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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS HUMANAS

CARRERA PROFESIONAL DE DERECHO

"Año del Fortalecimiento de la Soberanía Nacional"

NOMBRE DEL CURSO

Derechos Reales

TEMA:

La Casación N°2229 – 2008 – Lambayeque

ALUMNOS

 Perez Tintaya , Miguel Jian Pierre


 Blas Sánchez, Karol Medalith (no trabajo en el grupo)
 Torres Julca, Angie Camila (no trabajo en el grupo)

DOCENTE

Diana Ruth Becerra Díaz

Lima, 06 de febrero de 2022

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En aquel tiempo yo tenía veinte años

y estaba loco.

Había perdido un país

pero había ganado un sueño […]

Roberto Bolaño (Los perros románticos)

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Primera Parte

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En el presente ensayo desarrollaremos la decisión de los magistrados con respecto a la

Casación N°2229 - 2008 – Lambayeque en la cual estará divida en dos partes, la primera es una

contextualización y la segunda es el análisis. El derecho civil y el derecho penal son dos ramas

del Derecho conocidas como madres, ya sea, por ser las primeras, como también por su

densidad.

Los demandantes de esta Casación anhelan que la ley les entregue el predio donde viven

amparándose en el artículo 950° del Código Civil, para así aplicar la figura de prescripción

adquisitiva - manifestando – en más de una ocasión ser poseedores y ese predio fue entregado

por quien fue en vida , la señora María Eugenia Izaga de Pardo. Esto debido a sus años como

trabajador y en reconociendo de sus servicios. Este predio se le entrego a don Rafael Lluncor

Castellanos que lo ocupa desde el año 1943, en ese mismo lugar donde formo una familia. Este

bien inmueble ha sido ocupado por su persona por más de 70 años.

Hasta ahora se ve todo normal, sin ninguna anomalía. No obstante, los demandados

argumenta que el señor Rafael es solo poseedor del bien porque ese bien esta en arrendamiento

(alquilado) y que este señor pretenda ser el dueño es una falta grave, les causa indignación. Los

verdaderos dueños según las palabras de los demandados son los hermanos Guillermo, María,

Emilia, María del Pilar y Rodrigo Cepeda Yzaga. Señalan que los demandantes no pueden

recurrir a una prescripción adquisitiva porque ese bien tiene dueño (propietario).

Ante este conflictos tanto demandantes como demandados van ida y vuelta a diferentes salas y

juzgados. En el primer fallo se declaró infundada la demanda de los demandantes, señalando que

el señor Rafael tiene la figura de arrendatario siendo reconocido y acepto por el propio

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demandante. A su vez en el caso de su hija que es la condemandante, ella no puede acceder al

bien inmueble por el hecho de ser una servidora de la posesión, en otras palabras es la extensión

de la posesión de su padre. Siendo esto las razones de los magistrados.

La codemandante apela con el fin de obtener otro fallo. Sin embargo, esta situación no

cambiaría, ya que, la otra sala declara infundado la demanda. Ante tanta negatividad, la

codemandante decidí acudir a otra instancia que es la Suprema. Para ello, le pide a su defensa

que formule una Casación. El motivo del recurso de Casación es obtener otro fallo otra

interpretación. A parte de ello, descubren que hay un error de interpretación del artículo 950°

aclarando que no hubo una tutela judicial efectiva.

Para ello, fue necesaria la presencia de la Corte Suprema de Justicia de la Republica, en el

cual los magistrados - dieron a conocer – su postura dando un fallo que a mi parecer es el

correcto. Los magistrados de la Corte, dieron fe de que la interpretación del artículo 950° de

parte de la Corte Superior fue errónea, llamo la atención y exhorto a prestar más dedicación a su

interpretación. Aunque, eso no quiere decir que el fallo haya sido erróneo, no tiene nada que ver.

Ya que se aprecia que la codemandante al ser hija del demandante ella solo es servidora de

posesión y este al ser poseedor inmediato y tener un contrato de arrendamiento que reconoció

con sus propias palabras que hay la presencia de un propietario que en este caso son los

hermanos Guillermo, María, Emilia , María del Pilar y Rodrigo Cepeda Yzaga. Siendo ellos

descendientes de la señora María Eugenia Izaga de Pardo.

Por eso en el supuesto de que se declare fundada la demanda estaríamos ante un error,

admitiendo que los accionantes si tendrían derecho a usucapir lo cual no es cierto. Por lo tanto,

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se tuvo que corregir ese error o mejor dicho hubo una rectificación, ya que, dejarlo sin hacer

algún cambio generaría un evidente peligro en futuros casos.

En conclusión, el fallo de la Corte Suprema es digno de apreciar generando un precedente

judicial establece por el bien de nuestro ordenamiento jurídico. El análisis en concreto y con una

mayor énfasis se verá en la segunda parte. Recordando que esta primera parte es solamente una

contextualización espero que sea del agrado del lector, si hay alguna omisión o error es por

nuestra responsabilidad.

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Segunda Parte

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Esta demanda inicia cuando un padre de familia con el nombre de Rafael Agustín Lluncor –
manifiesta – que el bien inmueble (que de ahora en adelante será predio), que ocupa es de su
pertenencia, en otras palabras es el propietario. Esto debido a que fue entregado por la señora
María Eugenia Izaga de Pardo. Bajo esa premisa los demandantes que estén caso son el señor
Rafael y la señora Gladis, siendo la última hija del primero. A su vez la posesión de dicho bien
fue de una forma continua, quieta, pacífica y de buena fe por más de 70 años. Ante esto surge
dos preguntas, ¿Qué se entiende cómo propiedad? Para ello, recurriremos a las ideas del jurista
Aníbal.

Según Aníbal Torres Vásquez: La propiedad es el derecho que más facultades


confiere a su titular: usar (ius utendi), disfrutar (ius fruendi), disponer (ius
abutendi) y reivindicación (ius vindicate) Es el derecho real de mayor contenido,
al punto que los demás derechos reales son solamente un fragmento de esa
totalidad que es la propiedad (2021, p. 22)1

En base a la cita, el señor Rafael tuvo un uso, disfrute, disposición del predio. Sin embargo, esa
es la posición de los demandantes, cuestión que discrepan los demandados al señalar que los
verdaderos dueños son ellos (Guillermo, María, Emilia, María del Pilar, Rodrigo).
Coincidentemente tiene el mismo apellido de la persona que entrego el bien al señor Rafael. Por
ello, se infiere que son sus descendientes teniendo en cuenta que los demandantes ocupan el
predio desde 1943. A su vez afirman que los demandantes reconocen o tienen conocimientos que
aquel bien tiene un propietario y que carecen de un justo título. Esto debido a que los
demandantes firmaron un contrato de arrendamiento con los demandados por su representante
que es el señor Luis Gómez Pereda. Así que, los demandantes poseen el predio en calidad de
arrendatarios y no de propietarios.

Un hecho importante es lo que sucedió en el 1998 cuando iniciaron un proceso de desalojo


contra los demandantes, esto debido al incumplimiento del pago de alquiler. En ese sentido, bajo
nuestro criterio los demandantes son poseedores inmediatos, no puede ser usufructuario ya que
contribuye su posesión con una cuota mensual de dinero. Tampoco puede ser propietarios por la
misma razón de que reconocen la presencia de un ser superior que este caso es el propietario.
Esto será un punto decisivo al momento de conocer la sentencia de la Corte.

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La cursivas son nuestras

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El 01 de junio de 2006 se declaró infundada la demanda interpuesta por los accionantes. Esto se
debe a que ningún de los dos son propietarios del bien y que no califican para ser propietarios.
Las razones son las siguientes, el demandante reconoció ser inquilino por más de 40 años y la
codemandante en su condición de hija en realidad es una servidora de la posesión. Tal como lo
señala en artículo 897° del Código Civil.

Artículo 897°.- Servidor de una posesión

No es poseedor quien, encontrándose en relación de dependencia respecto a otro,


conserva la posesión en nombre de este y en cumplimiento de órdenes e
instrucciones suyas2.

Hubo una apelación de parte de la codemandante, siendo la única que continuo el proceso. Al
año siguiente, un 30 de enero del 2007, El Cuarto Juzgado en lo civil de Lambayeque declaro
infundada la demanda – señalando - que la posesión lo ejerce Rafael Lluncor y no su hija (la
codemandante) esto debido a que ha vivido en condición de “servidora de la posesión” en tal
condición le impide adquirir el predio por prescripción, dado que no cumple con los requisitos
estipulados en el artículo 950° del Código Civil.

Artículo 950° - Requisitos de la usucapión de bien inmueble

La propiedad inmueble se adquiere por prescripción mediante la posesión


continua, pacífica y publica como propietario durante diez años. Se adquiere a
los cincos años cuando median justo título y buena fe3.

Para continuar nos formularemos la siguiente pregunta, ¿A que nos referimos cuando
mencionamos propiedad y posesión?, ¿en qué se diferencia? Para ello recurriremos a las palabras
de Jorge Avedaño y Francisco Avendaño (2017): Las dos teorías posesorias de Ihering y Savigny
marcaría un antes y un después en el derecho civil, especialmente en los derechos reales. Para
Savigny, los elementos de una posesión son dos: el corpus y el animus. Lo mismo señala Ihering,
solo que el caso del ultimo la diferenciación, no es tan marcada (pp.29 -30)

Debemos recordar que el animus domini no es una convicción, sino es un comportamiento, una
actitud. En ese sentido, un arrendatario o un prestatario no son poseedores, ni lo podrán ser –

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Las cursivas son nuestras
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sino - son meros detentadores o poseedores precarios esto debido a que carecen de un aminus
domini. Reconocen, aceptan la propiedad de otro: aquel que les dio la cosa en arrendamiento o
préstamo.

En el siguiente año, la Primera Sala Civil de Lambayeque con la fecha 25 de enero de 2018 –
señalo – que el acto de posesión como propietario, debe ser de manera exclusiva y con el carácter
de excluyente, por lo que no puede concurrir en paralelo otro acto de posesión también como
propietario del otro peticionante. Siendo esto la razón por lo cual fue infundada la demanda. No
obstante, más adelante nos daríamos con la sorpresa de que hubo una errónea interpretación en el
artículo 950° del Código Civil. La codemandante no estaba ejerciendo la posesión como
sucedánea de su padre sino en conjunto con él. Ante tanta negatividad fue necesario recurrir a un
recurso de casación interpuesto por doña Gladys Filamena Lluncor Moloche.

Luego los demandantes desearon pasar a la figura jurídica de litisconsortes necesarios (ambos
expresan tener la misma titularidad jurídica posesoria homogénea). A su vez pretenden que los
títulos posesorios sean considerados independientemente del uno respecto del otro. Por ende, al
manifestar que son poseedores y luego cambiar de opinión al mencionar que esa posesión es
autónoma de la otra, dar entender que no tienen la misma posesión. Volviendo a recapitular el
demandante reconoció que había firmado un contrato de arrendamiento en el predio dando esto
la figura de arrendatario y de poseedor inmediato, con esto da la afirmación de reconocer la
presencia de un propietario. Ya que ese predio es prestado y no suyo. No obstante, en nuestra
legislación si existe la figura de coposeedor y esto es a lo que más se acercan los demandantes.
No reconocer la figura de coposesión sería un error garrafal de la Corte Superior. Sin embargo,
ese error de interpretación seria corregido, subsanado por la Corte Suprema.

En conclusión, el fallo otorgado por la Corte es acertada declarar infundado era lo más
convincente, en consecuencia no casaron. A su vez fue por este fallo que se corrigió el error dado
por la Corte de menor instancia, dando así una correcta interpretación y una fallo a la altura de
las circunstancia. Y revalorizando la importancia del artículo 950° ya que de haber mantenido el
error de interpretación, esto hubiera traído consigo un precedente judicial desfavoreciendo a los
futuros casos.

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Referencias Bibliográficas

Avendaño, J. y Avedaño, F. (2017). Derechos reales. Lima: Fondo Editorial PUCP

Torres, A. (2021). Derechos reales (2da edición) Lima: Instituto Pacifico

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