ilustrativa , habi éndose localiza-
la c ruz. Las figuras están planteadas con ro- primer plano, arrodill a do en actirud de res- do en la actualidad en una colección particu-
pajes a mplios y monumentales y el grupo de peto ante las figuras sagradas y solo acom- lar milanesa.
san José con el Ni ño se recorra sobre una pañado por la cruz que lleva enrre sus bra - Carmen García - Fría• Checa
oscura ma sa a rbó rea, lo q ue hace destaca r zos. San Francisco se asoma detrás de la
m ás el cuerpo desn udo de Jesús, mientras Virgen, llevá ndose la ma no derecha al pecho
que la Virgen se fu siona de forma más suave para mostrar sus estigmas y portando con su
con los roques yu xtapu e~ ros que colorean el izquierda un crucifijo con un Cr isto vivo.
fo ndo verde de un armónico pa isaje bajo un Esta p resenrac ió n de la cruz por parte de 1 Lamo 1584, · l'arer sopra la pirrvra do ~l. llernardmo
Camp1 Pirrore Cremonese >~ , s. p. Mina C.r~gori
ce laj e de nubes torm entosas y oscuras que ambos viene a preludiar la futur a Pasió n
( 1994, p. 17) resalta '"' palabra' de Alcss,uulro
anuncian la noche. de C ri sto, que ya sus padres reflejan de for- l.amo ( 1.584, pp. 3 7-38) >obre la eduL·ación de las dos
En estos últimos a i1os final es de su etapa ma soterrada bajo los gestos contenidos de hcrm,mas ma yore' de la familia Anguissola: ~ofoni'­
b.1 y Elena.
de C remo na, Sofonisba repite a lgunas com- tristeza que se ven en sus rostros.
2 D<· hecho, la rahla de Boccaccino estuvo atnbuoda a
posiciones con este tipo de iconografía ínti - Salvo el replantea miento del paisaje del Parmigian ino y de;pue' .).unes Egf(leton (en C<Jt<~lo­
ma y devocional. De a hí que est a Sagrada fondo por la inclu sió n de san Franci sco, son gue /)escripttvc 1935. p . lO) la a'ignó a la propia
Sofo nosba.
Familia de la Accadem ia Carra ra sirvie ra de pocas las novedades técnicas apreciadas, ya
>Do Giampaolo 1978. p. 85, fig. H.
modelo a la o tra réplica casi exacta, firm ada que e l colo rido y la forma de pla smar los 4 Bora 1971, pp. 2.5-26, n ." 14; y Bora 1985.

riG. 5 1 Ca millo Boccaccino,


La Sagrada Fam1lia, 1530-35, lápiz
negro, yeso blanco sobre papel
gris azulado, 182 x 157 mm.
Milán, Bi bli oteca Ambrosia na,
lnv. Cod. F271 inf. n. 69

FIG. 52 Camillo Boccaccino,


/.a Sagrada rami/ia en un paisa;e,
1530-35, óleo sobre tabla,
28,9 x 23,3 cm. Glasgow,
Kelvingrovc Art Gallery
and Museum, inv. 125

191
l92
E6 l
9t "lC:"'
L94
47 1 Sofonisba Anguissola (Cremona, h. 1535-Palcrmo, 1625)

La Piedad
1574-85
Óleo sobre lieruo, 44 x 27 cm
:\1ilán, l'inacotec.l di Brcra, mv. Rcg. Cron. 1283

B•bhograiía sclccclOnad.l: t.lenco dez quadrz 1913, p. 64; Bonetti 1932, p. 110; Mor.lSSI
J 932, p. 25: Vcntun 1933, pp. 924-26; Romanini 1961, p. 322; 1larasai-Takác- 1968, p. 58;
Gregori 1985; E. Samho en C remona 1985, p. 177, n." J.16.8; Caroli 1987, pp. 68 > 137,
n." 6; S. Bandera en Zeri 1989, pp. 13 1-32, n." 65; l'erhngieri 1992, pp. 47-52; V. Guauoni
en Cremona 1994, pp. 264-65, n." 34; G. Pilocicchio en Gante 2018-19, n." R

Sofonisba evita pintar escenas de la Pasión lección particular de Cremona\ las versio- neral es de una mayor serenidad, gracias al
de Cristo, siendo esta pequeña Piedad única nes sobre piedra mencionadas en las fuentes «e(fetto disfatto e rare(allo» 4 del paisaje del
en su producción, ya que su sensibilidad era para Marco Antonio Arese y el marqués de fondo, al presentar unas montañas azules
más acorde a las representaciones marianas Ayamonre 3 o las copias ejecutadas por su onduladas bajo un cielo rosado de atardecer
de carácter más íntimo y emocional. La obra taller y otros artistas. Esto ha llevado a algu- y al no darle tanta importancia a las nubes
reproduce en tamaño miniaturesco la parte nos especialistas, como a J\larco Tanzi, a tormentosas que se ciernen sobre la compo-
central de la Piedad con santa Catalina de poner en duda la mano de Sofonisha en esta sición de Campi.
Ale¡andría, los profetas Elías y Elíseo y Ga- Piedad. Pero la pintora ya nos tiene acos- La hipótesis defendida por Angiola Ma-
hriele Pizzamiglio di Quinziano de Bernar- tumbrados en sus temas religiosos a ese ju e- ria Romanini, Marianne Harasai-Takács e
dino Ca m pi (1522-1591 ), el primer maestro go recurrente de variaciones y copias de ta- Tlya Sandra Perlingieri que sitúa la obra de
de Sofonisba, que fue realizada entre 1572 maño reducido sobre composiciones de Sofonisba en su período juvenil en Cremona,
y 1574 para la iglesia carmelitana de Santa otros artistas cercanos a ella pa ra la devo- por el simple hecho de ser una copia de la
Catalina de Crema, cerca de Cremona, y se ción privada de sus clientes, no resu ltando obra de su maestro, no parece sostenible.
conserva hoy también en la Pinacoteca di nada extraña esta nueva interpretación. An- Pero como recuerda Mina Cregori, la ver-
Brera 1• En la concepción del grupo principal guissola pudo conocer por sí misma la afor- sión más lograda de la Piedad de Campi fue
es clara la decisiva importancia que tuvieron tunada creación a través de las distintas ré- finalizada en 1574 y en el caso de que las
composiciones anteriores tan importantes plicas, o quizás fue el maestro quien pudo otras versiones realizadas por el pintor fue-
del tema, como la Piedad escultórica de Mi- enviársela, ya que continuaron relacio- ran anteriores, no se podría fechar la obra de
guel Ángel ( 1475-1564) de San Pedro del nándose tras su marcha a España a finales Sofonisba antes de su partida de Cremona a
Vaticano ( 1498-1499), de la que roma el de 1559. finales de 1559\ como así lo demuestran
mismo esquema piramidal que conforma En comparación con la versión de Ser- algunos detalles estilísticos del cuadro.
el cuerpo sedente de la Virgen que soporta el nardino, Anguissola se adapta de forma más Curnen Garcta-Frías Checa
cuerpo sin vida de Cristo; o la Deposición de eficaz a la estética contrarreformista, median-
la cruz (15 15-1520) del pintor milanés Bra- te la simplificación de la escena a lo esencial
mantino (h. 1460-h. 1530), hoy en la Pina- y la reducción de la gama cromática a unos
coteca del Casrello Sforzesco de Milán, de la tonos más terrosos, a la vez que otorga a la
1 De,de la desamortización napoleófllC.l de 18 1 1 en l.t
que Campi pudo extraer el abandono toral composición una sensibilidad m;ís frági l y
Pinacoteca di Brera de i\llUn, inl'. 82: <•leo >obre lien-
de la cabeza de Cristo o la utilización de una amable, porque, como indica Adolfo Ven- zo, 235 x 160 cm.
lu1- mortecina sobre su cuerpo desnudo. Pero turi, Sofonisba está más influenciada por 2 A¡:radetco esta información .1 h•tnce-c,, Dcholm1 de
la Pinacoteca di Brcra.
el pintor consiguió imbuir su obra de un re- Parmigianino (1503-1540), lo que puede
11 amo )15841 1774, pp. ¡¡- )' 95.
novado espíritu parmigianesco, alcanzando apreciarse en la sensación de un mayor alar- 4 Vrnrun 1933. p. 926.
un éxito inusitado en toda la Lombardía. gamiento de las figuras. I a originalidad de 'S;~ndnna Bandera Bisrolem (en Len 1989. pp. 13 1
32. n." 65) ha confirmado un.1 clata.:1on m.h ruJí;¡
Son diversa s las variantes realizadas por el Sofonisba se encuentra en la libertad de su
del período e'pañol. Agraclcccmo\ nue.amenrc a
pintor, como la de la capilla de rerdinando facrura pictórica, que permite que los rasgos Debolini la confirmación de yuc la "'puc>ra firma de
Vistarini en la iglesia de San Lorenzo en minúsculos de la Virgen resulten más suaves, Sofonisba, recogida en Arngon1 r .\l.1dcrna 2010,
p. 5- (• )sof op!Jomsb.l {<Ingttl lsso/J /<lm /i/c,ms {ilzJ
Lodi, las de pequeño tamaño sobre tabla de o que la muscularura del cuerpo y braw de 1... ] m 1...¡ s {... ] /..XI • . ,ea apó.:rifa, ya que huh1era
la Colección Giulini en Milán y de una co- Cristo no sea tan potente. La atmósfera ge- ;¡ruado la obra en la etapa e\p.tñob.

195
48 Sofonisba Anguissola (Cremona, h. I.BS · Palcrmo, 1625 ) tras sus brazos rodean a su madre para hacer
más tierno este abrazo.
La Virgen amamantando al Niño o La Virgen de la Leche
Las dos fig uras quedan bien resa ltadas
1588
sobre ese fondo tan oscuro, pero los perfiles
Óleo sobre lienzo, 77 x 63,5 cm
de la figura de la Virgen no son tan ro tun-
Jn,cripción: «ISof]onisba Lomelina 1 AnguiwJI,¡/ p./ 1588· (lateral izquierdo)
lludapesr, Szépmuvés7eri :vlüzcum, inv. 4216
dm como los de Ca mbi ase, sino que resul-
tan mucho más esfumados, manteniéndose
H•hiJOgr.JfíJ 'eleccionnda:Tércy 1924,p.J;Pigler 1954,p.9J;SuidaManningySuida 1958, fiel a la~ en~eñantas parmesanas aprendidas
p. 159, il. 375; Ember 1968, pp. 69-70; Harasai-Taktícs 1968, p. 53; !.os Angeles, Ausrin, de su maestro Bernardino Gatti (h. 1495-
Jlirrsburgh y Nueva York 1976-77, p. 107; E. Sambo en Crcmona 1985, p. 177, n." l. 16. 1O; 1576). La pintora concede el mi smo juego
Caroli 1987, p. 140, n." 28; Grcgori 1994, p. 41; R. Sacchi en Cremona 1994, pp. 266-67, 11.0 35
de contras res entre la figura del Ni1io -que
coincide en parte sobre el blanco del paño-
y el manto azul oscuro de su madre, y entre
la ca beza de rizos dorados y el fondo. Sofo-
/ a V1rgen amamantando al Niño es una afrontar el tema, se inspira, quizás por peti- nisba revela tener un buen dominio del des-
obra fundamenta l para definir la producción ción del comitente, en una composición de- nudo en estas figuras infantiles, ya que no
genovesa de Sofonisba, que comienza a par- vocional de Cambiaso de los años sesenta, hace muestra de ello en otro tipo de temas.
tir de 1580 por su establecimiento en la ciu- cuyo original no ha sido localizado, pero Las carnaciones del riño y del rostro de la
dad tras su segundo matrimonio con O razio que se conoce gracias a la réplica que sa lió a Virgen está n modeladas con suaves sombras
Lomellini, como así lo corrobora la firma la venra en el mercado anticuario en 1994 1 correggianas, con tenues toques rosáceos en
con el apellid o de su marido y la fecha y a otra más tardía que se encuentra en co- mejillas y labios, mientras que los ondulados
de 1588. Dicha etapa se caracteriza por su lección particular genovesa. Ambos ejempla- rizos del Niño son de una soltura increíble.
gran capacidad de adaptación al estilo pic- res presentan formato rectangular, lo qu e A su ingreso en el museo de Budapest, la
tórico y a las composiciones del pi m or geno- vendría a confirm a r lo que ya apuntaban pintura figuraba como obra de Anguissola,
vés Luca Cambiase (1527-1585), quien, a Bertina Suid a Manning y William Suida y, pero el desconocimiento de la firma, que de-
pesar de haber muerto hacía tres años y no posteriormente, Veronika Ember: que esta bía esta r oculta bajo antiguos repintes, hizo
estar en Génova desde 1583, continuaba te· versión de Sofonisba no era, en un principio, que en el catálogo de Andor Pigler aparecie-
niendo gran éxito entre la clientela local. un óvalo. ra, por sugerencia de Roberto Longhi, como
Quilás ambos artistas pudieron conocerse El modelo cambiasesco está claramente obra de luca Ca mbiaso, atribución que pos-
entre 1580 y 1583, justo antes de la partida im bu ido del arre de Correggio (h. 1489- teriormente con firma ron Suida Manning y
definitiva de Ca mb iaso a la corte de Feli- 1534) e incluso algunos detalles compositi- Suida en 1958, encuadrándola en torno a los
pe 11. Entre los año~ sesenta y setenta el ge- vos parten de la famosa Virgen de la Leche años sesenta. Fue incorporada de nuevo a la
novés había concebido unas representa- del pintor, hoy también en el Szépmuvészeti producción de la artista, a raíz de la publica-
t:iones de la Virgen con el Niño de un a Múzeum de Budapest. La composición de la ción de Marianne Ha raszti-Tak ács, qu ien
sensibilidad muy íntima y emociona l, dota- obra de Sofonisba se basa en las figuras se- dio a conocer la aparición de la firma de So-
das de una concentrada meditación sil encio- dentes de la Virgen y del Niño, dispuestas fonisba y de la fecha tras la restau ración de
~a y ambientadas en unos nocturnos líricos, sobre un fondo negro, que podría ponerse en la pintura en 1967.
que tuvieron una gra n acogida entre sus se- relación con la iconografía del hecho evan- Cormtn García · Frías Checa
guidores, como Bernardo Castello ( 1557- gélico de la huida a Egipto, que tu vo lu ga r
1629), con quien Sofon isba mantuvo una durante la noche. La Virgen de delicado ros-
estrecha relación y con el que coincidió en tro tri angular y mirada baja se rep ite en 1 lmpor/,l/1/S tableaux 1993, lote 443: óleo ~obre líen·
10, SO ' 60 cm, como obra de Luca Camb!O>O, a tri·
ese gusto por este tipo de composiciones tan otros modelos de Cambiase, como en la Vir-
hue~ ón que no con,·cncc a .\lima Gre~on ( 1994,
tiernas ) maternales. gen con el Niiío, santa Ana y san ]uanito del pp. 41 y 46, nora 158).
La Virgen de la Leche era un tema que Palazzo Rosso de Génova. Con la mano
Sofonisba ya había abordado en su primera derecha la Virgen se abre la rúnica para ofre-
etapa en Cremona con la versión de la colee· cerle el seno al iño, mientras lo sujeta con
ción local Dodici Schizzi, pero con un estilo una sabanill a bla nca por la espalda con su
tota lmente diferente, que im ita ba a los pri- mano izquierda. La apariencia triste de Ma-
mitivos flamencos y que ya habían plantea- ría, que prevé el futuro trágico de su h ijo,
do otros artistas, como Luca Longhi ( 1507- con tras ta con la actitud ta n n atural del
1580). Cuando en 1588 la pintora vuelve a Niño, que se gira hacia el espectador, mien-

L96
L6 f
49 Sofonisba A nguissola (Cremona, h. 1535-Palermo, 1625) cajes en los pies d el iño o una reducción del
Desposorios místicos de santa Catalina pa isaje inicialmente pensado para el fondo,
c ubierto en parre al aumentarse d e tamaño
ISB8
el palio que enmarca la escena 2 . No hay duda,
Óleo sobre lienzo, 94 x 70 .:m
lnscnpc1ones: •S. l.. A. 1 P 1 1588• (en el banco pétreo en que se "enta la Virgcn);•CAJA por tanto, de que la pintora sigu ió un modelo
GDIERALI DE REPARACIONU [de la Guerra Ci\'il l 1 Prolongación de la 1 Castellana n." 16» previo, pero no propio. Como es habitua l, sus
(etiqueta 1m presa con referenCia manmcrita a hípiz, en el reverso); •Cas111o de Madrid 1Alea la limitaciones para la invención la llevaron a
151 N." 1" (etiqueta manuscrita. en el reverso); "(.AJA cr.NI·Ri\1 D f Rf.PARACION~> 1 LienLo el
valerse de un a composición a jena.
Desposorio de Sra 1 ICarallina (copia) 1300 pt~." (fragmento de etiqueta impresa y
mec<mografiada. en el reverso) El paisaje y el celaje recuerdan a los pin-
Madnd, Corrc,fa de la Galerfa Caylus tados por Anguissola en las dos versiones de
La Sagrada Familia q ue realizó en Cremo na
lld>lwgrafía ,eleccionada: Sacchi 1994c; :vl¡¡gnani 1995, p. 277 [cat. 45 y 46), obras en cuya composició n
repitió básicamente una composición de Ca-
millo Boccaccino (h . 1504-1546), con acen-
tos próximos a Correggio (h. 1489-1534) o
La recienre aparición de esta obra firmad a gran mayoría de las escenas se inclu ye la pre- al Garofalo ( 14 81- 1559). Por lo demás, tan-
por Sofonisba Lo melljn i An g w ssola en 1588 sencia de algún o tro santo o á ngeles, testigos to el rigor compositivo co mo los modelos
es una notable incorporación al escaso ca tá- del momento en que la joven princesa se con- figurativos, el colorido, la iluminac ión y la
logo de la p roducció n religiosa d e la pintora. vierte en esposa celestial d e Cristo. atmósfera d e quietud e intimidad son carac-
Fue realizada en Génova en el mismo año en En la versión de Soforusba el Niño j esús terísticos de Camb iaso, tan decisivo en el
que firmó La Virgen de la Leche de Budapest cobra un protagonismo inusitado. No es un círculo genovés de Sofonisba. D e hecho, de
lcat. 481 y ev idencia, com o en ese ejemplar, peq ueño de corta edad que precisa el sostén no estar firmado y fechado podría a tribuirse
la dependencia d e l gran maestro genovés ma tern o, sino un niño de unos seis o siete años a la producción d el li gur de la décad a de los
Luca Cambiaso ( 1527- 1585 ), referenc ia que está de pie y apoya grácilmente su pierna sesenta, hacie ndo buena la ase veración d e
fundamental de la pintu ra en L iguri a, así izquierda en la d e María. Ambos están vistos Mina G regori, quien ha sosterudo que «entre
como de los ámbitos d onde se propició más d e perfil, con facciones parecidas, delicado tra- las muchas ob ras atribuidas a Ca m biaso,
tempranamente la nueva sensi bilidad re li- zado anatómico y similares proporciones alar- probablemente se confunda n a lg unas pintu-
giosa impulsad a por la Contrarreforma . gadas de brazos y piernas. M aría está sentada ras de la cremonesa »3 •
La pinwra representa el matrimonio mís- en un a iro sill a r y contempla con el mismo Nada se sabe de esta obra hasta su venta
tico d e santa Cata lina d e Alejandría (siglo tv) ensimismamiento que Jesús cómo este se ayu- en la Sala Goya de Madrid el 25 de junio de
con el ' iño Jesús, según un relato de La le- d a de sus m a nos para separar el d edo anular esre año (lo te 23), en cuyo catá logo fi g ura
yenda dorada de Santiago de la Vorágine, de la sa nta e inrro ducir cuidadosamente la como pintura de escuela española d el si-
compend io hagiográfico medieval que fu e alianza matrimonial. Es el gesto fundamental g lo xvn 4 • Fue adquirida por C a ylus.
puesto en cuestió n tras el Concilio d e Tremo, de la simbólica escena y tanto la atención con l.etl<·ia Ru1z Gómcz
cuando se d epuraron muchos relatos y repre- q ue se ha puesto en describirlo como la edad y
sentaciones del santoral cristiano. No fue el percepción d el N iño convierten estos desposo-
caso de la historia de santa Cata lina de Ale- rios en una composición novedosa, que repien- 1 Réau apunró que la configuración de e>ta iconografía
jandría, c uya propia existencia resulta m ás sa la tradiciona l iconografía . Resulta asimismo ~e hito para servir a los movimientos mí~tico~ del
que dudosa. Su perfil de princesa dotada d e cu riosa la expresión de la mujer a nciana del siglo xv. Réau 19%-9H, 11, .3 (1997), p. 280.
2 La radiografía de la tela ha sido realizada por Rafael
sabiduría y elocuencia, así como su condició n segundo término, posiblemente santa Ana, que Romero y Adchna lll.ín, a qUienes agradezco 1.1 posi
martirial, hicieron de ella una de las figuras parece desatender la escena para dirigirse con h!lidad de estudiarla.
femeninas más populares de gran parte d e p reocupación o inquietud a M aría. No es una 3 Grcgon 198 5, p. 173.
4 hrtp~://www.goyasubastas.com/s ubasta,-25-Junto·
Europa, por lo que en los siglos xv1 y XVII este testigo del en lace matrimo nial al uso; es u na 20 19-82/lorc- )4903/escuela-espanob-s-x,·ii.
episodio fue ilustrado por numerosos artistas. figura activa cu yo sentido en la escena p udo
La representactón tuvo una gra n difusión en estar ligad o, al igual que la concepción m isma
ambiente!. ari~rocrá ticos y cortesanos, pero del iño, a un encargo explícito o a lgún texto
aún más en conventos fe meninos', y en ella el concreto dentro de la frecuente literarura me-
Niño J esús, un pequeño de un año o año y ditativa de la Génova del momento.
medio, ~uel e aparecer sentado en brazos de su La radiografía de la pintura no presenta
madre, mientras introduce la a lianza matri- arrepentimientos o variaciones s ustanciales
monia l en la mano d e sa nta Catalina. En la en su composición, más allá de pequ eños en-

198
66 l
50 Sofonisba Anguissola (Cremona, h. 1535- Palermo, 1625) milia de la ivaagaards Malerisamling de
ivá [car. 13].
La Sagrada Familia con santa Ana y san ]uanito
Pero Sofonisba consigue su propio esti lo,
1592
al lograr la consabida delicadeza forma l que
Óleo sobre loenzo, 123 x 109 cm
otorga a sus figuras. Los contrastes lumíni-
lnscri¡><:1ón: «Sofonisha Lomelino er Ang111ssola pln"<lt 1592•
(en canda en el ángulo inferior izquierdo) cos resultan mucho más tenues gracias a la
.\liami, Untversiry of Miami, Lowc Arr Mu;,eum, Gifr of Mrs. Forbcs Hawkc,, n." 52.003.000 inclusión de un fondo neutro de pared y de
un suelo del mismo tono pardo verdoso, que
ll ibliografía seleccionada: Fredericksen y Zen 1972, p. 10; E. Sambo en Cremona 19S5, utiliza en muchos de sus retratos y que hace
p. 178, n." 1.16.1 1; Caroli 1987, p. 142, n." 29; Perlingieri 1992, pp. 183-S4; Grcgori 1994,
resaltar las figuras principales de la madre y
p. 41; R. Sacchi en Cremona 1994, pp. 268-69, n." 36
del hijo de una manera difuminada. En el
aspecto colorísrico predominan los tonos
pa rd o-violáceos que derivan de Cambiaso,
con la novedad de incluir un rojo muy vivo
Esta enternecedora Sagrada 1-ami/ia con san- colorista, tan del gusto tridentino. Sofonisba en el traje de la Virgen, que contrasta aún
ta Ana y san Juanito es la última obra fecha- incluye en su versión los mismos personajes, más con el perfil azul oscuro de su manro.
da dentro de la etapa genovesa de Sofonisba a unque dispuestos de fo rma distinta y con Las ca ras y los cuerpeciros infantiles quedan
Anguissola, cuyo estilo continúa siendo muy otras actitudes, pero en análoga estancia de modelados por las características sombras
cercano al de Luca Cambiaso (1527-1585), luces claroscuristas. En la versión de Cam- suaves al estilo correggiesco, mientras que
ya que, aunque este había muerto hacía siete biaso, la Virgen está amamantando al Niño, los cabellos dorados de los dos niños se re-
años, su estela perduraba roda vía en el pano- mientras que santa Ana mira a san Juanito, suelven con una fluidez muy na rural.
rama artístico genovés. Sofonisba ya había que se acerca por la derecha . En la versión Se desconoce su historia a nterior a su
interpretado en 1588 con gran acierto una de Sofonisba, la Virgen y santa Ana, con sus pertenencia a la colección norteamericana
obra de Cambiaso de los al'i.os sesenta, en la cabezas inclinadas, concentra n su atención Forbes, siendo incluida por primera vez en
Virgen amamantando al Niño del Szépmu- en el Niño, que está de pie entre las piernas el elenco de la producción de Sofonisba tras
vészeri Múzeum de Budapesr [car. 4 8], pero de s u madre, y juega con unos ovi llos con su publicación en 1972, para ser expuesta en
es ahora cuando la arti sta se encuentra ya santa Ana. En segundo plano san J uaniro se la muestra dedicada a los Campi en 1985 1•
capacitada para experimentar sus propios asoma a observar al grupo detrás de un bu - Carmen Corda-rrías Checa
nocturnos de clara derivación cambiasesca, fete, que acoge de igual forma una candela
logrando de forma ejempla r una atmósfera encendida. También san José presenta una
de su a ves contrastes lumínicos a través de solución muy parecida en ambas pinturas, 1 El supuc'to ungm.tl de e'ta Sagrada rm111ltu no ha
\lOO todavía localtzado, pero Ro,;ana Sacchi (en
dos simples luces de velas. ya que aparece saliendo por el vano del fon-
Crcmon.t 1994, p. 268) menc1ona algunas copta> del
El planteamiento general de esta compo- do y solo se le ve el rostro por la vela encen- modelo, que podrían confirmar su posible existencia,
sición resulta más original que otras de sus dida que lleva en la mano, lo que ayuda a como la del C.tsrello di Vigoleno (óleo sobre lienLo,
1 35 x 98 cm ) o l.t que prcscnra como no\'tdad un
obras, no solo por su c uidada factura técni- acrecentar el carácter íntimo de la escena.
escudo nobtltario no identificado, que se conoce >olo
ca, si no tambi én porque su excepcional ta- Los elementos secunda rios quedan reduci- ~l través dr una fotografía existente en los archivos
maño dentro de su producción religiosa le dos al mínimo y la cu na del primer término de la Narional Gallery of Arr de Washington.
l lncluso son muy parecido~ de tamaño. Génova, Pa
permite el acomodo de un mayor número de del cuadro del genovés se sustitu ye aquí por lan.(>llia nco, inv. PB 1958: óleo sobre lienzo, 140 x
personajes en un ambiente doméstico y ama- un soporte para los ovillos y por un perrillo J09wt.
ble. Se trata de una interpretación quepo- fa ldero acurrucado en el ángulo inferior iz- 3 hederick~en y Zeri 1972, p. 1O; R. Saccht en C remo-
na 1994, pp. 268-69, n." 16.
dría haber estado basada en algún trabajo quierdo, que, como elemento anecd ótico,
de Ca mbiaso, hasta ahora no conocido', ya sujeta bajo su cuerpo la cartela que lleva
que la solución escenográfica y la tipología inscrita la firma con el apellido del segundo
de los personajes son tota lmente deudoras marido de Sofonisba y la fecha de ejecución.
del pintor. Es clara su conexión con uno de La presencia del perro no es ajena a las com-
los mejores nocturnos de sus últimos años posiciones de Sofonisba, ya que apa r ece
de producción en Génova, como la famosa como símbolo de fidelidad o como elemento
Virge11 de la uela de Cambiaso, hoy en el Pa- anecdótico en a lgunos de sus retratos más
la!ZO Bianco de Génova", obra de entre los representativos, como en el retrato de Mas-
a1ios 1570 y 15 75, en la que se aúnan a la si miliano Stampa del Walters Art Museum
perfección el rigor espacial, el formal y el de Balrimore [car. 15] o en el Retrato de fa-

200
IOZ
51 Lavinia fontana (Bolonia, 1552-Roma, 1614)

La Sagrada Familia con santa Margarita y san Francisco


1'i78
Óleo sobre lienzo, 127 x 104, 1 cm
lnscnpciún: • LAV I I\ IA Fo~ 1'.'\J\A DL ZAr PIS fACif 6AT ·MOl XXVIII» (sobre el rapcrc)
Wdlcslcy (Massachuserrs), Da vis Museum ar Wclblcy C:ollt•gc, Gifr of William and Selma
Postar, n." 2001.104

1\Jhllografí,l •eleccionada: Cheney 1984; l. Cheney en Washington 1998, p. 54;


Wellesley 2001, pp. 196-98; Murphy 2003, p. 47

La obra, firmada y fechada en 1578, es un gio Vasari ( 1.51 1-1574). Pero su a tención se la cuna prefigura a l Cristo resucitado que
significativo testimonio de la actividad juve- concentra sobre rodo en las nuevas estrate- bendice a la humanidad 4 • San Francisco,
nil de Lavinia Fontana, quien demuestra gias retóricas que el cardenal Gabriele Pa - que sostiene el crucifijo con ímpetu místico
haber asimi lado la lección de su padre Pros- leotri estaba delineando para un a rre sacro y enseña los estigmas en las manos, está re-
pero ( 15 J2-1597), importante protagonista destinado no solo a ed uca r, sino también a presentado de acuerdo con una estricta ob-
del manierismo boloñés, pero también haber implicar emori vamenre a los fieles. Lavi ni a servancia de los precepros tridentinos. Lavi-
adquirido ya una inventiva firme y experi- Fontana acerca las «cosas pintadas» al ojo nia logra suavizar el gélido rigor d e la
mentada, y un completO dominio de los me- de aquellos que están orando con una pers- Contrarreform a, inventando un sugerente
dios técn icos. Las dimensiones del lienzo pectiva cercana: Margarita se halla a la altu- entrelazamiento entre lo sagrado y el léxico
justifican un destino privado como retablo ra del espectador; el dragón, semejante a l del familiar que se confía a una continua y flui-
para la capilla del palacio de una fami lia retab lo de Pannigianino (Bo loni a, Pinaco- da sucesión de luces y sombras, a un reper-
adinerada' que probab lemente sugirió, en teca Naziona le), entonces situado en la Cap- torio ornamental de sabor flamenco, a una
función de sus propias devociones, la inclu- pella Giusri de la iglesia boloñesa de Sama preciosa claridad óptica, como en los finos
sión de santa Margarita y san Francisco en Margarita, parece salirse del cuadro; la mesa velos que enmarcan los rostros de María y
el tema tradicional de la Sagrada familia. En con la cuna está a punto de desbordar los Margarita o en la tela de la cw1a, de un blan-
un espacio construido mediante diagonales, límites del marco; la Virgen y el Niño se in- co bri llante.
el protagon ismo corresponde a las figu ras cli nan suavemente h acia quienes los obser- Vera fortun,H•
femeninas, iluminadas por una luz obl icua van. La elevada solemn idad del trabajo pa-
que proviene de una fuente lateral: a la iz- terno se transforma en un ambiente religioso
quierda, Ma rgarita, patrona de los naci- de dulces afectos domésticos, favoreciendo 1 :\lurphy 20CU, p. 4-.
2 Vcron,1, ~!meo di Ca;.rdvccchio; 1\olunia, Colección
mientos, está arrodillada junto al dragón, su la devoción del cliente. El diálogo entre Ma-
Un1credit.
atributo hagiográfico, mientras que a la de- ría y Margarita, una santa muy querida por ~Cheney 1984; ~lurphy 2003, p. 47.
recha se halla la Virgen, de pie y levemente las parturientas, es casi una microhisroria 4 Chrncy 1984.

inclinada para levantar al nu]o que bendice doméstica, en la que se refleja la esfera exis-
a la santa mártir. tencial de Lavi nia, quien a sus veintiséis años
Derrás, enmarcados por un so lemne ya había perdido dos hijos y quizá esta ba
pafio oscuro, san Francisco y san J osé asis- espe rando orro 1• En las complejas tramas de
ten en una leve penumbra absorros a la esce- las iconografías contrarreformistas, donde
na. Esta armoniosa concatenación resul ta coexisten articuladas sustituciones simbóli-
posible gracias a la colocación oblicua de cas y superposiciones temporales, la pintora
la mesa en el centro, sobre la que se sitúa la logra pasar del plano fís ico al simbólico con
cuna del Niño, que se convierte en el eje real simplicidad natural. El misterio fund amen-
y s imbólico de la p in tura . Lavinia se mide tal de la fe cristiana -naci m iento, muerte y
con las Sagradas familias 2 de su padre, en Resurrección de Crisro- se confía a la ver-
las que un va riado clasicismo rafaelesco y el dad óptica de los objetos singulares propios
influjo parmesano -Correggio (h. 1489- de una realidad doméstica: la mesa es sím-
1534), Parmigianino ( L503-1 540)- se unen bolo del sepulcro; la tela que sale de la cuna
a los modelos toscanos y romanos de Gior- alude al sudario; el Niño que es levantado de

202
roe
204

1
52 Lavinia Fontana (Bolonia, 1552-Roma, 1614) prosigue en primer plano con la imagen ansio-
sa e incrédula de la Magda lena arrodillada,
Noli me tangere
quien ha reconocido a Cristo vestido de jardi-
1581
nero con la azada en la mano y un original som-
Óleo sobre lienzo, 80 x 65,5 cm
brero de ala ancha en la cabeza. Enrre los dos
inscripciÓn: •<LAVIKIA FONTANA I)F 1 ZAPPIS FACIF.lli\T 1M O LXXXI» (ángulo inferior derecho)
Florencia, Gallerie dcgli Uffizi, Gallería dclle staruc e dcllc pitturc, inv. 1890 11.0 1383 protagonistas hay un diálogo mudo y cariñoso:
ella refrena su impulso extendiendo el brazo
Bibliografía selecc ionada: Covoni 1892,pp. I6-18y233;A.SuthcrlandHarrisenLos derecho hacia el espectador; mientras sostiene
Ángeles, Austin, Pirrsburgh y Nueva York 1976-77, p. 1 12, n." 7; C. Bernardini en Florencia un frasco con perfumes en la otra mano; él la
1980, p. 293, n.0 588; S. Meloni Trkulja en Oresde y Berlín 1987, pp. 120-21, n.'' 49; Canraro detiene con un gesto decidido que sirve también
J989, pp. 1O1-3; l. Graziani en WashingtOn 1998, pp. 66-67, n. 0 9; Murphy 2003, pp. 85 y 221;
como bendición tierna y tranquilizadora. La
V. fortuna ti en Módcna 2005, p. 377, n.0 159; L. Bartolucci en Illegio 20lJ, pp. 19 L-92, n. 0 5
ambientación paisajística está enriquecida con
muchas reproducciones botánicas muy precisas
de estilo flamenco que sitúan la escena en un
Pinradoen 1581, el cuadro aparece ya en 1588 tanto, no cabe exclu ir un encargo d irecto por prado fresco de una mañana temprano; la ar-
en el Casino di San Marco de Florencia 1, como parte de los Medici de este Noli me tangere. tista describe además la exuberante naturaleza
propiedad de Antonio de' Medici, entonces de La pintora también era conocida en Floc que rodea a los personajes y la perspectiva de
doce años: <<Una pintura en lienzo en la q ue rencia por h aber pintado el retrato de Alfon c fondo, con un puente de nueve arcos sobre un
hay un CristO en el huerto con una santa Ma- so Lorenzo Strozzi en 1 5 79, hoy en colecc río surcado por barcos, torreones y edificios
ría Magdalena, con ornamenración de nogal ción particular, y una obra desconocida para que.se pierden en la distancia, atravesados por
perfilada en oro, se dice de doña Lavinia, de el ca ballero Niccolo Gaddi. Una estampa de fi lamentos luminosos, como en las soluciones
alto 1 brazo y 0/4, de ancho 1 brazo más o Noli me tangere fue gra bada en el siglo XI X adoptadas por Niccolo dell' Abare (h. 1509/12-
menos •> 2 , procedente, según Carla Bernardini, por Leona rdo De Vegni según dibujo de 1571) 15 • Los cálidos tonos cromáticos basados
de la colección de su padre. F. Cia rdi , para la colección de Ach ille Berta- en el color naranja del vestido de la Magdalena
Antonio era hijo del g ran d uque Frances- relli en el Castello Sforzesco de M il án 12 • se extienden, graduados y difusos, por todo el
co T y de Bianca Cappell o, nacido cuando s u Lavinia Fontana se inspira, sin duda a lgu- lienzo, cuya estructura compositiva se basa en
relación era clandestina y legitimado el1 9 de na, en el cuadro de Cor reggio (h . 1489-1534) la diagonal determ inada en primer plano por
octubre de 1583 . A la muerte de sus padres, su ---<:onservado en el Prado-, a quien conocía las posiciones d e los protagonistas.
río el cardenal Ferdinando de' Medici le hizo personalmente, dado que por entonces este Puede decirse que la joven Lavinia ha
donación el 6 de marzo de 1587 de varias pro- vivía en el Palazzo Hercolani de Bolonia, resi- afinado a estas a lturas su lengua je pictórico
piedades, incluyendo el Casino di San Marco 3• dencia del conde Agosrino, su padrino de bau- para representar un asunto sacro despojado
A la muerte de Antonio en1 621, la obra fue tismo. Otro ejemplo igualmente conocido por de énfasis y retórica, de acuerdo con las nue-
inventariada en el mismo lugar con s us otros la pintora es el de D enys Calvaert (h. 154 0- vas tendencias que se manifestaban en Bolo-
bienes4 : «Una p intura en lienzo, en la que hay 1619) de la Pinacoteca Nazionale de Bolonia. nía con las emergenres propuestas naturali s-
un Cri sto en forma de hortelano y la Magdale- Sin embargo, Lavinia personaliza la escena tas de sus coetáneos los Carracci.
na y otras figuras, con ornamento en nogal per- siguiendo con fidelidad los evan gelios, d e Maria Teresa Cantaro
filado en oro, airo 1 b. y V2 de mano de Lavinia acuerdo con el pensamiento del cardenal Ga-
Fonrana» 5 • Desde el Casino di San Marco, el briele Pa leotti, quien defendía la <<verosinlili-
lienzo pasó por herencia a los Uffizi en 16326• tud» en la producción de temas sacros, en línea 1 rlorencia, Archivin di Stato di Firenze len adelante
Con anterioridad a la realización de esa con los principios ratificados en el Concilio de ASFJ, Guarda roba 136, i. 154v.
2 Barocclti y Gacta Bcrtcla 2002, J, p. 328.
obra, Lavinia Fontana ya era conocida por la Trento 13 • Las d imensio nes de la tela justifican
3 Covnni 1892, pp. 16-18.
familia Medici, quizás a t ravés del mediador un dest ino privado consagrado a la reflexión 4 AS~~ Guarda roba 399, f. 2S4.
boloñés Ercole Basso, dado q ue el cardenal sobre el tema d e la Resurrección de Cristo y de 5 Barocclü y Gacta Bcrtcla 2005. L, p. 222.
6 ASF, inventario Tribuna 1586-1636. ms. 71, f. 57.
Ferdinando adquirió en 1579 un «Cristo y la sus apariciones 14 • La versión de Fontana, por lo
7 ASF, Guarda roba 79, f. 46v.
cananea» para Villa Medici en Roma e, que lue- tanto, pretende rea lza r el aspecto humano y 8 i\SF Guarda roba 779, filza 221, f. 849.
go fue trasladado a l Palazzo Madama 8, donde sentimental de la narración, que se desarrolla 9 Canraro 1989, pp. 68-69.
1O ASI', Mediceo del Principato, vol. 5938, ff. 40-4 L.
permaneció hasta 1677, siendo hoy de propie- en dos fases: en la parte superior izquierda se JI Murphy 2003. pp. 85 y 221.
dad privada9 • Además, en una carta del fra ile representa el descubrin1ienro por parte de unas 12 Cantara 1989, pp. 90-91, 103 y 308.
13 C. Spada en Bolonia 1994, p. 197, n." 60.
Filippo Barbieri de 1585 10, la artista boloñesa piadosas mujeres del sepulcro vacío, situado en
14 L. Bartolucci en Illegio 201 1, pp. 191-92, n." 5.
sería recomendada ante la gran duquesa Bi anc una cueva recubierta de vegetación, donde un 15 A. Sutherland Harris en l.os Ángeles, Austin, Pitts-
ca Cappello como excelente retratista 11 • Por lo ánge l lumi noso anuncia su R esurrección; y hurgh y Nueva York 1976-77, p. 111.

205
Lavinia Fontana (Boloma, 1552-Roma, 1614) narca' . Felipe 11, quien decidía personalmen-
te la decoración de su fundación, la colgó
La Virgen del Silencio
entre las ventanas del CapíruJo Vicaria!, un
IS89
emplazamiento privilegiado donde se reunía
()leo sobre lten7o. 180 x 127 cm
la comunidad jerónima. Permaneció allí has-
fnscnpCIOllC\: « l.AVII\IA fOI\TAN \/ nr 7APPIS FACitB[Afj /IN BOLOG~A / .\1DLXXXVIIII •
(canel.1 en .ingulo inferior izqUierdo); • IAVTN./1 ONT./ DI· ZAJ>./ 1589 • (en uno de"" ta la remodelación de la decoración de las
travesaños verticales de la cuna); «CO R MtV\1 VI<.ILAI» (en la sábana); «rccr AGI\VS Dfl» S a las Ca pi rulares por D iego Yelázq uez
(en la filacteria de san Juanito) ( 1599-1660) con posterioridad a 1657. En
Colecciones Reales. Patrimonio 1\"acional. inv. 1004) 145. Real Monasterio de San Lorenzo
la edición de la Descripción breve del Mo-
de El Escoria 1
nasterio de S. Lorenzo el Real del bcorial
Bd,loo~r•lti.l '"leccionada: Canraro 1989, pp. 146-47, n." 4a.58; V. Fortunati en Bolunia por fray Francisco de los Santos de 1667 ya
1994, pp. 184-85, n." 89; B.tssegoda 2002, p. 21H, n." IV 11 aparece en la zona del altar de la Iglesia
Vieja . Allí debió de permanecer hasta que
en 1813 se depositó en la Real Academia de
San Fernando de Madrid. Cuando regresó al
Este lienzo presenta a la Virgen en el acto de Gallería Borghese de Roma, con ligeras va- monasterio, se colocó en la Sacristía. Tras la
levantar un velo transpareme que cubre a su riantes como el baldaquino verde descubier- retirada del marco decimonónico han apa-
hijo que duerme ante la atenta mirada de to por ángeles, la presencia de sama Isabel recido dos números de inventario que esta-
san José. Aparte del virtuosismo técnico, tras san Juanito o la modificación de la figu- ban ocultos: e l primero es el n. 0 13, en una
prefigura el santo sudario. Un san .Juanito ra de san J osé2 . pegatina, que corresponde a la descripción
niño se lleva el dedo indice de la mano dere- Desde su llegada a la corre española este de Damián Bermejo de 1820, ya en laSa-
cha a la boca pidiendo silencio para no inte- lienzo tuvo g ran repercusión y fray José de cristías; el segundo, el n. 0 74, en blanco, del
rrumpir su sudío, mientras que con la mano Sigiienza señaló que en 1602 ya se habían primer carálogo sistemát ico de pinturas
izquierda sujeta una cruz con una filacteria realizado cerca de una docena de copias de del monasterio que real izó Vicente Pole ró
que preludia también la Pasión. Otra ins- diferente calidad3• Prueba del apreci o de esta en 185r, quien tam bién lo ubica en laSa-
cripción en la sábana con encajes italianos iconografía en el monasterio es una vers ión cristía. El restaurador pudo copiar la firma
sobre la que descansa el Niño - << lEGO DOR- en miniatura, bordada y con pequeñas va- en una cartela de papel, con una puma do-
MI<>], COR MfVM VIGILAT» (Yo duermo, riantes, aún hoy en El Escorial 4 • blada, en el ángu lo inferior derecho que que-
pero mi corazón vigila)- puede ocu ltar Las relaciones de la pinrora boloiiesa con dó posteriormente oculta por el marco. En
otra anterior ilegible. Esta inscripción se a mbientes proespañoles en la Ciudad Eterna la firma aparece, aparre del apellido paterno,
asociará a esta iconografía y en ocasiones pudieron propiciar el envío de esta pi mura al el de su marido y también pintor Giovanni
se trasladará al marco, como en una de sus rey Felipe n. Lavinia estaba en contacto con Paolo Zappi, con quien se casó en 1577.
primeras copias españolas en la Catedral de el dominico Alfonso Chacón, quien propor- Por la cromolitografía que ilustra el libro de
1
Oviedo • En la radiografía se aprecian algu- cionó al rey una importante serie de retratos Juan de la Puerta Vizcaíno sabemos que
nas modificaciones, como sucede en las figu- de hombres ilustres para decorar el salón en L876 su marco era dorado 10 • Por volun-
ras de san Juaniro y san .José, y en la recien- alto de la Biblioteca escurialense. Aunque no tad de la reina lsabelll la pintura se trasladó
te restauración han aparecido en roda su conocemos aún los cauces por los que llegó desde la Sacristía al altar que preside la ro-
viveza los luj osos cortinajes y telas caracte- a manos del rey, este debió de encontrarla tonda del Mausoleo de Párvulos, donde atill
rísticos en In pintora boloñesa, especialmen- adecuada para decorar su monasterio y se encuentra hoy en día.
te en sus retratos. Francisco Pacheco afirma que Fel ipe ll pagó Almudena Pérr7 de Tudela
Lavinia Fontana retoma el modelo de la a Lavinia mil ducados como recom pensa 1 •
Virgen del velo o Virgen del Popo/o de Ra- En estos momentos el monarca español se
fae l ( 1483-1520), como también hiciera Se- había convertido en uno d e los mecenas más 1 B.~ron rh.1ido~'mann ) Cnntálcz Sanros 198-,
pp. 66-67, n .' 11.
bastiano del Piombo (h . 1485-1547) en el importantes de Europa y la fama del monas-
l Canmro 1989, pp. 1 'i6-S-.
cuadro del mismo tema, entonces en Pa rma, terio del Escorial como museo se había di- 1 ~~~u~nt..l [16021 1988, p. '35.
> otro~ artistas menores. En orras ocasiones, fundido especialmente en Italia. 4 P.urimomo acional, im·. 10014390.
. Pachecn [ 16491 1990, p. 94.
1
a la hora de abordar el tema se inspiró en un La pintora firmó orgullosa su obra en
n /.arco Cuc\"a> 1930, p. 655, 11° 832.
dise1io de Miguel Ángel ( 1475-1564), como 1589 y esta pudo llegar a Madrid poco des- 7 Sanros 166-, f. 59; B.me~oda 2002, p . 204, n." IV 11.

hizo en el pequeño cobre de la Walker Art pués. En 1593 se envió al monasterio del N BermeJO 1820, pp. 87-88 , n." 12 (13).
Y Polcrú 1857, p. 41, n." 74; Antonio Rorondo ( 1862,
Gallery de Liverpool. En 1591 firmó otra Escorial con otras importantes pinturas que
p. 2 .ll) .1ún lo 'IrÚJ en la Sacristía.
ver~ión reducida y sob re cobre, hoy en la estaban desde a1ios ames en manos del mo- 1O l'uerr,1 Vitt·aíno (876.

206
~oz
208

L
54 Lavinia Fon tana (Bolonia, 1552-Romn, 16 14) cas, con la esperanza de que estas dotes fue-
ran cul tivadas por las mujeres de su época .
Judit y Holofernes
Ataviada al estilo a ntiguo con preciosas
h. 1595
reJas de iridiscente color rojo-anaranjado y ve-
Óleo sohrc lienzo, 120 ' 9 3 cm
los de organza transparente recorridos por bri-
Inscripción: • LAVI. rONT.• (ángulo 1nferior derecho)
Bolonia, FondaLione di culro e rchgionc Ririro San Pellegrino llantes filamentos dorados, Judit lleva también
preciosas y ricas joyas modernas en el corpiño,
B1hliografía seleccionada: Malva~1a 16-8,1, p. 220; Orerri 1760-SOa, f. 12: Galh 1940, con camafeos ovalados encastrados en oro uni-
p. 60; Forrunan 1986a, 11, pp. 728) 743; Canraro 1989, pp. 175-76; S. Urbini en Boloma dos por hilos de perlas que los encadenan y que
!994, p. 204, n." 70; .\1or,elh 1998, p. 401; Murphy 2003, p. 1S2
se rematan en el centro con un gran colgante
con un pavo rea l, símbolo de generosidad y
lealtad del alma 6 • La misma joya reaparece en
la obra sucesiva, mencionada anteriormente, la
La obra perteneció a mon se1i o r Dionisio via Bargellini de Bolonia 1 [fig. 20], pero no Judit del Museo Davia Bargell ini.
Rarea (1548-1597), conocido prelado bolo- ca ben dudas sobre la identificación de este El rostro redondo, Jos labios carnosos, el
ñés, en contacto con Prospero Fontana (1512- lienzo con el visto por Malvasía, precisamen- cabello castaño recogido detrás con un tocado
1597) y familiarizado con la actividad de su te por el fuerte efecro de <<1 uz de antorcha>> de cimas y un pendiente de tres perlas en la
hi ja Lavinia, como se desprende de una carta que encontra mos en él. En efecto, la escena se oreja son los elementos que concluyen la des-
del 4 de diciembre de 1593 que le fue enviada localiza en un ambiente nocturno donde un cripción de la mujer. En estos detalles se capta
a Roma por el hisroriador boloñés Pompeo haz de luz cae sobre la protagonista desde lo la intención de mostrar la riqueza y la elegan-
Vizzani'. Unos años más tarde, Dionisia rea- airo y permite leer el episodio bíblico repre- cia de una mujer de verdad. En distintas oca-
lizó unos pagos a Lavinia <<por un rosario que semado. La heroína acaba de realizar el acro siones retrató la artista a hermosas mujeres
ha de pintar para la iglesia de Vedana>> y <<por sangriento, decisivo para el destino de su pue- boloñesas encarnando a Venus, Minerva y
una caja para el cuadro de la Fontana», infor- blo: la cabeza de Holofernes descansa sobre J udir para ensalzar sus cualidades femeninas,
mación registrada en el Diario di Dionisia una mesa en primer plano, mientras que en la a petición de una clientela muy reservada-.
Ratta 2 y localizada por Silvia Urbini. Estos parte posterior el cuerpo sin cabeza del tirano, Segú n Caro line Murphy, la destinata ria
elementos documentales permiten confirma r con el brazo derecho levantado todavía palpi- de la obra podría haber sido Laerzia Rossi
la datación de la pintura alrededor de 1595, tante, nos es mostrado por la criada qu e le- Rana, viuda de Cario Ratta y madre de Lo-
cuando la relación del prelado con la pintora va nta la cortina. El espacio natural queda renzo Ra tea, sobrino y heredero de monse-
era más asidua. Cario Malvasía vio e~ te lienzo cancelado, las figuras se distribuyen en apenas li or Dionisio, en cuyo palacio vivía. l.aerzia
en 1678 en casa del conde Gi useppe Cario dos planos de profundidad, el relato es escue- era un a mujer cul ta y refinada que pertene-
Rarra en Bolonia: <<una media Judit vista a la to, sintético, la oscuridad engulle cualquier cía al círculo de aristócratas boloñeses, tam-
luz de una antorcha». Marcello Oretti lo con- pasaje superfluo de la na rración. bién frecuentado po r Fontana.
fi rmó un siglo después. El modelo iconográfico de referencia es Ju- El lenguaje pictórico sigue siendo el lengua-
Como es evidente, Lavinia Fontana rea- dit y Holofernes de Lorenzo Sabatini (h. 1530- je manierista tardío contaminado por elemen-
lizó varias obras para la fami lia Rarra, entre 1576), hoy en la Quadreria di Palazzo Mag- tos flamencos, experimentación lombarda y
ellas incluso un rerraro de monseiior Dioni- na ni de Bolonia, pero Lavinia construye la colorismo véneto, reelaborado con los efecros
sio, reseñado por el propio Malvasía, más escena según un principio significativo mu- de la ambientación nocturna. Ese es el camino
tarde por Orerri y que figura en el inventario cho más inspirado: esta Judit no es una des- personal por el que se adentra Fontana, a esas
de Jos bienes de Giuseppe Ca rio de 1679 1• pegada ejecutora del asesinato, sino el in s- alturas una artista madura y renombrada.
En este último inventario, sin emba rgo, no trumento de la voluntad divina, según el Mar~a Teresa Canraro
aparece la .Judit de Lavinia, tal vez porque rexro bíb lico, al que se atiene la artista. Su
hubiera sido destinada a o rra de las vivien- mirada hacia el cielo así lo atestigua.
1 ~alvas1a 1678, 1, p. 175.
das de Ratta. Reaparece con posterioridad Este rema apa rece tratado a menudo en
2 Holoma, Archi,·io J1 Sraro d1 Bolo~na Jen adclJnrc
<<en el inventario de las cosas de casa Rarta>> la iconogra fía cristiana como símbolo de la ASHOJ, Arch i,•io de BmJari, 1 S96-9i. busra 428,
del13 de marzo de 1707: «La Judit con ma r- victoria del bien sobre el mal y, después del ff. 34-36 .
1. Mor<elh 1998. p. 401. n.• 122; S. Urhm1 en Rolom.1
co casi liso y dorado, de mano de Livinia Conci lio de Tremo, del catolicismo sobre el 1994, p. 204. n.• -o.
[sic] Fontana»~. protestantismo, especialmente cuando To- -1 ASBO. Arch1vio de BosdJn. Cfr. S. Urhi111 en lk>loniJ
Romeo Galli creyó erróneamente recono- maso Garzoni publicó en 1586 Levite del/e 1994, p. 204, n." -o.
; Galli 1940, p. 60, n." 25.
cer en esta obra la otra Judit firmada por Fon- donne illustri del/a scrittura sacra, donde se ó S. Urbini en Boloma 1994, p. 204. n." 70.
tana y fechada en 1600, hoy en el Museo Da- definen las cualidades de las heroínas bíbli- - ~!Jlán 20 02, '·p.

209
55 Lavinia Fontana (Bolon1a, 1552-Roma, 16 14 )

Consagración a la Virgen
1599
Óleo mbre lienzo, 281 x 185,5 cm
Inscnpción: •LAV INT.~ ro:-~T. o. z. MDLXXXXLX" (7ona inferior cemral)
Marsella, M u sées de Marscille, Musée des Beaux-Arrs, 111v. N. 16 D86l.l.4

Bibliografía seleccionada: Cal vi 1780, p. 38; Auquier L908 , pp. 359-60; Forrunati J 986b,
pp. 133-34; Ca maro 1989, pp. 192-93, n." 4a.87; Murphy 2003, p. 193

Este retablo fue en su origen un encargo consecución del orde n y la estabilidad del 1 Ca maro 1989, pp. 192-93, n.• 4a.87.
2 Orcm 1760-SOb, ff. 60 y 135.
hecho a Lavinia Fontana por la familia universo contra rreformista 9 • En el reta bl o,
1 Oretll 1760-SOa, f. 10.
Gnetti para su propia cap illa, en la iglesia de expuesto al público, los niños y las adoles- 4 Cal vi 1780, p. 38.
Santa Maria dei Servi en Bolonia: en 1662, centes de los G netti, destinatarios del patri- S Auqu1er 1908, pp. 359-60.
6 Forrunan 1986h, p. 133. n.• 45.
tras la muene del ú lt imo heredero, perma- monio rel igioso y ético de la fam ilia 10 , exhi-
~ Paleotri 1582; Fortuna t i 1986b, p. 133, n.• 45.
neció en la iglesia boloñesa bajo el patro- ben acritudes de compungida devoción, pues 8 Canraro 1989, p. 193, n.• 4a.87.
cinio de la familia Bonazzi, para pasar a debían presentarse como modelos ejempla- 9 f'orrunatl 1994, pp. 29 y 34: Kiccoli 1995, p. 136;
.'vlurphy 2003, p. 191.
formar parte más tarde de la Colección Her- res para los jóvenes que asistían a la escuela
LO Forrunari 1994, p. 34.
colani también de Bolonia; luego se trasladó de doctrina cristiana de la iglesia de Santa 11 .'vlurphy 2003, p. 193.
a Roma, a la Co lección Campana; y final- Maria dei Serví". Pero Lavinia modera la ll Forrunari 198ha, 11, p. 734 .
13 Forrunan l986b, p. 134.
mente acabó, por donación, en el museo de severa etiqueta tridentina, merced a un bar- 14 Schürzc 1999, pp. 234 y 236.
Marsella 1• La precaria conservación de la ni z religioso de amables afectos domésticos,
zona inferior del lienzo ha dificultado la lec- más propios de un retrato de familia: adop-
cura de la fecha que acompaña la firma de ta una textu ra co lorista suave, deudora de
la pintora: Marcello Oretti propone dos los Carracci; describe la vida de la infancia
fechas: 15912 y 1592 3; jacopo Alessandro y de la adolescencia con atisbos de excelente
Calvi 4 documenta 1591; a principios del espontaneidad y sutil indagación psicológi-
siglo xx, Philippe Auq u ier5 lee 1599, una ca 12 ; muestra una atención casi maternal al
u bicación cronológica aceptada p or estu- pinta r s us vestimentas con impecable dili-
dios posteriores6 • gencia; y hace a san Pedro Crisólogo benig-
La estructura compositiva, con su nítida na mente paternal, pues en su sobria defini-
separación entre el mundo celestia l y el es- ción luminista se acerca al sa n jacinto del
pacio terrena l, respeta los rigurosos precep- retablo de la iglesia romana de Sama Sabina,
tos del cardenal Gabriele Pa leotti 7• En pri- encargado a la pi nto ra por el cardenal Gi-
mer plano, los verdaderos protagonistas son rolamo Bernerio en mayo del mismo año
los niños y las jóvenes de la familia Gnetti, de 1599 B. En la representación del mundo
retratados mientras son consa grados a la celestial, Lavinia se aleja del manierismo de
Virgen por san Domnino y san Pedro Crisó- los cielos paternos para elegir como referen-
logo, respectivamente, mientras que sa nta cia a Correggio (h.l489-1534), a quien co-
Elena y santa Inés, situadas en un lugar más noce a través de las copias de algunas pintu-
elevado, interceden por ellos ante la Virgen ras ejecutadas por encargo del ca rdenal
que, en el cielo distante, abraza riernamenre Bernerio 14 • En el lejano paraíso, una tierna
al Niño, rodeada por un coro de ángeles8 . El redondez formal, u n cromatis mo suave y
tema iconográfico refleja el clima religioso y destellos que recuerdan a un Correggio re-
político de época tridentina, en el que la edu- novado confieren vida a la Virgen con el
cación religiosa de los niños, siguiendo mo- iño y a los ángeles en la gloria, en armonía
delos conductua les, catequistas y devociona- con los in icios de Guido Reni (1575-1642).
les, adquiere un papel prominente para la Vera Fo rrunari

2 10
IIZ
55 Lavinia Fontana (Bolonia, 1552-Roma, 1614)

Consagración a la Virgen
1599
Óleo sobre lienzo, 281 x 185,5 cm
Inscripción: «LAVINIA FONT. o. z. MDLXXXXIX» (zona inferior central)
Marsella, Musées de MarseiUe, .'VIusée des Beaux-Arrs, inv. N. 16 0861.1.4

Biblio grafía selecci o nada: Cal vi 1780, p. 38; Auquier 1908, pp. 359-60; Fortunati 198 6b,
pp. 133-34; Cantara 1989, pp. 192-93, n." 4a.87; Murphy 2003, p. 193

Este retablo fue en su origen un encargo consecución del orden y la estabilidad del 1 Canta ro 1989, pp . 192-93 , n." 4a.87.
2 O retti 1760-80b, ff. 60 y 135.
hecho a Lavinia Fontana por la familia universo conrrarreformista 9 • En el retablo,
3 Orctti 1760-SOa. f. 1O.
Gnetti para su propia capilla, en la iglesia de expuesto al público, los niños y las adoles- 4 Cal vi 1780, p . 38.
Santa Maria dei Serví en Bolonia: en 1662, centes de los Gnetri, destinatarios del patri- 5 Auq uier 190 8, pp. 359-60.
6 Forru nati 1986b, p. 133, n ." 45 .
tras la muerte del último heredero, pern1a- monio religioso y ético de la familia 10 , exhi-
7Pa leotti 1582; Fo rtunati 1986b, p . 133, n.0 4 5.
neció en la iglesia boloñesa bajo el patro- ben actitudes de compungida de voción, pues 8 Cantaro 1989, p. 193, n." 4a.87.
cinio de la familia Bonazzi, para pasar a debían presentarse como modelos ejempla- 9 Fo rtu nati 1994, pp. 29 y 34 ; Niccoli 1995, p. 136;
Murphy 2003, p. 19 1.
formar parte más tarde de la Colección Her- res para los jóvenes que asistían a la escuela 10 l'orrunati 1994 , p. 34.
colani. también de Bolonia; luego se trasladó de doctrina cristiana de la igles ia de Santa 11 Murphy 2003, p. 193.
a Roma, a la Colección Campana; y final- Maria dei Serví". Pero Lavinia modera la 12 Fortuna ti 1986a, n, p. 734.
13 fortuna ti 1986b, p. 134.
mente acabó, por donación, en el museo de severa etiqueta tridentina, merced a un bar- 14 Schützc 1999, pp . 234 y 23 6.
Marsella 1 • La precaria conservación de la niz religioso de amables afectos domésticos,
zona inferior del lienzo ha dificultado la lec- más propios de un retrato de familia: adop-
tura de la fecha que acompaña la firma de ta una textura colorista suave, deudora de
la pintora: Marcello Oretti propone dos los Carracci; describe la vida de la infancia
fechas: 15912 y 1592 3 ; Jacopo Alessandro y de la adolescencia con atisbos de excelente
Calvi 4 documenta 1591; a principios del espontaneidad y sutil indagación psicológi-
siglo xx, Philippe Auquier 5 lee 1599, una ca 11 ; muestra una atención casi maternal al
ubicación cronológica aceptada por estu- pintar sus vestimentas con impecable dili-
dios posteriores6 • gencia; y hace a san Pedro Crisólogo benig-
La estructura compositiva, con su nítida namente paternal, pues en su sobria defini-
separación entre el mundo celestial y el es- ción luminista se acerca al san Jacinto del
pacio terrenal, respeta los rigurosos precep- retablo de la iglesia romana de Santa Sabina,
tos del cardenal Gabriele Paleotti 7• En pri- encargado a la pintora por el cardenal Gi-
mer plano, los verdaderos protagonistas son rolamo Bernerio en mayo del mismo año
los niños y las jóvenes de la familia Gnetti, de 1599 13 • En la representación del mundo
retratados mientras son consagrados a la celestial, Lavinia se aleja del manierismo de
Virgen por san Domnino y san Pedro Crisó- los cielos paternos para elegir como referen-
logo, respectivamente, mientras que sama cia a Correggio (h. 1489-1534), a quien co-
Elena y sama Inés, situadas en un lugar más noce a través de las copias de algunas pintu-
elevado, interceden por ellos ame la Virgen ras ejecutadas por encargo del cardenal
que, en el cielo distante, abraza tiernamente Bernerio 14 • En el lejano paraíso, una tierna
al Niño, rodeada por un coro de ángeles8 • El redondez formal, un cromatismo suave y
tema iconográfico refleja el clima religioso y destellos que recuerdan a un Correggio re-
político de época tridentina, en el que la edu- novado confieren vida a la Virgen con el
cación religiosa de los niños, siguiendo mo- Niño y a los ángeles en la gloria, en armonía
delos conductuales, catequistas y devociona- con los inicios de Guido Reni (1575-1642).
les, adquiere un papel prominente para la Vera Fortunati

2 10
I IZ
Lavinia Fontana
y la pintura mitológica

Lavinia Fontana fue la primera mujer que tuvo a su cargo un taller de


pintura y, por esa razón, también fue quien amplió el abanico de géne-
ros practicados por las artistas, más allá de pequeñas efigies, bodegones
o flores. Realizó variadas tipologías de retratos, obras religiosas de gran
formato o paisajes y, sorprendentemente, composiciones mitológicas en
las que, además de demostrar capacidad de in vención, tuvo que aden-
trarse en la representación del desnudo, un terreno vetado a las mujeres
porque, entre otras cosas, no contaban con formación en el estudio de
la anatomía. Fue el taller paterno, así como las relaciones de Prospero
Fontana ( 1512-1597) con humanistas y otros artistas boloñeses que
también practicaron la pintura mitológica, el ámbitO que permitió a
Lavinia acceder a nutridas fuentes gráficas y bibliográficas que le sirvie-
ron de apoyo a la hora de a frontar la creación de sus composiciones
mitológicas. Pudo conta r, además, con textos específicos y recomenda-
ciones o sugerencias concretas de quienes encargaron esas obras.
A pesar de que la Bolonia en la que vivió y trabajó Lavinia estaba condi-
cionada por la influyente figura del cardenal Gabriele Paleotti, uno de los
artífices de los dictados contrarreformisras que siguieron al Concilio de
Tremo -fue el autor de un importante decálogo sobre las representaciones
artísticas tintlado Discurso in tomo al/e immagini sacre e profane (1582)--,
la sofisticada sociedad boloñesa fue capaz de conciliar el adecuado segui-
miento de los postulados dictados por Pa leorri para la pintura religiosa con
el disfrute de representaciones mitológicas donde el desnudo, principalmen-
te femenino, era protagonista. Ese gusto coleccionista se extendió igual-
mente a Roma, donde personalidades ligadas al papado (el cardenal Sci-
pione Borghese o Marco Sittico Altemps IV, gentilhombre de cámara de
Clemente VIII y más tarde arzobispo de Salzburgo) encargaron a Lavinia
este tipo de obras. No son muchas, pero conforman un elocuente conjunto
que manifiesta la sugestiva capacidad de la artista para adentrarse en las
estimulantes estrategias eróticas que prolongaban las fórmulas de las es-
cuelas de Praga -Hans von Aachen ( 1552-1615), Barrholomeus Spranger
(1546- 1611 ) o Hendrik Goltzius (1558-16 17)- y de Fontainebleau.
Tanto Prospero Fontana como otros pintores asentados en Bolonia
en ese período -Denys Calvaerr (h. 1.540-1619) o Lorenzo Sabatini
(h. 1530-1576)- influyeron en el modo en que la pintora, marcada por
un refinado cosmopolitismo tardomanicrista, trató este tipo de imáge-
nes. La disposición de los desnudos, a los que incorpora detalles que
van más allá del relato mitológico a luso, o la presencia de joyas, velos
y transparencias, que refuerzan y estimulan la sensualidad de las ana-
tomías, dan buena cuenta de la potente capacidad de invención -la
gran piedra de toque del arre en esas fechas- de Lavinia Fontana.

21 3
Lavinia Fontana (Bolonia, 1.552-Roma, 1614) (h_ 1498-después de 1576)-En este libro, publi-
cado en Bolonia en 1555, y reeditado en 1574,
Ca/atea y amorcillos navegan sobre un monstruo
en la lámina del Libro N <<Symb. CVll/_ Acv-
marino en un mar tormentoso mine, Ratione, Diligentia Bearier Qvivis Po-
h. 1590 test» (Cualquier hombre puede alcanzar la feli-
Óleo 'ohre cobre, 48 x .16,5 cm
cidad con la agudeza de su mente, con su razón,
Colección particular, Di letra Badcschi
con su diligencia ), vemos a una mujer desnu-
Hd1l10grnfia selecciOnada: Benati 2009, p. 119, fig. 5
da con un collar del que pende un colgante en
forma de corazón entre los pechos, que cabalga
sobre un delfín en un mar agitado'. El rema del
grabado de Bonasone recuerda a la presente
El miro de Gala tea narrado en las Metamor- La turbulencia de la escena y la dramarici- obra, pero las dos composiciones son comple-
fosis de Ovidio fue recogido por numerosos dad de la acción recuerdan el «teatro de los rameme diferentes, demostrando que esta Ga-
pintores en el Renacim iento, pero In inter- afectos>>, la poética de los pintores de la Con- latea es una invención exclusiva de Lavinia.
pretación que nos ofrece Lavinia es de lo trarreforma apoyada por el cardenal Gabriele Los desnudos de Lavinia son siempre más
más personal, porque nos muestra a la diosa f>aleorri 1, mientras que en los detalles del explícitos que los de su padre, porque ella aiia-
pagana arrebatada por un éxtasis celestial monstruo marino se evidencia el interés por la de un componente erótico que revela conoci-
que recuerda las visiones místicas de las he- naturaleza y los animales divulgado por Ulisse mientos que van más allá de los Estados Ponti-
roínas cristianas. No hay aquí triunfo a lgu- Aldrovandi,científico y amigo «queridísimo>• 2 ficios y que llega n a la Escuela de Fontainebleau
no de delfines, rrirones y nereidas en honor de la famil ia Fontana, que estudiaba en Bolo- -Francesco Prim aticcio ( 1504-1570) en par-
de Ga larca, divinidad marina hija de creo nía dragones y serpientes marinas, en una fas- ticular- y a los pintores de Praga -Bartholo-
y de la oceánide Doris, a l igual que no hay cinante contaminación de naturalia y minera- meus Spranger ( 1546-1611 ) y H endrick Golt-
lágrimas o melancolía por su amado Aós, un ha también apreciada por los pintores 1• zius ( 1558-16 17)-, especia lmente en los
hermosísimo joven, hijo del d ios Pan y de la Da niele Benari es quien ha dado a conocer detalles ornamenta les, como las joyas que La-
ninfa Simetis, víctima de los celos del cíclo- esta pintura, que pasó de una antigua colec- vinia coloca sobre la piel, dando vida a un pi-
pe Polifemo, el gigante con un solo o jo, hijo ción de Bérgamo a su propietario acrua 1, en un cante contraste entre la fr ialdad mineral de las
de Poseidón, que se había enamorado de Ga- ensayo donde explica que en Bolonia se desa- piedras preciosas y la carne cálida de Gala tea:
la tea_ Lavinia pinta a la diosa entre la es pu- rrollaba en estos aíios una clientela culta y sin obsérvese de cerca la cadena de oro que le cru-
ma de las olas blancas como su piel (en len- prejuicios, que encontraba una buena excusa za el pecho, el brazalete que le ciñe el antebrazo
gua griega ]a palabra raACÍTEW signi fica <da en los temas mitológicos para encargar mag- y el peinado sujeto por joyas y perlas, mientras
que tiene la piel blanca como la leche »). níficos desnudos, femeninos en particula r 4 • que su único indumento, un velo transparente
Como podemos ver, la navegación es difí- También Lavinia pintó la desnudez femenina, pespunteado por hi los dorados, en lugar de
cil y peligrosa, pero no imposible, Ga latea se especialmente en pequeñas obras sobre cobre, cubrir acemúa el erotismo de la diosa. No hay
halla en el dorso de un magnífico ejemplar de que, como esta, pueden datarse sobre roJo en duda de que Lavinia supera a su padre con su
monstruo marino con ojos amenazadores y la novena década del siglo 1_ Resulta ciertamen- gusto cortesano femenino, destinado a una
alas de dragón, auxi liada por tres amorcillos, te inusual para una devota pintora de su tiem- clientela seleccionada q ue disfrutaba celosa-
dos de los cuales la sostienen y otro le señala po dedicarse al desnudo, pero Lavinia lo hace mente con los ojos de estas pinturas, olvidán-
una lu z rosada y amarillenta que se abre en el con pasión y su inventiva carece de frenos, dose de los sermones del cardenal Paleotti e
cielo_ Es precisamenre este amorcillo el que nos como podemos apreciar en la audaz pose de la incluso del Discorso i11torno al/e immagini sa-
da a entender la inter pretación moral que La- modelo, que nos hace sentir su sensibilidad cre et profane ( 1582), donde el alto prelado
vinia capta de este triángul o amoroso, pues femen ina, formada en el seno familiar con los censura severamente en los pintores la exhibi-
con el destello de luz que desgarra la tormen- dibujos de su padre Prospero ( 1512- 1597) y ción del erotismo en los remas rnirológicosH _
ta de viento quiere recordarnos q ue el a lma con los frescos de Virtudes y Dioses pintados Fausto Got.ti
humana apoyada en sentimientos sólidos pue- por este en Bolonia para el techo del sa lón del
de unirse a Dios_ Resulta evidente que el dima palacio de Achille Bocchi ( 155 1-52)".
adverso es aquí también metáfora del obstacu- Otro repertorio de imágenes bien conoci- 1 BI,\Odll 2008, PP- '7 68.
2 Mahasia 1678.1. p. 174.
lizado amor por Acis, cuya sangre, que saldría das por Lavinia es la afortunada serie de graba- J 1 . :VIannig en Boloni~ 1994, pp. 166-67, n." 1O.
de su cuerpo aplastado por f>olifemo, se con- dos Symbolicae quaestiones, curiosos em- 4 Benari 2009.
vertirá a instancias de Galatea en un río que blemas concebidos por el hwnanista Achille S ;\llljn 2002, pp. 46-4S.
6 Forrunat1 1986c, L pp. 143-44, figs. 46-48.
desembocará en el mar donde ella vive, para Bocchi , dibujados por el padre de Lavinia ~Roma 1983, JI, p. 1'10.
poder tener así a Acis ~iempre consigo. y grabados al buril por Gi ulio Bonasone 8 Bi,1nch1 2008, p. 219.

2 14
Sl'l
56 Lavinia Fontana (Bolonia, 1552-Roma, 1614) (h. 1498-después de 1576). En este libro, publi-
cado en Bolonia en 1555, y reeditado en 1574,
Ca/atea y amorcillos navegan sobre un monstruo
en la lámina del Libro IV <<Symb. CVII l. Acu-
marino en un mar tormentoso mine, Ratione, Diligentia Bearier Quiuis Po-
h. 1590 test» (Cualquier hombre puede alcanzar la feli-
Óleo sohrc cohrc, 48 x 36,5 cm cidad con la agudeza de su mente, con su razón,
Colección particular, Dilctta Badeschi
con ~u diligencia), vemos a una mujer desnu-
ll!hhogr ..fía ,e1eccionada: Benati 2009, p. 119, fig. 5
da con un collar del que pende un colgante en
forma de corazón entre los pechos, que caba lga
sobre un delfín en un mar agitado-. El tema del
grabado de Bonasone recuerda a la presente
El miro de Gala tea narrado en las Metamor- La turbulencia de la escena y la dramarici- obra, pero las dos composiciones son comple-
fosis de Ovidio fue recogido por numerosos dad de la acción recuerdan el «teatro de los tamente diferentes, demostrando que esta Ga-
pintores en el Renacimiento, pero la inter- afectos>>, la poética de los pintores de la Con- latea es una invención exclusiva de Lavinia.
pretación que nos ofrece La vinia es de lo rrarreforma apoyada por el cardenal Gabriele Los desnudos de Lavmia son siempre más
más personal, porque nos muestra a la diosa Pa leotti 1 , mienrras que en los dera lles del explícitos que los de su padre, porque ella aña-
pagana arrebatada por un éxtasis celestial monstruo marino se evidencia el interés por la de un componente erótico que revela conoci-
que recuerda las visiones místicas de las he- naturaleza y los animales divulgado por Ulisse mientos que van más allá de los Estados Ponti-
roínas cristianas .. o hay aquí triunfo algu- Aldrovandi, científico y amigo «queridísimo» 2 ficios y que llegan a la Escuela de Fontainebleau
no de delfines, tritones y nereidas en honor de la familia Fontana, que estudiaba en Bolo- -Francesco Primaticcio (1 504-1570) en par-
de Gala tea, divinidad marina hija de Nereo nía dragones y serpientes marinas, en una fas- ticular- y a los pintores de Praga - Bartholo-
y de la occánide Doris, al igual que no hay cinante contaminación de naturalia y nzi11era- meus Spranger ( 1546-1611) y Hendrick Golt-
lágrimas o melancolía por su amado Acis, un lia también apreciada por los pimores3 • zius ( 1558-16 17)- , especialmente en los
hermosísimo joven, hijo del dios Pan y de la Da niele Benati es quien ha dado a conocer detalles ornamentales, como las joyas que La-
ninfa Simeris, víctima de los celos de l cíclo- esta pintura, que pasó de una antigua colec- vinia coloca sobre la piel, dando vida a un pi-
pe Polifemo, el gigante con un solo ojo, hijo ción de Bérgamo a su propietario actual, en un cante contraste entre la frialdad mineral de las
de Poseidón, que se había enamorado de Ca- ensayo donde explica que en Bolonia se desa- piedras preciosas y la carne cálida de Galatea:
lacea. Lavinia pinta a la diosa entre la espu- rrollaba en estos años una clientela culta y sin obsérvese de cerca la cadena de oro que le cru-
ma de las olas blancas como su piel (en len- prejuicios, que encontraba una buena excusa za el pecho, el brazalete que le ciñe el antebrazo
gua griega la palabra TaJ.árELa significa <da en los remas mirológicos para encargar mag- y el peinado sujeto por joyas y perlas, mientras
que tiene la piel blanca como la leche»). níficos desnudos, femeninos en particular4 • que ~u único indumento, un velo transparente
Como podemos ver, la navegación es difí- También Lavinia pintó la desnudez femenina, pespunteado por hilos dorados, en lugar de
cil y peligrosa, pero no imposible, Galarea se especialmente en pequeñas obras sobre cobre, cubrir acentúa el erotismo de la diosa. o hay
halla en el dorso de un magnífico ejemplar de que, como esta, pueden datarse sobre rodo en duda de que l avinia supera a su padre con su
monstruo marino con ojos amenazadores y la novena década del siglo'. Resulta ciertamen- gusro cortesano femenino, destinado a una
alas de dragón, auxiliada por tres amorcillos, te inusual para una devota pintora de su tiem- clientela eleccionada que disfrutaba celosa-
dos de los cuales la sostienen y otro le señala po dedicarse al desnudo, pero Lavinia lo hace mente con los ojos de estas pinturas, olvidán-
una luz rosada y amarLilenra que se abre en el con pasión y su inven tiva carece de frenos, dose de los sermones del cardenal Paleotti e
cielo. Es precisamente este amorcillo el que nos como podemos apreciar en la audaz pose de la incluso del Discorso intorno al/e immagini sa-
da a entender la interpretación moral que La- modelo, que nos hace sentir su sensibilidad cre et profane ( 1582), donde el airo prelado
vinia capta de este triángulo amoroso, p ues femenina, formada en el seno fami liar con los censura severamente en los pintores la exhibi-
con el destello de luz que desgarra la tormen- dibujos de su padre Prospero (1512-1597) y ción del erotismo en los temas mitológicos~.
ta de viento quiere recordarnos que el alma con los frescos de Virtudes y Dioses pintados
humana apoyada en sentimientos sólidos pue- por e~re en Bolonia para el techo del salón del
de unirse a Dios. Resulta evidente que el clima palacio deAchille Bocchi (1551-52t.
adverso es aquí también metáfora del obstacu- Otro repertorio de imágenes bien conoci- 1 ll~anch1 200M, pp. .s--68.
2 Mah-a;ia 1678,1, p. 1-4.
lizado amor por Acis,cuya sangre, que saldría das por Lavinia es la afortunada serie de graba- J L. ~1Jrinif!, en Bo1onia 1994, pp. 166-67, n ." 1O.
de su cuerpo aplastado por Polifemo, se con- dos Symbolicae quaestiones, curiosos em- 41\en,ltl 200\1.
vertirá a instancias de Galatea en un río que blemas concebidos por el humanista Achille ; ~1ilrin 2002, pp. 46 48.
6 FonunJti 1986c, 1, pp. H 1-44, ng;. 46-48.
desembocará en el mar donde ella vive, para Bocchi, dibujados por el padre de Lavinia ~ Roma 1983, 11, p. 130.
poder tener así a Acis siempre consigo. y grabados al buril por Giu lio Bonasonc 8 Bi.utchi 2008, p. 21 'J .

214
s~
Lavinia rontana (Bolonia, 1552-Roma, 1614) tendente a estimular sutilmente las emociones
más secretas de los espectadores. Más que ha-
Venus recibe el homenaje de los amorcillos
cia el álgido y cerebral erotismo de la escuela
h. J590
de Fomainebleau, las referencias m<Ís convin-
Oleo ~obre cobre, 38.5 x 28 cm
centes se orientan en dirección a los pintores
Boloma, colección panicular
de la corte de Rodolfo ll en Praga -Bartho-
Bibl io¡:r.t ÍíJ sclccc,on a da: .V1ilán 2002; D. Benati en Forli 2018, pp. 425-26, n." 78 lomeus Spranger ( 15 46- 1611 ), Han s von
Aachen ( 1.552- L6 15)-o a Hendrick Goltzius
(1.558-1617), a los que el cuadro aquí exami-
nado recuerda, no solo por su provocadora
La condena del desnudo decretada por el Con- Elegantemente acomodada en la alcoba como exhibición del desnudo, sino también por la
cilio de Tremo y por los teóricos de la Contra- la reina de un mundo del q ue conoce todos importancia que se atribuye a los deta lles or-
rreforma no impide que también en Bolonia los secretos, la hermosísima diosa acepta con namentales, y en particular a las joyas: en l o~
numerosos artistas se dediquen a este tema benevolencia lo que los putti le ofrecen y pa- cuadros de los pintores praguenses los com-
en obras destinadas a una clientela privada. rece elegir, entre la s diversas joya> que se le plicados ornamentos en oro y piedras precio-
Si en este campo Barrolomeo Passerotti brindan, tan solo un collar de perlas, si bien sas, en ocasiones únicas prendas de las belle-
( 1529-1592) persigue como resultado un mu y largo y de forma tal que pueda dar va- zas femeninas generosamente expuestas a la
a hierro y en ocasiones marcado erotismo rias vueltas alrededor de su cuello. Una cade- vista, producen, con su frialdad mineral, un
(j unto a la hermosa Andrómeda de la Galle- na de oro cruza su torso, di vidiendo sus pe- sensual contraste con la tibieza de las ca rnes
ría Sabauda deTurín, recuérdese la descon- chos como una bandolera; el brazo apoyado desnudas; recuérdese, por ejemplo, la Venus
certante Diana cazadora del Louvre, a hor- en el cojín está ceñido por un brazalete racho- dormida del Kunsrhisrorisches Museum de
cajadas sobre un jabalí y rodeada de perros nado con piedras preciosas y el peinado se Viena a tribuida a lterna ti va mente a Joseph
que la observan con expresión lasciva' ), mús adorna con exquisi tas joyas. Como corres- H eintz el Viejo ( 1564- 1609) o a Dirk de Qua-
depurado es el rono con el que se a proxima ponde a la diosa de la belleza, el velo, que, de van Ra vesteyn (acr. h. 1.576-16 12), que
al de snudo femenino Lore nzo Sabatini junto con las joyas, constituye su única vesti - recurre a estratagemas similares, en pos de un
(h. 1530- J 576), seguido en esta senda por el menta, está punteado con hilos de oro. erotismo igualmente lánguido y seducror.
flamenco Denys Ca lvaen (h. 1540-1619). La pinrura puede confronrarse fácilmente Lo que hace que la pintura aquí conside-
También Lavin ia 1-omana es a uto ra de con otras obras de Lavinia que, si bien en un rada resulte aún más intrigante, más a llá del
algunas refinadas pinturas en las que e l tema contexto del todo difereme, presentan el mis- refinamiento de su ejecución, que se justifica
mitológico proporciona el pretexto para re- mo repertorio utilizado aquí: la cama con en virtud de un encargo de evidente impor-
presentar mujeres desnudas retratadas en sábanas de seda, cojín de terciopelo y manta tancia, es la atenc ión al retrato con la que la
poses agraciadas de acuerdo con un gusto de brocado (en este caso, roja) es, por ejem- artista representa las facciones de la diosa
típica mente femenino. Se trata de cuadros plo, la misma sobre la que descansa el Ni1io del amor. Cabe notar los rasgos en a bsoluto
elegantes y sofisti cados, destinados a una Jesús en las numerosas versio nes de La Virgen idealizados del pese a todo hermoso rostro,
clientela ca paz de apreciar su exquisita fac- del Silencio, de la c ual el propio Felipe 11 de sombreado por la masa cobriza de los cabe-
tura. A obras ya conocidas, como la Venus y España guardaba una copia entre los tesoros llos. De modo que podríamos preguntarnos
Cupido de Ruan [car. 59] o la Minewa de cuer- del Escoria l] cat. 53 ]. El cotejo con la versión acerca del motivo que dictó la ejecución de
po entero de la Gallería Borghesc de Roma de La Virgen del Silencio sobre cobre conser- este cuadro y sob re la identidad de la muj er
[cat. 62], se han a1iadido recientemente una vada en la Gallería Borghese de Roma 4 resu l- que posa. ¿Una joven esposa, tal vez, o más
segunda Minerva de tres cuartos [ca t. 61] y ta particularmente eficaz inclu so desde un bien una cortesa na, codiciada por muchos?
la Venus que comentamos aquí\ así como punto de vista de la ejecución. Absolutamen- uest ro exa men se detiene en el umbra l de
una fascinante Galatea sobre cobre [ca t. 56 ] te idénticos a los divinos infantes y a los pe- este interrogante; y dado que Lavi nia, en ge-
que recuerda, en la extravagancia de la pose, q ueños á ngeles que pueblan esas pinwras son neral pródiga e n escritos en sus propias pin-
a la s in vencione s de s u padre Prospero a su vez los a morci llos que, con un significado turas, quiso ocultar la solució n, resu ltaría
( 1512-1 597) en los frescos del Pal azzo Boc- completamente profano en este caso, presen- indiscreto seguir adentrándonos nosotros.
chi de Bolonia 1 • tan sus rega los a Venus. D.wicle l~cn.ll i

La protagonista de este precioso cobre es En vista de un encargo tan particu larmen-


Venus, a la que dos amorcillos ofrecen una te refinado, la pintora parece remitirse a los
ela borada composición de perlas dentro de modelos más exq ui~itos elaborados en las l Gh~rardi !9 90, p. ¡-s, n." 22. l p. 269, n." s-.
ll\lilán 2002.
una concha, alusiva al nacimiento de la diosa grandes cortes de Europa, donde a lo largo del 3 &nali 2009, p. !20, li¡:. 5.
de la espuma marina frente a la isla de Rodas. siglo xvr se había puesto a punto una pi mura 4 Canta ro 1989, p. !56. n." 4a.64.

2 16
_¡¡-
58 Lavinia Fo ntan a (Bolonia, 1552-Roma, 1614)

Retrato de una dama de la familia Ruini


1593
Óleo sobre lienzo, 90 x 74 cm
Inscripción: << LAVJ. FONT. UE ZAP. ~AC J. / MULXXXX III. » (ángulo inferior derecho )
Florencia, Gallerie degli Uffizi, Gal lería Palatina, inv. OdA 536

Bibliogratía seleccionaua: Tufrs 1974a,p. 63; Fortu nati 1986a, fl ,p. 732; Cantaro 1989,
p. 162, n." 4a.68; Ravaioli 1994, pp. 144 y 147, n." 8; Murphy 2003, pp. 98 -99

59 Lavinia Fo nran a (Bolonia, 1552-Roma, 1614)

Venus y Cupido
1592
Óleo sobre lienzo, 75 x 60 cm
Inscripción : «I.AV INJA FO~TANA SP. DE Z.~PP I ~ AC l~llA1 M U LXXXX II » (sobre e] arco)
Ruan, Mét ropolc Ruuen No rmandie, :VIusée des Beaux-Arrs, inv. 0 .874 . 15

llibliogra fía odeccionado: Forrunari .l 986a, ll, p. 732; Jeune 1987, pp. l 09- 10; Canta ro
1989, p. 16 1, n." 4 a.66; f ortuna ti 1994, p. 36; J'vl urphy 2003, pp. 102-3

El Retrato de una dama de la familia Ruini «so breh umana » entre las mujeres a ristocrá- recordar también los muchos versos enco-
está fi rmado en el ángu lo inferior derecho, en ticas de Bolo n.ia 2 • Esta identificació n parece miásticos ded icados por escritores y poetas a
letras mayúsculas, y recoge la fecha de 1593. confirmarse asimism o po r el origen de la co- la da ma bo loñesa(,. El esp lendor heráldico
Sobre un fondo oscuro, una joven da ma, de pia de C ristofano dell' Altissi.mo, docum enta- y la gracia cortesana del cuadro presuponen
medio cuerpo y gira d a de t r es cu a rtos, se da en mayo de 1599 en la villa de Artimi.no, un encargo significativo para un destino ofi-
muestra a l especta dor exhibiendo los atribu- ele los Meclici, donde pro ba bl emente abría la cial: o bien el retrato pudo ser encargado por
tos de su a lto rango social. Lleva un suntuoso serie de retratos aristocrá ticos femeninos de G iovanni Angelelli, esposo de Isabella, pa ra
vestido de color gris pla teado, con lechuguilla las «Belleza s» aho ra en los Uffiz i3• Lavinia, la colgarlo en su p ropio pa lacio-, o requerido
y manto negro; exh ibe unas refinadas joya s: a rti sta favo ri ta de la aristocracia femenina , por el ento rno del gra n ducado flo rentino,
un collar de perlas bla ncas en el cuello, ot ro hace alarde de su ha bi lidad, p lasmando con «ta l vez precisamente para alguna de las se-
de gran va lo r, con zafiros, rubíes y perlas, so- precisió n ó ptica y con min ucias descriptivas ries figurativas de damas insignes (típico pro-
bre el pecho, pendientes y a nillos de refi nada de g usto flamen co el vestido, las joyas, las ducto del gusto cortés cu ltivado ba jo el patro-
orfebrería. La pertenencia de la retratada a la p iedras preciosas, los enca jes, los bordados, cinio de los M edici)»8•
noble familia R uin.i, q ue cuenta con una res- retomando incluso los motivos de un modelo La mism a lsabella Ruini aq uí retratada
peta ble genealogía, fue descubierta gracias al pa ra encaje dedicado a R uini por Arcangelo parece ser tamb ién la p rotagon ista de un
cotejo con la copia del retrato, at ribuid a a Passe ro tti , un fra ile agustin o, en el Libro di cuadro de índole muy distinta conservado en
Crisrofa no deii ' Aitissimo (h . 1525-1 605 ), Lavorieri,publicado en 1591 por los De' Bo- el Musée de Beaux-Arts ele Ru an y q ue fu e
ahora conservada en los depósitos del Pa laz- nardi, familiares ele la madre de la pintora 4 • donado en 1837 po r Alphonse de Coincy a l
zo Pitti, q ue lleva las palabras «GENTIL DON- Pero una aplicación colorista neovéneta bajo rey de Francia Luis Felipe9 • Sobre un fon do
NA BOLOGN IE SE DI CAS A R UINA>> (N o b le infl uencia de los Carracci sabe captar un atis- oscuro , teatra lmente interr umpido po r una
dama boloi'i esa ele la Casa Ruini )1. Estudios bo de so nrisa en el rostro y resalta el gesto ele cort ina roja que actúa como te lón de fon-
posteriores han demostrado q ue la da ma re- las m anos, que acaric ian cariñosamente al do10, Venus, de medio cuerpo, representada
presentada por Fontana podría ser lsabe lla perrito, ponien do a prueba e l gélido a parara en una perspectiva muy próx ima, se muestra
Ruini, debido a la no toriedad del persona je de la rerratística internacio na l1 . En la tez ro- ante la mirada del espectador exhibiendo el
en la escena boloiiesa, capaz de dar luga r a sada y blanca, en los labios ro jos, en el cabello repertorio de ma liciosas estrategias eróti-
artificiosas contiendas literarias en hermosas suave, en el pecho turgente, en la nariz mode- cas en boga en las cortes de Fontainebleau y
rimas, para celebrar la primacía de su belleza lada de Isa bella Ruini, Lavinia parece q uerer de Praga. Los velos transparentes con hilos

2 18
dorados acentúan la desnudez -los velos paldas. Una pintura con fuerte potencial samente en el secreto de entornos extrema-
sobre la piel son los accesorios afrodisíacos erótico. La postura de la retratada permite damente reservados, confirmando el princi-
de las cortesanas- ; las joyas, las perlas lu- que la mirada del espectador roque con sus pio de separación entre lo público y lo
minosas y el collar de refinada orfebrería ojos la tez rosada del busto desnudo que se privado propio de la Contrarreforma 11•
sobre la carne, el cuello y los brazos desnu- deja entrever, entre delicadas va riaciones Vera Fortunar i
dos resultan muy eróticos 11 • Pero el estudio cromáticas que van desde el oro de las joyas
atento de los rasgos del rostro de la diosa hasta el azul celeste del paño en primer pla-
revela el virtuosismo retratista de Lavinia al no. Una empatía íntima nace entre el cliente-
1 Marangoni ·191 J, p. 214; Canraro 1989, p. 164.
plasmar los labios turgentes, la barbilla re- espectador, que verosímilmente ha de ser
2 Fanri y Chiossi 1984, p. 58; Ravai()li 1994, pp. 144
donda, el pelo castaño rojizo, rasgos somá- su esposo Giovanni Angelelli, y el cuadro, y 147, n." 8; Murphy 2003, pp. 98-99 .
ticos muy similares a los de Isabella Ruini en que ha de disfrurarse en privado, protegido 3 Chappcll198 1, p. 60; Murphy 2003, p. 98.
4 Ravaio1i 1994, p. 144; Murphy 2003, p. 98.
el retrato del Palazzo Pitti. Incluso las joyas de miradas indiscretas. La p.i nrora, consa-
5 Fortuna ti 1986a, Il, p. 732; Can raro 1989, p. 164.
de la diosa se asemejan a las usadas por Rui- grada por el cardenal Ga briele Paleoni como 6 Murphy 2003, p. 98.
ni 12 • Se trata de un retratO alegórico: bajo la <<a rtífice cristiana en clave femenina», tiene 7 Jbidem, p. 99.
8 Ravaioli 1994, p. 147, n.0 8.
semblanza de Venus se esconde lsabella Rui- -al igual que Lorenzo Sabatini (h. 1530- 9 Can raro 1989, p. 161, n.''4a.66.
ni, que posa desnuda de medio cuerpo, cu- 1576), Orazio Samacchini (1532-1577) y 1O Jbidem, p. 161.
bierta ran solo con velos transparentes, de Denys Calvaert (h. 1540-1619)- una pro- ll Fortuna ti 1994, p. 36.
12 Murphy 2003, pp. 102· 3.
un brillo casi sedoso, sujetando en su mano ducción de pinturas <<lascivas••, buscadas 13 V. Fortunati en Bolonia 2015, p. 144; Fortuna ti
la flecha de Cupido, que la abraza a sus es- por una clientela cu lta que las guarda celo- 2007b, pp. 45-46.
car. 58

220
IH
1"

60 Lavin ia Fontana (Bolonia, 1552-Roma, 1614)

Marte y Venus
h. 1595
Óleo sobre lienzo, 140 x 1 16 cm
.\1adnd, Fundación Casa de Alba, inv. P. J 04

Bibliografía •eleccionada : Barcia 1911, p. lOS, n." 104; Dal Ponolo 2007, pp. 123-25;
Papa 2007, pp. 142 y 146, nota 99; Dal Pozzolo 2008, pp. 113, 133 y 219, nota 69; Papa 2009,
pp. 91 ~· 93; Checa 2015, pp. 119 y 121; Dal Poaolo 20 19

El reconocimiento de la mano de Lavinia en Por encima de él se abre un cortinaje de co- término callipigia fu e traducido como «de
este lienzo del Palacio de Liria es bastante lor rojo oscuro, que arranca desde el lado hermosas nalgas» 5 • Ya con anterioridad, en
reciente y representa hasta el día de hoy el superior del lienzo, simulando La cortina de todo caso, Tizia no (h. 1488-1576), con mo-
punto de mayor audacia alcanzado por la cierre de la alcoba. Se trata de una solución tivo de su estancia en Roma en 1545-4 6
pintora en el ámbito de la pintura profana. que, en el catálogo de la pintora, se encuen- (precisamente como huésped de los Farne-
La obra llegó a Madrid con don Carlos Mi- tra por primera vez en el Retrato de 1111 ado- se), quedó impresionado por esa estatua y
guel Fitz-Jamcs Stuart y Silva, el principal lescente, de colección particular, presentado maduró de ahí la idea de usar el «trasero de
responsable de la ampliación de la pinacote- por Vera Fortuna ti en 19984 y que probable- Venus » como punto de apoyo del Venus y
ca de la casa de Alba en la primera mitad del mente sea deudor de la contemplación de Adonis del Prado, reconocido como tal por
siglo XIX. Como quedó registrado en sus algunos retratos de Scipione Pulzone (1544- Lodovico Dolce, que en una carta de 1553
cuadernos de viaje, lo compró el 2 7 de febre- l 598) durante su prime ra estancia en la se demora profusamente en el detalle6 • La
ro de 18 16 en Nápoles, por más que no se- Urbe, atestiguada en 1586. También resulta idea tuvo un éxito extraordinario, como lo
pamos a quién 1• La pintura entonces lleva- evidente una matriz figurativa veneciana, documentan, por un lado, el gran número de
ba una referencia a Paolo Veronese ( 1528- bien reconocible en la obra, lo que explicaría versiones realizadas por el pintor de Ca dore
1588 ), rectificada más tarde a favor de su la antigua atribución al Veronese y a su hijo con la ayuda de su taller y, por otro lado, las
hijo Carletto ( 1570- 1596) por Ángel María Carletto. El peinado de la mujer evoca ejem- respuestas del Veronese, quien en diversas
de Barcia en 1911, dentro del catálogo de la plos datables entre finales del siglo XVI y representaciones se centró también en el mo-
colección de los Alba. El nombre de Lavinia comienzos del siguiente, según lo documen- tivo de las nalgas de Venus-. El punto final
fue sugerido por quien firma estas líneas en tan distintos retratos y grabados. También de tales reflexiones de Paolo Caliari se cifra
2007 y en 2008, y aceptado por Fernando las armas de Marte pertenecen a tipologías en una pequeña tela, de ubicación descono-
Checa 2• en uso a fin a les del siglo xvr. En virtud de cida en la actualidad, que representa a Venus
El lienzo, en condiciones aceptables, re- estos cotejos, la ejecución de la pintura de- y Marte en el dormitorio, con un imperti-
presenta a Venus de espaldas, completamen- bería situarse en la última década del siglo, nente C upido que coloca un espejo frente a
te desnuda, ataviada únicamente con un más o menos hacia la mitad. las posaderas de Venus, siendo por ello brus-
co llar de perlas en el cue llo y pendientes de La singular idad de esta interpretación camente alejado por Marte 8• Esta composi-
oro y cristal de roca. Está senta da en un ta- iconográfica está liga da a un proceso de ción es el precedente inmed iatO de la com-
burete en el que descansa la camisa que aca- re legitimación representativa de las nalgas posición propuesta por Lavinia Fontana en
ba de quitarse y se vuelve al observador con femeninas que dio comienzo en sentido fi- el lienzo de casa de Alba, centrada -preci-
un guiño, ofreciéndole un narciso. A su lado, gurativo en Venecia entre los siglos JI.'V y XVI, samente- en el poder de atracción y la ple-
Marte, que acaba de despojarse de sus armas pero que registró un impulso decisivo con na dignidad de representación de esta parte
(escudo y espada), pero que todavía lleva el la recuperación en Roma de una estatua del cuerpo femenino 9 •
casco en la cabeza, la mira intensamente y -atestiguada en 1556 en el Palazzo Farnese Como ya se ha señalado en otros casos
pone la mano derecha en su nalga, en una por el naturalista boloñés Ulisse Aldrovan- del catálogo de la pintora boloñesa, tam-
caricia al mismo tiempo delicada y desver- di- que se vinculó a la figura literaria de la bién aquí se tiene la sensación de que los
gonzada. Una jarra metálica y dos chinelas Venus Calipigia descrita en la Antigüedad dos personajes recogen fisonomías precisas:
blancas, similares a un par conservado en el por Ateneo. Fue inmediatamente divulga- las facciones de la mujer recuerdan de ma-
Metropolitan Museum de Nueva York!, des- da por Vincenzo Cartari en su obra Leima- nera poco vaga a las de la joven representa-
tacan en primer plano en el centro. Sobre la gini con la spositione de i dei degli antichi, da en un ejemplar presentado en 2007, con
cama, Cupido adormecido empuña su arco. impresa ese mismo año en Venecia, donde el una correcta atribución a Lavinia y datable

222
fZZ
posiblemente en el arranque de los ai1os no-
venta, en la Ga lleria Fondantico de Bolonia
y actualmente en una colección particular en
Cenro 10 • Quién fuera esta mujer no nos es
dado conocerlo. Es probable que se tra tara
de una cortesana «venerada>> por un licen-
cioso coleccionista que probablemen te orde-
nó rea lizar este lienzo para su dorm ito rio :
ta l vez podamos imaginárnos la en la reali-
dad en térm inos no muy diferentes de los
descritos por Lavinia y tal vez la obra estu-
viera ocul ta - como era costumbre en casos
parecidos en la época- por una co rt ina
movible unida al bastidor, que duplicaba así
con un efecto ilusionista la que aparecía en
el cuadro . Una hip ótesis de idemificación del
autor del encargo con la fig ura de Jaco po
Boncomp agni , hijo del papa Gregorio Xlll,
ha sido propuesta por quien firma estas líneas
en un volumen dedicado a esta pintura 11 •
Enrico Maria Da ! Pozzo lo

1 Papa 2007 y 2009.


2 Checa 2015, p. 11 9.
3 Véase su reproducción en la ficha Je L. \XIolk·Simon
en Nueva York y Fort Worrh 2008·9, p . 227, n." 11 7
(como de manufanura veneciana de hacia 1600).
4 Fornm<Hi 1998, p. 17, fig. 6.
5Cartari ]1556]1996. pp.469· 70.
6 Sobre la relación cnrre Tiziano y los Farnese, véase
Zapperi 1992, 1994 y 2006 .
7 Da ! Pouolo 2008, pp. 124-33; y Dall'ozmlo 20 14.
8 Da ! Puzzolu 2008, pp. 132·33; y Dal Pozzolo 20 14,
pp. 213· 15.
9 Re~u l rado..; como e~te se relacionan, desdt el punto
de vista compositivo, también con los grabados di·
fund idos por Giovanni jacopo Caraglio (h. 150015·
1565) y Giulio l~masone (h . 149S·después de 1576)
>obre el tema de los am~1res de lo> dioses (cfr. Roma
1983, l. núms. 52, 57, 62; Talvacchia 1999, pp. 124·
60; Talvacchia 2001; M. f'a1etti en Florencia 2005·6),
invocando al mismo tícmpo una confrontación con
bs ideaciones coet:íneas de 1\artholomcus Spranger
( 1546·16 11 ) en Viena. Para los correlatos literarios
se puede consultar Hennig 1996.
JO Cfr. f urrunati en Bolonia 2007, pp. 28-30, n." 4. So·
bre el fenómeno de los c riproretratos, véase ahora.
Casregnaro 2018.
JI Dal Pozzolo 2019.
61 1 Lavinia Fontana (Bolonia, l552-Roma, 1614)

Minerva desnuda
h. 1604-5
Óleo sobre lienLO, 154 x 115 cm
Inscripción: • TITIAN VECEn. [ ...] 28 Minerva •
(inscripción antigua, a pincel, en la parte posLerior del lienzo)
Bolonia, Collczionc Pavirani

Bib1iog ra fí.l sd ecuonad a : Milán 2002; V. l'orrunati en Washington 2007, pp. 164-65,
n." 32; Chener 20 15; V. Forrunari en Bolonia 2015, pp. 144-45, n.• 42; Tosini 20 19 (en prensa)

Este lienzo fue dado a conocer por Da niele sión de Minerva desnuda, que se corres pon-
Benati, quien lo atribu yó a Lavinia Fonta- de en muchos d eta lles con la descripción
na 1. Se trata de un hermoso ejemplo de un proporcionada por los versos4 • La diosa está
tema representado por la artista también en representada con su casco puesto - « Y si el
otra versión más tardía de la Galleria Bor- casco le cubre 1 el cabello, y sostiene el Asta,
ghese de Roma lcar. 62]. El reciente redescu- y el Escudo; /Venus empero se descubre 1 a!
brimiento de un poemita titulado La Pallade Marfil vivo de su hermoso cuerpo Desnu-
iglluda del/a famosa pittrice Lavinia Fonta- do»'-, a diferencia del cuadro de la Galleria
na (Roma, 1605) de Octaviano Rabasco1 , un Borghese, donde se ha quitado la cimera y se
escriror casi desconocido de Marta (Viter- la ha entregado al pequeño Eros. Su mirada
bo ), en las posesiones de los Farnese, nos seductora evoca el verso •• Orgullosa y risue-
ofrece ahora nuevos elementos para tratar ña mira, 1 Y mil teas de sus hermosos ojos
de identificar la versión boloiiesa con la pin- espira »6 , para subrayar el doble valor de
tura ensalzada en los versos, arrojando luz MinervaNenus,como lo reitera a su vez Ra-
asimismo sobre el posible auror del encargo basco: «Mas Venus se plasme, 1 Si Palas fin-
y las circunstancias de su ejecución 1 • Rabas- ge, y doble se muestre el engaño »7 •
co llegó a Roma a fines del siglo XVI, proba- Por lo tanto, si consideramos plausible
blemente gracias al cardenal Odoardo Far- el emparejamiento del poema con la pintura
nese y pasó de inmediato a orbitar en las en cuestión, resulta posible entonces fechar
cortes romanas, uniéndose a la romana Acca- la obra inmediatamente antes de 1605, año
demia degli Incitati. La Pallade ignuda está en el que Fontana se hallaba ya en Roma,
dedicada a Marco Sittico Alremps IV (1574- donde permanecerá hasta su muerte, en 1614.
16 J 9), futuro arzobispo de Salzburgo y nie- Podría tratarse, por lo tanto, de un o de los
to del homónimo cardenal Marco Sirrico primeros trabajos de presentación de La-
Altemps lii (1533-1595). Altemps pasó la r- vinia en la ciudad ponrifi cia (a donde llegó
gos períodos en Roma, como gentilhombre enrre 1603 y 1604) y no, como hasta ahora
de cámara del papa Clemente VITT y como se ha venido creyendo~ , de una obra realiza-
confidente del cardenal Scipione Borghese. da alrededor de 1612. El paisaje cristal ino y
En la dedicatoria del poema, sin embargo, se sereno del fondo revela por lo demás un co-
se1iala a Marco Sittico no solo como desti- nocimiento directo de las obras romanas
natario de los versos, sino también co mo de Anniba le Carracci ( 1560-1609) y de Do-
aquel q ue encargó e ideó el cuadro, identifi- menichino (158 1- 164 1), que sin duda in-
cándolo de esta forma como un sofisticado fluyeron de inmediato en su conterránea
entendido en arte, propenso a ese gusto por boloiiesa. Los tonos azules, dorados, rojos y
los remas profanos y mitológicos que carac- blancos del manto, que se repiten en las plu-
terizan la época del papa Aldobrandini. mas de la cimera de la diosa, parecen indicar
Por lo tanto, es a Altemps a q uien con además una referencia herá ldica directa a l
toda probabilidad destinó Fontana esta ver- blasón de Altemps, que presenta los mismos

225
C3t. 61

226
colores, reforzando la coincidencia del lien - los ojos, la nariz y el cabello rizado de Mi -
zo con el poemira dedicado a Marco Sittico. nerva recuerdan también a la Cabeza de ;o-
No es la de Rabasco la única composi- ven firmada y fechada en 1606, en la Galle-
ción dedicada a la pintora bolo1iesa, consi- ría Borghese de Roma 11 fcat. 44].
derada por sus contemporáneos como la Al fin y al cabo, fue Giulio Mancini
virtuosa por excelencia: Cario Malvasía re- quien recordó la capacidad de romana para
cuerda que aurorrerratarse, complaciéndose en su belle-
za: «No es digno de maravilla que pintara
a causa de sus muchos dones, que en un tan bien y tan bellas las cosas de este mundo,
grado sublime en ella se reúnen, mereció puesto que se pintaba a sí misma, siendo tan
que una Academia de Roma le dedicara hermosa " 12•
una copiosa recopilación de Rimas en en- Patnzia Tosini
comio suyo, colocando su rctraro en la
portada. Fue celebrada por Marino, por el
conde Ridolfo Campeggi y otras plumas 1 Milán 2002.
entre las más famosas de ese siglo. 9 2 Rabasco 160\.
>To>ini 2019 (en pren~a).
4 Debe excluirse que el poema de Raha'co 'e reficr.1 a
También recibió alabanzas en prosa y versos la Mmerl'a de la Gallería Borghe,e, e1ecuradJ vanm
años después de su puhlicacJón. Véase cat. 62.
de los pintores Francesco Cavazzoni ( 1559-
) • F. se telmo le copre 1 / .e dnome, e presm /Jcll I"Ast.t.
h. 1616) y Bernardino Baldi (1553- 1617), de e lo Seudo: 1 Ve11ere pur si scopre 1 Aii'JI'a At'Orm del
los escritores Ovidio Monralbani y Giulio be/ corpo lgnudo•.
6 • F•er,, e ridente 1111ra, 1 F nulle (aCI da· !Jeglt occln
Cesare Croce, y del experto en arte Cesare
spira ,..
Rinaldi, como testimonio de una fama indis- - • Ma Venere figun, 1 Se /'al/a (ing1. e doppw ufJf>ilr
cutible de Fontana entre los a rrisras vivos, /'mganno».
8 V. l'ortunatJ en Washingron 2007; Chency 20 l.i; V.
no solo como pintora refinada, sino también Fortunari en Bolonia 20 15.
como mujer de profunda cultura literaria. 9 Malvasía 1678, l, p. 221.
Para acabar, una nora sobre los rasgos 10 • M a se 1 modi Celes ti 1 f-ormar 11011 os1. d·mmwrtal
sembiante, 1 Tu che da/ ciell'havesiJ, 1 ri11g1 le tue
fisonómicos de la Palas retratada por Lavi- mamere e vagbe, e sante; 1 C'hm.lrat Pallade cspressa,
nia: Benari ya había llamado la atención 1 Se del/e tefe (ai specchio a te stessa•.
sobre el aspecto de este retrato, mucho más 11 Canraro 1989, pp. 212-13. n." 99; l. Graziani en
Washington 2007, pp. 162, n. 0 31.
caracterizado que su equivalente de la GaUe- 12 .. N un si nterm..~agliava che d1purgesse cosi bene e s1
ria Borghese. La condición de autorretrato be/le le cose di quesro mondo, po.ché d1pmgem se
stessa, essendo le1 belhssmw • . Mancini )h. 16201
de la pintura haUa confirmación de nuevo en
1956-57, l ( 1956J, p. 2H.
los versos de Rabasco:

Pero si los rasgos Celestes


Formar no osas, de inmortal ~emblante,
Tú, quien del cielo las recibiste,
Finge rus formas, gráciles y santas;
Que no re costará plasmar a Palas,
Si de la te.la haces espejo de ti misma. 10

Las facciones de la diosa son de hecho muy


similares a las de la pintora en sus autorre-
tratos juveniles [véase car. 8 y 9], pero dado
que resulta cronológicamente imposible que
se trate de la propia artista, que tenía en
aquella época más de cincuenta años, parece
verosímil que Lavinia haya tomado prestado
el rostro de su hija Laudomia, muerta a la
edad de dieciséis años, en 1605. La forma de

227
1
1

62 Lavinia Fontana (Bolonia, 1552-Roma, 16 14) jeto de juego para Eros. En este sentido, sin
embargo, también debe tenerse en cuenta el
Minerva desnuda
constante diálogo que se buscaba entre pinm-
161.l
ra moderna y escultura antigua en la colección
Inscripciones: •679» (ángulo mfrrior izquierdo); · ~I ACI ~ BATI MOCXIII »
(ángulo inferior derecho, casi ilegible) del cardenal Scipione: Giacomo Manilli men-
Óleo sobre licn¿o, 258 x 190 cm (con dos ar1ac.lido~ brcralcs de 15 cm cada uno) ciona en su descripción de la villa varias efigies
Roma, Gallería Borghesc, inv. 7 antiguas de Minerva, entre ellas una monu-
mental estatua «de Palas con la égida, y con el
1\ihlrografía seleccionada: Delia Pergola 1954, pp. 134-35; Delta Pergola 1955, p. 153, yelmo »6 , también representada en la colección
nota 11; Canta ro 1989, pp. 222-23, n." 4a.103 (con bibliografía anterior); S. Urbini en Bolonia
de grabados que acompañan el volumen de
1994, p. 207, n." 74; A. M. Fioravanri Baraldi en Washington 1998, pp. 108-9, n." 30; Cheney
Ennio Quirino Visconti-. De forma elocuente,
20 15; l lerrmann l'iore 2018 (con bibliografía anterior); C. l.ollobrigida en Gante 2018-19,
p. 98, n." 20; To>ini 2019 (en prensa) la estatua de Minerva se hallaba colocada
en 1700 junto a otra escultura <<de Cupido, del
namral, alado, con el carcaj colgado del tron-
co, que levanta los brazos al aire, con rostro
La Minerva desnuda de la Gallería Borghe- El encargo directo de esta Minerva por sonriente»R; en la sa la adyacente de la villa,
se es un cuadro documentado en la colección parte del cardenal Borghese, que siempre se conocida en la época como la del Hermafrodi-
romana del ca rdenal Scipione Borghese des- ha defendido considerando la temprana pre- ta, se conservaba precisamente la Minerva de
de 1613: Paola Delia Pergola publicó un sencia de la obra en la galería pictórica del Fontana, entonces considerada obra de Tizia-
documenro de pago de ese año a Annibale cardenal, ha sido cuestionado recientemente no (h. 1488- 1576), juntO con otras pinturas de
Durante por la ejec ución del marco de la por Kristina Herrmann Fiore\ quien cree rema mitológico y venusiano, para componer
pintura ', fecha que también aparece en el más probable que el cuadro pudiera ser una verdadera habitación <<de las Yenus»9 •
lienzo, abajo a la derecha, en una inscripción comprado por el cardenal en el mercado del El contraste que más llama la atención del
ya casi ilegible: «F (ACIEBAT] MDCXTTT >> 2. arte o fuera un regalo de la pintora al purpu- cotejo entre la pintura boloñesa y la romana
También tenemos constancia documental de rado. Sin embargo, si la ejecución de la ho- es, por un lado, la rebuscada tensión alegóri-
una antigua restauración del lienzo en 1779 móloga Minerva desnuda de la colección ca de la versión de la Gallería Borghese, en
a cargo del pintor Domenico De Angelis boloñesa que también se expone aquí la que todos los símbolos que acompañan a la
(1735-1804 ), que trabajaba en ronces tam- !cat. 61] ha de relacionarse, como parece, deidad de la sabiduría se ostentan de manera
bién en los frescos de la villa de Marcanto- con un encargo hacia 1604-5 de Marco Sir- didascálica (la lechuza, el laurel, la coraza, el
nio IV Borghese, a quien debemos las dos rico IV Altemps, confidente íntimo de Scipio- escudo, la lanza y la cimera confiada a las
franjas de lienzo añadidas a los lados y, pro- ne Borghese, no habría por qué sorprender- manos del Amor), mientras que, por su parte,
bablemente, los vastos retoques pictóricos. se de que el poderoso sob rino del papa encontramos una mayor desenvoltura en la
Fontana se había trasladado a Roma en- Paulo Y, notoriamente ávido de pinturas disposición de los objetos en la Minerva bo-
tre 1603 y 1604, tras el éxito del retablo con para su colección, también quisiera solicitar loñesa, en la que predomina, en cambio, la
la Visión de san jacinto (1599), enviado des- un rema alegórico similar para su ga lería, sensualidad del cuerpo desnudo y la frescura
de Bolonia para la iglesia de Santa Sabina a deseando competi r con su amigo el prelado. emotiva de las facciones dulces e insinuantes
instancias del cardena l Girolamo Bernerio. El resu ltado es una versión más grande de la divinidad.
Las relaciones de la pintora con la familia y tal vez más ambiciosa, pero menos fresca y Patrizia To>ini
Borghese, sin embargo, se remontaban a va- desenvuelta que la pinrura ejecutada casi diez
rios años antes, cuando Camillo (el futuro a1ios ames, entre otras cosas, debido a las con-
J Archivio Segrero Vaticano, Busta 4170,1613-14.
Paulo V), residenre en Bolonia desde 1588 siderables pérdidas sufridas por la textura pic-
2 I:n la esquina inferior izquierda aparece encambro tra-
como legado adjunto, bautizó al hijo de La- tórica original. La iconografía de Minerva- t.ado con pincel el anriguo número de in\"enrario 679.
vinia, Severo, en 1592 1• Por lo tanto, el traro Venus se ha vinculado repetidamente con las 3 Murphy 2003, pp. 91 y 170-7 1. La Galleria Borghe-
~e alberga también una Virgen del SilenciO de Fonra-
con Scipione podría haber tenido inicio an- Symbolicae Quaestiones de Achille Bocchi na, fechada en 1591, que podría remo marse a la re-
tes de su llegada a Roma, pero ciertamente ( 1555), cuyas ilustraciones fueron obra lación boloñesa entre el futu ro papa y la pintora.
hubo de consolidarse con su asentamiento de Prospero Fontana (1512-1597), padre de 4 Herrmann Fiore 20 18.
5 ~lurphr 2003, pp. 12 ) 52-54. Para una lecrura rco-
en Roma, donde Lavinia entró a formar par- nuestra pintoras. En el lienzo de Lavinia, por nogr:ifica articulada de la l\linerva-Venu, de Lavinia,
te de inmed iato de los círculos intelectuales lo tanto, la iconografía de Palas da paso de rcmrtimo' a Cheney 2015; Herrmann Fiore 2018.
más importantes de la ciudad, a través de manera expl ícita a la de Venus, al haber de- 6 Manilli 1650.
7 Vi\conti 1796, 11, stanza IV, n.• 7.
ilustres conocidos previos, como Fulvio Or- puesto la diosa guerrera emblemáticamente 8 Montelarici 1700, p. 27 1.
sini y Alfonso Chacón. sus armas en el suelo, que se convierten en ob- 9 1/iidem, pp. 279-80.

228
6lZ
Sofonisba Anguissola Ceciha G.:~mbcrini

CRONOLOGÍA

h. 1535 Sofonisba Anguissola nace en 1549-59 Am ilcare Anguissola lleva a


C remona. Es hija del decurione -cargo cabo una inteligente promoción para su
del co nsejo para la ad ministración de la hija , enviando sus autorretratos a las cor-
ciudad- Ami lea re Anguissola y de Bianca tes italia nas más importantes, así como a
Ponzoni, ambos nobles, aunque con esca- artistas tan relevantes como Miguel Ángel
sos recursos económicos. A lo largo de los Buonarroti (1475-1564) o Giulio Clovio
siguientes años nacen también otros hijos (1498- 1578).
del matrimonio: Elena (h. 153 6- ?), Lucia
(h. 1537-h. 1565), Minerva (1543-h. 1564), 15 54 Realiza el primer autorretra to que
Europa (h. 1548-1578),Asdrubale (1551- nos ha llegado [car. 21.
1623) y Annamaria ( 1554?-1611 ).
15 59 Sofonisba es invitada a la corre de
1535-49 Sofonisba, junto a sus herma- Espa ña para convertirse e n dama de la
nas, recibe una educación en las artes, la reina Isabel de Valois.
literatura y la pintura, mientras que, poste-
riormente, a Asdrubale se le preparará para 1559-60 Llegada a la corte es pa1iola,
entra r en el Consejo de Decuriones de Cre- después de un viaje de varios meses, y pri-
mon a, como su progenitor. Entre 1546 y mer contacto con la familia real en Gua-
1549 Sofonisba y Elena reciben una prime- dalajara. Prosigue sus tareas como pintora
ra formación artística bajo la dirección de y comienza a imparti r clases de pintura a
Bernardino Campi ( 1522-159 1). la rei na Isabel.

1547 El conde Giovan ni Anguissola, pa- 15 60-6 8 Además de servir como dama
riente de Sofonisba, mata al duque de Par- de corte, Sofonisba pinta diversos retra-
ma Pier Luigi Fa rn ese, hijo bastardo del tos de la familia real y miembros de la
pontífice Paulo III, junto con otros cons- corre lcat. 24 y 26].
p iradores. Esta acción, respaldada por
Ca rlos V, que quería hace rse con el control 1568 Fallecimiento del príncipe don
del ducado, colocará a la familia Angu is- Carlos y de la reina Isabel de Va lois.
sola bajo la protección imperial.
1569-73 Disolución de la casa de la rei-
15 4 9 Sofonisba completa su fo rmación na, de la que Sofonisba, junto con otras
pict óri ca con Bernardino Gatti (h. 1495- damas italianas, españolas y francesas, for-
1576) tras la partida d e Campi hacia Mi- maba parte. La pintora en tra como dama
lán, concentrándose en la práctica del re- al servicio de la casa de las in famas Isabel
trato. Clara Eugenia y Catalina Micacla. Felipe JJ

210
comienza a gestionar un matrimonio para 1579 Sofonisba recala en Livorno y desde 1615 A pesar de su avanzada edad, So-
la pintora. En estas fechas se realizarían los allí se dirige por tierra haci a Pisa, donde fonisba se traslada a vivir a Sicilia junto
retratos de la reina Ana de Austria y del rey se alojará en el convento de San Mateo, con su marido, debido a las obligaciones
Felipe li fcat. 28 y 29]. una institución religiosa de las monjas y negocios de Lomellini, que asumirá el
benedictinas. Su hermano Asdrubale deci- cargo de cónsul de la República de Géno-
1573 Sofonisba se casa por poderes con de mientras tanto viajar hacia Cremona. va en Palermo.
el noble siciliano de origen español Fabri- El18 de diciembre Sofonisba escribe una
zio de Moneada y, junto con la dote que le carta a Francesco 1 de' Medici, al que co- 1615-25 Sofonisba reside en Palermo
había reservado la reina, recibe otra de mil nocía personalmente de su período de re- junto con Orazio Lomellini. El debilita -
ducados que procede de las aduanas de sidencia en la corte de Felipe ll en España, miento de su vista le impide dedicarse a la
Palermo y Mesina. para solicitarle que asuma los gastos de pintura durante los últimos años de su
los impuestos de la aduana, dado que sus vida. En 1624 Sofonisba recibe la visita
1573-78 La pintora reside entre Paler- pertenencias se habían quedado en Livor- del joven Antonio van Dyck ( 1599-164 1),
mo y Paterno, en Sicilia, territorio español no. El Gran Duque le contesta invitándola justo coincidiendo con la epidemia de pes-
del Virreinato de Nápoles. a desistir de las intenciones de contraer te de la ciudad de Palermo. En 1625, apro-
matrimonio con Lomellini sin tener ames ximadamente a los noventa de edad, So-
15 78 Fabrizio de Moneada se embarca el permiso del rey de España. fonisba fallece y se entierra su cuerpo en
rumbo a la corre de Felipe 11, probable- la iglesia de San Giorgio dei Genovesi,
mente para conseguir la ayuda del monar- 15 80 Sofonisba contrae matrimonio con en Palermo. Su marido mandará siete
ca ame los problemas financieros y here- Orazio Lomellini, sin el consentimiento de años más tarde colocar una placa conme-
ditarios que lo enfrentan con su familia. su familia ni el del propio Felipe ll. Lapa- morativa que todavía hoy recuerda las
Durante el trayecto, un ataque pirata aca- reja se instala en Pisa, donde vive, a l me- virtudes de su ilustre esposa.
ba con la vida de Fabrizio frente a la costa nos, durante un año.
de la isla de Capri.
1580-1615 El matrimonio se establece
1578-79 Desde Sicilia, Sofonisba pide en Génova. Durante esa etapa se rodea de
ayuda al rey de España y el auxilio de su un nuevo círculo de artistas y literatos,
hermano Asdrubale, que acude a Paterno como Bernardo Castello (1557- 1629) o
y le aconseja volver a Cremona. Ambos Luca Cambiaso ( 1527- 1585), y permane-
embarcan en una ga lera, cuyo capitán es ce en contacto con la corte española, que
un joven genovés, Orazio Lomellini, con le aumenta la asignación económica, de la
quien Sofonisba decidirá casarse a pesar que la pintora disfrutará hasta su muerte.
de la oposición de su entorno. En estos años tiene la oportunidad de vol-
ver a ver tanto a Catalina Micaela como a
Isabel C lara Eugenia, que pasan por Gé-
nova justo ames de casarse.

23 1
Lavinia Fontana Maria Te resa Ca nta ro

CRONOLOGÍA

1552 El 24 de agosto, Lavinia Fontana, 22 de mayo de 1583, Flaminio


hija del célebre pintor Prospero fontana (sobrevive a su madre).
( 1512-1597) y de Antonia de Bonardis, es 13 de enero de 1585, Orazio
bautizada en la catedral de Bolonia. El (sobrevive a su madre).
padre la educa en la práctica del dibujo y 7 de junio de 1587, Severo
de la pintura en su casa, frecuentada por (fallecido en 1590).
intelectuales y artistas, en un clima cultu- 29 de octubre de 1588, Laudomia
ral abierto a debates literarios, científicos (fallecida en 1605).
y teológicos. 28 de diciembre de 1589, Prospero
(sobrevive a su madre).
15 68 Muere Emilia, su hermana mayor; S de diciembre de 1592, Severo.
Lavinia queda como hija única y hereda 20 de abril de 1595, Costanza.
su dote matrimonial.
1579-83 Se afirma plenamente en el con-
157 5 A este año se remontan sus prime- texto artístico del eje Bolonia-Florencia-
ras obras conocidas; firma el Autorretrato Roma, estrechando relaciones con nobles,
tocando la espineta (Roma, colección par- estudiosos, eclesiásticos y coleccionistas.
ticular). Realiza retratos masculinos e infantiles,
así como algunas obras pequeñas y media-
1577 Crea el segundo Autorretrato to- nas de tema sacro. En 1579 firma el Auto-
cando la espineta 1ca t. 81 y Cristo y la ca- rretrato en el estudio, para Alfonso Cha-
nanea (colección particular), probable cón lcat. 91. En 1 S 81 firma, tal vez para
encargo de los Medici. El14 de febrero, Francesco I de' Medici, el Noli me tangere
Prospero Fontana firma las capitulaciones rcar. 52].
matrimoniales de Lavinia con Giovanni
Paolo Zappi. La boda se celebra poco 1584 Realiza su primera obra pública, la
tiempo después. Asu11ción de Ponte Santo (Imola, Palazzo
Comunale) y el monumental La familia
1578-95 Da a luz a once niños: e ozzadini 1fig. 1 o1-
19 de enero de 1578, Emilia.
29 de noviembre de 1578, Orazio 15 85 Pinta el retrato de Francesco Pani-
(fallecido pocos meses más tarde) . garola (Florencia, Palazzo Pitti) y Venus y
4 de noviembre de 1579, Orazio. Cupido [fig. 13].
2 de enero de 1581, Laura
(muere dos días más tarde).

232
15 8 8 Entra en contacto con el médico 1595-1603 Realiza el Retrato de fami- 1607 Firma el Cristo y la samaritana en
Girolamo Mercuriali, para la elaboración lia [cat. 42]. el pozo (Nápoles, Capodimonre). Muere
de tres retratos destinados al duque de Ur- su madre. El 14 de noviembre, su marido
bino. 1597 Muere su padre Prospero, a la edad hace testamento.
de ochenta y cinco ai'íos.
1589 Pinta La Virgen del Silencio, adqui- 1609 Está en contacto con el literato
rida por el rey de España Felipe 11 [ca t. 531 15 9 9 Firma el retablo de la Consagración Cario Ferrante para el encargo de una pin-
y el retablo con la Virgen entronizada, con a la Virgen [cat. 55]. Realiza, por encargo tura desconocida. Realiza un retrato de
los santos Catalina de Alejandría, Cosme del cardenal Girolamo Bernerio, la Visión Paolo V (perdido), enviado por el pontífi-
y Damián, y el comitente Scipione Calcina de san Jacinto, para la iglesia de Sama Sa- ce al rey de Persia.
{Bolonia, San Giacomo Maggiore). bina en Roma, aprobada por Giambologna
(1529-1608), quien vio el boceto. 1 611. Está en contacto con monseñor
1590 Firma tres retablos: San Francisco Annibale Grizi por un retablo que no lle-
de Paula bendice al hijo de Luisa de Saba- 1600 Firma otra Judit con la cabeza de ga a realizar. Da comienzo a la ejecución
ya (Bolonia, Pinacoteca Nazionale), Cris- Holofernes [fig. 20]. de las santas Cecilia, Inés, Clara, Cata-
to crucificado, la Virgen, la Magdalena y lina de Siena, realizadas sobre pizarra,
san Juan (perdido) y la Natividad de la 16 O1 Realiza la Virgen y cinco santos para la iglesia de Santa Maria della Pace
Virgen (Bolonia, iglesia de la Trinidad). {Bolonia, Pinacoteca Nazionale) y el Re- en Roma.
trato de un magistrado veneciano {colec-
1592-93 Realiza la Escena de un sacrifi- ción particular). 1612 Firma el retablo con San Francisco
cio (lmola, Pinacoteca Comuna le), dos re- recibe al Niño jesús de la Virgen para la
tratos de lsabella Ruini (Florencia, Galle- 16 02 Pinta la Virgen coronada con el iglesia de la Trinidad de Piano di Sorrento,
ría Palatina [cat. 58]; Ruan, Musée des niño, para la iglesia de los capuchinos de encargada por Giovanni Lorenzo Casola.
Beaux-Arts [cat. .59]) y el retablo con la Sovere.
Asunción de la Virgen (Pieve di Cento, 1613 Lavinia, con su marido y sus hijos,
Santa Maria Maggiore). 1603-4 El19 de febrero de 1603 suma- se inscribe en el instituto espiritual de la
rido firma en Roma el contrato de La la- Figliolanza della Rcligione dci Padri Cap-
1593-97 Entra en contacto con Dioni- pidación de san Esteban {perdida) para la puccini. Realiza Minerva desnuda, para
sia Ratta por un encargo de algunas obras iglesia de San Pablo Extramuros. El28 de Scipione Borghese [cat. 62].
destinadas a su familia. En 1594 firma los abril de 1604, está documentada la pre-
retratos de Jacopo Boncornpagni (perdi- sencia de lavinia en Roma, invitada por 1614 Muere en Roma el 11 de agosto y
do) y de Costanza Sforza (Roma, Casino el cardenal Alessandro d'Este. Poco des- es enterrada en la iglesia de Santa Maria
Boncompagni-ludovisi), y ejecuta el de pués es recibida en la Accademia di San sopra Minerva.
Costanza Alidosi [cat. 41]. Hacia 1595 Luca y entra en contacto con la nobleza
firma Judit y Holofernes para la familia romana, convirtiéndose en una retratista
Rana lcat. .541. muy solicitada.

233
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E.,rcvan Dol7, 1747-49. pp. 51 SI\.

247
ÍNDICE ONOMÁSTICO

Los números de pá~ina en negri ta corresponden Anguissola. Europ<l o Luci,l. Véase Angui;,,ola,
a la entrada principal de la obra en el catálogo; LuCia o l:.uropa
los números de p;Ígina en negrita cursiva Anguissola. Gio,·anni, conde: 230
corresponden a la$ ilustr.Kione'> pri111:1paks Anguissola, Lucia: 15, (9, 34 nota 4, 36 nota 50,
de !.1> obras en el catálogo. 39, 44, SO nota 2, 51 nota 44, 92, %, 1 1O,
1 J J nuta 3, 124, 127,230
AJchen, llans von: 21 ), 21 (, Autorretrato (Mihín, C.J>tello Sforzesco):
Abhate. ;\licwló del!': 1 14, 20 'í 50 nota 2, 92 nota 5
Achillim, Alessandro: 16 nota 27 Benedet!o Ala (desapar~c1do): 127
Africa, Carlos de: 61) not,J 56 Minerva A11guissola (1\l il;ín, Musco Poldi
Agostino, conde: 205 Peuoli): 1O1
Ala, Benedetto: 127 Pwtro Mmma, médico de Cremona (Madrid,
Álava, Francé, de: 6!l nota 6.3 Prado): cal. 17; ligs. 33 (rachogmfía) y 34
Alb,J, colecc1ón de la Ca•a de: 222 (detalle y reflecrografía); 1'i, 16, 34 nota 3, 7 J,
Alba, 111 duque de 1Fernando Alvarez de '(()ledo) : 73, 74, SS, 86 notas 5- 10 y 12, 112, 124, /25
5.3, 66, not.J > Virgeu COII el N111o (Rávcna, colección
Alba, lll duquesa (María Enríque7 de Toledo~ particu lar): 124
Gu7man): 56, 140 Anguissob, l.uci,J o Fu ropa: S 1 nota 44
Alba, XIV duque de (Cario' .\11gucll-irL-.)ames Hermmw de la m·tista, Minerua A11g111ssola
Swan y Silva): 222 (Milwaukee Art Muscum): S 1 nota 44
Alba de l.1ste, conde de: )4 An~uissola, Mmerva: 19,36 nota )0, 4), 46, 49,
Alberga ti, Fah1o, conde: (,7 nota 37 51 nota 44, 73, 10 1, 110, 111 nora 2, 114, 230
Albcni, Leon Barri~ta: 95, 1 )() Anguissola, Sofonisba: fJassun
Oe ¡iictura: 9 5 Autorretrato (Chanrilly, Musce Condé): fig. 22;
Alcoccr, :--1aría de: S9 160
Aldcrcte, Fram:isco de: 68 notJ. S6 Autorrctwto (Florencia, Uftizi): tig. 19; 102, 123
Aldrovandi, Ulissc: 37 nota 97,214.222 Autorretrato (París, Fondation Custodia): 9S,
Aldrovand1 Hcrcolani, Ginevra: 180 101, 102
Alc.sandrino. carden,11: 63 AutorretYllto (Roma, Collezione Principi
Alphonse de Coincy: 218 Colonna): cat. 6; 21, 34, 100, 101
Altamira, conde de: 127 !lutorretrato (Vien,t, Kunsthistonsches): cat. 2; 21,
Altemps, 1\ l.1rco Sitt ico 111: 225 39, 47, 92, 93,50 nota 1, 96. 101. 102, 114
Altemps, Marco Sittico lV: 213, 225 ,\utorretrato ante el caballete (comerciO del
Amadei, Francesco: S 1 notJ 16 arre): 51 nora 40
Delia 11obiltá d1 Bologna: 51 nota 36 A11torretrato ante el c.Jba/lete (t.;uícut, Muzcum-
Ammannari, Bartolomco: 4 7 Zamek): cat. 5; 47,51 nota 40, 96,88-89,98,
Ana de Austria, reina consorte de Fspa11a: 1S, 61, 99. 101, 102
64, 69 nota 100, 140, 15.>, 1S6 A11torretrato ame el caballete (Milán, colección
Ana de NaYarr,J: 69 notJ 90 particular): 51 nota 40, 98
t\ngelelli, Gio,'anni: 2 18,219 Autorretrato con espmeta y aiada (Aithorp Park,
Angeli>, Domenico De: 228 1\.'orthamptonshire, Colección de l.ord Spen,er):
Frescos (Roma. Gallería Borghcsc): 22N fig.1S; 29, 39, 54, 96, lOS. 110, 111 nora 3
:\nguissola. Amilcare: 19-22, 2<1, 33, 34, SO nora~ 1S Autorretrato con espmeta y awda (Chicheste<.
y 18, 53, 89, 92, 9), 101, 109, 1 12, 114, 117, West Sussex, Goodwood l louse): 96
1 J 8, J 24, 139, 230 1\utorretrato en mimatura (Boston, Museum
Anguissola, Annamana: 19, .16 nota SO, 230 of Fine Arts): ca t. 3; 92, 94, 9'i, 102
Anguissola, Annibale: 120. 126 Autorretrato o Minerz'a Anguís.<ola (:Vlilán,
1\ngui%ola, Asdrubale: 59, 6R nota .'i"', 114,2::10, Pinacoteca di Brera ): 50 nom 2, 1O!, 102, 130
231 Autorretrato tocando l,¡ espilleta ( Nápoles,
Anguissola, Flena: 19. 20, 49, ~9, 92, 102, 109, Capodimonre): cat. 4 : 96, 97, 9S, 1O1
117, 190.191 nota 1, 230 Bemardmo Ca mpi retratalldo a So(onisba
Anguissola, Europa: 19,5 1 nota 44, 110, J 11 A~t¡¡uissola (Siena, Pinacoteca ~azionalc) :
nota 2, 11 8, 230 car. 7; 45,50 nora 19, 98,102, 103; 123, 130
Fstigmatizaciún de ;;an l'nmnsco (Crcmona, Brmzca Pon~om (Berlín, Sraatliche Musecn,
iglesl<l de Sant'-\gata): 36 nora P Gemilldcgalene): ca t. 12; 21, 44, 112, 113
Voc,¡ciÓII de sm1 Andrés (Vid~eero, 1glcsia Des¡wsorios místicos de santa Catalma (Madrit.l,
parroquial): 36 nota 57 Caylus): cal. 49; 24, 198, 199

248
Felipe /!(Madrid. Prado): ca t. 28: fig. 3 7 joven dama (\.ladrid, Instituto Valencia de Don Bacchiacca, Amonio: 43
(radiografía); 15. 16,34 nota 5, 46, 64, 76, Juan): car. 33; 162, 163 Racchiacca, Francesco: 40,43
79, 81, 85, 86, 87noras 16-17 y 27,138-39, l.uáa Angwssola, dibu¡o (Florencia, Uffi7.I): Retrato de mu;er co11 libro de 1místca
152, 153, 155, 156, 157 117 (l.os Angeles, Geny Museum ): 40
Giouanni Ballista Caselli, poet.J de Cremona Magdalena Ciró11 Osuna (Pésaro, .\ilusei Civici Raillie, William 1:.: 98 nora 2
(M,tdrid, Prado): cat. 19; figs. 35 (radiografía) di Pala no Mosca): cae. 32; 64, 160, 161, Autorretrato ante el caballete de So(rmisba
y 36 (detalle y reflectografía): 15, 70 (detalle), 163 Anguissola, grabado: 9ll nota 2
74-76, 85. 124,127, 129, J30, 87 not.ts ll-13 /.a princesil jumw dl' Austria (Austria, colección Baldi, Berna rdino: 22 7
Gittlio Clovw (Roma, colección particular): particular): fig. 26; 59, 61, 68 nota 66 Raldinucci, Filippo: 42, 124
cat. 16; 95, 122, 123 Fl príncipe Alessandro famese. Véase Maestro Barba ro, rrancesco: 1¡¡
La hermana de la artista <·on hábito de mon¡a Gtovannino /Je re uxoria: lll
(Southarnpton City An G,tllery): cat. 10; 20, Retrato de mu¡er, dibujo (Dresde, ~raatliche Rarbieri, Filippo: 205
108,109 Kunsrsammlungcn): 1 17 Rarcia, Ángell'vlaría de: 222
La i¡¡(anta Catalina Micae/a con titÍ (colección Angui;sola, Sofonisba (segün) Rargcllini, familia: 4S
particular): ca t. 31: 46, 64, fi5, 76, 85, 152, A11torretrato ante el caballete (Mcnmna, Barocci, rcderico: 160
153,156,157, 159 Colección Eugenio .\ilalgeri Zcri): 51 nora 40. Retrato de u11a i<Jve11 (Copenhaguc, Starcns
La ill{anta Isabel Clara F.ugenia (Turín, Gallería 98 Muscum for Kumt): 160
Sabauda): car. 30; 46, 64, 76, 85, 152, 15.>, Autorretrato ante el caballete (Surrcy, Briri'h Bassano, Jacopo: 41
156, 157, 158 Columbia, Colección Buhr): 98 Basso, Ercolc: 5 1 nota 36, lOS
Isabel de Valois (Viena, Kunsthistonsches): Diane d'A11doins, llamada Corisande, condesa Bdlini, Genule: 130
fig. 18; 50 nora 20, 56, 60 de Guisa y su luia Catherine {Bayona, Mu,éc Bcllini, Giovanni: 130
Madonna de//' Itria (Paterno, Monastero della Ba'<¡ur): lig. 25; 60 Bcllori, Gian Pictro: 134
Sanrissirna Annumiara): fig. 4; 24,65 lsahel de Valois (Madrid, Galería Juana de Vite de' pittori, scultori el architetti m oderni: 1.'14
Massimiliano Stampa (Baltimore, Walrers Arr Austria, Descalza> Reale~) (Jcsaparccido): Bcning, Simon: 123
Museum): cat.15; 114,120, /21,200 56, 143 Berenson, Bernard: 114, 120, 148 nota 4, 191
Niiio mordido por un cangre¡o que IHOl'oca Isabel de Valois (Madrid, colección particular): Berlanga, marquesa de: 69 nora 100
la atenció11 de una ¡oven, dihujo (Nápoles, fig. 21; 144 Bermejo, Damián: 206
Capodmwntc): tig. 46; 96, 117, 118 El prhwpe don Carlos (Barcelona, Colección Bernal, R.tlph: 144, 149
La part1da de a¡edre::: (l'oznJ.IÍ, Muzcum Cipriano Pagés): 150 Berneno (o Bernieri), Girolamo, cardenal: 186,
:"Jarodowc): cat. 11; 22, 14 (detalle), 44, 45, El prínctpe don Carlos (colección panicular, 210,228,233
47,50 nota>. 1 y 18, 96,110,111,111, 112, en depósito Oviedo, Museo de Bellas Artes Rerrarelli, Achille: 106, 205
114,!17, 118,126 de Asturias): 150 Rertelli, Floriano: 29
La Piedad {M.ilán, Pinacoteca di Brera): cat. 47; El príncipe don Carlos (Viena, Bevcrwijck, Johan van: 90
194, 195 Kunsrhistorisches): 150 Van de tvlnementheyt des urouwehcken
La prmcesa ]ua11a de Austna (Madrid, Anonimo geslachts: 90
Patrimonio, Descalns Reales): 68 nora 66 Cc1talma Micilela (Bru~clas, Musées Royaux Bianchctti Bargcllini, Costanza: 31 nora 33
La rema Ana de Austria (Madnd, Prado): des Bcaux-Arrs): 143 Bizcarrew, Bcrnardino: 59
car. 29: fig. 37 (radiografía); 16, 34 nora 5, 52 «Felipe ll e [,abelde Valois,, Libro de Horas Boccaccmo, Camillo: 21,36 nora 57, 189, 190, 198
(detalle), 64, 76-78, 81, 85, 86, 87 notas 16, de Catalina de' Médicis (París, Bibliothi'quc La Sagrada Familia, dibujo (Milán, Biblioteca
17y27, 148,152,153,154,160,231 ~ationale): fig. 23; S6, 143 Am-brosiana): fig. 51; !90
Retrato de anci,mo (Sramford, Burghley 11ouse Medalla conmemorativa de Diana Sculrori Ghi;i La Sagrada Familia en 1m paisaie (Giasgow,
Collection): car. 18; 110, 123, 124,126, 127, 128 (Londres, British Mu>emn): 130, 132 Kelvingrove Art G,11lery): fig. 52; 191 nota 2
Retrato de familia (1'\i,,a, l'ivaagaards .\ilalcrisam- Medalla conmemorativa de Sofonisba Boccaccio, Giovanni: 18, 20, 92, 95, 98, 105
ling): car. 13: figs. 31 (secciÓn transversal) y 32 Anguissola (Londres, Briti;h Museum): De mulieribus clarzs: 18, 20, 95, 105
{detalle); 22, 45, 46, 71-73, 85, 86 nora> 3-S, 87 cat. 20; 33, 34, 48, 130, 131, 132 Boccadiferro, Ludovico: 36 nora 27
nota 10, 110,114,115, 116,100 Retrato de dama, rema de Cbrpre (1) (Múnich, Bocchi, Achille: 37 nora 97,214,228
Retrato de tm príncipe español (posiblemente anrigua colección de lo, duques de Symbolicae quaestrones: 214,128
el príncipe remando) (San D1ego .\ilu>cum l.euchtcnherg): 69 nora 103 Bonanome, Juan Bautista: 57
of Arr): fig. 50: 156 l<etrat<> de dominica como santa C.atalina de Bonapane, Lucien: 50 nora 18, 11 O
La Sagrada Familia (Rérgamo, Accademia Siena (Roma, Galleria Borghesc): 109 Bonaparre, Matilde, princesa de Francia: 105
Carrara):cat.45; 189,190,191,192,198 Anúnimo (taller romano) Bonardi, De', familia (eds.): 218
La Sagradtl Fmmlia con san jumuto )' sm1 P111tora (PIItnce), fresco (NlÍpoles, M.useo Libro de J.auorien: 218
FranCisco de As1s (Mihín, coleccion Archcologtco l\'azionale): 105 Bonardis, Antonia de: 28,232
particular): cat. 46; 190,191,193 Pmtora (Pittnce c/;e term111<1 quadro con Rona,one, Giulio: 214, 224 nora 9
La Sagmd,¡ familia con santa Ana }' san juanito erma di dioniso), fresco (:\lápoles, Museo Symbolicae Quaestrones de Achdle Bocchi,
{.\iliami, l.owe Art lVIuseum): car. 50: 200, Archeologico l\'azionale): 105 grabados: 214
201 Apiano: 20 Ronani, familia: 21 O
Vie¡a que estudw el alfabeto }' provoca la risa Appiani, Andrea: 182 Boncompagni, Jacopo: 224
de una ¡oue1t, dibujo (1-lorcncia, UffiLi): Appiani, Cornelia (Cornelia Orciz): 54,66 nota 7 Bonomi. Valeria: 37 nora 74
cat. 14; 22, 96, 117, 118, 119 Arcos, duque de: 62 Bordonc, ParÍ>: 41
La V1rgen il111ilmantwrdo al Nulo o La Virgen de Arese, M<1rco Antonio: 195 Borghcsc, Camilla. Véase Paulo V, papa
la Leche (Budapcst, Szépmtívészeri .\ilúzeurn): Aretusi, Cesare: 178 Borghcsc, famili,t: 228
cat. 48; 190, 196, 197, 198,200 Retrato de caballero con un 1111io, atribuido Borghese, Scipione: 186, 213, 225, 228, 233
L1 Virge11 dr la Leche (Cremona, Colección (Bolonia, Palazzo Marescalchi): L78 Borromeo, san Carlos: 27
Dodici SchiZ7i): 196 Argore de Malina, Gonzalo: 143 Ros, jacob: 11S
Anguissola, Sofoni;ba (atribuido) Aristóteles: 118, 172 Vecc/Jia rimbamhita mucwe riso a/Lr fauciuletta,
Doña Juana de Attstrw y una 11iña (Bosron, Poética: 1 l8 de Sofonisba Anguisola, grabado (Londres,
lsahdla Srcwan Gardner Museum): car. 26: A rundel, conde de: 134 British Museum): fig. 47; 118
60, 146, 147. 148 Aranagi, Diomgi: 42, 44, 50 notas 7-'J Bosdn.Juan: 36 nota 34
Isabel de Valois sostemendo trll retrato de /·e!Jpe JI Ateneo: 222 Bram.mte, Donato: 130
(.~ladrid, Prado): cat. 24; fig. 38 (detalle y Averroes: 172 Bramancino (Bartolomeo Suardi): 19 S
refh:tografía); 15, 16, 26,34 nota 5, 56,78-80, Avicena: 172 De{JosicJÓn de la cru~ {.\ililán, Pinacoteca
83,86,87nota 19,120.140,141,142 Ayamonte, marqués de: .195 Castello Sfor1esco): 195

249
Branrome, seiior de: 57 Carlos 11, rey de Espaiía: 164 Hora; 1a mese (Nueva York, \1organ 1Jbrary &
lka", Ira lo: lJ l Carlos ITI, rey de Spaña: 34 nota 5, 142,144,152,153 Museum): 123
Brauzer, Godfroy: 157 nora 3 Carlos IX, rey de Francia: 57, 140 Leo11ora Toledo (colección particular): 12.l
Briones, rran~i,co: 68 not,l 70 Cario' de Austria, príncipe de Asruria>: 6 1, 68 Colonna, familia: 1O1, 185 nor;t 1
Bronz1n1, Crisrofano: 37 notas 75 y 95 nora 72. B9. 143,149,230 Colon na, Filippo 1, príncipe: 101
De/1.1 digu<~IÚ & uohiltá del/ domw: 37 nora 75 Carlos Lorenw de Austria, infante de España: 153, Colonna-Sursock, Coicccion: 144 nota 16
Brm11.ino: 41, 44, 50 nora 17 156 Córdoba, Diego de: 64, 69 nora 9S
Brunclli, Cesare: 54, 66 nora 7 Carlos Manuel! de S.1boya, duque: 152 Cordoba, María Je: 69 nora 90
Buámgham, duque de: 34 Caro, Annibale: 92, 95 Corrcggio: 21, 189, 190, 196, 198, 202, 205, 21 O
Bumaldi, Anron10: 46 Carpio, marques del: 66 nor<~ 3 No/1 me tangere ~~~adrid, Prado): 20 í
Buonarrori, Michclangelo (Miguel Angd): 15, 22, Carracci, Agosttno: 28,37 nora 97, 175. 17(i, 180, Virgen de l<t l.cdJe (Bud,lpest, $¿épmüvészcn
2l, 44, 47, 92, 114, 117, 11 S, 130, 195,206,230 185,186,189,205,210,218 Mú~eum): 190
Frescos CapiiJJ Sixtina (Ciudad del Vaticano, Carracci, Annibalc: 28, 96, 175, 176, I80. 185, C.:ristofano ddi'Altisimo: 21 S
:V1mc1 Vaucani): 47 186.189,205.210,21 8,225 Retrato de 1111,1 dama de la (amtba Ruim (según
Gtuliaun de' Medtd (Florencia, San I.orenzo): 1 14 Carracci, J udovico: 2S, 33,37 nora 97, 48, 51 Lavinia Fontana) (Fiorcncw, J>al,wzo Pirri): 218
Piedad (Ciudad del Vaticano, Ba,ílica de San nota 34, 123, 167, 175, 176, 180, 182, 185, Croce, G1ul1o Cesare: 227
Pedro): 195 IXfi, 189,205,210,218 Cuelbis, Diego: 149
Buontalcnri, Bernardo: 57 1.-amilw T<Jccom (Bolonia, l'macotcca Cueva, Isabel de la. Véase PetiafiL"I, marquesa
:--Jazionale): fig. 11; 3.1, 182 Jc Cueva, Marb de la: 69 nora 90
Cakar, Jan ~rcfan van: 172 Madonna R,v·gellini (Bolonia, Pinacmeca
Callot,Jacqucs: 186 t-.:azionalc): 51 nora 34 D~nis, Manuel: 59,68 nora 58, 146, 163 nora 1
J.¡ lapulactr!u de Stlll F:steban de Lauima CarrMi, Vinccnzo: 51 nora 43, 222 D'Esrc, Alcssandro: 233
Fontm~<l, gr,tbado: 186 Tmtl[!.illi crm la spositione de i dei degli antichi: 222 D'Esrc, Ercolc 11, duque de Ferrara: 92
CJitanissetta y de Paterno, conde de. Véase Casnti, Cc,are: 64 D'E,rc, Luu-ezia: 92, 160
Moneada, Fabriúo de Caselli, Giovanni Battist.l: 127, 130 Dolcc, Lodov1co: 1S, 222
Calvaerr, Denys: .33, 37 nora 97, J 68, 189,205, Caso la, Giovan 111 Lorenzo: 233 Delia inst¡tution del/e domze: 18
213,216.217 Casoni, Felicc Antonio: 33, 34, 48, 51 nota 4 1, 132 Domenichino (Domen1co Zampieri): .13
Noli me tangere (Bolonw, l'lll<lcoreca Medalla conmemor<Hiva de Lavinia Fontana Durante, Ann ihale: 228
N,17ionale): 205 (lmoLl, Pinacoteca Civica): 132 Durcro, Alberto: 98
Calvi, jacopo Ales>anJro: 21 O Medalla conmemorativa de Lavinia Fontana Dyck,Antoniovan: 15, 16,30,65. 134, 1.17, 163,231
Camhi,1so, Lue<t: 24, 27, 6), 189, 196, 198,200,231 (Londres, British Museum): 132 Cuademo ztaliano (Londres, Brinsh ,\lluseum):
L<l Vtrgen C'OIZ el Nilio, S<JIIt<l Aua y Silll Jttanito IV!edalb conmcmorauva de I.avinia Fontana 134, 136, 137, lli3 nota 2
(Cénov,¡, l'aJ,¡zzo Ros>ol: 196 (Washington, D. C., 1\ational Gallery): Sofomsba Anguzsso/a, dibujo (LnnJrcs,
Virgen de la Leche (paradero Jesconocido): 196 cat. 21; 33, 34, 48, 51 nor,, 41, 132, 133 Brirish Mtheum): 134, 136, l37, 16,1
Virge11 de la vela (Génova, PabZTo Bianco): 200 Casrmio, Luis: 68 nora 50 Mm111el hbberto de Sabaya (Londres, Du lwich
Camh1aso, l.uca (segtín) C:astello, Bernardo: 17 nota 86, 196, 231 Ptcmrc Callcry): 137
Sagrada Pmnilw (VigoJcno, Castcllo): lOO nora 1 Solonisba Anguissola (según Sofonisba Anguissola) Premlimiento de Cristo (MadriJ, Prado): 134
Sagrada l'amt!ia, fotografía (Washmgton, D. C., (Roma, Accadcmia di San l .uca): 56 So(cmisba Anguissola (National Tnm, Knole):
Nanonal Gallery): 200 nora 1 Ca>tiglione, I marqués Jc (Ferranre Gonznga cat. 22; l.H, 135, 137
\'i1 gen de !u Leche (Génova, colcc~iún Anguissola): 53,67 nora 4S, 160 Virgen del Ros,lrW (Palermo, Oratorio
particular): 196 Casnglione, Baldasarre: 28 Sannssimo Rosario, San Domenico): 137
Vh·gen de la Leche (mercado del arre): 196 nota 1 Cortesano (1/ Cortegzano): 18, 20, 96, 105 Dyck, Amonio van, y Pedro Pablo Rubens: 134
Campana, Coleccion: 21 O Castro, Luisa de: 60 Decoración red1o (Amhercs, Sint-Carolm
Campaspe: 42, 50 nota 8 Catalina de Austna, reina de Portugal: lí 1 Borromeuskerk) (destruido): 134
Campeggi, Ridolfo, conde: 227 Catalina JVIicacla, infama de España: 15, 82,
Ca m pi, Amonio: 152 87nora 26,139,143,156,230,231 Éholi. princesa de (Ana de J\lcndoza y la Cerda):
Cremono.1 (edelissinw citt,i: 1S2 Cavalieri, familia: 191 160, llí4
Cmnp1, Bernardino: 20-22,45, 50 nora 19, 53, 59, 68 Cavalieri. Tomma;o: 1 18, l91 Ernesto Jc Austria: 143
nota 62, 89, JO 1-2, 102 nora 6. 112, 117, 118 nota Cavazzoni, hanccsco: 227 Espinosa, D1cgo de, cardenal: 63, 69 notas 88 y 9'i
1, 120,124, 127,148 nora 3, 189, 190,195,230 Cavriani, Alberto: 68 nora 80 Estefanía de la Encarnación, sor: 96
C.JStellano Cotl<l (Cremona, Museo Civico): Cccil, Brownlow (lord Burghley), lX canJe de
124, 127 herer: 126 fabriano, Giovanm Barnsra Vcnturino da: 66
Parere sopra la pittur,r: 118 nora 1, 191 nora 1 Cellini, Benvcnuro: 41, 51 nota 38 Farnese, Alcssandro, príncipe: 62. J 49
Ptedad (Cremona, colección particular): 195 Cerda, Ana de la: 69 nota 93 farne;;e, Alessandro, cardenal: 62, 95
Ptedad (1 oJi, capilla de Ferdinando Visrarini, Ces1, Barrolomeo: .B Farnesc, familia: 53, 66, 110,125
San Lorenzo): 195 Chacón, Alfonso (Ciat·ón o Ciacon1o): 17, 18, 37 foarnese, OJoardo: 96, 225
l't.:dad (Milrin, Colección Giulini): 195 nora 104,47,66,95, 106,107, 171,206,22H Farnese, Orravto: 123
Piedad con smtta Catalina de illeiandría, los pm(etas Chacón, Isabel: 69 nora 90 F.unese, Pier Ltugi. Véase P<Hma, duque de
Elúzs y Uiseo y Gabriele Piwmúglio di Quinzia- Chiabrera, Gahricllo: 27,37 nora 86 Felipe II, rey de España: 16, 17, 21, 21, 24, 27, 37
lto (Milan, Pinacoteca di Brcra): 195, 195 nora 1 Chicsa, Francesco Agosnno Jella: 42 nora 78, 'i3, 62-64, 66, 68 nota 63, 69 notas 87,
Retnllo de caballero (Crcmona, Pinacoteca del f'heatro del/e dmme letterate: 42 88, 1l6 y 121, 7 1, 87 notas 1 7 y 23, 1O1, 124,
Mu,eo Cmco Ala Ponwnc): fig. 2; 22 Chrisnne de Pizan: 18, 95 137, 139,140, l43, 146, 149,152,153, 156,
Campi, Giulio: .l6 nora 57, UO Cité des dmnes: 18, 9.5 160, 163, 164, 180,206,216,230,231,2.33
Cantone, Ca ralma: 43 Ciardi, F.: 205 Felipe III, rey de España: 16, 142
Cappdlo, Bianca: 205 Noli me tangere, dibujo (.\lli lán, colección de Felipe IV, rey de Espa1ia: 16, 137
Caraglio, Giovanni jacopo: 223 nora 9 Achille Berrarelli, Castcllo Sforzesco): 205 Felipe Manuel Jc Sahora: 82, 86
Caravaggio (Michelangelo .\'ieri,i): 92 Clemente VIJI(Ippoliro Aldobrandim), papa: 213, 225 Fernando 1 de Austria, archid uque: 18
Carderera, Valcntín: 144, 150 Clcnnonr, madame de: 55 remando II Jcl Ti rol, archiduque de At"tria: 142
Carducho, Bartolomé: 142 Cloucr, Fran.;ois (jannet): 54, 180 Fernando de Aumia, príncipe de A>ruria~: 64, 15.1, 156
Carducho, Vicente: 67 nora 37, 142 Clovio, Ciuiio: 26, 95, 123, 230 Feroni, Luisa, marquesa (Luisa Buondeomomi): 105
Carlos l, n~y de l:spaña (Carlos V, emperaJor Autorretrato (Florencia, Uffizi ): 123 Ferrame, Carlo: 2.B
del Sacro Imperio Romano Germánico): 21, Autorretrato (Viena, Kunsthistorisches Fevre, Barbara de: 90
90, I20 nota 1, 146, 230 Museurn): 123 Fo1x, l.uis de: 67 nota B

250
Fonr.tna, 1-.mthil: 28, 2 U Nolt me tangere (1-iorcnna, Uffizi): cat. 5 2; 20-l, /.<1 z·tszi<J de la rema el<• Su ha al re)• Salomo11
Fontana, Lavinia: f1asstm 205,232 (Dublin, ~atHma l <.allerv o! Ireland): fig. 9:
:\/f(mw Loren:o Stro;:;:i (riorencia. Colccctón P.Jolo \' (¡x:rdtdo): llJ :n, 180, 185
Dal Pero): 106, 1~ 1, lOS Pted,;d (El Pa.,o .\1u,eum of Art): r nota 101 Fonran.l, Lannia hcgun)
AutomoJ Ghim (Roma. merc.tdo dd ,utt'): 1""5 Ptedud (Wmr,·r Park, Cornell Fine \rr> ~lu,cum Autorretruto tocJndo [,, t•spm<'la (Florencia,
L1 Ammct.JCtOII (Balnmore, Waltcr~ Art ar Rollmgs Collcgc): r nor.1 101 UfliLl): 105
J\ lmcum): rnota 100,168 Retr11to de c.Jb.JIIero (Senador Orsmi) (BurJcch, 1 a Virgen del Silencto (Üvtedo, Catedral): 106
A>III1CtrÍI1 de la Virgeu (Ptcw th Ccnm, Santa .\lméé J cs Beau-x-Am): ca t. 36; J 1, 106, 170, /.a Virgen del Silcw:io, bordado (P<nrimonio
J\ laria Maggtorc): 2 l l 17 1 ~acional , Real M ona.,tcno de 'ian l.orenLo
Asu11cui11 de f'olltt! Sauto (lmul.t, Palano Retr<tlo ele dama con ot.llro jóuenes (U arreglo de El Es~onall: 206
Comunalc): 232 de la IW~'ul) (colct:win p.trncuiM) : car. 43; Vir,~en del SilellCICJ con don,mtes (colección
Autorretrato (~uev.1 York. J\lor¡;.tn Librar: &. 167, 184,1 85 particular): fig . .~0; 2ll, IÍii
~lw.euml: fig. 14: .l9 Retr.lto de dama COilflernto faldero (Balnmore, h mrana, 1 avinia. Véase Fontana, Pro~ pero r
·\utorretrato en el estudw (rlorcnc1.1, Uffill): W.1ltcrs An .\l uscum l: 1~ ¡¡ 1.•1\ Í l tl.l
ca t. 9: 18, 31, 47, 89, 106, 107. 107, ¡-1, 1.l2 Rl'fr11to de d11ma cwttt/111 1111/a (Bolon1a, 1-onran.l, Prospero: 17 , 28-.~ J, H, l7 nora:. 96, 97
\utorretrato to<-.JIIdo /,¡ espmef,¡ (Rom.l, Pm.u:oreca Nazton,tlc): cat. 40: 178, 179 r99,47,66,I05.J6~. 17172, IRO.I89,202,
Ac.:adenua l':aZionalc th S,tn 1 uca): cat. 8; 1S, Retrato de (amtlia (Milán, Pinacoteca de Brera): 209,1 13,2l4,216.22S,1.>2,233
11, 38 (Jera lid, 41, X9, 104, 105 car. 42: 33, 166 -67, 1 6 ~. 18 2, 18.>, 183, 185 AmmCt.ICÍÓII (MiL\n, Pinacow~a di Brera): 37
Autorretrato tocando /,¡ t•sphteta (Roma , Ret r<Tto de ltillo co 11 flores v gr,mada ( BoJonia, now lOO
colección pa rticular): llH, 2.l2 colección panicular): cat . .l9; 176, 177 Retr.Jto de dama (Bo l01t1a, J\ l u~co Davia
llrigida Rtgln (LunJrc,, mcr.:aJo del arte): 176 Retmto de recuhz ll<lodo en la cuila (Bolonia, llargelltni): fig. 8; 31
C.1bez,; de ¡oven (RonlJ, <..tllcru Bor¡;hese): Pmacoreca 1\:az!On.Jic): cat . .3S: 167, 174, 175 .'i.Jgmd,, P,múlta (Bolom.I, Cuh:oón UnicredirJ: 201
cat. 44: 186, 187, n- Retr.lto de w t ,,do/e:;cente (colccdon panicular): .\c~gradc1 Familt<1 (Verona, .\\u,co J¡
r/ C.lrdeii<JI Giml.wm Ber~u·rto (Correggio, 111 Cl\tdn:cchro): 201
\lu'>CO Ctnco): 1;'1 Rt!fr,Tto de un nz'-T.f:tstr,¡c/v l't>Ut'ChlllCJ (coleccion Sym/mlic"e Quuestione:i, d.: .\chille l:locchi.
C.Jrlo .\tgomo (,\lódcna, .\lu,co e;,
ICO): 66, particular): 2.B zlu,rracionc,; 228
106, 171 Retr,llo de un médico (¿Gtrolamo ;\Jcrcuriale?) Virtudes y Dwses, fresco;, (Boloma, !'alano
Cons,¡granñu ,¡ /.¡ Vtrg<'n (Mar>clla, Mu-,éc des ll:laltmwrc, Wal rcr; Art ~1useuml: cat. 37; 51 [locchi): 214,216
lkaux-Arrsl: cat. 55: 188-89, 189,2 10, 211 , nor"' 1 1 y 32, 172, 173 Fontana, Prospero y l.avrm,1 : B
l.B Relrcllu de un IIWIIJC o lll'etmzo (~<ipolcs, Crzsto etz C<l:itl de M<trta )' /vl,m,¡ (Boloma, La
Costan;;a A ltdost (colecc!On parnwlar): 180 C.tpodimonte): 17 1 Q u<tdreria): flg. 12: B
Cost.m¡;,¡ Alidnsi (Wa~hmgton. D. C., National Retmto de una ,¡dolesauh•, Ji bU JO (f lorenCL<t, 1-orhe,, colecCión: 200
\!uscum of Wnmcn in tht· Art>): car. 41: 32, Uffizi): 178. 178 nora 'i 1ourmer-SarJo,ezc, J w.cph Raymond: 114
180, 181, 1HS. 113 Retr.Jto de 111111 ddm.l de/,¡ (.mult.l Rttmt l·ourque\<IUX, embaJador: 6~ not.l' J6 y 90
Cost.m~a .Sfórza de .\JJtt<1 hnr.1, duques.¡ de ¡l'lorcncia, Uffizt): cat. 58, 21 8 , 2 19, 220 1-ran..:isca de jesús: 14, 3~ nota 75
~orcl (Roma, Ca-ino dril" Aurora dei Principi Retr,¡to doble de m,;tmmmto (Laragon, :\luseo 1-ranci'co de los S.tntos, fra\ : 206
Boncompagm LuJm "¡ 1: 178, 2.H de La ra¡¡.O?a): cat. 35; 168, 169 DescrtfiCWII brez•c del Mondsterm de S. l.oren::o
Cristo cruofiCJdo. la Vir}!.ell. Id 'v1agdale1t<1 la .\ agrada T'amtlta (Drc'>dc, Ccmaldcgalerie): 29 l'l Real de El rsconal: 106
)' StW }thlll (perdido): 2.B /.,; Sagr.1d.1 l'amtlta co11 smzta Marg,rrit,t y ;,m Fmnmcl, I"hcodnr von: 1 14
Cnsto y la cancme<~ (<:olc<:<:ton pal'llcular): 205 1-rauctsm (Wellesley, :\1a>"tdwsctr'>, Davts 1-umd, hermanas: 67 nota 17
Cristo y la samant<m.1 c11 e/fi()<.IJ (1'\apolés, ~1 useum): caL. 5 1:202,203
Ctpodimontc): 2.B .\,¡n 1-rcmásco de T'au!.t beudtce ,¡[ ln¡o de l.uisa de G,tddt, N icwló: 5 1 nora 36. 105
1 set.'lta de un S.!crt{ioo (!mola, Pmacoreca S,lfmy.1 (Bolon1a, Pin,tt:ote..:,t "lationalc): 2.H Galeno: 1~2
l.omunalel: 2 H S.w 1-r.Jnásco rectbe al 1\lnio /e;tís de /.1 Virge11 G.unh:~ Bartolommeo: 126 nota 15
/.a (unulia Go~zJclmt (Bolonia, l'm.tcoreca (1'1ano Ji Sorrento. S~. Tnnita): 2.H G.unbalunga Bianchcru, ( ,,uJio S1gh•ao. conJc: 175
~.mona le): fi¡:. JO; 32 . .B, 175, 231 Súllld Ce! talma de Sten.J (Roma, Santa .\lana G.trLOill, Toma,o: 209
11-.ntcesco l'.mig,¡ro[,¡ (Horcncia, !'alano Pirri): 132 Jclb Pa<:c): 233 Vtte del/e dmme tllustri dt'lla >Cnttur<l s.rcr.l:
(,.¡f,lfea ~· umorcillns lldl'L'KLIII :wlm• 1111 monstruo S.mt.r Clara (Ro ma, Sanm \ l.ma Jclla Pace): 21.> 209
11lcn·rno en u11 ntar tonw!ntoso kole<.:ción .\el/lid Cectlut (Roma, Sant.1 M ari,l Jclla Pace): 233 G.utl, Bcrnardino, il Soi.1ro: 20-22, 36 nora \7, 89,
P<lrt!cubr): cat. 56; 214, 21.5,216 San t.t Inés (Ro ma, Sa nt<l M <tria dclla Pace): 2.l > 112, 1 14, 117, 120,1 24 , 189,190, 196 , 230
lltp¡10ltta Savtgll,/111 ,¡lo> doa meses (South \ élw s recibe el homeua¡c di' los mnorctllos Ador.tció11 de los pastnres (Cremona, San Pierro
Queensferry. l lopetoun HoLt\c, Lord (1:\olo nia, cokccic'm particul.tr): cat. 57:216, 217 .ti Po): 1 .14, l ~O
lmilrhgo\\ Collcctlun): l"''i \ 1cmts )' Cu¡ndo koleCCJón parri.:ubri: fig. U: 2.>1 (oatn, Gen asio, ti Sena m: 11
_l,¡co¡w Bonmmpam (perdido): l.B Vc•tw; y Cupido ( Ruan, \1 u,ce des Beaux-Art>): Retrcllo de dama (Crcmona, Pmacoreca del
.Judtt con/a mbe~a de Ho/ofáne; (Bolonia. ;\1usen cat.59: 212- J3,216,218,2 19, 2 21 1\tuseo Cívico Ala Pon10nc): ti¡;. 3:11
(),¡vi a Bargelhni): fig. 2.0: 4'!, S 1 notas .3 3 y 36 \.trgen coronada crm el .'\mo ('>oH~re, (;Mtelu, !\lanín de: 64,69 not<l' !!6-88
Judit y 1/o/o{enll's (Bolnllla, Rltlro San Capuccini): 13.1 c.~nnlcsch•, ArremisiJ: 1.30
Pcllcgrino): cat. '4: 208, 209,1.\\ (.,¡ Vtrf!.l'n del Stlencw (1 1\wpool, W.1lker .\n (icnnbch i, Oratio: 1 34
/.¡¡ f.¡¡nclacián de s,m l':;telhm (Romd, San Pablo (dlery ): 106 Gh"on1, Fcrmo: 102
l:xrramuro•) (de"nndo): 186 1" Vtrgetl del Sileucl(J (Patn monio Nacional, (,¡ovio, l'aolo: 18
M.Jrte y Venus (( cnto, colección particular): Re,tl Monasterio de Sa n Lorenzo de Fl 1-./ogw veris clarumm t•trorum unaginilms
12 3, 224 h..:ona ll: ca r. 53: 17, 2"", 2S, M , 180, 189, •lfJ!Jostta: 1H
.\!arte\' Venus (MadriJ, ~ und.11:1ón Ct'a de 206, 207, 2 16, 231 Glfón, Leonor: 64
Alhal: cat. 60; 222,223,224 Lz 1'trgen del .\tlencto 1Roma. GJlleria (o ~rón Osuna, 1\ lagJalena: 64. 160
,\lutmnomo misttco de S<JIIta (.¡t,¡/ma co11 llor¡¡.hcsc): 206, 2 16, 228 nor.1 3 (.n~m. familia: 210
f.¡ liagr.¡d,l Famtlld y s,w /tt,uuto (antigua \'irf!.cn e/llrom;:.ulú. crm los Sdlltos C.llalinu de (,olmus, Hendnck: 21 .l, 2.16
colc"IÓn del duque de l.cuducnbcrg): 168 ·lle¡andria, Cosme y Dumtdn, )' el comt/e/1/e C.omaga, Colecctone>: 101
\ 1m<'rt'<l desm1da (Bolonl<l, Collenone l'anran1): Sof11tml' Calcnl<l (Bolont.l, C,,111 ( ,,a.:omo Gmua¡:a, famtlia : B
cat. 61; 4'1, 2 16.225,226, 227, 128 :\1.1¡:!\•ore): 133 Gonzaga. Vc;pa;.1ano: 62, 68 not.t RO
\1/IIC'rt'<l clesnud<.~ (Rom<l, (,,¡llcn;l Borghe>e): La \'irgen y cinco san tos (Bulonia, Pina<:otcca Conzaj\<t, VinccnLo: 12
ca t. 62; 49, 2 16, 125. 227 not.l .J. 228, 229, l.B r-.::monnle): 2.B Gonnga Anguissola, Ferrantc. \léase Ca~r i g li one,
N.1tir•td.1d de la Vtrge11 iBoloni<t, ~.mri"ima Vtstón de sa11 }•tcmtu (Roma, '>anra Sabi•u): 1 marqués de
Tnmw): 233 218, 13.~ c;onzále7 de Gdnte. .\1artm: J SO nom 4

251
Gozzini. Vincenzo: lOó Jacrncourr, Juana de: 68 nota 50, 69 no ras 82 y 90 Manilli, Giacomo: 228
Autorretrato en el estudio, de L.wmia rOittana, Jacobo 1, rey de Inglaterra y E,<,co~ia: 134 :\llanna, Pictro: 124
dibujos (Milán, colecciÓn de Achille Bcrtarclli, Jacopo da Trezzo: !56 :\llannque, Ana: 69 nota 93
Casrcllo Sfor7esco): 106 Jiménez, Martín: 66 nora 16, 68 nora 52 Manrique, Gómcz: 150 nor.1 4
Gragn.1gue, monseñor de: 67 nora 36 José de SigiienLa, fray: 66, 206 Mannque, '\1aría: 60
Greco, El: 16, 17. \6 nora 17, 123 Juana de Aragón: 68 nota 8 1 l'vLlntua, duque de: 66 nora LO, 67 nora' 19 y 28,
Dama del armúio (Gbsgow, Pollok llousc): 16, Juana de Austria, princesa de Portugal: )9, 64, 68 nora HO
l 7. 36 nora 17 1.39, 143, 146 Manuel Filiberro de Saboya: 15, 65, 137, !51
Retrato de Giu/10 Cluz•io (Nápolcs, .Julio 111, papa: 29, 92 Manuel, Rodrigo: 150 nota 4
C:apodimonte): 123 Marescorri, Ercolc: 180
Grcgorio XIII, papa: 223 Kraeck, Jan (Ciovanni C1racca): 25, 26, 80, 81, 82, De/l'eccellenza delta dmma: 180
Grignion, Thoma" 123 86, 87, 156 Margarira de Au,tria: 123
Grillo de Génova, Angelo: 186 Felipe Manuel de Saboya a los cinco allos ( M<1drid, María de Austria, emperatriz corNJrtc del ~acro
Gmi, Annihak: 233 Prado): figs. 41 y 42b (>ccción transversal); 25, Lmpcrio Romano Gerrnánrco: 24, 64, 65, 143, !53
Guasparrino, France,co: 6H nota 60 81, 86, 87 notas 11-25 y 35, !56 María de Hungría, rema consorte Jc Hungna: 2 1,
Guercino: 134 Kraeck, Jan y S.íncheL Cuello, Alonso. Véase 66,90
Gui.:ciardim, Lodovico: 36 nota 62, 90 Sánche7 Coello, Alonso y .Jan Kracck :\liaría Pía Jc ~aboya, reina de Portugal: 150 nora 18
Descritti011e dr tutll i Paesi Bassi: 36 nora 62, 90 .\iárquez, Amaro: 1 50 nora 4
GLnsa, cudenal de: 61 Lacazc, marqués de: 171 :\1arstrand, Wrlhclm: 114
Ladrada, marqués de: 63, 69 nota' 86 y 100 Martín Villcna, Ignacio: 1 )0 nora 1S
Haro, condesa de (María Télla-Girón): 64 LJfréry, Anroinc (ed.): 11 8 Maninartc: 68 nota 82, 69 nota 83
Hcintz el Viejo, Joseph: 216 Vecchía rimhambita muoue riso alfa fanciuletta, MarríneL de trujo, Colección: 144 nora 16
Vemrs dormid,¡, atributdo (Viena, de Sofmrisba Anguiso/a, grabado de Jacob Marrínez de la Cuadra, Juan: 149
Kun,rhistorisches Museum): 216 .Bo; (Londres, British Museum): fig. 47; 11 H Martirc, Pi erro, conde: 1 12 nota 1
llemessen. Carcrina van: 21,36 nota 62,40-42, Lamo, Alcssandro: 20, 190, 191 nora 1 Maschi, Bernardino: 6S nora 7S
66, 89' 90, 96, 98, 105 Lancerri, Vinccn7o: 1 14 Maximihano ll. emperador del Sacro Imperio
Autorretrato ante el caballete (Basilca, Landi, Claudio, conde: 6S nota 81 Rom<lllO Germánico: 21
Kunsrmu>eum): cat. 1:21,40,90, 91, 9H, 98 Landriani, Giovan Francesco: 160 :VIedici, Antonio de' : 205
nora 3 LanLoni, Pictro Antonio, il Tolelllino: 127 :Vledici, Catalina de'. Véase :V1édtcis. Catalina de
Autorretrato ante el caballete (Ciudad del Cabo, Lasinio, Giovanni l'aolo Medici, Cosimo 1 de', gran duque: 68 nora 59. 118,
Colc~ción Michaelis): 90 Antorretrato en el estudio, de Laumza ~o11tana, 148 nora 2
Retrato de mu;er ;oue11 tarlendo ell'irp.inal grabados: 106 Medici, r:Jeonora de': 32
{Colonia, Wallraf-Richartz-Museum): lig. 16; Lariloye, Ana de: 64, 67 nota JO Medici, familia: 205, 218
21,40,89,96,105 I."Aubespine, Sébasrien de: 66 nora 11 Medtci, ferdinando de', gran príncipe: 106,105
1femessen, Carcrina van (según) Leganés, marqués de: 127 Medid, Francc~co 1 de": 57. 231,232
Autorretrato ante el caballete (San Pt>tershurgo, Leonardo da Vinci: 41, 42, 92, 134, 175, 176,205 Medici di Onajano, familia: 185. 232
1 lermiragc): 90 Leoni, Leone: 44, 130 Médicis. Catalina de', reina consone de Francia :
Hemessen, Caterina y Jan ~anders van: 90 l.eoni, Pompeo: 44, 56, 62, 143, 149, 150 nora S )3, 55, 56, 63,66 notas 11 y 15,67 notas 24,
Retablo de Tendi/la (Cin..:innari Arr Mu&eum): Cenotafio de Feli¡Je 11 (San 1orenzo de El Escorial, 26 y 33, 69 nora 90, l 39, 140
90 Basílica del Real Mona,rcno): 56, 142, 149 Mercuriale, G irolamo: 171
Hcmessen, Chrisrina van: 21, 40, 90, 96 Lcrma, duque de: 60. 146 Oe morbis puerortrm: 172
Hemessen, jan Sanders van: 90 Lcyva, Antonio de, príncipe de Ascoli: 120 nora 1 M•guel Ángel. Véase Buonarrori, .\ llichebngelo
Hemessen, Jan Sanders y Ca terina van. Véclse Lcyva, .\llananna de: 120 nota 1 Minerhettt, Bernaderro: 68 nora S9, 148 nora 2
Hcmesscn, Carerina y Jan Sandcrs van Liaño, Antonia de: 163 Miranda, conde de: 150 nora 4
Hercolani, Colección: 21 O Lraño, 1·clipc de: 163 Moneada, Fabri7io de (conde de Calrani~scrra
Hipócratcs: 172 Lornazzo, Giovnnni Paolo: 1 18 ) de Paterno): 24-26, 64, 65, 231
1-logt>nbcrg, l'rans: 152 Lomellini, Orazio: 24-26,50 now 20, 65, 189, 196,23 1 Moneada, Fcrdinando de: 64
Holanda, frandsco de: 163 nora Longhi, Barbara: 29 Montalhani, Ovidro: 227
Do tirar ¡mio nalllral: 163 nora 1 Longhi, Luca: 196 Monteleone, duques de. Véase Prgnatelli Colonna,
T!oward, Hugh: 134 l.orena, cardenal: 54 familia
Sofonisba Anguissola (según Amonio Van Dyck) l.osseni, Luca: 68 nora 81 Mora, Cristóbal de: 150 nota 4
{Londres, British M useum ): ca t. 23; 134, 136, tono, Lorenzo: 124, 127 :Vlora1s, Crisróviio de (Cri~tóhal de :\llorab): 61,
137, 163 Retrato de dominico (¿Marca11touio Luciam?J 146
lloward, Mrs.: 1S7 (Treviso, Musci Civicr): 127 Fl príncipe Don Carlos (Madrid, .Monasterio
1 lumotre, Esteban de (¿Énenne Dumonsricr?): 57, ludovico il Moro. Véase Sforza. Ludovico Descalzas Reales): 61, 68 nora 68
60, 68 nota 49 1 uini. Bernardino: 36 nora 57 Morales, Luí' de: 85
Luis Felipe T, rey de Francia: 17 More,John: 123
laia (Marcia): 92,95 Morelli, Giovanm: 96, 102
ldiáquez, Juan de: 150 nora 4 Machirelli Giordani, Vincen7o, conde: 160 Moreno da Brcscia: 85, 124
lllán, Adelina: 198 nota 2 Madraza, José de: 127 Monen, Chrétien de: 90
lsabelll, reina de España: 206 J\iladrazo, Pedro de: 164 :\lloro. Amonio: 44, 54. 56. 58, 59, 90, 137. 139,
Isabel Clara E.ugenia, infanta de Esparia: 15, 46, Mad,en, Karl: 1 14 140, 146
50 nora 20, 6.5, 69 nora 82. 137, 139, 14.3, 156, !VIaesrro Giovannino: 62, 63 Doria ]ua11a de Austna (.\ladrid. Prado): fig. 24;
230,231 F./ priltcipe Alessandro Famese, atribuido (Dublín, 58,59,146
Isabel de Austria: 54 Narional Gallcry of lreland): fig. 29; 62 Retrato de Febpe JI en la jomada de San
Isabel de Portugal, reina de Esparia, ernperatriL del Maíno,Juan Baurisra: 149 Quintín (Parrimonro 1\:acional, Real
~acro Imperio Romano Germánico: 64, 140 Mainoldi, Lucia: 112 nota 1 :--1onastcrio de San Lorenzo de El Escorial)
Isabel de Valois. reina consorte de España: 15, Malvasía, Cario Cesare: 29, 30, 37 notas 97 y 99, (perdido): 56, 140
16, 23, 34, 50 nota 20, 53, 54, 57, 62, 64, 67 46, 'iO nora 23, 51 notas 25 y 26, 1SO, 209, 227 Moroni, Giovanni Barrista: 21, 21, 44, 85. 101,
notas 24 y 36, 86, 96. 101, 126, 130, 137. 139, rpfsiua pittrice: 180 109, ll2, 120, 123, 124
140,143,149,153,156,160,163,230 Malvez7i, familia: 67 nota 37 Retrato de dama (probablemente la condesa
lsolani, familia: 180 Jl,lancini. Giulio: 227 LuCia Albani Avogadro) o (Dama de ro¡o)
lsolani, Rodolfo: 180 !VIander, Karel van: 186 (Londres. Natrona l (.aJJery): fig. 1; 21, 22

2.52
Retrato de /solla Breml>atJ (Bérgamo, PalaZLo l'iccolomini, Alessandro: 18 Rohusri, .'vlaricrta: 21, 96
Moroni): 112 De la institt•tir)11e di 11'/l,r la v1ta de /'hamo nato Autorretrato (l'lorcncia, Uffizi): fig. 17; 40
Munroe, Fmma F.: 95 rwbile e in citt,¡ libera: 18 Rodolfo Il Je Ausrria, emperador del Sacro
Pígnarelli Colonna, familia (duques de Imperio Romano Germánico: 143, 216
Nájera, duques de: 163 Monreleone): 185 nota 1 Rojas, Luis de: 150 nora 4
Navonc, Giulio: 105 Pío, Giovanní Barrisra: 182 Roldán, Luisa: 28
Negn, Girolamo: 66 nota 10,67 notas 19 )' 2R Pío IV (Giovanni Angelo de' Medici), papa: 44,50 Romero, Rafael: 198 nota 2
Niccolo dcii'Ahmc: 114,205 nota 16, 55, 67nora 25,68 nora 61,146, 148 Rosini, Giovanni: 106
nora 3 Jlutorretrato en el estrtdio, de Lavinia Fontana,
Oñate, condes de: 150 Piombn, Sebastiano del: 28,41, 134,206 grabado de Rancini: 106
Oretti, Marcello: 46, ISO, 180 nota 2, 209,210 Pisancllo (Antonio Pisano): 130 Rossi, Propcrzia de': 29, 1 18
Orley, Bernard van Plarón : 172 Rossi Rana, Lacrúa: 209
Bat,¡l/a de Pauía (rapiL) (Nápoles, Plínio el Viejo: 92, 95, 98, J 05, 172 Rosso Fiorcnrino (Giovanni Barrisra di lacopo
Capodimonte): 149 Natura lis historia: 105 de Rossi): 41
Orsi, Alessio: 48 Plutarco: 18 Rovere, famili~: 160
Orsini, Enrico: 171 Precetti ccmiugali: 18 Rovere, f'r;tncesco Mana ll ddla: 64
Orsini, Fulvio: 66, 96, 101 Pnlcrú, Vicente: 208 Rovere Guidovaldo Il dclla: 160
Orriz, Cornelia. Véase Appiani, Cornelia Polibin: 20 Rubens, Pedro Pablo: 56, 134, 144
Ortiz, Pablo: 61 Ponte, Giovanni Paolo da: 42, 50 nora 7 Rubens, Pedro Pablo,) Amonio van Dyck. Véase
Osuna, duque de: 64 Ponzoni, Bianca: 19, 2 1, 1 12 nora 1, 124, 230 Dyck, Antonio van, y Pedro Pablo Ruben;
Ovidío; 143,114 Ponzoni, Ponzino: 1 12 nora 1 Rubens, Pedro Pablo y taller
Metamorfosis: 143,214 Pordcnonc (Gíovanni Antonio de Sacchis): Isabel de Valois (Toledo, Cigarral del Carmen):
Ovíedo, Cristóbal de: 67 nota 22 21,41 fig.48;56, 144
Possc, Hans: 114 Ruble, Alphonse de: 67 nota 25
Pacheco, Francisco: 87 nota 32, 149, 206 Postar, Sclma: 202 Ruini, familia: 218
Arte de la pintura: 87 nora 32 Posrar, William: 202 Ruini, lsabella: 218, 219, 233
Paderno, Giovanni Bartisra: 50 nota 15 Prado, Bla~ de: 85 Ruiz, Magdalena: 25, 156
Palatino, Gíovanní Barríst.a: 95 Primariccio, Francesco: 214 Rui7 Vcrnacci,Joaquín: 144 nora 14
Libro nuouo d 'imparare a scrivere: 95 Primoli, Giuscppc, conde: 105
Palcologo, Margherira: 109 Puerta Vizcaíno, Juan de la: 206 Saharini, Lorenzo: 28, 209, 213, 216, 2 19
PaleottJ, Camillo: 172 Pulzone, Scipione: 40, 222 Judit y Holofemes (Bolo111a, Quadreria di
Pakurri, Gahríck: 27,211, 32, 37 nora 89, 47, 48, 118, Retrato de mujer (Baltirnore, Walrers Arr Palazzo .\llagna111): 209
171, 172, 175, 189,202, 20S, 210,213,214,219 Museum): 40 Sacchi, Federico: 109, 109 nota 5, 114, 126
Discorso intomo al/e unmagim sacre e profane: Saint-Sulpicc, embajador: 55
27,47,172,213,214 Quade van Ravesreyn, Dirk de: 216, 225 S.tlviari, Franccsco: 102
Pancíarichi, Barrolomro: 50 nota 17 Venr<s dormida, atribuido (Viena, Smnacchini, Orazio: 28, 2 19
Panroja de la Cruz, .Juan: 16, 34 notas 5 y 6, 55, Kunsrhistorisches .'vluseum): 216 SánchezC:oello,Alonso: 16, 17,24-27,36nota 16,44,
56,66, 143,144, 14~ 152 54, 55, 57,59-62, 64, 67 nota 46, 68 notas n y 73,
Retrato de Feli{Je IT anciano (San Lorenzo de El Rabasco, Ortaviano: 225. 227 69 nora 121, 71, 80-83, 85, 86, 87 nota 31, 139,
escorial, Real Biblioteca del Monasterio): 152 l'allade ignuda del/a famosa plltnce Lavi111a 140, 142, 143, 144 nora 15, 146, 14H. 149, 150
Panroja de la Cruz, Juan (atribuido) Follfana: 225, 22 7 notas 4 -7 y 1O nora 4, 152,153,156, 157,160 nota 9, 163, 164
La rema Isabel de Valois, tercera esposa de Rabuyatc, Benederto: 69 nora 108 Ana de Austria (Madrid, Musco Lázaro
Felipe l1 ('egún Sofonisha Anguissola) Raczyrí•ki, Atanazy: 50 nota 18, 1 1O Galdiano): 140,144 nora 15,153, 164 nora 2
(Madrid, Prado): car. 25; 16, 34 nota' S y 6, Rafael (Rafael San7.io): 28, 98, 160 nora 9, 206 Ana de Austri<Z, re111a de Es¡Jaña (Viena,
55, 143, 1-14, 145 Virgen deluelo o Virgen del Popolo (Chantilly, Kunsrhi;torisches): 164 nora 2
Parma, duque de (Pier Luigi Farncsc): 230 Musée Condé): 206 Desposorios místicos de sa11ta Catali11a (Madrid,
Parmigianino (Girolamo ~rance,co Maria Rancíni Prado): fig . 6; 26, 87 nota 31
Mazzola): 92, 189, 190, 191 nora 2, 195, 202 Autorretrato en el estudio, de Lavinia Foutcma, Felipe Il (Florencia, Palazzo Pirri): 152
Sagrada famrlia (Bolonia, Pinacoteca Nazionale): grabado: 106 La infanta Catalma M1caela (Madrid, Prado):
202 Rangoni, lsabclla: 120 nota figs. 43 y 44 (radiografía), 45 (sección
P<1sse, Magdalena o Willcm de Pa;,sc Rarra,C:arlo:209 tr<msversal): 26, 82-84, 86, 87 notas 26-29 y 34
jo/m More, grabado (Londrc.,, ;\Jarional Porrrair Rana, Dinnisio: 209, 233 Infanta Isabel Clara Euge11ia y Ma¡¡dalena Ruiz
Gallcry): 123 Rana, familia: 209, 233 (Madrid, Prado): 25, 87 nora JI, 156, 157
Passerotri, Arcan¡;elo: 218 Rana, Giu;cppc Cario, conde: 209 nora 2
Libro dr Lavorrerr: 218 Rana, Lorenzo: 209 Infante Femando (Madrid, Descauas Reales): 156
Passerotti, Banolomeo: 30, 31, 33, 126, 167, 168, Rarri: 6 7 nora 17 Joven desconocid,¡ (Madnd, Prado): cat. 34; 26,
171,182,216 Ravcrra, Orrav1ano dclla: 55 87 nora JI, 164, 165
Andrómedtr (Turín, Galleria Sabauda): 216 Rcni, Guido: 28, 33, 168, 21 O E/ príncipe do11 Carlos (Madrid, Prado): fig. 27;
D~ana cazadora (París, Louvre): 216 Rcquescns, Luis de: 36 nora 42 61, 148 nora 1
Rl•trato de coleccio11ista (colección parricular): Ribera, Juan de: 149 1/.ey rehpe 11 de Esl}(liía (según Sofonisba
fig. 7; 31 Ribera, Pedro Pablo de: 24, 26, 30, 37 nora 74, 49, Anguiswla) (Viena, Kunsrhisrorisches): 1S2
Pa"ignano, Domenico: 186 62, 65, 96, 149, 163. nora 4 nma3
Paulo 111 (Aicssandro Farnesc), papa: 230 Glorie ímmortali de' trionfi, et heroiche imprese S<ínchez Coello. Alon>o (atribuido)
Paulo V, papa (Camillo Borghese): 186, 228 d'ottocento quarantacmque Don11e illustri, El príncipe Alessandro Famese (Liechtcnst<·in,
Peñaficl, marquesa de (Isabel de la Cueva y antlche, e modemc: 24, 49,51 nora 43, 163 Princely Collecrions): 62, 68 nora 77
Castilla): 64, 69 nota 9.3 nor~4 Sánche7 C:oello, Alonso (taller)
Perca, hancisco de: 67 nota 38 Rícci, Anron1o: 149 lsallel Clara F.ugema (anngua colección W. B.
Perino del Vaga: 28, 37 nora 96 Rinaldi, Cesare: 227 .Jordan): 2S, 65, 69 nora 120
Persico, 13rocardo, conde: 53, 61, 64,67 nora 29 Ring el Joven, L.udgcr rom: 98 nota 3 1:./ prír1cipe don C1rlos (Zámek 1'\elahozeves,
Pescara, marqué; de: 149 Autorretrato (Braunschwcig, Herzog Anron Colección Lobkowicz): fig. 28; 62, 139, 149, 150
Perrarca. Francesw: 20, 34, 132 Ulrich-Muscum): 98 nora 3 J::l príncipe do" Carlos uestido de bla11co (según
Á(nca: 20 Ripa, Cesare: .34, 48, 132 Sofonisba Anguissola) (colección particular):
Rune estrauagant1: 132 Iconología: '14, 4ll, 132 cat. 27; 24, 62, 139, 149, 150, 151

253
U prinnpe <idhlstt,Í/1 de l'ortu¡.:al (!,.:gun Urhmn, pnnctpe de: 60, 64, 6S notas 78 ) 82, tí9 Obras conocidas por fuentes docurncntale~
Sotoni;b,¡ i\n)\UI'sola) (Suma, Palacio nora S.\ 160
Nacional): tig. 4\1; 62, 139, 150 An¡:u issola, htropa
'>anchez Codlo, Alonso,) Jan l<..racá (segun) Va ldeta ro, pnnnpe de: 68 not<l 8 1 Bianca l'mr~om: (,4
Isabel C/arcz t.ugenf,¡ (Madrid, Prado, en V,wm, hancesco: LS6 Anguissola. Lucta
depÓSitO cmh.l¡.ld.l r,pJña en Pans): figs. ) \'a r.:a no, comk: 191 Duque de Sess.<: 124
(detalle), 39.40 (radtograiía) 1 41a bc~.:tún VasJri, G10rgio: 20, 22, B, 18, 34 not.l 3, 36 nota Anguissola. Sofoni,ha
transvers.tll; 25, 6'i, S 1-84. 86, 8 7 nora' 19- 62. 4 .>. 44, 4H, 'iO m>t·" 1" r 18, 53, 90. 109, Autorrctr<IIO <11/fl' t'i cab<!llete (ant<'nor e<>k·c~t(>n
22, 24, 1S ~ 35 110.114,1 IS, 124, 116, I r , 102 del conde de Bud.tn)\hamsh tre; Londres,
San.:ha Cocllo, ls.llx·l: 24, %, 163. 163 nota 4 l1bru de ddmios: 1 18 comercio dd .me, 1HO.'i): S 1 nota 40
'>antena, Marta. Veast Tan.1 de Sant.:na, :\l.trt.l \'lte de' pw ucellelltlfJilton, seu/ton e Autorretrato ante el <"<lihlilete (anrcnor cok-c.:i<in
Sanroyo, Seb,t>tián de: 1 'iO nma 4 archttettor: 20, 2.), 14 nora 3, J6 nor~ 62, 90, reverendo '\.. D.11. Nnvron, Londre';
Scarsell111o (lppolito ~car<clla): 178 110, 114, IIH, 124, 126, 137 comcn;io d~l ane, 1808 ): 51 nota 40
Sd111trzler, rmmv: 41 Va yo, Joaqutn, colec,·icin: 144 nota 14 Atttorrelr<~lo <11111' el cabullete (l:'lorencta,
Sculron Ghisi, Dt<lna: 29, 130, 132 Vazyuez, i\lateo: 69 nota 121 colec(lon pa rttcui<H. s. XIX): 51 nota 40
Scgnt, famih.t: 6- notJ P \',ízyucz de !\lolllla. Juan: 67 nota .B Duqul? de Sess.1: 51, ó6 nora 4, 68 nma S4
Scrmton. Aver.trdo: JI !l Vcgni, Leonardo de: 20.5 Isabel de ~.dms ( ,\1.1dml, Palacio Rcal de 1'1
Se»J, duque de: s.l, 6S notas 4 ~ 54, l24 r\ult me t.m¡¡ere dl· r. Ctarcb, grabado (\\íl.m. Pardo, (,alt-na dL· Retratos): 56. 14 ~
)forta, Co!lotJn7J: 233 colccucin de Achille BL•rtarcllt, c~srello U pmiCtf>l? Don Culos: 61-61, 68 nota 70
SforLa, hance;co 11: 19 Sforze":o): 205 Angu1sso1.1, 'iofoni,ba (.urihuido)
Sforza, l.udovtw, i/ \1om: 110 Velasco, l:'rclnct~co de: 149, 1SO nora 4 A11a de Bcnbmr: 64
Sgrilh, Gimcppe M.lrt<l: 106 Vela seo, Pedro de: 62 Retmto lellli'11mo (mercado del arte .l: 69 nora
Sigoney, Lut>: 6 7 nota JO Velázquez, D1ego: 206 104
S1gonio, Cario: 31> not.l 27, 66, 106 Vernnese, Carlcrm ((.arlo Cahari): 222 Anguissola, Sototmha (segun)
'>ir,llli, EUsabctta: 19 Veronese, Paolo (Pnolo Cali,tri): 41, 134.222 Isabel de Va/01s (anttgua colección del o.:ondc
Soleri. Giorgio: 1í 1 Rodas d1• C.w.1 (l'art>, lou,rc): 41 Bassi ): 144 nota l.í
'>nlferino. duyuc de: 149 \'euus y .\f,¡rte (p;lr.1dcro desconocido): 222 ls<~bel de \~1/ors (.lnttgua colección Juaqum
'>ornJJno. Juan Amomo: )/ Verrocchio. Andrca del: 41 Yayo): 1-H not.1 14
'>p;mnocchi, wlccclÍlll: 101 Vco;alio, Andrea: ) 1 nota 31. 1-1 lsuiH?i de \i,zfcJIS (Colt-cuón Ralph Berna!): 144
Spthmbergo, Irene dt: 42,50 nota' 7-9. 'il. 96, 12tí De hunwm wr¡mm {<1brica: S 1 nor.1 31. 172 Rey Felipe 11 d~ bf~<lña (Pans, Galerie Charb
'>pranger, Barthnlomeus: 1 J 1, 214, 216, 224 nom 9 Vida, :'-Llrw Gm>bmo: 20, 89 Brunner): J í2
'itampJ, Ermc-= 120, 120 nora 1 Vtgn, Cateruu (Ca terina de Bolonia): 29 Anónimo
Stampa, familta: 120 Villagonzalo, L'cmdcs de: 150 lv1edalla con ,.¡ rnraro de Pterro .'vlanna: 124
'>rampa, Massimili.lllo, llmarquc> de Soncino: 120, Vmcemo Geno de l'i,toya: 172 Buonarroti, :VItchciJngelo (Mtguel Angel)
120 nora l Vtneux, madame de (CI.lllde de Vaupcrge): 'i4. 55, Cleopatr<l, thhu¡o: 11!!
Stcwart Gardner, 1sabelb: l46, 147 nora 4 66 nota 15,6 7 nora 16 Ocnis, !\bnucl
'>tillmann, J~me>: 120 Viscomt, Ennto Qutrtno: 128 F-elipe lf: 68 not<1 ) !!
Srracten, jons 'an dcr (Jorge de id Rúa): 54, 56, \'t-;com•. [rcole: 62, n4, 6!l not.l 80 Oyt:k, Antonio nn, y Pedro Pablo Ruhens
59,6-notas21, ~Or %, 156, 15" Virellt, ChiJppmo: S7 Cartones par.1 I:z¡nas sobre la t'ldu de l'u/Jlw
/sube/ Clan1 btxem.z y Catalma, h,as de Vtz>ani, Pompeo: 20'1 Dcno: 134
Fc!tpe 11, rey de F.sfhllt<l (Royal Colk<:tton Voragtne, Santi.1go de la: 198 l-ontana, I.avint ..l
lrust): 156, l.S6 nota 1 Lqend,, dorada: l9S Monsennr Dwmsrn R,uta: 209
~uo;tcrrnans, jusw>: ~O Fontana, Prospero
Wa,tgen, (,u~tal· rnedrich: 109, 126 San Ale¡o distri/myerrdo /mwSI//1 : 48, ) 1 nota :¡4
Tan.1 de Samena, :Vbrra: S?, 64. 6- nota> 46 )' 4S, Waltcrs, Hcnry: 120 Gatti, Bernardino, ¡{ So1<1m
160.163 Wey, Fr.tnct-= 109, 109 nota S Decoración de 1,1 capilla (Soncino. Ca;ttllo): 110
reerlinc, l.cvma: 123 W) ngaerdc, Anron v,tn den: )7 Humorre, btrban de (l'riennc Oumonstier ?)
Terzt, France,.:o: 141 Doña fuoJna de Austrltl, atrthllldo: 60
AuslriLIC!lC' geutL.;; llltLZguunn: 142 Ximénez, .\ndré-= 11! Panroja de l.t Cnu, Juan
Ii.mni, ,.\),,_,andro: 37 nota 97 Ximeno, Vi«.:enrc: )7 nora 74 1-/ prmope Don C1r/o;: I 'I'SIIdo de b/,mw (<cgl!n
luna rete (Tharnar): <JH ~ofoni.,ha Angtll'>'ob): 149
fmtoretro, Jacnpo: 40, 41, 45, 48, 51 nota J2 Yarborough, conde de, colecc10n: 109 Rtcct, Amonio
ltst, Benvenuto, ¡{ Gam(alo: 168 Fl prrnCifJe Don L~rlos t'I?Stido de bltiii<'O (;egun
l'ito Livio: 20 L;w,¡, Giovannt 13.mt,ra: 124 Sofonisba Angut>sob ): 149
Tiztano Vecelho dt Gregono: 37 nora 96, 41, 48, z.unbeccari, colccctón: J 78 ~ánchez Coello, A Ion so
B. 87 nor.t B. 10'1 not.l 11, 123, 126, 1 30, /.anott i, Gi.lmptcrro: 1SO Condesa de Haro: 64
114, 139, 140, 146,212,124 nora 6, 218 Zappi, Co>tauza, htp de Ll>inia Fonwna: 2J2 Doiia Juana de Austna: 6 1
Retrato de Pn•tm An•ti11o (rJorencia, !'alano / ..appi, Emilia, hija de L:ninia Fontana: 1- 1. 2.\l 1 mso1 de C.zstro: 60
Pirti): 116 Lappi, Flaminio, h11o de l.avmia hmran,1: 2.n \larÍcl M,um,¡u¡•: 60
\óws y Adm11s (,\latlnd, Prado): 222 Lappt, Gto>annt P.wlo: .10, 46, 105, 16S. 171, 186. .\!arquesa de l'ena{il•l: 64
li1iano Vecellio dt (,regono (según) 206,2.32 A1arta T..zu,¡ de S,wtcua: 'i~, 64, 67 nora 46, 163
/s,zbel de Porlttxal, emtn•ratri~ (Viena, Lappt, l.aud01ma, htja de l.annia Fontana: 227, !'.traeren, Jons \'<111 der (Jorg.: de la Rl!a)
Kunsthistori-,cht•,): 140 231 Arta de l.<ltiloye (según ~ofonisba Angutssola):
Tóngn)', Caludia: 69 nora' S2 y 90 Zappi, Laura. hija de l<1Vinia Fomana: 232 64, 67 nota 30
Torres, María Jesl!s: 24, 17 nora 75 Zappi, Ora7io, hijos de L.nvinia Fontana: 232 Isabel de Valcns (SC)\Ún ~ofomsba Angui\\ola):
To,tado, Cristobal: 62, 14'1 Lappi, Prospero, hi jo de 1 avtnia Fom.ma: 232 í6
Townley. Charles: 1B Lappi, Severo, htjlh de J.a,·inia Fontana: 22S. 232 Solen, Gtorgto (amhutdo)
Tmsmo, Gtan Gior)\tt>: 20 Lappi, Se•ero: .¡-, J(l) 1:-e/rpe 11 (se~un '>ofont-,ba An~uissob): 1 'i2
So(onisbu: 20 Laps, Gabriel de: 6 'i, 152 Tccrlinc, l.e'!tl.l
Luccaro, Federico y ladeo: 61 Autorretrato: 12.1
Ungaroni, Anna: 20 he;cos Sal.t dct F<htt 1 arnesiani (Caprarola, l'imarere (Thamar)
Urhmo, cardenal de: 68 nora 59 Villa Farne,c): 62 Diana de ÉfeM>: 'IS
Urbino, duque de: 2.B Zurbar.ín, Fr,lnci\Co de: 109

254
Crédims fotográficos

Althorp, Nonhampmnshire, from the Coll¡;aion Milán, corte~ía colección particular: ca t. 46


at Althorp: fig. 15 Milán,© Pinacoteca Ji Breca: caL 42,47
Baltimore (Maryland), The Walters Art Mus¡;um: Milán,© Veneranda Biblioreca Ambrosiana 1
cat. 15,37 tvlondadori Portfolio: fig. 51
Barcelona, A[bum: figs. 17 (Al hum 1 akg-images 1 Nápoles, Ministero pcr i Bem ¡; le ArrivitJ. Culturali.
Rahani- Domingie), 1S (Album 1 Fine Art lmages}, Polo Museale della Campania. :\1u~eo e Reai.Boscn
19 (Album 1 DEA Pinure Library), 2h (Aibum 1 Fine di Capodimonrc: fig. 46; ca t. 4
AHs Image~)
Nueva Yor-k, l'he 1\-lorgan Library & Museum. fig. 14
Basilca, Kunstmuseum Base!, Schenk~mg dcr París, Agencc Photographique de la Réunion des
Pro f. J.J. Bachofeu-Bun.:khardt-Sriftung 2015, cat. 1 mnsées nationaux: fig. 22 (© RJ\,{N-Grand Palais
Bayona, Collection Gramont: fig. 25 [domaine de Chanrillyl/ Stéphane Maréchallc); car. 55
Bérgamo, Fondazione Accadcmia Carrara: ca t. 45 (© Ville de Marseille, Di~t. R.\1N-Grand Palais 1
Bcrl.in, hpk 1 Gemiildegalerie, ~MB 1 Chrisroph Gérard Bonner-Magdlan}
Schmidr: car. 12 París, BibliorhCqne narionale de France: fig 23
Bolonia, Archivio Fotografico dei .:Y1usei Civicí J'Artc PaternO, Curia Arcivescovile di Catania Ufficio per
Antica: .ligs. 8, 20 i Beni Cultllrali (foto: Francesco Marchicaj: fig. 4
Bolonia, con:esía colección pan:icnlar: car. .19, 57 Pésaro, Su gen ti le conccssione del Comune di Pesaro
llolonia, corresía Collezionc Pavirani. ca t. 61 1 Servizio Cultura e Promoúonc del Territorio, Musei
Bolonia, Fondazione di culto e rdigione Ritiro San Civici di Pabn:o Mosca (foro: Michdc AlhertO Sneni):
CH. 32
Pellegrino (foto: Equipe Fotosmdio di Marco Degli
Esposti): cat. 54 Poznarí (Polonia), cortesía Fundacja im Raczvrí~kich
Bolonia, Foroteca Fondazione Federico Zeri: .lig. 7 przy \1u;o:eum Narodowym w Poznaniu: cat 11
Bolonia, 1 a Quadreria. Pab/.:W Rossi Poggi M arsili República Checa, Lobkowircz co\lections, 1\'elahozeves
(foto· Alessandro Ruggieril: fig. 12 Castl¡; 1 Bridgeman lmages, Londres: fig. 28
Bolonia, Pinacoteca Kazionale di Bologna. Polo Roma, cortesía de la Accademia l\'azionale di San
Musealc Emilia Romagna. Archivio ¡.;'otogra.lico: Luca. Presidcnre Francesco Ccllini, Segrecario Generale
fig. 11; ca t. 38, 40 Franccsco Mo~chini: car. 8
Boston, lsabel\a Stewart Gardner !VIuseum 1 Bridgeman Roma, Collezione l'rincipi Colonna: cat. 6
lmages, Londres: ca t. 26 Roma,© Ministero per i Beni e le Artivid Culturali.
Boston, © 2019 Museum of Fine Arts, Bosmn: ca t. 3 Gallería Borghese: car. 44,61
Hudapcst, Szérmíívészeti Múzeum: ca t. 48 Roma, Nuova Ane Fmografica di Franco Bocchino:
l·at. 16
Bmdeos, © Mairic de Bordeaux: cat 36
Ruán,© C. Lancicn, C. Loi~el 1 Réunion des Musécs
Colonia,© Rheinisches, Bilclarchiv: fig. 16
Méuopolitains Rouen 1:\"ormandie: ca t. 59
Cortesía colección panicular, Diletra Badeschi:
San Diego, Sa11 Diego Museum of Art, USA 1 Gifr
ca t. 56
of Anne R. and Amy Putnam 1 BriJgcman Imag¡;~,
Cortesía colección panicular emopea: caL 43 LonJres: fig. 50
Crcmona, ~1useo Cívico <<Ala l'om:one»: .ligs. 2,] Sevilla, Dani¡;] Salvador Fotografía: fig. 30
Dublín, Foro© Nmional Gallcry of Ireland: figs. 9, 29 Siena, Ministero per i Bmi e le Attivita Cuilurali. Polo
Florencia, Gallerie dcgli Uffizi. Gabinerto Forografico: Museale della Toscana. Pinacoteca Nazionale di Siena:
cat. 9, 14, 52, 58 car. 7
Florencia,© 2019 Foro Scala. fig. 1 O Simra, l'ahício Nacional de ~intra, © PSML Emigns:
1

Glasgow, © CSG CIC Glasgow Museums Coilccrion: fig.49


.lig. 52 Sourhampton, Sonthampton City Art Gallery 1
Laricut (Polonia}, Muzeum-Zamek w Larícucic (fmo: Bridgeman hnages: ca t. 1O
Maria SLewczuk): car. 5 Sramford, The Burghley Housc Collecrion: cat 18
Londres, cortesía Sotheby's: caL27 Swindon, lf.l National Trust lmages 1 J\htrhew Hol\ow:
Londres, cortesía Rafael Valls Gallcry: caL 31 ca t. 22
Londres,© The National Gallery, 2019: fig. 1 Toledo, Antonio Pareja: fig. 4!\
Londres,© Thc Trusrees of the British Museum. All Turín, Su concessione del Minisrcro per i B¡;nÍ e le
rights rcserved: fig. 47; ca t. 20,13 AttivitJ. Culrurali. Torino, Musei Reali. Gallería
Madrid, cortesía Fundación Cnsa de Alba: cat. 60 Sabauda: car. 30
Madrid, cortesía Galería Caylus: fig. 21; cat. 49 Viena, KHM-Museumsverband: cat. 2
(©Joaquín Con:b} Venecia, Cameraphoro Arte: fig. 13
Madrid, cortesía Instituto de Valencia de Don Juan: Washington D. C., cortesía Je The National Gallcry
ca t. 33 of Art: cat. 21
Madrid, Museo .:"Jacional del Prado: figs. 5, 6, 24, 27, Washington D. C., cone~í~ de 1:\"arional .tv1useum
31, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 39, 40, 41, 42, 43, 44, of Women in thc Arts (Fmo: Lee Sralsworrh): cat. 41
45; caL 13, 17, 19, 24, 25, 28, 29,34 1
\'\ ellesley (Massachuseus), Da vis .:\,Juscum at Wellesley

Madrid,© Patrimonio 1:\"acional: cat 53 College: cat. 51


Mía mi, Univcrsitv of Miami, Lowe Art .\1useum Zaragoza, Mu~eo de Zaragoza (foto. José Garrido
(foto: Sid Hodrzell Photography): caL 50 Lapeña): cat. 35

j
EXPOSICIÓN CATÁLOGO

Comisaria Coordinación
Letieia Ruiz Gómcz An\l J\~ hliciúlJ d,~¡ ~-1uw 1 '\j,lc·ion"i dt:ll'r:ulu
fdc dc·i Dq'<lnc111Wnlo de l'nm;q \-,~p;li-JO!~ dd \.ola Gúme1- de Aranda
H.r:JcKÍillÍC.llo dd l\1ml'o \::~ci,.,ui Jc:l J'¡·;u.lo
Edición y producción
Coordinación FdiLicmc\ Fi \'Í\IJ
)enic.·io <.1(· E xpcl>Ícionl'c. TcnJ[-'<ll':lk~ S11miago Saavedra
¡le] :\1u:-.('O :.:aci<nl~l ;_IL·i Pr:-tJo CJonz<~lo Saa~edra
Juan Ramón Sanz Martínez-Sanz Luda Yarda
Silvia VillamleYa Bcltramini Maytc Garrido

Restauración Diseno
Tallere~de Restauración del M meo Nacional Subiela Bernat
del Prado
Traducciones
Diseño de la imagen gráfica Carlos Gumpert (del italümo al e~paiíol):
Tau Diseno ca t. 6, 8, 9, 21, 36, 37, 38, 39, 40, 41, 42,
44, 51, 52, 54, 55, 56, 57, 58-59, 60, 61,
Diseno y dirección del montaje 62 y cronología de Lavinia Fomana
Polosequeros_Mir Fernando Villaverde (del inglb al espaiíol):
ens<tyo de Michael Cole
Producción del momaje
Art in Translation (r.lel inglés al e~paiíol).
SIT Grupo Empresarial
cat 7y11
Transpone
Índice onomástico
SIT Grupo Empresarial
Teresa Santiago García-Ripoll
Seguros
Preimpresión
G<trantía del Estado
Lucam
Poolsegur Corred mía cle Seguros
Impresión
Egesa

Encuadernación
Encuadernación Ramo<;

1[)de la edición: 2019 Museo Nacional Cubierta: Sofoni~ba Anguissola, Autorretrato


del Prado unte el caballete (detJ!le de cat. 5), y L<~vinia
©de los rexros: sus amores Fontana, Autorretrato tocando fa espineta
©de las traducciones: sus amores (deta !le de ca t. 8)
©de las fotografías: sus amores Páginas 88-89: Sofonisba Anguissola,
Autorretrato ante el caballete (det<t!le de CJt. 5)
ISBN: 978-84-8480-536-6 Páginas 138-39: Sofonisba Anguissola,
NIPO: 829-19-038-4 Felipe JI (detalle de car. 28)
D. L M·28016-2019
Páginas 166-67. Lavinia Fomana,
Retrato de familia (deralle de clt. 42)
Cualquier forma de reproducción, disrribu·
ción, comunicación pública o uansformación Páginas 188-89: Lavinia Fontana,
de esra obra solo puede ser realizada con la Consagración a la Virgen (detalle de cat. 55)
aurorización de sus rirulares, salvo excepción Páginas 212-13: Lavinia Fontana,
previsra en la ley Venus y Cupido (detalle de car. 59)

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