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CLÍNICA

PSICOANALÍTICA.

-TEÓRICOS-

Clases dictadas por Elena Lubián


Clase 1:

¿Cuál es el campo propicio para aplicar el método y cuales son los límites en la
práctica que encuentra Freud?
Freud va a ubicar en un primer momento donde están las figuras de lo no
analizable porque en rigor no se trata de cuadros o patologías estrictamente. En un
primer momento deja por fuera del dispositivo analítico las neurosis actuales porque
estas a diferencia de las psiconeurosis de defensa no tiene mecanismo psíquico,
entonces el referente conceptual que le permite delimitar el campo de lo que es
analizable o no es el mecanismo psíquico.
El síntoma como formación del icc en esta época, el referente conceptual de
lo no analizable es la angustia porque en esta primera época va a ubicar la angustia
como la manifestación principal de las neurosis actuales y las neurosis de angustia
a una entidad que las ubica dentro del campo de las neurosis actuales. Dentro de
las neurosis actuales está la neurastenia y neurosis de angustia y en ambos
cuadros pone el acento en consecuencias de la moral sexual sobre la formas que
cobra el padecimiento de la época, el coito interrumpido etc.
Freud, enhebra las formas de padecimiento principales con las marcas de la
época, la contemporaneidad. La respuesta sintomática a las marcas de ese
momento que tiene que ver con sobre todo la moral victoriana y un discurso cuyo
mandato es mantener lo íntimo en reserva y bajo la forma de lo pecaminoso a la
sexualidad. Freud hace de la sexualidad un tema central en la existencia humana.
Las formas en que la sexualidad se enhebre en el discurso serán las formas
predominantes del padecimiento. Freud hace un análisis exhaustivo de las neurosis
actuales y las liga a lo propio de una época. No es q no le interesan las deja afuera
porque no tiene mecanismo psíquico, dicen q no tiene mecanismo psíquico porque
plantea que aquí la manifestación central es la angustia y es una vertiente de la
angustia que en esta época la acentua a la angustia en esta época en relación a
una tensión sexual somática que no pudo anudar simbólicamente. Una tensión
sexual somática que no llegó al estatuto de libido esa tensión sexual somática que
se muda directamente en angustia Freud la pone a cuenta de un quantum constante
que no logra ser ligado psíquicamente. En rigor esto es un antecedente de la pulsión
esta forma de tensión sexual somática que no llega al estatuto de libido es lo que
años más tarde plantea a partir del concepto de pulsión.
En lo que le queda en el campo propicio para aplicar el método son las
psiconeurosis porque aquí ubica que el síntoma es producto del mecanismo
psíquico de la defensa, que llevó a que se reprima una respuesta que resulta
inconciliable para con el yo. El síntoma de las psiconeurosis es efecto de un
mecanismo psíquico que expulsa de la cc la representaciones inconciliables para el
yo, es aquí donde Freud puede situar a la represión para dar cuenta del porqué del
síntoma. A partir de la represión se expulsa a la representación penosa a la vez algo
de lo reprimido retorna en el sintoma veladamente para la cc.
Respecto de psiconeurosis represión y síntoma y formaciones del icc y este
campo es el campo del cifrado es el campo ligado a la dimensión significante a la
polisemia de la lengua donde la lengua ofrece un soporte para que el deseo se
enhebre y se manifiesta veladamente graves de la polisemia de la lengua. Este
campo es el campo para Freud se va a prestar entonces para determinar lo que
abre la puerta al arte del psicoanálisis y descubre que eso cifrado por el icc puede
ser descifrado. Lacan diría donde el analista escucha a la letra lo que el icc cifró
intentando a la letra y a su escucha descifrar ese cifrado y en ese punto el
descifrado del síntoma es lo que Freud ubica como la intervención propia del
método psicoanalítico y ubica ahí la interpretación.
Las neurosis actuales las deja fuera en este primer momento porque Freud
está intentando dar cuenta de un campo nuevo para la ciencia y lo quiere inscribir
allí y considera que lo que él puede dar cuenta a través del método psa es como
logra levantar un síntoma psiconeurótico y el combate a través de la interpretación
haciendo cc lo icc se logra levantar el síntoma. Con este método el logra a partir de
hacer cc lo icc el levantamiento del síntoma.
Si se lee atentamente todo lo que Freud deja por fuera del método
psicoanalítico en la actualidad, nadie podría atenderse. Freud ubica q el dispositivo
analitico es propicio para los casos que el síntoma es una formación del Icc, no
considera al método aplicable para aquellas formas del padecimiento que no se
ubican según las vías de las formaciones del icc y en las cuales la angustia o lo
pulsional adquieren una pregnancia que ubican un fracaso en el anudamiento del
malestar.
En esta primera época deja por fuera estas formas de padecimiento (neurosis
actuales) porque principalmente está intentando fundamentar la lógica y los
alcances del método que propone como nuevo para la ciencia y años más tardes
todo esto se relativiza (cuando encuentra la compulsión de repetición en
transferencia pues allí también se empieza a jugar esto que dejo de lado 1920).
Mientras que en la primer época Freud plantea las neurosis de angustia en
oposición a las psiconeurosis en un segundo momento lo que le queda por fuera a
partir de la conceptualización del narcisismo donde diferencia libido de objeto de
libido yoica, va a agregar una condición central para poder dar cuenta de la entrada
en el dispitivo analitico, mientras que en la primera época puso el acento de que
contemos con un síntoma efecto de la represión. En un segundo momento va a
plantear que no solo necesitamos ese, sino que exista la capacidad de libidinizar, es
decir la capacidad de una transferencia que cobre la forma de una transferencia
positiva tierna en esa época Freud opone las neurosis de transferencia a las
neurosis narcisistas.
Las neurosis narcisistas de esta primera época en 1912 no tiene la entidad
que tiene las neurosis narcisistas al final de su enseñanza. No tiene todavía
delimitado este campo como sí puede hacerlo con la segunda tópica donde no ubica
a las psicosis dentro de las neurosis narcisistas. En esta segunda época el
referente conceptual de lo que le abre el campo de la aplicabilidad del método es la
capacidad de transferencia. Al principio está conceptualizando la transferencia
después puede ubicar distintas dimensiones de la transferencia. Configuraciones de
transferencia.
Lo que ubicamos por transferencia y como quedó muy pegado a su vertiente
simbólica cuando en realidad hay otras dimensiones ligadas a la transferencia y esta
capacidad de transferencia que Freud ubica como necesaria para la entrada en el
dispositivo, en rigor se refiere a la posibilidad de investir libidinalmente a un objeto
sostenido sobre todo en mociones tiernas, porque muy rápidamente después se va
a encontrar con que la transferencia es condición necesaria para el análisis que es
motor de la apertura del icc. Una vez en transferencia lo que va a ocurrir es que se
van a desplegar también otras dimensiones de la transferencia que remiten a lo
hostil o a lo erótico y también son formas de la transferencia, pero en su vertiente
no motor, sino en su vertiente obstáculo.
Finalmente en 1912 va a utilizar el término neurosis de transferencia y va a
plantear que el campo apto para la aplicabilidad del dispositivo analítico son la
neurosis de transferencia, en las cuales hay un conflicto entre el yo y las pulsiones
sexuales. El padecimiento se ordena a partir del mecanismo psiqcuqico de la
represion y lo que Freud observa es que en la entrada del dispositivo sigue una
logica que tiene que ver con situar que efecto de la escucha analitica que toca algo
del orden de lo reprimido icc, se produce la apertura del icc y permite la puesta en
juego de la asociacion libre.
Para Freud la posibilidad de descifrar lo que el icc cifro va de la mano con la
técnica que él utiliza en relación al método que ha construido. La técnica que él
utiliza en relación al campo de las neurosis de transferencia es la asociación libre
pero la asociación libre no es algo que se pueda instalar por obligación o pedido del
analista. La asociación libre es una respuesta a la entrada en análisis.
La asociación libre está en íntima relación con la instalación de la
transferencia, en rigor la asociación libre se sostiene en transferencia. Para Freud la
asociación libre es a la vez condición para el devenir de un análisis porque para él
tendrá que ver con la posibilidad de un despliegue del icc. Este despliegue del saber
icc es lo que le va a permitir poner en juego la intervención que considera propia del
dispositivo que es la interpretación.
En este primer momento alrededor de 1900 Freud tiene delimitado como
intervención propia del analista a la interpretación. En un segundo momento Freud
pone la mirada en el manejo de la transferencia. En esta primera época si bien ya
tiene un esbozo (psicoterapia de la histeria) de la importancia de la transferencia,
todavía no la tiene conceptualizada como un elemento para pensar a la clínica
analítica.
Años más tardes va a quedar entramadas estas dos cuestiones cuando
plantee en tetapia analitica los distintos momentos en relacion a una tetapia analitica
quedan enhebradas el mecanismo psíquico y la transferencia como condición
necesaria para la entrada en un análisis y el devenir de una cura.
En este segundo momento cuando él empieza sobre todo a trabajar la
diferencia entre libido yoica y de objeto puede también ubicar como en el devenir del
análisis, esa transferencia motora que sostiene al despliegue icc puede virar a
formas resistenciales cuando la transferencia motor cobra la forma de transferencia
resistencial la asociaciones libres se detienen y ya no hay que interpretar.
Es importante esto porque para Freud la condición de la interpretación es
condición de que haya asociación libre y la asociación libre para Freud tiene que ver
con el despliegue icc y el analizante soporta el encuentro con su propio discurso
más allá del comando yoico. Freud dice que una vez que se produce la entrada en
el dispositivo, una vez que se produce el investimiento libidinal del analista la
resistencia se sirve de la transferencia y se desplegarán de manera directa. Lacan
dirá ciertas demandas a la persona del analista y se complica el campo del relato de
la asociación libre. Hay que lidiar con esas demandas que Freud nombra como
resistencias que se despliegan en el análisis y hay otra operación pertinente al
dispositivo que nos da más trabajo que la interpretación y es el manejo de la
transferencia. Lacan con el significante permite conceptualizar una transmisión de
cómo opera la interpretación. No es la demostración intelectual lo que permite tocar
algo del núcleo duro del obstáculo, dice Freud. Principal conflicto, objeción de Lacan
a contratransferencia.
No se interpreta la transferencia, interpreto en transferencia. En dirección de cura
Lacan piensa el modo clásico de entrada en el dispositivo que fundamentalmente
está pensado y delimitado para el caso de las neurosis de transferencia. Este
ordenamiento se presta perfectamente para dar cuenta de lo que pasa con el
campo de la neurosis de transferencia, ya que Lacan dice que lo que sostiene a la
interpretación es la apertura del icc. Lacan lo retoma de Freud.
Freud propone que hay que esperar que se produzca una transferencia
operativa, a esta capacidad de transferencia positiva tierna también la nombra como
transferencia operativa, es decir una transferencia que sostenga la posibilidad de la
asociación libre, la apertura del Icc. Para Freud hay que esperar que se produzca
esta transferencia operativa para recién iniciar un análisis, es decir una invitación de
hablar sin yo, sin que el yo comande esa invitación a soportar el encuentro con la
falta en el propio discurso, más allá de la cuestión, Freud percibe que hay un
encuentro con la castración que en la psicosis no sería la vía para abordarlas.
Freud define a la asociación libre como pedirle al paciente que comunique
sus ocurrencias y estas ocurrencias son retoños de los productos psíquicos
reprimidos. En esas ocurrencias no comandas por el yo lo que retornan son para
Freud retoños de lo reprimido. Estas ocurrencias refiere a pensamiento
involuntarios, casi siempre percibidos como perturbadores y por eso apartados,
suelen cruzarse en la trama de una exposición deliberada, por eso la asociación
libre no es decir cualquier cosa, sino soportar el encuentro con un pensamiento
que se cruza involuntariamente más allá de la intención yoica. Suele resultar
perturbador respecto de la trama deliberada del discurso, por eso asociar libremente
atañe a un registro específico no es jugar con las palabras y decir cualquier rima. Es
soportar poner en palabras ese encuentro con un pensamiento involuntario que se
cruza, viniendo a horadar la trama deliberada del discurso.
En rigor ese es el nivel de lo que esta forma más clásica de la entrada en
análisis pone en juego. El despliegue del icc es lo que Lacan ubica como el pasaje
de paciente a analizante, es ese trabajo de poder soportar un decir que va más allá
del dicho, va más allá del yo. Lacan dice también histerizar el discurso. Este primer
campo en relación a la interpretación tiene como correlato la posibilidad de
asociación libre, en este segundo momento puede conceptualizar que esto va de la
mano con la producción de una transferencia operativa.
En el mismo momento que Freud conceptualiza la transferencia operativa en
sus distintas vertientes se encuentra con las formas resistenciales de la
transferencia. En este segundo momento Freud se encuentra con aquellas
vertientes de la transferencia que vienen a detener la asociación libre, aparecen en
escena otra dimensión importante de lo anímico que es la repetición pero la
repetición no significante, sino la repetición en transferencia. Recién en 1920 va a
poder ubicar el nucleo duro de esa repeticion cuando lo que se repite no es lo
reprimido en trasnferencia, sino cuando lo que se repite toma la forma de
compulsión de repetición.
Efectivamente lo que en un primer momento le queda por fuera y lo ve como
figura de lo analizable, en otro momento va a empezar a cobrar la forma de un
obstáculo a transitar. Una clínica que no introduce la resistencia, queda en el mero
plano de la sugestión. Lacan al respecto dice que el psicoanálisis es una práctica
que se prestaría bastante bien a un idealismo si me quedo solo con lo simbólico de
la interpretación. En el seminario 11 es una práctica que vía lo simbólico puede
tocar el núcleo de lo real y este núcleo de lo real es lo que Freud se encuentra en un
tercer momento a partir de 1920 cuando se encuentra con el más allá del principio
del placer.
En un tercer momento Freud ya no ordena en campo en relación a
oposiciones binarias, a partir del 1920 cuando se encuentra y puede dar lugar a una
dimensión de lo psíquico que excede el campo del principio del placer que excede el
campo del deseo, donde el aparato psíquico está hecho para desear, de la primera
época donde el aparato está comandado por una tendencia al placer que intenta
repetir el encuentro con las marcas de una experiencia que resultó de satisfacción
placentera y que evita el encuentro con las marcas de lo hostil.
Recién en este tercer momento a partir de 1920 Freud va a poder formalizar
fenómenos de la clínica que ya conocía y en los primeros momentos había esbozos
y tiene que ver con fenómenos que de ninguna manera pueden ser explicados con
la lógica del campo del deseo, del ppio del placer, campo de cifrado y despliegue
icc. Llevan ahora a que las figuras de lo no analizable no tomen el nombre de un
cuadro nosográfico y justamente ponen en juego algo de lo diverso y en ese
momento Freud nombra a las figuras de lo no analizable desde distintas
perspectivas.
Las neurosis traumáticas, la melancolía, la reacción terapéutica negativa y las
neurosis graves ya no las opone aquí a otro cuadro nosográfico porque rompe con
las nosografías binarias de la primera época. El referente conceptual de este tercer
momento va a estar en relación al valor que cobra el complejo de castración para
pensar la estructura. Freud a partir del enlace del complejo de castración y la
represión no va a poder dar cuenta de dimensiones distintas de la angustia, la
angustia señal, la angustia traumática, con lo cual lo que en un primer momento le
queda afuera, ahora pasa a tener un valor central en su época. Los referentes
conceptuales de su época son varios para pensar el límite de un campo ligado al
más allá del principio de placer, al superyó, al masoquismo erógeno primario, que
permiten pensar en última instancia como compulsión de repetición.
Primero delimita el campo propicio para el dispositivo analitico, la cual se
reformula con sus conceptualizaciones y lo que Freud deja por fuera en la primera
época, luego algunas de esas las incluye pero lo central es que aquello que intentó
dejar por fuera remiten a un registro que no es lo simbólico. Intentó dejar afuera
ciertas dimensiones de la angustia, de la pulsión y del narcisismo que para él
complicaba la entrada en dispositivo Para Lacan son cuestiones que atañen a
dimensiones de lo imaginario y lo real. Lo interesante es que eso primero que
intentó dejar afuera Freud le retorna en el mismo campo que él delimitó como
propicio para la práctica analítica. Es decir que aún en el campo de las neurosis de
transferencia me voy a encontrar con dimensiones que exceden al anudamiento
simbólico, que excede al campo estricto del campo de placer en las neurosis de
transferencia, aún cuando ha habido posibilidad de anudamiento entre pulsión y
deseo habrá dimensiones de lo pulsional que se ponen también en juego en las
neurosis de transferencia.
No es lo mismo contar con el soporte del deseo a que si me encuentro con un
campo en donde predomina lo pulsional sin anudarse al campo del deseo o la
angustia o dimensiones del narcisismo que dan cuenta de un punto de mal armado,
de mortificación. No es lo mismo encontrarse con eso de entrada a que algo de
estas dimensiones aparecen en el interior mismo del dispositivo, por eso una de las
problemáticas de la clínica actual es que de entrada me encuentro con estas formas
no domesticadas por el campo del deseo, por el campo del significante que van a
llevar a que la puesta en forma del dispositivo no pueda seguir esta lógica clásica
que Freud y Lacan pensaron para dar cuenta del dispositivo.

El primer capítulo de dirección de la cura trabaja 3 niveles de la dirección de


la cura que son la interpretación, la transferencia y los finales de análisis. Esto lo
pone en relación a una reflexión sobre la posición del analista para poder llevar
adelante un análisis y poder sostener la dirección de la cura. Estos 3 niveles están
en relación a la posición del analista y Lacan agrega el deseo del analista para dar
cuenta no solo de lo que se espera del paciente, para que se produzca la entrada en
análisis, sino cual es la posición del analista que va a sostener la dirección de la
cura.
Entonces por un lado analiza los niveles que hay en juego en un análisis y los
entrama con una teorización sobre la escucha analítica y la posición del analista. En
el segundo punto propone un ordenamiento lógico temporal de los momentos que
dan cuenta de esta entrada clásica en análisis. Ahí en vez de trabajar con
interpretación, transferencia y fin de análisis, plantea que los momentos lógicos de
entrada en dispositivo tiene que ver con la rectificación de la relación del sujeto con
la realidad (RRR), el desarrollo de transferencia y la posibilidad de sostener el
análisis en relación a la interpretación.

Clase 2

La idea de la materia consiste en desplegar desarrollos de investigaciones de


la lectura de Freud y Lacan y abordar y desplegar una serie de conceptos
Freudianos y Lacanianos que nos permiten abordar de otra perspectiva problemas
actuales.
Cuando trabajamos el cuadro de las nosografías Freudianas en un primer
momento pusimos la mirada de Freud respecto de la delimitación del método sobre
todo apunta a la posibilidad de en este primer momento. En un segundo momento
vimos que la mirada de Freud apunta a un problema que pone ahora como cuestión
crucial a la transferencia, no solo a la transferencia motor como condición de la
posibilidad de la cura, sino que rápidamente ubica a partir de 1912 una dimensión
de la transferencia que complejiza el desarrollo de la cura porque se pone en juego
la repetición.
Freud plantea una nueva operación atinente a la posición del analista que es
el manejo de la transferencia. En un tercer momento a partir del giro que produce la
posibilidad de conceptualizar un más allá, Freud se va a encontrar con obstáculos
particulares en el interior de la cura que de alguna manera permiten plantear y
buscar lo que si en estos dos primeros momentos recorta el campo de la
aplicabilidad del método. Sobre todo planteando cierta primacía de la dimensión
simbólica de lo psíquico en este tercer momento retorna dentro del propio campo de
la aplicabilidad del psicoanálisis, dimensiones de lo psíquico que atañen a lo
imaginario y lo real que son dimensiones que en un primer momento él dejó por
fuera. Tiene que ver con cierta cara traumática de la angustia, con cierta dimensión
de la pulsión no anudada al deseo y ciertas aristas de mal armado de narcisismo, en
el punto de mortificación todo esto que dejo afuera en un primer momento que tiene
relación con las neurosis actuales y las neurosis narcisistas.
Estas dimensiones le retornan al interior del método y empieza a encontrarse
con los obstáculos mayores para la cura. Estos obstáculos mayores con los que se
empieza a topar a partir de 1920, al conceptualizar el más allá: se encuentra con
una dimensión de la CR que excede el ppio de placer y esta CR se manifiesta en
ciertos fenómenos clínicos, por ejemplo los sueños traumáticos de las neurosis
traumáticas. Otro fenómeno es la repetición en transferencia de vivencias que nunca
produjeron placer para ninguno de los dos sistemas, se encuentra con ciertas
dimensiones particulares de lo traumático que no se han podido tramitar por el
aparato.
También ubica la CR en ciertos casos donde hay una melancolización,
también se topa con los rasgos de carácter, cierto mecanismo de defensa del yo que
no son abordables vía interpretación, ni vía manejo de la transferencia y por último
un fenómeno que le llama la atención es la RTN, donde en lugar de encontrarse con
el progreso del análisis se produce un empeoramiento.
Todos estos fenómenos dan cuenta de una dimensión de lo psíquico que
excede a lo simbólico y que conecta con la angustia y con una dimensión de la
pulsión no anudada al deseo y con ciertas dimensiones de narcisismo que Freud
nombra como daños y mortificaciones tempranas al yo que tiene consecuencias en
el armado psíquico.
Este campo se le presenta a Freud como no abordable a la interpretación y
resistente al manejo de la transferencia y abre esta tematización de estos
fenómenos. Abre una cuestión crucial donde Freud pone el acento en preguntarse
por el final de un análisis y los obstáculos a esta finalización, con lo cual
consecuentemente con esta última parte de su obra era la pregunta de Freud la que
guía cómo pensar la finalización de un análisis. Esta reflexión lleva a Freud a poner
el acento en interrogar los obstáculos y los límites pero a la vez a delimitar una
nueva operación relativa a la intervencion analitica que es la construcción (fantasma
y atravesamiento y en freud tiene aristas más amplias no se restringe a eso). La
construcción en Freud es un modo de intentar abordar algo de lo real que ha
insidido en la constitucion de la neurosis infantil del sujeto, es un modo de nombrar
aquello que es mas del orden de lo que se liga a lo reprimido primordial y no a lo
reprimido secundario.
Ahora bien, vemos entonces que respecto de la posición del analista
(interpretación, manejo transferencia, construcción) estas tres son operaciones
analíticas, son intervenciones analíticas que competen a la dirección de la cura y
atañen a la particular posición del analista en esa dirección.
En los prácticos estamos trabajando como Freud tematiza la posición del
analista. Posición que Freud enmarca en tres coordenadas para pensar la posición
del analista. Lo que está interrogando Freud es que es lo particular de la escucha
analítica, en que se diferencia la escucha analítica de cualquier otro tipo de
escucha. Esa escucha analitica para ser eficaz en tanto va al encuentro del deseo
icc, requiere de una particular posición, posición que tanto como para Freud como
para Lacan requieren de lo que Freud tematizo como neutralidad y abstinencia y la
posibilidad de ocupar esta posición que exige la neutralidad y la abstinencia. Tanto
para Freud como para Lacan, esta posición sólo será posible en tanto producto de la
experiencia de un análisis. Para ambos es imposible pensar el soporte de esta
posición por fuera de la experiencia de un análisis. Poder ocupar este lugar requiere
la experiencia de un análisis y cuando más a fondo se ha llegado a ese análisis
respecto de poder ubicar el entramado fantasmático del analista, mayor posibilidad
habrá de sostener la escucha analítica dentro de este marco.
Para ubicar como en ciertos puntos uno puede quedar enredado respecto de
la escucha y eso produce una complicación en la neutralidad y en la abstinencia.
Como tematiza Lacan estas dos coordenadas paradójicamente con una noción que
parece lo contrario, lo aborda en relación al deseo del analista el cual para Lacan
adviene en relación a la experiencia del análisis, y podríamos decir así, supone una
modificación en la economía libidinal de aquel que lleva adelante un análisis, que
conducirá al deseo de ocupar un lugar que exige ir más allá. Dejar de costado los
propios prejuicios, los propios ideales, la propia concepción del mundo y además es
un deseo que lleva a querer ocupar un lugar que implica pagar con la propia
persona como soporte de los fenómenos transferenciales que la dirección de la cura
genera.
Entonces Lacan lo que interroga es el origen de un deseo que llevaría a que
alguien ocupe un lugar que implica abstenerse, poner entre paréntesis su
subjetividad. La abstinencia Freudiana habla de no ofrecer satisfacciones
sustitutivas, con Lacan podemos decir fundamentalmente se trata de no ser
partenaire del goce al que el analizante disponga. Se trata de no ser partenaire del
goce. Es importante aquí ubicar que Lacan para pensar estos tres niveles que
intervienen en la dirección de la cura que son la interpretación, la transferencia y los
final de un análisis en la dirección de la cura, Lacan reflexiona sobre la posición del
analista sobre el deseo del analista sobre las características particulares de ese
lugar.
En este texto discute con los posfreudianos y la concepción que estos tiene
de la cura y de la transferencia y Lacan señala que el analista no cura por lo que es,
sino se centra en su decir , no cura por lo que es se refiere a la persona del analista.
No tiene nada que hacer en la dirección de la cura, se está refiriendo por el término
persona a algo que para él difiere del ser y que supone la persona íntegra ya algo
de la máscara yoica de la concepción del mundo, de las representación que un ser
tiene en tanto constitución de un individuo. La persona lacan la trabaja con la
representación que tengo de mi mismo y que va de la mano con ideales del mundo
y con prejuicios, Lacan dice esto porque los posfreudianos proponen para final de
análisis la identificación con el analista, se trata de poner en juego la falta en ser en
un análisis, en vez de culminar con la consistencia yoica que da lugar a una
identificación al analista en realidad se trata acá de poner en juego al falta en ser. Al
final de un análisis se supone que se ha inscripto cierta dimensión atinente a lo
imposible a la falta. Justamente una particular posición de la castración.

Lacan pone acento en que la travesía por el análisis inscribe cierta dimensión
de lo imposible. Falta en ser, para pensar la posición del analista lo anuda con una
reflexión del análisis y como esta posición en la dirección de la cura y será mejor
que ubique en términos de falta en ser no de persona que dirige la cura. La
dirección de la cura no es sin sujeto, porque si es tan importante que el analista
haya atravesado la experiencia de un análisis se supone porque es el análisis ha
dejado marcas particulares respecto de la posición subjetiva, de su subjetividad, el
analista en la dirección deberá abstenerse. Pero su posición de sujeto importa
porque en la posición en la que está inscripto este encuentro con el imposible, la
persona del analista no importa, pero sí su posición de sujeto porque allí se ha
inscripto ese cambio en la economía libidinal que permite conducir un análisis.
Para Lacan lo importante respecto de la conducción de un análisis es que el
analista esté advertido de lo imposible, se haya puesto en juego con la propia
castración. Se haya inscripto el encuentro con el registro de lo imposible, el punto de
la falta, el punto de la falta en ser más allá de la consistencia de ser esto es para
Lacan lo que permite fundamentar esta posición la descrita por freud de abstinencia
y neutralidad, en la dirección de la cura que permite en una escucha analitica que
mas allá del yo va al encuentro del deseo icc.
La posición del analista es sin subjetividad pero importan las marcas que
implican el registro de lo imposible y que a su vez hacen a una ética que tanto para
Lacan como para Freud son decisivas a la hora de pensar la dirección de la cura,
hacen a una ética que encuentra en la falta, en lo imposible, justamente a el motor
del deseo humano.
Lo que afirma Lacan en dirección de la cura es que en analista no debe dirigir
a su paciente, sino la cura y esta dirección tiene tres niveles que se corresponden
con tres formas de pago que atañen al analista, no solo en esta empresa de fondos
comunes (la cura), no solo paga el paciente, también paga el analista. Lo que va a
hacer en este capítulo es interrogar las distintas formas de pago del analista y cómo
esto se relaciona con tres dimensiones de la cura que él nombra en términos de
táctica (interpretación), estrategia (transferencia) y política (finalización).
Lacan y Freud van a plantear que en la apertura de un análisis ya está en
juego cierta concepción sobre el final, de acuerdo a como piensa la finalización de
un análisis eso va a incidir como dirijo la cura. En las aperturas ya está y supone
una concepción de final que incide ahí.
Niveles de la dirección de la cura o niveles/ dimensiones de la intervención
analítica. Distintas dimensiones de la intervención analítica. Respecto de estas
dimensiones Lacan realiza una reflexión sobre cada uno de estos niveles que atañe
a la posición del analista, que Lacan pondrá en jeugo a partir del deseo del analista
y que da cuenta de que esta posición supone un pago que cobra distintas formas. A
su vez cada uno de estos niveles se corresponde con ciertos niveles de la dirección
de la cura que Lacan tematiza como táctica estratégica y política.
“Consiste en primer lugar en hacerse aplicar por el sujeto la regla analitica”.
Esto quiere decir contextuado este texto, hacer aplicar la regla analitica apunta a
que se creen las condiciones en que la regla analitica sea posible porque
justamente este texto está muy centrado en pensar la entrada clásica cuando
tengo una constitución subjetiva, que cuenta con el armado de sentido al cual puedo
horadar. Pero ahora estamos también pensando cómo abordamos formas del
padecimiento, formas de la constitución subjetiva que no cuentan con ese soporte
del enlazado simbólico, y aquí Lacan diciendo hacer aplicar la regla analitica se
refiere a aplicar la asociación libre, ahora lo que estamos anticipando es que no en
todos los casos se puede abrir apuntando a la asociación libre.
Entonces consiste en primer lugar generar las condiciones, relación con los
recorridos con el tratamiento de prueba como sobre todo que haga posible la
aplicación de la regla analitica, la forma en que estas directivas se transmitan por
parte del analista , es decir, que en el modo en que el analista plantee en que se
sostiene la cura va a estar en juego la lectura la posición que el analista tiene sobre
la cura.
Lacan ahora va a examinar cuál es la posición del analista que le permite
sostener la escucha y propiciar la asociación libre. No se trata únicamente de
palabras, se trata de palabras y esa palabra que interrumpiendo y rompiendo la
consistencia del discurso intencional (importancia de leer a la letra de Lacan).
El primer pago que se espera del analista es relativo a su palabra, a la
palabra que pondrá en juego como intervención. El analista logra poner lo que le
corresponde en la cura allí cuando pone en juego su palabra, pero esta adquiere el
estatuto de un pago si la misma se elevó al valor de una interpretación.
Las palabras del analista no deben quedar por fuera de la dirección de la cura
y adquiere su máxima eficacia cuando adquiere el estatuto de una interpretación.
Para Lacan y para Freud también la interpretación en rigor sólo es posible
instalándose en la dirección de la cura como efecto de la entrada en transferencia y
la entrada en transferencia se produce por es intervención inaugural que tocó algo el
orden del icc que permite que se sostenga la asociación libre.
En rigor las palabras que más peso y eficacia tiene en un análisis son
aquellas que han tocado algo del orden del deseo icc. Para Lacan en esta época
sobre todo esa intervención consiste en leer a la letra lo que el icc cifró, en una
operación que reconoce en el significante el soporte de esa intervención. También
paga con su persona, la presta en el soporte transferencial.
Paga con lo que hay de esencial en su juicio más íntimo. Aquí plantea que
sostener esta dirección de la cura, sostener esta posición implica una particular
relación con el corazón del ser, en relación a un punto de falta. El analista debe
dirigir la cura teniendo en cuenta este punto de falta en ser.
Hay un nivel que atañe a la interpretación en la que el analista tiene mayor
libertad, que subraya donde puntúa. Esto es lo que Lacan trabaja a nivel de la
táctica. Táctica estrategia y política (filósofos de la guerra). Cada uno de estos
niveles atañen a la batalla de la dirección de la cura. Freud en la conferencia 28
habla de las batallas en transferencia. El mayor grado de libertad que tengo cuando
interpreto se restringe respecto de la estrategia, porque la estrategia implica que
lugar ocupo en la economía libidinal del paciente, en relación a la transferencia de
acuerdo a eso también tendré que decir que interpreto y que no. Meterse o no a
descifrar va a estar de alguna manera articulado con qué lugar vienes a ocupar en
transferencia con ese paciente, pero también una lectura de los modos de goce. En
el plano del desciframiento la libertad es mayor porque dejas rebotando la polisemia
de un sentido.
Prestar a la persona como soporte de los fenómenos transferenciales exige la
lectura de a qué lugar he venido respecto de los otros de su historia, no abusar de
este poder y no ir por la línea del yo. Entonces en el nivel atinente al lugar que
ocupó en la transferencia hablo de estrategia pero la táctica y la estrategia responde
a una política que respecto de la dirección de la cura, responde fundamentalmente a
una ética, es la falta en ser, la noción de lo imposible
En Freud está claro que aunque aquello de lo real que no aparece en el
discurso, lo va a buscar con la construcción con lo cual interroga la neurosis infantil
y pone palabras donde no las hay. En el psicoanálisis la política es una ética que
inscriba la castración, que inscriba lo imposible por eso en Lacan la finalización de
un análisis implica el atravesamiento del fantasma de la falta en ser. En ese final de
un análisis en relación al analista, es el que va a permitir sostener esta posición
analítica, esta escucha que supone abstinencia y neutralidad, pagar con la
interpretación, pagar con la propia persona desde una ética que hace de lo
imposible el corazón de su acción.
Para poder mover las posiciones de como me engancho en el goce, en
relación al juego de partenaire tengo q poder ubicar el núcleo fantasmático de cada
cual, ese núcleo fantasmático si no esta lo mas atravesado posible retorna
inevitablemente en la dirección de la cura.
Segundo capítulo: ordenamiento lógico temporal que conduce a la entrada en
el dispositivo Lacan propone 3 momentos:

1) La rectificación de las relaciones del sujeto con la realidad


2. El desarrollo de la transferencia
3) Interpretación (acá interpretación cobra el valor de ser ahora posible porque tiene
como correlato el despliegue del saber icc, va a poder haber interpretación porque
efecto de la transferencia hubo apertura del icc y posibilidad de la asociación libre).
En 2 y 3 Lacan los formaliza a partir de proponernos el algoritmo de la transferencia
que lo escribe con la fórmula del S-S-S y da cuenta de lo propio del análisis.

El momento tradicional es el pasaje de la queja a la implicación subjetiva que


es de Dora. En rigor, trabajamos un punto previo que a veces no hay queja y esa
rectificación de la relación del sujeto con la realidad deberá en principio que alguien
se queje. Entonces la rectificación apunta a la implicación subjetiva, es decir que el
sujeto se implique en su decir que ubique ahí algo del orden de una responsabilidad.
Para llegar ahí a veces es de la forma tradicional de la queja ahí o a veces es que
ese padecimiento en el cual está tomado pueda poner en juego una queja. Es del
padecimiento mudo a la queja y de la queja a la implicación subjetiva. En algunos
casos es de la queja a la implicación subjetiva, la implicación subjetiva al poner en
juego algo del orden de la posición icc vía la intervención del analista produce el
desarrollo de la transferencia.
(Estas condiciones que Lacan establece en el capítulo dos de dirección de la cura,
cuando propone un ordenamiento temporal sobre todo lógico para generar la
entrada en análisis, apunta justamente a más allá de lo que dice el yo e ir al
encuentro con el decir. Para que ese decir pueda ponerse en juego hay que
atravesar distintas instancias que Lacan las nombra rectificación de la cura en el
capítulo 2, este generar las condiciones para entrada en un análisis tiene en Freud
relación con los recorridos del período de ensayo y ahí respecto de las entrevistas
preliminares ubica una noción que no está en Freud que es la rectificación de las
relación de sujeto con la realidad).

CLASE 3

Entonces trabajo la interpretación, la transferencia y los finales de análisis que se


corresponden con los pagos y a la vez con un nivel de dirección de la cura en
términos de táctica, estrategia y política.
Vamos a trabajar como aborda lacan ese proceso que conduce a la entrada
en análisis o la instalación del dispositivo. En este sentido tenemos presente que el
padecimiento y el síntoma no son sinónimos, sino que el síntoma tal cual Freud lo
define es una forma de padecimiento, pero no todo padecimiento se ordena
siguiendo la formación de síntoma. El ordenamiento que propone lacan para entrada
en análisis implica contar con una forma del padecimiento que se ordenó siguiendo
las formas del síntoma.
Ordenamiento de proceso temporal y lógico para pensar entrada en análisis y
ubica para pensar la entrada en análisis tres momentos. Efecto de lo que Freud
trabaja como tratamiento de prueba y lacan como entrevistas preliminares.
En entrada en dispositivo hay 3 instancias
1) RRR
2) Desarrollo transferencia
3) Posibilidades de interpretación. Mientras que antes abordó en dirección de la cura
la interpretación, transferencia y finales en relación al dispositivo ya instalado.
Tanto en el hombre de las ratas como Dora y Elizabeth se trata de un
padecimiento que se ordenó como síntoma. Este modo en que Lacan ordena la
entrada en el dispositivo da cuenta de la entrada de soporte tradicional del síntoma.
Y las formas actuales u otras formas de padecimiento que están presentes y
abordadas por Freud no tenemos estrictamente este ordenamiento clásico porque
no siempre el desarrollo de la transferencia toma la forma que Lacan tematiza en
esta época, que es la de el SSS. Justamente porque el desarrollo de la transferencia
se produjo soportada en el SSS, hay un cambio fundamental en la posición del que
consulta y es el pasaje de paciente a analizante y esto quiere decir que justamente
porque se produjo la transferencia soportada en el SSS lo que se produce es el
despliegue del saber icc que es sinónimo de la asociación libre y esta lo que permite
es que la intervención del analista se ordene siguiendo las líneas de la
interpretación.
La escucha analitica y el dispositivo analitico, el dispositivo supone la
escucha analitica pero esta no necesariamente se aplica en el dispositivo analitico.
Formas de la transferencia que no se ordenan en el SSS que lo vemos en la
segunda parte. Esto es importante porque hay presentaciones subjetivas en las
cuales la intervención no se juega en el plano del equívoco significante, no se juega
en el trabajo de la asociación libre soportado en el despliegue icc, sino que supone
un manejo de la transferencia en relación a aristas de la transferencia que
fundamentalmente están en relación a la angustia y a la pulsión. La técnica no
puede ser la misma para todos los casos y no podemos esperar que el paciente
asocie y hay tarea previa de traducción del icc que se acerca a lo que luego Freud
tematiza como construcción.
La asociación libre es una técnica relativa al método analítico cuando cuentas
con un padecimiento que dio lugar a la formación de un síntoma como testimonio
simbólico de un conflicto psíquico. Encontramos en Freud otros desarrollos que
permitan ampliar lo que consideramos dispositivo analítico y en Lacan sobre todo a
partir del seminario 16 cuando tienes los 4 discursos o los nudos otras formas de
abordar la estructura que trascienden al campo del deseo.
El ordenamiento clásico de Lacan supone que hay anudamiento entre el
campo del deseo y la pulsión lo simbólico funcionó y el aparato ha podido funcionar
en términos de ppio de placer, esto no nos garantiza que no haya encuentro con lo
real y aún en el campo hay encuentro como real lo mismo que dice Freud en el
tercer momento del cuadrito.
En algunos casos nos encontramos con formas de padecimiento donde no
hay primacía de lo simbólico, sino que nos encontramos con distintas dimensiones
de lo real (angustia y pulsión) o imaginario (narcisismo mal armado) se juegan
desde el inicio en la consulta y que van a presentarnos problemáticas distintas a
cuando logramos que se produzca la transferencia en términos de SSS .
Dora llega quejándose y ahí la intervención de Freud es que nada ocurriría si
ella no participara, la implica en su padecimiento es lo que habitualmente se conoce
como RRR, ¿que tiene que ver usted en esta trama? teniendo como correlato a la
implicación subjetiva y esta no es la implicación yoica.
La implicación subjetiva supone que el sujeto se anoticia de alguna
dimensión de su deseo hasta entonces icc hasta entonces reprimido. Es estar
advertido a algo relativo de la participación del deseo icc en el síntoma.
David se pregunta por el estatuto de las intervenciones del analista en los
comienzos cuando todavía no contamos con la transferencia que supone es lo
propio de la clínica analítica. Una forma de pensarlo también es armar otra
disyunción que es el deseo del analista y el SSS. El SSS sin duda se soporta, se
produce porque hay deseo del analista y hay una escucha particular que propicia
ese encuentro con el deseo icc que da lugar al SSS. Ahora bien, el deseo del
analista no es sinónimo de SSS. Por eso podremos plantear una clínica analítica en
los bordes de este dispositivo. Por eso podemos plantear intervenciones analíticas
soportadas en el deseo del analista aún cuando no se haya instalado la
transferencia como sss.
El SSS es efecto de la escucha analitica pero escucha analitica no es
sinonimo de SSS se sostiene en el deseo del analista, una relación particular con lo
imposible, un saber sobre las formas en que el icc cifra lo que la represión permitió
rechazar de la cc y además sostenido en abstinencia y neutralidad. Esto da cuenta
del deseo del analista una particular escucha y relación a lo imposible y un saber
que Lacan llama referencial efecto de su formación y de su análisis respecto de
cómo el icc cifra sirviéndose de la polisemia del lenguaje.
En los comienzos tenemos escucha analitica, deseo del analista lo que Lacan
plantea que es lo que supone de un analista y es que va a saber ir al encuentro del
deseo icc. Ahora bien, esta es una suposición general es la acepción más amplia
del SSS pero no garantiza aún la producción del SSS en su versión más estricta que
es efecto de la intervención del analista, efecto de intervención que tocó algo del
deseo icc y produjo una división.
Ese saber supuesto a un sujeto es como el esbozo mínimo y necesario de
transferencia (capacidad de libidinal), pero ese saber que le supongo a ese otro no
alcanza para la producción estricta del SSS, tal se espera se produzca en el
dispositivo. Son dos dimensiones distintas del sss una más amplia que se espera
que el analista sepa ir al encuentro con el deseo icc. Se le supone una saber hacer
con el icc, ahora bien esto aún no da cuenta todavía de la producción del SSS tal
como la tematiza Lacan efecto de la entrada en dispositivo.
Al principio Elizabeth no se queja es un padecimiento mudo, llega
melancolizada. Ella llega y lo que se da a ver es ese cuerpo doliente pero no se
queja. Freud intenta promover le vinculó con ella para que efectivamente pueda
haber un abordaje, pueda haber un vínculo que propicie que ella proponga en
palabras algo de lo que le ocurre . Freud apuesta a que el paciente hable y su relato
pero como no cuenta con ese relato busca generar un vínculo que dé lugar al relato.
Del padecimiento mudo logra que haya un relato de padecimiento. En las
entrevistas nos encontramos con alguien que en un ppio hay un padecimiento
mudo.
Si se trata de un padecimiento mudo se tratara de propiciar un relato que en
principio toma la forma de la catarsis y que por lo tanto da luego lugar a cierta
dimensión de la queja respecto de eso que lo aqueja respecto de eso que sufre.
Padecimiento de lo mudo a la queja a veces ese padecimiento no es todavía queja.
Es en el campo de la queja donde cuento con el relato con el dicho que
Lacan plantea que se tratará de implicar al sujeto, es decir de implicar al sujeto en
aquello que se dice más allá de lo que cree decir. La implicación subjetiva apunta a
ubicar en su relato algo que se entrama con su deseo icc más allá de lo que el yo
dice.
En esta ficha esta tambien trabajada una noción de Freud que es la noción
de estallido. El estallido es para la neurosis el análogo a lo que es el
desencadenamiento para la psicosis.
Estos desarrollos son sobre todo muy ajustados para dar cuenta de la
entrada en análisis cuando cuento con el soporte del síntoma. Porque la noción de
estallido la utiliza sobre todo el momento en que en la vida de una persona hasta
entonces "normal" escena soportada en suponer saber a dónde va. Esa normalidad
se ubica en donde el aparato puede funcionar en la lógica del ppio del placer, en la
línea del deseo.
En la línea de buscar propiciar situaciones ligadas a una experiencia de
satisfacción y hay cierta homeostasis. En esa escena que Freud llama normalidad
se espera que el sujeto pueda amar trabajar y obtener cierto goce de la vida. En
esta lógica los pacientes plantean un antes y un después. Da cuenta de estructura
neurótica que luego de la latencia y la n infantil pudo ordenarse en los márgenes del
ppio del placer porque no todas las configuraciones subjetivas siguen ese sendero.
Antes y un después Freud lo trabaja con la noción de estallido.

CLASE 4

Teorizaciones para pensar la resistencia y transferencia.

-Freud advierte de manera temprana que no alcanza con el término transferencia a


secas y que para pensar el enorme campo de fenómenos transferenciales, hay que
desdoblarla en positiva y negativa.

A su vez la transferencia positiva erótica implica por una parte, la


transferencia positiva erótica (relativas a la pulsión sexual, lo que dentro de su
dualismo le permite dar cuenta de la libidinización de objetos distintos del yo),
buscan el fin sexual directo. Por otra parte, la transferencia positiva de mociones
tiernas donde se ha renunciado al fin sexual.

Esta unidad remite a formas del amor, también nos lleva ineludiblemente a
ubicar el fundamento pulsional del amor, estableciendo una relación entre la pulsión
y el amor.

¿Qué es lo que uno podría poner en juego respecto a aquello que diferencia el amor
de la pulsión? ¿Que pone en juego cierta oposición?

Lacan plantea que transf. positiva y negativas hostiles constituyen la


dimensión resistencial de la transferencia. De este modo plantea que estas dos
categorías van de la mano con la noción de transferencia pq dice que se prestan
muy fácilmente para poner en juego los sentimientos del analista y si son los
sentimientos del analista los que guían la dirección de la cura, lo que se produce es
el extravío. Lacan dice, respecto de la transferencia negativa la frase “cuando no se
le sacan de encima”: se puede remitir a esos ojos que no se sacan de encima
cuando el otro se vuelve un perseguidor o cuando hay algo del orden del acoso
(demanda loca de amor).

Lacan con la fórmula del SSS escribe lo que sostiene como transferencia
positiva. Homologa la transferencia enmarcada en las vías del sss a la transferencia
tierna Freudiana u operativa. Lacan no toma el dualismo pulsiones sexuales/
pulsiones yoicas.

¿Cual seria la oposición mayor que hay entre amor y deseo, cual es el rasgo
diferencial? Si bien no hay amor sin pulsión, puede haber pulsión sin amor.

¿Para que haya amor que se requiere?

El campo del amor requiere del yo, de la unidad que va de la mano con la
constitución del yo, de poder reconocer al otro como otro yo, como un semejante
unificado.

Mientras que la pulsión no anudada al deseo, no anudada al amor, remite al


cuerpo pulsional y a la parcialidad.

Se arma una oposición en términos del registro de lo parcial en oposición al


registro del ideal que es lo que rige ciertas dimensiones de la vida amorosa. Para
dar cuenta del fenómeno del amor o lo que él llama la elección de objeto, ahí
tenemos una serie que es autoerotismo y narcisismo y previo a la elección de objeto
en la pubertad, Freud ubica una enmienda a la teoría sexual infantil donde dice que
es necesario reconocer organizaciones sexuales y pregenitales. Es decir que antes
del despertar de la pubertad que va de la mano con el “surgimiento del deseo sexual
previo” para Freud, que sería la posibilidad de coito, precio a eso, en las últimas
fases, el niño, la niña, su interés libidinal hacia un objeto, que eran los progenitores,
pone en juego la corriente del amor, pero en términos sexuales no tendría manera
de abordarlos.

Entonces en el único registro en el que se juega algo de esa relación al


objeto donde no es sexual, es vía lo parcial: nene besa a la mamá, la muerde, la
toca. No hay otra posibilidad de abordaje erotico, Freud la llama organizaciones
sexuales pregenitales, donde ya hay un partenaire que desata interés.

Las primeras emociones de la sexualidad para Freud aparecen apuntaladas


en otras funciones importantes de la vida, esto es lo que él plantea como
apuntalamiento y las pulsiones que surgen en relación al otro de los cuidados.
Plantea que es autoerótica pq el niño encuentra sus objetos en el cuerpo propio y la
sexualidad infantil, en un primer momento se limita a la práctica en una serie de
pulsiones parciales que Freud resalta que independientemente unas de otras
buscan ganar placer, en parte en el cuerpo propio y en parte en un objeto exterior.

Estas pulsiones tienen una dimensión que excede a esa síntesis pulsional
que el yo busca al integrar estas pulsiones. Las sensaciones que el niño
experimenta en el propio cuerpo surgen fundamentalmente en el seno de la
relación con aquellos que se encargan de sus cuidados. Aquellos de los cuidados
parentales erogenizan el cuerpo del niñx dando lugar al surgimiento de la pulsión,
que no es un dato de inicio en Freud. Esa orientación pulsional que el niño trae
consigo sólo cobra forma y se pone en acto a partir del otro que erogeniza el
cuerpo. Figura del marasmo→ sería la figura contraria.

Entonces, la serie para dar cuenta en Freud de una elección de objeto


distinta del propio cuerpo es el pasaje del autoerotismo al narcisismo y luego la
elección de objeto.

En relación al autoerotismo lo que marcamos es que las pulsiones parciales


se satisfacen en el propio cuerpo de un modo disperso. La modificación que se da
con el armado del narcisismo es que las pulsiones toman como objeto al propio yo.

La elección de objeto, en un primer momento, él la pone a cuenta en el


pasaje de la pubertad donde con soporte del narcisismo, las pulsiones se dirigen a
un semejante, a un otro yo, un objeto que aparece “total” en oposición a ese cuerpo
parcial que remitía el autoerotismo, un objeto total unificado en el que se busca
colmar todos los anhelos.

Freud dice que la elección de objeto implica en el campo del amor, que se
busque la satisfacción en el encuentro sexual con un otro. Freud plantea que ese
encuentro sexual supone, exige la síntesis de las pulsiones, que se ponen al
servicio del primado genital. Es importante tener esto en cuenta porque Freud está
planteando aquí a la pulsión genital no como una pulsión que realmente existe, sino
como una pulsión que se construye en base al amor.

“La pulsión genital resiste, si existe, se va a formar en el campo del otro”. Es


decir, es el campo del otro el que ocupa al primado de lo genital.

Todas las pulsiones parciales se ponen al servicio de esta síntesis. Freud no


deja de situar los modos de satisfacción privilegiados en la infancia, van a incidir en
la sexualidad del adulto. Al punto tal que dice Freud: “la función de obtener placer y
la función sexual de esa época que era el coito, esos modos de satisfacción
privilegiados en la infancia ya existen, al punto tal que cuando se produzca la
posibilidad del coito, placer y función sexual a menudo no llegan a coincidir”.

El yo en el camino, en el abordaje al semejante se adelanta a la posibilidad


pulsional. Entonces Freud ubica que el niño puede mirar, besar, tocar pero no puede
abordar “plenamente” al objeto, respecto de la función sexual que conduce luego al
objeto.

Freud plantea que esta elección de objeto en la cual confluyen los modos de
satisfacción pulsional que se han ido cursando en la infancia y también la trama
edípica, esta elección de objeto persiste en la pubertad, estos objetos que previo a
la pubertad han sido motivo de amor.

La relación a esos objetos que han formado parte de la trama edípica, que se
sostenga ahora solo en la corriente tierna y en aquellos ideales que rigen en
nosotros a partir de los valores que me han transmitido.
Por eso a veces se pone hincapié no solo en esos valores que le han
transmitido esos otres importantes de su vida, sino también lo que hace serie, un
abuelo, un padre, un padrino, etc.

Plantea entonces que este afán sexual que despertaron estas figuras
parentales, a este afán sexual se renuncia. Se renuncia a una satisfacción erótica
directa respecto de estas figuras y lo que subsiste es la corriente tierna detrás de las
cuáles se esconde las viejas satisfacciones sexuales a las cuáles se renuncia, esto
sería para Freud la declinación del Edipo.

¿Qué es lo que nos une, para Freud, a estos otros que han tenido una relevancia
central en la historia del sujeto?

Freud dice que, en el mejor de los casos, lo que une son los emblemas, los
valores, los ideales, las insignias. Para Freud en la declinación del Edipo hay
proyección de esos ideales y valores propiciados por el Otro que pasan a generar
una identificación Superyoica, es decir pasan a formar parte de los ideales y
deberes que sostienen cierta dimensión superyoica, ideales del yo.

En Freud, el semejante se constituye como objeto de amor solo en tanto y en


cuanto, hay transferencia de libido. Es decir que el otro deviene objeto de amor en
función del lugar que le otorga al yo, por eso si la libido se retira se genera una
caída.

Entonces en Freud, la elección de objeto posterior a la pubertad, atravesadas


ya las organizaciones pregenitales implica la renuncia al objeto infantil incestuoso y
supone empeza de nuevo como corriente sensual.

A partir de estos desarrollos Freud diferencia claramente la corriente tierna de


la sensual.La corriente tierna surge al principio de la pulsión sexual, termina
renunciando a la pulsión sexual directa y persiste una unión al otro en término del
cariño. Esta corriente es la que rige los fenómenos de la vida amistosa. Donde hay
una comunidad de ideales, que no tienen porqué ser positivos, los emblemas
pueden entrar en disyunción con los valores morales que representan a esa
sociedad y sin embargo se arman.
Para Freud estas dos corrientes deben coincidir para lograr una vida sexual
plena. Es decir la confluencia de estas dos corrientes, lo que da cuenta de la
unificación de los anhelos en un objeto es la que permitiría el modo de satisfacción
más plena, salvo en un abordaje perverso del otro.

CORRIENTE TIERNA: genera cariño, aprecio, amistad, respeto. No tiene


como fin la relación sexual. Lo que me une al otro no necesariamente es del orden
de lo aceptado, con valor que rige a una sociedad. Si quiero dar cuenta de eso que
me une a otro en un plano del cariño y no la pulsión sexual, aparece toda una serie
de cuestiones que atañen a la función de los ideales, en tanto rasgos, rasgos del
otro que atañen a su posición subjetiva y no al registro del cuerpo propio, el cuerpo
del otro en tanto parcial. Fenómenos que tienen que ver con la compasión, la
caridad y la piedad, la empatía, es decir abordo al otro como un otro yo, un
semejante.

En la transferencia, el amor tiene características particulares pq para Freud la


NT es una neurosis artificial provocada por la intervención del analista, pero eso no
quita que en la transferencia también está en juego el analista en tanto un otro, “un
semejante” en tanto un otro yo, aun cuando su posición implique no posicionarse
como tal. La transferencia ligada al fenómeno del amor también va a poner en juego
al campo de lo pulsional.

Hay que hacer una diferencia en que lo que excita a alguien no es


necesariamente lo que enamora. Freud dice que se pasa mejor cuando aquello que
me excita coincide con alguien que me enamora. Las fantasías sexuales aún en el
campo de la psiconeurosis dan cuenta de un punto de calentura que no
necesariamente orientan el amor, sino que van por la línea del erotismo o del lugar
de la fantasía con un otro que no va al lugar de ese idealizado del que me puedo
enamorar.

En el campo de la excitación, lo que aparece como despertando esa


excitación, esa erotización, si está totalmente despegado del enamoramiento, es el
campo de lo parcial, un rasgo parcial que atañe al cuerpo del otro y no a un rasgo
en tanto un otro yo semejante. Es un cuerpo recortado cuando aparece solo
anudado en el ámbito de lo pulsional y no abordado al otro en tanto yo → Este es el
campo que más se presta para la degradación del otro, pq no lo abordó como un
semejante, semejante es una palabra muy fuerte, pq semejante supone un otro con
el que puedo generar empatía. Si el otro no aparece en la línea de un semejante , lo
abordó como un mero objeto sexual, un cuerpo parcializado, lo abordó como un
cuerpo ajeno, extraño, extranjero que no merece ningún tipo de empatía, ni corriente
tierna.

La degradación del otro puede observarse tanto en un otro que es abordado


como un mero objeto sexual o como mi enemigo que merece desprecio, y
degradación.

En Freud hay una insistencia en cuanto a que la satisfacción más plena se


alcanza en ese punto en que la corriente tierna y la corriente sexual coinciden. Es
decir, ese punto donde eso despierta mi deseo sexual es a la vez alguien que
genera amor en la vía de la corriente tierna, y en la línea de compartir cierta
comunidad de valores.

Lo que plantean Freud y Lacan es que el fundamento pulsional del amor está
velado, esa articulación entre ese fundamento pulsional y el ropaje del amor ligado
al ideal.

Para Freud, cuando las cosas andan bien, confluyen el registro de lo parcial,
que surgió ya bajo la vieja función de apuntalamiento, el otro con sus cuidados, me
cuida, etc, eso a la vez erogeneiza el cuerpo y genera el registro parcial de la
pulsión.

En relación a esa conexión de cuidados con el niño es fundamento del campo


pulsional, sin esa libidinización del cuerpo, la pulsión no se arma de la mejor
manera, pq la pregunta sería ¿qué pasa cuando se complejiza el modo en que se
recibe a este otro? ¿Qué formas toma el armado pulsional, el aparato psíquico
cuando no ha habido el otro de los cuidados ajenos en su mejor acción?

La degradación no es deseo porque no entra en el campo del ppio del placer,


es pura pulsión parcial, para Freud connota algo que podría ligar a la pulsión de
muerte pq supone cierto registro de lo hostil para con un otro o para con uno
mismo→ BDSM (cuando empieza a circular por un campo de promiscuidad, que aún
hoy implica la posibilidad de la propia muerte).

MÁS ALLÁ DEL PRINCIPIO DEL PLACER→ pulsión y deseo están disjuntos.

Para Freud, toda la línea de lo hostil o de lo erotico descarnado de lo tierno


en última instancia se conecta con algo que justamente, en tanto remite a lo que no
entra en lo no unificado, conlleva interrogación con el campo del otro. Ese campo
para Freud tiene cierta función con el sadismo. En última instancia cierta dimensión
de lo hostil y lo erotico conectan con el odio. No toda hostilidad es odio. El odio se
conecta con el sadismo.

El sadismo a su vez es un elemento que forma parte de la constitución


subjetiva bajo la forma de la pulsión de apoderamiento. Entonces, el sadismo en los
primeros tiempos no hace del niño un sádico, es un elemento en la constitución
subjetiva.

Cuando Freud quiere interrogar la base del odio, a partir del odio arma en
1920 el dualismo pulsional: p. de muerte y p. de vida y entonces arma este
dualismo: amor-odio.

Esta dualidad, en rigor, da cuenta de la verdadera disyunción entre P. de Vida


y P. de Muerte, pq el odio es siempre hacía un otro. Lo que Freud se interroga a
partir de 1920, cuando la p. de muerte se dirige hacia la propia persona, es decir,
este fenomeno es lo que mas le interesa: el fenomeno del suicidio.

En ocasiones, matar al otro da cuenta de la posición masoquista de la


pulsión, pero en otros casos Freud va a decir que la pulsión de muerte puede
desencadenarse sin ningún tipo de relación a la propia pulsión sexual.

Respecto de los fenómenos de la vida amorosa, hay un campo donde esa


sensualidad sostenida solo en la pulsión en el aspecto erotico y cuando se ejerce en
un contexto que indica una especie de no cuidado para con uno, lo que se
encuentra es que los efectos que tiene la persona no son del orden placer, sino que
retorna como culpa.
La disyunción sensual/sexual es muy fuerte en Freud, porque le sostiene la
degradación y la degradación es en su época la figura de (no se entiende que dice
en el audio).

La descarga sexual es un modo de tramitar la angustia. Una de las formas


que tiene la angustia de tratar de tramitar algo de esa inquietud corporal es en la
sexualidad. Por eso muchos de los pasajes al acto o los actings se desarrollan en el
terreno de la sexualidad.

Hay una primacía hoy de lo auto, la selfie, la mostración.

Lo que más me hace pregunta a mi es que pasa con los niñxs en ese punto
donde el otro actual se resiste a cualquier punto de marcación. Ahí se me arma la
pregunta porque lo que yo veo hoy son cuerpos desarmados, pibes con una
inquietud corporal…

Lo que tenemos que ubicar es que ocurre cuando esta disyunción entre tierno y
sexual se juega en la transferencia, es decir, ¿que pasa cuando el analista no es
abordado desde la corriente tierna sino cuando sube a escena algo del orden de la
demanda erótica plena o la hostilidad? El analista claramente no está ubicado en el
lugar del ideal al cual el sss sostiene, sino que es abordado a un partenaire al que
se lo convoca a una escena que conlleva algo de esta degradación, pq la relación
no se juega en el eje del ideal.

Leer chiste hostil y chiste obscenoo

CLASE 5

La articulación de la corriente tierna y sensual para Freud implica una


articulación entre la función del Ideal y la dimensión pulsional. Genera la Comunidad
de valores.

Vamos a pensar las dos corrientes y la noción de objeto degradado en el marco de


la transferencia. En la corriente tierna lo que Freud ubica como transferencia
operativa, pone en juego a la corriente tierna, por lo tanto Freud la teoriza como
transferencia positiva tierna y aquí donde vamos a plantear esta corriente se aborda
al semejante desde el yo en articulación con incidencia del ideal.
Freud trabaja la corriente tierna como desexualizada, el cuerpo pulsional está
ausente y a ese otro se lo aborda fundamentalmente por la vía de las palabras.
También Freud lo ubica respecto de las figura parentales, familiares lo que
hace serie con la amistad. Aquí remarcamos el valor de las palabras respecto de
esta relación en donde está ausente el cuerpo del otro en tanto sexualizado. Para
Freud en esta línea aquello que forma parte de los semejantes entran en serie con
estos imagos parentales las cuales luego del Complejo de Edipo han devenido
objetos prohibidos y solo persiste sobre ellos en el mejor de los casos la corriente
tierna.
Nos une al otro un Ideal común que sostiene cierta comunidad. La relación al
otro se sostiene en un decir, en un rasgo del orden del significante. Esta línea
sostenida en lo tierno y en la desexualizacion, en el ideal y en el decir coincide con
lo que hemos trabajado con la entrada en transferencia soportada en SSS y lo que
Freud ubica como transferencia operativa.
Mientras que por el contrario, si solo tengo corriente sexual como aquello
que me vincula al otro, el otro en rigor no va al lugar del semejante, sino de objeto
degradado porque no se lo aborda en tanto su subjetividad sino que se lo aborda
como un cuerpo parcial.
Freud lo que plantea es que la corriente sensual parte de las pulsiones
parciales y si esta corriente se desanuda de la corriente tierna la satisfacción se
busca no en el otro como un semejante y total sino en el otro en tanto cuerpo
despegado, caído del ideal el otro se presenta como objeto degradado sobre el cual
no se transfiere ningún sgte que vaya de la línea del Ideal (Tendencia pulsional
desanudada del Ideal).
Tensión entre registro de lo parcial y lo unificado. Pulsión de apuntalamiento
son efectos de cuidados ajenos que producen un cuerpo erógeno, el placer de
órgano, las organizaciones pregenitales la degradación de la vida amorosa, las dos
corrientes y ahora vamos a trabajar otro fenómeno que permite plantear cierta
articulación entre el desanudamiento de las dos corrientes la pregnancia de lo
sensual y el campo erótico.
Para pensar la tensión entre registro de parcial y unificado podemos pensar
las pulsiones de apuntalamiento que supone la erogenización efecto de los cuidados
ajenos, del otro esos cuidados que vehiculizan el deseo y dan lugar a un cuerpo
pulsional y al placer del órgano que es el autoerótico posteriormente del
autoerotismo al narcisismo luego las organizaciones pregenitales donde ya hay un
objeto de la elección pero no están dadas las condiciones para que pueda ser
abordado sexualemnte.
Otro fenómeno para pensar la tensión es la corriente tierna y la corriente
sensual el modo en que estas participan en la degradación de la vida amorosa
respecto de ciertas elecciones de objeto que dan cuenta de la degradación. El otro
referente para pensar el objeto degradado son los chistes tendenciosos . Son
chistes que suponen 3 participantes 2 como cómplices en el abordaje de un tercero
que es objeto del chiste, y desde un decir que busca rebajarlo ya sea a partir de lo
erotico o por las diferencias, el chiste obsceno busca poner de relieve de forma
deliberada hechos y circunstancias sexuales dirigiéndose a algo que excita al
productor de la maldad. Freud dice que ese abordaje encuentra en la vergüenza del
otro la confirmación de que se ha dicho algo que toca al otro.
Si la otra persona rehúsa ese abordaje de los otros 2 lo que suele ocurrir es que del
lado del que hace el chiste surge una moción hostil o cruel.
Para Freud la base de la cultura implica que uno supone renunciar a obtener
del semejante una satisfacción directa que provenga de lo sexual o del odio. En el
fondo del núcleo de lo cultural se espera que haya un pacto que haya una renuncia
a la satisfacción directa de estos dos modos de satisfacción. No buscaré obtener
una satisfacción directa en cualquiera de estas dos vías.

Todo estos desarrollos de Freud en otros ámbitos que Freud no aplicó para
pensar los problemas de la transferencia, nos servimos de estos desarrollos para
pensar modalidades particulares que cobra la transferencia. Cuando contamos con
que el dispositivo se instaló sostenido en el síntoma en el SSS, estas
configuraciones de la transferencia que comporta algo del orden de la degradación
aparecen atemperadas, ahora cobra y se manifiesta con una intensidad y con una
fuerza más fuerte en un campo que para Freud pertenece a neurosis graves, o que
podemos encontrar en el campo de las impulsiones o en el campo de las n
narcisistas.
Vamos a pensar la incidencia de la corriente erótica y hostil cuando emergen
en transferencia desnudadas de lo tierno y de lo ideal. Tanto como para Freud y
como para Lacan en todo análisis aún en aquel que contamos con soporte del
síntoma, con producción neurosis de transferencia en algún momento emergen
mociones hostiles o eróticas que se dirigen a la persona del analista pero no es lo
mismo si cuento con el soporte del dispositivo sostenido en un decir, en el
despliegue del icc efecto de intervención del analista que tocó algo del orden del
desde que produce amor, a ese que le supongo el saber, dice Lacan, lo amo en
línea de transferencia operativa pero como lo amo y el amor exige reciprocidad
quiero que me ame, me ofrezco como amable a los ojos de ese otro y ahí se
desarrolla la batalla en transferencia. La transferencia motor apertura icc y esta
apertura conlleva también esta vertiente de amor de transferencia que busca ser
amable a los ojos del otro. Allí donde se busca ser amado por el analista se produce
el cierre del icc y en lugar de asociación cobra sustento la resistencia y la repetición
y esta vertiente de la transferencia que atañe a la persona del analista (amor transf).

Hay ciertas configuraciones subjetivas en donde se dificulta la operación


separación este abordaje del semejante en tanto un objeto degradado, es un intento
fallido de separarse de ese lugar pasivo en el que ha quedado el sujeto respecto de
ese Otro. Para Freud en ese recorte que hizo de las neurosis de transferencia como
el campo propicio para el psicoanálisis aún en este campo se encuentra con que la
resistencia se sirve de la transferencia y aparecerán mociones positivas eróticas o
negativas hostiles que se dirigen a la persona del analista, dan cuenta del
detenimiento de la Asociación Libre y dan cuenta de la aparición de la repetición.
Esto complica la cura y es un obstáculo inevitable a transitar porque estas
dimensiones de la transferencia dan cuenta de aristas que remiten siempre a lo
traumático aquello que ha escapado a la elaboración al enlace significante.
Si estas mociones eróticas u hostiles aparecen con una intensidad moderada
uno prosigue la cura con estas mociones a cuesta intentando ubicar su fundamento
pulsional y relaborandolas. Para Freud si estas mociones eróticas u hostiles
alcanzan una intensidad importante como en el caso de erotomaníaco en el caso de
cierta neurosis paranoides ahí no queda otra que interrumpir el análisis.
Lo que estamos planteando es que en ciertas ocasiones donde respecto del
otro de la historia el sujeto ha quedado como objeto de un goce que ha recaído
sobre él o caído del deseo del otro estas dos configuraciones, dan lugar a
modalidad e configuración subjetiva donde se dificulta la separación y estas
mociones hostiles o eróticas ocupan un lugar relevante desde las primeras
demandas de análisis. Lo que lacan llama como formas salvajes de la transferencia
y no es lo mismo si aparece en los inicios no domesticada por el SSS o cuando
aparecen en el interior de la cura contando con ese soporte.
La degradación provenga del erotismo o hostilidad nos acerca a la
perspectiva de lo que Freud aborda en perspectiva del odio. El odio para Freud
pone en juego al sadismo, en tanto en el odio en el extremo se trata de un otro al
cual podría destruir.
Freud va a plantear al odio como un resto de la tendencia unificadora de la
libido, lo que no entra en libidinización es un resto que en un primer momento lo
pone a cuenta de pulsiones yoicas egoístas, lo relaciona a ese odio con la agresión
y destrucción del otro y por eso aparece la figura del sadismo, el sadismo para
Freud es componente de puls sexual y tiene además un lugar en la constitución del
sujeto. Lo que plantea Freud es que el sadismo en al constitución subjetiva remite
para Freud a la importancia que tiene el armado del aparato la constitucion de lo
ajeno y el dominio coporal que va de la mano con la constitucion del yo y va de la
mano de la etapa anal.

Llegó al mundo en posición de objeto del Deseo del Otro , en el mejor de los casos
si se puso en juego el amor ese otro en don del amor renunciara a obtener una
satisfacción sexual extraída del niño como objeto de goce, pero esto no quita que en
los primeros años de vida por la indefensión y prematuracion es el Otro que en la
línea tradicional lo nombra el que cifra y descifra demanda, este primer tiempo está
marcado por la dependencia a este otro y en términos de lacan es el Tú eres.

El nombre es necesario para constituirse como sujeto y después también


para permitir una separación. ¿Qué efectos produce el horror a la marca? Para
lacan la marca inevitablemente remite al sadismo sino es la marca del golpe de la
lengua, la línea de visto y oído ahí donde no hay todavía la posibilidad de sujeto
que lea eso. Cuanto más amable es el otro que te tocó en suerte en términos de
lacan el abordaje del niño en relación con la propia falta y en ubicarse como barrado
ubicarse como incompleto renunciando a obtener un goce de ese niño, mejor están
dadas las condiciones para lo que lacan trabaja como la posibilidad de la
emergencia del sujeto del deseo. No está dado se formará por las operaciones
subjetivas.
Pulsión de dominio corporal y encuentra en dominio de objetos un modo de tramitar
y separarse de ese lugar pasivo de la infancia.
Lo que Freud plantea es que el niño juega con objetos y obtiene un goce de
dominarlo. Cierta separación del otro, cierta autonomía. Freud enlaza esta vertiente
radical ligada a la pulsión de apoderamiento o pulsión de dominio de la crueldad con
el pasaje para los esbozos del niño como activo y no solo como objeto.

La transferencia negativa, erótica muestra las complicaciones que suben a escena


de análisis cuando el analista no es abordado desde lugar del ideal, estas
dimensiones de la transferencia supone un abordaje del semejante no comandado
por la función del Ideal. En este campo la dimensión del objeto en tanto degradado
aporta elementos para pensar las complicaciones que se producen cuando el
analista es convocado como partener de una escena en la que se intenta transferir
ese lugar de objeto de un goce que recayó sobre el sujeto objeto de haber caído del
deseo del otro. Estas dos vertientes las vamos a trabajar. El paciente busca
producirlo como partener de esa escena para transferir al mismo modo que el niño
tramita con el carretel ese lugar.
La degradación del objeto no es ausencia de transferencia es la puesta en
juego de otro registro de la transferencia que es estructural a todo análisis porque
aun en el mejor de los casos aun así efecto de la indefensión , de la prematuracion y
del deseo del Otro todo neurótico tendrá de qué quejarse. Aun el mejor alojado
tendrá cuestiones para quejarse de esbozos de la satisfacción pulsional que
inevitablemente atraviesa toda crianza.
Tenemos configuraciones subjetivas donde claramente se evidencia una
complicación en punto de separación y de entrada en a análisis tenemos una
demanda que no se da en forma de filigrana y puede tomar la forma de lo erotico u
hostil y es lo que lacan ubica como transferencia salvaje porque no esta
domesticadas por el anudamiento con lo simbólico. Freud plantea que lo que
comanda el movimiento transferencial en conf 28 es la reedición en escena del
análisis sostenido por la transferencia la relación del sujeto a los otros de su historia
por eso el analista debe dejar vacío ese lugar para que se pongan en juego estas
demandas a estas otros entonces pone Freud el acento demandas del paciente
como un intento de obtener por parte del analista el reconocimiento y la satisfacción
que en su momento no tuvieron de ellos, esto queda dentro del Complejo de Edipo.
Pero vamos a ver otra arista que se trata en ocasiones más que en ocasiones
más que se reediten en la escena del análisis vias las demandas obtenidas en ppio
del placer aparecen jugando una reproducción del acto mismo que los llevó padecer.
No hay una demanda de ser reconocido sino en la línea de hacer activo lo
pasivo, en la línea de la pulsión de dominio en la línea de transferir a un objeto que
quedó en lugar degradado se reproduce el acto mismo que los llevó a padecer y la
transferencia pone en juego una dimensión que atañe al sadismo como un intento
de transferir aquello mismo que el paciente ha padecido y tiene lugar de traumático.
Esto atañe al lugar central que tiene el masoquismo erógeno primario en la
estructuración psíquica (aunque aún no lo tenga teorizado), estas formas del
sadismo en rigor son intentos fallidos de tramitar y de separarse de la posición
masoquista en que el sujeto ha quedado con el otro.
Todas estas cuestiones Freud de alguna manera empieza a abordar otra
dimensión de lo traumático justamente cuando puede situar el más allá, y sitúa el
odio. Pero en rigor con lo de mas alla no termina de situar, sino hasta el
masoquismo erógeno primario donde puede explicar el suicido

CLASE 6
Interpretación e intervención privilegiada para el síntoma. Mec psíquico
represión, síntoma como testimonio vivo de la represión
Registros que exceden a lo simbólico. dimensiones resistenciales de la resistencia,
no las trabajamos la primera parte.
Antes trabajamos las modalidades subjetivas donde padecimiento se ha
organizado siguiendo la vía de las formaciones del icc: como Lacan sirviéndose de
los desarrollos Freudianos da cuenta de la entrada en análisis de la dirección de la
cura, la implicación subjetiva tiene como efecto la transformación del síntoma de
consulta al sintoma analitico y va configurando el SSS.
Trabajamos el primer momento de la aplicabilidad del método y empezamos
a trabajar una arista de la transferencia operativa de la transferencia motor, pero una
vez instalada la transferencia como motor rápidamente dice Freud subirán a escena
la resistencias del paciente. Las resistencias del paciente pone en juego la cara
obstáculo de la transferencia que está en todo análisis y es una cara de obstáculo
no a evitar, sino a transitar.
Con la cara resistencias de la transferencia, la transferencia negativa hostil y
la positiva erotica, ubicamos algo que va más allá de la dimensión simbólica y que
pone el fundamento pulsional del amor para ubicar una cuestiones que permiten
oponer el registro de lo parcial (remite a lo pulsional) al registro de lo unificado
(narcisismo, ideal). Entonces vemos como se empieza a complejizar el campo.
Obstáculos en transferencia a partir de unidad 3 es la segunda parte del
programa y contenidos que vamos a avanzar ahora en relaciona nuevas
complicaciones con las que freud se va encontrando en su práctica y nos conduce
de este segundo momento que Freud tematiza como neurosis de transferencia a el
pasaje a un tercer momento donde deja de lado las oposiciones binarias y va a
ubicar distintos referentes que den cuenta de una complejidad que pone en juego
aquello que Freud en una primera época intento dejar por fuera de la practica
analitica, le retorna en el interior mismo de su práctica.
Los desarrollos de la 3 unidad van a conducir al punto de viraje que se
produce en 1920 introduce ahora el más allá del principio del placer.
Las formas resistenciales de la transferencia, tanto la transferencia negativa hostil y
la transferencia positiva erótica muestran las complicaciones que suben a la escena
del análisis cuando se ponen en juego vertientes de la transferencia que no se
organizan en relación al SSS. En relación a esto trabajamos la noción de objeto
degradado y como el analista puede ir a parar a este lugar. La degradación del
objeto y estas formas resistencias no es ausencia de la transferencia, sino que era
la puesta en acto de otro registro de la transferencia que como decíamos es
estructural a todo análisis.
Si esta vertiente de la transferencia negativa hostil o positiva erótica se
despliega en el inicio mismo de un análisis, obviamente este dificulta la entrada en
dispositivo como Freud la sistematizó y da cuenta de lo inhóspito cuando este se da
desde los comienzos. Vimos que aún cuando esto no se de desde el inicio y se de
la entrada que freud sitúa que conduce a la instalación del dispositivo lo que vemos
es que una vez producida la vertiente motor de la transferencia, la transferencia
soportada en el SSS nada impide o mejor dicho es estructural al análisis que surjan
las resistencias (sería la segunda fase que Freud sitúa en conf 28 el batallar en
transferencia con las resistencias).
La unidad 3 y 4 demostraremos las complicaciones que se da en esta
segunda fase una vez que se produjo la entrada en análisis suben a escena
inevitablemente las resistencias y tambien dimensiones de la repeticion que no son
la repetición significante, por ejemplo el agieren o el retorno de lo reprimido en la
escena misma de la transferencia, en la relacion con el analista. o tambien ya
empiezan a esborzarse ciertos elemntos que van a dar luego pasaje a la
formulacion del Mas allá y a la CR.
La noción del objeto degradado permite establecer una relación con el
sadismo con lo hostil pero también con una vertiente del odio que va a ser crucial
para comprender el más allá del ppio del placer pero sobre todo se articula luego
con la formulación de la pulsión de muerte. El dualismo que propone Freud en más
allá del ppio del placer en relación a pulsión de vida (amor) y pulsión de muerte
(odio) no da cuenta del núcleo más duro del mas alla del ppio del placer que tiene
que ver con la cara de la pulsión del muerte que puede ponerse en juego en relación
contra el propio individuo y no contra otro . Esto lleva al pasaje del sadismo como
primario a la postulación del masoquismo.

Las vertientes resistenciales de la transferencia o los esbozos transferencia


en los inicios de un análisis cuando toman formas parecidas a la transferencia
positiva erótica y negativa hostil, van a ser abordadas por Lacan en la categoría de
la transferencia salvaje, es decir vertientes de la transferencia que no están
domesticadas por el anudamiento con lo simbólico.
En la conferencia 28 Freud plantea que lo que comanda el movimiento
transferencial es la reedición en la escena del análisis de antiguos conflictos que
también remiten a la relación del sujeto a sus Otros primordiales, y pone aquí el
acento en la vertiente del agieren. La demanda que el paciente le dirige al analista
como intento de obtener la satisfacción directa con el analista que en su momento
no obtuvo de esos otros primordiales.
Ahora bien, toda la linea que vamos a profundizar en la unidad 4 y
empezamos a abordar en la unidad 3, formas de la transferencia que más que
reeditar lo padecido a la espera de otra respuesta del otro, vamos a ver que en
ocasiones lo que se pone en juego en relación a la CR es que se reproduce el acto
mismo que se llevó a padecer. La transferencia vía la degradación puede poner en
juego de la escena analítica al sadismo como un intento de transferir aquello mismo
que el paciente ha padecido y que cobra el valor de traumático.
Vamos a trabajar fundamentalmente las complicaciones con las que Freud se
encuentra en su práctica a partir de 1920 y no se trata solo del sadismo como lo que
él ubicó como pulsión de dominio, sino también que esto implica la posición
masoquista del sujeto, es decir el objeto que el sujeto ha sido para el Otro.
Para articular estos desarrollos es necesario abordar las teorizaciones
Freudianas a partir de mas allá, donde Freud va a poder cernir a la CR como una
forma de repeticion que excede el retorno de lo reprimido porque justamente va a
poder dar cuenta de lo que no pudo ser ligado. En más allá es formulado por Freud
una nueva resignificación de lo traumático en términos de los estímulos interiores no
ligado al campo de las representaciones, lo que da lugar entonces a la postulación
de un nuevo dualismo pulsional a la necesidad de postular las pulsiones de muerte
que finalmente al ubicar el sadismo al masoquismo erógeno primario.

CLASE 7

Dos textos: ejes de más allá del ppio del placer y el problema económico del
masoquismo (MEP). Soporte de una lectura integral
-Importancia de interrogar el valor que cobra hostil en la trasferencia y esto nos va a
llevar a trabajar fundamentalmente las modificaciones que se producen a partir del
viraje de 1920.
-Importancia que cobra la noción degradación para pensar estas formas de la
transferencia que Freud pone del lado de lo resistencial. No siguen las formas del
SSS, no se transfiere un sgte o un saber, sino que lo que se intenta transferir es
ese lugar del objeto en el cual el sujeto ha quedado respecto del deseo del Otro
cuando este lugar comporta vertientes que valen como traumáticas. No se trata del
agieren en este caso ni de reeditar el conflicto en relación con el analista, se
reproduce en transferencia el acto mismo que los ha llevado a padecer. Estas
formas de la transferencia son un intento de transferir aquello mismo que el
paciente ha padecido.
Juego de la muñeca: transferir ese lugar de objeto que se va a conectar con
el lugar del sadismo en la constitución subjetiva en tanto pulsión de dominio, en
tanto intento de pasaje de la pasividad a la actividad.
No trata solo del sadismo, sino que hay que interrogar la posición
masoquista del MEP para intentar entender que lo que se intenta transferir es este
lugar de objeto en el que el sujeto ha quedado respecto del Deseo del Otro.
Retomar desarrollos freudianos a partir del más allá porque es aqui donde freud va
a cernir una forma de la repeticion a la que va caraceterizar como compulsión a la
repetición, la cual excede el retorno de lo reprimido porque va a dar cuenta de lo
que justamente no pudo ser ligado al campo de las representaciones.
La formulación del más allá se entrama con la posibilidad de conceptualizar
cierta dimensión de la repetición que Freud nombra como compulsión a la repetición
y hay cierta anticipación en Recordar Repetir y Reelaborar.
Los tres referentes: sueños de las neurosis traumáticas, el juego del fort da y
sobre todo la repetición en transferencia de estas vivencias. Vivencias que no
aportaron placer al momento de vivirlas para ninguno de los dos sistemas. Freud
ubicará un funcionamiento del aparato en relación un trastocamiento del ppio del
placer y esto lo lleva a formular el más allá del ppio de placer, un nuevo dualismo
pulsional y que alcanza su verdadero fundamento con el problema del masoquismo.
Los tres referentes son Fort da, sueños traumáticos y repetición en
transferencia y el elemento común que caracteriza a estos tres referentes es la
repetición de sucesos penosos que conducen una y otra vez al sujeto a una
situación que vale como traumática.

En relación a la neurosis traumática ubica que esta presenta un padecimiento


subjetivo mucho mayor al de una histeria y que tiene cierta similitud con la
melancolización. Sobre todo la presencia de sueños que conducen una y otra vez
a la escena que vale como traumática y que lleva que se repita en el sueño,
prácticamente sin desfiguración.
Freud va a relacionar esta repetición de los sueños como aquello que da
cuenta del punto que vale como más allá y de la irrupción de lo traumático que no
pudo ser ligado al campo de las representaciones. Posteriormente trabajará como
estos sueños intentan producir en el aparato el apronte angustiado que en su
momento faltó, y lograr de esta manera intentar ligar estas magnitudes de
excitación que al perforar la barrera de protección antiestimulo no pudieron ser
tramitadas.
En el juego del Fort da Freud observa el juego de su nieto que arroja un
carretel y relaciona este juego con la marca que deja la ausencia de la madre
cuando se empieza a inscribir entre presencia ausencia y plantea que el carretel
evoca esa ausencia.
El último referente que trabaja es la repetición en transferencia de suceso
que no fueron placenteros para ninguno de los dos sitemas y luego de ubicar la
compulsión a la repetición en transferencia, menciona que este extraño fenómeno
donde las personas repiten una y otra vez el encuentro con situaciones
absolutamente displacenteras. Esto lleva a Freud a mencionar y cuestionar las
enigmáticas tendencias masoquistas del yo, cuestión que en 1920 no puede
resolver pero ya esboza como problema.
Resaltamos que en más allá, el acento está puesto en la repetición de
vivencias que nunca fueron placenteras y que ni siquiera peuden ser planteadas
como reprimido, en tanto lo reprimido supone la ligadura.
A la altura del más allá del ppio de placer lo traumático es definido como el
fracaso de la ligadura, de las magnitudes de excitación pulsional. Esto que él sitúa
respecto de las neurosis traumáticas y que pone en juego respecto de la ruptura de
la barrera de la protección antiestimulo, va a plantear que podemos pensarlo como
lo que ocurre en la psiconeurosis.
Es decir, es una perturbación análoga a la ruptura de la barrera de protección
antiestimulo provocada en las neurosis traumáticas. Lo que plantea es que en la
psiconeurosis lo que vale como trauma es una irrupción pulsional que no logra ser
ligada al campo de las representaciones, por eso tampoco puede ser objeto de la
represión secundaria. Pone en juego una de las figuras de lo inasimilable del trauma
y lo que podemos ubicar que vale como actual, eso que implica un exterior en el
interior mismo del aparato que no logra, en principio, ser cernido por el ppio del
placer( lo que Lacan luego trabaja como éxtimo de la pulsión).
Por eso Freud remarca que las huellas del tiempo primordial no subsisten en
estado de ligadura. No se trata de aquello que de lo reprimido se abre paso, sino de
lo que conserva su estatuto de traumático en tanto que frente al fracaso de la
ligadura, no se inscribe como icc reprimdo y por lo tanto no sube a escena bajo la
forma del retorno de lo repirmido, sino bajo la forma de la Compulsión a la
repetición.
Esto da lugar a la vertiente resistencial de la transferencia y son obstáculos
inherentes a transitar a todo análisis. Freud describe la CR remarcando el alto grado
de carácter pulsional que la caracteriza. Esta relación entre la CR y la pulsión es lo
que lleva a Freud a reformular en 1920 el dualismo pulsional, en términos de
pulsiones de vida v/s pulsiones de muerte.
La CR parece mostrarnos la naturaleza conservadora de las pulsiones en
lugar de la pulsión como un factor que es fuerza en el sentido de la síntesis.
Sirviéndose de ciertas analogías con el campo de la biología, va a plantear que la
CR parecería una búsqueda de reproducir un estado anterior al cual lo vivo debió
renunciar bajo el influjo de fuerzas perturbadoras exteriores.
A partir de los estímulos interiores no ligados a partir de entramar esto con la
CR, señala esta naturaleza conservadora de la pulsión que observamos en la CR.
Freud propone reformular el dualismo pulsiones de vida (Eros) v/s pulsiones de
muerte (Thanatos) y va a plantearnos una serie donde afirma que ciertas pulsiones
yoicas quedarían a cuenta de las pulsiones de muerte, mientras que otras parte de
las pulsiones yoicas la libidinosas (autoconservación) quedará a cuenta de las
pulsiones sexuales.
Las pulsiones de vida en relación a eros y pulsión sexual, la libido de objeto
a eso que se articula con la tendencia al unificación, a la ligadura, a la función de
síntesis del yo, a la energía desplazable, son figuras que dan cuenta de las
pulsiones sexuales que ahora renombra como pulsiones de vida. Mientras que a las
pulsión de muerte en esta analogía con lo biológico nacen por animación de lo
inorgánico y pone en juego esta CR que metafóricamente lo plantea como la vuelta
a lo inanimado.
Las pulsiones de muerte se pueden articular con este resto autocrítico, no
desplazable, que ya había ubicado en relación a estas pulsiones que no pueden ser
abarcadas en la síntesis yoica. Esto también permite anticipar que la escisión del yo
se sostiene ahora no en una representación que la escinde, sino en esto no ligado al
campo de las representaciones, que agujerea la función de síntesis del YO y se
conecta con este resto autoerótico y por lo tanto con lo que Freud ahora ubica como
pulsión de muerte.
Siguiendo esta analogía con la biología Freud va a plantear los fenómenos de
la vida suponen la acción eficaz y conjugada de ambos tipos de pulsiones (vida y
muerte), o sea que una parte de la pulsión de muerte se dirige al exterior y sale a la
luz como pulsión a agredir y destruir (línea del sadismo). Lo que le interesa remarcar
es que esta pulsión quedaría al servicio de Eros en la medida que un ser vivo
aniquilaba al otro y no así mismo para sobrevivir, y el sadismo que de alguna
manera forma parte del movimiento en relación a la pulsión sexual.
En más allá del ppio del placer, Freud termina diciendo e ilustrando a las
pulsiones de muerte en relación a la agresión, la destrucción, con la figura del odio
y las pulsiones de vida en relación a la síntesis a la cohesión con la figura del amor,
pero en rigor esto no da cuenta de este nuevo dualismo pulsional y tampoco del
núcleo más duro del ppio (+ allá?) de placer porque la figura que elige para ilustrar
supone la destrucción de un otro distinto de sí mismo.
El problema es cuando el sadismo vuelve sobre sí mismo y recién esto
Freud lo puede explicar con los desarrollos del problema económico del
masoquismo.
Entonces en más allá queda remarcado cierto estatuto conceptual del odio
en relación a la agresión y al sadismo , pero remarcó el dualismo amor-odio, pulsión
de muerte, agresión, sadismo, no alcanza porque las tendencias hostiles no
contradicen al ppio del placer y por otro lado el sadismo es solidario con la pulsión
sexual (autoconservación), en tanto se entrama con la pulsión de dominio y de
apoderamiento.
La importancia de pulsión de dominio, se juega en un placer en el dominio de
los objetos, fundamentalmente porque es el punto donde el niño deja de ser un
objeto, en tanto este lugar en el que entra en la estructura objeto del Otro de los
cuidados ajenos para poder a comenzar a constituir un objeto fuera del el.
Este dominio de objetos tiene correlación con la constitución de la instancia
del yo y la pulsión de dominio tiene una participación en el armado de la constitución
subjetiva.
Por otra parte, el objeto del sadismo es el sufrimiento del semejante. Ahora
en este punto cuando ya Freud trabaja en más allá la pulsión de muerte como
agresión, agresión sobre un otro y provoca un sufrimiento a otro, la pregunta es
¿cómo se podría ejercer dolor en otro si no se lo experimento en el propio cuerpo?
¿Cómo se podría buscar ese dolor en el otro si no hubo un registro subjetivo del
propio dolor? Esto va a implicar un cambio de supuesto, Freud planteaba al sadismo
como primario pero todos estos desarrollos llevan a concluir que debe haber primero
una experiencia de dolor, una experiencia masoquista.
Freud se ve llevado en 1924 a plantear la existencia de un MEP que va a ser
solidario, ahora sí con el fundamento conceptual que lleva a postular la existencia
de las pulsiones de muerte.
Desarrollos de Lacan que permiten clarificar cuestiones del MEP:
Este puede ser como uno de los nombres en el cual demarca la posición
pasiva en la cual entra el recién llegado al mundo en relación al Otro, posición
pasiva que lo vuelve sí o sí para que la vida perdure objeto de los cuidados del Otro.
Estos cuidados del Otro implican una erogenización del cuerpo necesaria para la
vida, que luego de la pulsión y del advenimiento del deseo y a su vez, es correlato
de esta posición del objeto.
No da lo mismo como se recibe al recién llegado y si estos cuidados
vehiculizan el deseo del otro sino también el amor que supondrá la renuncia a
obtener un goce en relación a el niño.
Este más allá del ppio del placer muestra un funcionamiento del aparato que
NO apunta a la búsqueda del placer en términos de un aminoramiento de la tensión,
sino que comporta cierto encuentro de lo doloroso. Lo llamativo es que una y otra
vez se produce un encuentro con lo que supuestamente se debería evitar.
La CR pone en juego ciertas vivencias que tiene la característica de producir un
encuentro con algo que se asemeja al dolor, es decir, una extraña satisfacción en el
dolor. En 1924 reflexiona sobre el papel estructural del masoquismo en la
constitución de lo anímico, lo llamativo es que el dolor y el displacer pueden dejar de
ser advertencias para constituirse en metas. En el caso del masoquismo se trata de
una tensión displacentera que produce una satisfacción pulsional que no se
enmarca dentro del ppio del placer, y que tiene que ver con este reencuentro de
marcas que aportaron placer al aparato.
Freud establece que es necesario reconocer la existencia de una aspiración
masoquista en la vida pulsional de los seres humanos, aquí más cercano al campo
de la biología por momentos, el ME es el testimonio y el resto de la fase de
formación en la que se produjo la ligazón entre eros (pulsión de vida) y pulsiones de
muerte. en este sentido respecto de estos recorridos que la propuesta de Lacan
esclarece.
Freud plantea que la fase de formación en que se produjo la ligazón entre eros
(pulsión de vida) y pulsiones de muerte… En Lacan esto puede ser abordado en
relación a ese encuentro entre el puro organismo y el lenguaje que será el lenguaje,
dirá Lacan, tiene una función de marca y también de mortificación.
Freud establece que la vida exige una transposición de la pulsión de muerte
al exterior, pero que hay un resto de la pulsión de muerte que permanece como
residuo, el cual constituye el genuino masoquismo erógeno. Por una parte, ese
resto deviene componente de la libidio ,pero que otra parte sigue teniendo como
objeto al ser propio (en relación a Lacan: disyunción cuerpo/goce).
En una parte del texto Freud plantea al MEP como placer en el dolor y en
rigor, lo leemos nosotros como esta posición en la que llegamos al mundo objeto de
los cuidados ajenos. El placer en el dolor se ubica en las otras formas del
masoquismo: el masoquismo femenino(fantasías y actos en posición característica
de la pasividad, en el campo de la práctica sexual) y el masoquismo moral
(búsqueda del padecer alejado del vínculo con la práctica de la sexualidad y que lo
trabaja en relación al Syo, a la RTN)
Estas son formas secundarias del masoquismo y que encuentran en la
existencias del MEP su fundamento. En Freud la existencia del MEP supone la
mezcla de estas dos pulsiones y es el testimonio del encuentro entre estas dos
pulsiones. El MEP es para Freud testigo y resto de esa fase de formación en que
aconteció esta liga entre Eros pulsión de vida y pulsión de muerte. Ese ME es para
Freud ese resto de la pulsión de muerte en el interior, es efecto de la mezcla, efecto
de ese encuentro y supone un punto de desmezcla.
La noción de mezcla y desmezcla pulsional, Freud la aborda en distintos
textos para dar cuenta de fenómenos clínicos diversos del síntoma, en tanto
expresión de un conflicto psíquico. El grado de desmezcla le permite a Freud
abordar distintos fenómenos RTN, SIC,Rasgo de caracter, suicidio.
Adelantó entonces que, hay ciertos desarrollo de Lacan que nos van a
permitir abordar esto desde otra perspectiva, en relación a las operaciones de la
constitución subjetiva que vamos a trabajar en relación a la alienación y a la
separación. Hay otros recorridos de Lacan que nos van a permitir pensar estos
desarrollos Freudianos, en relación al encuentro del viviente y el puro organismo
con lalangue que es lo que va a introducir en el ser humano el registro de la muerte.
La muerte es entre otras cosas como el efecto mortificante de la lengua sobre
el organismo, es amortiguación necesaria para que en esa vida biológica entre en
juego la dimensión de lo humano del parletre.
Este efecto del lenguaje, de lalangue sobre el viviente va a suponer una
pérdida de ese puro organismo en el registro de lo biológico y es la condición para
que luego advenga un cuerpo, que luego implica el pasaje de ser un cuerpo a tener
un cuerpo. De ese encuentro entre el puro organismo y el Otro que pone en juego
sus palabras y lalangue queda un resto en la pulsión de muerte en el interior dando
lugar al MEP.

CLASE 8

Ejes centrales de la unidad 4. Conceptos principales de más allá del ppio del placer
en torno a la resignificación de lo traumático y los estímulos pulsionales, los
estímulos interiores no ligados, que llevan a Freud a postular un nuevo dualismo:
pulsiones de vida v/s pulsiones de muerte, así como también, en rigor recién va a
poder fundamentar el alcance de este nuevo dualismo con la formulación del
masoquismo erógeno primario.
El juego del Fortda como un juego que aporta elementos fundamentales para
pensar la constitución subjetiva, y lo vamos a articular con algunos desarrollos de
Lacan en relación a las operaciones de alienación-separación.
Respecto al cuadro de las nosografías, nos encontramos en este punto en el
tercer nivel del cuadro donde Freud abandona las oposiciones binarias y centra su
mirada en fenómenos que valen como figuras de lo no analizable. Lo particular que
Freud ubica ahora es que estas figuras de lo no analizable surgen en el interior
mismo de la experiencia analítica, de la práctica, es decir, en el interior mismo de
ese campo que recortó como factible para la aplicabilidad del método.
Los fenómenos que ahora cobran otro lugar en la interrogación Freudiana son:
-LO TRAUMÁTICO EN TANTO LO NO LIGADO (más allá de las neurosis
traumáticas)
-LA MELANCOLIZACIÓN

-REACCIÓN TERAPÉUTICA NEGATIVA


-SENTIMIENTO ICC DE CULPA
- NEUROSIS GRAVES
-CIERTA DIMENSIÓN DE LOS RASGOS DE CARÁCTER
-EN RELACIÓN AL MASOQUISMO EROGENO, FREUD VA A PREGUNTARSE
POR EL ALCANCE DEL FENOMENO DEL SUICIDIO.

Ubicamos estos fenómenos como testimonios de obstáculos estructurales en la


cura, pero lo que se ubicaba en la primera época como obstáculos a evitar, ahora se
constituyen como obstáculos a transitar. Respecto de estos fenómenos los
conceptos centrales para abordarlos tienen que ver con el más allá del ppio del
placer, la pulsión de muerte, Superyo, el masoquismo erógeno primario.
Estos desarrollos se articulan con las posteriores teorizaciones Freudianas
sobre el lugar y la función de la angustia en la estructura, a la cual va a articular
ahora con el Complejo de Castración (inhibición síntoma y angustia).
Voy a situar un par de cuestiones relativas a esta temática para que se
comprenda mejor los distintos momentos de la constitución subjetiva.
El anudamiento que Freud establece entre la angustia y el complejo de
castración anticipa el lugar estructural que posteriormente Lacan le va a otorgar al
Otro respecto de la constitución subjetiva.
En Inhibición Síntoma y Angustia lo que Freud ubica es que la perturbación
económica concomitante a la angustia a la que caracteriza como “el incremento de
las magnitudes de estímulo en espera de tramitación ”, le permite establecer una
analogía con el peligro que introduce la vivencia de nacimiento. La función que
desempeña el Otro respecto del advenimiento del sujeto va a fundamentar la
resignificación que cobra lo que vale como traumático. Freud va a señalar que la
presencia de la madre contribuirá a que el contenido del peligro se desplace de la
situación económica a su condición, es decir, a la pérdida de objeto. La ausencia de
la madre es lo que deviene ahora peligro y Freud plantea que la señal de angustia
surgirá antes de que sobrevenga esta situación económica tan temida.
El valor de la ausencia de la madre se entrama a su vez con la comparación que
Freud establece con la angustia de nacimiento y lo que vale como castración de la
madre ligada de modo estructural a la relación de la madre con su propia castración.
Freud va a plantear que la relación de la madre con su propia castración va a incidir
de manera determinante respecto del modo en que se produce el advenimiento del
deseo de un hijo. Por lo tanto, va a incidir a la vez, en el lugar al cual un niñe/ hije
viene.
La constitución de la angustia como señal significa para Freud un gran progreso, ya
que resalta que este progreso tiene como condición en relación a la presencia de la
madre, que se inscriba la posibilidad de una ausencia. En Inhibición síntoma y
angustia, Freud diferencia dos dimensiones de la angustia: la señal y las
consecuencias de su fracaso, cuando fracasa la angustia señal hay una
reproducción automática de la angustia frente a una situación que en tanto vale
como traumática se articula con la perturbación económica. Esa perturbación
económica en Freud es relativa tanto a una dimensión pulsional que trasciende y
subvierte el plano atinente al desvalimiento biológico.
En varias ocasiones, Lacan retoma la noción Freudiana que en Alemán es
“Hilflosigkeit” (se pronuncia jil flusij kait) que significa indefensión y apartándose de
la pregnancia que la dimension biologica cobra por momentos los desarrollos
Freudianos va a ubicar a esta noción que remite al desamparo , a la indefensión,
como la posición de estar sin recursos , más primitiva que todo. Se va a preguntar
¿sin recursos ante que? Esto no es de ninguna definible, centrable de ninguna otra
manera más que ante el deseo del Otro. Es decir, va a ubicar la relación entre la
angustia y el lugar que ocupo respecto del deseo del Otro.

Dice Lacan: “ es entonces ante la presencia primitiva del deseo del Otro como
opaco, como oscuro que el sujeto está sin recursos” y asevera que ahí está el
fundamento de lo que en el análisis se ha explorado en relación a la experiencia
traumática. En este sentido se pueden distinguir dos formas, ambas son válidas y
pertinentes para pensar la aparición de la angustia:
1) La ANGUSTIA ante la falta de la falta
2) La ANGUSTIA como respuesta frente al deseo del Otro como enigma del ser.
Ubicamos la importancia que tiene el Otro, el deseo del Otro respecto de la
constitución subjetiva, trabajando las operaciones de alienación-separación.
El juego del Fortda para pensar el valor crucial que este tiene en la constitución
subjetiva y su relación que guarda este juego respecto de cuando el niñe registra la
ausencia de la madre.
Los desarrollos de Lacan relativos a estas operaciones contribuyen a esclarecer
este anudamiento establecido por Freud entre angustia, trauma y castración. A la
vez permiten precisar el lugar que el desamparo, pensándolo ahora como correlativo
de ese punto de imposibilidad del sujeto de saber quien es para el deseo del otro, o
sea permite precisar el lugar del desamparo juega en la constitución de la neurosis y
también en el transcurso del análisis.
Hay una tesis que se mantiene en toda la obra de Lacan hasta el final y es que el
sujeto adviene en el campo del Otro, ningún sujeto puede ser causa de sí. La
existencia de un sujeto requiere de la nominación del Otro, esta nominación que en
un principio es nada más ni nada menos que un nombre, es crucial para posibilitar
que luego el sujeto tenga una existencia más allá de este Otro. Lo primero que viene
del Otro es un nombre que será lo que le permitirá a le niñe ubicarse luego como
falta en ser.
Ahora bien, la pretensión de no marcar no deja de ser un modo de la marca, esto
respecto a debates actuales en torno a no nominar a le niñe para que sea este
quien elija su nombre.
En relación a estos desarrollos es necesario tener presente lo que situamos
respecto de que el masoquismo erógeno es uno de los nombres que nos permite
ubicar la posición pasiva del sujeto frente al Otro. Una posición pasiva que implica el
lugar del niñe como objeto de estos cuidados ajenos, no sólo objeto en relación a un
deseo, que a la vez implican una erogeneización, la cual es necesaria para la vida.
Se pueden ubicar los desarrollos de Spitz respecto al fenómeno del marasmo
cuando falta este alojamiento en el campo del Otro, cuando falta esta
erogeneización, esto en ocasiones conduce a la muerte.
Esta posición pasiva del sujeto frente al Otro en los comienzos de la vida es
inherente a la condición humana. Lo que será decisivo es que lugar va a ocupar en
el deseo del Otro, así como también, como este vehiculiza en relación al niñe el
lugar de este deseo y como pone en juego la dimensión del amor.
La prematuración y la indefensión propia de nuestra especie nos coloca
inevitablemente en el lugar de objeto de los cuidados de ese Otro, los cuáles a lo
largo de la historia van modificándose (distintos modelos de crianza). Es interesante
ubicar como los distintos modelos de crianza inciden en los modos del lazo al otro,
pero en términos de la estructura lo que sigue manteniéndose es que si o si necesito
de ese Otro de los cuidados ajenos. En ese punto, el recién llegado al mundo es
objeto de la voz del Otro, objeto de la mirada, de las caricias, de los cuidados y
como decía anteriormente, recibe un nombre que proviene del Otro.
Lacan plantea que para advenir sujeto deberemos pasar por los significantes del
Otro. Para poder nombrarme “yo”, debo primero nombrarme con los significantes del
Otro. Ese nombre va a ser crucial para que a posteriori el sujeto pueda nombrarse
con ese nombre, y va a ser crucial en el proceso de separación, pero a la vez el
riesgo sería quedar reducido sólo a esa marca, es decir, a ser solo esa marca con la
que el Otro me nombra. Estos son los avatares que Lacan intentará trabajar en
relación a las operaciones alienación separación, tal como las empieza a plantear
en el seminario 11.
Ese significante que se produce en el lugar del Otro, es lo que hace surgir allí
al sujeto del ser que no tiene todavía la palabra, pero a precio de coagularlo. Es por
eso Lacan plantea que el sujeto tiene que elegir entre la marca y el ser, elección que
a su vez es imposible en tanto que para poder advenir sujeto, no puede no elegir la
marca, por ello es que Lacan llama a esta operación una elección forzosa.
El problema consistirá en cómo no ser solo esa marca, es decir necesito de
ese nombre para advenir sujeto, pero a la vez necesito que con ese nombre se
sustente la posibilidad de separación para no quedar coagulado tan solo en esa
marca. Es en relación a esa encrucijada que se va a recortar la especificidad de la
operación separación y la relación que esta tiene con la función de la angustia, en
tanto la separación implicará que el sujeto ya no se inscribe sólo como falta , sino
como pérdida.
En relación a la alienación Lacan marca la importancia de esta marca que proviene
del Otro, que proviene en principio como nombre del Otro en relación al sujeto por
venir, y por otro lado, la va a diferenciar de la operación separación que pone en
juego la pérdida.
La operación alienación pone en juego la falta en ser, que es este nombre que
proviene del Otro y que va a tener incidencia con la pérdida del puro organismo, la
posibilidad de la constitución de un cuerpo, pero luego será necesario que se pase
de ser un cuerpo a tener un cuerpo.
El nombre que proviene del Otro supone una marca sobre el viviente, sobre
ese organismo. Es una marca necesaria para que luego pueda advenir el yo. El yo
en Freud no es una instancia que esté presente desde los comienzos , sino que
supone una nueva operación.
Efecto de la marca, de la entrada en lo simbólico, lo que se pierde es el ser,
es decir, lo que se pierde eso que el sujeto era antes de advenir a un mundo
marcado por lo simbólico, ¿qué era antes de advenir al mundo marcado por lo
simbólico?, aquello que Freud denomina como “puro organismo”, ese ser animado
elemental. Pero esta marca que implica la pérdida del organismo va a ser la que le
va a permitir al sujeto nombrarse, pero esa marca no agota el ser. Decir “yo” exige
nombrarnos con ese nombre del Otro.
Este nombre permite ubicar esta falta en ser, ubica la pérdida de ese puro
organismo, pero luego será necesario poner en juego la pérdida. El encuentro entre
el sujeto por venir y lalangue, en tanto las palabras que provienen de este Otro, va
a implicar la pérdida del ser en tanto puro organismo no marcado aún por el efecto
del significante.
Es ese ser vivo inmortal, esa pura vida no humanizada. En Lacan vamos a
ver que el objeto a es un objeto que representa parcialmente eso que el sujeto era
antes de advenir al mundo del lenguaje. En ese sentido es el objeto que me falta,
pero no el objeto que perdí, lo que se pierde en la operación alienación, en este
encuentro de los significantes que provienen del Otro es ese organismo sin marca.
Esa marca que ahora la hacemos correlativa al nombre propio es el modo en que el
Otro me nombra y lo que permitirá también nombrarme, pero será necesario
además, poder poner en juego un no soy solo esa marca con la que el Otro me
nombra. Ese separarse que pondrá en juego la función de la pérdida
inevitablemente implica pasar por un punto de desamparo.
En el juego del FORT-DA lo que le llama la atención de Freud es como el
niño jugaba ante la ausencia de la madre un juego que consistía en arrojar lejos un
carretel y luego recuperarlo bajo la forma del “fort-da”, osea aquí y allá, en
castellano sería el juego de “no está, acá está”. Es decir, jugar a ese punto de
aparecer y desaparecer respecto de la mirada del Otro. Lo que le llama la atención a
Freud es que se repitiese con mayor frecuencia el arrojar lejos de sí al carretel, al
cual Freud le otorga el valor de representar a la madre. Es como si él planteara
aquí, que el niño repetía activamente “el hacer irse a la madre”, pero en rigor, Lacan
va a plantear que esto no es de esta manera, que el carretel no representa a la
madre, sino que el carretel representa a el niño en tanto caido del soporte que
otorga la presencia de la madre. Distinción entre Freud y Lacan
Esto es lo que podemos encontrar en la nota al pie que está en más allá del
ppio del placer donde Freud ubica la importancia que cobra el juego de hacerse
desaparecer en el espejo y ahí es mucho más preciso pq dice que el niño jugaba a
hacerse desaparecer a él mismo, ¿que dice Freud en la nota al pie? que el niño
jugaba a quitarle su imagen al espejo. Es decir, el niño había encontrado el modo de
hacerse desaparecer a sí mismo, hurtaba su imagen al espejo. Ese hacerse
desaparecer en el espejo supone un modo de perderse respecto del lugar que hasta
entonces se había sostenido su existencia.
¿Qué es lo que hace el niño? Se nombra con los significantes provenientes
del Otro, en este caso, “bebe o-o-o”, bebé fuera, lo que vale como nombre propio,
pronombre personal y con ese significante pone en juego el hacerse desaparecer,
es decir, no encontrar ese sostén en la mirada del Otro, que en este caso se
representa en el espejo.
Poner en relación el lugar crucial que guarda para Freud lo que implica la
puesta en juego de la alternancia “ausencia-presencia ”, en relación a la
constitución de lo anímico. Esta alternancia introduce una discontinuidad que es
crucial porque lo que Freud ubica es que en un primer momento la madre es una
presencia para el niño, es una voz, una mirada, una caricia.
El niño recién llegado al mundo es objeto de esta voz, objeto de esta mirada,
objeto de estos cuidados, esa es la existencia que el niño tiene, en un primer
momento, respecto de este Otro primordial y que marca ese primer tiempo casi de
absoluta dependencia.
Si esa es la existencia que hasta entonces conocía el niño, si ese era el
modo en que se sostenía su existencia, cuando comienza a haber registro de la
ausencia de la madre, cuando se pone en juego la ausencia de ella, este modo de
existir queda puesto en cuestión. La desaparición de la madre implica para el niño
una caída del lugar que hasta entonces se sostenía su existencia. En este sentido
Freud ubica que la angustia frente a la ausencia de la madre da testimonio de la
caída del niño en ese lugar al cual hasta entonces se sostenía su existencia.
Podemos ver en el Historial de Juanito, las consecuencias de una madre que
hace del niño una especie de apéndice con lo cual hay cierta dificultad en que
efectivamente se ponga en juego, se registre algo del orden de esta ausencia. Por
eso en Juanito encontramos una dimensión de la fobia infantil que da cuenta de
cierta complicación respecto del lugar que ha venido a ocupar en relación al deseo
materno.
Tanto en Freud como en Lacan la ausencia de la madre requiere que se
ponga en juego en relación a un fondo de presencia para que pueda valer como
alternancia. Dicho de otro modo, la pura presencia trae consecuencias muy serias
respecto de la constitución subjetiva y veremos que la ausencia, es decir, la falta de
un deseo materno que aloje al niño, traerá otro tipo de consecuencias. Lo que
estamos trabajando aquí es cuando la ausencia de la madre se recorta sobre un
fondo de su presencia, es decir cuando hemos contado con su presencia.
Cuando el niño comienza a registrar esa ausencia de la madre, Freud dirá
que es muy importante en términos del progreso del aparato, pero a la vez implica
un encuentro con la angustia, con la indefensión, porque supone la caída de ese
modo de existencia en la que el niño se sostenía hasta entonces, sostenido en tanto
objeto de la mirada de la madre, de sus caricias, sus cuidados, su voz.
El registro de esa ausencia es correlato en Freud del juego del Fort-da pero
ubica más precisamente lo que esta ausencia pone en juego, es decir, ese juego de
hacerse desaparecer frente al espejo, donde esa desaparición supone que el niño
no se ve en el espejo, lo cual podemos decir el espejo en tanto metáfora de la
mirada del Otro, implica que tampoco veo como el Otro me ve.
Aquí Lacan va a ubicar la dimensión crucial que tiene este encuentro con el
desamparo, porque cuando el niño se sustrae de esa imagen, haciéndose
desaparecer a sí mismo, no ve como lo ven. Esta es una de las dimensiones que
Lacan trabaja respecto de la angustia, cuando trabaja la fábula de la mantis religiosa
y la angustia frente al deseo del Otro como opaco, es decir, no saber qué lugar
vengo a ocupar en el deseo del Otro.
En el juego de hacerse desaparecer en el espejo lo que vemos es que el niño
pasó de una existencia sostenida hasta entonces en términos de objeto mirada a ser
la mirada de nadie. A este lugar lo podemos caracterizar como un agujero negro, es
decir no solamente no me veo, sino que fundamentalmente no veo como me ven,
este es un lugar privilegiado para situar la angustia.
Otro referente que ubicamos es el juego de las escondidas. cuando uno esta
jugando a las escondidas esta bueno cuando el otro tarda en encontrarme y cuando
soy el último en gritar “piedra libre” y aparecer porque el otro no ha logrado
encontrarme. Podemos ilustrar esta dimensión de la angustia pensando en lo
siniestro que resultaría pensar que ya no nos buscan, que nos hemos escondido
pero que no haya otro que se ocupe de buscarnos. Fantasma típico en el relato de
lxs analizantes: temor a haber caído del deseo del otro, a haber sido olvidado por el
otro. Estos ejemplos también valen como la angustia en relación a “no ver como me
ven”, y que también cobra un valor traumático.
El primer movimiento del juego del Fort-da permite recortar la ubicación del
niño en posición de ser el que cae respecto del lugar que tenía hasta entonces
respecto de la mirada de la madre, es decir, de ser de objeto de la madre (como una
prolongación), a ahora ubicarse como objeto perdido. Pero lo que se pierde no es
un objeto que el sujeto tenía, sino que lo que se pierde es ese objeto que el sujeto
era. Es por eso que Lacan va a decir que el sujeto interroga en la operación
separación al deseo del Otro con su pérdida, no es con su presencia.
Lo que dice Lacan es que la pregunta que se pone en juego luego es el
puedes perderme, pregunta que Lacan va a trabajar luego en relación a una
fantasía melancólica en la constitución del niño, fantasía que tiene que ver con que
generaría en el otro su propia desaparición.
Este pasaje que pone en juego la caída de este lugar del niño en tanto objeto
mirada, implica poner en juego ese encuentro, ese soportar ser la mirada/mirado por
nadie. Esta es la única garantía, ese encuentro con este punto de inexistencia, este
encuentro con un lugar vacío que es correlato de la indefensión, es un lugar
inhabitable. Pero al mismo tiempo va a ser condición necesaria para el advenimiento
del sujeto, ese pasaje es la única garantía que asegura no ser solo una marca, no
quedar coagulado ni en los significantes de la demanda del Otro, ni tampoco en el
lugar de objeto de un goce proveniente del Otro.
El pasaje por este lugar va a implicar inevitablemente un punto de
desamparo, pero es también a la vez la condición de posibilidad para que se
produzca por parte del sujeto una escena con la cual habitar el mundo.
(veremos luego el valor que tiene transferir al carretel este lugar de objeto caído,
objeto fuera)
El juego del Fort-da tiene un valor crucial en relación a la constitución
subjetiva porque el juego completo nos queda dentro del principio del placer, en
tanto se produce la recuperación del carretel y el juego completo adquiere ahí una
función lúdica.
La existencia del carretel va a permitir ubicar otra arista de la operación
separación pq lo que Lacan va a situar es que el carretel no representa a la madre
reducida por los jíbaros, sino que representa al niño en tanto objeto perdido.
Ese carretel será el soporte para transferir a un objeto del mundo, el lugar de
objeto caído. Es esta transposición la que permitirá ahora el juego, tira el carretel y
lo recupera. Este movimiento implica cierto redoblamiento de la separación pq ya
supone lo que Freud sitúa en términos de pasaje del residuo interior de la pulsión de
muerte sobre los objetos del mundo exterior. Esto es lo que tiene que ver con la
pulsión de apoderamiento, pulsión de dominio y su relación con el sadismo.
Hay allí una trasposición de la pulsión de muerte al exterior, que va a ser
correlato de este lugar de objeto caído que se le transfiere al carretel y transferir ese
lugar de objeto a un objeto del mundo exterior es correlativo al sadismo y me
constituyo en tanto fuera y en tanto yo y en tanto cuerpo del narcisismo, esto va de
la mano con el estadio del espejo, pero queda un resto que no es transferible, algo
que vale como lo ajeno, que remite a ese residuo de la pulsión de muerte en el
interior del propio yo que vale como no-yo, y que es lo ajeno en el interior propio de
lo más íntimo del sujeto, algo que vale como un exterior. Esto es lo que va a estar
en la base de lo que Lacan trabaja como Disyunción cuerpo-goce.

CLASE 9

Retomamos la tesis de Lacan de que no hay ningún sujeto que no advenga


en el campo del Otro, que ningún sujeto pueda ser causa de sí.
Noción de compulsión a la repetición en sus distintos alcances de lo que trabajamos
como modos resistenciales de la transferencia distinta de lo que entra por la línea
de SSS, que incluye el Agieren.
Esa CR ahora la trabajamos como transferencia salvaje, en sus dos vertientes de
transferencia de angustia y transferencia de afecto. Modos que encontramos en
Lacan que son nociones que intentan dar cuenta de las formas de la transferencia
salvaje, que no coinciden con el SSS y que ambas formas, nos sirven para entender
lo que Lacan plantea en términos de cuando la transferencia no reedita lo padecido,
sino lo que se pone en juego es la reproducción del acto mismo que lo llevó a
padecer.
La transferencia de afectos, se puede leer en el seminario 5 y 6, cuando
Lacan se propone pensar la estructura básica que está en la fantasía “pegan a un
niño”. Allí plantea una transferencia de afecto a un objeto que se presta para eso y
es el semejante, en tanto un otro narcisista, se presta especialmente para intentar
transferir sobre él el punto de angustia.
En el fantasma “pegan a un niño” el hermanito viene a ese lugar. Ese modo
transferencial, lo trabajaremos sobre todo en el artículo “estatuto del fantasma”,
como un intento de transferir la posición de objeto en relación a un goce que ha
recaído sobre el sujeto
Mientras que la transferencia de angustia es una noción que Lacan trabaja
en el seminario 10, para pensar estas formas transferenciales cuando lo que está en
juego es la caída del deseo del Otro. Es decir, el lugar del objeto en la caída del
deseo del Otro.
Justamente la figura que David trabaja es la que Lacan aborda para pensar la
reacción terapéutica negativa en relación a los niños no deseados. Son dos
nociones en Lacan: Transferencia de afecto y Transferencia de angustia que
permiten darle otra vuelta a las formas resistenciales que trabajó Freud como
negativa y erótica.

TRANSFERENCIA SALVAJE (formas resistenciales de la transferencia), dos


nociones (Lacan):
-Transferencia de afecto
-Transferencia de angustia
En ambas lo que se intenta transferir es la posición de objeto en tanto que objeto de
un goce o en tanto que objeto caído del deseo del Otro. En ambas ese intento de
transferir esa posición de objeto, se ordena en relación a Más allá, con la pulsión de
dominio.
¿Cómo se puede caracterizar en términos Freudianos? ¿Qué es lo que implica el
fenómeno de la vida? ¿Qué es lo que implica el fenómeno del sadismo?

En más allá del ppio del placer, Freud se centra en la compulsión a la repetición de
vivencias que no fueron placenteras para ninguno de los dos sistemas. Redefine el
valor de lo traumático en este texto, trabaja además la polaridad amor-odio para
intentar ilustrar ese nuevo dualismo que es pulsión de vida y pulsión de muerte, en
rigor, no logra fundamentar el más allá del ppio del placer, lo que plantea ahí Freud
es primero al odio como ejemplo de la pulsión de muerte, pero el odio es la
destrucción del otro distinto del sí mismo.
Cuando en rigor lo que pone en cuestión el ppio del placer verdaderamente
es el fenomeno del suicidio, es decir la destrucción del si mismo. Freud avanza un
paso más, formula el MEP y plantea ese encuentro a la vida como encuentro entre
pulsiones de vida y pulsiones de muerte. En este encuentro queda un resto que
pervive en el interior mismo del yo. En Lacan lo podemos trabajar en la línea del
encuentro entre el viviente y el lenguaje y el masoquismo como el nombre de esa
posición pasiva en la que inevitablemente el sujeto entra frente al Otro.
Tanto para Freud como para Lacan, esa posición en la que entramos al
mundo es masoquista. Silvia Amigo, por ejemplo, incluye la importancia del amor y
la importancia en la relación al pequeño otro.
Lo que nosotrxs trabajamos es que no da lo mismo como el sujeto ha sido alojado
respecto al deseo del Otro y del amor del Otro. inevitablemente, por mejor que
hayas sido recibido y que haya tocado en suerte, donde algo de la satisfacción
pulsional respecto del cuidado del niño inevitablemente está en juego. Pero no da lo
mismo ese resto inevitable que se pone en juego de cierto goce fantasmático del
Otro que recayó sobre el niño, entonces yo les decía lo que se escucha en los
análisis, casi inevitablemente, cierta queja respecto a los Otros. Por ejemplo, se
puede ubicar cierta queja de ser objeto de esa mirada, ser objeto de un Otro.
Se desliza ahí algo de como el fantasma parental atraviesa a los cuidados
por mejor intencionados que estén. Con lo cual, en todo neurótico se escucha la
queja de haber sido objeto de un goce que recayó sobre él. Pero no da lo mismo si
ese goce es efecto de cierta marca del fantasma que atraviesa el cuidado parental,
a cuando se tiene un Otro que claramente hace del niño un objeto del cual extraer
un goce. Esos son los casos que se trabajan en la actualidad con el nombre del
abuso en lo real, no las marcas de la fantasía.
Lacan trabaja la línea de “caído del deseo del Otro”, la usa para la figura de
los niños no deseados para intentar explicar este fenómeno extraño que Freud
trabaja como Reacción terapéutica negativa, en el sentido de responder
trastornadamente a los avances de un análisis. Efectivamente es muy impactante,
ahí donde una cree que hay algo respecto del trabajo de la posición deseante del
sujeto que va a propiciar estar mejor en el mundo, sucede al revés.
Lacan trabaja ello como “niños que no han sido alojados en el deseo
materno, que no han sido bienvenidos a este lugar”. Se da una problemática distinta
a la de la psicosis.
Ahora bien todo niñe por mejor alojado que haya sido en el deseo el Otro, en algún
momento reprocha: “ah, no me das bola”, se siente en este aspecto una caída del
deseo el Otro.
Hay graduaciones, no es lo mismo la figura de los niños no deseados, que la
figura del niño verdaderamente abusado, que estas marcas que atañen a esa
posición pero que están tamizadas respecto de un Otro que ha alojado al niñe como
objeto de amor, y con lo cual no cae en ninguno de estos dos extremos.

Cuando algo de esto aparece en su vertiente más entramada al fantasma,


estamos en el campo de la psiconeurosis y estas formas resistenciales de la
transferencia aparecen como esbozo de lo hostil, como esbozos de la demanda de
amor, pero en general son atravesables.
(Lo que Freud llama formas resistenciales son los puntos de lo que no puede
ser puesto en palabras no porque no quiera decir, no porque sea reprimido, sino que
no puede ser puesto en palabras porque atañe a lo traumatico. Entonces lo
traumático en su valor de lo actual, de lo que no se inscribe en la memoria,
difícilmente retorne por la vía del significante. Retorna mas bien bajo la forma de las
demandas que se dirigen a la persona del analista y por eso Freud dice que se deja
de asociar y lo que le interesa ahora es la persona del analista y sería lo que Lacan
plantea como NO ES LO MISMO LA DEMANDA EN FILIGRANA, QUE LA
DEMANDA DIRECTA.
En la psiconeurosis cuando aparecen estas formas resistenciales de la
transferencia, todavía queda cierta cobertura donde algo de la demanda todavía se
entrama dentro de la cadena del relato: “yo pensé que ud. no me escuchaba”, “que
no me da pelota”. En otros casos toma una forma muy directa, muy inhóspita, hostil.
En este último caso, hay un intento de transferir esa posición de objeto, que al haber
sido más radical toma una forma más contundente porque da cuenta de cierta
complicación en la operación separación.
¿En Freud que es lo que permite transferir esa posición de objeto?
Es la transposición del objeto al exterior. El masoquismo erógeno primario, que es el
fundamento del masoquismo femenino y masoquismo moral, permite dar cuenta de
un momento en la constitución subjetiva, de cómo se conforma lo anímico.
Freud dice: “el fenómeno de la vida, la persistencia de la vida implica la
transposición de la pulsión de muerte al exterior. Esto se entrama con el
sadismo con este movimiento de transferir al exterior ese resto de pulsión de
muerte.
Las pulsiones yoicas, en una parte le quedan en las pulsiones sexuales, y otras
partes en la pulsión de muerte, que es el núcleo icc del yo.
En este punto en función a la clínica, Freud en la constitución subjetiva está
en juego como se conecta el sadismo con la pulsión de dominio, pulsión de
apoderamiento. NO EL SÁDICO QUE GOZA CON EL DOLOR, sino el sadismo
conectado a poder dominar un objeto, que es paso que va de haber sido un
cuerpo a tener un cuerpo.
Niñxs: se observa un momento particular de la crueldad que da cuenta del
placer de dominio, de apoderamiento y que tiene un correlato con la maduración del
sistema nervioso y un mayor control.
Esa trasposición al exterior que Freud trabaja en los comienzos como pulsión
de dominio es una noción que nos sirve para pensar distintos fenómenos en la
clínica, en los cuáles se intenta tramitar algo de lo que vale como traumático de esa
posición de objeto. Por un lado, esa trasposición tiene un lugar estructural en la
constitución subjetiva, también la encontramos en distintos fenómenos clínicos,
donde la lógica es trasponer al exterior.
El analista aparece como un objeto que puede ser convocado a algún lugar
de partenaire para transferir ese goce. Más que prestarse, alojar eso que allí ocurre,
sin embargo maniobrar para no quedar colocado en lugar de objeto de ese goce,
porque si queda colocado en lugar de objeto de ese goce, es partenaire del goce, no
se modifica nada y además hay cierta confirmación de quedar como objeto en lugar
de advenir la posibilidad de deseo.
En esa trasposición al exterior, algo del orden de la degradación se pone en
juego porque justamente lo abordo en tanto un objeto sobre el cual transferir esa
posición.
Todos estos conceptos que estamos trabajando intentan ser soportes
conceptuales para pensar cómo maniobramos estas formas transferenciales.
Fundamentar cómo se abordan esas formas.
El paciente aborda al analista no como objeto, sino como objeto en el sentido de lo
que no es sujeto, es pasivo. El analista en estas formas transferenciales es leído
como que es convocado al lugar del niño golpeado, de la muñeca, el carretel.
Entonces el analista deberá maniobrar con esa transferencia y responder como
semblante, pero es abordado como objeto en su dimensión de objeto pasivo sobre
el que se intenta transferir esa posición.
EJES A REVISAR:

-Compulsión de la repetición (tres referentes)


-Ubicar la idea del más allá→ vivencias que no aportaron placer para ninguno de los
dos sistemas
-La particularidad que interroga a Freud y que tiene que ver con la repetición de
sucesos penosos que remiten una y otra vez a una situación que vale como
traumática.
El juego del Fort da y la repetición en transferencia de esta corriente
traumática.
Todo esto lleva a Freud a cuestionar las enigmáticas tendencias masoquistas
del yo.
-La resignificación de la noción de trauma, ya no se trata ahora de lo
reprimido en lo que retorna en el agieren, sino que se trata ahora de lo que vale
como actual que implica un fracaso de la ligadura, con lo cual no sube a
escena como retorno de lo reprimido.
Todo esto conduce a la reformulación del dualismo con pulsión de vida,
pulsión de muerte, y a toda esta metáfora que hace Freud con el campo de la
biología. Plantea la pulsión de muerte como retorno a lo inanimado, como una pura
continuidad sin marca. La muerte en Freud vale como esa marca que posibilita a la
vida misma, a diferencia de Lacan. La muerte anticipada que interroga Freud con la
figura del suicidio.
Como poner en relación las pulsiones de muerte con el resto autoerótico del
yo que no entra en la síntesis yoica y como ahora todo esto es anticipo de lo que
formula en la segunda tópica, se introduce una nueva concepción del yo, la escisión
del yo (no en relación a las representaciones reprimidas), en tanto esto que viene a
agujerear la pulsión de síntesis del yo que ubica, y en el interior del yo tambien un
icc que no es reprimido, es EL NÚCLEO ICC DEL YO que se conecta con el ello y
la pulsión de muerte.
Recién con la postulación del masoquismo Freud puede dar cuenta de una
dimensión existente en la vida anímica más allá del ppio del placer.
Freud piensa primero las pulsiones de muerte en la línea de la agresión y del
odio y luego ubica en un punto mas enigmatico, las tendencias masoquistas del yo
contra sí mismo.
Sin duda el odio es distinto que el suicidio, eso no quita que en la base del
odio no haya algo que alude a la posición masoquista. Justamente en transferencia
y en algunas situaciones de la vida, uno ve a lo hostil o el acoso un intento fallido de
tramitar allí algo del orden de… (40:03). En el campo de la clínica hay que tenerlo
presente.
Aún en la forma del odio, hay que interrogar la relación con la posición
masoquista del sujeto. En las formas salvajes de transferencia se juega un intento
de trasponer al exterior esta posición pasiva en la que advenimos al mundo.
Otra arista es ubicar que para Freud, el MEP supone un punto de desmezcla,
es en rigor el encuentro entre pulsión de vida y pulsión de muerte. Después se suma
otro operador conceptual que es no solo la trasposición al exterior, sino también lo
ligado y no ligado y también mezcla y desmezcla pulsional.
Son formas en las que Freud intenta abordar estos fenómenos que incluyen el más
allá del principio del placer. Cuando habla de la ferocidad, crueldad del superyó, va
a referirse por ejemplo, de esta noción de mezcla y desmezcla para ubicar allí la
pregunta de que si en algunos caso el SY no se vuelve un cultivo puro de la pulsión
de muerte.
La tematización de este en términos del encuentro entre el organismo y el
lenguaje→ operación alienación (golpe de lalangue sobre el cuerpo y un Otro
nombrando al sujeto, en ese punto donde el otro no piensa pq aun no está
constituido el yo. El punto de alienación es el no pienso y la constitución del yo
implica que para nombrarme yo, tendré que servirme de los significantes con que el
Otro me ha nombrado.
Lo que nos queda por ver es qué modo de constitución de lo anímico
producirá un Otro que tiene tantas resistencias a nombrar.
El organismo antes era nada, sobre eso se funda la marca de la alienación, esos
significantes. Estamos en ese primer tiempo de la erotización del cuerpo y el
narcisismo primario que no es un observable, sino un supuesto que nos sirve para
pensar la operación alienación.
A posteriori se constituye el yo y recién allí en esos inicios, luego del estadio
del espejo, está lo que se empieza a leer con la operación separación, que coincide
con la maduración del sistema nervioso, con el control de la musculatura, y
entonces con la posibilidad de empezar un pasaje que permita salir de esa posición
pasiva absoluta en la que se llega al mundo respecto del Otro. Y ahí se dan una
serie de fenómenos que una y otra vez son vueltas sobre la operación separación.
El primero es el Fort-da, el juego del “puedes perderme”, después la fantasía
pegan al niño, después el fantasma melancólico del puedes perderme (niñe
preguntando qué pasa si se muere). Todas estas son formas de interrogar, poner en
juego la operación separación.
Entro al mundo como posición de objeto, previo a la constitución del yo y el avance
en la constitución subjetiva justamente implicará un pasaje de ser un cuerpo a
tener un cuerpo.
Lo que veremos es como en algunas configuraciones subjetivas algo de
la operación se complica respecto del lugar en el que el sujeto ha quedado
atrapado, entrampado, respecto de la relación a ese Otro.

En la operación separación lo que se pone en juego al principio es la


castración de la madre. La separación se facilita cuando hay un Otro que justamente
está afectado por la castración, es decir, no hace del niñe aquello que lo
completa.
-Como Lacan retoma el problema que Freud aborda respecto de la angustia y
a las distintas vertientes de la angustia.
- Anudamiento que Freud establece entre la angustia y el complejo de
castración, esto se conecta con Inhibición Síntoma y Angustia, con la resignificación
que cobra lo traumático, el valor que Freud le da a la ausencia de la madre, y cómo
compara con la angustia de nacimiento.
-Diferencia entre angustia señal y angustia traumática y como Lacan esto lo
retoma respecto del desamparo (Hilflosigkeit).

Dos vertientes de la angustia:


*la falta de la falta (toma la forma de lo siniestro)
*la angustia como respuesta frente al deseo del Otro como enigma del ser.

Entramar esto con las operaciones alienación- separación partiendo de la


tesis de Lacan que ningún sujeto puede ser causa de sí. Para Lacan la existencia
de un sujeto exige de la nominación de un Otro y que en principio es un nombre que
permite que el niñe por venir se ubique luego como falta en ser. Es decir, que
justamente pueda ubicarse poniendo en juego ese resto que el Otro no puede
nombrar con su palabra, sino seríamos solo eso que el Otro nombra.
La falta en ser es ese punto en donde justamente el nombre del Otro no
abarca todo mi ser, es lo que Lacan plantea respecto de que el objeto a es lo único
que me caracteriza, no quedar apresado totalmente con el modo en que el Otro me
nombra.
En el artículo “el estatuto del fantasma” en la pág. 102, situamos otro modo
de dar una vuelta. “La posibilidad de la existencia de un sujeto, para Lacan,
requiere de la nominación del Otro. Pero esta nominación, por suerte no agota el
ser, mi ser no se reduce a ser solo ese significante con el que el Otro me nombra”
Que ese nombre no agote el ser, no logre decir, abarcar ese ser, es lo único
que permite que ese sujeto tenga una existencia más allá del Otro. En seminarios
posteriores Lacan se referirá a la acción de lalangue sobre el viviente
(seminarios posteriores al de la angustia). Lalangue es una cadena de S1 porque
justamente lo que Lacan ubica en su última enseñanza es que lalangue es esa
cadena de sonidos proveniente de la lengua materna que recién en un segundo
momento puede recortar y poner en relación a un S2, una significación.
La acción de lalangue sobre el viviente, el golpe intrusivo de lalangue es uno
de los modos de pensar la posición de objeto en la que el viviente entra en la
estructura. Posición masoquista del lado del sujeto por venir, articulada del sadismo
del lado del Otro, no porque el Otro goce de mi dolor, sino porque en esa misma
operación se pone en juego esa voz que me marca.
La estructura se funda así, en una operación que inscribe una marca, la cual
determina una imposibilidad al separar y al mismo tiempo que funda cuerpo y goce.
Antes del golpe de la lengua no hay cuerpo ni goce, se juntan ambos y a la vez esa
marca será la que hará disyunción entre ambos lugares.
La inscripción de esa imposibilidad es una de las dimensiones de la
castración, dimensión necesaria pero no suficiente para dar cuenta del sujeto del
icc, en tanto aquello que un significante representa para otro significante. Como
efecto de esta operación alienación surge el sujeto dividido y un resto, el
objeto a, como testimonio de lo que el organismo pierde. Lo que se pierde es el
puro ser, ese organismo no marcado por el significante, ese S1 con un cuerpo no
manchado por el lenguaje, esa confluencia con lo orgánico (Freud). Una de las
dimensiones del sujeto dividido es que no hay manera de ser uno con el ser,
no hay manera de ser uno con el organismo. Es decir, ese cuerpo surge como
cuerpo en tanto se perdió el organismo y ese cuerpo es efecto de ese organismo
marcado. El encuentro del viviente con el lenguaje opera en sí mismo como
división.
Lacan dice que el objeto de esa operación de marca, queda un resto, objeto
a. Esta es una de las dimensiones del objeto a, que en este caso, es testimonio de
lo que el organismo pierde al entrar en el mundo del lenguaje, pierde el puro ser. El
resto que esta división produce para Lacan, ese objeto a no aprehensible por la
palabra, es la única garantía de la alteridad ante el Otro, en tanto designa lo que
escapa a la posibilidad de que el significante aprese el ser.
El fantasma (que falta mucho para que se constituya), es un momento en la
constitución subjetiva, luego del pasaje por el c. de castración, que permitirá armar
una respuesta a la pregunta “que me quiere” (che vuoi). Pregunta que solo se pone
en juego en tanto hay un Otro que ha puesto en juego su falta. Idea de fantasma en
su sentido de constitución de fantasma frente a la pregunta por el deseo del Otro
(neurosis).
El fantasma, apoyo de mi deseo, está en su totalidad del lado del Otro. Lo
que ahora está de mi lado es lo que justamente me constituye como icc, el Otro en
tanto que no lo alcanzo. El golpe de lalangue y la producción del fantasma se
despliega una compleja serie de operaciones que de no producirse o de producirse
fallidamente, dificultará la posibilidad de que a posteriori un sujeto pueda ser
designado como sujeto deseante.
¿Que término en Freud les parece que le permite nombrar lo que Lacan
trabaja como aparición del sujeto en tanto deseante?
Lo que en Freud es en principio una condición es que haya habido un
Otro que proveyó una primera experiencia de satisfacción, con lo cual abrió el
campo del ppio del placer. El sujeto como deseante leyéndolo Freudianamente
sería la posibilidad de que en un sujeto funcione el régimen del ppio del
placer, que por supuesto no será garantía de que no se quiebre. Si en Freud
hay ppio del placer, sería lo mismo que decir en Lacan que se construye una
respuesta fantasmática. Es una respuesta relativamente amable del lugar vengo
a ocupar en el deseo del Otro a través de poner en juego distintos objetos del
fantasma.
En ocasiones se complica la emergencia del sujeto deseante y uno podría
decir en Freud que ya no estamos en este campo de la psiconeurosis, sino que
estamos en este campo de neurosis más graves, o neurosis narcisistas, o lo que se
acerca las neurosis traumáticas. Donde lo que encontramos es en rigor, al aparato
siempre le ha costado estar regido por el ppio del placer. Son quienes llegan al
consultorio diciendo: “En realidad yo la pasé mal toda mi vida”, distinto de la lógica
del antes y el después del estallido en la neurosis.
El sujeto deseante en Freud tiene que ver con que hay posibilidad de que
aparato se rija por el ppio del placer en lugar de estar tomado por el régimen de la
compulsión de la repetición, es un intento constante y fallido de abordar algo de lo
traumático que insiste. Ligar. La c. de la repetición da cuenta del fracaso de la
ligadura, pero en Freud es a la vez un intento fallido de ligar. Lacan dice que el
problema es si sobre esa repetición no se interviene se vuelve una repetición vana.
Lacan dice que el objeto a es lo que va a posibilitar no quedar reducido a ese
nombre. Ese nombre es el correlato de la falta en ser. Solo con ese nombre voy
poder ir más allá de lo que el Otro me nombra. La operación separación permitirá ir
mas allá de la alienación, más allá de ser solo ese nombre.
Ese nombre para Lacan es condición para que luego aparezca un sujeto que
en el mejor de los casos será deseante.
(En la psicosis el deseo no es deseo como lo plantea Freud que va desde lo
displacentero a lo placentero ahí donde se inscribió una experiencia de
satisfacción).
En el juego del Fortda justamente se usa ese nombre como sostén de la
separación. El niño se nombra a sí mismo como bebe o-o-o ante el espejo. Lo que
hace le niñe es hurtar su imagen al espejo, es decir se esconde de la mirada del
Otro. Lo importante de ese juego como lo lee Lacan donde se esconde de la
mirada del Otro, ¿qué es lo que le ocurre al niñe? En el paso previo del fortda, el
niño en el juego del espejo al salirse de este se esconde del Otro. Lo central de esto
es que él no ve como lo mira el Otro, ese es un punto de desamparo porque es uno
de los primeros movimientos que me conecta con como es una existencia cuando
no estoy sostenido en eso que me sostuvo desde que llegué al mundo que es me
abrazan, me miman, me besan, me hablan. ESTO VALE COMO AUSENCIA DE LA
MADRE.
Juego de esconderse y que no te busquen: no estar sostenido en la mirada
del otro. Es uno de los fantasmas más típicos si se pone detrás el juego de hacerse
desaparecer en el espejo.
Freud le da una importancia crucial porque dice que es un juego en el
que se hace un primer movimiento al que el niño se enfrenta a una existencia
que no está sostenida por la presencia de la madre.
Esto tiene un punto fundante, que justamente en esos inicios implica el
corrimiento de un lugar pasivo pero que enfrentan a ese punto dramático de la
indefensión. Es eso lo que después es motivo de ligadura. Solo porque me
confronté con ese punto de indefensión es que podrán aparecer los motivos de la
ligadura. Es ese punto en que un Otro no me mira, pero que yo no sé cómo me mira
es ese “no ser objeto de nadie”, para después preguntarse “qué soy para el
otro”.

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