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PSICOANALÍTICA.
-TEÓRICOS-
¿Cuál es el campo propicio para aplicar el método y cuales son los límites en la
práctica que encuentra Freud?
Freud va a ubicar en un primer momento donde están las figuras de lo no
analizable porque en rigor no se trata de cuadros o patologías estrictamente. En un
primer momento deja por fuera del dispositivo analítico las neurosis actuales porque
estas a diferencia de las psiconeurosis de defensa no tiene mecanismo psíquico,
entonces el referente conceptual que le permite delimitar el campo de lo que es
analizable o no es el mecanismo psíquico.
El síntoma como formación del icc en esta época, el referente conceptual de
lo no analizable es la angustia porque en esta primera época va a ubicar la angustia
como la manifestación principal de las neurosis actuales y las neurosis de angustia
a una entidad que las ubica dentro del campo de las neurosis actuales. Dentro de
las neurosis actuales está la neurastenia y neurosis de angustia y en ambos
cuadros pone el acento en consecuencias de la moral sexual sobre la formas que
cobra el padecimiento de la época, el coito interrumpido etc.
Freud, enhebra las formas de padecimiento principales con las marcas de la
época, la contemporaneidad. La respuesta sintomática a las marcas de ese
momento que tiene que ver con sobre todo la moral victoriana y un discurso cuyo
mandato es mantener lo íntimo en reserva y bajo la forma de lo pecaminoso a la
sexualidad. Freud hace de la sexualidad un tema central en la existencia humana.
Las formas en que la sexualidad se enhebre en el discurso serán las formas
predominantes del padecimiento. Freud hace un análisis exhaustivo de las neurosis
actuales y las liga a lo propio de una época. No es q no le interesan las deja afuera
porque no tiene mecanismo psíquico, dicen q no tiene mecanismo psíquico porque
plantea que aquí la manifestación central es la angustia y es una vertiente de la
angustia que en esta época la acentua a la angustia en esta época en relación a
una tensión sexual somática que no pudo anudar simbólicamente. Una tensión
sexual somática que no llegó al estatuto de libido esa tensión sexual somática que
se muda directamente en angustia Freud la pone a cuenta de un quantum constante
que no logra ser ligado psíquicamente. En rigor esto es un antecedente de la pulsión
esta forma de tensión sexual somática que no llega al estatuto de libido es lo que
años más tarde plantea a partir del concepto de pulsión.
En lo que le queda en el campo propicio para aplicar el método son las
psiconeurosis porque aquí ubica que el síntoma es producto del mecanismo
psíquico de la defensa, que llevó a que se reprima una respuesta que resulta
inconciliable para con el yo. El síntoma de las psiconeurosis es efecto de un
mecanismo psíquico que expulsa de la cc la representaciones inconciliables para el
yo, es aquí donde Freud puede situar a la represión para dar cuenta del porqué del
síntoma. A partir de la represión se expulsa a la representación penosa a la vez algo
de lo reprimido retorna en el sintoma veladamente para la cc.
Respecto de psiconeurosis represión y síntoma y formaciones del icc y este
campo es el campo del cifrado es el campo ligado a la dimensión significante a la
polisemia de la lengua donde la lengua ofrece un soporte para que el deseo se
enhebre y se manifiesta veladamente graves de la polisemia de la lengua. Este
campo es el campo para Freud se va a prestar entonces para determinar lo que
abre la puerta al arte del psicoanálisis y descubre que eso cifrado por el icc puede
ser descifrado. Lacan diría donde el analista escucha a la letra lo que el icc cifró
intentando a la letra y a su escucha descifrar ese cifrado y en ese punto el
descifrado del síntoma es lo que Freud ubica como la intervención propia del
método psicoanalítico y ubica ahí la interpretación.
Las neurosis actuales las deja fuera en este primer momento porque Freud
está intentando dar cuenta de un campo nuevo para la ciencia y lo quiere inscribir
allí y considera que lo que él puede dar cuenta a través del método psa es como
logra levantar un síntoma psiconeurótico y el combate a través de la interpretación
haciendo cc lo icc se logra levantar el síntoma. Con este método el logra a partir de
hacer cc lo icc el levantamiento del síntoma.
Si se lee atentamente todo lo que Freud deja por fuera del método
psicoanalítico en la actualidad, nadie podría atenderse. Freud ubica q el dispositivo
analitico es propicio para los casos que el síntoma es una formación del Icc, no
considera al método aplicable para aquellas formas del padecimiento que no se
ubican según las vías de las formaciones del icc y en las cuales la angustia o lo
pulsional adquieren una pregnancia que ubican un fracaso en el anudamiento del
malestar.
En esta primera época deja por fuera estas formas de padecimiento (neurosis
actuales) porque principalmente está intentando fundamentar la lógica y los
alcances del método que propone como nuevo para la ciencia y años más tardes
todo esto se relativiza (cuando encuentra la compulsión de repetición en
transferencia pues allí también se empieza a jugar esto que dejo de lado 1920).
Mientras que en la primer época Freud plantea las neurosis de angustia en
oposición a las psiconeurosis en un segundo momento lo que le queda por fuera a
partir de la conceptualización del narcisismo donde diferencia libido de objeto de
libido yoica, va a agregar una condición central para poder dar cuenta de la entrada
en el dispitivo analitico, mientras que en la primera época puso el acento de que
contemos con un síntoma efecto de la represión. En un segundo momento va a
plantear que no solo necesitamos ese, sino que exista la capacidad de libidinizar, es
decir la capacidad de una transferencia que cobre la forma de una transferencia
positiva tierna en esa época Freud opone las neurosis de transferencia a las
neurosis narcisistas.
Las neurosis narcisistas de esta primera época en 1912 no tiene la entidad
que tiene las neurosis narcisistas al final de su enseñanza. No tiene todavía
delimitado este campo como sí puede hacerlo con la segunda tópica donde no ubica
a las psicosis dentro de las neurosis narcisistas. En esta segunda época el
referente conceptual de lo que le abre el campo de la aplicabilidad del método es la
capacidad de transferencia. Al principio está conceptualizando la transferencia
después puede ubicar distintas dimensiones de la transferencia. Configuraciones de
transferencia.
Lo que ubicamos por transferencia y como quedó muy pegado a su vertiente
simbólica cuando en realidad hay otras dimensiones ligadas a la transferencia y esta
capacidad de transferencia que Freud ubica como necesaria para la entrada en el
dispositivo, en rigor se refiere a la posibilidad de investir libidinalmente a un objeto
sostenido sobre todo en mociones tiernas, porque muy rápidamente después se va
a encontrar con que la transferencia es condición necesaria para el análisis que es
motor de la apertura del icc. Una vez en transferencia lo que va a ocurrir es que se
van a desplegar también otras dimensiones de la transferencia que remiten a lo
hostil o a lo erótico y también son formas de la transferencia, pero en su vertiente
no motor, sino en su vertiente obstáculo.
Finalmente en 1912 va a utilizar el término neurosis de transferencia y va a
plantear que el campo apto para la aplicabilidad del dispositivo analítico son la
neurosis de transferencia, en las cuales hay un conflicto entre el yo y las pulsiones
sexuales. El padecimiento se ordena a partir del mecanismo psiqcuqico de la
represion y lo que Freud observa es que en la entrada del dispositivo sigue una
logica que tiene que ver con situar que efecto de la escucha analitica que toca algo
del orden de lo reprimido icc, se produce la apertura del icc y permite la puesta en
juego de la asociacion libre.
Para Freud la posibilidad de descifrar lo que el icc cifro va de la mano con la
técnica que él utiliza en relación al método que ha construido. La técnica que él
utiliza en relación al campo de las neurosis de transferencia es la asociación libre
pero la asociación libre no es algo que se pueda instalar por obligación o pedido del
analista. La asociación libre es una respuesta a la entrada en análisis.
La asociación libre está en íntima relación con la instalación de la
transferencia, en rigor la asociación libre se sostiene en transferencia. Para Freud la
asociación libre es a la vez condición para el devenir de un análisis porque para él
tendrá que ver con la posibilidad de un despliegue del icc. Este despliegue del saber
icc es lo que le va a permitir poner en juego la intervención que considera propia del
dispositivo que es la interpretación.
En este primer momento alrededor de 1900 Freud tiene delimitado como
intervención propia del analista a la interpretación. En un segundo momento Freud
pone la mirada en el manejo de la transferencia. En esta primera época si bien ya
tiene un esbozo (psicoterapia de la histeria) de la importancia de la transferencia,
todavía no la tiene conceptualizada como un elemento para pensar a la clínica
analítica.
Años más tardes va a quedar entramadas estas dos cuestiones cuando
plantee en tetapia analitica los distintos momentos en relacion a una tetapia analitica
quedan enhebradas el mecanismo psíquico y la transferencia como condición
necesaria para la entrada en un análisis y el devenir de una cura.
En este segundo momento cuando él empieza sobre todo a trabajar la
diferencia entre libido yoica y de objeto puede también ubicar como en el devenir del
análisis, esa transferencia motora que sostiene al despliegue icc puede virar a
formas resistenciales cuando la transferencia motor cobra la forma de transferencia
resistencial la asociaciones libres se detienen y ya no hay que interpretar.
Es importante esto porque para Freud la condición de la interpretación es
condición de que haya asociación libre y la asociación libre para Freud tiene que ver
con el despliegue icc y el analizante soporta el encuentro con su propio discurso
más allá del comando yoico. Freud dice que una vez que se produce la entrada en
el dispositivo, una vez que se produce el investimiento libidinal del analista la
resistencia se sirve de la transferencia y se desplegarán de manera directa. Lacan
dirá ciertas demandas a la persona del analista y se complica el campo del relato de
la asociación libre. Hay que lidiar con esas demandas que Freud nombra como
resistencias que se despliegan en el análisis y hay otra operación pertinente al
dispositivo que nos da más trabajo que la interpretación y es el manejo de la
transferencia. Lacan con el significante permite conceptualizar una transmisión de
cómo opera la interpretación. No es la demostración intelectual lo que permite tocar
algo del núcleo duro del obstáculo, dice Freud. Principal conflicto, objeción de Lacan
a contratransferencia.
No se interpreta la transferencia, interpreto en transferencia. En dirección de cura
Lacan piensa el modo clásico de entrada en el dispositivo que fundamentalmente
está pensado y delimitado para el caso de las neurosis de transferencia. Este
ordenamiento se presta perfectamente para dar cuenta de lo que pasa con el
campo de la neurosis de transferencia, ya que Lacan dice que lo que sostiene a la
interpretación es la apertura del icc. Lacan lo retoma de Freud.
Freud propone que hay que esperar que se produzca una transferencia
operativa, a esta capacidad de transferencia positiva tierna también la nombra como
transferencia operativa, es decir una transferencia que sostenga la posibilidad de la
asociación libre, la apertura del Icc. Para Freud hay que esperar que se produzca
esta transferencia operativa para recién iniciar un análisis, es decir una invitación de
hablar sin yo, sin que el yo comande esa invitación a soportar el encuentro con la
falta en el propio discurso, más allá de la cuestión, Freud percibe que hay un
encuentro con la castración que en la psicosis no sería la vía para abordarlas.
Freud define a la asociación libre como pedirle al paciente que comunique
sus ocurrencias y estas ocurrencias son retoños de los productos psíquicos
reprimidos. En esas ocurrencias no comandas por el yo lo que retornan son para
Freud retoños de lo reprimido. Estas ocurrencias refiere a pensamiento
involuntarios, casi siempre percibidos como perturbadores y por eso apartados,
suelen cruzarse en la trama de una exposición deliberada, por eso la asociación
libre no es decir cualquier cosa, sino soportar el encuentro con un pensamiento
que se cruza involuntariamente más allá de la intención yoica. Suele resultar
perturbador respecto de la trama deliberada del discurso, por eso asociar libremente
atañe a un registro específico no es jugar con las palabras y decir cualquier rima. Es
soportar poner en palabras ese encuentro con un pensamiento involuntario que se
cruza, viniendo a horadar la trama deliberada del discurso.
En rigor ese es el nivel de lo que esta forma más clásica de la entrada en
análisis pone en juego. El despliegue del icc es lo que Lacan ubica como el pasaje
de paciente a analizante, es ese trabajo de poder soportar un decir que va más allá
del dicho, va más allá del yo. Lacan dice también histerizar el discurso. Este primer
campo en relación a la interpretación tiene como correlato la posibilidad de
asociación libre, en este segundo momento puede conceptualizar que esto va de la
mano con la producción de una transferencia operativa.
En el mismo momento que Freud conceptualiza la transferencia operativa en
sus distintas vertientes se encuentra con las formas resistenciales de la
transferencia. En este segundo momento Freud se encuentra con aquellas
vertientes de la transferencia que vienen a detener la asociación libre, aparecen en
escena otra dimensión importante de lo anímico que es la repetición pero la
repetición no significante, sino la repetición en transferencia. Recién en 1920 va a
poder ubicar el nucleo duro de esa repeticion cuando lo que se repite no es lo
reprimido en trasnferencia, sino cuando lo que se repite toma la forma de
compulsión de repetición.
Efectivamente lo que en un primer momento le queda por fuera y lo ve como
figura de lo analizable, en otro momento va a empezar a cobrar la forma de un
obstáculo a transitar. Una clínica que no introduce la resistencia, queda en el mero
plano de la sugestión. Lacan al respecto dice que el psicoanálisis es una práctica
que se prestaría bastante bien a un idealismo si me quedo solo con lo simbólico de
la interpretación. En el seminario 11 es una práctica que vía lo simbólico puede
tocar el núcleo de lo real y este núcleo de lo real es lo que Freud se encuentra en un
tercer momento a partir de 1920 cuando se encuentra con el más allá del principio
del placer.
En un tercer momento Freud ya no ordena en campo en relación a
oposiciones binarias, a partir del 1920 cuando se encuentra y puede dar lugar a una
dimensión de lo psíquico que excede el campo del principio del placer que excede el
campo del deseo, donde el aparato psíquico está hecho para desear, de la primera
época donde el aparato está comandado por una tendencia al placer que intenta
repetir el encuentro con las marcas de una experiencia que resultó de satisfacción
placentera y que evita el encuentro con las marcas de lo hostil.
Recién en este tercer momento a partir de 1920 Freud va a poder formalizar
fenómenos de la clínica que ya conocía y en los primeros momentos había esbozos
y tiene que ver con fenómenos que de ninguna manera pueden ser explicados con
la lógica del campo del deseo, del ppio del placer, campo de cifrado y despliegue
icc. Llevan ahora a que las figuras de lo no analizable no tomen el nombre de un
cuadro nosográfico y justamente ponen en juego algo de lo diverso y en ese
momento Freud nombra a las figuras de lo no analizable desde distintas
perspectivas.
Las neurosis traumáticas, la melancolía, la reacción terapéutica negativa y las
neurosis graves ya no las opone aquí a otro cuadro nosográfico porque rompe con
las nosografías binarias de la primera época. El referente conceptual de este tercer
momento va a estar en relación al valor que cobra el complejo de castración para
pensar la estructura. Freud a partir del enlace del complejo de castración y la
represión no va a poder dar cuenta de dimensiones distintas de la angustia, la
angustia señal, la angustia traumática, con lo cual lo que en un primer momento le
queda afuera, ahora pasa a tener un valor central en su época. Los referentes
conceptuales de su época son varios para pensar el límite de un campo ligado al
más allá del principio de placer, al superyó, al masoquismo erógeno primario, que
permiten pensar en última instancia como compulsión de repetición.
Primero delimita el campo propicio para el dispositivo analitico, la cual se
reformula con sus conceptualizaciones y lo que Freud deja por fuera en la primera
época, luego algunas de esas las incluye pero lo central es que aquello que intentó
dejar por fuera remiten a un registro que no es lo simbólico. Intentó dejar afuera
ciertas dimensiones de la angustia, de la pulsión y del narcisismo que para él
complicaba la entrada en dispositivo Para Lacan son cuestiones que atañen a
dimensiones de lo imaginario y lo real. Lo interesante es que eso primero que
intentó dejar afuera Freud le retorna en el mismo campo que él delimitó como
propicio para la práctica analítica. Es decir que aún en el campo de las neurosis de
transferencia me voy a encontrar con dimensiones que exceden al anudamiento
simbólico, que excede al campo estricto del campo de placer en las neurosis de
transferencia, aún cuando ha habido posibilidad de anudamiento entre pulsión y
deseo habrá dimensiones de lo pulsional que se ponen también en juego en las
neurosis de transferencia.
No es lo mismo contar con el soporte del deseo a que si me encuentro con un
campo en donde predomina lo pulsional sin anudarse al campo del deseo o la
angustia o dimensiones del narcisismo que dan cuenta de un punto de mal armado,
de mortificación. No es lo mismo encontrarse con eso de entrada a que algo de
estas dimensiones aparecen en el interior mismo del dispositivo, por eso una de las
problemáticas de la clínica actual es que de entrada me encuentro con estas formas
no domesticadas por el campo del deseo, por el campo del significante que van a
llevar a que la puesta en forma del dispositivo no pueda seguir esta lógica clásica
que Freud y Lacan pensaron para dar cuenta del dispositivo.
Clase 2
Lacan pone acento en que la travesía por el análisis inscribe cierta dimensión
de lo imposible. Falta en ser, para pensar la posición del analista lo anuda con una
reflexión del análisis y como esta posición en la dirección de la cura y será mejor
que ubique en términos de falta en ser no de persona que dirige la cura. La
dirección de la cura no es sin sujeto, porque si es tan importante que el analista
haya atravesado la experiencia de un análisis se supone porque es el análisis ha
dejado marcas particulares respecto de la posición subjetiva, de su subjetividad, el
analista en la dirección deberá abstenerse. Pero su posición de sujeto importa
porque en la posición en la que está inscripto este encuentro con el imposible, la
persona del analista no importa, pero sí su posición de sujeto porque allí se ha
inscripto ese cambio en la economía libidinal que permite conducir un análisis.
Para Lacan lo importante respecto de la conducción de un análisis es que el
analista esté advertido de lo imposible, se haya puesto en juego con la propia
castración. Se haya inscripto el encuentro con el registro de lo imposible, el punto de
la falta, el punto de la falta en ser más allá de la consistencia de ser esto es para
Lacan lo que permite fundamentar esta posición la descrita por freud de abstinencia
y neutralidad, en la dirección de la cura que permite en una escucha analitica que
mas allá del yo va al encuentro del deseo icc.
La posición del analista es sin subjetividad pero importan las marcas que
implican el registro de lo imposible y que a su vez hacen a una ética que tanto para
Lacan como para Freud son decisivas a la hora de pensar la dirección de la cura,
hacen a una ética que encuentra en la falta, en lo imposible, justamente a el motor
del deseo humano.
Lo que afirma Lacan en dirección de la cura es que en analista no debe dirigir
a su paciente, sino la cura y esta dirección tiene tres niveles que se corresponden
con tres formas de pago que atañen al analista, no solo en esta empresa de fondos
comunes (la cura), no solo paga el paciente, también paga el analista. Lo que va a
hacer en este capítulo es interrogar las distintas formas de pago del analista y cómo
esto se relaciona con tres dimensiones de la cura que él nombra en términos de
táctica (interpretación), estrategia (transferencia) y política (finalización).
Lacan y Freud van a plantear que en la apertura de un análisis ya está en
juego cierta concepción sobre el final, de acuerdo a como piensa la finalización de
un análisis eso va a incidir como dirijo la cura. En las aperturas ya está y supone
una concepción de final que incide ahí.
Niveles de la dirección de la cura o niveles/ dimensiones de la intervención
analítica. Distintas dimensiones de la intervención analítica. Respecto de estas
dimensiones Lacan realiza una reflexión sobre cada uno de estos niveles que atañe
a la posición del analista, que Lacan pondrá en jeugo a partir del deseo del analista
y que da cuenta de que esta posición supone un pago que cobra distintas formas. A
su vez cada uno de estos niveles se corresponde con ciertos niveles de la dirección
de la cura que Lacan tematiza como táctica estratégica y política.
“Consiste en primer lugar en hacerse aplicar por el sujeto la regla analitica”.
Esto quiere decir contextuado este texto, hacer aplicar la regla analitica apunta a
que se creen las condiciones en que la regla analitica sea posible porque
justamente este texto está muy centrado en pensar la entrada clásica cuando
tengo una constitución subjetiva, que cuenta con el armado de sentido al cual puedo
horadar. Pero ahora estamos también pensando cómo abordamos formas del
padecimiento, formas de la constitución subjetiva que no cuentan con ese soporte
del enlazado simbólico, y aquí Lacan diciendo hacer aplicar la regla analitica se
refiere a aplicar la asociación libre, ahora lo que estamos anticipando es que no en
todos los casos se puede abrir apuntando a la asociación libre.
Entonces consiste en primer lugar generar las condiciones, relación con los
recorridos con el tratamiento de prueba como sobre todo que haga posible la
aplicación de la regla analitica, la forma en que estas directivas se transmitan por
parte del analista , es decir, que en el modo en que el analista plantee en que se
sostiene la cura va a estar en juego la lectura la posición que el analista tiene sobre
la cura.
Lacan ahora va a examinar cuál es la posición del analista que le permite
sostener la escucha y propiciar la asociación libre. No se trata únicamente de
palabras, se trata de palabras y esa palabra que interrumpiendo y rompiendo la
consistencia del discurso intencional (importancia de leer a la letra de Lacan).
El primer pago que se espera del analista es relativo a su palabra, a la
palabra que pondrá en juego como intervención. El analista logra poner lo que le
corresponde en la cura allí cuando pone en juego su palabra, pero esta adquiere el
estatuto de un pago si la misma se elevó al valor de una interpretación.
Las palabras del analista no deben quedar por fuera de la dirección de la cura
y adquiere su máxima eficacia cuando adquiere el estatuto de una interpretación.
Para Lacan y para Freud también la interpretación en rigor sólo es posible
instalándose en la dirección de la cura como efecto de la entrada en transferencia y
la entrada en transferencia se produce por es intervención inaugural que tocó algo el
orden del icc que permite que se sostenga la asociación libre.
En rigor las palabras que más peso y eficacia tiene en un análisis son
aquellas que han tocado algo del orden del deseo icc. Para Lacan en esta época
sobre todo esa intervención consiste en leer a la letra lo que el icc cifró, en una
operación que reconoce en el significante el soporte de esa intervención. También
paga con su persona, la presta en el soporte transferencial.
Paga con lo que hay de esencial en su juicio más íntimo. Aquí plantea que
sostener esta dirección de la cura, sostener esta posición implica una particular
relación con el corazón del ser, en relación a un punto de falta. El analista debe
dirigir la cura teniendo en cuenta este punto de falta en ser.
Hay un nivel que atañe a la interpretación en la que el analista tiene mayor
libertad, que subraya donde puntúa. Esto es lo que Lacan trabaja a nivel de la
táctica. Táctica estrategia y política (filósofos de la guerra). Cada uno de estos
niveles atañen a la batalla de la dirección de la cura. Freud en la conferencia 28
habla de las batallas en transferencia. El mayor grado de libertad que tengo cuando
interpreto se restringe respecto de la estrategia, porque la estrategia implica que
lugar ocupo en la economía libidinal del paciente, en relación a la transferencia de
acuerdo a eso también tendré que decir que interpreto y que no. Meterse o no a
descifrar va a estar de alguna manera articulado con qué lugar vienes a ocupar en
transferencia con ese paciente, pero también una lectura de los modos de goce. En
el plano del desciframiento la libertad es mayor porque dejas rebotando la polisemia
de un sentido.
Prestar a la persona como soporte de los fenómenos transferenciales exige la
lectura de a qué lugar he venido respecto de los otros de su historia, no abusar de
este poder y no ir por la línea del yo. Entonces en el nivel atinente al lugar que
ocupó en la transferencia hablo de estrategia pero la táctica y la estrategia responde
a una política que respecto de la dirección de la cura, responde fundamentalmente a
una ética, es la falta en ser, la noción de lo imposible
En Freud está claro que aunque aquello de lo real que no aparece en el
discurso, lo va a buscar con la construcción con lo cual interroga la neurosis infantil
y pone palabras donde no las hay. En el psicoanálisis la política es una ética que
inscriba la castración, que inscriba lo imposible por eso en Lacan la finalización de
un análisis implica el atravesamiento del fantasma de la falta en ser. En ese final de
un análisis en relación al analista, es el que va a permitir sostener esta posición
analítica, esta escucha que supone abstinencia y neutralidad, pagar con la
interpretación, pagar con la propia persona desde una ética que hace de lo
imposible el corazón de su acción.
Para poder mover las posiciones de como me engancho en el goce, en
relación al juego de partenaire tengo q poder ubicar el núcleo fantasmático de cada
cual, ese núcleo fantasmático si no esta lo mas atravesado posible retorna
inevitablemente en la dirección de la cura.
Segundo capítulo: ordenamiento lógico temporal que conduce a la entrada en
el dispositivo Lacan propone 3 momentos:
CLASE 3
CLASE 4
Esta unidad remite a formas del amor, también nos lleva ineludiblemente a
ubicar el fundamento pulsional del amor, estableciendo una relación entre la pulsión
y el amor.
¿Qué es lo que uno podría poner en juego respecto a aquello que diferencia el amor
de la pulsión? ¿Que pone en juego cierta oposición?
Lacan con la fórmula del SSS escribe lo que sostiene como transferencia
positiva. Homologa la transferencia enmarcada en las vías del sss a la transferencia
tierna Freudiana u operativa. Lacan no toma el dualismo pulsiones sexuales/
pulsiones yoicas.
¿Cual seria la oposición mayor que hay entre amor y deseo, cual es el rasgo
diferencial? Si bien no hay amor sin pulsión, puede haber pulsión sin amor.
El campo del amor requiere del yo, de la unidad que va de la mano con la
constitución del yo, de poder reconocer al otro como otro yo, como un semejante
unificado.
Estas pulsiones tienen una dimensión que excede a esa síntesis pulsional
que el yo busca al integrar estas pulsiones. Las sensaciones que el niño
experimenta en el propio cuerpo surgen fundamentalmente en el seno de la
relación con aquellos que se encargan de sus cuidados. Aquellos de los cuidados
parentales erogenizan el cuerpo del niñx dando lugar al surgimiento de la pulsión,
que no es un dato de inicio en Freud. Esa orientación pulsional que el niño trae
consigo sólo cobra forma y se pone en acto a partir del otro que erogeniza el
cuerpo. Figura del marasmo→ sería la figura contraria.
Freud dice que la elección de objeto implica en el campo del amor, que se
busque la satisfacción en el encuentro sexual con un otro. Freud plantea que ese
encuentro sexual supone, exige la síntesis de las pulsiones, que se ponen al
servicio del primado genital. Es importante tener esto en cuenta porque Freud está
planteando aquí a la pulsión genital no como una pulsión que realmente existe, sino
como una pulsión que se construye en base al amor.
Freud plantea que esta elección de objeto en la cual confluyen los modos de
satisfacción pulsional que se han ido cursando en la infancia y también la trama
edípica, esta elección de objeto persiste en la pubertad, estos objetos que previo a
la pubertad han sido motivo de amor.
La relación a esos objetos que han formado parte de la trama edípica, que se
sostenga ahora solo en la corriente tierna y en aquellos ideales que rigen en
nosotros a partir de los valores que me han transmitido.
Por eso a veces se pone hincapié no solo en esos valores que le han
transmitido esos otres importantes de su vida, sino también lo que hace serie, un
abuelo, un padre, un padrino, etc.
Plantea entonces que este afán sexual que despertaron estas figuras
parentales, a este afán sexual se renuncia. Se renuncia a una satisfacción erótica
directa respecto de estas figuras y lo que subsiste es la corriente tierna detrás de las
cuáles se esconde las viejas satisfacciones sexuales a las cuáles se renuncia, esto
sería para Freud la declinación del Edipo.
¿Qué es lo que nos une, para Freud, a estos otros que han tenido una relevancia
central en la historia del sujeto?
Freud dice que, en el mejor de los casos, lo que une son los emblemas, los
valores, los ideales, las insignias. Para Freud en la declinación del Edipo hay
proyección de esos ideales y valores propiciados por el Otro que pasan a generar
una identificación Superyoica, es decir pasan a formar parte de los ideales y
deberes que sostienen cierta dimensión superyoica, ideales del yo.
Lo que plantean Freud y Lacan es que el fundamento pulsional del amor está
velado, esa articulación entre ese fundamento pulsional y el ropaje del amor ligado
al ideal.
Para Freud, cuando las cosas andan bien, confluyen el registro de lo parcial,
que surgió ya bajo la vieja función de apuntalamiento, el otro con sus cuidados, me
cuida, etc, eso a la vez erogeneiza el cuerpo y genera el registro parcial de la
pulsión.
MÁS ALLÁ DEL PRINCIPIO DEL PLACER→ pulsión y deseo están disjuntos.
Cuando Freud quiere interrogar la base del odio, a partir del odio arma en
1920 el dualismo pulsional: p. de muerte y p. de vida y entonces arma este
dualismo: amor-odio.
Lo que más me hace pregunta a mi es que pasa con los niñxs en ese punto
donde el otro actual se resiste a cualquier punto de marcación. Ahí se me arma la
pregunta porque lo que yo veo hoy son cuerpos desarmados, pibes con una
inquietud corporal…
Lo que tenemos que ubicar es que ocurre cuando esta disyunción entre tierno y
sexual se juega en la transferencia, es decir, ¿que pasa cuando el analista no es
abordado desde la corriente tierna sino cuando sube a escena algo del orden de la
demanda erótica plena o la hostilidad? El analista claramente no está ubicado en el
lugar del ideal al cual el sss sostiene, sino que es abordado a un partenaire al que
se lo convoca a una escena que conlleva algo de esta degradación, pq la relación
no se juega en el eje del ideal.
CLASE 5
Todo estos desarrollos de Freud en otros ámbitos que Freud no aplicó para
pensar los problemas de la transferencia, nos servimos de estos desarrollos para
pensar modalidades particulares que cobra la transferencia. Cuando contamos con
que el dispositivo se instaló sostenido en el síntoma en el SSS, estas
configuraciones de la transferencia que comporta algo del orden de la degradación
aparecen atemperadas, ahora cobra y se manifiesta con una intensidad y con una
fuerza más fuerte en un campo que para Freud pertenece a neurosis graves, o que
podemos encontrar en el campo de las impulsiones o en el campo de las n
narcisistas.
Vamos a pensar la incidencia de la corriente erótica y hostil cuando emergen
en transferencia desnudadas de lo tierno y de lo ideal. Tanto como para Freud y
como para Lacan en todo análisis aún en aquel que contamos con soporte del
síntoma, con producción neurosis de transferencia en algún momento emergen
mociones hostiles o eróticas que se dirigen a la persona del analista pero no es lo
mismo si cuento con el soporte del dispositivo sostenido en un decir, en el
despliegue del icc efecto de intervención del analista que tocó algo del orden del
desde que produce amor, a ese que le supongo el saber, dice Lacan, lo amo en
línea de transferencia operativa pero como lo amo y el amor exige reciprocidad
quiero que me ame, me ofrezco como amable a los ojos de ese otro y ahí se
desarrolla la batalla en transferencia. La transferencia motor apertura icc y esta
apertura conlleva también esta vertiente de amor de transferencia que busca ser
amable a los ojos del otro. Allí donde se busca ser amado por el analista se produce
el cierre del icc y en lugar de asociación cobra sustento la resistencia y la repetición
y esta vertiente de la transferencia que atañe a la persona del analista (amor transf).
Llegó al mundo en posición de objeto del Deseo del Otro , en el mejor de los casos
si se puso en juego el amor ese otro en don del amor renunciara a obtener una
satisfacción sexual extraída del niño como objeto de goce, pero esto no quita que en
los primeros años de vida por la indefensión y prematuracion es el Otro que en la
línea tradicional lo nombra el que cifra y descifra demanda, este primer tiempo está
marcado por la dependencia a este otro y en términos de lacan es el Tú eres.
CLASE 6
Interpretación e intervención privilegiada para el síntoma. Mec psíquico
represión, síntoma como testimonio vivo de la represión
Registros que exceden a lo simbólico. dimensiones resistenciales de la resistencia,
no las trabajamos la primera parte.
Antes trabajamos las modalidades subjetivas donde padecimiento se ha
organizado siguiendo la vía de las formaciones del icc: como Lacan sirviéndose de
los desarrollos Freudianos da cuenta de la entrada en análisis de la dirección de la
cura, la implicación subjetiva tiene como efecto la transformación del síntoma de
consulta al sintoma analitico y va configurando el SSS.
Trabajamos el primer momento de la aplicabilidad del método y empezamos
a trabajar una arista de la transferencia operativa de la transferencia motor, pero una
vez instalada la transferencia como motor rápidamente dice Freud subirán a escena
la resistencias del paciente. Las resistencias del paciente pone en juego la cara
obstáculo de la transferencia que está en todo análisis y es una cara de obstáculo
no a evitar, sino a transitar.
Con la cara resistencias de la transferencia, la transferencia negativa hostil y
la positiva erotica, ubicamos algo que va más allá de la dimensión simbólica y que
pone el fundamento pulsional del amor para ubicar una cuestiones que permiten
oponer el registro de lo parcial (remite a lo pulsional) al registro de lo unificado
(narcisismo, ideal). Entonces vemos como se empieza a complejizar el campo.
Obstáculos en transferencia a partir de unidad 3 es la segunda parte del
programa y contenidos que vamos a avanzar ahora en relaciona nuevas
complicaciones con las que freud se va encontrando en su práctica y nos conduce
de este segundo momento que Freud tematiza como neurosis de transferencia a el
pasaje a un tercer momento donde deja de lado las oposiciones binarias y va a
ubicar distintos referentes que den cuenta de una complejidad que pone en juego
aquello que Freud en una primera época intento dejar por fuera de la practica
analitica, le retorna en el interior mismo de su práctica.
Los desarrollos de la 3 unidad van a conducir al punto de viraje que se
produce en 1920 introduce ahora el más allá del principio del placer.
Las formas resistenciales de la transferencia, tanto la transferencia negativa hostil y
la transferencia positiva erótica muestran las complicaciones que suben a la escena
del análisis cuando se ponen en juego vertientes de la transferencia que no se
organizan en relación al SSS. En relación a esto trabajamos la noción de objeto
degradado y como el analista puede ir a parar a este lugar. La degradación del
objeto y estas formas resistencias no es ausencia de la transferencia, sino que era
la puesta en acto de otro registro de la transferencia que como decíamos es
estructural a todo análisis.
Si esta vertiente de la transferencia negativa hostil o positiva erótica se
despliega en el inicio mismo de un análisis, obviamente este dificulta la entrada en
dispositivo como Freud la sistematizó y da cuenta de lo inhóspito cuando este se da
desde los comienzos. Vimos que aún cuando esto no se de desde el inicio y se de
la entrada que freud sitúa que conduce a la instalación del dispositivo lo que vemos
es que una vez producida la vertiente motor de la transferencia, la transferencia
soportada en el SSS nada impide o mejor dicho es estructural al análisis que surjan
las resistencias (sería la segunda fase que Freud sitúa en conf 28 el batallar en
transferencia con las resistencias).
La unidad 3 y 4 demostraremos las complicaciones que se da en esta
segunda fase una vez que se produjo la entrada en análisis suben a escena
inevitablemente las resistencias y tambien dimensiones de la repeticion que no son
la repetición significante, por ejemplo el agieren o el retorno de lo reprimido en la
escena misma de la transferencia, en la relacion con el analista. o tambien ya
empiezan a esborzarse ciertos elemntos que van a dar luego pasaje a la
formulacion del Mas allá y a la CR.
La noción del objeto degradado permite establecer una relación con el
sadismo con lo hostil pero también con una vertiente del odio que va a ser crucial
para comprender el más allá del ppio del placer pero sobre todo se articula luego
con la formulación de la pulsión de muerte. El dualismo que propone Freud en más
allá del ppio del placer en relación a pulsión de vida (amor) y pulsión de muerte
(odio) no da cuenta del núcleo más duro del mas alla del ppio del placer que tiene
que ver con la cara de la pulsión del muerte que puede ponerse en juego en relación
contra el propio individuo y no contra otro . Esto lleva al pasaje del sadismo como
primario a la postulación del masoquismo.
CLASE 7
Dos textos: ejes de más allá del ppio del placer y el problema económico del
masoquismo (MEP). Soporte de una lectura integral
-Importancia de interrogar el valor que cobra hostil en la trasferencia y esto nos va a
llevar a trabajar fundamentalmente las modificaciones que se producen a partir del
viraje de 1920.
-Importancia que cobra la noción degradación para pensar estas formas de la
transferencia que Freud pone del lado de lo resistencial. No siguen las formas del
SSS, no se transfiere un sgte o un saber, sino que lo que se intenta transferir es
ese lugar del objeto en el cual el sujeto ha quedado respecto del deseo del Otro
cuando este lugar comporta vertientes que valen como traumáticas. No se trata del
agieren en este caso ni de reeditar el conflicto en relación con el analista, se
reproduce en transferencia el acto mismo que los ha llevado a padecer. Estas
formas de la transferencia son un intento de transferir aquello mismo que el
paciente ha padecido.
Juego de la muñeca: transferir ese lugar de objeto que se va a conectar con
el lugar del sadismo en la constitución subjetiva en tanto pulsión de dominio, en
tanto intento de pasaje de la pasividad a la actividad.
No trata solo del sadismo, sino que hay que interrogar la posición
masoquista del MEP para intentar entender que lo que se intenta transferir es este
lugar de objeto en el que el sujeto ha quedado respecto del Deseo del Otro.
Retomar desarrollos freudianos a partir del más allá porque es aqui donde freud va
a cernir una forma de la repeticion a la que va caraceterizar como compulsión a la
repetición, la cual excede el retorno de lo reprimido porque va a dar cuenta de lo
que justamente no pudo ser ligado al campo de las representaciones.
La formulación del más allá se entrama con la posibilidad de conceptualizar
cierta dimensión de la repetición que Freud nombra como compulsión a la repetición
y hay cierta anticipación en Recordar Repetir y Reelaborar.
Los tres referentes: sueños de las neurosis traumáticas, el juego del fort da y
sobre todo la repetición en transferencia de estas vivencias. Vivencias que no
aportaron placer al momento de vivirlas para ninguno de los dos sistemas. Freud
ubicará un funcionamiento del aparato en relación un trastocamiento del ppio del
placer y esto lo lleva a formular el más allá del ppio de placer, un nuevo dualismo
pulsional y que alcanza su verdadero fundamento con el problema del masoquismo.
Los tres referentes son Fort da, sueños traumáticos y repetición en
transferencia y el elemento común que caracteriza a estos tres referentes es la
repetición de sucesos penosos que conducen una y otra vez al sujeto a una
situación que vale como traumática.
CLASE 8
Ejes centrales de la unidad 4. Conceptos principales de más allá del ppio del placer
en torno a la resignificación de lo traumático y los estímulos pulsionales, los
estímulos interiores no ligados, que llevan a Freud a postular un nuevo dualismo:
pulsiones de vida v/s pulsiones de muerte, así como también, en rigor recién va a
poder fundamentar el alcance de este nuevo dualismo con la formulación del
masoquismo erógeno primario.
El juego del Fortda como un juego que aporta elementos fundamentales para
pensar la constitución subjetiva, y lo vamos a articular con algunos desarrollos de
Lacan en relación a las operaciones de alienación-separación.
Respecto al cuadro de las nosografías, nos encontramos en este punto en el
tercer nivel del cuadro donde Freud abandona las oposiciones binarias y centra su
mirada en fenómenos que valen como figuras de lo no analizable. Lo particular que
Freud ubica ahora es que estas figuras de lo no analizable surgen en el interior
mismo de la experiencia analítica, de la práctica, es decir, en el interior mismo de
ese campo que recortó como factible para la aplicabilidad del método.
Los fenómenos que ahora cobran otro lugar en la interrogación Freudiana son:
-LO TRAUMÁTICO EN TANTO LO NO LIGADO (más allá de las neurosis
traumáticas)
-LA MELANCOLIZACIÓN
Dice Lacan: “ es entonces ante la presencia primitiva del deseo del Otro como
opaco, como oscuro que el sujeto está sin recursos” y asevera que ahí está el
fundamento de lo que en el análisis se ha explorado en relación a la experiencia
traumática. En este sentido se pueden distinguir dos formas, ambas son válidas y
pertinentes para pensar la aparición de la angustia:
1) La ANGUSTIA ante la falta de la falta
2) La ANGUSTIA como respuesta frente al deseo del Otro como enigma del ser.
Ubicamos la importancia que tiene el Otro, el deseo del Otro respecto de la
constitución subjetiva, trabajando las operaciones de alienación-separación.
El juego del Fortda para pensar el valor crucial que este tiene en la constitución
subjetiva y su relación que guarda este juego respecto de cuando el niñe registra la
ausencia de la madre.
Los desarrollos de Lacan relativos a estas operaciones contribuyen a esclarecer
este anudamiento establecido por Freud entre angustia, trauma y castración. A la
vez permiten precisar el lugar que el desamparo, pensándolo ahora como correlativo
de ese punto de imposibilidad del sujeto de saber quien es para el deseo del otro, o
sea permite precisar el lugar del desamparo juega en la constitución de la neurosis y
también en el transcurso del análisis.
Hay una tesis que se mantiene en toda la obra de Lacan hasta el final y es que el
sujeto adviene en el campo del Otro, ningún sujeto puede ser causa de sí. La
existencia de un sujeto requiere de la nominación del Otro, esta nominación que en
un principio es nada más ni nada menos que un nombre, es crucial para posibilitar
que luego el sujeto tenga una existencia más allá de este Otro. Lo primero que viene
del Otro es un nombre que será lo que le permitirá a le niñe ubicarse luego como
falta en ser.
Ahora bien, la pretensión de no marcar no deja de ser un modo de la marca, esto
respecto a debates actuales en torno a no nominar a le niñe para que sea este
quien elija su nombre.
En relación a estos desarrollos es necesario tener presente lo que situamos
respecto de que el masoquismo erógeno es uno de los nombres que nos permite
ubicar la posición pasiva del sujeto frente al Otro. Una posición pasiva que implica el
lugar del niñe como objeto de estos cuidados ajenos, no sólo objeto en relación a un
deseo, que a la vez implican una erogeneización, la cual es necesaria para la vida.
Se pueden ubicar los desarrollos de Spitz respecto al fenómeno del marasmo
cuando falta este alojamiento en el campo del Otro, cuando falta esta
erogeneización, esto en ocasiones conduce a la muerte.
Esta posición pasiva del sujeto frente al Otro en los comienzos de la vida es
inherente a la condición humana. Lo que será decisivo es que lugar va a ocupar en
el deseo del Otro, así como también, como este vehiculiza en relación al niñe el
lugar de este deseo y como pone en juego la dimensión del amor.
La prematuración y la indefensión propia de nuestra especie nos coloca
inevitablemente en el lugar de objeto de los cuidados de ese Otro, los cuáles a lo
largo de la historia van modificándose (distintos modelos de crianza). Es interesante
ubicar como los distintos modelos de crianza inciden en los modos del lazo al otro,
pero en términos de la estructura lo que sigue manteniéndose es que si o si necesito
de ese Otro de los cuidados ajenos. En ese punto, el recién llegado al mundo es
objeto de la voz del Otro, objeto de la mirada, de las caricias, de los cuidados y
como decía anteriormente, recibe un nombre que proviene del Otro.
Lacan plantea que para advenir sujeto deberemos pasar por los significantes del
Otro. Para poder nombrarme “yo”, debo primero nombrarme con los significantes del
Otro. Ese nombre va a ser crucial para que a posteriori el sujeto pueda nombrarse
con ese nombre, y va a ser crucial en el proceso de separación, pero a la vez el
riesgo sería quedar reducido sólo a esa marca, es decir, a ser solo esa marca con la
que el Otro me nombra. Estos son los avatares que Lacan intentará trabajar en
relación a las operaciones alienación separación, tal como las empieza a plantear
en el seminario 11.
Ese significante que se produce en el lugar del Otro, es lo que hace surgir allí
al sujeto del ser que no tiene todavía la palabra, pero a precio de coagularlo. Es por
eso Lacan plantea que el sujeto tiene que elegir entre la marca y el ser, elección que
a su vez es imposible en tanto que para poder advenir sujeto, no puede no elegir la
marca, por ello es que Lacan llama a esta operación una elección forzosa.
El problema consistirá en cómo no ser solo esa marca, es decir necesito de
ese nombre para advenir sujeto, pero a la vez necesito que con ese nombre se
sustente la posibilidad de separación para no quedar coagulado tan solo en esa
marca. Es en relación a esa encrucijada que se va a recortar la especificidad de la
operación separación y la relación que esta tiene con la función de la angustia, en
tanto la separación implicará que el sujeto ya no se inscribe sólo como falta , sino
como pérdida.
En relación a la alienación Lacan marca la importancia de esta marca que proviene
del Otro, que proviene en principio como nombre del Otro en relación al sujeto por
venir, y por otro lado, la va a diferenciar de la operación separación que pone en
juego la pérdida.
La operación alienación pone en juego la falta en ser, que es este nombre que
proviene del Otro y que va a tener incidencia con la pérdida del puro organismo, la
posibilidad de la constitución de un cuerpo, pero luego será necesario que se pase
de ser un cuerpo a tener un cuerpo.
El nombre que proviene del Otro supone una marca sobre el viviente, sobre
ese organismo. Es una marca necesaria para que luego pueda advenir el yo. El yo
en Freud no es una instancia que esté presente desde los comienzos , sino que
supone una nueva operación.
Efecto de la marca, de la entrada en lo simbólico, lo que se pierde es el ser,
es decir, lo que se pierde eso que el sujeto era antes de advenir a un mundo
marcado por lo simbólico, ¿qué era antes de advenir al mundo marcado por lo
simbólico?, aquello que Freud denomina como “puro organismo”, ese ser animado
elemental. Pero esta marca que implica la pérdida del organismo va a ser la que le
va a permitir al sujeto nombrarse, pero esa marca no agota el ser. Decir “yo” exige
nombrarnos con ese nombre del Otro.
Este nombre permite ubicar esta falta en ser, ubica la pérdida de ese puro
organismo, pero luego será necesario poner en juego la pérdida. El encuentro entre
el sujeto por venir y lalangue, en tanto las palabras que provienen de este Otro, va
a implicar la pérdida del ser en tanto puro organismo no marcado aún por el efecto
del significante.
Es ese ser vivo inmortal, esa pura vida no humanizada. En Lacan vamos a
ver que el objeto a es un objeto que representa parcialmente eso que el sujeto era
antes de advenir al mundo del lenguaje. En ese sentido es el objeto que me falta,
pero no el objeto que perdí, lo que se pierde en la operación alienación, en este
encuentro de los significantes que provienen del Otro es ese organismo sin marca.
Esa marca que ahora la hacemos correlativa al nombre propio es el modo en que el
Otro me nombra y lo que permitirá también nombrarme, pero será necesario
además, poder poner en juego un no soy solo esa marca con la que el Otro me
nombra. Ese separarse que pondrá en juego la función de la pérdida
inevitablemente implica pasar por un punto de desamparo.
En el juego del FORT-DA lo que le llama la atención de Freud es como el
niño jugaba ante la ausencia de la madre un juego que consistía en arrojar lejos un
carretel y luego recuperarlo bajo la forma del “fort-da”, osea aquí y allá, en
castellano sería el juego de “no está, acá está”. Es decir, jugar a ese punto de
aparecer y desaparecer respecto de la mirada del Otro. Lo que le llama la atención a
Freud es que se repitiese con mayor frecuencia el arrojar lejos de sí al carretel, al
cual Freud le otorga el valor de representar a la madre. Es como si él planteara
aquí, que el niño repetía activamente “el hacer irse a la madre”, pero en rigor, Lacan
va a plantear que esto no es de esta manera, que el carretel no representa a la
madre, sino que el carretel representa a el niño en tanto caido del soporte que
otorga la presencia de la madre. Distinción entre Freud y Lacan
Esto es lo que podemos encontrar en la nota al pie que está en más allá del
ppio del placer donde Freud ubica la importancia que cobra el juego de hacerse
desaparecer en el espejo y ahí es mucho más preciso pq dice que el niño jugaba a
hacerse desaparecer a él mismo, ¿que dice Freud en la nota al pie? que el niño
jugaba a quitarle su imagen al espejo. Es decir, el niño había encontrado el modo de
hacerse desaparecer a sí mismo, hurtaba su imagen al espejo. Ese hacerse
desaparecer en el espejo supone un modo de perderse respecto del lugar que hasta
entonces se había sostenido su existencia.
¿Qué es lo que hace el niño? Se nombra con los significantes provenientes
del Otro, en este caso, “bebe o-o-o”, bebé fuera, lo que vale como nombre propio,
pronombre personal y con ese significante pone en juego el hacerse desaparecer,
es decir, no encontrar ese sostén en la mirada del Otro, que en este caso se
representa en el espejo.
Poner en relación el lugar crucial que guarda para Freud lo que implica la
puesta en juego de la alternancia “ausencia-presencia ”, en relación a la
constitución de lo anímico. Esta alternancia introduce una discontinuidad que es
crucial porque lo que Freud ubica es que en un primer momento la madre es una
presencia para el niño, es una voz, una mirada, una caricia.
El niño recién llegado al mundo es objeto de esta voz, objeto de esta mirada,
objeto de estos cuidados, esa es la existencia que el niño tiene, en un primer
momento, respecto de este Otro primordial y que marca ese primer tiempo casi de
absoluta dependencia.
Si esa es la existencia que hasta entonces conocía el niño, si ese era el
modo en que se sostenía su existencia, cuando comienza a haber registro de la
ausencia de la madre, cuando se pone en juego la ausencia de ella, este modo de
existir queda puesto en cuestión. La desaparición de la madre implica para el niño
una caída del lugar que hasta entonces se sostenía su existencia. En este sentido
Freud ubica que la angustia frente a la ausencia de la madre da testimonio de la
caída del niño en ese lugar al cual hasta entonces se sostenía su existencia.
Podemos ver en el Historial de Juanito, las consecuencias de una madre que
hace del niño una especie de apéndice con lo cual hay cierta dificultad en que
efectivamente se ponga en juego, se registre algo del orden de esta ausencia. Por
eso en Juanito encontramos una dimensión de la fobia infantil que da cuenta de
cierta complicación respecto del lugar que ha venido a ocupar en relación al deseo
materno.
Tanto en Freud como en Lacan la ausencia de la madre requiere que se
ponga en juego en relación a un fondo de presencia para que pueda valer como
alternancia. Dicho de otro modo, la pura presencia trae consecuencias muy serias
respecto de la constitución subjetiva y veremos que la ausencia, es decir, la falta de
un deseo materno que aloje al niño, traerá otro tipo de consecuencias. Lo que
estamos trabajando aquí es cuando la ausencia de la madre se recorta sobre un
fondo de su presencia, es decir cuando hemos contado con su presencia.
Cuando el niño comienza a registrar esa ausencia de la madre, Freud dirá
que es muy importante en términos del progreso del aparato, pero a la vez implica
un encuentro con la angustia, con la indefensión, porque supone la caída de ese
modo de existencia en la que el niño se sostenía hasta entonces, sostenido en tanto
objeto de la mirada de la madre, de sus caricias, sus cuidados, su voz.
El registro de esa ausencia es correlato en Freud del juego del Fort-da pero
ubica más precisamente lo que esta ausencia pone en juego, es decir, ese juego de
hacerse desaparecer frente al espejo, donde esa desaparición supone que el niño
no se ve en el espejo, lo cual podemos decir el espejo en tanto metáfora de la
mirada del Otro, implica que tampoco veo como el Otro me ve.
Aquí Lacan va a ubicar la dimensión crucial que tiene este encuentro con el
desamparo, porque cuando el niño se sustrae de esa imagen, haciéndose
desaparecer a sí mismo, no ve como lo ven. Esta es una de las dimensiones que
Lacan trabaja respecto de la angustia, cuando trabaja la fábula de la mantis religiosa
y la angustia frente al deseo del Otro como opaco, es decir, no saber qué lugar
vengo a ocupar en el deseo del Otro.
En el juego de hacerse desaparecer en el espejo lo que vemos es que el niño
pasó de una existencia sostenida hasta entonces en términos de objeto mirada a ser
la mirada de nadie. A este lugar lo podemos caracterizar como un agujero negro, es
decir no solamente no me veo, sino que fundamentalmente no veo como me ven,
este es un lugar privilegiado para situar la angustia.
Otro referente que ubicamos es el juego de las escondidas. cuando uno esta
jugando a las escondidas esta bueno cuando el otro tarda en encontrarme y cuando
soy el último en gritar “piedra libre” y aparecer porque el otro no ha logrado
encontrarme. Podemos ilustrar esta dimensión de la angustia pensando en lo
siniestro que resultaría pensar que ya no nos buscan, que nos hemos escondido
pero que no haya otro que se ocupe de buscarnos. Fantasma típico en el relato de
lxs analizantes: temor a haber caído del deseo del otro, a haber sido olvidado por el
otro. Estos ejemplos también valen como la angustia en relación a “no ver como me
ven”, y que también cobra un valor traumático.
El primer movimiento del juego del Fort-da permite recortar la ubicación del
niño en posición de ser el que cae respecto del lugar que tenía hasta entonces
respecto de la mirada de la madre, es decir, de ser de objeto de la madre (como una
prolongación), a ahora ubicarse como objeto perdido. Pero lo que se pierde no es
un objeto que el sujeto tenía, sino que lo que se pierde es ese objeto que el sujeto
era. Es por eso que Lacan va a decir que el sujeto interroga en la operación
separación al deseo del Otro con su pérdida, no es con su presencia.
Lo que dice Lacan es que la pregunta que se pone en juego luego es el
puedes perderme, pregunta que Lacan va a trabajar luego en relación a una
fantasía melancólica en la constitución del niño, fantasía que tiene que ver con que
generaría en el otro su propia desaparición.
Este pasaje que pone en juego la caída de este lugar del niño en tanto objeto
mirada, implica poner en juego ese encuentro, ese soportar ser la mirada/mirado por
nadie. Esta es la única garantía, ese encuentro con este punto de inexistencia, este
encuentro con un lugar vacío que es correlato de la indefensión, es un lugar
inhabitable. Pero al mismo tiempo va a ser condición necesaria para el advenimiento
del sujeto, ese pasaje es la única garantía que asegura no ser solo una marca, no
quedar coagulado ni en los significantes de la demanda del Otro, ni tampoco en el
lugar de objeto de un goce proveniente del Otro.
El pasaje por este lugar va a implicar inevitablemente un punto de
desamparo, pero es también a la vez la condición de posibilidad para que se
produzca por parte del sujeto una escena con la cual habitar el mundo.
(veremos luego el valor que tiene transferir al carretel este lugar de objeto caído,
objeto fuera)
El juego del Fort-da tiene un valor crucial en relación a la constitución
subjetiva porque el juego completo nos queda dentro del principio del placer, en
tanto se produce la recuperación del carretel y el juego completo adquiere ahí una
función lúdica.
La existencia del carretel va a permitir ubicar otra arista de la operación
separación pq lo que Lacan va a situar es que el carretel no representa a la madre
reducida por los jíbaros, sino que representa al niño en tanto objeto perdido.
Ese carretel será el soporte para transferir a un objeto del mundo, el lugar de
objeto caído. Es esta transposición la que permitirá ahora el juego, tira el carretel y
lo recupera. Este movimiento implica cierto redoblamiento de la separación pq ya
supone lo que Freud sitúa en términos de pasaje del residuo interior de la pulsión de
muerte sobre los objetos del mundo exterior. Esto es lo que tiene que ver con la
pulsión de apoderamiento, pulsión de dominio y su relación con el sadismo.
Hay allí una trasposición de la pulsión de muerte al exterior, que va a ser
correlato de este lugar de objeto caído que se le transfiere al carretel y transferir ese
lugar de objeto a un objeto del mundo exterior es correlativo al sadismo y me
constituyo en tanto fuera y en tanto yo y en tanto cuerpo del narcisismo, esto va de
la mano con el estadio del espejo, pero queda un resto que no es transferible, algo
que vale como lo ajeno, que remite a ese residuo de la pulsión de muerte en el
interior del propio yo que vale como no-yo, y que es lo ajeno en el interior propio de
lo más íntimo del sujeto, algo que vale como un exterior. Esto es lo que va a estar
en la base de lo que Lacan trabaja como Disyunción cuerpo-goce.
CLASE 9
En más allá del ppio del placer, Freud se centra en la compulsión a la repetición de
vivencias que no fueron placenteras para ninguno de los dos sistemas. Redefine el
valor de lo traumático en este texto, trabaja además la polaridad amor-odio para
intentar ilustrar ese nuevo dualismo que es pulsión de vida y pulsión de muerte, en
rigor, no logra fundamentar el más allá del ppio del placer, lo que plantea ahí Freud
es primero al odio como ejemplo de la pulsión de muerte, pero el odio es la
destrucción del otro distinto del sí mismo.
Cuando en rigor lo que pone en cuestión el ppio del placer verdaderamente
es el fenomeno del suicidio, es decir la destrucción del si mismo. Freud avanza un
paso más, formula el MEP y plantea ese encuentro a la vida como encuentro entre
pulsiones de vida y pulsiones de muerte. En este encuentro queda un resto que
pervive en el interior mismo del yo. En Lacan lo podemos trabajar en la línea del
encuentro entre el viviente y el lenguaje y el masoquismo como el nombre de esa
posición pasiva en la que inevitablemente el sujeto entra frente al Otro.
Tanto para Freud como para Lacan, esa posición en la que entramos al
mundo es masoquista. Silvia Amigo, por ejemplo, incluye la importancia del amor y
la importancia en la relación al pequeño otro.
Lo que nosotrxs trabajamos es que no da lo mismo como el sujeto ha sido alojado
respecto al deseo del Otro y del amor del Otro. inevitablemente, por mejor que
hayas sido recibido y que haya tocado en suerte, donde algo de la satisfacción
pulsional respecto del cuidado del niño inevitablemente está en juego. Pero no da lo
mismo ese resto inevitable que se pone en juego de cierto goce fantasmático del
Otro que recayó sobre el niño, entonces yo les decía lo que se escucha en los
análisis, casi inevitablemente, cierta queja respecto a los Otros. Por ejemplo, se
puede ubicar cierta queja de ser objeto de esa mirada, ser objeto de un Otro.
Se desliza ahí algo de como el fantasma parental atraviesa a los cuidados
por mejor intencionados que estén. Con lo cual, en todo neurótico se escucha la
queja de haber sido objeto de un goce que recayó sobre él. Pero no da lo mismo si
ese goce es efecto de cierta marca del fantasma que atraviesa el cuidado parental,
a cuando se tiene un Otro que claramente hace del niño un objeto del cual extraer
un goce. Esos son los casos que se trabajan en la actualidad con el nombre del
abuso en lo real, no las marcas de la fantasía.
Lacan trabaja la línea de “caído del deseo del Otro”, la usa para la figura de
los niños no deseados para intentar explicar este fenómeno extraño que Freud
trabaja como Reacción terapéutica negativa, en el sentido de responder
trastornadamente a los avances de un análisis. Efectivamente es muy impactante,
ahí donde una cree que hay algo respecto del trabajo de la posición deseante del
sujeto que va a propiciar estar mejor en el mundo, sucede al revés.
Lacan trabaja ello como “niños que no han sido alojados en el deseo
materno, que no han sido bienvenidos a este lugar”. Se da una problemática distinta
a la de la psicosis.
Ahora bien todo niñe por mejor alojado que haya sido en el deseo el Otro, en algún
momento reprocha: “ah, no me das bola”, se siente en este aspecto una caída del
deseo el Otro.
Hay graduaciones, no es lo mismo la figura de los niños no deseados, que la
figura del niño verdaderamente abusado, que estas marcas que atañen a esa
posición pero que están tamizadas respecto de un Otro que ha alojado al niñe como
objeto de amor, y con lo cual no cae en ninguno de estos dos extremos.