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DOCUMENTOS DE LA

ORDEN SEGLAR
DE LOS CARMELITAS DESCALZOS

2016
SECRETARIA GENERAL PARA LA ORDEN SEGLAR
ROMA
1
2
3

 REGLA DE SAN ALBERTO E CONSTITUCIONES (p. 4)

 ASISTENCIA PASTORAL A LA ORDEN SEGLAR (p. 49)

 RATIO INSTITUTIONIS (p. 64)

 RITUAL (p. 113)

 LA PROMESA Y LOS VOTOS (P. 156)


4

REGLA DE SAN ALBERTO

LAS CONSTITUCIONES

DE LA ORDEN SEGLAR

DEL CARMELO DESCALZO

Casa Generalizia Carmelitani Scalzi

ROMA, 2003 Y 2014


5
6
7

Congregación de los Institutos de vida Consagrada y


Sociedades de Vida Apostólica

Prot. C 228 - 1/2003


DECRETO

El Prepósito General de los Carmelitas Descalzos, previa la


aprobación del Definitorio General, dada en la sesión 110 del 9 de junio de
2003, ha presentado a la Sede Apostólica el texto de las Constituciones de la
Orden Seglar, pidiendo su aprobación.

La Congregación para los Institutos de vida consagrada y las


Sociedades de vida apostólica, habiendo considerado con atención cada
punto al respecto, con el presente Decreto aprueba y confirma el dicho texto,
según el ejemplar redactado en lengua española, conservado en su archivo.

Que el nuevo texto de las Constituciones de la Orden Seglar de los


Carmelitas Descalzos sea un medio verdaderamente eficaz, para que sus
miembros puedan fortalecer cada vez más su consagración bautismal en las
situaciones concretas de la vida familiar, social, civil y eclesial.

No obstante cualquier cosa en contrario.

Vaticano, 16 de junio de 2003


8

A los Provinciales,
Delegados Provinciales para la Orden Seglar y
Miembros de la Orden Seglar.

Estimadas hermanas y hermanos Carmelitas,

El Delegado General para la Orden Seglar presentó las


Constituciones para la Orden Seglar de los Carmelitas Descalzos al
Capítulo General y también al nuevo Padre General y su Definitorio.
El nuevo Definitorio estudió las Constituciones, hizo algunas
recomendaciones y redactó de nuevo algunos artículos en el texto
español, el cual es el texto oficial.

El 9 de junio de 2003 el Definitorio aprobó el texto revisado y el 10


de junio lo envió a la Santa Sede con la petición de una aprobación
"ad experimentum" por cinco años. La Santa Sede nos sorprendió el
16 de junio de 2003 otorgándonos el decreto de aprobación, no para
cinco años "ad experimentum", sino de aprobación definitiva.
Nosotros aprovecharemos este período de cinco años para hacer
observaciones concretas al texto aprobado, pidiendo en el futuro a la
Santa Sede la aprobación de cambios específicos según la aplicación
práctica indique.

Para proceder de manera ordenada con estas nuevas Constituciones


que ahora reemplazan la Regla de Vida será necesario que, en cada
Provincia, el Consejo Provincial de la OCDS revise los Estatutos
Particulares y los someta al Definitorio General para la aprobación.
9

Sólo unas pocas Provincias no tienen un Consejo Provincial de la


OCDS, pero en la mayoría están en proceso de formarlo ahora.

Los Estatutos Provinciales asumen una responsabilidad adicional en


estas nuevas Constituciones. Es en ellas dónde pueden estipularse
muchas cosas importantes para la vida y el funcionamiento del
OCDS en cada Provincia. Después de que cada Provincia ha
elaborado sus propios Estatutos, los lugares que tienen un organismo
nacional que comprende más de una Provincia, pueden redactar
Estatutos Nacionales de acuerdo con Artículo 60 de las
Constituciones.

Éste es un tiempo importante en la historia del Orden Secular, un


tiempo para reforzar y profundizar las relaciones que existen al
interno de la Orden. Que todos nuestros esfuerzos sean para la gloria
de Dios y el bien de la Iglesia.

P. Luis Aróstegui, OCD


Prepósito General
10
11

Casa Generalizia carmelitani Scalzi


Corso d’Italia, 38
00198 - Roma

Queridos hermanos de la OCDS

Con alegría os envío el texto de los nuevos números de las


Constituciones sobre la Comunión fraterna y San José, aprobados
por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las
Sociedades de Vida Apostólica el día 07 de enero de 2014 (Prot. C
228-1/2003). Es el resultado de la reflexión que juntos hemos hecho
durante el primer semestre de 2013. El Definitorio General OCD en
el mes de septiembre ha re-elaborado el texto de acuerdo con las
contribuciones recibidas y lo ha enviado a la Congregación para la
aprobación.

Lo mismo que las Constituciones de 2003, el texto aprobado es en


español. Los nuevos números son una parte integrante de las
Constituciones y deben de ser insertados en sus respectivos lugares,
conservándose con el mismo número. Los Consejos Provinciales
deberán revisar los Estatutos provinciales, de acuerdo con las nuevas
indicaciones.

Deseo que cada Comunidad pueda crecer en la comunión fraterna


según la imagen de la perfecta comunión de la SS. Trinidad. De
hecho, el misterio trinitario "nos recuerda que fuimos hechos a
imagen de esa comunión divina, por lo cual no podemos realizarnos
ni salvarnos solos" (Francisco, Evangelii Gaudium 178). Sólo con
"un testimonio de comunión fraterna que se vuelva atractivo y
resplandeciente, una comunión que sane, promueva y afiance los
12

vínculos interpersonales" (id. 99. 67), según el carisma del Carmelo


Teresiano, tendréis la fuerza para vivir vuestra vocación laical y
transformar la realidad terrena según el espíritu del Evangelio.

Que el Señor os bendiga y la Virgen María y San José custodien


vuestras familias y Comunidades.

Fraternamente,

Fr. Saverio Cannistrà OCD


Superior General

Fr. Alzinir F. Debastiani OCD


Delegado General para la OCDS

Roma , 25 de enero 2014 - Fiesta de la Conversión de San Pablo


13

REGLA DE SAN ALBERTO

LAS CONSTITUCIONES

DE LA ORDEN SEGLAR

DEL CARMELO DESCALZO


14

REGLA DE SAN ALBERTO

[1] Alberto, por la gracia de Dios titulado patriarca de Jerusalén, a


los amados hijos en Cristo B. y los demás eremitas, que viven bajo su
obediencia en el monte Carmelo cerca de la Fuente, salud en el Señor
y la bendición del Espíritu Santo.

[2] En muchos lugares y de muchas maneras los santos Padres


establecieron de qué suerte cada uno, cualquiera que sea la Orden a
que pertenezca o el modo de vida religiosa que hubiere elegido, haya
de vivir en obsequio de Jesucristo, y servirle fielmente con corazón
puro y buena conciencia.

[3] Pero como nos pedís que os demos una fórmula de vida adecuada
a vuestro proyecto común y a la que deberéis ser fieles en el futuro.

[4] Ordenamos lo primero, que tengáis por Prior a uno de entre


vosotros, elegido para este cargo por consentimiento unánime o de la
mayor y más sana parte; al cual cada uno de los demás prometa
obediencia y, prometida, cuide observarla de verdad por obra, con
castidad y abdicación de la propiedad.

[5] Podréis tener lugares en los desiertos, o donde quieran que os lo


dieren aptos y acomodados para la observancia de vuestra religión,
según al Prior y a los hermanos pareciere conveniente.

[6] Además de esto, todos y cada uno de vosotros, conforme a la


situación del lugar que os hubiereis propuesto habitar, tendréis celdas
separadas, según que por disposición del Prior y con el
consentimiento de los demás hermanos, o de la más sana parte,
fueren las mismas celdas a cada uno designadas.
15

[7] De suerte, empero, que comeréis en común refectorio lo que os


repartieren, escuchando alguna lección de la Sagrada Escritura,
donde buenamente pueda observarse.

[8] A ninguno de los hermanos le será lícito, a no ser con licencia del
Prior que a la sazón hubiere, mudarse del lugar que le hubiere sido
señalado o permutarlo con otro.

[9] La celda del Prior estará cerca de la entrada del lugar, para que
sea el primero en presentarse a los que a él acudan; y luego, en
cuanto haya de hacerse, procédase según su juicio y disposición.

[10] Permanecerá cada uno en su celda o junto a ella, meditando día


y noche en la ley del Señor y velando en oración, si otros justos
quehaceres no le ocupan.

[11] Los que sepan rezar las horas canónicas con los clérigos, las
rezarán según las ordenaciones de los santos Padres y la costumbre
aprobada de la Iglesia. Mas los que no las sepan, dirán por maitines
veinticinco veces el Padrenuestro, exceptuados los domingos y
fiestas solemnes, en cuyas vigilias determinamos que se duplique el
número antedicho, de suerte que se diga cincuenta veces el
Padrenuestro. Por laudes se dirá la misma oración siete veces, y otras
tantas por cada una de las otras horas, fuera de los oficios
vespertinos, en los cuáles habréis de decirla quince veces.

[12] Ningún hermano dirá que es propia suya cosa alguna, sino que
entre vosotros todo será común y se distribuirá a cada uno por mano
del Prior, es decir, del hermano a quien él hubiere designado para
este oficio, según a cada uno fuere menester, teniendo en cuenta la
edad y necesidad de cada cual.

[13] Podréis, no obstante, poseer asnos y mulos, según pidiere


vuestra necesidad, y algunos animales y aves para el sustento.
16

[14] El oratorio, en cuanto cómodamente pueda hacerse, se construirá


en medio de las celdas y allí os reuniréis de mañana todos los días
para oir la santa misa, donde buenamente pueda hacerse.

[15] También, en los días de domingo o en otros si fuere menester,


trataréis de la observancia de la vida común y del bien espiritual de
las almas; y corríjanse allí, además, con caridad los abusos y faltas de
los hermanos, si alguna en ellos fuere descubierta.

[16] Desde la fiesta de la Exaltación de la santa Cruz hasta el día de


la Resurrección del Señor ayunaréis todos los días, excepto los
domingos; a no ser que la enfermedad o la debilidad corporal u otra
causa justa aconseje dejar el ayuno, pues la necesidad no tiene ley.

[17] Os abstendréis de comer carne, a no ser que se tome como


remedio de enfermedad o debilidad. Y porque con frecuencia habéis
de vivir de limosna viajando, para no ser gravosos a quienes os
hospeden, podréis comer fuera de vuestras casas las legumbres
cocidas con la carne. Y en caso de navegación, podréis tomar
también la carne.

[18] Mas porque tentación es la vida del hombre sobre la tierra, y


todos los que quieran vivir píamente en Cristo padecen persecución;
y el diablo vuestro adversario anda como león rugiente, buscando a
quien devorar, con toda diligencia procurad vestiros la armadura de
Dios, para que podáis resistir las asechanzas del enemigo.

[19] Han de ceñirse vuestros lomos con el cíngulo de la castidad. Han


de fortalecerse vuestros pechos con pensamientos santos, pues está
escrito: el pensamiento santo te guardará. Hay que vestir la coraza de
la justicia, de suerte que améis al Señor Dios vuestro con todo el
corazón y con toda el alma, y con todas las fuerzas, y a vuestro
prójimo como a vosotros mismos. Sobre todo hay que embrazar el
escudo de la fe, con que podáis apagar los dardos del maligno; pues
sin fe es imposible agradar a Dios. Hay que cubrir la cabeza con el
17

yelmo de la salvación, de suerte que sólo la esperéis del Salvador,


que es quien salvará a su pueblo de sus pecados. En cuanto a la
espada del espíritu, que es la palabra de Dios, abundantemente habite
en vuestros labios y vuestros corazones. Y toda cosa que debáis
hacer, hacedla según la palabra del Señor.

[20] Habéis de hacer algún trabajo, para que el diablo os halle


siempre ocupados, a fin de que no pueda por vuestra ociosidad hallar
alguna puerta de entrada en vuestras almas. Tenéis en esto la
enseñanza y a la vez el ejemplo de San Pablo, por cuya boca hablaba
Cristo y que fue puesto y dado por Dios por predicador y doctor de
las naciones en la fe y la verdad, y si le siguiereis, no podréis
descaminaros. Con trabajo y fatiga, dice, anduvimos entre vosotros,
trabajando noche y día por no gravar a ninguno de vosotros. No
porque no tuviésemos para ello potestad, sino para daros en nosotros
mismos un dechado que imitaseis. Y así ya estando entre vosotros, os
intimábamos esto: que si alguno no quiere trabajar tampoco coma.
Porque hemos oído que andan entre vosotros algunos indisciplinados
no haciendo nada. Pues a estos tales advertimos y exhortamos en el
Señor Jesucristo, que trabajando con silencio coman su pan. Camino
santo y bueno es éste: seguidle.

[21] Recomienda el Apóstol el silencio, enseñando que con el


silencio hay que trabajar, y como el profeta atestigua: cultivo de la
justicia es el silencio; y en otra parte: en el silencio y en la esperanza
estará vuestra fortaleza. Por eso determinamos que dichas las
completas guardéis silencio hasta dicha la prima del día siguiente.
En el tiempo restante, aunque no haya tan rigurosa guarda del
silencio, evítese empero con gran cuidado el mucho hablar; porque
como está escrito y la experiencia harto lo enseña, en el mucho hablar
no faltará pecado; y el inconsiderado en el hablar sentirá males.
Igualmente, quien usa muchas palabras, dañará su alma. Y el Señor
en el Evangelio: de toda palabra ociosa que hablaren los hombres,
darán cuenta en el día del juicio. Haga, pues, cada cual una balanza
para sus palabras, y frenos ajustados para su boca, no sea que resbale
18

con la lengua y caiga, y su caída incurable sea mortal. Guardando con


el profeta sus caminos, para no pecar con su lengua; y cuide de
observar con diligencia y cautela el silencio, que es cultivo de la
justicia.

[22] Tú, empero, hermano B., y quienquiera que después de tí fuere


instituido prior, tened siempre en el pensamiento y observad por obra
aquello que el Señor dice en el Evangelio: El que quiera entre
vosotros ser el más grande, será vuestro servidor; y el que quiera
entre vosotros ser el primero, será vuestro siervo.

[23] Y vosotros, los demás hermanos, honrad humildemente a


vuestro Prior, considerando en él, más que a su persona, al mismo
Cristo, que es quien lo puso sobre vosotros, y dice también a los
Prelados de las iglesias: Quien a vosotros escucha, a mí me escucha,
y quien a vosotros desprecia, a mí me desprecia; para que no seáis
sentenciados por el desprecio, antes por la obediencia merezcáis
premio de vida eterna.

[24] Estas cosas os hemos brevemente escrito, estableciendo la regla


de conducta, según la cual habréis de vivir. Si alguno hiciere más, el
Señor mismo, cuando vuelva, se lo pagará. Use empero del
discernimiento que es el que modera las virtudes.
19

CONSTITUCIONES DE LA OCDS

PROEMIO

Todos los hombres son llamados a participar en la caridad de


la única santidad de Dios: "Sed perfectos como es perfecto vuestro
Padre celestial"(Mt 5,48).

El seguimiento de Cristo es el camino para llegar a la


perfección que el bautismo ha abierto a todo cristiano. Por él se
participa de la triple misión de Jesús: real, sacerdotal y profética. La
primera lo compromete en la transformación del mundo, según el
proyecto de Dios. Por la segunda, se ofrece y ofrece toda la creación
al Padre con Cristo y guiado por el Espíritu. Como profeta anuncia el
plan de Dios sobre la humanidad y denuncia todo lo que se opone a
él1.

La gran familia del Carmelo Teresiano está presente en el


mundo de muchas formas. Su núcleo es la Orden de los Carmelitas
Descalzos, formada por los frailes, las monjas de clausura y los
seglares. Es una sola Orden con el mismo carisma. Ésta se nutre de
la larga tradición histórica del Carmelo, recogida en la Regla de San
Alberto y en la doctrina de los doctores carmelitas de la Iglesia y de
otras santas y santos de la Orden.

Las presentes Constituciones de la OCDS son un código

1
LG 31-35.
20

fundamental para sus miembros, presentes en distintas regiones del


mundo. Por este motivo se caracterizan por la simplicidad de las
estructuras y la sobriedad de normas de vida. De este modo, dentro
de una unidad fundamental, establecida en este texto legislativo,
conservan la apertura a un pluralismo de concretizaciones exigidas
por los diversos contextos socio-culturales y eclesiales. Para ellos se
podrán elaborar estatutos particulares que completen y adapten, las
normas generales cuando esté permitido por estas Constituciones.

IDENTIDAD, VALORES Y COMPROMISO

1. Los Carmelitas Seglares, junto con los Frailes y las Monjas, son
hijos e hijas de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo y de
Santa Teresa de Jesús. Por lo tanto, comparten con los religiosos el
mismo carisma, viviéndolo cada uno según su propio estado de vida.
Es una sola familia con los mismos bienes espirituales, la misma
vocación a la santidad (cf. Ef 1,4; 1 Pedro 1,15) y la misma misión
apostólica. Los Seglares aportan a la Orden la riqueza propia de su
secularidad2.

2. La pertenencia a la Orden hunde sus orígenes en la relación que


se estableció entre los laicos y los miembros de las Órdenes
religiosas nacidas en la Edad Media. Gradualmente esas relaciones
obtuvieron un carácter oficial para una participación en el carisma y
espiritualidad del Instituto religioso formando parte del mismo. A la
luz de la nueva teología del laicado en la Iglesia los Seglares viven
esa pertenencia desde una clara identidad laical.

3. Los miembros de la Orden Seglar de los Carmelitas Descalzos son

2
LG 31; Christifideles laici (CL) 9.
21

fieles de la Iglesia3 llamados a vivir “en obsequio de Jesucristo”4 a


través de “la amistad con Quien sabemos nos ama”5 , sirviendo a la
Iglesia. Bajo la protección de Nuestra Señora del Monte Carmelo,
según la inspiración de Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz y
la tradición bíblica del profeta Elías buscan profundizar el
compromiso cristiano recibido en el bautismo.

4. La Virgen María se hace presente de manera especial, sobre


todo como modelo de fidelidad en la escucha del Señor y en su
actitud de servicio a Él y a los demás. María es aquella que
conservaba y meditaba en su corazón la vida y las acciones de su
Hijo”6 , dando ejemplo de contemplación. Ella fue quien aconsejó, en
las bodas de Caná, que hicieran lo que el Señor les dijera7 María es
ejemplo de servicio apostólico. Y fue ella, otra vez, quien esperó la
venida del Espíritu Santo, perseverando en oración con los
apóstoles8, testimoniando la oración de intercesión. Ella es Madre de
la Orden. El carmelita seglar goza de su especial protección y cultiva
una sincera devoción mariana.

5. El Profeta Elías representa la tradición del Carmelo y es el


inspirador para vivir en la presencia de Dios, buscándolo en la
soledad y el silencio con celo por la gloria Dios. El Seglar vive la
dimensión profética de la vida cristiana y de la espiritualidad
carmelitana promoviendo la ley de Dios de amor y de verdad en el
mundo y especialmente haciéndose voz de aquellos que no pueden
por sí mismos expresar este amor y esta verdad9.

6. La Regla de San Alberto es la expresión original de la


espiritualidad del Carmelo. Fue escrita para laicos que se reunieron
3
CIC 204-205.
4
Regla 2.
5
Santa Teresa de Jesús, Vida 8,5.
6
Cf. Lc 2,51.
7
Cf. Jn 2,5.
8
Cf. Hch 1,14.
9
Cf. 1 Re cc.17-19.
22

en el Monte Carmelo para vivir una vida dedicada a la meditación de


la Palabra de Dios bajo la protección de la Virgen. En esa Regla se
encuentran los principios que guían la vida carmelitana:
a) Vivir en obsequio de Jesucristo;
b) Ser diligentes en la meditación de la ley del Señor;
c) Dar tiempo a la lectura espiritual;
d) Participar en la liturgia de la Iglesia, tanto en la Eucaristía
como en la Liturgia de las Horas;
e) Interesarse por las necesidades y el bien de los demás en la
comunidad;
f) Armarse con la práctica de las virtudes al mismo tiempo
que se vive una vida intensa de fe, esperanza y caridad.
g) Buscar el silencio interior y la soledad en nuestra vida de
oración;
h) Usar prudente discreción en todo lo que hacemos.

7. El origen del Carmelo Descalzo se encuentra en la persona de


Santa Teresa de Jesús. Ella vivió una profunda fe en la misericordia
de Dios10, que la fortaleció para perseverar11 en la oración, humildad,
amor fraterno y amor por la Iglesia, que la condujo a la gracia del
matrimonio espiritual. Su abnegación evangélica, su disposición al
servicio y su constancia en la práctica de las virtudes son una guía
diaria para vivir la vida espiritual12. Sus enseñanzas sobre la oración
y la vida espiritual son esenciales para la formación y la vida de la
Orden Seglar.

8. San Juan de la Cruz fue el compañero de Santa Teresa en la


formación del Carmelo Descalzo. El inspira al Seglar a ser vigilante
en la práctica de la fe, de la esperanza y del amor. Lo guía a través de
la noche oscura a la unión con Dios. En esta unión con Dios, el
Seglar encuentra la verdadera libertad de los hijos de Dios13.

10
Vida 7,18; 38,16.
11
Camino de Perfección, 21,2.
12
Moradas V 3,11; VII 4,6.
13
Cf. Dichos 46; Llama 3, 78; Subida II, 6; 29,6. Oración de la
23

9. Teniendo en cuenta los orígenes del Carmelo y el carisma


teresiano se pueden sintetizar así los elementos primordiales de la
vocación de laicos carmelitas teresianos:
a) vivir en obsequio de Jesucristo, apoyándose en la
imitación y el patrocinio de la Santísima Virgen, cuya forma
de vida constituye para el Carmelo un modelo de
configuración con Cristo;
b) buscar la "misteriosa unión con Dios" por el camino de la
contemplación y de la actividad apostólica, indisolublemente
hermanadas, al servicio de la Iglesia;
c) dar una importancia particular a la oración que, alimentada
con la escucha de la Palabra de Dios y la liturgia, pueda
conducir al trato de amistad con Dios, no sólo cuando se ora,
sino cuando se vive. Comprometerse en esta vida de oración
exige nutrirse de la fe, la esperanza y, sobre todo, de la
caridad para vivir en la presencia y el misterio del Dios
vivo14;
d) penetrar de celo apostólico la oración y la vida en un clima
de comunidad humana y cristiana;
e) vivir la abnegación evangélica desde una perspectiva
teologal;
f) dar importancia en el compromiso evangelizador a la
pastoral de la espiritualidad como la colaboración peculiar de
la Orden Seglar fiel a su identidad carmelitano-teresiana.

Misa votiva de S. Juan de la Cruz.


14
Dichos de luz y amor, 123; Carta 12.10.1589; 19)
24

II

EL SEGUIMIENTO DE JESÚS
EN EL CARMELO TERESIANO LAICAL

10. Cristo es el centro de la vida y de la experiencia cristiana. Los


miembros de la Orden Seglar están llamados a vivir las exigencias de
su seguimiento en comunión con él, aceptando sus enseñanzas y
entregándose a su persona. Seguir a Jesús es participar en su misión
salvífica de proclamar la Buena Noticia y de instaurar el Reino de
Dios (Mt 4,18-19). Hay diversos modos de seguir a Jesús: todos los
cristianos deben seguirlo, hacer de Él la norma de su vida y estar
dispuestos a cumplir tres exigencias fundamentales: colocar los
vínculos familiares por debajo de los intereses del Reino y de la
persona de Jesús (Mt 10,37-39; Lc 14,25-26); vivir el desapego de las
riquezas para demostrar que la llegada del Reino no se apoya en
medios humanos sino en la fuerza de Dios y en la disponibilidad de
la persona humana frente a Él (Lc 14,33); llevar la cruz de la
aceptación de la voluntad de Dios manifestada en la misión que El
confía a cada uno (Lc 14,33; 9,23).

11. El seguimiento de Jesús como miembros de la Orden Seglar se


expresa a través de la promesa de tender a la perfección evangélica
en el espíritu de los consejos evangélicos de castidad, pobreza y
obediencia y de las Bienaventuranzas. A través de esta promesa se
refuerza su compromiso bautismal en el mundo al servicio del
proyecto de Dios. Ella es una prenda de santidad personal, que
necesariamente lleva a un empeño de servicio a la Iglesia en fidelidad
al carisma carmelitano-teresiano. Se asume ante los miembros de la
comunidad como representantes de toda la Iglesia y en presencia del
Delegado del Superior de la Orden.

12. Por la promesa hecha a la comunidad en presencia del Superior


de la Orden o de su delegado, la persona se convierte en miembro de
25

la Orden Seglar. Por este compromiso se empeña en adquirir la


formación necesaria para conocer las razones, el contenido y
propósito del estilo de vida evangélica que se asume. La promesa
realza el compromiso bautismal y enriquece, en los llamados a la
vocación matrimonial, la vida de esposos y padres. Esta promesa se
renueva una vez al año en el tiempo pascual.

El compromiso de la promesa de vivir el espíritu del consejo


evangélico de castidad

13. La promesa de la castidad refuerza el compromiso de amar a


Dios por encima de todas las cosas y amar a los demás con el amor
que Dios les tiene15. Con esta promesa el Seglar busca la libertad para
amar a Dios y al prójimo desinteresadamente16, testimoniando la
intimidad divina prometida en la bienaventuranza Abienaventurados
los limpios de corazón porque verán a Dios” (Mt 5,8). La promesa de
la castidad es un compromiso con el amor cristiano en su dimensión
personal y social para crear auténtica comunidad en el mundo. Por
esta promesa el Seglar expresa también el deseo consciente de
respetar a cada persona como lo pide la ley de Dios y según el propio
estado de vida, como solteros, casados o viudos. Esta promesa no
impide cambiar el estado de vida.

El compromiso de la promesa de vivir el espíritu del consejo


evangélico de pobreza

14. La promesa de la pobreza expresa el deseo de vivir según los


valores del evangelio. En la pobreza evangélica se encuentra la
riqueza de la generosidad, de la negación de sí mismo, de la libertad
interior y el depender de Aquel que “aunque era rico, se hizo pobre,
para enriquecernos con su pobreza” (2 Cor 8,9) y que “se anonadó a
sí mismo” (Flp 2,7) para ponerse al servicio de sus hermanos y

15
Cf. Subida III 23, 1.
16
Cautelas 1 y 6.
26

hermanas. La promesa de la pobreza busca el uso evangélico de los


bienes de este mundo y de los talentos personales y el ejercicio de las
propias responsabilidades en la sociedad, en la familia y en el trabajo
colocándose con confianza en las manos de Dios. Implica también un
compromiso en favor de la justicia en el mundo para que éste
responda al proyecto de Dios. La pobreza evangélica es igualmente
un ejercicio de esperanza que reconoce las limitaciones personales y
se abandona con confianza a la bondad y fidelidad de Dios.

El compromiso de la promesa de vivir el espíritu del consejo


evangélico de la obediencia

15. La promesa de obediencia empeña a vivir abiertos a la voluntad


de Dios, “en quien vivimos, nos movemos y existimos” (Hch 17,28)
imitando a Cristo que aceptó la voluntad del Padre y se hizo
obediente hasta la muerte de cruz (Flp 2,8). La promesa de
obediencia es un ejercicio de fe que lleva a buscar la voluntad de
Dios en los acontecimientos y desafíos de la vida personal y social.
Por ella el Seglar coopera libremente con aquellos que tienen la
responsabilidad de guiar la comunidad y la Orden en el
discernimiento y en la aceptación de los caminos de Dios: el consejo
de la comunidad, el Provincial y el General.

El compromiso de la promesa de vivir el espíritu de las


Bienaventuranzas

16. En las Bienaventuranzas se encuentra un plan de vida y un


modo de entrar en relación con el mundo, con los vecinos y
compañeros de trabajo, con familiares y amigos. Al prometer vivir
las Bienaventuranzas en la vida cotidiana, tratan de dar testimonio de
vida evangélica como miembros de la Iglesia y de la Orden y, por
este testimonio, invitan al mundo a seguir a Cristo: “Camino, Verdad
y Vida” (Jn 14,6).
27

III

TESTIGOS DE LA EXPERIENCIA DE DIOS

17. La vocación del Carmelo Teresiano es un compromiso a “vivir


en obsequio de Jesucristo”, “meditando día y noche la ley del Señor y
velando en oración”17. Fiel a este principio de la Regla, Santa Teresa
puso la oración como cimiento y ejercicio primordial de su familia
religiosa. Por eso, el Seglar está llamado a procurar que la oración
penetre toda su existencia, para caminar en la presencia del Dios vivo
(Cf. 1 Re 18,14), mediante el ejercicio constate de la fe, la esperanza
y el amor, de manera que toda su vida sea una oración, una búsqueda
de la unión con Dios. La meta será lograr integrar la experiencia de
Dios con la experiencia de la vida: ser contemplativos en la oración y
en el cumplimiento de la propia misión.

18. La oración, diálogo de amistad con Dios, debe nutrirse de su


Palabra para que ese diálogo pueda realizarse pues “a Dios hablamos
cuando oramos, a Dios escuchamos cuando leemos sus palabras”18.
La Palabra de Dios alimentará la experiencia contemplativa del
Seglar y su misión en el mundo. Además de la contemplación
personal, la escucha de la Palabra debe favorecer una contemplación
que lleve a compartir la experiencia de Dios en la comunidad de la
Orden Seglar. A través de ella se buscará en común discernir los
caminos de Dios; mantener el dinamismo permanente de la
conversión; renovar la esperanza activa. La realidad se hará
transparente y se podrá descubrir en todo a Dios.

19. El estudio y la lectura espiritual de la Escritura y de los escritos


de nuestro Santos, especialmente de los que son Doctores de la

17
Regla 2 y 10.
18. Dei Verbum , 25; Camino 21,4; Meditaciones sobre los
Cantares, 1,6.11.
28

Iglesia, Santa Teresa, San Juan de la Cruz y Santa Teresa del Niño
Jesús, ocupan un lugar privilegiado para alimentar la vida de oración
del Seglar. Los documentos de la Iglesia son también alimento e
inspiración para el compromiso del seguimiento de Jesús.

20. El Seglar procurará tener tiempo fuertes dedicados a la oración,


como momentos de mayor conciencia de la presencia del Señor y
como espacio interior para el encuentro personal e íntimo con El.
Eso lo conducirá a vivir la oración como actitud de vida que lo hará
“reconocer siempre y en todo lugar a Dios..., buscar su voluntad en
todos los acontecimientos, contemplar a Cristo en todas las personas,
próximas o extrañas, y juzgar con rectitud sobre el verdadero sentido
y valor de las realidades temporales, tanto en sí mismas como en
orden al fin del hombre”19. Logrará así una contemplación y acción
en la historia integrando fe y vida, oración y acción, contemplación y
compromiso cristiano.

21. El Seglar se comprometerá a dedicar diariamente un tiempo a la


práctica de la oración mental. Este es el tiempo para estar con Dios y
fortalecer la relación con El para ser verdaderos testigos de su
presencia en el mundo.

22. El camino de la oración cristiana exige vivir la abnegación


evangélica (Lc 9,23) en el cumplimiento de la propia vocación y
misión, ya que “oración y regalo no se compadecen”20. El Seglar
asumirá desde la perspectiva de la fe, la esperanza y el amor los
trabajos y sufrimientos de cada día, las preocupaciones familiares, la
incertidumbre y las limitaciones de la vida humana, la enfermedad, la
incomprensión y todo aquello que constituye el tejido de nuestra
existencia terrena. Procurará, al mismo tiempo, hacer de todo eso
materia para su diálogo con Dios para crecer en una actitud de
alabanza y agradecimiento al Señor. Para vivir auténticamente la
sencillez, el desapego, la humildad y la completa confianza en el
19
Apostolicam actuositatem, 4.
20
CP 4, 2.
29

Señor, la Orden Seglar observa las prácticas de abnegación


evangélica recomendadas por la Iglesia. De particular importancia
son aquellos días y períodos del calendario litúrgico que tiene
carácter penitencial.

23. La vida de oración personal del Seglar, entendida como trato


de amistad con Dios, se nutre y expresa también en la liturgia, fuente
inagotable de la vida espiritual. La oración litúrgica enriquece la
oración personal y ésta, por su parte, encarna la acción litúrgica en la
vida. En la Orden Seglar se da un lugar especial a la liturgia
entendida como Palabra de Dios celebrada en la esperanza activa,
después de haberla acogido por la fe y con el compromiso de vivirla
en el amor eficaz. Los sacramentos, especialmente la Eucaristía y la
Reconciliación necesitan ser vividos como signos e instrumentos de
la acción liberadora de Dios y como un encuentro con Cristo pascual
presente en la comunidad eclesial. Son estructuras de gracia frente a
las estructuras de pecado en la sociedad. El Seglar tratará de
descubrir en la oración litúrgica la presencia de Cristo y del Espíritu,
viva y exigente en la vida concreta de cada día. En el año litúrgico
experimentará presentes los misterios de la redención que impulsan a
colaborar en la realización del plan de Dios. La liturgia de las horas,
por su parte, lo hará entrar en comunión con la oración de Jesús y con
la de la Iglesia.

24. El valor de la vida sacramental y litúrgica en la Orden Seglar


lleva a sus miembros a participar, en la medida de sus posibilidades,
en la celebración de la Eucaristía. Tratarán de rezar la Oración de la
mañana y la Oración de la tarde de la Liturgia de las horas en unión
con la Iglesia extendida en todo el mundo. Cuando sea posible
también rezarán la Oración de la noche. Su participación en el
sacramento de la Reconciliación y en otros sacramentos de la Iglesia
favorece su proceso de conversión.
30

III B

LA COMUNIÓN FRATERNA

24-a) La Iglesia, familia de Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo,


es misterio de comunión21. De hecho, Jesús ha venido entre nosotros
para revelarnos el amor trinitario y la vocación a participar en la
comunión de amor con la SS. Trinidad, a la cuál es llamada cada
persona humana creada a Su imagen y semejanza (cf.: Gn 1,26-27).
En la luz de este misterio se revela la verdadera identidad y dignidad
de la persona en general, y en particular de la vocación de cada uno
de los cristianos en la Iglesia22. De naturaleza espiritual, la persona
humana se realiza y madura en el ser en relación auténtica con Dios y
también con otras personas23.
Por lo tanto, la Comunidad local de la Orden Seglar del Carmelo
Teresiano, señal visible de la Iglesia y de la Orden24, es un ámbito
para vivir y promover la comunión personal y comunitaria con Dios
en Cristo en el Espíritu y con los otros hermanos (cf.: Rm 8,29)
según el carisma teresiano. La persona de Cristo es el centro de la
Comunidad. Los miembros se reúnen periódicamente en su nombre
(cf.: Mt 18,20), inspirándose en el grupo formado por Él y los doce
Apóstoles (Cf. Mc 3,14-16.34-35)25 y en las primeras Comunidades

21
Cf.: Concilio Vaticano II, Lumen Gentium, 4; Gaudium et spes, 24; cf.
Juan Pablo II, Christifideles Laici, 19. Ratio Institutionis OCDS, 25.
Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida
Apostólica, Congregavit in uno Christi amor, 8-9.
22
Juan Pablo II, Christifideles Laici, 8.
23
Concilio Vaticano II, Gaudium et spes, 23; Pontificio Consejo de la
justicia y de la paz, Compendio de la doctrina social de la Iglesia, 34. Cf.:
Benedicto XVI, Caritas in veritate, 54. Cf:. n. 34.
24
Cf. Constituciones OCDS, 40.
25
Cf. S. Teresa de Jesús , Camino de perfección , 24,5; 26,1; 27,6. Cf.
Camino (Escorial), 20,1.
31

cristianas (cf.: Hch 2,42; 4, 32-35). Buscan vivir en la unidad pedida


por Jesús (Jn 17,20-23) y en su mandamiento de amar como Él les
ama (Jn 13,34). Prometen tender a la perfección evangélica26, en el
espíritu de los consejos evangélicos, de las bienaventuranzas (Mt 5,1-
12) y de las virtudes cristianas (cf.: Col 3,12-17; Flp 2,1-5),
conscientes que esta realidad de comunión es parte integrante de la
espiritualidad carmelitana.

24-b) S. Teresa de Jesús comienza un nuevo modelo de vida en


Comunidad. Su ideal de vida comunitaria se basa en la certeza de fe
que Jesús Resucitado está en medio a la Comunidad y que esa vive
bajo la protección de la Virgen María27. Es consciente que ella y sus
monjas están juntas para ayudar a la Iglesia y colaborar con su
misión. Las relaciones fraternas están marcadas por las virtudes del
amor verdadero, gratuito, libre, desinteresado; del desasimiento y de
la humildad. Son virtudes fundamentales para la vida espiritual que
traen la paz interior y exteriormente28.
Teresa es consciente de la importancia de la ayuda mutua en el
camino de la oración y de la importancia de la amistad con otros en la
búsqueda común de Dios29. Para la vida en fraternidad considera
también fundamental la cultura, las virtudes humanas, la dulzura, la
empatía, la prudencia, la discreción, la sencillez, la afabilidad, la
alegría, la disponibilidad y el andar “en verdad delante Dios y de las
gentes”30.
La doctrina de S. Juan de la Cruz apunta a la unión con Dios por
medio de las virtudes teologales31. Partiendo de esto principio, el
Santo ve el efecto purificador y unificador de las virtudes teologales
también en la vida fraterna. En particular el amor activo para con los
demás: «Adonde no hay amor ponga amor y sacarás amor», porque

26
Cf. Constituciones OCDS, 11.
27
Cf. S. Teresa de Jesús, Vida, 32,11; Camino de perfección , 17,7; 1,5; 3,1.
28
S. Teresa, Camino, 4,4.11; 6-7; cf.: Castillo interior, V, 3,7-12.
29
Cf. S. Teresa de Jesús, Vida, 15,5; 23,4.
30
S. Teresa de Jesús, Castillo, VI, 10,6; cf. Camino 40,3; 41,7.
31
Cf. S. Juan de la Cruz, Subida del Monte Carmelo, II, 6,1; Cautelas, 5.
32

así hace el Señor con nosotros: ama y capacita para amar32.

24- c) El fiel cristiano comienza a formar parte de la Orden Seglar


por medio de la promesa hecha a la Comunidad ante el Superior de la
Orden33. Con la promesa se compromete a vivir en comunión con la
Iglesia, con la Orden, con la Provincia sobre todo con aquellos que
forman parte de la Comunidad, amándolos y estimulándolos en la
práctica de las virtudes34. En las Comunidades más pequeñas35 es
posible establecer una verdadera y profunda relación de amistad
humana y espiritual, de apoyo mutuo en la caridad y humildad.
S. Teresa de Jesús valora la ayuda del otro en la vida espiritual: la
caridad crece con un diálogo respetuoso, cuya finalidad es la de
conocerse mejor para ser agradable a Dios36. Los encuentros de la
Comunidad se desarrollan en un clima fraterno de diálogo y de
intercambio37. La plegaria, la formación y el ambiente alegre son
fundamentales para profundizar las relaciones de amistad y garantizar
a todos el soporte mutuo en el vivir cotidianamente la vocación laical
del Carmelo Teresiano en la familia, trabajo y otras realidades
sociales. Por eso es necesario una participación asidua y activa en la
vida y encuentros de Comunidad. Las ausencias son admitidas solo
por motivos serios y justos, evaluados y concordados con los
responsables. Los Estatutos particulares establecerán el tiempo de
ausencia injustificada, más allá del cual un miembro será considerado
inactivo y pasible de dimisión de la Comunidad.

24-d) La responsabilidad formativa de la Comunidad y de cada cual38


requiere que cada uno de los miembros se comprometan en la
32
S. Juan de la Cruz, Carta a M. María de la Encarnación, 6 julio 1591; cf.:
Carta a una religiosa de Segovia (1591); Subida, III, 23,1; Noche Oscura, I,
2,1; 5,2; 7,1; 12,7-8. Cf. Grados de perfección , 17; Sentencias, 27.
33
Cf. Constituciones OCDS, 12.
34
Cf.: S. Teresa, Castillo, VII, 4,14-15.
35
Cf. Constituciones OCDS, 58g y los Estatutos particulares sobre el
número máximo de los miembros de una Comunidad.
36
Cf.: S. Teresa, Vida, 7,22; 16,7.
37
Cf.: Constituciones OCDS, 18.
38
Cf. Ratio OCDS, 28.
33

comunión fraterna, en la convicción que la espiritualidad de la


comunión39 desempeña un papel esencial en la profundización de la
vida espiritual y en el proceso educativo de los miembros. La vida
eucarística y de fe40, la escucha de la Palabra de Dios41 hacen crecer y
sustentan la comunión.
La autoridad local de la Comunidad cumpla su servicio en la fe,
caridad y humildad (Cf. Mt 20,28; Mc 10,43-45; Jn 13,14).
Favorezca la convivencia familiar y el crecimiento humano y
espiritual de todos los miembros. Empuje al dialogo, al sacrificio
personal, al perdón y la reconciliación. Evite cualquier apego al
poder y personalismo en el desarrollo de su cargo.
La oración de unos por otros, la solicitud fraterna, también en el caso
de necesidad material, el contacto con los miembros que están lejos,
la visita a los enfermos, los que sufren, los ancianos y la oración por
los difuntos son signos también de fraternidad.
El Carmelo Seglar también realiza y expresa la comunión fraterna a
través del encuentro y la solidaridad con las otras Comunidades,
especialmente en el interior de la misma Provincia o Circunscripción,
así como mediante la comunicación y colaboración con toda la Orden
y la familia del Carmelo Teresiano.
Así, con su testimonio de comunión fraterna según el carisma
teresiano, la Comunidad del Carmelo Seglar coopera con la misión
evangelizadora de la Iglesia en el mundo42.

24-e) Una Comunidad que con devoción busca a Dios, encontrará


equilibrio entre los derechos individuales y el bien de toda la
Comunidad. Por lo tanto los derechos y las exigencias de cada uno de
los miembros deben de ser salvaguardados y respectados a según de
las leyes de la Iglesia43; pero del mismo modo los miembros deben
39
Juan Pablo II, Novo millennio ineunte, 43.
40
Francisco, Lumen fidei, 40.
41
Benedicto XVI, Verbum Domini, 84-85. Cf. Id., Sacramentum Caritatis,
76. 82. 89.
42
Concilio Vaticano II, Apostolicam actuositatem, 13.19; Juan Pablo II,
Christifideles laici, 31-32; Cf. Benedicto XVI, Deus caritas est, 20.
43
Cf. Código de Derecho Canónico, can. 208-223; 224-231.
34

cumplir fielmente los deberes que se refieren a la Comunidad, según


las normativas de las Constituciones.
Para poder despedir44 un miembro por los motivos establecidos en el
Código de Derecho Canónico (rechazo público de la fe católica,
apartarse de la comunión eclesiástica o estar bajo excomunión
impuesta o declarada45) u otros previstos en los Estatutos particulares,
el Consejo de la Comunidad debe de observar el siguiente
procedimiento: 1) verificar la certeza de los hechos; 2) amonestar al
miembro por escrito o ante dos testigos; 3) dejar un tiempo razonable
para el arrepentimiento. Y se después de todo no hay ningún cambio,
se puede proceder al despido, una vez consultado el Provincial. En
todos los casos, el miembro tiene derecho de recurrir a la autoridad
eclesiástica competente46.
En el caso que un miembro, después de una seria evaluación y
discernimiento del Consejo de la Comunidad llegue a la decisión de
salir voluntariamente de la Comunidad, deberá hacer la petición por
escrito a la autoridad competente de la Comunidad, con la cual se
comprometió a través de las promesas47. De todo eso se informe al
Provincial.

IV

AL SERVICIO DEL PROYECTO DE DIOS

25. “Los fieles laicos, precisamente por ser miembros de la Iglesia,


tienen la vocación y misión de ser anunciadores del evangelio: son
habilitados y comprometidos en esta tarea por los sacramentos de la
iniciación cristiana y por los dones del Espíritu Santo”48. La

44
Cf. Código de Derecho Canónico, can. 308; Cf. Constituciones OCDS,
47-e.
45
Código de Derecho Canónico, Can. 316§1.
46
Id., can. 316§2. Cf.: can. 312§2.
47
Cf. Constituciones OCDS, 12.
48
CL 33.
35

espiritualidad del Carmelo despierta en el Seglar el deseo de un


compromiso apostólico mayor, al darse cuenta de todo lo que implica
su llamada a la Orden. Consciente de la necesidad que tiene el mundo
del testimonio de la presencia de Dios49 responde a la invitación que
la Iglesia dirige a todas las asociaciones de fieles seguidores de Cristo
comprometiéndolos con la sociedad humana a través de una
participación activa en las metas apostólicas de su misión en el marco
del propio carisma. Como fruto de esta participación en la
evangelización el Seglar comparte un gusto renovado por la oración,
la contemplación, la vida litúrgica y sacramental.

26. La vocación de la Orden Seglar es verdaderamente eclesial. La


oración y el apostolado, cuando son verdaderos, son inseparables. La
observación de Santa Teresa de que el propósito de la oración es “el
nacimiento de obras buenas”50 recuerda a la Orden Seglar que las
gracias que se han recibido siempre deben tener un efecto en quien
las recibe51. Individualmente o como comunidad y, sobre todo como
miembros de la Iglesia la actividad apostólica es fruto de la oración.
Donde fuera posible y en colaboración con los superiores religiosos y
con la debida autorización de los encargados, las comunidades
participan en el apostolado de la Orden.

27. El Carmelita Seglar está llamado a vivir y testimoniar el


carisma del Carmelo Teresiano en la Iglesia particular, porción del
Pueblo de Dios en la cual se hace presente y actúa la Iglesia de
Cristo.52 Cada uno procure ser un testigo vivo de la presencia de
Dios y se responsabilice de la necesidad de ayudar a la Iglesia dentro
de la pastoral de conjunto en su misión evangelizadora bajo la
dirección del obispo. Por eso motivo, cada uno tiene un apostolado,
o colaborando con otros en la comunidad, o bien individualmente.

49
Cf. AA 4 y 10. CL 16-17.25.28-29.
50
Moradas V 3,11; Cf. VII, 3.
51
Cf. AA 2-3.
52
(cf CD, 11; AA, 86; CL, 25)
36

28. En su compromiso apostólico llevará la riqueza de su


espiritualidad con los matices que confiere a todos los campos de la
evangelización: misiones, parroquias, casas de oración, Institutos de
espiritualidad, grupos de oración, pastoral de la espiritualidad. Con su
aportación peculiar como laicos carmelitas podrán ofrecer al Carmelo
Teresiano impulsos renovados para Aencontrar válidas indicaciones
para nuevos dinamismos apostólicos53 con una fidelidad creativa a su
misión en la Iglesia. Las diferentes actividades apostólicas de la
Orden Seglar serán precisadas y evaluadas en los Estatutos
particulares para los diversos ambientes geográficos54.

CON MARÍA, LA MADRE DE JESÚS

29. En el dinamismo interior del seguimiento de Jesús, el Carmelo


ha contemplado a María como Madre y hermana, como "modelo
perfecto del discípulo del Señor"55y, por tanto, modelo de la vida de
los miembros de la Orden. . La Virgen del Magníficat anuncia la
ruptura con un mundo viejo y anuncia el comienzo de una historia
nueva en la que Dios derriba del trono a los poderosos y exalta a los
pobres. María se pone de parte de ellos y proclama el modo de actuar
de Dios en la historia. María es para el Seglar un modelo de entrega
total al Reino de Dios. Ella nos enseña a escuchar la Palabra de Dios
en la Escritura y en la vida, a creer en ella en todas las circunstancias
para vivir sus exigencias. Y esto, sin entender muchas cosas;
guardando todo en el corazón (Lc 2,19.50-51) hasta que llega la luz,
con una oración contemplativa.

30. María es también ideal e inspiración para el Seglar. Ella, vive la

53
VC 55.
54
Regla de vida OCDS (1979) art. 8.
55
Marialis cultus, 37.
37

cercanía a las necesidades de los hermanos, preocupándose de ellas


(Lc 1,39-45; Jn 2,1-12; Hch 1,14). Ella "la imagen más perfecta de la
libertad y de la liberación de la humanidad y del cosmos" 56, ayuda a
comprender el sentido de la misión. Ella, Madre y Hermana, que
precede en la peregrinación de la fe y en el seguimiento del Señor
Jesús, acompaña, para que la imiten en su vida escondida en Cristo y
comprometida al servicio de los demás.

31. La presencia de María, a la vez que vivifica la espiritualidad del


Carmelo Teresiano, informa su apostolado. Por eso el Seglar se
empeñará en conocer cada día más la persona de María a través de la
lectura del evangelio para comunicar a los demás la auténtica piedad
mariana que lleva a la imitación de sus virtudes. Guiados por la
mirada de fe, los miembros de la Orden Seglar celebrarán y
promoverán el culto litúrgico de la Madre de Dios a la luz del
misterio de Cristo y de la Iglesia y practicarán, con sentimientos de fe
y de amor, los ejercicios devocionales en su honor.

31- a) En el Carmelo teresiano el amor a María, Madre y Reina, va


unido al amor a su esposo San José. El Padre le concedió también a
él, “hombre justo” (Mt 1,19), la custodia del misterio de la
Encarnación de su Hijo Jesucristo.
Siguiendo el ejemplo de S. Teresa, el Seglar encuentra en san José un
modelo a seguir para una vida en humilde adoración y comunión
orante con Jesús, un maestro de oración y de silencio57. Patrono de la
vida interior, es ejemplo de fe y de «atención constante a Dios,
abierto a sus signos, disponible a su proyecto»58. Siendo esposo casto
y fiel, es modelo de padre solícito en el cuidado de la familia y de
trabajador responsable que considera su trabajo como “expresión del
amor”59.

56
Redemptoris mater, 37
57
Cf. S. Teresa de Jesús, Vida, 6,6-8; 33,12. Cf. Juan Pablo II, Redemptoris
Custos, 25. 27.
58
Francisco, Homilía en el inicio del pontificado, 19 marzo 2013.
59
Juan Pablo II, Redemptoris Custos, 22-23.
38

En comunión con la Iglesia y con la Orden que lo venera como su


“providencial Protector”60, los miembros del Carmelo Seglar
encuentran en San José un protector incomparable a quien confiar las
esperanzas, las fatigas y los trabajos de cada día61.

VI

FORMACIÓN EN LA ESCUELA DEL


CARMELO

32. El objetivo central del proceso de formación en la Orden


Seglar es la preparación de la persona para vivir el carisma y la
espiritualidad del Carmelo en su seguimiento de Cristo, al servicio de
la misión.

33. Con un verdadero interés por las enseñanzas de la Iglesia y por


la espiritualidad de nuestros Santos Carmelitas, los laicos carmelitas
tratan de ser hombres y mujeres maduros en su vida, en la práctica de
la fe, de la esperanza y del amor y en la devoción a la Virgen María.
Se comprometen a profundizar en su vida cristiana, eclesial y
carmelitana. La formación cristiana, es la sólida base de la formación
carmelitana y espiritual. Por medio del Catecismo de la Iglesia
Católica y de los documentos eclesiales los laicos carmelitas reciben
los fundamentos teológicos necesarios.

34. La formación teresiano-sanjuanista, tanto inicial como


permanente, ayudan a desarrollar en el Seglar una madurez humana,

60
Constituciones de los Frailes OCD, 52; cf.: Constituciones de las
Carmelitas Descalzas, 59.
61
«San José es la prueba de que para ser buenos y auténticos seguidores de
Cristo no se necesitan "grandes cosas", sino que se requieren solamente las
virtudes comunes, humanas, sencillas, pero verdaderas y auténticas» (Paolo
VI, Insegnamenti, VII, 1969, citato in Juan Pablo II, Redemptoris Custos,
24).
39

cristiana y espiritual para el servicio de la Iglesia. En la formación


humana desarrollan la capacidad del diálogo interpersonal, el respeto
mutuo, la tolerancia, la posibilidad de ser corregidos y de corregir
con serenidad y la capacidad de perseverar en los compromisos
asumidos.

35. La identidad carmelitana es confirmada por medio de la


formación en la Escritura y en la lectio divina, en la importancia de la
liturgia de la Iglesia, especialmente de la Eucaristía y de la Liturgia
de las Horas y en la espiritualidad del Carmelo, su historia, las obras
de los santos de la Orden y la formación en la oración y meditación.

La formación para el apostolado se basa en la teología de la


Iglesia sobre la responsabilidad de los laicos62, y la comprensión del
papel de los seglares en el apostolado de la Orden ayuda a darse
cuenta del lugar que tiene la Orden Seglar en la Iglesia y en el
Carmelo y ofrece una forma práctica para compartir las gracias
recibidas por la vocación a él.

36. La introducción gradual en la vida de la Orden Seglar se


estructura de la siguiente manera:

a) Un período suficiente de contacto con la comunidad con


una duración de no menos de seis meses. El propósito de
esta etapa es para que el candidato pueda familiarizarse más
con la comunidad, el estilo de vida y el servicio a la Iglesia
propio de la Orden Seglar del Carmelo Teresiano. También
para dar una oportunidad a la comunidad para un
discernimiento adecuado. Los Estatutos Provinciales
especifican este período.

b) Después del período inicial de contacto, el Consejo de la


comunidad puede admitir al candidato para un período más

62
AA 28-29.
40

serio de formación que durará habitualmente dos años y que


está orientado a la primera Promesa. Al principio de este
período de formación se da el escapulario al candidato. Es un
signo externo de su pertenencia a la Orden y de que María es,
al mismo tiempo, madre y modelo en su camino.

c) Al final de esta etapa, con la aprobación del Consejo de la


comunidad, se invita al candidato a hacer la primera Promesa
de vivir el espíritu de los consejos evangélicos y las
Bienaventuranzas por un período de tres años.

d) En los tres últimos años de formación inicial se tiene un


estudio más profundo de la Escritura, los documentos de la
Iglesia, los santos de la Orden, la oración y la capacitación
para una participación en el apostolado de la Orden. Al final
de los tres años el Consejo podrá admitir al candidato para
hacer la Promesa definitiva de vivir el espíritu de los
consejos evangélicos y las Bienaventuranzas por toda la vida.

VII

ORGANIZACIÓN Y GOBIERNO

37. La Orden Seglar de nuestra Señora del Monte Carmelo y Santa


Teresa de Jesús es una asociación de fieles y una parte integrante de
la Orden de los Carmelitas Descalzos. Es esencialmente laical en su
carácter, aunque puede contar con la participación del clero
diocesano63.

38. Los frailes y las monjas del Carmelo Teresiano consideran la


comunidad laical del Carmelo Secular como un enriquecimiento para
63
CIC 298,301.
41

su vida consagrada. A través de una interacción ellos y ellas desean


aprender de los laicos/as carmelitas a reconocer los signos de los
tiempos juntamente con ellos. Por tanto, se procurará que
representantes de la Orden Seglar estén presentes cuando en un área
geográfica se proyecta, a nivel local o provincial, el servicio
apostólico de la Orden o se profundiza sobre la situación de la Iglesia
y de la sociedad.

39. Todos los fieles de Cristo tienen el derecho de hacer votos64.


Con el consentimiento del Consejo de la comunidad y el permiso del
Provincial, un miembro de la Orden Seglar, si lo desea, puede hacer
votos de obediencia y castidad en presencia de la comunidad. Los
votos son estrictamente personales y no crean una categoría diferente
de pertenencia. Suponen un compromiso mayor de fidelidad a la vida
evangélica pero no transforman a quien los hacen en personas
reconocidas jurídicamente como consagradas en la misma línea de
los Institutos de vida consagrada. Quienes hacen los votos en el
Orden Seglar continúan siendo laicos para todos los efectos jurídicos.

40. La Orden Seglar se estructura básicamente en la comunidad


local como una señal visible de la Iglesia. La Orden Seglar, tanto a
nivel de Provincia como a nivel de comunidad, tiene personalidad
jurídica65.

41. La Orden Seglar depende jurídicamente de los frailes


carmelitas descalzos66. El Superior General establece las
comunidades locales y realiza las visitas pastorales. Puede dispensar,
en casos particulares de las Constituciones y de los Estatutos y
conceder excepciones. Tiene la autoridad para resolver los casos que
no están contemplados en esta legislación y que no pudieran ser
resueltos por las autoridades locales. Asiste al Superior General un
Delegado General, cuya responsabilidad es la de favorecer las
64
Ritual, Instrucción, 9; 30-49
65
CIC 301. 303-306. 313.
66
CIC 305. 311-315.
42

relaciones recíprocas entre los religiosos y los seglares y la de


mantener contacto con los Delegados Provinciales y los Asistentes de
cada comunidad de tal modo que puedan asegurarse la finalidad y el
buena marcha de la Orden Seglar.

42. El Definitorio General de la Orden aprueba los Estatutos


regionales67y provinciales de la Orden Seglar68.

43. El Superior Provincial, normalmente ayudado por el Delegado


Provincial, es el Superior de la Orden Seglar dentro de su territorio69.
Es el responsable de la buena marcha de la Orden Seglar en el ámbito
de su circunscripción. Debe visitar las comunidades en su
jurisdicción y nombrar sus Asistentes, después de haber escuchado al
Consejo de las mismas70. A él se recurre primeramente cuando
surgen conflictos.

44. El Asistente espiritual de cada comunidad es ordinariamente un


fraile de la Orden. Su deber es dar asistencia espiritual a la
comunidad y acompañarla en su vocación para que pueda
corresponder a ella debidamente. También procurará favorecer la
solidaridad entre la comunidad laical y los frailes y monjas de la
Orden. Invitado por el Consejo de la comunidad podrá participar en
sus reuniones pero sin derecho a voto. Estará disponible para
entrevistarse con los candidatos en las diferentes etapas de la
formación. El Consejo podrá consultarlo sobre la capacidad del
candidato para asumir la responsabilidad de la vocación de la Orden
Seglar. Apoyará la formación de la comunidad asistiendo al
encargado de la formación. Sin embargo, él no puede ser el
encargado de la formación. El Asistente espiritual debe conocer bien

67
“Regional” se refiere a naciones o a territorios geográficos en los
que hay más de una Provincia de frailes.
68
CIC 307,1; 314.
69
CIC 328-329. Constituciones de los Carmelitas Descalzos, 103.
Normas, 56.
70
CIC 317.
43

la espiritualidad carmelitana y estar bien informado de las enseñanzas


de la Iglesia acerca del papel de los laicos en ella.

45. Sólo el Superior General de la Orden, en las circunscripciones


en las que no hubiere frailes, o el Provincial dentro de su jurisdicción,
pueden designar como Asistente a alguno que no sea un fraile de la
Orden, siempre con el permiso de su legítimo superior. El Delegado
General o el Delegado Provincial prestarán su servicio para esta
designación entrevistando al candidato para saber si posee las
cualidades expresadas en el número 44 de estas normas.

46. El Consejo, formado por el Presidente, tres Consejeros y el


responsable de la formación, constituye la autoridad inmediata de la
comunidad. La responsabilidad primaria del Consejo es la formación
y maduración cristiana y carmelitana de los miembros de la
comunidad.

47. El Consejo tiene autoridad para:

a) admitir los candidatos a la formación, la Promesa o los


Votos;
b) reducir, por justos motivos, el período de formación antes
de la Promesa temporal, con el consentimiento del Superior
Provincial;
c) convocar la comunidad para las elecciones cada tres años;
d) reemplazar, por graves motivos, a algún miembro del
mismo Consejo71;
e) despedir un miembro de la comunidad, si esto se considera
necesario, después de consultar al Provincial72;
f) recibir a un miembro que se traslade de otra comunidad;
g) si surgiera algún asunto fuera de la competencia del
Consejo, es obligación del Presidente darlo a conocer al
Provincial.
71
CIC 318.
72
CIC 308 y 316.
44

El Consejo se reúne frecuentemente y siempre que sea


necesario en la perspectiva de cuidar los programas de formación y el
crecimiento de la propia comunidad.

48. El Superior General, el Superior Provincial y el Consejo de la


comunidad son los superiores legítimos de la Orden Seglar.

49. Para el establecimiento de una nueva comunidad es necesario


presentar a la Secretaría General de la Orden Seglar los siguientes
documentos:

a) una lista de los miembros que la componen. Para formar una


comunidad se requiere contar, por lo menos con 10 miembros, de los
cuales al menos dos hayan hecho la Promesa definitiva;
b) una carta del Delegado Provincial solicitando la erección de la
comunidad;
c) el permiso por escrito del Ordinario de la diócesis73;
d) el nombre de la comunidad;
e) el lugar en el cual se reúne la comunidad.

50. Cada tres años las comunidades locales de la Orden Seglar


eligen a su Presidente y tres Consejeros74. Estos cuatro miembros,
después de consultar al Asistente, eligen al encargado de la
formación entre los que han hecho la Promesa definitiva. El consejo
nombra, entonces, un secretario y un tesorero. El procedimiento para
las elecciones será determinado por los estatutos provinciales,
respetando completamente la libertad de los electores y la preferencia
de la mayoría de los miembros. Para que el Presidente pueda ser
reelecto para un tercer período se requiere el permiso del Superior
Provincial.

51. El Presidente, elegido entre aquellos miembros que tengan la


73
CIC 312,2.
74
CIC 309.
45

Promesa definitiva, tiene el deber de convocar y presidir las


reuniones de la comunidad. Deberá mostrar una actitud de servicio
hacia todos los miembros de la comunidad; fomentará un espíritu de
afabilidad cristiana y carmelitana y tendrá cuidado de no demostrar
ninguna preferencia por algunos miembros sobre otros; coordinará
contactos con aquellos miembros de la comunidad que, a causa de la
edad, la enfermedad, la distancia u otras razones, no puedan asistir a
las reuniones; ayudará al encargado de formación y al asistente
espiritual apoyándolos en el ejercicio de sus responsabilidades; podrá
sustituirlos cuando estén ausentes, pero sólo temporalmente, o
designar para ello a alguno entre los que han hecho la Promesa
definitiva.

52. La responsabilidad de los tres consejeros es de formar, junto


con el Presidente, el gobierno de la comunidad y de apoyar al
encargado de la formación. Generalmente son miembros de la
comunidad con promesa definitiva. En casos particulares, miembros
con primera promesa pueden servir como consejeros.

53. El encargado de la formación, elegido por el Consejo entre los


que han hecho la Promesa definitiva, tiene la responsabilidad de
preparar a los candidatos para la primera Promesa y para la
definitiva. Trabaja en colaboración con el Asistente y con el apoyo
del Presidente. En ausencia del Presidente el encargado de formación
lo sustituye en todas sus funciones.

54. El Secretario del Consejo tiene la responsabilidad de mantener


al día el libro de la comunidad, registrando las elecciones, las
admisiones, las promesas y las dimisiones. Debe presentar el registro
al Consejo cuando éste se reúna y, a la comunidad, en el momento de
las elecciones. Asiste a las reuniones del Consejo registrando en actas
las deliberaciones, pero no tiene derecho a voto.

55. Es deber del tesorero guardar y administrar los fondos de la


comunidad. Debe presentar un informe semestral de los fondos al
46

Consejo y también, una vez al año, a la comunidad y al Superior


Provincial o de la circunscripción75. Los Estatutos locales deben
determinar cómo la comunidad se ocupará de las necesidades de los
pobres.

56. Los Seglares que, por razones de distancia, de edad o de


enfermedad no pudieran participar en las reuniones regulares de la
comunidad, siguen siendo miembros de la Orden Seglar, y bajo la
autoridad del Delegado Provincial deben ser asociados a una
determinada comunidad. Es responsabilidad del Presidente de la
comunidad establecer contacto con esos miembros y, de éstos,
mantener el contacto con la comunidad.

57. Donde exista una circunscripción organizada de los frailes de


la Orden, la Rama Seglar debe formar un consejo Provincial para
ayudarse mutuamente en la formación y en el apostolado, pero no
para intervenir en el gobierno de las comunidades locales. El
Presidente del Consejo Provincial deberá ser un miembro de la Orden
Seglar con la Promesa definitiva. El Consejo Provincial deberá
someter sus Estatutos al Definitorio General para su aprobación.

58. Los Estatutos provinciales determinarán lo siguiente:

a) el desarrollo de un programa adecuado de formación;


b) la aceptación y formación de los nuevos miembros que no
viven cerca de una comunidad establecida. En todos los
casos, estos nuevos candidatos tienen que ser identificados y
formados por una comunidad establecida y son considerados
miembros de esa misma comunidad;
c) el procedimiento para las elecciones y las
responsabilidades de los tres consejeros;
d) los sufragios por los difuntos de la comunidad;
e) las circunstancias y condiciones para emitir los votos;

75
CIC 319.
47

f) la edad mínima y máxima para aceptar nuevos miembros;


g) el número máximo de miembros de una comunidad antes
de dividirla para formar una nueva comunidad;
h) la coordinación de los compromisos apostólicos dentro de
la comunidad o de la Provincia.
I) la forma y el uso de los signos externos de pertenencia a la
Orden Seglar;
j) las prácticas de mortificación y las expresiones de
devoción a María Santísima, a San José y a los Santos de la
Orden.

59. Si una comunidad de la Orden Seglar no pertenece a ninguna


Provincia debe elaborar sus propios Estatutos conforme a las
anteriores indicaciones y someterlos a la aprobación del Definitorio
General.

60. Se pueden introducir otras estructuras a niveles nacionales


donde hay más de una Provincia, o a nivel internacional, cuando se
considere que son útiles o necesarias para la formación, la
coordinación de los apostolados de la Orden o para organizar
Congresos. Estas estructuras no tendrán ninguna autoridad
jurisdiccional. Estos Consejos regionales deberán someter sus
Estatutos al Definitorio General para su aprobación.
48

EPILOGO

Las Constituciones de la Orden Seglar han sido elaboradas


para consolidar el proyecto de vida de sus miembros, que forman
parte de la Orden del Carmelo Teresiano. Ellos están llamados a
“testificar cómo la fe cristiana [...] constituye la única respuesta
plenamente válida a los problemas y expectativas que la vida plantea
a cada persona y a cada sociedad”76. Esto lo realizarán como
Seglares si, a partir de una contemplación comprometida, logran
testimoniar en su vida familiar y social de cada día “esa unidad de
vida que en el Evangelio encuentra inspiración y fuerza para
realizarse en plenitud”77. Como Seglares, hijos e hijas de Teresa de
Jesús y Juan de la Cruz están llamados a “ser ante el mundo testigos
de la resurrección y de la vida del Señor Jesús y una señal del Dios
vivo”78, a través de una vida de oración, de un servicio evangelizador
y por medio del testimonio de una comunidad cristiana y carmelitana.
“Todos juntos y cada uno de por sí deben alimentar al mundo con
frutos espirituales (cf. Gal 5,22) y difundir en él el espíritu de que
están animados aquellos pobres, mansos y pacíficos, a quienes el
Señor en el Evangelio proclamó bienaventurados (cf. Mt 5,3-9). En
una palabra, lo que el alma es en el cuerpo, esto han de ser los
cristianos [carmelitas] en el mundo”79.

****************

76
CL 34
77
ibid.
78
LG 38
79
ibid.
49
50

ASISTENCIA PASTORAL

A LA ORDEN SEGLAR

Roma, 14 de Diciembre de 2006

A los RR. PP. Provinciales,


los Delegados Provinciales de la OCDS,
los Asistentes de las comunidades de la OCDS

Queridos Padres y hermanos,

Al recordar el nacimiento del Redentor, les deseo durante este


51

tiempo navideño todo Su gozo y paz.

Hace ya más de tres años que se aprobaron definitivamente las


Constituciones de la Orden Seglar. Estos años han sido ricos en
experiencia y estudio. Muchas regiones han organizado encuentros,
tanto para los miembros de la Orden Seglar como para los frailes,
para profundizar en el conocimiento de la Orden Seglar. La
experiencia de muchas Provincias en formar Consejos Provinciales y
redactar los Estatutos Provinciales ha sido una oportunidad para
ahondar en la fraternidad entre la OCDS y entre la OCDS y los
frailes.

La experiencia de estos tres años pasados ha indicado también la


necesidad de formular de un modo concreto y unificado algunas
pautas generales para la atención pastoral de nuestros hermanos y
hermanas de la Orden Seglar de los Carmelitas Descalzos. El
Secretariado General para la Orden Seglar ofrece a todas las
jurisdicciones de la Orden el documento adjunto que estará
también disponible en la página web de la Orden en internet.

Confío en que este documento pueda fortalecer las buenas


relaciones que existen dentro de la Orden Seglar.

Con mi ferviente deseo de que el próximo año sea fecundo en


gracias para toda la Orden del Carmelo Teresiano,

Sinceramente vuestro en Cristo,

Luis Aróstegui, OCD


Superior General
52

ASISTENCIA PASTORAL A LA ORDEN


SEGLAR

Si una persona busca la historia y origen de las Terceras


Ordenes u Ordenes Seglares y quiere retroceder a lo más antiguo
donde se habla de esas Órdenes, esa persona encuentra en el
fondo de su búsqueda a la figura de San Francisco de Asís. Fue
Francisco de Asís quién entendió, aún cuando sólo intuitivamente,
que la manera de tejer la espiritualidad de su nueva familia
religiosa en el acontecer de la vida diaria había terminado con el
establecimiento de una Orden de personas laicas o del clero
diocesano que vivían en el mundo y enfrentaban los forcejeos
diarios de la vida cristiana. El Papa Honorio III aprobó la primera
regla para La Orden Seglar Franciscana en 1221. Ellos fueron
llamados entonces “Los Hermanos y Hermanas de Penitencia.”

Presentando la regla al Papa para la aprobación, San Francisco


reconoció que lo que él estaba haciendo era algo “eclesial”, no sólo
algo particular a su nueva Orden. Este evento “eclesial” se refleja
en el canon 312 del Código de la Derecho Canónico que establece
que sólo la Santa Sede puede establecer asociaciones universales o
internacionales. Esta autoridad de la Santa Sede se delega al
General de cada Orden mendicante, y específicamente al General
de la Orden del Carmelo Descalzo por el Papa Clemente VIII en dos
documentos Papales, Cum Dudum, 23 de marzo 1594 y Romanum
Pontificem, 20 de agosto de 1603.

Ciertamente, la vida religiosa y las familias religiosas existieron


antes de San Francisco. La vida monacal había florecido en Europa
gracias a San Benito. Los Benedictinos y otras formas de vida
monacal han tenido la institución de “oblatos” durante siglos. La
identidad y estructura de los oblatos ha pasado por muchos
53

cambios a lo largo de la historia. Estos, sin embargo, siempre


estuvieron atados a la identidad básica de la vida monacal, es
decir, se identificaron con algún monasterio en particular en su
vida.

La vida mendicante, empezando con las Ordenes como los


franciscanos, los dominicanos, Carmelitas, etc., tenían una
estructura y propósito diferente. Los artículos en la Enciclopedia
católica señalan las diferencias que existen en la espiritualidad y
apostolado de vida monacal y las Órdenes mendicantes.
Básicamente, y a grosso modo, se podría decir que involucrar a los
laicos en la vida monacal era brindar a esas personas el mundo y la
espiritualidad del monasterio, e involucrar a los laicos en la vida
mendicante era brindar la espiritualidad de las Ordenes
Mendicantes a la vida de los laicos en el mundo.

Las Órdenes mendicantes buscaron vivir una espiritualidad y


ejercer un apostolado que creciera desde la espiritualidad que
ellos vivían. Muchas congregaciones de vida religiosa han existido
por un período de tiempo y han dejado de existir porque la razón
o razones para su existencia cesaron. Estas congregaciones de
vida religiosa basaron su identidad en el apostolado específico
para el que fueron fundados. Actualmente algunas
congregaciones de vida activa, que han hecho grandes
contribuciones a la sociedad, están buscando una renovación
porque su identidad original ha cambiado. Otros han decidido ya
no buscar nuevas vocaciones y dejar de existir porque su trabajo
no es ya necesario.

En todo caso, las Órdenes mendicantes no basan su identidad en


un apostolado sino en una espiritualidad, y esa espiritualidad guía
y dirige los apostolados a que ellos se dedican. La espiritualidad de
las Órdenes mendicantes refleja elementos o un elemento que
pertenece al ser de la Iglesia en el mundo. El apostolado de los
dominicanos en la educación superior es consecuencia de la
espiritualidad dominicana del predicador que difunde la palabra.
Mucho del apostolado franciscano es un empeño de trabajar con
los pobres. Éste es el fruto del deseo franciscano de seguir a Jesús
en la pobreza y sencillez del Evangelio. La espiritualidad
Agustiniana está basada en el deseo de descubrir a Jesús en medio
de la comunidad, que los lleva a una dedicación a muchos
54

apostolados sociales. Y el carisma del Carmelita Teresiano está


basado en la relación íntima y amorosa entre Dios y la persona que
se encuentran en la oración. De esa base fluye el trabajo por el
cual los Carmelitas se donan a si mismos.

La Orden Seglar de las Órdenes Mendicantes no es sólo un


laicado asociado. A través de su conexión con los frailes de las
diversas Órdenes, la Orden Seglar comunica la propia
espiritualidad al mundo a su derredor. Se puede decir que, si la
Orden Seglar no existiera, algo faltaría en la espiritualidad y la
presencia de las Ordenes Mendicantes.

La Orden Seglar no es conventual ni monacal, es definitivamente


“seglar”. Es decir, no ejerce su responsabilidad en el convento o en
el monasterio, lo hace en el mundo (saeculum). La Orden Seglar es
definitivamente “Orden” debido a la relación esencial que existe
entre los frailes y los seglares. La relación entre los frailes y los
seglares no es accidental, es esencial.

La Orden Seglar es una rama distinta de la Orden como las


Constituciones indican80. Los seglares, sin embargo, no existen
como una rama independiente de la Orden. Distinto, sí, pero
independiente, no. Es por esa razón que la Santa Sede otorga la
facultad de establecer las comunidades de la Orden Seglar al
General Superior de los frailes.

Durante siglos ha habido un desarrollo del papel e identidad de


las Ordenes Seglares y eso incluye a la Orden Seglar de los
Carmelitas Descalzos. Este desarrollo se relaciona directamente al
desarrollo del papel e identidad de los laicos en la Iglesia. De
todos los documentos se podrían citar algunos acerca del papel de
la Orden Seglar en la vida de la Orden, el más concreto y
poderoso viene de un documento dirigido a la vida consagrada, no
a las personas laicas. “Hoy, a menudo como resultado de las
nuevas situaciones, muchos Institutos han llegado a la conclusión
de que sus carismas pueden compartirse con la laicidad. Por
consiguiente, la laicidad es invitada a compartir más intensamente
la espiritualidad y misión de estos Institutos. Podemos decir que,
a la luz de ciertas experiencias históricas como aquéllas de los

80
Constituciones OCDS, Prefacio
55

Seglares o Terceras Órdenes, un nuevo capítulo, rico en la


esperanza, ha empezado en la historia de relaciones entre las
personas consagradas y la laicidad.”81

El elemento nuevo en este texto es la responsabilidad a


“compartir más intensamente la espiritualidad y la misión.” La
Espiritualidad ha sido siempre aceptada. La misión es nueva. Y es
específicamente esta directiva a las Órdenes la que hizo necesario
un compromiso más serio por parte de las Órdenes al desarrollo y
formación de los miembros de la Orden Seglar. La necesidad de
nombrar un delegado general se hizo más clara a medida que la
Orden Seglar iba creciendo. Otra necesidad fue la de poner a las
comunidades de la Orden Seglar que se establecieron en lugares
dónde no hay ningún fraile, directamente bajo el Delegado
General.

Recordando que la Orden Seglar es eclesial e internacional por


su propia naturaleza, se hizo necesario también para el Centro de
la Orden tomar un papel más activo guiando y desarrollando los
programas de la formación de la OCDS. Si un miembro de la Orden
Seglar vive la espiritualidad de la Orden y se convierte en un
sujeto activo en la misión de la Orden, entonces la Orden es lo
mejor para guiar su formación. En un cierto sentido, la formación
de los miembros de la Orden Seglares está sujeta a la aprobación
por el Centro de la Orden82. La formación no es el proyecto privado
de una comunidad particular o incluso de una Provincia. La
formación es responsabilidad de la Orden.

Dentro de los límites de la relación entre los frailes y los


seglares, éstos tienen por supuesto su autonomía. En la Orden del
Carmelo Descalzo, esta autonomía se ha expresado siempre en las
distintas reglas que existieron antes del Manual de 1922, en dicho
Manual, en la Regla de Vida en 1979, y en la legislación actual de
las Constituciones. La autonomía trata sobre las materias de
formación, dirección y gobierno.

Hay extremos que pueden deformar la autonomía dada a la


Orden Seglar: independencia excesiva o dependencia excesiva por

81
Vita Consacrata, 54
82
Constituciones OCDS 58, a
56

parte de los seglares; y por parte de los frailes: o la falta de interés


o un deseo de control. En estos extremos hay una imposibilidad de
colaboración bajo la dirección de los superiores legítimos de la
Orden como está delineado en las Constituciones. Hay dificultad
también, para formar a los miembros laicos de la Orden con la
madurez y responsabilidad que la Iglesia y la Orden desean. La
Orden Seglar por consiguiente continuará atrapada en un modelo
que no le servirá para presentarse adulta y capaz de representar al
mundo la espiritualidad del Carmelo.

En resumen, San Francisco de Asís que comenzó con la idea de


establecer un Orden de personas laicas identificable de parte de
la Orden y de la Iglesia, a través de la aprobación de Honorio III,
reconoció que la Orden Seglar era de hecho eclesial. La
legislación actual de la Iglesia en el Código de Derecho Canónico,
así como la legislación actual de la Orden Seglar de los Carmelitas
Descalzos, reconoce la relación que existe entre los frailes y los
seglares. La Orden en conjunto, los frailes y los seglares tienen la
responsabilidad de trabajar juntos, sobre todo en el área de
formación de los miembros para que ellos puedan representar
ante el mundo en que ellos viven, el espíritu y misión del
Carmelo. La responsabilidad del Centro de la Orden es asegurar y
guiar el desarrollo de la formación adecuada de los miembros de
la Orden Seglar.
Guía para la Asistencia Pastoral a la Orden
Seglar de los Carmelitas Descalzos por parte de
los Frailes Carmelitas Descalzos

I Principios Generales

Art. 1
La finalidad de la presente Guía es definir, de un modo
unificado y concreto, el servicio del cuidado espiritual y
pastoral de la OCDS por parte de los Frailes Carmelitas
Descalzos.

Art. 2
1. El cuidado espiritual y pastoral de la OCDS, en virtud
de su pertenencia a la misma familia religiosa, está confiada
por la Iglesia a los Frailes Carmelitas Descalzos83.
2. Los frailes, monjas de clausura, y los carmelitas
seglares, cada uno en las propias circunstancias de su
estado de vida, de hecho contribuyen a hacer presente el
carisma de la espiritualidad carmelitana como está
expresado en las vidas y obras de nuestros Doctores
Carmelitas.84
3. De un modo concreto, los Superiores religiosos deben
asegurar una asistencia espiritual adecuada a todas las
comunidades de la OCDS85.

Art. 3
1. El cuidado espiritual y pastoral se
ofrece como un servicio que comprende:
-- El ejercicio del gobierno por parte de los Superiores
Mayores;
-- La asistencia espiritual al a las comunidades y sus
Consejos.

83
Clement VIII, Cum dudum; Romanum Pontificem. OCD Constituciones,
103, Normas, 56
84
Constituciones OCDS, Prefacio; 1
85
Constitucines OCD, 103, Normas, 58
58

2. La finalidad del ejercicio de gobierno es garantizar la


fidelidad de la OCDS al carisma de la Orden los Carmelitas
Descalzos, la unidad de la Orden, y la comunión con la
Iglesia.

3. El objetivo de la asistencia espiritual a cada una de las


comunidades es promover la comunión con la Iglesia y con
la Orden de los Carmelitas Descalzos a través del testimonio
y compartiendo la espiritualidad del Carmelo, cooperar en la
formación inicial y permanente de la OCDS y expresar la
relación que existe entre los religiosos y los seglares.

Art. 4
El servicio de los frailes completa pero no sustituye la
autoridad de los Consejos de las comunidades de la Orden
Seglar los cuales tienen la responsabilidad de guiar,
coordinar, y animar la comunidad.86

II Responsabilidades prácticas

El Rol de los Superiores Mayores87

Art. 5
1. La atención espiritual y pastoral de la OCDS, confiada
por la Iglesia a los Frailes Carmelitas Descalzos, es un deber
sobre todo del General y de los Provinciales locales.

2. El General ejerce su oficio a través de:


-- El establecimiento de comunidades locales;
-- Visitas pastorales;
-- El nombramiento de Asistentes espirituales para
aquellas comunidades que existen en regiones donde no
hay frailes.

3. El Provincial ejerce su oficio a través de:


-- visitas pastorales;
-- asignando Asistentes espirituales para cada una
de las comunidades de su Provincia; --
disponibilidad para aquellas comunidades o

86
Constituciones OCDS, 46
87
Constituciones OCDS, 41; 43; 45
59

personas con necesidades particulares.


4. Los Superiores Mayores puedan ejercer este oficio
personalmente o a través de un delegado.

5. Los Superiores Mayores de los Carmelitas Descalzos


son los responsables de la calidad de asistencia espiritual y
atención pastoral, incluso en aquellos casos cuando se
nombra un Asistente espiritual que no es fraile de la Orden.

6.Una de la responsabilidades primordiales de los


Superiores Mayores es la formación de sus propios religiosos
en la naturaleza y finalidad de la OCDS y la preparación
específica de los Asistentes para que puedan ser personas
adecuadas y bien preparadas para esta finalidad.88
General89

Art. 6
1. El Superior General ejercita su liderazgo y asistencia
pastoral en relación al OCDS en su totalidad.

2. Pertenece específicamente al General y al Definitorio


General:
-- mantener relaciones con la Santa Sede en relación a los
textos legislativos o litúrgicos que requieran aprobación de
la Santa Sede;
-- aprobar los Estatutos Provinciales de cada Provincia,
incluso las pautas de los programas de formación.
-- aprobar los Estatutos nacionales de aquellas naciones
que tengan más de una Provincia si estas Provincias forman
un Consejo Nacional.

Art. 7
1. El Superior General ejerce su oficio hacia la OCDS de
acuerdo con -- la ley universal del Iglesia,
-- con las Constituciones de los frailes,
-- y con un pleno respeto por las constituciones de la
OCDS.

88
Constituciones OCDS 44 ; 45
89
Constituciones OCDS 41 ; 42 ; 45 ; 57 ; 60
60

2. Tiene la facultad de establecer, visitar, y reunirse con


las comunidades locales OCDS.

3. Con relación a la Orden, es responsabilidad suya el


nombrar el Delegado General de la OCDS, quien, bajo la
autoridad del General, se preocupa de toda las cosas
concernientes al servicio de la OCDS.

Delegado General90

Art. 8
1. El Delegado General debe mantener informado al
General y a la Orden (frailes, monjas y seglares) sobre la
vida y actividades de la OCDS.

2. Tratará también sobre asuntos que se refieran al


servicio de asistencia prestado por la Orden a la OCDS,
reunirse con las comunidades locales, mantener contactos
constantes y fraternos con los Asistentes de la Orden.

3. El Delegado General es responsable de aquellas


comunidades de la OCDS que existen en los territorios fuera
de las jurisdicciones establecidas.

Provincial91

Art. 9
Los Provinciales ejercen sus responsabilidades hacia la
OCDS en el territorio de su propia jurisdicción.

Art. 10
Es competencia específica suya:
-- garantizar la asistencia espiritual a las comunidades
locales nombrando Asistentes;
-- animar espiritualmente, visitar y reunirse con las
comunidades locales en su jurisdicción;
-- mantenerse informados sobre la asistencia espiritual
que se ofrece a la OCDS.

90
Constituciones OCDS 41
91
Con el término de Provincial se entiende el Superior Mayor de todas las
jurisdicciones del Carmelo. Constituciones OCDS, 43
61

Art. 11

El Provincial y su Consejo son responsables de nombrar al


Delegado para la OCDS en la Provincia y comunicarlo al
centro de la Orden.92

Delegados Provinciales93

Art. 12
1. Los Delegados Provinciales de la OCDS ofrecen su
servicio al Consejo Provincial de la OCDS y se preocupan de
la asistencia espiritual a las comunidades dentro de su
propia jurisdicción.

2. El Delegado Provincial ejerce su responsabilidad tanto


para la OCDS como para la Provincia:
-- colaborando con el Consejo Provincial de la OCDS en la
tarea de la animación espiritual y apostólica de los
carmelitas seglares en la vida de la Iglesia y de la sociedad
en la Provincia, y de un modo especial en la formación de
los líderes y directores de la formación;
-- preocupándose de las visitas pastorales de las
comunidades locales de la OCDS;
-- coordinando, a nivel regional, el servicio de asistencia
espiritual, la formación de los Asistentes y la unión fraterna
entre ellos;
-- promoviendo el interés de los frailes de la Provincia
hacia la OCDS.

Art. 13
1. El Delegado Provincial debe mantener informado al
Superior Mayor y a la Provincia (frailes, monjas y seglares),
sobre la vida y actividades de la OCDS en la Provincia.

2. Tratará también los asuntos referentes al servicio de


asistencia ofrecido por la Provincia a la OCDS, encontrará
las comunidades locales y mantendrá constantes contactos
fraternos con los Asistentes locales.

92
Instrucciones para los Capítulos Provinciales
93
Constituciones OCDS, 43
62

Asistentes espirituales94

Art. 14
1. El Asistente espiritual es la persona designada por el
superior mayor competente para llevar a cabo este servicio
en una comunidad específica de la OCDS.

2. Para ser testigo de la espiritualidad del Carmelo y del


afecto fraterno del religioso hacia los carmelitas seglares, y
ser un vínculo de comunión entre su Orden y la OCDS, el
Asistente religioso debería ser preferentemente de un Fraile
Carmelita Descalzo.

Art. 15
1. La tarea principal del Asistente es fomentar un
conocimiento más profundo de la espiritualidad carmelitana
y cooperar en la formación inicial y permanente de la OCDS.

2. En el Consejo de la comunidad y durante el tiempo de


las elecciones de la comunidad el Asistente respetará las
responsabilidades y el rol de los carmelitas seglares,
dándoles prioridad en lo referente a la guía, coordinación y
animación de la comunidad.

3. El Asistente, cuando sea invitado por el Consejo,


participará activamente en las discusiones y decisiones
tomadas por el Consejo o por el Capítulo.

4. El Asistente es responsable específicamente de la


animación de las celebraciones litúrgicas y de las reflexiones
espirituales durante los encuentros del Consejo o de la
comunidad.

Art. 16
1. El Asistente es nombrado por el Superior Mayor
competente, después de consultar al Consejo de la
comunidad en cuestión.

2. El nombramiento del Asistentes se realiza por escrito y


por un tiempo determinado.
94
Constituciones OCDS, 44
63

3. Cuando no es posible dar a la comunidad un Asistente


espiritual que sea miembro de la Orden, el Superior Mayor
competente puede confiar el servicio de asistencia espiritual
a:
-- un religioso de otros institutos carmelitanos;
-- un clérigo que sea miembro de la Orden Seglar,
especialmente preparado para tal servicio;
-- Otros clérigos diocesanos o religiosos que no sean
Carmelitas Descalzos, especialmente preparados para tal
servicio.

Art. 17
El Asistente local promueve la comunión dentro de la
comunidad y entre la comunidad y la Provincia. En armonía
con el Provincial o el Delegado Provincial, el Asistente se
preocupa de que exista una verdadera vida de unión mutua
entre los religiosos y las comunidades seglares. Promueve la
presencia activa de la comunidad en la Iglesia y en la
sociedad.

Art. 18
1. El Asistente local tiene la responsabilidad muy
importante de colaborar con el Consejo de la comunidad,
especialmente el director de la formación, en la formación
de los candidatos. El Consejo puede invitar al Asistente local
para manifestar su juicio sobre cada uno de los candidatos
en las diferentes etapas de la formación.
2. El Consejo puede solicitar al Asistente el discutir con los
hermanos o hermanas que tienen dificultades, que desean
retirarse de la comunidad o que se comportan en seria
contraposición con las Constituciones.

Visitas

Art. 19
Las visitas pastorales, tanto del General como del
Provincial, son tiempos especiales de comunión entre los
frailes y los seglares. Estas se llevan a cabo en nombre de la
Iglesia y sirven para garantizar la fidelidad al carisma del
Carmelo y para fomentar la comunión con la Iglesia y con la
Orden de los Carmelitas Descalzos.
64

Art. 20
1. Las visitas puede ser hechas a petición de una
comunidad o por la decisión del General o del Provincial, o a
solicitud del Ordinario local en respuesta a ciertas
situaciones que puedan surgir en la vida de la comunidad.

2. El Visitador fortalece la comunidad en sus objetivos y


misión en la Iglesia y en la sociedad; confirma la relación
entre los laicos y las comunidades religiosas; concede una
atención especial a los programas de formación; presta
atención a la colaboración y sentido de corresponsabilidad
entre los líderes laicos y los Asistentes espirituales; examina
la calidad de la asistencia espiritual dada a la comunidad
que se visita: alienta a los Asistentes espirituales en su
servicio y promueve su continua formación espiritual y
pastoral.

3. El Visitador comunicará el objetivo y el programa de


la visita al Consejo respectivo con suficiente antelación. El
Visitador examinará los registros y los archivos, incluyendo
los relativos a visitas precedentes, a la elección del Consejo
y a la administración de bienes. Elaborarán un informe sobre
la visita que ha realizado, lo dejará por escrito en el registro
adecuado de la comunidad visitada, e informará a las
respectivas autoridades.

4. En la visita a la comunidad local, el Visitador se


encontrará con toda la comunidad y con los grupos que
deseen encontrarse con el Visitador. El Visitador prestará
una especial atención a los hermanos y hermanas en la
formación y a aquellos hermanos o hermanas que puedan
solicitar un encuentro personal.

5. Cuando sea necesario, corregirá fraternamente


cualquier defecto que pueda encontrar tanto por parte del
Consejo como por parte de cada uno de los miembros. De
todas formas, en la aplicación de las penas se debe observar
la ley general y la práctica de la Iglesia.
65

RATIO INSTITUTIONES PARA LA


ORDEN SEGLAR

17 de septiembre de 2009
San Alberto de Jerusalén

A los Superiores provinciales, delegados provinciales y


miembros de la Orden Seglar

Mis queridos hermanos y hermanas carmelitas:

El Definitorio general se alegra de poder presentar la Ratio Institutionis de


la Orden Seglar de los Carmelitas descalzos. El texto contenido en esta
relación fue desarrollado a lo largo del sexenio anterior por la Secretaría
General para la Orden Seglar. Se presentó en el Capítulo General de Fátima
en abril de este año, cuyos miembros hicieron al mismo algunas sugerencias.
Una vez incorporadas éstas al texto, fue presentado al nuevo Definitorio,
que añadió sus propias aportaciones y aprobó la redacción en inglés en junio
de 2009. Durante el verano de este año se ha traducido al italiano, español y
66

francés y, a día de hoy, todos los textos están ya preparados.

Una Ratio Institutionis no es, en sí misma, un programa de


formación. Cada jurisdicción de la Orden es responsable del diseño y
aplicación de dicho programa. La Ratio es un documento que busca
presentar los principios fundamentales que guían el proceso de formación,
es decir, la filosofía que sustenta la formación de los miembros del Instituto.
La formación se hace, en nombre de la Orden, en cada uno de los territorios
y jurisdicciones, lo que permite que, como debe ser, haya siempre una
impronta local en la formación de cada comunidad concreta. Este
documento, por tanto, aporta los principios de dirección general que deben
acompañar a la formación local.

El documento está dividido en dos partes principales. La primera


parte, que abarca los números 1 al 93, comprende la Ratio en sí misma,
dividida, a su vez, en dos secciones. En la primera, se encuentran los
números de las Constituciones que tocan el tema de la formación. En la
segunda se hallan los principios que ayudarán en el discernimiento de la
vocación a la Orden Seglar. La segunda parte principal presenta un modelo
desarrollado de formación. No se trata de un plan cerrado, sino de una
plantilla que ayudará a las circunscripciones a desarrollar su propio y
específico programa, como es su obligación. Cualquier provincia o
circunscripción que ya haya desarrollado su propio plan formativo y lo haya
presentado al Definitorio para su aprobación, puede colocar, en lugar de este
modelo, dicho programa.

Presento, pues, en nombre del Definitorio general, esta Ratio


Institutionis, con la sincera esperanza de que guiará a los miembros de
nuestra Orden Seglar a un aprecio más profundo de su llamada a la Santidad
en el amor de Dios y el servicio a la Iglesia.

P. Saverio Cannistrà, OCD


Prepósito General
67

RATIO INSTITUTIONES PARA LA ORDEN SEGLAR

1. Esta Ratio Institutionis trata de presentar las líneas


programáticas para la formación de los miembros de la Orden
Seglar del Carmelo y ofrecer el marco general de un programa para
realizar esa formación.

2. El artículo 46 de las Constituciones de la Orden Seglar


establece en la primera frase quién constituye la "autoridad
inmediata" de la comunidad en la OCDS. En la segunda frase
especifica que la "responsabilidad primordial" de esa autoridad es
"la formación y maduración cristiana y carmelitana de los miembros
de la comunidad." Cabría esperar que la responsabilidad primaria de
la autoridad determinada de una organización pudiera ordenarse al
gobierno de esa organización. Las Constituciones OCDS, sin
embargo, señalan que su responsabilidad radica en formar la
comunidad entera.

3. Esto nos indica cuál es el objetivo de la existencia de las


comunidades de la Orden Seglar. Nuestras comunidades tienen
como meta específica fundamental un proceso permanente de
entender la identidad del Carmelita en el mundo de hoy, y descubrir
cuál es el necesario servicio de su identidad respecto a Dios, la
Iglesia, la Orden y el mundo. El gobierno, en el sentido de control o
de organización, aparece como secundario y de apoyo a la intención
primaria. De hecho, si la formación es la adecuada, el gobierno llega
a ser mínimo.

4. El número 32 de las Constituciones indica que la finalidad de


la formación es "preparar a la persona para vivir la espiritualidad del
Carmelo". Esta frase de las Constituciones pone muy de relieve el
propósito formativo. Nos indica aquellos elementos que no son
prioritarios en el programa de formación. La finalidad del programa
de formación no es promover expertos académicos en la
espiritualidad carmelitana. El fin del programa de formación
tampoco se orienta a obtener un título universitario en
68

espiritualidad o teología espiritual.

5. La finalidad es "preparar a la persona". Es decir, el proceso


de formación se debe dirigir a la persona concreta. Quienes llaman
a las puertas de la Orden del Carmelo Seglar son, con pocas
excepciones, personas cargadas de compromisos, familiares,
laborales o profesionales, o con otros cometidos. El programa de
formación debe ser bastante flexible como para que pueda
adaptarse a las circunstancias de cada persona que se incorpore al
proceso.

6. El propósito de la formación es preparar a unas personas


concretas, inspiradas por el Espíritu Santo, para que puedan vivir
una vida espiritual según los principios de la espiritualidad de los
Carmelitas Descalzos. Cuando se entiende esto con claridad, el
Consejo podrá entonces ayudar a esas personas individualmente
tanto si son nuevos miembros como si son antiguos. Esto también
pone de manifiesto la necesidad de un discernimiento adecuado
acerca de la llamada al Carmelo.

7. Una buena formación depende de una buena información.


Al mismo tiempo debe quedar claro que la formación es algo
diverso a la mera información. El deber primario de la persona
responsable de la formación en la comunidad es acompañar a los
formandos para ayudarles a entender cómo pueden vivir lo que
aprenden en el proceso de la formación. La información que se les
da a través de la lectura y de las clases debe servirles de ayuda en el
crecimiento espiritual de la persona.

8. Será de gran ayuda para el desarrollo del programa de


formación que la persona responsable de la misma instituya, en
nombre de la comunidad, un equipo que pueda presentar la
información necesaria. Podrá ocurrir que algunas personas de la
comunidad sean capaces de presentar unos temas, y otras otros, y
así conjuntamente presentarán un programa más eficaz. Esto
también ayuda a no sobrecargar en exceso a la persona responsable
de la formación.
69

9. El período de preparación para formar parte del Carmelo


Seglar es un proceso de seis años de duración. Este proceso se
describe en las Constituciones, número 36, como "gradual". Además
de flexibilidad por parte del principiante y de la comunidad, ambos
deben también ser pacientes con un proceso que se ha de hacer
paso a paso. Generalmente, las personas que se acercan a la Orden
Seglar son sinceras en el amor a Dios y el deseo de una vida
espiritual más profunda. Vienen con un amor especial a la Virgen
María y a su escapulario. Vienen al Carmelo convencidos ya de la
necesidad de orar. Y generalmente, estas convicciones y estos
deseos necesitan ser dirigidos por principios teológicos, litúrgicos y
espirituales sanos.

10. La comunidad, el Consejo, el formador, los que imparten las


lecciones, y el Asistente espiritual de la comunidad deben estar
dispuestos a ayudar con el ejemplo y con la dirección a los nuevos
miembros de la comunidad. Y las nuevas personas han de estar
intelectual y personalmente abiertas a los nuevos caminos de la vida
espiritual que aprenderán en el Carmelo.

11. En el programa de la formación como viene delineado en las


Constituciones es siempre el Consejo quien tiene el derecho y la
obligación de discernir bien el progreso que los candidatos están
haciendo. Es siempre el Consejo el que tiene el derecho de admitir a
los candidatos a cada etapa del proceso de la formación. Por esta
razón, el Consejo mismo debe estar interesado en el proceso de la
formación y apoyar al Encargado de la formación en su tarea.

12. Las Constituciones mismas ofrecen los elementos básicos y


más necesarios para la formación. El syllabus o programa
presentado aquí se considera como un ofrecimiento a la Orden
Seglar del mundo entero. Contiene un proceso para ir avanzando a
través del material de formación de una manera organizada. Sin
embargo, deberá adaptarse a las circunstancias de cada nación y
región. Se presentan aquí los elementos esenciales que deberían
incluirse en todo programa de formación.
70

ASPECTOS ESENCIALES DE LA FORMACIÓN

13. Formación Humana

Desarrolla nuestra:
– aptitud para el diálogo interpersonal, respeto y tolerancia
mutuos
– presteza ante la posibilidad de ser corregidos y corregir con
serenidad
– capacidad de perseverar en los compromisos

14. Formación Cristiana

Aumenta:
– nuestra disposición para recibir la necesaria base teológica a
través del Catecismo de la Iglesia Católica y los documentos
de la Iglesia
– el aprecio por nuestra consagración bautismal
– el celo por la propia conversión, compromiso cristiano y
santidad de vida
– nuestro fervor por vivir las exigencias del seguimiento de
Jesús participando en su misión salvadora y desarrollando
nuestra llamada profética, real, y sacerdotal

15. Formación Carmelitana

Confirma nuestra identidad carmelitana a través de:


– el estudio y lectura espiritual de las Escrituras, y la práctica
de la Lectio Divina
– la importancia que se ha de conferir a la Liturgia de la
Iglesia, especialmente a la Eucaristía y a la Liturgia de las
Horas
– la espiritualidad del Carmelo, su historia, las obras de los
Santos de la Orden
– la formación en la oración silenciosa y en la meditación
71

– la formación para el apostolado basado en las enseñanzas


de la Iglesia, asumiendo nuestro rol como Seglares en el
apostolado de la Orden

AGENTES DE FORMACIÓN EN LA ORDEN SEGLAR DEL CARMELO


TERESIANO

El Principal Educador: el Espíritu Santo

16. El Espíritu Santo, enviado por el Padre y el Hijo, es el


maestro principal de la Iglesia. El que está llamado a la vida en el
Carmelo, sabedor de la inhabitación del Espíritu por la gracia, ha de
ser consciente de esta Presencia inefable que lo conducirá a un
conocimiento de la verdad, especialmente con respecto a su propia
vocación. El Espíritu, infundido para suscitar un nuevo nacimiento a
través del Bautismo, anima al que está llamado para vivir el
misterio de la Trinidad de una manera cada vez más profunda, y
también para ser portador de frutos abundantes a través de la
propia donación (hecha realidad en “obras, obras”).

La Virgen María

17. La Virgen María está unida íntimamente a la acción del


Espíritu Santo. Madre de Cristo y Madre nuestra, ella está implicada
en la vida espiritual de cada uno, pero especialmente en la llamada
a la vida del Carmelo. Bajo su protección, expresada en el Carmelo
por el escapulario, todos los formandos en la Orden están
amparados espiritualmente. María, la Madre de los creyentes, es
para nosotros un modelo de contemplación comprometida y
profética. Ella acogió la Buena Nueva con un claro discernimiento, y
emprendió puntualmente sus demandas. Ella guardaba la Palabra,
meditándola en su corazón, y la proclamó libremente y con valor en
el Magníficat. Su ejemplo contemplativo-apostólico será subrayado
en el curso de la formación, para ayudar a los formandos a entender
y practicar lo que realmente significa seguir a Cristo igual que María,
que fue el modelo perfecto de un discípulo del Señor.
72

La Iglesia

18. La Iglesia es inseparable de Cristo. Él la estableció como


muestra e instrumento de su diseño salvífico. Es el Pueblo de Dios
que camina a través de los tiempos al encuentro de su Señor. En la
Iglesia la presencia evangelizadora y la actividad de Jesús se
prolonga en la tierra con la predicación de la palabra, y con los
sacramentos, que son agentes de gracia para contrarrestar los
agentes de pecado en la sociedad. En el seguimiento de Cristo, el
Carmelita Seglar cuenta con la ayuda de la Iglesia. Por sus
Promesas, el Carmelita Seglar manifiesta más que nunca el poder
de la vida sacramental, especialmente el Bautismo, la Eucaristía, y
el Sacramento de la Reconciliación. Cada candidato debe, pues,
sumergirse en esa realidad que es la Iglesia, que lo invita a buscar la
santidad. Como respuesta, el que se siente llamado experimentará
una necesidad creciente de darse también a la Iglesia de alguna
forma.

La Orden Carmelitana

19. La Orden de los Carmelitas Descalzos constituye una familia


específica, jurídica y carismática. Las comunidades de la Orden
Seglar del Carmen dependen jurídicamente de los frailes Carmelitas
Descalzos (Orden religiosa), y así tienen un carácter distinto de
otras asociaciones. Los superiores religiosos tienen una
responsabilidad hacia estas comunidades, según sus respectivas
Constituciones. Las Constituciones por las que se rigen las
comunidades seglares les otorgan una autonomía legítima y
específica.

20. El Señor ha creado la familia religiosa del Carmelo


Teresiano, la ha dotado de un carisma especial y continúa
dirigiéndola por su Espíritu. La Orden Seglar recibe nuevas
vocaciones con alegría, pero también con una sensación de
responsabilidad, de modo que en ellas el carisma pueda ser también
entendido cotidianamente de manera más profunda, dar frutos y
73

expandirse. Los nuevos candidatos son una gracia enriquecedora y


un trampolín para la renovación espiritual verdadera.

21. El Carmelo Teresiano, además del ejemplo de sus


Fundadores, tiene su propio programa de formación. Tiene un estilo
propio, basado en personas que fueron tan maduros en su fe, que
llegaron a ser santos y autoridades dentro de la Iglesia entera: los
Doctores, Teresa de Jesús, Juan de la Cruz y Teresita de Lisieux. La
tradición que comenzaron como resultado de una experiencia
vivida, constituye el patrimonio formativo que impregna el
Carmelo. La tarea de la Orden consiste hoy en ser continuadores de
esa línea ininterrumpida de educadores, que preparan en y para
nuestro tiempo, personas actuales para la Iglesia, como Sor Isabel
de la Trinidad, Edith Stein y Rafael Kalinowski.

El Candidato

22. Es el candidato mismo el que tiene la responsabilidad


primordial de dar el "sí" a su llamada, y de aceptar las consecuencias
de su respuesta. Esto no significa que él deba ser el árbitro de su
propio destino o un autodidacta; en lo más profundo de su
conciencia el candidato sabe que necesita la ayuda divina y humana.
De él depende estar abierto a un crecimiento continuo en la
sabiduría del Evangelio, que es lo que le pide a gritos el mundo.

23. El candidato está llamado a un profundo diálogo con Dios


en la oración. Pero esto no tendría sentido sin una relación confiada
con los miembros de su comunidad, especialmente los educadores.
Con una progresión adecuada a lo largo de las distintas etapas, el
candidato debe conseguir una idea más clara de la importancia y
necesidad de nuestro carisma. Para hacerlo así debe aprender de
aquellos seglares experimentados que ya lo están practicando y se
lo están proponiendo a él, y también de los documentos
importantes de nuestra familia: las Constituciones y los escritos de
nuestros santos.

La Comunidad
74

24. La comunidad seglar del Carmelo es una asociación de


fieles, inspirada por el ideal de la Iglesia primitiva donde tenían "un
solo corazón y una sola alma" (Act. 4, 32). Sus miembros están
animados por la espiritualidad del Carmelo Teresiano.

25. La comunidad seglar expresa el misterio del Iglesia-


Comunión. De hecho, proviene de la comunión entre el Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo de quienes se alimenta; toma parte en la
misión de la Iglesia de invitar a todas las gentes a esta comunión
(LG 1, 19).

26. La vida fraterna se inspira inicialmente en la regla


"primitiva" de los Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del
Monte Carmelo dada por San Alberto, patriarca de Jerusalén y
confirmada por Inocencio IV. Fieles a las enseñanzas de nuestra
Madre Santa Teresa, los miembros son conscientes de que su
compromiso no se puede realizar solamente de una manera
individual; la vida fraterna es un lugar privilegiado donde
profundizan, se forman y maduran.

27. Es Cristo, en su misterio pascual, el modelo y constructor de


la vida fraterna. Esta vida fraterna constituye una manera
evangélica de conversión que requiere el valor de la renuncia a uno
mismo, para aceptar y acoger al otro dentro de la comunidad. Tal
manera de purificación se convierte en modo de vida, para vivir
como Jesús vivió.

28. Debido a esta identidad de la Orden Seglar Carmelitana, es


la comunidad el lugar apropiado para la formación del candidato
que busca la admisión. La comunidad ha de ofrecer un buen
ejemplo de nuestra vida, aun cuando el ideal no se alcance.
Solamente como excepción, y en circunstancias extraordinarias,
puede un candidato incorporarse a la Orden como miembro aislado.
La comunidad de la Orden Seglar en su totalidad, y cada uno de sus
miembros, tiene una responsabilidad formativa, que debe ser
75

satisfecha de un modo cooperativo entre el Responsable de la


formación y el Consejo.

29. El Consejo de la comunidad pondrá especial cuidado en


elegir los laicos idóneos para el equipo de formación, personas de
oración y cultura, abiertos y deseosos de compartir su experiencia
carmelitana con los candidatos. Con tal de que los formadores estén
acordes en sus objetivos y métodos, cuanto mejor cualificados e
incluso diversos sean, tanto más acertada será la educación de los
candidatos. Un papel formativo importante en la comunidad lo
ejercen los mayores, los miembros enfermos o de cualquier manera
incapacitados que, en su contacto regular con los candidatos, son
un ejemplo excelente por su experiencia.

El Presidente de la comunidad

30. El primero entre hermanos, el Presidente, junto con el


Consejo, dirige la comunidad en espíritu de fe; se le escucha con
idéntico espíritu en un clima de diálogo. Al ejercer el servicio de la
autoridad, el Presidente no puede menos que recurrir a él, pero ha
de ejercitarlo más motivando que controlando. Su principal
preocupación ha de ser establecer la comunión en la caridad.

31. Es tarea del Presidente preocuparse por que el equipo del


Consejo prepare un programa conveniente, impulse su puesta en
práctica, y coordine la reunión del Consejo para repasar el programa
y para considerar cambios. Todo esto debe hacerse con prudente
respeto a las legítimas atribuciones e independencia del
Responsable de la Formación y sus colaboradores.

El Encargado de la Formación

32. El Carmelita Seglar que está directamente a cargo de la


formación recibe el título de Responsable. Ha de ser una persona de
fe madura y bien versado en la vida carmelitana. Lo mismo debería
ser todo seglar que tenga a su cargo los candidatos durante las
etapas de formación.
76

33. Todo lo que se menciona aquí se aplica a cada miembro del


equipo formativo; se ocupa de los puntos esenciales válidos para
cada etapa de la formación. A su debido tiempo, se mencionarán las
características que son apropiadas a cada etapa.

34. La tarea principal del Responsable es acompañar con


solicitud a los candidatos. Junto con el candidato, el Responsable es
el principal colaborador en el proceso de formación, y cooperador
privilegiado con la gracia divina. Por esta razón el Responsable se
considerará un discípulo humilde y un siervo del único Maestro,
Jesucristo. Al mismo tiempo, el Responsable será consciente de que
está cumpliendo un papel importante de mediación, por una parte,
entre el candidato y la Iglesia y la Orden por otra. El Consejo de la
comunidad puede designar a una o más personas para ayudarle en
el trabajo directo de la formación. Deben formar con el Responsable
un pequeño equipo donde trabajen juntos y en armonía.

35. Tiene que haber un respeto especial al juicio del


Responsable y de sus ayudantes debido a su cometido en la tarea
formativa. El Consejo conserva su responsabilidad y competencia
en aquellas materias indicadas en las Constituciones, a saber, con
respecto a la aptitud de los candidatos y al consentimiento para la
admisión al período formativo, a la primera Promesa, a la Promesa
definitiva y a los votos.

36. Una posible metodología para tener en cuenta:

1. La clase de formación comienza y termina con una oración


2. La oración de la mañana y de la tarde con un tiempo dedicado a
la oración silenciosa
3. Debates y conferencias
4. Puntos para la reflexión
5. Puntos para estudio y debate
6. Proyección de películas y otros audiovisuales
7. Retiro, inmersión y experiencias de desierto
77

37. Recursos básicos para un programa de la formación:

1. La Sagrada Biblia
2. Instrucciones Generales sobre la Liturgia de las Horas y la
Eucaristía
3. Catecismo de la Iglesia Católica
4 Constitución Dogmática sobre la Iglesia Lumen Gentium
5. Constitución Dogmática sobre la Divina Revelación Dei
Verbum
6. Constitución Dogmática sobre la Liturgia Sacrosanctum
Concilium
7 Decreto sobre el Apostolado de los Seglares Apostolicam
Actuositatem
8. Juan Pablo II, Exhortación Apostólica sobre la Vocación y la
Misión del Laico en la Iglesia y en el Mundo Christifideles
Laici
9. Pablo VI, Marialis Cultus
10. Juan Pablo II, Carta Encíclica sobre la B. Virgen María
Redemptoris Mater
11. Instrucciones Generales sobre la Liturgia de las Horas
12. La Regla de S. Alberto
13. Las Constituciones OCDS
14. Los Estatutos Provinciales
15. Las Obras de Santa Teresa de Jesús
16. Las Obras de San Juan de la Cruz
17. Las Obras de Santa Teresita del Niño Jesús
18. Las Obras de Edith Stein
19. Las Obras de la B. Isabel de la Trinidad

Además de las referencias arriba enumeradas, será necesario que


cada zona amplíe los posibles recursos con todo lo que esté
disponible en su región y en los idiomas locales.

APÉNDICES

El aspecto de la formación en las Constituciones OCDS


(extractos).
78

38. Los Carmelitas Seglares, junto con los Frailes y las Monjas, son
hijos e hijas de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo y de
Santa Teresa de Jesús. Por lo tanto, comparten con los religiosos el
mismo carisma, viviéndolo cada uno según su propio estado de
vida. Se trata de una sola familia con los mismos bienes
espirituales, la misma vocación a la santidad (cf. Ef 1,4; 1 Pedro 1,15)
y la misma misión apostólica. Los Seglares aportan a la Orden la
riqueza propia de su secularidad95.

39. Los miembros de la Orden Seglar de los Carmelitas Descalzos


son fieles de la Iglesia. Llamados a vivir en obsequio de Jesucristo a
través de "la amistad con Quien sabemos nos ama" sirviendo a la
Iglesia, bajo la protección de Nuestra Señora del Monte Carmelo,
según la tradición bíblica del profeta Elías. Inspirados por las
enseñanzas de Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, buscan
profundizar el compromiso cristiano recibido en el bautismo96.

40. La Virgen María se hace presente de manera especial, sobre


todo como modelo de fidelidad en la escucha del Señor y en su
actitud de servicio a Él y a los demás. María es aquella que
conservaba y meditaba en su corazón la vida y las acciones de su
Hijo, dando ejemplo de contemplación. Ella fue quien aconsejó, en
las bodas de Caná, que hicieran lo que el Señor les dijera. María es
ejemplo de servicio apostólico. Y fue ella, otra vez, quien esperó la
venida del Espíritu Santo, perseverando en oración con los
apóstoles, testimoniando la oración de intercesión. Ella es Madre de
la Orden. El Carmelita Seglar goza de su especial protección y
cultiva una sincera devoción mariana97.

41. El Profeta Elías representa la tradición del Carmelo y su


inspirador para vivir en la presencia de Dios, buscándolo en la
soledad y el silencio, con especial celo por la gloria Dios. El Seglar
vive la dimensión profética de la vida cristiana y de la espiritualidad

95
Cfr. Constituciones OCDS, nº 1.
96
Ib, nº 3.
97
Ib, nº 4.
79

carmelitana promoviendo la ley de Dios de amor y de verdad en el


mundo, y especialmente haciéndose voz de aquellos que no pueden
por sí mismos expresar este amor y esta verdad98.

42. El origen del Carmelo Descalzo se halla en la persona de Santa


Teresa de Jesús. Ella vivió una profunda fe en la misericordia de
Dios, que la fortaleció para perseverar en la oración, humildad,
amor fraterno y amor por la Iglesia, y la condujo a la gracia del
matrimonio espiritual. Su abnegación evangélica, su disposición al
servicio y su constancia en la práctica de las virtudes son una guía
diaria para vivir la vida espiritual. Sus enseñanzas sobre la oración y
la vida espiritual son esenciales para la formación y la vida de la
Orden Seglar99.

43. San Juan de la Cruz fue el compañero de Santa Teresa en la


formación del Carmelo Descalzo. Él apremia al Seglar a ser vigilante
en la práctica de la fe, de la esperanza y del amor. A través de la
noche oscura lo guía a la unión con Dios. En esta unión con Dios, el
Seglar encuentra la verdadera libertad de los hijos de Dios100.

44. Teniendo en cuenta los orígenes del Carmelo y el carisma


teresiano, se pueden sintetizar así los elementos primordiales de la
vocación de laicos carmelitas teresianos:
a. Vivir en obsequio de Jesucristo, apoyándose en la imitación
y el patrocinio de la Santísima Virgen, cuya forma de vida
constituye para el Carmelo un modelo de configuración con Cristo.
b. Buscar la "misteriosa unión con Dios" por el camino de la
contemplación y de la actividad apostólica, indisolublemente
hermanadas, al servicio de la Iglesia.
c. Dar una importancia particular a la oración que, alimentada
con la escucha de la Palabra de Dios y la liturgia, pueda conducir al
trato de amistad con Dios, no sólo cuando se ora, sino también
cuando se vive. Comprometerse en esta vida de oración exige
nutrirse de la fe, la esperanza y, sobre todo, de la caridad para vivir

98
Ib, nº 5.
99
Ib, nº 7.
100
Ib, nº 8.
80

en la presencia y el misterio del Dios vivo.


d. Penetrar de celo apostólico la oración y la vida en un clima
de comunidad humana y cristiana.
e. Vivir la abnegación evangélica desde una perspectiva
teologal.
f. Dar importancia en el compromiso evangelizador a la
pastoral de la espiritualidad en cuanto colaboración peculiar de la
Orden Seglar, fiel a su identidad carmelitano-teresiana101.

45. El seguimiento de Jesús como miembros de la Orden Seglar se


expresa a través de la Promesa de tender a la perfección evangélica
en el espíritu de los consejos evangélicos de castidad, pobreza y
obediencia y de las Bienaventuranzas. A través de esta Promesa se
refuerza su compromiso bautismal en el mundo al servicio del
proyecto de Dios. Ella es una prenda de santidad personal, que
necesariamente, lleva a un empeño de servicio a la Iglesia en
fidelidad al carisma carmelitano-teresiano. Se asume ante los
miembros de la comunidad como representantes de toda la Iglesia,
y en presencia del Delegado del Superior de la Orden102.

46. Por la Promesa hecha a la comunidad en presencia del


Superior de la Orden o de su Delegado, la persona se convierte en
miembro de la Orden Seglar. Por este compromiso se empeña en
adquirir la formación necesaria para conocer las razones, el
contenido y propósito del estilo de vida evangélica que se asume. La
Promesa realza el compromiso bautismal y enriquece, en los
llamados a la vocación matrimonial, la vida de esposos y padres.
Esta Promesa se renueva una vez al año en el tiempo pascual103.

47. La vocación del Carmelo Teresiano es un compromiso a “vivir


en obsequio de Jesucristo”, “meditando día y noche la ley del Señor
y velando en oración”. Fiel a este principio de la Regla, Santa Teresa
puso la oración como cimiento y ejercicio primordial de su familia
religiosa. Por eso, el Seglar está llamado a procurar que la oración

101
Ib, nº 9.
102
Ib, nº 11.
103
Ib, nº 12.
81

penetre toda su existencia, para caminar en la presencia del Dios


vivo (Cf. 1 Re 18,14), mediante el ejercicio constate de la fe, la
esperanza y el amor, de manera que toda su vida sea una oración,
una búsqueda de la unión con Dios. La meta será lograr la
integración de la experiencia de Dios con la experiencia de la vida:
ser contemplativos tanto en la oración como en el cumplimiento de
la propia misión104.

48. “Los fieles laicos, precisamente por ser miembros de la Iglesia,


tienen la vocación y misión de ser anunciadores del evangelio: están
capacitados y comprometidos para esta tarea por los sacramentos
de la iniciación cristiana y por los dones del Espíritu Santo”. La
espiritualidad del Carmelo despierta en el Seglar el deseo de un
compromiso apostólico mayor, al darse cuenta de todo lo que
implica su llamada a la Orden. Consciente de la necesidad que tiene
el mundo del testimonio de la presencia de Dios, responde a la
invitación que la Iglesia dirige a todas las asociaciones de fieles
seguidores de Cristo, comprometiéndolos con la sociedad humana a
través de una participación activa en las metas apostólicas de su
misión, en el marco del propio carisma. Como fruto de esta
participación en la evangelización, el Seglar comparte un gusto
renovado por la oración, la contemplación, la vida litúrgica y
sacramental105.

49. La vocación de la Orden Seglar es verdaderamente eclesial. La


oración y el apostolado, cuando son verdaderos, son inseparables.
La observación de Santa Teresa de que el propósito de la oración es
“que nazcan siempre obras”, recuerda a la Orden Seglar que las
gracias que se han recibido han de tener un efecto en quien las
recibe. Individualmente o como comunidad y, sobre todo como
miembros de la Iglesia, la actividad apostólica es fruto de la oración.
Donde fuera posible y en colaboración con los superiores religiosos
y con la debida autorización de los encargados, las comunidades
participan en el apostolado de la Orden106.

104
Ib, nº 17.
105
Ib, nº 25.
106
Ib, nº 26.
82

50. El Carmelita Seglar está llamado a vivir y testimoniar el


carisma del Carmelo Teresiano en la Iglesia particular, porción del
Pueblo de Dios en la cual se hace presente y actúa la Iglesia de
Cristo. Cada uno procure ser testigo vivo de la presencia de Dios y se
responsabilice de la necesidad de ayudar a la Iglesia dentro de la
pastoral de conjunto en su misión evangelizadora bajo la dirección
del obispo. Por este motivo, cada uno tiene su campo de
apostolado, bien colaborando con otros en la comunidad, bien
individualmente107.

51. En su compromiso apostólico llevará la riqueza de su


espiritualidad con los matices que confiere a todos los campos de la
evangelización: misiones, parroquias, casas de oración, Institutos de
espiritualidad, grupos de oración, pastoral de la espiritualidad. Con
su aportación peculiar como laicos carmelitas podrán ofrecer al
Carmelo Teresiano impulsos renovados para encontrar válidas
indicaciones para nuevos dinamismos apostólicos con una fidelidad
creativa a su misión en la Iglesia. Las diferentes actividades
apostólicas de la Orden Seglar serán precisadas y evaluadas en los
Estatutos particulares de las diversas áreas geográficas108.

52. El objetivo central del proceso de formación en la Orden Seglar


es la preparación de la persona para vivir el carisma y la
espiritualidad del Carmelo en su seguimiento de Cristo, al servicio
de la misión109.

53. Con verdadero interés por las enseñanzas de la Iglesia y por la


espiritualidad de nuestros Santos Carmelitas, los laicos carmelitas
tratan de ser hombres y mujeres maduros en su vida, en la práctica
de la fe, de la esperanza y del amor y en la devoción a la Virgen
María. Se comprometen a profundizar en su vida cristiana, eclesial y
carmelitana. La formación cristiana es la sólida base de la formación
carmelitana y espiritual. Por medio del Catecismo de la Iglesia

107
Ib, nº 27.
108
Ib, nº 28.
109
Ib, nº 32.
83

Católica y de los documentos eclesiales los laicos carmelitas reciben


los fundamentos teológicos necesarios110.

54. La formación teresiano-sanjuanista, tanto inicial como


permanente, ayuda a desarrollar en el Seglar una madurez humana,
cristiana y espiritual al servicio de la Iglesia. En la formación humana
desarrollan la capacidad del diálogo interpersonal, el respeto
mutuo, la tolerancia, la posibilidad de ser corregidos y de corregir
con serenidad y la capacidad de perseverar en los compromisos
asumidos111.

55. La identidad carmelitana se ve confirmada mediante la


formación en la Escritura y en la lectio divina, en la valoración de la
liturgia de la Iglesia, especialmente de la Eucaristía y de la Liturgia
de las Horas, y en la espiritualidad del Carmelo, su historia, las obras
de los santos de la Orden y la formación en la oración y meditación.
La formación para el apostolado tiene su fundamento en la teología
de la Iglesia por cuanto se refiere a la responsabilidad de los laicos; y
la comprensión del papel de los seglares en el apostolado de la
Orden ayuda a darnos cuenta del lugar que ocupa la Orden Seglar
en la Iglesia y en el Carmelo, y ofrece una forma práctica para
compartir las gracias recibidas por la vocación dentro de él112.

56. La introducción gradual en la vida de la Orden Seglar se


estructura de la siguiente manera:
a) Un período suficiente de contacto con la comunidad, con una
duración no inferior a seis meses. El propósito de esta etapa es que
el candidato pueda familiarizarse más con la comunidad, el estilo de
vida y el servicio a la Iglesia propio de la Orden Seglar del Carmelo
Teresiano; también dar a la comunidad la oportunidad de hacer un
discernimiento adecuado. Los Estatutos Provinciales especifican
este período.
b) Después del período inicial de contacto, el Consejo de la
comunidad puede admitir al candidato para un período más serio de

110
Ib, nº 33.
111
Ib, nº 34.
112
Ib, nº 35.
84

formación que durará habitualmente dos años y que estará


orientado a la primera Promesa. Al principio de este período de
formación se le impondrá el escapulario al candidato. Es un signo
externo de su pertenencia a la Orden y de que María es, al mismo
tiempo, madre y modelo en su camino.
c) Al final de esta etapa, con la aprobación del Consejo de la
comunidad, se invita al candidato a hacer la primera Promesa, y a
vivir el espíritu de los consejos evangélicos y las Bienaventuranzas
por un período de tres años.
d) En los tres últimos años de formación inicial se llevará a cabo un
estudio más profundo de la oración, de las Escrituras, los
documentos de la Iglesia, los santos de la Orden, y la capacitación
para una participación en el apostolado de la Orden. Al final de los
tres años el Consejo podrá admitir al candidato para hacer la
Promesa definitiva de vivir el espíritu de los consejos evangélicos y
las Bienaventuranzas por toda la vida113.

57. La Orden Seglar de nuestra Señora del Monte Carmelo y Santa


Teresa de Jesús es una asociación de fieles, y una parte integrante
de la Orden de los Carmelitas Descalzos. Es esencialmente laical en
su carácter, aunque puede contar con miembros del clero
diocesano114.

58. El Consejo, formado por el Presidente, tres Consejeros y el


Responsable de la Formación, constituye la autoridad inmediata de
la comunidad. La responsabilidad primaria del Consejo es la
formación y maduración cristiana y carmelitana de los miembros de
la comunidad115.

Discernimiento de la vocación al Camelo Seglar.

113
Ib, nº 36.
114
Ib, nº 37.
115
Ib, nº 46.
85

59. Discernir es buscar la voluntad de Dios para la persona, “es


ser conducido por Dios.” En esta búsqueda los siguientes principios
actúan como pautas:
 Dios no se nos oculta, más bien se nos revela.
 Él respeta la libre voluntad que nos ha dado.
 La vida humana implica responsabilidad, es decir, la libertad
de responder.

60. Hay tres agentes en este proceso: Dios, el candidato, y los


implicados en la formación.

61. El Consejo de la comunidad también tiene su papel en este


proceso. Por lo tanto, la responsabilidad del discernimiento es tanto
del candidato como del Responsable de la formación y del Consejo
de la comunidad. El discernimiento no se limita sólo a un momento
particular y no sucede de una vez. Los momentos especiales son los
pasos de una etapa de formación a la siguiente.

62. Para que el discernimiento sea válido es importante que los


formadores realmente conozcan al candidato. Cuando el Señor
llama a las personas, contamos con que Él les dé suficiente
capacidad para responder a la llamada.

63. La llamada divina es siempre una gracia misteriosa que no


se puede reducir a una lista de cualidades. Pero hay ciertas
cualidades que indican aptitud para la vocación al Carmelo seglar.
Entre éstas:

64. En el aspecto humano:


 una personalidad estable;
 sentido común;
 madurez emocional;
 capacidad de confiar y estar abierto;
 disposición a cooperar;
 realismo, tolerancia y flexibilidad;
 un cierto auto-conocimiento;
 fidelidad a principios.
86

65. En el ámbito de la vida cristiana:


 buena voluntad para cooperar con Dios, en espíritu de fe;
 verdadera estima por la oración;
 amor de predilección por la Sagrada Escritura
 compromiso con la Iglesia y participación en la propia
comunidad parroquial
 un amor compasivo y activo.

66. En referencia con el carisma Teresiano:


 gusto por la oración;
 deseo de establecer una relación personal y amistosa con
Dios;
 espíritu contemplativo y activo;
 amor a la Iglesia;
 deseo de familiarizarse con la espiritualidad de Carmelo.

67. Algunas indicaciones contrarias son:


 síntomas de una carencia de equilibrio psicológico;
 la presencia de situaciones familiares que hacen imposible e
incompatible vivir las
Constituciones; incapacidad para integrarse personal y
existencialmente en la vida de la comunidad; emociones
exageradas de cólera, de ansiedad, de miedo, de depresión
o de culpabilidad;
 ideas preconcebidas del Carmelo que impiden el
aprendizaje y el crecimiento personal;
 nociones fundamentalistas o apocalípticas de la Iglesia;
 pertenencia a organizaciones con una espiritualidad dispar
o a grupos basados en revelaciones privadas.

68. Sería poco realista esperar que un candidato poseyera todas


estas cualidades antes de incorporarse a la Orden Seglar, ni aun en
cualquier etapa de su formación. Sin embargo, debe haber una
aptitud básica para adquirir estas cualidades y una maduración
gradual en ellas. Esta progresiva madurez, fruto de la vivencia del
carisma Teresiano, es la muestra más genuina de una vocación.
87

69. Un carmelita seglar es:


 un miembro activo de la Iglesia Católica que,
 bajo la protección de nuestra Señora del Monte Carmelo,
 e inspirado por Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz,
 se compromete con la Orden para buscar el rostro de Dios
 en la oración y en el servicio
 para bien de la Iglesia y de las necesidades del mundo.

Un miembro activo de la Iglesia Católica

70. Un católico practicante puede ser admitido en la Orden


Seglar del Carmelo Descalzo a condición de que:
 practique la fe católica;
 respete la autoridad del Papa y el Magisterio de la Iglesia.

71. La palabra “practicar” especifica algo sobre la persona que


aspira a formar parte de la Orden Seglar. Como prueba básica del
“practicar” la fe católica está la capacidad para participar
plenamente en la Eucaristía con una conciencia clara. La Eucaristía
es la cumbre de la vida espiritual y de la identidad católica. Así pues,
si uno carece de impedimentos morales o canónicos para participar
en la Eucaristía es apto y goza de libertad para formar parte de la
Orden Seglar.

72. La Orden Seglar es una institución de la Iglesia Católica y,


por tanto, sujeta a las leyes eclesiásticas. La Santa Sede aprueba su
legislación. Por consiguiente, alguien que no pertenezca a la Iglesia
Católica no puede ser un miembro de la Orden Seglar. Los
miembros de otras iglesias cristianas interesadas en la
espiritualidad de Carmelo ciertamente pueden participar en
cualquier programa, si la comunidad quiere invitarla, pero no
pueden ser miembros de la Orden Seglar.

Bajo la protección de Nuestra Señora del Monte Carmelo

73. Los Carmelitas seglares:


88

 miran a María como modelo de su vida en el Carmelo;


 ayudan en la Iglesia a salvaguardar un amor maduro y una
devoción auténtica a María con toda la perfección posible:
 llevan el Escapulario como expresión externa de la
protección maternal de María, de nuestra dedicación a su
servicio, y como un incentivo para vivir la virtud teologal de
la esperanza;
 veneran a María diariamente mediante un ejercicio piadoso
y conmemoran sus misterios, especialmente en la liturgia.

74. Una cualidad esencial de la vocación de un Carmelita Seglar


es la capacidad para la meditación. María, para un miembro de la
Orden Seglar, es el modelo de una actitud y disposición
meditativas. Ella atrae e inspira al Carmelita la forma contemplativa
de entender la vida del Cuerpo Místico de su Hijo, que es la Iglesia.
En el proceso formativo que el candidato o aspirante encuentra
cuando entra en el Carmelo, éste es el aspecto que debe ser
desarrollado en la persona.

75. El aspecto peculiar de la Virgen María que debe estar


presente en cada persona llamada al Carmelo es la inclinación a
“meditar en su corazón”, la frase que el Evangelio de San Lucas usa
dos veces para describir la actitud de María en relación a su hijo. Los
otros aspectos de la vida mariana también pueden estar presentes,
como la devoción al escapulario, o el rosario. Estos son, sin
embargo, secundarios con respecto a la genuina devoción mariana.
María es nuestro modelo de oración y de meditación. Este interés
por aprender a meditar o la inclinación a la meditación es una
característica fundamental de cualquier Carmelita Seglar y es,
quizás, la clave en el discernimiento vocacional.

Inspirado por Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz

76. Los Carmelitas Seglares:


 se sumergen en las obras de nuestros Santos,
particularmente en las de nuestros Santos fundadores,
89

Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, para poder imbuirse del


espíritu del Carmelo;
 cultivan una dedicación filial a nuestros Santos carmelitas y
los honran en sus fiestas;
 encuentran inspiración y alimento en la Sagrada Escritura,
en la Regla de San Alberto y en la doctrina de nuestros
Santos para la formación de su vida interior, así como un
apoyo para los deberes de su estado de vida.

77. Damos una importancia especial a Santa Teresa de Jesús, a


la cual, en nuestra tradición llamamos “nuestra Santa Madre.” La
llamamos así porque ella es la que inició nuestro carisma. San Juan
de la Cruz fue su colaborador inicial en la re-fundación espiritual y
jurídica del Carmelo. Por eso también a él le llamamos “nuestro
Santo Padre.” Conocer la historia, la personalidad de ambos y,
sobre todo sus enseñanzas, reafirma a cada carmelita en su
identidad.

78. Las obras de Santa Teresa de Jesús son la expresión del


carisma del Carmelo Descalzo. La espiritualidad de esta familia
religiosa tiene unos fundamentos intelectuales muy sólidos. Ello
implica una doctrina. Cualquier persona que desee ser miembro del
Carmelo Descalzo debe tener interés en aprender de los maestros
del Carmelo.

79. En la formación de un Carmelita Teresiano hay un aspecto


intelectual y hay una base doctrinal para vivenciar la espiritualidad y
para la identidad de quien es llamado a la Orden. Por eso, todo
fraile o monja, cada Carmelita Seglar deben también tener una
buena formación intelectual y doctrinal, pues como miembro de la
Orden son su representante y deben ser testigos de una
espiritualidad madura y profunda.

80. Esta base intelectual es el principio de una actitud de


apertura al estudio. Conduce a un interés más profundo por la
Escritura, las enseñanzas y los documentos de la Iglesia. La
tradición de la lectura espiritual, la lectio divina y el tiempo para la
90

lectura personal son el fundamento de la vida espiritual.

Se compromete con la Orden

81. Los miembros de la comunidad dan un gran valor a la


reunión semanal/mensual como una gracia importante y le dan
prioridad en sus vidas. Es una ocasión para orar juntos, para la
formación espiritual, para crecer en la caridad fraterna y para tratar
los asuntos de la comunidad. Son fieles en asistir a las reuniones
por su propio bien espiritual y para estímulo de los demás.

82. Una de las cualidades esenciales de una vocación al Carmelo


Seglar es el compromiso con la Orden y con la Iglesia. Hay muchos
católicos comprometidos que son devotos de María y que son
expertos en la espiritualidad de Santa Teresa, o San Juan de la Cruz
o Santa Teresita de Lisieux, pero que no tienen vocación para el
Carmelo Seglar. Pueden ser contemplativos o aun ermitaños, que
pasan horas en oración y dedican horas al estudio cada día, pero
que no tienen una vocación definida para carmelitas.

83. ¿Qué es lo propio de los que tienen vocación al Carmelo


Seglar de aquellos que no la tienen? No es la espiritualidad, ni el
estudio, ni la dedicación a María. Para decirlo simplemente, el
Carmelita Seglar es el que se siente movido a entregarse a la Orden
y, por medio de la Orden, a la Iglesia: para servicio de la Iglesia
mediante la colaboración y la cooperación con el proyecto de la
Orden. Esta entrega, que se hace formal por medio de la Promesa,
además de ser un acontecimiento en la vida de la persona que la
emite, es un compromiso eclesial y de la Orden.

84. Es decir, la persona que se compromete, se convierte y se


caracteriza como carmelita, recordando siempre la realidad
personal, familiar, laboral y las responsabilidades que están
implicadas en su vida.

85. Un aspecto importante de esta entrega es el compromiso


con la comunidad. Una persona que desea ser miembro de la OCDS
91

debe ser capaz de formar comunidad, de ser parte de un grupo que


tiene una meta común, de mostrar interés por los demás, de ser
apoyo en la búsqueda de una vida de oración y estar abierto para
recibir la ayuda de otros. Esto se aplica incluso a esas personas que
por varias razones no puedan participar activamente en una
comunidad. En la formación de la comunidad se ha de desarrollar
esta peculiar fraternidad.

Buscar el rostro de Dios en la Oración y en el Servicio

86. Para los miembros de la Orden Seglar es un honor ser parte


integrante de la familia del Carmelo. El privilegio de compartir su
herencia y gracias espirituales conlleva la responsabilidad de
interceder por otros en la oración y ser testigos como miembros del
cuerpo místico de Cristo. El Carmelita Seglar busca la unión con
Cristo en el mundo, a través de la experiencia viva de la Promesa
hecha según las Constituciones de la Orden Seglar.

87. Las reuniones semanales/mensuales son una ayuda para la


formación permanente. El estudio de la Escritura y la Lectio Divina
ayudan a compartir con otros las riquezas de la Palabra de Dios.
Asimismo, el estudio de las enseñanzas de la Iglesia y de la
espiritualidad del Carmelo favorecen la profundización en nuestra
relación con Dios y aumentan nuestra capacidad de ser testigos del
Reino.

88. “Buscar el rostro de Dios”. Este elemento expresa el


contenido de la Promesa. Podría ser reformulado de varias
maneras: “rezar”, “meditar”, “vivir la vida espiritual”. Quizás esta
formulación exprese la naturaleza de la contemplación: una
apertura constante a la Palabra y al trabajo de Dios en la historia
para conocer, amar y servir a Dios. El aspecto contemplativo de la
vida Carmelita se centra en Dios, reconociendo siempre que la
contemplación es un regalo de Dios, no algo adquirido como
resultado de dedicar un tiempo suficiente. Éste es el compromiso
que conduce a la santidad personal. La OCDS quiere ver a Dios,
desea conocerlo y descubre que ahora la oración y la meditación
92

adquieren una mayor importancia. La Promesa es la entrega a una


nueva forma de vida en la cual la “lealtad a Jesucristo” marca a la
persona y su manera de vivir.

89. Buscar el rostro de Dios requiere una disciplina muy


específica en el sentido clásico de la palabra -discípulo, uno que
aprende-. Reconocemos que somos siempre discípulos, nunca
maestros. Tenemos una capacidad de maravillarnos ante lo que
hace Dios en el mundo. Dios es siempre un misterio. La llamada a la
santidad es un deseo ardiente del corazón y la mente de la persona
llamada a la Orden Seglar. Es un compromiso necesario. El Seglar
es llamado a la oración y en ella encuentra su casa y su identidad.
Esta oración, esta búsqueda de santidad, este encuentro con el
Señor, convierte al Seglar en parte más viva de la Iglesia. Y, como
miembro de la Iglesia, su vida es más eclesial. Crecer en la vida de
oración produce más frutos en la vida personal (crecimiento en la
virtud) y en la vida eclesial (apostolado).

Para bien de la Iglesia y las necesidades del mundo

90. Los Carmelitas Seglares:


 aman su vocación y dan gracias siempre y en todo lugar por
el regalo que han recibido de la providencia divina en orden
a la propia salvación y bien de la Iglesia;
 organizan el día en torno al compromiso de destinar por lo
menos media hora de oración personal, de manera que este
“trato de amistad con quien sabemos nos ama”, se
convierta en la base de toda nuestra vida y de nuestro
servicio a la Iglesia

91. Para santa Teresa, la oración contemplativa es el corazón de


la Iglesia y es esencialmente apostólica. Los Carmelitas Seglares
procuran vivir el Evangelio en un espíritu de esperanza profética en
el corazón de la Iglesia y de la sociedad.

92. Los Carmelitas Seglares, enviados por su comunidad:


93

 apoyan las tareas de su parroquia y, según las circunstancias


y los talentos personales, se implican en la vida de la misma,
especialmente en las áreas que relacionadas con la oración;
 emprenden y se animan unos a otros en grupos apostólicos
de acuerdo con nuestro carisma, allí dónde se vea que es
necesario;
 los que no pueden participar en el apostolado del grupo
apoyan a sus hermanos/as con la oración.

93. La formación en la Orden Seglar, tanto inicial como


permanente, debe ayudar a la madurez humana y cristiana de los
miembros en su vida de apostolado según el espíritu y el carisma del
Carmelo y bajo la guía del Espíritu Santo.
94

APÉNDICE: PROGRAMAS DE
FORMACIÓN
Lo que aquí se presenta es un programa complete de formación
desarrollado durante cinco años por la OCDS de Filipinas. Este
programa fue presentado en ocho países de Asia del Este durante el
Congreso Regional de Asia en 2007. Ha sido adoptado por los países de
Asia para ser adaptado según las necesidades de cada región. En la Ratio
nueva cada territorio puede publicar aquí el programa de formación
aprobado por el Definitorio General.

PROGRAMA DE LA FORMACIÓN PARA EL ASPIRANTADO

Objetivo General:
Familiarizarse con la comunidad, el estilo de la vida y el servicio a la Iglesia
propio de la Orden Seglar del Carmelo Teresiano que proporcionará a
comunidad la oportunidad de hacer un discernimiento adecuado (
Constituciones OCDS, 36a).

Objetivos Específicos:
Al final de la formación los formandos deberían tener:
1. un buen conocimiento catequético sobre el plan divino de la revelación y
de su transmisión como se le ha confiado a la Iglesia;
2. una familiaridad con la Iglesia: su estructura, jerarquía y el papel del
laicado;
3. un conocimiento y aprecio de la historia de la Orden;
4. una comprensión de la Orden de Carmelitas Descalzos,
fundamentalmente, el OCDS: su identidad seglar, la manera de vida de sus
miembros y su papel en la misión de la Iglesia; y
5. un acentuado deseo de vivir una vida de oración que es litúrgica,
devocional y personal.

Requisitos:
1. La implicación en las reuniones mensuales de la Comunidad
2. Participación en los programa mensuales de formación
3. Rezo diario de la Liturgia de las Horas: Alabanza de la maana, Oración
de la tarde y si es posible la Oración de la noche

DELINEAMIENTO BÁSICO DEL SYLLABUS


Parte 1 INTRODUCCIÓN AL ASPIRANTADO
Lección 1 Orientación
95

Parte 2 La llamada a la Santidad


Lección 2 Dios viene al encuentro del hombre
Lección 3 Jesucristo: Mediador y Plenitud de toda la Revelación
Parte 3 RESPUESTA DEL HOMBRE A DIOS: SEGUIMIENTO DE
JESUCRISTO
Lección 4 La Iglesia en el plan de Dios
Parte 4 NUESTRA IDENTIDAD, VALORES, COMPROMISO
Lección 5 Orígenes de la Orden 1
Lección 6 Orígenes de la Orden 2
Lección 7 Tres en Uno: La Orden de los Carmelitas Descalzos
Lección 8 Vocación al Carmelo: Una Llamada Personal

PARTE 1 INTRODUCCIÓN AL ASPIRANTADO

Lección 1
ORIENTACIÓN
Objetivos de la Lección:
1. Tener una experiencia inicial de una vida de oración que es
escriturística, litúrgica, devocional y personal; y
2. Poder entender la experiencia de la atracción a la Orden en una
atmósfera orante y cordial.

PARTE 2 LA LLAMADA A LA SANTIDAD

Lección 2
DIOS VIENE AL ENCUENTRO DEL HOMBRE

Objetivos de la Lección:
1. 1. Reconocer que la llamada a la santidad es iniciativa de Dios; y
2. Establecer un conocimiento de la revelación de Dios de Sí mismo
para dar a conocer su misterioso propósito e invitación a compartir su
compaía.

Lección 3

JESUCRISTO: MEDIADOR Y PLENITUD DE TODA LA


REVELACIÓN

Objetivo de la Lección:
Comprobar que "la verdad más profunda sobre Dios y la salvación del
hombre resplandece en Cristo, que es a la vez mediador y plenitud de toda la
revelación" (Dei Verbum 1.2).

PARTE 3 RESPUESTA DEL HOMBRE A DIOS: SEGUIMIENTO DE


96

JESUCRISTO
Lección 4
LA IGLESIA EN EL PLAN DE DIOS

Objetivos de la Lección:
1. Despertar un aprecio de la Iglesia como "el pilar y el baluarte de la
verdad" (1 Tim 3.15);
2. Forjar una comprensión que a través de la Iglesia, "Dios quiso que
lo que había revelado para la salvación de todos los pueblos, se conservara
íntegro y fuera transmitido a todas las generaciones" (Dei Verbum II.7);
3. Realzar el conocimiento que la transmisión y la interpretación de la
Revelación Divina fueron llevada a cabo fielmente por los Apóstoles con la
predicación oral y escrita; y
4. Introducir la esencia de la misión de la Iglesia para extender el
Reino de Cristo sobre toda la tierra de modo que todos los miembros de la
Iglesia compartan esta misión.

PARTE 4 NUESTRA IDENTIDAD, VALORES Y COMPROMISO


Lección 5
ORÍGENES DE LA ORDEN 1
Objetivo de la Lección:
Entender y apreciar los orígenes de la Orden del Carmelo, y cultivar un
espíritu de consolidación para él.
Lección 6
ORÍGENES DE LA ORDEN 2
Objetivo de la Lección:
Descubrir las semillas de la inspiración en el desarrollo de la tradición
carmelitana moldeado en el contexto de la tensión y de la transición.

Lección 7
TRES EN UNO: LA ORDEN DE LOS CARMELITAS DESCALZOS

Objetivo de la Lección:
Realzar el aprecio inicial de la única familia del Carmelo Teresiano
abrazando " los mismos bienes espirituales, la misma vocación a la santidad
y la misma misión apostólica" (Constituciones OCDS, 1).
Descubrir la historia del Carmelo en su propio país - frailes, monjas y
seglares

Lección 8

VOCACIÓN AL CARMELO: UNA LLAMADA PERSONAL

Objetivo de la Lección:
97

Introducir el primer elemento fundamental de la vocación al Carmelo


Teresiano, es decir: "vivir en obsequio de Jesucristo, meditando día y noche
la ley del Seor y velando en oración" (Constituciones OCDS, 17).

SYLLABUS DE FORMACIÓN PARA EL NOVICIADO

Objetivo General:
Consolidar el compromiso bautismal al servicio de la Iglesia en fidelidad al
carisma teresiano carmelitano "expresado a través de la promesa de tender a
la perfección evangélica en el espíritu de los consejos evangélicos de
castidad, pobreza y obediencia y de las Bienaventuranzas" (Constituciones
OCDS, 11).

Objetivos Especifícos:
Al final de la formación los formandos deben tener:
1. un aprecio profundo de la historia de la Orden;
2. obtener una comprensión reflexiva del papel del OCDS en la
misión de la Iglesia a través del estudio de la Regla Primitiva, de las
Constituciones OCDS y de los Estatutos Provinciales;
3. un alto deseo por la fidelidad a una vida de oración en armonía con
las enseanzas y el ejemplo de la Santo Madre Teresa;
4. un adelanto notable al recitar la Liturgia de las Horas,
individualmente y con la comunidad; los Salmos: la oración de Israel y la
oración de la Iglesia.
5. entender la contemplación del Carmelo sobre María como Madre,
Hermana y Modelo de la entrega total al Reino de Dios; y
6. una comprensión profunda del papel de los siete sacramentos para
alimentar las distintas etapas de la vida espiritual de un cristiano.

Requisitos:
1. La implicación en las reuniones mensuales la comunidad
2. Participación en los programas mensuales de formación
3. Oración diaria de la Liturgia de las Horas: Alabanza de la maana,
Oración de la tarde y si es posible la Oración de la noche
4. Práctica de la oración mental por lo menos treinta (30) minutos diarios
5. Regularidad en el uso de las sagradas Escrituras como ayuda para la
oración
6. Crecimiento en el amor por la santa eucaristía
7. Participación en los retiros y las inmersiones esenciales para la
formación
98

8. Diligencia en el estudio e interiorización de las lecciones y temas


asignados

MARCO BÁSICO DEL SYLLABUS

NOVICIADO I

Parte 1 HISTORIA DE LA ORDEN 1


Lección 1 Introducción al Noviciado
Lección 2 La Vida de S. Teresa de Jesús
Lección 3 La Reforma Teresiana

Parte 2 SIGUIENDO A JESÚS EN EL CARMELO TERESIANO SEGLAR


Lección 4 Jesucristo: El Centro de nuestras Vidas
Lección 5 La Regla de S. Alberto y las Constituciones OCDS 1

Parte 3 TESTIGOS DE LA EXPERIENCIA DE DIOS


Lección 6 Oración Teresiana 1: Estructura Fundamental
Lección 7 La Liturgia de las Horas y la Lectio Divina

Parte 4 MARÍA
Lección 8 La B. Virgen María

NOVICIADO II

Parte 1 HISTORIA DE LA ORDEN 2


Lección 1 Expansión de la Reforma Teresiana

Parte 2 SIGUIENDO A JESÚS EN EL CARMELO TERESIANO SEGLAR


Lección 2 Las Constituciones OCDS 2 y los Estatutos Provinciales

Parte 3 TESTIGOS DE LA EXPERIENCIA DE DIOS


Lección 3 Oración Teresiana 2: Dinamismo de la oración
Lección 4 Oración y Dirección Espiritual

Parte 4 MARÍA
Lección 5 Reina y Hermosura del Carmelo

Parte 5 SIRVIENDO AL PLAN DE DIOS


Lección 6 Documentos de la Iglesia sobre el Laicado y el Apostolado de la
Orden
99

Parte 6 LOS SIETE SACRAMENTOS DE LA IGLESIA Y LOS RITOS DE ADMISIÓN


Lección 7 Los Sacramentos de la Iniciación cristiana
Lección 8 Los Sacramentos de la Sanación y al Servicio de la Comunión
Lección 9 Los Ritos de Admisión a la Promesa Temporal

NOVICIADO I

Parte 1 HISTORIA DE LA ORDEN 1


Lección 1
INTRODUCCIÓN AL NOVICIADO

Objetivos de la Lección:
1. Adquirir un aprecio reflexivo de la esencia de las Ceremonias de la
Vestición; y
2. Percatarse de la necesidad de un período más serio de formación.

Lección 2

LA VIDA DE SANTA TERESA DE JESÚS

Objetivos de la Lección:
1. Ganar conocimiento "del origen del Carmelo Descalzo que se
encuentra en la persona de Santa Teresa de Jesús" (Constituciones OCDS,
7);
2. Adquirir un conocimiento adecuado y la suficiente comprensión de
la vida, de la enseanza y de las experiencias de la Santa Madre Teresa; y
3. Profundizar substancialmente sobre el entorno histórico,
socioeconómico y político de Teresa.

Lección 3
LA REFORMA TERESIANA

Objetivos de la Lección:
1. Establecer una sana comprensión de la naturaleza de la fundación
de S. Teresa; y
2. Apreciar el significado de la herencia legada a la Orden por S.
Teresa de Jesús y S. Juan de la Cruz a través de los innumerables conflictos,
tensiones y luchas que tuvieron que soportar para dar a luz a la Orden.

Parte 2 SIGUIENDO A JESÚS EN EL CARMELO TERESIANO SEGLAR

Lección 4
JESUCRISTO: EL CENTRO DE NUESTRAS VIDAS
100

Objetivo de la Lección:
Acentuar el significado de adquirir un extenso conocimiento en los misterios
de la vida y de la misión de Cristo para alimentar la experiencia
contemplativa..

Lección 5
LA REGLA DE S. ALBERTO Y LAS CONSTITUCIONES OCDS

Objetivos de la Lección:
1. Entender los principios de la Regla de S. Alberto, “la expresión
original de la espiritualidad del Carmelo” ( Constituciones OCDS, 6); and
2. Profundizar en el aprecio inicial de la Orden Seglar a través de las
Constituciones OCDS, que son su ley fundamental “redactadas para
fortalecer el propósito de vida de sus miembros” ( Constituciones OCDS,
Epílogo).

Parte 3 TESTIGOS DE LA EXPERIENCIA DE DIOS


Lección 6
ORACIÓN TERESIANA 1: ESTRUCTURA FUNDAMENTAL

Objetivos de la Lección:
1. Generar una conciencia que establece la "oración como el
fundamento y el ejercicio básico" ( Constituciones OCDS, 17) de la familia
teresiana carmelitana; y
2. Acentuar la necesidad de representar la atmósfera formativa esencial
para una vida de oración incesante delineando la estructura fundamental de
la oración teresiana.

LA LITURGIA DE LAS HORAS Y LA LECTIO DIVINA

Objetivos de la Lección:
1. Comprobar la importancia de la Liturgia de las Horas, de este
modo, "trayendo al carmelita seglar en comunión con la oración de Jesús y
con la de la Iglesia" (Constituciones OCDS, 23);
2. Enriquecer la vida personal de oración de un carmelita seglar
esforzándose en descubrir "en la liturgia, una fuente inagotable para la vida
espiritual" (Constituciones OCDS, 23); y
3. Alimentar la experiencia contemplativa a través del estudio y de la
lectura espiritual de las Sagradas Escrituras

Parte 4 MARÍA
Lección 8
LA B. VIRGEN MARÍA
101

Objetivos de la Lección:
1. Fomentar una auténtica devoción mariana que nos comprometa a
conocerla mejor cada día, a través de las Sagradas Escrituras, que conduzca
a la imitación de sus virtudes; y
2. Promover " el culto litúrgico de la Madre de Dios a la luz del
misterio de Cristo y de la Iglesia" (Constituciones OCDS, 31).

NOVICIADO II

Parte 1 HISTORIA DE LA ORDEN 2


Lección 1
EXPANSIÓN DE LA REFORMA TERESIANA

Objetivos de la Lección:
1. Obtener un aprecio profundo de la historia del Orden; y
2. Subrayar la importancia particular del compromiso de la Orden
para el establecimiento del Reino de Dios evidenciado por el curso de los
acontecimientos de su expansión

Parte 2 SIGUIENDO A JESÚS EN EL CARMELO SEGLAR


TERESIANO
Lección 2
LAS CONSTITUCIONES OCDS Y LOS ESTATUTOS
PROVINCIALES DEL OCDS

Objetivos de la Lección:
1. Profundizar en el aprecio inicial de la Orden Seglar a través de las
Constituciones OCDS, que son su ley fundamental “redactadas para
fortalecer el propósito de vida de sus miembros” ( Constituciones OCDS,
Epílogo); y
2. Alcanzar un mayor conocimiento en la expresión de la llamada al
Carmelo a través de los Estatutos Provinciales donde muchas cosas de
importancia para la vida y el funcionamiento del OCDS en una provincia "se
han elaborado para completar y adaptar las leyes generales cuando sea
permitido en las Constituciones" (Constituciones OCDS, Prefacio)

Parte 3 TESTIGOS DE LA EXPERIENCIA DE DIOS

Lección 3
ORACIÓN TERESIANA 2: DINAMISMO DE LA ORACIÓN

Objetivos de la Lección:
102

1. Inspirar un aprecio profundo por la "oración como el fundamento y


el ejercicio básico" (Constituciones OCDS, 17) de la familia teresiana
carmelitana; e
2. Inculcar un conocimiento comprensivo de la oración como
esencialmente abierta al crecimiento y al desarrollo.

Lección 4
ORACIÓN Y DIRECCIÓN ESPIRITUAL

Objetivos de la Lección:
1. Reconocer que las dificultades en la oración, lejos de ser obstáculos,
pueden convertirse en oportunidades para el crecimiento en amor con tal de
mantenerse fieles; y
2. Reconocer que la dirección espiritual es esencial para el crecimiento en la
vida espiritual en la Orden para clarificar y discernir nuestra actual fe-
experiencia compartiéndola con uno que nos ayude a discernir

Parte 4 MARÍA
Lección 5
REINA HERMOSURA DEL CARMELO
Objetivos de la Lección:
1. Establecer aquel vínculo especial con nuestra Seora que impregna
la historia entera de la Orden e influencia nuestro enfoque entero a la
búsqueda de la caridad perfecta en nuestras comunidades;
2. Estampar nuestra vida de oración y contemplación, celo y actividad
apostólica y la práctica de la autorenuncia con un carácter netamente
mariano; y
3. Comtemplar a nuestra Seora como la encarnación perfecta del
ideal de la Orden para sentirnos arrastrados a seguirla de cerca.

Parte 5 SIRVIENDO AL PLAN DE DIOS

Lección 6
DOCUMENTOS DE LA IGLESIA SOBRE EL LAICADO Y EL
APOSTOLADO DE LA ORDEN

Objetivos de la Lección:
1. Ejercer el apostolado genuino esforzándose "por tener el espíritu del
Evangelio que impregne y mejore el orden temporal" (Decreto sobre el
Apostolado de los Seglares, capítulo I, No. 2);
2. Apreciar que "en la Iglesia, haya diversidad de ministerios pero unidad
de misión" y que "los seglares participan en el ministerio sacerdotal,
profético y real de Cristo" (Decreto sobre el Apostolado de los Seglares,
103

capítulo 1. No. 2);


3. Asimilar con una renovada comprensión y amor la naturaleza, la
dignidad, la espiritualidad, la misión y la responsabilidad de los laicos para
trabajar en la via del Seor; y
4. Dar una respuesta alegre, abundante y rápida al impulso del Espíritu
Santo y a la voz de Cristo que hace una urgente invitación a asociarse en su
misión salvadora en el marco del carisma teresiano.

Parte 6 LOS SIETE SACRAMENTOS DE LA IGLESIA Y LOS RITOS DE


ADMISIÓN

Lección 7
LOS SACRAMENTOS DE LA INICIACIÓN CRISTIANA

Objetivos de la Lección:
1. Tener una comprensión más profunda de la naturaleza, de los elementos,
de la importancia, y de los efectos de los siete sacramentos de la Iglesia; y
2. Desarrollar un aprecio mejor del papel de los siete sacramentos en la
economía de la salvación.

Lección 8
LOS SACRAMENTOS DE LA SANACIÓN Y AL SERVICIO DE LA
COMUNIÓN

Objetivos de la Lección:
1. Tener una comprensión más profunda de la naturaleza, de los elementos,
de la importancia, y de los efectos de los siete sacramentos de la Iglesia; y
2. Desarrollar un aprecio mejor del papel de los siete sacramentos en la
economía de la salvación.

Lección 9
LOS RITOS DE ADMISIÓN A LA PROMESA TEMPORAL

Objetivos de la Lección:
1. Adquirir el conocimiento y el aprecio de las razones, del contenido
y del propósito de la forma de vida evangélica que se emprende; y
2. Consolidar el compromiso bautismal del miembro "expresado a
través de la promesa de tender a la perfección evangélica en el espíritu de
los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia y de las
Bienaventuranzas" (Constituciones OCDS, 11).

SYLLABUS DE FORMACIÓN
PARA LA PROMESA TEMPORAL I
104

Objectivo General:
Adquirir una comprensión substancial y un conocimiento experimental de su
progreso y transformación según lo descrito en el curso entero de la vida
espiritual.

Objetivos Específicos:
Al de la formación los formandos deben haber:
1. adquirido una comprensión más profunda de la vida y de la
doctrina de nuestra Santa Madre Teresa de Jesús a través del Castillo
Interior que es principalmente el fruto de su propia experiencia mística;
2. obtenido la capacidad para determinar donde están en su viaje
espiritual personal; y
3. progresado con la determinada determinación de permanecer en la
trayectoria que los preparará para la recepción de la graci de la unión
transformante.

Requisitos:
1. La implicación en las reuniones mensuales la comunidad
2. Participación en los programas mensuales de formación
3. Oración diaria de la Liturgia de las Horas: Alabanza de la maana,
Oración de la tarde y si es posible la Oración de la noche
4. Práctica de la oración mental por lo menos treinta (30) minutos diarios
5. Regularidad en el uso de las sagradas Escrituras como ayuda para la
oración
6. Crecimiento en el amor por la santa eucaristía
7. Participación en los retiros y las inmersiones esenciales para la
formación
8. Diligencia en el estudio e interiorización de las lecciones y temas
asignados

MARCO BÁSICO DEL SYLLABUS


ORACIÓN TERESIANA 3: EL CASTILLO INTERIOR
Parte 1 CIRCUNSTANCIAS E INSPIRACIÓN
Lección 1 Introducción al Castillo Interior
Lección 2 La Llamada a la Contemplación
Parte 2 ORACIÓN ACTIVA : MEDITACIÓN
Lección 3 Las Primeras Moradas
Lección 4 Las Segundas Moradas
Lección 5 Las Terceras Moradas
Parte 3 ORACIÓN PASIVA : CONTEMPLACIÓN
Lección 6 Las Cuartas Moradas
Lección 7 Las Quintas Moradas
Lección 8 Las Sextas & Séptimas Moradas
105

Parte 1 CIRCUMSTANCIAS E INSPIRACIÓN

Lección 1
INTRODUCCIÓN AL CASTILLO INTERIOR

Objetivos de la Lección:
1. Revitalizar su aprecio y entender las circunstancias históricas
prevalentes a la hora de los escritos de S. Teresa; y
2. Sacar inspiración de la profundidad de su experiencia en la vida
espiritual cuando ella pasa a través de la última etapa de su viaje místico.

Lección 2
LA LLAMADA A LA CONTEMPLACIÓN

Objetivo de la Lección:
Establecer una comprensión y un conocimiento más claros de la invitación
innegable y persistente de Dios de compartir su vida divina con todos.

Parte 2 ORACIÓN ACTIVA : MEDITACIÓN

Lección 3
LAS PRIMERAS MORADAS

Objetivos de la Lección:
1. Entender y apreciar la inspiración de Teresa en ver cómo un alma
se compara a la imagen de un castillo;
2. Volver a descubrir la belleza suprema de un alma en gracia en
contraste con la fealdad completa de otra en pecado mortal;
3. Comprobar el valor y la significación de la oración mental como la
puerta de entrada a este castillo; y
4. Darse cuenta de la importancia del conocimiento de sí mismo como
elemento esencial en nuestro viaje hacia una relación amorosa con Dios.

Lección 4
LAS SEGUNDAS MORADAS

Objectivo de la Lección:
Consolidar la conciencia de que la lucha por ir más cerca del
compartimiento del Rey reside en su capacidad de perseverar sin importarle
la dificultad que se le presente adelante.

Lección 5
LAS TERCERAS MORADAS
106

Objetivos de la Lección:
1. Obtener el valor para ir más allá de encontrar seguridad y placer
solamente en prácticas externas y ejercicios piadosos; y
2. Ganar el conocimiento de que este estado en las terceras Moradas,
aunque aparentemente bueno y ejemplar no es la cumbre de la vida
espiritual.

Parte 3 ORACIÓN PASIVA : CONTEMPLACIÓN


Lección 6
LAS CUARTAS MORADAS

Objetivos de la Lección:
1. Realzar su aprecio y conocimiento experimental de que la fidelidad
a la oración está orientada hacia la recepción de la contemplación infusa;
2. Inculcar en su conciencia que el amor no consiste en gran placer
sino en desear con una fuerte determinación agradar a Dios en todo;
3. Fomentar una progresiva comprensión de las facultades y de la
ocupación del alma, sabiendo que las aflicciones y las pruebas interiores se
sufren generalmente al no reconocer nuestra capacidad de tratar con ellas; y
4. Beneficiarse en esta etapa y ascender a las Moradas de su deseo,
sabiendo muy bien que la cosa importante no es pensar mucho sino amar
mucho

Lección 7
LAS QUINTAS MORADAS
Objetivos de la Lección:
1. Meditar bien que su deseo constante de apresurarse hacia Dios trae
consigo una transformación de la voluntad, no del sentimiento;
2. Formar una actitud de entrega y de morir a uno mismo en su
búsqueda genuina de la libertad verdadera; y
3. Descubrir la dimensión contemplativa que la respuesta auténtica a la
invitación de Dios a una vida de unión se puede hacer manifiesta solamente
en su amor al prójimo.

Lección 8

LAS SEXTAS Y LAS SÉPTIMAS MORADAS

Objetivos de la Lección:
1. Conocer que algunas de las comunicaciones íntimas del amor
divino comienzan a ocurrir de una manera altísima en las sextas Moradas;
2. Demostrar un aprecio de cómo las almas en esta etapa están
talmente encumbradas en amor con su Dios;
107

3. Aumentar su comprensión de que esta unidad experimentada con el


Seor que mora dentro de nosotros, llega a ser permanente en la unión
transformante; y
4. Reconocer que la razón por la que el Seor concede tantos favores
en el matrimonio espiritual es que uno puede vivir como Cristo y que su
propósito es "que nazcan siempre obras, obras" (Castillo 7.4.6).

SYLLABUS DE FORMACIÓN
PARA LA PROMESA TEMPORAL II

Objetivo General:
Integrar cada dimensión de la existencia humana en un lance total de
autodonación a Jesucristo manteniendo la meta de la unión siempre bien a la
vista a través de la ciencia del amor.
Objetivos Específicos:
Al final de la formación los formandos deben haber:
1. adquirido un conocimiento fundamental de la vida y del ministerio
de S. Juan de la Cruz que es un camino necesario para llegar a su mente y su
corazón;
2. apreciado la naturaleza fundamental de la unión mística como la
esencia de nuestras vidas de hoy tan llenas de luchas; y
3. hecho una opción con un solo corazón y una sola alma por el amor
de Dios y ver todo como secundario a la búsqueda del amor de Dios.

Requisitos:
1. La implicación en las reuniones mensuales la comunidad
2. Participación en los programas mensuales de formación
3. Oración diaria de la Liturgia de las Horas: Alabanza de la maana,
Oración de la tarde y si es posible la Oración de la noche
4. Práctica de la oración mental por lo menos treinta (30) minutos diarios
5. Regularidad en el uso de las sagradas Escrituras como ayuda para la
oración
6. Crecimiento en el amor por la santa eucaristía
7. Participación en los retiros y las inmersiones esenciales para la
formación
8. Diligencia en el estudio e interiorización de las lecciones y temas
asignados

MARCO BÁSICO DEL SYLLABUS


Parte 1 AL ENCUENTRO DE SAN JUAN DE LA CRUZ HOY
Lección 1 Juan de la cruz: Retrato del Amor de Dios
Parte 2 LOS ESCRITOS DE SAN JUAN DE LA CRUZ
Lección 2 Introducción a los Escritos
108

Parte 3 LA PISTA PISADA A LA CIMA DEL MONTE


Lección 3 El despertar de Dios
Lección 4 Obstáculos (la Noche Activa del Sentido)
Lección 5 En el Umbral de la Contemplación (la Noche Pasiva del
Sentido)
Lección 6 El camino de la Pura Fe (la Noche Activa del Espíritu)
Lección 7 Clavado a una Cruz: No ha sido mi Elección (la Noche Pasiva
del Espíritu)
Lección 8 En la Cima del Monte (Unión de la Semejanza de Amor)

Parte 1 AL ENCUENTRO DE SAN JUAN DE LA CRUZ HOY

Lección 1
JUAN DE LA CRUZ: RETRATO DEL AMOR DE DIOS

Objetivos de la Lección:
1. Saber y valorar Juan de la Cruz a través de la calidad y la armonía
de su vida en el nivel humano de la sensibilidad así como en el nivel de su
espiritualidad profunda; y
2. Desarrollar una afinidad fundamental, experiencial con el Padre del
Carmelo Teresiano.

Parte 2 LOS ESCRITOS DE SAN JUAN DE LA CRUZ

Lección 2
INTRODUCCIÓN A LOS ESCRITOS

Objectivo de la Lección:
Proporcionar el fondo esencial para el estudio de la doctrina de S. Juan de la
Cruz a través de un marco claro y global desde sus principios ascéticos hasta
los grados más altos de la unión mística.

Parte 3 LA PISTA PISADA A LA CIMA DEL MONTE

Lección 3
EL DESPERTAR DE DIOS

Objetivos de la Lección:
1. Reconocer y estimar la verdad de que si cualquier persona está
buscando a Dios, el Amado está buscando a esa persona mucho más, y
2. Despertar una fe-deseo que es una respuesta necesaria a la
generosidad divina.

Lección 4
109

OBSTÁCULOS
(la Noche Activa del Sentido)

Objetivos de la Lección:
1. Inculcar un ardiente deseo de arrojar lejos todo lo que podría ser
una barrera que se interpone al Dios que llega;
2. Comprender el significado correcto de la doctrina de Juan sobre los
"apetitos" que se centran sobre todo en la utilidad de negar su dependencia
sobre los deseos desordenados; y
3. Desarrollar un conocimiento sobre el dao que los apetitos infligen
en el alma.

Lección 5
EN EL UMBRAL DE LA CONTEMPLACIÓN
(La Noche Pasiva del Sentido)
Objetivo de la Lección:
Apreciar la esencia de la oración como un tiempo para estar en paz en la
presencia de Dios, en un deseo de estar atento de una manera general,
receptiva, y amorosa o en perseverencia paciente cuando se siente presa de
la aridez.

Lección 6
EL CAMINO DE PURA FE
(La Noche Activa del Espíritu)

Objetivo de la Lección:
Desear vivir la vida teológica de la fe, esperanza y caridad como la
expresión viva de la unión con Dios y todo el movimiento hacia la unión, el
corazón de la vida cristiana espiritual y mística.

Lección 7

CLAVADO A UNA CRUZ: NO HA SIDO MI ELECCIÓN


(La Noche Pasiva del Espíritu)

Objetivo de la Lección:
Encontrar alegría en el corazón de la oscuridad donde el factordecisivo no es
el grado de dolor experimentado sino nuestra actitud dentro de él.

Lección 8

EN LA CIMA DEL MONTE


(Unión de la Semejanza de Amor)
110

Objetivos de la Lección:
1. Estar enterado del deseo ardiente de Dios de entregarse totalmente
en posesión; y
2. Transformarse a través del amor en el Cristo resucitado que
podemos gustar y ver la bondad de Dios.
SYLLABUS DE FORMACIÓN PARA LA PROMESA TEMPORAL
III

Objetivo General:
Saber, entender y vivir la esencia del "caminito" donde la santidad no es el
fruto de nuestros propios esfuerzos sino de la acción divina que no requiere
nada más que confianza en el amor misericordioso de Dios.

Objetivos Específicos:
Al final de la formación, los formandos deben haber:
1. adquirido un conocimiento adecuado y haber entendido la vida, los
escritos y las virtudes de S. Teresita;
2. penetrado en los aspectos orantes acerca del valor de las doctrinas
principales de S. Teresita en el mundo contemporáneo; y
3. un aprecio de la importancia de la vida teologal al ejemplo de S.
Teresita; y
4. iniciado el proceso de la auto-renovación a la luz de la experiencia
y de la doctrina de S. Teresita.

Requisitos:
1. La implicación en las reuniones mensuales la comunidad
2. Participación en los programas mensuales de formación
3. Oración diaria de la Liturgia de las Horas: Alabanza de la maana,
Oración de la tarde y si es posible la Oración de la noche
4. Práctica de la oración mental por lo menos treinta (30) minutos diarios
5. Regularidad en el uso de las sagradas Escrituras como ayuda para la
oración
6. Crecimiento en el amor por la santa eucaristía
7. Participación en los retiros y las inmersiones esenciales para la
formación
8. Diligencia en el estudio e interiorización de las lecciones y temas
asignados

MARCO BÁSICO DEL SYLLABUS


Parte 1 CONTEXTO Y CIRCUNSTANCIAS: FORMACIÓN INICIAL
Lección 1 El Mundo y las Obras de S. Teresita
Lección 2 Familia, Infancia y Adolescencia
111

Parte 2 APRENDIZAJE RELIGIOSO PRACTICADO DE LLENO


Lección 3 El Carmelo de S. Teresita
Lección 4 Desde el Descubrimiento a la Ofrenda
Lección 5 Coincidencias, Contrastes y Gracia Común
Parte 3 LOS FRUTOS
Lección 6 Encuentro con dios a través de la Palabra y de María
Lección 7 Sobreabunda el amor
Parte 4 LA SANTA Y DOCTORA
Lección 8 Santa y Doctora de la Iglesia

PARTE 1 CONTEXTO Y CIRCUNSTANCIAS:


PRE-FORMACIÓN

Lección 1
EL MUNDO Y LAS OBRAS DE S. TERESITA

Objetivos de la Lección:
1. Una buena información sobre el contorno histórico del tiempo de S.
Teresita;
2. Tener una comprensión de la vuelta al Evangelio en el mensaje de S.
Teresita al mundo; y
3. Tener una visión general de los escritos de S. Teresita sobre su vida,
cartas, poesías, recreaciones piadosas y oraciones.

Lección 2
FAMILIA, INFANCIA Y ADOLESCENCIA
Objetivos de la Lección:
1. Tener una comprensión de las influencias de la familia en hacer de
S. Teresita una santa;
2. Ver la formación espiritual de S. Teresita durante su niez y
adolescencia; y
3. Profundizar en la formación espiritual de S. Teresita en relación a
su propio crecimiento espiritual.

PARTE 2 APRENDIZAJE RELIGIOSO PRACTICADO DE LLENO

Lección 3
EL CARMELO DE S. TERESITA
Objetivos de la Lección:
1. Entender las exigencias de ser una monja carmelita durante el
tiempo de Teresita;
2. Apreciar la influencia de la comunidad carmelitana; y
3. Reflexionar sobre el papel de nuestra comunidad en relación a
nuestro propio crecimiento espiritual.
112

Lección 4
DEL DESCUBRIMIENTO AL OFRECIMIENTO

Objetivos de la Lección:
1. Descubrir la trayectoria por la que S. Teresita fue conducida para
ofrecerse al Amor Misericordioso;
2. Entender completamente la doctrina del ` caminito ';
3. Entresacar los puntos del ofrecimiento de S. Teresita al Amor
Misericordioso; y
4. Reflexionar sobre el impacto del camino de S. Teresita de la
confianza absoluta.

Lección 5
COINCIDENCIAS, CONTRASTES Y GRACIA COMÚN

Objetivos de la Lección:
1. Identificar los paralelos, las diferencias y las gracias comunes
idénticas entre S. Teresita y S. Teresa de Avila, así como, de S. Teresita y de
S. Juan de la Cruz;
2. Valorar la influencia de nuestros Santos Padres, Teresa y Juan
sobre nuestra pequea hermana, Teresita; y
3. Entresacar puntos de reflexión en cuanto a la vida de uno como
carmelita, en relación al impacto de las enseanzas de S. Teresa de Jesús y
de S. Juan de la Cruz sobre Teresita.

PARTE 3 LOS FRUTOS


Lección 6
ENCUENTRO CON DIOS
A TRAVÉS DE LA PALABRA Y DE MARÍA

Objetivos de la Lección:
1. Aprender cómo uno puede escuchar la 'Palabra' como lo hizo S.
Teresita ; y
2. Comprometerse en una relación más profunda con la Virgen María
como una influencia de las enseanzas de Teresita.

Leccións 7
AMOR REBOSANTE

Objetivos de la Lección:
1. Entender cómo vivió S. Teresita el 'amor al prójimo';
2. Dibujar paralelos entre la pobreza, esperanza e infancia espiritual
113

de S. Teresita y las propias experiencias diarias de cada uno; y


3. Comprometerse al servicio de la Iglesia como un 'apóstol' y un
'misionero' como lo hizo S. Teresita.

PARTE 4 LA SANTA Y LA DOCTORA

Lección 8
SANTA Y DOCTORA DE LA IGLESIA

Objetivos de la Lección:
1. Responder con amor y un compromiso generoso a la propia
vocación y misión en la iglesia y en el mundo; y
2. Tomar S. Teresita como modelo para vivir las enseanzas de S.
Teresa de Jesús y de S. Juan de la Cruz.
Lección 9
INTRODUCCIÓN A OTROS SANTOS DEL CARMELO

Objetivos de la Lección:
1. Familiarizarse con las vidas de otras personalidades del Carmelo que
serán parte del programa permanente de la formación: Isabel de la Trinidad,
Edith Stein, etc.
114
115

RITUAL
DE LA ORDEN SEGLAR
DE LOS
CARMELITAS DESCALZOS
116

CONGREGATIO DE CULTU DIVINO


ET DISCIPLINA SACRAMENTORUM

Prot. CD 316/89

ORDINIS FRATRUM DISCALCEATORUM BEATAE


MARIAE VIRGINIS DE MONTE CARMELO

Textus hispanicus Ritualis ad usum Ordinis


Saecularis Carmelitarum Discalceatorum.

Probatum seu confirmatum.

Ex aedibus Congregationis de Cultu Divino et Disciplina


Sacramentorum,
die 10 iulii 1990.
117

(Petrus Tena)
Subsecretarius
118

RITUAL
DE LA ORDEN SEGLAR
DE LOS CARMELITAS DESCALZOS

INTRODUCCION

I . La vocación de los Seglares Carmelitas Descalzos

1. La vocación especial de los Carmelitas Descalzos laicos116 debe ser


valorada a la luz de dos realidades fundamentales: su condición de
Cristiano bautizado (LG 32) y su estado laical en la vida (LG 31). De esta
doble realidad deriva su vocación a la caridad perfecta y a la santidad de
vida, al servicio de la Iglesia y al apostolado en el mundo (LG 39-41; AA 1,
3, 13). Su cercano seguimiento de Cristo se realiza en el ámbito de los
asuntos ordinarios de la familia y de la vida cotidiana (AA 4).

2. Muchos católicos seglares, tanto del laicado como del clero, se


identifican con la espiritualidad y los carismas de la Orden Religiosa de
los Carmelitas Descalzos (AA 4 ). Como miembros seglares de la familia
del Carmelo Teresiano, aspiran a una vida de intimidad orante con Cristo

116
Aunque también los clérigos pueden pertenecer al Orden Seglar, la
gran mayoría de los miembros son laicos -hombres y mujeres- que dan
a la Orden su carácter seglar. Sobre el significado de "laicado", cfr. LG
31. [N. Del editor: Han sido eliminadas las notas en el texto que se
refieren a la Norma de Vida y cambiados los termos que se refierem a
ella por los de las Constituciones de la OCDS del 2003/2014].
119

y con el Padre en el Espíritu Santo y a un servicio eclesial, a imitación de


la Bienaventurada Virgen María. En realidad, conforme al espíritu
carmelitano, su seguimiento cristiano lo viven con María, Madre de la
Iglesia, Reina y hermosura del Carmelo (S. Teresa, Moradas III, 1,3).

II. Ritual

3. Este Ritual, aprobado oficialmente por la Santa Sede, es el


único texto autorizado para las ceremonias litúrgicas de la Orden Seglar
de los Carmelitas Descalzos. Por su carácter normativo, este Ritual
abroga y sustituye todos los elementos ceremoniales de los Estatutos
Regionales y Locales aprobados por el Definitorio General de la Orden.

4. Con la debida discreción, pueden enriquecerse las ceremonias


con elementos culturales de sabor regional, y las moniciones o introduc-
ciones a la oración - por parte de quien preside - pueden ser formuladas
con palabras distintas, pero que mantengan o reflejen con fidelidad el
significado del texto (cfr. SC 38). Con todo, el orden que se ha de seguir
en el rito, las oraciones del oficiante que preside, y las fórmulas de
aceptación y de compromiso, han de permanecer enteramente
inalteradas.

III. Ritos de Admisión y de la Promesa y de los Votos

Rito de Admisión

5. Un candidato que reúna las condiciones para ser aceptado es recibido


con el Rito de Admisión. Con esta ceremonia de diálogo y oraciones se
da inicio a la primera fase de formación y al camino de discernimiento.

6. El rito se encuadra en el contexto de una Celebración de la Palabra.

Rito de la Primera Promesa


120

7. Después de la etapa inicial de formación, el candidato hace una


promesa personal: se compromete ante Dios y ante la comunidad local,
a seguir las Constituciones de la OCDS por tres años. El rito de la Primera
Promesa se puede celebrar durante la Liturgia Eucarística, en el curso
del rezo de Laudes o Vísperas, o en el contexto de una celebración de
la Palabra.

8. El Carmelita seglar en esta nueva etapa vive de acuerdo con las


Constituciones, en un espíritu de fidelidad al programa diario prescrito
de oración litúrgica y contemplativa, en una participación fiel en los
encuentros fraternos, en formación y discernimiento continuos con
vistas a un compromiso para toda la vida, al final de los tres años.

Rito de la Promesa Definitiva y de los Votos

9. Quienes hayan sido debidamente admitidos a la Promesa definitiva,


que da origen a una vinculación estable y permanente con la Orden, o a
los votos hacen su compromiso dentro de la Liturgia Eucarística, o en el
curso de Laudes o Vísperas, o durante una celebración de la Palabra. 10.
La fórmula para la Renovación de los vínculos se propone como un
acto devocional y no litúrgico, por lo cual debe realizarse con sobriedad
en un momento oportuno de oración común.
121

Capítulo I

RITO DE ADMISION
A LA ORDEN SEGLAR DE LOS CARMELITAS DESCALZOS

11. El rito de admisión, el cual precede al periodo de formación, se


realiza durante una Celebración de la Palabra.

12. El rito se lleva a cabo de una manera sencilla en una reunión de la


Comunidad, sea la reunión mensual o en un día festivo de la Orden.

13. El Asistente local de la Comunidad u otro sacerdote debidamente


delegado, vestido de estola blanca, preside la celebración.

14. Se colocan en lugar conveniente los libros (el Evangelio y la Norma


de Vida) como también los Escapularios con los cuales los candidatos
serán revestidos.

15. Para la elección de las lecturas cfr. el Apéndice.

16. La Ceremonia da inicio con un canto apropiado.

RITOS INICIALES

17. El Rito comienza con el signo de la Cruz y un saludo de parte del


celebrante.
18. Sigue una monición con estas o semejantes palabras:

El Señor que nos ha llamado como hermanos a una vida


evangélica en el mundo, nos reúne para que recibamos a
aquellos que han solicitado y desean comenzar la etapa de
formación en la Orden Seglar de los Carmelitas Descalzos,
la cual culminará, con el favor de Dios, en un compromiso
de vida evangélica. Pidamos al Señor les dé siempre la
122

gracia del Espíritu Santo para perseverar en su propósito y


a nosotros para apoyarlos en su camino.
19. Después de la monición, el sacerdote dice:

Oremos:

Padre Santo y misericordioso que a todos llamas a la


santidad en Cristo para hacer de nuestra vida una oblación
espiritual, mira con bondad a estos hijos tuyos que quieren
vivir en el mundo a la luz del Evangelio, según el espíritu
del Carmelo Teresiano y bajo la protección de la Virgen
María; haz que lleguen al conocimiento de tu voluntad y
sigan tus inspiraciones con amor filial y generoso. Por
Jesucristo nuestro Señor.

Todos: ¡Amén!

LITURGIA DE LA PALABRA

20. La liturgia de la Palabra se desenvuelve según el esquema habitual


de la celebración de la Palabra en la Eucaristía y en los Sacramentos. Se
pueden escoger dos o tres lecturas con el salmo responsorial y la
aclamación al Evangelio. (Véase el Apéndice. )

HOMILIA

21. El celebrante dice una breve homilía.

RITO DE ADMISION

22. Uno de los candidatos, en nombre de todos, o todos juntos, expresan


su deseo de entrar en la Orden Seglar de los Carmelitas Descalzos. El
celebrante acepta su solicitud, dialogando con ellos según las siguientes
o semejantes palabras.
El que preside o el presidente de la Comunidad dice:

Se acerquen los que desean ser admitidos a la Comunidad,


123

N.N....

Los candidatos, acompañados por el maestro de formación, se


adelantan.

El celebrante dice:

Hermanos y Hermanas: ¿Que pedís a esta Comunidad del


Carmelo Seglar?

Los candidatos:
Pedimos que nos admítáís al periodo de formación en la
Comunidad de la Orden Seglar de los Carmelitas
Descalzos.

0 bien:
Pedimos, confiando en la misericordia de Dios y en la
ayuda fraterna de todos vosotros ser admitidos al
periodo de formación en la Comunidad de la Orden
Seglar de los Carmelitas Descalzos. Queremos vivir
nuestra consagración bautismal según el ideal de vida del
Carmelo Teresiano y colaborar en el cumplimiento de su
misión en la Iglesia.

El que preside acoge la petición con estas o semejantes palabras:

La Iglesia y la Orden del Carmen, reciben y confirman


vuestra solicitud. Que el Señor os conceda perseverar en
vuestro propósito para que podáis hacer vuestra
promesa en el momento oportuno para gloria de Dios y
bien de toda la Iglesia.

Todos:

Amen
124

RITOS COMPLEMENTARIOS

23. Еl celebrante da a cada uno el Evangelio junto con las


Constituciones de la OCDS, diciendo:

Hermano (Hermana), las Constituciones del Carmelita


Seglar es esto: Vivir en obsequio de nuestro Señor
Jesucristo, siguiendo la doctrina y el ejemplo de Santa
Teresa de Jesús y de San Juan de la Cruz. Que la Palabra de
Cristo habite abundantemente en vosotros, y todo aquello
que hagáis en palabras y en obras, hacedlo en nombre de
nuestro Señor Jesucristo.

24. El que preside, asistido por el maestro de formación, reviste a los


candidatos con el escapulario, "signum habitis" de la Orden del
Carmen, diciendo:

Recibe este escapulario, hábito de la Orden del Carmen.


Llévalo dignamente imitando a Maria en el servicio de
Jesucristo.

25. Como signo de acogida en la Comunidad, los hermanos le dan un


saludo de paz.

Los candidatos regresan a sus puestos.

ORACION DE LOS FIELES Y PADRE NUESTRO

26. Siguen la oración de los fieles y el Padre Nuestro (cf. el Apéndice).

27. El que preside concluye la oración diciendo:

Te suplicamos, Señor, que nos asista con su intercesión


poderosa la Santísima Virgen María, Madre y Reina del
Carmelo, para que, guiados por su ejemplo y protección,
lleguemos hasta la cima del monte de la perfección que
es Cristo. Que vive y reina.
125

Todos: ¡Amen!

DESPEDIDA

28. El celebrante da la bendición y despide la asamblea como de


costumbre o con una fórmula apropiada tomada de textos litúrgicos
aprobados:

29. La celebración puede concluir oportunamente con un canto final a la


Virgen como el Flos Carmeli, Salve Regina u otro.

Capítulo II

RITO DE LA PROMESA Y DE LOS VOTOS EN LA ORDEN SEGLAR DE


LOS CARMELITAS DESCALZOS DURANTE LA CELEBRACION DE LA
EUCARISTIA

30. El rito, tal como viene descrito aquí se desarrolla durante la Misa.

31. Preside el Asistente local de la Comunidad u otro sacerdote


autorizado.

32. Se elige para este acto la reunión mensual o un día festivo de la


Orden.

33. Los formularios son de la Misa del día o bien, si lo permiten las
rúbricas, de una lisa votiva apropiada.

Rito de entrada

34. Cuando todos los participantes están reunidos y todas las cosas
han sido convenientemente preparadas, da inicio la procesión
hacia el altar. Al mismo tiempo se canta el canto de entrada de la
Misa. Los que van a profesar toman sus puestos asignados a ellos.
126

El sacerdote, después de hacer reverencia al altar, comienza la lisa


con el signo de la Cruz.

35. Después del saludo, el celebrante dice una monición con estas o
parecidas palabras:

Queridos hermanos, nos hemos reunido en este sacrificio


eucarístico en el cual nuestros hermanos (hermanas) N.N.
harán su profesión en la Orden Seglar de los Carmelitas
Descalzos. Demos gracias a Dios Padre que les ha llamado a
seguir a Jesucristo más de cerca, y pidámosle que les
acepte como una oblaciónп junto a la de Cristo que se
ofreció como hostia viva para la vida del mundo.
36. La Mísa continúa como siempre.

Liturgia de la Palabra

37. En la liturgia de la Palabra todo se desarrolla como de costumbre. Las


lecturas son de la Misa del día o se pueden escoger de los textos que se
ofrecen en el Apéndice. El Credo puede omitirse.

Rito de las promesas y de los votos

PETICION

38. Después de la proclamación del Evangelio, todos se sientan. El


responsable de la formación llama uno a uno los candidatos a la promesa
que se colocan de pie ante el celebrante.Uno de ellos en nombre de todos, o todos junt
A) Los que emitirán la promesa dicen:

Pedimos ser admitido a la Promesa en la Orden Seglar de


los Carmelitas Descalzos. La experiencia del periodo de
formación nos ha confirmado en la certeza de que el
Señor nos llama a vivir el evangelio de Jesucristo en el
127

mundo en unión con María, Madre de Dios, y bajo su


protección como miembros del Carmelo Seglar.
El celebrante responde:

Esta comunidad acoge vuestra petición y os acompaña


con su oración para que el Espíritu Santo confirme en
vosotros lo que él mismo ha empezado.

Todos: ¡Amén!

B) Los que emitirán los votos, dicen:

Con la ayuda de Dios queremos seguir más


completamente a Cristo casto y obediente y pedimos
poder emitir los votos de castidad y de obediencia.
El celebrante responde:

Dios que ha iniciado en vosotros esta obra


buena la lleve a su cumplimiento hasta el
día de Cristo Señor.

Todos: ¡ Amén !

HOMILIA
39. Todos se sientan y tiene lugar la homilía, en la que el celebrante
comenta los textos de la Palabra de Dios e ilustra el sentido evangélico
del compromiso del Carmelita seglar.

INTERROGATORIO

39. Terminada la homilía los candidatos se ponen de pie y el


celebrante les interroga con estas o parecidas palabras:

Muy queridos hermanos (hermanas), en presencia de esta


128

Comunidad y de los otros hermanos en Cristo aquí


congregados, les pregunto:
¿queréis abrazar la forma de vida evangélica que se inspira
en el ejemplo y en las palabras de Santa Teresa de Jesús y
San Juan de la Cruz y que está expuesta en las
Constituciones de la Orden Seglar de los Carmelitas
Descalzos?

Los candidatos:

Sí, lo quiero.

El Celebrante:

Llamados a testimoniar el Reino de Dios viviendo en el


mundo, en comunión fraterna, una vida evangélica,
tomando a la Virgen María como modelo, ¿queréis ser
fieles a esta vocación?

Los Candidatos:

Sí, lo quiero.

El Celebrante:

Hechos miembros del Pueblo de Dios por medio del


Bautismo y sellados con el Espíritu Santo en la
Confirmación, tenéis que testimoniar a Cristo en palabras
y obras.
¿Queréis vincularos más estrechamente a la Iglesia para
colaborar en su misión por medio de la oración
contemplativa y la actividad apostólica?

Los Candidatos:

Sí, lo quiero.
129

El Celebrante:

Dios todopoderoso os lo conceda con su gracia.

INVOCACION DE LA AYUDA DIVINA

41. Enseguida el celebrante invoca el auxilio divino, diciendo:

Oremos:
Mira con bondad, Señor, estos siervos tuyos, infunde en
sus corazones tu Espíritu de amor de manera que, con tu
gracia, permanezcan fieles a lo que se proponen vivir, por
Cristo nuestro Señor.

Todos: ¡Amén!

PROMESA Y VOTOS

42. Al concluir la oración, los candidatos, uno por uno, se presentan


delante del sacerdote y leen la fórmula de la promesa o, según el caso,
de los votos.

A) La Promesa:

Yo N . movido por la gracia del Espíritu Santo y


respondiendo a la llamada de Dios, sinceramente
prometo a los Superiores de la Orden del Carmelo
Teresíano, y a vosotros, mis hermanos, tender a la
perfección evangélica en el espíritu de los consejos
evangélicos de castidad, pobreza y obediencia, y de las
Bienaventuranzas, según las Constituciones de la Orden
Seglar de los Carmelitas Descalzos, por tres años/toda la
vida.
Confío filialmente mi Promesa a la Virgen María, Madre y
Reina del Carmelo.

B) Los votos:
130

Yo N . para vivir fielmente en unión con la Virgen María


en obsequio de Jesucristo, hago a Dios voto de castidad y
de obediencia en las manos del Superior de la Orden del
Carmelo Teresiano, según las Constituciones de la Orden
Seglar de los Carmelitas Descalzos por toda mi vida.

ACEPTACION

43. Cuando todos los candidatos han hecho la promesa o voto, el


celebrante les acoge con las palabras que siguen:

Hermanos y Hermanas, en el nombre del Carmelo


Teresiano confirmo vuestro nuevo compromiso
[promesa/promesa definitiva/votos según el caso], os
acojo con inmenso gozo, y todos los presentes os
deseamos paz y gracia en el Señor.

44. Si es tradición, o la cultura local lo pide, en este momento, se puede


dar algún distintivo propio (sin repetir los ya entregados en el rito de
admisión) .

45. Los hermanos presentes manifiestan su aceptación con un gesto


adecuado.

Liturgia eucarística

46. Sigue la liturgia eucarística como de costumbre.

47. Durante el canto de ofertorio, los recién profesos pueden llevar al


altar las ofrendas del pan, del vino y del agua para el sacrificio
eucarístico, así como otras ofrendas.

48. En esta ocasión se puede administrar la comunión eucarística bajo


las dos especies.

49. Terminada la oración, el celebrante da la bendición y despide la


asamblea, como de costumbre, o con una fórmula solemne tomada del
Misal Romano o del Apéndice de este ritual.
131

Capitulo III

RITO DE LA PROMESA Y DE LOS VOTOS


EN LA ORDEN SEGLAR DE LOS CARMELITAS DESCALZOS
DURANTE LAUDES O VISPERAS

50. El rito tal come viene descrito en este capítulo se desarrolla


durante la celebración de laudes o vísperas.

51. Preside el Asistente local de la Comunidad u otro sacerdote


autorizado.

52. Se elige para este acto la reunión mensual o un día festivo de la


Orden.

53. La celebración de laudes o vísperas es la del día o, si lo permiten


las rúbricas (véase el Apéndice) de un oficio votivo. Se hace como de
costumbre, solemnizando con el canto los elementos principales de
la celebración.

54. El que preside, o un lector, hace una breve monición sobre el


sentido del rito que se celebra, invitando a la participación atenta y
devota.

55. Siguen el himno y la salmodia.

Rito de la Promesa y de los Votos

PETICION

56. Todos se sientan. El responsable de la formación llama uno a uno los


candidatos a la promesa que se colocan de pie ante el celebrante. Uno
de ellos en nombre de todos, o todos juntos, piden la admisión a la
promesa definitiva con estas o parecidas palabras:

A) Los que emitirán la promesa dicen:

Pedimos ser admitido a la Promesa en la Orden Seglar de


los Carmelitas Descalzos.
132

La experiencia del período de formación nos ha


confirmado en la certeza de que el Señor nos llama a vivir
el evangelio de Jesucristo en el mundo en unión con María,
Madre de Dios, y bajo su protección como miembros del
Carmelo Seglar.

El celebrante responde:

Esta Comunidad acoge vuestra petición y os acompaña con


su oración para que el Espíritu Santo confirme en vosotros
lo que él mismo ha empezado.

Todos: ¡ Améп !

B) Los que emitirán los votos, dicen :

Con la ayuda de Dios queremos seguir más


completamente a Cristo casto y obediente y pedimos
poder emitir los votos de castidad y de obediencia en la
Orden seglar de los Carmelitas Descalzos para la gloria de
Dios.

El celebrante responde:

Dios que ha iniciado en vosotros esta obra buena la lleve a


su cumplimiento hasta el día de Cristo Señor.

Todos: ¡ Amen!

LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS

57. Se proclama la Palabra de Dios, escogida según las normas de la


IGLH (véase el Apéndice), o del oficio propio del día.

HOMILÍA
133

58. Todos se sientan y tiene lugar la homilía, en la que el celebrante


comenta los textos de la Palabra de Dios e ilustra el sentido evangélico
del compromiso del Carmelita seglar.

59. No se hacen ni interrogatorio ni invocación.

PROMESA Y VOTOS

60. Al concluir la oración, los candidatos, uno por uno, se presentan


delante del sacerdote y leen la fórmula de la promesa o, según el caso,
de los votos.

A) La Promesa:

Yo N… movido por la gracia del Espíritu Santo y


respondiendo a la llamada de Dios, sinceramente prometo
a los Superiores de la Orden del Carmelo Teresiano, y a
vosotros, mis hermanos, tender a la perfección evangélica
en el espíritu de los consejos evangélicos de castidad,
pobreza y obediencia, y de las Bienaventuranzas, según las
Constituciones de la Orden Seglar de los Carmelitas
Descalzos, por tres años/toda la vida.
Confío filialmente mi Promesa a la Virgen María, Madre y
Reina del Carmelo.

B) Los votos :

Yo N . para vivir fielmente en unión con la Virgen María


en obsequio de Jesucristo, hago a Dios voto de castidad y
de obediencia en las manos del Superior de la Orden del
Carmelo Teresiano, según las Constituciones de la Orden
Seglar de los Carmelitas Descalzos por toda mi vida.

ACEPTAC ION

61. Cuando todos los candidatos han hecho la promesa o voto, el cele-
brante les acoge con las palabras que siguen:
134

Hermanos y Hermanas, en el nombre del Carmelo


Teresiano confirmo vuestro nuevo compromiso
[promesa/promesa definitiva/votos según el caso], os acojo
con inmenso gozo, y todos los presentes os deseamos paz
y gracia en el Señor.

62. Si es tradición, o la cultura local lo pide, en este momento, se puede


dar algún distintivo propio (sin repetir los ya entregados en el rito de
admisión) .

63. Los hermanos presentes manifiestan su aceptación con un gesto


adecuado.

CANTICO EVANGELICO E INTERCESIONES

64. Se entona el Benedictus o el Magnificat, según el caso, con la


respectiva antífona. Siguen las intercesiones y oración del Padre
Nuestro. En las intercesiones se puede hacer una mención especial de los
que han hecho la promesa, en el estilo propio de las preces del oficio.

65. Sigue la oración propia del oficio y el rito de despedida.

Capitulo IV
RITO DE LA PROMESA Y DE LOS VOTOS
EN LA ORDEN SEGLAR DE LOS CARMELITAS DESCALZOS
DURANTE UNA CELEBRACION DE LA PALABRA DE DIOS

66. El rito tal como viene descrito en este capítulo se desarrolla


durante una celebración de la Palabra de Dios.

67. Preside el Asistente local de la Comunidad u otro sacerdote


autorizado.

68. Se elige para este acto la reunión mensual o un día festivo de la


Orden.

69. Se toman las lecturas, salmo responsorial, y aclamación según el


espíritu del tiempo litúrgico y en vista de la naturaleza del compromiso
de los seglares.
135

Ritos iniciales

70. La celebración empieza, como de costumbre, con un canto


apropiado, la señal de la cruz y el saludo del celebrante que hace una
oportuna monición a la asamblea, explicando el significado del rito e
invitando a una plena participación.

71. El celebrante invita a la oración:

Oremos:
Padre santo y misericordioso que llamas a todos a la
santidad en Cristo, mira con bondad a estos hijos tuyos y
haz que imitando la disponibilidad de la Virgen María
puedan acoger y vivir siempre tu palabra. Por Jesucristo
nuestro Señor.

Todos: ! Amen!

LITURGIA DE LA PALABRA

72. Las lecturas de la Palabra se realizan como de ordinario.

Rito de la Promesa y de los Votos

PETIC ION

73. Después de la proclamación del Evangelio, todos se sientan. El


responsable de la formación llama uno a uno los candidatos a la promesa
que se colocan de pie ante el celebrante. Uno de ellos en nombre de
todos, o todos juntos, piden la admisión a la promesa definitiva con estas
o parecidas palabras:

A) Los que emitirán la promesa dicen:

Pedimos ser admitido a la Promesa en la Orden Seglar de


los Carmelitas Descalzos. La experiencia del período de
formación nos ha confirmado en la certeza de que el
Señor nos llama a vivir el evangelio de Jesucristo en el
136

mundo en unión con María, Madre de Dios, y bajo su


protección como miembros del Carmelo Seglar.

El celebrante responde:

Esta Comunidad acoge vuestra petición y os acompaña


con su oración para que el Espíritu Santo confirme en
vosotros lo que él mismo ha empezado.

Todos: ¡ Amén !

B) Los que emitirán los votos, dicen:

Con la ayuda de Dios queremos seguir más


completamente a Cristo casto y obediente y pedimos
poder emitir los votos de castidad y de obediencia en la
Orden seglar de los Carmelitas Descalzos para la gloria de
Dios.

El celebrante responde:

Dios que ha iniciado en vosotros esta obra


buena la lleve a su cumplimiento hasta el
día de Cristo Señor.

Todos: Amen!

HOMILIA

74. Todos se sientan y tiene lugar la homilía, en la que el celebrante


comenta los textos de la Palabra de Dios e ilustra el sentido evangélico
del compromiso del Carmelita seglar.

INTERROGATORIO

75. Terminada la homilía los candidatos se ponen de pie y el celebrante


les interroga con estas o parecidas palabras:
137

Muy queridos hermanos (hermanas) , en presencia de esta


Comunidad y de los otros hermanos en Cristo aquí
congregados, les pregunto:

¿queréis abrazar la forma de vida evangélica que se inspira


en el ejemplo y en las palabras de Santa Teresa de Jesús y
San Juan de la Cruz y que está expuesta en las
Constituciones de la Orden Seglar de los Carmelitas
Descalzos?

Los candidatos:

Sí, lo quiero.

El Celebrante:

Llamados a testimoniar el Reino de Dios viviendo en el


mundo, en comunión fraterna, una vida evangélica,
tomando a la Virgen María como modelo, ¿queréis ser
fieles a esta vocación?

Los Candidatos:

Sí, lo quiero.

El Celebrante:

Hechos miembros del Pueblo de Dios por medio del


Bautismo y sellados con el Espíritu Santo en la
Confirmación, tenéis que testimoniar a Cristo en palabras
y obras.

¿Queréis vincularos más estrechamente a la Iglesia para


colaborar en su misión por medio de la oración
contemplativa y la actividad apostólica?

Los Candidatos:
138

Sí, lo quiero.

El Celebrante:

Dios todopoderoso os lo conceda con su gracia.

INVOCACION DE LA AYUDA DIVINA

76. Enseguida el celebrante invoca el auxilio divino, diciendo:

Oremos:
Mira con bondad, Señor, estos siervos tuyos, infunde en
sus corazones tu Espíritu de amor de manera que, con tu
gracia, permanezcan fieles a lo que se proponen vivir, por
Cristo nuestro Señor.

Todos: Amen!

PROMESA Y VOTOS

77. Al concluir la oración, los candidatos, uno por uno, se presentan


delante del sacerdote y leen la fórmula de la promesa o, según el caso,
de los votos.

A) La Promesa:

Yo N . movido por la gracia del Espíritu Santo y


respondiendo a la llamada de Dios, sinceramente
prometo a los Superiores de la Orden del Carmelo
Teresiano, y a vosotros, mis hermanos, tender a la
perfección evangélica en el espíritu de los consejos
evangélicos de castidad, pobreza y obediencia, y de las
Bienaventuranzas, según las Constituciones de la Orden
Seglar de los Carmelitas Descalzos, por tres años/toda la
vida.
Confío filialmente mi Promesa a la Virgen María, Madre y
Reina del Carmelo.
139

B) Los votos:

Yo N. para vivir fielmente en unión con la Virgen María en


obsequio de Jesucristo, hago a Dios voto de castidad y de
obediencia en las manos del Superior de la Orden del
Carmelo Teresiano, según las Constituciones de la Orden
Seglar de los Carmelitas Descalzos por toda mi vida.

ACEPTAC ION

78. Cuando todos los candidatos han hecho la promesa o voto, el


celebrante les acoge con las palabras que siguen:

Hermanos y Hermanas, en el nombre del Carmelo


Teresiano confirmo vuestro nuevo compromiso
[promesa/promesa definitiva/votos según el caso], os
acojo con inmenso gozo, y todos los presentes os
deseamos paz y gracia en el Señor.

79. Si es tradición, o la cultura local lo pide, en este momento, se puede


dar algún distintivo propio (sin repetir los ya entregados en el rito de
admisión) .

80. Los hermanos presentes manifiestan su aceptación con un gesto


adecuado.

Ritos finales

81. El celebrante invita todos a rezar el Padre Nuestro. Enseguida,


dice:
Te suplicamos, Señor que nos asista con su intercesión
poderosa la Santísima Virgen María, Madre y Reina del
Carmelo, para que, guiados por su ejemplo y
protección lleguemos hasta la cima del monte de la
perfección que es Cristo. Que vive y reina por los siglos
de los siglos.
140

Todos: ¡Amen!

82. La celebración termina con la bendición del celebrante y la


despedida. Se pueden usar convenientemente los textos propuestos en
el Misal Romano para la bendición y la despedida, o bien, el texto del
Apéndice.

83. Se puede finalizar con un canto apropiado en honor de la Virgen


María.

Capítulo V

RENOVACION DEVOCIONAL DE LA PROMESA

84. La renovación devocional de la promesa y de los votos se hace con


sobriedad en un momento oportuno de oración común, según la fórmula
que sigue:

Yo ... deseando seguir a Cristo muerto y resucitado, en el Carmelo


Seglar, renuevo mi profesión y prometo tender a la perfección
evangélica en el espíritu de los consejos evangélicos de castidad,
pobreza y obediencia, y de las Bienaventuranzas según las
Constituciones de la Orden Seglar de los Carmelitas Descalzos.
Confío filialmente mi promesa a la Virgen María, Madre y Reina
del Carmelo.

Capítulo VI

CEREMONIA DE LA ERECCION CANONICA


DE UNA NUEVA COMUNIDAD
141

85. La ceremonia de la erección canónica de una nueva comunidad se


desarrolla en un lugar conveniente.

86. Preside quien tiene la facultad de erigir la Comunidad.

INTRODUCCION

87. Después del saludo inicial y una breve motivación por parte del
que preside, se leen los artículos 1, 9, 37 de las Constituciones de la
OCDS.

88. Sigue una oración, dicha por el que preside:

Oremos:
Concédenos, Señor, te pedimos a los aquí reunidos en al
amor de Cristo tu Hijo, que con un corazón solo
permanezcamos unidos a María en la oración y en las
buenas obras, para así edificar tu Iglesia. Por Cristo
nuestro Señor.

Todos: ¡Amen!

LECTURA BIBLICA

89. Enseguida se hace una lectura de un trozo de la


Sagrada Escritura, por ejemplo: Rom 2,4-13.

PROMULGACION DEL DOCUMENTO DE ERECCION


CANONICA

90. Terminada la lectura bíblica, se presenta a la Comunidad, en la


manera mas conveniente, el Documento de Erección Canónica.

91. Se pueden decir algunas palabras en relación al acontecimiento


que se celebra.

ORACION COMUN Y CONCLUSION

92. Se puede decir una oración común a la manera de la oración de


142

los fieles en la Misa, y concluyendo con el Padre Nuestro y la


oración siguiente:

Dios Todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo,


concede a esta nueva Comunidad Carmelitana, unida y
animada por el Espíritu Santo que acoja siempre tu
Palabra y la contemple, de manera que lleve, en el
mundo, frutos de redención.
Por Cristo , nuestro Señor.

Todos: Amén !

94. Se termina con un canto mariano, por ejemplo: "Salve Regina" o


"Rosa Carmeli".

APENDICE

A.
Normas para orientar la selección
de oficios votivos y textos alternativos para las lecturas bíblicas
y otras fórmulas para Laudes y Vísperas

La Institutio Generalis Liturgiae Horarum (IGLH) , publicada en español


como "principios y Normas de la Liturgia de las Horas", permite el uso
de oficios votivos y textos alternativos tanto para las lecturas bíblicas,
como formularios para Laudes y Vísperas por diversos motivos
pastorales. La celebración del "Rito de la promesa y de los votos"
(cf. Capítulo III, supra) podría ser una de esas ocasiones. Las
principales normas que orientan esta práctica se fundan en los
números 44-46 y 244-252 de la IGLH.

1. Para escoger un oficio votivo: Fuera de las solemnidades, los


domingos de Adviento, Cuaresma y Pascua, el miércoles de Ceniza, la
Semana Santa, la octava de Pascua y el 2 de noviembre se podrá
celebrar, por una causa pública o por devoción, ya totalmente ya en
parte, algún Oficio votivo... [ ILGH 245].

2. Para escoger fórmulas alternativas: Las fórmulas del oficio


permanecen inalteradas para los oficios de los Domingos y las
143

solemnidades y las fiestas de Nuestro Señor del Calendario común, lo


mismo que los oficios feriales de Cuaresma y Semana Santa y los oficios
de las octavas de Pascua y Navidad y los oficios del 17 al 24 de diciembre
(cf. n. 246). Sin embargo, los Domingos ordinarios se pueden substituir
por los salmos dominicales de otro semana o aún substituirlos con otros
salmos, si se trata de oficio con el pueblo, para ofrecerles una
introducción gradual a los salmos (cf. n. 247). En otros días no
considerados antes, si fuese oportuno desde el punto de vista espiritual
o pastoral, se pueden decir en lugar de los salmos asignados a un día
determinado los salmos de la misma llora correspondientes a otra día o
incluso, de un modo ocasional elegir salmos adecuados y otras partes a
modo de oficio votivo (cf. n. 252).

3. Para escoger lecturas alternativas: Durante el tiempo ordinario


podrán elegirse, por una causa justa, en algún día o unos pocos días
continuos, otras lecturas entre las propuestas para otros días incluso
otras lecturas bíblicas... (cf. n. 248).

В.
Lecturas para escoger
en el rito de admisión
y en el rito de las promesas y votos

Se pueden elegir dos o tres lecturas. Las lecturas que aparecen abajo,
en el elenco, se pueden usar en la liturgia de la Palabra y, cuando lo
permiten las rúbricas, en la celebración del rito de las promesas y votos
dentro de la Misa.

A. Lecturas del Antiguo Testamento:

1. 1 Sam. 3, 1-10. "En aquellos días, el joven Samuel continuaba a servir


al Señor...".

2. 1 Re 19, 4-9.11-15. "En aquellos días, Elías se retiró al desierto".

3. Cant. 2, 8-14. "¡Una voz!...iEs mi Amado!"

4. Cant. 8, 6-7. "Ponme como sello en tu corazón".

5. Isaías 61, 9-11. "Será famosa entre los pueblos la estirpe de los
justos...".
144

6. Sab. 7, 7-14. "opté, y se me dió el sentido; e invoqué y vino a mí el


espíritu de sabiduría".

B. Salmos Responsoriales:

1. Sal. 23, 1-2, 3-4ab, 5-6: R/ "Esta es la generación que busca al


Señor".

2. Sal. 26, 14,5,8b-9abc, 9d y 11 : R/ "Te busco, Señor: muéstrame tu


rostro".

3. Sal. 32, 2-3, 4-5, 11-12, 13-14, 18-19, 20-21. R/ "Feliz el


pueblo que se reúne en el nombre del Señor".

4. Sal. 33, 2-3, 4-5, 6-7, 8-9.

0 bien:

Sal. 33, 10-11, 12-13, 14-15, 17 y 19. R/


вendecíré al Señor en todo momento".

5. Sal. 44, 11-12, 14-15, 16-17. R/ "En el Señor he puesto mi alegría".

6. Sal. 62, 2, 3-4, 5-6, 8-9. R/ "Salto de alegría en tu presencia, 0h


Señor"

7. Sal. 99, 2, 3, 4, 5. R/ "Te damos gracias oh Dios por el don de tu


amıor".

C. Del Nuevo Testamento.

1. Act. 2, 42-47. "En aquellos días, los discípulos eran asiduos..."

2. Act. 4, 32-35. "En aquellos días, la multitud de los creyentes..."

3. Rom. 6, 3-11. "Hermanos, cuantos hemos sido bautizados en Cristo


Jesús...".
145

4. Rom. 8, 5-17. "Pués los que viven según la carne. ..Mas los que viven
según el espíritu, en las espirituales"

5. Rom. 12, 1-13. "Os exhorto, hermanos, por la misericordia de Dios,..."

6. 1 Co. 1, 22-31. "Hermanos, mientras los judíos piden milagros..."

7. Ef. 1, 3-14. "Bendito sea Dios, Padre. .."

8. Fil. 2, 1-4. "Hermanos, si hay entre vosotros algún poder de consolar


en Cristo..."

9. Fil. 3, 8-14. "Hermanos, todo lo juzgo como pérdida..."

10. Gal. 4, 4-7. "Cuando llegó la plenitud de los tiempos..."

11. Col. 3, 1-4. "Hermanos, si habéis resucitado con Cristo..."

12. Col, 3, 12-17. "Por tanto, hermanos, como elegidos de Dios..."

13. 1 Pe. 1, 3-9. "Bendito sea Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo..."

14. 1 Jn. 4, 7-17 "Carísimos, amémonos los unos a los otros, ..."

D. Canto al Evangelio

1. Mt. 11, 25.

"Bendito seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has


revelado los a los pequeños los misterios del Reino de los cielos".

2. Lc. 11, 27-28.

"Felices los que acogen la semilla de la palabra: porque serán


portadores de la vida que no se marchita".

3. Lc. 11, 28.

"Felices los que escuchan la Palabra


146

de Dios y la guardan con amor".

4. Jn. 14, 23.

"Si uno me ama, observará mi Palabra, dice el


Señor, y mi Padre lo amará y vendremos a él."

5. Jn. 15, 5.

"Yo soy la vid, vosotros los sarmientos, dice el


Señor; el que permanece en mí lleva mucho fruto".

6. Jn. 15, 8.

"En esto es glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto y seáis


mis discípulos".

7. Gal. 2, 20.

He sido crucificado con Cristo y ya nos soy yo quien vive, es Cristo


quien vive en mí."

8. Gal. 6, 14.

"Sólo me glorío en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por la cual


el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo".

E. Evangelio

1. Mt. 5, 1-12. "En aquel tiempo, Jesús, viendo la multitud,. . ."

2. Mt. 5, 13-16. "Vosotros sois la sal de la tierra..."

3. Mt. 11, 25-30. "En aquel tiempo, dijo Jesús..."

4. Mt 18, 1-4. "En aquella ocasión, se acercaron los discípulos.."

5. Mc. 3, 31-35. "En aquel tiempo, se llegaron la madre de Jesús y sus


parientes..."
147

6. Lc. 9, 28b-36. "Unos ocho días después de estos discursos, tomó


consigo a Pedro, a Juan y a Santiago, y subió al monte a orar ..."

7. Lc 10, 38-42. “ En aquel tiempo Jesús entró en un aldea…”

8. Lc. 11, 27-28. "Estaba diciendo esto cuando una mujer, alzando la voz
entre la multitud..."

9. Jn. 4, 5-15. "Llegó entonces a una ciudad de Samaria, llamada


Sicar..."Jn. 7, 37-39. "E1 último día, el más solemne de la fiesta, Jesús se
puso en pie y exclamó..."

10. Jn 7, 37-39. “ El último día, el más solemne de la fiesta, Jesús se puso


en pie y exclamó…”

11. Jn. 12, 24-26. "En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: en verdad,
en verdad os digo..."

12. Jn. 14, 22-26. "Le dijo Judas, no el Iscariote..."

13. Jn. 15, 1-8. "En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 'Yo soy la vid
verdadera, y mi Padre el labrador'..."

14. Jn. 15, 9-17. "En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: 'como el
Padre me amó, así os amé yo; permaneced en mi amor' ..."

15. Jn. 17, 20-26. "En aquel tiempo, Jesús, elevando los ojos al cielo oraba
diciendo: 'Mas no ruego sólo por ellos'..."

16. Jn. 19, 25-27. "Junto a la cruz de Jesús estaban su Madre..."

C.
Modelo de oración de los fieles

1. Que puede servir para el Rito de admisión


148

El que preside empieza la oración con la siguiente invitación:

Dirijamos nuestra oración a


Dios nuestro Padre por
intercesión de la Virgen María.
Lector:

Escucha, Señor, nuestra oración.

Por la Iglesia,
para que crezca en el amor de Cristo y colabore en la
obra de redención de todos, roguemos al Señor. R/.

Por los bautizados,


para que den testimonio de Cristo y del Evangelio en su
vida cotidiana, familiar, profesional y social, roguemos al
Señor. R/.

Por todo el Carmelo Teresiano


para que en la variedad de vocaciones que lo integran
sea fiel a su ideal contemplativo, apostólico y mariano,
Roguemos al Señor. R/.

Por nuestros Hermanos y Hermanas


que hoy empiezan su período de formación
para que puedan realizar plenamente su vocación
bautismal, roguemos al Señor. R/.

Se puedan añadir algunas intenciones libres.

El que preside invita a todos a decir el Padre nuestro con estas o


semejantes palabras:

Pidamos ahora al Padre con las palabras que Cristo nos


enseñó:

Sigue la oración del Señor.


149

2. Que puede servir en el Rito de la promesa y de los votos.

El Celebrante:

Oremos a Dios nuestro Padre para que bendiga a estos


nuestros hermanos [que ha llamado a seguir a Cristo en
el mundo en unión con la Virgen María por el camino de
santidad] .

Еl Lector:

Oremos todos diciendo: Escucha, Padre Santo, nuestra


oración.

Por la Iglesia entera


para que, bajo el gobierno pastoral del Papa y los
obispos, todos los bautizados perseveren en oración y en
obras y glorifiquen a Cristo en su vida cotidiana,
roguemos al Señor. R/.

Por estos Hermanos y Hermanas nuestros (N . N . ) que


hoy se empeñan a perseverar (toda su vida) en el camino
del Carmelo Seglar,
roguemos al Señor. R/.

Por toda la familia del Carmelo para que unida en la


variedad y riqueza de sus diversas expresiones
vocacionales dé testimonio al amar que Dios nos tiene,
roguemos al Señor. R/.
Por los seglares para que la práctica de los consejos
evangélicos fortalezca sus vínculos familiares y haga de
cada hogar morada de la paz y de la caridad de Cristo,
roguemos al Señor. R/.
Por todos nosotros aquí reunidos en esta celebración
para que podamos servir al Señor con salud de alma y
150

cuerpo, roguemos al Señor. R/.

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

El celebrante concluye la oración de intercesión diciendo:

Escucha, Padre Santo, la oración de tu familia y mira con


bondad a estos hijos tuyos que has llamado al Carmelo
Seglar para que puedan alcanzar la perfección de la
caridad y lleguen así a la vida eterna. Por Jesucristo
nuestro Señor.

Todos responden: Amén .


151

D.
Bendición solemne
al final del Rito de la promesa y de los votos

Esta fórmula puede ser usada además de las formulas en el Misal


Romano.

V/. El Señor esté con vosotros. R!. Y con tu espíritu.

Dios, inspirador de santos propósitos os ilumine y fortifique


para que podáis vivir fielmente los compromisos de vuestra
vocación

R/. Amén.

El os conceda recorrer en la alegría de Cristo un camino de


perfección sirviendo con dedicación a los hermanos.

R/. Amén.

Él os haga brillar con la llama de amor viva en las noches de este


mundo.

R/. Amén.

Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y + Espíritu


Santo descienda sobre vosotros y os acompañe siempre.

R/. Amén.
152
153
154

DOCUMENTOS
DE LA ORDEN
SEGLAR
DE LOS CARMELITAS

DESCALZOS

Ordo Carmelitarum
Descalceatorum
Saecularis
155
156

LA PROMESA Y LOS VOTOS

EN LA ORDEN SEGLAR DE LOS CARMELITAS


DESCALZOS

Vivimos un tiempo en la Iglesia en el que muchos fieles laicos


congregados en torno a diversos movimientos y asociaciones laicales,
buscan vivir de manera más comprometida los consejos evangélicos a
través de alguna forma de consagración de vida, sea por medio de la
emisión de unas promesas, votos u otros vínculos.

De esta manera los fieles laicos, congregados en torno a las Órdenes


Terceras o seglares, viven el carisma de un Instituto religioso, y bajo su
autoridad, cultivan la perfección de la caridad y el apostolado en el
mundo.

Si bien es cierto que las Constituciones vigentes de la Orden Seglar del


Carmelo Descalzo contienen algunas reflexiones y orientaciones sobre
este tema de las promesas y los votos, nos ha parecido oportuno
profundizar en algunos aspectos a la luz de la vocación laical.

Pero, ¿cómo entender hoy las promesas y los votos que emiten los
miembros de la Orden seglar de los Carmelitas Descalzos? ¿Cuál es su
sentido?

Intento responder a estas cuestiones, tras efectuar un breve recorrido


157

histórico sobre el significado de los votos y que hoy llamamos promesa,


desde esa perspectiva teologal que busca ayudar a vivir el seguimiento
de Jesús ya iniciado con el Bautismo, seguidamente haremos una breve
reflexión en torno al tema de la promesa emitida en la Orden seglar, para
finalizar con una reflexión sobre el seguimiento de Jesús en el espíritu de
los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia y las
bienaventuranzas.

Con este recorrido, espero ayudar a situar y entender el significado del


compromiso que hacen los laicos en nuestra Orden, siendo su fin último
el testimonio del Evangelio en medio del mundo según el carisma
carmelitano-teresiano.

Agradezco por las sugerencias, correcciones y revisiones del texto a Fray


Luis David OCD, a Fr. Pedro Zubieta OCD, y a Fr. Aloysius Deeney OCD.
Gracias especialmente a Myrna Torbay OCDS por su paciente revisión del
texto.
158

1. De los votos a la promesa

Nos remontamos al año 1452 en el que el papa Nicolau V a través de la


bula Cum nulla fidelium del 7 octubre, autoriza canónicamente al General
de la Orden de los Carmelitas Juan Soreth, a erigir la Segunda Orden
(monjas) y de la Tercera Orden (laicos) del Carmen, con lo cual podría
recibir y dar el hábito a laicos llamados a vivir la espiritualidad de la
Orden, como ya existía en los Franciscanos, Dominicos, y Agustinos. Este
documento, conjuntamente con la Bulla Dum attenta de Sixto IV (28 Nov.
1476) tornó más explícita la estructura de tales grupos.

En esos tiempos, los laicos hacían sus compromisos en la Orden a través


de los votos, pues así consta en los antiguos misales de la Orden del
Carmen, tanto en el editado en Venecia en el año 1504, donde aparece un
rito para la emisión de los votos de pobreza, castidad y obediencia, como
en otro de 1587, en el que solo aparecen los votos de castidad y
obediencia, haciendo posible la admisión de personas casadas 117.

Más tarde, el Papa Clemente VIII con la bula Cum dudum del 23 de marzo
de 1594, extiende a la Orden de los Carmelitas Descalzos los privilegios
otorgados a la antigua Orden de los Carmelitas, de organizar grupos de
seglares junto a los conventos; sin embargo, y a pesar de que en las
Constituciones de Alcalá de 1581 se prohibía explícitamente la aceptación
de seglares, se tienen noticias anteriores al año 1600 que cuentan que el
P. Pedro de la Madre de Dios, superior del convento en Roma de Santa
Maria della Scala, admitía a personas seglares, y eran llamadas “tertiarii
ad instar”118; además, esto sucedía en diversos países de Europa.

117
. Cf. Carta del General OCD a la Congregación del culto divino pidiendo la
aprobación del Ritual de la Orden Seglar, Roma 26 de junio de 1990.
118
. Cf. Isidoro a Sancto Ioseph, Historia generalis fratrum discalceatorum Ordinis
B. Virginis Mariae de Monte Carmelo; congregationis S. Eliae. Tomo I. Romae, ex
typhographia Philippi Mariae Mancini. 1668.p. 198 y ss . Disponible en,
159

Es un hecho cierto y constante que siempre hubo laicos que,


comprometidos en el espíritu de los consejos evangélicos (a través de los
votos de castidad y de obediencia según su estado a los superiores de la
Orden119), vivieron la espiritualidad del Carmelo Teresiano imitando en el
mundo la vida de perfección de los religiosos, y lo hicieron en diversos
estilos de vida: sea en sus familias y trabajos, junto a los conventos,
agregados a los conventos cual religiosos, o asociados en fraternidades,
oratorios o cofradías; aunque recordemos que por muchos años, el
estado de perfección evangélica estaba reservada a los religiosos y
clérigos, pues así lo expresaban algunos grandes teólogos al igual que
ciertos documentos del magisterio de la Iglesia.

En los siglos XVII-XVIII se elaboraron varios escritos que buscaban


unificar y organizar la vida de estos laicos, siendo uno de los más
importantes el publicado en Marsella en el año de 1708: La Regla, el
ceremonial y el directorio de las Hermanas de la Tercera Orden de Nuestra
Señora del Monte Carmelo y de santa Teresa establecidas en varias
ciudades de Francia, Italia, España y Alemania. Este escrito fue en cierta
manera el precursor del Manual de 1921 que presentaremos a
continuación.

1.1. El Manual del 1921

Fue el primero documento oficial para la Orden Tercera de los Carmelitas


Descalzos aprobado por el papa Benedicto XV el día 6 de marzo de

http://books.googleusercontent.com/books/ Cf. V. Macca, Appunti per una storia,


en, Anastasio del SS. Rosario, Partecipi dello stesso carisma; L’Ordine Secolare dei
Carmelitani Scalzi. Firenze: Fiamma teresiana 1980. p. 71-83.
119
. Esto podemos presumir como una costumbre antigua en la Orden, presente
ya en el Misal de la Orden editado en Venecia en el año de 1504 en lo cual se
preveía un rito para recibir personas con votos simples de castidad, pobreza y
obediencia. Una otra referencia aparece en el Misal editado en Roma en el año de
1587, donde hay el rito para recibir miembros con los votos de castidad y
obediencia, haciendo posible la admisión de personas casadas en la Orden
Tercera. Ésta costumbre permanecerá en las ediciones posteriores y será la
norma y la costumbre hasta nuestros días para la emisión de los votos.
160

1921120, titulado Regla de la Orden Tercera seglar de la Beata Virgen María


del Monte Carmelo y de la Santa Madre Teresa de Jesús. Es estructurado en
2 partes (I- De la naturaleza de la Orden Tercera y de los deberes de los
Terciarios; II- Del régimen de la Orden Tercera), y con un total de 162
artículos.

Si bien es cierto que su contenido es muy valioso, nos detendremos solo


en lo que se refiere a los votos como expresión original de la actual
promesa. Tengamos en cuenta que en aquél tiempo y según el Código de
Derecho Canónico de 1917, las Ordenes Terceras eran “instituidas para
promover la perfección de la vida cristiana entre los miembros en medio
del mundo (cc. 685; 700; 712§1)”121.

La Regla habla de votos de obediencia (cap. VIII) y de castidad (cap. IX). El


voto de obediencia es a los Superiores de la Orden en aquello que viene
establecido en la Regla. El voto de castidad obliga a vivir castamente
conforme al estado en el cual se encuentra uno cuando hace la promesa,

120
. La Regla se encuentra en el Manuale del Terz’Ordine Secolare della Beata
Vergine Maria del Monte Carmelo e della Santa Madre Teresa di Gesù (=Manual)
Milano, Casa editrice S. Lega Eucaristica, 1921. Del manual hacen parte 1) La carta
del Prepósito general, Fr Luca de María Santísima (13 de abril de 1921); 2) Decreto
de aprobación definitiva y de confirmación de la Regla, del papa Bento XV (Prot.
N. 20581-19. C. 20) – con data de 6 marzo 1921; 3) La Regola del Terz’Ordine
Secolare della Beata Vergine Maria del Monte Carmelo e della Santa Madre
Teresa di Gesù; 4) Rituale o Cerimoniale del Terz’Ordine Secolare della Beata
Vergine Maria del Monte Carmelo e della Santa Madre Teresa di Gesù; 5) Appendice:
Sommario delle Indulgenze, dei Privilegi ed indulti del Terz’Ordine secolare della
Beata Vergine Maria del Monte Carmelo e della Santa Madre Teresa di Gesù; 6)
Formularios diversos: per registrazione, per la relazione dei Capitoli, per verbale
delle adunanze e Attestato di Vestizione e Professione. En otra edición del
Manual hecha en Roma en el año 1943, hay después de la Regla un Appendice per
gli Aspiranti al Terz’Ordine Carmelitano Teresiano : son algunas orientaciones para
la elección y educación de los Aspirantes a la Orden Tercera, basada en las
Instrucciones de los Frailes, nn 297-299; fue aprobado el año de 1927 por el
Definitorio General de la Orden.
121
. Cf.: Juan José Echeberria, Asunción de los Consejos evangélicos en las
Asociaciones de fieles y movimientos eclesiales; investigación teológico-canónica.
Gregorian University Press. Roma 1998, p. 29.
161

pero no impide cambiar el estado de vida. Estos votos son hechos para
siempre, después de un año de “noviciado” y son renovados
devocionalmente en la fiesta de la Santa Cruz (14 septiembre) y de la
Epifanía122.

Es interesante notar lo que dice el número 31 de la Regla respecto de los


votos, lo que denota su diferencia de los votos religiosos:

“Los votos de obediencia y de castidad, según la Regla de


nuestra Orden Tercera, no tienen el mismo alcance de los
votos religiosos y terminan con la salida de la Orden
Tercera; estos tienen por finalidad obligar más
estrechamente a la perfecta observancia de la Ley de Dios
y de la Santa Madre Iglesia, mientras elevan en grado más
alto la práctica de las virtudes cristianas y les acrecientan
el valor y el mérito, no hacen acrecentar una más sagrada
sanción al deber que tienen todo los fieles de depender
humildemente de los propios superiores y de conservar en
cada estado de vida la pureza de cuerpo y de espíritu.”

Además, en el Ritual o Ceremonial de la Orden Tercera publicado en el


Manual, no existe un rito para Votos y otro para la promesa como lo
tendremos en el Ritual del 1990123.

122
. Cf. Manuale del Terz’Ordine Secolare della Beata Vergine Maria del Monte
Carmelo e della Santa madre Teresa de Gesù. Roma, Tip. Bracony, 1943, n. 29-30.
En el numero 29, la formula de profesión dice: Io N. N. faccio la mia professione,
e prometto a Dio, alla Santissima Vergine del Monte Carmelo, alla nostra Santa
madre Teresa, ed ai Superiori dell’Ordine, obbedienza e castità, secondo la
Regola del Terz’Ordine, la quale voglio osservare con la maggiore perfezione che
mi sarà possibile, fino alla morte”.
123
. En otra edición del Manual en la edición italiana de 1963 y publicado por el
Secretariado General de la Orden Tercera de Roma, además de los documentos
de la edición anterior, hay también un Catecismo de la Orden Tercera, elaborado
con 158 preguntas y respuestas. Respecto a los votos, se refieren las preguntas
162

1.2. La Norma de vida (1979)

La Regla del 1921 estuvo en vigor hasta el año de 1970, cuándo fue
elaborada ad experimentum la Norma de Vida. Esta será aprobada
definitivamente por la Congregación de los religiosos el 10 de mayo de
1979 (Prot. N.C 20-/79). En ella se buscó actualizar la doctrina y
contenidos para la comprensión de la identidad y misión de los laicos en
la Iglesia, de acuerdo con la doctrina del Concilio Vaticano II. Al mismo
tiempo buscó adaptar el carisma del Carmelo Teresiano al estado de vida
laical, no más como imitación de la vida religiosa.

Un primero cambio fue en el nombre, de Orden Tercera pasa a ser Orden


Seglar de los Carmelitas Descalzos, más conforme a la antigua tradición y
como lo habían sugerido muchas fraternidades. Otro cambio importante
fue sobre el compromiso de los laicos en la Orden, pues en lugar de
votos se harían promesas124 (art. 11-14), con una nueva forma de
compromiso temporal por 3 años - y no para siempre como se decía en la
fórmula para los votos de la Regla anterior -, al final de los cuales el
seglar podrá emitirlas definitivamente.

Los votos aparecerán en los art.15-16 como una opción para los que
libremente soliciten emitirlos, tras haber transcurrido por lo menos 1 año
de las promesas definitivas. Poseen la misma materia e interpretación de
las promesas, con la explicitación de que “los votos acrecientan el mérito
de la virtud de la religión a la práctica de la castidad y de la obediencia y
representan una ofrenda más completa de sí mismo y conllevan una
mayor responsabilidad moral” (Art. 15).

1.3. Las Constituciones (2003)

57-69, las cuales buscan explicar la materia de los votos y dar orientaciones para
vivirlos, evitar los pecados contra de ellos, etc.
124
No tenemos noticias sobre el proceso recorrido para el cambio del nombre de
votos a promesas en la Norma de Vida del 1979. La LG 44 habla de votos u otros
vínculos sagrados, que pueden ser el juramento, la oblación, etc.
163

El paso siguiente en la legislación de la Orden Seglar fue la elaboración


de las Constituciones en los años 2000-2003, como consecuencia de los
avances en la reflexión y valorización de la vocación de los laicos en el
interior de la Orden, motivados por los hechos eclesiales de entonces.

En el mes de octubre de 1987 se celebró el Sínodo de los


Obispos sobre la vocación y misión de los fieles laicos en la
Iglesia. El año siguiente se publicó la exhortación apostólica
Christifideles laici (=ChL), que buscó resaltar y resumir las
enseñanzas del Concilio Vaticano II sobre los laicos a 20 años
de su celebración. Algunos años después, el sínodo de 1994
fue sobre la Vida consagrada. Uno de los temas que nos
interesa en él, fue porque trajo de nuevo a luz el tema de la
colaboración de los laicos en la misión de los religiosos. Con
la publicación de la exhortación apostólica Vita Consecrata
(=VC) se hace explícita mención de laicos que participan en
la espiritualidad de los Institutos religiosos. Recordando las
experiencias de las Ordenes Terceras, llama a los laicos a una
comunión y colaboración con la misión de los Institutos.
Afirma el documento:

“Debido a las nuevas situaciones, no pocos Institutos han


llegado a la convicción de que su carisma puede ser
compartido con los laicos. Estos son invitados por tanto a
participar de manera más intensa en la espiritualidad y en
la misión del Instituto mismo. En continuidad con las
experiencias históricas de las diversas Órdenes seculares o
Terceras Ordenes, se puede decir que se ha comenzado un
nuevo capítulo, rico de esperanzas, en la historia de las
relaciones entre las personas consagradas y el laicado.
164

Estos nuevos caminos de comunión y de colaboración


merecen ser alentados por diversos motivos. En efecto, de
ello se podrá derivar ante todo una irradiación activa de la
espiritualidad más allá de las fronteras del Instituto, que
contará con nuevas energías, asegurando así a la Iglesia la
continuidad de algunas de sus formas más típicas de
servicio. Otra consecuencia positiva podrá consistir
también en el aunar esfuerzos entre personas
consagradas y laicos en orden a la misión: movidos por el
ejemplo de santidad de las personas consagradas, los
laicos serán introducidos en la experiencia directa del
espíritu de los consejos evangélicos y animados a vivir y
testimoniar el espíritu de las Bienaventuranzas para
transformar el mundo según el corazón de Dios” (cf. VC
54-55; cf. 98).

Tales acontecimientos eclesiales estimulan en un primer tiempo la


realización de los Congresos internacionales de la Orden Seglar en 1996
en Roma y en 2000 en México. En consecuencia se vio la necesidad de
revisar y actualizar la Norma de Vida del 1979, teniendo en cuenta las
directivas del Magisterio eclesiástico. El trabajo de elaboración se
desarrolló desde el año 2000 hasta el año 2003, año en que fueron
aprobadas por la Congregación de los Institutos de Vida Consagrada y
Sociedades de Vida Apostólica de la Santa Sede (16 de junio; Prot. N C
228-1/2003).

En las actuales Constituciones de la OCDS, la promesa es tratada en el


capítulo 2, que trata del seguimiento de Jesús en el Carmelo laical y los
votos en el capítulo 7 en el n. 39 que trata de la “Organización y
gobierno” en el Carmelo Seglar. La promesa será un compromiso con la
Orden y la Comunidad para buscar la perfección de la caridad según el
espíritu de los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia y
165

de las bienaventuranzas. Ya los votos son de libre elección y el tiempo y


las circunstancias para emitirlos después de la promesa definitiva son
determinados por los Estatutos Provinciales (cf. Const OCDS 58 e); al
mismo tiempo requieren el consentimiento del Consejo de la Comunidad
y el permiso del Provincial. Hay aquí una clara distinción de la forma del
compromiso y se privilegia el seguimiento a Cristo empezado en el
Bautismo y ahora vivido según el carisma del Carmelo Teresiano.

Con esto breve recorrido a través de los documentos de la Orden hemos


visto la forma de compromiso de los laicos con la Orden, que pasa de los
votos a la promesa, y de ésta a los votos de castidad y obediencia a
quienes libremente los piden.

En adelante, profundizaremos la comprensión de la promesa a la luz de


los documentos del Magisterio y de las Constituciones de la OCDS. Es un
tema que necesita ser profundizado, y lo que aquí se presenta es una
pequeña contribución a la comprensión de este tema, ya que no se
encuentran muchas reflexiones acerca de él.
166

2. La promesa y los votos: vivir el espíritu de los consejos


evangélicos en la vida laical

En el centro de la doctrina del Concilio Vaticano II (1962-1965) sobre la


Iglesia está la comprensión de sí misma como misterio de comunión de
todo el Pueblo de Dios125 . Todos los miembros en los estados de vida de
la Iglesia – laicos, religiosos y clérigos – forman el Pueblo de Dios, poseen
igual dignidad fundada en el Bautismo y son complementarios 126 en el
ejercicio de la misión en la Iglesia127. Al mismo tiempo todos participan a
la común vocación a la santidad, la cual consiste en la perfección de la
caridad, según el propio estado de vida128.

Para todos los estados de vida es necesario vivir los consejos


evangélicos, según la afirmación de la VC:

“En realidad, todo renacido en Cristo está llamado a vivir,


con la fuerza proveniente del don del Espíritu, la castidad
correspondiente a su propio estado de vida, la obediencia
a Dios y a la Iglesia, y un desapego razonable de los bienes
materiales, porque todos son llamados a la santidad, que
consiste en la perfección de la caridad. Pero el Bautismo
no implica por sí mismo la llamada al celibato o a la
virginidad, la renuncia a la posesión de bienes y la
obediencia a un superior, en la forma propia de los
consejos evangélicos. Por tanto, su profesión supone un
don particular de Dios no concedido a todos, como Jesús

125
Cf. ChL 18-19.
126
Lumen Gentium = LG 17. 33; ChL 20; 55.
127
Cf. id. 23; VC 31.
128
LG cap. V, esp. 39.42
167

mismo señala en el caso del celibato voluntario (cf. Mt 19,


10-12)” (VC 30).

Lo específico de la misión de los laicos en la Iglesia, “en virtud del


carácter secular de su vocación”, es reflejar “el misterio del Verbo
encarnado en cuanto Alfa y Omega del mundo, fundamento y medida de
todas las cosas creadas” (VC 16); es

“… tratar de obtener el reino de Dios gestionando los


asuntos temporales y ordenándolos según Dios. Viven en
el siglo, es decir, en todos y cada uno de los deberes y
ocupaciones del mundo, y en las condiciones ordinarias de
la vida familiar y social, con las que su existencia está como
entretejida. Allí están llamados por Dios, para que,
desempeñando su propia profesión guiados por el espíritu
evangélico, contribuyan a la santificación del mundo desde
dentro, a modo de fermento. Y así hagan manifiesto a
Cristo ante los demás, primordialmente mediante el
testimonio de su vida, por la irradiación de la fe, la
esperanza y la caridad. Por tanto, de manera singular, a
ellos corresponde iluminar y ordenar las realidades
temporales a las que están estrechamente vinculados, de
tal modo que sin cesar se realicen y progresen conforme a
Cristo y sean para la gloria del Creador y del Redentor” (LG
31; Cf ChL 14-15).

Para el cumplimiento de esta misión, la Iglesia reconoce la libertad de los


bautizados de formar y de participar en las asociaciones de fieles, como
ayuda mutua en el desarrollo de un determinado apostolado en nombre
de la Iglesia. Es el caso de las Órdenes Terceras o Seglares, ellas
participan del carisma de un Instituto religioso, tienen como finalidad
dedicarse al apostolado y buscar la perfección cristiana bajo la dirección
168

del mismo Instituto, de acuerdo con los Estatutos propios 129.

En la Orden del Carmelo Descalzo Seglar (= OCDS) las Constituciones


determinan el compromiso con la Orden de los Carmelitas Descalzos en
el n. 11, el cual así se expresa:

“El seguimiento de Jesús como miembros de la Orden


Seglar se expresa a través de la promesa de tender a la
perfección evangélica en el espíritu de los consejos
evangélicos de castidad, pobreza y obediencia y de las
Bienaventuranzas. A través de esta promesa se refuerza
su compromiso bautismal en el mundo al servicio del
proyecto de Dios. Ella es una prenda de santidad personal,
que necesariamente lleva a un empeño de servicio a la
Iglesia en fidelidad al carisma carmelitano-teresiano. Se
asume ante los miembros de la comunidad como
representantes de toda la Iglesia y en presencia del
Delegado del Superior de la Orden” (Constituciones OCDS
11).

Pero, ¿Qué significa hacer una promesa? Es lo que buscaremos


profundizar en el prójimo apartado.

2.1. Las promesas en general

Para la comprensión del tema de la promesa que se hace en el Carmelo


Seglar, partimos de lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica (= CIC)
respecto a las promesas en general.

“En varias circunstancias, el cristiano es llamado a hacer


129
cf. CDC can. 303; ChL 29; VC 54-55.
169

promesas a Dios. El bautismo y la confirmación, el


matrimonio y la ordenación las exigen siempre. Por
devoción personal, el cristiano puede también prometer a
Dios un acto, una oración, una limosna, una peregrinación,
etc.” (CIC 2101).

Desde la Biblia es evidente que "Dios haya aprobado el pacto y la


promesa para que él mismo se ligue a ella de modo tal que sea fiel,
incluso sin esperar fidelidad de su aliado, y que cumpla sus promesas
aunque su aliado permanezca sin cumplirlas" (Scharbert). Dios mantiene
las promesas porque es fiel a sí mismo, y mira con ellas a crear el corazón
nuevo (Jer 31,33) con cuantos son destinatarios de su promesa, como en
el caso de Abrahán en el AT. Asimismo en la nueva alianza: lo que
garantiza la realización de la promesa es la acción del Espíritu, que hay
que acoger mediante la observancia de la nueva ley que es Jesucristo
(Gál 3,16.19); una observancia/adhesión que es espíritu que vivifica y hace
libres (cf Gál 4; 5,1). En este sentido la adhesión a Jesús en su Espíritu es
adhesión a la promesa de Dios, a la libertad plena, al amor. Así, desde
cualquier parte que se considere la promesa, ya sea de la parte de Dios
que promete, ya sea de la parte del hombre que se fía, la fidelidad del
uno y del otro son los dos polos de la justicia de Dios que busca la
salvación de los hombres130.

En el aspecto dinámico, la promesa constituye la profundización de la


propia libertad en la experiencia del amor en el camino de seguimiento
de Cristo. Como un camino dinámico se abre al futuro y se proyecta
adelante basado en la fe y la esperanza. Implica el desarrollar las
capacidades de amar, de disponer de si en libertad responsable con
decisión y realismo rumbo a los valores evangélicos.

Al mismo tiempo exige apertura de si a los demás, en disponibilidad a


aquello que puede ser útil o grato al destinatario de la promesa (la
130
Cf.: Rom 1,17; 3,5.21-25; 10,3.
170

Comunidad, la Iglesia, la Orden)."Prometer es uno de los términos claves


del lenguaje del amor. Prometer significa empeñar a la vez la propia
potencia y la propia fidelidad, proclamarse seguros del futuro y seguros
de sí, y significa al mismo tiempo suscitar en el compañero la adhesión
del corazón y la generosidad de la fe". Por eso la fidelidad es condición
de fiabilidad, condición clave para un relacionamiento social y también en
el relacionamiento entre Dios y el hombre. Promesa pide apertura y
también tiende a solicitar confianza, esperanza, y por tanto amor” 131.

En síntesis, el valor central de la promesa es la fidelidad de Dios a su


Alianza por una parte y por parte del ser humano, conciencia, libertad,
deliberación que a su vez son condiciones de validez de una promesa.
Eso lleva la persona a una apertura de amor a Dios y a los otros.

2.2. Sentido de la promesa en la Orden Seglar

Teniendo en cuenta la reflexión anterior, buscaremos ahora el sentido de


la promesa en la OCDS.

A semejanza, pero no en el mismo grado de las promesas hechas en los


Sacramentos, por las cuales el cristiano es consagrado, pertenece a Dios
definitivamente y recibe la gracia propia del Sacramento para vivir y
ejercer la misión conforme el Sacramento que recibe, la promesa que el
Carmelita Seglar hace al superior de la Orden y a la Comunidad y exige
veracidad132, fidelidad y determinación.

La promesa se hace en un contexto litúrgico (Eucaristía, Liturgia de las


Horas y Celebración de la Palabra). Esto significa tener presente los fines

131
Para lo que sigue, ver con más detalles: L. Padovese, Promesa y juramento, en:
http://www.mercaba.org/DicTM/TM_promesa_y_juramento.htm (acceso en 5
diciembre 2015).
132
La promesa, en cuanto expresión verbal de voluntad interior de la persona,
implica el vivir de acuerdo con la verdad, como lo pide el 8º mandamiento: “La
verdad o veracidad es la virtud que consiste en mostrarse verdadero en sus actos
y en sus palabras, evitando la duplicidad, la simulación y la hipocresía” (CIC 2505).
171

de la liturgia: culto a Dios y la santificación de la asamblea (Cf.


Sacrosanctum Concilium 10). En este contexto se da la manifestación de
la voluntad personal a la Comunidad/Autoridad de la Orden en “el
seguimiento de Jesús” y en “tender a la perfección evangélica en el
espíritu de los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia y
de la bienaventuranzas” (Const. OCDS 11). Aquí el momento se reviste de
un carácter semejante a aquél de las promesas en las celebraciones de
los Sacramentos, donde la persona llamada está respondiendo a la
llamada de Dios vivificada por la caridad.

La promesa es manifestación de la voluntad de crecimiento en la


perfección de amor a Cristo y a los hermanos que ya fuera asumida con
el Bautismo; y es también humilde reconocimiento de la necesidad de la
presencia y ayuda del Otro-otro, para vivir los consejos evangélicos, y
vivir con mayor fidelidad el seguimiento y progresiva configuración en
Cristo. La promesa nos confronta a nuestra debilidad y finitud para
luchar contra las grandes tentaciones que nos acechan: tener-pobreza,
poder-obediencia, placer-castidad. De allí que las promesas sean fuente
de liberación, liberarnos de aquello que nos impide caminar hacia la
plenitud del ser, la plenitud de su dignificación y la plenitud del Amor.
Solo así podemos entender que la promesa “es un refuerzo del
compromiso bautismal en el mundo al servicio del proyecto de Dios”,
una “prenda de santidad personal” que debe de llevar a un “empeño de
servicio a la Iglesia en fidelidad al carisma carmelitano-teresiano”.

Por eso, si “la fidelidad a las promesas hechas a Dios es una


manifestación de respeto a la Majestad divina y de amor hacia el Dios
fiel” (CIC 2101), igualmente podríamos decir que la fidelidad a la promesa
hecha en la Comunidad es manifestación de amor y de respecto a los
hermanos/as de la misma Comunidad y de toda la Orden.

Todo eso viene expresado a través de la fórmula de emisión de la


promesa:
172

“Yo N. movido por la gracia del Espíritu Santo y


respondiendo a la llamada de Dios, sinceramente prometo
a los Superiores de la Orden del Carmelo Teresiano, y a
vosotros, mis hermanos, tender a la perfección evangélica
en el espíritu de los consejo evangélicos de castidad,
pobreza y obediencia, y de las Bienaventuranzas, según las
Constituciones de la Orden Seglar de los Carmelitas
Descalzos, por tres años/toda la vida. Confío filialmente mi
Promesa a la Virgen María, Madre e Reina del Carmelo”133.

Así, lo esencial sobre el tema de la promesa en el Carmelo Seglar es el


seguimiento de Jesús y la participación en su misión como respuesta a su
amor primero, viviendo a causa de ello el espíritu de los consejos
evangélicos y de las Bienaventuranzas en la Comunidad. La Comunidad es
entonces el criterio, la ayuda y el lugar donde ellos serán traducidos en
un relacionamiento vivo y orante con Cristo y en acciones concretas para
con los hermanos/as, bien como en su vida de familia y de trabajo (cf.
ChL 30). Consecuentemente y de acuerdo con el estado de vida,
condiciones y posibilidades de cada uno, la promesa “realza el
compromiso bautismal” y en los casados favorece la “vida de esposos y
de padres” (Const. 12); exige constante renovación debido al dinamismo
proprio del seguimiento de Cristo.

Consecuentemente la promesa en la OCDS pide el compromiso y el


empeño personal para “adquirir la formación necesaria para conocer las
razones, el contenido y propósito del estilo de vida evangélica que
asume” (id.). La vida cristiana tiene como meta la vida eterna y es un
camino dinámico, llamado a crecer y madurar continuamente, a dar
siempre más fruto en cada fase de la vida de la persona. Para esto cada
uno debe de asumir su responsabilidad y producir frutos para no ser
cortado y echado fuera como el ramo estéril de la comparación de la vid

133
Ritual OCDS 1990, 42 A. En el original: “…según la Norma de Vida…”.
173

con los sarmientos en el Evangelio (cf. Jn 15,5-6; ChL 57).

2.3. Los votos

Los votos son un fenómeno presente en todas las religiones.


Según el Derecho Canónico, los votos públicos son
característicos de la Vida consagrada y de la vida eremítica134.
El voto incluye la promesa, tal como la define el Código de
Derecho Canónico, en el can. 1191 (= CDC), que viene citado en
el n. 2102 del CIC:

“El voto, es decir, la promesa deliberada y libre hecha a


Dios acerca de un bien posible y mejor, debe cumplirse por
la virtud de la religión’ (CDC can. 1191, 1). “El voto es un
acto de devoción en el que el cristiano se consagra a Dios o
le promete una obra buena. Por tanto, mediante el
cumplimiento de sus votos entrega a Dios lo que le ha
prometido y consagrado. Los Hechos de los Apóstoles nos
muestran a san Pablo cumpliendo los votos que había
hecho (cf Hch 18, 18; 21, 23-24)” (CIC 2102).

La promesa, ya la hemos visto anteriormente, “no se hace


directamente a Dios, sino a una persona o una institución
(Iglesia, Instituto). Esta no obliga por virtud de religión sino
por virtud de fidelidad y significa una donación de la
persona”135. Por otro lado, el voto es parte de la virtud de la
religión y trasforma la promesa en acto de culto o de religión

134
Los votos son públicos cuando los consejos evangélicos son aceptados por el
legítimo superior en nombre de la Iglesia (can. 1192,1). Cf. CDC can. 207,2; 573,2;
587,1; 603,2 607, 2; 654.
135
Juan José Echebarría, La asunción de los consejos…, id. p. 199.
174

y se entiende como una donación de si en el amor, según la


virtud teologal de la caridad136. Esta nos lleva a “amar a Dios
sobre todas las cosas, por Él mismo y a nuestro prójimo
como a nosotros mismos por amor de Dios” (CIC 1822).

Además, de la virtud de la religión hace parte la justicia para


con Dios. Esta consiste en tener la voluntad firme y
constante de dar a Dios lo que le es debido (CIC 1807), o sea,
la adoración (CIC 2096-97), la oración (CIC 2018), el sacrificio
(CIC 2099-2100), las promesas y los votos (CIC 2101-2103).

Por eso, el voto en cuanto acto de la virtud de la religión, es


respuesta a una llamada interior de la parte de Dios y es un
acto de latría, de culto a Dios que compromete toda la vida
de la persona que lo emite y supone la fidelidad a lo
prometido. Su no observancia tiene como consecuencia el
pecado. De aquí que la virtud de la humildad, junto con el
espíritu de oración confiada en la gracia de Dios, y la ayuda
fraterna de la Comunidad, son esenciales para una respuesta
fiel a esta misma llamada.

Para que el voto sea válido exige la deliberación. Ésta es uno


de los actos propios del ser humano por el cual el ejercicio
de la libertad es unido a la capacidad de conocer, de
reflexionar y de querer; de asumir las consecuencias de todo
lo que es implicado en el voto. Por eso el CDC dice que
“todos los que gozan del conveniente uso de razón son

136
Id. , p. 113.
175

capaces de emitir un voto” (CDC Can.1191§2). La deliberación


exige también la libertad, la ausencia de coerción interna o
externa, la imposición de otro, aunque sea aquella de un
miedo reverencial137.

Al mismo tiempo el voto se hace en la búsqueda de un bien


posible y mejor, esto es, que sea realizable y que él que
promete sea capaz de cumplirlo en futuro y mejor de aquello
que es vivido en el presente.

Las Constituciones de la OCDS hablan de los votos en el cap. 7, el cual


trata de la organización y gobierno en la Orden Seglar. Es una elección del
legislador para dar más énfasis al seguimiento de Cristo hecho por medio
de la promesa, ya que según el Concilio, los votos públicos son típicos de
la Vida Consagrada. El texto dice así:

“Todos los fieles de Cristo tienen el derecho de hacer


votos138. Con el consentimiento del Consejo de la
comunidad y el permiso del Provincial, un miembro de la
Orden Seglar, si lo desea, puede hacer votos de obediencia
y castidad en presencia de la comunidad. Los votos son
estrictamente personales y no crean una categoría
diferente de pertenencia. Suponen un compromiso mayor
de fidelidad a la vida evangélica pero no transforman a
quien los hacen en personas reconocidas jurídicamente
como consagradas en la misma línea de los Institutos de
vida consagrada. Quienes hacen los votos en el Orden

137
Como por ejemplo una promesa que se hace a una persona significativa en el
lecho de muerte, de hacer o asumir alguna carrera o que la persona misma non
siente como voluntad propia elegida libremente.
138
Ritual, Instrucción, 9; 30-49
176

Seglar continúan siendo laicos para todos los efectos


jurídicos” (Constituciones OCDS 39).

Así comenta este número Fr. Pedro Zubieta:

“Las Constituciones, recogiendo la tradición de la Orden


Seglar del Carmelo, prevé la posibilidad de que los
carmelitas seglares que lo deseen, puedan hacer votos de
obediencia y castidad. Se trata de votos privados, que el
texto califica como "estrictamente personales" y que no
crean, dentro de la comunidad, una categoría diferente de
pertenencia a la misma; si bien se hacen en presencia de la
comunidad y con el consentimiento previo del Consejo. Los
votos suponen en quienes los emiten "un compromiso
mayor de fidelidad a la vida evangélica", pero no
transforman a quienes los hacen en personas reconocidas
jurídicamente como consagradas en la misma línea de los
Institutos de Vida Consagrada. Quienes hacen los votos en
la Orden Seglar continúan siendo laicos para todos los
efectos jurídicos.

Por lo demás, el ámbito o materia de los votos de


obediencia y castidad es el mismo de la respectiva
promesa. La diferencia, como hemos explicado, está en la
calidad del vínculo.”139

La calidad del vínculo viene del hecho de que ahora el voto es hecho a
Dios. En el ámbito de la virtud de la religión, el voto compromete toda la
vida de la persona en un acto de culto o de religión, como un acto de
amor, según la virtud teologal de la caridad, fuente de la vivencia sea de

139
Pedro Zubieta, Orden seglar del Carmelo Teresiano, Regla Constituciones y
comentario. Roma 2003. pp 94-95.
177

la promesa, sea de los votos.

Así, la castidad en cuanto voto es una llamada a vivir la virtud de la


castidad según el estado de soltero, casado u viudo/a. Obediencia
significa poner su voluntad bajo la de los Superiores de la Orden y del
Consejo de la Comunidad en cuanto representan la voluntad de Dios y
según aquello que prescriben las Constituciones de la OCDS. Respecto a
la pobreza, si bien no sea materia de voto, debe estar bajo vigilancia y
llama a vivir en sobriedad y solidaridad respecto el uso de los bienes
materiales. Además es bueno tener constante recuerdo que todas las
dimensiones de la vida cristiana están unidas en la vivencia de los
consejos evangélicos en el seguimiento de Cristo.

De todo el dicho, los votos en la Orden seglar exigen de parte de la


persona que siente la llamada a emitirlos una decisión madurada, libre y
dialogada en el acompañamiento espiritual y con el Consejo de la
Comunidad. No debe ser por vanagloria, antes exige prudencia (cf Prov
20,25), discernimiento y una decisión firme de obligarse a vivir su
contenido en búsqueda continuada de un bien posible y mejor que su
contrario. De parte de la autoridad de la Comunidad exige respeto a la
persona que pide, discernimiento a la luz de la fe, junto con una seria
toma de conciencia sobre las capacidades de la persona para vivir y
testimoniar los votos, preguntándose si es para su crecimiento, si existe
base humana suficiente, si hay libertad en quienes los piden, etc.
178

3. Vivir el espíritu de los consejos evangélicos y de las


Bienaventuranzas

En el proceso de maduración y de crecimiento dinámico en la vida de la


gracia divina, es esencial la comprensión de los consejos evangélicos y de
las Bienaventuranzas. Ellos son el contenido evangélico de la promesa al
seguimiento de Jesús.

Antes de todo, la finalidad y significado de asumir los consejos


evangélicos140 con una promesa está en el hecho de ser una
respuesta libre a un llamado, a una “relación de intimidad
entre Cristo maestro y su discípulo”. “La vida cristiana se
convierte en respuesta de amor a las invitaciones hechas por
Cristo a la libertad humana, en actitud de discípulo abierto a

140
Cf.: S. de Fiores, Consejos evangélicos en,
http://www.mercaba.org/DicES/C/consejos_evangelicos.htm. Acceso en 7
diciembre 2015; cf.: Juan José Echeberria, Asunción de los Consejos evangélicos en
las Asociaciones de fieles y movimientos eclesiales; investigación teológico-
canónica. Gregorian University Press. Roma 1998, p. 74-75: ”Lo esencial de la
práctica de los consejos evangélicos es por lo tanto seguir a Cristo más de cerca,
ser partícipes del misterio pascual más cercano y más radical, en anticipación
respecto a los otros para los cuales esto tendrá lugar al menos en la hora de la
muerte”… “Para todos los bautizados, en conformidad con sus diversas
condiciones de vida, se da una exigencia real de pobreza, pero no hasta la
liberación de los bienes terrenos; de castidad no pero hasta la renuncia al
matrimonio; de obediencia, pero no hasta el despojo de la propia voluntad
respecto a aquellos que tienen el lugar de Dios… Por tanto los laicos están
invitados a vivir los consejos evangélicos de un modo concreto aunque diferente
de la vida consagrada, pero sin que esto signifique una vivencia irreal o accesoria
de su compromiso. La radicalidad evangélica, que exige un amor total al Señor y
la perfección de la caridad, se dirige a todos los cristianos y esta se lleva a cabo a
través de las diversas vocaciones cristianas que se integran recíprocamente y
juntas realizan la sequela Christi en la Iglesia universal”.
179

la sabiduría encarnada, en dimensión de confianza alegre y


entregada”. La vocación al seguimiento de Jesús es
personal. Es “invitación sin distinción a poner a Dios por
encima de todas las cosas y cumplir su voluntad se
concretiza en diversas opciones según la misión propia y la
situación concreta; se sigue a Jesús tanto con la fidelidad al
matrimonio indisoluble como con el celibato por el reino,
tanto dándolo todo a los pobres como ofreciendo sólo la
mitad de los bienes (Mc 10,21; Lc 19,8), tanto abandonándolo
todo para estar con él como permaneciendo en el propio
ambiente (Mt 19,27; Lc 8,38-39).

Los consejos no tienden a imponer ni a nivelar, sino a


persuadir, a convencer, a comprobar personalmente y a
comprometer con libre decisión; pues pretenden “hacer
triunfar en la vida mediante la entrada en el reino de Dios;
prometen alegría, bienaventuranza, vida eterna. Son una
llamada a ver que ellos no son una limitación de los derechos
individuales e sí que llevan a la libertad”141.

De aquí que en su profundo significado antropológico es


garantía de que “la elección de estos consejos lejos de ser un
empobrecimiento de los valores auténticamente humanos,
se presenta más bien como una transfiguración de los
mismos. Los consejos evangélicos no han de ser
considerados como una negación de los valores inherentes a
la sexualidad, al legítimo deseo de disponer de los bienes

141
. Juan J. Echebarría, Asunción… p. 75. Cf. Ghirlanda, Cit. en, Ib….p. 76-77.
180

materiales y de decidir autónomamente de sí mismo. Estas


inclinaciones, en cuanto fundadas en la naturaleza, son
buenas en sí mismas” (VC 87).

Cierto es que para llegar a la madurez en la vida cristiana según los


consejos, se hace necesaria una “asimilación de los consejos del Señor
mediante la escucha humilde, la reflexión, la decisión y la verificación de
la experiencia”; todo eso “transforma al cristiano en un hombre sabio y
espiritualmente maduro, capaz a su vez de ayudar a los otros con el
consejo”142. Por otro lado, el CIC nos recuerda que “los consejos
evangélicos son inseparables de los mandamientos” (CIC 2053).

Así buscaremos ver en primero lugar la doctrina del CIC sobre cada
consejo para luego mirar su contenido en las Constituciones.

3.1. El espíritu del consejo de castidad

En el ámbito del 6º Mandamiento (cf.: CIC 2331 y ss) el CIC dice a respecto
de la castidad cuanto sigue:

“La castidad significa la integración lograda de la


sexualidad en la persona, y por ello en la unidad interior
del hombre en su ser corporal y espiritual. La sexualidad,
en la que se expresa la pertenencia del hombre al mundo
corporal y biológico, se hace personal y verdaderamente
humana cuando está integrada en la relación de persona a
persona, en el don mutuo total y temporalmente ilimitado
del hombre y de la mujer. La virtud de la castidad, por
tanto, entraña la integridad de la persona (2338-2345) y la
totalidad del don” (2346-2347) (CIC 2337).

142
. S. de Fiores, art cit.
181

Toda persona bautizada está llamada a vivir la castidad (CIC


2348) según su estado de vida en cuanto virginidad o
celibato consagrado y a “otras, de la manera que determina
para ellas la ley moral, según sean casadas o célibes’ (Congr.
de la Doctrina. de la Fe, Decl. "Persona humana" 11). Las
personas casadas son llamadas a vivir la castidad conyugal;
las otras practican la castidad en la continencia” (CIC 2349).
Esta práctica de la castidad nos confronta ante el tema de
“la utilización del otro” en beneficio propio, es decir, ante la
necesaria reflexión de lo que la otra persona significa y
representa, del lugar que ocupa en la relación, del respeto
que supone, de la pureza de las intenciones por las que me
relaciono con el otro, y sobre todo de la “no cosificación” de
la persona, pues el otro no es un objeto disponible para el
consumo y la autosatisfacción de necesidades o carencias,
sino sujeto de amor, gratitud y gratuidad. Sólo desde esta
toma de conciencia podremos comprender las ofensas a la
castidad (lujuria, masturbación, fornicación, pornografía,
prostitución y la violación), así como el tema de la
homosexualidad, tratados en los nn. 2351-2359 del
Catecismo. La castidad conyugal aparece en los nn. 2360-
2391 del Catecismo a los cuales remitimos para un estudio.

Aquí recordamos que en el contexto matrimonial y “según la visión


cristiana, la castidad no significa absolutamente rechazo ni menosprecio
de la sexualidad humana: significa más bien energía espiritual que sabe
defender el amor de los peligros del egoísmo y de la agresividad, y sabe
promoverlo hacia su realización plena” 143. Es la castidad la virtud que

143
Juan Pablo II, Familiaris Consortio 33. Por su parte, el moralista B. Häring la
182

regula la correcta manera de vivir la sexualidad como hombre o como


mujer, según el amor cristiano.

Todos estos temas hacen parte de la doctrina moral en


general de la castidad y son presupuestos para vivir la
promesa que emite el Seglar, conforme a la situación en que
se encuentra: soltero, casado o viudo.

Viniendo ahora a las Constituciones de la OCDS, esta describe así el


contenido de la promesa de vivir el seguimiento de Cristo según el
espíritu del consejo evangélico de castidad:

“La promesa de la castidad refuerza el compromiso de


amar a Dios por encima de todas las cosas y amar a los
demás con el amor que Dios les tiene144. Con esta promesa
el Seglar busca la libertad para amar a Dios y al prójimo
desinteresadamente145, testimoniando la intimidad divina
prometida en la bienaventuranza “bienaventurados los
limpios de corazón porque verán a Dios” (Mt 5,8). La
promesa de la castidad es un compromiso con el amor
cristiano en su dimensión personal y social para crear
auténtica comunidad en el mundo. Por esta promesa el
Seglar expresa también el deseo consciente de respetar a
cada persona como lo pide la ley de Dios y según el propio

describe así: “castidad cristiana: es el dominio perfecto, ejercido por la divina


caridad sobre el sexo y el eros, o sea sobre la sexualidad y el erotismo
psicosomático, en virtud de un respeto santo ante la creación redimida y de una
voluntad resuelta a la lucha y al renunciamiento. La castidad cristiana se funda
sobre el amor más absoluto. Lo dice el Apóstol cuando afirma que es "fruto del
espíritu" (Gal 5, 22), del Espíritu del divino amor”. en,
http://www.mercaba.org/Haring/II/261-336_matrimonio.htm.
144
Cf. Subida III 23, 1.
145
Cautelas 1 y 6.
183

estado de vida, como solteros, casados o viudos. Esta


promesa no impide cambiar el estado de vida” (n.13).

Resaltamos ahora algunos elementos esenciales en la vivencia concreta


del consejo de la castidad.

- Amor a Dios y al prójimo según la bienaventuranza de los limpios


de corazón (Mt 5,8).

Según la Biblia146, la felicidad de los puros de corazón tiene que ver con
la sede de los pensamientos (cf Mt 9,4; 24,28), de la comprensión (cf Mt
13,15), del reconocimiento de los valores (cf Mt 6,21), de las aspiraciones
y actividades (cf Mt 15,19), del comportamiento respecto a los otros (cf
Mt 11,29; 18,35), y de la relación con Dios (cf Mt 15,8; 22,37). Esto quiere
decir que el centro de la vida intelectiva, volitiva y emocional de la
persona es el origen y el punto de referencia y de unidad de la relación
con Dios y con los demás. En Mt 5,8 se afirma que felices son aquellos
quienes mantienen el corazón conforme a Dios y a su Palabra, libre de
tendencias e impulsos contrarios a la voluntad de Dios (cf Es 20,13-16).
Según el Sal 24, se acerca a Dios "quien tiene manos inocentes y corazón
puro", el cual está unido al deseo de la presencia de Dios, un deseo que
será saciado en la visión escatológica (cf Mt 5,8). Por eso quien tiene un
"corazón puro" es capaz de amor fraterno (cf 1 Tm 1,5), pues es la fuente
de donde viene la caridad (cf 1 Pdr 1,22).

- Libertad y desinterese en el amor

En el NT147 la libertad es entendida en relación con “la libertad y la gloria


de los hijos de Dios” (Rom 8, 21); hay libertad “donde hay espíritu del

146
Cf. Beatitudini, en Dizionario di Mistica. http://www.clerus.org. acceso en
17.12.2015.
147
J. Blunk, Libertad, en, Diccionario teológico del Nuevo Testamento II
(Salamanca: Sígueme 1990) p. 434-435.
184

Señor” (2 Cor 3,17). El concepto se refiere a la “libertad que tenemos


gracias a Cristo Jesús” (Gal 2, 4; 5, 1). Cuando Santiago habla de la “ley de
la libertad” (1, 25 y 2,12), se refiere al orden vital en el cual el hombre vive
de acuerdo con la voluntad de Dios; es vivir según el Evangelio/la
persona de Jesús: “la verdad os hará libres” (Jn 8, 32), y esa “verdad”
lleva a la persona a vivir y servir por amor, siguiendo Su ejemplo,
movidos por Él y no por los intereses egoístas del pecado: “ahora en
cambio, sois libres (NB: emancipados) del pecado” (Rom 6, 18.22). En tal
sentido, el amor cristiano es gratuito por su esencia y es búsqueda del
bien del otro por ser un bien para él, sin segundas intenciones148.

La Gaudium et spes (=GS) habla de la grandeza de la libertad (Nº 17), y la


describe como “orientación del hombre hacia el bien”. Esta “es signo
eminente de la imagen divina en el hombre”, es parte de la dignidad
humana, la cual “requiere que el hombre actúe según su conciencia y
libre elección, es decir, movido e inducido por convicción interna
personal y no bajo la presión de un ciego impulso interior o de la mera
coacción externa”. Continúa diciendo que el hombre logrará esta
dignidad cuando, liberado totalmente de la cautividad de las
pasiones, y buscando su apoyo en la gracia de Dios, tienda a su
fin con la libre elección del bien y se procure medios adecuados
para ello con eficacia y esfuerzo crecientes149.

- Respeto de cada persona según su estado de vida

“La pureza de mente y de cuerpo ayuda a desarrollar el verdadero


respeto de sí y al mismo tiempo hace capaces de respetar a los otros,
porque ve en ellos personas, que se han de venerar en cuanto creadas a
imagen de Dios y, por la gracia, hijos de Dios, recreados en Cristo quien

148
Cf. Benedicto XVI, Deus caritas est; esp. nn. 1; 6; 16-18; 33; 39;
149
El Compendio de la doctrina social de la Iglesia trata de la libertad en los nn 199-
200.
185

«os ha llamado de las tinieblas a su admirable luz» (1 Pe 2, 9)”150. Se trata


de un sentimiento de consideración y reconocimiento del valor concreto
de cada persona, aceptándola y tratándola con amor y de acuerdo con su
capacidad de comprensión y dignidad intrínseca. La regla de oro de Mt
7,12 es la medida del respeto: tratar a los otros como querrías que ellos
te tratasen a ti (cf. CIC 1929-1933).

- Compromiso con el crear comunidad

El tema es desarrollado en el cap. 3 B de las Constituciones, sobre la


Comunión fraterna. Y esto exige un tener en cuenta la dimensión
relacional de la persona humana, social por naturaleza (cf.GS 4.25;
Apostolicam actuositatem (=AA, Nº18), creada a la imagen y semejanza
de Dios Trinidad. Por eso la salvación personal pasa por la solidaridad con
el otro, reconocido como otro yo151. En el contexto teresiano, la
comunidad es ayuda y soporte en la búsqueda de Dios, como viene
explicitado en el número 24 b de las Constituciones.

3.2. El compromiso de la promesa de vivir el espíritu del consejo


evangélico de pobreza

Tener un espíritu de pobre significa tener la humildad para seguir el


ejemplo de Jesús, que “que siendo rico se hizo pobre para
enriquecernos" (cf. 2 Cor 8,9), y que ha venido para servir y no para ser
servido. Pero también significa ser señal de esperanza para todos los que
viven en situaciones de opresión. El Verbo llama ‘pobreza en el Espíritu’ a
la humildad voluntaria de un espíritu humano y su renuncia; el apóstol

150
Pontificio Consejo para la familia, Sexualidad humana: verdad y significado;
orientaciones educativas en familia, 17.
151
Cf Compendio de la doctrina... nn 31-37; 149-151. La afirmación de la GS 4 es
clave: “El hombre es, en efecto, por su íntima naturaleza, un ser social, y no
puede vivir ni desplegar sus cualidades sin relacionarse con los demás”. Cf GS 25.
186

nos da como ejemplo la pobreza de Dios cuando dice: ‘Se hizo pobre por
nosotros’ (2 Co 8, 9) (S. Gregorio de Nisa, beat, 1).

El Catecismo trata de la pobreza de corazón en el contexto del décimo


Mandamiento, especialmente en los nn. 2544-2547. La motivación es el
ejemplo de Jesús, que “exhorta a sus discípulos a preferirle a Él respecto
a todo y a todos, y les propone ‘renunciar a todos sus bienes’ (Lc 14, 33)
por Él y por el Evangelio (cf Mc 8, 35). Poco antes de su pasión les
mostró como ejemplo la pobre viuda de Jerusalén que, desde su
indigencia, dio todo lo que tenía para vivir (cf Lc 21, 4). El precepto del
desprendimiento de las riquezas es obligatorio para entrar en el Reino de
los cielos”. Ya la Lumem Gentium (=LG) exhorta a todos los cristianos a
“intentar orientar rectamente sus deseos para que el uso de las cosas de
este mundo y el apego a las riquezas no les impidan, en contra del
espíritu de pobreza evangélica, buscar el amor perfecto’ (LG 42).El
abandono en la providencia del Padre del cielo libera de la inquietud del
mañana (cf Mt 6, 25-34), y la confianza en Dios dispone a la
bienaventuranza de los pobres: ellos verán a Dios (cf. CIC 2545-2546).

Las Constituciones de la OCDS resume el contenido de la promesa de


pobreza así:

“La promesa de la pobreza expresa el deseo de vivir según


los valores del evangelio. En la pobreza evangélica se
encuentra la riqueza de la generosidad, de la negación de
sí mismo, de la libertad interior y el depender de Aquel que
“aunque era rico, se hizo pobre, para enriquecernos con
su pobreza” (2 Cor 8,9) y que “se anonadó a sí mismo”
(Flp 2,7) para ponerse al servicio de sus hermanos y
hermanas. La promesa de la pobreza busca el uso
evangélico de los bienes de este mundo y de los talentos
personales y el ejercicio de las propias responsabilidades
en la sociedad, en la familia y en el trabajo colocándose
187

con confianza en las manos de Dios. Implica también un


compromiso en favor de la justicia en el mundo para que
éste responda al proyecto de Dios. La pobreza evangélica
es igualmente un ejercicio de esperanza que reconoce las
limitaciones personales y se abandona con confianza a la
bondad y fidelidad de Dios” (n. 14).

Resaltamos ahora algunos de los contenidos esenciales de la pobreza.

- En la pobreza evangélica se encuentra la riqueza de la


generosidad, de la negación de sí mismo

La pobreza y la generosidad siempre conllevan a la


disponibilidad (de sí, del tiempo, de las cosas…); basta mirar
el ejemplo y la invitación de Jesús: “El que quiera venirse
conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y
me siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá, pero el que
la pierda por mí la encontrará” (Mt 16,24-25) y “al que quiera
pleitear contigo para quitarte la túnica, dale también el
manto; y al que te obligue a andar una milla, vete con él dos”
(Mt 5,40-41), pues “hay más alegría en dar que en recibir”
(Hech 20,35). De aquí que la “abnegación” es el sacrificio
que uno hace de su voluntad, de sus afectos o de sus
intereses propios para disponer de sí en el servicio de Dios o
para bien del prójimo. Todo esto exige la ascesis, la lucha
contra el egoísmo, la indiferencia y el individualismo.

- ponerse al servicio de sus hermanos y hermanas


188

La dimensión cristiana de servicio152 (Diakonéo) adquiere su significado a


partir de la persona de Jesús y de su evangelio (Mc 10, 45). Se convierte
en un término característico con el que se designa la actividad del amor
al hermano y al prójimo (que procede del amor a Dios), la realización de
la comunión [koinónia], la solidaridad.

El servicio de Jesús a los hombres y a sus discípulos era una muestra del
amor de Dios y de la auténtica humanidad, de la humanidad querida por
Dios. “Yo estoy entre vosotros como quien sirve” (Lc 22, 27; cf. también
Jn 13, 1-15), y “este Hombre no ha venido a que le sirvan, sino a servir”
(Mt 20, 28). El ejemplo de Jesús (Jn 13, 15) lleva consigo una exhortación
a los discípulos: “el más grande entre vosotros iguálese al más joven, y el
que dirige al que sirve” (Lc 22, 26; cf. Mt 20, 26 par; 23, 11). El don que
cada uno haya recibido ha de ponerlo al servicio de los otros (1 Pe 4, 10).
El que da de comer al hambriento, alberga al que no tiene hospedaje,
viste al desnudo, visita al enfermo o al prisionero (Mt 25, 35 s), “sirve” (v.
44) con ello a Jesús mismo: “cada vez que lo hicisteis con un hermano
mío de esos más humildes, lo hicisteis conmigo” (v. 40). La exhortación a
servir es imperativa, pues se deriva del sacrificio de Jesús que vino “...a
servir y a dar su vida en rescate por todos” (Mt 20, 28). De acuerdo con
el sentido de ese texto, 1 Jn 3, 16 saca la consecuencia: “... también
nosotros debemos desprendernos de la vida por nuestros hermanos” (1
Jn 3, 16).

- busca el uso evangélico de los bienes de este mundo y de los


talentos personales

El principio es que “todos los bienes de la tierra deben ordenarse en


función del hombre, centro y cima de todos ellos” (GS 12), y en tal
sentido, el Seglar deberá tomar conciencia del destino universal de los
bienes creados, pues “el hombre, al usarlos, no debe tener las cosas
exteriores que legítimamente posee como exclusivamente suyas, sino

152
K. Hess, Servicio, en, Dic. Teológico del NT. Vol. IV, pag. 214.
189

también como comunes, en el sentido de que no le aprovechen a él


solamente, sino también a los demás. Por lo demás, el derecho a poseer
una parte de bienes suficiente para sí mismos y para sus familias es un
derecho que a todos corresponde” 153. Los talentos personales son para
el bien de la Comunidad (Cf. 1 Cor 12).

- el ejercicio de las propias responsabilidades en la sociedad, en la


familia y en el trabajo

“El matrimonio y la familia constituyen el primer campo para


el compromiso social de los fieles laicos” (ChL 40), sin olvidar
la participación consciente en la política, para animarla con
los valores humanos y del evangelio (cf. ChL 42; Cf. CDSI 83-
84). “En el contexto de las perturbadoras transformaciones
que hoy se dan en el mundo de la economía y del trabajo, los
fieles laicos han de comprometerse, en primera fila, a
resolver los gravísimos problemas de la creciente
desocupación, a pelear por la más tempestiva superación de
numerosas injusticias provenientes de deformadas
organizaciones del trabajo, a convertir el lugar de trabajo en
una comunidad de personas respetadas en su subjetividad y
en su derecho a la participación, a desarrollar nuevas formas
de solidaridad entre quienes participan en el trabajo común,
a suscitar nuevas formas de iniciativa empresarial y a revisar
los sistemas de comercio, de financiación y de intercambios
tecnológicos”. Con ese fin, los fieles laicos han de cumplir su
trabajo con competencia profesional, con honestidad

153
GS 69; cf. Compendio Doct. Social de la Iglesia = CDSI 171-196; cf.: Caritas in
veritatem 9, 27. 35.
190

humana, con espíritu cristiano, como camino de la propia


santificación, según la explícita invitación del Concilio: “Con
el trabajo, el hombre provee ordinariamente a la propia vida
y a la de sus familiares; se une a sus hermanos los hombres y
les hace un servicio; puede practicar la verdadera caridad y
cooperar con la propia actividad al perfeccionamiento de la
creación divina. No sólo esto. Sabemos que, con la oblación
de su trabajo a Dios, los hombres se asocian a la propia obra
redentora de Jesucristo, quien dio al trabajo una dignidad
sobre eminente, laborando con sus propias manos en
Nazaret”(GS 67)” (ChL 43).

- colocándose con confianza en las manos de Dios

Jesús enseña a fundamentar la propia existencia en Dios y en la


búsqueda de su Reino (Mt 6,33), a no temer las persecuciones (Mt 10,28-
31), a no buscar la seguridad en los bienes que perecen, ya que Dios se
preocupa de sus criaturas (Lc 12,22-34). El vértice de esta confianza en la
providencia se nos enseña en el Padre nuestro. Toda la enseñanza de
Jesús va orientada a revelar que el hombre vive bajo la mirada
providencial y amorosa del Padre, que está cerca de él. Ni siquiera el mal
se escapa de la providencia divina, sino que está al servicio del plan de
salvación. La certeza que guía la existencia del cristiano es que todo
concurre al bien de los que aman a Dios (Rom 8,28).

- compromiso en favor de la justicia en el mundo

La justicia, en su definición clásica “consiste en la constante y firme


voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que le es debido” (CIC 1807) 154. A su
vez, el papa Francisco advierte y recuerda que “la conversión espiritual,

154
Sobre el tema, cf. CDSI 82; 167; 201-203; 292; 303; 306; 340; 366, etc.
191

la intensidad del amor a Dios y al prójimo, el celo por la justicia y la paz, el


sentido evangélico de los pobres y de la pobreza, son requeridos a
todos” (Cf. Francisco, EG 201). Por lo tanto, la justicia es parte
importante en el crecimiento en los valores humanos fundamentales
para la misión de testimoniar el Evangelio a través de ellos, como ya lo
decía el Concilio: “[los laicos] tengan también muy en cuenta la
competencia profesional, el sentido de la familia y el sentido cívico, y
aquellas virtudes relativas a las relaciones sociales, es decir, la probidad,
el espíritu de justicia, la sinceridad, la cortesía, la fortaleza de ánimo, sin
las cuales ni siquiera puede haber verdadera vida cristiana” (AA 4).

- ejercicio de esperanza que reconoce las limitaciones personales y


se abandona con confianza a la bondad y fidelidad de Dios

La esperanza tiene sus raíces en el ser mismo del hombre, pues es un ser
abierto al futuro, a la infinitud, a la eternidad. En el ámbito religioso
cristiano, la virtud teologal de la esperanza tiene su fundamento en la
promesa de Dios, cuyo señorío se va revelando poco a poco hasta la
definitiva consumación en Cristo muerto y resucitado (Cf. Hech 13,32-33).

En este sentido la fe-esperanza están unidas, pues la fe muestra el


camino de la vida autentica y la esperanza hace que se camine en él
hasta llegar a “la medida y estatura de Cristo” (Ef 4,13). Aquí hace falta
hacer de la vida un acto de confianza absoluta en Dios que salva por la
muerte y resurrección de Cristo. Confiar significa amar a aquél en quien
confiamos; pero el amor auténtico se traduce en obras concretas. Así, fe-
esperanza y caridad están unidas y llevan a trasformar el mundo al
servicio del hombre, pues la esperanza autentica siempre genera vida y
transformación donde ella existe.

Escribió Benedicto XVI una página hermosa sobre esto: “Fe, esperanza y
caridad están unidas. La esperanza se relaciona prácticamente con la
virtud de la paciencia, que no desfallece ni siquiera ante el fracaso
aparente, y con la humildad, que reconoce el misterio de Dios y se fía de
192

Él incluso en la oscuridad. La fe nos muestra a Dios que nos ha dado a su


Hijo y así suscita en nosotros la firme certeza de que realmente es verdad
que Dios es amor. De este modo transforma nuestra impaciencia y
nuestras dudas en la esperanza segura de que el mundo está en manos
de Dios y que, no obstante las oscuridades, al final vencerá Él, como
luminosamente muestra el Apocalipsis mediante sus imágenes
sobrecogedoras. La fe, que hace tomar conciencia del amor de Dios
revelado en el corazón traspasado de Jesús en la cruz, suscita a su vez el
amor. El amor es una luz —en el fondo la única— que ilumina
constantemente a un mundo oscuro y nos da la fuerza para vivir y actuar.
El amor es posible, y nosotros podemos ponerlo en práctica porque
hemos sido creados a imagen de Dios. Vivir el amor y, así, llevar la luz de
Dios al mundo: a esto quisiera invitar con esta Encíclica” (Deus caritas est
39).

3.3. El compromiso de la promesa de vivir el espíritu del consejo


evangélico de la obediencia

La carta a los Hebreos nos dice que Cristo “aprendió la obediencia” (Heb
5,8). Por eso el modelo por excelencia para toda obediencia cristiana es
la obediencia de Jesús a la voluntad del Padre, en cada una de las
situaciones de su vida, desde la tentación hasta la cruz, así también
realiza la obediencia con que Él — hombre entre los hombres —
permanece fiel a la propia existencia terrena y, por ello, a sí mismo,
dando, precisamente de ese modo, prueba de su obediencia al Padre. “Y
llegado a la perfección, se convirtió en causa de salvación eterna para
todos los que le obedecen" (Heb 5, 7-9).

El mismo Jesús invita a hacer “la voluntad de mi Padre que está en los
cielos” (Mt 7, 21). De la voluntad del Padre hablan el “Padre
nuestro” (Mt 6, 10) y la oración de Jesús en Getsemaní (26, 42). Al final
193

del sermón del monte leemos: “No todo el que me diga: ¡Señor, Señor!
entrará en el Reino de los cielos, sino el que haga la voluntad de mi
Padre celestial” (7, 21). La condición para la admisión queda formulada
con claridad: obediencia a la voluntad del Padre. ¿Qué significa esto?

No basta invocar el nombre del Señor. «Cristo» quiere ser traducido en la


vida y, a este fin, las palabras por sí solas son insuficientes. El criterio
decisivo en esa traducción es la obediencia a la voluntad del Padre,
manifestada en el sermón del monte. Esto nos indica la alternativa de la
voluntad de Dios a la praxis corriente; nos introduce en un camino nuevo
y liberador: no hay que devolver mal por mal, es posible poner la otra
mejilla, posible vencer el mal con el bien (5, 38-42); el enemigo no sigue
siendo necesariamente enemigo, es posible descubrir en él al hombre
sobre el que Dios hace salir su sol (5, 43-48).

La voluntad de Dios se sintetiza en el mandamiento del amor, ese es el


punto focal. El amor es el criterio de la interpretación de la ley. De él
dependen toda la ley y los profetas. Por eso son importantes los
ejemplos de obediencia de la fe de Abraham (CIC 2570) y de la Virgen
María (CIC 148-149).

En cuanto a la obediencia en el ámbito de la Iglesia, el fiel “se muestra


estabilizado en adhesión respetuosa al superior, pero al mismo tiempo
intenta trascenderlo para vincularse inmediatamente al Padre en el
Espíritu de Cristo; reconoce a la autoridad como gracia para remontarse
al plan de Dios y llevarlo a cabo y, al mismo tiempo, se compromete a
promoverla para hacerla menos alienada de los deseos de Dios; tiene fe
en que en la jerarquía está presente el Señor, pero sabe también que el
rostro de Dios en Cristo es inefable; se abandona a la obediencia como
camino para adquirir la libertad cristiana, pero al mismo tiempo ha de
comprometerse a ir más allá de la persona del superior para no caer en el
servilismo”155. “Al Señor tu Dios adorarás (Mt 4, 10). Adorar a Dios, orar a

155
T. Goffi, Obediencia, en, http://www.mercaba.org/DicES/O/obediencia.htm.
194

Él, ofrecerle el culto que le corresponde, cumplir las promesas y los votos
que se le han hecho, son todos ellos actos de la virtud de la religión que
constituyen la obediencia al primer mandamiento” (CIC 2135).

Veamos el texto de las Constituciones que se refieren a la obediencia.

“La promesa de obediencia empeña a vivir abiertos a la


voluntad de Dios, “en quien vivimos, nos movemos y
existimos” (Hch 17,28) imitando a Cristo que aceptó la
voluntad del Padre y se hizo obediente hasta la muerte de
cruz (Flp 2,8). La promesa de obediencia es un ejercicio de
fe que lleva a buscar la voluntad de Dios en los
acontecimientos y desafíos de la vida personal y social. Por
ella el Seglar coopera libremente con aquellos que tienen
la responsabilidad de guiar la comunidad y la Orden en el
discernimiento y en la aceptación de los caminos de Dios:
el Consejo de la comunidad, el Provincial y el General” (Nº
15).

Destacando sus elementos esenciales tenemos:

- vivir abiertos a la voluntad de Dios

“Buscar la voluntad de Dios significa buscar una voluntad amiga,


benévola, que quiere nuestra realización, que desea sobre todo la libre
respuesta de amor al amor suyo, para convertirnos en instrumentos del
amor divino. En esta via amoris es donde se abre la flor de la escucha y la
obediencia” (CIVCSVA, El servicio de la autoridad y obediencia, 4). La
escucha de Dios en su Palabra y el seguimiento de Jesús, dan sentido a
las mediaciones humanas de la obediencia, y a las leyes que representan
(Magisterio de la Iglesia). Por eso es importante la actitud de fe en estas

Acceso en 18.12.2015.
195

mediaciones y en el mismo tiempo la vigilancia para no seguir solo lo que


uno siente en su interior, pero confrontar con la autoridad; la obediencia
a la voluntad de Dios exige una constante vigilancia para no dejarse
llevar sólo por una obediencia pasiva o conveniente, exterior, y a no
seguir el impulso interior a no obedecer cuando no me agrada una orden
o decisión de la Comunidad.

Sólo la experiencia del amor del Dios viviente hace que uno esté abierto
constantemente a su voluntad y busque conocerla y comprender lo que
es de su mayor agrado para ponerlo en obra. “La historia de amor entre
Dios y el hombre consiste precisamente en que esta comunión de
voluntad crece en la comunión del pensamiento y del sentimiento, de
modo que nuestro querer y la voluntad de Dios coinciden cada vez más:
la voluntad de Dios ya no es para mí algo extraño que los mandamientos
me imponen desde fuera, sino que es mi propia voluntad, habiendo
experimentado que Dios está más dentro de mí que lo más íntimo mío”
(Deus caritas est 17).

- ejercicio de fe que lleva a buscar la voluntad de Dios en los hechos


de la vida personal y social

Como ejercicio de fe, a la luz de la índole secular, las situaciones de la vida


cotidiana son ocasiones para hacer la voluntad de Dios “en todos los
acontecimientos”, y “contemplar a Cristo en todos los hombres, sean
deudos o extraños, y juzgar rectamente sobre el sentido y el valor de las
cosas materiales en sí mismas y en consideración al fin del hombre” (AA
4). En éste sentido éstas mismas ocasiones son oportunidades para la
formación permanente. Esto quiere decir tener “la libertad de aprender
durante toda la vida, en toda edad y en todo momento, en todo
ambiente y contexto humano, de toda persona y de toda cultura, para
dejarse instruir por cualquier parte de verdad y belleza que encuentra
196

junto a sí”156.

Para Santa Teresa, particularmente devota de la obediencia (cf. F 18,13),


ella la describe trayendo a la memoria el ejemplo de Jesús: “Y en lo que
toca a la obediencia, no querrá que vaya por otro camino que Él, quien
bien le quisiere: obediens usque ad mortem” - obediente hasta la muerte
– (F 5,3). “Es menester andar con aviso de no descuidarse de manera en
las obras, aunque sean de obediencia y caridad, que muchas veces no
acudan a lo interior a su Dios (F 5,17), ya que “la obediencia da fuerzas”
(F pról. 2).

- cooperación libre en discernimiento y aceptación de los caminos


de Dios con la autoridad de la Orden: el Consejo local, el Provincial
y el P. General

La cooperación libre en discernimiento 157 exige que la persona tome


parte de manera activa - nunca pasiva o sumisa - en el proceso de
decisión y aceptación de la obediencia. Esta siempre exige ser hecha a la
luz del Espíritu, con espíritu de fe, de oración y de escucha de la voluntad
de Dios. Todo tiene el fin de una mayor donación de sí en el amor, a
seguir más de cerca a Cristo, aun cuando cueste sufrimiento, pero sin
atentar jamás contra la dignidad de la persona. Es importante que la
obediencia sea el fruto del diálogo, de la iluminación de la conciencia, de
la caridad, y que a su vez sea asumida como manifestación de la libertad
interior, pues a pesar de disentir ante una situación determinada, ser
capaces de acoger con humildad aquello que se propone, conscientes
que siempre será por un bien mayor.

Los criterios de comunión fraterna en la Iglesia y la Comunidad, de paz y


de luz, junto con los frutos del mismo Espíritu158 en la vida del creyente

156
Caminar desde Cristo, 15.
157
Cf. A. Barruffo, Discernimiento, en
http://www.mercaba.org/DicES/D/discernimiento.htm
158
Cf Gal 5,14-22; Ef 5,8-10; Rm 7,4-5.19-20.
197

son criterios a ser llevados en cuenta. En nuestros días adquiere


particular importancia el discernimiento comunitario.

3.4. El compromiso de la promesa de vivir el espíritu de las


Bienaventuranzas

Las Bienaventuranzas son centrales en el Nuevo Testamento 159. Son


actitudes de vida más que virtudes y que ponen de relieve la caducidad
del mundo y el Reino de Dios presente en la persona de Jesús, en su
predicación y obras; ellas recogen las promesas hechas por Dios al
pueblo elegido desde Abraham, pero que Jesús las perfecciona y las
ordena no solo a la posesión de la tierra, sino del Reino de los cielos; son
un dibujo del “rostro de Jesucristo y describen su caridad”. Al mismo
tiempo “expresan la vocación de los fieles asociados a la gloria de su
Pasión y de su Resurrección; iluminan las acciones y las actitudes
características de la vida cristiana; son promesas paradójicas que
sostienen la esperanza en las tribulaciones; anuncian a los discípulos las
bendiciones y las recompensas ya incoadas; quedan inauguradas en la
vida de la Virgen María y de todos los santos” (cf. CIC 1716-1717).

Son propuestas de una felicidad (cf. CIC 1718) que empieza en el “ya” de
este mundo, pero que lleva a un fin que lo trasciende. Así los "pobres de
espíritu", "los que sufren", "los no violentos", "los que tienen hambre y
sed de justicia" representan solamente diversos aspectos de una misma
actitud frente al mundo que está llegando a su fin, o sea, la actitud del
que soporta y espera con constancia. No se pone de relieve una suma de
virtudes, sino más bien la proclamación de la dicha, que suena de la
misma manera en el "dichoso" de la primera mitad de cada una de las
bienaventuranzas y que refleja la motivación expresada en la segunda

159
Cf. para lo que sigue: U Becker, Bienaventurado, en Diccionario teológico del
Nuevo testamento, Vol. I (Sígueme Salamanca, 1990) 183-184.
198

mitad”. Ponen en acto lo que han oído y experimentado (Lc 14, 14; Jn 13,
17) y que aguardan en actitud vigilante y confiada (Lc 12, 37 s; Mt 24, 24;
Sant 1, 12; Ap 16, 15 y passim). Por distintas que sean cada una de las
bienaventuranzas, hay que sostener que su perspectiva de futuro no
debe entenderse en el sentido de un consuelo o de una retribución
posterior. Siempre se trata en ellos de la afirmación de un futuro, que
lleva consigo la transformación radical del presente. Las
Bienaventuranzas, son el “único camino hacia la dicha eterna a la que
aspira el corazón del hombre” (CIC 1697).

Todo esto se queda expresado en el artículo 16 de las Constituciones,


donde al mismo tiempo, la vivencia en el cotidiano de las
bienaventuranzas llama el Seglar a un testimonio de Cristo.

“En las Bienaventuranzas se encuentra un plan de vida y


un modo de entrar en relación con el mundo, con los
vecinos y compañeros de trabajo, con familiares y amigos.
Al prometer vivir las Bienaventuranzas en la vida cotidiana,
tratan de dar testimonio de vida evangélica como
miembros de la Iglesia y de la Orden y, por este
testimonio, invitan al mundo a seguir a Cristo: “Camino,
Verdad y Vida” (Jn 14,6)” (Const. OCDS 16).

En la búsqueda de vivir en lo cotidiano el espíritu de las


bienaventuranzas, es clave para la unión con Cristo el aspecto teologal
del fiel, que es vivido en las acciones cotidianas, en un ejercicio continuo
de fe, esperanza y caridad. Es lo que promueve la AA en el n. 4, intitulado
la espiritualidad seglar en orden al apostolado. El ejemplo acabado de esto
lo tenemos en la Virgen María, “la cual, mientras llevaba en este mundo
una vida igual que la de los demás, llena de preocupaciones familiares y
de trabajos, estaba constantemente unida con su Hijo, cooperó de un
modo singularísimo a la obra del Salvador”.
199

“Juntos andemos, Señor...”

El bautismo y la confirmación en todo cristiano, significan la


consagración de la persona a Dios por medio de Jesucristo en el Espíritu
Santo. Es el compromiso de configurarse en Cristo a lo largo de toda la
vida y de trabajar como Él en la construcción del Reino, en uno de los
estados de vida de la Iglesia: sea como laico, sacerdote o en la vida
consagrada.

La evolución de la comprensión de la vocación del laico en la Orden


seglar ha sido consecuencia de la doctrina del Concilio Vaticano II y de los
sínodos de los Obispos de 1987 y 1995. Esto ha supuesto para el Carmelo
teresiano un discernimiento permanente sobre la misión del laico en la
Orden, y su llamado a vivir el compromiso bautismal según el propio
carisma.

Poniendo el acento en el seguimiento de Cristo, la promesa y los votos


son posibles gracias a la fidelidad de Dios en primer lugar, pues Él es fiel a
sus promesas y en consecuencia, el seglar actúa en reciprocidad a esa
fidelidad. De aquí que las promesas en la Orden seglar sean también un
compromiso de fidelidad con la Orden y con la Comunidad, pues la
promesa es hecha delante de los miembros de la Comunidad como
representantes de la Iglesia; y estas, de su parte, ayudan el miembro a
vivir en fidelidad el compromiso asumido por la promesa y los votos a
través de la espiritualidad, del compartir la formación y de ofrecer la vida
fraterna como apoyo en su camino personal en el seguimiento de Jesús y
ejercicio de la misión propia, según el espíritu de los consejos
evangélicos de castidad, pobreza y de obediencia y de las
bienaventuranzas. Para esto se necesita ser un miembro actuante en la
vida de la Comunidad.
200

Si un miembro siente el llamado a emitir los votos en el Carmelo seglar,


esto supone una donación más profunda de sí mismo, no aislándose de
los demás, a aquello que ya prometió con las promesas: seguir a Jesús
según su estado de vida. Los votos conllevan a una mayor
responsabilidad moral, y la consciencia de llevar la propia vida como
culto espiritual que sea agradable a Dios, “sin acomodarse a este
mundo” (Cf. Rm 12,1-2). Conlleva también la humildad delante del don
recibido, en espíritu de servicio y de vigilancia más intensa en la
respuesta a lo que Dios le pide: ser un siervo en la construcción del Reino
ya empezado por Jesús, en la Iglesia y en comunión con la Orden,
viviendo en obsequio de Jesucristo (Regla de san Alberto, 2), que es
“Camino, Verdad y Vida” (Jn 14,6).

Fr. Alzinir Francisco Debastiani OCD

Roma, 6 enero 2016

Fiesta de la Epifanía del Señor


201

Apéndice

EL RITO DE LA PROMESA – una reflexión

Presentamos aquí unas reflexiones acerca del Rito de la Promesa en la


OCDS con el objetivo de ayudar a vivir la celebración de la misma. El
concilio Vaticano II pidió que “se lleve a todos los fieles a aquella
participación plena, consciente y activa en las celebraciones litúrgicas”.

Tal ayuda llevará a vivir el sentido del misterio de la fe en la propia vida,


con “una renovada valoración de los signos litúrgicos” (EG 166) a fin de
que los fieles “aprendan a ofrecerse a sí mismos al ofrecer la hostia
inmaculada no sólo por manos del sacerdote, sino juntamente con él, se
perfeccionen día a día por Cristo mediador en la unión con Dios y entre
sí, para que, finalmente, Dios sea todo en todos” (SC 14. Cf.: 41.48)
alcanzando aquella plenitud “que ya ha sido alcanzada por Cristo
resucitado, eje de la maduración universal” (Laudato Si’ 83).

Y eso se manifiesta sobretodo en la asamblea litúrgica, donde cada cual


en la unidad del Espíritu Santo que actúa en todos, concurre para
manifestar la armonía y la unidad según las diferentes funciones
litúrgicas. Por otra parte la participación plena en la liturgia pide que ésta
nunca sea propiedad privada de alguien (cf Juan Pablo II, Ecclesia de
eucharistia 52). De aquí que la “santa madre Iglesia desea ardientemente
que se lleve a todos los fieles a aquella participación plena, consciente y
activa en las celebraciones litúrgicas que exige la naturaleza de la Liturgia
misma y a la cual tiene derecho y obligación, en virtud del bautismo, el
pueblo cristiano, "linaje escogido sacerdocio real, nación santa, pueblo
adquirido" (1 Pe., 2,9; cf. 2,4-5)” (SC 14).

El Concilio, pide también la participación activa y consciente de los fieles


202

en las celebraciones litúrgicas. Esta quiere evitar un comportamiento


superficial en las celebraciones y promover una actitud de atención
interior en las oraciones, en los gestos y posiciones del cuerpo, y en las
demás funciones que se llevan en la misma celebración 160. Esta actitud de
atención interior en las oraciones vocales ya la pedía la santa Madre
Teresa: “si hablando estoy enteramente entendiendo y viendo que hablo
con Dios con más advertencia en esto que en las palabras que digo…”
(Camino 22,1; cf. 24,6).

Todo este cuidado es debido al hecho que la liturgia es presencia eficaz de


Cristo, “obra tan grande por la que Dios es perfectamente glorificado y
los hombres santificados”. En ella “Cristo asocia siempre consigo a su
amadísima Esposa la Iglesia, que invoca a su Señor y por Él tributa culto
al Padre Eterno” (SC 7). Al mismo tiempo “la Liturgia es la cumbre a la
cual tiende la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente de
donde mana toda su fuerza” (SC 10). De aquí la recomendación que “los
fieles se acerquen a la sagrada Liturgia con recta disposición de ánimo,
pongan su alma en consonancia con su voz y colaboren con la gracia
divina, para no recibirla en vano” (SC 11).

Desde esta perspectiva, a continuación profundizaremos en lo que


respecta el Rito de la Promesa, y haremos algunos comentarios sobre sus
elementos esenciales, pues toda su riqueza espiritual exige una buena
preparación. A través de la formación en sus distintos niveles, se estudia
progresivamente el contenido doctrinal de las promesas evangélicas (cf.
Const. OCDS 36 c), en cuanto medio para el seguimiento de Cristo; y
también es conveniente que la celebración de la promesa, por medio de
la cual uno se convierte en miembro de la OCDS (Cf. Cost. OCDS 12), sea
preparada adecuadamente y celebrada de manera activa, consciente y
plena, y el Rito celebrado con dignidad y atención interior, sin dejarse
llevar por aspectos secundarios u otras cosas superfluas, sea que tenga
lugar en la celebración de la Eucaristía, de Laudes o Vísperas, o en una
160
Cf. También: Congr. Culto divino, Instrucción Redemptionis sacramentum, n. 36-
42, del 25 de marzo de 2004.
203

celebración de la Palabra (Cf. Ritual 7).

PETICIÓN

La petición hecha por el miembro a ser admitido a la formación y a la


promesa tiene ahora su coronamiento oficial en la liturgia. Esa tiene
lugar después de la proclamación del Evangelio, el cual es la presencia de
Cristo que habla a la asamblea por medio de su Palabra ( Cf SC 7).

El responsable de la formación llama a cada uno por el nombre para que


se acerquen al Celebrante. Una vez más este gesto evoca la llamada
vocacional por parte del Señor, así como llamó a los profetas en el AT y a
los discípulos en el NT.

El texto de la petición explicita delante de todos, el deseo de pertenecer


al Carmelo Seglar mediante la promesa. Aquí se debe tomar consciencia
de que después de los dos años de formación, el candidato tiene
discernida y confirmada su vocación en la OCDS y quiere vivir el
seguimiento de Cristo en el mundo en unión con la Virgen María (Ritual
38) y como miembros del Carmelo Seglar.

A la petición sigue la aceptación por parte del celebrante 161 en nombre de


la Comunidad, que se compromete en rezar al Espíritu Santo, pidiendo la
confirmación en la obra empezada por Él en el hermano/a.

INTERROGATORIO

Después de la homilía tiene lugar el diálogo entre el celebrante y los que


emitirán la Promesa. Es la manifestación pública en el ámbito litúrgico de
una voluntad interior madurada en la formación y en la oración personal.
A todas las preguntas se pide una respuesta personal, pues toda llamada

161
Normalmente el celebrante es el Asistente nombrado por el Provincial u otro
sacerdote con la debida delegación (cf Ritual 31); inclusive si un obispo preside la
celebración debe de tener autorización para recibir la Promesa en nombre de la
Orden.
204

de Dios es dirigida al individuo.

La primera pregunta es acerca de la voluntad de vivir el Evangelio según


el carisma de santa Teresa y san Juan de la Cruz expuestos en las
Constituciones.

La segunda pregunta versa sobre la fidelidad a la vocación, la cual incluye


el deseo apostólico de testimoniar el Reino en el mundo, en comunión
fraterna y teniendo la Virgen María como modelo.

La tercera pregunta es acerca del compromiso con el testimonio cristiano


en palabras y obras en medio del mundo y la colaboración activa en la
misión de la Iglesia. Es un deber y un derecho que tiene su cimiento en el
sacramento del Bautismo y de la Confirmación. Sobre la dimensión
mariana del apostolado de la Iglesia, el Papa Francisco nos da unas
características preciosas de María como modelo de evangelización 162, las
cuales son cercanas a aquellas de la tradición espiritual de la Orden.

Es parte del carisma del Carmelo teresiano que las dimensiones orante-
contemplativa y la apostólica, estén íntimamente unidas en la vida y
vocación al Carmelo teresiano (Cf Const. 26. 35).

162
EG 288: “Hay un estilo mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia.
Porque cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la
ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes
de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a otros para
sentirse importantes. Mirándola descubrimos que la misma que alababa a Dios
porque «derribó de su trono a los poderosos» y «despidió vacíos a los ricos»
(Lc 1,52.53) es la que pone calidez de hogar en nuestra búsqueda de justicia. Es
también la que conserva cuidadosamente «todas las cosas meditándolas en su
corazón» (Lc 2,19). María sabe reconocer las huellas del Espíritu de Dios en los
grandes acontecimientos y también en aquellos que parecen imperceptibles. Es
contemplativa del misterio de Dios en el mundo, en la historia y en la vida
cotidiana de cada uno y de todos. Es la mujer orante y trabajadora en Nazaret, y
también es nuestra Señora de la prontitud, la que sale de su pueblo para auxiliar
a los demás «sin demora» (Lc 1,39). Esta dinámica de justicia y ternura, de
contemplar y caminar hacia los demás, es lo que hace de ella un modelo eclesial
para la evangelización”.
205

La oración conclusiva de esta parte, pide una vez más al Espíritu Santo
que mantenga a los que emitirán la Promesa fieles a los propósitos
expresados, y que serán asumidos por los que emitirán la promesa con la
lectura de la fórmula.

LA LECTURA DE LA FORMULA DE LA PROMESA

La fórmula de la promesa presenta una síntesis del compromiso con la


Orden y con la Comunidad que ahora es leído delante del Celebrante
como representante de la Orden. Es un momento que adquiere especial
importancia pues significa sobre todo la voluntad interior de la persona
que viene expresada públicamente en contexto litúrgico 163. Veamos
algunos de sus elementos más importantes.

Yo, N… Dios llama a cada uno por el nombre (Is 45,3); su amor es único y
personal. Al decirlo en éste contexto litúrgico la persona reconoce la
llamada, su amor en su vida y en su historia personal.

Respondiendo a la llamada de Dios… es el reconocimiento de la iniciativa


de Dios, de la vocación y la llamada por Dios a seguir los pasos de Jesús
(Cf Jn 15,13); es decir, reconoce el don recibido de vivir según el carisma
del Carmelo teresiano que le fue hecho y está respondiendo a Él a través
del compromiso de esta misteriosa llamada interior.

Sinceramente… la libertad es un presupuesto para un compromiso; la


sinceridad, significa rectitud entre la acción y la palabra; es veracidad
(CIC 2468). En la vida espiritual y según Sta. Teresa, la verdad-humildad
es la virtud que está en la base del edificio de la vida espiritual (cf. 7 M
4,8).

Prometo… la promesa de la parte de Dios es la fidelidad a sí mismo y a

163
Cf. Sección 2.2 arriba.
206

su voluntad de salvación de toda la humanidad por medio de Jesucristo y


el don del Espíritu Santo. De la parte de la persona que la hace, la
promesa es una respuesta de fe en el amor fiel de Dios al cual se entrega
incondicionalmente. Es “un refuerzo del compromiso bautismal en el
mundo al servicio del proyecto de Dios”, una “prenda de santidad
personal” que debe de llevar a un “empeño de servicio a la Iglesia en
fidelidad al carisma carmelitano-teresiano” (Const. 11); al mismo tiempo
enriquece la vida de los esposos y padres en los miembros casados
(Const. 12).

Es significativo que la promesa sea hecha en una celebración de fe, a los


superiores del Carmelo Teresiano – el P. General y el P. Provincial - y a los
miembros de la Comunidad que lo acogieron. Son mediación de la
voluntad de Dios aceptada en fe para el que promete.

tender a la perfección evangélica …es el carácter dinámico de la fe y de


la promesa. Es seguimiento a Cristo en cada día con la propia cruz (Mt
8,34; cf. Const. 11). La búsqueda de la perfección del Padre celeste (Mt
5,48; Const. proemio) significa ponerse en marcha para llegar a la
medida y estatura de Cristo (Ef 4,13-16), el “dechado” en palabras de
Sta. Teresa. Es cierto que en Cristo tenemos la plenitud de la vida y del
amor, vividos hasta el máximo. Por eso, la perfección evangélica es la
búsqueda de crecimiento en la plenitud de la caridad, en el día a día (Cf
Ritual, Instrucción, 2.3).

en el espíritu de los consejos evangélicos de castidad, pobreza y


obediencia… vivir según el espíritu de los consejos evangélicos 164
significa buscar a través de estos medios el seguimiento profundo de
Cristo en su totalidad. Estas tres dimensiones esenciales de la vida
tocan la totalidad de la persona humana en su relación con Dios y con
los otros. Además, si los consejos evangélicos, son vividos de forma
integrada y madura, llevan a la libertad de sí mismo y de las

164
Cf la sección 3 arriba.
207

esclavitudes del mundo, para ponerse al servicio de Dios y de los


demás, buscando el crecimiento de la caridad.

y de las Bienaventuranzas…estas son un resumen de la vida y de la


predicación de Jesús. Están estrechamente unidas a los consejos
evangélicos y por eso hacen parte de aquello que se promete, sobre
todo como actitud de vida ante los bienes materiales, y el compromiso
en la sociedad a la luz de la esperanza cristiana. “Las Bienaventuranzas
son un nuevo programa de vida para liberarse de los falsos valores del
mundo y abrirse a los verdaderos bienes presentes y futuros”
(Benedicto XVI).

según las Constituciones de la Orden Seglar de los Carmelitas Descalzos,


por tres años/toda la vida… el ideal de seguimiento a Cristo para el
Carmelita Seglar según el carisma de la Orden se concreta en las
Constituciones, a las cuales se adhiere con inteligencia y fidelidad. Es
importante que durante el tiempo que transcurra entre una promesa y
otra, mantener la intención firme, buscando vivir cada día la perfección
de la caridad.

Confío filialmente mi Promesa a la Virgen María, Madre y Reina del


Carmelo. El Carmelo es todo de María; confiarle la promesa manifiesta
una relación afectuosa para con la Madre de Jesús, el cual nos la confió
como Madre nuestra desde lo alto de la Cruz. Los primeros ermitaños
en el Monte Carmelo ya vivían en obsequio de Jesús y de su Madre.
Reconocerla como Madre es tener una relación con ella hecha de
confianza, de cercanía y de su constante patrocinio en la historia de la
Orden, significados por el Escapulario que ya ha recibido en el Rito de
admisión. Reconocerla como Reina –título tradicional de veneración en
la Orden- es poner los ojos en aquella que se puso a servicio del Reino
de su Hijo y es modelo de servicio fiel a la voluntad del Padre con su sí
incondicional, y es, al igual que Teresita, reconocer que siempre será
“más Madre que Reina”. También María nos recuerda que los
bautizados participan en el oficio real de Cristo, por el cual buscan el
208

Reino de Dios antes de todo y por el Reino dedican su vida a construirlo


en medio del mundo.

ACEPTACIÓN

Después de la Promesa, viene la acogida oficial en la Orden por parte


del celebrante principal, el cual desea en nombre de todos, la paz y la
gracia del Señor a los nuevos miembros. El abrazo de la paz es otra
posibilidad para manifestar la aceptación por parte de todos los
miembros de la Comunidad.

La Misa sigue con la liturgia eucarística, donde los recién profesos


llevan al altar los dones de pan y del vino, en una señal de su unión y
oferta con aquella de Cristo.

INDICE

La promesa y los votos en la OCDS …………………………pag. 2

1. De los votos a la promesa ………….. ……………………..pag. 4

1.1. El Manual del 1921 ………..pag. 6


1.2. La Norma de vida (1979)……….8
1.3. Las Constituciones (2003)……. 9

2. La promesa y los votos: vivir el espíritu de los consejos evangélicos en


la vida laical….. 13

2.1. Las promesas en general ……………………….. 15


2.2. Sentido de la promesa en la Orden Seglar……… 17
209

2.3. Los votos ………………………………….…… 20

3. Vivir el espíritu de los consejos evangélicos


y de las Bienaventuranzas……………………………………... 26
3.1. El espíritu del consejo de castidad …… ………... 28
3.2. El compromiso de la promesa de
vivir el espíritu del consejo evangélico de pobreza.… 33
3.3. El compromiso de la promesa
de vivir el espíritu del consejo evangélico
de la obediencia……………………………………... 41
3.4. El compromiso de la promesa
de vivir el espíritu de las Bienaventuranzas……….. ..46

Juntos andemos Señor ……………………………………….. 49

Apéndice: El Rito de la Promesa- Una reflexión ……………..…51


210

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